Oscar Wilde

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OSCAR WILDE POR OSCAR WILDE


Título: Oscar Wilde por Oscar Wilde Autor: Sofia Samper Contenido basado en la vida y obra de Oscar Wilde. Imágenes realizadas por Sofia Samper. Textos tomados de: http://www.taringa.net/posts/imagenes/18304191/Oscar-Wilde-vida-obras-exito-y-decadencia.html Impreso en Bogota. Abril de 2015


Para Oscar Wilde, aquel que presume de sodomita


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De profundis A: lord Alfred Douglas H. M. Prison, Reading

Querido Bosie: Después de larga e infructuosa espera, he decidido escribirte yo, tanto por ti como por mí, pues no me gustaría pensar que he pasado dos largos años de prisión sin recibir de ti ni una sola línea, ni aun noticia ni mensaje que no me dieran dolor. Nuestra infausta y lamentabilísima amistad ha acabado en ruina e infamia pública para mí, pero el recuerdo de nuestro antiguo afecto me acompaña a menudo, y la idea de que el aborrecimiento, la amargura y el desprecio ocupen para siempre ese lugar de mi corazón que en otro tiempo ocupó el amor me resulta muy triste; y tú mismo sentirás, creo, en tu corazón que escribirme cuando me consumo en la soledad de la vida de presidio es mejor que publicar mis cartas sin mi permiso o dedicarme poemas sin consultar, aunque el mundo no haya de saber nada de las palabras de dolor o de pasión, de remordimiento o indiferencia, que quieras enviarme en respuesta o apelación.

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No me cabe duda de que en esta carta en la que tengo que escribir de tu vida y la mía, del pasado y el futuro, de cosas dulces que se tornaron amargura y cosas amargas que pueden trocarse en alegría, ha de haber mucho que hiera tu vanidad en lo vivo. Si así fuera, vuelve a leerla una y otra vez hasta que mate tu vanidad. Si algo encuentras en ella de lo que te parezca ser acusado injustamente, recuerda que hay que agradecer que existan faltas de las que se nos pueda acusar injustamente. Si hubiera en ella un solo pasaje que lleve lágrimas a tus ojos,

llora como lloramos en la cárcel, donde el día no menos que la noche está hecho para llorar. Eso es lo único que puede salvarte.

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(...) Una vez obtenida la orden de detención, tu voluntad fue, no hay que decirlo, la que lo dirigió todo. En unos momentos en los que yo debería haber estado en Londres asesorándome de personas sabias, y considerando con calma la trampa atroz donde me había dejado meter -la ratonera, como tu padre la sigue llamando hasta el día de hoy- , tú te empeñaste en que te llevara a Montecarlo, de todos los lugares repugnantes que hay en el mundo, para poder pasarte todo el día jugando, y toda la noche, mientras estuviera abierto el Casino. (…) Porque ¿qué querías demostrar con ese artículo? ¿Que yo te había querido demasiado? El gamin de París ya lo sabía. Todos leen los periódicos, y casi todos escriben en ellos. ¿Que yo era un hombre genial? Los franceses lo habían entendido, y la peculiar calidad de mi genio, mucho mejor que lo entendías tú, o podías entenderlo. ¿Que la genialidad se acompaña con frecuencia de un curioso retorcimiento de la pasión y el deseo? Admirable: pero ese tema hubiera sido más propio de Lombroso que de ti. Además, el fenómeno patológico en cuestión se encuentra también entre los que carecen de genialidad. ¿Que en tu guerra de odio con tu padre yo fui a la vez escudo y arma para los dos? Más aún, ¿que en esa caza atroz de mi vida que tuvo lugar una vez acabada la guerra él no me habría podido dar alcance si no estuvieran ya tus redes tendidas a mis pies? Totalmente cierto; pero me dicen que eso ya lo había hecho Henri Bauér la mar de bien. Además, para corroborar su tesis, si tal hubiera sido tu intención, no te hacía falta publicar mis cartas; por lo menos las escritas desde Holloway.

