«OREMOS CON LA IGLESIA»
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Contiene: Laudes, Vísperas, Completas y Comentario a la Palabra de Dios
Año IX - Nro. 90 - Mayo 2013 Director: P. Martino Maccapani, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Subdirector: P. V. Amadío Ángel, ssp. spediciones@cantv.net publicaciones@sanpablo.org.ve Coordinadora: July Zambrano Comentarios: P. Antonio Danoz, Redentorista, Telf.: 481.35.40 Comentario a la Palabra de Dios: P. Antonio Danoz, Redentorista Portada: Adrián Rodríguez
Equipo de Revisión, Correcciones: J. Zambrano Diagramación: Dora González Pedidos por suscripción: Telfs.: (0212) 963.68.81 / 963.65.19 Fax 963.68.52 distribuidora@sanpablo.org.ve suscripciones@sanpablo.org.ve Precio unitario Bs.F. 28,00 Administración: Telfs.: (0212) 576.76.62 577.10.24 - Fax 576.93.34 cobranzas@sanpablo.org.ve Rif: J-00063835-7 Depósito legal: pp200502CS1934
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Intenciones Generales y Misionales del Santo Padre para el mes de Mayo 2013 Generales: Administración de la justicia. Que quienes administran la justicia actúen siempre con integridad y recta conciencia. Misionales: Los seminarios. Que los Seminarios, especialmente los que se encuentran en Iglesias de misión, formen pastores según el Corazón de Cristo, dedicados por entero al anuncio del Evangelio.
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Calendario Litúrgico - Mayo 2013, Ciclo “C” 1 de Mayo - Miércoles, Feria o Memoria de S. José Obrero - He 15,1-6; Sal 121; Jn 15,1-8. 2 de Mayo - Jueves, S. Atanasio, Ob. y Doc. de la Igl. - He 15,7-21; Sal 95; Jn 15,9-11. 3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz, F - Núm 21,4-9; Sal 77; Jn 3,13-17. 4 de Mayo - Sábado, Ss. Felipe y Santiago, Apóstoles, F - 1Cor 15,1-8; Sal 18; Jn 14,6-14. 5 de Mayo - VI Domingo de Pascua /C - He 15,1-2.22-29; Sal 66; Ap 21,1014.22-23; Jn 14,23-29. 6 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua - He 16,11-15; Sal 149; Jn 15,26-16,4. 7 de Mayo - Martes, Feria o Memoria de Beata María de San José, Virgen - Hc 16,22-34; Sal 137; Jn 16,5-11. 8 de Mayo - Miércoles, Feria, VI Semana de Pascua - He 17,15-16.22-18,1; Sal 148; Jn 16,12-15. 9 de Mayo, Jueves, Feria, VI Semanal de Pascua - He 18,1-8; Sal 97; Jn 16,16-20. 10 de Mayo - Viernes, Feria o Memoria de San Juan de Ávila, Presbítero y Doctor de la Iglesia - He 18,9-18; Sal 46; Jn 16-20-23. 11 de Mayo - Sábado, Feria, VI Semana de Pascua - H 18,23-28; Sal 46; Jn 16,23-28. 12 de Mayo - Domingo, Ascensión del Señor, S - He 1,1-11; Sal 46; Heb 9,24-28;10,19-23. 13 de Mayo - Lunes, Ntra. Sra. de Fátima, M - He 19,1-8; Sal 67; Jn 16,29-33. 14 de Mayo - Martes, S. Matías, Apóstol, F - He 1,15-17.20-26; Sal 112; Jn 15,9-17. 15 de Mayo - Miércoles, San Isidro Labrador, M - He 20,28-38; Sal 67; Jn 17,11-19. 16 de Mayo - Jueves, Feria, VII Semana de Pascua - He 22,30; 23,6-11; Sal 15; Jn 17,20-26.
17 de Mayo - Viernes, Feria, VII Semana de Pascua - He 25,13-21; Sal 102; Jn 21,15-19. 18 de Mayo - Sábado, Feria o Memoria de San Juan I, Papa y Mrt. - He 28,1620.30-31; Sal 10; Jn 21,20-25. 19 de Mayo - Domingo de Pentecostés /C, S - Misa del Día: He 2,1-11; Sal 103; 1Co 12,3-7.12-13; Jn 20,19-23. 20 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de San Bernardino de Siena - Sir 1,110; Sal 92; Mc 9,14-29. 21 de Mayo - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. - Sir 2,1-13; Sal 36; Mc 9,30-37. 22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord. - Sir 4,12-22; Sal 118; Mc 9,38-40. 23 de Mayo - Jueves, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, F - Is 52,13-53,12; o Hb 10,12-23; Sal 39; Lc 22,14-20. 24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora - Sir 6,5-17; Sal 118; Mc 10,1-12. 25 de Mayo - Sábado, Feria o Memoria de San Beda, el Venerable, Presb. y Doc. de la Igl. - Sir 17,1-13; Sal 102; Mc 10,13-16. 26 de Mayo - Domingo de la Santísima Trinidad /C, S - Pr 8,22-31; Sal 8; Rm 5,1-5; Jn 16,12-15. 27 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de San Agustín de Canterbury, Obispo - Sir 17,20-28; Sal 31; Mc 10,17-27. 28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. - Sir 35,1-15; Sal 49; Mc 10,28-31. 29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. - Sir 36,1-2.5-6.13-19; Sal 78; Mc 10,32-45. 30 de Mayo - Jueves, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. - Sir 42,15-26; Sal 32; Mc 10,46-52. 31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María, F - So 3,14-18; Sal (Is 12); Lc 1,39-56.
Textos comunes
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Oración de la Mañana - Laudes Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. (En forma opcional se dice luego el salmo 94 (o bien el salmo 23, 99, o el 66)
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Salmo 94
y siempre, /por los siglos de los siglos. Amén. Se repite la antífona
o bien el Salmo 23 Del Señor es la tierra y cuanto la llena,/ el orbe y todos sus habitantes: /él la fundó sobre los mares,/ él la afianzó sobre los ríos. Se repite la antífona
Venid, aclamemos al Señor,/ demos vítores a la Roca que nos salva;/ entremos a su presencia dándole gracias,/ aclamándolo con cantos.
¿Quién puede subir al monte del Señor?/ ¿Quién puede estar en el recinto sacro?
Se repite la antífona
El hombre de manos inocentes/ y puro corazón,/ que no confía en los ídolos/ ni jura contra el prójimo en falso./ Ése recibirá la bendición del Señor,/ le hará justicia el Dios de salvación.
Porque el Señor es un Dios grande,/ soberano de todos los dioses:/ tiene en su mano las simas de la tierra,/ son suyas las cumbres de los montes./ Suyo es el mar, porque él lo hizo,/ la tierra firme que modelaron sus manos. Se repite la antífona
Venid, postrémonos por tierra,/ bendiciendo al Señor, creador nuestro./ Porque él es nuestro Dios,/ y nosotros su pueblo,/ el rebaño que él guía. Se repite la antífona
Ojalá escuchéis hoy su voz:/ «No endurezcáis el corazón como en Meribá,/ como el día de Masá en el desierto:/ cuando vuestros padres me pusieron a prueba,/ y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Se repite la antífona
Durante cuarenta años/ aquella generación me repugnó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado,/ que no reconoce mi camino;/ por eso he jurado en mi cólera/ que no entrarán en mi descanso». Se repite la antífona
Gloria al Padre, y al Hijo,/ y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora
Se repite la antífona
Se repite la antífona
Éste es el grupo que busca al Señor,/ que viene a tu presencia, Dios de Jacob. Se repite la antífona
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, héroe valeroso;/ el Señor, héroe de la guerra. Se repite la antífona
¡Portones!, alzad los dinteles,/ levantaos, puertas antiguas:/ va a entrar el Rey de la gloria. Se repite la antífona
¿Quién es ese Rey de la gloria?/ El Señor, Dios de los ejércitos./ Él es el Rey de la gloria. Se repite la antífona
o bien el Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/
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Textos comunes
conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación.
es eterna,/ su fidelidad por todas las edades».
Se repite la antífona
Cántico de Zacarías (Lc 1,68-79) (cántico de la mañana) Bendito sea el Señor, Dios de Israel, /porque ha visitado y redimido a su pueblo,/ suscitándonos una fuerza de salvación/ en la casa de David, su siervo,/ según lo había predicho desde antiguo/ por boca de sus santos profetas.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. Se repite la antífona
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Se repite la antífona
La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe.
o bien el Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Se repite la antífona
Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Se repite la antífona
Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos, /dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos/ y de la mano de todos los que nos odian;/ ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,/ recordando su santa alianza/ y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor,/ arrancados de la mano de los enemigos,/ le sirvamos con santidad y justicia,/ en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,/ porque irás delante del Señor /a preparar sus caminos,/ anunciando a su pueblo la salvación,/ el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,/ nos visitará el sol que nace de lo alto,/ para iluminar a los que viven en tinieblas/ y en sombras de muerte,/ para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.
