Nuevos retos de la educaci贸n en Museos del INAH
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PT 2011
Patricia Torres Aguilar Ugarte
INTRODUCCIÓN Si bien, cumplir 60 años es motivo de celebración, también nos pone en el punto de reflexión sobre lo hecho y lo que falta por hacer, es poner en la balanza nuestra posición y en este caso un trabajo individual y colectivo que se ha construido a lo largo de 60 años por los que hemos pasado varias generaciones de profesionales y que ahora me permito poner en la mesa. El principio de esta historia lo conozco a través de mi trabajo con la Maestra María Engracia Vallejo con quién he compartido los últimos 25 años de mi carrera profesional en este campo. Las actividades educativas en el Instituto Nacional de Antropología e Historia tienen una gran tradición, a partir de 1952 que surge el Departamento de Acción Educativa que duró 21 años como un área rectora de las actividades educativas en las que un equipo de maestras comisionadas de la SEP que empezaron a realizar una serie de actividades en los museos y que formaron una parte importante de la relación INAH-SEP, por la que las escuelas acudieron a visitas guiadas a estos espacios. Dichas maestras contaban con especialidades en áreas afines como la historia, arqueología, etnografía, etcétera; sustento que se consideraba fundamental para el diseño de dichas actividades. El viejo Museo Nacional de Antropología, La Galería de Historia. Museo del Caracol trabajaron con este
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personal que se movía a diferentes espacios para atender a las escuelas que acudían a ellos. Años más tarde en 1964 el nuevo Museo Nacional de Antropología
que
ya
contó
con
un
equipo
propio
conformado en un espacio que además contaba con un área física particular y en un edificio hecho exprofeso para tal fin, a diferencia de los demás museos en los que se hicieron adaptaciones a edificios históricos y en los que no siempre se contaba con un espacio propio y con las condiciones óptimas para el trabajo educativo. A lo largo de éste tiempo, los museos de la República Mexicana han generado sus áreas educativas como una de las alternativas de atención para la diversidad de públicos que acuden al museo, no solo a publico escolar, que si bien es el dominante, cada vez más públicos diversos acuden a estos espacios en busca de actividades que les hagan pasar un buen momento y logren experiencias gratificantes y significativas de lo que el museo le puede dar. Al paso de estos años ha habido altibajos en este proceso, la coordinación de las áreas educativas ha tenido momentos de esplendor, en 1977 con la inauguración de la primera exposición sobre los servicios educativos, en los años 80 con la extensión de los Servicios Educativos a casi toda la República Mexicana y la inclusión del Programa Nacional de Servicios Educativos de 1995-2000 y por último en los últimos 15 años, a partir del 2001 la transformación a Programa Nacional de Comunicación Educativa, en dónde se planteó un cambio
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conceptual y metodológico con fundamentos pedagógicos y comunicativos contemporáneos, que tuvieron la intención de diversificar y reposicionar la importante función de la educación en museos. Se establecieron líneas de acción y normas para definir acciones conjuntas entre los museos, así como establecer una imagen fuerte del área y posicionar las acciones de los Departamentos educativos en el ámbito Nacional. Actualmente
persiste
como
la
Subdirección
de
Comunicación Educativa.
Ahora abordaré una serie de reflexiones con base en mi experiencia en esta institución y las planteo así: FORTALEZAS: Si partimos de la definición: Un museo es una institución pública o privada, permanente, con o sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, y abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone o exhibe, con propósitos de estudio, educación y deleite colecciones de arte, científicas, etc., siempre con un valor cultural. Según el ICOM (Consejo Internacional de Museos) 1961, el ICOM estableció que la educación era la función primordial de los museos. En 1977 la ONU declaró el 18 de mayo como Día Internacional de los Museos.
