Hacia la Construcción de una Tipología de Diálogo

PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO Dirección Regional para América Latina y el Caribe Democratic Dialogue Project (RLA-01-004)

Borrador, no distribuir

HACIA LA CONSTRUCCION DE UNA TIPOLOGIA DE DIÁLOGO1 Por: Elena Díez Pinto

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Este documento fue preparado con base en los resultados del trabajo desarrollado por los profesionales del diálogo asistentes a tres talleres de aprendizaje sobre diálogo democrático convocados por la Dirección Regional para América Latina y el Caribe en los últimos tres años. Las contribuciones de estos profesionales se encuentran resumidas en los informes de los tres talleres (ver www.undp.org/rblac/dd) .

La tipología emergente presentada aquí también fue desarrollada por medio de reuniones técnicas y trabajo de equipo con Andrew Russell de DRALC, Katrin Kaeufer de MIT, Bettye Pruitt de SoL y Adam Kahane de Generon.

CONTENIDO

1. Introducción

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2. Definición de Diálogo Democrático

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3. Propósito del Diálogo: Marco Conceptual

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Manejando eventos críticos – El Diálogo como instrumento.

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Abordando los retos de la época – El Diálogo como filosofía/modus operandi.

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El Diálogo como discusión estratégica – Promoviendo el cambio a largo plazo.

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4. Contextos: Madurez del problema − − − −

Problemas Latentes (necesidades) Problemas Reconocidos (intereses) Conflictos (posiciones) Crisis (bandos) 7

5. Resultados: Concreción − − −

Entendimientos Acuerdos Acciones

6. Mapeo de Procesos de Diálogo

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Hacia la construcción de una tipología de diálogo 1. Introducción La construcción de una tipología de diálogo ha sido una tarea central dentro del componente de creación de conocimiento del Proyecto de Diálogo Democrático. Los profesionales del diálogo2 que participaron en dos de los talleres de aprendizaje del proyecto han compartido sus experiencias y se han involucrado en un esfuerzo creativo para comprender dónde encaja su experiencia particular en el “territorio” del diálogo, y cómo puede compararse con otros esfuerzos de diálogo.

El esfuerzo actual del Proyecto de construir una tipología de diálogo útil está dirigido esencialmente hacia desarrollar un marco analítico y conceptual que permita una comprensión profunda de las diversas experiencias de diálogo compartidas por los profesionales del diálogo (tanto las apoyadas por el PNUD como por otras instancias), así como una forma de organizarlas, mapearlas y aprender de las mismas.

Este documento presenta una síntesis de las categorías emergentes de diálogo e incluye: el propósito (lo que los diálogos pretenden lograr), el contexto (bajo qué condiciones se desarrollan los diálogos) y los resultados (lo que los diálogos producen). Durante los talleres, se discutieron muchas otras categorías, tales como tipos de intervención (construcción de consensos, negociación, acercamiento); instancia convocante (institución nacional o internacional); participación (abierta o selectiva); poder para lograr el cambio, participación del gobierno; alcance territorial (supranacional, nacional, regional, local); plazo de alcance (corto, mediano o largo plazo); y alcance general (eventos, situación actual, estructuras). Tratamos de incluir la mayoría de ellas en las categorías que proponemos. Consideramos que otras, tales como la convocatoria y la participación, están más directamente relacionadas con aspectos metodológicos.

2. Definición de Diálogo Democrático Los profesionales del diálogo han definido el Diálogo Democrático como un proceso transinstitucional para abordar problemas sociales complejos o retos que no pueden ser abordados adecuadamente –exitosa, sostenible, legítima y pacíficamente- por una sola institución. Es una herramienta trans-institucional para la gobernabilidad democrática que complementa a las instituciones democráticas tales como legislaturas, partidos políticos e instancias gubernamentales.