Oración de la Tarde - Vísperas Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Cántico de la Sma. Virgen María (Lc 1,46-55) (cántico de la tarde) Proclama mi alma la grandeza del Señor,/ se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;/ porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,/ porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:/ su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles/ de generación en generación. Él hace proezas con su brazo:/ dispersa a los soberbios de corazón, /derriba del
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Textos comunes
trono a los poderosos/ y enaltece a los humildes,/ a los hambrientos los colma de bienes/ y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo,/ acordándose de su misericordia/ —como lo había prometido a nuestros padres—/ en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo./ Como era en el principio, ahora y siempre,/ por los siglos de los siglos. Amén.
Conclusión - Laudes y Vísperas Si el que preside es un presbítero o un diácono, bendice con la fórmula siguiente:
El Señor esté con ustedes./ Y con tu espíritu./ La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros./ Amén. Si se despide a la asamblea, se añade:
Pueden ir en paz./ Demos gracias a Dios. Si el que preside no es un ministro ordenado, y en la recitación individual, se concluye:
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Himnos - Domingos - Tiempo de Pascua I Vísperas Revestidos de blancas vestiduras,/ vayamos al banquete del Cordero/ y, terminado el cruce del mar Rojo,/ alcemos nuestro canto al Rey eterno. La caridad de Dios es quien nos brinda/ y quien nos da a beber su sangre propia,/ y el Amor sacerdote es quien se ofrece/ y quien los miembros de su cuerpo inmola. Las puertas salpicadas con tal sangre/ hacen temblar al ángel vengativo,/ y el mar deja pasar a los hebreos/ y sumerge después a los egipcios. Ya el Señor Jesucristo es nuestra pascua,/ ya el Señor Jesucristo es nuestra víctima:/ el ázimo purísimo y sincero/ destinado a las almas sin mancilla. Oh verdadera víctima del cielo,/ que tiene a los infiernos sometidos,/ ya rotas las cadenas de la muerte,/ y el premio de la vida recibido. Vencedor del averno subyugado,/ el Redentor despliega sus trofeos/ y,
sujetando al rey de las tinieblas,/ abre de par en par al alto cielo. Para que seas, oh Jesús, la eterna/ dicha pascual de nuestras almas limpias,/ líbranos de la muerte del pecado/ a los que renacimos a la vida. Gloria sea a Dios Padre y a su Hijo,/ que de los muertos ha resucitado,/ así como también al sacratísimo/ Paracleto, por tiempo ilimitado. Amén.
Laudes Estaba al alba María,/ llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre/ y amaneció el primer día./ Envuelto en la blanca túnica/ de su propia luz divina/ —la sábana de la muerte/ dejada en tumba vacía—, Jesús, alzado, reinaba;/ pero ella no lo veía. Estaba al alba María,/ la fiel esposa que aguarda. Mueve el Espíritu al aura/ en el jardín de la vida./ Las flores huelan la Pascua/ de la carne sin mancilla,/ y quede quieta la esposa/ sin preguntas ni fatiga./ ¡Ya
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Textos comunes
está delante el esposo,/ venido de la colina! Estaba al alba María,/ porque era la enamorada. Amén.
II Vísperas Al fin será la paz y la corona,/ los vítores, las palmas sacudidas,/ y un aleluya inmenso como el cielo/ para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de hombres,/ sin muerte, sin pecado, envidia;/ será el amor perfecto encuentro,/ será como quien llora alegría.
los sin del de
Porque hoy remonta el vuelo el
sepultado/ y va por el sendero de la vida/ a saciarse de gozo junto al Padre/ y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba,/ lo abrazaban, hablaba, compartía;/ y escondido la Iglesia lo contempla,/ lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada,/ y ya es nuestra la historia que principia,/ nuestros son los laureles de su frente,/ aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados/ sumisos al Espíritu se rindan,/ y dejen paso a Cristo omnipotente,/ a quien gozoso el mundo glorifica. Amén
Himnos - Días de Ferias de Pascua Laudes La bella flor que en el suelo/ plantada se vio marchita/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. De tierra estuvo cubierta,/ pero no fructificó/ del todo, hasta que quedó / en un árbol seco injerta./ Y, aunque a los ojos del suelo/ se puso después marchita,/ ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Toda es de flores la fiesta,/ flores de finos olores,/ mas no se irá todo en flores,/ porque flor de fruto es ésta./ Y, mientras su Iglesia grita/ mendigando algún consuelo, ya torna, ya resucita,/ ya su olor inunda el cielo. Que nadie se sienta muerto/ cuando resucita Dios,/ que, si el barco llega al puerto,/ llegamos junto con vos./ Hoy la Cristiandad se quita/ sus vestiduras de duelo./ Ya torna, ya resucita, ya su olor inunda el cielo. Amén.
Vísperas Cantarán, llorarán razas y hombres,/ buscarán la esperanza en el dolor,/ el secreto de vida es ya presente:/ resucitó el Señor.
Dejarán de llorar los que lloraban,/ brillará en su mirar la luz del sol,/ ya la causa del hombre está ganada:/ resucitó el Señor. Volverán entre cánticos alegres/ los que fueron llorando a su labor,/ traerán en sus brazos la cosecha:/ resucitó el Señor. Cantarán a Dios Padre eternamente/ la alabanza de gracias por su don,/ en Jesús ha brillado su Amor santo:/ resucitó el Señor. Amén. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,/ pero estamos, al fin, arrepentidos,/ y te pedimos, por tu excelso nombre,/ que nos cures los males que sufrimos. Haz que, contigo ya reconciliados,/ podamos dominar a nuestros cuerpos,/ y, llenos de tu amor y de tu gracia,/ no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, concédenos,/ oh simplicísima Unidad, otórganos/ que los efectos de la penitencia/ de estos días nos sean provechosos. Amén.
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Textos comunes
Himnos - Común de Apóstoles Laudes Con el gozo pascual,/ el sol de nuevo brilla/ cuando ven los apóstoles /que Jesús resucita. En la carne de Cristo/ ven claras las heridas/ y paladinamente/ que está vivo predican. Cristo, rey clementísimo,/ nuestras almas habita/ para que te celebremos/ por siempre en nuestra vida. Sé, Jesús, de las almas/ la pascual alegría,/ que, en gracia renacidos,/ tu triunfo nos anima. A ti, Jesús, la gloria,/ que, la muerte vencida,/ abres por los apóstoles/ nuevas sendas de vida. Amén.
Vísperas Tristes
estaban
los
apóstoles/
tras sepultar a Cristo/ que, a muerte despiadada,/ lo sentenciaron los impíos. Con dulces palabras, un ángel/ a las mujeres dijo/ que en Galilea el Señor/ habría muy pronto de ser visto. Mientras corrían presurosas/ a hablar a los discípulos,/ lo ven, besan sus pies,/ pues se les aparece vivo. Cuando lo saben los apóstoles/ acuden velocísimos/ a ver en Galilea/ el rostro adorable de Cristo. Sé, Jesús, de las almas júbilo/ y pascual regocijo,/ a tus triunfos asócianos,/ que en la gracia hemos renacido. Tribútese, oh Jesús, la gloria/ a ti, que, ya vencido/ el reino de la muerte,/ nos abres lúcido el camino. Amén.
Himnos - Común de Pastores Laudes Cristo, Cabeza, Rey de los pastores,/ el pueblo entero, madrugando a fiesta,/ canta a la gloria de tu sacerdote/ himnos sagrados. Con abundancia de sagrado cris-ma,/ la unción profunda de tu Santo Espíritu/ lo armó guerrero y lo nombró en la Iglesia/ jefe del pueblo. Él fue pastor y forma del rebaño,/ luz para el ciego, báculo del pobre,/ padre común, presencia providente,/ todo de todos. Tú que coronas sus merecimientos,/ danos la gracia de imitar su vida/ y al fin, sumisos a su magisterio,/ danos su gloria. Amén.
Vísperas Cantemos al Señor con alegría,/
unidos a la voz del Pastor santo;/ demos gracias a Dios, que es luz y guía,/ solícito pastor de su rebaño. Es su voz y su amor el que nos llama/ en la voz del pastor que él ha elegido,/ es su amor infinito el que nos ama/ en la entrega y amor de este otro cristo. Conociendo en la fe su fiel presencia,/ hambrientos de verdad y luz divina,/ sigamos al pastor que es providencia/ de pastos abundantes que son vida. Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,/ manda siempre a tu mies trabajadores;/ cada aurora, a la puerta del aprisco,/ nos aguarde el amor de tus pastores. Amén.
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Textos comunes / Oración de la Noche - Completas
Himnos - Común de Vírgenes Laudes
Demos gracias a Dios y, humildemente/ pidamos al Señor que su llamada/ nos encuentre en vigilia permanente,/ despiertos en la fe y en veste blanca. Amén.
Nos apremia el amor, vírgenes santas,/ vosotras, que seguisteis su camino,/ guiadnos por las sendas de las almas/ que hicieron de su amor amar divino.
Vísperas
Esperasteis en vela a vuestro Esposo/ en la noche fugaz de vuestra vida/ cuando llamó a la puerta, vuestro gozo/ fue contemplar su gloria sin medida.
