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energía + ÓRGANO DE DIFUSIÓN INSTITUCIONAL DEL SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA (SiReLyF)

EDICIÓN N°7 | AÑO 2014

juntos

creciendo Pasaron siete décadas desde que el 2 de junio de 1944 se fundó el Sindicato Regional de Luz y Fuerza. Historia de luchas, resistencias y conquistas de un gremio comprometido con el afiliado y la sociedad.



energía + sumario

70 años del sirelyf

Una historia de lucha y construcción.

Nota de tapa | pág. 16 Cultura | pág. 44 puro teatro El Grupo Cirulaxia cumple 25 años y lo celebra con su público.

Educación | pág. 48

El cuarteto como escuela Una alternativa de formación de jóvenes de barrios marginales.

Editorial | pág. 4 Amor a la camiseta. Por Eduardo Brandolín. Personaje | pág. 6 Wehbe, el señor que siempre vuelve. Por Hernán Laurino. Actualidad | pág. 12 Las contradicciones del paraíso. Por Javier Ferreyra. Institucional | pág. 22 Rodar la vida. Tercera Militancia. Un lugar en el SiReLyF. Responsabilidad social | pág. 26 Desde el sindicato. Por Alessandra Minnicelli. Ensayo fotográfico | pág. 30 La costura invisible. Por Gabriel Orge. Crónica | pág. 38 El Che Guevara Fútbol Club. Por Juan Pablo Meneses. Pinceladas | pág. 51 Gabriel García Márquez. Por Ivan Zigarán. Cuento | pág. 52 La revancha. Por David Voloj. Humor | pág. 54

Una producción de:

Bolivar 348 - piso 9° - Tel: (0351) 5690624 www.regardecomunicacion.com

SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA

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RESPONSABLES EDITORIALES: Eduardo Brandolín, Máximo Brizuela, María Alejandra Carrillo. DIRECCIÓN PERIODÍSTICA: Valeria Brandolín. EDITOR: Andrés Acha. REDACCIÓN PERIODÍSTICA: Matilde Nasser, Andrés Acha. Colaboran en este número: Hernán Laurino, Javier Ferreyra, Juan Pablo Meneses, Juliana Rodríguez, Soledad Soler, David Voloj. FOTOGRAFÍA: Javier Ferreyra, Gabriel Orge, Andrés Acha, Mateo Allende, Sebastián Hüter, Nicolás Bazán. DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Diego Villa. ILUSTRACIONES: Diego Villa e Iván Zigarán. COLABORACIÓN EN DISEÑO: Martín Cepa y Juan Marcos Guareschi.

SECRETARIO GENERAL Eduardo Ángel Brandolín SUBSECRETARIO GENERAL Máximo Humberto Brizuela SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Arturo Carlos Cussa SUB-SECRETARIO DE ORGANIZACIÓN Marcel Cesar Caula SECRETARIO DE VIVIENDAS Y OBRAS Raúl Rodolfo Durán SECRETARIO DE HACIENDA José Alberto Rossi SUBSECRETARIO DE HACIENDA 1º Jorge Antonio Apezteguia SUBSECRETARIO DE HACIENDA 2º Raúl Marcelo Álvarez SUBSECRETARIO DE HACIENDA 3º José Alberto Nicolino SECRETARIO GREMIAL José Antonio Vargas SUBSECRETARIO GREMIAL 1º Rubén Pedro Bergesio SUBSECRETARIO GREMIAL 2º Carlos Julio Recalde SUBSECRETARIO GREMIAL 3º Claudio Eduardo Toranzo SECRETARIO DE PREVISIÓN Fernando Adrián González SECRETARIO DE SERVICIOS SOCIALES Jorge Ricardo Vachetta SECRETARIO DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS Alberto Boglione SUBSECRETARIO DE TURISMO, DEPORTES Y ACTAS Guillermo Cesar Suppo SECRETARIA DE CULTURA, COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN María Alejandra Carrillo VOCALES TITULARES Robert Eraldo Caula - Daniel Eduardo Gil - Jorge David Oviedo - Carlos Armando Coria VOCALES SUPLENTES Omar Jorge Piñal - Oscar Daniel Alba - Carlos Diego Barrionuevo - Carlos Alberto Olmos ADM. CABAÑAS DE COSQUÍN Osvaldo Rincón ADM. HOTEL “INDEPENDENCIA” TERMAS DE RÍO HONDO DE LA FATLYF Julio Bevione COMISIÓN REVISORA DE CUENTAS Y CONTROL DE LOS EMPRENDIMIENTOS TITULARES Daniel Alberto Paván - José Luís Usandivaras - Sandra Viviana Caballero - Damián Juan Sanz - Lidia Norma Castellino SUPLENTES Graciela del Valle Canavesio - Mercedes Omar Alamo COMISIÓN CENTRAL DE JUBILADOS Y PENSIONADOS: PRESIDENTE Juan Carlos Zanforlín SECRETARIO Nelson Gabrielloni VOCALES TITULARES Horacio E. Colson - Julio Bevione VOCALES SUPLENTES Juan Luis Tisera - Juan Hernández - Juan Carlos Bisaro - Olivio Bartolo Bello


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editorial

AMOR A LA CAMISETA Eduardo Brandolín Secretario general Sindicato Regional de Luz y Fuerza

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ransitamos un año especial. Es el año del 70 aniversario del SiReLyF. Pasó mucha agua debajo del puente, momentos de glorias, de alegrías, de crecimientos y de sueños. También de los otros; de sufrimiento, incertidumbres, dolores y traiciones. Los que tenemos la suerte de formar parte durante muchos años de una institución tan grande podemos considerarnos privilegiados. Siempre estamos protegidos, nunca vivimos la sensación de soledad, siempre el gremio estuvo allí con su manto protector. Los que tenemos la vocación de participar lo vimos crecer aún en momentos durísimos de la historia fluctuante de nuestra patria. Aquellos que ya tenemos algunos años y que nos pasamos la mayor parte de nuestra vida

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La Gestión para el Cambio entendió el sindicalismo múltiple y lo aplicó

militando, conocimos a muchísimos hombres que dieron todo de sí, con amor y pasión, por la causa. En mi caso, que participo desde hace casi 40 años, se cruzan por mi mente nombres conocidos por muchos y registrados por la historia; y otros, los anónimos que pasaron sin ser conocidos por la mayoría pero que en cada espacio en el que estuvieron dejaron la marca de ese fuego sagrado de la militancia. No voy a nombrar a todos, solamente a uno que dejó un gran ejemplo para los que siguen; esfuerzo, trabajo, honor, austeridad, sabiduría, solidaridad, honestidad: el querido Luis Gagliano. Junto a él enarbolamos la bandera de la Gestión para el Cambio. La Gestión para el Cambio transformó ese sindicato ultraconservador, ensimismado, casi autista, en una institución que abrió sus puertas y se entregó sin barreras y sin frenos a la necesidad de su gente. Lo demuestra la obra. No es necesario que crean en nuestro discurso, sólo es oportuno que observen y que hagan

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un sincero y real ejercicio de memoria y se van a dar cuenta de que todo está a la vista. La Gestión para el Cambio modificó la historia. Entendió la filosofía del sindicalismo múltiple, la descifró y la aplica. Por supuesto que aún falta mucho por hacer y hay todavía necesidades no satisfechas. Eso nos sigue dando vida, ese es el desafío, seguir planteando ideas y trabajar para concretarlas. También es un año muy especial para un pueblo tan futbolero como el nuestro: el Mundial nos moviliza. Durante un mes todo cambia, no importa la inflación, seguro que del impuesto a las ganancias ni se va a hablar, tampoco de la inseguridad, ni de los problemas sociales, salvo que nuestro equipo, Dios no lo permita, quede eliminado rápidamente. Realmente es una pasión tan contradictoria

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como la vida misma. Carlos Tevez dijo que si no hubiese sido por el fútbol estaría en la cárcel o muerto por la droga. ¡Impresionante lo que puede hacer el fútbol! No obstante es un ejemplo que se da en contadas oportunidades. Hay otras contradicciones: el fanatismo por el fútbol genera violencia, mafias que manejan vidas y, por otro lado, clubes de barrio donde hombres y mujeres con una vocación envidiable luchan sin medios, con muy poco apoyo para preservar a los chicos de las calamidades de la calle, el alcohol, las drogas o la prostitución. De la pasión que genera el SiReLyF a la pasión del fútbol la explicación es simple: se cumplen 70 años gloriosos del SiReLyF y llega la máxima expresión de una enorme pasión como es el fútbol y su campeonato Mundial. Qué mejor momento para juntarnos y hacer hurras por esas pasiones, por estas banderas, la bordó del sindicato y la blanquiceleste de nuestra querida Argentina. ¡Viva el SiReLyF, viva Argentina!


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De local y en pantalla grande

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n Córdoba el fútbol es una pasión que también tiene producción cinematográfica local. Dos películas para transpirar la camiseta desde la platea. “Belgrano, una película pirata” recorre

la historia del club atravesado por la vida de barrio Alberdi y sus hinchas. Realizada por las productoras de cine El Calefón y Los Surcos del Viento, el film es dirigido por Martina Faux y Gastón Bailo, y está en etapa de desarrollo. “Locura que enamora mi ciudad” relata cinco historias cruzadas por el mismo amor: Talleres. Amistad, pasión, fe y locura por un equipo que rescata la importancia de sus hinchas. Se estrenó el 26 de abril pasado y fue producida por Teodoro Ciampagna (director de Hipólito) y dirigida por Maximiliano Baldi (director de la serie televisiva Edén).

El Ministerio de Educación toma el ejemplo del SiReLyF

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l Ministerio de Educación de Córdoba va a tomar para su implementación en toda la provincia el modelo de Educación y Finalización de Estudios Secundarios con modalidad a distancia que se diseñó entre el SiReLyF y la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos de la Provincia. El Plan de Terminación de Estudios Secundarios que se gestiona desde el SiReLyF es la primera experiencia en el país que hace una organización gremial e, incluso, desde el Estado nacional y provincial. A partir de la relación del SiReLyF

con el Ministerio de Educación se creó una mesa de trabajo para realizar el diseño e implementación de una herramienta de acreditación cruzada de la capacitación profesional conjunta con la finalización de la escuela secundaria. Además, esa mesa comenzará el diseño curricular para realizar educación técnica a distancia en el sector eléctrico con el aval del Ministerio de Educación. Hoy son 230 los afiliados al SiReLyF que están anotados y listos para terminar su educación secundaria a partir del 26 de junio 2014.

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+ + e++e + + e e+ + + Anticipar, un plan de jubilación y vida plena

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l 27 de mayo se presentaron las bases de Anticipar, un programa que ofrece alternativas saludables a los trabajadores que se estén por jubilar con el objetivo de que vivan su etapa jubilatoria de manera plena. El programa prevé una preparación para que el trabajador reciba la jubilación con proyectos de vida, salud física y emocional. Los destinatarios son los trabajadores activos tanto del Convenio Provincial como del Nacional que estén a cinco años o menos de jubilarse y sean afiliados al Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF). El programa tendrá talleres educativos donde se abordarán cuatro grandes ejes: el cuidado físico, las relaciones sociales, la sustentabilidad económica y la orientación vocacional. Estos ejes se comparten con los de la obra social: que la persona llegue sana a jubilarse, que no pierda contacto con su entorno, que mantenga su estándar de vida y que tenga nuevas actividades. Anticipar fue pensado por el Secretario General del SiReLyF, Eduardo Brandolín, durante las reuniones con el equipo de MATCH Gestión del Rendimiento, con quienes crearon el proyecto que será motorizado a través de la Secretaría de Cultura, Comunicación y Formación a cargo de Alejandra Carrillo. Desde junio a diciembre de 2014 se va a seleccionar una muestra representativa de 60 trabajadores que conformarán los primeros casos. Se realizarán entrevistas para medir el nivel de satisfacción y esperanza de vida en base a escalas internacionales. La prueba piloto finalizará en diciembre con una publicación científica realizada por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), que van a colaborar con el equipo de MATCH Gestión del Rendimiento. energía + 5


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De pibe relataba partidos de fútbol con los soldaditos en el lavadero de su casa. Fue abogado y, aunque lo intentó, nunca pudo irse de Río Cuarto. El relator y periodista cordobés Osvaldo Webhe es la demostración de que se puede trascender desde el interior del interior, sin dejar su lugar en el mundo. Por Hernán Laurino

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a cuestión es adivinar desde dónde aparecerá Osvaldo Webhe. La plaza principal de Río Cuarto y la calle Belgrano saben que en cualquier momento ese señor no muy alto, rellenito y cincuentón avanzará lento pero afirmado por cada centímetro de una vereda que parece decir su nombre en cada baldosa. Veinte minutos atrás, desde el portero de un edificio bien céntrico, la voz metálica de su compañera Gladys dará las indicaciones justas y necesarias para conocer los pasos de Osvaldo Webhe. “Hola, lo buscás a Osvaldo, ¿cierto? Me avisó que venías. Esperalo unos minutos porque fue a hacer unos trámites. Pero ya vuelve”. Son justamente 20 minutos en los que calle Belgrano pinta a Río Cuarto de cuerpo entero, un martes para nada especial de mayo. Dos pibas lindas caminan para la facultad. Un tipo vestido de abogado pacta una reunión por celular. Una viejita pasea un perro peinado más prolijo que su dueña. Hasta que sí, aquel es Osvaldo. El señor que siempre vuelve gira en la esquina y de repente ese fragmento de la ciudad de Río Cuarto podría ser París, podría ser Roma, podría ser Madrid, podría ser Nueva York. Pero es Río Cuarto. Y ese señor es Osvaldo Webhe. Un portafolio marrón. Un sobretodo gris, lentes con marco negro mate y un gorro azul tipo Gilligan que esconden sus orejas y la frente. El señor que siempre vuelve ya volvió. Está en su casa. Y nos invita a pasar. Todavía está algo cansado porque el lunes de esa semana no arrancó como quería. Ser relator de fútbol tiene esas cosas de viajero constante. Y ni Osvaldo ni nadie saben a ciencia cierta cuántas horas arriba de un colectivo hay en esa columna. “Víctor Hugo (Morales) me decía siempre que tengo más kilómetros que los autos de Turismo Carretera. Así es esta vida. El partido ese de las nueve y media de la noche los domingos es una cosa terrible. Termino muy tarde, no tengo cómo volverme para acá (por Río Cuarto, de ahora en más “para acá” o “casa”). Me fui en avión a Córdoba y vos viste la ruta de Córdoba para acá lo que es, ¿no?”.

