Skisomic Fest. Fanzine colaborativo.

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rio: in the summer of 2017, i lost my mindeverything was changing too fast and there was nothing that i could hold on to that wouldn’t slip away later. there was a two week period where i stared at my bedroom ceiling while chain-smoking. people tried getting me out of the house, but it wouldn’t exactly go well, for example, crying while playing chess with an old man in the french quarter, demanding an answer to my existential crises from films such as How Stella Got Her Groove Back, etc. my friend Rio called me one day, asking me if i could pick them up from the airport and drive them to baton rouge. new orleans was starting to close in on me, and i hadn’t seen rio in a while, so i agreed. as we drove up, i listened to them talk about their time in edinburgh. all the people they met, the big laughs. how they found someone, and they really felt something, but he broke their heart without a care in the world. i crumbled the way i tended to back then. i told them everything. when we got home they laid me down and cried with me. i had to go back down to new orleans to go work. but i started making a habit of staying with rio and calling in sick sometimes. after they had gotten back from scotland, louisiana seemed to lay on top of them like a mosquito in molasses. at least that’s how they’d described it. i had been home for a while, so i couldn’t understand completely, but there had been others who told me likewise-- that they felt suffocated. after a few sessions of pity parties and aimless bitching, rio found our routine unproductive. “i got an idea,” they said. they got a blanket and a box of art supplies, then laid it out in a patch of grass in the courtyard. “we’re gonna make a zine about all our bullshit.” and they showed me how to fold. It’s easy,” they said. “you can do it with regular copy paper and it doesn’t matter if it’s messy or not because people are nosy and they wanna see what it says either way.” and so we started. i made some really hideous zines about three people have seen/will ever see. then i made more. it was easy because they were so small and crappy i didn’t feel like i had to embellish what i meant. it became easier to let things flow, to see something i thought complete. then we made some together. some where i wrote and rio drew. or where we compared our reactions to the same issue, for example rio eats their feelings when they’re on a downer and i don’t eat at all. one afternoon, they read some of their poems to me and told me to read one that moved me out loud. i got through two or three lines. it was a lot for me.


and for the next month, we laid out in the grass chain-smoking, drinking wine at 11 am, and falling apart together. it was messy as all get out, but i really fucking needed it. i needed to know i could do things, even if they were just with my hands. just folding and tearing. i actually made a pretty decent piece about a local personal injury lawyer. you can actually see the website i made for it here: https://patronsaintofpersonalinjury.hotglue.me/ although be warned, it’s a bit hard to understand. i was writing really fast. the point is, i had finally completed and even developed something without having a school or work deadline to push me. but i digress. learning how to make zines did not save me from drug use, heartbreak, my family drama, or my existential dread. it did not stop the deep vortex expanding inside me each day. but when i had to leave rio in louisiana to go back to spain alone, i at least had the new ability to translate whatever intangible thought from the void that was rattling my brain into words on paper, even if it was with something as small as a zine. my work has developed into its own style now, less dependent on my gripes with the world. but it took a long time to get here: to this place where i can create and share and be comfortable with that without needing to apologize or seek approval of someone who’s not even watching. for all of that, i have to thank rio for being there to show me.

and here is rio’s instagram: here is a picture of rio eating ice cream, not ready for the camera:

@rosegoldpomegranate you can buy art from them or compliment them on their work. maybe send them money on paypal or cashapp so they can buy more art supplies or go to dance class or eat a big bowl of noodles. even it’s small, it’s good. it helps people.




