Oremos abril 2014

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«OREMOS CON LA IGLESIA»

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Contiene: Laudes, Vísperas, Completas y Comentario a la Palabra de Dios

Año IX - Nro. 101 - Abril 2014 Director: P. Martino Maccapani, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Subdirector: P. Guillermo Pachón, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinadora: July Zambrano P. Antonio Danoz, Redentorista, Resumen del Santo del día Telf.: 481.35.40 P. Antonio Danoz, Redentorista Comentario a la Palabra de Dios Portada: Adrián Rodríguez

Equipo de Revisión, Correcciones: J. Zambrano Diagramación: Dora González Pedidos por suscripción: Telfs.: (0212) 962.73.33 - 962.73.87 -963.73.90 Fax 962.73.89 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Precio unitario Bs.F. 40,00 Administración: Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Depósito legal: pp200502CS1934

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Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Abril 2014 Universal: Ecología y justicia. Para que los gobernantes promuevan el cuidado de la creación y la justa distribución de los bienes y recursos naturales. Evangelización: Esperanza para quien sufre. Para que el Señor Resucitado llene de esperanza el corazón de quienes sufren el dolor y la enfermedad.


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Calendario Litúrgico - Abril 2014, Ciclo “A” 1 de Abril - Martes, Feria, IV Semana de Cuaresma - Ez 47,1-9.12; Sal 45; Jn 5,1-3.5-16. 2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Semana de Cuaresma, Conm. de San Francisco de Paula, ermitaño - Is 49,815; Sal 144; Jn 5,17-30. 3 de Abril - Jueves, Feria, IV Semana de Cuaresma - Éx 32,7-14; Sal 105; Jn 5,31-47. 4 de Abril - Viernes, Feria, IV Semana de Cuaresma, Conm. de San Isidoro, Ob. y Doc. - Sab 2,1.12-22; Sal 33; Jn 7,1-2.10.25-30. 5 de Abril - Sábado, Feria, IV Semana de Cuaresma o Conm. de San Vicente Ferrer, Presbítero - Jer 11,18-20; Sal 7; Jn 7,40-53. 6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A - Ez 37,12-14; Sal 129; Rom 8,8-11; Jn 11,1-45. 7 de Abril - Lunes, Feria, V Semana de Cuaresma, Conm. de San Juan Bautista de la Salle, Presbítero - Dn 13,1-9.1517.19-30.33-62; Sal 22; Jn 8,1-11. 8 de Abril - Martes, Feria, V Semana de Cuaresma - Núm 21,4-9; Sal 101; Jn 8,21-30. 9 de Abril - Miércoles, Feria, V Semana de Cuaresma - Dan 3,14-20.4950.91-92.95; Sal (Dn 3); Jn 8,31-42. 10 de Abril - Jueves, Feria, V Semana de Cuaresma - Gén 17,3-9; Sal 104; Jn 8,51-59. 11 de Abril - Viernes, Feria, V Semana de Cuaresma, Conm. de Nuestra Señora de los Dolores - Jer 20,10-13; Sal 17; Jn 10,31-42. 12 de Abril - Sábado, Feria, V Semana de Cuaresma - Ez 37,21-28; Sal (Jer 31); Jn 11,45-56. 13 de Abril - Domingo de Ramos /A Bendición de las Palmas: Mt 21,1-11 - Misa: Is 50,4-7; Sal 21; Flp 2,6-11; Mt 26,14-27,66. 14 de Abril - Lunes Santo - Is 42,1-7; Sal 26; Jn 12,1-11. 15 de Abril - Martes Santo - Is 49,1-6; Sal 70; Jn 13,21-33.36-38.

16 de Abril - Miércoles Santo - Is 50,4-9; Sal 68; Mt 26,14-25. 17 de Abril - Jueves Santo - Is 61,1-3.6.89; Sal 88; Ap 1,5-8; Lc 4,16-21. 18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor - Is 52,13-53,12; Sal 30; Heb 4,14-16; 5,7-9; Jn 18,1-19,42. 19 de Abril - Sábado Santo, Vigilia Pascual de la Resurrección del Señor - Gén 1,1-2,2; Sal 103; Gén 22,1-18; Sal 15; Éx 14,15-15,1; Sal (Éx 15); Is 54,514; Sal 29; Is 55,1-11; Sal (Is 12); Bar 3,9-15.32-4,4; Sal 18; Ez 36,16-28; Sal 41 y 42; Rom 6,3-11; Sal 117; Mt 28,1-10. 20 de Abril - Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor /A He 10,34.37-43; Sal 117; Col 3,1-4; Secuencia; Jn 20,1-9. 21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua - He 2,14.22-33; Sal 15; Mt 28,815. 22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua - He 2,36-41; Sal 32; Jn 20,1118. 23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua - He 3,1-10; Sal 104; Lc 24,1335. 24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua - He 3,11-26; Sal 8; Lc 24,35-48. 25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua - He 4,1-12; Sal 117; Jn 21,1-14. 26 de Abril - Sábado de la Octava de Pascua - He 4,13-21; Sal 117; Mc 16,915. 27 de Abril - II Domingo de Pascua de la Divina Misericordia /A - He 2,42-47; Sal 117; 1Pe 1,3-9; Jn 20,19-31. 28 de Abril - Lunes, Feria o Memoria de San Pedro Chanel, Presbítero - He 4,23-31; Sal 2; Jn 3,1-8. 29 de Abril - Martes, Santa Catalina de Siena, Virgen y Doctora - He 4,32-37; Sal 92; Jn 3,7-15. 30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V, Papa - He 5,17-26; Sal 33; Jn 3,16-21.


Textos comunes

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Oración de la Mañana - Laudes Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. (En forma opcional se dice luego el salmo 94 (o bien el salmo 23, 99, o el 66)

Antífona (para el salmo invitatorio): Entremos a la presencia del Señor, dándole gracias.

Salmo 94 Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/ entremos a su presencia dándole gracias,/ aclamándolo con cantos.

Gloria al Padre, y al Hijo,/ y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre, /por los siglos de los siglos. Amén. Se repite la antífona

o bien el Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes: /él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. Se repite la antífona

Se repite la antífona

¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro?

Porque el Señor es un Dios grande,/ soberano de todos los dioses:/ tiene en su mano las simas de la tierra,/ son suyas las cumbres de los montes./ Suyo es el mar, porque él lo hizo,/ la tierra firme que modelaron sus manos.

El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación.

Se repite la antífona

Se repite la antífona

Venid, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro./ Porque él es nuestro Dios,/ y nosotros su pueblo,/ el rebaño que él guía.

Éste es el grupo que busca al Señor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob.

Se repite la antífona

Ojalá escuchéis hoy su voz:/ «No endurezcáis el corazón como en Meribá,/ como el día de Masá en el desierto:/ cuando vuestros padres me pusieron a prueba,/ y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Se repite la antífona

Durante cuarenta años/ aquella generación me repugnó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado,/ que no reconoce mi camino;/ por eso he jurado en mi cólera/ que no entrarán en mi descanso». Se repite la antífona

Se repite la antífona

Se repite la antífona

¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra. Se repite la antífona

¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Se repite la antífona


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Textos comunes

o bien el Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. Se repite la antífona

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona

Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. Se repite la antífona

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona

La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe.

o bien el Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Se repite la antífona

Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Se repite la antífona

Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos, /dándole gracias y bendiciendo su nombre:

«El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Cántico de Zacarías (Lc 1,68-79) (cántico de la mañana) Bendito sea el Señor, Dios de Israel, /porque ha visitado y redimido a su pueblo,/ suscitándonos una fuerza de salvación/ en la casa de David, su siervo,/ según lo había predicho desde antiguo/ por boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos/ y de la mano de todos los que nos odian;/ ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,/ recordando su santa alianza/ y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor,/ arrancados de la mano de los enemigos,/ le sirvamos con santidad y justicia,/ en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,/ porque irás delante del Señor /a preparar sus caminos,/ anunciando a su pueblo la salvación,/ el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,/ nos visitará el sol que nace de lo alto,/ para iluminar a los que viven en tinieblas/ y en sombras de muerte,/ para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Oración de la Tarde - Vísperas Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (T.P. Aleluya). Cántico de la Sma. Virgen María (Lc 1,46-55) (cántico de la tarde) Proclama mi alma la grandeza del Señor,/ se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;/ porque ha mirado la humillación de su esclava.


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Textos comunes

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,/ porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:/ su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:/ dispersa a los soberbios de corazón, / derriba del trono a los poderosos/ y enaltece a los humildes,/ a los hambrientos los colma de bienes/ y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,/ acordándose de su misericordia/ —como lo había prometido a nuestros padres—/ en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora

y siempre,/ por los siglos de los siglos. Amén.

Conclusión - Laudes y Vísperas Si el que preside es un presbítero o un diácono, bendice con la fórmula siguiente:

El Señor esté con ustedes./ Y con tu espíritu./ La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros./ Amén. Si se despide a la asamblea, se añade:

Pueden ir en paz./ Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye:

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Himnos - Domingos de Cuaresma I Vísperas Insigne defensor de nuestra causa,/ Señor y Salvador de pueblo humano,/ acoge nuestras súplicas humildes,/ perdona nuestras culpas y pecados. El día con sus gozos y sus penas/ pasó dejando huellas en el alma,/ igual que nuestros pies en su camino/ dejaron en el polvo sus pisadas. No dejes de mirarnos en la noche,/ dormida nuestra vida en su regazo;/ vigila el campamento de los hombres,/ camino de tu reino ya cercano. Ahuyenta de tu pueblo la zozobra,/ sé nube luminosa en el desierto,/ sé fuerza recobrada en el descanso,/ mañana y horizonte siempre abierto. Bendice, Padre Santo, la tarea/ del pueblo caminante en la promesa;/ llegamos a Emaús, tu Hijo amando/ nos parta el pan y el vino en la cena. Amén.

Laudes Oh sol de salvación, oh Jesucristo, / alumbra lo más hondo de las almas, /en

tanto que la noche retrocede, /y el día sobre el mundo se levanta. Junto con este favorable tiempo danos ríos de lágrimas copiosas, /para alabar el corazón que, ardiendo /en jubilosa caridad, se inmola. La fuente que hasta ayer manó delitos /ha de manar desde hoy perenne llanto, /si con la vara de la penitencia /el pecho empedernido es castigado. Ya se avecina el día, el día tuyo, / volverá a florecer el universo; / compartamos su gozo los que fuimos / devueltos por tu mano a tus senderos. Oh Trinidad clemente, que te adoren /tierra y cielo a tus pies arrodillados, /y que nosotros por tu gracia nuevos, / cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén.

II Vísperas Oh bondadoso Creador, escucha/ la voz de nuestras súplicas y el llanto/ que, mientras dura el sacrosanto ayuno/ de estos cuarenta días, derramamos.


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Textos comunes

A tí, que escrutas nuestros corazones/ y que conoces todas sus flaquezas/ nos dirigimos para suplicarte/ la gracia celestial de tu indulgencia.

Haz que, contigo ya reconciliados, podamos dominar a nuestros cuerpos, y, llenos de tu amor y de tu gracia, no pequen más los corazones nuestros.

Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,/ pero estamos, al fin, arrepentidos,/ y te pedimos, por tu excelso nombre,/ que nos cures los males que sufrimos.

Oh Trinidad Santísima, concédenos, oh simplicísima Unidad, otórganos que los efectos de la penitencia de estos días nos sean provechosos. Amén.

Himnos - Días de Feria de Cuaresma Laudes Cuando vuelto hacia ti de mi pecado/ iba pensando en confesar sincero/ el dolor desgarrado y verdadero/ del delito de haberte abandonado; Cuando pobre volvíme a ti humillado,/ me ofrecí como inmundo pordiosero;/ cuando, temiendo tu mirar severo,/ baje los ojos; me sentí abrazado. Sentí mis labios por tu amor sellados/ y ahogarse entre tus lágrimas divinas/ la triste confesión de mis pecados. Llenóse el alma en luces matutinas,/ y viendo ya mis males perdonados,/ quise para mi frente tus espinas. Amén.

Vísperas

Heme, Señor, a tus divinas plantas,/ baja la frente y de rubor cubierta,/ porque mis culpas son tales y tantas,/ que tengo miedo a tus miradas santas/ y el pecado mío a respirar no acierta. Más ¡ay!, que renunciar la lumbre hermosa/ de esos divinos regalados

ojos/ es condenarme a noche tenebrosa;/ y esa noche es horrible, es espantosa/ para el que gime ante tus pies de hinojos. Dame licencia ya, Padre adorado,/ para mirarte y moderar mi miedo;/ mas no te muestres de esplendor cercado;/ muéstrate, Padre mío, en cruz clavado,/ porque sólo en la cruz mirarte puedo. Amén. Es su voz y su amor el que nos llama/ en la voz del pastor que él ha elegido,/ es su amor infinito el que nos ama/ en la entrega y amor de este otro cristo. Conociendo en la fe su fiel presencia,/ hambrientos de verdad y luz divina,/ sigamos al pastor que es providencia/ de pastos abundantes que son vida. Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,/ manda siempre a tu mies trabajadores;/ cada aurora, a la puerta del aprisco,/ nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.

Himnos - Domingos de Pascua I Vísperas Revestidos de blancas vestiduras,/ vayamos al banquete del Cordero/ y, terminado el cruce del mar Rojo,/ alcemos nuestro canto al Rey eterno. La caridad de Dios es quien nos brinda/ y quien nos da a beber su sangre propia,/ y el Amor sacerdote es quien se ofrece/ y quien los miembros de su cuerpo inmola. Las puertas salpicadas con tal sangre/ hacen temblar al ángel vengativo,/ y el mar


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Textos comunes

deja pasar a los hebreos/ y sumerge después a los egipcios. Ya el Señor Jesucristo es nuestra pascua,/ ya el Señor Jesucristo es nuestra víctima:/ el ázimo purísimo y sincero/ destinado a las almas sin mancilla. Oh verdadera víctima del cielo,/ que tiene a los infiernos sometidos,/ ya rotas las cadenas de la muerte,/ y el premio de la vida recibido. Vencedor del averno subyugado,/ el Redentor despliega sus trofeos/ y, sujetando al rey de las tinieblas,/ abre de par en par al alto cielo. Para que seas, oh Jesús, la eterna/ dicha pascual de nuestras almas limpias,/ líbranos de la muerte del pecado/ a los que renacimos a la vida. Gloria sea a Dios Padre y a su Hijo,/ que de los muertos ha resucitado,/ así como también al sacratísimo/ Paracleto, por tiempo ilimitado. Amén.

Laudes Estaba al alba María,/ llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre/ y amaneció el primer día./ Envuelto en la blanca túnica/ de su propia luz divina/ —la sábana de la muerte/ dejada en tumba vacía—, Jesús, alzado, reinaba;/ pero ella no lo veía. Estaba al alba María,/ la fiel esposa que aguarda.

Mueve el Espíritu al aura/ en el jardín de la vida./ Las flores huelan la Pascua/ de la carne sin mancilla,/ y quede quieta la esposa/ sin preguntas ni fatiga./ ¡Ya está delante el esposo,/ venido de la colina! Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. Amén.

II Vísperas Al fin será la paz y la corona,/ los vítores, las palmas sacudidas,/ y un aleluya inmenso como el cielo/ para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de hombres,/ sin muerte, sin pecado, envidia;/ será el amor perfecto encuentro,/ será como quien llora alegría.

los sin del de

Porque hoy remonta el vuelo el sepultado/ y va por el sendero de la vida/ a saciarse de gozo junto al Padre/ y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba,/ lo abrazaban, hablaba, compartía;/ y escondido la Iglesia lo contempla,/ lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada,/ y ya es nuestra la historia que principia,/ nuestros son los laureles de su frente,/ aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados/ sumisos al Espíritu se rindan,/ y dejen paso a Cristo omnipotente,/ a quien gozoso el mundo glorifica. Amén.

Himnos - Días de Ferias de Pascua Laudes

La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó/ del todo, hasta que quedó /en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/


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Textos comunes - Oración de la Noche - Completas

porque flor de fruto es ésta./ Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo, ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegamos junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Amén.

Vísperas Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el

secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor. Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillará en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada:/ resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén.

ORACIÓN DE LA NOCHE - Completas En el espíritu de la reforma del Concilio, la oración de completas es presentada como la oración conclusiva de la jornada del cristiano. Es una oración de recogimiento antes del reposo de la noche (aunque sea después de medianoche). Está impregnada de intimidad y de silencio, propio de la noche. Más que una oración de alabanza, se puede decir que las completas son una súplica de protección y una petición de defensa espiritual contra los peligros de la noche.

INVOCACIÓN INICIAL V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén (T.P. Aleluya). EXAMEN DE CONCIENCIA

Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial, de la siguiente forma:

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Todos examinan en silencio su conciencia. Terminado el examen se añade una de las siguientes fórmulas penitenciales:

I Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.


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Oración de la Noche - Completas

V R V R

II Señor, ten misericordia de nosotros, Porque hemos pecado contra ti. Muéstranos, Señor, tu misericordia. Y danos tu salvación.

III V Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). V Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros). R Cristo, ten piedad (de nosotros). V Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros). Pueden usarse otras invocaciones penitenciales. Si preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución siguiente; en caso contrario, la dicen todos:

V El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R Amén. HIMNOS A continuación se dice uno de los himnos siguientes:

Tiempo Cuaresma: Cuando llegó el instante de tu muerte inclinaste la frente hacia la tierra, como todos los mortales; mas no eras tú el hombre derribado, sino el Hijo que muerto nos contempla. Cuando me llegue el tránsito esperado y siga sin retorno por mi senda, como todos los mortales, el sueño de tu rostro será lumbre y tu gloria mi gloria venidera. El silencio sagrado de la noche tu paz y tu venida nos recuerdan, Cristo, luz de los mortales; acepta nuestro sueño necesario como secreto amor que a ti se llega. Amén. O bien: Tú, quien he buscado, Señor,

en este día, a quien he escuchado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien he cantado, Señor, en este día, a quien he orado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien yo he negado, Señor, en este día, a quien he amado, dame el reposo de esta noche. Amén. Tiempo Pascual: El corazón se dilata sin noche en tu santo cuerpo, oh morada iluminada, mansión de todo consuelo. Por tu muerte sin pecado, por tu descanso y tu premio, en ti, Jesús, confiamos, y te miramos sin miedo. Como vigilia de amor te ofrecemos nuestro sueño;


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Oración de la Noche - Completas

tú que eres el paraíso, danos un puesto en tu reino. Amén. O bien: En ti, Señor, reposan nuestras vidas en el descanso santo de la noche; tú nos preparas para la alborada y en el Espíritu Santo nos acoges. En apartadas y lejanas tierras el sol ha despertado las ciudades; amigo de los hombres, ve sus penas y ensancha de tu amor los manantiales. Vencedor de la muerte y de las sombras, Hijo eterno de Dios, resucitado, líbranos del peligro de la noche al dormirnos confiados en tus brazos. Amén. Pueden usarse también, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.

SALMODIA

La salmodia para Completas se encuentra en la página 12, después del Salterio en cuatro semanas. Los domingos y solemnidades, después de las I Vísperas, se dice el salmo 4 y el 133; después de las II Vísperas, se dice el salmo 90. En los días dentro de la octava de Navidad se dicen las Completas del domingo, escogiendo las de después de las I Vísperas o las de después de las II Vísperas, según se prefiera. Los demás días, se dicen los salmos y antífonas señalados para cada día de la semana en el Salterio de Completas. Pueden, sin embargo, sustituirse las Completas de cualquier día por las del domingo, para comodidad, sobre todo, de los que quisieren recitarlas de memoria. En este caso, puede tomarse cualquiera de las dos Completas del domingo, tanto las que se dicen después de las I Vísperas, como las que se dicen después de las II Vísperas.

LECTURA BREVE

Se hace luego la lectura breve, que se toma del Salterio de Completas y del mismo día del cual se tomaron los salmos; después se recita el responsorio breve.

RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.


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Oración de la Noche - Completas

V Tú, el Dios leal, nos librarás. Aleluya, aleluya. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. (T.P. Aleluya). Oración La oración conclusiva se toma del Salterio de Completas. Antes de ella se dice Oremos y al final de ella se responde Amén. CONCLUSIÓN Bendición Después de la oración conclusiva se dice la siguiente bendición, incluso cuando el Oficio lo reza una sola persona:

V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. Antífona final de la Santísima Virgen Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.

Tiempo de Cuaresma I Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen. Recibe el saludo del ángel Gabriel,

y ten piedad de nosotros, pecadores. II Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.


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Oración de la Noche - Completas

III Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! IV Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Tiempo pascual Reina del cielo, alégrate, aleluya, porque Cristo, a quien llevaste en tu seno, aleluya, ha resucitado, según su palabra, aleluya. Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

Completas ORACIÓN PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO Para el rezo de Completas pueden usarse los formularios asignados a cada día de la semana en este Salterio de Completas. Si se prefiere, también pueden usarse, en cualquier día, los formularios señalados para después de las I o II Vísperas del domingo, en cuyo caso debe decirse como oración conclusiva la segunda de las dos oraciones que figuran en dichos formularios de domingo.

DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS I VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya, aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: An. 1 - Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 4 Escúchame cuando te invoco. Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?


Oración de la Noche - Completas

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Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú. Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. Tiempo de Cuaresma: Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración Antífona 2 - Durante la noche, bendecid al Señor. Salmo 133 Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor: Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión: el que hizo cielo y tierra. Tiempo de Cuaresma: Ant. Durante la noche, bendecid al Señor. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Dt 6, 4-7 Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.


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Oración de la Noche - Completas

R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Después de las I Vísperas del domingo: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, pág. 11

DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS II VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya).


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Oración de la Noche - Completas

Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. Tiempo pascual: Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 90 Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.

No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación». Tiempo de Cuaresma: Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará a ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


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Oración de la Noche - Completas

R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CANTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Después de las II Vísperas del domingo: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Después de las II Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11


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Oración de la Noche - Completas

LUNES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Ant.: Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. Tiempo pascual: Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 85 Inclina tu oído. Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas.

Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre, por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste, del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí.

No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.»

Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.

Tiempo de Cuaresma: Ant. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1Tes 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.


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Oración de la Noche - Completas

RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11


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Oración de la Noche - Completas

MARTES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Ant.: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. Tiempo pascual: Ant,: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.

El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro, me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.

Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana.

Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento.

No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa.

En la mañana hazme escuchar tu gracia, ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.

Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Tiempo de Cuaresma: Ant.: No me escondas tu rostro, ya que confío en ti. Tiempo pascual: Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.


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Oración de la noche - Completas

Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11

MIÉRCOLES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Antífona 1 - Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya.


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Oración de la noche - Completas

Salmo 30, 2-6 A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Tiempo de Cuaresma: Ant. Sé tú, Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve. Antífona 2 - Desde lo hondo a ti grito, Señor +. Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor;

+ Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Tiempo de Cuaresma: Ant. Desde lo hondo a ti grito, Señor. Tiempo pascual: aleluya.

Aleluya,

aleluya,

LECTURA BREVE Ef 4, 26-27 No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya.


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Oración de la Noche - Completas

CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11

JUEVES

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Antífona 1 - Mi carne descansa serena. Tiempo pascual: : Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen.

Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa;


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Oración de la Noche - Completas

mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena.

Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Tiempo de Cuaresma: Ant. Mi carne descansa serena. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE 1Tes 5, 23 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).


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Oración de la Noche - Completas

Oración Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11

VIERNES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era (T.P. Aleluya). Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9

SALMODIA Tiempo de Cuaresma: Ant.: Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Tiempo pascua: Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 87 Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; + llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor.

Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar.

Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido.

Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti. ¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano.

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido?

Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas.

Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?


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Oración de la Noche - Completas

Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido: me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una;

alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas.

Tiempo de Cuaresma: Ant. Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia. Tiempo pascual: Aleluya, aleluya, aleluya.

LECTURA BREVE Jer 14,9 Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro. RESPONSORIO BREVE Tiempo de Cuaresma: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Tiempo Pascual: V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).


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Oración de la Noche - Completas

Oración Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11

LA LITURGIA DEL DOMINGO DE RAMOS La liturgia del Domingo de Ramos es una de las más intensas de la Semana Santa y del año litúrgico que junto con las del Jueves Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección forman las celebraciones principales del año. El Domingo de Ramos es un día alegre y triste a la vez. La liturgia del Domingo de Ramos comienza con la bendición de las palmas y ramas de olivo. Los sacerdotes entran en procesión (la cual suele ser más larga que lo habitual) a celebrar la Misa. El color de éste día es el rojo, que representa a Jesús como rey en su entrada triunfal en Jerusalén (el rojo es color de reyes) y la Pasión del Señor (el rojo es el color de la sangre), celebrándose ambas en éste día. Al comienzo de la celebración, el sacerdote viste de procesional (con capa pluvial roja), despojándose de ella al llegar al altar y colocándose la casulla roja, vestimenta propia de la Eucaristía. Se da la bienvenida y se lee el Evangelio de la entrada triunfal en Jerusalén. A continuación se bendicen las palmas y ramas de olivo que llevan en sus manos los fieles. Una vez se han bendecido las palmas y ramos de olivo, comienza la procesión de ramos, procesión litúrgica que forma parte de la liturgia del Domingo de Ramos, y que rememora la entrada triunfal del Señor en la ciudad de Jerusalén tal y como lo relatan los Evangelios. “Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de sus discípulos, y les dijo: entrad en la aldea y luego que entréis en ella, hallareis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decir que el Señor lo necesita, y que luego lo devolverá. Fueron, y hallaron el pollino atado afuera a la puerta, en el recodo del camino, y lo desataron. Y unos de los que estaban ahí les dijeron: ¿Qué hacen desatando el pollino? Ellos entonces les dijeron como Jesús había mandado; y los dejaron ir. Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él. También muchos tendían sus mantos por el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían por el camino. Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas! Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce” (Mateo 21, 1-11).


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1 de Abril - Martes, Feria, IV Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El profeta Ezequiel presenta la figura del templo, del que brotan ríos de agua en todas direcciones. Los árboles que se encuentran en los márgenes de esos ríos dan cosechas abundantes. Del templo manan los torrentes de agua, los ríos caudalosas, los árboles exuberantes de frutos, son el símbolo de la renovación total del pueblo de Dios y de cada persona. Alimentémonos de las fuentes de la gracia, que manan de Jesús resucitado, para dar frutos abundantes, de amor, de justicia y santidad.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.

Salmo 100 Voy a cantar la bondad y la justicia,/ para ti es mi música, Señor;/ voy a explicar el camino perfecto:/ ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré con rectitud de corazón/ dentro de mi casa;/ no pondré mis ojos / en intenciones viles. Aborrezco al que obra mal,/ no se juntará conmigo;/ lejos de mí el corazón torcido,/ no aprobaré al malvado. Al que en secreto difama a su prójimo/ lo haré callar;/ ojos engreídos, corazones arrogantes/ no los soportaré.

Cada mañana haré callar/ a los hombres malvados,/ para excluir de la ciudad del Señor/ a todos los malhechores. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - No nos desampares, Señor, para siempre.

Cántico Dan

3, 26-27. 29. 34-41

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,/ digno de alabanza y glorioso es tu nombre. Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros/ y todas tus obras son verdad,/ y rectos tus caminos,/ y justos todos tus juicios. Hemos pecado y cometido iniquidad/ apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido./ Por el honor de tu nombre,/ no nos desampares para siempre,/ no rompas tu alianza,/ no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abraham, tu amigo,/ por Isaac, tu siervo,/ por Israel, tu consagrado,/ a quienes prometiste/ multiplicar su descendencia/ como las estrellas del cielo,/ como la arena de las playas marinas.

Pongo mis ojos en los que son leales,/ ellos vivirán conmigo;/ el que sigue un camino perfecto,/ ése me servirá.

Pero ahora, Señor, somos el más pequeño/ de todos los pueblos;/ hoy estamos humillados por toda la tierra/ a causa de nuestros pecados.

No habitará en mi casa/ quien comete fraudes;/ el que dice mentiras/ no durará en mi presencia.

En este momento no tenemos príncipes,/ ni profetas, ni jefes;/ ni holocausto, ni sacrificios,/ ni ofrendas,


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1 de Abril - Martes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

ni incienso;/ ni un sitio donde ofrecerte primicias,/ para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito,/ y nuestro espíritu humilde,/ como un holocausto de carneros y toros/ o una multitud de corderos cebados;

vestiduras, y convertíos al Señor, vuestro Dios, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.

Responsorio breve

que éste sea hoy nuestro sacrificio,/ y que sea agradable en tu presencia:/ porque los que en ti confían/ no quedan defraudados.

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador.

Ahora te seguimos de todo corazón,/ te respetamos y buscamos tu rostro. Gloria y antífona 2

V Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Antífona 3 - Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.

Salmo 143, 1-10 Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa. Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos. Extiende la mano desde arriba: / defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David tu siervo. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Jl 2, 12-13

Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad vuestros corazones y no vuestras

V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: El que me curó me dijo: «Toma tu camilla y vete en paz».

Preces Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que nos dio a su Hijo unigénito, Palabra hecha carne, para que vivamos de ella, e invoquémoslo, diciendo: Que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda su riqueza. Concédenos escuchar con más frecuencia tu palabra en este tiempo cuaresmal, * para que en la gran solemnidad que se avecina nos unamos con mayor fervor a Cristo, nuestra Pascua. Que tu Espíritu Santo nos asista, * para que seamos testigos de tu verdad y de tu bondad ante los vacilantes y equivocados. Concédenos vivir más profundamente el misterio de Cristo, * para que podamos dar testimonio de él con más fuerza y claridad. En este tiempo de penitencia, Señor, renueva y purifica a tu Iglesia, * para que se manifieste con más claridad como signo de salvación. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a decir: Padre nuestro.


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1 de Abril - Martes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Oración Señor, que las saludables prácticas de la Cuaresma dispongan los corazones de tus hijos, para que celebren dignamente el misterio pascual y extiendan por

todas partes el anuncio de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El evangelio de Juan narra la sanación de un paralítico al lado de una piscina. Jesús pronunció un mensaje salvador: “Levántate y echa a andar” (Jn 5,8). No es una palabra mágica. Se trata de la fuerza sanadora que salía de la persona de Jesús. El paralítico somos hoy nosotros. Acerquémonos a Jesús para escuchar de sus labios: “Levántate y echa a andar”.Nos queda aún camino por recorrer hasta “levantarnos”con él en la mañana de Pascua.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.

Salmo 136, 1-6

Junto a los canales de Babilonia/ nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;/ en los sauces de sus orillas/ colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron/ nos invitaban a cantar;/ nuestros opresores, a divertirlos:/ «Cantadnos un cantar de Sión». ¡Cómo cantar un cántico del Señor/ en tierra extranjera!/ Si me olvido de ti, Jerusalén,/ que se me paralice la mano derecha; que se me pegue la lengua al paladar/ si no me acuerdo de ti,/ si no pongo a Jerusalén/ en la cumbre de mis alegrías. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.

Salmo 137

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;/ delante de los ángeles tañeré para ti,/ me postraré hacia tu santuario,/ daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad,/ porque tu promesa supera a tu fama;/ cuando te invoqué, me escuchaste,/ acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra/ al escuchar el oráculo de tu boca;/ canten los caminos del Señor,/ porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde,/ y de lejos conoce al soberbio. Cuando camino entre peligros,/ me conservas la vida;/ extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,/ y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo:/ Señor, tu misericordia es eterna,/ no abandones la obra de tus manos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder,/


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1 de Abril - Martes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

Lectura breve Stgo 2, 14. 17. 18b Hermanos, ¿qué provecho saca uno con decir: «Yo tengo fe», si no tiene obras? ¿Podrá acaso salvarlo la fe? La fe, si no va acompañada de las obras, está muerta en su soledad. Pruébame tu fe sin obras que yo por mis obras te probaré mi fe.