Su rutina laboral arranca cerca de las 8 de la mañana, como conductor del programa “Mañana empiezo”, por FM Maradó, de su ciudad. Luego, sí, llega el momento en que Osvaldo se dedica a sí mismo y a sus cosas. “Hago lo mío entre las 10 de la mañana hasta la hora del almuerzo. Si no lo hago ahí, ya perdí. Voy a natación dos veces por semana, también pinto. Puedo salir a caminar con mi perro por la ciudad, algo que me encanta. Voy a tomar un café con los amigos. Después, a la tarde, sigue el trabajo”. Lo que sigue es Cadena 3, la poderosa radio de Mario Pereyra que lo recapturó desde hace un par de años con la única condición de hacer la tira semanal deportiva “desde acá”. También se sienta a escribir sus columnas para los diferentes medios con los que colabora (diario Puntal de Río Cuarto, la revista de Tarjeta Naranja, Revista DT, entre otros) y el entrañable micro para Cadena 3 “Un Mundo de nostalgias”, donde cada tarde hace llorar a las señoras con recuerdos de tiempos pasados. Y maravillosos. Pero otra vez estamos acá, en su casa. Y del ventanal que comunica el living con el patio está colgado su perro Brando, que pide entrar con sus patas negras. ¿Será Brando por Marlon Brando? “No sé, puede ser… Al nombre lo sorteamos. Antes tuvimos un cocker que se llamaba Luther. Pero falleció y no quise tener más nada. Hasta que me encajaron este, que es un Terrier escocés. Ahora ya estamos de amigos”, dice y lo acaricia. Apoya el celular en la mesa principal y todo lo que lo rodea tiene su sello personal. Hay una barra de madera con copas, un Oporto El Abuelo y un Blenders. Más atrás, cientos de discos en los que se destaca uno que señala: “Los 100 mejores boleros”. Un plasma y junto a él una bicicleta fija para hacer ejercicio que se encuentra plegada. En las paredes los cuadros que él mismo pinta. Son paisajes que sus ojos han visto. O imaginado. Más allá, se suceden las fotos con tipos importantes. Osvaldo y el Papa. Osvaldo y Maradona. Osvaldo y Víctor Brizuela. Osvaldo y Víctor Hugo Morales. Y, también, Osvaldo y sus amigos posando con la camiseta de su propio equipo de fútbol. Esos tipos, para él, son los más importantes. Las fotos conducen hasta su pequeño bunker. Su propia radio energía + 7


Grandes maestros. Wehbe trabajó con referentes del periodismo deportivo como José María Muñoz, Víctor Hugo Morales, Víctor Brizuela, Alejandro Apo, entre otros. “Si no aprendés algo de todos esos, estás mal. Y sigo aprendiendo”, explica.

hogareña. Hay dos computadoras, un teléfono, un micrófono y el equipamiento para transmitir. El libro de la biografía del técnico de la Selección Argentina de fútbol Alejandro Sabella y, más allá, dos Martín Fierro que supo ganar. “Labor en conducción y animación masculina”, dice la estatuilla. Quizá para Osvaldo el premio más importante es nunca haberse ido. O, mejor dicho, siempre haber vuelto acá. A casa. “Las posibilidades eran vivir en Córdoba o en Buenos Aires, porque yo trabajé mucho en medios de allá, en radio Rivadavia desde el 77 y 78. Pero nunca ha habido una oferta que vos digas, ufff… me voy. Cuando surgieron esas chances, Río Cuarto estaba más comunicada que ahora. Teníamos aviones, la ruta estaba mejor, yo era más joven, por lo tanto medís el cansancio de los viajes de otra manera. Ojo, no me arrepiento. Quizá ese sea el motivo para dejar esto antes de lo que lo dejaría… Hoy por hoy, hay que aguantársela”. Y Osvaldo aguanta porque aquí están quienes lo aguantan. Su mujer, sus hijas (Camila, bioquímica, y Florencia, directora de cine), los amigos que lo esperan en el bar frente a la plaza para hablar de su San Lorenzo y los vecinos que lo saludan. “Hola, Turco”. “¿Todo bien, Turco?”. “¿Cómo anda, Osvaldo?”. Son pequeñas pastillas que le siguen dando vida. “Río Cuarto es mi ciudad, yo nací acá, tengo mis amigos, si bien ya no tengo mis papás ni mis hermanos, que se fueron los dos en estos últimos años, tengo mi señora, mis dos hijas, son

mis olores, mis costumbres. Esta es una ciudad muy cómoda para vivir. Yo viví seis años en Córdoba y viajo desde hace 35 años a Buenos Aires. Y te puedo decir que no viviría en ninguno de esos dos lugares. Si pudiera elegir, buscaría algo más pequeño. Cuando vos tenés un lugar que te permite dos o tres veces a la semana ir a comer un asado con los amigos, jugar al fútbol, salir a caminar, manejar tus tiempos… Dormir siesta… Esa ya sería la causa. ¡Dormir 45 minutos de siesta! Con eso, ya estás hecho”. Un tipo derecho “No me gustan los hombres grises, los que andan siempre calculando. La persona que vos no sabés qué son, son las más peligrosas. Prefiero los blanco o negro”. Más allá de ser locutor, relator y periodista, Webhe cuenta con orgullo que se recibió y ejerció como abogado, algo que no realiza desde hace más de 25 años. Esos fueron los tiempos de su vida en Córdoba, donde descubrió a Belgrano, Talleres e Instituto junto a sus hermanos. Y por curiosidad terminaría en la radio, algo que ya conocía: de pibe, colocaba a los soldaditos como jugadores en una cancha imaginaria y relataba partidos inolvidables en el lavadero de su casa. Por entonces, la radio spika de su padre, que aún conserva en este mismo living, transmitía los partidos en la voz de Fioravantti y fue allí donde Osvaldo comenzó este viaje. Que siempre lo encuentra en alguna terminal. Esperando el colectivo de regreso. “Las terminales son muy lindas cuando me estoy por volver.

Viví seis años en Córdoba y viajo desde hace 35 años a Buenos Aires, Y no viviría en ninguno de esos dos lugares. Si pudiera elegir, buscaría algo más pequeño que Río Cuarto

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Fútbol sagrado. Los mundiales se quedan como marcas para toda la vida en Wehbe y su familia. En el 86, su madre estaba enferma y su hija Camila tenía 20 días de vida. “Fue un mundial tremendo por extrañar, pero me salvó Diego”, dice el relator.

Ahí te sentás, comés un sanguche, tomas una cervecita. Y volvés a casa. Ya me acostumbré. Es el trabajo de uno… Y he tenido la suerte de trabajar con los más grandes, con (José María, el Gordo) Muñoz, con Víctor Hugo, con Brizuela. Si no aprendés algo de todos esos, estás mal. Y sigo aprendiendo. Estoy en un buen momento porque escribo mucho. Me gusta lo que hago, no porque lo haga bien, sino porque me siento bien. Y a nivel relato estoy en una madurez interesante. Aprendí mucho, muchísimo, en los tiempos de Continental. Trabajé con alguien que te permitía todo, que era Víctor Hugo. Fue una libertad fantástica”. Osvaldo se para y camina hasta la computadora. “¿Querés que hagamos una foto como si estuviera haciendo el programa? Muy buenas tardes a todos, arrancamos otra emisión de Sucesos Deportivos, hablando del San Lorenzo campeón de América… ¡Ojalá, ¿no?!”, se ríe. “La realidad tecnológica me ha permitido vivir acá, era impensando hacer un programa desde Río Cuarto todos los días. Internet bien usado no es una maravilla, son 10 maravillas juntas. Tengo la computadora, el equipo con el micrófono, el teléfono. Ahí me muevo… Y para relatar los partidos traigo un cable hasta el televisor y relatamos… Esta es mi cancha”. En esa “cancha” que es el living de su casa, Webhe se mueve como Maradona en el 86. Y desde esta misma mesa transmitió el Mundial de Sudáfrica 2010, al que no viajó, como un servicio para los oyentes. “Siempre diciendo que no estamos en la cancha,

eh”. En Brasil 2014 Osvaldo volverá a decir presente. “Para el 2010 mi señora se había ido de viaje con unas amigas. El living quedó todo el mes copado. Transmitía un partido para Continental, y el que seguía, para Cadena 3. Fue un Mundial de mucho laburo, pero en casa. A Brasil viajo. El primer Mundial en el que laburé fue el de acá (Argentina 1978). Estaba estudiando abogacía en Córdoba y hacía la corresponsalía de Radio Rivadavia. Y como me había recibido de profesor de inglés, me usaron para las concentraciones de Alemanias y Escocia. Iba en una Renoleta… Y al primer Mundial que viajé fue España 82, donde iba a relatar un partido y terminé relatando 11. Debuté el día que Argentina se rindió en Malvinas. Fue muy difícil. No debimos haber transmitido y Argentina no debería haber jugado”. Luego le siguieron más viajes y más ciudades: México 86, Italia 90, Estados Unidos 94, Francia 98 y Alemania 2006. “La edad de los chicos la van marcando los mundiales. Cuando me fui en el 86 tenía a mi vieja jodida y a mi hija Camila de 20 días. Fue un mundial tremendo por extrañar, pero me salvó Diego. Los más lindos mundiales son en Europa. Hay países que no pueden organizar un mundial. ¿Para qué un estadio tan grande si no tienen un hospital? En Europa es hermoso. Francia, Italia, Alemania… fue fantástico. Voy por el fútbol, pero me gusta la historia, la geografía, la pintura. Me gusta el arte, los museos. Casi no duermo en los mundiales. Trato de mimetizarme mucho

Al primer Mundial que viajé fue a España 82. Debuté el día que Argentina se rindió en Malvinas. Fue muy difícil. No debimos haber transmitido y Argentina no debería haber jugado

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La cancha en casa. En medio de las fotos con amigos y personalidades, Osvaldo Wehbe tiene su radio hogareña, dos computadores, un teléfono, un micrófono y el equipo para transmitir. “Para relatar los partidos traigo un cable hasta el televisor. Esta es mi cancha”, dice.

con la gente del lugar. Son 30 días y te traés un panorama de ese pueblo”. Mi amigo el Turco “Si vas al bar y decís ‘cambié el auto’, te abrazan todos. En cambio, si vas y decís: ‘fui padre’, te dicen: ‘qué bien’. Nos hemos vuelto muy materialistas. Se pierden relaciones humanas por avanzar y avanzar en lo material. No paramos la pelota”. Habla Osvaldo y su casa parece tener ese olor mágico de café recién hecho de los bares. Y en su piel hay pedacitos de esos lugares míticos de Río Cuarto donde supo ser feliz. Como La Barraca, el bar del Gran Hotel y ese coqueto pub llamado Gibbons donde tuvo discusiones eternas con sus amigos. Los que hoy aún sostiene. “Tuve una infancia feliz. Figuritas, bicicleta, hacer una cancha en cualquier lado, los amigos en el barrio… Una vez al mes nos seguimos juntando, somos 12 o 14, los amigos de siempre. Tenemos algunos caídos, claro. Yo los miro. Cada uno hace cosas distintas. Pero hay como una base de vida, cada uno con su idea. Hay una madera que está tallada. Creo que la familia tiene mucho que ver. La familia codo a codo, que se interesa por el otro. Y aclaro que cuando hablo de antes no digo que sea mejor o peor, es otra vida. Principalmente, hemos perdido el respeto al otro. Soy un convencido de que el mejor sentimiento es ése: la amistad. Lo pongo por arriba del amor. La amistad es única, encierra amor también. El amigo es sensacional. Y yo tengo muchos. Por eso soy un agradecido a la vida”. Los bares, la defensa de su club (San Lorenzo), Tinelli, la política. Todos temas en los que, ante todo, escucha a los demás. “Porque lo que yo pienso ya lo dije en la radio”. 10 energía +

“Al mediodía, siempre un café. Se da mucho el bar en Río Cuarto, en Córdoba y en Buenos Aires también. Hay mucha gente que se hace la que labura y está en los cafés. Dentro de un bar se escenifica la película de la vida”. Osvaldo mira de reojo el celular. Avisa que a las doce tiene natación. Y que tiene que pasar por el bar a ver a los amigos. Se va a ir porque más tarde querrá volver. “Me gusta mucho estar en casa, soy muy casero. Me gusta pintar, escribir, salir a pasear con el perro, me gusta charlar con mis hijas. Disfruto mucho andar por la calle. La mayoría acá me conoce por ser vecino de la ciudad. A lo mejor ni saben qué nota escribí, qué partido relaté, ni nunca escucharon la radio. Eso es fantástico. Soy un afortunado de la vida. Lo que yo hacía cuando era chico me ha permitido vivir, me pagan por eso. Y tengo muchos amigos. Sé que puedo contar con mucha gente. Tengo una mujer brillante, laburante, tengo dos hijas maravillosas. Por eso extraño mucho cuando viajo, cuando no estoy. Por eso me gusta volver a casa…”.


