Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Cuarto Semestre Estrategias de Trabajo Docente Margil de Jesús Romo Rivera Ana Sofía Ramírez Casale
Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar Philippe Perrenoud
Pensar y reflexionar, son palabras que parecen intercambiables, pero la reflexión se define como la acción y efecto de reflejar o reflejarse o como acción y efecto de reflexionar. La noción de practica reflexiva nos remite a dos procesos mentales que debemos distinguir: 1. No existe acción compleja sin reflexión durante el proceso; reflexionar durante la acción consiste en preguntare lo que pasa o va a pasar, se puede hablar entonces de practica reflexionada. La acción humana está hecha de muñecas rusas: las acciones más puntuales participan a menudo de una acción, más global (hacer aprender), mientras que las acciones de largo alcance se analizan en una multitud de acciones más limitadas. 2. Reflexionar sobre la acción. Reflexionar no se limita a una evocación, sino que pasa por una crítica, un análisis, un proceso de relacionar con reglas, teorías u otras acciones, imaginadas o conducidas en una situacion análoga. La reflexión sobre la acción permite anticipar y preparar al practicante, a menudo sin advertirlo, para reflexionar más rápido en la acción y para prever mejor las hipótesis.
La reflexión sobre una acción singular, que puede tener lugar ya sea en plena acción como en el recorrido previo o posterior. La reflexión sobre un conjunto de acciones parecidas y su estructura
Formación de practicantes reflexivos Desarrollar más allá de lo que casa uno hace espontáneamente, la capacidad de reflexionar en plena acción
Desarrollar la capacidad de reflexionar sobre la acción en el recorrido previo y posterior de los momentos de compromiso intenso con una tarea o una interacción. Desarrollar la capacidad de reflexionar sobre el sistema y las estructuras de la acción individual o colectiva. En plena acción pedagogica, hay poco tiempo para meditar y se reflexiona principalmente para guiar el siguiente paso, para decidir el camino que debe seguirse. Cada una de las micro decisiones pone en marcha una actividad mental. Cuando nos encontramos en la rutina la actividad aparece pre reflexionada, pensamos, pero sin ser conscientes de que pensamos. La reflexión en la acción es, por lo tanto, rápida, guía un proceso de decisión, sin recuerdo posible a opiniones externas, sin la posibilidad de pedir un tiempo muerto, como un equipo de baloncesto tiene derecho a hacerlo durante un partido. Una parte importante de la reflexión en la acción permite implemente decidir si tenemos que actuar inmediatamente o si podemos darnos algo de tiempo para una reflexión más tranquila. También reflexionamos para saber cómo continuar, retomar, afrontar un problema o responder a una pregunta. La reflexión fuera del impulso de la acción, a menudo es a la vez retrospectiva y prospectiva, y conecta el pasado y el futuro. La reflexión después de la acción puede capitalizar la experiencia, e incluso transfórmala en conocimiento susceptibles de ser utilizados de nuevo en otras circunstancias. La reflexión está dominada por la prospección cuando se produce en el momento de la planificación de una actividad nueva o de la anticipación de un acontecimiento. La reflexión sobre la acción se renueva constantemente con el devenir de los hechos presentes. La reflexión sobre nuestro sistema de acción cuestiona los fundamentos racionales de la acción. El acto de informar que se practica en algunos oficios intenta reconstruir los razonamientos mantenidos durante la acción e identificar sus puntos débiles y sus márgenes de error. Un esquema guía la acción concreta o menta, pero no impide la variación, la innovación, la diferenciación a partir de la trama memorizada. Las acciones mentales son acciones interiorizadas que, a su vez, son sobreentendidas por los esquemas. Nuestra acción es siempre la expresión de lo que somos. Lo que conocemos como responsabilizas o carácter en la lengua de cada dia, más que un habitus.
La reflexión fuera del impulso de la acción La reflexión fuera del impulso de la acción, a menudo es a la vez retrospectiva y prospectiva, y conecta el pasado y el futuro.