Preces

Oremos a Jesús, el Señor, que levantado en la cruz atrae a todos hacia él, y digámosle: Atrae, Señor, a todos hacia ti. Señor, que la luz con que resplandece el misterio de la cruz atraiga a todos los hombres, * para que te reconozcan como camino, verdad y vida. Da tu agua viva a todos los sedientos de verdad, * para que su sed quede eternamente saciada. Ilumina a los científicos y a los artistas, * para que el progreso sea también camino de salvación. Mueve los corazones de los que se apartaron de ti a causa del pecado o del escándalo, * para que se conviertan a ti y permanezcan en tu amor. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Admite en tu reino a todos los difuntos, * para que se alegren eternamente con la Virgen María y con todos los santos.

Responsorio breve

Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir: Padre nuestro.

V Señor, ten misericordia. R Sáname, porque he pecado contra ti.

Oración

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ya ves que estás curado; no vuelvas a pecar más, no sea que te suceda algo peor.

Señor, que las saludables prácticas de la Cuaresma dispongan los corazones de tus hijos, para que celebren dignamente el misterio pascual y extiendan por todas partes el anuncio de tu salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En este tiempo de oración nos encontramos con Jesús en este espacio reservado a la oración. Jesús nos dirige la advertencia que hizo al paralítico: “Mira, estás sanado. No vuelvas a pecar, no te vaya a suceder algo peor” (Jn 5,14). Toda la Cuaresma es un proceso de sanación. Jesús nos sana para que no volvamos a la situación de tullidos, que nos incapacita para seguirlo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Martes, pág. 19)


2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Sem. de Cuaresma

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LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 5,1-3.5-16 Por las avenidas y plazas, en las esquinas de las calles, mendigos de salud, de amor y de esperanza, alargan su mano pedigüeña, que tanto molesta al rico, al poderoso, golpeándoles la conciencia. El pobre, el enfermo, Señor, siempre esperan que una mano amiga ponga remedio a su impotencia. Pasaron treinta y ocho, como si son cincuenta; el pobre, el enfermo, permanecen ahí; que no pasemos, Señor, de largo frustrando su esperanza. P. Antonio Danoz, redentorista

2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Ante el Señor confesamos esta mañana, como el pueblo de Israel: “Hemos pecado contra el Señor” (Núm 21,7). Acuden a Moisés para que los libre de las serpientes venenosas. Dios les ofreció como signo de liberación una serpiente de bronce alzada en lo alto de un palo. Este mismo signo lo utilizará san Juan para referirse a la muerte y resurrección de Jesús. Quien lo contemple con fe obtendrá la salvación.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. +

Salmo 107 Dios mío, mi corazón está firme,/ + para ti cantaré y tocaré, gloria mía./ Despertad, cítara y arpa,/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor,/ tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.


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2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria;/ para que se salven tus predilectos,/ que tu mano salvadora nos responda. Dios habló en su santuario: /«Triunfante ocuparé Siquén,/ parcelaré el valle de Sucot;/ mío es Galaad, mío Manasés,/ Efraím es yelmo de mi cabeza,/ Judá es mi cetro; Moab, una jofaina para lavarme,/ sobre Edom echo mi sandalia,/ sobre Filistea canto victoria». Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,/ quien me conducirá a Edom, /si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado/ y no sales ya con nuestras tropas? Auxílianos contra el enemigo,/ que la ayuda del hombre es inútil;/ con Dios haremos proezas,/ Él pisoteará a nuestros enemigos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me ha revestido de justicia y santidad.

Cántico

Is 61, 10—62, 5

Desbordo de gozo en el Señor,/ y me alegro con mi Dios:/ porque me ha vestido un traje de gala/ y me ha envuelto en un manto de triunfo,/ como a un novio que se pone la corona,/ o a una novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes,/ como un jardín hace brotar sus semillas,/ así el Señor hará brotar la justicia/ y los himnos, ante todos los pueblos. Por amor de Sión no callaré,/ por amor de Jerusalén no descansaré,/ hasta que despunte la aurora de su justicia/ y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia,/ y los reyes, tu gloria;/ te pondrán un nombre nuevo/ pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor/ y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada»;/ ni a tu tierra, «Devastada»;/ a ti te llamarán «Mi favorita», /y a tu tierra, «Desposada»,/ porque el Señor te prefiere a ti,/ y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia,/ así te desposa el que te construyó;/ la alegría que encuentra el marido con su esposa,/ la encontrará tu Dios contigo. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabaré al Señor mientras viva.

Salmo 145 Alaba, alma mía, al Señor:/ alabaré al Señor mientras viva,/ tañeré para mi Dios mientras exista. No confiéis en los príncipes,/ seres de polvo que no pueden salvar; /exhalan el espíritu y vuelven al polvo,/ ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,/ el que espera en el Señor, su Dios,/ que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él; que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,/ el Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos;/ sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente,/ tu Dios, Sión, de edad en edad. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Dt 7, 6. 8-9

El Señor, tu Dios, te eligió para que fueras, entre todos los pueblos de la tierra, el pueblo de su propiedad. Por el amor que os tiene y por mantener el juramento que había hecho a vuestros padres, os sacó de Egipto con mano fuerte y os rescató de la esclavitud,


2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Sem. de Cuaresma

del dominio del Faraón, rey de Egipto. Así conocerás que el Señor, tu Dios, es el Dios verdadero, el Dios fiel que mantiene su alianza y su favor, por mil generaciones, con los que lo aman y guardan sus preceptos.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «El que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado tiene vida eterna», dice el Señor.

Preces

Demos gracias a Dios Padre, que por el Espíritu Santo ha derramado su amor en nuestros corazones, y supliquémosle, diciendo: Danos, Señor, tu Espíritu Santo. Concédenos, Señor, el espíritu de fe y de acción de gracias, * para recibir siempre con gozo lo bueno y soportar con paciencia lo adverso.

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Haz que practiquemos la caridad no sólo en los acontecimientos importantes, * sino también en lo pequeño de nuestra vida de cada día. Ayúdanos a privarnos de lo superfluo, * para compartir lo nuestro con los hermanos necesitados. Concédenos llevar en nuestros cuerpos la pasión de tu Hijo, * tú que nos has vivificado en su cuerpo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Recitemos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos libre siempre el mal: Padre nuestro.

Oración

Señor Dios, que premias los méritos de los justos y concedes el perdón a los pecadores que se arrepienten y hacen penitencia, escucha benignamente nuestras súplicas y, por la humilde confesión de nuestras culpas, otórganos tu perdón. Por nuestro Señor Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús viene anunciando a los judíos su partida de este mundo, pero ellos no entienden sus palabras. Esta partida será violenta. Jesús habla de dos mundos distintos: el de aquí abajo en el que muchos actúan contra los designios de Dios; algunos traman su muerte. Cuando Jesús sea elevado a lo más alto, todo el mundo conocerá su gloria y su grandeza.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona 1 - Señor, tu saber me sobrepasa.

Salmo 138, 1-18. 23-24 I Señor, tú me sondeas y me conoces;/ me conoces cuando me siento o me levanto,/


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2 de Abril - Miércoles, Feria, IV Sem. de Cuaresma

de lejos penetras mis pensamientos;/ distingues mi camino y mi descanso,/ todas mis sendas te son familiares.

mis sentimientos,/ mira si mi camino se desvía,/ guíame por el camino eterno. Gloria y antífona 2

No ha llegado la palabra a mi lengua,/ y ya, Señor, te la sabes toda./ Me envuelves por doquier,/ me cubres con tu mano./ Tanto saber me sobrepasa,/ es sublime, y no lo abarco.

Antífona 3 - Todo fue creado por él y para él.

¿Adónde iré lejos de tu aliento,/ adónde escaparé de tu mirada?/ Si escalo el cielo, allí estás tú;/ si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora,/ si emigro hasta el confín del mar,/ allí me alcanzará tu izquierda, /tu diestra llegará hasta mí. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,/ que la luz se haga noche en torno a mí»,/ ni la tiniebla es oscura para ti,/ la noche es clara como el día. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta. II Tú has creado mis entrañas,/ me has tejido en el seno materno./ Te doy gracias,/ porque me has formado portentosamente,/ porque son admirables tus obras;/ conocías hasta el fondo de mi alma,/ no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando,/ y entretejiendo en lo profundo de la tierra,/ tus ojos veían mis acciones,/ se escribían todas en tu libro,/ calculados estaban mis días/ antes que llegase el primero. ¡Qué incomparables encuentro tus designios,/ Dios mío, qué inmenso es su conjunto!/ Si me pongo a contarlos, son más que arena;/ si los doy por terminados, aún me quedas tú. Señor, sondéame y conoce mi corazón/ ponme a prueba y conoce

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Fil 2, 12b-15a

Trabajad por vuestra salvación con respeto y seriedad. Porque es Dios el que obra en vosotros haciendo que queráis y obréis movidos por lo que a él le agrada. Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones, a fin de que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti. R Señor, ten misericordia.


2 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

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V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

imagen tuya, * haz que sintamos horror de las injusticias y desigualdades entre los hombres.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Llama a tu amistad y a tu verdad a los que viven alejados de ti, * y a nosotros enséñanos cómo podemos ayudarlos.

Antífona: «Yo no puedo hacer nada sólo por cuenta mía; yo dicto sentencia según me comunica el Padre y mi sentencia es justa», dice el Señor.

Preces

Demos gracias a Dios Padre, que estableció en la sangre de Cristo una alianza nueva y eterna con su pueblo y la renueva en el sacramento del altar, y supliquémosle, diciendo Bendice, Señor, a tu pueblo. Dirige, Señor, el sentir de los pueblos y la mente de sus gobernantes por los caminos de tu voluntad, * para que procuren con empeño el bien común. Aumenta el fervor de aquellos que, habiéndolo dejado todo, siguieron a Cristo, * para que su vida sea luz para los hombres testimonio de la santidad de tu Iglesia. Tú que creaste a todos los hombres a

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Admite a los difuntos en tu gloria, para que te alaben eternamente. Ya que por Jesucristo somos hijos de confiados a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración

Señor Dios, que premias los méritos concedes el perdón a los pecadores que y hacen penitencia, escucha benignamente nuestras súplicas y, por la humilde confesión de nuestras culpas, otórganos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El Señor desde las alturas de su cielo escucha el gemido de los cautivos (Sal 101). Dios que contempló a Jesús en lo alto de la cruz no abandona a aquellos que sufren el odio y la traición; a los que se ven torturados o conducidos a la muerte injustamente. Oramos por las personas, que por mantener su fidelidad al Señor y al servicio de los humildes, son perseguidos o maltratados. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 5,17-30 Queremos, Señor, oír la voz del Padre que a los muertos da vida eterna y a los vivos nos hace fuertes, para hacer el camino que nos queda; con jóvenes con sonrisa adolescente, con ancianos sin mirada triste, con los que aman, con los que arriesgan, con los que luchan a cara descubierta. Creemos, Padre, en Jesús,


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3 de Abril . Jueves, Feria, IV Sem. de Cuaresma

que es la resurrección y la vida, y así venceremos la muerte. Hágase por siempre tu voluntad, más sabia y más segura que la nuestra.

P. Antonio Danoz, redentorista

3 de Abril . Jueves, Feria, IV Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La voz de Moisés es como la voz de la conciencia del pueblo de Israel. El pueblo ha sido muchas veces infiel a la alianza con Dios. Recordemos el amor que nos ha manifestado el Señor en nuestra historia personal, larga o corta. No dejemos de agradecérselo todos los días de nuestra vida. Cada detalle de amor que Dios tiene con nosotros, es un llamado a la conversión.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.

Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración;/ tú que eres fiel, atiende a mi súplica;/ tú que eres justo, escúchame./ No llames a juicio a tu siervo,/ pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte,/ empuja mi vida al sepulcro,/ me confina a las tinieblas/ como a los muertos ya olvidados./ Mi aliento desfallece,/ mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos,/ medito todas tus acciones,/ considero las obras de tus manos/ y extiendo mis

brazos hacia ti:/ tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor,/ que me falta el aliento./ No me escondas tu rostro,/ igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,/ ya que confío en ti;/ indícame el camino que he de seguir,/ pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor,/ que me refugio en ti./ Enséñame a cumplir tu voluntad,/ ya que tú eres mi Dios./ Tu espíritu, que es bueno,/ me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;/ por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.

Cántico

Is 66, 10-14a

Festejad a Jerusalén, gozad con ella, /todos los que la amáis,/ alegraos de su alegría,/ los que por ella llevasteis luto;/ a su pecho seréis alimentados/ y os saciaréis de sus consuelos/ y apuraréis las delicias/ de sus pechos abundantes.


3 de Abril . Jueves, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Porque así dice el Señor:/ «Yo haré derivar hacia ella /como un río la paz,/ como un torrente en crecida,/ las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas/ y sobre las rodillas las acariciarán;/ como a un niño a quien su madre consuela,/ así os consolaré yo/ y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo se alegrará vuestro corazón/ y vuestros huesos florecerán como un prado». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.

Salmo 146 Alabad al Señor, que la música es buena;/ nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén,/ reúne a los deportados de Israel;/ él sana los corazones destrozados,/ venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas,/ a cada una la llama por su nombre./ Nuestro Señor es grande y poderoso,/ su sabiduría no tiene medida./ El Señor sostiene a los humildes,/ humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor,/ tocad la cítara para nuestro Dios,/ que cubre el cielo de nubes,/ preparando la lluvia para la tierra; que hace brotar hierba en los montes,/ para los que sirven al hombre;/ que da su alimento al ganado,/ y a las crías de cuervo que graznan. No aprecia el vigor de los caballos,/ no estima los músculos del hombre:/ el Señor aprecia a sus fieles,/ que confían en su misericordia. Gloria y antífona 3

Lectura breve 1Re 8, 51a. 52-53a. Nosotros, Señor, somos tu pueblo y tu heredad; que tus ojos estén abiertos a

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las súplicas de tu siervo y a la súplica de tu pueblo Israel, para escuchar todos sus clamores hacia ti. Porque tú nos separaste para ti como herencia tuya de entre todos los pueblos de la tierra.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «No es que yo quiera invocar a mi favor declaración alguna, prestada por los hombres; si aduzco ésta, es mirando por vuestra salvación, dice el Señor».

Preces Celebremos la bondad de Dios, que por Cristo se reveló como Padre nuestro, y digámosle de todo corazón: Acuérdate, Señor, de que somos hijos tuyos. Concédenos vivir con toda plenitud el misterio de la Iglesia, * a fin de que nosotros y todos los hombres encontremos en ella un sacramento eficaz de salvación. Padre, que amas a todos los hombres, haz que cooperemos al progreso de la comunidad humana * y que todos busquemos tu reino con nuestros esfuerzos. Haz que tengamos hambre y sed de justicia * y acudamos a nuestra fuente, que es Cristo, el cual entregó su vida para que fuéramos saciados. Perdona, Señor, todos nuestros pecados * y dirige nuestra vida por el camino de la sencillez y de la santidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a decir: Padre nuestro.


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3 de Abril . Jueves, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Oración Padre lleno de amor, concédenos que, purificados por la penitencia y santificados por la práctica de buenas obras, sepamos mantenernos siempre fieles a tus mandamientos y lleguemos libres

de culpa a las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús, antes de proponer la ley nueva, urge a que cumplamos la antigua. Es en punto de partida para una buena conversión. Quien la cumple a la perfección y enseña a otros a cumplirla, será contado entre los grandes en el reino de Dios. Abramos el corazón a la novedad que Jesús aporta cuando nos dice: “Han oído lo que se dijo a los antiguos, pero yo les digo”. Cumpliendo sus propuestas seremos hijos del Padre del cielo.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a salvo.

Salmo 143

I Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa. Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos.

Extiende la mano desde arriba:/ defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. II Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David, tu siervo. Defiéndeme de la espada cruel,/ sálvame de las manos de extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Sean nuestros hijos un plantío,/ crecido desde su adolescencia;/ nuestras hijas sean columnas talladas,/ estructura de un templo. Que nuestros silos estén repletos/ de frutos de toda especie;/ que nuestros rebaños a millares/ se multipliquen en las praderas,/ y nuestros bueyes vengan cargados;/ que no haya brechas ni aberturas,/ ni alarma en nuestras plazas. Dichoso el pueblo que esto tiene,/


3 de Abril . Jueves, Feria, IV Sem. de Cuaresma

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Antífona 3 - Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: «Las obras que hago testifican que el Padre me ha enviado», dice el Señor.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a

Preces

dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. Gloria y antífona 2

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Stgo 4, 7-8. 10

Vivid sometidos a Dios. Resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; purificad vuestros corazones, gente que obráis con doblez. Humillaos en la presencia del Señor y él os ensalzará.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia.» R Yo dije: «Señor, ten misericordia.» V Sáname, porque he pecado contra ti. R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

Celebremos la misericordia de Dios, que nos ilumina con la gracia del Espíritu Santo para que nuestra vida resplandezca con obras de fe y santidad, y supliquémosle, diciendo: Renueva, Señor, al pueblo redimido por Cristo. Señor, fuente y autor de toda santidad, haz que los obispos, sacerdotes y diáconos, al participar de la mesa eucarística, se unan más plenamente a Cristo, * para que vean renovada la gracia que les fue conferida por la imposición de manos. Impulsa a tus fieles para que, con santidad de vida, participen activamente de la mesa de la palabra y del cuerpo de Cristo * y vivan lo que han recibido por la fe y los sacramentos. Concédenos, Señor, que reconozcamos la dignidad de todo hombre redimido con la sangre de tu Hijo * y que respetemos su libertad y su conciencia. Haz que todos los hombres sepan moderar sus deseos de bienes temporales * y que atiendan a las necesidades de los demás. (Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Acuérdate, Señor, de todos los que has llamado hoy a la eternidad * y concédeles el don de la eterna bienaventuranza. Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro.

Oración Padre lleno de amor, concédenos que, purificados por la penitencia y santificados por la práctica de buenas obras, sepamos mantenernos siempre fieles a tus mandamientos y lleguemos libres de culpa a las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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4 de Abril - Viernes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En este momento de reposo, leamos la Palabra de Dios, como un ejercicio propio de la Cuaresma. Su Palabra ha de ser el alimento de nuestra oración. El primer tiempo de la oración cristiana consiste en escuchar a Dios que nos habla. El segundo, asimilar su Palabra como alimento de vida eterna. El tercero, hacerla realidad visible en la vida. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 5,31-47 El mundo reclama con urgencia testigos. Testigos de que tú, Señor, existes; testigos de que Jesús es el Mesías, que vino habitar entre nosotros. Haznos testigos de esperanza, cuando en algún rincón de esta tierra se escuchan tambores de guerra, y nos asedia la violencia. Yo creo, Señor Jesús, al Padre, que me dice que eres su Hijo; a tu Palabra de profeta que jamás ha mentido; a tus obras que hablan solas, sin necesidad de testigos. ¡Dichosos los que creen y han creído, sin nunca haberte visto! P. Antonio Danoz, redentorista

4 de Abril - Viernes, Feria, IV Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Escuchemos esta mañana la denuncia que hace el Señor: “Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección” (Jer 7,28). El Señor sigue alzando su voz durante la Cuaresma llamando a la conversión. Examinemos la respuesta que estamos dando al Señor. Veamos si aceptamos con amor la corrección que nos hace, como Padre que nos ama.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


4 de Abril - Viernes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

Antífona (para el salmo invitatorio): Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./

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Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Alégrate, Jerusalén, porque en ti serán congregados todos los pueblos.

Cántico

Tob 13, 10-15. 17-19

Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén,/ la ciudad del Santo;/ por las obras de tus hijos te azotará,/ pero de nuevo se compadecerá/ de los hijos de los justos. Confiesa dignamente al Señor/ y bendice al rey de los siglos/ para que de nuevo sea en ti/ edificado su templo con alegría,/ para que alegre en ti a los cautivos/ y muestre en ti su amor hacia los desdichados/ por todas las generaciones y generaciones. Brillarás cual luz de lámpara/ y todos los confines de la tierra vendrán a ti./ Pueblos numerosos vendrán de lejos/ al nombre del Señor, nuestro Dios,/ trayendo ofrendas en sus manos,/ ofrendas para el rey del cielo. Las generaciones de las generaciones /exultarán en ti./ Y benditos para siempre todos los que te aman. Alégrate y salta de gozo por los hijos de los justos,/ que serán congregados,/ y al Señor de los justos bendecirán. Dichosos los que te aman;/ en tu paz se alegrarán./ Dichosos cuantos se entristecieron por tus azotes,/ pues en ti se alegrarán/ contemplando toda tu gloria,/ y se regocijarán para siempre. Bendice, alma mía, a Dios, rey grande,/ porque Jerusalén con zafiros y esmeraldas/ será reedificada,/ con


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4 de Abril - Viernes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

piedras preciosas sus muros/ y con oro puro sus torres y sus almenas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Sión alaba a tu Dios, que envía su mensaje a la tierra.

Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 53, 11b-12

Mi siervo justificará a muchos, por-que cargó sobre sí los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte y tendrá como despojo una muchedumbre, porque se entregó a sí mismo a la muerte y fue contado entre los malhechores; él tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «¡Ustedes me conocen y saben de dónde soy!; pero yo no he

venido por cuenta propia, sino que me ha enviado mi Padre», dice el Señor.

Preces Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y supliquémosle, diciendo: Señor, ten piedad de nosotros. Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna. Tú que, exaltado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, * sana nuestras heridas. Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, * perdónanos también a nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres.)

Como Cristo nos enseño, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados, diciendo: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, que nos proporcionas abundamente los auxilios que necesita nuestra fragilidad, haz que recibamos con alegría la redención que nos otorgas y que la manifestemos a los demás con nuestra propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


4 de Abril - Viernes, Feria, IV Sem. de Cuaresma

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Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús actuó con decisión y contundencia con los malos espíritus que torturaban a las personas. Su objetivo era liberarlas de todo aquello que las tenía esclavizadas. Los malos espíritus toman formas muy diversas. Todo aquello que humilla, esclaviza, manipula a las personas procede del mal espíritu. Tenemos que actuar con decisión para liberarlas.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Día tras día te bendeciré, Señor, y explicaré tus proezas.

Salmo 144

I Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;/ bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día te bendeciré/ y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza,/ es incalculable su grandeza;/ una generación pondera tus obras a la otra,/ y le cuenta tus hazañas. Alaban ellos la gloria de tu majestad,/ y yo repito tus maravillas;/ encarecen ellos tus temibles proezas/ y yo narro tus grandes acciones;/ difunden la memoria de tu inmensa bondad,/ y aclaman tus victorias. El Señor es clemente y misericordioso,/ lento a la cólera y rico en piedad;/ el Señor es bueno con todos,/ es cariñoso con todas sus creaturas. Que todas tus creaturas te den gracias, Señor,/ que te bendigan tus fieles;/ que proclamen la gloria de tu reinado,/ que hablen de tus hazañas; explicando tus proezas a los hombres,/ la gloria y majestad de tu reinado./ Tu

reinado es un reinado perpetuo,/ tu gobierno va de edad en edad. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Los ojos de todos te están aguardando, Señor; tú estás cerca de los que te invocan. II El Señor es fiel a sus palabras,/ bondadoso en todas sus acciones./ El Señor sostiene a los que van a caer,/ endereza a los que ya se doblan. Los ojos de todos te están aguardando,/ tú les das la comida a su tiempo;/ abres tú la mano,/ y sacias de favores a todo viviente. El Señor es justo en todos sus caminos,/ es bondadoso en todas sus acciones;/ cerca está el Señor de los que lo invocan,/ de los que lo invocan sinceramente. Satisface los deseos de sus fieles/ escucha sus gritos, y los salva./ El Señor guarda a los que lo aman,/ pero destruye a los malvados. Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,/ todo viviente bendiga su santo nombre/ por siempre jamás. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Justos y verdaderos son tus caminos, ¡oh Rey de los siglos!

Cántico

Ap 15, 3-4

Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará


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4 de Abril - Viernes - Oración de la Noche - Completas

tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Stgo 5, 16. 19-20

Confesaos mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia. Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti. R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Nadie puso las manos en Jesús, porque aún no había llegado su hora.

Preces Adoremos al Salvador de los hombres, que muriendo destruyó la muerte y resucitado restauró la vida, y digámosle humildemente: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que, por la penitencia, nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección. Concédenos que imitemos a tu Madre, consuelo de los afligidos, * para que podamos consolar a los tristes, mediante el consuelo que nosotros somos por ti consolados. Concede a tus fieles participar en tu pasión por medio de sus sufrimientos,

* para que tu salvación se manifieste también en ellos. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, * enséñanos a ser obedientes y a tener paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dígnate transfigurar a los difuntos a semejanza de tu cuerpo glorioso * y concédenos a nosotros ser un día partícipes de la gloria de ellos. Ya que por Jesucristo somos hijos de Dios, oremos confiados a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, que nos proporcionas abundamente los auxilios que necesita nuestra fragilidad, haz que recibamos con alegría la redención que nos otorgas y que la manifestemos a los demás con nuestra propia vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche Completas

Invitación: Toda persona que está con Jesús se siente segura. Él es más fuerte que todas las fuerzas del mal. Actualmente sigue liberando de malos espíritus “con el dedo de Dios”. Esta expresión bíblica hace referencia al poder de Dios. Jesús, sobre quien descendió el Espíritu Santo, actúa siempre con la gracia y el poder del Espíritu Santo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)


5 de Abril - Sábado, Feria, IV Sem. de Cuaresma

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LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 7,1-2.25-30 Eres, Señor Jesús, Camino, que conduce hasta Dios, por veredas interminables y desolados desiertos. Tu camino no es nuestro camino. Es el tuyo camino hacia Dios, los nuestros, terrenales y torcidos. Permítenos andar ligeros sobre tus huellas luminosas, que se mantienen imborrables en el corazón de la noche. Aunque te buscaron para matarte, Tu no dejaste de avanzar con paso firme hacia la cruz y hacia la gloria. Busco y busco tu rostro; en Pascua lo veré luminosos. P. Antonio Danoz, redentorista

5 de Abril - Sábado, Feria, IV Sem. de Cuaresma El santo de hoy: San Vicente Ferrer (1350-1419) Nace en Valencia (España). Entró en la Orden de Predicadores (Dominicos) a los 17 años. Ordenado presbítero, se entregó a llevar el Evangelio a cristianos, judíos y musulmanes. Además de España, recorrió Italia, Francia y Suiza. Se distinguió por una predicación popular y apasionada. Trabajó por la unidad de la Iglesia a fin de superar el cisma de Aviñón. Murió en Vannes (Francia) durante una de sus misiones.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Una recomendación de la Iglesia para la Cuaresma es la oración. El evangelio presenta dos tipos de orante: el fariseo y el recaudador de impuestos, considerado por los fariseos como un pecador. Cómo no hay que orar: presentar ante Dios los títulos para cobrar por lo bueno que hemos hecho, despreciando a los otros. Cómo hay que orar: “Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador” (Lc 18,14). El que ora así, terminará la Cuaresma justificado.

Invocación inicial

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona 1 - Es bueno tocar para tu nombre, oh Altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de


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5 de Abril - Sábado, Feria, IV Sem. de Cuaresma

noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los malhechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota. El justo crecerá como una palmera /y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios; en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.

Cántico

Ez 36, 24-28

Os recogeré de entre las naciones,/ os reuniré de todos los países,/ y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura/ que os purificará:/ de todas vuestras inmundicias e idolatrías/ os he de purificar;/ y os daré un corazón nuevo,/ y os infundiré un espíritu nuevo;/ arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,/ y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu,/ y haré que caminéis según mis preceptos,/ y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres./ Vosotros seréis mi pueblo/ y yo seré vuestro Dios. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.

Salmo 8 Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra! Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 1, 16-18

«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos –dice el Señor–. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana».

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador.


5 de Abril - Sábado - La Palabra se hace oración

V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Jamás hombre alguno ha hablado como éste.

Preces Demos gracias siempre y en todo lugar a Cristo, nuestro Salvador, y supliquémosle, diciendo: Ayúdanos, Señor, con tu gracia. Concédenos guardar sin mancha nuestros cuerpos, * para que el Espíritu Santo pueda habitar en ellos. Desde el comienzo del día acrecienta en nosotros el amor a nuestros hermanos * y el deseo de cumplir tu voluntad en todas las acciones de esta jornada.

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Danos hambre del alimento que perdura y da la vida eterna, * y que tú diariamente nos proporcionas. Que interceda por nosotros tu santísima Madre, refugio de pecadores, * para que obtengamos el perdón de nuestros pecados. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Pidamos al Padre que nos libre de todo mal, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Señor, que tu amor misericordioso dirija siempre nuestros deseos y actividades, pues sabemos que sin tu ayuda no podemos complacerte. Por nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lecturas: Mt Jn 7,40-53 Canto, Señor, al agua que brota de tu roca, tan limpia, tan casta y transparente, donde el ciervo bebe tranquilo, y yo apago mi sed de amor, de gracia y de verdad. Canto al “agua viva”, que mana de tu costado; al sediento llena de gozo y mi sed sacia para siempre. Haz de mí manantial de vida, de amor y misericordia sin límites, que salte hasta la vida eterna; Que nunca falte un surtidor en el desierto, para quien busca saciar su sed de vida, encuentre en mí el torrente que mana de tu costado abierto. ¡Sáciame de tu agua de vida. Mira que tanta sed ya no aguanto. P. Antonio Danoz, redentorista


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Nos acercamos a la gran fiesta de la Pascua, en la que brillará la alianza nueva de Dios con la humanidad con un nuevo resplandor. La ley del Señor no se escribirá en monumentos de piedra. Dios la introducirá en el pecho y la “escribirá en el corazón”. Entonces se hará realidad la palabra de Dios al pueblo de Israel: “Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (Jer 31,33)

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Pondré mi ley en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.

Salmo 140, 1-9 Señor, te estoy llamando, ven de prisa,/ escucha mi voz cuando te llamo./ Suba mi oración como incienso en tu presencia,/ el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde. Coloca, Señor, un guardia en mi boca,/ un centinela a la puerta de mis labios;/ no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,/ a cometer crímenes y delitos;/ ni que con los hombres malvados/ participe en banquetes. Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,/ pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;/ yo opondré mi oración a su malicia. Sus jefes cayeron despeñados,/ aunque escucharon mis palabras amables;/ como una piedra de molino, rota por tierra,/ están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba. Señor, mis ojos están vueltos a ti,/ en ti me refugio, no me dejes indefenso;/

guárdame del lazo que me han tendido,/ de la trampa de los malhechores. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.