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LAS

actualidad

contra DEL dicciones

PARAÍSO

Paraisópolis: donde conviven el lujo y la miseria Texto y fotos: Javier Ferreyra

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Una visita a una de las favelas más grandes del mundo. Un paseo en el que las desigualdades y las contradicciones son la metáfora perfecta de Latinoamérica.

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arece difícil entrar a la villa Paraisópolis, la segunda más grande de San Pablo, Brasil, y una de las más grandes del mundo. Lo es desde el punto de vista de alguien que mira desde afuera, observando las apiñadas casitas de ladrillo y chapa encimadas unas sobre otras en un laberinto rojo, rodeadas por majestuosos edificios. Pero no es difícil entrar a la villa desde el punto de vista práctico: basta tomar cualquiera de los colectivos que tienen el cartel “Paraisópolis” para ingresar hasta el corazón mismo del racimo de casas que conforman esta villa. Eso sí, no es cuestión de entrar como turista desorientado. Hay que estar en contacto con alguien dentro para que después se pueda salir. Ireana Gomes trabaja de asistente médica en la villa. Con su hermano Junior y su sobrina Bianca me acompañan en el colectivo y la primer advertencia es la de no tomar fotografías hasta que hayamos entrado. El moderno colectivo toma por la avenida Laerte Setúbal e ingresa por la arteria Giovanni Gronchi. Una calle aglomerada de autos, colectivos, camiones y gente caminando indica que es la entrada principal a Paraisópolis: la calle Melchor Giota está literalmente atestada, el colectivo se mueve muy lentamente avanzando hacia ese mundo semidesconocido, entre atemorizante y atractivo, de las favelas brasileñas. Ese espacio que conocemos por películas que nos parecen imaginativas y procaces, es más real y exuberante que la ficción. Autos modernos estacionados en las calles, restaurantes, peluquerías, taller mecánico, carnicerías, negocios, máquinas trabajando, gente acelerada siguiendo el ritmo imaginario de una ciudad explosiva y desaforada. Paraisópolis es una ciudad dentro de una ciudad: las más de 120 mil personas que viven aquí gestionan sus propias reglas, sus preocupaciones, su propio sentido del mundo. Al caminar por las calles de la villa no parece haber miradas sospechosas o agresividad latente. Todos semejan concen-

trarse en el ritmo ajetreado y activo que los mueve. Las calles están pavimentadas, los frentes de las viviendas en muchos casos están pintados y arreglados, sin esconder la miseria pero salvaguardando las apariencias. Detrás de esos frentes mejorados hay ínfimos pasillos sobre los que se forman colmenas de pequeñas casitas que parecen temblar ante cualquier viento. Se puede decir que el corazón de Paraisópolis es el centro de salud gestionado por el Hospital Israelita Albert Einstein, que se hace cargo de instalar y mantener al equipo médico a través de un plan de acción de responsabilidad social. “Algunos critican esta labor por tratarse de algo como una privatización de la salud” nos

no es difícil entrar a la villa desde el punto de vista práctico: basta tomar cualquiera de los colectivos que tienen el cartel Paraisópolis para ingresar hasta el corazón mismo del racimo de casas que conforman esta villa

dice Ireana, “pero es la manera por la cual el Estado encontró una forma estable y segura de trabajo en las villas de San Pablo”. El centro de salud es un moderno edificio con todos los equipos indispensables, farmacia incluida, para trabajar allí mismo con los pacientes incluso en casos graves. Un hombre con su hijito en brazos saca un puñado de preservativos de un dispenser que los entrega de manera gratuita. Es el último día de vacunación para la gripe A y se ha juntado a los pacientes con todo tipo de enfermedades que diariamente utilizan este espacio. Los embarazos adolescentes, las enfer-

medades cardiovasculares derivadas de la mala alimentación en los adultos y el sida conviven con una realidad social lacerante y complicada que hace que el trabajo de los médicos tenga sus aristas. Aun así, nos dice Carla, la jefa médica, los médicos prefieren este destino, más inhóspito y descorazonador, pero interesante y halagador: “La lista de espera para trabajar acá es más larga que la de aspirantes al propio hospital”. Como todo espacio urbano la densidad histórica de Paraisópolis es prolongada y compleja. La zona en la que están enclavadas las construcciones era antiguamente la hacienda de aristócratas ingleses dedicados al comercio en la próspera San Pablo de finales del siglo XIX, hasta que los negocios declinaron y la hacienda desapareció. La ladera abandonada se convirtió en el terreno propicio para los asentamientos de los inmigrantes del nordeste brasileño, asolado por las sequías y la eterna pobreza. La zona de Morumbí (“monte verde” en la lengua tupí, los indios de la región) está relativamente cerca del centro pero había quedado relegada de los planes de expansión de la ciudad, que rápidamente se convertía en una megalópolis. El crecimiento sostenido de la zona impuso el trazado de avenidas y rutas que acercaron la zona al dinámico centro de la ciudad. Con la construcción del imponente estadio del club San Pablo, el mítico Morumbí, ese espacio se convirtió en uno de los más preciados. No lejos de allí está el Palacio de Gobierno y apenas unas cuadras más allá está Jardins, uno de los sectores aristocráticos de San Pablo, con casonas antiguas, exquisitos jardines, refinadas arboledas y un nivel de lujo similar al de las ciudades más ricas del mundo. Por esto mismo puede considerarse a Paraisópolis la metáfora más adecuada de América Latina, el continente en donde reina la mayor desigualdad del planeta: ricos muy ricos y pobres muy pobres. Por el lado oeste hay una mansión que posee canchas de tenis, de fútbol y una inmensa pileta de natación. En el borde mismo de la villa, sobre la avenida Gronchi, hay energía + 13


un condominio inmenso y encantador, en forma de caracol, que tiene piscinas individuales en cada balcón. Con esa imagen se levantan por las mañanas los habitantes de Paraisópolis ya que el complejo de edificios domina la entrada misma al lugar. Y al atardecer, el cielo aparece rayado de interminables helicópteros, pero no son de la policía, sino de los gerentes y empresarios que regresan desde el centro financiero a sus casas en las afueras, escapando del infernal tráfico de San Pablo. La brecha entre los que tienen mucho y los que no tienen nada es evidente, desoladora y casi brutal. “Aumenta la riqueza y aumenta la pobreza” me dice Marcelo Albuquerque, “y eso hace que los que tienen poco miren a los que tienen mucho y quieran tener lo mismo. Eso fabrica pobreza psicológica y deriva en la violencia”. El recorrido por la villa es una experiencia extraña y emotiva. Hay una especie de contrato de convivencia con los médicos, de reglas estrictas en el trato ya que de ellos dependen muchas vidas. Los centros de salud no se encargan solamente de lo relacionado con lo específicamen14 energía +

te médico. Hay campañas de alimentación balanceada, de limpieza, de biología, de reciclaje. Gran parte de los habitantes ni siquiera necesitan salir del espacio de la villa para realizar sus actividades. Hay supermercados, taller mecánico, de chapa y pintura, peluquerías, farmacia, tiendas de ropa, verdulerías, carnicerías, zapaterías, y las indipensables manicurías en las que las mujeres de San Pablo van con una regularidad aún mayor que a la peluquería. En la comunidad conviven artistas y hasta hay un famoso luthier, Gio, que nos muestra sus instrumentos musicales mientras se prepara para viajar a la ciudad a grabar un disco como músico invitado de una banda de rock. El restaurant “Bom Prato”, ideado por el intendente de San Pablo, Geraldo Alckmin, ofrece desayuno o almuerzo por 1 real (menos de $4) y con esto asegura alimentación nutritiva a gran cantidad de habitantes. Pero la visión de cierto orden y hospitalidad en el espacio no pueden dejar de hacer sentir las amenazas latentes y cierta inquietud en el ambiente. La gente en la calle no se deja fotografiar, y cuando sacamos la cámara, aparece alguien de as-

Página 12. La miseria y cierto esmero en cuidar el perfil de la favela conviven en las calles semiasfaltadas de Paraisópolis. Página 14. Se acerca el Mundial y todo sigue igual para los habitantes de la favela. La magia del fútbol no tiene fronteras ni rivalidades. Página 15, arriba. Racimos de casitas encimadas conviven con la imagen grandilocuente del condominio de lujo Paço dos Reis, en el que cada balcón tiene su propia piscina. Página 15, abajo. Paraisópolis creció en las tierras agrestes de las afueras del San Pablo de mediados del siglo XIX y ahora quedó en pleno centro de la ciudad.


pecto no muy amigable que pregunta para qué son las fotos. Los médicos explican y nos salvan de la situación incómoda. El retraimiento de los habitantes no es sólo por las apariencias. La lucha de bandos es una constante en las pujas de poder interno. Aunque la historia de la violencia aquí es muy distinta a la de otras favelas: Paraisópolis era hasta hace poco un lugar extrañamente tranquilo, porque a instancias de los referentes de la villa no se dejaba entrar la droga. Los negocios ilegales de todo tipo tenían vía libre, pero no la droga. Hace unos 10 años el PCC (Primeiro Comando da Capital, una especie de clan mafioso que opera desde las cárceles) empezó a maniobrar en Paraisópolis y fue eliminando a los que cuidaban la villa. Los acuerdos de no traficar ni consumir droga fueron exterminados junto con los referentes. Y así empezó lo que describen como una espiral de violencia descontrolada. Además, los problemas se suelen arreglar en casa, ya que hay un acuerdo entre los habitantes en no llamar a la policía y arreglar las cosas internamente, con lo cual cualquier divergencia puede derivar en tremendos ajustes de cuentas. Este descontrol de la violencia está en el centro de la agenda del gobierno en vistas de la realización del Mundial de fútbol. Por esta razón se implementó lo que llaman “operación peine fino”, en la cual la policía especial interviene cercando el perímetro de la villa unos días y revisan minuciosamente casa por casa y habitante por habitante. Es que Paraisópolis, con su índice de población, representa un espacio importante en las estrategias electorales de cualquier partido. Dentro de la villa vive un diputado que fue electo recientemente, se ofrecen facilidades para ingresar en las escuelas técnicas o en la Universidad, se proveen viviendas construidas dentro de la villa misma, se facilitan accesos y planes de trabajo y salud. Aun así el idealismo de las mejoras choca contra los hábitos y disposiciones objetivas de los habitantes, que conviven en una cruda realidad de desigualdad y pujas que forman obstáculos subjetivos y concretos a la vez, contra los cuales es muy difícil trabajar. Y así, entre el bienestar objetivo y la desolación subjetiva, conviven las distanciadas y diferentes realidades de los habitantes de Paraisópolis. energía + 15


nota de tapa

una historia de lucha y construcción Desde su creación, el 2 de junio de 1944, el Sindicato Regional de Luz y Fuerza transitó etapas de crecimiento institucional y de resistencia a las dictaduras y al neoliberalismo. Ese es el espejo en el que se mira un presente de obras y servicios que se acrecientan desde la filosofía del “sindicalismo múltiple” y el doble compromiso con el afiliado y con la sociedad.

S

etenta años han transcurrido desde aquel 2 de junio de 1944 en que fue creado el Sindicato Regional de Luz y Fuerza (SiReLyF) de Córdoba, que hoy representa a más de cinco mil afiliados. Aquel origen, en un contexto histórico de reconocimiento a los derechos de los trabajadores, definió la esencia de una institución que se fortaleció durante los primeros gobiernos peronistas y sobrevivió a tres dictaduras, cuyo común y principal objetivo fue reprimir a la clase trabajadora y eliminar sus conquistas políticas y sociales. Con el retorno de la democracia, la restitución de derechos laborales y sindicales fue condicionada por la desestabilización económica con que el capital concentrado erosionó el gobierno radical de Raúl Alfonsín, lo que abrió camino al neoliberalismo privatista que luego marcaría el rumbo de las presidencias del justicialista Carlos Saúl Menem y de la Alianza UCR-Frepaso. Durante ese decenio, la inminente privatización del área de generación de energía de la Empresa Provincial de Energía de 16 energía +

Córdoba (Epec) empujó al sindicato en 1994 al desafío de crear -en sociedad con el sector cooperativo- la empresa Generadora Córdoba con el objetivo de “resguardar fuentes de trabajo -unos 200 puestos- y generar energía eléctrica con valor agregado social”. También fueron tiempos de una dura resistencia sindical y social que le puso punto final a ese ciclo con las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. La energía del cambio En ese dramático y a la vez esperanzador escenario, que en Córdoba incluyó la resistencia contra la privatización de la Epec y el Banco de Córdoba, el 1º de noviembre de 2001 asumió la conducción del gremio Gestión para el Cambio, que llevó como secretario general a Eduardo Brandolín (ver entrevista). Las nuevas autoridades, imbuidas de la filosofía del “sindicalismo múltiple”, le dieron al SiReLyF un impulso renovador y una administración eficiente, que además de lograr una recomposición salarial permitieron emprender importantes obras

y nuevos servicios: la Casa del Estudiante (2003), por la que han pasado 600 hijos de afiliados de los que 160 ya obtuvieron su título; la construcción de la moderna sede central “2 de Junio” (2009-2010), con sus ocho pisos y su auditorio “Luis Gagliano”; la Central Termoeléctrica “13 de Julio” (2011), que produce 32 MW de potencia nominal y supuso una inversión de U$S 13.500.000; el convenio colectivo de trabajo para el personal de la Nucleoeléctrica Argentina SA (2005), logrado tras veinte años de lucha sindical; la Comisión de Jubilados, que por primera vez tuvieron participación en el Sindicato; el saneamiento de la obra social Regional Luz y Fuerza Salud, que brinda servicio a las familias lucifuercistas de más de 200 localidades; la creación de LyF Turismo, que ofrece viajes con tarifa subsidiada a los principales destinos del mundo. Acompañando estas y otras iniciativas, se llevó a cabo una “revolución comunicativa”, plasmada en productos como el periódico semanal Energía Positiva, el programa de televisión del mismo nombre, la revista


