“Ecuaciones de género”, teoremas visuales en la era del “posporno”, una mirada a la obra de Katia Sepúlveda desde los nuevos espacios feministas.
Cuando me invitaron a participar de esta mesa, “Las desobedientes: género, arte y política en el Chile de hoy” sentí un poco de vértigo por el reto que me estaban proponiendo: intentar hilvanar un hilo conductor con conceptos tan poco digeribles en una primera mirada como postporno, pornofeminismo, teoría queer y la contingencia actual, utilizando como detonante la muestra de Katia “Ecuaciones de género” -que se llevó a cabo el mes pasado en esta sala del MNBA1 - además desarrollar la propuesta en un tiempo reducido de quince minutos, parecía una apuesta bastante ambiciosa pero difícil de resistir. Es que no todos los días se puede visitar una muestra de una artista que trabaja el transfeminismo en una sala del Bellas Artes, una sala enquistada en un centro comercial, el mall. Un espacio consagrado para el arte, en la sociedad de consumo, en pleno paradero 14 de la comuna de La Florida.
Algo estaba pasando y sonaba bastante tentador! No puedo evitar recordar la primera vez que vi el trabajo de esta artista, allá por el 2011 en el 1er festival Internacional de video arte con temática porno, “Dildo Roza”. "Belleza versus belleza” se llamaba el video con el que la autora competía en este primer certamen, que por lo demás causó tanta expectación en el mundo under citadino que logró atiborrar las setecientas butacas del antiguo cine Capri.
El video con el que la artista competía mostraba en un primer plano un pubis desnudo - y depilado para la ocasión- introduciendo lentamente, muy lentamente, casi al ritmo de un registro sonoro que repetía los golpeteos de una campana, una muñeca barbie en su vagina. Alojándola casi por completo hasta dejar solo sus pequeños piececitos al descubierto. Se trataba de una filmación polémica que hacía las veces de eco de la obra de Courbet, la misma que se mantuvo oculta por largos años, “El origen del mundo”
El video de Katia rememora el tremendo revuelo que produjo esta obra en su tiempo por exponer como motivo principal una vulva y situarla como punto de atención del cuadro, cercenado en el encuadre piernas, brazos y cabeza -aunque hoy por hoy se le quiere asignar una rostro para esta señorita indecorosa-, pie forzado que obligaba al espectador/a situarse en un punto de vista inédito en la historia de la pintura
La artista retoma ésta famosa cita de la historia del arte y le brinda movimiento. Se apropia de ese cuerpo femenino expuesto y abierto a la mirada de cualquier espectador para brindarle una actitud osada y contestataria. Exhibe una auto-penetración, entendida por los delicados movimientos de una mano con uñas pintadas, que cuidadosa y osadamente atraviesa su vagina para la mirada de las/os demás.
En esta obra, Katia propicia un cuestionamiento de la normatividad sexual contraponiendo la belleza “natural” de la genitalidad femenina que es capaz de gestar y parir, con una belleza
1Texto preparado para la mesa de conversación “Las Desobedientes: género, arte y política en el Chile de hoy”, Julia Antivilo, Camila Vallejos, Jessica Valladares, sala Mall Plaza Vespucio de MNBA, Santiago, agosto 2013.
moderna, una belleza de la era del plástico empaquetada y distribuida de manera mundial para suplir la aspiración de toda niña, “pequeña madre”. En lugar de parir, su vulva aspira ésta delgada muñeca, transmutándose desde entonces en dildo/falo/pene despojándola lentamente de su aparente imagen de inocencia. En un ardid semiótico la artista es capaz de transformar los mitos más perversos de la vagina “dentada” y “devoradora” en un gesto de apropiación corporal, de reividicación autoral.
