Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Sexto Semestre Trabajo docente e innovación Aneli Galvan Cabral Ana Sofía Ramírez Casale
ENIGMAS Y DILEMAS DE LA PRÁCTICA DOCENTE Lucila Rita Galván Mora SER ESTUDIANTE Y PROFESOR HISTORIAS DE LA PRÁCTICA
La práctica es un crisol donde se forja la vocación de maestro. Vocación en el sentido que le da María Zambrano (2007), como una ofrenda de lo que se hace y de lo que se es, donde la persona se juega toda entera para seguir esa llamada ineludible que la conduce a su destino. ¿Cómo llegaron Aldo y Juan a la profesión? Elegir la profesión docente implicó para ambos estudiantes tomar una decisión sobre un proyecto de vida. Diversos factores se conjugaron y, en un momento dado, indicaron su ingreso a la escuela normal: tenían progenitores maestros, experiencias previas vinculadas a la docencia y un gran reconocimiento por la profesión. El contexto familiar fue determinante; ambos crecieron en un ambiente magisterial que abrió el camino hacia la docencia. El padre de Aldo fue maestro rural y después de una larga trayectoria por escuelas de educación básica, llegó a laborar en una escuela normal de la ciudad capital, donde era muy reconocido. La práctica intensiva significó para ellos un reto mayúsculo. Las vicisitudes, escollos y dilemas que enfrentaron en las aulas, no siempre con buenos resultados, los hicieron flaquear e incluso pensar en abandonar la carrera. Pero en medio de los conflictos personales ellos se mantuvieron, atravesaron “el terreno bajo y pantanoso de la
práctica” (Schon, 1998) y hasta llegaron a desafiar el engranaje institucional para buscar salidas a problemas corrosivos que parecían no tener solución, como la repetición en los primeros grados. La relación con los niños representó al fin el horizonte donde ellos encontraron motivos importantes para avanzar en la profesión. Al paso del tiempo, ya como profesores, después de seis años de trabajo en las aulas, Aldo y Juan tenían valoraciones distintas respecto a su decisión de ser maestros. Aldo consideraba que el magisterio había sido una equivocación en su camino; inconforme sobre todo con el salario docente, estaba empeñado en empresas comerciales que le restaban tiempo y compromiso para la enseñanza. En cambio, Juan estaba convencido que había tomado la mejor decisión de su vida. Ser maestro le gustaba y lo enaltecía; lo hacía sentir mejor persona y lo impulsaba a seguir adelante. En experiencias y episodios de su vida, en los contextos familiares y sociales, Aldo y Juan fueron construyendo una visión de la docencia y de los significados de la profesión. Una visión que -entre otras cosas- impregnó de tensión la elección de la carrera, su paso por la escuela normal y su desempeño durante las prácticas de enseñanza; en ella coexistían ideas contradictorias acerca del trabajo docente: se veía como patrimonio familiar, labor mal retribuida y profesión que merece respeto; como quehacer noble que exige entrega, pasión y dedicación; y como oficio que deja grandes satisfacciones personales, pero no es socialmente reconocido. Pasaje por la escuela normal En la escuela se vivían diversas problemáticas. Una de ellas estaba asociada a la migración de la población a los Estados Unidos de América. Los padres y las madres de algunos alumnos se iban por largas temporadas y dejaban a los niños encargados con familiares o amigos, lo que repercutía de manera negativa en el desempeño escolar de muchos niños y niñas. La falta de apoyo de los padres y las madres emigrantes se dejaba sentir.