Año XLVII - Domingo XXVI del Tiempo Ordinario /C - 29 de Septiembre de 2013
AMAR ES DARSE
Remesa VI - Nº 46
N
o permitas que tu corazón pierda la ternura y la cercanía solidaria con los necesitados del pan de cada día; no consientas que tus sentimientos se hagan Epulón ante los sufrimientos del pueblo. Procura, más bien, que en la mesa de tu vida haya pan de justicia y buen vino de amor para todo Lázaro necesitado. “Había un hombre rico que se vestía Amós, como heraldo incansable con ropa finísima todos los días. Había de la justicia, se enfrenta con los también un pobre, llamado Lázaro, todo cubierto de llagas, que estaba tendido a adinerados de su tiempo. Los ve la puerta del rico” (Lc 16,19-20). atiborrados de placeres y de comodidades; orgullosos, disfrutando de grandes banquetes. Y levanta la voz: “Ustedes irán al destierro, a la cabeza de los cautivos. Se acabó la orgía de los disolutos”. Cuando el hombre se sumerge en el materialismo, se endurece, sólo se mira a sí mismo y no hace caso de nada ni de nadie. Bien podemos decir que Jesús, encarnado en la realidad de su pueblo, confirma la proclamación del profeta con la parábola del rico Epulón y de Lázaro el mendigo. En Epulón están los que disfrutan, derrochan, viajan en yates de placer y en cruceros de lujuria. En Lázaro sufren los desahuciados y los pordioseros; los que ganan sueldo de hambre y los que no tienen ni dónde dormir, ni dónde comer, ni dónde morir. Los dueños del tener han creado una situación bipolar extrema: el sobreabundar frente al no tener. Y se ve claro que, desde una bipolaridad extrema, no hay solidaridad, ni justicia, ni amor. Cada vez son más, los pueblos cuya gran riqueza es morir de sed y de hambre. ¿Vives la caridad solidaria? ¿Con qué obras manifiestas tu amor con los necesitados? A Dios no le complace la ayuda amparada en migajas caídas al suelo. A Dios le complace el compartir solidario con los desheredados. Haz de tu vida una mesa de comensales en el amor. Y recuerda que amar es darse y no simplemente dar. P. Antonio Gracia, pasionista Alabemos al Señor, que viene a salvarnos (Sal 145)
Nuestra Misa Monición
Domingo XXVI del Tiempo Ordinario /C Hermanos. Estamos en el Domingo Décimo Sexto del Tiempo Ordinario. Conducidos de la mano de la Palabra avanzamos en la experiencia de Jesús y en el compromiso del Reino de Dios. Hoy de nuevo la proclamación del profeta Amós y sobre todo, la parábola del evangelio interpelan nuestra vida en la visión de la justicia y del amor solidario. Que Cristo, celebrado en la Eucaristía como pan partido y repartido en amor, nos enseñe a amar con verdadero sentido de solidaridad.
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Antífona de entrada
Podrías hacer recaer sobre nosotros, Señor, todo el rigor de tu justicia, porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero, haz honor a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia (Dn 3,31.29,30.43.42).
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Acto Penitencial
S Tú que has venido a buscar al que estaba perdido: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que has querido dar la vida en rescate por todos: Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que reúnes a tus hijos dispersos: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
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Gloria
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
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Oración colecta
Dios nuestro, que con tu perdón y tu misericordia, nos das la prueba más delicada de tu omnipotencia, apiádate de nosotros, pecadores, para que no desfallezcamos en la lucha por obtener el cielo que nos has prometido. Por nuestro Señor Jesucristo.
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1ª Lectura (Am 6,1.4-7) Lectura del libro del profeta Amós
Esto dice el Señor todopoderoso: “¡Ay de ustedes, los que se sienten seguros en Sión y los que ponen su confianza en el monte sagrado de Samaria! Se reclinan sobre divanes adornados con marfil, se recuestan sobre almohadones para comer los corderos del rebaño y las terneras en engorda. Canturrean al son del arpa, creyendo cantar como David. Se atiborran de vino, se ponen los perfumes más costosos, pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos. Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos y se acabará la orgía de los disolutos”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Salmo responsorial (145)
L Alabemos al Señor, que viene a salvarnos. R Alabemos al Señor, que viene a salvarnos. L El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo /R L Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor al hombre justo y toma al forastero a su cuidado /R
L A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo. Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos /R
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2ª Lectura (1Tim 6,11-16) Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo
Hermano: Tú, como hombre de Dios, lleva una vida de rectitud, piedad, fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste tan admirable profesión ante numerosos testigos. Ahora, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato, te ordeno que cumplas fiel e irreprochablemente, todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo Dios, el bienaventurado y único soberano, rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inaccesible y a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y poder para siempre. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza. R Aleluya (2Co 8,9).
