Mi vida en el crisol del martirio by San Pablo Ediciones Venezuela

P. Luis Verdecchia, sdb

Mons. Salvador Montes De Oca

vida en el crisol del martirio

a modo de autobiografĂa

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ÍNDICE Presentación........................................ 7 Capítulo I

cuna de mi vida.................................. 9 Mi patria de entonces......................... 11 Mi genealogía familiar........................ 19 Mi infancia y adolescencia.................. 23 Capítulo II

itinerario de mi vocación..................... Mi iniciación cristiana......................... Mi dirección espiritua.........................l Mi vocación al sacerdocio...................

31 33 41 47

Capítulo III

consagración a Cristo......................... Mi vida pastoral................................ Mi vida de oración............................. Mi devoción mariana..........................

57 59 69 78

Capítulo IV

La Cruz de mi destierro........................... 87 Mi coherencia de vida........................ 88

Mi adhesión a la Iglesia..................... 107 Mi amarga lejanía de la patria y de la diócesis................................ 117 Capítulo V

realización de mi eterno sueño........... Mi experiencia como religioso............. Mi radical opción como cartuijo.......... Mi definitiva entrega a Cristo.............

127 128 135 144

Capítulo VI

La visión de mi vida desde la Eternidad... 165 Desde la óptica de la eternidad.......... 167 Conclusión......................................... 175 Anexos Bibliografía.......................................... Periódicos............................................ Cartas................................................. Revistas.............................................. Divulgación..........................................

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PRESENTACIÓN Amigo y hermano lector En tus manos ha caído un libro en el que me propongo hablarte un poco de mí. ¡Qué difícil me resulta esta tarea! No lo hago para reverenciar la objetividad pura de los hechos históricos, ni tampoco para abrir paso a los halagos de un posible orgullo que pudiese quedar solapado en lo más recóndito de mi persona. ¡No! Mi intención es otra: dar un testimonio personal de lo providencial que es todo acontecer en nuestra vida. Cuando poseemos una visión de la totalidad de la existencia humana, constatamos la presencia de Dios, que con mano de padre va hilando cada evento con amor providente. Mi vida, cuyos bosquejos quiero presentarte, es obra de Él. La tuya también lo es. Cuando te sorprenda con cargas tan pesadas, con pruebas tan insoportables, no claves tu mirada en ellas; no te quedes anonadado bajo el peso de ninguna. Abandónate en las manos de Papá Dios. Él nos regaló a Jesús, para que nos ayudara a cargar nuestra cruz. Nada puede compararse con el gozo que se experimenta al vivir para siempre junto a Él. Hemos

nacido de Dios y a Él regresamos. Al releer nuestra vida desde la óptica de Dios, todo adquiere significación y constatamos que Él lo hace todo bien. Desde la paz y el silencio en Dios, te animo a que no te detengas por nada en el camino que has iniciado. Cristo camina a tu lado. Cuando en verdad experimentes que la cruz de las pruebas es más fuerte que tus fuerzas deja que Él te ayude a llevarla. Cuando ya no te queden energías para caminar, deja que Él te cargue sobre sus hombros. Yo lo experimenté. Ahora te toca a ti probarlo. ¡Yo que te lo digo DESDE LA ETERNIDAD! Salvador

La cuna de mi vida â&#x20AC;&#x153;Esa es Carora, mi amada patria chica, tierra donde germina la hidalguĂa como en su propio campo, y donde toda nobleza tiene asiento y toda idea grande, acogidaâ&#x20AC;?

La Casa que me vio nacer

MI PATRIA DE ENTONCES Quiero ofrecer un esbozo inicial, como panorama sencillo, global y sumario, sobre la Venezuela de los tiempos que precedieron a mi vida serena y en la que me tocó vivir. No es un estudio histórico técnico o exhaustivo, sino una visión panorámica, tomada a vuelo de pájaro y desde mucha altura. En 1830 Venezuela se constituyó república independiente de Colombia. Hay un gozo en todo el territorio y un dolor al mismo tiempo: Venezuela es un pueblo diezmado y agotado por la guerra. Sangra por miles de heridas y vive un desconcierto pronunciado. Por miedo a la anarquía, a la resistencia al cambio social y a la pérdida de privilegios, José Antonio Páez y luego los Monagas, gobiernan con fuerza e imposición, con marcado personalismo y con excesivos favoritismos. Militares de alto rango y caudillos prepotentes se apropian de la mayoría de las tierras del régimen colonial, marginan al pueblo humilde y constituyen una pequeña y fuerte oligarquía a la que se suman rápidamente grandes comerciantes, políticos e intelectuales de renombre. 11

