Yoga para todos "El viaje de cambiar la mente, el corazón, el yo, la forma de vida"
En la lucha contra el miedo: carta a Sahiba Kaur Posted on diciembre 15, 2015mayo 16, 2016 by yogaparatodos
Siri Gurudev
Sahiba Kaur I shine in infinite courage, infinite love, infinite fearlessness. (Brillo en infinito coraje, en infinito amor y ausencia de miedo). Esa es la afirmación para mí que construimos con Sahiba una noche cuando leíamos el libro de
Esa es la afirmación para mí que construimos con Sahiba una noche cuando leíamos el libro de Yogui Bhajan The Mind (La mente). La tomé de una oración que la maestra Deva Kaur pronunció en una clase. Decidí irme a otro país por un tiempo para rodearme de unas personas que me veían como yo quiero verme: fuerte, capaz, grande. Me fui porque sentí que aquí me iba a impregnar de esa convicción con la que Sahiba cree que lo que quiere, puede. Aquí me encontré con barreras, del lenguaje, de la cultura, del carácter. Y mi autoestima, en lugar de subir, bajó. Entonces ese sentimiento que venía cazándome me alcanzó: que venimos a ahogarnos en la maya, perdidos, confundidos, a aprender unas cosas muy difíciles que no tenemos muy claro qué son y que nos toman toda una vida. Y lo peor: cuando nos damos cuenta de qué es eso que vinimos a aprender, hace falta mucho tiempo para lograr cambiarlo. Venimos encerrados en una cápsula (ego) que no nos deja ir más allá de nosotros mismos y, en esa cápsula, se reproducen un montón de historias sobre nosotros y sobre los demás que son solo eso, historias, que nadie más sino nosotros conocemos y que nos aíslan aún más del afuera y del adentro y de la verdad. Finalmente, si no aprendemos esas lecciones, morimos y volvemos a maya una y otra vez. Yo pensaba, ¿cuál es el punto entonces? No me gusta estar aquí (en la tierra). Cuando este sentimiento venía, me atravesaba y luego, cada día en la dulce sadhana con Sahiba, se difundía, sin dejar heridas. Así fue entonces como solo quedó otra historia. Una historia que me dice que tengo el privilegio y el honor de haber recibido una maestra muy particular en este viaje donde parecía que todo iba a ser muy fácil. Se trata de una maestra que en sus actos me muestra el coraje, la ausencia de miedo. Ella habla con la dureza de alguien que no necesita halagar a otro. No huye del conflicto, lo enfrenta. No le da la espalda a los problemas, los mira, los nombra y ahí empezamos. Verla me recuerda la dignidad del cuerpo diez y la apertura de acuario, su comodidad de vivir en esta era. Sahiba habla constantemente de no traicionarse a sí misma y de la defensa propia como un acto de lealtad. En medio Ong Namo, cafés sadhaneros, risas y llantos, me siento cada vez más libre, cada vez más empoderado. Quiero mostrar lo mucho que valgo. Quiero pedir solo lo que merezco (y dejar de mendigar). Yo aprendo de su idea de que los demás te pueden ayudar tanto como quieras para la bueno que quieras, y tal vez ella aprende algo de mi idea de que uno por sí mismo es infinitamente capaz, más de lo que cree. Ella habla de su idea de actuar con propósito. Yo, de mi confianza en el suceder de las cosas
Ella habla de su idea de actuar con propósito. Yo, de mi confianza en el suceder de las cosas que a veces nos lleva a actuar sin aparente razón, intuyendo solo, sabiendo sin decir. Hablamos sobre la maldad y sobre la verdad. Hablamos sobre la fe. Yo me admiro de cómo ella ve a los otros: fuertes, responsables, capaces. Ella, tal vez, de mi compasión. Hoy sé que estoy ávido de maestros. Que muchos cruzarán mi camino y me dejarán lleno. Por algo será que tengo a júpiter en la undécima casa. Hoy digo: las interacciones valiosas son aquellas que enseñan, que permiten a ese sentimiento de aislamiento, de solipsismo, disolverse en un Sat, derrumbarse en un Nam; recordar que yo te conozco y tú me conoces; que cantamos ek ong kar y ya no hay tú ni yo; somos uno. A Sahiba: gracias. Anuncios
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