Un diálogo democrático es multi-actores, reúne a las personas que son parte del problema y deben formar parte de la solución, o alternativamente, un grupo que incorpore un microcosmos de líderes sociales formales e informales. Un diálogo democrático es incluyente. Personas provenientes de diferentes sectores, clases, jerarquías, partidos, regiones, generaciones, género y culturas, que normalmente funcionan por separado, o aún en oposición unos a otros, se involucran en un proceso de diálogo en común.

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Quienes necesitan resolver problemas, facilitadores, líderes de iniciativas de diálogo.

Un diálogo democrático produce un espacio seguro para que las personas hablen y se escuchen entre sí abierta y creativamente, contribuyendo así a restaurar o construir confianza. Dichas conversaciones también les permiten alcanzar consenso, es decir, un entendimiento compartido de lo que es el problema, su papel en el mismo y lo que deben hacer para abordarlo.

Los diálogos democráticos producen cuatro tipos de resultados, todos los cuales son importantes para entender el proceso y el impacto del diálogo. Algunos resultados son producidos individualmente por miembros del equipo de diálogo, y otros, colectivamente por el equipo como un todo; algunos resultados son invisibles, percibidos únicamente por miembros del equipo, y algunos son visibles ante observadores externos.3 Los productos colectivos y visibles son a su vez de tres tipos, con diferentes grados de concreción: entendimientos generales, acuerdos específicos y acciones implementadas.

El diálogo democrático se utiliza en cuatro tipos de contextos políticos determinados por el “sentido de urgencia” que tiene una sociedad de abordar los problemas que le aquejan. Estos contextos políticos están directamente relacionados con etapas de “madurez” del problema. En el primer tipo de contexto, los problemas están latentes, es decir, surgen a partir de necesidades no satisfechas y, generalmente, no reconocidas. En el segundo tipo, los problemas y el interés de las personas en ellos pueden ser reconocidos. En el tercer tipo, los problemas pueden estar produciendo un conflicto, y las personas adoptan posiciones. Y en el cuarto tipo de contexto, los problemas pueden desembocar en una crisis, y las personas adoptan bandos.4 En general, a medida que los problemas se vuelven “más maduros”, el sentido de urgencia de resolverlos se incrementa, así como las amenazas a la legitimidad, gobernabilidad y estabilidad.

Los problemas más maduros producen conflictos o desembocan en una crisis. El resolver este tipo de problemas requiere esfuerzos combinados tanto de civiles como de autoridades gubernamentales.

Los problemas menos maduros –tales como las necesidades latentes o problemas reconocidospueden también amenazar la legitimidad, gobernabilidad o estabilidad. No obstante, en estos casos generalmente el desarrollar un esfuerzo de diálogo a tiempo –a menudo liderado por civiles con o sin participación del gobierno- puede ser suficiente para resolverlos.

Los procesos de diálogo democrático pueden clasificarse de acuerdo con estas dos variables: la concreción de los resultados colectivos y visibles del diálogo, y la madurez del contexto político del problema.

3. Propósito del Diálogo: Marco Conceptual En relación con el propósito del diálogo, han emergido dos grupos de categorías definitorias –una para lo que puede llamarse el alcance del propósito; y otra que diferencia el papel del diálogo. Éstas surgieron de la discusión sobre los retos o problemas de la época –siendo los más críticos la corrupción, la pobreza prevaleciente, el impacto negativo de la globalización, la desilusión y el cinismo acerca de los gobiernos- y los problemas/retos de largo plazo, tales como el racismo y 3

Estos cuatro tipos de resultados corresponden a los cuatro cuadrantes de Wilbur: “I” [Yo] (individual e invisible), “We” [Nosotros] (colectivo e invisible), “It” [Ello] (individual y visible), e “Its” [Ellos] (colectivo y visible).