Recuerdo muy claramente su video y un par más de una veintena que participaban en “Dildo Roza”. No sólo por lo provocadora de su propuesta que ganó el “Premio al mejor video arte Porno” , sino que por la actitud de desenfado de su madre al atreverse a subir al escenario para recibir el galardón. Recuerdo que “Hija de perra”, quien animaba ese certamen, comentó que la artista vivía en Alemania y en su representación recogería el premio su mamá. De inmediato se escuchó una carcajada colectiva, parecía bastante escandaloso que una buena mamita recibiera un premio tan “obsceno” – un dildo roza- literalmente una estatuilla con forma de pene rosado. La madre de Katia en un gesto de insurrección dió amablemente las gracias y comentó lo orgullosa que se sentía por el trabajo de su hija. Es que una “mamita siempre es una mamita” creo que reflexionamos al finalizar el evento. Una especie de vergüenza indecorosa, creo que fue mi sensación. Porque de las afecciones sexuales y todo lo que se relacione con el sexo, debe ser algo personal y privado difícil de compartir en público y aún más con nuestros progenitores.
Me volví a encontrar con la propuesta de Katia el verano del 2012 en la sala +18 de la Biblioteca de Santiago, en la muestra "De los maravillosos sucesos que les acontecieron a las Preciosas satíricas” donde la artista estuvo presente y pudo conversar con el público sobre la ya mencionada propuesta "Belleza v/s Belleza" (2007), y los videos "Nida" (2004/2005), "Postsexual" (2007), expuestos en ésta sala de MNBA. Pero también tuvo la posibilidad de mostrar obras más subidas de tono como “Wish” (2010/2011) video que expone en un encuadre cerrado y en primer plano dos manos aparentemente femeninas, de distinto tono racial y cubiertas por herméticos guantes de poliuretano quirúrgico sodomizando un ano de un cuerpo aparentemente masculino.
En ese conversatorio Katia nos entregó un papel con una cita de bell hook que decía: Las mujeres blancas que dominan el discurso feminista, que en su mayoría crean y articulan la teoría feminista, muestran poca o ninguna comprensión de la supremacía blanca como política racial, del impacto psicológico de la clase y del estatus político en un estado racista, sexista y capitalista2 , para ejemplificar lo que intentaba desarrollar en sus planteamientos artísticos como sudaca transfeminista en Alemania. Cuando finalizó el conversatorio me quedé con la sensación de que en sus propuestas había un desafío a las reglas dominantes, planteaba un porno combativo, provocador, políticamente incorrecto que la ya tradicional pornografía más preocupada de la estimulación erótica. Pero también salí de esa actividad con muchas dudas: ¿qué tan relacionado estaba su trabajo con el feminismo?, ¿qué tenía que ver este tipo de porno con la lucha feminista?, ¿se trataba de obras accesibles a todo público o se trataba de un discurso feminista de
2 bell hooks, “Mujeres Negras: Dar forma a la teoría feminista”, en Otras inapropiables, Editorial Traficantes de Sueños, Madrid, 2004.
alta cultura, en el que hay que leer una serie de autoras para entenderlo? o se ¿puede entender de forma independiente a ese saber? Creo que el ejercicio de reflexionar sobre sus trabajos de video arte expuestos en “Ecuaciones de género”, es una buena forma responder estas interrogantes.
Al recorrer la exposición su montaje parece establecer una división precisa de dos grandes espacios, uno con acceso a todo público pintado con paredes de colores estridentes donde se encuentran los trabajos:“GTAC”, “Skyline”, “Objeto de la Academia”, “M21” y una zona privada con una luz más tenue donde se sugiere el paso a mayores de 18 años. Acá se encontraban las obras “Nida” y “Post-sexual”, los trabajos más osados de la artista - en esta muestra- dónde sitúa su propio cuerpo, su sexualidad e intimidad en primera línea. Queda claro lo que se puede mostrar en público y lo reservado para la intimidad.
Al parecer y a pesar del paso de los años aún sigue vigente la tesis de Kate Miller lo personal es político. La autora señalaba el patriarcado como un sistema de dominación que invisibiliza las acciones que se consideran personales y privadas, otorgándole relevancia a lo público. Su provocadora consigna permitió mostrar la estrecha vinculación entre las acciones cotidianas y la posición política, detonante movilizador hacia la acción, vinculando teoría/ práctica cualidades que desde entonces caracterizan el feminismo.
