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Sociedad
56 LA NUEVA ESPAÑA
Martes, 11 de junio de 2019
Cultura y Ocio
Una zarza o escayu echando las flores, de pétalos entre blancos y rosados.
EL RELOJ DE ELOGIO DEL ESCAYU. La zarza o escayu, ahora en flor, es una planta desdeñaLA NATURALEZA da. Sin embargo, es una planta útil, benéfica: da refugio y alimento a muchos animales, y forma el esqueleto de las sebes, pilar del paisaje antropogénico de la campiña y protectoras de la tierra, los cultivos y el ganado. Por: Luis Mario ARCE
L. M. ARCE
Fermín Blanco, con los niños, en uno de sus talleres. | FB
Cuando ver llover tiene premio Tres propuestas de los talleres didácticos que dirige el arquitecto sierense Fermín Blanco en La Coruña, seleccionadas por el Ayuntamiento de Vancouver entre las mejores ideas para disfrutar de espacios urbanos con lluvia Gijón, C. JIMÉNEZ ¿Has visto alguna vez la lluvia cayendo en un día de sol?, se pregunta John Fogerty en la joya de la historia del rock que grabó con la banda estadounidense “Creedence Clearwater Revival” en los setenta. ¿Ustedes han visto alguna vez brillar la lluvia y mojar el sol? La canción de la “Creedence” –cuya letra en realidad hace referencia a la guerra de Vietnam y la lluvia es una metáfora de los intensos bombardeos que EEUU ejecutaba en amplias zonas del país asiático– podía haber sido motivo de inspiración del arquitecto sierense Fermín Blanco para embarcarse en el concurso internacional “Life between umbrellas” convocado por el Ayuntamiento de Vancouver, en Canadá, en el que ha logrado colocar como finalistas a los niños de los talleres didácticos que dirige en La Coruña, en la Fundación Luis Seoane. En esas ciudades donde “el sol es frío y la lluvia es fuerte” como canta la “Creedence” conviene buscar nuevas formas de divertimento para los pequeños. “¿Por
qué cuando nieva los niños salen a divertirse a la calle y cuando llueve no hay vida urbana?”, se pregunta Blanco. Una cuestión que trasladó a los niños participantes del programa que dirige en la comunidad vecina, “Nenoarquitectura”. Las respuestas de los pequeños no se hicieron esperar y fueron de lo más ingeniosas y creativas. Tanto que han sido seleccionadas como finalistas por el Ayuntamiento canadiense. “Nunca nos presentamos a concursos porque nuestro objetivo no es la competición pero como este está relacionado con el espacio público creímos que serviría de altavoz a la infancia”, cuenta Blanco. El arquitecto sierense recuerda cómo en el país norteamericano, debido al cambio climático, su-
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Creador de Arco Iris. Un sistema de bajantes y canalones transparentes que incluyen tinte y al llover llenan de color las fachadas.
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fren una climatología más extrema que en nuestras latitudes. Así, explica Blanco, en Canadá hay seis meses de calor –con más temperatura que hace años– pero también seis meses de mucho frío y pluviosidad. Algo que, en cierta manera, también ocurre en el Norte de España. “Por eso tenemos que convertir la lluvia en un juego”, apunta el arquitecto. Y es precisamente este fenómeno meteorológico el tema central del certamen canadiense. Durante el último año, los participantes del programa “Nenoarquitectura”, de entre 4 y 13 años, trabajaron “con su imaginación y su experiencia” para proponer ideas para disfrutar del mal tiempo. “A los niños les gusta el agua, los charcos y mancharse”, sostie-
Pérgola de agua. Un sistema para protegerse del agua con agua, creando una cortina con agua a presión para meterse debajo.
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Sombrero paraguas. Elemento unipersonal que tiene luces incorporadas y permite al usuario jugar.
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ne Blanco. Y fueron los del grupo de más edad, entre 9 y 13 años, quienes desarrollaron los proyectos más ambiciosos. Una de las propuestas seleccionadas se llama “Creador de arcoíris” (vuelta a la lluvia en días de sol de la “Creedence”). “Hablamos de colorear el agua con tintes y colorantes”, indica Blanco, quien opina que así los charcos serían “más atractivos” para todos. ¿El otro problema de la lluvia? Que moja. Para solventarlo, los niños que acuden a los talleres didácticos del arquitecto sierense han creado también un paraguasgorro con luz. “Hay que atacar a los problemas desde la base. Al mismo tiempo que juegas sin mojarte, te diviertes con el gorro y la luz”, expone Fermín Blanco. El último de los proyectos que llamó la atención de los canadienses se basa en “protegerse del agua con agua”. “Se trata de una pérgola a presión que crea un espacio en el que nadie se moja”, detalla. En menos de una semana se conocerá el fallo del certamen pero los niños ya saben cómo pasar un buen día a pesar del mal tiempo. “Su ingenio y su creatividad han sido claves. Hay que entender que ellos también son usuarios y que no son el futuro, son el presente”, comenta Fermín Blanco, que revela que también se han presentado al concurso en el área profesional con su proyecto Sistema Lupo. “Una arquitecta argentina Miriam Gorgojo les dio unas charlas y ellos empezaron a soltar ideas. La idea era motivar para que también sepan cómo disfrutar de la vida urbana cuando llueve”, argumenta. Y objetivo cumplido: a la pregunta del Ayuntamiento de Vancouver sobre cómo pueden nuestros espacios públicos responder mejor al clima húmedo y a los desafíos y oportunidades que brinda, los chavales formados en la metodología Lupo desarrollada por el arquitecto Fermín Blanco han respondido exitosamente. Para ellos, la circunstancia de los ciudadanos canadienses de una vida entre paraguas ya no tiene secretos. La metodología Lupo que han practicado es un sistema que utiliza la arquitectura como disciplina transversal clave para interpretar la realidad que nos rodea e introducirnos en el conocimiento de muchos campos y disciplinas como el urbanismo, el dibujo, el arte, la geometría, la historia, las matemáticas o el pensamiento científico. La aplicación práctica del sistema se traduce en talleres activos que en esta ocasión han servido para dar forma al reto “Life between umbrellas”.