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LA MINA ESTA MINADA?

La producción minera, además de utilizar grandes cantidades de agua que posteriormente vuelven al drenaje en forma de ácido, genera diversos contaminantes, como partículas y gases tóxicos que alteran los ecosistema de los lugares donde tiene presencia

Es una de las actividades imposibles de detener. De ésta dependen cientos de industrias para que la economía de cualquier país sea rentable. Sin embargo, tanto las comunidades donde operan así como su biodiversidad, se ven afectadas por sus explosiones, ruido, polvo, partículas de “algo” que traen riesgos a la salud del planeta y su biodiversidad.

De acuerdo con el libro Así se ve la minería en México de Aleida Azamar Alonso, Leticia Merino Pérez, Cecilia Navarro González, Jorge Peláez Padilla, en México, el 60% de la exploración minera es para obtener oro. El 70% de éste se extrae con la técnica de tajo a cielo abierto, que se cataloga como la más devastadora para los territorios.

Este método llamado de cielo abierto genera graves impactos como daños a la superficie de la tierra, daños a acuíferos subterráneos, contaminación del aire, daños a la flora y fauna, etcétera.

Tan solo para obtener una onza de oro son necesarios 40 kg de explosivos, 150 a 200 mil litros de agua. Esto emite un promedio de 650 kg de CO2 a la atmósfera, además de otros gases altamente tóxicos.

Y es que la minería de tajo a cielo abierto genera la erosión y contaminación de los suelos. También arrasa con la orografía de los territorios en los que se realiza. La deforestación provocada por la minería, afecta tanto el hábitat local de cientos de especies como los flujos de agua que abastecen a diversas comunidades, ambos ejes esenciales para la vida.

Consecuencias sociales y ambientales de la minería

Los autores del libro comentan que en la minería moderna, el uso de tecnología permite la extracción de minerales a gran escala, pero con impactos ambientales aún mayores que los de la minería subterránea tradicional. “La adopción de técnicas como los tajos a cielo abierto, el uso de sustancias de alta toxicidad para la vida humana y silvestre, tales como el cianuro y el mercurio, así como el uso y contaminación de grandes volúmenes de agua, han producido pérdidas ecológicas irreparables”. Por eso, están prohibidas en la UE, provincias de Canadá y condados de EU.

En nuestro país las áreas concesionadas para la explotación minera comprenden zonas antes restringidas: áreas naturales protegidas, territorios indígenas, cabeceras de las cuencas hidrológicas y zonas cercanas a poblados.

En Así se ve la minería en México, se reporta que algunas entidades del centro y norte de México de fuerte actividad minera, se exploran y explotan territorios agrícolas, zonas ambientalmente sensibles y regiones ocupadas por poblaciones indígenas o comunidades campesinas y urbanas.

“En estas zonas, debido a la falta de capacidad regulatoria institucional, además de los impactos mencionados, han sido frecuentes los desastres socioambientales y los accidentes laborales con pérdidas humanas y económicas”.

Reproducimos los que contabiliza la obra, misma que fuera publicada en 2021 en coordinación con la UNAM, la Universidad Panamericana y Fundación Heinrich Böl:

• El derrumbe de la mina Pasta de Conchos, Coahuila, en el año 2006, con un saldo de 65 mineros muertos.

• La filtración de cianuro a la presa La Purísima en Guanajuato, en 2010.

• El derrame de miles de litros de químicos altamente tóxicos y metales pesados en el río Bolaños, en Jalisco, en 2010.

• La contaminación del río Chínipas en el año 2010, en Chihuahua.

• La contaminación del río Marabasco y de la Reserva de la Biosfera de Manantlán con miles de litros de químicos de la presa de jales de la minera Peña Colorada, en 2013.

• La muerte de cientos de animales de ganado por el vertido de cientos de litros de agua con cianuro en el arroyo de la Cruz, en Durango.

• El derrame de 240 toneladas de ácido sulfúrico en el río Santa Cruz, en Sonora, en 2014.

• La contaminación de los ríos Sonora y Bacanuchi por el derrame de 40 mil metros cúbicos de lixiviados de sulfato de cobre acidulado de la presa de jales de Grupo México, en 2014.

• La contaminación del ecosistema del río Cata, en Guanajuato, en 2015, por el derrame de casi 1,200 galones de lodos residuales de la pileta de jales.

• La contaminación en el municipio de Nacozari por el derrame de 10 mil litros de ácido débil, a raíz de la volcadura de un carro tanque en el interior de la mina La Caridad, en 2016.