Energía + y el reciente sueño cumplido de la radio propia (www.radiolyf.com). De la palabra a la acción Al extender a toda la provincia su acción en defensa de los derechos de los trabajadores de la energía, la Declaración de Principios del nuevo Estatuto manifestaba: “Cuando el hombre en su incansable lucha por el bienestar manifiesta sus deseos de ser más; cuando sus reivindicaciones se descentralizan del mero sustento físico, nace naturalmente el sindicalismo moderno con la finalidad esencial de promover la superación moral y material del hombre que trabaja. La instrumentación práctica del Sindicalismo Múltiple ha significado la respuesta de Luz y Fuerza a esta inquietud, encontrando sus fundamentos más sólidos en la concep-

ción solidaria del esfuerzo volcado hacia el afiliado, su familia y la comunidad”. Aquella Declaración ya destacaba el rol activo del trabajador en la economía, al proponer que “con el fin de que la economía esté al servicio del hombre, los medios de producción y cambio imponen la necesidad de la participación del trabajador para acelerar su evolución”. Desde este principio, el SiReLyF se proponía bregar “por la superación del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, y conquistas sociales que amparan a los trabajadores”, pero también sostener su independencia de los partidos políticos y la defensa del cooperativismo y los derechos sociales. Con esa amplitud de objetivos, el sindicato asumía además la consigna de “lograr que el Estado reafirme el compromi-

so indelegable de alcanzar un armónico desarrollo de todas las regiones del país, manteniendo las Empresas Eléctricas en su poder, acordando los planes y los medios que permitan esencialmente brindar energía abundante y barata en todos los ámbitos, orientando al sector con mentalidad argentina para beneficio de los argentinos”. Sin duda, era un conjunto de propósitos ambiciosos y en gran medida aún inconclusos, que incluso podrían sonar irrealizables. Salvo para quien conozca esos 70 años de historia de resistencias, luchas y anhelos cumplidos.

entrevista. Eduardo Brandolín, secretario general del SiReLyF

“Este sindicato cumple el precepto fundamental de la solidaridad”

A

pesar de tener una larga historia de militancia en el SiReLyF y ser su secretario general desde 2001, para Eduardo Brandolín la evocación del pasado no tiene un valor intrínseco ni mucho menos místico. En todo caso, el pasado adquiere un significado trascedente como referencia –negativa o positiva– para proyectar el futuro, que es su principal preocupación. En ese sentido, de los 70 años transcurridos desde la creación de esta institución gremial rescata la solidaridad, la diversidad y la capacidad organizativa para construir “una organización que tiene que estar en permanente evolución y no tiene techo para crecer”. Además, Brandolín destaca que el sindicato haya logrado sobrevivir a trances históricos difíciles, como la represión durante la última dictadura y el neoliberalismo instalado en los años 90, que culminó en el resistido intento de privatización de la Epec. Del primer momento, recuerda: “Yo empecé a militar apenas ingresé a una cooperativa en el año 75, con toda esa ebullición. Después vino el Proceso militar y a esa ex-

periencia oscura yo la pasé siendo militante de un sindicato, lo cual era muy comprometido y complejo. Me tocó vivirlo en la seccional de Jesús María, donde nuestra resistencia era atender la Secretaría de Servicios Sociales, lo único que nos permitían abrir. Poníamos como pantalla la entrega de órdenes

médicas, y ahí era un lugar de reunión donde se hablaba de la situación que vivíamos los trabajadores. Y así fue en el resto del sindicato: la pasamos militando en lo que podíamos”. –¿Cómo fueron los años 90? –Los 90 fueron muy similares a la energía + 17


época del Proceso militar, sólo que parecía que había más libertad. Estuvimos toda la época menemista sin paritaria, cuando la esencia de un sindicato es la discusión del salario y las condiciones laborales. De hecho, cuando asumimos en el 2001, tuvimos que aprender nuevamente lo que era la negociación. –¿Eso implicó a su vez recomponer la conciencia de las bases? –Totalmente. En los 90 se perdió el debate, no había pensamiento crítico en los trabajadores y eso es lo que más nos cuesta recuperar. Hoy todavía la gente se basa mucho en los medios hegemónicos, salvo los militantes, los que participamos. –¿Cómo vivieron en el 2000 el intento de privatizar Epec previsto en la Ley

“Si el sindicato logra

tener más posibilidades económicas para brindar mejores servicios, evidentemente es muy positivo” de Nuevo Estado? –Hubo resistencia de todos los gremios de Luz y Fuerza, y también se hicieron muchas gestiones. Unos días antes de asumir como Gestión para el Cambio, tuvimos la buena noticia de que se paraba la privatización y arrancábamos con un problema menos. Después, durante nuestra gestión, hubo una lucha muy fuerte cuando (José Manuel) De la Sota intentó cercenar nuestro Convenio Colectivo de Trabajo 36/75, y no lo permitimos. –¿Qué implicaba la visión distinta que proponía Gestión para el Cambio? –Era la aplicación en serio del sindi18 energía +

calismo múltiple. En la declaración de principios del Estatuto está el fundamento: el trabajador no solo necesita salario y condiciones laborales dignas. Uno puede pensar qué más necesita como individuo para tener una vida digna. Así nos damos cuenta qué necesidad tiene cada afiliado y accionamos para que eso se logre. Así nacieron todos los nuevos servicios. –Para cierta visión instalada por la prensa hegemónica el sindicalismo múltiple equivale a sindicalismo empresario que a su vez es igual a sindicalismo burocrático.

–Es a la inversa. A nosotros nos han catalogado como sindicalistas empresarios porque nos tocó hacernos cargo de 200 y pico de trabajadores cuando Epec iba a privatizar la generación de energía. Así nació Generadora Córdoba, otro hito. Lo importante es el resultado. Si con esas decisiones el sindicato logra tener más posibilidades económicas para brindar mejores servicios, evidentemente es muy positivo. En esencia, somos dirigentes gremiales, no empresarios. Además, empresa no es mala palabra: es emprender, hacer cosas. Y no como el empresario que se llena de


plata solo. Acá todo apunta hacia un fin absolutamente social. –El período desde que asumió esta gestión coincide con muchos cambios en el país... –Sí, al principio fue durísimo. –¿Cuál es la posición del gremio ante el contexto político nacional? –A nivel nacional, uno tiene que hacer un uso de la memoria que normalmente los argentinos no hacemos. A este gobierno se le deben muchas cosas, particularmente los trabajadores. Durante el gobierno de Néstor Kirchner recuperamos las paritarias, que él instauró nuevamente y son un derecho sumamente importante para el sindicalismo. También hay una mayor participación de la gente en la política. En el sindicalismo ha sido un poco más lento, pero se ve la cantidad de jóvenes que empiezan a militar. Creo que es una década ganada, en eso y en la nacionalización de la seguridad social, Aerolíneas Argentinas e YPF. Fueron decisiones importantes y hay que rescatar el coraje para asumirlas. –¿Y en el debe? –Están dejando bolsones de pobreza enormes y los trabajadores estamos siendo excluidos. Hay un 30 o 40 por ciento de los trabajadores argentinos alcanzados por un impuesto que lo deberían pagar los que tienen ganancia en serio, no un trabajador que gana quince mil pesos. –¿En la comisión directiva piensan todos igual sobre estos temas? –No. Todos pensamos diferente. –¿Y cómo se hace para que eso no genere una parálisis política? –Con pluralismo, con aprender a convivir con opiniones disímiles y con participación política diferente: acá hay compañeros peronistas, radicales, socialistas… Hay una escuela histórica en el sindicato donde orgánicamente no se discute la política partidaria. Eso ha servido. –¿Qué es lo que esperaba un trabajador de su sindicato hace 70 años y qué espera ahora? –Todavía tenemos materias pendientes. Por ejemplo, hay diferencias económicas notorias entre los afiliados: un trabajador de cooperativa tiene un sala-

rio muy inferior a uno de la Epec. Pero este sindicato tiene algo muy importante: la solidaridad entre los distintos sectores. Cuando hay un conflicto, como cuando hubo despidos en cooperativas de Monte Leña o Los Reartes, todos confluyeron a ayudar. Y al revés, en la lucha contra la privatización de Epec estaban presentes los trabajadores de las cooperativas. Cuando en Monte Leña me tocó salir a decirles a los compañe-

ros que estaban afuera tirando bombas: “Muchachos, ya podemos festejar”, a algunos se les caían las lágrimas. Eso te marca. Es importante pelear por la dignidad y contra la injusticia. El precepto fundamental de la solidaridad en este sindicato se cumple.

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La voluntad del Cuerpo de Delegados

“Un sindicalismo que se proyecte al bienestar del pueblo” El 22 de junio de 2006, el Cuerpo de Delegados del SiReLyF, reunido en la ciudad de La Falda, elaboró un documento en el que expresaba: “Afirmamos que el hombre vale por sí mismo, independientemente del valor que el mercado le asigne a su rendimiento. Y ese no es sólo el fundamento de nuestra organización, es lo que proponemos como modelo rector para nuestro país. Debemos asumir la dignidad del trabajo entendiendo que el trabajo constituye una prolongación de la persona humana. En este sentido los trabajadores, auténticos creadores del patrimonio nacional, tenemos derecho a intervenir no sólo en la producción sino en la administración de las empresas y la distribución de los bienes. A los que afirman que los trabajadores deben permanecer indiferentes al destino del país y pretenden que nos ocupemos solamente de problemas sindicales, despreciando todos los emprendimientos que suman socialmente al cambio, les respondemos con lo que ha sido la esencia de nuestro sindicato: El trabajador quiere el sindicalismo integral, que se proyecta hacia el control del poder, que asegura en función del bienestar de su familia y del pueblo todo”.

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institucional

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institucional

Rodar la vida De La Paquita a Barcelona. Javier Trivelli dejó a los 17 años su pueblo y se instaló en la Casa del Estudiante del SiReLyF para hacer el profesorado en Educación Física. En 2013, con 27 años, dejó el gimnasio y la escuela de fútbol donde trabajaba en Alta Gracia y cruzó el océano Atlántico para instalarse en España.

L

a noche del 15 de mayo fue bien cordobesa para Javier y otros tantísimos argentinos que viven en Barcelona. El “James Brown del cuarteto”, como presentó el diario El País a Carlos “La Mona” Jiménez, tocó con su banda en un pub. Javier Trivelli era una de las 800 personas que quisieron bailar al ritmo de la música popular de Córdoba. Ese jueves, él y sus amigos festejaron la alegría del cuarteto y, seguramente, el ritmo del tunga tunga los hizo sentir más cerca de la cotidaneidad de su lugar, de la familia, los amigos y la “argentinidad”, como dice él. Javier es de La Paquita, una pequeña localidad al nordeste de la provincia de Córdoba ubicada a 25 Km de Brinkmann, allí donde el acento cordobés se mezcla con el santafesino. Es profesor y Licenciado en Educación Física con orientación en Ciencias del Ejercicio. En octubre de 2013 atravesó el mar y llegó a Barcelona para hacer un Máster Profesional en Alto Rendimiento en Deportes de Equipo en el Centro Barcelona Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña (INEFC) para continuar especializándose. El máster lo organizan tres instituciones: el INEFC, la Fundación Fútbol Club Barcelona y Byomedic System, y dura dos años. Se fue a estudiar con Luis y allá se encontró con Víctor y Facundo que fueron en 2012. Son amigos y se conocieron durante el cursado del Instituto Provincial de Educación Física (IPEF) y la licenciatura de dos años en Rosario. Como dice él, en otro país, esta amistad hace que “ciertas cuestiones argentinas se mantengan”. Además de estudiar, trabaja en un

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gimnasio y vive con sus amigos en un piso, como le llaman en España a las viviendas que ocupan todo un piso de edificio. Y aunque todavía no caminó mucho las calles, Javier confirma eso que dicen muchos sobre la metrópoli: “Es muy bella. Con Barcelona todos los días conocés algo diferente y nuevo. Es una ciudad que ofrece demasiado. Deporte, cine, teatro. No te podés aburrir nunca. Hay mucho por hacer”. Hincha de Boca y Talleres, ya fue a un partido del Barça por la Copa del Rey y no se perdió los goles de Lionel Messi.