Dichosa tú, que, entre todas,/ fuiste por Dios sorprendida/ con tu lámpara encendida/ para el banquete de bodas. Con el brazo inocente/ de un hondo pacto amoroso,/ vienes a unirte al Esposo/ por virgen y por prudente.
Vuestra fe y vuestro amor, un fuego ardiente/ que mantuvo la llama en la tardanza/ vuestra antorcha encendida ansiosamente/ ha colmado de luz vuestra esperanza.
Enséñanos a vivir,/ ayúdenos tu oración,/ danos en la tentación/ la gracia de resistir.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero/ con la Iglesia de Dios ha celebrado/ no dejéis que se apague nuestro fuego/ en la pareza y el sueño del pecado.
Honor a la Trinidad/ por esta limpia victoria,/ y gloria por esta gloria/ que alegra a la humanidad. Amén.
ORACIÓN DE LA NOCHE - Completas En el espíritu de la reforma del Concilio, la oración de completas es presentada como la oración conclusiva de la jornada del cristiano. Es una oración de recogimiento antes del reposo de la noche (aunque sea después de medianoche). Está impregnada de intimidad y de silencio, propio de la noche. Más que una oración de alabanza, se puede decir que las completas son una súplica de protección y una petición de defensa espiritual contra los peligros de la noche.
INVOCACIÓN INICIAL V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Aleluya. Amén. EXAMEN DE CONCIENCIA
Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con un acto penitencial, de la siguiente forma:
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Todos examinan en silencio su conciencia. Terminado el examen se añade una de las siguientes fórmulas penitenciales:
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos,
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Oración de la Noche - Completas
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
III V Tú que has sido enviado a sanar los corazones afligidos. Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros).
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
V Tú que has venido a llamar a los pecadores, Cristo, ten piedad (de nosotros). R Cristo, ten piedad (de nosotros).
II V Señor, ten misericordia de nosotros, R Porque hemos pecado contra ti. V Muéstranos, Señor, tu misericordia. R Y danos tu salvación.
V Tú que estás sentado a la derecha del Padre para interceder por nosotros, Señor, ten piedad (de nosotros). R Señor, ten piedad (de nosotros).
Pueden usarse otras invocaciones penitenciales. Si preside la celebración un ministro, él solo dice la absolución siguiente; en caso contrario, la dicen todos:
V El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R Amén. HIMNOS A continuación se dice uno de los himnos siguientes:
Tiempo Pascual: El corazón se dilata sin noche en tu santo cuerpo, oh morada iluminada, mansión de todo consuelo. Por tu muerte sin pecado, por tu descanso y tu premio, en ti, Jesús, confiamos, y te miramos sin miedo. Como vigilia de amor te ofrecemos nuestro sueño; tú que eres el paraíso, danos un puesto en tu reino. Amén. Tiempo Ordinario Cuando la luz del sol es ya poniente, gracias, Señor,es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente, nuestro dolor, trabajo, y alegría. Si poco fue el amor en nuestro empeño de darle vida al día que fenece, convierta en realidad lo que fue un sueño tu gran amor que todo lo engrandece. Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte de pecadora en justa, e ilumina la senda de la vida y de la muerte del hombre que en la fe lucha y caminia. Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza la noche oscura sobre nuestro día, concédenos la paz y la esperanza de esperar cada noche tu gran día. Amen. Pueden usarse también, sobre todo en las celebraciones con el pueblo, otros cantos oportunos y debidamente aprobados.
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Oración de la Noche - Completas
SALMODIA
La salmodia para Completas se encuentra en la página 8, después del Salterio en cuatro semanas. Los domingos y solemnidades, después de las I Vísperas, se dice el salmo 4 y el 133; después de las II Vísperas, se dice el salmo 90. En los días dentro de la octava de Navidad se dicen las Completas del domingo, escogiendo las de después de las I Vísperas o las de después de las II Vísperas, según se prefiera. Los demás días, se dicen los salmos y antífonas señalados para cada día de la semana en el Salterio de Completas. Pueden, sin embargo, sustituirse las Completas de cualquier día por las del domingo, para comodidad, sobre todo, de los que quisieren recitarlas de memoria. En este caso, puede tomarse cualquiera de las dos Completas del domingo, tanto las que se dicen después de las I Vísperas, como las que se dicen después de las II Vísperas.
LECTURA BREVE
Se hace luego la lectura breve, que se toma del Salterio de Completas y del mismo día del cual se tomaron los salmos; después se recita el responsorio breve.
RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Oración de la Noche - Completas
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Oración La oración conclusiva se toma del Salterio de Completas. Antes de ella se dice Oremos y al final de ella se responde Amén. CONCLUSIÓN Bendición Después de la oración conclusiva se dice la siguiente bendición, incluso cuando el Oficio lo reza una sola persona:
V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. Antífona final de la Santísima Virgen Se termina con una de las antífonas de la Santísima Virgen que se presentan a continuación, o con algún otro canto debidamente aprobado.
I Madre del Redentor, virgen fecunda, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar, ven a librar al pueblo que tropieza y se quiere levantar. Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, y permaneces siempre virgen. Recibe el saludo del ángel Gabriel, y ten piedad de nosotros, pecadores. II Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros. III Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! IV Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. (Tiempo Pascual) Reina del cielo, alégrate, aleluya, porque Cristo, a quien llevaste en tu seno, aleluya, ha resucitado, según su palabra, aleluya. Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
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Oración de la Noche - Completas
Completas ORACIÓN PARA ANTES DEL DESCANSO NOCTURNO Para el rezo de Completas pueden usarse los formularios asignados a cada día de la semana en este Salterio de Completas. Si se prefiere, también pueden usarse, en cualquier día, los formularios señalados para después de las I o II Vísperas del domingo, en cuyo caso debe decirse como oración conclusiva la segunda de las dos oraciones que figuran en dichos formularios de domingo.
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS I VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 4 Escúchame cuando te invoco. Dios, defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mí y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho; ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú. Señor, has puesto en mi corazón más alegría que si abundara en trigo y en vino. En paz me acuesto y en seguida me duermo, porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Antífona 2 - Aleluya, aleluya, aleluya.
Oración de la Noche - Completas
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Salmo 133 Y ahora bendecid al Señor, los siervos del Señor, los que pasáis la noche en la casa del Señor: Levantad las manos hacia el santuario, y bendecid al Señor. El Señor te bendiga desde Sión: el que hizo cielo y tierra. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Dt 6, 4-7 Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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Oración de la noche - Completas
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T. P. Aleluya). Oración Después de las I Vísperas del domingo: Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos. Después de las I Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, pág. 11
DOMINGO Y SOLEMNIDADES DESPUÉS DE LAS II VÍSPERAS V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 90 Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa.
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Oración de la noche - Completas
No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones.
«Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación». Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios los alumbrará a ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CANTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
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Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Después de las II Vísperas del domingo: Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Después de las II Vísperas de las solemnidades que no coinciden en domingo: Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
LUNES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en el Ordinario, en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 85 Inclina tu oído. Señor; escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;
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Oración de la Noche - Completas
porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo, y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor, ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad; mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu grande piedad para conmigo, porque me salvaste, del abismo profundo.
Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí, una banda de insolentes atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia, que la vean mis adversarios y se avergüencen, porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Tes 5, 9-10 Dios nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya).
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Oración de la Noche - Completas
Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Concede, Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
MARTES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; tú que eres fiel, atiende a mi súplica; tú que eres justo, escúchame. No llames a juicio a tu siervo, pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, empuja mi vida al sepulcro,
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me confina a las tinieblas como a los muertos ya olvidados. Mi aliento desfallece, mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos, medito todas tus acciones, considero las obras de tus manos y extiendo mis brazos hacia ti: tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, que me falta el aliento. No me escondas tu rostro, igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti; indícame el camino que he de seguir, pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor, que me refugio en ti. Enséñame a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es bueno, me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; por tu clemencia, sácame de la angustia. Ant. Ant.: Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9 Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos:
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Oración de la Noche - Completas
luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T. P. Aleluya). Oración Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
MIÉRCOLES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 30, 2-6 A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo, inclina tu oído hacia mí; ven aprisa a librarme, sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame: sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
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Oración de la Noche - Completas
Antífona 2 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 129 Desde lo hondo a ti grito, Señor; + Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Ef 4, 26-27 No lleguéis a pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar al diablo. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
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Oración de la Noche - Completas
Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T. P. Aleluya). Oración Señor Jesucristo, tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
JUEVES
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona 1 - Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
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LECTURA BREVE 1Tes 5, 23 Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo. RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Señor, Dios nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas, desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
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Oración de la Noche - Completas
VIERNES V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre. Como era. Es muy de alabar que, después de la invocación inicial, se haga el examen de conciencia, el cual en la celebración comunitaria puede concluirse con alguna de las fórmulas del acto penitencial de la misa. El himno se halla indicado en pág. 9
SALMODIA Antífona: Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 87 Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia; + llegue hasta ti mi súplica, inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está colmada de desdichas, y mi vida está al borde del abismo; ya me cuentan con los que bajan a la fosa, soy como un inválido. Tengo mi cama entre los muertos, como los caídos que yacen en el sepulcro, de los cuales ya no guardas memoria, porque fueron arrancados de tu mano. Me has colocado en lo hondo de la fosa, en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí, me echas encima todas tus olas. Has alejado de mí a mis conocidos, me has hecho repugnante para ellos: encerrado, no puedo salir, y los ojos se me nublan de pesar. Todo el día te estoy invocando, tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos? ¿Se alzarán las sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia, o tu fidelidad en el reino de la muerte? ¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla o tu justicia en el país del olvido? Pero yo te pido auxilio, por la mañana irá a tu encuentro mi súplica. ¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro? Desde niño fui desgraciado y enfermo, me doblo bajo el peso de tus terrores, pasó sobre mí tu incendio, tus espantos me han consumido: me rodean como las aguas todo el día, me envuelven todos a una; alejaste de mí amigos y compañeros: mi compañía son las tinieblas. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya.
