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Santuario de los Catorce Santos

Gracias al estudio que realizó Wren a las proporciones de la cúpula, y a la materialidad que iba a

usar, la luz que cubre es impresionante en el sentido estructural. Podríamos decir que, de alguna

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forma, supera a las cúpulas de Brunelleschi, la del Panteón Romano y la de San Pedro, ya que la

linterna que sostiene es aún más alta y por lo tanto pesa más, por lo que, en teoría las cargas que

se transmiten al tambor son mayores. Además, considerando que, el estilo Barroco se basa en el

exceso de detalles, estos también aumentarían peso.

Muchos de los sucesores de Wren, tomaron como modelo sus obras. Por ejemplo, en Saint Martin

in the Fields (1721-1726) de James Gibbs, se presenta un frontón triangular y una entrada muy

similar al de Saint Paul, así como algunas curvaturas en el campanario que se asemejan a los de

Wren.

EL SANTUARIO DE LOS CATORCE SANTOS (1743-1763)

El Santuario de los Catorce Santos, ubicada en Franconia, Alemania del Sur; fue diseñada por

Balthasar Neumann (1687-1753). Este santuario fue una de las que culminó la evolución de la iglesia

barroca. La iglesia es de planta combinada, y es que el estilo Barroco se caracteriza también por el

uso de plantas combinadas, mejor dicho, alargadas; pues como muchos de ellos tenían una fuerte

admiración por la planta centralizada buscaban combinar las dos tipologías que darían forma a

grandes edificios religiosos que hasta la actualidad podemos considerar como iconos de la

arquitectura europea.

La planta de esta obra (Figura 9), combinó dos sistemas basados en un organismo biaxial y una cruz

latina tradicional. Podemos observar una vez más, una huella de Vignola en la arquitectura barroca,

a través de esas formas ovaladas, que vendrían a ser las bóvedas cruzadas. Esta iglesia fue una de

las que no remató con una cúpula exactamente. En todo caso, serían cúpulas encamonadas, es decir,

cúpulas que no salen al exterior. Si analizamos minuciosamente el diseño de Neumman y lo

comparamos con una planta longitudinal o centralizada tradicional, notamos que ya no existe un

centro tan definido porque el eje biaxial no coincide con la intersección de la nave con el crucero.

(Norberg-Schulz, 1999)

Por lo tanto, es posible inferir que, el espacio interior está definido por la ubicación de las bóvedas

y mediante el cerramiento que realizan, generan un ambiente más íntimo. Esto último podría ser

cuestionado, pues la arquitectura Barroca buscaba abrirse al público, ya que era muy teatral. Por lo

tanto, la intimidad, no era muy vista en las obras de este periodo. A pesar de este indicio de espacio

“íntimo”, el santuario interiormente también, presenta un desarrollo de teatral. Al igual que en San

Andrés de Quirinale, donde Bernini le da un peso visual mayor al altar convirtiendo la iglesia en un

teatro; en el Santuario, Neumann realiza algo parecido, posicionando el altar en el centro

justamente para que este atraiga automáticamente la vista de los usuarios. Sin embargo, cabe

mencionar que las decoraciones y ornamentos mantienen un estilo rococó.

Fig. 9. Balthasar Neumann, Santuario de los Catorce Santos, Franconia, Alemania del Sur, 1743, Planta. Hay un recorrido longitudinal muy marcado. Las naves laterales y galerías que se ubican sobre ellas generan un tipo de deambulatorio de dos pisos rodeando la elipse principal. Los óvalos consecutivos representan un movimiento de profundidad relacionado con las diagonales de los interiores que se desarrollaban en el gótico clásico. (Norberg-Schulz, 1999)

La luz, como ya se ha mencionado, es un elemento importante en este estilo, por lo que el muro Fuente de fotografía: Elaboración propia que envuelve toda la obra, a pesar de ser sobrio, con colores de la misma paleta que mantienen una

uniformidad, está perforado por grandes ventanas para crear un efecto de transparencia (NorbergSchulz, 1999) y reforzar el ingreso de luz. En la fachada principal (Figura 10), podemos observar

estas ventanas que terminan protagonizando la composición exterior y una vez más los

entablamentos partidos, así como las columnas que se ubican en los laterales de cada perforación.

Fig. 10. Balthasar Neumann, Santuario de los Catorce Santos, Franconia, Alemania del Sur, 1743, Alzado. Tiene la forma de una basílica de cruz latina, flanqueada por torres gemelas que presentan una fusión de un barroco retórico y un verticalismo medieval. (Norberg-Schulz, 1999)

Fuente de fotografía: Elaboración propia

Igualmente, en el interior se visualizan las ventanas (Ver figura 11), que son la fuente principal de

iluminación para crear un ambiente amplio que parece “infinito”. Los colores claros empleados complementan esta búsqueda de infinidad.

Fig. 11. Balthasar Neumann, Santuario de los Catorce Santos, Franconia, Alemania del Sur, 1743. Interior. Detalle de una de las cúpulas encamonadas. Se observa el juego de luces y colores claros que logran que el espacio parezca monumental e infinito.

Fuente de fotografía: Wikimedia Commons

https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Vierzeh nheiligen_3070582_HDR.jpg

Además del altar central rococó, un altar mayor ubicado en el presbiterio remarca el eje longitudinal

de la iglesia. Podríamos pensar que Neumann realiza un altar que todo edificio religioso suele tener,

pero un altar extra que es más como un monumento que rinde culto a los Catorce Santos, quienes

son los protagonistas de esta obra.

El empleo de los dorados, probablemente influencia de la obra de Bernini, está presente en estas

decoraciones del rococó y es que este es un estilo de transición con raíces e influencias directas del

Barroco. (Norberg-Schulz, 1999)

Neumann sigue el principio de “ars combinatoria” propuesta por Guarini, y también lo relacionado con la interpenetración espacial a través de la organización de los baldaquinos elípticos. Las pilastras

y columnas colosales forman parte de la estructura principal que compone al esqueleto regular de

la iglesia. (Norberg-Schulz, 1999).

Probablemente Neumann también haya seguido lo que sostiene Guarini en su tratado “Disegni di architettura civile ed ecclesiastica” con respecto al estudio a la evolución de la forma de los frontones, que ya no eran triangulares, si no curvos. Además, la arquitectura del santuario define

bien lo que dice Guarini acerca de que la arquitectura no sólo depende de las matemáticas, sino que

además es un arte de seducción. (Guarini, 2011 [1624-1683]).

Uno de los aspectos más interesantes que no son muy vistos en este tipo de iglesias anteriormente,

son las cúpulas encamonadas. Neumann desarrolla esta innovación que juega con el ojo de los

usuarios, pues, en el interior parece como si grandes cúpulas sobresalieran en la parte superior,

pero al ver una vista aérea de la obra, nos damos cuenta que los techos son completamente planos.

Esta obra es considerada uno de los grandes logros de la época, por la combinación de tipologías de

plantas a través de fundamentos teóricos y geométricos, y por el gran contraste que también

mantiene el exterior con el interior. Es decir, visualizamos unas fachadas sobrias, con relieves, pero

siguen siendo más simples que el interior, donde vemos un desarrollo espacial y decorativo con

influencias, tanto del Barroco, como del Rococó. Estas combinaciones son las que hacen del edificio

más enriquecedor. Definitivamente, durante los siguientes siglos, tomarían como ejemplo a la obra

de Neumann por este gran contraste que forma y que representa claramente el estilo en el que ha

sido desarrollado.

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