4 minute read
De la visión a la realidad: la sostenibilidad
En un mundo donde la palabra “sostenibilidad” se ha convertido en un término de moda, es fundamental distinguir entre las empresas que realmente se comprometen al cambio, de aquellas que solo buscan obtener una ventaja superficial
En la última década se ha registrado un aumento en las empresas que han comenzado a implementar prácticas más sostenibles en sus operaciones. Sin embargo, con la gradual conciencia sobre el cambio climático y la urgencia de cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, es importante cuestionarse si las prácticas que están tomando son suficientes para lograr los objetivos planteados.
A pesar de los esfuerzos actuales, las emisiones de gases de efecto invernadero (“GEI”) continúan aumentando, la biodiversidad sigue disminuyendo y los recursos naturales van agotándose a un ritmo alarmante.
Sirva como ejemplo que, según datos de la Organización Meteorológica Mundial, la temperatura media en el 2022 ha tenido un aumento de 1.15°C con respecto a la era preindustrial, prueba de ello, es que los últimos ocho años se han registrado como los años más cálidos desde 1850
Para las empresas, tener un compromiso con la sostenibilidad no solo involucra implementar prácticas sostenibles y buscar reducir su impacto ambiental y social. También es necesario integrar aspectos de gestión ambiental, responsabilidad social, viabilidad económica y sobre todo comunicar sus prácticas y resultados.
Evaluación de la empresa
Las empresas que buscan ser sostenibles y generar un impacto positivo en el medioambiente, deben identificar las emisiones de GEI y otros impactos ambientales relevantes de sus actividades. Por ejemplo, la generación de residuos, el consumo de agua y energía, y las emisiones de gases contaminantes. Para ello, pueden utilizar herramientas de evaluación ambiental, como la huella de carbono, la huella hídrica o la huella ecológica como principales herramientas para llevar a las organizaciones hacia el camino de la sostenibilidad.
Estas herramientas, son indicadores que tratarán de poner en cifras el impacto ambiental de una empresa, aunque cada una se centra en aspectos específicos, comparten la finalidad de proporcionar información sobre el uso de recursos naturales, las emisiones de GEI generadas y el impacto en los ecosistemas.
Los ejes
La evaluación de la huella de carbono es la más conocida y aplicada dentro del sector industrial. Representa una medida en la cual se puede cuantificar la cantidad de GEI que son emitidos directa o indirectamente por una empresa. Una metodología comúnmente utilizada para poder medir y gestionar las emisiones es el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero. Este protocolo se basa en identificar y agrupar las emisiones en tres grupos o alcances, ayudando a las empresas a manejar el espectro total de los riesgos y las oportunidades a lo largo de su cadena de valor.
La huella hídrica, es un indicador del volumen de agua dulce que es utilizado para producir un producto o servicio. Para poder determinar este indicador, se necesita sumar el agua verde (proveniente de la vegetación), el agua azul (agua subterránea o superficial) y el agua gris (agua residual generada por actividades humanas). Para que podamos aterrizar este concepto, la huella hídrica, o el volumen necesario para elaborar una taza de café es de 140 litros de agua dulce.
Por último, la huella ecológica evalúa el impacto sobre el medioambiente que generan las actividades que realiza una empresa para producir un bien o servicio. Este indicador calcula los diferentes aspectos, como la cantidad de energía utilizada, los alimentos consumidos, el uso de agua, el transporte, la generación de residuos y otros factores relevantes.
Monitorear acciones Hay diversas estrategias para reducir los parámetros de las tres huellas, como, por ejemplo; se puede adoptar el uso de energía renovable, ejecutar programas de eficiencia energética y de agua, así como programas de reciclaje. Después de la implementación de estas estrategias, el monitorear estas acciones ayudará a las empresas a realizar ajustes y mejoras en caso de ser necesario para que al momento de tener que realizar los informes de sostenibilidad se puedan comunicar los resultados de una forma transparente y clara.
La adopción de energías renovables es una de las principales estrategias implementadas por las empresas para reducir la huella de carbono, hídrica y ambiental. La generación de electricidad a partir de combustibles fósiles, como el carbón y gas natural, son una de las principales fuentes de emisiones de GEI. Al cambiar a energías renovables esa generación de electricidad se evita la quema de combustibles fósiles y se reduce significativamente la emisión de GEI. También se disminuye el consumo de agua para el enfriamiento y otros procesos y también evita la extracción de recursos naturales no renovables, minimizando el impacto en los ecosistemas y protegiendo la biodiversidad.
Programas con sentido y propósito Otra estrategia comúnmente utilizada en la industria es implementar programas de eficiencia energética. Esto ayuda a reducir el consumo de energía y de agua optimizando los recursos, generar ahorros económicos y mitigando el impacto en las tres huellas de manera simultánea. Algunos ejemplos en los que se puede aplicar estos programas son: adoptando equipos y maquinarias con mejor eficiencia, implementando asilamientos térmicos en edificios, cambiar a luces LED de bajo consumo, optimizar los sistemas de aire acondicionado y calefacción, y establecer políticas de apagado automático para equipos que no se utilizan.
Por último, los programas de reciclaje desempeñan un papel importante en la reducción de las huellas, ya que al re - ciclar se evita la necesidad de extraer y procesar recursos naturales, lo que implica un menor consumo de energía y de agua, así como también se evita la acumulación de desechos y se reduce la necesidad de crear nuevos espacios de disposición. Dentro de los materiales que mas se reciclan en la industria destacan: el papel, plástico, vidrio, latas de aluminio, y dispositivos electrónicos.
Sin duda, la reducción de las huellas de carbono, hídrica y ecológica representan una oportunidad para las empresas en su camino hacia la verdadera sostenibilidad. El reducir estas huellas, hará que las organizaciones puedan experimentar una serie de beneficios tangibles y valiosos. En última instancia, la reducción de las huellas se traduce en una mayor resiliencia empresarial frente a los desafíos ambientales y sociales, lo que conlleva una posición competitiva en un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad.
Al establecer metas ambiciosas de sostenibilidad, las empresas pueden liderar el camino hacia un futuro más sostenible y responsable, generando un impacto positivo en el planeta y en la sociedad en conjunto.