PAREDONES EN TRADICIONES
ÍNDICE
03 . SALUDO JOSÉ MIGUEL REYES
04 . LA PESCA ARTESANAL
10 . EL TRENZADO
16 . LA TRILLA
24 . LA RECOLECCIÓN DE SAL
Encantos y tradiciones de campo y mar Paredones, nuestra tierra de encantos y tradiciones, representa un sincretismo entre el mar y el campo, la unión entre diferentes oficios ancestrales y personas que nos proporciona un sentimiento de identidad cultural y de continuidad. Nuestras tradiciones más genuinas se remontan a la génesis misma de esta identidad “paredonina”, cuando en 1646 a un pequeño caserío llega la imagen de la Virgen de “Nuestra Señora las Nieves”. Desde entonces, e incluso antes, se ha conformado todo aquello que nos caracteriza como una comunidad y nos diferencia de otros territorios del secano costero. Hoy, en pleno siglo XXI, tenemos el desafío de avanzar y a la vez de preservar nuestras tradiciones que el inexorable paso del tiempo va dejando en el olvido; pero, por sobre todo, de inculcarlas en las nuevas generaciones, quienes son las llamadas a continuar el legado de tantos y tantas que se han entregado por completo a nuestra tierra. La revista que hoy tienes en tus manos tiene justamente ese propósito: recuperar, preservar y difundir nuestras tradiciones y nuestro patrimonio inmaterial o intangible, aquel que constituye nuestras prácticas cotidianas, oficios, saberes y técnicas que son transmitidas por la comunidad de generación en generación. Diversas expresiones tradicionales tienen cabida en este trabajo fotográfico y patrimonial: la pesca artesanal, oficio de incalculable valor y sustento de tantas familias que se
arriesgan día a día, sin importar las inclemencias del tiempo, en búsqueda del preciado alimento que otorga nuestro inmenso mar; el trenzado de trigo ligún, que implica un trabajo arduo donde la mujer es protagonista, desde que se siembra de sol a sol, se corta a mano y se trabaja con máxima prolijidad; la trilla, ritual colectivo, donde la fraternidad y solidaridad entre familias y hombres de campo destaca por sobre el ruidoso trabajo que realiza la antiquísima máquina trilladora; y, finalmente, la recolección de sal, tradición que lamentablemente va en retirada y que llevan a cabo salineros pese las consecuencias que el agua, la sal y el sol provocan en sus cuerpos. Por medio de esta recolección de fotografías e historias de vida, te invito a reflexionar sobre nuestro rico pasado, el presente que hoy nos convoca y futuro que construiremos juntos. También, acerca del valor que tiene la naturaleza -que da y a la vez quita- para cada una de las prácticas culturales aquí descritas. Y, en definitiva, sobre nuestra identidad cultural que se ha forjado bajo el sol, en tierra, agua o mar, gracias a estas mujeres y hombres de esfuerzo que con valor han mantenido viva cada una de estas tradiciones. Con cariño, José Miguel Reyes Poblete Profesor, folclorista y paredonino 03
LA PESCA ARTESANAL
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La pesca artesanal es el sustento de muchas familias, alrededor de 60 familias viven de ella. La pesca comienza en la mañana, a primera hora. Cuando el sol ya alumbra los pescadores se reúnen en la caleta, ven las condiciones del mar, ven a qué distancia van a ir y hacia dónde van a ir, porque la mayoría de las veces andan todos juntos, son pocas las veces que se separan. Cuando el pescado está escaso se separan para buscarlo por distintas zonas. Al mar entran tres personas: el capitán y dos tripulantes con sus redes merluceras, a distancias de 2 kilómetros, 10 kilómetros, 15 kilómetros, esto siempre es variado, nunca es donde mismo. Llegan al lugar, calan y en eso toman desayuno mientras le dan reposo a la red, porque la red tiene un reposo de 2 horas, después de eso van a levantar la red… primero es calarla, cuando la tiran, y después levantar. Después que levantan, a veces desamallan el pescado adentro cuando no es mucha la cantidad o cuando no hay lobos, porque una de las grandes problemáticas de los pescadores son los lobos, ya que son una plaga… y después de eso se vienen a tierra. En tierra los esperamos los compradores, vemos la cantidad de pescado que traen, se ve el precio y así se termina la faena del pescador. La pesca para nosotros lo es todo, porque es nuestro sustento, el sustento de nuestra familia, vivimos de eso, nuestros mayores ingresos vienen de la pesca. Y esto viene de hace años, desde mi papá que fue uno de los pescadores pioneros de la caleta de Bucalemu, don Juan Carlos Chávez “El chunga”, por eso nosotros llevamos el legado de “Los chungas”, después de él viene mi hermano mayor que se dedicaba a la compra y venta de pescados y marisTodo lo que tenemos, todo lo que hemos cos, y ahora yo que me dedico a la compra y venta con mis dos hermanos que tienen una logrado, la gente que nos conoce, la gente que embarcación cada uno: ellos pillan el produc- nos quiere, nos apoya y nos prefiere es gracias a la pesca y todo lo que hacemos por ella. to y yo soy el encargado de venderlo. JUAN PABLO CHÁVEZ
