Claves cotidianas es una colección de libros preparados por el equipo Pastoral y Editorial de San Pablo de Venezuela, para ayudar a cada persona a vivir una vida plena de valores y feliz. Distribuye: • San Pablo, distribución El Hatillo (Edo. Miranda) - Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 Fax: 963.68.52 - E-Mail: sphatillo@cantv.net Creación de portada, ilustraciones y diagramación: Oswaldo Rosales Redacción: Javier Miranda
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1- Dudas y deudas Las dudas son como las deudas: ¡es mejor salir de ellas cuanto antes! Y ¿sabes por qué? Pues porque las dudas generan preocupaciones que nos apartan de vivir la alegría. Las dudas, además, nos afectan a todos en diversa medida y a lo largo de nuestra vida. ¡Nadie está exento de dudas! Pero, precisamente, allí reside su valor: nos hacen reflexionar y replantearnos las cosas. Las dudas, al igual que las sumas y multiplicaciones matemáticas, se van resolviendo una por una. A veces dudamos de nuestro aspecto o, peor aún, de nuestras capacidades para afrontar cualquier labor. Y es entonces cuando miramos de frente a nuestra duda y la despejamos como a un nubarrón gris que amenaza con oscurecer al sol. ¡Tenemos que ser los meteorólogos de nuestra propia vida y procurarnos un buen clima a diario! 5 CONFIANZA_EN_TI_MISMO.indd 4-5
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2- El valor de hacernos pensar Si es que hasta las dudas tienen su razón de ser: hacernos pensar, revisarnos ante el espejo y convencernos que nos gusta lo que vemos. Nos reconocemos y decimos: “ese soy yo y podría mejorar esto y aquello”. Claro que sí: ahora es cuando tenemos tiempo para superarnos, pero poniéndole una montaña de voluntad y confianza en nosotros mismos. La confianza, la fe y el optimismo son virtudes que nos hermanan y nos permiten creer en nuestros talentos y valores. A ver, por ejemplo, a mí me gusta el color de mis ojos y mi facilidad para jugar con las palabras. A ti hay varias cosas que te agradan de ti mismo. ¡Empieza ya a hacer un listado y te alegrará comprobar que la suma de tus encantos y habilidades supera cualquier error en el que hayas incurrido!
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3- Más aciertos que errores Ahora, con el listado que te propuse anteriormente en tus manos, fíjate por cuantos aciertos te vas ganando a ti mismo versus tus errores o hábitos que te desagradan. ¿Y sabes lo mejor? Que, con sinceridad y valentía, esos errores pueden superarse, transformándolos en habilidades a tu favor. Sinceridad para reconocer desaciertos (o cosas que tú hubieses podido hacer mucho mejor) y valentía para decirte con determinación y en voz alta “sí, estas son las acciones y hábitos que no me gustan de mí mismo y que, desde este instante, me propongo cambiar”. Se trata, entonces, de cambiar para mejorar(me), para superar(me) e integrarme de maravilla con el entorno donde vivo.
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4- “Yo sí puedo” es el nombre del juego Yo sí puedo cambiar, las cosas que no me gustan de mí. Yo sí puedo conocerme: para saber ¿qué pienso?, ¿qué siento?, ¿cómo decírselo a los demás? Yo sí puedo identificar mis conductas positivas, y reforzarlas, y convirtiéndolas en hábitos saludables que me agradan a mí y a otras personas.
Yo sí puedo reconocerme en ese espejo mágico llamado “humanidad”, sintiéndome cómodo conmigo y con tantas otras personas que se me asemejan y se me diferencian en hermosísimas posibilidades. Yo sí puedo tener confianza en mí, logrando que el mundo circundante se beneficie de mi bienestar y serenidad.
Yo sí puedo desarrollar mis habilidades: estudiando, trabajando, esforzándome por mis metas. Yo sí puedo hacer amigos y conservarlos mediante la sinceridad y el respeto. Yo sí puedo quererme a mí mismo como principio de amor hacia los demás. 8 CONFIANZA_EN_TI_MISMO.indd 8-9
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5- Conjugando el verbo mejorar Mejorar es el verbo de los prodigios. Mejorar es valorarnos y reconocer nuestro potencial. Mejorar es conjugar lo más brillante de nosotros mismos. Mejorar es sumar conductas y habilidades saludables. Mejorar es un acto de valentía. Mejorar es rescatar al héroe de todos los días que hay en nuestro interior. Mejorar es una sensación de alivio que me descarga de pesos, dudas y preocupaciones. Mejorar es reconocerme en esa persona formidable que soy yo.
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6- Me acepto como soy Oye, que no es ni culto a la personalidad ni egoísmo, sino que se trata, simplemente, de sentirme cómodo conmigo mismo. Me asomo al espejo y me gusta lo que veo. Me reconozco en esa imagen que doy de mí mismo y me encuentro bien, tranquilo, contento. Ni más ni menos que nadie. Soy un ser humano como todos que respiro, me alimento, me esfuerzo y sueño. Ah, y confío en mí mismo. Confío en mi talento y en mis habilidades. Confío en mi capacidad de enmendar errores. Confío en mis posibilidades de superación personal, profesional, familiar. Confío en la virtud de la confianza que me acompaña y es uña y carne conmigo.
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7- Cuestión de equilibrio La inseguridad nos distrae demasiado del camino y puede hacernos tropezar. La confianza nos rescata para enrumbar nuestros pasos. La inseguridad es una vieja chismosa que nos cuchichea en el oído intentando desanimarnos. La confianza es un ángel que nos recuerda lo mejor de nosotros mismos. La inseguridad es un espejo distorsionado que deforma nuestros rasgos. La confianza nos alerta del error y nos invita a superarnos. La inseguridad es una lotería que premia la cobardía. La confianza es una fábrica de gente valiente que lucha por lo que quiere.
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