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La gran riqueza patrimonial que el INAH maneja, tiene que ver con elementos vinculados con la arqueología, la historia y la paleontología. Son objetivos generales del Instituto Nacional de Antropología e Historia la investigación científica sobre Antropología e Historia relacionada principalmente con la población del país y con la conservación y restauración del patrimonio cultural arqueológico e histórico, así como el paleontológico; la protección, conservación, restauración y recuperación de ese patrimonio y la promoción y difusión de las materias y actividades que son de la competencia del Instituto. Planteo aquí, cómo al paso de los años los aspectos educativos han cobrado otro nivel en el ideario de la museología, posicionando a nivel general las acciones educativas en un ambiente más participativo e incluyente, mucho a partir de la visión del museo Constructivista (Howard Gardner) A partir de ello, cada uno de los ahora 132 museos de la República Mexicana plantea su MISIÓN Y VISIÓN como institución para así cumplir con los objetivos generales del Instituto. Hablaré ahora en el caso de la Galería de Historia. Museo
del
Caracol,
cuya
MISIÓN
es
contribuir
al
fortalecimiento de la memoria histórica e identidad cultural del México de las etapas finales del Virreinato hasta 1917, a través de diversos elementos de comunicación y estrategias educativas acordes a los nuevos tiempos, para que los diversos públicos tanto locales, nacionales o extranjeros,
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observen, conozcan, valoren y reflexionen sobre su historia y el valor pedagógico del acervo del museo. SU VISIÓN pretende consolidar una organización profesional en el desarrollo de estrategias educativas, comunicativas y museográficas
que
desarrolle
proyectos
didáctico-
museográficos de vanguardia a nivel regional. Otra fortaleza son los trabajadores de las áreas educativas, el perfil del educador inicialmente relacionado con maestros comisionados que contaban con otras carreras relacionadas con la arqueología e historia y posteriormente se transformo con la inclusión periódica de profesionales de otras áreas como sociología, pedagogía o psicología. Hace 60 años, la formación
básica
requerida
para pertenecer
a
estos
departamentos y atender a los grupos escolares era el magisterio, por considerarla fundamental para la atención de grupos escolares ya que contaban con la formación de manejo de grupos y la estructura metodológica para vincular los contenidos del museo con aquellos de la educación formal. Al diversificarse las formaciones para acceder a estos puestos por parte del personal, hemos visto que lo largo de los años y al desarrollar diversos cursos
que los trabajadores tienen
buena disposición para la realización de las visitas guiadas, sin embargo, no tienen conceptos claros sobre pedagogía aplicada al museo y en muchos casos organizan las actividades educativas, basándose solo en la divulgación de los contenidos del museo y la experiencia cotidiana al atender los grupos.
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Su formación académica, se enmarca en
el paradigma
tradicional y en muchos casos es mucho más fácil continuar como depositarios del conocimiento que van a transmitir a un público pasivo e indiferente. Es imperioso recordar, que si el visitante
no puede dialogar con el museo, no hay
comunicación posible; por el contrario si el público tiene la posibilidad de abrirse, librarse de tensiones e inhibiciones y busca nuevos caminos de comunicación, tanto verbales, corporales o artísticos, puede tomar las riendas de su visita para convertirse en agente activo de transformación del mundo que le rodea. Aunado a esto, algunos asesores educativos desconocen el proceso cognitivo de los visitantes que acuden al museo; los maestros mencionan que en ocasiones la visita tiene un nivel elevado en el lenguaje y contenidos transmitidos, por lo que no se parte de los conocimientos previos de los niños. La dificultad que enfrentan los alumnos al recibir información en relación con la cultura material, disminuye o nulifica la comunicación, cuando no se dispone de los mismos códigos de significado correspondientes “...a excepción de algunos museos nacionales y regionales, y a pesar de tantos discursos, los museos mexicanos no han sabido ocuparse a fondo del público escolar. No conocen sus necesidades educacionales, ni tampoco los niveles reales de aprendizaje, dentro de los espacios museísticos. La función educativa se ha limitado a reproducir vicios pedagógicos del sistema escolar oficial en dónde el museo
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sirve para que los niños copien textualmente las cédulas sin comprender, ni valorar las colecciones, en dónde los maestros imparten sus clases imponiendo a los escolares una actitud pasiva hacia el conocimiento”. 1.
Metodología de trabajo.
