COMO SE PROCESA LA INFORMACIÓN VISUAL. El procesamiento de la información visual se aprende. Los ojos son el instrumento, el cerebro es la central de procesamiento de la información, útil para tomar una decisión. Suponer que vamos conduciendo por una calle y estamos llegando a una intersección. En la esquina vemos la señal de “stop”. Muchos pensaréis que simplemente ver “el stop”, o verlo nítido, sería lo único en lo que el sistema visual interviene; o dicho de otra manera, que el “procesamiento de la información visual” acaba aquí. La explicación es, de que no es así y cómo hemos aprendido a procesar dicha información con el tiempo.
Por un lado, tenemos la vía puramente visual (objeto ->ojos <-> un área del cerebro), que transforma la información luminosa en estímulos nerviosos que llegan a nuestro cerebro, y a partir de las órdenes que le da el cerebro a los músculos de nuestros ojos, obtenemos una imagen nítida y única de lo que vemos. Vale, ya tenemos la imagen nítida. Ahora os mostraré todo lo que se procesa en el cerebro gracias a esa imagen: Por un lado, una parte del cerebro AL VER ESA SEÑAL, procesa la información de “¿Dónde estoy?”. Una información necesaria, porque para saber dónde tengo que parar, primero tengo que saber dónde estoy yo. Este procesamiento nos permite calcular nuestro movimiento, nuestra velocidad, nuestra fuerza o la dirección con el que vamos en nuestro vehículo; en definitiva, dónde estoy sentado o dónde estamos situados en la calzada. La siguiente vía nos da precisamente, la información de “¿Dónde está?” lo que miramos. Es la parte del cerebro responsable de generar la respuesta de los cálculos y mapas espaciales. Es decir, permitirá saber: dónde está el stop, dónde está la raya, dónde tenemos que parar, dónde está la palanca de marchas para reducir, dónde están los pedales para pisarlos, dónde está el coche de atrás (o el de delante si hubiera uno), etc. En resumen, nos permite crear un PLAN MOTOR.
Cuando aprendemos a conducir, todo esto se hace de forma consciente, pensamos “dónde está la palanca, dónde están los pedales, dónde está la marcha 2ª, la marcha 1ª, tenemos que ser conscientes de mirar por el retrovisor,… Hasta que todas nuestras acciones las automatizamos y se crea una experiencia. De esta manera, podemos llegar a hacer todo esto de forma inconsciente mientras hablamos con un acompañante, miramos a nuestro hijo por el espejo retrovisor, vemos que al frenar el coche de atrás no nos va a golpear, escuchamos la radio, etc… Por último, nos queda una vía muy importante, que es la vía que procesa la información de “¿Qué es esto?”. Es decir, nos permite IDENTIFICAR qué es lo que estamos viendo: que es una señal de tráfico y que significa que debemos de parar. En consecuencia, habéis comprobado que el PROCESAMIENTO DE LA INFORMACIÓN VISUAL es un proceso que se aprende con los años mediante nuestras experiencias.
Como todo aprendizaje tiene sus etapas o fases y no podemos saltarnos ninguna, porque nadie aprende a correr sin previamente haber aprendido a andar, o nadie aprende a leer sin previamente haber aprendido a ver. Para introducir al niño la lectura previamente se tienen que haber desarrollado en el sistema visual del niño ciertas funciones visuales o ciertas áreas del cerebro (que ya explicaré esto mejor en otra entrada).