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(atención, en el último párrafo, trigger warning: violación, abuso, bullying)! Hola qué tal, vengo del pánico audiovisual. Me encanta describirme como alguien que vive por y para el <3 desastre <3 pero oye no he venido a hablar de mí, sino de los fanzines. O bueno mira, voy a hablar de los dos porque somos baratos, algo cutres (o deberían), y quedamos monos en una habitación.! A ver, para quien no me conozca: tengo una autoestima de mierda y aún no he acabado la carrera. Voy de frente con eso. Si tienes un mal día no me leas hoy, léeme otro día con un té o un vino que esté rico. Lo de la carrera lo he colado aquí porque todo, absolutamente todo, está relacionado con ello: con Skisomic, con los fanzines, mi profundo odio hacia mí mismo y mi profundo odio hacia mí mismo por tener un profundo odio hacia mí mismo. ! Escribo esto desde el sofá en una posición rara, mi espalda tiene cada vez más esta forma (@) y por suerte acabo de salir de una playlist de vines rescatados en youtube. Ya iba por el 124. También voy por el proyecto maravilla número 37 y esta vez espero acabarlo. Menos mal que Skisomic surgió (y sigue) como algo genial y una mezcla entre ansiedad y ganas hacen que salga para adelante super bien, y ahí está Angie con su muchísima creatividad y su pasión por crear que siempre hace que le salgan los proyectos redondos, bonitos y geniales. También qué suerte que se haya metido más gente, que tantas amigas formen ya parte de la organización y se involucren tanto. Que gente de fuera de nuestros círculos también quiera participar. Qué suerte que no seamos les losúniques únicos, que no lo fuéramos nunca y que nos vayamos conociendo poquito a poquito.! Venía del ruido creativo, de la seguridad que supone el no hacer nada, de fórmulas de cómo HAY que hacer LAS COSAS y directores (para que me voy a molestar en ser inclusivo aquí con lo poco equitativa que fue mi carrera) a los que admirar y aspirar. Llevarle un café a Bayona. Hacer un corto de contenido traumático pero maravillosamente editado ¡Mira este plano mira! Salgo yo con un cuchillo, muy enfadado, porque nos gusta el drama. El cuchillo sale de la pantalla con efecto 3D. Tengo un ojo vago y no puedo ver el 3D.! La carrera me enseñó que hay un sitio para cada une en algún lugar, pero que no necesariamente tiene que estar a la vista. Ni en tu familia, tu trabajo, tu círculo de amigues, ni mucho menos, tu carrera. Que no es fácil encontrarlo y que hay que dar muchos tumbos, pero que todo es cuestión de moverse en la dirección que creas. Al principio para mí, lo del fanzine fue solo coleccionismo, algo íntimo y bonito que tener, compartir y sobre lo que hablar con gente a la que aprecio y con la que pasar un buen rato. Algo social o político, un pequeño trozo de papel que no se molestaba necesariamente en ser perfecto, en si estaba mal guillotinado o era la fotocopia número 5340 de un original ya perdido, pero cuyo contenido te pegaba en la cara nada más abrirlo. Sobre todo personal, una carta en la que contarnos lo más íntimo, lo más difícil, tratar de plasmarnos de forma cruda o congelar una experiencia en unos pocas páginas, con el único objetivo de comunicarlo, de hacer redes, de no sentirnos tan solxs. Pero dejemos algo claro, del fanzine no se puede (o es difícil) vivir, al menos, en lo que respecta económicamente!! Para hacer un fanzine, no necesitas más que papel y boli, o un editor de texto y guardarlo en pdf. Y ganas. Y algo de creatividad. Y te puede quedar bonito o feo, pero siempre puede ser importante para alguien. Porque sale de ti, son tus experiencias, y mucha gente puede encontrarse en ellas. Es tu imaginario, muy personal, y a alguien le puede encantar. Porque es una discusión, una parte de todes. Angie me enseñó desde sus primeros zines que puedes hacer algo realmente bonito y que muestre muchísimo de ti, y que con esa transparencia que no repite o imita fórmulas que están tan caducas, desde ese low cost y experimentación tan tan auténtico, puedes transmitir mucho más que todos los cómics que guardo alfabéticamente en mi estantería.! Antes os comenté algo sobre la soledad, hablaba de cartas, sin un remitente claro, hablaba sobre mí sin hacerlo porque no sé cómo se hace, bien. Mi proyecto número 86 es un zine en el que