Desde esta posición no es tan extraño asociar la intimidad y sus cuestionamientos desde lo más personal, el cuerpo, con las reivindicaciones feministas. Sé qué asociar porno con la lucha feminista suena un poco contradictorio al comienzo, porque generalmente se asocia al feminismo con lo “anti pornográfico”. De hecho, la etimología de la palabra pornografía, proviene del griego “porné” prostituta y “graphein” que significa escribir. Sé que también el imaginario antipornografía retiene escenas de mujeres estadounidenses que encolerizadas protestaban fuera de los cines triple x con pancartas combativas con lemas como: la pornografía es la teoría, la violación la práctica3 Imágenes capturadas de alguna pantalla probablemente, ajena a los setenta/ochenta de la dictadura en Chile, asociadas a una iconografía masificada por los medios de comunicación de las “feministas come hombres” Entonces, ¿qué pasó?, ¿qué sucedió para que el feminismo se hiciera como bastión de lucha las representaciones más despreciadas por la sociedad?
Una explicación probable para este debate es el feminismo liberal, postura que sustentaban activistas usamericanas como Catharine Mackinnon y Andrea Dworkin desde los ya nombrados setenta. Ellas condenarán las representaciones eróticas de las mujeres en los medios de comunicación por convertirlas en objetos sexuales y promover la violencia de género. Su visión llegó a un extremo puritano abogando por la abolición de la pornografía, haciéndose portavoces de demandas de vigilancia, represión y censura en nombre y para protección de las mujeres desde
3 El acto de violación no es más que la expresión de la norma, incluso alienta la fantasía masculina en la cultura patriarcal de la agresión sexual. Y la articulación de esa fantasía en una industria de mil millones de dólares es la pornografía [...] La pornografía es propaganda sexista, ni más ni menos. La pornografía es la teoría: la violación es la práctica» (p.137 – 139) Robin Morgan, «Adiós a todo esto» de 1974
las instituciones del Estado. Pero cuando esta regulación se puso en marcha, el movimiento anti pornografía expuso un control hegemónico de la sexualidad aplicando censura por sobre todo a las sexualidades minoritarias, exponiendo criterios heterosexuales y dejando claro las normativas patriarcales que reprimen y controlan el cuerpo de las mujeres en una sociedad machista.
Ésta situación planteó un cuestionamiento al feminismo de “mogijatería” generando un desplazamiento en las estrategias de acción activista. Ya no se trataba de lapidar las representaciones que “humillaban” la femeneidad sino que se comenzó a debatir el concepto mismo de lo “femenino” La teoría feminista se apoyó en textos de filósofos posestructuralistas de los ochenta como Michel Focault, Gille Deleuzze para llegar a discutir incluso aquello que parece más obvio: que el sujeto político del feminismo sean las mujeres4 . Los análisis a las representaciones sociales, culturales y a las instituciones de poder parecían evidenciar un mandato constante, lo femenino equivale a ser mujer, blanca, heterosexual, sumisa.
Desde este cuestionamiento surgen nuevos feminismos, “disidentes” que descentran el carácter natural y universal de la condición femenina con distintos análisis que contraponen clase, raza, y opción sexual, “primermundismo” entre muchos factores de diferenciación, logrando descentrar el sujeto mujer como objeto del feminismo y desnaturalizar la noción de identidad sexual utilizada hasta el momento. Uno de los desplazamientos más importante vendrá de teóricos gays y teóricas lesbianas como el mencionado Michel Foucault, Monique Wittig, Donna Haraway, Adrienne Rich y posteriormente Judith Butler quienes pondrán el acento en la heterosexualidad como un régimen político y un dispositivo de control que produce la diferencia entre los hombres y las mujeres, y transforma la resistencia a la normalización en patología5
La década de los ochentas hace crisis con el destape del SIDA y se convierte en un momento fecundo para la aparición de microgrupos activistas de las mal llamadas minorías sexuales en USA Quienes deciden visibilizarse y mostrarse ante la sociedad repropiándose de un concepto que les injuria y ultraja, auto designándose con un insulto para re-apropiárselo como un lugar de enunciación política. La palabra queer en inglés es una ofensa que designa esos cuerpos como abyectos, anormales, patológicos, en español sería algo así como marica, maricón, marimacho, tortillera…
En palabras de Judith Butler: No se trata solo de comprender cómo el discurso afecta a los cuerpos, sino de cómo ciertos agravios colocan a ciertos cuerpos en los límites de las ontologías accesibles, de los esquemas de inteligibilidad disponibles6
Esta estrategia de remantización les permitirá devolver la mano y en una posición altiva y contestataria revalorizar las identidades y visualizar a lo/as “excluidos” desde la tarima del desacato. Intentando desarmar las ideas fijas acerca de la identidad sexual, como la 'heterosexualidad', la 'homosexualidad' o la 'bisexualidad', desde el desarme de la triada cuerpo
4Preciado, Beatriz “Mujeres en los márgenes”, Reportaje después del feminismo, El País 13-01-07