LECTURA BREVE Jer 14,9 Tú estás en medio de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos abandones, Señor Dios nuestro.
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RESPONSORIO BREVE (Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. (Fuera del Tiempo Pascual) V En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V Tú, el Dios leal, nos librarás. R Te encomiendo mi espíritu. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en Paz (T.P. Aleluya). Cántico de Simeón Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Antífona: Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz (T.P. Aleluya). Oración Señor, Dios todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor. CONCLUSIÓN Bendición V El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R Amén. La antífona final de la Santísima Virgen, en la pág. 11
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de Mayo - Miércoles, Feria o Memoria de San José Obrero
El santo de hoy: S. José Obrero El primero de mayo la sociedad civil celebra el “Día del trabajador”. Desde sus orígenes esta fiesta ha tenido un carácter reivindicativo por parte de los trabajadores. Pío XII quiso darle, además, un sentido cristiano. El día primero de mayo de 1955 proclamaba la Fiesta del trabajo. En el calendario litúrgico nacía la fiesta de san José Obrero, modelo y patrono de los trabajadores y trabajadoras cristianos.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Hoy es el día del trabajador y de la trabajadora. El taller de José proyecta una luz nueva sobre la dignidad del trabajo y de las personas que lo realizan. Como José, también Jesús fue un trabajador artesanal durante la mayor parte de su vida. Colaboramos con el Señor y con las personas que realizan con dignidad su trabajo, para que todos disfruten de los bienes que Dios ha creado.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.
Himno Llamando a trabajo al mundo/ la aurora de la mañana,/ saluda al son del martillo/ la casa nazaretana. Salve, padre de familia,/ de cuyas manos sudadas/ al Artífice divino/ copió labor artesana. Reinando en la cumbre del cielo/ junto a tu esposa sin mácula,/ oye a tus fieles devotos/ sumergidos en desgracias. Quita violencias y engaños/ y hurtos al pobre en ganancias,/ baste a todos el vivir/ con una sencilla holganza. Por ti, José, Dios altísimo/ dirija nuestras pisadas/ en paz y santa alegría/ por las sendas de la Patria. Amén. Antífona 1 - En ti, Señor, está la fuente viva. Aleluya.
Salmo 35
¡El malvado escucha en su interior/ un
oráculo del pecado/ «No tengo miedo a Dios./ Ni en su presencia»./ Porque se hace la ilusión de que su culpa no será descubierta ni aborrecida. Las palabras de su boca son maldad y traición,/ renuncia a ser sensato y a obrar bien;/ acostado medita el crimen,/ se obstina en el mal camino, /no rechaza la maldad. Señor, tu misericordia llega al cielo,/ tu fidelidad hasta las nubes,/ tu justicia hasta las altas cordilleras;/ tus sentencias son como el océano inmenso. Tú socorres a hombres y animales;/ ¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;/ los humanos se acogen a la sombra de tus alas; se nutren de lo sabroso de tu casa,/ les das a beber del torrente de tus delicias,/ porque en ti está la fuente viva/ y tu luz nos hace ver la luz. Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,/ tu justicia con los rectos de corazón;/ que no me pisotee el pie del soberbio,/ que no me eche fuera la mano del malvado. Han fracasado los malhechores;/ derribados no se pueden levantar. Gloria y antífona 1
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1 de Mayo - Miércoles, Feria o Memoria de San José Obrero
Antífona 2 - Envías tu Espíritu, Señor, y renuevas la faz de la tierra. Aleluya.
Cántico
Jdt 16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,/ elevad cantos al Señor con cítaras, / ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,/ ensalzad e invocad su nombre!/ Porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,/ su nombre es el Señor. Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:/ Señor, tú eres grande y glorioso,/ admirable en tu fuerza, invencible. Que te sirva toda la creación,/ porque tú lo mandaste y existió;/ enviaste tu aliento y la construiste,/ nada puede resistir a tu voz. Sacudirán las olas los cimientos de los montes,/ las peñas en tu presencia se derretirán como cera,/ pero tú serás propicio a tus fieles. Gloria y antífona 2
Lectura breve
2Sam 7, 28-29
Mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.
Responsorio breve
V Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya. R Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya. V Señor de todas sus posesiones. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.
Antífona 3 - Dios reina sobre las naciones, toquen con maestría. Aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Por medio del honrado desempeño del oficio de carpintero, José ha venido a ser el modelo admirable de todos los trabajadores. Aleluya.
Salmo 46
Preces
Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo;/ porque el Señor es sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra. Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ él nos escogió por heredad suya:/ gloria de Jacob, su amado. Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas:/ tocad para Dios, tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones,/ Dios se sienta en su trono sagrado. Los príncipes de los gentiles se reúnen/ con el pueblo del Dios de Abraham;/ porque de Dios son los grandes de la tierra,/ y él es excelso. Gloria y antífona 3
Acudamos suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos, y digámosle suplicantes: Con tu justicia, Señor, danos vida. Tú, Señor, que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminasen en tu presencia con un corazón sincero, * haz que también nosotros, siguiendo sus huellas, seamos santos ante tus ojos. Tú que elegiste a José, varón justo, para que cuidara de tu Hijo durante su niñez y adolescencia, * haz que también nosotros nos consagremos al servicio del cuerpo de Cristo, sirviendo a nuestros hermanos. Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran, * ayúdanos a trabajar con empeño en nuestro mundo, pero
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teniendo siempre nuestros ojos puestos en tu gloria. No te olvides, Padre del universo, de la obra de tus manos * y haz que todos los hombres, mediante su trabajo honesto, tengan una vida digna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, creador del universo, que
has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de san José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Al terminar la jornada, como buenos obreros de la viña del Señor, le damos gracias por ser nuestro compañero en las labores, por iluminarnos con su sabiduría y fortalecernos con su Espíritu. La mejor alabanza al Señor es el trabajo bien hecho, la solidaridad compartida. Que alaben al Señor las obras de nuestras manos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Que te alaben los célicos ejércitos/ y que te canten los cristianos coros, / oh preclaro José, que fuiste dado/ a la Virgen en casto matrimonio. Al advertir su gravidez te asombras,/ y la duda te angustia en lo más íntimo,/ pero un ángel del cielo te revela/ que el niño concebido es del Espíritu. Tú estrechas al Señor en cuanto nace;/ después, huyes con él a tierra egipcia;/ luego, en Jerusalén notas su falta/ y, al encontrarlo, lloras de alegría. Más feliz que los otros elegidos,/ que sólo ven a Dios después de muertos,/ tú, por un privilegio misterioso,/ desde esta misma vida puedes verlo.
Por este santo, Trinidad santísima,/ déjanos escalar el cielo santo,/ y nuestra gratitud te mostraremos/ con el fervor de un sempiterno canto. Amén. Antífona 1 - La diestra del Señor lo exaltó haciéndolo jefe y salvador. Aleluya.
Salmo 26 I El Señor es mi luz y mi salvación,/ ¿a quién temeré?/ El Señor es la defensa de mi vida,/ ¿quién me hará temblar? Cuando me asaltan los malvados/ para devorar mi carne,/ ellos, enemigos y adversarios,/ tropiezan y caen. Si un ejército acampa contra mí,/ mi corazón no tiembla;/ si me declaran la guerra,/ me siento tranquilo. Una cosa pido al Señor,/ eso buscaré:/ habitar en la casa del Señor/ por los días de mi vida;/ gozar de la dulzura del Señor/ contemplando su templo. Él me protegerá en su tienda/ el día del
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peligro;/ me esconderá en lo escondido de su morada,/ me alzará sobre la roca; y así levantaré la cabeza/ sobre el enemigo que me cerca;/ en su tienda sacrificaré/ sacrificios de aclamación:/ cantaré y tocaré para el Señor. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Aleluya. II Escúchame, Señor, que te llamo;/ ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro»./ Tu rostro buscaré, Señor,/ no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, /que tú eres mi auxilio;/ no me deseches, no me abandones,/ Dios de mi salvación. Si mi padre y mi madre me abandonan,/ el Señor me recogerá. Señor, enséñame tu camino,/ guíame por la senda llana,/ porque tengo enemigos. No me entregues a la saña de mi adversario,/ porque se levantan contra mí testigos falsos,/ que respiran violencia. Espero gozar de la dicha del Señor/ en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente,/ ten ánimo, espera en el Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De él todo procede, por él existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados.
