La sanación emocional
Sentiido Periodismo, opinión y análisis LGBT.
Publicado en Sep 17, 2014
El poder del yoga kundalini le mostró a Siri Gurdev, a quien no le interesa de nirse ni como hombre ni como mujer, un camino espiritual que transformó su vida. Segunda parte del especial de Sentiido sobre diversidad sexual y búsqueda interior.
Siri Gurdev, su nombre espiritual y una de sus identidades. Locación: Happy Yoga Bogotá.
Manejar las emociones propias de las relaciones de pareja y las rupturas afectivas ha sido difícil para Siri Gurdev. Además, ha vivido en una búsqueda permanente de tranquilidad. Le cuesta sentirse en paz. Siri Gurdev es su nombre espiritual y una de sus identidades. No le interesa de nirse ni como hombre ni como mujer, sino quizás como muppet. “Yo abogo para que no haya géneros ni casillas de hombre o mujer, sino para que cada quien sea lo que quiera”. Tiene 27 años, un título en Filosofía y otro en Estudios Literarios y actualmente cursa una maestría en Escrituras Creativas. Tampoco le interesa formar parte de siglas como la LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transgeneristas), entre otras cosas, porque considera que los intereses de las personas trans, la letra a la que más se acercaría, son muy distintos a los de lesbianas, gais y bisexuales. Incluso, son diferentes entre hombres y mujeres transgeneristas (trans). “A buena parte de las personas trans no les interesa casarse ni tener Matrimonio Igualitario, sino garantizarse su derecho a la salud, al trabajo, a la educación y a la vida”. Siri Gurdev creció en una familia católica, pero desde que estaba en noveno grado, en un colegio de monjas, se reveló contra la religión y el pecado, dejó de ir a misa y se de nió como una persona atea. En esto contribuyó que desde temprana edad sintió un profundo interés intelectual. Quizás por esto, en noveno grado ya conocía buena parte de la obra del lósofo alemán Arthur Schopenhauer y contaba con las herramientas su cientes para cuestionarse. “Sentía que la Iglesia Católica era hostil conmigo y que yo no era una persona bienvenida, entonces para qué iba a estar ahí”. Esa decisión afectó a su familia porque pensaban que se estaba apartando del “camino del bien”. Para completar, siendo aún estudiante de un colegio de monjas, dijo que le atraían las mujeres. Sin embargo, su verdadera revelación vino después, cuando conoció a los integrantes del colectivo Entre-Tránsitos (conformado por personas que al momento de su nacimiento fueron clasi cadas como mujeres por su genitalidad, pero quienes con el tiempo se reconocieron como hombres. Muchos de ellos se identi can como hombres trans). “El simple hecho de verlos fue liberador para mí”, recuerda Siri Gurdev.
Estratégicamente hombre trans
Para aportar en los procesos legales que conduzcan a que Colombia avance en el reconocimiento de los derechos de las personas transgeneristas, Siri Gurdev se de ne como hombre trans, pero no es así como realmente se identi ca. Lo suyo es un “no” rotundo a tener que de nirse de manera obligatoria en un género solamente por la genitalidad. Su mamá no se ha interesado por ahondar en este tema. “Ella cree que soy una lesbiana machorra y ya. Yo le he dicho que no me siento una mujer, pero ella no entiende esto y como tampoco me hago llamar como hombre, simplemente me ve como una chica masculina. Yo dejo las cosas así, no voy a atacarla”. Sus amigas del colegio han sido comprensivas con el tema. “Primero tenían una amiga lesbiana y después vino lo de no identi carme ni como hombre ni como mujer. Ha sido una aventura para ellas, algo muy bonito. Yo tampoco he sido una persona agresiva ni he intentado imponerme, ha sido un proceso amoroso”. “El yoga kundalini va a salvar mi vida”, fueron sus palabras cuando conoció esta práctica. Locación: Happy Yoga Bogotá.
En últimas, explica, buena parte de quienes son como él o ella hacen familia de otra manera: “con las personas que nos reconocen, escuchan y entienden”.
Hace tres años Siri Gurdev decidió recorrer Latinoamérica. En ese viaje, la esposa de un amigo le dijo que probara el yoga kundalini porque creía que podría gustarle. “A mí nunca me había sonado el yoga porque sentía que requería mucha elasticidad y yo ni siquiera podía tocarme los pies”. Sin embargo, llegó en crisis después del viaje y decidió intentarlo. Le sorprendió su poder. “El yoga kundalini va a salvar mi vida”, fueron sus palabras. Para aprender a manejar sus emociones, había acudido a psicólogos, al ejercicio y a la escritura como catarsis, pero con ninguna de estas actividades tuvo tanta a nidad como con el yoga kundalini. Fue tal la conexión que sintió que no duda en a rmar que su práctica transformó su vida: no solamente su apariencia, sino sus pensamientos, lo que escucha y lo que dice. “Yo no era una persona espiritual, los lósofos tendemos a ser críticos con estos temas, pero con esta práctica me conecté rápidamente con una espiritualidad que antes no me sonaba para nada”.