5 Ibíd.
6 Butler, Judith, Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”. P315, Barcelona: Ed. Paidós. (2002).
biológico/género/y preferencia sexual. Apropiarse de un insulto queer para visibilizarse subvierte, retuerce el pensamiento categórico simple sobre la sexualidad y la identidad. De esta manera, queer se convierte en un proceso a través del cual lo habitual se vuelve extraño, raro. 7
Con este giro conceptual la posición queer deja claro que una de sus maniobras a las que prestará gran atención serán las cuestiones de la representación. Sus postulados y algunas posiciones radicales del feminismo que optaron por desvincularse de la mojigatería reinante permitirán hacer del cuerpo y el placer, plataformas políticas de resistencia al control y la normalización de la sexualidad. La cultura queer comenzará a utilizar en sus instancias más contestatarias y reivindicativas, la visibilización desde los bordes, desde los espacios de contestación marginal para exponer realidades subalternas.
Esta insumisión sexual, proporcionará un desborde de nuevos feminismos que prestarán una atención inesperada a aquellos ámbitos que se habían pensado como bajos fondos de la victimización femenina y de los que el feminismo no esperaba o no quería esperar un discurso crítico8 , la insubordinación de los cuerpos desde el sexo Estas nuevas batallas propondrán que el mejor antídoto contra la violencia de género no es prohibir la pornografía o la prostitución sino que la toma del poder y romper con las reglas visibilizando, mostrando prácticas no normativas, creando producción de representaciones alternativas de la sexualidad. En palabras de la teórica española Beatriz Preciado, el Estado no puede protegernos de la pornografía ante todo porque la descodificación de la representación (pornográfica) es siempre un trabajo semiótico abierto” del que no hay que prevenirse sino al que hay que atacarse con reflexión, discurso crítico y acción política. 9
La obra de Katia es heredera de estos feminismos sometido a grandes transformaciones y críticas reflexivas, un campo de acción que se ha propuesto poner en tensión la pornografía ya no desde la censura sino que desde la producción de representaciones alternativas de sexualidad con una mirada no normativa para generar su desmantelamiento. La idea es utilizar el feminismo como “plataforma” de discusión y reinvención de nuevas representaciones. Desde acá surge el “posporno” para evidenciar representaciones de las sexualidades transgresoras, queer, trans, alternativas, intentando escamotear con distintos ardides la representación de la sexualidad normativa heterocentrista. Se pretende romper con lo inmutable de la pornografía clásica, convertirse en hacedores de nuevas representaciones que evidencien diferentes sexualidades que se ejercen contra el mandato oficial.
Pero estas manifestaciones artísticas tienen su comienzo desde el denominado performance art, en el que se apoyan muchas mujeres artistas para realizar sus reivindicaciones desde comienzos de los ‘70s. Tras el transcurso del tiempo, el video llega a ser el medio más óptimo para poder registrar las acciones. La performance “Nida” de Katia Sepúlveda que expone la caída de su
7 Navarrete, Carmen; Ruido, María; Vila, Fefa “Trastornos para devenir: entre artes y políticas feministas y queer en el Estado español”. En Desacuerdos , Arteleku, MACBA y UNIA (2005). P165
8 Preciado, Beatriz “Mujeres en los márgenes”, Reportaje después del feminismo, El País 13-01-07
9 Ibid
sangramiento menstrual en una bacinica de plástico transparente es un guiño al trabajo de artistas míticas como Judy Chicago y su acción “Red flag” (1970), donde realiza la extracción de un tampón con restos indicativos de su menstruación. También a Carol Schneemann y su performance “Interior Scroll” (1975) consistente en la extracción de un rollo de papel desde su vagina , que luego leía al público asistente como un texto feminista. Nos habla de Valie Export y su controvertida performance “Genital panic” (1969), donde la performer acude a un cine de películas pornográficas, con unos pantalones de cuero que dejaban al descubierto su pubis y además, con una intimidante metralleta. Todos antecedentes de performances provocativas y transgresoras, tildadas de alguna vez de abyectas o violentas.