4 Estos cuatro contextos o etapas fueron propuestas en el taller de Panamá.

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las divisiones de clase (p.e., Perú, Guatemala y México), las tradiciones políticas “tribales” (p.e., Jamaica), la falta de empoderamiento de las mujeres en la esfera pública, o las estructuras y procesos tradicionales de la democracia representativa, inadecuados para enfrentar los problemas del Siglo XXI. Las categorías específicas propuestas fueron las siguientes: Alcance del propósito Manejando eventos críticos Abordando los retos/problemas de la época Promoviendo el cambio a largo plazo Papel del Diálogo El Diálogo como instrumento El Diálogo como filosofía y modus operandi El Diálogo como discusión estratégica Estas categorías se basan en lo que uno de los participantes llamó “la clásica diferenciación en la historia: la historia de los eventos, la historia de eras particulares; la historia del largo plazo” 5 Asimismo, estan claramente vinculados, como se describe en los párrafos siguientes.

Manejando eventos críticos – El Diálogo como instrumento Un buen ejemplo de diálogo organizado con este propósito es el Diálogo Argentino. La Iglesia Católica y el PNUD convocaron a este diálogo a petición del gobierno, en medio de una “acumulación de crisis” –económica, social y política- que había ocasionado manifestaciones, saqueos y violencia. El caso ilustra enfáticamente las dolorosas contradicciones de la situación de crisis, ya que había asuntos urgentes que demandaban acciones concretas, no obstante eran motivados por causas complejas, estructurales y a menudo con raíces en lo psicológico, que requerían cambios profundos.

El reto particular al utilizar el diálogo en estas situaciones es la tendencia a enfocarse en la crisis inmediata y evitar abordar los asuntos estructurales subyacentes. Parte del aprender a utilizar efectivamente el diálogo multi-actores involucra encontrar maneras de manejar esta tensión inevitable. A la vez, debe considerarse una precaución en cada caso, referente a si el diálogo es la herramienta apropiada o si hay otras alternativas. Por ejemplo, ¿podría Argentina haberse beneficiado más al disolver la legislatura y convocar a nuevas elecciones?

Otro ejemplo del diálogo como instrumento es Agenda Uruguay. En un contexto de crisis política y social, este diálogo generó propuestas concretas para la acción y el cambio positivos en las relaciones entre partidos políticos y en las actitudes del gobierno.

El diálogo también puede utilizarse como instrumento de restauración –restauración de la cordura pública en tiempos de caos. En este sentido, el diálogo multi-actores puede entrañar un gran valor simbólico: “el simple acto, como en el caso de Venezuela, de ver a los actores sentados alrededor de la mesa, el simbolismo de ese hecho tiene una fuerza tremenda, aunque no 5

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Milda Rivarola, participante paraguaya.

resuelva nada”. Asimismo, puede proporcionar tiempo –para encontrar soluciones, para abstenerse de entrar en situaciones violentas si fuere necesario.

Puede el diálogo multi-actores ser también un instrumento para la resolución de problemas eficaz en tiempos de crisis? El resultado del “salario de inclusión social” del Diálogo Argentino o los Diálogos de Ginebra en 1991, que pusieron fin a la guerra civil salvadoreña, son ejemplos de diálogos en la categoría de propósito.

Finalmente, teniendo en mente la importante diferenciación entre problemas presentes y causas subyacentes, necesitamos explorar el papel del diálogo como instrumento de reforma o revitalización en situaciones de crisis. Esta es, por supuesto, el área más altamente politizada, y un área en la que los participantes en los talleres han expresado frustración considerable frente al vacío entre el diálogo y la acción. Hablando en términos prácticos, este uso del diálogo multiactores vincula los propósitos de corto, mediano y largo plazo que hemos definido. Aún así, algunas experiencias demuestran que puede haber una conexión fructífera entre la crisis y el cambio a largo plazo si la crisis concientiza a la gente sobre la necesidad de reforma. En Perú, por ejemplo, la crisis de corrupción en el gobierno de Fujimori, dramática y ampliamente publicitada, movilizó a los ciudadanos a un grado que años de violaciones a sus derechos civiles no habían logrado.

