Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Cuarto Semestre Educación Histórica en el Aula Margil de Jesús Romo Rivera Ana Sofía Ramírez Casale
Elementos para el estudio de la historia Hacia un modelo de cognición histórica: los conceptos de primer y segundo orden Los nuevos esfuerzos en el terreno de la educación histórica centrada en formas específicas de construcción de conocimientos disciplinarios implican, en primer lugar, contar con un modelo de cognición histórica sólido y basado en el empleo de conceptos. Organizativos y en las formas de investigación propias de la disciplina. Éste modelo tiene que ser claro y comunicable y, al mismo tiempo, debe mantener abiertos los caminos hacia la complejidad que pueden aparecer más allá de cualquier algoritmo simplista En el centro de este modelo está la distinción entre los contenidos de la historia (¿Qué pasó y cuándo ocurrió?), llamados también conceptos de primer orden o sustanciales, y los de segundo orden que se refieren a categorías analíticas que permiten la comprensión de estos eventos. Además de los contenidos históricos concretos, los conceptos de primer orden se refieren a los significados específicos que adquieren algunos términos convencionales como “Revolución”, “Estado”, “Rey”, “Independencia”, “Gobernante” en contextos específicos y, por lo tanto, diferenciados. Como ejemplo, baste citar la muy distinta connotación que adquiere el término “Rey” cuando lo empleamos para referirnos a los señoríos mexicas o cuando lo usamos entendiendo a la Nueva España como escenario histórico En este caso, los conceptos de primer orden constituyen significados que se despliegan a partir de contextos específicos y apoyan un manejo preciso de los contenidos históricos.
Por el contrario, los conceptos históricos de segundo, pueden definirse como nociones que “proveen las herramientas de comprensión de la historia como una disciplina o forma de conocimiento específica... estos conceptos le dan forma a lo que hacemos en historia” Tiempo histórico Sin duda, el concepto estelar “entre historiadores” es el de tiempo histórico ya que sin él no es posible “historiar” (otorgarle densidad histórica o carácter histórico a algo) ningún proceso, objeto o personaje ya que fuera de él no podrían tener lugar. Ahora bien, el tiempo histórico implica siempre una relación entre el espacio y el tiempo pues ambas dimensiones son indisociables. Y es esta coordenada la que nos permite “situar” un proceso determinado en la historia. Cambio y continuidad. En este sentido, en las aulas, es pertinente asociar a la noción de tiempo histórico la de cambio y continuidad formulando cuestiones como: ¿Qué cambia? ¿Cómo? ¿Los cambios fueron leves o muy profundos? ¿Qué cuestiones permanecieron? ¿Cómo lo podemos saber? Empatía La empatía en historia tiene que ver con el supuesto de que la gente que vivió en el pasado no pensaba ni actuaba como nosotros y, por esta razón, al explicar los procesos en los que tomaron parte (ya fuese de manera individual o colectiva) es necesario hacerlo a la luz de sus propias miradas y no de las nuestras. Ello no implica penetrar la mente de los otros sino tener la capacidad de comprender ideas totalmente distintas de las nuestras. Causalidad La idea de causa se asocia a la de cambio en la medida en que se identifica con procesos que rompen con el continuom de la vida cotidiana. No obstante, las causas desencadenantes de estos procesos no constituyen “eslabones “de “cadenas” de eventos lineales sino hacen parte de redes complejas que interactúan directa e indirectamente de manera simultánea para producir conjuntos de procesos que no ocurrirían si esta retícula no se hubiese puesto en movimiento. Evidencias (fuentes históricas primarias y secundarias Esta noción es clave pues involucra la cuestión de cómo conocer el pasado y por ende se refiere al reconocimiento de la historia como una disciplina que nos permite conocer el pasado a partir de evidencias materiales y registros de diversos tipos
(fuentes históricas primarias) con independencia de las narraciones o recuentos que podemos encontrar en libros, enciclopedias o páginas de internet y otras fuentes secundarias. El manejo de fuentes primarias son las herramientas básicas a partir de las cuales es posible inferir lo que ocurrió en el pasado y por qué sucedió de esa manera. Las evidencias nos permiten formular preguntas e intentar elaborar respuestas autónomas así como debatir sobre la validez de algunas fuentes secundarias o interpretaciones ya realizadas. Relevancia histórica El concepto de relevancia histórica implica preguntarnos ¿qué y quién, del pasado, vale la pena ser recordado y estudiado tomando en cuenta que no podemos estudiar ni todo ni a todos?