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Proceso regulatorio para la prohibición del relleno de caucho

La Comisión Europea (CE) propone restringir el uso de relleno de caucho utilizado en campos de césped sintético, ya que las partículas de caucho que quedan libres en el ambiente han sido clasificadas como microplásticos añadidos intencionalmente.

Las recomendaciones de la CE sobre las restricciones para la colocación de microplásticos agregados intencionadamente en el mercado europeo (Anexo XVII REACH1) buscan prohibir la venta futura de relleno de microplásticos, como lo es el granulado de neumáticos al final de su vida útil para sistemas de césped sintético. En ese sentido, la CE propone un período de transición de seis años en el punto de venta antes de que la nueva restricción entre en vigor.

Los hallazgos de la Comisión se produjeron a partir de una investigación publicada a principios de 2022 en la cual, por primera vez, se detectó contaminación por microplásticos en la sangre humana en casi el 80 % de las personas analizadas.

Si bien se desconoce el impacto de la contaminación en la salud del cuerpo, los investigadores están preocupados ya que los mismos causan daño a las células humanas en el laboratorio. Además, se encuentra comprobado que las partículas contaminantes del aire ingresan al cuerpo y causan millones de muertes prematuras al año.

Pese a que cualquier legislación de la CE solo se aplicará a sus países miembros en Europa, se espera que afecte el uso de caucho y plástico reciclados como relleno de superficies sintéticas alrededor de todo el mundo.

En respuesta a la recomendación, el Consejo Europeo de Césped Sintético ha publicado un documento de posición que identifica los riesgos y oportunidades de la prohibición propuesta. Si bien está de acuerdo con los objetivos para reducir las emisiones de microplásticos agregados intencionalmente, en lugar de prohibir, propone gestionar el riesgo. Para ello, se está desarrollando el Informe técnico CEN 175193 para el control y la mitigación de dichas emisiones

En cuanto al período de transición de seis años, se espera que las superficies actuales se puedan utilizar durante al menos 10 años, aunque muchos campos existentes pueden tener dificultades para alcanzar su vida útil completa debido a la incapacidad de comprar los materiales requeridos para su mantenimiento. Esto obliga a las comunidades, escuelas y clubes deportivos a reemplazar las superficies prematuramente o correr el riesgo de deterioros en la calidad y seguridad de sus campos.

Por lo tanto, se solicita que el período de transición se extienda a diez años para permitir que aquellos que han invertido recientemente en nuevos campos consigan obtener la vida operativa completa que anticiparon.

La legislación propuesta no requiere que se lleven a cabo acciones retrospectivas en los campos actuales. Desde ya, esto habría sido una carga significativa para los propietarios y operadores de las instalaciones. Sin embargo, es necesario incitarlos a que gestionen y mantengan de manera responsable sus campos, para que no permitan que el relleno migre al medio ambiente. Esto incluye la adopción de la guía descrita en el Informe técnico CEN 17519 para todos los campos nuevos que utilizarán rellenos de microplásticos durante la fase de transición.

La prohibición de microplásticos agregados intencionalmente no cambia las ventajas que los sistemas de césped ofrecen a los millones de personas que los disfrutan cada año. Estos campos brindan superficies duraderas y de alta calidad, que permiten a las comunidades europeas beneficiarse de las ventajas que el deporte y la actividad física proporcionan: mejorar la salud física, promover la inclusión social y generar bienestar mental.

La decisión de la Comisión Europea supondrá un reto para la mayoría de los mercados europeos en los que estos rellenos han demostrado ser los más populares. Aunque se han llevado a cabo muchos esfuerzos de investigación y desarrollo en el período previo a la decisión de la CE, la industria encontrará un desafío para realizar una transición completa dentro del período propuesto de seis años. Esto refuerza aún más la solicitud de extender el plazo, para permitir un cambio más controlado.

Por otra parte, la Federación Europea de Industrias del Reciclaje (EuRIC), la Federación Española para la Recuperación y el Reciclaje (FER) y el Sistema Colectivo de Gestión de Neumáticos al Final de su Vida Útil en España (SIGNUS) han alertado de las importantes consecuencias de la propuesta de la Comisión, considerando que la misma no tuvo en cuenta otras medidas igualmente eficientes y con menor impacto ambiental que ya se llevan a cabo.

En Europa, cada año se reciclan alrededor de 150 millones de neumáticos, lo que supone un neumático por cada tres ciudadanos. El caucho procedente tiene una amplia gama de usos prácticos, entre ellos, se encuentra su aplicación en césped artificial, utilizado en campos de fútbol, parques infantiles y su uso en la construcción de carreteras. Por tanto, la prohibición del caucho reciclado en campos de césped artificial supone un mayor impacto ambiental. La EuRIC, FER y SIGNUS instan a la Unión Europea a reconsiderar el valor del caucho procedente del reciclado por sus beneficios sociales, económicos y ambientales.

No obstante, con la prohibición del uso de este material, el problema no se solucionaría: la liberación de microplásticos procedentes del filamento del propio césped artificial será mayor, tal y como se demuestra en los resultados de la monitorización del campo que se está haciendo en Ribeira (A Coruña).

Con la propuesta actual, más de los 10.000.000 neumáticos que se destinan en España a esta aplicación no tendrían destino como productos reciclados y podrían acumularse o correr el riesgo de ser exportados fuera de la UE para su incineración, donde las normas medioambientales son menos estrictas. Si esto sucede, no se llevaría a cabo una política climática eficaz.

Además de las estrictas medidas de control y gestión de riesgos para limitar la liberación de microplásticos que aplican organizaciones líderes como la FIFA, en la UE ya existe una economía circular de neumáticos que cumple con el Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Sustancias Químicas (REACH), evitando de este modo un elevado número de emisiones de CO2 a la atmósfera. Si consideramos las aproximadamente 80.000 toneladas de neumáticos que suelen destinarse en España a esta aplicación, se obtienen 178.000 toneladas de CO2 eq/año.

Por tanto, si la Comisión Europea prohíbe el uso de caucho reciclado de neumáticos al final de su vida útil en este tipo de superficies deportivas, se generará un problema medioambiental muy superior al que se pretende evitar. Es decir, si la actual propuesta sale adelante, nos encontraremos con una inmensa cantidad de neumáticos sin alternativas de reciclado.

Por esto, llevar a cabo medidas de control en las superficies deportivas son la mejor solución económica, técnica y sobre todo ambiental, que es lo que se reclama desde la industria europea del reciclaje. Por otro lado, el perjuicio económico también puede ser considerable, al ponerse en riesgo un volumen de negocio en España de 11,3 millones de euros.

En este marco, los recicladores instan encarecidamente a la UE a reconsiderar el valor de este material procedente del reciclado, permitiendo el uso de granulado procedente de neumático al final de su vida útil y considerando estrictas medidas de control para las superficies deportivas de césped artificial, de acuerdo con a la norma CEN/TR 17519. ■

Fuentes:

Environmental

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