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EL PULSO AL PODER “Contra la Miseria, por la Democracia y la Justicia Social” ­ Ensayo sobre la conquista ciudadana de la Democracia ­

0) punto de partida 1) movilización 2) asedio 3) negociación

0 ­ PUNTO DE PARTIDA : NO VIVIMOS EN DEMOCRACIA La injusticia social que vivimos, la miseria que tenemos que soportar habiendo recursos públicos para evitarla (en lugar de rescatar bancos, o amnistiar a defraudadores fiscales), o la batería de leyes contrarias a la voluntad ciudadana o al interes y necesidades de la población, son consecuencia de que en el sistema politico que vivimos actualmente los ciudadanos no tenemos ningún control sobre las decisiones politicas: no es Democracia. En este nuevo “Despotismo Ilustrado” (“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”), los ciudadanos no tenemos opción a valorar, aprobar o rechazar las Leyes que nos afectan (Derecho de Consulta, vinculante), no tenemos opción a exigir que una Ley sea sometida a aprobación pública (referendum) antes de ser impuesta (Derecho a Proponer Consultas, vinculante), no tenemos opciones reales a proponer Leyes desde la ciudadanía, ni siquiera utilizando las herramientas que el sistema dice reservar para ello (ILP, Derecho a Proponer Leyes, y a que se respete el sentido de la propuesta), ni tenemos herramientas para retirar nuestra confianza y reprobar y desbancar a los politicos que traicionan esa confianza dada y el mandato ciudadano. No es Democracia, es un nuevo “Despotismo Ilustrado”. Por eso mismo, porque es un Nuevo Despotismo, no tenemos que sentirnos culpables por querer abolirlo. La Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas dice: “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión” Conquistar la Democracia para la ciudadanía debe ser un de los objetivos fundamentales a alcanzar, si no, solo se estará “pidiendo limosna” al Poder.


1 ­ MOVILIZACIÓN: LAS MARCHAS DE LA DIGNIDAD Marchar caminando a la capital del Estado es una de las medidas de protesta más desesperada que alguien puede tomar. Su peso emocional es tremendo: nadie hace 600 km a pie para nada. Por eso mismo, convocar a marchar a Madrid sólo puede ser “para conseguir algo”. CCOO y UGT, y otras organizaciones igualmente desprestigiadas pueden permitirselo, pero los movimientos y organizaciones sociales no podemos hacer un circo. Estamos generando esperanza, estamos moviendo los sentimientos de la gente, no podemos jugar con ellos. El adversario es muy grande, y hará todo lo posible por mantener su posición de Poder despótico: no renunciará a él, hay que arrebatárselo. Plantear un pulso con opciones de ganarlo requiere estrategia, y esa estrategia tiene varios pilares fundamentales. El primero de ellos, el más sencillo de conseguir, es la movilización. El peso emocional de las marchas es suficiente para lograr una convocatoria masiva, lo suficientemente numerosa como para poder iniciar el pulso. Pero para mantener el pulso hacen falta los otros dos pilares: ●

Unos objetivos claros, evidentemente legítimos y concretados en una hoja de ruta realizable sobre la que la otra parte pueda incar la rodilla (negociación).

Capacidad de generar y mantener una situación insostenible para la otra parte (asedio), durante todo el tiempo que sea necesario para resolver la situación (tiempo de negociación o de asedio). A la vez, es necesario preveer herramientas para poder aumentar la presión a medida que pase el tiempo, evitar situaciones de bloqueo o desarticulación por desgaste.


2 ­ ASEDIO Para forzar a que la otra parte negocie sobre los objetivos, es necesario plantear una situación insostenible para ellos, y tener capacidad de mantener esa situación insostenible todo el tiempo que sea necesario. Una situación insostenible para un gobierno que se dice democrático es, por ejemplo, tener a decenas de miles de ciudadanos reclamando democracia y justicia social, concentrados pacificamente y permanentemente ante el Congreso. Para que el asedio tenga posibilidades de exito se necesita: ●

Unos objetivos claros, evidentemente legítimos y concretados en una Hoja de Ruta realizable sobre la que la otra parte pueda incar la rodilla (negociación). ●

Evidentemente legítimos y concretados en una Hoja de Ruta realizable para que, a medida que pase el tiempo, si la otra parte no accede a las reivindicaciones y la negociación se bloquea, la población reciba claramente el mensaje de que “si no lo hacen, es por pura voluntad politica” (reforzando asi la idea de que vivimos un Nuevo Despotismo) > efecto movilizador.

No facilitar “posiciones de enroque” a la otra parte.

Sin una hoja de ruta que permita alcanzar los objetivos, es muy sencillo para la otra parte cerrarse en banda, bloquear la negociación y dejar que el asedio se desgaste por agotamiento.