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Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Col 3, 23-24
Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor.
Responsorio breve
V El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya. R El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya. V Y se alegrará eternamente ante el Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Cristo, el Señor, quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya. Preces Acudamos suplicantes a Dios Padre todopoderoso, de quien procede toda la familia del cielo y de la tierra, y digámosle suplicantes: Padre nuestro que estás en los cielos, escúchanos.
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1 de Mayo - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Padre santo, tú que en la aurora del nuevo Testamento revelaste a José el misterio mantenido en silencio desde el origen de los siglos, * ayúdanos a conocer cada vez mejor a tu Hijo, verdadero Dios y verdadero hombre. Padre celestial, tú que alimentas las aves del cielo y vistes la hierba del campo, * concede a todos los hombres el pan de cada día para su cuerpo y el alimento de la eucaristía para su espíritu. Creador del universo, tú que entregaste al hombre la obra de tus manos, * haz que los trabajadores puedan disfrutar de manera digna del fruto de su trabajo. Señor, tú que eres la fuente de toda la justicia y deseas que todos seamos justos, * por intercesión de san José, ayúdanos a agradarte en todo.
los que ya han muerto, * obtengan tu misericordia eterna, por medio de tu Hijo, de María y de san José. Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de san José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Haz, Señor, que los moribundos y
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Jesús nos ha dado pruebas de su absoluta confianza en Dios, aún en los momentos más difíciles de su vida. Especialmente al ser condenado y sufrir la muerte en la cruz. Y no quedó defraudado. Cuando los enemigos pensaban que habían logrado eliminarlo definitivamente, Dios lo resucitó de entre los muertos. El Dios resucitador de Jesús es el que está a nuestro lado. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 3,1-3 Las palabras de Pablo adoptan un tono polémico ante la situación tensa que lo enfrenta con la comunidad de Corinto. No se siente a gusto por tener que volver a reivindicar la autenticidad de su misión de apóstol ante la comunidad de Corinto. De todos modos, él no busca recomendaciones de otras personas extrañas a la comunidad. Pablo está seguro de la autenticidad de su misión. Escribe a los gálatas: “Dios que me separó desde el vientre materno me llamó por su mucho amor, quiso revelarme a su Hijo para que lo anunciara a los paganos” (Gál 1,15-16). Ésta es su garantía de legitimidad apostólica. Esta situación conflictiva ofrece a Pablo una oportunidad para hacer una
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presentación hermosa y audaz de su misión de apóstol. Se sirve para ello de dos textos bíblicos. El primero, se relaciona con las tablas de la ley entregadas a Moisés en la primera alianza; el segundo, con la renovación de la alianza de que hablan los profetas (Jr 31,31-34; Ez 36,26). Pablo hace una afirmación categórica: “Ustedes son una carta de Cristo”. El redactor fue el mismo Cristo; el escribano fue Pablo. Se escribió, no con tinta, sino con Espíritu del Dios vivo; las tablas: los corazones de cada uno de los corintios. Cada discípulo y cada comunidad es “una carta de Dios” para el mundo, que toda persona puede leer. Ésta es una de las grandes responsabilidades que tenemos los discípulos de Jesús en el momento actual: “ser carta de Dios para el hombre y mujer de hoy”. Esta carta se ha escrito con “Espíritu de Dios”. El Espíritu de Dios es que ha de mantener su frescura y su fidelidad con el original. No nos convirtamos en falsificadores de esta carta de Dios, que Jesús ha escrito en el corazón de cada uno. P. Antonio Danoz, Redentorista
2 de Mayo - Jueves, San Atanasio, Obispo y Doctor, M El santo de hoy: San Atanasio (295-373) Nace en Egipto, norte de África. Fue obispo de Alejandría durante 45 años. En el concilio de Nicea se distinguió por su encendida defensa de la divinidad de Jesucristo. En este concilio se definió como dogma de fe que Jesús era Hijo de Dios. En su vida, en sus escritos y en su trabajo pastoral, se distinguió por su defensa de la integridad de la fe. Debido a su ardor en defender la fe sufrió el exilio en cinco ocasiones. Es doctor de la Iglesia.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Ante nosotros al empezar el día, el Señor nos presenta sus caminos. Todos son santos y revelan sus maravillas. Santo y maravilloso es especialmente el camino que transitó Jesús. A través de la humillación de la cruz, llegó hasta el Padre coronado de gloria por su resurrección. Nos dejó un mensaje: “Donde yo estoy, quiero que estén mis discípulos”.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, Pastor supremo. Aleluya.
Himno, Común de Pastores, pág. 7 Antífona 1 - Elévate sobre el cielo, Dios mío. Aleluya.
Salmo 56 Misericordia, Dios mío, misericordia,/ que mi alma se refugia en ti;/ me refugio a
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2 de Mayo - Jueves, San Atanasio
la sombra de tus alas/ mientras pasa la calamidad. Invoco al Dios Altísimo,/ al Dios que hace tanto por mí:/ desde el cielo me enviará la salvación,/ confundirá a los que ansían matarme,/ enviará su gracia y su lealtad. Estoy echado entre leones/ devoradores de hombres:/ sus dientes son lanzas y flechas,/ su lengua es una espada afilada. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Han tendido una red a mis pasos/ para que sucumbiera;/ me han cavado delante una fosa,/ pero han caído en ella. Mi corazón está firme, Dios mío,/ mi corazón está firme./ Voy a cantar y a tocar:/ despierta, gloria mía;/ despertad, cítara y arpa;/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos,/ Señor; tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor redimió a su pueblo. Aleluya.
Cántico
Jer 31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,/ anunciadla en las islas remotas:/ «El que dispersó a Israel lo reunirá,/ lo guardará como un pastor a su rebaño;/ porque el Señor redimió a Jacob,/ lo rescató de una mano más fuerte». Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,/ afluirán hacia los bienes del Señor:/ hacia el trigo y el vino y el aceite,/ y los rebaños de ovejas y de vacas;/ su alma será como un huerto regado,/ y no volverán a desfallecer. Entonces se alegrará la doncella
en la danza,/ gozarán los jóvenes y los viejos;/ convertiré su tristeza en gozo,/ los alegraré y aliviaré sus penas;/ alimentaré a los sacerdotes con manjares/ sustanciosos,/ y mi pueblo se saciará de mis bienes. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Éste es nuestro Dios por siempre jamás. Aleluya.
Salmo 47 Grande es el Señor y muy digno de alabanza/ en la ciudad de nuestro Dios,/ su monte santo, altura hermosa,/ alegría de toda la tierra: el monte Sión, vértice del cielo,/ ciudad del gran rey;/ entre sus palacios,/ Dios descuella como un alcázar. Mirad: los reyes se aliaron/ para atacarla juntos;/ pero, al verla, quedaron aterrados/ y huyeron despavoridos; allí los agarró un temblor/ y dolores como de parto;/ como un viento del desierto,/ que destroza las naves de Tarsis. Lo que habíamos oído lo hemos visto/ en la ciudad del Señor de los ejércitos,/ en la ciudad de nuestro Dios:/ que Dios la ha fundado para siempre. ¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia/ en medio de tu templo:/ como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza/ llega al confín de la tierra; tu diestra está llena de justicia,/ el monte Sión se alegra,/ las ciudades de Judá se gozan/ con tus sentencias. Dad la vuelta en torno a Sión,/ contando sus torreones;/ fijaos en sus baluartes,/ observad sus palacios, para poder decirle a la próxima generación:/ «Éste es el Señor, nuestro Dios»./ Él nos guiará por siempre jamás. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Sab 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, la
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2 de Mayo - Jueves, San Atanasio
reparto sin envidia y no me guardo sus riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que la adquieren se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
Responsorio breve
V El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya. R El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya. V La asamblea pregona su alabanza. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El pueblo cuenta su sabiduría. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad. Aleluya.
Preces Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle diciendo: Apacienta a tu pueblo, Señor. Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor, * haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu pueblo, * no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos. Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las almas, * haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida santa. Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los santos, * haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que suscitaste a san Atanasio como preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo, haz que nosotros, iluminados por sus enseñanzas y ayudados por sus ejemplos, crezcamos en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Nosotros los bautizados somos descendientes de aquellos primeros testigos de Jesús resucitado. Somos los responsables de que hoy se proclame ante el mundo como Buena Noticia la muerte y la resurrección de Jesús. Con la valentía y la entrega de los primeros testigos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Común de Pastores, pág. 7
34 Antífona 1 - Cambiaste mi luto en gozo. Aleluya.
Salmo 29 Te ensalzaré, Señor, porque me has librado/ y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, Dios mío, a ti grité,/ y tú me sanaste./ Señor, sacaste mi vida del abismo,/ me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. Tañed para el Señor, fieles suyos,/ dad gracias a su nombre santo;/ su cólera dura un instante;/ su bondad, de por vida;/ al atardecer nos visita el llanto,/ por la mañana, el júbilo. Yo pensaba muy seguro:/ «No vacilaré jamás»./ Tu bondad, Señor, me aseguraba/ el honor y la fuerza;/ pero escondiste tu rostro,/ y quedé desconcertado. A ti, Señor, llamé,/ supliqué a mi Dios:/ «¿Qué ganas con mi muerte, con que yo baje a la fosa? ¿Te va a dar gracias el polvo,/ o va a proclamar tu lealtad?/ Escucha, Señor, y ten piedad de mí;/ Señor, socórreme». Cambiaste mi luto en danzas,/ me desataste el sayal y me has vestido de fiesta;/ te cantará mi alma sin callarse./ Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Hemos sido reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo. Aleluya.