Si bien, parte del profesiograma del área de Servicios Educativos maneja objetivos vinculados con: •
Coordinar supervisar y ejecutar el diseño de las
estrategias de comunicación educativa y de promoción cultural por aplicar en los recorridos a la exposición permanente, a exposiciones temporales, al inmueble histórico (en su caso), y en la visita al museo en general. •
Coordinar supervisar y ejecutar los talleres y cursos.
•
Coordinar supervisar y ejecutar la producción de
materiales didácticos para apoyo a la visita o para divulgación del patrimonio histórico que resguarda el museo. •
Coordinar supervisar y ejecutar la realización de visitas
guiadas para diversos públicos: niños, jóvenes, adultos, tercera edad y personas con capacidades diferentes. •
Brindar servicio de asesoría pedagógica al público en
general que lo solicite. •
Realizar
investigación
y
encuestas
de
carácter
pedagógico, y aplicar sus resultados al diseño de estrategias de comunicación educativa.
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•
Establecer colaboraciones académicas y profesionales
con colegas de museos, artistas e investigadores del INAH como externos en el área de educación y museos en México. •
Diseñar,
coordinar
y
divulgar
programas
de
interpretación y mediación en el museo, en relación con proyectos educativos, museográficos y de comunicación contemporáneos. (Debería) •
Posicionar
los
aspectos
teórico-
prácticos
sobre
comunicación, educación en museos y museografía del INAH a nivel institucional, así como con otras instituciones afines en México y el extranjero. •
Diseñar programas educativos acordes a la pedagogía
constructivista y que contribuyan al logro de experiencias significativas en los visitantes que acuden al museo. Como ya se mencionó anteriormente, es a partir del año 1999, que se establece un Programa Nacional de Servicios Educativos y para el 2002 se transforma en Programa Nacional de
Comunicación
Educativa,
al
hacerse
patente
la
necesidad de un programa que coordine permanentemente la función educativa de los museos y cuente con un diagnóstico actualizado de sus servicios; a partir de ello, proponga alternativas de atención integral, impulse y coordine diferentes acciones para el personal involucrado en estas tareas, así como generar proyectos específicos para los diversos tipos de público que visitan la red de museos. Propósitos
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•
Coordinar y participar en el diseño y aplicación de
líneas de acción que orienten las actividades educativas de los museos del INAH. •
Coordinar y participar en el desarrollo de materiales de
apoyo y didácticos para los museos y exposiciones del INAH. •
Promover y realizar trabajos conjuntos en proyectos
pedagógicos generados por otras dependencias y diversas áreas del Instituto. •
Coordinar
asesorías
proyectos
encaminadas
a
de
capacitación,
lograr
el
cursos
intercambio
y de
experiencias entre educadores. •
Promover y realizar proyectos de vinculación entre el
personal de los museos del Instituto. •
Revisar y emitir recomendaciones sobre las propuestas
educativas de museos del Instituto. Sus Líneas de acción. Consideramos a la educación como un aprendizaje compartido en un ambiente social como es el museo y a la comunicación como diálogo, reflexión e interpretación que hace el visitante con este espacio y lo que en él se encuentra, así como con los otros públicos que comparten esta experiencia de visita. Con la finalidad de propiciar esta interacción entre los visitantes y el museo y así lograr incrementar los niveles de atención, desarrollamos una serie de proyectos educativos con mas alto alcance y mayor consistencia; los cuales
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fomentan la profesionalización al considerar la labor de los educadores en este nivel no simplemente como una cuestión técnica. La nueva propuesta contempló proporcionar herramientas que ayuden a los educadores del museo a diversificar sus métodos de atención para motivar la construcción del conocimiento de los diversos públicos, a través de estrategias de visita y de atractivos recursos didácticos que propicien que los visitantes logren una visita enriquecedora y participativa que les permita una experiencia vivencial de mayor significación. Para cumplir con los propósitos propuestos, el PNCE planteó que la mayor parte de sus proyectos y estrategias sean autogestivos, dada la falta de personal y sean utilizados por la red de museos del INAH. La Maestra María Engracia Vallejo considera que los Servicios Educativos siguen limitados a los grupos escolares y su práctica educativa ha sido tradicional, es decir, su origen y razón de ser en un momento y contexto diferente al actual no ha cambiado, que requiere un replanteamiento de fondo. Durante la pasada administración, el PNCE desarrolló una serie de acciones encaminadas a reforzar la red de museos en materia educativa, en diferentes ámbitos como: Asesorías 2.