Salmo 141 A voz en grito clamo al Señor,/ a voz en grito suplico al Señor;/ desahogo ante él mis afanes,/ expongo ante él mi angustia,/ mientras me va faltando el aliento. Pero tú conoces mis senderos,/ y que en el camino por donde avanzo/ me han escondido una trampa. Me vuelvo a la derecha y miro:/ nadie me hace caso;/ no tengo adónde huir,/ nadie mira por mi vida. A ti grito, Señor;/ te digo: «Tú eres mi refugio/ y mi heredad en el país de la vida». Atiende a mis clamores,/ que estoy agotado;/ líbrame de mis perseguidores,/ que son más fuertes que yo. Sácame de la prisión,/ y daré gracias a tu nombre:/ me rodearán los justos/ cuando me devuelvas tu favor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - A pesar de ser Hijo, aprendió en sus pademientos la obediencia.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A

no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobretodo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 18-21

Ya sabéis con qué os rescataron: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha. Ya de antes de la creación del mundo estaba él predestinado para eso; y al fin de los tiempos se ha manifestado por amor a vosotros. Por él creéis en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó. Así vuestra fe y esperanza se centran en Dios.

Responsorio breve

V Escúchanos, Señor y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. R Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos. R Porque hemos pecado contra ti. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: El Padre, que ha resucitado a Cristo de entre los muertos, nos vivificará; su Espíritu habita en nosotros.

Preces Glorifiquemos a Cristo, el Señor, que ha querido ser nuestro Maestro, nuestro ejemplo es nuestro hermano, y supliquémosle, diciendo: Renueva, Señor, a tu pueblo. Cristo, hecho en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado, haz que nos alegremos con los que se alegran y sepamos llorar con los que están tristes,* para que nuestro amor crezca y sea verdadero. Concédenos saciar tu hambre en los hambrientos * y tu sed en los sedientos. Tú que resucitaste a Lázaro de la muerte, * haz que, por la fe y la penitencia, los pecadores vuelvan a la vida cristiana. Haz que todos, según el ejemplo de la Virgen María y de los santos, * sigan con más diligencia y perfección tus enseñanzas. (Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Concédenos, Señor, que nuestros hermanos difuntos sean admitidos a la gloria de la resurrección * y gocen eternamente de tu amor. Pidamos a nuestro Padre que nos dé la fuerza que necesitamos para no caer en la tentación: Padre nuestro.

Oración Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En este tiempo de oración pedimos al Señor que disponga nuestro corazón, para celebrar animados por su Espíritu las fiestas pascuales. Lo hacemos con las palabras del Salmista: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme… No me quites tu santo espíritu; devuélveme la alegría de la salvación” (51,12-14). El Espíritu es quien realiza la labor de purificación del corazón. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 12)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En vísperas de la pasión y resurrección de Jesús, unos paganos se acercaron interesados por conocer a Jesús. Ante todos los presentes, Jesús revela una gran noticia: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado” (Jn 12,23). Glorificación para Jesús es la pasión, la muerte, la resurrección. Todos estos acontecimientos forman parte de la gloria de Jesús muerto y resucitado. No existe otro camino que el de la cruz, para participar plenamente en la gloria de Jesús.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio):

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Antífona 2 - Líbranos según tus maravillas, y sálvanos del poder de la muerte.

Himno, Laudes, pág. 5

Cántico

Antífona 1 - Tú, Señor fuiste mi auxilio.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del hombre.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Lv 23, 4-7

Éstas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis a su debido tiempo. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes ázimos dedicada al Señor. Comeréis panes ázimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica y no haréis trabajo alguno.

Responsorio breve

V Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes. R Ten piedad de nosotros. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Nuestro amigo Lázaro está dormido; pero voy a ir a despertarlo.

Preces Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación; acudamos, pues, a nuestro Redentor que nos concede estos días de perdón, y, bendiciéndole,


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A

digamos: Infúndenos, Señor, un espíritu nuevo.

dolencias de nuestro espíritu para que crezcamos cada día en santidad.

Cristo, vida nuestra, tú que por el bautismo nos has sepultado místicamente contigo en la muerte, para que contigo también resucitemos, * concédenos andar hoy en vida nueva.

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Señor Jesús, tú que pasaste por el mundo haciendo el bien, * haz que también nosotros seamos solícitos del bien de todos los hombres. Ayúdanos, Señor, a trabajar concordes en la edificación de nuestra ciudad terrena, * sin olvidar nunca tu reino eterno. Tú, Señor, que eres médico de los cuerpos y de las almas, * sana las

Ya que la fuerza para no caer en la tentación nos viene de Dios, acudamos al Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Ante la pasión y la muerte, Jesús se revela plenamente humano. No tiene reparo en confesar: “Mi espíritu está agitado” (Jn 12,27). Pero no por eso pide al Padre que lo libre de este trance. Tiene conciencia que es así como ha de glorificar a Dios. Oremos esta tarde, al Padre, para que nos revista de la fortaleza que tuvo Jesús, al enfrentarse con su pasión y con su muerte.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, II Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - Así como fue levantada en alto la serpiente en el desierto, así deberá ser levantado en alto el Hijo del Hombre.

Salmo 109, 1-5. 7

Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor de los ejércitos es protección liveradora, rescate salvador.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio.


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6 de Abril - V Domingo de Cuaresma /A

El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Él fue herido por nuestras rebeldías, triturado por nuestros crímenes, por sus llagas hemos sido curados.

Cántico

1Pe 2, 21b-24

Cristo padeció por dejándonos un ejemplo/ sigamos sus huellas.

nosotros,/ para que

Él no cometió pecado/ ni encontraron engaño en su boca;/ cuando le insultaban,/ no devolvía el insulto;/ en su pasión no profería amenazas;/ al contrario,/ se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño,/ para que, muertos al pecado, /vivamos para la justicia./ Sus heridas nos han curado. Gloria y antífona 3

Lectura breve

He 13, 26-30a

Hermanos, a vosotros envía Dios este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento a las palabras de los profetas que se leen cada sábado. Y, a pesar de que no encontraron en él causa alguna digna de muerte, pidieron a Pilato que lo hiciera morir. Una vez que cumplieron todo lo que de él estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo depositaron en un sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

Responsorio breve

V Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. R Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos. R Porque hemos pecado contra ti. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Yo soy la resurrección y la vida; quien a mí se una con viva fe, aunque muera, vivirá. Preces

Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, la Palabra encarnada, nos hace renacer de un germen incorruptible y eterno, y supliquémosle, diciendo: Señor, ten piedad de tu pueblo. Escucha, Dios de misericordia, la oración que te presentamos en favor de tu pueblo * y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo. Enséñanos a amar de verdad y sin discriminación a nuestros hermanos y a los hombres de todas las razas, * y a trabajar por su bien y por la concordia mutua. Pon tus ojos en los catecúmenos que se preparan para el bautismo * y haz de ellos piedras vivas y templo espiritual en tu honor. Tú que por la predicación de Jonás exhortaste a los ninivitas a la penitencia, * haz que tu palabra llame a los pecadores a la conversión. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los moribundos esperen confiadamente el encuentro con Cristo, su juez, * y gocen eternamente de tu presencia.


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7 de Abril - Lunes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre nuestro.

y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Oración

Conclusión

Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Oremos esta noche teniendo presentes estas palabras de la exhortación a los Hebreos: “Jesús, a pesar de ser Hijo, aprendió sufriendo lo que es obedecer…, y llegó a ser para cuantos lo obedecen causa de salvación eterna” (Heb 5,8-9). La obediencia hasta la muerte forma parte del misterio de la Pascua, para Jesús y también para los discípulos. Es ésta una experiencia que hemos de vivir en este tiempo de Cuaresma. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 11,1-45 Tu amigo Lázaro, Señor, murió, como todo mortal se muere. Pero no todo mortal tiene un amigo como tú, el profeta de Nazaret. Nos tenías reservada una primicia: “Yo soy resurrección y vida, el que cree en mí aunque muera, no morirá para siempre”. Vuelve, Señor, a esta tierra; acércate a sepulcros donde yacen tantos muertos. Necesitan oír tu palabra: “Lázaro, sal afuera”. Tú que eres resurrección y vida, mándanos resucitadores a este mundo de muerte, No expertos en cañones y misiles. P. Antonio Danoz, redentorista

7 de Abril - Lunes, Feria, V Sem. de Cuaresma El santo de hoy: San Juan Bautista de la Salle (1651-1719) Nace Reims (Francia). Ordenado presbítero en 1678, se dedicó a la instrucción de los niños pobres, dando inicio a la congregación de Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle). El método educativo que empleó tuvo gran difusión. Se convirtió en modelo para muchas de las instituciones destinadas a religiosos laicos.


7 de Abril - Lunes, Feria, V Sem. de Cuaresma

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Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Empezamos el día abriendo el corazón a la palabra de Jesús: “Les aseguro, que quien oye mi palabra y cree en aquel que me ha enviado tiene vida eterna” (Jn 5,24). La Cuaresma ofrece la oportunidad de retirarnos a nuestros espacios interiores, para escuchar a Dios que nos habla por medio de su enviado Jesucristo. También es tiempo favorable para compartir la Palabra de Dios en comunidad. Crezcamos en comunidad hacia una fe madura.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.

Salmo 5, 2-10. 12-13 Señor, escucha mis palabras,/ atiende a mis gemidos,/ haz caso de mis gritos de auxilio,/ Rey mío y Dios mío. A ti te suplico, Señor;/ por la mañana escucharás mi voz,/ por la mañana te expongo mi causa,/ y me quedo aguardando. Tú no eres un Dios que ame la maldad,/ ni el malvado es tu huésped,/ ni el arrogante se mantiene en tu presencia. Detestas a los malhechores,/ destruyes a los mentirosos;/ al hombre sanguinario y traicionero/ lo aborrece el Señor. Pero yo, por tu gran bondad,/ entraré en tu casa,/ me postraré ante tu templo santo/ con toda reverencia. Señor, guíame con tu justicia,/ porque tengo enemigos;/ alláname tu camino. En su boca no hay sinceridad,/ su corazón es perverso;/ su garganta es un

sepulcro abierto,/ mientras halagan con la lengua. Que se alegren los que se acogen a ti,/ con júbilo eterno;/ protégelos, para que se llenen de gozo/ los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices al justo/ y como un escudo lo rodea tu favor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.

Cántico

1Crón 29, 10-13

Bendito eres, Señor,/ Dios de nuestro padre Israel,/ por los siglos de los siglos. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,/ la gloria, el esplendor, la majestad,/ porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,/ tú eres rey y soberano de todo. De ti viene la riqueza y la gloria,/ tú eres señor del universo,/ en tu mano está el poder y la fuerza,/ tú engrandeces y confortas a todos. Por eso, Dios nuestro,/ nosotros te damos gracias,/ alabando tu nombre glorioso. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.

Salmo 28 Hijos de Dios, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ postraos ante el Señor en el atrio sagrado.


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7 de Abril - Lunes, Feria, V Sem. de Cuaresma

La voz del Señor sobre las aguas, /el Dios de la gloria hace oír su trueno,/ el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente,/ la voz del Señor es magnífica,/ la voz del Señor descuaja los cedros,/ el Señor descuaja los cedros del Líbano. Hace brincar al Líbano como a un novillo,/ al Sarión como a una cría de búfalo. La voz del Señor lanza llamas de fuego,/ la voz del Señor sacude el desierto/ el Señor sacude el desierto de Cadés. La voz del Señor retuerce los robles,/ el Señor descorteza las selvas./ En su templo un grito unánime: ¡Gloria! El trono del Señor está encima de la tempestad,/ el Señor se sienta como rey eterno./ El Señor da fuerza a su pueblo,/ el Señor bendice a su pueblo con la paz. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Jer 11, 19-20

Yo como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: «Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los vivos, que su nombre no se pronuncie más». Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, escudriñas las entrañas y el corazón; veré tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida», dice el Señor.

Preces Bendigamos a Jesús, nuestro Salvador, que por su muerte nos ha abierto el camino de salvación, y digámosle confiados: Danos caminar por tus senderos, Señor. Señor de misericordia, que en el bautismo nos diste una vida nueva, * te pedimos que nos hagas cada día más conformes a ti. Enséñanos, Señor, a ser hoy alegría para los que sufren * y haz que sepamos servirte en cada uno de los necesitados. Que procuremos, Señor, hacer lo bueno, lo recto y lo verdadero ante ti * y que busquemos tu rostro con sinceridad de corazón. Perdona, Señor, las faltas que hemos cometido contra la unidad de tu familia * y haz que tengamos un solo corazón y un solo espíritu. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijámonos a Dios con la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Señor, Dios nuestro, que por el amor inefable que nos tienes nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos pasar de nuestras antiguas faltas a una vida nueva, para prepararnos convenientemente a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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7 de Abril - Lunes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús hacía una grave acusación a los dirigentes del pueblo de Israel: “Ustedes nunca han escuchado su voz (del Padre) ni han visto su rostro” (Jn 5,37). Ahora que Dios les ofrecía la oportunidad de escucharlo, no han querido escuchar la voz de Jesús, que les hablaba en su nombre. Jesús dirige el mismo reproche a muchos de sus discípulos. Descubramos el rostro de Dios en la persona de Jesús, y escuchemos su Palabra.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - El Señor se complace en los justos.

Salmo 10 Al Señor me acojo, ¿por qué me decís:/ «Escapa como un pájaro al monte,/ porque los malvados tensan el arco,/ ajustan las saetas a la cuerda, / para disparar en la sombra contra los buenos?/ Cuando fallan los cimientos, /¿qué podrá hacer el justo?»

El que procede honradamente/ y practica la justicia,/ el que tiene intenciones leales/ y no calumnia con su lengua, el que no hace mal a su prójimo/ ni difama al vecino,/ el que considera despreciable al impío/ y honra a los que temen al Señor, el que no retracta lo que juró/ aun en daño propio,/ el que no presta dinero a usura/ ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.

Cántico

Ef 1,3-10

Pero el Señor está en su templo santo,/ el Señor tiene su trono en el cielo;/ sus ojos están observando,/ sus pupilas examinan a los hombres.

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El Señor examina a inocentes y culpables,/ y al que ama la violencia, él lo detesta./ Hará llover sobre los malvados ascuas y azufre,/ les tocará en suerte un viento huracanado.

Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor.

Porque el Señor es justo y ama la justicia:/ los buenos verán su rostro. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Salmo 14 Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda/ y habitar en tu monte santo?

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un


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7 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas

derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 5, 8-9

Dios nos demuestra el amor que nos tiene en el hecho de que, siendo todavía pecadores, murió Cristo por nosotros. Así que con mayor razón, ahora que hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él de la cólera divina.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dijo: «Señor, ten misericordia».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Sobre mi persona testifico yo, y testifica en mi favor el Padre que me ha enviado.

Preces Invoquemos al Señor Jesús, que nos ha salvado a nosotros, su pueblo, librándonos de nuestros pecados, y digámosle humildemente: Jesús, Hijo de David, compadécete de nosotros. Te pedimos, Señor Jesús, por tu Iglesia santa, por la que te entregaste

para consagrarla con el baño del agua y con la palabra: * purifícala y renuévala por la penitencia. Maestro bueno, haz que los jóvenes descubran el camino que le preparas * y que respondan siempre con generosidad a tus llamadas. Tú que te compadeciste de los enfermos que acudían a ti, levanta la esperanza de nuestros enfermos * y haz que imitemos tu gesto generoso y estemos siempre atentos al bien de los que sufren. Haz, Señor, que recordemos siempre nuestra condición de hijos tuyos, recibida en el bautismo, * y que vivamos siempre para ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Da tu paz y el premio eterno a los difuntos * y reúnenos un día con ellos en tu reino. Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Señor, Dios nuestro, que por el amor inefable que nos tienes nos enriqueces con toda clase de bendiciones, concédenos pasar de nuestras antiguas faltas a una vida nueva, para prepararnos convenientemente a la gloria del reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La palabra de Jesús llama siempre a conversión. En cada momento del día y de la noche, se está realizando el juicio. Dios aprueba o desaprueba las obras que realizamos. Echemos una mirada sobre el día que termina. Alabemos a Dios, por las obras que llevan a la vida. Pidamos perdón, por aquellas que nos llevan a la perdición. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Lunes, pág. 17)


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8 de Abril - Martes, Feria, V Sem. de Cuaresma

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 8,1-11 Los letrados y fariseos, juristas consumados, habían celebrado según sus leyes el juicio. Pronunciaron sentencia contra mujer adúltera, con la ley de Moisés en la mano: “Debe ser lapidada”. Somos, Señor, expertos en crear tribunales de justicia, en elaborar expedientes, en pronunciar sentencias. En nuestros tribunales suena con acento solemne: “Yo te condeno”. Tú, Señor, que eres Juez de jueces, pronuncias la primera sentencia: “El que esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Usted es su juez. Pronuncia la sentencia. Tú, Señor, que dejaste consignado en tus códigos: “¡Felices los misericordiosos, que alcanzarán misericordia!”, ponen nuestros labios la sentencia verdadera: “Vete en paz y no peques, tampoco yo te condeno”. P. Antonio Danoz, redentorista

8 de Abril - Martes, Feria, V Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Ante el Señor confesamos esta mañana, como el pueblo de Israel: “Hemos pecado contra el Señor” (Núm 21,7). Acuden a Moisés para que los libre de las serpientes venenosas. Dios les ofreció como signo de liberación una serpiente de bronce levantada en lo alto de un palo. Este mismo signo lo utilizará san Juan para referirse a la muerte y resurrección de Jesús. Quien lo contemple con fe obtendrá la salvación.

Invocación inicial

Salmo 23

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatotio siguiente:

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes:/ él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - El hombre de manos inocentes y puro corazón subirá al monte del Señor.

¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso/ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor,/


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8 de Abril - Martes, Feria, V Sem. de Cuaresma

que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria.

os mostrará benevolencia/ y tendrá compasión.

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra.

Ensalzaré a mi Dios, al rey del cielo,/ y me alegraré de su grandeza./ Anuncien todos los pueblos sus maravillas/ y alábenle sus elegidos en Jerusalén. Gloria y antífona 2

¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria.

Salmo 32

¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ensalzad con vuestras obras al rey de los siglos.

Cántico

Tob 13, 1-10

Bendito sea Dios, que vive eternamente,/ y cuyo reino dura por los siglos:/ él azota y se compadece,/ hunde hasta el abismo y saca de él,/ y no hay quien escape de su mano. Dadle gracias, israelitas, ante los gentiles,/ porque él nos dispersó entre ellos./ Proclamad allí su grandeza,/ ensalzadlo ante todos los vivientes:/ que él es nuestro Dios y Señor,/ nuestro padre por todos los siglos. Él nos azota por nuestros delitos,/ pero se compadecerá de nuevo,/ y os congregará de entre todas las naciones/ por donde estáis dispersos. Si volvéis a él de todo corazón /y con toda el alma,/ siendo sinceros con él,/ él volverá a vosotros/ y no os ocultará su rostro. Veréis lo que hará con vosotros,/ le daréis gracias a boca llena,/ bendeciréis al Señor de la justicia/ y ensalzaréis al rey de los siglos. Yo le doy gracias en mi cautiverio,/ anuncio su grandeza y su poder/ a un pueblo pecador. Convertíos, pecadores,/ obrad rectamente en su presencia:/ quizá

Antífona 3 - El Señor merece la alabanza de los buenos. Aclamad, justos, al Señor,/ que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, / tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;/ cantadle un cántico nuevo, /acompañando vuestra música con aclamaciones: que la palabra del Señor es sincera,/ y todas sus acciones son leales,/ él ama la justicia y el derecho,/ y su misericordia llena la tierra. La palabra del Señor hizo el cielo;/ el aliento de su boca, sus ejércitos;/ encierra en un odre aguas marinas, / mete en un depósito el océano. Tema al Señor la tierra entera,/ tiemblen ante él los habitantes del orbe:/ porque él lo dijo, y existió;/ él lo mandó, y surgió. El Señor deshace los planes de las naciones,/ frustra los proyectos de los pueblos;/ pero el plan del Señor subsiste por siempre; los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,/ el pueblo que él se escogió como heredad. El Señor mira desde el cielo,/ se fija en todos los hombres;/ desde su morada observa/ a todos los habitantes de la tierra:/ él modeló cada corazón,/ y comprende todas sus acciones. No vence el rey por su gran ejército,/ no escapa el soldado por su mucha fuerza,/ nada valen sus caballos para la victoria,/ ni por su gran ejército se salva.


8 de Abril - Martes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Los ojos del Señor están puestos sus fieles,/ en los que esperan en misericordia,/ para librar sus vidas la muerte/ y reanimarlos en tiempo hambre.

en su de de

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Preces Bendigamos a Cristo, pan vivo bajado del cielo, y digámosle: Cristo, pan de las almas y salvación de los hombres, fortalece nuestra debilidad.

Nosotros esperamos en el Señor:/ él es nuestro auxilio y escudo,/ con él se alegra nuestro corazón,/ en su santo nombre confiamos.

Señor, sacia nuestra hambre en el banquete de tu eucaristía * y danos participar plenamente de los bienes de tu sacrificio pascual.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,/ como lo esperamos de ti. Gloria y antífona 3

Concédenos, Maestro bueno, escuchar tu palabra con corazón noble * y haz que perseveremos hasta dar fruto.

Lectura breve

Za 12, 10-11a

Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo único y llorarán como se llora al primogénito. Aquel día será grande el luto de Jerusalén.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador.

Que con nuestro trabajo, Señor, cooperemos contigo para mejorar el mundo, * para que así, por la acción de tu Iglesia, reine en él la paz. Reconocemos, Señor, que hemos pecado; * perdona nuestras faltas por tu gran misericordia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre de todos: Padre nuestro.

Oración

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Concédenos, Señor, ser perseverantes en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que en nuestros días crezca tu pueblo no sólo en número, sino también en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Conclusión

V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador.

Antífona: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre entonces sabréis que “Yo soy”», dice el Señor.

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús viene anunciando a los judíos su partida de este mundo, pero ellos no entienden sus palabras. Esta partida será violenta. Jesús habla de dos mundos distintos: el de aquí abajo en el que muchos actúan contra los designios de Dios; algunos traman su muerte. Y en el mundo de lo alto donde se encuentra Dios, cuando Jesús sea elevado a lo más alto, todo el mundo conocerá su gloria y su grandeza.


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8 de Abril - Martes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - El Señor da la victoria a su Ungido.

Salmo 19 Que te escuche el Señor el día del peligro,/ que te sostenga el nombre del Dios de Jacob;/ que te envíe auxilio desde el santuario,/ que te apoye desde el monte Sión; que se acuerde de todas tus ofrendas,/ que le agraden tus sacrificios;/ que cumpla el deseo de tu corazón,/ que dé éxito a todos tus planes. Que podamos celebrar tu victoria/ y en el nombre de nuestro Dios alzar estandartes;/ que el Señor te conceda todo lo que pides. Ahora reconozco que el Señor/ da la victoria a su Ungido,/ que lo ha escuchado desde su santo cielo,/ con los prodigios de su mano victoriosa. Unos confían en sus carros,/ otros en su caballería;/ nosotros invocamos el nombre/ del Señor, Dios nuestro. Ellos cayeron derribados,/ nosotros nos mantenemos en pie. Señor, da la victoria al rey/ y escúchanos cuando te invocamos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Al son de instrumentos cantaremos tu poder.

Salmo 20, 2-8. 14 Señor, el rey se alegra por tu fuerza,/ ¡y cuánto goza con tu victoria!/ Le has concedido el deseo de su corazón,/ no le has negado lo que pedían sus labios. Te adelantaste a bendecirlo con el

éxito,/ y has puesto en su cabeza una corona de oro fino./ Te pidió vida, y se la has concedido,/ años que se prolongan sin término. Tu victoria ha engrandecido su fama,/ lo has vestido de honor y majestad,/ le concedes bendiciones incesantes,/ lo colmas de gozo en tu presencia:/ porque el rey confía en el Señor/ y con la gracia del Altísimo no fracasará. Levántate, Señor, con tu fuerza/ y al son de instrumentos cantaremos tu poder. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.

Cántico

Ap 4, 11; 5,9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder,/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes /y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Co 1, 27b-30

Lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.


8 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Responsorio

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dijo: «Señor, ten misericordia».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: El que me ha enviado está conmigo; y nunca me ha abandonado, porque yo hago siempre lo que es de su agrado.

Preces A Cristo, el Señor, que nos mandó velar y orar a fin de no sucumbir en la tentación, digámosle confiadamente: Señor, escucha y ten piedad. Señor, tú que prometiste estar presente cuando tus discípulos se reúnan en tu nombre para orar, * haz que oremos siempre unidos a ti en el Espíritu Santo, a fin de que tu reino llegue a todos los hombres. Purifica de todo pecado a la Iglesia penitente * y haz que viva siempre en la esperanza y el gozo del Espíritu Santo.

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Amigo del hombre, haz que estemos siempre atentos, como tú nos mandaste, al bien del prójimo, * para que la luz de tu amor brille a través de nosotros ante todos los hombres. Rey pacífico, haz que tu paz reine en el mundo * y que nosotros trabajemos sin cesar para conseguirla. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que has muerto para que nosotros tengamos vida, * da la vida eterna a los que han muerto. Terminemos nuestra oración diciendo juntos las palabras del Señor y pidiendo al Padre que nos libre de todo mal: Padre nuestro.

Oración Concédenos, Señor, ser perseverantes en el fiel cumplimiento de tu voluntad, para que en nuestros días crezca tu pueblo no sólo en número, sino también en santidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El Señor desde las alturas de su cielo escucha el gemido de los cautivos (Sal 101). Dios que contempló a Jesús en lo alto de la cruz no abandona a aquellos que sufren el odio y la traición; a los que se ven torturados o conducidos a la muerte injustamente. Oramos por las personas, que por mantener su fidelidad al Señor y al servicio de los humildes, son perseguidos o maltratados. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Martes, pág. 19)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 8,21-30 Hemos tropezado, Señor, muchas veces en el odio, el rencor y la mentira. Se nos ha eclipsado el sol, el Sol de la justicia, del amor, que alumbra los caminos, calienta el corazón e ilumina rincones


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9 de Abril - Miércoles, Feria, V Sem. de Cuaresma

de hombres y mujeres perdidos en la noche. Haz prender, Señor, tu luz en corazones muertos, en los brazos caídos, para que emprenden la tarea de construir el reino, enojos que no te ven, aunque que estás en frente; tú que eres luz de amanecer para ciegos, que entre tinieblas te buscan con paciencia. ¡Sanador de ciegos, muéstranos tu rostro! P. Antonio Danoz, redentorista

9 de Abril - Miércoles, Feria, V Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En nuestra oración fijamos la mirada en tres jóvenes que, desafiando las amenazas de un rey poderoso, se negaron a adorar dioses extraños y la estatua del mismo rey. Sometidos al tormento del fuego, alababan al Señor: “Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres, alabado y glorificado por siempre” (Dan 3,26). Dios no abandona nunca a los que le son fieles. Confiemos en él y nos liberará de todo lo que nos angustia.

Invocación inicial

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Señor, tu misericordia llega al cielo,/ tu fidelidad hasta las nubes,/ tu justicia hasta las altas cordilleras;/ tus sentencias son como el océano inmenso.

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Tú socorres a hombres y animales;/ ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;/ los humanos se acogen a la sombra de tus alas;

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6

se nutren de lo sabroso de tu casa,/ les das a beber del torrente de tus delicias,/ porque en ti está la fuente viva/ y tu luz nos hace ver la luz.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona 1 - Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.

Salmo 35

El malvado escucha en su interior/ un oráculo del pecado:/ «No tengo miedo a Dios,/ ni en su presencia»./ Porque se hace la ilusión de que su culpa/ no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición,/ renuncia a ser sensato y a obrar bien;/ acostado medita el crimen,/ se obstina en el mal camino,/ no rechaza la maldad.

Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,/ tu justicia con los rectos de corazón;/ que no me pisotee el pie del soberbio,/ que no me eche fuera la mano del malvado. Han fracasado los malhechores;/ derribados no se pueden levantar. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Señor, tú eres grande, tu fuerza es invencible.


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9 de Abril - Miércoles, Feria, V Sem. de Cuaresma

Cántico

Jdt 16, 2 3. 15-19

¡Alabad a mi Dios con tambores,/ elevad cantos al Señor con cítaras,/ ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,/ ensalzad e invocad su nombre! Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,/ su nombre es el Señor. Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:/ Señor, tú eres grande y glorioso,/ admirable en tu fuerza, invencible. Que te sirva toda la creación,/ porque tú lo mandaste y existió;/ enviaste tu aliento y la construiste,/ nada puede resistir a tu voz. Sacudirán las olas los cimientos de los montes,/ las peñas en tu presencia se derretirán como cera,/ pero tú serás propicio a tus fieles. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aclamad a Dios con gritos de júbilo.

Salmo 46 Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo;/ porque el Señor es sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra. Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ él nos escogió por heredad suya:/ gloria de Jacob, su amado. Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas:/ tocad para Dios, tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones,/ Dios se sienta en su trono sagrado. Los príncipes de los gentiles se reúnen/ con el pueblo del Dios de Abraham;/ porque de Dios son los grandes de la tierra,/ y él es excelso. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 50, 5-7

El Señor me abrió el oído; yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «Si permanecéis en mi palabra seréis en verdad discípulos míos —dice el Señor— y llegaréis al conocimiento de la verdad y la verdad os librará de la esclavitud».

Preces Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar en sí mismo todas las cosas, y digámosle: Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo. Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos sin cesar por tu Espíritu Santo, * para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén. Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu * y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal. Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia * y a poner nuestro corazón en los bienes eternos. Líbranos del mal * y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el bien.


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9 de Abril - Miércoles, Feria, V Sem. de Cuaresma

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Digamos al Padre, unidos a Jesús, la oración que él nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia de la

Cuaresma y, ya que nos infundes el deseo de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús proclama: “Quienes se mantienen fieles a mi palabra serán discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Jn 8,32). El tiempo de Cuaresma es una oportunidad de liberación. Son muchas las esclavitudes, que nos impiden servir a Dios y a los hermanos en sana libertad. Dejémonos liberar por Jesús que vino a liberar al mundo de sus esclavitudes, y seremos libres. “Todo el que peca es un esclavo” (Jn 8,34).

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? +

Salmo 26

I El Señor es mi luz y mi salvación,/ ¿a quién temeré? /+ El Señor es la defensa de mi vida,/ ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados/ para devorar mi carne,/ ellos, enemigos y adversarios,/ tropiezan y caen. Si un ejército acampa contra mí,/ mi corazón no tiembla;/ si me declaran la guerra,/ me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor,/ eso buscaré:/ habitar en la casa del Señor/ por los días de mi vida;/ gozar de la dulzura del Señor/ contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda/ el día del

peligro;/ me esconderá en lo escondido de su morada,/ me alzará sobre la roca; y así levantaré la cabeza/ sobre el enemigo que me cerca;/ en su tienda sacrificaré /sacrificios de aclamación:/ cantaré y tocaré para el Señor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. II Escúchame, Señor, que te llamo; /ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». /Tu rostro buscaré, Señor, /no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, /que tú eres mi auxilio; /no me deseches, no me abandones, /Dios de mi salvación. Si mi padre y mi madre me abandonan, /el Señor me recogerá. Señor, enséñame tu camino, /guíame por la senda llana, /porque tengo enemigos. No me entregues a la saña de mi adversario, /porque se levantan contra mí testigos falsos, /que respiran violencia.


9 de Abril - Miércoles, Feria, V Sem. de Cuaresma

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Espero gozar de la dicha del Señor / en el país de la vida.

V Sáname, porque he pecado contra ti. R Señor, ten misericordia.

Espera en el Señor, sé valiente, /ten ánimo, espera en el Señor. Gloria y antífona 2

V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia.»

Antífona 3 - Él es el primogénito de toda criatura, es el primero en todo.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¿Pretendéis quitarme la vida, a mí, que os he manifestado la verdad?