• El envenenamiento del río San Martín en Zacatecas con más de 20 mil litros de agua contaminada con sedimentos en 2019.

• El derrame de más de 3 mil litros de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés en julio del 2019.

• La dispersión de 6 millones de litros de jales Durango en 2020, entre otros.

Un hecho real Nadie ignora que durante muchos de los procesos mineros el agua, el suelo y el aire se ven afectados debido a las sustancias, materiales y gases que se desprenden en cada uno de los procesos como trituración, lavado, corrosión y mecanismos químicos de separación.

Al no ser un tema menor, algunos países han adecuado sus legislaciones relacionadas con el sector para buscar proteger el medioambiente. Así han activado intensos trabajos de reforestación con el fin de restaurar las zonas que por necesidad humana han sido dañadas.

De acuerdo con el Informe de Sostenibilidad 2022, Minería Responsable, pilar de un Futuro Sostenible de la Cámara Minera de México (CAMIMEX), en el Global Carbon Atlas, en 2020, México ocupó el lugar número 16 entre los países que más generaron emisiones en América Latina, lo supera Brasil al ubicarse en el lugar 12.

La minería y las energía renovables Hay una ironía en el tema de la minería y su alta toxicidad: se requiere de diversos minerales, es decir, de su actividad, para continuar con la llamada transición energética

La transición energética y la carrera hacia las emisiones cero, demanda diversos minerales catalogados como fundamentales.

Para la fabricación de paneles solares, aerogeneradores, baterías y demás tecnologías verdes, es necesario contar con aluminio, carbón, cobalto, cobre, indio, grafito, hierro, litio, manganeso, litio, molibdeno, níquel, plata, silicio, tierras raras, zinc...

El informe de la CAMIMEX retoma que “la Agencia Internacional de Energía (IEA) prevé que para 2050 se necesitarán entre 1.8 y 3.5 miles de millones de toneladas de minerales para abastecer al sector de energías renovables”.

La demanda de minerales varía según el tipo de tecnología. El cobre es de los principales para la generación de energías limpias debido a sus características. México ocupa el décimo lugar a nivel mundial en la producción de cobre.

Consumo de energía

Ante el cambio climático, el sector minero afiliado a CAMIMEX se ha comprometido a implementar las mejores prácticas y tecnologías para hacer un uso más eficiente de los recursos energéticos en sus procesos productivos y así reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.

La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía tiene registradas 159 instalaciones del sector minero-metalúrgico como Usuarios con Patrón de Alto Consumo (UPAC). En cuanto al sector, 45 instalaciones mineras reportaron su información de 2021 a CONUEE, de las cuales tres se excluyeron de la estadística por encontrarse por debajo del umbral mínimo; de las 42 instalaciones consideradas, el 52% fueron clasificadas como grandes consumidores de energía eléctrica y el 48% como grandes consumidores de combustibles.

Capital humano, acciones

Para seguir cumpliendo con los compromisos asumidos y mitigar los efectos de los cuales se ha hablado en este breve reporte, la CAMIMEX se define como un organismo consciente de que sin capital humano cuidado, la productividad no podría apegarse a los requerimientos que hoy se demandan.

Por eso, las empresas agremiadas enfocan sus esfuerzos en cinco ejes estratégicos para entornos seguros, saludables y dignos: Colaboradores; Capacitación y desarrollo; Diversidad e inclusión; Salarios competitivos y, Seguridad y salud ocupacional. Según su informe, en el 2021, las empresas afiliadas a la CAMIMEX destinaron más de 972 millones de pesos para la salud de sus colaboradores.

A la par de cuidar a su personal, en otros países, algunas empresas convierten las instalaciones caducas, así como las excavaciones mineras, en centros recreativos.

Y es que de acuerdo con las nuevas tendencias, los proyectos mineros de hoy deben considerar en sus estudios de viabilidad, los costos que por concepto de reforestación del terreno se deban realizar una vez que el depósito ha sido agotado y se retiren las instalaciones motivo de la explotación.

Tres lineamientos para cuidar la biodiversidad

De acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano, para poder afrontar los impactos potenciales sobre la biodiversidad en las actividades mineras, se debe trabajar sobre los conceptos mitigar, rehabilitar y mejorar:

Mitigaci N

• Minimizar los impactos implementando decisiones o actividades para reducir las consecuencias indeseadas proponiendo acciones para ello.