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Requiescat Requiescat Pisa ligeramente, ella está cerca,/ bajo la nieve; / habla suavemente, ligeramente,/ ella está ella puede oír crecerPisa las margaritas. Toda sucerca, brillante cabellera dobajo la nieve; rada / está empapada por la herrumbre; / ella, que era joven y bella, habla / se ha convertido en polvo. / suavemente, ella puede oír crecer las margaritas. Semejante al lirio, blanca como la nieve, / apenas sabíaque era muToda su brillante jer, / tan dulcemente había crecido. /cabellera dorada está empapada por la herrumbre; herrumb ella, que era joven bella, sobre su pecho; / Las tablas del ataúd y una pesada losa se yapoyan se ha convertido en polvo. mi solitario corazón está afligido; / ella descansa en paz./ Semejante al lirio, la nieve,/ toda mi vida Silencio, silencio, ella no puede oírblanca / la liracomo o el soneto; apenas sabía está enterrada aquí, / amontonad tierra sobre ella. que era mujer, tan dulcemente había crecido. Las tablas del ataúd y una pesada losa se apoyan sobre su pecho; mi solitario corazón está aaigido; ella descansa en paz. Silencio, silencio, ella no puede oír Oscar Fingal O’Flahertie Wills Wilde, nacido en Dublín, Irlanda, el 16 la lira o el soneto; de octubre de 1854, mejor conocido como Oscar Wilde, fue un escritor, toda mi vida está enterrada aquí, poeta y dramaturgo irlandés. Oscar Wilde tuvo una infancia tranquila amontonad tierra sobre sob ella. y sin sobresaltos. Mostró su inteligencia desde edad temprana al adquirir fluidez en el francés y el alemán.

Oscar fue educado en casa hasta los nueve años. En 1864 ingresó en la Portora Royal School Enniskillen, en años. el condado de Fermanagh Oscar fue educado en casadehasta los nueve En 1864 ingresó en la (Irlanda), donde estudió hasta 1871. Durante esta falleció su Portora Royal School de Enniskillen, en el condado de etapa Fermanagh (Irlanhermana Esta muerte prematura a Wilde a escribir da), donde Isola. estudió hasta 1871. Duranteinspiró esta etapa falleció su hermana Requiescat, un delicado poema. Isola. Esta muerte prematura inspiró a Wilde a escribir Requiescat, un delicado poema. En octubre de 1871 ingresó en el Trinity College de Dublín, donde a los clásicos hastaen 1874. Su rendimiento lo estudió llevó Enestudió octubre de 1871 ingresó el Trinity College desobresaliente Dublín, donde a ganar treshasta años1874. más tarde la “Medalla de Oro Berkeley”, mayor a los clásicos Su rendimiento sobresaliente lo llevó aelganar tres premio para los estudiantes de este colegio, por su trabajo años más tarde la "Medalla de de Oroclásicos Berkeley", el mayor premio para los esen griego poetas griegos. tudiantes desobre clásicos de este colegio, por su trabajo en griego sobre poetas griegos.

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Impresiones sobre Yanquilandia Lo primero que me llamó la atención cuando llegué a América fue que, así como los americanos no son los hombres más elegantes del mundo, son, indudablemente, los que van más confortablemente vestidos. Se ven individuos con ese horrible tubo de chimenea; pero hay poquísimos que no lleven sombrero. Se ven hombres que llevan ese horrible traje de etiqueta de cola de urraca; pero también se ven muchos sin él. Hay una nota de conforten el aspecto de la gente que forma un fuerte contraste con Europa, donde tropiezas continuamente con gentes vestidas con harapos. El segundo hecho, también muy curioso es que todo el mundo corre para tomar un tren. Esta es una situación poco favorable a la poesía o a la novela. Si Romeo y Julieta se hubiesen hallado en un constante estado de ansiedad a causa de los trenes, o si hubieran tenido la cabeza trastornada por la preocupación de los billetes de vuelta, Shakespeare no podría habernos legado esas deliciosas escenas del balcón, tan emocionantes y poéticas. Creo que América es el país con más ruido que conozco. Uno se despierta por las mañanas, no gracias al canto del ruiseñor, sino a la sirena de algún vapor o fábrica. Es raro que el sentido profundamente práctico de los americanos no haya intentado disminuir ese ruido intolerable, Todo el Arte depende de la sensibilidad exquisita y delicada, y pienso que tal torbellino ininterrumpido acabará por destruir la facultad musical, a la fuerza. (…) Los niños sienten una antipatía natural hacia los libros; el trabajo manual debería servir de base a la educación. Niños y niñas deberían aprender a utilizar sus manos para hacer algo, y así serían menos propensos a la destrucción y la maldad. (…) Vale la pena ir a un país que puede enseñarnos la belleza de la palabra LIBERTAD y el valor real de ese concepto.