Las nuevas activistas no ocultan su cuerpo, sino que lo sitúan como protagonista. No ocultan su sexualidad, sino la utilizan al máximo y en todas sus posibilidades para dejar clara su posición militante. Se trata de una corriente de artistas y activistas que realizan la batalla contra el patriarcado desde el propio cuerpo.
Otro referente trascendental para abordar los tabúes de la pornografía es la labor de Annie Sprinkle, que con un pasado de actriz porno y trabajadora sexual, inaugura en los 90’ un nuevo discurso pornográfico relacionado profundamente con la performance, el “postporno”. En su espectáculo “Public Cervix Announcement”, los asistentes tenían la oportunidad de observar el cuello de su útero gracias a la utilización de un espéculo con el que abría su vagina y a la ayuda de una linterna para hurgar en una actitud voyeurista. Sprinkle abordará estas performance con el concepto de “pospornografía”, introducida por la teórica feminista Teresa de Lauretis desde una óptica queer en los años ochenta10 .
Por su parte la francesa Virginie Despentes, escritora y cineasta, co-autora de “Fóllame”(2000), una película que decididamente transgreden sexual y sangrientamente los estereotipos asignados a la mujer en el cine, aportará imprescindibles reflexiones teóricas con respecto al tema. En su ensayo “Teoría King Kong” hace un llamado a la rebelión del “proletariado del feminismo”, es decir las putas, las lesbianas, las violadas, las marimachos, los y las transexuales, las mujeres que no son blancas, las musulmanas(…)las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica 11 Su escrito descarnado, encolerizado y no falto de violencia es uno de los textos imperdibles para entender el devenir de las nuevas estrategias activistas.
Junto a ellas la filosofa española Beatriz Preciado, quien ha traducido al español los textos de Despentes, se ha convertido en uno de los iconos de estos nuevos feminismos con herencia queer. Autora de “Manifiesto contra-sexual” , “Testo Yonki” , “Pornotopia” , ha facilitado la emergencia de conceptos y argumentos para conectar teoría y práctica como terreno fértil para expresar y reivindicar modos propios de disfrutar y entender el sexo. Sus aportes han permitido el
10 De Lauretis, “Tecnologías del género” Ensayos en teoría, la película, y la ficción. Bloomington: Prensa De la Universidad De Indiana, 1987.
11 Despentes, Virginie. Teoría King Kong, Ed. Melusina (2007) P.7
posicionamiento de trabajos críticos frente al género y la sexualidad como el realizado por María Llopis, Itziar Ziga, Diana Torres quienes han generado un movimiento de cuestionamiento artístico que ha tomado vigor en España durante la primera década del siglo XXI.
Como una posible definición simplificada y sintetizada Marisol Salanova plantea que El postporno es un movimiento artístico que propone el disfrute de nuevas representaciones alternativas del cuerpo, elaborando un imaginario sexual en el que tengan cabida las sexualidades periféricas y disidentes que la heteronormatividad y el porno clásico marginaban12 . Sin embargo a esta apreciación le falta mencionar la carga combativa de estas prácticas que se caracterizan por su crudeza y realismo para evidenciar que las pulsiones sexuales, el deseo y la política se entremezclan como armas que desafían los límites culturales.
En palabras de María Llopis autora de “El Postporno era eso” se debe señalar que el movimiento postporno es feminista o no es13; un feminismo que crea alianzas con los trans, con el movimiento queer y que en definitiva sitúa la sexualidad / intimidad como poderosa fuerza de creación y como arma política necesaria para cuestionar la sociedad en la que vivimos. Como explica Itziar Ziga, autora de “Devenir Perra”: a las mujeres se nos domestica socialmente a través del pudor: no debes hablar muy alto, ni decir lo que piensas, ni exhibirte. De modo que terminar con esos límites, hacer que exploten mostrándote como una zorra depravada, es lo mejor que podemos hacer las mujeres. Y los resultados suelen ser muy positivos14, afirma Ziga.