Abordando los cambios de la época – El Diálogo como filosofía/modus operandi Un tema recurrente en los talleres de aprendizaje es el de la debilidad de las instituciones democráticas, que no están funcionando bien tanto regionalmente (en América Latina y el Caribe) como en otros lugares. Esta crisis de la democracia en sí misma –descrita diversamente como crisis de poder, de legitimidad, de deliberación, de efectividad al gobernar -por un lado, de cara a poderes de facto arraigados, y por otro lado, ante fuerzas geopolíticas poderosas- es tal vez el reto definitorio de la era actual. Y el propósito clave de las iniciativas de diálogo es reformar y revitalizar las instituciones democráticas y procesos democráticos a todo nivel.

Pero, ¿cómo puede revitalizarse una democracia? Una posible visión es la de “democracia dialogante”. El tipo de diálogos extraordinarios, que resuelven problemas, no es sustituto de este estado deseado, pero pueden ayudar a que surja ya que el diálogo multi-actores es, en esencia, un proceso democrático.

Las instituciones democráticas también pueden verse “inyectadas” de la filosofía del diálogo –una filosofía que dicta una amplia apertura del espacio de discusión para incluir las voces de aquellas personas usualmente excluidas. En muchas ciudades latinoamericanas, la recientemente creada institución del Ombudsman [mediador en asuntos de interés público] ejemplifica esta filosofía.

Pero también ejemplifica los problemas que dificultan la implementación práctica de dicha filosofía. Por un lado, las personas no están acostumbradas a ejercer su derecho a ser escuchadas; y por el otro, los poderes establecidos no están acostumbrados a tomar en cuenta las opiniones de las personas. Al mantener ambos sus patrones acostumbrados de conducta, contribuyen a evitar que la institución pase a ser algo más que una legalidad. La democracia dialogante debe ser una filosofía puesta en práctica –debe ser un modus operandi, una cultura.

Una verdadera cultura democrática es “una cultura en la que las personas hablan entre sí para resolver problemas en lugar de atacarse unos a otros”. El construir dicha cultura requiere no sólo el “abrazar” la filosofía del diálogo, sino también el desarrollar la capacidad de practicarla y cultivarla como una manera normal de hacer las cosas. Los diálogos apoyados por WSPInternational han desarrollado una metodología que impulsa y apoya a las personas para que

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desarrollen las habilidades de diálogo que les servirán después de que el proyecto específico haya concluido.

En muchos países existe el anhelo público de un papel más directo en debatir y decidir sobre los problemas y retos de la época. Asimismo, existe frustración con respecto a las instituciones establecidas del gobierno representativo, que reservan ese rol únicamente para los funcionarios electos. Esto podría etiquetarse como un reto a las instituciones establecidas, una “crisis de deliberación”, una crisis estructural: la tensión entre las instituciones del Siglo XIX, y las necesidades y aspiraciones del Siglo XXI. Es una crisis de gobernabilidad que se da en instituciones no gubernamentales –por ejemplo, en iglesias y escuelas.

El Diálogo como discusión estratégica - Promoviendo el cambio a largo plazo Esta categoría se refiere específicamente a los proyectos de escenarios cívicos –Mont Fleur en Sudáfrica, Destino Colombia, Visión Guatemala y Visión Paraguay. Estos procesos de diálogo han sido multi-actores, estratégicos (“un mecanismo de vivir más reflexivamente, de planear para el largo plazo –de comprender el pasado y reconstruir el futuro”), y una manera de “desatorarse” de los problemas del momento presente y pensar acerca del cambio estructural y de largo plazo, una oportunidad de definir el país para el futuro. Visión Paraguay, por ejemplo, surgió en un contexto de pobreza y crimen en aumento; falta de confianza en el gobierno, corrupción generalizada y fragmentación social. Visión Guatemala emergió después de la firma de los Acuerdos de Paz, con el propósito de apoyar su implementación. Ambos diálogos dieron como resultado el desarrollo de nuevas relaciones, el incremento de la capacidad de diálogo dentro de un grupo diverso de líderes, así como escenarios de posibles futuros nacionales que proporcionaron una base para expander la discusión y acciones futuras más allá del grupo de diálogo. De manera similar, Mont Fleur emergió en una sociedad que enfrentaba el reto de trazar una ruta de avance en la Sudáfrica post-apartheid. Como resultado, el diálogo de Mont Fleur estableció relaciones de trabajo entre antiguos oponentes -particularmente atravesando la barrera de la división racial-, construyó consensos entre ellos acerca de principios clave de política económica, y construyó escenarios de posibles futuros nacionales.