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EL TRENZADO
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Hace muchos años, hombres y mujeres de la comuna de Paredones y de sus localidades como: Carrizalillo, Cutemu, Quebrada de los Barros, Quebrada de los Poblete, Las Papas, El Perdigadero, San Pedro de Alcántara, La Huertilla, Rarín y los Romeros. Cada una de estas localidades vieron la necesidad de alimentar a sus familias y desde ahí nace el trenzado el cual hasta el día de hoy, aún forma parte de algunos hogares. Este tiene un largo proceso desde el sembrado del trigo el cual debe ser ligún que es la materia prima que se necesita para obtener una buena paja. Este se siembra, antes lo hacían con arado con ayuda de un caballo; hoy en día muchos lo hacen con tractor, en las primeras lluvias de mayo. Desde ahí se debe esperar hasta diciembre cuando este, ya está seco. Se juntan entre varias personas y hacen el llamado mingaco cortando el trigo a mano con echona o ichona. Desde ahí comienza el trabajo de la mujer el cual consiste en; juntar, limpiar, restregar, descanutar, seleccionar por grosor y finalmente se blanquea para realizar la trenza. Es aquí donde al recordar el pasado nos instruimos con aquellos que estuvieron presentes en ese entones; tenemos el testimonio del Tío Gabriel Cáceres, que nos cuenta que era en la era donde se juntaban todos en el proceso de seleccionado, con sus palabras nos dice “ ahí en la era íbamos a ver las pololas y le ayudábamos a restregar, riéndose”. Seguimos con el trenzado el que consiste en tejer al menos 130 metros para lograr un buen tamaño para la clocha, según la medida que el huaso necesite. Aquí es donde existen personas que trenzan desde la paja más gruesa a la fina dependiendo de la artesanía que se requiera (monerías, canastos individuales, servilleteros, aros o las tan solicitadas clochas para los sombreros de los huasos entre otros, dependiendo de la creatividad de cada persona).
Esta se debe tusar, se vuelve a blanquear, se machuca o suaviza con la machucadora (herramienta que se usa para pasar la trenza con la finalidad que quede bien plana para lograr un mejor cocido) y es ahí donde se comienza con el cocido, este antes la mayoría lo hacía a mano con aguja, hoy se hace con una máquina ya sea a motor o pedal. Aquí es donde tengo el relato de una mujer que desde los 6 años lleva trabajando en esta tradición, ella es mi abuela Marta Canales, madre de 3 mujeres artesanas, que se dedican al trenzado, mi abuelita quién me enseñó a trenzar de 4 pajas y de 12 pajas algo no habitual, hay otras formas pero ella no lo recuerda. Ella en la actualidad trenza a sus 89 años y es una de las personas a las que le compro sus trenzas para hacer canastitos, sombreritos, o lo que me pidan realizar. Ella igual siente mucho dolor en sus manitos pero siempre dice que le sirve para distraerse, como le llama ella “aquí estoy doblando una pajita, me entretengo”. Como emprendedora e hija de artesana puedo decir que me siento orgullosa de representar a muchas de esas mujeres luchadoras que viven de este trabajo y ver crecer a mis hijas en esta linda tradición con la cual nosotras fuimos sustentadas. Esto nos sirvió para que nuestra mamá Olga Muñoz Canales, madre de 3 hijas, estuviese ahí dándonos su apoyo día a día, nuestro pilar fundamental para nuestra educación. Creo que debemos como comuna apoyar no a una sino a todas las mujeres que realizan este lindo trabajo creando redes de artesanía para que cada una pueda vender sus productos por todo Chile o a nivel internacional y estas a su vez apoyen a quienes solo realizan el trenzado. MIRELLA CALQUIN MUÑOZ
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LA TRILLA
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La trilla no es un oficio, es una actividad ya que se realiza de forma esporádica durante el año, específicamente de Diciembre a Marzo, ese es el periodo de cosecha de legumbres y cereales. En nuestro secano costero, en nuestro Paredones hemos realizado la trilla desde siempre, desde los inicios de esta tierra nuestra gente de campo y agricultores han cultivado con nociones de generar cosecha para alimentarse, la alimentación base de nuestra cultura se basó principalmente en el consumo de animales como las vacas de las cuales tam18
bien hemos sacado su lana que nos ha servido de abrigo, y nuestra alimentación también se ha basado en el consumo de cereales y legumbres, como el trigo, la cebada, los porotos, los chícharos, la cebada, lentejas, arvejas, etc. Por otro lado la crianza de caballos nos ha aportado en temas de transporte y trabajo, gracias a caballos y bueyes se podía cultivar el suelo y a su vez cosechar estos cereales y legumbres que tanto nos gustan.
