Año XLVII - Domingo XIX del Tiempo Ordinario /C - 11 de Agosto de 2013
ENCIENDE LA LÁMPARA
Remesa V - Nº 39
E
l Señor llega. La aurora de cada día anuncia su presencia gloriosa. Su venida actual se revela en la huella de sus pasos por la historia del pueblo. Por eso, vigila con cuidado el camino de su llegada y enciende la lámpara de la fe, porque “la fe es la seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve”. Y no temas. Dios no es muerte, ni condenación. Dios es salvación y vida. Israel conoce su misericordia y canta mientras espera. Y en esa actitud de espera vive la seguridad de su liberación de toda servidumbre. Él hace pasar del mar de la muerte al camino de vida. Caminar en Dios es sentirse libre de toda esclavitud de pecado. Si eres creyente espera a Cristo con fe atenta y con amor “enamorado”. Las lámparas alzadas son signo de que tu vigilia está iluminada por la ilusión del encuentro salvador. Cuando tu corazón vela, toda hora es buena para recibir al Señor. Reafirmo. Las palabras de Jesús no son “Estén listos, con la túnica puesamenaza, sino advertencia. Advertencia ta y las lámparas encendidas” (Lc 12,35). amorosa y exigente. Las cosas no se dejan para el último momento. Las obligaciones se viven, día a día, con fidelidad y con la mente bien centrada, porque “donde está tu tesoro, allí está tu corazón”. El evangelio te invita a vigilar con atención, porque sería triste que llegara el Señor y te encontrara dormido en el sueño de la indiferencia. ¿Qué puesto ocupa Dios en tu vida? ¿Qué criterios orientan tus acciones? ¿Tu presencia en la comunidad anuncia tu fe en la venida del Señor? El Señor llega. Confía en Dios. Tu salvación está asegurada en Cristo. Vive con amor y fe. La espera del Señor da sentido a tu vida. Enciende la lámpara. El que viene con esplendor de gloria, ya está en ti acompañando tu historia. P. Antonio Gracia, pasionista Dichoso el pueblo escogido por Dios (Sal 32)
Nuestra Misa Monición
Domingo XIX del Tiempo Ordinario /C Hermanos. Nuestra vida es un camino hacia el Señor. La lámpara de la fe debe iluminar nuestro sendero. Y el fuego del amor animar en cada momento el encuentro. Este camino hacia el Señor debemos vivirlo con esperanza firme y en vigilancia perpetua. No podemos dejarnos enredar por realidades que nos aparten de Él. Administremos el tiempo y en la espera, soñemos lo mejor. Que en esta Eucaristía percibamos el paso del Señor.
1
Antífona de entrada
Acuérdate, Señor, de tu alianza: no olvides por más tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no olvides las voces de los que te buscan (Sal 73, 20.19.22.23).
2
Acto Penitencial
S Tú que no has venido a condenar sino a perdonar: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que has dicho que hay gran fiesta en el cielo por un pecador que se arrepiente : Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que perdonas mucho a quien mucho ama: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
3
Gloria
4
Oración colecta
Dios eterno y todopoderoso, a quien confiadamente podemos llamar ya Padre nuestro, haz crecer en nuestros corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que podamos gozar, después de esta vida, de la herencia que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.
5
1ª Lectura (Sab 18,6-9) Lectura del libro de la Sabiduría
La noche de la liberación pascual fue anunciada con anterioridad a nuestros padres, para que se confortaran al reconocer la firmeza de las promesas en que habían creído. Tu pueblo esperaba a la vez la salvación de los justos y el exterminio de sus enemigos. En efecto, con aquello mismo con que castigaste a nuestros adversarios nos cubriste de gloria a tus elegidos. Por eso, los piadosos hijos de un pueblo justo celebraron la Pascua en sus casas, y de común acuerdo se impusieron esta ley sagrada, de que todos los santos participaran por igual de los bienes y de los peligros. Y ya desde entonces cantaron los himnos de nuestros padres. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
6
Salmo responsorial (32)
L Dichoso el pueblo escogido por Dios. R Dichoso el pueblo escogido por Dios. L Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que eligió por suyo /R L Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida /R L En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en ti, Señor, hemos confiado /R
7
2ª Lectura (Heb 11,1-2.8-19) Lectura de la carta a los hebreos
Hermanos: La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven. Por ella fueron alabados nuestros mayores. Por su fe, Abraham, obediente al llamado de Dios, y sin saber a dónde iba, partió hacia la tierra que habría de recibir como herencia. Por la fe, vivió como extranjero en la tierra prometida, en tiendas de campaña, como Isaac y
Jacob, coherederos de la misma promesa después de él. Porque ellos esperaban la ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por su fe, Sara, aun siendo estéril y a pesar de su avanzada edad, pudo concebir un hijo, porque creyó que Dios habría de ser fiel a la promesa; y así, de un solo hombre, ya anciano, nació una descendencia numerosa como las estrellas del cielo e incontable como las arenas del mar. Todos ellos murieron firmes en la fe. No alcanzaron los bienes prometidos, pero los vieron y los saludaron con gozo desde lejos. Ellos reconocieron que eran extraños y peregrinos en la tierra. Quienes hablan así, dan a entender claramente que van en busca de una patria; pues si hubieran añorado la patria de donde habían salido, habrían estado a tiempo de volver a ella todavía. Pero ellos ansiaban una patria mejor: la del cielo. Por eso Dios no se avergüenza de ser llamado su Dios, pues les tenía preparada una ciudad. Por su fe, Abraham, cuando Dios le puso una prueba, se dispuso a sacrificar a Isaac, su hijo único, garantía de la promesa, porque Dios le había dicho: De Isaac nacerá la descendencia que ha de llevar tu nombre. Abraham pensaba, en efecto, que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; por eso le fue devuelto Isaac, que se convirtió así en un símbolo profético. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
8
Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. Estén preparados, porque no saben a qué hora va a venir el Hijo del hombre. R Aleluya (Mt 24,42.44).