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda criatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,/ y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ef 4, 32—5, 2

Sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en Cristo. Sed, en una palabra, imitadores de Dios, como hijos amados que sois. Y vivid en el amor a ejemplo de Cristo, que os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia.» R Yo dije: «Señor, ten misericordia.»

Preces Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas nuestras necesidades, pero quiere ante todo que busquemos su reino; supliquémosle, pues, diciendo: Venga, Señor, tu reino y su justicia. Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño la solicitud de sus pastores * ni falte a los pastores la obediencia de sus rebaños. Mueve a los cristianos para que con amor fraternal se interesen por los enfermos * y que en ellos socorran a tu Hijo. Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el Evangelio, * y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor. A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón y la reconciliación con tu Iglesia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

A los que murieron concédeles resucitar a la vida eterna y morar eternamente contigo. Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro.

Oración Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia de la Cuaresma y, ya que nos infundes el


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10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma

deseo de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Tengamos presente en nuestra oración la palabra de Jesús: “Si Dios fuera su padre ustedes me amarían, porque yo vine de parte de Dios” (Jn 8,42). Quien tiene a Dios como padre no puede rechazar a Jesús, que es su Hijo amado. En el seguimiento de Jesús desde la cruz hasta la Pascua, se pone a prueba el amor que tenemos a Dios, que lo ha enviado. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 8,31-42 Regresa el hombre, Señor, a la libertad sin gendarmes, a la verdad que madruga por colinas y valles. Si tú nos das la libertad seremos para siempre libres; libres para amar y crecer, para saltar murallas y correr a campo través; libres para llorar y reír, cantar y protestar, para aclamar y aplaudir hasta el amanecer, a quienes entregan la vida para que seamos libres. Gracias, Señor, por hacernos fuertes para romper cadenas que humillan, para desbaratar cerrojos y liberar cautivos, que aguardan después de muchos siglos su liberación. P. Antonio Danoz, redentorista

10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La Biblia presenta la circuncisión como un signo de la alianza de Dios con el pueblo. Como norma de vida, Dios dice a Abrahán: “Camina en mi presencia y sé honrado” (Gén17,1). Pablo recuerda a la comunidad de Roma: “La verdadera circuncisión es la del corazón, según el Espíritu y no según la ley escrita” (Rm2,29). Pablo invita a pasar de los signos externos de identidad, a lo más íntimo y profundo representado por el corazón. Ahí se revela verdaderamente lo que es cada persona.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.


10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.

Salmo 56

Misericordia, Dios mío, misericordia,/ que mi alma se refugia en ti;/ me refugio a la sombra de tus alas/ mientras pasa la calamidad. Invoco al Dios Altísimo,/ al Dios que hace tanto por mí:/ desde el cielo me enviará la salvación,/ confundirá a los que ansían matarme,/ enviará su gracia y su lealtad.

Cántico

69 Jer 31, 10-14

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,/ anunciadla en las islas remotas:/ «El que dispersó a Israel lo reunirá,/ lo guardará como un pastor a su rebaño;/ porque el Señor redimió a Jacob,/ lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,/ afluirán hacia los bienes del Señor:/ hacia el trigo y el vino y el aceite,/ y los rebaños de ovejas y de vacas;/ su alma será como un huerto regado,/ y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará la doncella en la danza,/ gozarán los jóvenes y los viejos;/ convertiré su tristeza en gozo,/ los alegraré y aliviaré sus penas;/ alimentaré a los sacerdotes con manjares/ sustanciosos,/ y mi pueblo se saciará de mis bienes. Gloria y antífona 2

Estoy echado entre leones/ devoradores de hombres:/ sus dientes son lanzas y flechas,/ su lengua es una espada afilada.

Antífona 3 - Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios. +

Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza/ en la ciudad de nuestro Dios,/ + su monte santo, altura hermosa,/ alegría de toda la tierra:

Han tendido una red a mis pasos/ para que sucumbiera;/ me han cavado delante una fosa,/ pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío,/ mi corazón está firme./ Voy a cantar y a tocar:/ despierta, gloria mía;/ despertad, cítara y arpa;/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos,/ Señor; tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.

Salmo 47

el monte Sión, vértice del cielo,/ ciudad del gran rey;/ entre sus palacios,/ Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron/ para atacarla juntos;/ pero, al verla, quedaron aterrados/ y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor/ y dolores como de parto;/ como un viento del desierto,/ que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto/ en la ciudad del Señor de los ejércitos,/ en la ciudad de nuestro Dios:/ que Dios la ha fundado para siempre. ¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia /en medio de tu templo:/ como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza/ llega al confín de la tierra;


70

10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma

tu diestra está llena de justicia,/ el monte Sión se alegra,/ las ciudades de Judá se gozan/ con tus sentencias.

del primer Adán lo recuperemos en el segundo.

Dad la vuelta en torno a Sión,/ contando sus torreones;/ fijaos en sus baluartes,/ observad sus palacios,

Que tu palabra sea siempre luz en nuestro sendero, * para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en ti.

para poder decirle a la próxima generación:/ «Éste es el Señor, nuestro Dios»./ Él nos guiará por siempre jamás. Gloria y antífona 3

Enséñanos, Señor, a trabajar por el bien de todos los hombres, * para que así, por nuestra acción, la Iglesia ilumine a toda la sociedad humana.

Lectura breve

Que por nuestra sincera conversión crezcamos en tu amistad * y expiemos las faltas cometidas contra tu bondad y tu sabiduría.

Heb 2, 9b-10

Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Decía Jesús a los judíos y a los príncipes de los sacerdotes: «El que procede de Dios da oídos a las palabras de Dios. Por eso no las escucháis vosotros, porque no sois de Dios».

Preces Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor, que resplandece como luz del mundo para que siguiéndolo no caminemos en tinieblas, sino que tengamos la luz de la vida y digámosle: Que tu palabra, Señor, sea luz para nuestros pasos. Cristo, amigo de los hombres, haz que sepamos progresar hoy en tu imitación, * para que lo que perdimos por culpa

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Señor, atiende a nuestras súplicas y concédenos tu protección, ya que hemos puesto toda nuestra esperanza en tu misericordia; purifícanos de toda mancha de pecado y haz que nos mantengamos en una vida santa, para que lleguemos a recibir la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma

71

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En víspera de la pasión, Jesús habla con más claridad a las gentes de su tiempo: “Les aseguro, antes que existiera Abrahán, yo existo” (Jn 8,58). Jesús no solo es mayor que Abrahán. Es el hijo muy amado del Padre, y cumple su palabra. Éstos son los verdaderos hijos del Padre del cielo: los que cumplen su palabra. No basta con leerla o escucharla; hay que cumplirla.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Señor, Dios mío, a ti grité, y tú me sanaste; te daré gracias por siempre.

Salmo 29

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado/ y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité,/ y tú me sanaste./ Señor, sacaste mi vida del abismo,/ me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos,/ dad gracias a su nombre santo;/ su cólera dura un instante;/ su bondad, de por vida;/ al atardecer nos visita el llanto,/ por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro:/ «No vacilaré jamás»./ Tu bondad, Señor, me aseguraba/ el honor y la fuerza;/ pero escondiste tu rostro,/ y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé,/ supliqué a mi Dios:/ «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo,/ o va a proclamar tu lealtad?/ Escucha, Señor, y ten piedad de mí;/ Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas,/ me desataste el sayal y me has vestido de

fiesta;/ te cantará mi alma sin callarse./ Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito.

Salmo 31 Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;/ dichoso el hombre a quien el Señor/ no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos,/ rugiendo todo el día,/ porque día y noche tu mano/ pesaba sobre mí;/ mi savia se me había vuelto/ un fruto seco. Había pecado, lo reconocí,/ no te encubrí mi delito;/ propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,/ y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique/ en el momento de la desgracia:/ la crecida de las aguas caudalosas/ no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro,/ me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,/ fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos,/ cuyo brío hay que domar con freno y brida;/ si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas;/ al que confía en el Señor,/ la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el


72 Señor,/ aclamadlo sincero. Gloria y antífona 2

10 de Abril - Jueves, Feria, V Sem. de Cuaresma

los

de

corazón

Antífona 3 - El Señor le dio el poder, el honor y el reino, y todos los pueblos le servirán.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo; /porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 13, 12-15

Jesús, para santificar con su propia sangre al pueblo, padeció la muerte fuera de la ciudad. Salgamos, pues, hacia él fuera del campamento, cargando con su oprobio. Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura. Por medio de él ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre.

Responsorio breve V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti.

R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: «No tienes aún cincuenta años, y ¿has visto a Abraham?» «Os aseguro con toda verdad: antes que Abraham naciese, ya existía yo». Preces Oremos a Cristo, el Señor, que nos dio el mandamiento nuevo de amarnos unos a otros, y digámosle: Acrecienta, Señor, la caridad de tu Iglesia. Maestro bueno, enséñanos a amarte en nuestros hermanos * y a servirte en cada uno de ellos. Tú que en la cruz pediste al Padre el perdón para tus verdugos, * concédenos amar a nuestros enemigos y orar por los que nos persiguen. Señor, que la participación en el misterio de tu cuerpo y de tu sangre acreciente en nosotros el amor, la fortaleza y la confianza, * y dé vigor a los débiles, consuelo a los tristes y esperanza a los agonizantes. Señor, luz del mundo, que, por el agua, concediste al ciego de nacimiento el poder ver la luz, * ilumina a nuestros catecúmenos por el sacramento del agua y de la palabra. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concede la plenitud de tu amor a los difuntos * y haz que un día nos contemos entre tus elegidos. Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Señor, atiende a nuestras súplicas y concédenos tu protección, ya que hemos puesto toda nuestra esperanza


11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma

en tu misericordia; purifícanos de toda mancha de pecado y haz que nos mantengamos en una vida santa, para que lleguemos a recibir la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

73

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Lo que nos disponemos a celebrar en Pascua es el mayor signo de amor de Dios al mundo: la entrega de su propio Hijo, para que todos se salven por él. “No escatimó la vida de su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros” (Rom 8,32). El canto al amor del Padre que hace Pablo, es un llamado a no quedarnos atrás en generosidad. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 8,51-59 Concédenos disfrutar, Señor, de mentes creadoras; de manos muy pequeñas, pero fuertes y poderosas; de pies veloces para saltar las alambradas; de unos labios que silabean sin mordazas la bella palabra “libertad”. Los que pecan contra el amor son esclavos que hay que liberar; y esclavos sometidos por su ración de pan. Creemos, Señor, en tu palabra que es verdadera, Que ilumina nuestro camino, Que nos asegura la vida eterna. Entre todas las palabras de sabios y de necios, Tu palabra es para nosotros la primera. P. Antonio Danoz, redentorista

11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Jeremías presenta la relación con Dios como una seducción: “Me sedujiste, y me dejé seducir; me forzaste, y me venciste” (Jer 20,7). En un momento, el profeta sintió la tentación de rebelarse y dejar de proclamar la Palabra de Dios. Fue inútil. La sentía como fuego devorador que penetraba hasta los huesos. Jeremías es un ejemplo vivo de lo difícil que es ser profeta. A pesar de la dificultad, el discípulo de Jesús ha de proclamar su Palabra sin miedos.


74

11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invita torio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar, Señor.

Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu.

justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.

Cántico

Is 45, 15-25

Es verdad: tú eres un Dios escondido,/ el Dios de Israel, el Salvador./ Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,/ se van avergonzados los fabricantes de ídolos;/ mientras el Señor salva a Israel/ con una salvación perpetua, /para que no se avergüencen ni se sonrojen/ nunca jamás. Así dice el Señor, creador del cielo/ —él es Dios—,/ él modeló la tierra,/ la fabricó y la afianzó;/ no la creó vacía,/ sino que la formó habitable:/ «Yo soy el Señor y no hay otro». No te hablé a escondidas,/ en un país tenebroso,/ no dije a la estirpe de Jacob:/ «Buscadme en el vacío». Yo soy el Señor que pronuncia sentencia/ y declara lo que es justo./ Reuníos, venid, acercaos juntos,/ supervivientes de las naciones./ No discurren los que llevan su ídolo de madera,/ y rezan a un dios que no puede salvar.

Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti.

Declarad, aducid pruebas,/ que deliberen juntos:/ ¿Quién anunció esto desde antiguo,/ quién lo predijo desde entonces?/ ¿No fui yo, el Señor?/ —No hay otro Dios fuera de mí—.

Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu

Yo soy un Dios justo y salvador,/ y no hay ninguno más.


11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Volveos hacia mí para salvaros,/ confines de la tierra,/ pues yo soy Dios y no hay otro. Yo juro por mi nombre,/ de mi boca sale una sentencia,/ una palabra irrevocable:/ «Ante mí se doblará toda rodilla,/ por mí jurará toda lengua»,/ dirán: «Sólo el Señor/ tiene la justicia y el poder». A él vendrán avergonzados/ los que se enardecían contra él,/ con el Señor triunfará y se gloriará/ la estirpe de Israel. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.

Salmo 99

Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 52, 13-15

Mirad: mi siervo tendrá éxito, será enaltecido y ensalzado sobremanera. Y, así como muchos se horrorizaron de él, pues tan desfigurado estaba que ya ni parecía hombre, no tenía ni aspecto humano, así también muchos pueblos se admirarán de él, y, a su vista, los reyes enmudecerán de asombro porque verán algo jamás narrado y contemplarán algo inaudito.

Responsorio breve V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador.

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V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: «Muchas y buenas obras os he hecho ver —dice el Señor—, ¿por cuál de ellas me queréis apredrear?»

Preces Demos gracias a Cristo, el Señor, que al morir en cruz nos dio la vida, y digámosle con fe: Tú que por nosotros moriste, escúchanos, Señor. Maestro y Salvador nuestro, tú que nos revelaste con tu palabra el designio de Dios y nos renovaste con tu gloriosa pasión, * no permitas que nuestros días transcurran entre vicios y pecados. Que sepamos, Señor, mortificarnos hoy al tomar los manjares del cuerpo, * para ayudar con nuestra abstinencia a los hambrientos y necesitados. Que vivamos santamente este día de penitencia cuaresmal * y lo consagremos a tu servicio mediante obras de misericordia. Sana, Señor, nuestras voluntades rebeldes * y llénanos de tu gracia y de tus dones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir: Padre nuestro.

Oración Perdona, Señor, las culpas que hemos cometido a causa de nuestra debilidad y, por tu misericordia, líbranos de la esclavitud en que nos tienen cautivos nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


76

11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El final de la Cuaresma revela la seriedad con la que hemos realizado el camino. Para revelar la autenticidad de su misión, Jesús acude a las obras que realiza: “Aunque no crean a mi crean a mis obras. Así sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre” (Jn 19,37-38). Las palabras las lleva el viento. Hay algo que revela lo que somos: las obras que realizamos. Por ellas tendrán que reconocer si somos discípulos de Jesús.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.

Salmo 40 Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;/ en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida,/ para que sea dichoso en la tierra,/ y no lo entrega a la saña de sus enemigos. El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,/ calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: «Señor, ten misericordia,/ sáname, porque he pecado contra ti». Mis enemigos me desean lo peor:/ «A ver si se muere y se acaba su apellido». El que viene a verme habla con fingimiento,/ disimula su mala intención,/ y cuando sale afuera, la dice. Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,/ hacen cálculos siniestros:/ «Padece un mal sin remedio,/ se acostó para no levantarse». Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,/ que compartía mi pan,/ es el primero en traicionarme.

Pero tú, Señor, apiádate de mí,/ haz que pueda levantarme,/ para que yo les dé su merecido. En esto conozco que me amas:/ en que mi enemigo no triunfa de mí. A mí, en cambio, me conservas la salud,/ me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel,/ ahora y por siempre. Amén, amén. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Salmo 45

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,/ poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra/ y los montes se desplomen en el mar. Que hiervan y bramen las olas,/ que sacudan a los montes con su furia: El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. El correr de las acequias alegra a la ciudad de Dios,/ el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila;/ Dios la socorre al despuntar la aurora. Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;/ pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra. El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob.


11 de Abril - Viernes, Feria, V Sem. de Cuaresma

Venid a ver las obras del Señor,/ las maravillas que hace en la tierra: Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,/ rompe los arcos, quiebra las lanzas,/ prende fuego a los escudos. «Rendíos, reconoced que yo soy Dios:/ más alto que los pueblos, más alto que la tierra». El Señor de los ejércitos está con nosotros,/ nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.

Cántico

Ap 15, 3-4

77

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Si no queréis creerme a mí, creed a esas obras, que hago en nombre de Dios. Preces Oremos a Jesús, el Señor, que santificó por su propia sangre al pueblo, y digámosle: Compadécete, Señor, de tu pueblo. Redentor nuestro, por tu pasión, concede a tus fieles la fuerza necesaria para mortificar sus cuerpos, ayúdalos en su lucha contra el mal y fortalece su esperanza, * para que se dispongan a celebrar santamente tu resurrección.

Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos!

Haz que los cristianos cumplan con su misión profética anunciando al mundo tu Evangelio * y dando testimonio de él por su fe, esperanza y caridad.

¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3

Conforta, Señor, a los que están tristes, * y otórganos a nosotros el poder consolar a nuestros hermanos.

Lectura breve

1Pe 2, 21b-24

Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando le insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado.

Responsorio breve

V Yo dije: «Señor, ten misericordia». R Yo dije: «Señor, ten misericordia». V Sáname, porque he pecado contra ti. R Señor, ten misericordia. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Yo dije: «Señor, ten misericordia».

Haz que tus fieles aprendan a participar en tu pasión con sus propios sufrimientos, * para que sus vidas manifiesten tu salvación a los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres).

Tú que eres autor de la vida, acuérdate de los difuntos * y dales parte en tu gloriosa resurrección. Con el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Perdona, Señor, las culpas que hemos cometido a causa de nuestra debilidad y, por tu misericordia, líbranos de la esclavitud en que nos tienen cautivos nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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12 de Abril - Sábado, Feria, V Sem. de Cuaresma

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El profeta siempre se ha visto sometido a la presión de sus adversarios. En Jesús, la presión se convirtió en riesgo de muerte. Los judíos trataron de apoderarse de él. El testimonio de Jesús, sus palabras, sus obras, no cayeron en saco roto: “Muchos creyeron en él”. No nos desanimemos. Obremos el bien, alguien recogerá los frutos. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 10,31-42 No son palabras, Señor, sino obras de hombre bueno, las que dan testimonio de que eres Hijo del Altísimo, Enviado del Padre, Salvador del mundo. Tus palabras son la Palabra del Dios vivo. De ti aprendimos que Dios es nuestro Padre, que hemos de amar, como él ama, y perdonar como él perdona. Líbranos de dioses falsos, y de mesías creados a medida del hombre y de sus fantasías. Confesamos que Hijo de Dios Padre hay solo uno, que nos habla de Dios como ninguno. A él la gloria y la alabanza, en comunión con el Padre y con el Espíritu. Antonio Danoz P. Antonio Danoz, redentorista

12 de Abril - Sábado, Feria, V Sem. de Cuaresma Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La suerte de Jesús ya estaba echada: “Es mejor que muera uno solo por el pueblo no que perezca toda la nación” (Jn 11,50). Eran palabras del consejo de ancianos, que equivalían a una sentencia de muerte. Dispongámonos a hacer la etapa más dura del camino que venimos haciendo con Jesús. Es ciertamente la más dura: morirá y resucitará. Pero también la más gloriosa: Al tercer día resucitará.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salino 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:


79

12 de Abril - Sábado, Feria, V Sem. de Cuaresma

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno, Feria de Cuaresma, pág. 6 Antífona 1 - Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.

Salmo 118, 145-152 Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa; / escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores, / están lejos de tu voluntad. Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1

Antífona 2 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

Cántico

Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,/ caballos y carros ha arrojado en el mar./ Mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré;/ el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré./ El Señor es un guerrero,/ su nombre es «Yahvé». Los carros del Faraón los lanzó al mar,/ ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,/ las corrientes se alzaron como un dique,/ las olas se cuajaron en el mar. Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,/ repartiré el botín, se saciará mi codicia,/ empuñaré la espada, los agarrará mi mano».

Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,/ se hundieron como plomo en las aguas formidables. ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?/ ¿Quién como tú, terrible entre los santos,/ temible por tus proezas, autor de maravillas? Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;/ guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,/ los llevaste con tu poder hasta tu santa morada. Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,/ lugar del que hiciste tu trono, Señor;/ santuario, Señor, que fundaron tus manos./ El Señor reina por siempre jamás.

Gloria y antífona 2

Antífona 3 - Alabad al Señor todas las naciones. +

Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ + aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 65, 1b-3a

Dije: «Aquí estoy, aquí estoy», a un pueblo que no invocaba mi nombre. Tenía mis manos extendidas todo el día hacia un pueblo rebelde, que andaba por el mal camino, siguiendo sus antojos, pueblo que me provocaba en mi propia cara, continuamente.

Responsorio breve

V Él me librará de la red del cazador. R Él me librará de la red del cazador. V Me cubrirá con su plumaje. R Él me librará de la red del cazador. V Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. R Él me librará de la red del cazador.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Jesús murió para reunir a los hijos de Dios dispersos.


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12 de Abril - Sábado, Feria - La Palabra se hace oración

Preces Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su carne, y supliquémosle, diciendo: Renuévanos con tu gracia, Señor. Señor Jesús, tú que eres manso y humilde de corazón, danos entrañas de misericordia, bondad y humildad. * y danos comprensión para con todos. Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren, * para imitarte a ti, el buen Samaritano. Que María, la Virgen Madre, interceda por las vírgenes que se han consagrado a tu servicio, * para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la Iglesia. Concédenos la abundancia de tu misericordia * y perdona la multitud de

nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos libre del mal: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, aunque continuamente realizas la salvación de los hombres, sin embargo, concedes a tu pueblo gracias más abundantes en este tiempo de Cuaresma; dígnate, pues, mirar con amor el esfuerzo cuaresmal de tus elegidos y concede tu ayuda tanto a los catecúmenos que van a recibir el bautismo como a tus hijos que ya lo hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 11,45-57 Se acerca la hora, Señor, del poder de las tinieblas. El consejo se reúne, Caifás pronuncia sentencia: “Este hombre hace muchos prodigios, debe morir antes que la nación perezca”. Tu delito ha sido, Señor, sanar a los leprosos, Liberar oprimidos, dar de comer a los hambrientos. La misma suerte han corrido todos tus amigos: Esteban lleno de Espíritu, generosos en el servicio; Pedro, Pablo, tus apóstoles y amigos; Ignacio de Antioquía: “teóforo” y“trigo” molido en el molino del martirio. Así es de injusta es nuestra justicia: Sentencia a muerte a los buenos, y absuelve a los verdugos. P. Antonio Danoz, redentorista


13 de Abril - Domingo de Ramos /A

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Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Escuchamos a Jesús al entrar en la última etapa de su camino hacia la Pascua: “Les aseguro, que si el grano de trigo sembrado en tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto (Jn 12,24). Jesús se sirve del grano de trigo para revelar el proceso que está a punto de empezar. Él es el grano de trigo que será enterrado después de una muerte violenta. Pero en la mañana de Pascua, los frutos serán espectaculares en gloria y salvación.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno Las banderas reales se adelantan/ y la cruz misteriosa en ellas brilla:/ la cruz en que la vida sufrió muerte/ y en que, sufriendo muerte, nos dio vida. Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo/ que, al ser herido por la lanza dura,/ derramó sangre y agua en abundancia/ para lavar con ellas nuestras culpas. En ella se cumplió perfectamente/ lo que David profetizó en su verso, cuando dijo a los pueblos de la tierra;/ «Nuestro Dios reinará desde un madero». ¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,/ árbol ornado con la regia púrpura,/ y destinado a que su tronco digno/ sintiera el roce de la carne pura! ¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,/ en que estuvo colgado nuestro precio,/ fuiste balanza para el cuerpo santo/ que arrebató su presa a los infiernos. A ti, que eres la única esperanza,/ te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos/ que acrecientes la gracia de los justos/ y borres los delitos de los malos. Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,/ la alabanza de todos los espíritus,/ y tú que

con tu cruz nos das triunfo,/ añádenos el premio, oh Jesucristo, Amén. Antífona 1 - Todos los días me sentaba en el templo para enseñar y nunca me prendisteis; ahora, flagelado, me lleváis para ser crucificado.

Salmo 118, 105-112 Lámpara es tu palabra para mis pasos,/ luz en mi sendero;/ + lo juro y lo cumpliré:/ guardaré tus justos mandamientos;/ ¡estoy tan afligido!/ Señor, dame vida según tu promesa. Acepta, Señor, los votos que pronuncio,/ enséñame tus mandatos;/ mi vida está siempre en peligro,/ pero no olvido tu voluntad;/ los malvados me tendieron un lazo,/ pero no me desvié de tus decretos. Tus preceptos son mi herencia perpetua,/ la alegría de mi corazón;/ inclino mi corazón a cumplir tus leyes,/ siempre y cabalmente. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes.

Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;/ yo digo al Señor: «Tú eres mi bien»/ Los dioses y señores de la tierra/ no me satisfacen. Multiplican las estatuas/ de dioses extraños;/ no derramaré sus libaciones con mis manos,/ ni tomaré sus nombres en mis labios.


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13 de Abril - Domingo de Ramos /A

El Señor es mi heredad y mi copa;/ mi suerte está en tu mano:/ me ha tocado un lote hermoso,/ me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja,/ hasta de noche me instruye internamente./ Tengo siempre presente al Señor,/ con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón,/ se gozan mis entrañas,/ y mi carne descansa serena./ Porque no me entregarás a la muerte,/ ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida,/ me saciarás de gozo en tu presencia,/ de alegría perpetua a tu derecha. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor Jesús se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 18-21

Ya sabéis con qué os rescataron: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha. Ya de antes de la creación del mundo estaba él predestinado para eso; y al fin de los

tiempos se ha manifestado por amor a vosotros. Por él creéis en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó. Así vuestra fe y esperanza se centran en Dios.

Responsorio breve

V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Salve, Rey nuestro, Hijo de David, Redentor del mundo; ya los profetas te anunciaron como el Salvador que había de venir. Preces Adoremos a Cristo, quien, próximo ya a su pasión, al contemplar a Jerusalén, lloró por ella, porque no había aceptado el tiempo de gracia; arrepintiéndonos, pues, de nuestros pecados, supliquémosle, diciendo: Ten piedad de tu pueblo, Señor. Tú que quisiste reunir a los hijos de Jerusalén, como la gallina reúne a sus polluelos bajo las alas, * enséñanos a reconocer el tiempo de tu visita. No abandones a los fieles que te abandonaron, * antes concédenos la gracia de la conversión y volveremos a ti, Señor, Dios nuestro. Tú que, por tu pasión, has dado con largueza la gracia al mundo, * concédenos que, fieles a nuestro bautismo, vivamos constantemente de tu Espíritu. Que tu pasión nos estimule a vivir


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13 de Abril - Domingo de Ramos /A

renunciando al pecado, * para que, libres de toda esclavitud, podamos celebrar santamente tu resurrección. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que reinas en la gloria del Padre, * acuérdate de los que hoy han muerto. Porque la victoria de Cristo es nuestra victoria, nos atrevemos a decir a Dios: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se anonadase,

haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos nosotros imitáramos su ejemplo de humildad, concédenos seguir las enseñanzas de su pasión, para que un día participemos en su resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Sobre Jesús había sonado una voz: “Lo he glorificado y de nuevo lo glorificaré” (Jn 12,28). Con la entrada en Jerusalén, el camino hacia su glorificación ha comenzado. El poder de Dios es más fuerte que los impíos que se empeñan en darle muerte. Nadie podrá acallar los gritos de victoria, que resonarán con más fuerza en la mañana de Pascua. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo. I Vísperas, pág. 12)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Ubiquémonos espiritualmente en el día en que Jesús decide subir por última vez a Jerusalén. Lo hace como rey humilde montado en un pollino, pero aclamado por la multitud: “Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, rey de Israel” (Jn 12,13). Con Jesús entramos en la etapa final del itinerario cuaresmal. Dispongámonos a vivir Con Jesús, la humillación de su pasión y de su muerte, para disfrutar con él del gozo de la resurrección en día de Pascua.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle. Himno El pueblo que fue cautivo/ y que tu mano libera/ no encuentra mayor palmera/ ni abunda en mejor olivo./ Viene con aire festivo /para enramar tu victoria,/ y no te ha visto en su historia,/ Dios de Israel, más cercano:/ ni tu poder más a mano/ ni más humilde tu gloria.


84 ¡Gloria, alabanza y honor!/ Gritad: «¡Hosanna!», y haceos/ como los niños hebreos/ al paso del Redentor. ¡Gloria y honor/ al que viene en el nombre del Señor! Amén. Antífona 1 - El numeroso gentío, que había venido a la fiesta, aclamaba al Señor: «Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo».

Salmo 117

Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia.

13 de Abril - Domingo de Ramos /A

No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad.

En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo.

Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina.

El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre?

Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar.

El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo.

Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1

Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; / me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé.

Cántico

Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra del Señor es poderosa,/ la diestra del Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa».

Antífona 2 - Con los ángeles y los niños, cantemos al triunfador de la muerte: «Hosanna en el cielo».

Dn 3, 52-57

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos.


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13 de Abril - Domingo de Ramos /A

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en las alturas.

Salmo 150 Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Za 9, 9

Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén. Mira a tu Rey que viene a ti, justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica.

Responsorio breve

V Nos has comprado, Señor, por tu sangre. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V De entre toda raza, lengua, pueblo y nación. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Aclamemos con palmas de victoria al Señor que viene, y salgamos a su encuentro con himnos y cantos, dándole gloria y diciendo: «Bendito eres, Señor».

Preces Adoremos a Cristo, que al entrar en Jerusalén fue aclamado por las multitudes como rey y mesías; acojámosle también nosotros con gozo, diciendo: Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna a ti, Hijo de David y Rey eterno; * hosanna a ti, vencedor de la muerte y del mal. Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna. Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. Salvador nuestro, que viniste a salvar a los pecadores, * conduce a tu reino a los que en ti creen, esperan y te aman. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Unidos fraternalmente, dirijámonos al Padre, diciendo con toda confianza: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se anonadase, haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos nosotros imitáramos su ejemplo de humildad, concédenos seguir las enseñanzas de su pasión, para que un día participemos en su resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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13 de Abril - Domingo de Ramos /A

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: En la celebración de este día nos ha revelado las dos caras del misterio de la Pascua. Por un lado, la dimensión dolorosa. La recordamos en la proclamación de la pasión de Jesús. Por otro lado, nos hemos asomado a la gloria de Jesús triunfador del odio y de la muerte en la resurrección. Glorificación y muerte de Jesús, muerte y glorificación, son inseparables. Lo son en las celebraciones pascuales. Lo han de ser en nuestras vidas de discípulos, muertos y resucitados con Jesús.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno

Llevaba roja la túnica/ y enrojecido el cabello./ ¿De dónde, con pies sangrantes,/ avanzas tú, Lagarero?/ «Del monte de la batalla/ y de la victoria vengo;/ rojo fue mi atardecer, /blanco será mi lucero». Llevaba roja la túnica,/ roja de sangre y fuego. También de blanco le vi/ el vestido y el aliento;/ bello como las estrellas,/ como flor de cardo bello./ Rojo como la amapola/ y blanco como un cordero: / carmesíes sus heridas/ y blancos sus pensamientos. Llevaba blanca la túnica,/ roja de sangre y fuego. Por toda la negra tierra/ el chorro de sus veneros:/ sangre preciosa su sangre/ que hace blanco el sufrimiento./ ¡Oh Cristo, de sangre roja!/ ¡Oh Cristo, dolor supremo!/ A ti el clamor de los hombres,/ en ti nuestros clavos fieros. Llevaba roja la túnica,/ roja de sangre y fuego. Amén. Antífona 1 - Herido y humillado, Dios lo exaltó con su diestra.