Salmo 31 Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado;/ dichoso el hombre a quien el Señor/ no le apunta el delito. Mientras callé se consumían mis huesos,/ rugiendo todo el día,/ porque día y noche tu mano/ pesaba sobre mí;/ mi savia se me había vuelto /un fruto seco.
2 de Mayo - Jueves, San Atanasio
Había pecado, lo reconocí,/ no te encubrí mi delito;/ propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,/ y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. Por eso, que todo fiel te suplique/ en el momento de la desgracia:/ la crecida de las aguas caudalosas/ no lo alcanzará. Tú eres mi refugio, me libras del peligro,/ me rodeas de cantos de liberación. Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir,/ fijaré en ti mis ojos. No seáis irracionales como caballos y mulos,/ cuyo brío hay que domar con freno y brida;/ si no, no puedes acercarte. Los malvados sufren muchas penas;/ al que confía en el Señor,/ la misericordia lo rodea. Alegraos, justos, y gozad con el Señor,/ aclamadlo los de corazón sincero. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra
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2 de Mayo - Jueves, San Atanasio
del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Stgo 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia.
Responsorio breve
V En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya. R En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya. V Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R En la asamblea le da la palabra. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Oh Doctor admirable, luz de la Iglesia santa, san Atanasio, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios. Aleluya. Preces Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo: Salva a tu pueblo, Señor. Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia, * haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud. Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles, * purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia
por la intercesión de los santos. Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste como ministros en bien de sus hermanos, * llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios. Tú que fuiste la heredad de los santos pastores, * no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, * salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida. Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración. Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que suscitaste a san Atanasio como preclaro defensor de la divinidad de tu Hijo, haz que nosotros, iluminados por sus enseñanzas y ayudados por sus ejemplos, crezcamos en tu conocimiento y en tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
San Atanasio, Obispo y Doctor de la Iglesia
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3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El mundo de los sabios y de los poderosos desconoció. Por su resurrección, “es fuerza de Dios y sabiduría de Dios”. Los que creían dominar el mundo con su sabiduría y con su fuerza lo mataron. Pero Dios lo hizo para los que creemos en él: sabiduría, justicia, santificación y redención (1 Co 1,18-25). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 3,4-11 En su reflexión sobre el ministerio que Dios le ha confiado, Pablo prosigue ahondando en su riqueza inconmensurable. El apóstol se siente orgulloso de su misión. Pero con humildad confiesa: “Toda nuestra capacidad viene de Dios”. Pablo no se apoya sobre “la letra que mata”, sino el Espíritu que es quien da vida. Pegarse a la letra de la ley llevó a la muerte a muchos de los israelitas antiguos y a muchos ciudadanos del pueblo de Dios en los tiempos de Pablo. La reflexión del apóstol sobre la autenticidad de su ministerio, es un llamado de atención para la comunidad de Corinto. Ellos han nacido del Espíritu, y el Espíritu es quien ha de mantenerlos vivos en la fidelidad a la Buena Noticia. De forma más detallada, Pablo profundiza en las diferencias que existen entre la alianza Antigua y la Nueva. Como telón de fondo está la escena de la entrega de las tablas de la ley, testimonio escrito de la Antigua Alianza. Éstos son los contrastes existentes entre las dos alianzas: Antigua < Nueva; tablas de piedra < corazones de carne; letra que mata < Espíritu que vivifica; servicio de condenación < servicio de justicia; gloria pasajera < gloria de Dios que no conoce límite; el rostro de Moisés < el rostro de Cristo. La llamada “Alianza Nueva”, viene de alguien que ha superado a la muerte; que brilla ante el mundo resucitado, y que ofrece caminos de vida y de resurrección. Al hacer nuestra confesión de fe en Jesús, estamos optando por seguir este camino. Para muchísimos de los cristianos el resplandor que nace de Jesús y de la Buena Noticia que él anunció permanece opaco. Como sucedió al pueblo de Israel, siguen envueltos en una nube y no se aclaran. P. Antonio Danoz, Redentorista
3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz, F La fiesta de hoy: Exaltación de la Santa Cruz Esta fiesta está relacionada con la dedicación de la basílica de la Resurrección en Jerusalén. Erigida el año 335 sobre el lugar de la tumba de Jesús. Durante el tiempo pascual, contemplamos y veneramos la cruz en que murió Jesús, no como instrumento de suplicio, sino como signo de vida y de salvación. Sobre la tumba vacía de Jesús se levanta la cruz pascual.
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3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Amanece para nosotros un día gozoso, en el que celebramos las glorias de la cruz. En este tiempo de Pascua nos encontramos con la cruz, no como instrumento de suplicio, sino como camino de glorificación. Al ser elevado en ella, Jesús realizó el acto supremo de su amor. De la máxima humillación pasó a la máxima exaltación en la resurrección.
Invocación inicial
Salmo 62, 2-9
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 4 con su antífona del invitatorio siguiente:
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos a Cristo, elevado en la Cruz. Aleluya.
Himno Brille la cruz del Verbo, luminosa,/ brille como la carne sacratísima/ de aquel Jesús nacido de la Virgen/ que en la gloria del Padre vive y brilla. Gemía Adán, doliente y conturbado,/ lágrimas Eva junto a Adán vertía;/ brillen sus rostros por la cruz gloriosa,/ cruz que se enciende cuando el Verbo expira. ¡Salve, cruz de los montes y caminos,/ junto al enfermo suave medicina,/ regio trono de Cristo en las familias,/ cruz de nuestra fe, salve, cruz bendita! Reine el Señor crucificado,/ levantando la cruz donde moría;/ nuestros enfermos ojos buscan luz,/ nuestros labios, el río de la vida. Te adoramos, oh cruz que fabricamos,/ pecadores, con manos deicidas;/ te adoramos, ornato del Señor,/ sacramento de nuestra eterna dicha. Amén. Antífona 1 - Subió al árbol santo de la cruz, destruyó el poderío de la muerte, se revistió de poder, resucitó al tercer día. Aleluya.
¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - ¡Cómo brilla la cruz santa! De ella colgó el cuerpo del Señor y desde ella derramó Cristo aquella sangre que ha sanado nuestras heridas. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
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3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Resplandece la cruz santa: por ella el mundo ha obtenido la salvación; la cruz vence, la cruz reina, la cruz aleja todo pecado. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 2, 9-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así, por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
Responsorio breve
V Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya V Porque por tu cruz has redimido al mundo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Tu cruz adoramos. Señor,
3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz
y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al mundo entero. Aleluya.
Preces Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y digámosle confiados: Por tu cruz, sálvanos, Señor. Hijo de Dios, que por el símbolo de la serpiente de bronce sanaste al pueblo de Israel, * protégenos hoy de las heridas del pecado. Hijo del hombre, que fuiste elevado en la cruz, como la serpiente fue elevada por Moisés en el desierto, *elévanos hasta la gloria de tu reino. Hijo unigénito del Padre, que has sido enviado al mundo para que todo el que crea en ti no perezca, * concede la vida eterna a los que buscan tu rostro. Hijo amado del Padre, que has sido enviado al mundo no para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvado por ti, * concede el don de la fe
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a todos nuestros familiares y amigos, para que obtengan la salvación. Hijo eterno del Padre, que viniste a prender fuego a la tierra para que el mundo entero ardiera, * haz que vivamos de acuerdo con la verdad y lleguemos a la luz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Pidamos ahora al Padre que venga al mundo su reino. Padre nuestro.
Oración Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En esta tarde miramos a la cruz que se levantó sobre el Calvario, recordando que en ella empezó la glorificación del Hijo del hombre, que alcanzaría su plena manifestación en la mañana de Pascua. La cruz fue para Jesús instrumento de suplicio y camino de glorificación. Cantemos la gloria de esta cruz, árbol glorioso donde la nueva vida empieza.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Las banderas reales se adelantan/ y la cruz misteriosa en ellas brilla:/ la cruz en que la vida sufrió muerte/ y en que, sufriendo muerte, nos dio vida. Ella sostuvo el sacrosanto cuerpo/
que, al ser herido por la lanza dura,/ derramó sangre y agua en abundancia/ para lavar con ellas nuestras culpas. En ella se cumplió perfectamente/ lo que David profetizó en su verso,/ cuando dijo a los pueblos de la tierra:/ «Nuestro Dios reinará desde un madero»./ ¡Árbol lleno de luz, árbol hermoso,/ árbol ornado con la regia púrpura/ y destinado a que su tronco digno/ sintiera el roce de la carne pura! ¡Dichosa cruz que con tus brazos firmes,/ en que estuvo colgado nuestro
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3 de Mayo - Viernes, Exaltación de la Santa Cruz
precio,/ fuiste balanza para el cuerpo santo/ que arrebató su presa a los infiernos! A ti, que eres la única esperanza,/ te ensalzamos, oh cruz, y te rogamos/ que acrecientes la gracia de los justos/ y borres los delitos de los malos. Recibe, oh Trinidad, fuente salubre,/ la alabanza de todos los espíritus,/ y tú que con tu cruz nos das el triunfo,/ añádenos el premio, oh Jesucristo. Amén. Antífona 1 - ¡Oh gran obra del amor! Cuando en el árbol murió la Vida, con su muerte destruyó la misma muerte. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Adoramos tu cruz, Señor, recordamos tu gloriosa muerte; compadécete de nosotros, tú que por nosotros padeciste. Aleluya.