“Barcelona es muy bella. Todos los días conocés algo diferente y nuevo. Es una ciudad que ofrece demasiado. Deporte, cine, teatro. No te podés aburrir nunca. Hay mucho por hacer” A los 17 se fue a Córdoba y en seis años hizo el profesorado y la licenciatura. Después viajó a Buenos Aires a realizar un curso de Técnico de Fútbol en la AFA y se quedó en Alta Gracia cuatro años, hasta octubre de 2013. Trabajaba en el gimnasio de Leandro, un amigo con quien puso a andar una escuela de fútbol que sigue en

marcha y en la cual participa desde el otro lado. “Los proyectos siguen funcionando excelente pero son cosas que sentís que pertenecés y se extraña ver cómo funcionan, cómo crecen”, explica. En esa distancia, la forma de hacer más llevadera la lejanía y la ausencia es la comunicación a través de redes sociales y el diálogo con cámaras web. Cuando se fue a estudiar a Córdoba era diferente. A menor distancia, por teléfono, con visitas de sus padres, con las noticias de su pueblo, conviviendo con su hermana y en la cotidaneidad de la Casa del Estudiante, la familia estaba cerca. Como dice él, “ahora hay un charquito al medio que se llama mar y un par de kilómetros más de distancia. En eso la tecnología ayuda un montón”. Lazos de familia Herny Trivelli y María del Carmen Flores son de Brinkmann y luego de casarse se fueron a La Paquita por cuestiones laborales. Al poco tiempo nació Diego, luego llegaría Javier y la más chica Eugenia, los tres con dos años de diferencia. Hace 25 años que Herny trabaja en la cooperativa que pertenece a la Seccional de Altos de Chipión-La Paquita y es encargado del área de Redes; ella es florista y ama de casa, y en junio cumplieron 30 años de casados. A medida que finalizaron el secundario, los tres hermanos viajaron a Córdoba para continuar sus estudios y como afiliado al Sindicato, Henry tuvo la posibilidad de que puedan hacerlo alojándose en la Casa del Estudiante. Fue lo que permitió que pudieran estudiar ya que, como dice él, hubiera sido complejo afrontar los costos económicos y de formación de tres hijos.


A la distancia, la forma de hacer más llevadera la lejanía y la ausencia es a través de las redes sociales y del diálogo con cámaras web. “Ahora está el mar al medio y en eso la tecnología ayuda un montón”, cuenta “De todos los lugares donde uno está siempre aprende y los lugares que te marcan son de la infancia”, recuerda Javier cuando habla sobre su elección profesional. Los hermanos Trivelli iban a la escuela de deportes de la municipalidad y allí uno de los profes marcó su inclinación por la educación física. Javier fue el hermano que más sufrió irse a 230 Km de distancia. Con 850 habitantes, el ritmo y el modo de vida son diferentes al de la ciudad. Muchos hablan de La Paquita como ese pueblo que casi nadie conoce cuando lo nombran pero en el cual se conocen todos: “Me costó mucho los primeros años -recuerda-. Extrañaba al punto de querer volver. Porque vivir en un pueblo y pasar un día a tener que hacer todo solo, la comida, lavar la ropa, estudiar, son un montón de cosas que no las tenía maduradas todavía. Estar en la Casa del Estudiante, compartir con otros chicos, me hizo madurar y me hizo independiente de ciertas cuestiones. Esa maduración son cosas que hacen que acá no se noten tanto desde el punto de vista de los quehaceres cotidianos, los manejes y el desempeño”. Me verás crecer A los 27 años decidió irse sabiendo que va a volver. “La idea siempre estuvo. Este es el momento, sino después el tiempo pasa y vas teniendo más cosas. Todavía tenemos mucho por vivir, por hacer, de experiencia, seguir estudiando, que va llevando su tiempo”-dice y afirma- Volver siempre está presente. Sé que pertenezco allá”. energía + 23


Tercera militancia Un programa de radio de la Comisión Permanente de Jubilados y Pensionados del Sindicato Regional de Luz y Fuerza.

“E

s una forma de vida que uno adopta a través de los años”. “Es una continuación para los que hemos sido militantes activos”. “Tratar de ser útil al resto de los compañeros es mantenerse en contacto con ellos”. “La práctica constante de estar en contacto con los compañeros es lo más lindo que nos puede haber pasado”. “Cuando uno llega a jubilado te quedás en tu casa o haces la tercera militancia como nosotros”. Estas son algunas de las frases que los compañeros jubilados y pensionados han dicho en Tercera Militancia, el programa que tienen en radiolyf.com, un emprendimiento que cumplirá un año el próximo 13 de julio. “Me encanta estar frente al micrófono. Nunca lo había hecho, es mi primera vez

así que les voy a decir a mis amigas que me escuchen”, dice Sandina María Zeppillo, sonriente, antes de entrar al estudio de la radio que funciona en la Casa del Estudiante. Sandina nació en Almafuerte pero hace 58 años que vive en Córdoba capital. Fue invitada al programa para contar sobre sus actividades culturales: “Durante 15 años he trabajado en el centro cultural de mi barrio y desde el año 2000 me dedico a hacer pinturas al óleo, pero hace como 40 años que pinto en tela. Además, he hecho manualidades con esmerilado y vitrofusión”. A su lado está Juan Hernández, coconductor del programa, que cuenta: “Tercera Militancia es un alargue de nuestro trabajo en la Comisión Permanente de Jubilados. Y la Comisión

Permanente es un alargue del trabajo de base que hemos hecho en las seccionales del Sindicato. Siempre he tenido una participación muy activa”. La Comisión Permanente de Jubilados y Pensionados depende de la Secretaría General, a cargo de Eduardo Brandolín, tiene ocho miembros y fue creada durante la actual Gestión para el Cambio. “La Comisión Permanente me nombró para que participe permanentemente del programa. Pero a veces vienen los otros miembros, algunos de ellos viajan hasta cuatro horas, aunque ya somos personas grandes. Pero la militancia la tenemos acoplada a nuestro ser. Entonces seguimos cumpliendo. Un compañero de 83 años viene desde Morteros, con sus 65 años de dirigente sindical a cuestas”, dice Hernández. –¿Cómo vive el hecho de estar frente al micrófono? –Aunque uno está acostumbrado a hablar en asambleas, no es lo mismo, así que al principio me costó un poco. Acá todo es repentino, al instante, no hay tiempo de pensarlo mucho. Pero me estoy acostumbrando y tomo el ejemplo de las chicas que tienen oficio. –¿Cómo lo tratan las chicas de la radio? –Me están mimando. Es una experiencia sumamente positiva tanto en el aspecto personal como en el militante. Está por comenzar el programa, José y Sandina se ponen los auriculares, empieza la cortina musical y se enciende la luz roja que indica que ¡estamos al aire!

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Un lugar en el SiReLyF Allí donde vivimos los trabajadores del Sindicato Regional de Luz y Fuerza.

E

n cualquier punto de la provincia donde están los afiliados al Sindicato Regional de Luz y Fuerza hay historias de luchas, de vida, de compañeros para contar. Para conocerlas y compartirlas está Un lugar en el SiReLyF, uno de los programas de RadioLyF que más repercusión tiene en Córdoba. A lo largo de las emisiones que se sucedieron estuvieron en los estudios de la radio afiliados de diversas localidades de la provincia compartiendo historias y vivencias. En 2013, uno de los programas tuvo como invitado a Alberto Cassinelli, secretario de la Seccional de Tío Pujio, un pueblo a 15 kilómetros de Villa María, en el departamento General San Martín. Aquella ocasión fue diferente a todas las demás. Fue la primera vez que Alberto concurría a una radio y era la del SiReLyF.

“Me parece una muy buena iniciativa que el SiReLyF haya hecho una radio propia”, dijo el secretario de seccional a Energía + cuando se le preguntó sobre cómo ve el proyecto radial a poco de cumplirse un año desde su creación en julio de 2013. “Cuando me pusieron frente a los micrófonos me dio un susto impresionante pero las chicas de la radio me condujeron con la entrevista de una manera excelente. Fuimos muy bien tratados. Fue una experiencia muy linda. Era la primera vez que estaba en una radio y como campechanos que somos, nos costó un poco. Pero me sentí como de la familia”. “En esa oportunidad me acompañó un afiliado jubilado que se sintió integrado y conforme. También estuvo su hija que vive en la Casa del Estudiante. Así que RadioLyF integró a tres generaciones de lucifuercistas. Un jubilado, un activo y una

estudiante”. Paisaje cordobés Con 2800 habitantes, la principal actividad económica de Tío Pujio es la agricultura, la ganadería y la lechería. En esa localidad de la pampa húmeda, la cooperativa brinda servicios de agua, cloaca, telefonía, internet, televisión por cable y seguridad ciudadana tanto urbana como rural. Como pasó con Tío Pujio, un lugar en el SiReLyF intenta acercar a los afiliados entre sí para que los compañeros de toda la provincia se conozcan, compartan sus historias, lo que hacen, los que piensan, lo que sienten, lo que sueñan.

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editorial responsabilidad social

la Responsabilidad Social desde el sindicato Alessandra Minnicelli Presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)

M

ucha información se comparte luego de una jornada de trabajo y a veces queda un vacío en el tema de la Responsabilidad Social (RS). En el Estado hay políticas públicas que priorizan a la gente. Pero vemos que la RS desde las empresas privadas muchas veces es figurativa o “de momento”. No es evaluada como una oportunidad para los modelos sociales nacionales, ni para la cohesión social. Tampoco se plantean alinear la acción de RS a las políticas públicas. No se entiende cómo pueden ser convergentes o complementarias. Y luego de esas jornadas de trabajo, la pregunta es ¿y ahora? ¿Qué puedo hacer desde mi lugar? ¿Por dónde empezar luego de tomar conciencia del compromiso que significa la RS? 1° paso: tomar conciencia es el pilar, la decisión estratégica. Sigue buscar la metodología más adaptada a la realidad del sindicato que inicie el

{

En Responsabilidad Social, el empoderamiento es lo único que nos garantiza que sea encarada de manera seria

camino y herramientas de relevamiento sencillas que permitan identificar los temas en RS porque ya sabemos del concepto, de la ISO 26.000 y de estándares nacionales e internacionales y hasta de las metas del milenio que se aprobaron en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Digo “herramientas de relevamiento sencillas” porque hablar de RS es referirnos a los valores de las personas transmitidas a las organizaciones de las que forman parte y componen la cultura organizacional. Esa cultura cuenta con la aceptación de un grupo lo suficientemente numeroso o con una antigüedad aceptable como para considerarlos válidos. Es un proceso de construcción colectiva y para modificarlo, debe ser igual. 2° paso: definir tareas. Usar metodologías para adentrarnos en la temática y sus abanicos posibles para este sindicato. Definir tareas es describir la forma de llevar adelante nuestro trabajo y para eso tenemos que analizar o repensar a la organización sindical y a su objeto.

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Eso quiere decir pensar en el trabajo que cada uno hace en la institución donde presta servicios porque el enfoque de la RS requiere de un diagnóstico que permita evaluar lo que desde IMSIGES llamamos el estado de madurez en RS que se está trabajando y para ello debemos tener claro cuáles son las principales actividades de la organización gremial. 3° paso: una vez que logramos estandarizar las tareas podemos ver qué materias pueden formar parte de proyectos socialmente responsables, y ahí comienza el tercer paso: dialogar. Definir con quien debemos trabajar en conjunto. Es aquí donde la idea de Ecosistema de RS nos permite trabajar con universidades, cooperativas, gobiernos locales o administraciones públicas, otros sindicatos, etcétera para llevar adelante los proyectos de Responsabilidad Social. Con optimismo pero con realidad porque así

}

como nadie puede mantenerse al margen, tampoco nadie puede hacer todo solo. En RS no competimos, compartimos 4° paso: ponerse los guantes y trabajar. Más adelante veremos de abordar la obtención, selección y utilización de indicadores para medir si los objetivos que nos fijamos al diseñar la acción de RS logran plasmarse (eficacia), si optimizamos el uso de los recursos humanos y materiales (eficiencia), y trabajar en la generación de reportes (Balance Social) para comunicar lo que se hace, ver cómo mejorar nuestra tarea, convocar a que se sumen y sobre todo empoderarse. En Responsabilidad Social, en gestión, en políticas públicas, en compromiso con la participación ciudadana, el empoderamiento es lo único que nos garantiza que sea encarada de manera adecuada, seria, como sistema de gestión distintivo, y que se aplique y replique en cada rincón, en cada lugar en el que nos toque actuar.

Abogada y procuradora por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UBA. Doctora en Derecho de la Universidad de Salamanca y presidenta de FONRES S.A. y de la Fundación Observatorio de Responsabilidad Social (FORS)


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actualidad

14° Festival Señores niños ¡al teatro!

CAITO 28 energía +

El 13 y 14 de mayo se presentó la obra “Sueño de monigotes” en el marco del 14° Festival señores niños ¡al teatro!, que es un colectivo de trabajo formado por los grupos de teatro independiente de la ciudad de Córdoba que comparten la convicción de que la niñez y la juventud tienen derecho a recibir arte pensado para ellos. Como agrupación los une el deseo de ofrecer en Córdoba una programación teatral de calidad y de colaborar con el cumplimiento del derecho de todos los niños y niñas a conocer y disfrutar el arte. Un deseo que comparte y apoya el Sindicato Regional de Luz y Fuerza.

El martes 22 de abril se presentó Caíto, una película dirigida por el actor Guillermo Pfening. El largometraje, que mezcla documental y ficción, cuenta la relación de amor entre dos hermanos: Guillermo que es actor y emigró a Buenos Aires y Caito, que tiene distrofia muscular y se quedó en Marcos Juárez, Córdoba. Al observar la relación de Caíto con su padre, con la kinesióloga, con las mujeres, con los amigos, Guillermo descubre que su hermano tiene un deseo muy profundo: ser padre. A partir de ese momento Guillermo le regala a Caito un relato de ficción para que sea el protagonista de su historia idílica de formar una familia. Estuvieron el director y el protagonista, que conversaron con el público. energía + 28


Circo DaVinci El 21 de mayo estuvo el Circo DaVinci, un grupo independiente de circo, teatro y música que presentó “Maravilla, escenas de un mundo extraño”. El espectáculo reunió tango, reggae, cumbia, cuarteto y ska combinado con elementos de circo, teatro, danza y humor. Fue un show poderoso, alegre e inolvidable para las casi 200 personas que fueron. Con la sala colmada, diez payasos musicales deambularon en un cortejo delirante. Su nave viajera, sus personajes amorfos, sus vientos de fanfarria, su orquesta desequilibrada, sus recetas imposibles y sus canciones coloridas transitaron junto a un público de todas las edades escenas de un mundo maravilloso.

