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VIII. Prólogo

VIII. PRÓLOGO

En la actualidad el yodo y su problemática han tomado auge en el mundo y, particularmente en el Ecuador, tiene que ser considerado a la luz de los nuevos hallazgos científicos. Es justamente esta visión la que hace que la obra que tiene el lector en sus manos; realce su importancia y oportunidad.

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El yodo se usó como tratamiento del bocio por mucho tiempo, pero este químico, aparte de acumularse en la tiroides, al ser un oligoelemento lo hace también en otros órganos como las glándulas mamarias y salivales, próstata, estómago y piel.

Los autores destacan que en el Ecuador se sigue con la producción de alimentos con bajo contenido de yodo, lo que involucra a todas las personas, ya que, según la Organización Mundial de la Salud, la deficiencia de este micronutriente es la causa más frecuente de retraso mental, siendo factible su prevención. La deficiencia de yodo llegaría hasta a 1,6 billones de personas en el planeta.

El libro repasa el yodo desde su química, distribución geográfica, las fuentes de provisión, ciclo natural, interacciones con otros elementos y función corporal, usos médicos y farmacológicos, incluso su historia general y la historia particular del Ecuador, en que se considera desde una figura antropomórfica de la cultura precolonial que representa un bocio, hasta una recapitulación de lo ocurrido en el país con los desórdenes por deficiencia de yodo.

Revisa las causas de la deficiencia natural de yodo en plantas y por ende en alimentos competidores del yodo y las necesidades lógicas, que basadas en las evidencias, estimulan el suplementar yodo en la dieta.

Aunque los autores no lo ponen explícitamente, implícitamente hacen referencia a un problema global con respecto al uso, propiedad, intereses financieros sobre el recurso del yodo.

Esto se desprende de la descripción sobre la distribución mundial del yodo y sobre el reciclaje, que solo es un 18% de la demanda total. Parecería entonces que el yodo también entra en la geopolítica y el poder. Parte del libro se ocupa de la fisiología y metabolismo del yodo, transporte interno, la formación y secreción hormonal, la deyodación, las demandas de yodo en las personas y las dosis adecuadas, las recomendaciones nutricionales, los obstáculos culturales de acceso y concientización de la necesidad de proveerse de yodo.

Es evidente que la deficiencia de yodo por cualquier factor, sea por ingesta inadecuada, por eliminación patológica, por competencia funcional o alimenticia, determina problemas en la salud personal, incluso en la social, si hablamos, por ejemplo, de bocio y cretinismo endémicos y el retardo mental. La sobreexposición a radiación en niños y las deficiencias nutricionales en yodo se han asociado a alta prevalencia de cáncer de tiroides.

Sobre el tema de deficiencias, el libro recoge aspectos trascendentes de la función del yodo en la mujer, en la gestante, en el embrión, el feto, la lactancia y el individuo mismo. Razona la recomendación de suplemento de yodo a embarazadas y en la lactancia. Son realmente alarmantes los efectos de la deficiencia de yodo en el feto y recién nacido, tan bien expuestos en la obra, así como la necesidad del manejo adecuado del yodo en la agricultura y ganadería.

Las deficiencias de yodo tienen que ver con la enfermedad fibroquística de mamas y ésta, a su vez, con el desarrollo de cáncer de mama. Algo parecido podría ocurrir con los quistes de ovarios y el riesgo de cáncer, así como con cáncer de endometrio. Aunque el cáncer gástrico está asociado, en muchos casos, a la infección por la bacteria Helicobacter Pylori, la deficiencia de yodo sería un factor desencadenante. Es evidente que el cáncer en general tiene como factor común trastornos del comportamiento celular, y el yodo es un regulador de este comportamiento; por lo tanto, la deficiencia en la ingestión de yodo aumentaría el riesgo de padecerlo, mientras que el consumo en dosis adecuadas lo prevendría.

El libro orienta también sobre el uso del yodo radioactivo, sus beneficios y peligros. Incluye la problemática de una irradiación accidental o programada por una guerra y el uso preventivo del yodo. Aunque para un accidente están las medidas de protección laboral, para una guerra esperemos que no exista la locura de un poderoso político que la desate.

Los autores manejan con acuciosidad las citas bibliográficas, dan sustento a sus argumentos, muestran cifras, datos y evidencias, lo que proporciona solvencia al tratamiento del tema. En algunos acápites extrañé más citas bibliográficas, pero hay mucha evidencia del trabajo y experiencia personal de los autores, esto suministra un valor extra al libro, se convierte en una amena narrativa científica accesible y al mismo tiempo profunda sobre la tiroides, el yodo y sus avatares.

Disfruté la lectura de la parte final sobre la problemática en el Ecuador, creo que los datos son abrumadores, y esto me hizo recordar una conversación personal con Ignacio Ramírez, en que preocupado por la “salud yodada” del país, me comentaba que en las provincias de Carchi y Sucumbíos hay un recrudecimiento de la deficiencia de yodo hasta en un 30% de la población infantil, e incluso un rebrote de bocio. Ignacio, como parte de los investigadores que realizaron el estudio, responsabiliza de este fenómeno a la limitada ingesta de yodo, a un relajamiento en el control de la sal y a la entrada de sales no yodadas por precios más bajos o por modas naturistas.

En términos prácticos, nuestro país históricamente fue una zona de bocio endémico y aunque los programas de yodización de la sal lo controlaron, los estudios y en este libro, se llama la atención sobre la necesidad de reforzar la yodización de la sal, incrementar las campañas de nutrición sana, que incluyan productos con yodo (pescado, mariscos, fresas, fréjoles, higos, etc.), o la suplementación de yodo. Según las evidencias, esto podría determinar una protección al cerebro, al crecimiento de los niños, contra el cáncer.

Finalmente, este libro invita a tener una posición de defensa de la salud social, de alguna manera se convierte en una buena herramienta en esta corriente valiente de hacer ciencia de denuncia.

César Paz-y-Miño, M.D. MSc. Dr. director del Centro de Investigación Genética y Genómica. UTE

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