4. Contextos: Madurez del problema Los diálogos democráticos han surgido bajo cuatro tipos de contextos, para abordar problemas sociales en cuatro diferentes etapas de “madurez”: cuando hay problemas latentes, cuando existen intereses o problemas reconocidos, cuando surge el conflicto y cuando brota la crisis.

Problemas latentes (necesidades): la sociedad enfrenta problemas que todavía están latentes y surgieron o están surgiendo como resultado de necesidades no satisfechas o generalmente no reconocidas. Un ejemplo de dicho diálogo es el Diálogo de los Pueblos Indígenas en Guatemala, organizado para cumplir con el compromiso de los Acuerdos de Paz de respetar los derechos e identidad de la mayoría indígena.

Problemas reconocidos (intereses): el problema y los intereses de la gente son generalmente reconocidos y abordados a través de un proceso de diálogo. Los diálogos cívicos de Visión Guatemala, Visión Paraguay, Destino Colombia y Mont Fleur representan diálogos en los que los intereses de la sociedad –pobreza, apartheid, corrupción, fragmentación social- fueron reconocidos y abordados.

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Conflictos (posiciones): cuando los problemas severos, críticos para la gobernabilidad, legitimidad y estabilidad de un país, no han sido reconocidos y abordados producen conflicto, en el que la gente adopta posiciones.

El Acuerdo Nacional Perú, por ejemplo, surgió en medio de una crisis triple –de legitimidad política, de credibilidad del gobierno (causada por la corrupción y violaciones a los derechos humanos) y de la economía. De igual manera, los diálogos de Bambito en Panamá surgieron en un contexto de profundas divisiones políticas luego de la invasión por parte de los EEUU y el arresto de Manuel Noriega, así como los cuatro años siguientes de turbulencia política, elecciones inminentes y la oportunidad de tomar control del Canal y la Zona del Canal.

Crisis (bandos): los problemas que son críticos, que la sociedad en su mayoría comparte, que permanecen sin resolver y son ignorados consistentemente por los gobiernos, pueden desembocar en una crisis. Durante una crisis, la gobernabilidad, legitimidad y estabilidad generalmente se pierden. La gente se polariza y adopta bandos.

El proceso de negociación venezolana surgió únicamente cuando el gobierno y la oposición se polarizaron y una huelga de base amplia paralizó la economía y amenazó con volverse violenta. De igual manera, el Diálogo Argentino se organizó cuando el país se hundía en una crisis de deudas, deterioro económico y social, y se había perdido el sentido del bien común en una sociedad fragmentada y desorientada.

5. Resultados: Concreción El diálogo democrático produce cuatro tipos de resultados, todos los cuales son importantes para comprender el proceso y el impacto del diálogo. Algunos resultados los producen individualmente miembros del equipo de diálogo, y otros los produce colectivamente el equipo como un todo; algunos productos son invisibles, percibidos sólo por los miembros del grupo, y algunos son visibles para los observadores externos.6 Los resultados colectivos y visibles son a su vez de tres tipos, con diferentes grados de concreción: entendimientos generales, acuerdos específicos y acciones implementadas. En general, los diálogos organizados en un contexto de “necesidades latentes” o “problemas reconocidos” producen entendimientos y acuerdos en un plazo relativamente corto. Sin embargo, las acciones concretas a menudo requieren un plazo más largo para su implementación, a menos que sea bajo un contexto de conflicto o crisis en el que se tomen acciones inmediatas para prevenir mayor fragmentación y polarización.