Salmo 109, 1-5.7 Oráculo del Señor a mi Señor:/

«Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - La sangre de Cristo nos purificará, para dar culto al Dios vivo.

Salmo 113 B No a nosotros, Señor, no a nosotros,/ sino a tu nombre da la gloria;/ por tu bondad, por tu lealtad./ ¿Por qué han de decir las naciones:/ «Dónde está su Dios»? Nuestro Dios está en el cielo,/ lo que quiere lo hace./ Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca, y no hablan;/ tienen ojos, y no ven;/ tienen orejas, y no oyen;/ tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan;/ tienen pies, y no andan;/ no tiene voz su garganta:/


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13 de Abril - Domingo de Ramos /A

que sean igual los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ La casa de Aarón confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ Los fieles del Señor confían en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,/ bendiga a la casa de Israel,/ bendiga a la casa de Aarón;/ bendiga a los fieles del Señor,/ pequeños y grandes. Que el Señor les acreciente,/ a ustedes y a sus hijos;/ benditos sean del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra./ El cielo pertenece al Señor,/ la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor,/ ni los que bajan al silencio./ Nosotros, sí, bendeciremos al Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.

Cántico

1Pe 2, 21b-24

Cristo padeció por nosotros,/ dejándonos un ejemplo/ para que sigamos sus huellas. Él no cometió pecado/ ni encontraron engaño en su boca;/ cuando le insultaban,/ no devolvía el insulto;/ en su pasión no profería amenazas;/ al contrario,/ se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño,/ para que, muertos al pecado,/ vivamos para la justicia./ Sus heridas nos han curado. Gloria y antífona 3

los profetas que se leen cada sábado. Y, a pesar de que no encontraron en él causa alguna digna de muerte, pidieron a Pilato que lo hiciera morir. Una vez que cumplieron todo lo que de él estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo depositaron en un sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.

Responsorio breve

V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: «Dice la Escritura: “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño”; pero, después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea; allí me veréis», dice el Señor. Preces

Oremos humildemente al Salvador del género humano, que sube a Jerusalén a sufrir su pasión para entrar así en la gloria, y digámosle: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección.

He 13, 26-30a

Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, * para poder nosotros consolar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas.

Hermanos, a vosotros envía Dios este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento a las palabras de

Mira con bondad a aquellos a quienes hemos escandalizado con nuestros pecados, * ayúdalos a ellos y corrígenos a nosotros, para que resplandezca en todo tu santidad y tu amor.

Lectura breve


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13 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, * concede a tus fieles obediencia y paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, * y a nosotros concédenos también que un día participemos de su felicidad. Porque la muerte de Cristo nos ha hecho agradables a Dios, nos atrevemos a orar al Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que nuestro Salvador se anonadase, haciéndose hombre y muriendo en la cruz, para que todos nosotros imitáramos su ejemplo de humildad, concédenos seguir las enseñanzas de su pasión, para que un día participemos en su resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Las gentes que aclamaron a Jesús al entrar en Jerusalén, se volvieron a sus casas. Con la “procesión” había concluido todo. Es posible que algunos estuvieran unos días más tarde gritando ante la residencia de Pilato: “Crucifícalo, crucifícalo”. Para los discípulos de Jesús, no se ha terminado todo con conseguir el ramo bendecido, para colocarlo en un rincón de la casa. En realidad ha comenzado el momento más fuerte de las celebraciones de nuestra fe en este año. No le podemos fallar a Jesús. Hay que estar con él, desde hoy hasta la Vigilia Pascual y el domingo de Pascua de Resurrección. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 21,1-11 ¡Portones de Jerusalén alzad los dinteles, que sobre humilde pollino entra el Rey de la gloria! Es Hijo de David, Mesías Salvador, Príncipe de la paz, que la tierra gobierna con justicia. Con las calles alfombradas de verde oliva y esperanza, unidos a los niños, de voz límpida, incontaminada, bendecimos, Señor, gritamos y proclamamos: “¡Gloria, alabanza, honor, al que viene en el nombre del Señor!” Así somos, Señor, los humanos; al que hoy aclamamos como héroe y como Rey, mañana lo crucificamos. Las voces que te aclaman, sonarán con más fuerza al amanecer de Pascua: “Digno es el Cordero degollado, de recibir fuerza y honor, la gloria y la alabanza” (Ap 5,12). P. Antonio Danoz, redentorista


14 de Abril - Lunes Santo

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Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Los autores del nuevo testamento han relacionado con Jesús los “cánticos del siervo” de Isaías. El primer cántico hace la presentación: Dios ha puesto sobre él su Espíritu. Dios le ha asignado una misión: “Te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones” (Is 42,6).“Él abrirá los ojos de los ciegos, liberará a los cautivos de la prisión” (Is 42,7). La misión es hermosa, pero tiene un precio muy alto: Le costará la muerte: “Como cordero será llevado al matadero” (Is 53,7). Preparémonos a asumir la misión del “Siervo de Yahvé”, que es también la nuestra.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno Dieron muerte al Heredero,/ su oblación es haz de luz,/ reina Dios desde el madero,/ fulge el signo de la cruz. En los cielos contemplamos/ nuestra prenda tan locuaz/ como símbolo divino/ de salud, de amor, de paz. ¡Resplandece, brilla, avanza,/ oh estandarte del gran Rey!/ ¡Oh cruz, única esperanza/ y resumen de su ley! Que presidas nuestra suerte/ —cada cual con nuestra cruz—/ y en la hora de la muerte/ nos conduzcas a Jesús. Gloria al Padre con el Hijo/ y el Espíritu con amor;/ las tres Personas reciban/ por la cruz igual honor. Amén. Antífona 1 - Exclamó Jesús: «Siento en mi alma angustias de muerte; aguardad aquí y velad conmigo».

Salmo 41 Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y Hermón/ y el Monte Menor. Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado. De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la abalanza/ del Dios de mi vida. Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Se me rompen los huesos/ por las burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?» ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios,


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14 de Abril - Lunes Santo

que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1

contento como un héroe, a recorrer su camino.

Antífona 2 - Ahora viene el juicio de este mundo; ahora el señor de este mundo va a ser arrojado fuera.

Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor. Gloria y antífona 3

Cántico

Lectura breve

Sir 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,/ infunde tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder. Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo. Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria. Gloria y antífona 2

Jer 11, 19-20

Yo como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: «Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra de los vivos, que su nombre no se pronuncie más». Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, escudriñas las entrañas y el corazón; veré tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.

Responsorio breve

V Nos has comprado, Señor, por tu sangre. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V De entre toda raza, lengua, pueblo y nación. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre.

Antífona 3 - Jesús, caudillo y consumador de la fe, sufrió con toda constancia la cruz, pasando por encima de su ignominia; y está sentado a la diestra del trono de Dios.

Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Padre justo, si es verdad que el mundo no te ha conocido, yo sí te he conocido y sé que tú me has enviado.

Salmo 18 A

Preces

El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura.

Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y digámosle: Señor, ten piedad de nosotros.

Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.

Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él sale como el esposo de su alcoba,/

Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, * sana nuestras heridas.


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14 de Abril - Lunes Santo

Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, * perdónanos también a nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados, diciendo: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza y, con la fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Ante los signos de violencia que contemplamos en los diversos escenarios de la sociedad, el “siervo de Yahvé” nos sorprende con una forma de actuar totalmente opuesta a la violencia: No grita, no rompe la caña ya quebrada, no apaga la mecha que aún arde. Jesús acomete una obra de la máxima trascendencia: la salvación de la humanidad. Lo hace por el camino de la humildad, de la mansedumbre y del silencio. Oremos, para que Jesús nos conceda imitar la mansedumbre y humildad de corazón, que ha manifestado en su pasión.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno Muere Jesús del Gólgota en la cumbre/ con amor perdonando al que le hería:/ siente deshecho el corazón María/ del dolor en la inmensa pesadumbre. Se aleja con pavor la muchedumbre/ cumplida ya la santa profecía;/ tiembla la tierra; el luminar del día,/ cegado a tanto horror, pierde su lumbre. Se abren las tumbas, se desgarra el velo/ y, a impulsos del amor, grande y fecundo,/ parece estar la cruz, signo de duelo, cerrando, augusta, con el pie el profundo,/ con la excelsa cabeza abriendo

el cielo/ y con los brazos abarcando el mundo. Amén. Antífona 1 - Lo vimos sin aspecto atrayente, sin gracia ni belleza.

Salmo 44 I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los ene-migos del rey. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios,


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14 de Abril - Lunes Santo

te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de reyes salen a tu encuentro,/ de pie a tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Le daré una multitud como parte, porque se entregó a sí mismo a la muerte. II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra». Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios nos ha concedido la gloria de su gracia en su querido Hijo, por el cual, por su sangre, hemos recibido la redención.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 5, 8-9

Dios nos demuestra el amor que nos tiene en el hecho de que, siendo todavía pecadores, murió Cristo por nosotros. Así que con mayor razón, ahora que hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él de la cólera divina.

Responsorio breve

V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Así como Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, así deberá ser levantado en alto el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.


14 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Preces Adoremos a Jesús, el Salvador del género humano, que muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida, y pidámosle humildemente: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección. Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, *para poder nosotros consolar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas. Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, * para que se manifiesten a los hombres los frutos de la salvación. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una

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muerte de cruz, * concede a tus fieles obediencia y paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, * y a nosotros concédenos también que un día participemos de su felicidad. Movidos por el espíritu filial que Cristo nos mereció con su muerte, digamos al Padre: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza y, con la fuerza de la pasión de tu Hijo, levanta nuestra esperanza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: En vísperas de la Pascua, una mujer realizó un gesto rico en simbolismo: ungió los pies a Jesús y se los enjugó con los cabellos. El mismo Jesús hizo la lectura de su gesto: “Lo guardaba para mi sepultura” (Jn 12,7). Aconteció al anochecer durante una cena con amigos. La generosidad de María contrasta con la avaricia de Judas. Una muestra su amor a Jesús. El otro, está ya gestando el mayor pecado contra el amor: la traición. Adelantémonos con María a demostrar a Jesús nuestro amor fiel y a toda prueba. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Lunes, pág. 17)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 12,1-11 Estamos, Señor, con tres de tus amigos: Marta, María y Lázaro, que te hospedaron en su casa. Con un banquete celebran el “paso” gozoso de Lázaro, del sepulcro de roca fría, a ser comensal del banquete. Huele en la estancia todo a Pascua: Marta: servicial como siempre; Lázaro: gloriosamente presente; María: con signo sorprendente prepara la sepultura; Judas: manipulador de los pobres, trama la traición. Haz, Señor, que lavemos a los pobres los pies,


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15 de Abril - Martes Santo

y se los unjamos con perfume de amor cercano y duradero, pues los tenemos siempre con nosotros; y que nadie quede fuera, sin sitio en el banquete. P. Antonio Danoz, redentorista

15 de Abril - Martes Santo Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La misión que Dios confía a su Siervo sobrepasa las fronteras de Israel. Lo hace luz “para que la salvación alcance hasta el confín de la tierra” (49,6). Jesús con su muerte y resurrección “derribó todo muro de separación” toda hostilidad, “creando una humanidad nueva” (Ef 2,14-15). Formamos parte de esta humanidad nueva. Derribemos los muros de exclusión y discriminación. Como Jesús, “en esto hemos de gastar nuestras fuerzas” (Is 49,4).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno Ojos muertos que miráis/ con mirar indescriptible/ y con fuerza irresistible/ atraéis y cautiváis,/ ¿por qué, si muertos estáis,/ tenéis tan viva expresión/ que así turbáis mi razón/ trocando vuestras miradas/ en dos punzantes espadas/ que parten mi corazón? Al veros, ojos piadosos,/ todo mi ser se conmueve/ ¿Quién a miraros se atreve/ sin llorar, ojos llorosos?/ Me cautiváis amorosos,/ me reprendéis justicieros,/ inspiráis dolor y calma,/ sois tiernos y sois severos,/ y las borrascas del alma/ enfrenáis sólo con veros. ¡Ah! Permitid ojos píos,/ ojos que sois el encanto/ del cielo, que con mi

llanto/ borre mis locos desvíos;/ bebí en cenagosos ríos/ aguas de ponzoñas llenas/ que, al infiltrarse en mis venas,/ causaron fiebres ardientes./ ¡Cómo olvidé que erais fuentes/ de aguas dulces y serenas! Amén. Antífona 1 - Defiende mi causa, Señor, sálvame del hombre traidor y malvado.

Salmo 42 Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa/ contra gente sin piedad,/ sálvame del hombre traidor y malvado. Tú eres mi Dios y protector,/ ¿por qué me rechazas?/ ¿Por qué voy andando sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Envía tu luz y tu verdad:/ que ellas me guíen/ y me conduzcan hasta tu monte santo,/ hasta tu morada. Que yo me acerque al altar de Dios,/ al Dios de mi alegría;/ que te dé gracias al son de la cítara,/ Señor, Dios mío. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1


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15 de Abril - Martes Santo

Antífona 2 - Tú defendiste, Señor, la causa de mi alma y rescataste mi vida, Señor, Dios mío.

Cántico

Is 38, 10-14. 17-20

Yo pensé: «En medio de mis días/ tengo que marchar hacia las puertas del abismo;/ me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor/ en la tierra de los vivos,/ ya no miraré a los hombres/ entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida/ como una tienda de pastores./ Como un tejedor devanaba yo mi vida/ y me cortan la trama». Día y noche me estás acabando,/ sollozo hasta el amanecer./ Me quiebras los huesos como un león,/ día y noche me estás acabando. Estoy piando como una golondrina,/ gimo como una paloma./ Mis ojos mirando al cielo se consumen:/ ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí! Me has curado, me has hecho revivir,/ la amargura se me volvió paz/ cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía/ y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias,/ ni la muerte te alaba,/ ni esperan en tu fidelidad/ los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:/ como yo ahora./ El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas /todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Mi siervo justificará a muchos, porque cargó sobre sí los crímenes de ellos.

Salmo 64 ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en

Sión,/ y a ti se te cumplen los votos,/ porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal/ a causa de sus culpas;/ nuestros delitos nos abruman,/ pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas/ para que viva en tus atrios:/ que nos saciemos de los bienes de tu casa,/ de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes,/ Dios, Salvador nuestro;/ tú, esperanza del confín de la tierra/ y del océano remoto; tú que afianzas los montes de tu fuerza,/ ceñido de poder;/ tú que reprimes el estruendo del mar,/ el estruendo de las olas/ y el tumulto de los pueblos. Los habitantes del extremo del orbe/ se sobrecogen ante tus signos,/ y a las puertas de la aurora y del ocaso/ las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas/ y la enriqueces sin medida;/ la acequia de Dios va llena de agua,/ preparas los trigales; riegas los surcos, igualas los terrones,/ tu llovizna los deja mullidos,/ bendices sus brotes;/ coronas el año con tus bienes,/ las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo,/ y las colinas se orlan de alegría;/ las praderas se cubren de rebaños, /y los valles se visten de mieses,/ que aclaman y cantan. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Za 12, 10-11a

Derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración. Me mirarán a mí, a quien traspasaron, harán llanto como llanto por el hijo único y llorarán como se llora al primogénito. Aquel día será grande el luto de Jerusalén.


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15 de Abril - Martes Santo

Responsorio breve

V Nos has comprado, Señor, por tu sangre. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V De entre toda raza, lengua, pueblo y nación. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre.

Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenía junto a ti, antes que el mundo existiese. Preces Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y digámosle: Señor, ten piedad de nosotros. Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna.

Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, * sana nuestras heridas. Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, * perdónanos también a nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Siguiendo la enseñanza de Jesucristo, que nos ha hecho hijos de Dios, digamos juntos a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús sorprende a los discípulos con una mala noticia: “Uno de ustedes me entregará” (Jn 13,21). El traidor estaba en casa. Al consumarse la traición, Jesús acude de nuevo a un gesto de amor: el beso. “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?” (Lc 22,48). Los traidores siguen vivos; y los gestos traicioneros de amor, también. Pidamos que nuestros gestos de amor se multipliquen.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno Brille la cruz del Verbo, luminosa,/ brille como la carne sacratísima/ de aquel Jesús nacido de la Virgen/ que en la gloria del Padre vive y brilla. Gemía Adán doliente y conturbado,/ lágrimas Eva junto a Adán vertía;/ brillen sus rostros por la cruz gloriosa,/ cruz que se enciende cuando el Verbo expira.


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15 de Abril - Martes Santo

¡Salve, cruz de los montes y caminos,/ junto al enfermo suave medicina,/ regio trono de Cristo en las familias,/ cruz de nuestra fe, salve cruz bendita!

mismo, Señor, ¿por quién, si no, me dará la mano?

Reine el Señor crucificado,/ levantando la cruz donde moría;/ nuestros enfermos ojos buscan luz,/ nuestros labios el río de la vida.

Éste es el camino de los confiados,/ el destino de los hombres satisfechos:

Te adoramos, oh cruz que fabricamos/ pecadores con manos deicidas; te adoramos, ornato del Señor,/ sacramento de nuestra eterna dicha. Amén. Antífona 1 - Oía las burlas de la gente: «Terror por doquier», pero el Señor está conmigo, como fuerte guerrero».

Salmo 48

II

son un rebaño para el abismo,/ la muerte es su pastor,/ y bajan derechos a la tumba;/ se desvanece su figura/ y el abismo es su casa. Pero a mí, Dios me salva,/ me saca de las garras del abismo/ y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre/ y aumenta el fasto de su casa:/ cuando muera, no se llevará nada,/ su fasto no bajará con él.

I Oíd esto, todas las naciones,/ escuchadlo, habitantes del orbe:/ plebeyos y nobles, ricos y pobres;

Aunque en vida se felicitaba:/ «Ponderan lo bien que lo pasas»,/ irá a reunirse con sus antepasados,/ que no verán nunca la luz.

mi boca hablará sabiamente,/ y serán muy sensatas mis reflexiones;/ prestaré oído al proverbio/ y propondré mi problema al son de la cítara.

El hombre rico e inconsciente/ es como un animal que perece. Gloria y antífona 2

¿Por qué habré de temer los días aciagos,/ cuando me cerquen y me acechen los malvados,/ que confían en su opulencia/ y se jactan de sus inmensas riquezas,/ si nadie puede salvarse/ ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida,/ que nunca les bastará/ para vivir perpetuamente/ sin bajar a la fosa. Mira: los sabios mueren,/ lo mismo que perecen los ignorantes y necios,/ y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua/ y su casa de edad en edad,/ aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdura en la opulencia,/ sino que perece como los animales. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Sal fiador por mí ante ti

Antífona 3 - Fuiste degollado, Señor, y por tu sangre nos compraste para Dios.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3


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15 de Abril - Martes Santo

Lectura breve

1Co 1, 27b-30

Lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más: ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta; de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.

Responsorio breve

V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Soy libre para dar mi vida y libre para volverla a tomar. Preces Adoremos a Jesús, el Salvador del género humano, que muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida, y pidámosle humildemente: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre.

Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección. Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, * para poder nosotros consolar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas. Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, * para que se manifiesten a los hombres los frutos de la salvación. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, * concede a tus fieles obediencia y paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, * y a nosotros concédenos también que un día participemos de su felicidad. Dirijámonos a Dios con la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Al salir el traidor, Juan anota: “Era de noche”. Probablemente lucía la luna y las tinieblas no eran tan densas. Donde era noche total era en el corazón de Judas. Cuando muere el amor, se produce un cortocircuito fatal. Judas trama la traición en la más densa oscuridad. Jesús ya no estaba con él. Dios tampoco. Miremos hacia nuestro interior. Cualquiera puede ser un traidor. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Martes, pág. 19)


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16 de Abril - Miércoles Santo

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 13, 21-33.36-38 El que traiciona, Señor, el que niega, el amor y la amistad ponen en juego. Triste es traicionarte, como Judas, negar conocerte, como Pedro. Confesamos no reconocerte, Señor, en el pobre, en obreros mal pagados, en humildes políticamente utilizados, en mujeres y niños explotados por las mafias. Perdónanos, Señor, por decirte tantas veces: “La vida entregará por ti”, y te fallamos. Que no tengamos que oír, Señor, más veces de tus labios: “Antes que el gallo cante me habrás negado tres veces”. P. Antonio Danoz, redentorista

16 de Abril - Miércoles Santo Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El “siervo de Yahvé” es consciente de que la misión es arriesgada y dolorosa. Tendrá que afrontar la hostilidad; hasta la agresión física: “Ofrecí mi espalda a los que me apaleaban, las mejillas a quienes me arrancaban la barba” (Is 50,6). Pero el“siervo” está seguro de que Dios está con él: “El Señor me ayuda, por eso no me acobardaba” (Is 50,7). Jesús tampoco se acobardó. Ante la Pasión Jesús ora: “Abba, Padre, aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Mc 14,36).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Quiero ser como cera derretida/ que modelen tus dedos creadores;/ y morar para siempre sin temores/ de tu costado en la sangrienta herida.

Antífona (para el salmo invitatorio):

Vivir tu muerte y tus dolores grandes,/ disfrutar tus delicias verdaderas/ y seguir el camino por donde andes.

Himno

Dame, Señor, huir de mis quimeras,/ dame, Señor, que quiera lo que mandes/ para poder querer lo que tú quieras. Amén.

A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle. En tus manos, Señor, pongo mi vida/ con todas sus angustias y dolores;/ que en ti florezcan frescos mis amores/ y que halle apoyo en ti mi fe caída.

Antífona 1 - En mi angustia te busco, Señor, y extiendo las manos sin descanso.


100 Salmo 76 Alzo mi voz a Dios gritando,/ alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío:/ de noche extiendo las manos sin descanso,/ y mi alma rehúsa el consuelo./ Cuando me acuerdo de Dios, gimo,/ y meditando me siento desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos,/ y la agitación no me deja hablar./ Repaso los días antiguos, /recuerdo los años remotos;/ de noche lo pienso en mis adentros,/ y meditándolo me pregunto: ¿Es que el Señor nos rechaza para siempre/ y ya no volverá a favorecernos? /¿Se ha agotado ya su misericordia,/ se ha terminado para siempre su promesa?/ ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,/ o la cólera cierra sus entrañas? Y me digo: ¡Qué pena la mía!/ ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!/ Recuerdo las proezas del Señor; / sí, recuerdo tus antiguos portentos,/ medito todas tus obras/ y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos:/ ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,/ mostraste tu poder a los pueblos;/ con tu brazo rescataste a tu pueblo,/ a los hijos de Jacob y de José. Te vio el mar, ¡oh Dios!,/ te vio el mar y tembló,/ las olas se estremecieron. Las nubes descargaban sus aguas,/ retumbaban los nubarrones,/ tus saetas zigzagueaban. Rodaba el fragor de tu trueno,/ los relámpagos deslumbraban el orbe,/ la tierra retembló estremecida. Tú te abriste camino por las aguas,/ un vado por las aguas caudalosas,/ y no quedaba rastro de tus huellas:

16 de Abril - Miércoles Santo

mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,/ por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Si hemos muerto con Cristo, tenemos fe en que viviremos también con él.

Cántico

1Sam 2, 1-10

Mi corazón se regocija por el Señor,/ mi poder se exalta por Dios;/ mi boca se ríe de mis enemigos,/ porque gozo con tu salvación./ No hay santo como el Señor,/ no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos,/ no echéis por la boca arrogancias,/ porque el Señor es un Dios que sabe;/ él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes,/ mientras los cobardes se ciñen de valor;/ los hartos se contratan por el pan,/ mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos se marchita. El Señor da la muerte y la vida,/ hunde en el abismo y levanta;/ da la pobreza y la riqueza, /humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para hacer que se siente entre príncipes/ y que herede un trono de gloria; /pues del Señor son los pilares de la tierra,/ y sobre ellos afianzó el orbe. Él guarda los pasos de sus amigos,/ mientras los malvados perecen en las tinieblas,/ porque el hombre no triunfa por su fuerza. El Señor desbarata a sus contrarios,/ el Altísimo truena desde el cielo,/ el Señor juzga hasta el confín de la tierra./ Él da fuerza a su Rey,/ exalta el poder de su Ungido. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cristo Jesús ha sido hecho por Dios para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.


101

16 de Abril - Miércoles Santo

Salmo 96

El Señor reina, la tierra goza,/ + se alegran las islas innumerables./ Tiniebla y nube lo rodean,/ justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego/ abrasando en torno a los enemigos;/ sus relámpagos deslumbran el orbe,/ y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra;/ los cielos pregonan su justicia,/ y todos los pueblos contemplan su gloria. Los que adoran estatuas se sonrojan,/ los que ponen su orgullo en los ídolos;/ ante él se postran todos los dioses. Lo oye Sión, y se alegra,/ se regocijan las ciudades de Judá/ por tus sentencias, Señor; porque tú eres Señor, /altísimo sobre toda la tierra,/ encumbrado sobre todos los dioses. El Señor ama al que aborrece el mal,/ protege la vida de sus fieles/ y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo,/ y la alegría para los rectos de corazón./ Alegraos, justos, con el Señor,/ celebrad su santo nombre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 50, 5-7

El Señor me abrió el oído; yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado.

Responsorio breve

V Nos has comprado, Señor, por tu sangre. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V De entre toda raza, lengua, pueblo y nación.

R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre.

Cántico de Zacarías, ver pág. 4

Antífona: La sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció inmaculado a Dios, purificará nuestra conciencia de las obras muertas, para dar culto al Dios vivo.

Preces

Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y digámosle: Señor, ten piedad de nosotros. Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna. Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, * sana nuestras heridas. Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, * perdónanos también a nosotros, pecadores. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Ya que la fuerza para no caer en la tentación nos viene de Dios, repitamos juntos la oración que Cristo nos enseñó y pidamos al Padre que nos libre siempre del mal: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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16 de Abril - Miércoles Santo

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús se encuentra en una situación difícil: tendrá que enfrentarse con un proceso injusto; con la condena a morir en la cruz. Sus amigos lo abandonarán. También Pedro, que se atreve a decir: “Aunque todos fallen, yo no” (Mc 14,29). Horas más tarde confesará cobardemente que “no conocían a ese hombre” (Mc 14,70). Oremos, para no negar nunca más a Jesús.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno Vengo, Señor, cabe las ígneas huellas/ de tus sacras heridas luminosas:/ quíntuple abrir de inmarcesibles rosas,/ suma constelación de cinco estrellas.

con la boca bendicen,/ con el corazón maldicen. Descansa sólo en Dios, alma mía,/ porque él es mi esperanza;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré. De Dios viene mi salvación y mi gloria/ él es mi roca firme,/ Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,/ desahogad ante él vuestro corazón,/ que Dios es nuestro refugio.

Vengo a poblar sus oquedades bellas,/ a estudiar en sus aulas silenciosas,/ y a beber, con ternuras dolorosas,/ la miel de acíbar que pusiste en ellas.

Los hombres no son más que un soplo,/ los nobles son apariencia:/ todos juntos en la balanza subirán/ más leves que un soplo.

Cuando zozobre mi valor, inerme,/ y vaya en turbias ansias a abismarme/ y llagado también llegue yo a verme,

No confiéis en la opresión,/ no pongáis ilusiones en el robo;/ y aunque crezcan vuestras riquezas/ no les deis el corazón.

deja a tus dulces llagas allegarme,/ y en sus íntimos claustros esconderme,/ y en su divina suavidad curarme. Amén. Antífona 1 - Dijeron los impíos: «Oprimamos al justo, porque se enfrenta a nuestro modo de obrar».

Salmo 61 Sólo en Dios descansa mi alma,/ porque de él viene mi salvación;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré.

Dios ha dicho una cosa,/ y dos cosas que he escuchado: «Que Dios tiene el poder/ y el Señor tiene la gracia;/ que tú pagas a cada uno/ según sus obras». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Él tomó sobre sí el pecado de las multitudes e intercedió por los pecadores.

Salmo 66

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre/ todos juntos, para derribarlo/ como a una pared que cede/ o a una tapia ruinosa?

El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.

Sólo piensan en derribarme de mi altura,/ y se complacen en la mentira:/

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.


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16 de Abril - Miércoles Santo

Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia, /riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Por Cristo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, +Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ef 4, 32—5,2

Sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también Dios os ha perdonado en

Cristo. Sed, en una palabra, imitadores de Dios, como hijos amados que sois. Y vivid en el amor a ejemplo de Cristo, que os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia.

Responsorio breve

V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Porque con tu santa cruz redimiste al mundo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El Maestro dice: «Mi hora se acerca; en tu casa quiero celebrar yo la Pascua con mis discípulos». Preces Adoremos a Jesús, el Salvador del género humano, que muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando restauró la vida, y pidámosle humildemente: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección. Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, *para poder nosotros consolar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas. Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, * para que se manifiesten a los hombres los frutos de la salvación. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, * concede a tus fieles obediencia y paciencia.


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16 de Abril - Miércoles Santo - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, * y a nosotros concédenos también que un día participemos de su felicidad. Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre de todos: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: No fueron las tinieblas las que llevaron a Pedro a negar a Jesús. Fue su fe todavía inmadura, incapaz de afrontar la prueba. Aquel que se cría tan seguro, se vino abajo al verse rodeado de los adversarios de Jesús. Oremos, para que Jesús nos libere de nuestras cobardías, y de afrontar riesgos que ponen en peligro nuestra fe todavía débil e inmadura. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Martes, pág. 20)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 26,14-25 Cuando Judas salió, Señor, “era de noche”. Son muchos los traidores que maquinan la traición, siempre al amparo de las sombras. Pero hay un traidor, que es el traidor mayor, es Judas Iscariote, que a ti te traicionó. La traición al amor no tiene perdón de Dios; pero Dios ofreció a Judas misericordia y perdón. Perdido en su noche huyó Judas como un cobarde; ignorar tu misericordia, fue su nueva traición. Perdónanos, Señor, los amores y desamores, los pasos mal dados por caminos equivocados, por negocios en que se traiciona a pobres y mujeres maltratadas. Y perdón, Señor, por todos los besos traidores. P. Antonio Danoz, redentorista

Miércoles Santo


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17 de Abril - Jueves Santo de la Cena del Señor Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Llegó la “hora” de Jesús: “Cuánto he deseado comer esta Pascua antes de mi pasión” (Lc 22,15). Esta Pascua que celebra con lo discípulos, revive la acción liberadora de Dios, sacando a Israel de la esclavitud. Pero esta Pascua es el principio de una nueva acción liberadora de Dios. Será a través de la muerte y resurrección de Jesús, como Dios liberará a la humanidad de todas sus esclavitudes.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Manasés;/ despierta tu poder y ven a salvarnos. ¡Oh Dios!, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve.

Antífona (para el salmo invitatorio):

Señor Dios de los ejércitos,/ ¿hasta cuándo estarás airado/ mientras tu pueblo te suplica?

Himno

Le diste a comer llanto,/ a beber lágrimas a tragos;/ nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,/ nuestros enemigos se burlan de nosotros.

