GESTION Y ORGANIZACIÓN DE LOS RECURSOS FORESTALES
CONSERVACIÓN DE LAS RAZAS AUTOCTONAS LA RAZA TUDANCA MIGUEL CEBALLOS SAN MIGUEL 06/06/2012
HISTORIA DE LA RAZA
La raza tudanca es única. Rustica y primitiva, es, sin duda, uno de los signos de identidad más destacados de la ganadería cántabra.
Animal de tiro en el pasado, utilizada tanto en la agricultura como para el transporte de mercancías desde el interior hacia el puerto de Santander, la mecanización del transporte de mercancías y el laboreo, unido a la entrada de razas foráneas en su medio, motivo su reducción y la hizo refugiarse en los enclaves que hoy ocupa, de naturaleza montañosa y difícil explotación de otras razas para el aprovechamiento de recursos pastables. En el presente, su principal destino es la producción de carne, de extraordinaria calidad por sus pastos naturales. Pero no es el único, porque también tiene una importante faceta histórica, representada por el efecto popular, su valor folclórico y tradicional, sin olvidar la importante labor que desempeña en el mantenimiento y mejora del medio ambiente.
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SEGUIMIENTO DE LA EXPLOTACION
INTRODUCCION: En la ganadería de José Antonio Ceballos Fernández, vecino de la localidad de Sta. Olalla de Molledo, Cantabria, se mantiene la raza tudanca por el hecho de cuidar una raza que además de ser autóctona está catalogada por la FAO como raza en peligro de extinción.
Esta explotación ganadera se considera semiextensiva, ya que el ganado permanece estabulado tres meses mientras que el resto del año se dedica a explotar los pastos de montaña.
PRIMAVERA: Al llegar la primavera, allá por el 19 de marzo (san José), se procede a soltar las vacas a las fincas después de estar estabuladas desde el mes de diciembre en una nave. Estos pastos se aprovechan hasta pasado el mes de abril, pues a principios del mes de mayo se sube el ganado a las sierras bajas , llamadas de primavera, para dejar libres las fincas de su propiedad para así poder segarlas una vez llegado el verano. Si las vacas estuvieran en los prados durante el mes de mayo, estos no producirían la suficiente hierba para segar, debido a la seca fundamentalmente. En los meses de abril y mayo
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se concentran los partos de casi todas las reses, pues es en esta época cuando abunda la comida en los prados y así proporcionar leche a los terneros recién nacidos.
VERANO: Es a principios de junio, una vez que los terneros son un poco más grandes, cuando se junta todo el ganado de la explotación que se encuentra pastando en la sierra para dirigirse a los puertos de verano, los puertos de Brañosera en la provincia vecina de Palencia. Esta costumbre se viene realizando desde hace muchos años, durante tres días, se llevan las 60 vacas de la explotación por carreteras, prados y montes, con el fin de llegar a los montes de Campoo que ya lindan con Palencia. Este puerto se caracteriza por estar bien delimitado por cierres para el ganado, una gran cantidad de terreno, etc. Se pagan unas tasas por cada vaca.
La cabaña de tudancas de José Antonio permanece en estos puertos durante todo el verano mientras el siega y almacena la hierba seca de las fincas para que sus vacas pueda pasar el invierno. En el mes de septiembre, las reses ya empiezan a barruntar que se acerca el momento de partir, pues es por San Miguel cuando se baja el ganado del puerto hacia los pastos bajos de otoño. En las cumbres que dejan atrás se puede apreciar las primeras nevadas de la temporada, lo que empuja a los rebaños hacia los valles. Los terneros ya se han hecho grandes y llega la hora de destetarles para proceder a su venta, bien sea en la feria de ganado o a algún tratante que se acerque a la finca. A las vacas se las
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seca el ubre para evitar posibles mamitis y se las suelta a los prados o a las sierras que abandonaron en primavera, para aprovechar los llamados pastos de retoĂąa.
INVIERNO: Con las primeras heladas del invierno, las vacas comienzan a cambiar su fino pelaje de verano por el de invierno, siguen paciendo por las fincas del propietario hasta llegado el mes de diciembre cuando, la propia nieve, se apodera de los pastos e impide que las tudancas puedan alimentarse de estos. Es en este momento cuando se estabulan las vacas. Se juntan todas en un corral cercano a la estabulaciĂłn y, una a una, se van amarrando en los pesebres con cebĂas de madera.
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Las sesenta tudancas de José Antonio permanecerán estabuladas unos tres meses (soltándolas de vez en cuando para que estas se puedan arrascar y se desparasiten) alimentándose de la hierba cosechada durante el verano.
Una vez llegado el mes de marzo toca soltar las vacas de nuevo a las paciones para que se preparen para parir, y otra vez a seguir este ciclo anual.
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