• Rectificar los impactos rehabilitando o restaurando el ambiente afectado. Compensar los impactos reemplazando o proporcionando recursos o ambientes sustitutos.

• Evitar los impactos es la mejor opción. De esta forma no se generan alteraciones sobre la biodiversidad. Las acciones para minimizar los impactos son la segunda opción y podrían incluir cambios en la ubicación de las rutas de acceso o de los diques de cola. Las medidas para rectificar o compensar los impactos son la opción menos idónea.

Rehabilitaci N

Tomar medidas para que después del cierre de las minas se devuelva al terreno los usos que fueron previamente acordados. Rehabilitar o restaurar es difícil de lograr si el área fue degradada en gran medida.

Una vez que se establecen los objetivos del cierre de la mina, se debería producir un plan de rehabilitación que podría ser: Manejo del suelo y material de destape, Técnicas de mejora del suelo para crear condiciones favorables para el crecimiento, Técnicas para conservar y reutilizar la vegetación, Procedimientos de paisajismo, etcétera.

Estos planes deberían ser revisados periódicamente a medida que surge mayor información sobre las condiciones del sitio, así como cuando se desarrollan nuevos procedimientos de rehabilitación.

Compensación de la biodiversidad. En los casos en que la destrucción permanente de un ecosistema es inevitable, se pueden considerar, como último recurso, otras opciones compensatorias. Se conocen comúnmente como “herramientas que compensan los daños producidos a la biodiversidad” (offsets) y consisten en “pago” para proteger la biodiversidad en una zona designada.

Mejora

En tanto que las medidas de mitigación y rehabilitación son respuestas a los impactos o amenazas contra la biodiversidad, las medidas de mejora se toman en respuesta a amenazas externas como fallas institucionales en el manejo o la protección (falta de aplicación) o, la falta de conocimiento científico respecto de la biodiversidad. Esta es una distinción fundamental entre mitigación, rehabilitación y mejora.

“En conclusión, se debe reforzar la idea de la sustentabilidad dentro del modelo ambiental, en una actividad que aunque complicada como es la minería, económicamente es muy necesaria para el desarrollo de nuestro país. Mundialmente, es una actividad imprescindible debido a la creciente demanda de materias minerales”, expone el documento del Servicio Geológico Mexicano.

Más que solo metales

Al hablar de minería, la mayoría pensamos en solo la extracción de metales preciosos. Pero bajo el concepto “mineral” se agrupan diversos elementos y compuestos químicos que se encuentran en el suelo y en el subsuelo como el plomo, zinc, cobre, manganeso, arenas, arcillas, yeso, mármol, piedras preciosas y semipreciosas, así como el petróleo, el gas natural y el carbón mineral, por mencionar algunos.

De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en México la minería representó el 8.3 % del Producto Interno Bruto (PIB) industrial y el 2.3 % del PIB nacional en 2020 (SGM, 2021). En ese año ocupó el primer lugar a nivel mundial como productor de plata y el sexto en la producción de oro. Los estados sobresalientes por su producción de estos dos minerales fueron Sonora y Zacatecas.

El modelo actual

La extracción de minerales en México se realiza, principalmente, a través de concesiones, otorgadas tanto a empresas mexicanas como internacionales. Este esquema se basa en el pago por explotar los yacimientos de minerales que se encuentran en un área determinada. Hasta 2021 el área concesionada por el Gobierno de México era de 8.59 % del territorio, con un total de 24, 066 concesiones mineras (Azamar-Alonso y Téllez-Ramírez, 2022; Semarnat, 2022).

Azamar-Alonso y Téllez-Ramírez, comentan que los procesos de extracción generan impactos negativos en el ambiente, como la alta demanda de agua, la remoción de la cubierta vegetal y de suelo, y la emisión de contaminantes que pueden reducir la calidad del agua superficial y subterránea, del aire y el suelo, con las subsecuentes afectaciones para la población y los ecosistemas.

Hacía una minería sostenible

El pasado mes de marzo, la Cámara Minera de México (CAMIMEX), consciente de los desafíos que presenta su actividad, anunció la adopción del estándar Hacia una Minería Sostenible, Towards Sustainable Mining o TSM, por sus siglas en inglés, un sistema de desempeño de responsabilidad social corporativa desarrollado en Canadá.

Este promueve las mejores prácticas ambientales y sociales en el sector minero.