A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

No me mueve, mi Dios, para quererte,/ el cielo que me tienes prometido;/ ni me mueve el infierno tan temido/ para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, Señor, muéveme el verte/ clavado en una cruz y escarnecido;/ muéveme ver tu cuerpo tan herido,/ muévenme tus afrentas y tu muerte. Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,/ que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,/ y, aunque no hubiera infierno, te temiera. No me tienes que dar porque te quiera;/ pues, aunque cuanto espero no esperara,/ lo mismo que te quiero te quisiera. Amén. Antífona 1 - Mira, Señor, y contempla que estoy en peligro, respóndeme en seguida.

Salmo 79 Pastor de Israel, escucha,/ tú que guías a José como a un rebaño; / tú que te sientas sobre querubines, resplandece/ ante Efraím, Benjamín y

Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Sacaste una vid de Egipto,/ expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;/ le preparaste el terreno y echó raíces,/ hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas/ y sus pámpanos, los cedros altísimos;/ extendió sus sarmientos hasta el mar,/ y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca/ para que la saqueen los viandantes,/ la pisoteen los jabalíes/ y se la coman las alimañas? Dios de los ejércitos, vuélvete:/ mira desde el cielo, fíjate,/ ven a visitar tu viña,/ la cepa que tu diestra plantó,/ y que tú hiciste vigorosa. La han talado y le han prendido fuego:/ con un bramido hazlos perecer./ Que tu mano proteja a tu escogido,/ al hombre que tú fortaleciste./ No nos alejaremos de ti;/ danos vida, para que invoquemos tu nombre.


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17 de Abril - Jueves Santo de la Cena del Señor

Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré.

Cántico

Is 12, 1-6

Te doy gracias, Señor,/ porque estabas airado contra mí,/ pero ha cesado tu ira/ y me has consolado. Él es mi Dios y salvador:/ confiaré y no temeré,/ porque mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación./ Y sacaréis aguas con gozo/ de las fuentes de la salvación. Aquel día, diréis:/ Dad gracias al Señor,/ invocad su nombre,/ contad a los pueblos sus hazañas,/ proclamad que su nombre es excelso. Tañed para el Señor, que hizo proezas;/ anunciadlas a toda la tierra; /gritad jubilosos, habitantes de Sión:/ «¡Qué grande es en medio de ti/ el Santo de Israel!» Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel silvestre.

Salmo 80 Aclamad a Dios, nuestra fuerza;/ dad vítores al Dios de Jacob: acompañad, tocad los panderos,/ las cítaras templadas y las arpas;/ tocad la trompeta por la luna nueva,/ por la luna llena, que es nuestra fiesta; porque es una ley de Israel,/ un precepto del Dios de Jacob,/ una norma establecida para José/ al salir de Egipto. Oigo un lenguaje desconocido:/ «Retiré sus hombros de la carga,/ y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré,/ te respondí oculto entre los truenos,/ te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.

Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;/ ¡ojalá me escuchases, Israel! No tendrás un dios extraño,/ no adorarás un dios extranjero; y o soy el Señor Dios tuyo,/ que te saqué del país de Egipto;/ abre tu boca y yo la saciaré. Pero mi pueblo no escuchó mi voz,/ Israel no quiso obedecer:/ los entregué a su corazón obstinado,/ para que anduviesen según sus antojos. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo/ y caminase Israel por mi camino!:/ en un momento humillaría a sus enemigos/ y volvería mi mano contra sus adversarios; los que aborrecen al Señor te adularían,/ y su suerte quedaría fijada; /te alimentaría con flor de harina,/ te saciaría con miel silvestre». Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 2, 9b-10

Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio de sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.

Responsorio breve V Nos has comprado, Señor, por tu sangre. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V De entre toda raza, lengua, pueblo y nación. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Nos has comprado, Señor, por tu sangre.

Cántico de Zacarías, pág. 4


17 de Abril - Jueves Santo de la Cena del Señor

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Antífona: Con verdadero anhelo he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer.

Tú que, clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, * perdónanos también a nosotros, pecadores.

Preces

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Oremos a Cristo, Sacerdote eterno, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo, para que proclamara la redención a los cautivos, y digámosle: Señor, ten piedad. Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, * conduce a tu Iglesia a la Pascua eterna. Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, * sana nuestras heridas. Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, * haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol.

Como Cristo nos enseñó, pidamos al Padre que perdone nuestros pecados, diciendo: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, digno, con toda justicia, de ser amado sobre todas las cosas, derrama sobre nosotros los dones de tu gracia, para que la herencia celestial, que la muerte de tu Hijo nos hace esperar confiadamente, logre ser alcanzada por nosotros en virtud de su resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Entramos en la sala de la cena con Jesús. Revivamos los gestos y las palabras de Jesús. El primer gesto: “Lávense los pies unos a otros”, como yo he hecho” (Jn 13,14). Sentados con él a la mesa: “comamos” su cuerpo que se entrega; “bebamos” su sangre que se derrama para salvación del mundo. Es la mejor manera de revivir su Pascua. Así fortalecidos entreguémonos a amar a los hermanos.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno En la Cena del Cordero/ y habiendo ya cenado/ acabada la figura,/ comenzó lo figurado. Por mostrar Dios a los suyos/ cómo está de amor llagado,/ todas las mercedes juntas/ en una las ha cifrado. Pan y vino material/ en sus manos ha tomado/ y, en lugar de pan y vino,/ cuerpo y sangre les ha dado. Si un bocado nos dio muerte,/ la vida se da en bocado;/ si el pecado dio el veneno,/ el remedio Dios lo ha dado. Haga fiesta el cielo y tierra/ y alégrese lo criado,/ pues Dios, no cabiendo en ello,/ en mi alma se ha encerrado. Amén.


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17 de Abril - Jueves Santo de la Cena del Señor

Antífona 1 - El primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra ha hecho de nosotros un reino para Dios, su Padre.

Salmo 71 I

Dios mío, confía tu juicio al rey,/ tu justicia al hijo de reyes,/ para que rija a tu pueblo con justicia,/ a tus humildes con rectitud.

Que haya trigo abundante en los campos,/ y ondee en lo alto de los montes,/ den fruto como el Líbano,/ y broten las espigas como hierba del campo. Que su nombre sea eterno,/ y su fama dure como el sol;/ que él sea la bendición de todos los pueblos,/ y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra.

Que los montes traigan paz,/ y los collados justicia;/ que él defienda a los humildes del pueblo,/ socorra a los hijos del pobre/ y quebrante al explotador.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,/ el único que hace maravillas; /bendito por siempre su nombre glorioso,/ que su gloria llene la tierra./ ¡Amén, amén! Gloria y antífona 2

Que dure tanto como el sol,/ como la luna, de edad en edad;/ que baje como lluvia sobre el césped,/ como llovizna que empapa la tierra.

Antífona 3 - Los santos vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron.

Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna. Que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. Que en su presencia se inclinen sus rivales;/ que sus enemigos muerdan el polvo;/ que los reyes de Tarsis y de las islas/ le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia/ le ofrezcan sus dones;/ que se postren ante él todos los reyes,/ y que todos los pueblos le sirvan. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector. + II Él librará al pobre que clamaba,/ al afligido que no tenía protector;/ + él se apiadará del pobre y del indigente,/ y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia,/ su sangre será preciosa a sus ojos. Que viva y que le traigan el oro de Saba;/ él intercederá por el pobre/ y lo bendecirá.

Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 13, 12-15

Jesús, para santificar con su propia sangre al pueblo, padeció la muerte


17 de Abril - Jueves - Oración de la Noche - Completas

fuera de la ciudad. Salgamos, pues, hacia él fuera del campamento, cargando con su oprobio. Porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos buscando la futura. Por medio de él ofrezcamos continuamente a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el tributo de los labios que van bendiciendo su nombre. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte. Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Cuando estaban cenando, Jesús tomó pan, rezó la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos.

Preces Adoremos a nuestro Salvador, que en la última Cena la noche misma en que iba a ser entregado, confió a su Iglesia la celebración perenne del memorial de su muerte y resurrección; oremos, diciendo: Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, * para que consigamos la gloria de la resurrección. Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, * para poder nosotros consolar a los que están

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atribulados, mediante el consuelo con que tú nos consuelas. Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, * para que se manifiesten a los hombres los frutos de la salvación. Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte y una muerte de cruz, * concede a tus fieles obediencia y paciencia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, * y a nosotros concédenos también que un día participemos de su felicidad. Unidos fraternalmente, acudamos ahora al Padre de todos: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que, para tu mayor gloria y para la salvación del género humano, has constituido a Jesucristo como sumo y eterno sacerdote, haz que el pueblo que él conquistó con su sangre reciba plenamente, al participar del memorial de su pasión, los tesoros que dimanan de su muerte y resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Hagamos en esta noche el camino de la cruz con Jesús. Los discípulos huyeron y lo dejaron solo ante los tribunales que lo condenaron. Hagamos este camino de conversión. Jesús nos dice en esta noche: El que quiera ser mi discípulo “cargue con su cruz y que me siga” (Mc 8,34). Recordemos la palabra de Pablo: “Decidí no saber de otra cosa que a Jesucristo, y éste crucificado” (1 Cor 2,2). (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)


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18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 13,31-38 Has tenido, Señor, que ordenarnos: “Ámense como yo los he amado”. Amor es gozo compartido con el Padre, con el Hijo y el Espíritu, con el niño que llora, con los que ríen y disfrutan, con el joven que estrena el primer beso, con la joven coqueta que se contempla en el espejo. Amor es un juego de brazos que se alargan apretando en un solo abrazo a todo el universo; amor es dejarse la vida en el servicio. Amor es pan que se reparte y llega para todos; asamblea de amigos donde no falta nadie. Amor es hogaza de pan vivo, que tú, Señor, repartes en tu mesa familiar todos los días con tus amigos. ¡Que tengamos que amar por un precepto, a mí, Señor, me pone triste! P. Antonio Danoz, redentorista

18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: La muerte de Jesús acontece al mediodía del viernes, mientras se sacrificaban los corderos para la Pascua. Juan establece una relación entre el cordero pascual y el “Cordero de Dios”, que es Jesús. Muchos presenciaron a Jesús en la cruz. Unos, lo insultaron. María, las mujeres y el discípulo amado, le hicieron compañía. El jefe de la centuria romana proclama: “Realmente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39). Ésta es la confesión de fe que hemos de hacer en este día.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

Himno Brazos rígidos y yertos,/ por dos garfios traspasados, que aquí estáis, por mis pecados,/ para recibirme abiertos,/ para esperarme clavados. Cuerpo llagado de amores,/ yo te adoro y yo te sigo;/ yo, Señor de los señores,/ quiero partir tus dolores/ subiendo a la cruz contigo.


18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor

Quiero en la vida seguirte y por sus caminos irte/ alabando y bendiciendo, /y bendecirte sufriendo/ y muriendo bendecirte. Que no ame la poquedad/ de cosas que van y vienen;/ que adore la austeridad/ de estos sentires que tienen/ sabores de eternidad; que sienta una dulce herida/ de ansia de amor desmedida;/ que ame tu ciencia y tu luz;/ que vaya, en fin, por la vida/ como tú estás en la cruz: de sangre los pies cubiertos,/ llagadas de amor las manos,/ los ojos al mundo muertos/ y los dos brazos abiertos/ para todos mis hermanos. Amén. Antífona 1 - Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros.

Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud. /Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu sal-

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vación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!, /y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Jesucristo nos ama y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre.

Cántico

Hab 3, 2-4. 13a. 15-19

¡Señor, he oído tu fama,/ me ha impresionado tu obra!/ En medio de los años, realízala;/ en medio de los años, manifiéstala;/ en el terremoto acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán;/ el Santo, del monte Farán:/ su resplandor eclipsa el cielo,/ la tierra se llena de su alabanza,/ su brillo es como el día/ su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo,/ a salvar a tu ungido;/ pisas el mar con tus caballos,/ revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas,/ al oírlo se estremecieron mis labios;/ me entró un escalofrío por los huesos,/ vacilaban mis piernas al andar./ Tranquilo espero el día de la angustia/ que sobreviene al pueblo que nos oprime. Aunque la higuera no echa yemas/ y las viñas no tienen fruto,/ aunque el olivo olvida su aceituna/ y los campos no dan cosechas,/ aunque se acaban


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18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor

las ovejas del redil/ y no quedan vacas en el establo,/ yo exultaré con el Señor,/ me gloriaré en Dios mi salvador. El Señor soberano es mi fuerza,/ él me da piernas de gacela/ y me hace caminar por las alturas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero.

Salmo 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Is 52, 13-15

Mirad: mi siervo tendrá éxito, será enaltecido y ensalzado sobremanera. Y, así como muchos se horrorizaron de él, pues tan desfigurado estaba que ya ni parecía hombre, no tenía ni aspecto humano, así también muchos pueblos se admirarán de él y, a su vista, los reyes enmudecerán de asombro porque verán algo jamás narrado y contemplarán algo inaudito. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Fijaron encima de su cabeza un letrero indicando el motivo de su condenación: «Éste es Jesús, el rey de los judíos».

Preces

Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo: Señor, ten piedad de nosotros. Señor y Maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a la muerte, * enséñanos a someternos siempre a la voluntad del Padre. Tú que siendo nuestra vida quisiste morir en la cruz para destruir la muerte y todo su poder, * haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos contigo a vida nueva. Rey nuestro, que como un gusano fuiste el desprecio del pueblo y la vergüenza de la gente, * haz que tu Iglesia no se acobarde ante la humillación, sino que como tú proclame en toda circunstancia el honor del Padre. Salvador de todos los hombres, que diste tu vida por los hermanos, * enséñanos a amarnos mutuamente con un amor semejante al tuyo. Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los hombres, * reúne en tu reino a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque la muerte de Cristo nos ha hecho agradables a Dios, nos atrevemos a orar al Padre, diciendo: Padre nuestro.

Oración Mira, Señor, con bondad a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor

113

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Cuando todos fallaron, hubo unas personas que dieron la cara: ahí estaban junto a la cruz de Jesús. Eran: María, la madre de Jesús, tres mujeres más, y el discípulo anónimo, muy amigo de Jesús. Cuando declararse discípulo era un riesgo de muerte, estas personas dieron testimonio de un amor á Jesús de la máxima calidad. En la oración de hoy nos trasladamos junto a la cruz, como signo de amor y de fidelidad inquebrantable a Jesús.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno como en Laudes, pág. 110 Antífona 1 - Escuchad, pueblos todos, y mirad mi dolor.

Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 1

eres justo, escúchame./ No llames a juicio a tu siervo,/ pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte,/ empuja mi vida al sepulcro,/ me confina a las tinieblas/ como a los muertos ya olvidados./ Mi aliento desfallece,/ mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos,/ medito todas tus acciones,/ considero las obras de tus manos/ y extiendo mis brazos hacia ti:/ tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor,/ que me falta el aliento./ No me escondas tu rostro,/ igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,/ ya que confío en ti;/ indícame el camino que he de seguir,/ pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor,/ que me refugio en ti./ Enséñame a cumplir tu voluntad,/ ya que tú eres mi Dios./ Tu espíritu, que es bueno,/ me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;/ por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 2

Antífona 2 - Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.

Antífona 3 - Jesús, después de haber probado el vinagre, exclamó: «Todo está cumplido»; e inclinando la cabeza, expiró.

Salmo 142, 1-11

Cántico

Señor, escucha mi oración;/ tú que eres fiel, atiende a mi súplica;/ tú que

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/


114

18 de Abril - Viernes Santo de la Pasión del Señor

al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 2, 21b-24

Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Él no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando le insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Siendo enemigos, hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Preces Hoy es laudable usar como preces de Vísperas la oración universal que se propone para este día en el Misal. Pero, si se prefiere, también pueden usarse las preces que se proponen a continuación, o bien puede hacerse un momento de oración en silencio después de anunciar cada una de las intenciones de la oración universal del Misal, antes mencionada.

Al conmemorar la muerte de nuestro Señor Jesucristo, de la que brotó la vida del mundo, oremos a Dios Padre, diciendo: Por la muerte de tu Hijo, escúchanos, Señor.

Mantén, Señor, la unidad de la Iglesia. Protege al papa Benedicto XVI. Santifica por tu Espíritu a los obispos, presbíteros, diáconos y a todo tu pueblo santo. Acrecienta la fe y la sabiduría de los catecúmenos. Congrega a los cristianos en la unidad. Haz que Israel llegue a conseguir en plenitud la redención. Ilumina con tu gracia a los que no creen en Cristo. Haz que los ateos lleguen a descubrir tu amor a través de las obras de la creación. Guía los pensamientos y decisiones de los gobernantes. Concede tu consuelo a los que se sienten tristes. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Da tu perdón pleno a los difuntos. A continuación se reza el Padre nuestro.

Oración

Mira, Señor, con bondad a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual

115

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Un gesto que revela el amor de Jesús a la humanidad, fue confiarnos a todos al cuidado maternal de su Madre: “Ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,28). María, la más fiel de los discípulos y discípulas, fue designada por Jesús como madre de todos los salvados. A ella ha encomendado Jesús el cuidado de mantener viva la fe en él, de acompañar a todos los crucificados que carecen de amor y de cariño en este mundo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 19,13-30 El camino de la cruz, ¡cómo pesan, Señor, los pecados del mundo, que son demasiados! Y en hilera contemplo una multitud ajusticiados. Contigo quiero cargar la cruz de los hermanos: la ceguera del ciego, el llanto de la madre por el hijo asesinado, el tedio del llanero solitario. Cuando declina la tarde, y la muerte se aproxima, de tus labios, Señor, brotó cálido el último suspiro, signo supremo de amor, no de muerte, en lo alto del madero. Destruyamos los calvarios, y quede, Señor, tu cruz En solitario sobre el monte, para que ningún ser humano sea fríamente a muerte condenado. Salve, Madre de dolores; de pecadores Madre, recién nacidos a la vida eterna y verdadera. P. Antonio Danoz, redentorista

19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: No podemos dejarnos embargar por el espíritu de duda, que se apoderó de los discípulos después de la muerte de Jesús. Hoy tenemos que creer con todo el vigor de nuestra fe está en la palabra de Jesús: “El Hijo del hombre tenía que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los letrados, sufrir la muerte y luego de tres días resucitar”.Mañana veremos la gloria del Señor resucitado.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


116

19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual

Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.

proclama la obra de Dios /y medita sus acciones.

Himno Venid al huerto, perfumes,/ enjugad la blanca sábana:/ en el tálamo nupcial/ el Rey descansa. Muertos de negros sepulcros,/ venid a la tumba santa:/ la Vida espera dormida,/ la Iglesia aguarda. Llegad al jardín, creyentes,/ tened en silencio el alma;/ ya empiezan a ver los justos/ la noche clara. Oh dolientes de la tierra,/ verted aquí vuestras lágrimas:/ en la gloria de este cuerpo/ serán bañadas. Salve, cuerpo cobijado/ bajo las divinas alas;/ salve, casa del Espíritu, / nuestra morada. Amén. Antífona 1 - Harán llanto como llanto por el hijo único porque siendo inocente fue muerto el Señor.

Salmo 63 Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento, /protege mi vida del terrible enemigo; /escóndeme de la conjura de los perversos /y del motín de los malhechores: afilan sus lenguas como espadas /y disparan como flechas palabras venenosas, /para herir a escondidas al inocente, /para herirlo por sorpresa y sin riesgo. Se animan al delito, /calculan cómo esconder trampas, /y dicen: «¿Quién lo descubrirá?» /Inventan maldades y ocultan sus invenciones, /porque su mente y su corazón no tienen fondo. Pero Dios los acribilla a flechazos, / por sorpresa los cubre de heridas; /su misma lengua los lleva a la ruina, /y los que lo ven menean la cabeza. Todo el mundo se atemoriza, /

El justo se alegra con el Señor, /se refugia en él, /y se felicitan los rectos de corazón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Líbrame, Señor, de las puertas del abismo.

Cántico

Is 38, 10-14. 17-20

Yo pensé: «En medio de mis días / tengo que marchar hacia las puertas del abismo; /me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor /en la tierra de los vivos, /ya no miraré a los hombres /entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida /como una tienda de pastores. /Como un tejedor devanaba yo mi vida /y me cortan la trama». Día y noche me estás acabando, / sollozo hasta el amanecer. /Me quiebras los huesos como un león, /día y noche me estás acabando. Estoy piando como una golondrina, /gimo como una paloma. /Mis ojos mirando al cielo se consumen: /¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí! Me has curado, me has hecho revivir, /la amargura se me volvió paz /cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía /y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias, /ni la muerte te alaba, /ni esperan en tu fidelidad /los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban: /como yo ahora. /El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas /todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2


19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual

117

Antífona 3 - Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades.

Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar con ello fruto abundante, * haz que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para Dios.

Salmo 150

Alabad al Señor en su templo, / alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas, / alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros, / alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Os 6, 1-3a

Esto dice el Señor: «En su aflicción me buscarán, diciendo: “Volvamos al Señor. Él, que nos despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará, y al tercero nos levantará, y viviremos en su presencia”. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz; por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Salvador del mundo, sálvanos; tú que con tu cruz y con tu sangre nos redimiste, socórrenos, Dios nuestro.

Preces Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y ser sepultado, para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo: Señor, ten piedad de nosotros. Oh Señor, que junto a tu cruz y a tu sepulcro tuviste a tu Madre dolorosa que participó en tu aflicción, * haz que tu pueblo sepa también participar en tu pasión.

Oh Pastor de la Iglesia, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar la vida a los hombres, * haz que nosotros sepamos también vivir escondidos contigo en Dios. Nuevo Adán, que quisiste bajar al reino de la muerte, para librar a cuantos, desde el origen del mundo, estaban encarcelados, * haz que todos los hombres, muertos al pecado, escuchen tu voz y viva. Cristo, Hijo de Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos sepultados contigo en la muerte, * haz que siguiéndote a ti caminemos también nosotros en novedad de vida. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Movidos por el espíritu filial que Cristo nos mereció con su muerte, digamos al Padre: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


118

19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual

Oración de la Tarde - I Vísperas del Domingo de Resurrección

Invitación: En esta tarde, más que volver la vista al pasado, la fijamos en el acontecimiento fundamental de nuestra fe, cuya memoria nos disponemos a celebrar: la resurrección del Señor. Los discípulos no somos guardianes de un sepulcro. Muy al contrario, estamos llamados a dar testimonio ante el mundo que, aquel que estuvo algún tiempo en un sepulcro, ha resucitado. Dispongámonos también a pasar, como Jesús, de la muerte a la vida de resucitados.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Himno como en Laudes, pág. 116 Antífona 1 - Oh muerte, yo seré tu muerte; país de los muertos, yo seré tu aguijón.

Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Como estuvo Jonás en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra.

Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración;/ tú que eres fiel, atiende a mi súplica;/ tú que eres justo, escúchame./ No llames a juicio a tu siervo,/ pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte,/ empuja mi vida al sepulcro,/ me confina a las tinieblas/ como a los muertos ya olvidados./ Mi aliento desfallece,/ mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos,/ medito todas tus acciones,/ considero las obras de tus manos/ y extiendo mis brazos hacia ti:/ tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor,/ que me falta el aliento./ No me escondas tu rostro,/ igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,/ ya que confío en ti;/ indícame el camino que he de seguir,/ pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor,/ que me refugio en ti./ Enséñame a cumplir tu voluntad,/ ya que tú eres mi Dios./ Tu espíritu, que es bueno,/ me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;/ por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - «Destruid este templo — dice el Señor— y yo lo levantaré en


19 de Abril - Sábado Santo: Vigilia Pascual

119

tres días»; esto lo decía refiriéndose al templo de su propio cuerpo.

morir y ser sepultado, para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo: Señor, ten piedad de nosotros.

Cántico

Fil 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos.

Señor Jesús, de tu corazón traspasado salió sangre y agua, signo de cómo la Iglesia nacía de tu costado; * por tu muerte, por tu sepultura y por tu resurrección vivifica, pues, a tu Iglesia.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz.

Tú que te acordaste incluso de los apóstoles que habían olvidado la promesa de tu resurrección, * no olvides tampoco a los que por no creer en tu triunfo viven sin esperanza.

Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todo -nombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 1, 18-21

Ya sabéis con qué os rescataron: no con bienes efímeros, con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha. Ya de antes de la creación del mundo estaba él predestinado para eso; y al fin de los tiempos se ha manifestado por amor a vosotros. Por él creéis en Dios que lo resucitó de entre los muertos y lo glorificó. Así vuestra fe y esperanza se centran en Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz; por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre».

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ahora ha entrado el Hijo del hombre en su gloria, y Dios ha recibido su glorificación por él; Dios, a su vez, pronto lo revestirá de su misma gloria. Preces Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso

Cordero de Dios, víctima pascual inmolada por todos los hombres, * atrae desde tu cruz a todos los pueblos de la tierra. Dios del universo, que contienes en ti todas las cosas y aceptaste, sin embargo, ser contenido en un sepulcro, * libra a toda la humanidad de la muerte y concédele una inmortalidad gloriosa. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cristo, Hijo de Dios vivo, que colgado en la cruz prometiste el paraíso al ladrón arrepentido, * mira con amor a los difuntos, semejantes a ti por la muerte y la sepultura, y hazlos también semejantes a ti por su resurrección. Siguiendo la enseñanza de Jesucristo, que nos ha hecho hijos de Dios, digamos juntos a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


120

20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La última palabra en la cruz fue ésta: “Todo se ha cumplido” (Jn 19,30). Se ha cumplido la primera dimensión del misterio de la Pascua: “Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, y fue sepultado” (1 Cor 15,3-4). En este tiempo de oración al comienzo de la noche, disponemos el espíritu para celebrar con gozo la culminación del misterio: “Resucitó al tercer día según las Escrituras” (1 Cor 15,4).. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y Domingo, I Vísperas , pág. 12)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 19,32-42 Colocaron, Señor, en sepulcro nuevo tu cuerpo, de par en par abierto por la lanza tu costado. Impaciente espera la aurora, para bañar de luz temprana tu cuerpo con sus heridas gloriosas, estrenando madrugada. Los guardas siguen dormidos, los discípulos encerrados, solo María de Magdala vela el sepulcro de su amado, que allí estuvo muerto. Antes que el gallo madrugador cante, se cumplirá, Señor, tu palabra: “Resucitaré el día tercero”.

P. Antonio Danoz. Redentorista

20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El gozo que se anunciaba en la Vigila pascua está presente en todo este día de Pascua y en la oración de esta mañana. Nos alegramos con los coros de los ángeles, con la tierra, “inundada de tanta claridad. Nos alegramos con la “madre Iglesia”, revestida de la luz brillante de Jesús resucitado. En el templo del universo resuena el pregón: “Es verdad, ha resucitado el Señor, aleluya”. Invocación inicial V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:


20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A

121

Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya

Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Himno

Cántico

Estaba al alba María,/ llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre/ y amaneció el primer día./ Envuelto en la blanca túnica/ de su propia luz divina/ —la sábana de la muerte/ dejada en tumba vacía—, Jesús, alzado, reinaba;/ pero ella no lo veía.

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Estaba al alba María,/ la fiel esposa que aguarda.

Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.

Mueve el Espíritu al aura/ en el jardín de la vida./ Las flores huelan la Pascua/ de la carne sin mancilla,/ y quede quieta la esposa/ sin preguntas ni fatiga./ ¡Ya está delante el esposo,/ venido de la colina!

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.

Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.


122

20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

He 10, 40-43

Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él

recibirán por su nombre el perdón de sus pecados. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Muy de madrugada, el primer día de la semana, llegaron al sepulcro, apenas salido el sol. Aleluya.

Preces Oremos a Cristo, autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos, quien por su poder nos resucitará también a nosotros, y digámosle: Cristo, vida nuestra, sálvanos. Cristo, luz esplendorosa que brillas en las tinieblas, rey de la vida y salvador de los que han muerto, * concédenos vivir hoy en tu alabanza. Señor Jesús, que anduviste los caminos de la pasión y de la cruz, * concédenos que, unidos a ti en el dolor y en la muerte, resucitemos también contigo. Hijo del Padre, maestro y hermano nuestro, tú que has hecho de nosotros un pueblo de reyes y sacerdotes, * enséñanos a ofrecer con alegría nuestro sacrificio de alabanza. Rey de la gloria, esperamos anhelantes el día de la manifestación gloriosa, * para poder contemplar tu rostro y ser semejantes a ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que en este día nos abriste las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte, concédenos a todos los que celebramos su gloriosa resurrección que, por la nueva vida que


20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A

tu Espíritu nos comunica, lleguemos también nosotros a resucitar a la luz de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

123

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: “Éste es el día en que actuó el Señor: ¡Vamos a festejarlo y a celebrarlo!” (Sal 118).Toda la creación se asocia a nuestra fiesta. Especialmente nos alegramos los que hemos renacido en el bautismo y hemos sido asociados a la muere y resurrección de Jesús. La Pascua de Jesús resucitado es nuestra Pascua. Celebramos el “sacrificio de alabanza” al Señor en esta tarde, con corazón renovado.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno

Al fin será la paz y la corona,/ los vítores, las palmas sacudidas,/ y un aleluya inmenso como el cielo/ para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de hombres,/ sin muerte, sin pecado, envidia;/ será el amor perfecto encuentro,/ será como quien llora alegría.

los sin del de

Porque hoy remonta el vuelo el sepultado/ y va por el sendero de la vida/ a saciarse de gozo junto al Padre/ y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba,/ lo abrazaban, hablaba, compartía;/ y escondido la Iglesia lo contempla,/ lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada,/ y ya es nuestra la historia que principia,/ nuestros son los laureles de su frente,/ aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados/ sumisos al Espíritu se rindan,/ y dejen paso a Cristo omnipotente,/ a quien gozoso el mundo glorifica. Amén.

Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7

Oráculo del Señor a mi Señor: /«Siéntate a mi derecha, /y haré de tus enemigos /estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor /el poder de tu cetro: /somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, /entre esplendores sagrados; /yo mismo te engendré, como rocío, /antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: /«Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira, /quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, /por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A

Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos.


124

20 de Abril - Domingo de Resurrección del Señor /A

¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 10, 12-14

Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: La tarde de aquel mismo día, el primero de las semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se hallaban los discípulos, se presentó Jesús; y en presencia de todos exclamó: «La paz sea con vosotros». Aleluya. Preces

Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los hombres, y ahora intercede por nosotros, y digámosle: Cristo, Rey victorioso, escucha nuestra oración. Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, * derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo. Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de su esperanza * y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria. Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia * y haz que juntamente con todos nuestros hermanos obtengamos el premio y el descanso de nuestros trabajos. Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo, * para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la muerte y has sido elevado a la derecha del Padre * recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos difuntos. Unamos nuestra oración a la de Jesús, nuestro abogado ante el Padre, y digamos como él nos enseñó: Padre nuestro.

