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Humberto Ak´abal
Poeta guatemalteco
H
umberto Ak’bal, nació en Momostenango, en 1952, municipio del departamento de Totonicapán, Guatemala, entre un puñado de cabañas perdidas entre el verde milenario de la selva maya. Su padre se empeñó en que fuera a la escuela: estaba obsesionado con que aprendiera a escribir para que no se burlaran de él. «A quien no sabe escribir su nombre -le decíano le tienen por hombre, sino por bestia de carga». Humberto Ak’abal dejó la escuela a los doce años. Con un hatillo en el que había dos camisas y dos pantalones se dirigió a la capital, donde su padre le había encontrado ya un señor al que servir. Del sucio tumulto urbano, tan diferente de las soledades de su infancia, sólo una cosa le asombró: la vitrina llena de libros de La Cadena de Oro. Frente a aquellos volúmenes, abarquillados por el sol, se pasaba los ratos libres. Había una portada que le atraía especialmente: en ella un rostro se desmoronaba o se pudría. ¿Qué contará ese libro? Llegó a soñar con él. Llegó
a fantasear una historia de locos, muertos y brujos. Un día se atrevió a entrar y preguntar el precio: «Dos quetzales con cincuenta centavos», le dijo el librero. Trabajó duro, durante meses y meses, dejó de comer, llegó a sisar a su amo, para poder reunir esa cantidad. Aquel libro fue su primer amor: se titulaba El retrato de Dorian Gray. Con ese único libro regresó a Momostenango, Totonicapán, cuando comenzó la guerra civil; cuando comenzó la bulla, como decían en su pueblo.
L
a familia de Humberto Ak’abal se ganaba la vida haciendo tejidos de lana de oveja que luego iban a vender a la capital. Era Humberto quien los llevaba. Comienza el viaje al amanecer. Con una antorcha hecha de resina de pino, su madre le alumbra. Cargado el aparatoso bulto sobre la espalda, tenía que cruzar un tronco de árbol sobre un abismo. Su madre le miraba cruzar desde la orilla conteniendo la respiración. Un paso en falso le habría llevado al fondo del barranco. Luego aún tenía que caminar un buen trecho hasta la parada del desvencijado autobús. Su cojera congénita salvó a Humberto Ak’abal de ser reclutado por los militares; no le salvó de humillaciones. Si le salvó aquel primer libro que tanto miedo le daba, el del rostro desmoronándose: le descubrió la magia de las palabras, que pueden ser testimonio, revelación y conjuro.
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Si no fuera por la poesía, el mundo ya se habría quedado mudo”Ak´abal es un poeta mayor de una de las patrias originarias de América, la tierra de nuestros ancestros Mayak’iche’, la heroica Guatemala. Nada más ni nada menos. Los invito a leer sus palabras —que como él mismo declara “están llenas de sabores y olores de montaña”- porque no tienen desperdicio.
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Es Poeta D
e la etnia Maya K’iche. Piensa y escribe sus poemas en lengua k’iche y los traduce al español. Publicó tres libros de poemas. Su última obra Retoño Salvaje fué traducida al francés y al inglés. Dice de él Francisco Morales Santos: “La poesía de Ak’abal es fuerte, toda vez que entre ésta y la vida no existe límite alguno.
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n la actualidad es uno de los poetas guatemaltecos más conocidos en Europa y Sudamérica. Sus obras ya han sido traducidas al francés, inglés, alemán e italiano. Sus poemas han sido publicados en periódicos y revistas de Guatemala, Centro América, México, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, Colombia, España, Francia, Austria, Suiza, Alemania e Italia.
5 Segunda edición: Artemis Edinter, 2000 (Guatemala). Tejedor de palabras / Ajkem tzij. Praxis, 1998. (México). Segunda edición: Fundación Carlos F. Novella, 1998 (Guatemala). Saq’irisanik: cielo amarillo. Diputación Provincial de Málaga, 2000 (Málaga). Arder sobre la hoja: poética. Editorial La Tinta del Alcatraz , 2000 (Toluca, Estado de México, México). Con los ojos después del mar. Editorial Praxis, 2000 (México). Gaviota y sueño: Venezia es un barco de piedra. Editorial Cultura, 2000 (Guatemala). Ovillo de seda. Artemis Edinter, 2001 (Guatemala). Cuentos: Grito en la sombra. Artemis Edinter, 2001 (Guatemala).
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n 1995 recibió el diploma emeritissimum por la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de
omo ya vimos tiene una trayectoria literaria amplia. A pesar de haber publicado su primer libro cuando tenía 38 años, su obra publicada es numerosa.
Guatemala. En 1997 recibió el Premio Internacional de Poesía Blaise Cendrars de Neuchatel, Suiza. Su trabajo:
os tirajes de algunos de sus libros son de veinte mil ejemplares. Algunos de sus títulos han sido reeditados hasta por tercera ocasión. La actividad literaria de Humberto Ak´abal no se reduce sólo a la escritura y publicación de su obra.
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Poesía:
El animalero. Editorial Cultura, 1990. ( Guatemala: ). Segunda edición: Editorial Cholsamaj, 1995. ( Guatemala: ). Tercera edición: Editorial Cholsamaj, 2000 (Guatemala). Guardián de la caída de agua. Serviprensa Centroamericana, 1993. (Guatemala). Segunda edición: Editorial Artemis & Edinter, 1996 (Guatemala). Hojas del árbol pajarero. Editorial Praxis, 1995 (México). Lluvia de luna en la cipresalada. Librerías Artemis-Edinter, 1996 (Guatemala). Hojas solo hojas. S.l. Artes Gráficas, 1996 Retoño salvaje. México: Editorial Praxis, 1997 Desnuda como la primera vez.: Editorial Praxis, 1998. (México).
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C
on frecuencia es invitado a congresos, encuentros, recitales y conferencias. De esta forma, ha realizado lectura de su poesía en auditorios y universidades de Alemania, Argentina, Austria, Colombia, Costa Rica, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, Japón, México, Panamá, Suiza, Venezuela.
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Poemas de Humberto Ak´abal Recuerdo De vez en cuando camino al revés: es mi modo de recordar. Si caminara sólo hacia adelante, te podría contar cómo es el olvido.
Sólo quién Sólo quien no ha esperado te hablará de paciencia.
Sombra Sombra: noche pequeña al pie de cualquier árbol.
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Suelta Hay lugares por donde la noche anda suelta y uno hace cosas que después quisiera olvidar.
Una Una polilla después de pensarlo bien, decidió conocer el arte: hizo el viaje más bello de su vida, de pasta a pasta una Antología de la Poesía Universal.
Camino al revés De vez en cuando camino al revés: es mi modo de recordar. Si caminara sólo hacia delante, te podría contar cómo es el olvido.
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Dos Lágrimas
El triste
Cuando nací me pusieron dos lágrimas en los ojos para que pudiera ver el tamaño del dolor de mi gente.
Yo prefiero ser triste.
El Fuego El fuego acuclillado apaga la tristeza del leño cantándole su ardiente canción. Y el leño lo escucha consumiéndose hasta olvidar que fue árbol.
El Sabor Aprendí el sabor de la vida como cualquier indio pobre. Los demás sabores me vienen sobrando.
De la muerte sólo me separa el silencio. ¡Ay, de los alegres! Para llegar a la muerte tienen que pasar por la tristeza.
Hablo Hablo para taparle la boca al silencio.
Oración En los templos sólo se oye la oración de los árboles convertidos en bancas.
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La poesía es fuego, quema dentro de uno y dentro del otro. Si no, será cualquier cosa, no poesía.