Éste postporno heredero de la acción política radical, devenido de los feminismos transgresores, del arte autogestionado, callejero y reivindicativo, ha dado pie para construir un marco conceptual en la transversalidad, en lo transitorio, en el transitar. Ha dado pie a nuevos feminismos, “transfeminismos” que buscan en palabras de la teórica mexicana Sayak Valencia: la desjerarquización y desarticulación de las categorías de género, de preferencia sexual y de cuerpo biológico como una triada indisoluble. Evidencian que la construcción de las subjetividades no es una realidad “per se” y por lo tanto como toda ficción se pueden desandar y no adscribir
15Transfeminismos que buscan la desobediencia de género, de consumo, de ideología como una forma de encarar estas opresiones.
A este discurso se vincula la propuesta visual de Katia Sepúlveda, mostrándonos en una de las paredes de la exposición el “Manifiesto Transfeminista”, un posicionamiento que entremezcla teoría poscolonial, teoría queer y estudios transgénero. Un desplazamiento desde el queer anglosajón de los ochenta a un cuir (como se pronuncia fóneticamente) hispanizado, de habla hispana que se constituye en amistad con las luchas transgénero, transexuales pero también en
12Salanova, .Marisol en La postpornografía como movimiento artístico, revista culturamas
http://www.culturamas.es/blog/2013/08/05/la-postpornografia-como-movimiento-artistico/
13Llopis, María: El Postporno era eso, Melusina Editorial. España, 2010. Entrevista en Culturamas
http://www.culturamas.es/blog/2010/07/22/maria-llopis-el-postporno-era-eso/
14 Ibid
15 Valencia Sayak, Presentación del libro Capitalismo Gore en el Programa de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autonoma de México, 2012. Material audiovisual visitado en : http://www.youtube.com/watch?v=3CbhRJPmrA
oposición a un movimiento homosexual normalizado y coaptado por los discursos de la igualdad, el respeto, la tolerancia y la integración.
Esta consciencia crítica se manifiesta por sobre todo en su obra “Postsexual”, propuesta audiovisual que cuestiona la construcción de la masculinidad hegemónica y del patriarcado blanco supremacista y capitalista, como lo denomina bell hooks. Es decir, este sistema entrelazado de dominación que define nuestra realidad, enraizando, socializando y legitimando las prácticas/demandas del heteropatriarcado constituyéndose como institución, como constructo institucional que funcionan de manera simultánea en nuestra vida
En “Post-Sexual” se exhibe un díldo (juguete sexual) derritiéndose en un sartén de cocina. El encuadre del video muestra de forma cerrada un espacio higienizado, “pulcro” tanto en su visualidad como en términos de aseo. Expone una plataforma que parece ser una cocina, bastante moderna porque no produce llama, entendida por la localización de las perillas que se encuentran en el borde de la pantalla. “Moderno”, también podríamos denominar el aparato de cocina “sartén” por su acabado de diseño “vanguardista” y por las capas de “teflón” (ironía tercermundista) . En el fondo, se aprecia una especie de balanza cercenada por el recorte de la imagen, la que produce un efecto temporal junto con la lentitud del proceso de derretimiento.
En un acto de transgresión Katia lanza a la “hoguera doméstica” (la cocina espacio “femenino por excelencia”) el símbolo del patriarcado, un dildo, un juguete sexual que hace las veces de pene/falo/pater/bastón de mando y autoridad. En un gesto provocador desvanece la “quinta esencia” de la masculinidad cuestionando la normatividad de una sexualidad oficializada. Esta acción de prestidigitación quedará alojada en la temporalidad constante y repetitiva de la propuesta audiovisual, pero también se expondrá como trofeo “el arma del delito”, el sartén multiplicado cuatro veces sobre una plataforma, constituyéndose como señala la autora en un fundido entre video y escultura. La bella apariencia de estos artilugios, su diseño sofisticado y su exhibición en variados colores parecen desviar nuestra mirada a un escaparate de una multitienda -otro lugar “femenino por excelencia”- volver a mirar la incineración del falo y nuevamente desviar la mirada a estos trastes de cocina que en su ardid de centro comercial nos invitan a recordar a sus parientes pobres, que en otras manos de mujer iniciaron la urgencia de “cacerolear”.