La lectura se compone de dos grandes partes: la información visual y la no visual. La información visual es aquella que se puede obtener de un texto, o una imagen. Esta información debe de ser decodificada por el cerebro, y este se vale de la información no visual para poder hacerlo. La información no visual son todos aquellos conocimientos con los que cuenta una persona. Gracias a esto es más fácil comprender una lectura. El conocimiento de la lengua también es una información no visual, ya que si la persona no conoce este no será capaz de decodificar un mensaje. Estos dos elementos, uno detrás de los ojos y otro a través de los ojos se enlazan y hace comprensible un texto. Pero cuando falla el elemento de la información no visual el otro elemento no servirá de mucho. Es decir, si un texto contiene términos desconocidos por el lector, para este será muy difícil decodificar lo escrito, aunque
el texto sea claro para otras personas. A continuación se muestra el diagrama de la conformación de la lectura:
Información visual
Información No visual
Los seres humanos sobrepasamos con mucho a los ordenadores en nuestra habilidad para reconocer rostros y otros objetos, procesando con facilidad variaciones en tamaño, color, orientación, condiciones de iluminación, y otros factores. Pero no se sabe de manera detallada cómo nuestros cerebros llevan a cabo este procesamiento visual. Ahora, unos investigadores del Hospital Pediátrico de Boston, aprovechando la "cartografía" cerebral obtenida de pacientes a punto de ser sometidos a cirugía por epilepsia, demuestran por primera vez que el cerebro, en un estado de procesamiento muy temprano, puede reconocer objetos con notable rapidez y bajo diversas condiciones.
La información visual fluye desde la retina del ojo por una serie de áreas visuales cerebrales organizadas de manera jerárquica, y alcanza finalmente el lóbulo temporal. El lóbulo temporal, que es el responsable final de nuestra capacidad de reconocimiento visual y nuestras percepciones visuales, también emite señales de "respuesta" a áreas de procesamiento envueltas en las fases previas del proceso. Este intercambio de señales aumenta la eficiencia de la percepción visual.
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Globos oculares Nervio óptico Quiasma óptico Tracto óptico Ganglio geniculado lateral
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Radiación óptica Corteza visual primaria Campo visual del ojo derecho Campo visual del ojo izquierdo Campo binocular
El substrato físico de la visión está en el sistema visual. Este es un conjunto de órganos, vías y centros nerviosos, que permiten la captación, procesamiento y aprovechamiento de la información visual, lo cual lleva a alcanzar una percepción muy precisa del mundo físico que nos rodea. La entrada al sistema visual es el globo ocular. En este órgano ocurre el proceso de transducción de la información derivada del campo visual. Es decir, la energía
electromagnética del estímulo representado por la imagen, se transforma en información codificada que se envía a centros nerviosos donde es procesada. Visto lateralmente desde el exterior, el globo ocular aparece como una esfera deformada, rodeada de una membrana blanca, la esclerótica, que en la parte anterior del ojo es transparente. Esta zona transparente tiene la forma de un disco ligeramente curvado, la córnea, a través del cual los rayos luminosos son orientados (refracción) para que caigan exactamente en la retina. Detrás de la córnea existe una cavidad, la cámara anterior del ojo, llena de un líquido nutritivo para la córnea, el humor acuoso. Hacia el interior del ojo, esta cámara está limitada por una membrana circular de tejido muscular, el iris, que deja en su centro una apertura circular, la pupila. Gracias a su musculatura, el iris puede regular el diámetro de la pupila regulando así el paso de luz que llega a la retina. Detrás del iris y de la pupila excite un lente, el cristalino, que permite el enfoque fino de la imagen en los fotorreceptores de la retina. Pero la luz, después de atravesar el cristalino debe cruzar una segunda cavidad o cámara antes de alcanzar a la retina. Esa cámara está llena de un líquido llamado humor vítreo y su pared, esta limitada por una membrana, la retina. La retina presenta varias capas celulares en una de las cuales se encuentran los fotorreceptores, los conos y los bastoncitos. En ellos ocurre el proceso de transducción. En otra de las capas se encuentra las células ganglionares que se comunican con las células receptoras a través de las células bipolares. Son los axones de las células ganglionares los que constituyen el nervio óptico, que sale de cada globo ocular. Los nervios ópticos alcanzan al quiasma óptico, estructura en la que se produce el cruce de parte de los axones de las células ganglionares al lado opuesto. Los axones que salen del quiasma óptico, forman los llamados lostractos ópticos los cuales se dirigen a los tálamos ipsilaterales correspondientes. Alcanzan a los ganglios geniculados laterales de dichos núcleos. Los axones que llegan al tálamo hacen relevo de la información en neuronas talámicas. Estas, a través de sus axones, inician una vía que va a termina en la corteza cerebral ipsilateral del polo occipital. Es el área visual primaria o corteza estriada o área V.