La reflexión está dominada por la retrospección cuando se produce por el resultado de una actividad o de una interacción, o en un momento de calma, en cuyo caso su función principal consiste en ayudar a construir un balance, a comprender lo que ha funcionado o no o a preparar la próxima vez. La reflexión después de la acción puede capitalizar la experiencia, e incluso transformarla en conocimientos susceptibles de ser utilizados de nuevo en otras circunstancias. La reflexión está dominada por la prospección cuando se produce en el momento de la planificación de una actividad nueva o de la anticipación de un acontecimiento, incluso de un pequeño problema inesperado.
La reflexión sobre el sistema de acción La reflexión sobre nuestro sistema de acción cuestiona los fundamentos racionales de la acción: las informaciones disponibles, su tratamiento, los conocimientos y los métodos con los que nos ayudamos. El acto de informar que se practica en algunos oficios intenta reconstituir los razonamientos mantenidos durante la acción e identificar sus puntos débiles y sus márgenes de error. El esquema es denominado como la organización constante de la conducta para una clase de situaciones determinadas. Un esquema guía la acción, pero no impide la variación, la innovación, la diferenciación a partir de la trama memorizada. Las operaciones mentales son acciones interiorizadas que son sobrentendidas pos los esquemas. Bourdieu, llama habitus al conjunto de los esquemas de que dispone una persona en un momento de su vida el habitus se define como: pequeño conjunto de esquemas que permite engendrar infinidad de prácticas adaptadas a situaciones siempre renovadas, sin constituirse jamás en principios explícitos.
Una reflexión tan plural como sus practicantes La reflexión se sitúa entre un polo pragmático que es un medio de actuar, y un polo de identidad, que es fuente de sentido y forma de ser en el mundo. Llegaremos a captar mucho mejor el funcionamiento reflexivo de una práctica. Para reflexionar sobre la acción, los esquemas o los sistemas de acción, la elección de posturas es todavía más amplia, en casa, al levantarse, antes de acostarse, conversando con la familia, en el margen de una lectura, preparando las clases. Cualquier enseñante principiante reflexiona para asegurar su supervivencia, un enseñante reflexivo no cesa d reflexionar a partir del momento en que consigue arreglárselas, sentirse menos angustiado y sobrevivir en clase. Sigue progresando en su oficio, incluso en ausencia de dificultades o de crisis por placer o porque no puede
impedirlo, porque la reflexión se ha convertido en una forma de identidad y de satisfacción profesionales. La práctica reflexiva es un trabajo que, para convertirse, en regular, exige una actitud y una identidad particulares. Es importante que la formación desarrolle las capacidades de auto socio construcción del habitus, del saber hacer, de las representaciones y de los conocimientos profesionales.
Saber reflexionar sobre la propia practica: ¿es este el objetivo fundamental de la formación de los enseñantes? ¿Por qué formar a los enseñantes para reflexionar sobre su práctica? De una práctica reflexiva se espera:
Compense la superficialidad de la formación profesional Favorezca la acumulación de saberes de experiencia Acredite una evolución hacia la profesionalización Prepare para asumir una responsabilidad política y ética Permita hacer frente a la creciente complejidad de las tareas Ayude en la lucha contra la irreductible alteridad del aprendiz
Para saber reflexionar sobre la propia práctica, basta con dominar los instrumentos generales de objetivación y de análisis y poseer un entrenamiento para el pensamiento abstracto, el control de la subjetividad, el enunciado de la hipótesis y la observacion metódica. Una práctica reflexiva que permita al profesor detectar a los alumnos y alumnas menos dotados para desentenderse de ellos y a los alumnos menos colaboradores para neutralizarlos rápidamente, no mejoraría la cálida de la enseñanza, sino que únicamente mejoraría la comodidad del docente. Una práctica reflexiva no es solamente una competencia al servicio de los intereses legítimos del enseñante, sino que también es una expresión de la conciencia profesional. Una postura y una práctica reflexiva conducen a vivir este aprendizaje de forma positiva, a organizarlo de forma activa y a llevarlo más allá de la simple supervivencia.