El Ojo con Dientes Radio El sábado 31 de mayo El Ojo con Dientes transmitió en vivo con público su programa de radio que se emitió en simultáneo por Continental Córdoba y RadioLyF. Hubo músicos invitados, poetas, teatreros, fotógrafos y un grupo de artistas plásticos que hizo una intervención en vivo durante la transmisión. Entre los músicos estuvieron Maru Chamella, Cyro & La Liga Premier, Menta Saez, Enrico Barbizi, Hueso Horsmann y sus Patrones, Ariel Borda. Las poetas fueron Marta Svorcan y Angie Ferrero. Se presentó Alfa y Omega Teatro. Carola Murúa montó un estudio de fotografía. Belkys Scolamieri hizo impresiones serigráficas. Y Luis Silva, Ricardo Vargas, Alejandra Daoiz, Virginia Seia fueron los artistas plásticos encargados de la intervención.

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La costura invisible

La Costura Invisible es un proyecto fotográfico y audiovisual que estoy realizando desde el verano de 2013 en torno a las costureras de pelotas de fútbol de la ciudad de Bell Ville. Las imágenes las retratan en sus casas y patios, en su contexto cotidiano de trabajo mientras cuidan a sus niños. Es un oficio que se transmite de generación en generación, con tradición en la zona desde que en 1931 se creó la válvula que dio lugar a la invención de la pelota sin tiento de costura invisible. Las

fotografías testimonian la producción artesanal del balón, elemento fundamental de un deporte popular practicado en su mayoría por hombres. Hoy a las pelotas las cosen principalmente las mujeres que habitan en barrios periféricos de la ciudad. Estas fotografías han sido exhibidas en distintas ciudades de Latinoamérica como parte de la muestra internacional sobre fútbol El juego sólo acaba cuando termina (www.artefutbol.com) organizada por el Instituto Goethe.


///////////////////////////////////////// ensayo fotogrĂĄfico la costura invisible Bell VIlle - 2013

Gabriel Orge

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La costura invisible

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La costura invisible

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Gabriel Orge

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La costura invisible

el autor

Gabriel Orge nació en la ciudad de Bell Ville, hoy vive en Córdoba capital, es fotógrafo y docente y desde el año 2000 coordina el proyecto Manifiesto Alegría Taller de Experimentación Fotográfica. Ha recibido distintos premios y becas, su obra se ha exhibido en distintas ciudades de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Colombia, Perú, España y Canadá y forma parte de las colecciones del Museo Emilio Caraffa, Museo Genaro Pérez, Museo Rosa Galisteo y colecciones particulares.

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Gabriel Orge

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crónica

El Che Guevara

Fútbol Club Por Juan Pablo Meneses / fotos: andrés acha

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En Jesús María, en la provincia de Córdoba, un equipo de fútbol rinde homenaje al Che Guevara. Todos son iguales, el deporte no puede ser visto como un negocio, no se venden futbolistas y solo quieren gritar una cosa: ¡hasta la victoria siempre!

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stá por empezar la revolución. Y todos esperan se gane. El silencio previo a la batalla se rompe cuando, finalmente, aparece el comando infantil guevarista. Son once niños con las manos en alto, camisetas rojas, zapatos de fútbol y la cara del Che en sus camisetas. Entran al campo de juego muy serios, concentrados, como si supieran que solamente la disciplina y la conciencia podrán ayudarlos a tomar por asalto al equipo rival y clavar la pelota en el arco enemigo. Sus padres y hermanos y amigos y abuelos y tíos y vecinos saludan su ingreso gritándoles “¡Vamos, Che Guevara!”, o “¡Vamos, Che, carajo!”, o “¡Hasta la victoria siempre!”, o “¡Guevaristas hasta el final!”, o “¡Aguante el Che!”. En esta historia, el Che Guevara es un equipo de fútbol. Como todos los fines de semana, cada partido del equipo se transforma en un acontecimiento familiar. Más allá del fútbol, dicen. Los padres montan una comida comunitaria y cargan bolsas con los alimentos y se saludan de abrazos y besos guevaristas, mientras las madres se cuentan las últimas novedades, y van cortando tomate y partiendo el queso y picando cebolla y abriendo el pan y buscando la sal. No hay otro Che Guevara oficial en la historia del fútbol mundial. El único club inscripto con ese nombre es el de estos niños que compiten en las distintas categorías. Antes del pitazo inicial, cuando ya está todo en orden, los familiares despliegan una gran bandera con la cara de Ernesto Guevara y por una radio suena la canción Hasta siempre, Comandante. Esa suerte de himno del Che, que compuso el cubano Carlos Puebla en 1965, y que dice en una parte que aquí se queda la clara / la entrañable transparencia / de tu querida presencia / Comandante Che Guevara. Se inicia el partido Es posible que de aquí, de entre estos pequeños guevaristas que ahora persiguen la pelota en una cancha de tierra, salga la nueva estrella del fútbol latinoamericano. Pero más importante, o al menos esa es la idea de la presidenta del club, es que de aquí salgan los nuevos líderes del barrio, los nuevos agentes sociales de cambio para los pobres de la ciudad de Jesús María. Más que nuevas estrellas, dicen en el Che Guevara, lo que se espera es algo más ambicioso: que salga el Hombre Nuevo. El Che Guevara está en Jesús María La ciudad de Jesús María está a 50 kilómetros al norte de la capital de la provincia. Para llegar, hay que tomar la Ruta Nacional 9 y atravesar campos con vacas y vaquillonas y terneros y toros, y por la ruta van camiones con animales y camionetas con gauchos y autos armados en Argentina

y motos con parejas de enamorados que van cruzando en medio de la llanura pampeana por entre gigantescas publicidades de Messi afeitándose o Messi tomando una bebida que recupera energía o Messi usando una determinada marca de ropa deportiva o Messi comiendo un pan que le da fuerza. Jesús María es conocida en el resto de Argentina porque aquí tiene su sede el Festival Nacional de la Doma y el Folclore. Un encuentro folclórico con música en vivo y hombres tratando de durar mucho tiempo sobre caballos sin domar. Ajustando las rodillas para no salir volando, apretando fuerte las manos para no terminar en el suelo con algún hueso partido. En uno de los barrios residenciales de Jesús María está la casa de Mónica Nielsen, la presidenta del Club Social y Deportivo Che Guevara, fundado el 14 de diciembre de 2006. Mónica me recibe con un mate, mientras ponemos a helar un par de cervezas. -Te digo algo de entrada. Nosotros no vamos a sacrificar a un chico para mantener a 200. No vamos a vender jugadores a cambio de dinero - tira directo, como frenándome. La entrevisto, porque será parte de un libro que publicaré un tiempo después, y que se llama Niños futbolistas. En los últimos meses, después de la aparición del libro, han llegado hasta aquí a grabar un documental para Europa, la contactó un entrenador de España que los quiere ayudar y los han entrevistado en una docena de medios de diferentes partes del mundo. -Con este proyecto vamos en contra de lo que corrompió al fútbol. Nosotros llevamos un nombre fuertísimo. Yo no me puedo poner a hacer negocio con los chicos. La presidenta del club Che Guevara sabe que lo que viene no es fácil. Que el exitismo acecha todo el tiempo, desde todos lados. Lo sabe, dice, porque recuerda que desde que toda esta historia empezó, las cosas nunca han sido sencillas. Hoy tienen unos 120 jugadores de 6 años en adelante en siete divisiones diferentes. Todo gratis, remarca ella. Ninguno paga nada. Mónica dice que esta es su causa. Se nota entusiasmada con todo lo que ha provocado. Ya los han invitado a jugar fuera de Argentina, y en muchos lugares quieren imitar la idea. Ella sabe que una buena campaña, con triunfos y campeonatos, haría mucho por la causa. Pero también sabe que, al menos en su club, lo importante no es ganar. -Lo primero: esto es un club social. El niño que entra en energía + 39


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el Che Guevara sabe que, si se quiere ir a otro club, nosotros le damos el pase libre. Las puertas están abiertas. Acá nadie está secuestrado. Nosotros competimos contra clubes que tienen tomados a los pibes. Somos muy audaces al competir con equipos que tienen un poder adquisitivo superior al nuestro. Equipos que sí hacen negocios con jugadores, que cobran derechos y han vendido chicos. De este campeonato de fútbol de Jesús María han salido niños que ahora están jugando en River o en Boca. La gente lo ve como algo normal que el chico se vaya, que el club cobre, que la familia cobre y que el chico sea negocio. Como si fuera un producto más del mercado en la sociedad de consumo en que vivimos. Hasta hace un tiempo, Mónica mantenía el club con su plata. El presupuesto mínimo que necesita mensualmente para funcionar la institución es de poco más de 3000 pesos por mes. Dice que no tiene idea, ni le interesa saber cuánta plata ha gastado de su bolsillo, pero que su satisfacción va por otro lado. Hoy, el Che Guevara tiene personería jurídica y sus jugadores están federados a la Liga Cordobesa de Fútbol. Compiten en la Liga Regional Colón, con las categorías de primera y reserva. Desde el año pasado, también se sumaron la sub-17 y sub-12. Los entrenamientos se realizan en las canchas de clubes amigos y solidarios que les facilitan sus instalaciones. -¿Tienes claro que el modelo del Che Guevara se contrapone a todo lo que sucede en el fútbol actual, donde la compra y venta de niños es el negocio de moda? -Sí, sí, pero yo no me puedo poner a hacer negocio con los chicos. Si sos guevarista, vamos con el guevarismo a morir. Moriremos en el guevarismo.

de editoriales con la cara de Ernesto Guevara de la Serna. Pocos rostros, a nivel mundial, han podido conseguir esto. Cuando le pregunté a Jon Lee Anderson, el mejor biógrafo del Che, sobre la explotación de su nombre por distintas marcas y productos, me dijo: -El fenómeno del Che-Chic existe en los países del Primer Mundo, es decir, en los países industrializados, donde el Che representa algo ajeno a sus realidades (como lo fue estando él con vida) y donde el fetichismo y la parafernalia del Che (poleras, relojes, pósteres, etcétera) son más que todo una expresión cultural de retro-chic romántico, o exótico. Como lo sería, en menor grado, pues, Mao, o incluso figuras pop como Lennon. Coincide con el “fashion” de que Eres lo que Vistes. Pero en mucho del resto del mundo, donde hay pobreza aguda, carencia de libertad política, social y económica y del Estado de derecho, el Che sigue siendo un símbolo potente de rebelión y desafío del statu quo, un héroe que apela a la emulación. En el club Che Guevara, la apropiación de la figura va más allá del chic mundial. Así lo ve su presidenta:

Hay clubes que compran jugadores de solo 6 años porque le ven futuro dentro de la cancha. Mónica Nielsen, con un olfato de cazatalentos políticos, dice que Joaquín, a sus 6 años, ya es un líder social

-¿Y si te sale un Messi? -Si ese chico es realmente consciente de darles una mano a sus congéneres o a los que vienen por detrás, se verá. Ese es el desafío. El pendejo sabrá si quiere darle una mano al club, si tiene la solidaridad que nosotros les estamos dando. El otro día les dije: “Chicos, ¿ustedes saben lo que es la solidaridad? Solidaridad es dar, es escuchar, es respetar”. Nosotros no le cerramos la puerta a ningún chico, ni para que entre ni para que se vaya. Y si alguien se quiere ir, bien, ya se corre la bola de que el Che Guevara no le priva el pase a ningún chico. El Che Guevara va perdiendo Antes de terminar el primer tiempo, van con dos goles en contra, pero eso no detiene a los pequeños jugadores ni a sus familias ni a la presidenta de un club de niños donde la idea es no venderlos. En Francia hay un perfume llamado Che Guevara. Las zapatillas Converse sacaron una publicidad con la cara del Che Guevara. La modelo Gisele Bündchen desfiló por Nueva York con un bikini que llevaba estampadas cientos de caras del Che Guevara. Hay marcas de habano, de camisetas,

-Ya parezco Fidel Castro. Lo digo con orgullo, con honor, porque yo siempre les digo a los chicos que nosotros tenemos que formar cuadros dentro del club: “Chicos, miren hacia el futuro, una institución como esta nos sirve políticamente. El día de mañana ustedes pueden ser desde concejales hasta intendentes de este pueblo. Porque acá es la formación, acá ustedes tienen que dirigir, tienen que querer esta institución, valorarla, respetarla, contenerla, porque ella les va a dar a ustedes lo que ustedes no se imaginan lo que en el futuro les puede dar”.