Salmo 115 Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos».
¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos /en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava:/ rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor./ Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa cruz redimiste al mundo. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5,9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Cor 1, 23-24
Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los no judíos; pero para los que Dios ha llamado, sean judíos o griegos, es un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Responsorio breve
V Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya.
3 de Mayo - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
R Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya. V Y con su sangre ha lavado nuestras heridas. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oh cruz gloriosa, en ti ha triunfado el Rey de los ángeles. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: ¡Oh victoria de la cruz y admirable signo! Haz que alcancemos el triunfo en el cielo. Aleluya. Preces Oremos a nuestro Redentor, que por su cruz nos ha salvado, y digámosle confiados: Por tu cruz, Señor, llévanos a tu reino. Oh Cristo, que te anonadaste a ti mismo, tomando la condición de esclavo y pasando por uno de tantos, * haz que la Iglesia imite siempre tu humildad. Cristo Señor, que te rebajaste hasta someterte incluso a la muerte y una muerte de cruz, * haz que te sigamos por el camino de la obediencia y de la paciencia. Cristo Señor, que fuiste levantado por
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Dios y recibiste el «Nombre-sobre-todonombre», * concede a todos tus fieles perseverar hasta el fin. Cristo Jesús, ante cuyo nombre se dobla toda rodilla en el cielo, en la tierra y en el abismo, * haz que todos los hombres te adoren y vivan en tu paz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cristo Jesús, a quien toda lengua proclamará: Señor, para gloria de Dios Padre, * recibe a nuestros hermanos difuntos en el reino de la eterna felicidad. Terminemos nuestra oración con las palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Señor, Dios nuestro, que has querido salvar a los hombres por medio de tu Hijo muerto en la cruz, te pedimos, ya que nos has dado a conocer en la tierra la fuerza misteriosa de la cruz de Cristo, que podamos alcanzar en el cielo los frutos de la redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Durante todo el día ha estado presente ante nuestros ojos la cruz gloriosa de nuestro Señor Jesucristo. La exaltación de Jesús por la resurrección, proyecta sobre la cruz donde murió toda su gloria. En esta cruz pascual veneramos a Jesús resucitado, que lleva en su humanidad las señales de los clavos que lo sujetaron a la cruz. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 3,12-18 Con la imagen del pueblo de Israel y la figura de Moisés de fondo, Pablo sigue profundizando en la novedad que aporta la Alianza Nueva, a cuyo servicio ha consagrado su vida. Sigue con toda franqueza en el empeño de abrir la inteligencia de los corintios. Pablo considera que al pueblo de Israel se le ha oscurecido la inteligencia y son incapaces de reconocer a Jesús como Mesías y
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4 de Mayo - Sábado, Felipe y Santiago, Apóstoles
verdadero enviado de Dios. Como sucedía en tiempos de Moisés, tienen el rostro cubierto por un velo que les impide ver. Leen las Escrituras, que debían abrirles la inteligencia para comprender la novedad que Jesús aporta. Y cuando “leen a Moisés”, que representa los escritos del Antiguo Testamento, el velo persiste en su mente. Pablo informa a los corintios que existe alguien capaz de remover el velo: Jesús. “Al que se convierte al Señor, se le cae el velo”. A partir de aquí, el apóstol desvela ese esplendor incomparable de la alianza Nueva que Jesús inauguró. Primera novedad: el discípulo de Jesús ha recibido el Espíritu de Dios. Y “donde está el Espíritu del Señor está la libertad”. En varias de sus cartas hace referencia a la libertad. Escribe a la comunidad de Galacia: “Cristo nos ha liberado para ser libres: manténganse firmes y no se dejen atrapar de nuevo en el yugo de la esclavitud” (Gál 5,1). La acogida en la fe de la Buena Noticia y el bautismo, ha configurado a los discípulos con Jesús muerto y resucitado, que se ha de transparentar en nuestro rostro. El Espíritu nos ha hecho libres, como afirma Pablo. En esta ocasión está pensando especialmente en la libertad ante las imposiciones de la ley antigua. Pero el campo de la libertad hay que ensancharlo a todos los campos de la vida: el social, el cultural, el religioso, el moral. La libertad de que habla Pablo nada tiene que ver con el libertinaje. El apóstol también nos recuerda, que la obra que el Espíritu ha empezado en nosotros todavía no ha llegado a su plenitud. Tenemos que irnos “transformando a su imagen con esplendor creciente”. La imagen que tenemos que terminar de reproducir es la de Jesús. El artífice fundamental en esta obra es el espíritu del Señor. P. Antonio Danoz, Redentorista
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de Mayo - Sábado, Felipe y Santiago, Apóstoles, F
El santo de hoy: Santiago Apóstol (s. I) Era natural de Betsaida, como Pedro y Andrés. Por medio de ellos conoció a Jesús. Se hizo su discípulo y perteneció al grupo de los doce. El evangelio de Juan menciona a Felipe en dos ocasiones. Se le llama el “Menor”, para distinguirlo de Santiago, el hermano de Juan. En los evangelios aparece como pariente del Señor.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En este día, hacemos memoria de dos de los testigos de la resurrección de Jesús: los apóstoles Felipe y Santiago, el pariente del Señor. Juntamente con la gloria de Jesús resucitado, celebramos la valentía de los primeros testigos de su resurrección. Nos unimos al coro de los apóstoles y a toda la Iglesia, para alabar al Cordero que ha sido inmolado, y que ahora reina resucitado.
4 de Mayo - Sábado, Felipe y Santiago, Apóstoles
Invocación inicial
Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles. Aleluya
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7 Antífona 1 - Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Aleluya.
Salmo 62,2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
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al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria, antífona 2 Antífona 3 - Que no tiemble su corazón ni se acobarde; crean en Dios y crean
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4 de Mayo - Sábado, Felipe y Santiago, Apóstoles
también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 2, 19-22
Ya no son ustedes extranjeros ni adversarios; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Sobre Cristo todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo del Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.
Responsorio breve
V Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. V Harán memorable tu nombre, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret». Aleluya.
Preces Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémoslo diciendo: El coro de los apóstoles te alaba, Señor. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: * en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa de tu palabra: * por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia: * por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia: * por ellos nos purificas de todas nuestras culpas. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Oración Señor, tú que nos alegras todos los años con esta fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, que, viviendo ahora íntimamente unidos a la muerte y resurrección de tu Hijo, podamos, en la eternidad, contemplar la gloria de tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
5 de Mayo - VI Domingo de Pascua /C
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Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Jn 14,7-14 En el evangelio de san Juan, el encuentro de Jesús con los discípulos en la cena pascual ha servido para profundizar en muchas cosas y para aclarar otras. Los discípulos no tienen clara la relación de Jesús con el Padre. Les había dicho repetidas veces que él era testigo vivo del Padre, que el Padre era quien hablaba en él y por él, que todo lo que hacía procedía de su comunión con el Padre. La conciencia que tiene Jesús de ser “revelador” del Padre recorre todo el evangelio de san Juan. Una de las misiones fundamentales de Jesús es revelar quién es el Padre. En la oración colocada al final del largo discurso de la cena, Jesús declara haber cumplido su misión: “He manifestado tu nombre a los hombres que separaste del mundo para confiármelos” (Jn 17,6). Ahora, que está a punto de despedirse de ellos, estos hombres confiesan por boca de Felipe que no han entendido nada o casi nada. El reproche de Jesús es más que justificado: “Tanto tiempo que llevo en medio de ustedes y ¿y todavía no me conocen?” (Jn 14,9). Porque no conocen a Jesús, tampoco conocen al Padre. Como metiéndoles las cosas por los ojos les dice: “Quien me ve a mí está viendo al Padre” (Jn 14,9). Aunque el Padre y Jesús se manifiesten como personas distintas, quien ve a Jesús está contemplando al Padre. Traslademos el reproche que hace Jesús a los discípulos a cada uno de nosotros y al seno de nuestras comunidades. Llevamos mucho tiempo inscritos en la lista de discípulos. Seguramente hemos oído hablar muchas veces del Padre y de Jesús. Con todo, necesitamos que Jesús nos haga una catequesis básica sobre el Padre. También sobre su propia persona. Convirtamos en oración las palabras de Felipe: “Señor Jesús, muéstranos al Padre para que te conozcamos también a ti”. P. Antonio Danoz, Redentorista
5 de Mayo - VI Domingo de Pascua /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Desde el caer de la tarde, volvemos los ojos a Jesús resucitado, cuya victoria celebramos cada domingo, “el Día el Señor”. Entramos con el corazón gozoso, entonando un himno de acción de gracias al Señor. Es el día en que Dios actuó con mano poderosa, resucitando a Jesús de entre los muertos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
46 Himno, I Vísperas, pág. 5 Antífona 1 - El que realiza la verdad se acerca a la luz. Aleluya.
Salmo 118, 105-112
Lámpara es tu palabra para mis pasos,/ luz en mi sendero;/ + lo juro y lo cumpliré:/ guardaré tus justos mandamientos;/ ¡estoy tan afligido!/ Señor, dame vida según tu promesa. Acepta, Señor, los votos que pronuncio,/ enséñame tus mandatos;/ mi vida está siempre en peligro,/ pero no olvido tu voluntad;/ los malvados me tendieron un lazo,/ pero no me desvié de tus decretos. Tus preceptos son mi herencia perpetua,/ la alegría de mi corazón;/ inclino mi corazón a cumplir tus leyes,/ siempre y cabalmente. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor, libre de las ataduras de la muerte, ha resucitado. Aleluya.