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Después de graduarse en el Magdalen College, Oscar Wilde regresó a Dublín, donde conoció y se enamoró de Florence Balcome. Ella, por su parte, inició una relación con Bram Stoker. Percatándose del enlace, Wilde le anunció su intención de abandonar Irlanda permanentemente. Finalmente abandonó el país en 1878, a donde sólo regresaría en dos ocasiones y por motivos de trabajo. Los siguientes seis años los pasó en Londres, París y en los Estados Unidos, a donde viajó para impartir conferencias Discípulo de Walter Pater y muy influenciado por el pintor Whistler, en 1891 publicó una serie de ensayos (Intenciones) que dieron pie a que se le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, cuyos aspectos más deslumbrantes y exquisitos puso de manifiesto tanto en su obra como en su vida. Wilde siempre hizo gala de un carácter excéntrico, llevaba el pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo.

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La importancia de llamarse Ernesto (...) No obstante, aquella situación fue borrara por completo al enterarse, por parte de Cecilia, que su “hermano” se encontraba en la casa y que planeaba quedarse, por lo menos, una semana. Esto causó el enojo de Jack, puesto que su amigo se había atrevido a hacerse pasar por su supuesto hermano para entrar a su casa, por haberle arruinado sus planes y para colmo, se había comprometido con Cecilia. Pero, para mala fortuna tanto para Jack y como Algernon, la señorita Gwendolen hizo su aparición en la casa, causando un conflicto entre ella y la señorita Cardew, debido a que ella afirmaba que estaba comprometida con Ernesto al igual que Cecilia. Esta situación llevó a otra problemática y a la resolución de la verdad de la mentira de Algernon y Jack, aun así. Por consiguiente, esto provocó la indignación de las dos señoritas.

Acto Tercero Después de haber descubierto toda la verdad, las señoritas discutían sobre el hecho y estaban dispuestas a no perdonarles, pero al ver que ellos estaban dispuestos a bautizarce, de nuevo, para ponerse el nombre de Ernesto, y así satisfacerlas, ellas los perdonaron y su compromiso no se hizo nulo. (...)

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Wilde quiso hacer de su vida un auténtica obra de arte, fiel a los planteamientos del esteticismo finisecular y recogiendo la sensibilidad finamente decadentista de los prerrafaelistas; de ahí su comentario a André Gide: “He puesto todo mi genio en mi vida, y en mis obras sólo he puesto mi talento”. El éxito de Wilde se basaba en el ingenio punzante y epigramático que derrochaba en sus obras, dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporaneous Oscar Wilde estuvo en la cima del éxito gracias a sus obras y escritos, su agudizo ingenio a la par de su constante critica a la sociedad de su época, hicieron que tuviera tantos seguidores como detractores, ya que a muchos su forma de comportarse, su forma de vestir, las fiestas que solia ofrecer y su forma de escribir, provocaron mucho elogios de la critica pero la sociedad no siempre veía bien esto.

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Después tengo que aprender a ser feliz. En otro tiempo lo supe, o creí saberlo, por instinto. En otro tiempo mi corazón estaba siempre en primavera. (…)

Mi temperamento era hermano de la dicha. Yo llenaba mi vida de placer hasta el borde, como se llena hasta el borde una copa de vino. Ahora estoy afrontando la vida desde una óptica completamente nueva, y hasta lo que es imaginar la felicidad me resulta a menudo extremadamente difícil. Recuerdo que en mi primer curso de Oxford leí en el Renacimiento de Pater -ese libro que ha tenido una influencia tan extraña sobre mi vida- que Dante coloca en las bajuras del Infierno a los que viven empecinados en la tristeza; y me fui a la biblioteca del colegio y miré el pasaje de la Divina Comedia donde bajo la ciénaga terrible yacen los que estuvieron «tristes en el aire dulce», repitiendo para siempre en sus suspiros: Tristi fummo nell’ aer dolce che dal sol s’allegra. [Tristes estuvimos / en el aire dulce que con el sol se alegra.]

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(…) El verdadero necio, ése del que los dioses se ríen o al que arruinan, es el que no se conoce a sí mismo. Yo fui de ésos demasiado tiempo. Tú has sido de ésos demasiado tiempo. No lo seas más. No tengas miedo. El vicio supremo es la superficialidad. Todo lo que se comprende está bien. Recuerda asimismo que lo que para ti sea penoso leer, aún más penoso es para mí escribirlo. Contigo los poderes invisibles han sido muy buenos. Te han permitido ver las formas extrañas y trágicas de la vida como se ven las sombras en un cristal. La cabeza de Medusa, que petrifica a los hombres, a ti se te ha dajado mirarla en el espejo solamente. Tú has caminado libre entre las flores. A mí me han arrebatado el mundo hermoso del color y el movimiento. Voy a empezar diciéndote que me culpo terriblemente. Aquí sentado en esta celda oscura, vestido de presidiario, infamado y hundido, me culpo. En las noches de angustia perturbadas y febriles, en los días de dolor largos y monótonos, es a mí a quien culpo. Me culpo por dejar que una amistad no intelectual, una amistad cuyo objetivo primario no era la creación y contemplación de cosas bellas, dominara enteramente mi vida. Desde el primer momento hubo demasiada distancia entre nosotros.