El acuerdo oficial de TSM tuvo lugar en la convención anual de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá, una de las conferencias mineras más representativas en el mundo.

CAMIMEX se comprometió a trabajar en adoptar un conjunto de indicadores que les permitirán medir e informar públicamente sobre los aspectos más integrales de la industria minera, incluidos aquellos centrados en la gestión ambiental y la participación efectiva de la comunidad.

“La firma de esta colaboración con la Asociación Minera de Canadá para compartir el estándar TSM, refleja el compromiso del sector minero afiliado a CAMIMEX para continuar implementando los mejores estándares

10 lugar ocupó México en 2015 como productor de plata, bismuto, fluorita, celestita, wollastonita, cadmio, molibdeno, plomo, zinc, diatomita, sal, barita, grafito, yeso, oro y cobre internacionales en desempeño ambiental y social, así como transparencia y promoción de canales de comunicación con todos los grupos de interés”, dijo en un comunicado Jaime Gutiérrez, presidente de CAMIMEX.

Con este acuerdo, CAMIMEX se une a otras 11 asociaciones mineras de todo el mundo, la quinta en América Latina junto con Brasil, Colombia, Guatemala y Argentina, en la adopción del estándar TSM.

Una gestión de la mina responsable TSM es un programa de sostenibilidad reconocido a nivel mundial que apoya a las empresas mineras en la gestión de responsabilidades ambientales y sociales clave. TSM fue el primer estándar de sostenibilidad minera en el mundo que requiere evaluaciones a nivel de sitio.

A través de TSM, ocho aspectos críticos del desempeño social y ambiental se evalúan, validan de forma independiente y se informan públicamente contra 30 indicadores de desempeño distintos.

“El mundo necesita minerales y metales para las tecnologías de las que dependemos y es importante que se establezcan estándares reconocidos a nivel mundial como TSM para garantizar que el proceso de minería se gestione de manera responsable, de principio a fin”, dijo Pierre Gratton, presidente y CEO de la Asociación Minera de Canadá, miembro fundador de TSM.

El desempeño en TSM se evalúa a través de un conjunto de estándares detallados de desempeño ambiental y social, que incluyen el cambio climático, la gestión de jales, la gestión del agua, las relaciones indígenas y comunitarias, la seguridad y la salud, la conservación de la biodiversidad, la gestión de crisis y la prevención del trabajo infantil y forzoso. TSM ayuda a impulsar la mejora del desempeño a nivel de sitio y contribuye a asegurar el apoyo a las actividades mineras de las comunidades donde opera.

Para garantizar que TSM refleje las expectativas de la sociedad civil y las partes interesadas de la industria, fue diseñado y continúa siendo moldeado por un panel asesor independiente y de múltiples intereses.

Como parte de su aplicación, CAMIMEX pondrá en marcha un órgano asesor similar para que se ocupe de la función de supervisión.

Tecnología en la mina, ¿es la respuesta?

A la par de estas acciones, la tecnología también alza la mano para participar de una minería más responsable con el impacto ambiental y la mejora de sus prácticas. Entre éstas destacan el uso de:

• Vehículos eléctricos

• Prospección con uso de tecnología

• Drones con tecnología 5G

• Electrificación subterránea

• Reciclaje de agua residuales y más

Si bien las nuevas tecnologías abren la posibilidad de que las minas del futuro puedan ser más sostenibles ambientalmente, aún faltan muchos años para que se apliquen a gran escala comercial, si es que eso es posible.

Madeleine Stone, de National Geographic, comenta en su artículo Minería: ¿pueden las nuevas tecnologías hacer que sea más limpia? que incluso, los enfoques de minería más limpia son solo una pieza del rompecabezas: también debe optimizarse el reciclaje de metales, de paneles solares, de baterías de vehículos eléctricos y de otras tecnologías para reducir la necesidad de minería futura.

Se requieren leyes y regulaciones más estrictas para garantizar que donde se expanda la minería para satisfacer la demanda de metales, se haga con el consentimiento de las comunidades locales y de una manera que las beneficie.

Holly Bridgwater, geóloga de exploración de la empresa australiana de innovación en geociencias Unearthed, a quien Stone refiere, dice:

“Si bien los impactos de la minería nunca serán nulos, la industria puede hacerlo mejor, y tiene la responsabilidad de intentarlo. Siempre se necesitará energía para hacerlo; siempre habrá algún tipo de huella. Nuestro objetivo debe ser hacerlo lo más sostenible posible’”.

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