Capacidad de mantener la situación insostenible todo el tiempo que sea necesario. ●

Capacidad de establecer un campamento estable y seguro (“protesta sostenida en el tiempo”), y de aprovisionarlo durante el tiempo que dure el asedio.

garantizar a los movilizados descanso, ducha y alimento, es decir, que “no se van a tener que buscar las habichuelas” para permanecer en Madrid. ○

El aprovisionar alimentos (y cocinarlos) es uno de los puntos criticos: si se movilizan 10.000 personas con intención de permanecer (estimación por lo bajo), harán falta 10.000 kg de comida diarios. Para lograrlo, es más facil y práctico distribuir el esfuerzo:


Operación KILO en todas las ciudades, de donación solidaria de alimentos. La recogida puerta a puerta efectuada por activistas locales es mucho más eficaz que puntos de recogida.

Garantizar la seguridad del campamento y movilizaciones: Evidentemente el poder también va a utilizar todas las herramientas a su alcance para desarmar el asedio y no entrar en la negociación. Su principal arma para ello es el Miedo, y su instrumento, las fuerzas represivas del Estado. ○

Una vez ganada la partida de la superioridad numérica ciudadanía­fuerzas represivas, gracias a la movilización masiva permanente, es necesario actuar con estrategia para inutilizar el arma de la represión. Inutilizar quiere decir, “que no tengan opción a utilizarlo”. ■

Afortunadamente, hasta que se apruebe la nueva “Ley Mordaza” o Ley de Seguridad Ciudadana (y este es uno de los motivos principales para impedir su aprobación), la Ley y la Constitución protegen al ciudadano de manera MUY CLARA en su Derecho de Manifestación pacífica y sin armas. Esa es una herramienta muy potente.

Si grupos individuales realizaran acciones violentas o de boicot mientras dure el asedio, estas deben estar siempre desvinculadas (lejos) del campamento o de la movilización general, para no dar opción a justificar el desalojo forzoso.

Se debe concienciar y entrenar a el mayor numero de movilizados posible para que ante una amenaza de agresión sepan reaccionar para protegerse a ella y a los demás, al conjunto. La solución no es huir. Si la agresión se muestra de forma evidente, se puede grabar (pruebas) y tener una estructura que permita presentar tantas denuncias como sea posible (100, 200..) despues de cada carga o agresión por parte del Estado. De esta manera, inutilizaremos su acción, porque el “Estado de Derecho” no se puede permitir romper demasiadas veces su propio juego.

Para lograrlo, se necesita el mayor numero de personas entrenadas en talleres prácticos de técnicas de pacificación Manual de Pacificación 15M, de manera que asimilen “en su cuerpo” las tácticas.

Un objetivo en este sentido es realizar talleres de pacificación


durante las marchas, para contar con al menos una base de 200­2000 personas entrenadas al llegar a Madrid. ■

Igualmente, hay que contar con un equipo legal en madrid para presentar las denuncias necesarias y utilizar todos los recursos legales en ese sentido.

También es necesario establecer una referencia única para que todas las personas que tengan grabaciones­prueba puedan ponerlas inmediatamente a disposición del equipo legal.

Evitar el desgaste excesivo y la disolución por bloqueo (“muerte por aburrimiento”)

Ante un planteamiento de un pulso de 1 o 2 meses, hay que cuidar mucho las energias, las emociones y la seguridad de los movilizados (evitar detenciones innecesarias, etc).

El riesgo de desgaste por inactividad también es alto: una estrategia posible del adversario es dejar que pase el tiempo, bloqueando la negociación, y esperar a que la convocatoria “se desinfle” por si misma. El Poder si puede esperar 1 y 6 meses sin desgaste, en sus despachos. ○

Se pueden hacer campañas contundentes y evidentemente legitimas en el mismo sentido de las reivindicaciones, para aprovechar el tiempo que dure el asedio y seguir conquistando “de hecho” el terreno: ■

Por ejemplo: se puede respaldar la reivindicación de “que el Estado ponga todos sus recursos al servicio de las necesidades de la población” creando un Campo de Trabajo Agrícola en una parcela del Sareb (“banco malo”, comprada con dinero público como “rescate” a los especuladores), donde los movilizados puedan ir a trabajar durante el día y mantenerse activos.

Campañas de este tipo tienen la utilidad adicional de que si el asedio se retira “con las manos vacías”, pueden reproducirse después en todas las ciudades, haciendo“de facto” lo que el Estado no haya querido hacer.( Parque público de Viviendas Sareb­PAH, etc)

Las campañas pueden y deberían utilizarse también como herramientas para incrementar la presión, poniéndolas en marcha escalonadamente, de manera que sirvan para tantear el pulso.


3 ­ NEGOCIACIÓN Un asedio es una negociación, un secuestro con rehenes, también es una negociación. Para forzar una negociación con quien no quiere negociar es necesario: ●

Contar con una posición de fuerza: el asedio. La posición de fuerza debe poder mantenerse por tiempo indefinido, hasta que se resuelva la negociación, y debe poder incrementarse la presión gradualmente para evitar los “momentos de bloqueo” o “tiempos muertos”: las cartas no se deben jugar todas en la primera mano.