Son estas cacerolas de aluminios “El mono” (un letrero luminoso instalado en plena alameda en los ‘80s), las ollas comunes, los antiguos “choqueros” caseros, son el acorde que resuena como descompás en esta muestra. Tal vez sea una reminiscencia muy propia de una hija de obreros/as subcontratados/as, tercermundista y sudamericanos/as, pero vuelvo a recordar la frase de la feminista negra bell hooks : Las mujeres blancas que dominan el discurso feminista, que en su mayoría crean y articulan la teoría feminista, muestran poca o ninguna comprensión de la supremacía blanca como política racial, del impacto psicológico de la clase y del estatus político en un estado racista, sexista y capitalista.16
16 bell hooks, “Mujeres Negras: Dar forma a la teoría feminista”, en Otras inapropiables, Editorial Traficantes de Sueños, Madrid, 2004.
Algo no se alcanza a percibir en la muestra y no tiene que ver con el discurso combativo de la artista si no que con los códigos para que sus obras sean leídas. El libro de visitas expone una reiteración, una denuncia, un grito de auxilio: las obras son inaccesibles sin el texto que las acompaña. Suena contradictorio que el espacio destinado a lo público, al acceso de todas las edades donde se encuentran las obras: “GTAC”, “Skyline”, “Objeto de la Academia”, “M21” sean las más ajenas, las más difíciles de abordar. Mientras que la potencia de lo corporal, del cuerpo que es un espacio vivido por todas y por todos sea lo restringido. El problema de lo conceptual es que parece desteñir el discurso de lo combativo en la pulcritud de lo “minimal”, desvanece la potencia política de las representaciones e impide la lectura de la crítica cultural a un auditorio más amplio. “Ecuaciones de género”, parece ser eso, una fórmula intrincada de teoremas visuales que abordan reflexiones propias de la alta cultura. Se presupone una mirada a la historia del arte con “Skyline” , (reflexión de la línea en la pintura) a las conceptualizaciones del género con “GTAC”, (video sobre la manipulación genética), o una mirada ambos temas como en las propuestas “M21” y “Objeto de la Academia”, (registro de una acción de envoltura a un edificio como critica al feminismo “blanco, vicioso” y performance que reproduce la acción del juramento a la bandera, respectivamente)
Me parece que la dificultad está mediada por la estrategia artística de lo conceptual. De utilizar los códigos más sofisticados para acceder a participar de la escena artística, del espacio oficial del arte, del espacio museístico. Abordar la posibilidad de insertarse en el debate teórico y producir un quiebre Una especie de acomodación discursiva 17que supone una instalación del debate sobre temas de “género” en espacios públicos bajos sus normas oficiales. Un ardid que ha permitido el dialogo del activismo con la “academia” pero que ha complejizado los intercambios de significado con el público que visita la muestra que no logra entender el mensaje, porque no existe comunicación posible sin la comprensión de los signos.
Para que exista verdadera “dialogicidad” es necesario que existan códigos comunes entre quienes participen de la interlocución, abordar el discurso artístico como una estructura dialógica de intercambio de significados que facilite unos mínimos semióticos, semánticos y lingüísticos, desde un reconocimiento desde la libertad y la acción. En palabras de Paulo Freire: La comunicación eficiente exige que los sujetos interlocutores incidan su “admiración” sobre el mismo objeto, que lo expresen a través de signos lingüísticos, pertenecientes al universo común a ambos, para que así comprendan de manera semejante la comunicación18
Lo que estoy intentando decir es que no puede haber critica al sistema de dominación desde un discurso extensionista19 que reconozca la cultura dominante, que maneje su lenguaje y pueda articular desde esos bordes una propuesta provocadora, pero que sin embargo mantenga sus
17 Grau, Olga , Olea, Raquel y Pérez, Francisca. IV Conferencia Mundial de la Mujer, Beijin '95.' actores y discursos, minuta, 1997.