Oración

Dios nuestro, que en este día nos abriste las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte, concédenos a todos los que celebramos su gloriosa resurrección que, por la nueva vida que tu Espíritu nos comunica, lleguemos también nosotros a resucitar a la luz de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua

125

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: El evangelista Juan coloca el primer encuentro de Jesús con los discípulos, al anochecer del día de Pascua. “Al anochecer de aquel día, el primero de la semana…, llegó Jesús, se colocó en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes” (Jn 20,19). Jesús resucitado está también en medio de nosotros en este tiempo de oración, colmando nuestro corazón de alegría pascual. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo, II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 20,1-9 Desde que llegó la noticia que vives y estás resucitado, se inicia, Señor, la carrera más hermosa, para encontrarse contigo los primeros. Pedro avanza con fatiga; le gana Juan en la carrera, los dos entraron al sepulcro, vieron y creyeron. Contemplamos tu carne gloriosa y resucitada, también la nuestra caduca y pecadora, que espera ser luminosa y gloriosa, como la tuya. Sin dejarnos vencer por el cansancio, avanzamos hacia el alba de esta Pascua renacida. Fortalece, Señor, con gozo las costuras de nuestra frágil esperanza de peregrinos, que hacemos el camino pascual con fe segura. P. Antonio Danoz, redentorista

21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: De la mano de Lucas iniciamos el itinerario pascual de los discípulos, después de la resurrección de Jesús. Hechos de los Apóstoles que leemos estos días, es como la crónica de crecimiento de la comunidad que nació en la Pascua. De unos discípulos asustados y cobardes, pasamos a unos testigos audaces y sin complejos. Este encuentro con Jesús resucitado en la oración, ha de liberarnos de nuestros miedos y cobardías. Hemos de ser los testigos de Jesús resucitado sin complejos en la sociedad de hoy.


126 Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno

21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo.

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó /del todo, hasta que quedó/ en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita, /ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo.

Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta. Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo.

Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.

Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegando junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.


127

21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 10, 8b-10

«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque,

si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Id en seguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado el Señor de entre los muertos». Aleluya.

Preces Glorifiquemos a Cristo, a quien el Padre ha enaltecido dándole en herencia todas las naciones, y digámosle suplicantes: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Señor Jesucristo, que en tu victoria destruiste el poder del abismo, venciendo la muerte y el pecado, * haz que también nosotros venzamos hoy el pecado. Tú que alejaste de nosotros la muerte y nos has dado nueva vida, * concédenos andar hoy por la senda de esta vida nueva. Tú que diste vida a los muertos, haciendo pasar a la humanidad entera de la muerte a la vida, * concede el don de la vida eterna a cuantos se relacionarán hoy con nosotros. Tú que llenaste de confusión a los que hacían guardia ante tu sepulcro y alegraste a los discípulos con tus apariciones, * llena de gozo a cuantos te sirven. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque deseamos que la luz de Cristo alumbre a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.


128

21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua

Oración Dios nuestro, que haces crecer a tu Iglesia dándole continuamente nuevos hijos por el bautismo, concédenos ser siempre fieles en nuestra vida a la fe

que en ese sacramento hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El final de la jornada invita a la alabanza y a la acción de gracias. En estos días, la convivencia familiar, social y laboral ha de estar penetrada de gozo pascual. Jesús resucitado ha guiado nuestros pasos, palabras y acciones. Ha llegado el momento de orar al unísono con él: “Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te bendigo, porque nadie sabe quién es el Hijo, sino aquellos a quienes tú has querido revelárselo” (Lc 9,21-22), especialmente en este tiempo pascual.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor. Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillarán en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada: / resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/

«Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A

Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos.


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21 de Abril - Lunes de la Octava de Pascua

¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 8, 1b-3

Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Jesús salió al encuentro de las mujeres y les dijo: «Buenos días». Ellas se acercaron y se abrazaron a sus pies. Aleluya. Preces Con espíritu gozoso, invoquemos a Cristo, a cuya humanidad dio vida el Espíritu Santo, haciéndolo fuente de vida para los hombres, y digámosle: Renueva y da vida a todas las cosas, Señor. Cristo, salvador del mundo y rey de la nueva creación, haz que, ya desde ahora, con el espíritu vivamos en tu reino, * donde estás sentado a la derecha del Padre. Señor, tú que vives en tu Iglesia hasta el fin de los tiempos, * condúcela por el Espíritu Santo al conocimiento de toda verdad. Que los enfermos, los moribundos y todos los que sufren encuentren luz en tu victoria, * y que tu gloriosa resurrección los consuele y los conforte. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Al terminar este día, te ofrecemos nuestro homenaje, oh Cristo, luz imperecedera, * y te pedimos que con la gloria de tu resurrección ilumines a nuestros hermanos difuntos. Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que haces crecer a tu Iglesia dándole continuamente nuevos hijos por el bautismo, concédenos ser siempre fieles en nuestra vida a la fe que en ese sacramento hemos recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: “Oh noche verdaderamente feliz…, en la que el cielo se unió con la tierra, y Dios con los hombres”. Dios también actúa durante la noche. En la primera Pascua, Dios liberó durante la noche a Israel de la esclavitud. Los evangelistas sitúan la resurrección de Jesús al finalizar la noche. La noche es también tiempo de salvación. Cristo resucitado, que es la lumbrera de la noche Pascua, llene de su claridad nuestras noches. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8, después de las 1ª Vísperas, pág. 12)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mt 28,8-15 Para ser, Señor, tus testigos fieles, haznos hombres y mujeres nuevos, antorchas de Pascua encendidas en la plaza oval del universo. Llevaremos a agencias y teletipos La más sorprendente de las noticias: Jesús de Nazaret, el Mesías, desde la pascua primera es Primogénito de entre los muertos. Oh luz gozosa y madrugadora, Que brotas de las cinco llagas, Despierta corazones dormidos En cada madrugada de Pascua.

P. Antonio Danoz, redentorista

22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Con la celebración de la Vigilia Pascua las fiestas pascuales no han hecho más que empezar. En realidad, durante cincuenta días estamos celebrando una Pascua permanente. La continuamos especialmente en la eucaristía y en la Liturgia de las Horas, que es la oración oficial de la Iglesia. La celebración ha de bajar también a la vida. La vida de todo discípulo es una vida pascual. Cada día morimos y resucitamos con Cristo.


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22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. «¡María!», la voz amada./ «¡Rabbuní!», dice María. El amor se hizo un abrazo/ junto a las plantas benditas; las llagas glorificadas/ ríos de fuego y delicia;/ Jesús, esposo divino,/ María, esposa cautiva. Estaba al alba María,/ para una unción preparada. Jesús en las azucenas/ al claro del bello día./ En los brazos del Esposo/ la Iglesia se regocija./ ¡Gloria al Señor encontrado /gloria al Dios de la alegría,/ gloria al Amor más amado,/ gloria y paz, y Pascua y dicha! ¡Aleluya! Estaba al alba María,/ es Pascua en la Iglesia santa. ¡Aleluya! Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi

auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor.


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22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

He 13, 30-33

«Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Y durante muchos días se apareció a los que con él habían subido de Galilea a Jerusalén: éstos, efectivamente, dan ahora testimonio de él ante el pueblo. Y nosotros os damos la buena nueva: la promesa que Dios hizo a nuestros padres la ha cumplido

él ahora con nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús, según está escrito en el salmo segundo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy». En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Jesús dijo: «¡María!» Ella, volviéndose, exclamó: «¡Maestro!» Jesús le dijo: «No me detengas, que aún no he subido al Padre». Aleluya.

Preces Alabemos a Cristo, que con su poder reconstruyó el templo destruido de su cuerpo, y supliquémosle: Concédenos, Señor, los frutos de tu resurrección. Cristo Salvador, que en tu resurrección anunciaste la alegría a las mujeres y a los apóstoles y salvaste al universo entero, * conviértenos en testigos de tu resurrección. Tú que has prometido la resurrección universal y has anunciado una vida nueva, * haz de nosotros mensajeros del Evangelio de la vida. Tú que te apareciste repetidas veces a los apóstoles y les comunicaste el Espíritu Santo, * renuévanos por el Espíritu consolador. Tú que prometiste estar con tus discípulos hasta el fin del mundo, * quédate hoy con nosotros y sé siempre nuestro compañero. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concluyamos nuestra oración, diciendo junto las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, que nos has proporcionado el remedio de nuestros males por el misterio pascual, colma a tu pueblo de tus dones celestiales, para que alcance la perfecta libertad y llegue a gozar


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22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua

plenamente en el cielo de la alegría que ya ha comenzado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: En el transcurrir de la jornada los discípulos de Jesús experimentamos en la propia existencia el misterio de la Pascua. A lo largo del día hemos vivido el duelo de la vida contra la muerte, de la gracia que mana de Jesús resucitado y las fuerzas del mal que impulsan al pecado. En este tiempo de oración celebramos con Jesús su victoria pascual y la nuestra. Le damos gracias, porque la vida pascual ha triunfado en nosotros sobre la muerte.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Nos reúne de nuevo el misterio/ del Señor que resurge a la vida,/ con su luz ilumina a la Iglesia,/ como el sol al nacer cada día. Resucita también nuestras almas,/ que tu muerte libró del castigo/ y vencieron contigo al pecado/ en las aguas del santo bautismo. Transfigura los cuerpos mortales/ que contemplan tu rostro glorioso,/ bella imagen del Dios invisible/ que ha querido habitar con nosotros. Cuando vengas, Señor, en tu gloria,/ que podamos salir a tu encuentro,/ y a tu lado vivamos por siempre/ dando gracias al Padre en el reino. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos?


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22 de Abril - Martes de la Octava de Pascua

En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 2, 4 -5

Acercándoos al Señor, la piedra viva, rechazada por los hombres, pero escogida y apreciada por Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Mientras estaba llorando junto al sepulcro, vi a mi Señor. Aleluya.

Preces Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria, escúchanos. Te rogamos, Señor, por los obispos, los presbíteros y los diáconos: * que sirvan con celo a tu pueblo y lo conduzcan por los caminos del bien. Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el estudio de tu palabra: * que escudriñen tu doctrina con pureza de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por todos los fieles de tu Iglesia que combatan bien el combate de la fe * y, habiendo corrido hasta la meta, alcancen la corona merecida. Tú que en la cruz cancelaste la nota del cargo de nuestra deuda, * destruye también en nosotros toda clase de esclavitud y líbranos de toda tiniebla. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del abismo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor. Padre nuestro.

Oración Señor Dios, que nos has proporcionado el remedio de nuestros males por el misterio pascual, colma a tu pueblo de tus dones celestiales, para que alcance la perfecta libertad y llegue a gozar plenamente en el cielo de la alegría que ya ha comenzado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua

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Oración de la Noche - Completas

Invitación: La noche cronológica no puede envolver en tinieblas a los discípulos de Jesús. No puede ser un tiempo espiritualmente infructuoso y perdido. Jesús aprovechaba las horas de la noche para hacer su oración personal. El mismo descanso hay que vivirlo como un tiempo para recuperar fuerzas físicas y espirituales. Mañana hay que empezar una jornada que ha de ser humanamente feliz, y espiritualmente fecunda. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8, después de las II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 20,11-18 Te asomaste, Señor, hasta el brocal de una mujer con sed nunca saciada, -María de Magdala era su nombre-, y brotó en su corazón una fuente de agua viva, en aquella madrugada de Pascua. El amor no se dio por vencido, Hasta encontrar en el huerto al que amaba su alma. Te adentras, Señor, en nuestra noche enferma de desesperanza, cuando llorábamos por tu entierro, cambiaste en gozo nuestras lágrimas. Iremos a toda prisa a anunciar al mundo: El que dieron muerto en la cruz ha resucitado: Aquí hay unos testigos. P. Antonio Danoz, redentorista

23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En estos días de Pascua vivimos una alegría prolongada. Esta alegría ha de ser compartida con los hermanos en la fe y con las demás personas a lo largo de la jornada. Procuremos contagiarla a aquellos que no se sienten interesados por la Pascua. La alegría ha de ser un testimonio activo a través del cual hacemos llegar la Buena Noticia de la resurrección de Jesús a quienes nos contemplan. Ha de suscitar la pregunta: ¿Por qué están tan alegres y felices?

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 4 con su antífona del invitatorio siguiente:


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23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua

Antífona (para el salmo invitatorio):

con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

Himno

Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Gloriosa aurora de este nuevo día,/ despierta en nuestras almas la alegría/ de ver nuestro Señor glorificado,/ vencidos ya la muerte y el pecado. Jesús llena de luz el mundo entero;/ de cuantos vivirán, él el primero/ entró en la luz de eternas claridades,/ glorioso ya sin fin de eternidades. Torrente de alegría, salte y fluya/ el grito jubiloso de aleluya,/ los hombres y los pueblos lo repitan,/ sus vidas en el Cristo resucitan. Jesús presente y vivo en tus hermanos,/ acoge nuestras manos en tus manos,/ conduce el caminar de nuestras vidas/ por sendas de vivir ya redimidas.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

Recibe, Padre santo, la alabanza /del pueblo que te aclama en la esperanza de ser junto a tu Hijo eternamente/ reunido por tu Espíritu clemente. Amén.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor.


23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 6, 8-11

Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas, su vida es un vivir para

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Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, Jesús les fue explicando todos los pasajes de la Escritura que a él se referían. Aleluya.

Preces Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémoslo, diciendo: Por tu victoria, sálvanos, Señor. Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido, * ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo. Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres, * recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en estas fiestas de tu resurrección. Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección * y, compadecido de nosotros, defiéndenos hoy de todo mal. Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando te manifiestes al mundo, * podamos aparecer también nosotros juntamente contigo en la gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concluyamos nuestra oración, diciendo junto las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.


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23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua

Oración Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna

alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Durante el tiempo pascual repetimos muchas veces: ¡Aleluya! Esta aclamación significa: “Alaben al Señor”. En este tiempo de Pascua la alabanza a Dios por la obra de la resurrección de Jesús no puede caer de nuestros labios. La acción de gracias a Dios por habernos incorporado a la muerte y resurrección de Jesús en el bautismo y por la celebración cotidiana de la eucaristía, ha de ser constante.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Hoy rompe la clausura/ del surco empedernido/ el grano en él hundido/ por nuestra mano dura;/ y hoy da su flor primera/ la rama sin pecado/ del árbol mutilado/ por nuestra mano fiera. Hoy triunfa el buen Cordero/ que, en esta tierra impía,/ se dio con alegría/ por el rebaño entero;/ y hoy junta su extraviada/ majada y la conduce/ al sitio en que reluce/ la luz resucitada. Hoy surge, viva y fuerte,/ segura y vencedora,/ la Vida que hasta ahora / yacía en honda muerte;/ y hoy alza del olvido/ sin fondo y de la nada/ al alma rescatada/ y al mundo redimido. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies».

Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A

Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como


23 de Abril - Miércoles de la Octava de Pascua

carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 7, 24-27

Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios

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pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Entró Jesús y se quedó con ellos; y, estando juntos a la mesa, tomó el pan y, rezada la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, que vives por siempre para interceder por los hombres, escucha nuestra oración. Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado a tu servicio, * que sean para tu pueblo ejemplo de santidad. Concede, Señor, el espíritu de justicia a los que gobiernan las naciones * y haz que trabajen en bien de la paz, para que todos podamos vivir según tu ley. Concede la paz a nuestros días * y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Cristo salvador, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y con tu resurrección has dado a los hombres una prenda de su inmortalidad, * concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

Oración Dios nuestro, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos que la celebración de estas fiestas aquí en la tierra nos lleve a gozar de la eterna alegría en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Las “bendiciones” son una forma típica de la oración bíblica. Bendiciones que se traducen en himnos de alabanza y acción de gracias. Bendecir es: alabar, glorificar, dar gracias, glorificar, reconocer las obras y los dones de Dios. La horas de la noche son propicias para este tipo de oración, especialmente en este tiempo de Pascua, el cual la actuación de Dios se ha hecho más patente: “Éste es el día en que actuó el Señor, regocijémonos y alegrémonos con él” (Sal 118). (Completas: Textos comunes, ver pág. 8, después de las 1ª Vísperas, pág. 12)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Lc 24,13-35 En esta hora en que nuestro camino no es tu camino, y la tristeza nos impide reconocerte, calienta nuestro corazón, Señor resucitado, con tu palabra de compañero y amigo. Explícanos las Escrituras mientras hacemos camino contigo. En esta encrucijada en que muchos dudan y otros niegan, que tú que moriste ajusticiado en la cruz, hayas vencido la muerte, siéntate a nuestra humilde mesa, para que nuestros ojos se abran al partir de nuevo el pan. P. Antonio Danoz, redentorista

24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El tiempo pascual invita a acercarnos a Jesús resucitado, que “rompe el pan” en cada eucaristía para alimento de los fieles. Es el verdadero pan que comunica la vida de Jesús resucitado. Vida, rica en frutos de amor, de entrega generosa por todos, pero especialmente por los que ven sus vidas destrozadas, humilladas, maltratadas. El “pan de vida”que Jesús parte, es pan de resurrección, para los que mueren cada día, por el hambre o por el odio. Nuestra oración es hoy “pan de resurrección” para todos ellos.


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24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno

El agua pura, don de la mañana,/ da a los ojos el brillo de la vida,/ y el alma se despierta cuando escucha/ que el ángel dice: «¡Cristo resucita!» ¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo/ ser música, ser cuerdas de la lira,/ y cantar, salmodiar como los pájaros,/ en esta Pascua santa la alegría! Mirad cuál surge Cristo transparente:/ en medio de los hombres se perfila/ su cuerpo humano, cuerpo del amigo/ deseado, serena compañía. El que quiera palparlo, aquí se acerque,/ entre con su fe en el Hombre que humaniza,/ derrame su dolor y su quebranto,/ dé riendas al amor, su gozo diga. A ti, Jesús ungido, te ensalzamos, /a ti, nuestro Señor, que depositas /tu santo y bello cuerpo en este mundo, /como en el campo se echa la semilla. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor.


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24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 8, 10-11

Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel

que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Se presentó Jesús en medio de sus discípulos y les dijo: «La paz sea con vosotros». Aleluya.

Preces Glorifiquemos a Cristo resucitado y siempre presente en su Iglesia, y supliquémosle, diciendo: Quédate con nosotros, Señor. Señor Jesús, vencedor del pecado y de la muerte, * permanece en medio de nosotros, tú que vives por los siglos de los siglos. Señor, ven a nosotros con tu poder invencible * y muéstranos la bondad de Dios Padre. Señor, ayuda al mundo abrumado por las discordias, * ya que tú solo tienes el poder de salvar y reconciliar. Confírmanos en la fe de la victoria final * y arraiga en nosotros la esperanza de tu manifestación gloriosa. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Porque Jesucristo nos ha hecho participar de su propia vida, somos hijos de Dios, y por ello nos atrevemos a decir: Padre nuestro.

Oración Oh Dios, que has reunido a pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en sus vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


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24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Jesús resucitado nos abre la mente para entender las Escrituras, para meditarlas en el corazón, para hacerlas vida pascual en cada discípulo y en todas las comunidades. El evangelista Juan escribe: “Aún no habían comprendido la Escritura según la cual Jesús debía resucitar de entre los muertos” (Jn 20,9). Vayamos al encuentro de Jesús resucitado en este tiempo de oración, para que nos explique las Escrituras y nos alimente de este pan que da vida eterna.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Es la Pascua real, no ya la sombra,/ la verdadera Pascua del Señor;/ la sangre del pasado es sólo un signo,/ la mera imagen de la gran unción. En verdad, tú, Jesús, nos protegiste/ con tus sangrientas manos paternales/ envolviendo en tus alas nuestras almas,/ la verdadera alianza tú sellaste. Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne/ reconciliada con tu Padre eterno;/ y, desde arriba, vienes a llevarnos/ a la danza festiva de tu cielo. Oh gozo universal, Dios se hizo hombre/ para unir a los hombres con su Dios; se rompen las cadenas del infierno,/ y en los labios renace la canción. Cristo, Rey eterno, te pedimos/ que guardes con tus manos a tu Iglesia,/ que protejas y ayudes a tu pueblo/ y que venzas con él a las tinieblas. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos.


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24 de Abril - Jueves de la Octava de Pascua

¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Pe 3, 18. 21b-22

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino un impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se

le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Mirad mis manos y mis pies: soy yo. Aleluya. Preces Glorifiquemos a Cristo, resucitado de entre los muertos como primicia de los que se han dormido, y supliquémosle, diciendo: Tú que has resucitado de entre los muertos, escucha, Señor, nuestra oración. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia santa, edificada sobre el cimiento de los apóstoles y extendida hasta los confines del mundo: * que tus bendiciones abundantes se derramen sobre cuantos creen en ti. Tú, Señor, que eres el médico de nuestros cuerpos y de nuestras almas, * visítanos con tu amor y sálvanos. Tú que experimentaste los dolores de la cruz y ahora estás lleno de gloria, * levanta y consuela a los enfermos y líbralos de sus sufrimientos. Tú que anunciaste la resurrección a los que yacían en las tinieblas del abismo, * libra a los prisioneros y oprimidos y da pan a los hambrientos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú, Señor, que en la cruz destruiste nuestra muerte y mereciste para todos el don de la inmortalidad, * concede a nuestros hermanos difuntos la vida nueva de tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro

Oración Oh Dios, que has reunido a pueblos diversos en la confesión de tu nombre,


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25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua

concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y una misma caridad en sus vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La luz, que es Jesús resucitado está en medio de nosotros. Nos dice: “Caminen mientras tenemos luz, antes que la noche caiga sobre ustedes” (Jn 12,35). La noche más terrible es la que se produce en las personas y en la humanidad, cuando Jesús resucitado se eclipsa en el mundo de cada persona, de los negocios, de la política, de la economía. ¡Pobre humanidad, cuando Jesús resucitado deja de iluminarla! (Completas: Textos comunes, ver pág. 8, después de las II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lecturas: Lc 24,35-48 Impactados, Señor, por la sorpresa, los discípulos creían ver un fantasma. Eras tú, vivo y recién resucitado, con tus llagas gloriosas en pies y manos. Ábrenos, Señor, los ojos, la mente y el corazón, para descubrirte presente en tu Palabra, en el pan fraternal en tu mesa compartido. Saludamos tu presencia, resucitada y resucitadora, entre tantas dudas y sombras. Regresa a nuestro lado en este tiempo de Pascua, Renueva esta tierra, haz fecundos nuestros trabajos, Para que seamos testigos de tu gloria y de tu gracia. P. Antonio Danoz, redentorista

25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Estamos haciendo memoria en estos días de un acontecimiento que fue decisivo en la vida de los primeros discípulos y para nosotros: la resurrección de Jesús. Pablo escribe: “Si no resucitó Cristo, vacía es nuestra predicación, vacía es también la fe de ustedes. ¡Somos las personas más dignas de compasión!” (1Cor 15,14.17-19).La proclamación pascual de fe en Jesús resucitado no es una cuestión teórica. Afecta vitalmente a cada uno de nosotros. Significa que Dios sale fiador de la Buena Noticia que anunciamos, del estilo de vida que hemos asumido.


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25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua

Invocación inicial

Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Cántico

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno Tu cuerpo es lazo de amores,/ de Dios y el hombre atadura;/ amor que a tu cuerpo acude/ como tu cuerpo perdura. Tu cuerpo, surco de penas,/ hoy es de luz y rocío;/ que lo vean los que lloran/ con ojos enrojecidos. Tu cuerpo espiritual/ es la Iglesia congregada;/ tan fuerte como tu cruz,/ tan bella como tu Pascua.

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

Tu cuerpo sacramental/ es de tu carne y tu sangre,/ y la Iglesia, que es tu Esposa,/ se acerca para abrazarte. Amén.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.

Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.


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25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Ésta fue la tercera vez que se apareció Jesús a los discípulos después de su resurrección de entre los muertos. Aleluya. Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por la resurrección de Jesucristo nos ha dado vida nueva, y digámosle: Ilumínanos, Señor, con la claridad de Jesucristo.

Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.

Señor, Padre clementísimo, tú que nos has revelado tu plan de salvación, proyectado desde antes de la creación del mundo, y eres fiel en todas tus promesas, * escucha con amor nuestras plegarias.

Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes.

Purifícanos con tu verdad y encamina nuestros pasos por las sendas de la santidad, * para que hagamos siempre el bien según tu agrado.

Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:

Haz resplandecer tu rostro sobre nosotros, * para que, libres de todo mal, nos saciemos con los bienes de tu casa.

para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.

Tú que por Cristo nos reconciliaste contigo, * danos la paz a nosotros y a todos los hombres del mundo.

Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Porque deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que su reino llegue a nosotros: Padre nuestro.

Salmo 149

Lectura breve

He 5, 30-32

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión, el perdón de los pecados. Testigo de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.

Oración

En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Conclusión

Éste es el día en que actuó el Señor; sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.


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25 de Abril - Viernes de la Octava de Pascua

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: La Pascua nos ha traído una certeza: la muerte vivida con generosidad extrema, es un “paso” a la vida. Una Pascua. Esto fue lo que aconteció en Jesús. Esto mismo acontecerá en aquellos que tienen la audacia de seguirlo hasta el final. Sabemos que lo que Jesús pregonaba en su vida terrena es verdad: “Si el grano de trigo no muere no da fruto, pero si muere da mucho fruto” (Jn 12,24). Jesús es este grano de trigo que murió y resucitó lleno de vida, ofreciendo a la humanidad frutos abundantes de vida y salvación.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno Tu cuerpo es preciosa lámpara,/ llagado y resucitado,/ tu rostro es la luz del mundo,/ nuestra casa, tu costado. Tu cuerpo es ramo de abril/ y blanca flor del espino,/ y el fruto que nadie sabe/ tras la flor eres tú mismo. Tu cuerpo es salud sin fin,/ joven, sin daño de días;/ para el que busca vivir/ es la raíz de la vida. Amén. Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis. Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya).


25 de Abril - Viernes - Oración de la Noche

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Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya).

vocación a que ha sido convocado * y se esfuerce por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.

Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 5, 8-10

Cristo, aunque era Hijo, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa de salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec». En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor; sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El discípulo predilecto de Jesús dijo: «¡Es el Señor!» Aleluya.

Preces Invoquemos a Cristo, camino, verdad y vida, y digámosle: Hijo de Dios vivo, bendice a tu pueblo. Te rogamos, Señor, por los ministros de tu Iglesia que, al distribuir entre sus hermanos el pan de vida, * encuentren también ellos en el pan que distribuyen su alimento y fortaleza. Te pedimos por todo el pueblo cristiano: que viva, Señor, como pide la

Te pedimos por los que rigen los destinos de las naciones: que cumplan su misión con espíritu de justicia y con amor, * para que haya paz y concordia entre los pueblos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Señor, que podamos celebrar tu santa resurrección con tus ángeles y tus santos, * y que nuestros hermanos difuntos, a quienes encomendamos a tu bondad, se alegren también en tu reino. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual restableciste tu alianza con los hombres, concédenos realizar en nuestra vida lo que en estas fiestas proclama nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche Completas

Invitación: Gocemos en este tiempo de reposo después de las fatigas del día. El Señor, que resucitó a Jesús de entre los muertos nos hace partícipes de su gloria. En medio de los gozos y sufrimientos que nos proporciona la jornada, poseemos las primicias del Espíritu. El espíritu nos ofrece como primicia el gozo pascual de saber que Jesús ha resucitado. El gozo se extiende a nuestra vida. La Pascua es una fiesta del Espíritu, llena de vida y de frutos abundantes. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8, después de las I Vísperas, pág. 12)


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26 de Abril - Sábado de la Octava de Pascua

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 21,1-14 Después de una noche muy larga, de encuentros y desencuentros, de negaciones y huidas, y lágrimas saludables, desde tu balcón, de incógnito, diriges, Señor resucitado la faena. La pesca fue tan abundante, que apenas aguantaban las redes. Solo aquel tú más amabas, revela casi en secreto a Pedro: “Es el Señor”. Gracias, Señor, por visitarnos, por revelarte, sin decir palabra, por compartir con nosotros el nuevo pan de la Pascua. P. Antonio Danoz, redentorista

26 de Abril - Sábado de la Octava de Pascua Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Lucas escribe: Los discípulos embargados por la alegría no podían creer y seguían maravillados” (Lc 24,41). Un don de la Pascua es la alegría. Nace de una fuente inagotable: la resurrección de Jesús. Para que esta alegría pascual permanezca viva en los discípulos y en las comunidades, ha de estar presente en la oración, en las celebraciones, en la vida y en las actividades. La Pascua no puede terminar con estos ocho días. Todos los demás días han de ser Pascua de resurrección en nuestras vidas.

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno Velaron las estrellas el sueño de su muerte,/ sus luces de esperanzas las recogió ya el sol,/ en haces luminosos la aurora resplandece,/ es hoy el nuevo día en que el Señor actuó. Los pobres de sí mismos creyeron

su palabra,/ la noche de los hombres fue grávida de Dios,/ él dijo volvería colmando su esperanza,/ más fuerte que la muerte fue su infinito amor. De angustia estremecida lloró y gimió la tierra,/ en las lágrimas y sangre su humanidad vivió,/ pecado, mal y muerte perdieron ya su fuerza,/ el Cristo siempre vivo es hoy nuestro blasón. De gozo reverdecen los valles y praderas,/ los pájaros y flores, su canto y su color,/ celebran con los hombres la eterna primavera/ del día y la victoria en que el Señor actuó. Recibe, Padre santo, los cánticos y amores /de cuantos en tu Hijo hallaron


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26 de Abril - Sábado de la Octava de Pascua

salvación,/ tu Espíritu divino nos llene de sus dones,/ los hombres y los pueblos se abran a tu Amor. Amén. Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1

Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

Cántico

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

al

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Salmo 149

Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.

Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque


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26 de Abril - Sábado de la Octava de Pascua

el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.

se alimentan con su palabra y con su cuerpo, y digámosle: Señor, danos paz y alegría. Hijo de Dios, que resucitado de entre los muertos eres el Príncipe de la vida, * bendice y santifica a tus fieles y a todos los hombres. Tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, * danos vivir como hijos de la luz y alegrarnos de tu victoria.

Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Aumenta la fe de tu Iglesia, peregrina en la tierra, * para que dé al mundo testimonio de tu resurrección.

Lectura breve

Tú que, habiendo padecido mucho, has entrado ya en la gloria del Padre, * convierte en gozo la tristeza de los afligidos.

Rom 14, 7-9

Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del Señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.

Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.

En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Oración

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Después de su resurrección, que tuvo lugar a la mañana del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Aleluya.

Preces Oremos a Cristo, pan de vida, que en el último día resucitará a los que

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Dios nuestro, que con la abundancia de tu gracia no cesas de aumentar en todos los pueblos el número de tus hijos, mira con amor a tus elegidos que han nacido a una nueva vida por el sacramento del bautismo y concédeles alcanzar una dichosa inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Mc 16,9-15 Los discípulos de ayer, Señor, huyeron, se escondieron agarrotados por el miedo. Se dedicaron a llorar en silencio; a hacer decepcionados duelo por un muerto. Les reprochas su obstinación por no creer a los testigos que te habían visto resucitado. Muchos discípulos de hoy, seguimos sus pasos;


27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

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lloramos el Viernes Santo, tu muerte, y velamos el sepulcro de un muerto el sábado. Ayúdanos, Señor, a dar el salto necesario, de discípulos cobardes, a testigos audaces ante el mundo, de que vives y has resucitado. P. Antonio Danoz, redentorista

27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A Oración de la Tarde - I Vísperas

Invitación: Decía Pedro en Cesarea:“Ya conocen lo que ocurrió en el país de los judíos…, después del bautismo de Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, a quien dios ungió con el Espíritu Santo y poder…Lo mataron colgándolo de un madero, Dios lo resucitó al tercer día” (Hch 10,37-39). Este Jesús “pasó haciendo el bien y curando por el demonio, porque Dios estaba con él” (Hch 10,38). Estamos celebrando con gozo la resurrección de Jesús. No olvidemos que toca también dedicar la vida a hacer el bien.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, I Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en


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27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya).

y, en presencia de todos, exclamó: «La paz sea con vosotros». Aleluya.

Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y nos dio nueva vida, y digámosle: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia.

Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya).

Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo.

Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya).

Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia.

Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria.

Lectura breve

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

1Pe 2, 9-10

Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; Vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ocho días después, estando cerradas las puertas, se presentó Jesús

Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro padre: Padre nuestro.

Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.


27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

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Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Estos días que estamos celebrando la resurrección con gozo en la eucaristía, podemos decir: “A nosotros que comimos y bebimos con él después de resucitar de entre los muertos, Dios nos ha elegido como testigos” (Hch 10,41). Como los primeros discípulos tenemos que salir sin miedo a anunciar abiertamente a los hombres y mujeres de hoy que Jesús ha resucitado, y que solo en él puede el mundo encontrar la salvación. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Domingo, I Vísperas, pág. 12)

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: En torno a la persona de Jesús resucitado nace una comunidad de discípulos. Lucas revela algunos elementos que muestran su vida y actividad principal: dar testimonio de Jesús resucitado. Una riqueza fundamental es el amor creador de unidad. Tenían un mismo pensar y un mismo sentir: “Un solo corazón y una sola alma”. La comunión en el amor es la base para edificar la comunidad pascual que Jesús desea. La oración ha de alimentarla.

Invocación inicial

gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio):

Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno, Laudes, pág. 7 Antífona 1 - Cristo ha resucitado y con su claridad ilumina al pueblo rescatado con su sangre. Aleluya.

Salmo 62, 2-9

En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ha resucitado del sepulcro nuestro Redentor; cantemos un himno al Señor, nuestro Dios. Aleluya.

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu

Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.

Cántico

Dn 3, 57-88. 56

al


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27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Antífona 3 - Aleluya. Ha resucitado el Señor, tal como os lo había anunciado. Aleluya.

Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.

Salmo 149

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.

Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3

Lectura breve

He 10, 40-43

Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2

Antífona: Trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino fiel. Aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4


27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

Preces

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(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo.

Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.

Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable.

Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Tú que nos has salvado por la fe, *haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva.

Oración

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - II Vísperas

Invitación: Un elemento imprescindible de la comunidad de discípulos de Jesús resucitado, es ocuparse de los hermanos más débiles. Entre los más débiles están los pobres, que carecen de lo necesario para vivir una vida digna. El compartir cristiano es un signo necesario de toda comunidad nacida de la Pascua. Ojalá se pueda decir de nuestras comunidades: “No había entre ellos ningún necesitado” (Hc4,34). Es éste un objetivo del reino de Dios.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, II Vísperas, pág. 7 Antífona 1 - María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. Aleluya.

Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos.


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27 de Abril - II Domingo de Pascua o de la Misericordia del Señor /A

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Venid y ved el lugar donde habían puesto al Señor. Aleluya.

Salmo 113 A

Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dijo Jesús: «No temáis, Id a decir a mis hermanos que vayan a Galilea, que allí me verán». Aleluya.

Cántico

Ap 19, 1-2. 5-7

Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya). Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya).

Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 10, 12-14

Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado. En lugar del responsorio breve se dice la siguiente antífona:

Éste es el día en que actuó el Señor: sea él nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¿No has creído, Tomás, sino después de haberme visto? Dichosos los que sin ver han creído. Aleluya. Preces Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres.


27 de Abril - Domingo - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

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Oración Señor Dios, cuya misericordia es eterna, tú que reanimas la fe de tu pueblo con la celebración anual de las fiestas pascuales, aumenta en nosotros los dones de tu gracia, para que comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos ha reengendrado y el precio de la sangre que nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La primera comunidad nacida de la Pascua perseveraba en la oración. “Acudían asiduamente…a las oraciones” (Hch 2,42). Lucas presenta a esta comunidad orando, mientras Pedro y Juan daban testimonio de Jesús ante el consejo, y sufrían persecución y malos tratos. El discípulo de Jesús ora personalmente a solas al padre. Y ora con la comunidad. La Liturgia de las Horas ofrece una hermosa forma de hacerlo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del domingo después de las II Vísperas, pág. 14)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 20,19-31 Se me abrieron, Señor, los ojos, como una catedral de fe robusta, al contemplarte vivo y resucitado, entre la luz y las sombras, con el corazón rasgado por la lanza; y los agujeros de los clavos en pies y las manos. Tu paz se me adentró gozosamente, en los cuatro puntos cardinales de mi cuerpo. Al sentir tu aliento, el Espíritu se apoderó de mi corazón y de mis huesos. Desde ahora, mi Señor resucitado, todo lo veo diferente. Y llegados al colmo de tanta desmesura, a todos gozosamente amo, con un corazón resucitado. P. Antonio Danoz, redentorista


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28 de Abril - Lunes, Feria o Memoria de San Pedro Chanel

El santo de hoy: San Pedro Chanel (1803-1841) Nace en Cuet (Francia). Después de varios años de su ordenación de presbítero, entró en la Sociedad de María. Fue enviado como misionero a Oceanía. Allí encontró numerosas dificultades en su obra de evangelización. Consiguió convertir al rey de Futuna. Este hecho provocó que fuera expulsado de la isla. Él decidió no abandonar aquel lugar. Con una gran violencia lo mataron a golpes.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: El que ha resucitado con Jesús ha de tomar conciencia de que es una persona nueva. Nueva es su vida, y nuevo su estilo de presencia en el mundo. Con las labores del día comienza la misión de “hacer todas las cosas nuevas”: el trabajo, la vida familiar, el comportamiento ciudadano, los compromisos laborales y políticos. Esta novedad ha de hacerse sentir en cualquier espacio en que nos movamos. Es la forma de ser testigos pascuales de Jesús resucitado.

Invocación inicial

por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío».

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y Hermón/ y el Monte Menor.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

Himno, Feria de Pascua, pág. 7 Antífona 1 - Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Aleluya.

Salmo 41

Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío; tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/

Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado. De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la alabanza/ del Dios de mi vida. Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Se me rompen los huesos/ por las burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?» ¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Llena, Señor, a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria. Aleluya.

Cántico

Sir 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,/ infunde


28 de Abril - Lunes, Feria o Memoria de San Pedro Chanel

tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder. Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti. Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo. Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente. Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo. Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - La gloria de Dios ilumina la ciudad santa y el Cordero es su sol. Aleluya.

Salmo 18 A El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura. Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los límites del orbe su lenguaje. Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él sale como el esposo de su alcoba,/ contento como un héroe, a recorrer su camino. Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 10,8b-10

«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque,

161

si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.

Responsorio breve

V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Os digo con toda verdad: el que no nace de arriba no podrá entrar en el reino de Dios. Aleluya.

Preces Oremos a Dios Padre todopoderoso, glorificado por la muerte y resurrección de Cristo, y digámosle confiados: Ilumina, Señor, nuestras mentes. Padre, fuente de toda luz, que has querido iluminar el mundo con la gloria de Cristo resucitado, * ilumina, desde el principio de este día, nuestras almas con la luz de la fe. Tú que por medio de tu Hijo, resucitado de entre los muertos, has abierto a los hombres las puertas de la salvación, * haz que, a través de los trabajos de este día se acreciente nuestra esperanza. Tú que por medio de tu Hijo resucitado has derramado sobre el mundo tu Espíritu Santo, * enciende nuestros corazones con el fuego de este mismo Espíritu. Tú que para librarnos entregaste a tu Hijo a la muerte * haz que él sea hoy para nosotros salvación y redención.


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28 de Abril - Lunes, Feria o Memoria de San Pedro Chanel

(Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, que coronaste con la gloria del martirio a san Pedro Chanel, cuando trabajaba por acrecentar tu Iglesia con la evangelización de pueblos lejanos, haz que, en estos días de

alegría pascual, nuestras celebraciones en honor de Cristo muerto y resucitado nos conviertan en testigos de la nueva vida que brota de este misterio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: La persona apegada a lo terreno busca las cosas terrenales. Se interesa poco de las cosas propias del que ha nacido del Espíritu en las fuentes bautismales. Como Jesús, éstos procuran ocuparse de las cosas del reino de Dios y su justicia. En la oración de esta tarde repitamos esta petición que nos viene del Señor: “Venga a nosotros tu reino”. Lo que pedimos en la oración, hagámoslo realidad con nuestras obras.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria de Pascua, pág. 9 Antífona 1 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.

Salmo 44

I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los enemigos del rey.

Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de reyes salen a tu encuentro,/ de pie a tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichosos los invitados a la cena del Señor. Aleluya. II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre


28 de Abril - Lunes, Feria o Memoria de San Pedro Chanel

alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra». Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

Cántico

Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 8, 1b-3

Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor

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y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.

Responsorio breve

V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Lo que de la carne nace carne es, y lo que nace del Espíritu espíritu es. Aleluya. Preces Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle: Cristo, vida nuestra, escúchanos. Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, * acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida. No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, * y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte. Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, * y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo. Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, * uniéndolos en tu cuerpo, * concede la paz y la unidad a las naciones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que eres el juez de vivos y muertos, * otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas.


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28 de Abril - Lunes - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.

Oración Dios todopoderoso, que coronaste con la gloria del martirio a san Pedro Chanel, cuando trabajaba por acrecentar tu Iglesia con la evangelización de pueblos lejanos, haz que, en estos días de alegría pascual, nuestras celebraciones

en honor de Cristo muerto y resucitado nos conviertan en testigos de la nueva vida que brota de este misterio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La Biblia relaciona las obras del maligno con las tinieblas. “Mas ustedes no andan en tinieblas, de modo que ese día no los sorprenderá como hace el ladrón…No son hijos de la noche y de las tinieblas”(1 Tes 5,4-5). La oración de esta noche invita a la vigilancia. A no dejarse sorprender por el espíritu del mal. Nuestras obras han de brillar en medio de las sombras que envuelven el mundo. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Lunes, 17)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 3,1-8 En una noche oscura con ansias en amores inflamada ¡oh dichosa ventura! salí sin ser notada estando ya mi casa sosegada… Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía. ¡Oh Noche que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada!

San Juan de la Cruz


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29 de Abril - Martes, Santa Catalina de Siena

La santa de hoy: Sta Catalina de Siena (1347-1380) Nace en Siena (Italia). Es una de las grandes mujeres que ha brillado con luz propia en la Iglesia. De joven entró en la orden de las Dominicas. Fue una gran contemplativa, adornada de diversos fenómenos místicos. Consiguió que el papa, al que llamaba “Dulce Cristo en la tierra”, regresara de Aviñón a Roma. También vivió el dolor de ver a la Iglesia dividida por el llamado “Cisma de occidente”. Pablo VI la nombró doctora de la Iglesia en 1970, siendo una de las tres mujeres que tienen este título. Y Juan Pablo II la Copatrona de Europa.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Para hablar de la nueva vida nacida de la Pascua, Pablo acude al signo de la levadura. La noche de la Pascua toda la levadura vieja tenía que desaparecer de la casa de un judío. Pablo recuerda a la comunidad de Corinto: “Supriman la levadura vieja, sean masa nueva, como panes pascuales que son” (1 Cor 5,7). La levadura vieja representa a la vieja criatura sometida a la esclavitud del pecado. Los “panes pascuales” son los hombres y mujeres nuevos nacidos de la Pascua. Vivamos el día con la novedad que ha inaugurado Jesús resucitado.

Invocación inicial

celebrado/, no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pereza y el sueño del pecado.

En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:

Demos gracia a Dios, y, humildemente/, pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente/, despiertos en la fe y en veste blanca. Amen.

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.

Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las vírgenes. Aleluya.

Himno Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las almas/ que hicieron de su amor amar divino. Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida,/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida. Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza/, vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza. Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha

Antífona 1 - Os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo. Aleluya.

Salmo 42 Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa/ contra gente sin piedad,/ sálvame del hombre traidor y malvado. Tú eres mi Dios y protector,/ ¿por qué me rechazas?/ ¿Por qué voy andando sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Envía tu luz y tu verdad:/ que ellas me guíen/ y me conduzcan hasta tu monte santo,/ hasta tu morada. Que yo me acerque al altar de Dios,/ al Dios de mi alegría;/ que te dé gracias al son de la cítara,/ Señor, Dios mío.


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29 de Abril - Martes, Santa Catalina de Siena

¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía. Aleluya.

Cántico

Is 38, 10-14. 17-20

Yo pensé: «En medio de mis días/ tengo que marchar hacia las puertas del abismo;/ me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor/ en la tierra de los vivos,/ ya no miraré a los hombres/ entre los habitantes del mundo.

Salmo 64 ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,/ + y a ti se te cumplen los votos,/ porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal/ a causa de sus culpas;/ nuestros delitos nos abruman,/ pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas/ para que viva en tus atrios:/ que nos saciemos de los bienes de tu casa,/ de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes,/ Dios, Salvador nuestro;/ tú, esperanza del confín de la tierra/ y del océano remoto;

Levantan y enrollan mi vida/ como una tienda de pastores./ Como un tejedor devanaba yo mi vida/ y me cortan la trama».

tú que afianzas los montes de tu fuerza,/ ceñido de poder;/ tú que reprimes el estruendo del mar,/ el estruendo de las olas/ y el tumulto de los pueblos.

Día y noche me estás acabando,/ sollozo hasta el amanecer./ Me quiebras los huesos como un león,/ día y noche me estás acabando.

Los habitantes del extremo del orbe/ se sobrecogen ante tus signos,/ y a las puertas de la aurora y del ocaso/ las llenas de júbilo.

Estoy piando como una golondrina,/ gimo como una paloma./ Mis ojos mirando al cielo se consumen:/ ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!

Tú cuidas de la tierra, la riegas/ y la enriqueces sin medida;/ la acequia de Dios va llena de agua,/ preparas los trigales;

Me has curado, me has hecho revivir,/ la amargura se me volvió paz/ cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía/ y volviste la espalda a todos mis pecados.

riegas los surcos, igualas los terrones,/ tu llovizna los deja mullidos,/ bendices sus brotes;/ coronas el año con tus bienes,/ las rodadas de tu carro rezuman abundancia;

El abismo no te da gracias,/ ni la muerte te alaba,/ ni esperan en tu fidelidad/ los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:/ como yo ahora./ El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas /todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tú has cuidado de nuestra tierra y la has enriquecido sin medida. Aleluya.

rezuman los pastos del páramo,/ y las colinas se orlan de alegría;/ las praderas se cubren de rebaños, /y los valles se visten de mieses,/ que aclaman y cantan. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.


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29 de Abril - Martes, Santa Catalina de Siena

Responsorio breve

V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. V Tu rostro buscaré, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: La virgen santa Catalina no cesaba de suplicar al Señor que se dignara dar nuevamente la paz a la santa Iglesia. Aleluya.

Preces

Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón. Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad,

consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa. Por intercesión de santa Catalina., que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.

Oración Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de Cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: Al finalizar el día, como “levadura” pascual que ha penetrado la masa para renovarla, “hagamos fiesta, pero no con levadura vieja que es la de la maldad y la de la perversidad, sino con los panes pascuales de la sinceridad y de la verdad” (1 Cor 5,8). La oración vespertina forma parte de esta fiesta. Demos gracias a Dios por habernos hecho levadura nueva. Oremos, para que estos“panes pascuales”, que somos nosotros, no se corrompan ni se contagien del mal que nos rodea.

Invocación inicial V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


168 Himno

Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el brazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente. Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir. Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén. Antífona 1 - Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Aleluya.

Salmo 48 I Oíd esto, todas las naciones,/ escuchadlo, habitantes del orbe:/ plebeyos y nobles, ricos y pobres; mi boca hablará sabiamente,/ y serán muy sensatas mis reflexiones;/ prestaré oído al proverbio/ y propondré mi problema al son de la cítara. ¿Por qué habré de temer los días aciagos,/ cuando me cerquen y me acechen los malvados,/ que confían en su opulencia/ y se jactan de sus inmensas riquezas,/ si nadie puede salvarse/ ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida,/ que nunca les bastará/ para vivir perpetuamente/ sin bajar a la fosa. Mira: los sabios mueren,/ lo mismo que perecen los ignorantes y necios,/ y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua/ y su casa de edad en edad,/ aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdura en la opulencia,/ sino que perece como los animales. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me salva de las garras del abismo. Aleluya.

29 de Abril - Martes, Santa Catalina de Siena

II Éste es el camino de los confiados,/ el destino de los hombres satisfechos: son un rebaño para el abismo,/ la muerte es su pastor,/ y bajan derechos a la tumba;/ se desvanece su figura/ y el abismo es su casa. Pero a mí, Dios me salva,/ me saca de las garras del abismo/ y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre/ y aumenta el fasto de su casa:/ cuando muera, no se llevará nada,/ su fasto no bajará con él. Aunque en vida se felicitaba:/ «Ponderan lo bien que lo pasas»,/ irá a reunirse con sus antepasados,/ que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente/ es como un animal que perece. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tuyos son, Señor, el poder y la riqueza, la fuerza y la gloria. Aleluya.

Cántico

Ap 4, 11; 5, 9-10. 12

Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3

Lectura breve

1Co 7, 32. 34

El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo


29 de Abril - Martes - Oración de la Noche - Completas

mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consgrándose a ellos en cuerpo y alma.

Responsorio breve

V Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. V Van entrando en el palacio real. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4

Antífona: Siempre y en todo lugar, santa Catalina buscaba a Dios, y lo encontraba y poseía, uniéndose al Señor por medio de la caridad y del amor. Aleluya.

Preces Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y supliquémosle diciendo: Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga, * haz que sea siempre santa e inmaculada. Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus

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lámparas encendidas, * no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti. Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta, * concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe. Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Catalina de Siena, virgen, * concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas, * admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino. Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro.

Oración Señor Dios nuestro, que diste a santa Catalina de Siena el don de entregarse con amor a la contemplación de la pasión de Cristo y al servicio de la Iglesia, haz que, por su intercesión, el pueblo cristiano viva siempre unido al misterio de Cristo, para que pueda rebosar de gozo cuando se manifieste su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: La oración a esta hora de la noche es un tiempo adecuado, para purificarnos de los restos de levadura vieja que hemos podido acumular durante la jornada: rencores, malas palabras, desavenencias, envidias, injusticias… Purificado el corazón y la conciencia, preparemos el espíritu para que la mala levadura sea remplazada por completo por frutos excelentes y abundantes. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Martes, 19)


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30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V

LA PALABRA S HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 3,5.7-15 En el espacio oscuro de cada una de nuestras noches, nos acercamos, Señor, hasta ti, como Nicodemo en secreto. Nos cuesta dar la cara, presentarnos a plena luz, proclamar sin miedo que somos tus discípulos. Necesitamos renacer de nuevo, sumergirnos en aguas primordiales, y bautizarnos con Espíritu. Aquél que un día en el Jordán descendió sobre ti como paloma. Háblanos de las cosas de la tierra, para que podamos comprenderte cuando nos hables del reino de los cielos. P. Antonio Danoz, redentorista

30 de Abril - Miércoles,

Feria o Memoria de San Pío V

El santo de hoy: San Pío V (1504-1572) Nació en Bosco Marengo (Italia). Perteneció a la orden de Predicadores (Dominicos). Fue durante algún tiempo profesor de teología. Más tarde fue elegido obispo y cardenal. En 1566 es elegido papa. Una de sus grandes labores fue aplicar los decretos del concilio de Trento, relativos a la fe, la disciplina y la liturgia. Fue gran promotor de las misiones. Propagó la devoción del Rosario, instituyendo la fiesta dedicada a esta advocación de María.

Oración de la Mañana - Laudes

Invitación: Los relatos de la resurrección de Jesús se abren con dos datos cronológicos. Primero: “El día primero de la semana” (Domingo). Segundo: “Muy temprano antes de salir el sol”. Primer día, primera hora. Es el momento primordial para todo discípulo de Jesús. Es el día más luminoso que jamás había existido. Jesús rompió la noche de la muerte. Amanece como “sol que nace de lo alto, para disipar las tinieblas de los que caminan en sombra de muerte (Lc 1,78-79).

Invocación inicial

V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:

Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor.

Aleluya.


30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V

Himno, Feria de Pascua, pág. 7 Antífona 1 - Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya.

Salmo 76

Alzo mi voz a Dios gritando,/ alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío:/ de noche extiendo las manos sin descanso,/ y mi alma rehúsa el consuelo./ Cuando me acuerdo de Dios, gimo,/ y meditando me siento desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos,/ y la agitación no me deja hablar./ Repaso los días antiguos, /recuerdo los años remotos;/ de noche lo pienso en mis adentros,/ y meditándolo me pregunto: ¿Es que el Señor nos rechaza para siempre/ y ya no volverá a favorecernos? /¿Se ha agotado ya su misericordia,/ se ha terminado para siempre su promesa?/ ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,/ o la cólera cierra sus entrañas? Y me digo: ¡Qué pena la mía!/ ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!/ Recuerdo las proezas del Señor; / sí, recuerdo tus antiguos portentos,/ medito todas tus obras/ y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos:/ ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,/ mostraste tu poder a los pueblos;/ con tu brazo rescataste a tu pueblo,/ a los hijos de Jacob y de José. Te vio el mar, ¡oh Dios!,/ te vio el mar y tembló,/ las olas se estremecieron. Las nubes descargaban sus aguas,/ retumbaban los nubarrones,/ tus saetas zigzagueaban. Rodaba el fragor de tu trueno,/ los relámpagos deslumbraban el orbe,/ la tierra retembló estremecida.

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Tú te abriste camino por las aguas,/ un vado por las aguas caudalosas,/ y no quedaba rastro de tus huellas: mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,/ por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor da la muerte y la vida. Aleluya.

Cántico

1Sam 2, 1-10

Mi corazón se regocija por el Señor,/ mi poder se exalta por Dios;/ mi boca se ríe de mis enemigos,/ porque gozo con tu salvación./ No hay santo como el Señor,/ no hay roca como nuestro Dios. No multipliquéis discursos altivos,/ no echéis por la boca arrogancias,/ porque el Señor es un Dios que sabe;/ él es quien pesa las acciones. Se rompen los arcos de los valientes,/ mientras los cobardes se ciñen de valor;/ los hartos se contratan por el pan,/ mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos se marchita. El Señor da la muerte y la vida,/ hunde en el abismo y levanta;/ da la pobreza y la riqueza, /humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para hacer que se siente entre príncipes/ y que herede un trono de gloria; /pues del Señor son los pilares de la tierra,/ y sobre ellos afianzó el orbe. Él guarda los pasos de sus amigos,/ mientras los malvados perecen en las tinieblas,/ porque el hombre no triunfa por su fuerza. El Señor desbarata a sus contrarios,/ el Altísimo truena desde el cielo,/ el Señor juzga hasta el confín de la tierra./ Él da fuerza a su Rey,/ exalta el poder de su Ungido. Gloria y antífona 2


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30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V

Antífona 3 - Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya.

Salmo 96 El Señor reina, la tierra goza,/ + se alegran las islas innumerables./ Tiniebla y nube lo rodean,/ justicia y derecho sostienen su trono. Delante de él avanza fuego/ abrasando en torno a los enemigos;/ sus relámpagos deslumbran el orbe,/ y, viéndolos, la tierra se estremece. Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra;/ los cielos pregonan su justicia,/ y todos los pueblos contemplan su gloria. Los que adoran estatuas se sonrojan,/ los que ponen su orgullo en los ídolos;/ ante él se postran todos los dioses. Lo oye Sión, y se alegra,/ se regocijan las ciudades de Judá/ por tus sentencias, Señor; porque tú eres Señor, /altísimo sobre toda la tierra,/ encumbrado sobre todos los dioses. El Señor ama al que aborrece el mal,/ protege la vida de sus fieles/ y los libra de los malvados. Amanece la luz para el justo,/ y la alegría para los rectos de corazón./ Alegraos, justos, con el Señor,/ celebrad su santo nombre. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Rom 6, 8-11

Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas, su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero

que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.

Responsorio breve

V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.

Cántico de Zacarías, pág. 4

Antífona: Tanto amó Dios al mundo que le entregó su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca sino que tenga vida eterna. Aleluya.

Preces Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los apóstoles, y digámosle suplicantes: Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo. Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable * y nos has querido dar la salvación. Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos fortalezca, * para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres. Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos, * que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos. Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia, * para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.


30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V

Oración Señor, tú que escogiste povidencialmente al papa san Pío quinto, para defender la fe y restaurar la liturgia, concédenos, por su intercesión, participar siempre en tus santos misterios con fe viva y con amor

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fecundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Tarde - Vísperas

Invitación: El atardecer es también un tiempo muy pascual Juan escribe: “La tarde de aquel mismo día (el primero de la semana), los discípulos estaban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Jesús se presentó y se puso en pie en medio de ellos” (Jn 20,20). Es la Hora propicia para el encuentro personal y comunitario de los discípulos con Jesús resucitado. “Hora de la tarde, final de las labores”. Hay que tener los ojos muy abiertos, para reconocerlo y para contemplarlo.

Invocación inicial

V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno, Feria de Pascua, pág. 8 Antífona 1 - No se turbe vuestro corazón; tan sólo creed en mí. Aleluya.

Salmo 61 Sólo en Dios descansa mi alma,/ porque de él viene mi salvación;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré.

De Dios viene mi salvación y mi gloria/ él es mi roca firme,/ Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él,/ desahogad ante él vuestro corazón,/ que Dios es nuestro refugio. Los hombres no son más que un soplo,/ los nobles son apariencia:/ todos juntos en la balanza subirán/ más leves que un soplo. No confiéis en la opresión,/ no pongáis ilusiones en el robo;/ y aunque crezcan vuestras riquezas/ no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa,/ y dos cosas que he escuchado:

¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre/ todos juntos, para derribarlo/ como a una pared que cede/ o a una tapia ruinosa?

«Que Dios tiene el poder/ y el Señor tiene la gracia;/ que tú pagas a cada uno/ según sus obras». Gloria y antífona 1

Sólo piensan en derribarme de mi altura,/ y se complacen en la mentira:/ con la boca bendicen,/ con el corazón maldicen.

Salmo 66

Descansa sólo en Dios, alma mía,/ porque él es mi esperanza;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré.

Antífona 2 - ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu salvación. Aleluya. El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.


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30 de Abril - Miércoles, Feria o Memoria de San Pío V

¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia, / riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Su resplandor eclipsa el Cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya.

Cántico

Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura; /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3

Lectura breve

Heb 7, 24-27

Jesús, como permanece para siempre,

tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.

Responsorio breve

V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.

Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El que obra la verdad viene a la luz y manifiesta que sus obras han sido hechas según Dios. Aleluya. Preces Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle: Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos. Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de entre los muertos, * convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo resucitado. Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos ovejas descarriadas, * consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu Iglesia.


30 de Abril - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / La Palabra se hace oración

Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel, * revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres. Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados, * y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)

Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha, * recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el amor.

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Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.

Oración Señor, tú que escogiste povidencialmente al papa san Pío quinto, para defender la fe y restaurar la liturgia, concédenos, por su intercesión, participar siempre en tus santos misterios con fe viva y con amor fecundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Conclusión

V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.

Oración de la Noche - Completas

Invitación: Los viajeros de Emaús, profundamente impresionados por la catequesis del mejor catequista, disfrazado de peregrino, le hacen una invitación: “Quédate con nosotros, porque termina el día y se hace noche” (Lc 24,29). Jesús les tenía reservada una sorpresa: les partió el pan como lo había hecho en la cena. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. En cada encuentro con él, Jesús siempre guarda una sorpresa. Dispongámonos a cenar con él. (Completas: Textos comunes, ver pág. 8 y propios del Miércoles, 20)

LA PALABRA SE HACE ORACIÓN

Lectura: Jn 3,16-21 Somos, Señor, aún principiantes; apenas hemos dado el primer paso en el arduo camino que conduce, primero a la cruz, después al encuentro contigo resucitado. Enciéndenos la luz de tu Palabra, aunque sea de noche. Háblanos del reino que anuncias, de las verdades que ignoramos, del amor sin fronteras ni exclusiones. Aunque sea de noche, los amigos nos esperan para la tertulia y para cenar. Pero háblanos antes del Hijo del hombre, que su vida entregó por amor, como ofrenda generosa, para que tengamos vida abundante los demás. P. Antonio Danoz, redentorista


176 (Continuación de la Encíclica Lumen Fidei, Papa Francisco, de Oremos del mes de Febrero 2014)

CARTA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI DEL SUMO PONTÍFICE FRANCISCO Unidad e integridad de la fe 47. La unidad de la Iglesia, en el tiempo y en el espacio, está ligada a la unidad de la fe: «Un solo cuerpo y un solo espíritu […] una sola fe» (Ef 4,4- 5). Hoy puede parecer posible una unión entre los hombres en una tarea común, en el compartir los mismos sentimientos o la misma suerte, en una meta común. Pero resulta muy difícil concebir una unidad en la misma verdad. Nos da la impresión de que una unión de este tipo se opone a la libertad de pensamiento y a la autonomía del sujeto. En cambio, la experiencia del amor nos dice que precisamente en el amor es posible tener una visión común, que amando aprendemos a ver la realidad con los ojos del otro, y que eso no nos empobrece, sino que enriquece nuestra mirada. El amor verdadero, a medida del amor divino, exige la verdad y, en la mirada común de la verdad, que es Jesucristo, adquiere firmeza y profundidad. En esto consiste también el gozo de creer, en la unidad de visión en un solo cuerpo y en un solo espíritu. En este sentido san León Magno decía: «Si la fe no es una, no es fe».40 ¿Cuál es el secreto de esta unidad? La fe es «una», en primer lugar, por la unidad del Dios conocido y confesado. Todos los artículos de la fe se refieren a él, son vías para conocer su ser y su actuar, y por eso forman una unidad superior a cualquier otra que podamos construir con nuestro pensamiento, la unidad que nos enriquece, porque se nos comunica y nos hace «uno». La fe es una, además, porque se dirige al único Señor, a la vida de Jesús, a su historia concreta que comparte con nosotros. San Ireneo de Lyon ha clarificado este punto contra los herejes gnósticos. Éstos distinguían dos tipos de fe, una fe ruda, la fe de los simples, imperfecta, que no iba más allá de la carne de Cristo y de la contemplación de sus misterios; y otro tipo de fe, más profundo y perfecto, la fe verdadera, reservada a un pequeño círculo de iniciados, que se eleva con el intelecto hasta los misterios de la divinidad desconocida, más allá de la carne de Cristo. Ante este planteamiento, que sigue teniendo su atractivo y sus defensores también en nuestros días, san Ireneo defiende que la fe es una sola, porque pasa siempre por el punto concreto de la encarnación, sin superar nunca la carne y la historia de Cristo, ya que Dios se ha querido revelar plenamente en ella. Y, por eso, no hay diferencia entre la fe de «aquel que destaca por su elocuencia» y de «quien es más débil en la palabra», entre quien es superior y quien tiene menos capacidad: ni el primero puede ampliar la fe, ni el segundo reducirla.41 Por último, la fe es una porque es compartida por toda la Iglesia, que forma un solo cuerpo y un solo espíritu. En la comunión del único sujeto que es la Iglesia, recibimos una mirada común. Confesando la misma fe, nos apoyamos sobre la misma roca, somos transformados por el mismo Espíritu de amor, irradiamos una única luz y tenemos una única mirada para penetrar la realidad.

(Continúa en el próximo número de Oremos con la Iglesia del mes de Mayo 2014) 40 In nativitate Domini sermo 4, 6: SC 22, 110. 41 Cf. Ireneo, Adversus haereses, I, 10, 2: SC 264, 160.


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