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Proyectos didácticos
3.
Publicaciones educativas
4.
Acciones para el fortalecimiento de la red
5.
Programa de Capacitación
6.
Eventos académicos
Camarilla de experiencias para reforzar las bases teóricas de educación en Museos. A través
de encuentros con otros
profesionales del INAH y externos. Es otro de los proyectos que periódicamente se llevaron a cabo con los asesores educativos, promotores y divulgadores del patrimonio de la red de museos del instituto. Las camarillas integran una serie de visitas a diversos museos del instituto e inclusive museos de otras instituciones como el INBA, UNAM, Banco de México, Banamex y privados. Esta actividad tiene como propósito dar a conocer las estrategias y formas de trabajo que desarrollan estos espacios, así como los materiales que publican para sus diversos públicos; además, se les dan a conocer los nuevos planes y proyectos de la SCE, estableciendo un diálogo reflexivo sobre el contenido de la visita. De esa manera, los asesores educativos, promotores y divulgadores del patrimonio contrastan dichas experiencias con las suyas, y puedan enriquecer y mejorar su práctica educativa
al interior de sus espacios, para fortalecer
constantemente el binomio teoría - práctica educativa dentro del museo.
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Desde finales del 2005 las camarillas plantean un tema educativo a analizar y ampliaron el tiempo a dos días de trabajo y la convocatoria se hizo a nivel nacional. La sesiones integraron: paneles con conferencistas, talleres y mesas de trabajo. La participación fue creciendo desde las primeras camarillas a partir del 2003 con 20 personas pertenecientes a los museos del d.f y estados conturbados, hasta contar con un promedio de 90 asistentes del personal educativo de 14 estados de la república mexicana y en promedio 14 museos externos con cuarenta y un educadores de museos . Otro
proyecto
que
tiene
como
intención
comunicación de la red es La Vozinah
reforzar
la
material de
divulgación que se distribuye a todos los asesores educativos de los museos del Instituto, así como a treinta museos externos: INBA, UNAM, Banco de México, Banamex y museos privados. Aborda en sus secciones temas relacionados con la educación en museo. A la fecha se cuanta con 15 números que se distribuyen a los 113 museos del Instituto. DEBILIDADES: En primer término, uno de los aspectos que desde sus orígenes afecta la comunicación entre los individuos involucrados en una entidad como el INAH, es el tipo de organización en la que se sustenta; en este caso, el Instituto se enmarca en el Paradigma de la Simplicidad que surge bajo la estructura de
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un Modelo Burocrático de organización, planteado por Max Weber: El Instituto Nacional de Antropología e Historia cuenta con un carácter legal de las normas y formal de las comunicaciones, que se establece desde la fundación de la Institución en 1939. “... el museo público ha tenido como una de sus funciones prioritarias apoyar al sistema educativo formal, en todos sus niveles”
Para ello cuenta con un marco legal basado en la
Constitución Mexicana, fracción XXV del Art.73 que “... faculta al Congreso de la Unión para establecer, organizar y sostener escuelas
rurales,
elementales...
escuelas
prácticas
de
agricultura y minería, de artes, museos (...). Para puntualizar sobre la estructura al interior de algunos de los museos, se presenta un organigrama vertical y jerárquico: Dicha estructura refleja una clara jerarquización de la autoridad, a partir de la dirección del museo. El apoyo que se brinda o no desde esta área repercute
en la difusión y
realización de actividades, además del seguimiento y continuidad de los proyectos educativos. En muchos casos, los directores de museo consideran valiosa o importante la labor de su Departamento de Servicios Educativos, por lo que éste cuenta con más apoyo para la realización de sus propuestas; pero, en algunos casos los directores anulan o marginan la participación educativa dentro del museo, reduciendo al mínimo sus posibilidades, ya que consideran poco significativo el trabajo educativo, pese a que el público mayoritario en los museos es el escolar y es atendido por los asesores.