En su casa tiene varias fotos de Ernesto. De distintos tamaños y colores. En el segundo tiempo, el Che Guevara sigue perdiendo El Che Guevara, por su parte, no fue un gran futbolista. En el deporte que más destacó fue el rugby, donde jugó bastantes años hasta que el asma le impidió hacer mayores esfuerzos. También hizo natación -llegó a participar en torneos escolares-. Y jugó ajedrez de forma competitiva. En su libro El Che Guevara, el periodista argentino Hugo Gambini detalló la verdadera relación del comandante con el fútbol: “Leía las crónicas deportivas para informarse sobre los campeonatos profesionales de fútbol y, como la mayoría de sus amigos eran adictos a los mismos clubes (Boca o River), Ernesto quiso elegir uno distinto. Cuando descubrió la existencia de Rosario Central, un club de la ciudad donde él había nacido, adhirió fervorosamente a su divisa. A partir de ese instante le encantó que le preguntaran ‘¿De qué cuadro sos?’, porque le daba la oportunidad de responder con cierta altivez: ‘De Rosario, de Rosario Central. Yo soy rosarino’. No tenía la menor idea sobre esa ciudad ni había visto jamás energía + 41


a su equipo, pero él era rosarino y defendía su identidad...”. En el libro se recuerda que Guevara jugaba de arquero, y que era de esos guardavallas muy gritones, que daba instrucciones a sus defensores. El arquero del Che Guevara, en cambio, es un niño de menos de 12 años que en el segundo tiempo ha tenido que ir a buscar la pelota dentro del arco un par de veces, nuevamente. El Che Guevara no es un equipo competitivo. Siempre va en los últimos lugares de la tabla. Joaquín Rojas quiere ser futbolista y todos los fines de semana sale a la cancha vistiendo una camiseta del comandante Ernesto Che Guevara. Joaquín Rojas tiene 6 años y juega desde los 5. Es del barrio Güemes, una villa miseria vulnerable donde la pasta base de cocaína se llama paco y la venden en todas las esquinas. Joaquín obligó a su padre y a sus hermanos a que lo acompañaran al Che Guevara, porque, a su corta edad, ya tenía claro que quería jugar al fútbol. Hay clubes que compran jugadores de solo 6 años porque les ven futuro dentro de la cancha. Mónica, con un olfato de cazatalentos políticos, dice que Joaquín, a su edad, ya es un líder social. Para transmitirles a los niños futbolistas quién era, realmente, el comandante Guevara, la presidenta del club optó por algo práctico: les pasa las películas del Che que protagonizó Benicio del Toro y que fueron producidas por Hollywood. Los chicos se sientan alrededor de la pantalla, y siguen sus aventuras como las de un superhéroe deportivo. Para los chicos es un orgullo jugar en el equipo del prota-

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gonista de esos filmes. También, lo han dicho, es un orgullo jugar en un club con tanta hinchada en tantos lugares del mundo. Cada vez que los noticieros muestran una marcha política o disturbios con la policía en alguna parte del mundo, donde los manifestantes levantan banderas con la cara del Che Guevara, los niños se ponen contentos porque piensan que son hinchas de su club. El Che Guevara termina perdiendo el partido de esta tarde. A nadie parece importarle demasiado. La revolución de este comando de niños guevaristas continuará.


El libro y el autor “Lo que más se vende al extranjero son los argentinos; los uruguayos son un producto en alza porque se adaptan a todas las condiciones y muchos tienen pasaporte europeo, pero un brasileño todavía vale más que el resto”. El periodista chileno Juan Pablo Meneses se planteó comprar un niño barato en América Latina y venderlo en Europa por mucho dinero. El resultado es Niños futbolistas, una crónica sobre el negocio del fútbol, un libro que habla del capitalismo de los milagros. Se sabe que Messi está en la tele, pero nadie se pregunta cómo llegó ahí ni a qué limbo van a parar los niños que consiguen “salir” pero no alcanzan a “llegar”. Es por eso que Meneses inventó y cultiva el “periodismo cash”. Pero lo escandaloso no es la demanda de materia prima, sino las inagotables ofertas recibidas por el autor. Por cada revelación, ¿cuántos secretos hay entre ojeadores, clubes, entrenadores y padres? Meneses muestra la tramoya del fichaje de jóvenes promesas y para eso selecciona, pacta, se deja aconsejar y, sobre todo, patea las canchitas de tierra de América Latina, donde los hombres de negocios construyen lo que Manuel Vázquez Montalbán llamó la religión más extendida del planeta.

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cultura

Puro teatro El grupo Cirulaxia cumple 25 años y lo celebra con lo que sabe hacer: que el teatro llegue a todos. Aquí, hablan de su trayectoria, sus obras y su relación con el público. Por Juliana Rodríguez

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n un cuadro de la obra de teatro Lomenaje, uno de los personajes plantea el dilema: “El teatro o la vida”. En el caso de Cirulaxia, la frase puede desdramatizarse y entenderse de varias maneras. El grupo que cumple 25 años celebró el aniversario con una retrospectiva en la Sala de las Américas de la Universidad Nacional de Córdoba de sus obras emblemáticas, y llenaron el auditorio como si fueran rockstars. Los festejos siguen todo el año, incluyen funciones en escuelas, charlas, reconocimientos en festivales y estreno de nueva obra. Justamente esa agenda de celebraciones están coordinando una

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tarde en su sala, que hace 15 años es una perla teatral en la zona del ex Mercado de Abasto. Víctor Acosta habla por celular y organiza fechas de la gira que, por la variedad de pueblos que visitarán y la frecuencia, suena como la agenda agitada de una banda de cuarteto. En otro rincón, Adriana García, José Luis de la Fuente y Elena Cerrada discuten sobre cuándo podrán estrenar la flamante obra; más allá, Gastón Mori le pasa una mopa al piso de la sala, porque están por llegar los estudiantes del taller que dictan. Sólo falta Carlos Posenttini, que completa el sexteto de esa máquina teatral. El teatro y la vida El núcleo primero de Cirulaxia se

formó en las clases del Seminario Jolie Libois, cuando todos eran estudiantes y se preguntaban, en los albores de la década de 1980, si el teatro era una opción laboral o una actividad recreativa para distenderse a la salida de un trabajo de oficina. José Luis evoca: “Nosotros sentimos que se podía. No pensamos ‘Es imposible’. Que no le hubiera sucedido a muchos grupos no quería decir que no nos iba a suceder a nosotros, vivir de lo que nos gustaba, con pasión, con alegría, y con apoyo de familias y


Fotografías gentileza de Sebastián Hüter

amigos. Arrancamos y no paramos nunca más”. Adriana añade que fue lento y sostenido como el trabajo de hormiga. “Siempre le buscamos la vuelta para seguir”, dice, y se acuerda de las varias maneras en las que convirtieron los obstáculos en oportunidades. Como la época en la que Córdoba ardía en el gobierno de Angeloz y la aridez local los impulsó a probar suerte en otras provincias. Se compraron una combi e hicieron una primera gira. Otra vez, arrancaron y no pararon nunca más. La vida en el teatro Cuando este año se cumplieron los 25 de Cirulaxia, actores y directores cordobeses de la generación más joven saludaron al grupo desde las redes sociales. Todos recordaron esas primeras veces que los vieron en escena como una epifanía inspiradora para acercarse al teatro. Así vieron Ladran sancho, versión disparatada de Don Quijote; Puro Lope, su manera afectiva de homenajear a Lope de Vega;

Ubú Rey, su presentación del clásico de Alfred Jarry, por nombrar las primeras. Los Cirulaxia hacen un cálculo: el chico que los vio a los 13 años, hoy tiene 38. Algunos, ya tienen hijos a los que llevan a las funciones. Y la matemática da lugar a chistes de todo tipo con el “Y, estamos viejos”. Lo cierto es que hay dos rasgos de Cirulaxia que estuvieron presentes desde el comienzo: abordar los clásicos del teatro con un lenguaje propio y en lugar de sentarse en el escenario a esperar al público, salir a buscarlo. José Luis aclara: “Desde el principio empezamos a trabajar en este proyecto de generar nuevos espectadores. Nosotros hacíamos y hacemos todo: la producción del espectáculo, la artística y ejecutiva. Vamos a las escuelas a proponer funciones, hablamos con la directora, hacemos la técnica, montamos, después de la función hablamos con los chicos, que luego nos ven cargar las cosas en el flete e irnos. Cuando los chicos nos veían hacer todo eso, desmitificaban el ideal del actor que está allá arriba. Este trabajo de trinche-

ra fue fundacional para nosotros”. Así se hace teatro en Córdoba, con todo el cuerpo. Esa tarea de acercar espectadores, de abordarlos en las escuelas, no convirtió a Cirulaxia en un grupo con el rótulo de “teatro infantil o juvenil”. La cualidad de ATP de sus obras, disfrutables para los chicos y de gran calidad para adultos, es un rasgo que los acompaña hasta ahora. “El grupo siempre tuvo la idea de hacer el teatro que le gusta hacer. Pensando en el espectador, pero con lo que nos gusta. Sin catalogarlo como ‘para chicos’ o ‘para grandes’. Lo mismo que ve un adolescente luego viaja a un festival de teatro. Atraviesa los públicos”, explica Víctor. Es que la idea no se acaba en llevar a las escuelas. El objetivo es abrir una puerta, invitarlos a pasar. Inquietarlos y traerlos a las salas, como un flautista de Hamelin que los guía al tempo del teatro. Por eso llegaron a escuelas, centros vecinales y clubes, y desde allí convocaron al público también a los grandes teatros o su propia sala. “Tomamos a ese púbienergía + 45


co de la mano para atraerlo”, dice José Luis. Y Adriana subraya que el objetivo siempre es despertar la experiencia teatral. “Que es también una experiencia social”, agrega.

Los clásicos a la calle. Hay dos rasgos de Cirulaxia que estuvieron presentes desde el comienzo: abordar los clásicos del teatro con un lenguaje propio y en lugar de sentarse en el escenario a esperar al público, salir a buscarlo.

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Espacio Cirulaxia Cirulaxia tiene un área de formación en la que dictan talleres para “despertar al creador, al artista que cada uno tiene en sí”. “Apostamos a recuperar como derecho inalienable de todo ser humano el ejercicio de jugar, gozar, soñar, inventar, proyectarse y trascender hacia los demás”, dicen. Para más información pueden dirigirse a Espacio Cirulaxia en Pasaje Pérez 12, ex Mercado de Abasto, ciudad de Córdoba. O llamar al 0351-4712921. Mail: cirulaxiateatro@gmail.com

El teatro cobra vida Cirulaxia abre páginas clásicas y les sacude el polvo de la solemnidad, las interpela con humor, pero también con afecto y admiración, no las convierte en parodias, sino que las traduce a un lenguaje propio. Así presentaron Campeando al Cid sin que nunca apareciera en escena Rodrigo Díaz de Vivar, se permitieron mostrar el circo criollo con el desparpajo que necesitaba Moreira en Modestamente con bombos y platillos, se conmovieron con las facetas de García Lorca en Lomenaje. También crearon a los clowns que no dan puntada con hilo en Desastres y dieron un paso dramático sobre el amor y el desamor en un texto propio con Lopatológico. Los Cirulaxia son de los que creen que en los clásicos está todo y que por eso mantienen su vitalidad y ameritan ser revisitados. “Tomamos como excusa algunas temáticas de esos clásicos para poder hablar desde la voz de Cirulaxia sobre temas que nos atraviesan. Cuando hicimos Ladran sancho, por ejemplo, queríamos hacer un canto a la amistad, a la aventura, que era lo que nos pasaba a nosotros en ese entonces, que nos lanzábamos a la aventura de vivir del teatro. Así fue con todas las obras, que reflejan momentos históricos de la vida individual y colectiva”, dicen. También tienen otra convicción, la de que con esos textos es posible llegar a un público amplio, al que no le piden más que su sensibilidad y atención al sentarse en la butaca. “Hemos tenido siempre una gran voluntad de comunicarnos con el público. Si convocás a alguien es para decir tu discurso, que te escuche, tenés que tratarlo con respeto, recibirlo bien en la sala. Es como invitar a alguien a tu casa”, explica José Luis. Y cuando se les pregunta cómo operan los engranajes de esta máquina teatral, dan algunas pautas sobre las divisiones de roles, el trabajo en conjunto, el tiempo de maduración de cada obra. “Lo demás es la cocina más íntima de Cirulaxia y no la pensamos contar, es como el secreto de la Coca-Cola”, cierra Adriana.


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educación

El cuarteto como escuela “Soy un muchacho de barrio y aunque pasen los años nunca me olvidaré que mi escuela fue la calle que en la vida pierda o gane yo te lo juro por esta, que yo nunca cambiaré…” “La sociedad dice que soy un marginado más, la misma que me usa, para poder escalar” (Carlos “La Mona” Jiménez)

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De la mano de “Carli” Jiménez, la “Escuela de Cuarteto” nació como una alternativa de formación e inclusión de jóvenes de barrios urbano marginales en la industria musical del tunga-tunga. Pronto inaugurará sede propia en el centro de la ciudad de Córdoba.

Por Soledad Soler

L

a música forma parte de la currícula básica de todas las escuelas primarias que conforman el Sistema Educativo Nacional. Pero, si bien en los primeros años de la escolaridad es una asignatura importante, en el paradigma ilustrado de la educación institucional, la música va perdiendo espacio hasta desaparecer casi por completo en los últimos trayectos de aprendizaje. En ese punto la música se traslada a los talleres, a los espacios no formales de enseñanza y pasa a ser una actividad que los jóvenes realizan por gusto y por elección propia o, en algunos casos, por sugerencia de sus padres. Paralelamente la música se convierte en una poderosa herramienta de socialización, generadora de procesos de identificación propios de la adolescencia. En Córdoba existe desde el año pasado la “Escuela de Cuarteto”, un espacio de educación independiente dedicado a la promoción del género más popular del centro del país, que se propone incluir a jóvenes de barrios urbano marginales en la industria de la música.

noche como esa La Mona los iba a invitar a subir al escenario de la mano del Carli, y esa noche, la historia estaba a punto de darles la razón. En el barrio todos les habían pedido un saludo desde ahí arriba, les habían dicho que cuando estuvieran cerquita de La Mona lo abrazaran en nombre de toda la banda. Habían ensayado todo el año. Se habían aprendido varios temas para tocarlos al hilo, uno detrás de otro. En la foto se la ve a la Gabi tocando el bajo junto a la Mona. A las pocas horas, la compartió en Facebook para sus amigos. “Fue lindo aprender muchas cosas. Gracias a la escuelita aprendí a tocar el bajo y toqué en el Sargento con La Mona, fue algo hermoso, una linda experiencia”, relató. “Ahora hay que seguir estudiando en el nuevo lugar para aprender muchas cosas más”, dijo. Gabi fue una de las primeras alumnas de la “Escuela de Cuarteto” y su práctica final consistió en tocar su instrumento en un baile de Jiménez. “Todos los chicos que arrancaron con el taller sabían que al finalizar iban a tocar con él y eso funciona como un incentivo fuerte”, dijo Agustina Pereyra, directora de la institución.