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Estos cuatro tipos de resultados corresponden a los cuatro cuadrantes de Wilbur: “I” [Yo] (individual e invisible), “We” [Nosotros] (colectivo e invisible), “It” [Ello] (individual y visible), e “Its” [Ellos] (colectivo y visible).

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Entendimientos: los diálogos pueden producir un mejor entendimiento entre los actores, lo que a su vez genera mayor tolerancia, un incremento en las relaciones y redes de confianza, una visión colectiva del futuro y el reconocimiento de necesidades particulares. El Diálogo de los Pueblos Indígenas en Guatemala está generando un mejor entendimiento con respecto al racismo prevalente y la exclusión generalizada de la mayoría indígena. De manera similar, los diálogos cívicos de Visión Paraguay, Visión Guatemala, Destino Colombia y Mont Fleur crearon una comprensión más profunda sobre las realidades emergentes y oportunidades hacia futuro de estos países.

Acuerdos: los diálogos también producen acuerdos o consensos específicos. Estos incluyen propuestas de nueva legislación, políticas públicas, agendas para discusión e implementación futuras. Por ejemplo, el Diálogo de Política de Seguridad en Guatemala, apoyado por WSP International, logró el consenso entre las fuerzas armadas, la policía y los civiles, y produjo propuestas y documentos. De manera similar, el Diálogo Tri-Sector en las Filipinas produjo la Agenda Filipina 21, un marco de trabajo para el desarrollo sostenible modelado en la Agenda Global 21. Asimismo, el Diálogo Multi-Partidario en Guatemala ha reunido a delegados de los 20 partidos políticos existentes, que produjeron una agenda nacional compartida, la cual acordaron apoyar durante los próximos cuatro años.

Acciones: la capacidad de los diálogos para generar acciones concretas e inmediatas, parece estar relacionada con el sentido de urgencia que una sociedad tiene de resolver un problema dado. Esto explica por qué bajo contextos de conflicto o crisis se implementan acciones concretas en el corto plazo.

El Diálogo Argentino, por ejemplo, produjo el Salario de Inclusión Social -mesas de diálogo organizadas para discutir problemas críticos de sectores específicos-, y plantó la semilla del diálogo como instrumento para regenerar la democracia. Agenda Uruguay produjo muy pronto propuestas concretas para la acción y el cambio positivos en las relaciones entre partidos políticos y la actitud del gobierno.

Las siguientes dos tablas organizan y proporcionan un mapa de las experiencias de diálogo democrático compartidas por los miembros de la red de diálogo, de acuerdo con las dos últimas categorías discutidas: la concreción de los resultados colectivos y visibles del diálogo, y la madurez del contexto del problema.

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CONTEXTO La madurez del problema

Brota la crisis: bandos

En Conflicto: posiciones

Reconocido: intereses

Latente: necesidades

Relaciones

Fuente: PNUD

Entendimientos

Acuerdos

La concreción de los RESULTADOS

Acciones

Mapeando el Proceso de Diálogo CONTEXTO DEL PROBLEMA (Madurez)

Brota la crisis (Bandos) Crisis

Destino Colombia Contexto: conflicto armado estimulado por el narcotráfico.

Resultados: consenso entre los participantes sobre un futuro pacífico deseado; escenarios de posibles futuros nacionales que proporcionen una base para expandir la discusión más allá del grupo de diálogo.

Negociación Venezolana Contexto: polarización entre el gobierno y la oposición; una huelga de base amplia que parizó la economía y amenazó con volverse violenta.