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En otros casos, el área educativa, se encuentra integrada al departamento de difusión, por lo que no cuentan con una imagen pública definida y vigente, acorde a las actividades que realizan; por ejemplo, los departamentos de difusión se abocan entre otras acciones como, a la distribución de impresos, publicaciones, catálogos, carteles, así como la elaboración de los reportes periodísticos, elaboración de conferencias de prensa a los diversos medios, y la realización de ciclos de conferencias, entre otros; por su parte, los departamentos de servicios educativos tienen a su cargo otras actividades particulares muy diferentes. Bajo esta estructura organizativa, se presentan rutinas y procedimientos
estandarizados
en
el
trabajo,
especialización de la administración, además de
la una
previsibilidad del funcionamiento del museo y otras áreas del Instituto; así existen determinados elementos o datos que se ponderan del trabajo: La comprobación cuantitativa de atención de grupos, con la estadística de escolares de todos los niveles y otros públicos, tanto nacionales como extranjeros (cantidad- sobre calidad). El Instituto establece un profesiograma
que determina las
funciones que le competen a cada puesto y en el caso de los asesores educativos, técnicos y especializados, marca entre otras: la conducción de grupos escolares y público en general. A partir de ello, los trabajadores toman una actitud cerrada a realizar otro tipo de acciones fuera de las ya designadas, por lo que se refleja una mayor internalización de las reglas y un
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exagerado apego a los reglamentos, lo que limita su actividad al centrarla principalmente en la visita guiada. (Aunque hay casos en que hacen más actividades) Hay un exceso de formalismo y papeleo, es observable en los trámites administrativos para proyectos educativos, estos deben planearse desde varios meses de anticipación e ingresarlos a una plantilla presupuestal que los tiene desglosados por categorías que al asignarse el recurso no puede modificarse su aplicación, por lo que incluir nuevos proyectos.
Para
aprobarlo
se
requiere la
papelería
correspondiente para justificar la propuesta, sin embargo se cuenta con presupuestos muy bajos para dichos proyectos o los recursos asignados se utilizan para otros proyectos. A veces hay resistencia al cambio aunado a la excesiva conformidad con las rutinas y procedimientos se manifiesta en las actividades cotidianas realizadas por los departamentos de servicios educativos como las visitas guiadas y la elaboración de materiales pedagógicos, que en los últimos treinta
años
no
han
cambiado
sustancialmente,
rompecabezas, memorias, talleres a base de modelos que se copian
en
donde la
creatividad
y
construcción
del
conocimiento se limita. Asimismo, desde el punto de vista del recurso humano y material se marcan ciertas deficiencias que afectan el campo educativo en los museos del INAH. Primero: el 60% de los museos no cuentan con un área de Servicios Educativos conformada y 40% si; de ellos el 50% no está integrado al
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organigrama básico del museo, por lo que las actividades y planteamientos educativos se ven mermados o desaparecen en dichos museos; casos concretos son Veracruz, Campeche, Chiapas, Puebla y Guanajuato, en los que el Centro INAH es quien coordina la realización de algunas actividades entre los 4 o 5 museos del estado. Aunque existe interés de los directores de estos centros por promover actividades, hay desconocimiento de las posibilidades del trabajo educativo, limitando la oferta de atención que se proporciona a los públicos que los visitan. Estas deficiencias propician que los visitantes recorran solos la exposición, sin ningún tipo de guía o asesoramiento adecuado y se ponderan prácticas comunicativo-educativas limitadas a la recopilación de información y la contemplación del acervo, generando en los estudiantes una aversión hacia estos espacios museísticos. Desde el contexto económico, aunado a la problemática educativa, la falta personal en los museos repercute en la atención que se brinda al público que acude a estos espacios. Para el 2006 se sabe que había 144 asesores a nivel nacional y ya en el 2012 aumentó a 218 ya que durante esta etapa hubo muchas promociones x grado académico. Que en proporción existe un alto porcentaje en el Distrito federal y proporcionalmente el resto en toda la República Mexicana. Todo esto pone de manifiesto lo desproporcionado de la distribución de educadores que atienden al público y el centralismo evidente en el DF, siendo el Museo Nacional de Antropología y el Templo Mayor los museos que cuentan con más personal en sus departamentos que atienden a visitantes.