Una vez lista la cosecha es cuando empieza la trilla, un proceso antiguamente manual en el cual también se produce un proceso de selección donde los agricultores y campesinos tenían que seleccionar una era, este era un lugar relativamente alto donde hubiese una corriente de viento para que el agricultor pudiese arrumar las gavillas de estos cereales y legumbres esperando que pudiesen secarse, una vez secos se procedia a trillar. En sus inicios la trilla era manual, los agricultores apaleaban estas plantas para que soltaran el grano
y una vez suelto con una horqueta los lanzaban al aire para que venteara y así se alejaba la paja y dejaba caer el grano seleccionado. Con el paso del tiempo este proceso se volvió más mecánico, a través de un proceso semi automotriz, con una máquina semi estacionaria y con la fuerza de un tractor y la acción de correa y polea la trilladora con un movimiento oscilatorio de sus partes podía separar la paja del grano. Y con el tiempo el proceso evolucionó más aún, hoy en día es una máquina totalmente automotriz operada por una persona 19
capaz de cosechar y trillar varias hectáreas durante el día y relativamente solo. Pero nosotros en nuestro lindo secano costero seguimos manteniendo esta hermosa tradición campesina que se formó en base a la amistad, al compañerismo, al compromiso de los vecinos por ayudar, ya que entorno a la trilla se genera otra actividad que es el mingaco, generalmente son los amigos, la familia, los más cercanos quienes acompañan en este proceso de la trilla, esa reunión, esa acción lleva por nombre el mingaco, donde se generan lazos de amistad y compañerismo al compartir. Afortunadamente en nuestro querido Paredones aún hay personas que conservan esta trilla ¨a la antigua¨ como dijo mi padre, aún tenemos la fortuna de poder apreciar ese momento tan lindo, así que es de esperar que las nuevas generaciones puedan vivir y experimentar estas vivencias campesinas y locales. MAURICIO PINO
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LA RECOLECCIÓN DE SAL
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Este valle en invierno es un lago, está repleto de agua, ya en Septiembre y Octubre hay que soltar el agua para que se vaya al mar. Una vez que baja el nivel del agua se comienza a limpiar cuadro por cuadro, se le saca una especie de barro que acumula en el invierno por las mismas lluvias, hasta que logramos limpiar los cinco sectores que tiene cada calle. Y luego hay que esperar un tiempo para limpiar nuevamente cada cuadro para echarlo a cuajar, nosotros decimos para que se ¨salve¨, se llena el sector con agua limpia, clara y luego de un mes se puede recoger la sal y se pasa a hacer el mismo proceso en otro cuadro. Las complicaciones las tenemos a la hora de venderla, puesto que la venta depende de la gente que llegue y generalmente no es mucha, es un proceso pesado pero con perseverancia y esfuerzo hemos salido siempre adelante. Para nosotros es importante conservar este oficio ya que es lo que sabemos hacer, somos personas que no pudimos estudiar cuando jóvenes y nuestros padres esto fue lo que nos enseñaron, y con esto nos hemos criado y hemos criado a nuestras familias, aunque a nuestros hijos como hemos podido le hemos entregado educación y estudios, ellos ya no son salineros, la gente que tiene 60 años o más es la que sigue manteniendo vivo este oficio, y ya queda muy poca gente salinera por lo mismo, el cuerpo después de tanto trabajo no responde como antes. Me gustaría que esto no se acabara pero no tenemos de dónde sacar gente y de aquí a 5 años más no sabemos lo que pasará realmente con nosotros. CARLOS VALENZUELA
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REGISTRO FOTOGRÁFICO SOFÍA DE LA FUENTE GAETE AÑO DE EDICIÓN 2021