Contar con unas reivindicaciones­objetivo evidentemente legitimas y que la otra parte de la negociación pueda cumplir. Un secuestrador no puede exigir “la paz mundial”, pero sí puede aspirar a lograr el final de un conflicto concreto, o 10 millones de dólares y un helicóptero para huir, por poner un ejemplo clásico. Lo importantes es que la otra parte debe poder abdicar.

Este aspecto es clave: unas reivindicaciones inalcanzables, o unos objetivos poco concretos, pueden bloquear la negociación muy facilmente, y en este caso el tiempo juega en contra de los asediantes, por lo complicado que resulta mantener el asedio y la moral alta un tiempo prolongado.

Es importante no ofrecer “posiciones de enroque“ cómodas para el adversario.

Es por eso importante, que una de las reivindicaciones principales sea el establecimiento de la Democracia (en la forma de una “Ley de Práctica Democrática”). Exigiendo la Democracia, desactivamos el discurso de que “ellos son los demócratas”.

Definir una Hoja de Ruta técnica para cada uno de los objetivos, que marquen las etapas (abdicaciones) que la otra parte debe seguir para desbloquear la situación. Es una herramienta fundamental para el momento en que se habra la negociación. ○

La hoja de ruta debería ser trabajada por grupos técnicos diversos, expertos en cada temática. Es clave que los planteamientos se puedan llevar a cabo, de la manera mas sencilla posible.

Identificar adecuadamente al interlocutor válido y legítimo en la negociación: en este caso, es el parlamento nacional, ya que es la Cámara (y no el Gobierno) la que vota qué se aprueba y qué no se aprueba, que se hace Ley y que no. El Gobierno sólo propone Leyes.


Tomando como interlocutor válido al Congreso en lugar de al Gobierno, conseguimos dos cosas:

No le damos al Gobierno la opción fácil de enrocarse “contra un ataque personal”. Sería muy facil para ellos decir, como ya han dicho en otras ocasiones, que “el Gobierno no acepta chantajes de nadie”, y bloquear la negociación.

Al distribuir la responsabilidad de “desbloquear la situación” a todos los grupos politicos del Parlamento (muchos de los cuales como oposición se han mostrado “oficialmente contrarios” a las politicas del Gobierno), se facilita la posibilidad de ganar apoyos “dentro”, o al menos de sembrar divergencias sobre cual de las dos opciones es la mejor para “desbloquear la situación”: por la fuerza, o negociando.

Establecer un interlocutor válido y legítimo para las negociaciones: ○

Si el objetivo del asedio es abrir una negociación, conviene contar con una comisión negociadora, compuesto por personas válidas de los diferentes colectivos convocantes, en diversidad suficiente para impedir el “soborno personal”. Las personas más válidas serán aquellas no sólo con las ideas y objetivos suficientemente claras, sino con capacidad de mantener la calma incluso ante la provocación inmediata.

La legitimidad de la comisión negociadora vendrá de que las negociaciones se lleven con transparencia, es decir: que las propuestas de acuerdo se hagan públicas tras cada reunión (o en directo durante cada reunión), antes de cerrar cada acuerdo. Si se llega a establecer una negociación, la comisión negociadora debe rendir cuentas de lo hablado ante la gente movilizada para sostener el pulso, así como respetar el sentir de las reacciones recibidas y escuchar las posibles objeciones.

Contar con herramientas para incrementar la presión durante la negociación, en caso de bloqueo o “calma chicha”. ●

Si se plantea un asedio y entre los convocantes o organizaciones que lo apoyan hay numerosas agrupaciones sindicales de caracter estatal, se puede contar con una herramienta muy potente: la Huelga General Indefinida. ○

La clave en este caso es concebir la Huelga General Indefinida no como una “demostración de fuerza de los convocantes”, sino como una herramienta al servicio de la movilización. No se trata de “ver cuanto aguantamos”, ni de “ver cuanta gente se suma a la huelga”, sino de una


herramienta que permite que colectivos de trabajadores solidarios con la causa se acojan a ella para boicotear esporadicamente determinados servicios clave, y que en definitiva, cualquier trabajador (por ejemplo, todos aquellos que están en conflictos laborales o en proceso de despido), se puedan acoger a la protección de la Huelga para sumarse a los movilizados en el asedio. ○

De esta manera, los convocantes tampoco “se arriesgan” a que la Huelga sea “un fracaso”, porque no se puede contabilizar. Simplemente, con que 20 trabajadores aqui, 2 allí, 4 allá...puedan dejar en la estacada al empresario que quiere dejarlos en la cuneta, será un éxito. No hablemos si servicios como la recogida de basura de la capital, u otros, secundan la iniciativa en momentos puntuales.

“Contra la Miseria, por la Democracia y la Justicia Social”


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