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 16,19-31)
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y ansiando llenarse con las sobras que
caían de la mesa del rico. Y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro junto a él. Entonces gritó: “Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas’. Pero Abraham le contestó: “Hijo, recuerda que en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia acá’. El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y no acaben también ellos en este lugar de tormentos’. Abraham le dijo: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen’. Pero el rico replicó: ‘No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se arrepentirán’. Abraham repuso: Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto’”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S Muchos piensan solo en acaparar bienes y llevar buena vida. Oremos, para que no cerremos los ojos ante los indigentes que reclaman justicia ante nuestras puertas. A Te lo pedimos, Señor L Son muchos los pobres que llaman a las puertas de este mundo, reclamando lo más elemental para vivir. Para que
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
no tapemos los oídos ante el grito de los pobres: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que los responsables de las instituciones públicas busquen solución digna al problema de los indigentes, de los que carecen de alimentos y de un techo para cobijarse: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L El rico insensato pereció víctima de su avaricia. Para que superemos nuestros egoísmos personales y sociales, y procuremos que todos dispongan de unos servicios de salud dignos: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. L Para que la justicia llegue a este mundo, en que un número reducido de personas dispone de inmensa riqueza, mientras países enteros viven sumidos en la pobreza: Oremos al Señor. A Te lo pedimos, Señor. (Intenciones libres) S Padre misericordioso, protege a tus hijos más necesitados, y suscita en la sociedad iniciativas para resolver sus problemas más urgentes. Por Jesucristo nuestro Señor. R Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Acepta, Padre misericordioso, nuestros dones y conviértelos en el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, fuente de toda bendición para tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Oración del Señor
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Antífona de comunión
Recuerda, Señor, la promesa que le hiciste a tu siervo; en ella he puesto toda mi esperanza y ha sido ella mi consuelo en la aflicción (Sal 118, 49-50).
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Oración d/de la comunión
Que esta Eucaristía renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro espíritu a fin de que podamos participar de la herencia gloriosa de tu Hijo, cuya muerte hemos anunciado y compartido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
El personaje de la semana
S
María del Carmen González Valerio
egunda en una familia de cinco hijos, Mari Carmen nació en Madrid el 14 de Marzo de 1930. Padeció una dolorosa enfermedad que ofreció por la conversión del Presidente Manuel Azaña que finalmente consiguió. Profesaba una devoción especial a la Virgen María y ayunaba todos los sábados en su honor. Desde el primer mes de su concepción, la madre consagró su hija a la Santísima Virgen, durante la novena de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Desde su nacimiento, pareció que Dios tenía prisa de tomar posesión del alma de la niña: gravemente enferma, fue bautizada el 18 de Marzo en la parroquia Santa María, de Madrid, con el nombre de Mari Carmen del Sagrado Corazón. El 6 de Abril de 1939, Jueves Santo, en la iglesia del Buen Pastor de San Sebastián, hizo su «entrega» a Dios. Muere de Escarlatina el 17 de Julio 1939 con 9 años de edad. Carlos Eduardo Soto, ssp
carloseduardosoto2@gmail.com
Liturgia de la Semana - 2ª Sem. del Salterio (Del 30 de Septiembre al 6 de Octubre 2013) 30 Lunes, San Jerónimo, Presbítero y Doctor, M - Zc 8,1-8; Sal 101; Lc 9,4650. 1 Martes, Santa Teresa del Niño Jesús, Virgen, M - Zc 8,20-23; Sal 86; Lc 9,5156. 2 Miércoles - Santos Ángeles Custodios, M - Ex 22,20-23; Sal 90; Mt 18,1-5.10. 3 Jueves - Feria, XXVI Sem. del Tpo. Ord. - Ne 8,1-4.5-6.8-12; Sal 18; Lc 10,1-12. 4 Viernes - San Francisco de Asís, Religioso, M - Ba 1,15-22; Sal 78; Lc 10,13-16. 5 Sábado - Feria o Memoria de Santa María en sábado - Ba 4,5-12.27-29; Sal 68; Lc 10,17-24. 6 Domingo XXVII del Tpo. Ord. /C Hab 1,2-3; 2,2-4; Sal 94; 2Tm 1,68.13-14; Lc 17,5-10 - L.H.: 3ª Semana del Salterio.