La economía de talante eminentemente liberal trata esforzadamente de recuperarse en medio de conflictos socio-políticos fuertes, pero no tiene dinamismo interno suficiente para sobreponerse al sistema colonial. En 1839 se expresa la situación de malestar económico en forma de oposición organizada. Leocadio Guzmán funda, en 1840, el Partido Liberal, donde se aglutinan, por intereses muy propios, antiguos marqueses, condes y aristócratas; todos ellos ex-colaboradores del gobierno. Los liberales se convierten desenfadadamente en símbolo de lucha contra el orden establecido y contra la oligarquía, a pesar de ser ellos mismos oligarquía total. Se soliviantan y promueven alzamientos en 1824 y en 1847, pero otro líder oligarca conservador, José Antonio Páez, los vence y apacigua. Guzmán Blanco sube al poder en 1870, lo centraliza sobre mando de jefes-caudillos y logra cierta tranquilidad en el país, aunque algunos problemas siguen latentes en la colectividad venezolana. Con todo, su impronta es fuerte y deja huella, Los gobernantes posteriores seguirán sus planteamientos políticos. La Revolución Liberal Restauradora tuvo su origen en las ideas caudillistas de Cipriano Castro. Este movimiento armado ve culminado su objetivo de poder en 1899. La toma deponer por parte de los andinos, tendría un largo periodo, Desde 1899 hasta 12

1908 se mantiene en el gobierno Cipriano Castro, cuando una afección renal lo obliga a viajar a Europa para someterse a una operación. “El Cabito”, como apodaban a Castro, dejaría cuidando su gobierno al silencioso Juan Vicente Gómez. EL segundo jefe del movimiento liberal había logrado multiplicar la fortuna económica que invirtió en el financiamiento de la aventura restauradora. Juan Vicente Gómez es el jefe absoluto del ejército, cuestión que facilita el desplazar del poder a su compadre Cipriano Castro, en 1908. A partir de esa fecha se inaugura la más larga dictadura militar que ha vivido la sociedad venezolana. La misma termina en 1935, cuando muere Gómez, dejando en su archivo político 27 años de gobierno. A nivel político, Gómez centra todo el poder en él. Su autoridad es única. Sin embargo, se rodea de intelectuales reconocidos, conocedores de las ideas positivistas de Spencer y Taine. “Orden y Progreso” es la cultura positivista. El orden se garantizaba en la autoridad del Benemérito. El progreso de veía en las nuevas riquezas que ofertaba el petróleo. La paz, tercer elemento de la consigna del gobierno de Gómez, estaba en los cementerios y en las cárceles. Así, orden, seguridad y progreso tenía un solo sinónimo: Juan Vicente Gómez. Aparte del terror político que sembró en el país, logró ordenar la administración pública, eliminar le fenómeno caudillista y rescatar la 13

confianza económica y diplomática internacional de Venezuela. El contexto político de Gómez estuvo basado en la tiranía militar, donde no existía ningún tipo de libertades y el mayor derecho que gozaba cualquier ciudadano no identificado con el régimen, era guardar silencio o morirse en una cárcel. La autoridad de Gómez fue total en un país donde reinaba el analfabetismo y el distanciamiento éntre las provincias. Y hacía desvanecer una posible unidad político-militar que pudiese enfrentar al último caudillo. A nivel de la Iglesia en este periodo, dos puntos tuvieron significado especial e incidieron en la vida del pueblo cristiano: la relación Iglesia-Estado y la Legislación gubernamental en relación con la vida religiosa. En relación a aquélla, el Congreso de 1824 había aprobado la Ley del Patronato, a pesar de la oposición cerrada y decisiva de varios Obispos. El enfrentamiento había sido frontal. Desde entonces la Iglesia quedaba sometida al poder civil, aunque este poder se comprometía a colaborar con ella y ayudarla. Muy pronto se le ven las orejas al lobo. Amparados por una interpretación tendenciosa de la Ley del Patronato, los gobernantes recortan los diezmos pertenecientes a la Iglesia. Suprimen conventos, inhiben su derecho de expresión y coaccionan su labor. La fricción era constante. 14