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La función educativa de los museos del Instituto, todavía está divorciada de los diseños museográficos; el personal de los museos ha sido testigo de la presentación que se hace de la colección y es claro observar cédulas cargadas de información; los textos de las salas de exposición se redactan en lenguajes especializados o poco comprensibles para el público escolar o para aquel visitante adulto que llega por primera vez a estos espacios. La experiencia provoca que los visitantes se sientan ajenos a las colecciones y que la información sea en mayor medida lejana a sus intereses. Kenneth Goodman, establece la dificultad de motivar a los niños cuando la paja que se les pide leer, escribir, escuchar o decir no tiene relación con lo que son, piensan o hacen; y algunos de los mensajes que se plantean a través de los textos de las cédulas introductorias, temáticas o de pieza, no llegan al público, y por tanto “...la comunicación no se establece de manera óptima, por lo que hay que recurrir a otros medios además
del
escrito
para
proporcionar
información
complementaria”. Simplemente, en 2011 los museos dependientes del Instituto recibieron más de cuatro millones 663, 026 visitantes, de los cuales 784,027 son alumnos de educación básica y sólo la cuarta parte obtuvo alguno de los servicios que presta cada museo; de éstos la mayoría fue atendida por medio de una visita guiada, un 15% realizó un mini-taller complementario a la visita, otros contaron únicamente con una proyección y la
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mayoría pasó con su maestro, sin ningún apoyo por parte de los Servicios Educativos. Si bien los museos del INAH tienen una gran demanda de grupos escolares que visitan los museos, por lo que si éstos llegan sin previa cita pasan libremente sin visita guiada al museo
y
algunos
no
cuentan
con
material
de
autoconducción. La asistencia de escolares es constante, los museos nacionales reciben un promedio de veinte grupos por día, con 30 a 50 alumnos cada uno, esto provoca que los recorridos sean pesados para los asesores educativos, ya que hay ocasiones en que incluso las escuelas asisten completas – hasta 300 alumnos- por lo que los museos no cuentan con personal suficiente para una atención adecuada. Hay museos que tienen sólo un asesor en el museo, lo que también imposibilita que los estudiantes puedan escuchar, ver o interactuar con las piezas. Las Visitas guiadas y actividades todavía están basadas en la educación formal y vinculada con los planes y programas con algunas intervenciones temáticas que rompen con aspectos histórico-cronológicos que dan una variante a la forma de abordar los contenidos. OPORTUNIDADES: Contacto
con
otros
museos
a
través
de
programas
establecidos en red: festival del Centro Histórico, del bosque, Feria de Museos de Coyoacán, Programa Nacional de Verano
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Educadores que gestionan de proyectos para puesta en marcha de actividades para darles salida sin la limitación del presupuesto asignado. Difusión de actividades a través de medios institucionales, páginas WEB del INAH, CONACULTA, SEP. Diversificar la atención a partir de asociación con otras instituciones educativas con otros parámetros de trabajo adecuados al museo, que atiendan a otros grupos de visitantes potenciales. Vínculo con otros educadores y aplicación o replica de experiencias de otros educadores (via web) como el Museo Thyssen Bordemisza. Madrid, España. RETOS: Teorías educativas Interpretación del Patrimonio. Tipo de visita Freeman Tilden (norteamericano) • “La interpretación es una habilidad del pensamiento que todos los seres humanos poseemos, le damos sentido a algo o ayudamos a otros explicándole el sentido de una cosa; en el contexto del museo se puede decir que los educadores “traducen”
de
un
lenguaje
técnico-científico
(el
del
especialista) a otro u otros (el de los visitantes) las piezas patrimoniales y los contenidos de una exposición para hacerlo accesible a todos”.