ribo

* esc

sobre estas cosas, sobre gran parte de mi vida, pero no me veo con las fuerzas de hacerlo aún. Os pido que no hagáis como yo, que no os de corte, que no os de cosa. Haced zines sobre lo que os venga en gana. Y si no vendéis, pues regalad, intercambiad, a alguien le va a interesar. Esa es la esencia del zine. El fanzine nos permite hablar de lo que sea y decirnos, si nos sentimos identificades, que no estamos solxs. Conectar. Desde el fanzine se crea un formato con el que podemos comunicarnos y encontrar apoyo, de una forma más o menos artística, pero siempre íntima, siempre personal. Así que, te lo pido: si eres de las personas que se ríen de los formatos “cutres” o baratos, que se jactan de los espacio seguros en los que poder compartir vivencias y experiencias, revísatelo, porque el problema es tuyo. Y si no es así, no te preocupes demasiado por la forma si crees que tienes algo que contar o te mueres por hacer un fanzine. Yo, y muchos más, lo querremos leer igual. ——————————————————————————————————————————— No leas desde aquí si te pilla el día suave. Hablo en serio. No es agradable. No voy a añadir mucho más sobre el fanzine. Hablo de violencia, de abuso y de bullying. Creo que no es justo que os pida que hagáis, que contéis, si no empiezo yo aquí. A ver, me he tirado 12 años callándome que viví toda mi secundaria en un infierno constante. Con 12 años, en un descanso entre clase y clase, 4-5 compañeros abusaron sexualmente de mí, forzándome un objeto mientras trataba de resistirme. Me desnudaron de cintura para abajo y me sujetaron contra una mesa. Todo el mundo miraba, mis amigos incluidos, mucha gente reía, nadie paró nada, ningún profesor vino. Sonó la campana, cada une se fue a su sitio, yo incluido. Desde ese día el bullying que ya había recibido y que era bastante soportable se incrementó con amenazas diarias, miedo constante, impotencia y soledad. Perdí el control de mi vida y me dejé manipular durante años por las mismas personas que habían abusado de mí. Hacía lo que querían, me dejaba maltratar y controlar por miedo, y la sensación de que todo había sido siempre mi culpa por no encajar, por no saber, por no actuar. Palizas, peleas forzadas con gente a la que apenas conocía, y una falsa sensación de que todo eso estaba bien, de que era amistad, cosas de chicos y ya está. A los pocos años esto se tornó en homofobia (mejor dicho, plumofobia en mi caso) por rechazar y no tener ni aceptar ese tipo de masculinidad en mi vida. Toda esta situación desembocó en un trato hacia mí mismo negativo sobre el que no voy a profundizar. Aún a día de hoy sé que tengo alguna secuela. La primera vez que le comenté a alguien esto fuera del círculo de silencio que se formó en mi clase al respecto fue con 24 años, hará unos 7 meses o así, a mi amiga Juls. Fue mucho tiempo de silencio, tiempo en el que decidí enterrarlo todo aunque me siguiera afectando, y dejarlo atrás. No empecé a encontrar la fuerza para contarlo hasta que no di con las experiencias que había leído en otros comics autobiográficos y, en un formato con el que me sentía mucho más identificado, como el del perzine. Me jode que sea así, me jode que aún a día de hoy no me sea fácil contar esto en persona. Me jode mucho que algo así me haya marcado, también que piense que realmente no es para tanto, que soy un exagerado. Si es tu caso, te diré y te diría en persona que ni lo pienses, que cuentes lo que quieras, que te apoyo y que muches más lo hacemos, que las cosas pueden cambiar. Que existan los zines en espacios y contextos seguros, el saber que voy a ser al menos escuchado y no muy juzgado, que será menos probable encontrarme un fanzine que sea homófobo, y para ti (y todes) racista, misógino, putófobo, transfobo… Que si quiero, puedo dibujar un cómic sobre esta experiencia, siempre avisando, siempre respetando que cosas así pueden remover recuerdos duros de otras personas. Que no tiene que ser bonito, ni cuidado, ni pensarlo como producto para la compra y venta…no sé, creo que algo así solo puede traernos cosas positivas a todes.

guillequirod





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