Tres Obispos: Buenaventura Arias, de Mérida; Mariano Talavera, de Guayana, y Ramón Méndez, de Caracas, se negaron a firmar la Constitución del 23 de septiembre de 1840 de la nueva República, porque regulaba asuntos referentes a la Iglesia y lo hacía desfavorablemente. Fueron expulsados del país por su oposición, Fuera y dentro del país mantuvieron siempre su actitud recta y decisiva. Con Guevara y Lira, Arzobispo de Caracas. 1852-1876, se tensaron más las relaciones entre Iglesia y Estado. La situación se volvió sumamente conflictiva, especialmente en tiempo de Guzmán Blanco, cuando el dictador propuso al Congreso de diputados proclamar una “Iglesia Venezolana”. El Papa intervino en 1876 y pidió al Arzobispo de Caracas que renunciara para evitar un cisma. Guevara y Lira accede a la súplica de Roma y le sucedió José Antonio Ponte. Guzmán Blanco, durante la dictadura, 18701887, trató de someter a la Iglesia a su criterio, a sus intereses y a los intereses latifundistas de sus caudillos. Posteriormente, los gobernantes sucesores se mostraron menos enemigos y comienzan a cierta libertad a la Iglesia. En cuanto ala Legislación gubernamental en relación con la vida religiosa, es preciso recordar que la vida religiosa era el brazo derecho de la Iglesia en Venezuela y su aniquilación hubiese significado un golpe criminal a su crecimiento. 15

En 1824 el Congreso aprueba la Ley del Patronato, En 1826 se prohibió el noviciado a menores de 25 años de esas y se suprimieron los conventos donde, desde 1821, no hubiera habido un mínimo de ocho religiosos sacerdotes permanentes. Con esta Ley se clausuraron casi todos los conventos, pues los cuadros sacerdotales seculares y religiosos habían quedado muy reducidos por las guerras independentistas. Simón Bolívar legisló dos decretos, en 1826 y 28, para restablecer la vida religiosa en Venezuela. De repente surtieron efecto, pero su duración fue muy corta, ya que en 1837se suprimieron definitivamente todos los conventos masculinos. Por lo tanto, mediante el decreto del 2 de febrero de 1837 se derogó lo establecido por el Libertador y se clausuró la vida religiosa en Venezuela. Muchos religiosos emigran a las islas del Caribe. El 9 de julio de 1842 se abrió una esperanza de ingreso para unos setenta religiosos, intento que fue posteriormente frustrado por Leocadio Guzmán, en 1848, siendo Ministro de Relaciones Interiores, de cuyo despacho dependía la entrada y salida de los religiosos. El 5 de febrero del 49 declaró que los religiosos de uno y otro sexo eran perjudiciales a los intereses del país y prohibió toda entrada a nuevos religiosos. Guzmán Blanco, en conflicto con Guevara y Lira, el 2 de mayo de 1874, disolvió por de16

creto los conventos de monjas y se apoderó de sus posesiones con el pretexto de que se destinarían al servicio público. En todo esto hay algo providencial, Tantos decretos contra los religiosos extranjeros, creó la mentalidad de que el Espíritu Santo también quería la siembra de fundaciones nativas. Poco a poco se distienden las relaciones entre Iglesia-Estado. Se permitió la entrada a religiosos y religiosas: en 1889 llegaron las Hermanas de San José de Tarbes; en 1890 las Hermanas de la Caridad de Santa Ana; en 1891 los Capuchinos; en 1894 los Salesianos; etc. Se toma conciencia de que las leyes anticonventuales son igualmente anticonstitucionales, pues la Constitución garantizaba la libertad de reunión y asociación pública y privada. Hacia finales del siglo XIX, en ese terruño larense, donde la paz y la prosperidad reinaban al compás del rigor de la naturaleza, Carora, mi amada patria chica, me vio nacer. Tierra donde germinaba la hidalguía como en su propio campo y donde toda nobleza tiene asiento y toda idea grande, acogida. Por algo brotaron de su áspero suelo las siete rosas heroicas de los Torres, las palmeras de los Riera, los lirios de innumerables sacerdotes y aquella fue la azucena y clavel, pureza y caridad, el alma candidísima y encendida de nuestro Padre Carlos.

Con mi hermano en Florencia