Justo cuando estaba en la cumbre de su carrera, en el momento de mayor éxito, las desgracias comenzaron a surgir: Wilde hizo amistad con Lord Alfred Douglas, hijo del marques de Queensberry

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Balada de la carcel de Reading Con las demás almas en pena / en otro patio hacía ronda / pensando si la falta suya / sería grande o poca cosa, / Cuando una voz dijo a mi espalda: / “El hombre aquel irá a la horca!” / Dios mío! El mismo muro pétreo / tuvo temblores de ira negra; / Casco de hierro enrojecido / fue el cielo sobre mi cabeza, / y aunque también estaba preso / no podía sentir mi pena. / Comprendí, entonces, qué congoja / apresuraba su misterio; / supe por qué miraba el día / con aquel mirar tan intenso: / Mató aquel hombre lo que amaba, / y debía morir por ello! / Y sin embargo, sepan todos, / cada hombre mata lo que ama. / Los unos matan con su odio, / los otros con palabras blandas; / el que es cobarde, con un beso, / y el de valor, con una espada!

Wilde se enfrentó a un segundo juicio en mayo de 1895, en el que se le acusó de sodomía y de grave indecencia, y por el que fue condenado a dos años de prision y trabajos forzados. Durante su estancia en la cárcel, Wilde escribió la extensa carta dirigida a lord Alfred Douglas que lleva por título De profundis (1897) y el poema La balada de la cárcel de Reading. Desengañado con la sociedad inglesa y arruinado material y espiritualmente, abandonó definitivamente la prisión en mayo de 1897.

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Habiendo perdido a su esposa y sus hijos y todos sus bienes, se fue a vivir a Paris donde adopto el nombre de Sebastian Melthmont En octubre de 1990 es operado de una otitis aguda; el 30 de noviembre de ese mismo año, muere en París, en el Hôtel d’Alsace, núm. 13, de la Rue des Beaux Arts, a consecuencia de un ataque de meningitis.

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(...) Recuerda también que aún estoy por conocerte. Quizá estemos aún por conocernos. Acerca de ti no me queda más que una última cosa que decir.

No te dé miedo el pasado. Si te dicen que es irrevocable, no lo creas. El pasado, el presente y el futuro no son sino un momento a la vista de Dios, a cuya vista debemos tratar de vivir. El tiempo y el espacio, la sucesión y la extensión, son meras condiciones accidentales del Pensamiento. La Imaginación puede trascenderlos, y moverse en una esfera libre de existencias ideales. Las cosas, además, son en su esencia lo que queremos que sean. Una cosa es según el modo en que se la mire. «Allí donde otros», dice Blake, «no ven más que la Aurora que despunta sobre el monte, yo veo a los hijos de Dios clamando de alegría». Lo que para el mundo y para mí mismo parecía mi futuro, yo lo perdí irremisiblemente cuando me dejé incitar a querellarme contra tu padre; me atrevo a decir que lo había perdido, en realidad, mucho antes. Lo que tengo ante mí es mi pasado. He de conseguir mirarlo con otros ojos, hacer que el mundo lo mire con otros ojos, hacer que Dios lo mire con otros ojos. Eso no lo puedo conseguir soslayándolo, ni menospreciándolo, ni alabándolo, ni negándolo. Únicamente se puede hacer aceptándolo plenamente como una parte inevitable de la evolución de mi vida y mi carácter: inclinando la cabeza a todo lo que he sufrido. Cuán lejos estoy de la verdadera templanza de ánimo, esta carta con sus humores inciertos y cambiantes, su sarcasmo y su amargura, sus aspiraciones y su incapacidad de realizar esas aspiraciones, te lo mostrará muy claramente. Pero no olvides en qué terrible escuela estoy haciendo los deberes. Y aun siendo como soy incompleto e imperfecto, aun así quizá tengas todavía mucho que ganar de mí. Viniste a mí para aprender el Placer de la Vida y el Placer del Arte. Acaso se me haya escogido para enseñarte algo que es mucho más maravilloso, el significado del Dolor y su belleza. Tu amigo que te quiere, Oscar Wilde

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Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse.

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