48 APUNTES | ENTREVISTA | Febrero 2020
Roberto Sáez
“La compasión es más antigua de lo que imaginamos” Ingeniero de día, antropólogo de noche. Así se define él mismo con humor. Este vecino de Boadilla comenzó muy joven a investigar la historia de nuestros primeros antepasados y hoy se ha convertido en todo un experto. La prueba, su nuevo libro Evolución humana: Prehistoria y origen de la compasión. Texto: Natalia Diz Fotografía: Jorge Rosenvinge.
Roberto se formó como ingeniero industrial, pero siempre ha sentido inquietud por todo lo relacionado con la prehistoria. Empezó por la cuevas y el arte rupestre. Y, poco a poco, fue devorando literatura y formándose en la universidad hasta hacerse un experto.
Hace cinco años decidió compartir lo que sabía sobre evolución humana y antropología a través del blog Nutcracker Man, que fue premiado el año pasado como Mejor Blog de Innovación, Ciencia y Tecnología, en los Premios 20Blogs.
Como también le gusta exponer, impartió en 2015 un ciclo de seis charlas en el Auditorio municipal, donde conoció a Eduardo Adarve, con quien fundó el actual Club de Ciencia de Boadilla. Y ahora acaba de presentar su libro Evolución humana: Prehistoria y origen de la compasión (Ed. Almuzara), en el que explica cómo el cuidado y la compasión forman parte del ser humano desde el inicio de su evolución. ¿Cómo nace este libro? A mi me enganchó la evolución humana desde el punto de vista físico. Pero cuanto más profundizaba, veía lo importante que era entender también cómo se comportaban nuestros ancestros. Sabemos mucho sobre cómo tallaban, cómo se organizaban en grupos, en qué momento cazaban, cómo se alimentaban… pero ¿cuál era su comportamiento? ¿Se cuidaban? ¿Se amaban? Así que empecé a investigar hasta que llegué a un artículo del paleoantropó-
logo francés, Jean-Jacques Hublin, que se llamaba Prehistoria de la compasión. Le pedí permiso para convertirlo en una charla en español, junto con todo lo que yo había investigado. Los comentarios posteriores a esa conferencia en el Museo de Ciencias Naturales fueron “qué interesante es este tema, por qué no lo pones en un libro…”. Y así empezó la aventura. ¿Fue complicado? Me llevó un año. Ha sido una experiencia preciosa, pero dura, porque lo tuve que escribir de noche, después de trabajar y de atender a la familia. Ahora estoy disfrutando mucho de la segunda parte, que es el contacto con los lectores, cuando ellos te cuentan lo que han sentido leyendo tu libro. ¡Es un momento de conexión precioso! ¿Cuál es la tesis fundamental? En los grupos primitivos de Homo erectus los individuos con algún problema no eran abandonados, sino cuidados