El yoga kundalini es una disciplina física, mental y espiritual proveniente de la India, basada en el desarrollo de la energía kundalini shakti que, según los hinduistas, es un poder que reside en el ser humano. Este yoga ha sido utilizado para combatir el sufrimiento y alcanzar un estado permanente de felicidad. “No es un yoga de gimnasio ni un ejercicio tness. Yo no me acerqué a esta práctica para ser más guapo o tener músculos toni cados, sino para cambiar mi conciencia. No es una disciplina de estiramientos sino de pruebas para la voluntad, es muy emocional. Uno llora, se angustia y pasa por muchos estados”.
Un viaje interior Su objetivo es el mismo que otros tipos de yoga: elevar la energía, pero la forma de practicarlo es muy distinta. “Es un viaje interior para dejar a un lado hábitos o comportamientos aprendidos que nos hacen daño. Es una búsqueda espiritual”. Durante su práctica, que por lo general le toma una hora y media al día, hace una serie de ejercicios ya estipulados. “No es algo aleatorio, se siguen unos tiempos previstos y al nal se hace una meditación y una relajación”. Siri Gurdev asiste con su pareja quien también forma parte del colectivo Entre-Tránsitos.
Desde que practica yoga kundalini, ha entendido muchos aspectos de su vida y se ha conocido más. Locación: Happy Yoga Bogotá.
Desde que empezó con el yoga kundalini ha entendido muchos aspectos de su vida, se ha conocido más y ha recibido nuevos mensajes. “Ahora me pasan cosas muy bonitas. Salgo de la sesión pensando en algo y de repente me aborda una persona para hablar de eso, estoy pensando en una canción y suena. Siento que estoy protegido por una magia muy bella”. También empezó a percibir de una manera más contundente la importancia de cuidar su cuerpo. “Entregarle la energía a alguien y recibir la suya en un acto sexual es importante. Y no se trata de ‘satanizar’ esto sino de ver su lado espiritual. Hay ejercicios dedicados a la energía sexual, a eliminar los bloqueos que uno tiene al respecto y a tener una vida sexual más bonita”. Por esta conciencia del cuerpo, aunque no descarta la posibilidad de acudir algún día a la testosterona (hormona que utilizan muchos hombres trans) siente que podría ser una intervención agresiva para su cuerpo. “Desde el punto de vista del yoga, uno quiere una vida lo menos sintética posible, mi maestra ni siquiera se baña con jabón sino con bicarbonato, y no sé qué tan coherente resulte en mi caso utilizar hormonas sintéticas”.
En ocasiones, ha contemplado someterse a una mastectomía (extirpación quirúrgica de uno o ambos senos). “Socialmente a uno lo catalogan como mujer por la voz y las tetas. Pero amo mi cuerpo y las tetas me dan placer, entonces por qué me las voy a quitar. Además, las cirugías son fuertes, las cicatrices son traumas que quedan en el cuerpo”. Según Siri Gurdev, es su ciente que una persona practique yoga kundalini 3 o 4 veces por semana, pero como a él le pareció tan potente y se enganchó tanto con el tema, hace más de un año empezó la formación como docente que toma dos años.
Cambio de vida En cada módulo se invita a las personas a realizar cambios en su vida, como dejar algo que les hace daño (el cigarrillo por ejemplo). “El principio de la no violencia contempla el vegetarianismo y, por muchas fuentes, se recibe el mensaje de que es mejor optar por este camino, pero no es algo obligatorio”. Una vez se culmina la primera parte de la formación, enfocada en trabajo interior y preparación para ser un canal, la persona recibe el título de instructor. Después viene la preparación en pedagogía de yoga y se cierra con un periodo de práctica o de enseñanza no remunerada. Durante este tiempo se llevan a cabo tres retiros al año y dos cuarentenas entre las 3 y las 6 de la mañana, cuando la energía está más tranquila. “Además de la madrugada, la cuarentena exige bañarse con agua fría, refregarse el cuerpo con un crin para despertar la circulación y tomarse dos vasos de agua caliente. La idea es estar muy limpios físicamente y recomiendan, apenas se termine, que las mujeres duerman 20 minutos y los hombres 10”. A Siri Gurdev le interesa formarse en yoga kundalini para también trabajar con personas trans. “Mi sueño es dedicarme a hacer sesiones de sanación con poblaciones que han sido vulneradas. Este yoga es muy efectivo para sanar”. En yoga, en general, hay una división muy clara entre energía masculina y femenina y yin y yang. Se habla, incluso, de yoga para mujeres. “En una ocasión, en una meditación que debía realizarse entre dos personas, dos hombres preguntaron si podían hacerse juntos y les respondieron que no, que era mejor un hombre y una mujer”. A Siri Gurdev le parece interesante poder in uir en este aspecto porque siente que todas las personas, independiente de si se consideran hombres o mujeres, tienen energía masculina y
femenina que conviven de manera armoniosa, tal cual como le interesa que sea su vida.
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Este especial fue posible gracias al apoyo de la FundaciĂłn Friedrich Ebert: Â
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