18 Freire, Paulo, “¿Extensión y comunicación?, la concientización en el medio rural” Siglo XXI, México, 1998
19 Ibid
privilegios como actor/a cultural y continúe situando en posición inferior, como simple espectador/a de códigos indescifrables al resto de las personas.
Es innegable el estallido de imágenes, hoy más que nunca el mundo es un discurso visual. El público que visita este centro comercial tiene acceso a imágenes más perturbadoras del cuerpo que las obras de Katia Sepúlveda, está bombardeada constantemente por publicidad, programas de televisión, escaparates, aparatos tecnológicos con pantallas táctiles, todos junto, todo a la vez. El poder de las representaciones es abrumador y existe un vinculo directo entre las representaciones y cómo vivimos la vida Desentrañar esta realidad implica la transformación de esta invasión cultural, significa que es indispensable establecer una construcción participativa del conocimiento.
La misma bell hooks nos da una pista para poder abordar este problema, se trata de ser testigos informados20, de poder acceder a un gran nivel de alfabetización visual y escrita que nos permita actuar con pensamiento crítico, discernir de manera vigilante de lo que se nos dice y lo que se nos muestra, de actuar con Insurgencia critica Pero esto no se logra con un acceso desigual a la educación, con una educación artística reducida a la mínima expresión en las escuelas, con profesionales de las artes que se remiten a repetir los cánones del arte con los que se formaron, con echarles la culpa al auditorio de su supuesta ineficiencia al leer las obras. También hace falta que las artistas se pregunten por su propio rol en la elección de sus luchas contra sistema, proponiendo estrategias de traducción cultural, generando representaciones motivadas21 que promuevan y faciliten una concientización.
El problema no es intrínseco al trabajo de Katia, porque las “bellas artes” siempre han manejado códigos de una cultura “elitista”, sin embargo su política feminista manifiesta un deseo del desborde, de romper con los paradigmas de las artes y de las teorías de género “eurocentrista”, indudablemente logra hacerlo como sudaca en Alemania pero no escapa a las relaciones de poder y a los privilegios de ser agente cultural en el extranjero Las relaciones de poder son movedizas, entonces habrá que salir de la comodidad de la teoría foránea para redefinir los límites de la opresión y vislumbrar estrategias que promuevan la transformación social
Para finalizar, no puedo negar que es un logro discutir de estos temas en la arena oficiales, pero siempre bajo el signo de la concesión. En nuestro país aún sigue vigente la dubitación entre la censura y el libre pensamiento. Sigue vigente la negación de la potencia corporal aunque el acercamiento a su vulnerabilidad siga dibujando el mejor camino para compartir experiencias comunes Por eso son tan potentes y tan cercanas las obras “Postsexual” y “Nida”. Porque nos conmueven, porque manejan códigos que nos acercan…
20 Bell hooks, “Cultural Criticism & Transformation”, The Media Education Foundation, material audiovisual visitado en http://www.youtube.com/watch?v=zQUuHFKP-9s
21 Ibid
Referencias Visitadas:
bell hooks, “Mujeres Negras: Dar forma a la teoría feminista”, en Otras inapropiables, Editorial Traficantes de Sueños, Madrid, 2004.
Casado Casco, Ignacio “Prácticas artísticas desde la disidencia sexual” ,
http://www.revistacruce.com/artes/practicas-artisticas-desde-la-disidencia-sexual.html
Despentes, Virginie . Teoría King Kong. (Supongo Barcelona, aunque no figura ciudad en la edición) Ed. Melusina. (2007).
Freire, Paulo, “¿Extensión y comunicación?, la concientización en el medio rural” Siglo XXI, México, (1998)
Llopis, María: El Postporno era eso, Melusina Editorial. España, 2010. Entrevista en Culturamas
http://www.culturamas.es/blog/2010/07/22/maria-llopis-el-postporno-era-eso/
Preciado, Beatriz , Mujeres en los márgenes: Reportaje después del feminismo, El Pais, Edición Impresa (2007)
http://elpais.com/diario/2007/01/13/babelia/1168648750_850215.html
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Ziga, Itziar Devenir Perra. Barcelona: Ed. Melusina. (2009).