Resultados: acuerdo de establecer un proceso de negociación para salir de la crisis mediante elecciones.

Diálogo Argentino Contexto: crisis de endeudamiento, deterioro político, económico y social; pérdida del sentido del bien común en una sociedad fragmentada y desorientada.

Resultados: el Salario de Inclusión Social; creación de mesas de diálogo para sectores específicos; plantó la “semilla” para la utilización del diálogo como instrumento para la regeneración de la democracia.

Agenda Uruguay Contexto: crisis económica y social; crisis política, parálisis gubernamental de cara a la oposición.

Resultados: propuestas concretas para la acción; cambios positivos en las relaciones entre partidos políticos y en la actitud del gobierno.

En Conflicto (Posiciones) Conflictos

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Perú Acuerdo Nacional Contexto: Surge de una triple crisis –de legitimidad política, de credibilidad gubernamental (ocasionada por la corrupción y violaciones a los derechos humanos) y de la economía.

Resultados: mayor entendimiento entre los actores y mayor tolerancia; acuerdo de institucionalizar el proceso; posibilidad de pensar en una visión colectiva.

Bambito, Panamá Contexto: Profundas divisiones políticas luego de la invasión de los EEUU y el arresto de Manuel Noriega, turbulencia política durante los cuatro años siguientes; elecciones inminentes; oportunidad de tomar el control del Canal y la Zona del Canal; proceso de diálogo previo y acuerdos resultantes sobre de elecciones justas y transparentes.

Resultados: amplio acuerdo en torno a una agenda nacional en el área clave de la

Futuro Democrático, Guatemala

administración del Canal y el uso de la tierra e instalaciones en la Zona del Canal; nuevas relaciones de trabajo entre antiguos enemigos políticos; bases para continuar el uso del diálogo Mesas Intersectoriales, Guatemala

Reconocidos (Intereses) Problemas

Visión Paraguay Contexto: pobreza y crimen en aumento; falta de confianza en el gobierno; corrupción generalizada; fragmentación social Resultados: desarrollo de nuevas relaciones y la capacidad para el diálogo entre un grupo diverso de líderes; escenarios de posibles futuros nacionales que proporcionen la base para expander la discusión más allá del grupo de diálogo.

Mont Fleur Contexto: el reto de trazar un camino para avanzar en la Sudáfrica post-apartheid.

Resultados: relaciones de trabajo entre antiguos oponentes, particularmente atravesando la barrera de la división racial; consenso entre ellos acerca de principios claves de economía política; escenarios de posibles futuros nacionales que provean una base para expander la discusión más allá del grupo de diálogo.

WSP Politica de Seguridad, Guatemala Contexto: proceso paralizado de conversión de las fuerzas armadas en una fuerza de seguridad democrática.

Resultados: propuestas y documentos de consenso entre la policía y los civiles en relación con políticas de seguridad.

Mesa de Justicia, Argentina Contexto: debilidad institucional del sistema judicial.

Resultados: formación de grupos de trabajo en varios aspectos de la reforma judicial; acuerdo multi-actores acerca de principios de reforma.

Diálogo Tri-sector, Filipinas Contexto: el reto a la economía filipina presentado por la Organización Mundial del Comercio.

Resultados: Agenda Filipina 21, un marco de trabajo para el desarrollo sostenible modelado en la Agenda Global 21 de la Cumbre Mundial de 1992.

Visión Guatemala Multi-party Dialogue, Guatemala

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Latentes (Necesidades) Necesidades

Diálogo sobre Pueblos Indígenas, Guatemala Contexto: Compromisos de los Acuerdos de Paz incumplidos, en lo referente a respetar los derechos e identidad de los pueblos indígenas.

Resultados: reconocimiento dela necesidad del diálogo entre pueblos indígenas a nivel local.

Paraguay Jaipotava

RESULTADOS (Concreción) →

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Entendimientos

Acuerdos

Acciones