Una rutina eficaz tiene precisamente la virtud de que evita el planteamiento de preguntas. El profesor aprende a proporcionar las consignas de forma más precisa para evitar el desorden en clase, a formular los exámenes de forma distinta para facilitar su corrección a no introducir una actividad si falta tiempo para desarrollarla antes del final del trimestre. La curiosidad y la voluntad de saber más que distinguen a aquellos que cierran un libro en cuanto han encontrado la información que buscaban de los que sumen profundamente en la labor. El conocimiento se desarrolla en red, que construimos campos conceptuales más campos conceptuales más que conceptos asilados y que el aprendizaje es un valor añadido que depende del capital que ya se haya almacenado. La reflexión resulta más fructífera si también se nutre de lecturas, formaciones, saberes teóricos o saberes profesionales creados por otros, investigadores o practicantes. La formación de una práctica reflexiva no es el único objetivo, sino que se trata de una condición necesaria. Una práctica reflexiva no se limita únicamente a la acción, también se centra en sus finalidades y en los valores que la sustenta. Reflexionamos sobre ele como, pero también sobre el porqué. La formación no puedes dar una respuesta, ni siquiera un consejo; puede contribuir a que cada uno se haga su propio criterio, en función de un entrenamiento que explique a la vez la situacion, las alternativas y los retos. La reflexión permite transformar el malestar, los desórdenes y las decepciones en problemas, que pueden plantearse y a veces resolverse con metodo. Una práctica reflexiva permite una relacion activa más que quejumbrosa con respecto a la complejidad. Los centros en lo que esta práctica se convierte en una forma de existencia profesional se movilizan y adoptan medidas que, aunque no cambian la visión de las cosas, aportan un sentimiento de coherencia y de control sobre los acontecimientos. Una práctica reflexiva presenta una doble utilidad; Permite lanzar una mirada lucida al propio funcionamiento y distanciarse en relacion con sus fantasmas todopoderoso o de fracaso. Contribuye a tener en cuenta las circunstancias, caso por caso y a encontrar un camino entre el placer masoquista de la autoflagelación y la tentación del fatalismo Para aceptar formar parte del problema, es necesario ser capaz de reconocer en uno mismo las actitudes y las prácticas de las que no tenemos espontáneamente conciencia e incluso que nos esforzamos por pasar por alto.
Reflexionar sobre la propia practica también significa reflexionar sobre la propia historia, los habitus, la familia, la cultura, los gustos y aversiones, la relacion con los demás, las angustias y las obsesiones. Trabajar en equipo, sobre todo en un oficio de lo humano supone compartir la parte de locura de cada uno. Significa también enfrentarse al otro sobre grandes cuestiones filosóficas. La capacidad de reflexión de cada uno es un ingrediente del análisis colectivo del funcionamiento y una ganancia fundamental en la regulación de las relaciones profesionales y el trabajo en equipo. Innovar significa transforma la propia práctica, lo que no exime del análisis de lo que hacemos y de las razones para continuar o cambiar. La innovación endógena se origina en la práctica reflexiva, motor de la concienciación y de la formación de proyectos alternativos. Un enseñante reflexivo examina el estado de la comunicación en su práctica actual. El análisis de las innovaciones propuestas es a la vez una forma de juzgarlas y de percibir los puntos de acuerdo y de desacuerdo con los compañeros. La práctica reflexiva es una práctica cuyo dominio se adquiere mediante la práctica. Un practicante reflexivo se plantea, como todo el mundo, preguntas sobres su tarea, las estrategias más adecuadas, los medios que deben reunirse y el programa de tiempo que debe respetarse. La práctica reflexiva constituye una relacion con el mundo, activa, critica y autónoma. Se trata de una formación para la resolución de problemas, incluso en sentido amplio, que incluya su identificación y que renuncie a todo procedimiento estandarizado. Formar para una práctica reflexiva, significa hacer de la reflexión una rutina, si no relajante, por lo menos que se pueda experimentar sin agotamiento ni tensión. Uno de los factores, el más fácil de trabajar, afecta al control de los medios intelectuales de la reflexión.