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•
El museo y sus proyectos de interpretación tienen que
desarrollar
una
intención
clara
de
establecer
una
comunicación directa, efectiva, atractiva y dinámica con el visitante, que ofrezcan información breve y puntual; que la opción interpretativa sea en presencia del objeto patrimonial y que el objetivo principal sea la revelación de su significado. “1. La interpretación debe relacionar los objetos de divulgación o rasgos interpretativos con algo que se encuentre en la experiencia y personalidad de las personas a las que va dirigida. 2. La información, como tal, no es interpretación; esta última es una forma de comunicación que, aunque basada en la información,
debe
tratar
además
con
significados,
interrelaciones, implicaciones e interrogantes sobre ciertas cuestiones. 3. La interpretación es un arte que combina muchos artes para explicar los temas presentados, en el que se hace uso de todos los sentidos para construir conceptos y conseguir reacciones en el individuo. 4. Es provocación, debe despertar curiosidad, resaltando lo que en apariencia es insignificante. 5. Debe ser una presentación del todo y no de las partes aisladamente; los temas deben estar interrelacionados dentro de un marco conceptual común. 6. La interpretación debe estar dirigida a un público determinado”.
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John Veverka en 1994 plantea objetivos específicos que cualquier programa interpretativo necesita integrar y los organiza en tres niveles: Objetivos de Conocimiento. Dar al visitante la información o los elementos de juicio. “Lo qué queremos que la gente sepa”. Objetivos Emocionales. Que la información entregada al público le provoque ciertas sensaciones y estados de ánimo. “Lo qué queremos que la gente sienta”. Objetivos de Comportamiento y/o Actitudes. Si la gente ha entendido el mensaje y ha sentido algo por él, ahora se espera que actúe de una cierta forma. “Qué queremos que la gente haga”. • Evaluaciones de proyectos en todos los niveles • Consolidar la vinculación con los departamentos de servicios educativos a nivel regional y nacional. • Seguimiento de proyectos generados en las camarillas de experiencias. • Vincular las publicaciones con proyectos específicos de museos a nivel regional o nacional (articular grupos de mesas en torno a una temática) • Consolidar la página WEB (actualizarla, links, sección de inicio y dominio de la pág.) • Reforzar los vínculos con instituciones externas nacional e internacional:
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a nivel
PLANEACIÓN DE PROYECTOS.
METODOLOGÍA Modelos de planeación que integran los diversos elementos que hay que considerar para cualquier propuesta: ¿Qué? ¿A quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Cuánto? ¿Dónde? ¿Para qué? Manual de lineamientos-INAH MUSEOGRAFÍA DIDÁCTICA
Espacios educativos no convencionales, materiales en sala, guías de visita graduadas. Ejemplo del Museo Nacional del Virreinato con una publicación sobre este tema. Vozinah CAPACITACIÓN APLICADA
Camarillas de Experiencias que abordan diversos temas sobre educación en museos. Cursos para educadores de museos en CECA-ICOM, Museo de Arte Moderno, Galería de Historia CURSOS IMPARTIDOS
Mostrar las acciones y su diversidad a públicos como amas de casa, jóvenes, tercera edad, maestros y estudiantes de normal. Publicaciones para diversos públicos, no solo de divulgación sino de interpretación del patrimonio. Cuentos, cuadernos de trabajo, libros objeto en papel o en electrónico.
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DIVULGACIÓN.
Uso de paginas web y foros de educación como el ILAM, Educación en Museos en Argentina o en Universidades como Universidad de Zaragoza. REDES DE EDUCADORES.
Visitas a otros espacios para conocer el trabajo de otros y diversificar las formas de atención de cada museo. VISITAS AUTOGESTIVAS
Materiales en sala en formato tabloide, cuaderno, como cédula o maleta didáctica. EVALUACIÓN DE PROYECTOS
Metodología,
diseño,
aplicación
e
interpretación
de
resultados. ESCRIBIR Y TEORIZAR
Dejar constancia del trabajo y reflexionar sobre lo que hacemos. Estas son solo algunas reflexiones en torno a este tema, seguro varias quedaron en el tintero y con la participación de todos podremos construir y reconstruir este proceso y esta enorme labor de los educadores dentro del museo, en un entorno que sentó precedente a nivel nacional.
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