9
Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 12,32-48)
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No temas, rebañito mío,
porque tu Padre ha tenido a bien darte el Reino. Vendan sus bienes y den limosnas. Consíganse unas bolsas que no se destruyan y acumulen en el cielo un tesoro que no se acaba, allá donde no llega el ladrón, ni carcome la polilla. Porque donde está su tesoro, ahí estará su corazón. Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos. Fíjense en esto: Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. Pues también ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre”. Entonces Pedro le preguntó a Jesús: “¿Dices esta parábola sólo por nosotros o por todos?” El Señor le respondió: “Supongan que un administrador, puesto por su amo al frente de la servidumbre, con el encargo de repartirles a su tiempo los alimentos, se porta con fidelidad y prudencia. Dichoso este siervo, si el amo, a su llegada, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que lo pondrá al frente de todo lo que tiene. Pero si este siervo piensa: ‘Mi amo tardará en llegar’ y empieza a maltratar a los criados y a las criadas, a comer, a beber y a embriagarse, el día menos pensado y a la hora más inesperada, llegará su amo y lo castigará severamente y le hará correr la misma suerte que a los hombres desleales. El servidor que, conociendo la voluntad de su amo, no haya preparado ni hecho lo que debía, recibirá muchos azotes; pero el que, sin conocerla, haya hecho algo digno de castigo, recibirá pocos.
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
10
Profesión de fe
11
Oración de los fieles
S La búsqueda del reino de Dios es la principal tarea de los discípulos. Oremos, para descubrir su riqueza y ponernos a su servicio. A Te lo pedimos, Señor L Nos afanamos en buscar tesoros efímeros y caducos. Para que nuestro empeño sea compartir los bienes del reino de Dios con los más necesitados: Roguemos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Las instituciones políticas y económicas están al servicio de las personas. Para que los responsables de estas instituciones no se sirvan de ellas en perjuicio de los ciudadanos: Roguemos al Señor A Te lo pedimos, Señor L El buen servicio depende de una buena elección. Para que se elijan personas honestas, calificadas y dispuestas a prestar servicios de calidad a los ciudadanos: Roguemos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Dios ha sido generoso con nosotros al repartir sus dones. Para que los pongamos al servicio de los más necesitados: Roguemos al Señor A Te lo pedimos, Señor (Peticiones libres) S Te pedimos, Señor, que nos hagas buenos servidores; y que cese la corrupción en los responsables de procurar un buen servicio al ciudadano. Por Jesucristo nuestro Señor.
12
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, estos dones que has puesto en manos de tu Iglesia, y con tu poder conviértelos en el sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
13
Plegaria Eucarística
14
Oración del Señor
S Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: R Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
15
Antífona de comunión
El pan que yo les daré es mi carne para vida del mundo, dice el Señor (Jn 6,51).
16
Oración d/de la comunión
Que la recepción de esta Eucaristía nos confirme, Señor, en tu amor y nos ayude a conseguir la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Liturgia de la Semana - 3ª Sem. del Salterio
(Del 12 al 18 de Agosto 2013)
12 Lunes, Feria o Memoria de Santa Juan Francisca de Chantal, Religiosa - Dt 10,12-22; Sal 147; Mt 17,22-27. 13 Martes, Feria o Mem.de los SS. Ponciano e Hipólito, Presbítero, Mártires - Dt 31,1-8; Sal (Dt 32); Mt 18,15.10.12-14. 14 Miércoles - San Maximiliano María Kolbe, Presbítero y Mártir, M - Dt 34,1-12; Sal 65; Mt 18,15-20. 15 Jueves - La Asunción de la Virgen María, S, - Ap 11,19; 12,1-6.10; Sal 44; 1Co 15,20-27; Lc 1,39-56. 16 Viernes - Feria o Memoria de San Esteban de Hungría - Jos 24,1-13; Sal 135; Mt 19,3-12. 17 Sábado - Feria o Santa María en sábado - Jos 24,14-29; Sal 15; Mt 19,13-15. 18 Domingo XX del Tpo. Ord. /C - Jer 38,4-6.8-10; Sal 39; Hb 12,1-4; Lc 12,49-53 - L.H.: 4ª Semana del Salterio.