La escuela del tunga-tunga Al Carli se le ocurrió que una forma de ayudar a los pibes de los barrios marginales de Córdoba, un modo de contenerlos en medio de una sociedad que los excluye, que los persigue, que les quita la moto, que los mete “en cana” solo por andar por el centro, sería a través de la música que él mismo conoció desde muy pequeño. Así fue que creó la primera “Escuela de Cuarteto”, de la mano de un proyecto más amplio denominado “La Casa del Cuarteto”. A través de la “Fundación Corazón Popular”, el año pasado la escuelita dio sus primeros pasos. Una banda de chicos de la zona de Argüello realizó sus primeros acordes en el salón comunitario de Villa Serrana. Así, al caer la tarde, pibes de entre 8 y 16 años aprendieron día tras día a tocar varios instrumentos básicos del cuarteto: piano, acordeón, bajo y percusión. Pioneros. En la primera Escuela de Cuarteto del país se puede aprender piano, acordeón, bajo y percusión. “La idea es profesionalizar los cursos. Que los chicos, más allá de aprender el instrumento, lo puedan ver como un oficio y se puedan insertar en la industria del cuarteto”, explica la directora de la escuelita.

Con el cuarteto a todas partes En el bondi suena el último de CMJ a todo volumen. En el aula, a escondidas, también. El sueño de muchos chicos de Córdoba es llegar a conocer a La Mona, recibir un saludo del ídolo, tener su firma en la remera o en el CD. Así se van al baile, para descoserla, para chaparse a la guacha que les parte la cabeza y contarle a la banda, para que cuando llegue el lunes y haya que ir a la escuela o a laburar, se vaya con ganas, con la ilusión de poder repetir el sábado siguiente. Pero esa noche iba a ser distinta. Lo sabían de entrada, ni bien arrancaron con las clases de cuarteto. Sabían que una energía + 49


Así como desde sus orígenes, allá por la década del cuarenta, funcionó como una manifestación de los lazos de pertenencia de los inmigrantes venidos de Italia, el cuarteto se presentó no solo como un género musical, una manifestación de la cultura popular, sino también como espacio de inclusión socio cultural, donde los jóvenes son capaces de construir identidad individual y colectiva. En esa línea, además de brindarles herramientas técnicas para que esos chicos puedan considerar a la música como una alternativa laboral, de vida, la “Escuela de Cuarteto” es una apuesta enorme, con una meta ideal que es la de poder llegar a todos los jóvenes de todos los barrios urbano marginales de Córdoba, alentando la conformación de nuevas bandas y propuestas artísticas vinculadas a la música popular cordobesa por excelencia, el cuarteto. El proyecto “Vamos a dar cinco tipos de instrumentos, todos los días en turno mañana y tarde. Los profesores son músicos de oficio que están emparentados con el proyecto. La idea es poder profesionalizar los cursos. Que los chicos, más allá de aprender el instrumento, lo puedan ver como un oficio y se puedan insertar en la industria del cuarteto”, explica la directora de la escuelita. Más allá de que las clases se dicten en formato taller, desde la Fundación apuestan a que los chicos desarrollen allí ciertos hábitos propios del espacio escolar tradicional. “Queremos que los chicos tengan un ambiente de escuela. Que puedan vivir la situación de aula”, dijo Agustina Pereyra. Como la idea es trabajar desde el paradigma de la inclusión social, el taller va a ser gratuito para los chicos y sus directivos ya se ilusionan con una gran afluen50 energía +

Más información en facebook.com/LaCasadelCuarteto

cia de jóvenes de distintos barrios de la ciudad que van a contar con la posibilidad de insertarse en el mundo del cuarteto. “Seguramente los chicos van a ser más de los que podamos aceptar, si es necesario agregaremos horarios”, apuntó la directora y señaló que el objetivo es ir ampliando la oferta de cursos y talleres. “La idea es que la casa tenga otras actividades relacionadas con el cuarteto, aparte de las clases de música. Vamos a dar talleres de pintura, graffiti, arte callejero, para que todos los chicos que tengan interés en el arte gráfico puedan también trabajar desde el cuarteto”, indicó Agustina. Y como el ritmo del cuarteto anima a bailar, también va a haber clases de danza para trabajar el género desde otro punto de vista: el de la expresión corporal. “Además nos interesan las letras. Pensamos que puede abordarse desde la composición o el periodismo especializado. Ellos pueden ser los próximos periodistas de cuarteto”, apuntó la directora de la

escuela. El proyecto de la “Escuela de Cuarteto” recién comienza y según explica su directora “está todo por hacerse”. Por lo pronto, los impulsores del espacio se propusieron abrir una sede propia en el centro de la ciudad, en Oncativo al 107, donde los alumnos de la escuela podrán ir a practicar con los instrumentos también durante sus ratos libres. Para aquellos que no puedan acceder a los propios, la Casa va a contar con los básicos para prestar a quien lo necesite. Con el ritmo en los pies, la escuelita ya está casi lista para salir a nuevamente a escena. Las inscripciones se van a lanzar muy pronto.


pinceladas

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GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, escritor y periodista. (1927-2014)

ILUSTRACIÓN: IVÁN ZIGARÁN energía + 51


cuento // por david voloj

LA REVANCHA 1

En 1987, mi escuela participó en el campeonato de fútbol infantil de Canal 12 y, como la directora quería salir en televisión, nos permitió entrenar en el horario de clase. El profe de gimnasia formó el equipo con cinco chicos de 7º que la gastaban; yo quedé entre los suplentes. Empezamos bien. Ganamos dos partidos por goleada y empatamos otro. En la semifinal, lamentablemente, dos delanteros se lesionaron y el Zorrilla nos dio un baile. A la mitad del último partido, perdíamos por un gol contra la escuela Primera Junta. Yo era bastante malo y estaba gordo, pero pedí entrar. El profesor estaba resignado y, al final, se compadeció. Teníamos un lateral en ataque. Antes de hacer el saque, le dije a uno de mis compañeros que me tirara la pelota. Apenas la recibí, fui al área y enfrenté a La Muralla, un central impresionante y muy seguro, que me quitó el fútbol con facilidad. Entonces pegué un alarido desgarrador. Después, di una vuelta en el aire, hice volar uno de los botines (que previamente había desatado) y caí con todo el peso de mi humanidad. El pitazo del árbitro fue contundente. Nicolás, que era el único que jugaba en la LIFI, clavó el penal en el ángulo. Empatamos pero, por diferencia de goles, quedamos terceros.

2

–Este país se está yendo a la bosta por tipos como vos. La Muralla se acomodó el 22 en sus viejos shorts Adidas con el escudo de la AFA. El elástico cedió. –Ya te dije que ni me acuerdo del partido ese –dije–. ¡Qué sé yo si fue full! Pasaron más de veinte años.

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Tampoco es para tanto... –No, claro, no es para tanto. Para vos es normal. Es normal matar a dos millones de iraquíes por unos putos barriles de petróleo. Talar el Amazonas, aunque el mundo se quede sin pulmón, no es para tanto. No, es normal. La Muralla retrocedió hasta donde estaba el fútbol. Tomó carrera y pateó. El bombazo me rozó la cara. –¡Loco de mierda! –grité. La cuerda con la que me había atado me quemaba las muñecas–.Ya te dije, te puedo pagar. –Plata, plata… Ahora todo se arregla con plata y así anda la cosa. Mira lo que hicieron con el fútbol. Antes era cuestión de huevos. ¿Y ahora? Ahora, los pendejos sólo piensan en irse a Europa. Porque allá pagan mejor. Porque allá hay más plata. ¡Pero yo no quiero tu puta plata! La Muralla tenía secuestrada a mi novia, así que debía seguirle la corriente. Le pedí que se calmara. Pero el demente volvió a colocar el fútbol en el punto del penal. Antes de recibir el pelotazo, me pregunté cómo habría salido el partido de River.

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Dos horas atrás estaba en casa, viendo la semifinal de la Libertadores. Cuando sonó el teléfono, el Tecla Farías había marcado el empate. Abrí una lata de cerveza. –¿Quién es? –pregunté. –La Muralla, infeliz. Un tal Fabao había robado la pelota y se aproximaba al arco de Constanzo. –¿Cómo? –¿Querés volver a ver a tu minita? El estadio enmudeció. –¿Que qué? No te entiendo un carajo–dije, realmente


autor:

David Voloj

David Voloj (Córdoba, 1980) es Licenciado en Letras Modernas, escritor, docente y periodista freelance. Ha publicado artículos y relatos en La Voz del Interior, Deodoro, Gaceta de crítica y cultura, Revista Rumbos y Lamujerdemivida. Obtuvo el Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2009. Es autor de los libros de cuentos letras modernas, Asuntos Internos y Los suplentes; y de la nouvelle Muñecos de plastilina.

desconcertado. En la tele, Amoroso se besaba la camiseta del San Pablo–. ¿Qué decís? –¡Amor, este tipo está loco!– sentí que gritaba la flaca, al otro lado de la línea. Desde el comienzo de la Copa había seguido todos los partidos de River, de local y de visitante. Si rompía la cábala y nos eliminaban, sería imperdonable. –¿Qué querés? –dije, y bajé el volumen. –Escuchame bien, hijo de mil putas. Te espero en las canchitas abandonadas de Don Balón. Entrá por atrás y no hagás ruido porque la quemo.

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El pelotazo me noqueó. Para despertarme, La Muralla me puso el sobaco en la cara. –Yo pintaba para crack –dijo. A mi derecha había colocado un trípode con una filmadora que seguro había robado por ahí–. El día del partido en Canal 12 me habían ido a ver unos tipos de las inferiores de Newell’s. Ya estaba todo arreglado. ¡Me iba a ir a Newell’s! El semillero del país, la cuna del Bati... Entonces, vos inventaste ese penal. –Vos me entraste mal abajo. –¡Hambre, hambre! Ni te toqué. Al parecer, sus compañeros lo culparon por la derrota. El padre, un imbécil con dos dedos de frente, le dijo que él no le había enseñado a quebrar tobillos. La gente de Newell’s, por su parte, volvió a Rosario sin darle la oportunidad de probarse. –¿Todo eso por un partido de mierda? Deprimido, La Muralla repitió dos veces de grado. Dejó la escuela. Cuando fue mayor de edad, el viejo lo echó de la casa. Ahora limpiaba parabrisas. –Pensé quitarme la vida. Porque el fútbol, en casa, era todo –Antes de proseguir con el drama de su vida, ajustó la lente de la cámara–. Entonces te volví a ver, en ese auto careta que tenés. Y cuando te lavé

el vidrio, no me diste una moneda. ¿Cómo no te iba a reconocer? La Muralla me había seguido. Había averiguado dónde trabajaba, el número de celular de la flaca. –Por favor, macho, decime qué querés –me animé a interrumpir. –Que mires a la cámara y digas la verdad. ¡Decí por qué lo hiciste! –gritó, apuntándome con el 22. –¡Calmate, loco! A ver, a ver... Yo te digo la posta y vos me dejás de joder. –Exacto. –Bueno– dije y respiré hondo. –Sí, es verdad. Fue puro teatro. Lo tenía planeado antes de entrar. Te había fichado, sabía a dónde ibas a poner el pie. Y ahí fui. ¡Me importó un ca-ra-jo! Después del partido, me convertí en el ídolo de la escuela. Y, la verdad, lo volvería a hacer. ¿Te quedó un trauma? Andá al psicólogo, no te la agarrés conmigo. Ahora soltame y dame a mi mujer. La Muralla cumplió su palabra. –La minita está en los baños –dijo tras desatarme. Fui a donde me había indicado. La flaca estaba sentada en un inodoro, frente a un televisor. Lloraba. –¿Cómo pudiste? –me preguntó con desprecio. En la pantalla distinguí el arco herrumbrado, la silla donde había estado atado, y a la flaca, que se acercaba a La Muralla y lo abrazaba. Salí a pedirle explicaciones, pero ella no me quiso hablar. Volví al baño. Me quedé viendo el escenario montado en la pantalla durante una hora. Después, intenté sintonizar algún canal. Sólo capté el 12. En el noticiero de la medianoche decían que, tras la derrota ante San Pablo, el técnico de River había presentado la renuncia.

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energía + ÓRGANO DE DIFUSIÓN INSTITUCIONAL DEL SINDICATO REGIONAL DE LUZ Y FUERZA (SiReLyF)

EDICIÓN N°7 | AÑO 2014

EL CHE G UE

C L L O U B B T Ú F A AV R

wehebe. el señor que siempre vuelve

san pablo. el lujo y la miseria

costureras de pelotas en bell ville


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