Salmo 15
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;/ yo digo al Señor: «Tú eres mi bien»/ Los dioses y señores de la tierra/ no me satisfacen.
5 de Mayo - VI Domingo de Pascua /C
Me enseñarás el sendero de la vida,/ me saciarás de gozo en tu presencia,/ de alegría perpetua a tu derecha. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria. Aleluya.
Cántico
Fil 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,/ no hizo alarde de su categoría de Dios,/ al contrario, se anonadó a sí mismo,/ y tomó la condición de esclavo,/ pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera,/ se rebajó hasta someterse incluso a la muerte/ y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo/ y le concedió el «Nombre-sobre-todonombre»;/ de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble/ en el cielo, en la tierra, en el abismo/ y toda lengua proclame:/ Jesucristo es Señor; para gloria de Dios Padre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 2, 9-10
El Señor es mi heredad y mi copa;/ mi suerte está en tu mano:/ me ha tocado un lote hermoso,/ me encanta mi heredad.
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la misericordia, sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
Bendeciré al Señor, que me aconseja,/ hasta de noche me instruye internamente./ Tengo siempre presente al Señor,/ con él a mi derecha no vacilaré.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Por eso se me alegra el corazón,/ se gozan mis entrañas,/ y mi carne descansa serena./ Porque no me entregarás a la muerte,/ ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Multiplican las estatuas/ de dioses extraños;/ no derramaré sus libaciones con mis manos,/ ni tomaré sus nombres en mis labios.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
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R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os traerá a la memoria todo lo que os he hablado. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, que resucitando de entre los muertos destruyó la muerte y nos dio nueva vida, y digámosle: Tú que vives eternamente, escúchanos, Señor. Tú que eres la piedra rechazada por los arquitectos pero convertida en piedra angular, * conviértenos a nosotros en piedras vivas de tu Iglesia. Tú que eres el testigo fiel y el primogénito de entre los muertos, * haz que tu Iglesia sea también siempre testimonio ante el mundo. Tú que eres el único esposo de la Iglesia, nacida de tu costado, * haz que todos nosotros seamos signos de tus bodas con la Iglesia.
Tú que eres el primero y el último, el que estabas muerto y ahora vives por los siglos de los siglos, * concede a todos los bautizados perseverar fieles hasta la muerte, a fin de recibir la corona de la victoria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres la lámpara que ilumina la ciudad santa de Dios, * alumbra con tu claridad a nuestros hermanos difuntos. Sintiéndonos verdaderos hijos de Dios, digamos a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Mientras peregrinamos por la vida, estamos llamados a aportar nuestro esfuerzo, para que este mundo se convierta en el reino que Dios quiere construir, y sea un templo para su gloria. ¡Dichosas las personas que ponen en Dios su confianza, para realizar la obra que les ha encomendado! Todo tiempo es apto para trabajar en la construcción del reino de Dios. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 12)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En el primer día de la primera semana de Pascua, hubo personas que madrugaron para ir al sepulcro. Iban a honrar a un muerto, cumpliendo con las costumbres. Se encontraron con la sorpresa, que se convirtió en un Buena Noticia: “No estaba allí. Había resucitado”. Nosotros madrugamos en este día, para encontrarnos con el resucitado en nuestra oración.
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Invocación inicial
del Señor es poderosa,/ la diestra del Señor es excelsa,/ la diestra del Señor es poderosa».
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
No he de morir, viviré/ para contar las hazañas del Señor./ Me castigó, me castigó el Señor,/ pero no me entregó a la muerte.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Laudes, pág. 5 Antífona 1 - Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
Salmo 117 Dad gracias al Señor porque es bueno,/ porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel:/ eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón:/ eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor:/ eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor,/ y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo;/ ¿qué podrá hacerme el hombre?/ El Señor está conmigo y me auxilia,/ veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor/ que fiarse de los hombres,/ mejor es refugiarse en el Señor/ que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban,/ en el nombre del Señor los rechacé; / me rodeaban cerrando el cerco,/ en el nombre del Señor los rechacé;/ me rodeaban como avispas,/ ardiendo como fuego en las zarzas,/ en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme,/ pero el Señor me ayudó;/ el Señor es mi fuerza y mi energía,/ él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria/ en las tiendas de los justos:/ «La diestra
Abridme las puertas del triunfo,/ y entraré para dar gracias al Señor. Ésta es la puerta del Señor:/ los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste/ y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos/ es ahora la piedra angular./ Es el Señor quien lo ha hecho,/ ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor:/ sea nuestra alegría y nuestro gozo./ Señor, danos la salvación;/ Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor,/ os bendecimos desde la casa del Señor;/ el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos/ hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias;/ Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendito eres, Señor, sobre el trono de tu reino. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso:/ a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria:/ a ti gloria y alabanza por los siglos.
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Bendito eres sobre el trono de tu reino:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines/ sondeas los abismos:/ a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo:/ a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Adorad al Señor que está sentado en el trono y decid: ¡Amén, aleluya!
Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,/ alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas,/ alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas,/ alabadlo con arpas y cítaras, alabadlo con tambores y danzas,/ alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros,/ alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 10, 40-43
Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados.
Responsorio breve
V Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V Tú que has resucitado de entre los muertos. R Aleluya, aleluya V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, Hijo de Dios, vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: La palabra que estáis oyendo no es mía; es del Padre, que me ha enviado. Aleluya.
Preces Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, * haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. Tú que nos has salvado por la fe, * haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba donde está Cristo sentado a tu derecha, * líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, * para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios
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que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: Con los discípulos, que fueron los primeros junto con las mujeres, en disfrutar el gozo de encontrarse con Jesús resucitado; con todos los siervos del Señor, que hoy celebran con alegría esta Buena Noticia, cantamos: “Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor; siervos del Señor, bendecid al Señor” (Dn 3,84-85).
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, II Vísperas, pág. 6 Antífona 1 - Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo hizo sentar en su gloria. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Habéis renunciado a los ídolos para consagraros al Dios vivo. Aleluya.
Salmo 113 B No a nosotros, Señor, no a nosotros,/ sino a tu nombre da la gloria;/ por tu bondad, por tu lealtad./ ¿Por qué han de decir las naciones:/ «Dónde está su Dios»? Nuestro Dios está en el cielo,/ lo que quiere lo hace./ Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca, y no hablan;/ tienen ojos, y no ven;/ tienen orejas, y no oyen;/ tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan;/ tienen pies, y no andan;/ no tiene voz su garganta:/ que sean igual los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ La casa de Aarón confía en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo./ Los fieles del Señor confían en el Señor:/ él es su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,/ bendiga a la casa de Israel,/ bendiga a la casa de Aarón;/ bendiga a los fieles del Señor,/ pequeños y grandes. Que el Señor les acreciente,/ a ustedes y a sus hijos;/ benditos sean del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra./ El cielo pertenece al Señor,/ la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor,/ ni los que bajan al silencio./ Nosotros,
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sí, bendeciremos al Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. /R (Aleluya). /Porque sus juicios son verdaderos y justos. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /R (Aleluya). /Los que le teméis, pequeños y grandes. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. /R (Aleluya). / Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. /R (Aleluya, aleluya). Aleluya. Llegó la boda del Cordero. /R (Aleluya). /Su esposa se ha embellecido. /R (Aleluya, aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V Y se ha aparecido a Simón. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: La paz os dejo, mi paz os doy. Aleluya. Preces Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, * atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, * a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu santo, * para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos * y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, * concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Dios todopoderoso, continuar celebrando con amor ferviente estos días de alegría en honor de Cristo resucitado, y que los misterios que estamos recordando transformen nuestra vida y se manifiesten en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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5 de Mayo - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La luz es uno de los símbolos con el que abrimos la celebración de la noche pascual. Esa luz era Jesús resucitado. Los que hemos resucitado con él somos los hijos de la luz, que han de señalar el camino a los extraviados. Hemos de ser la antorcha que guíe a los que caminan por la sombra de muerte, que son la ignorancia, la injusticia, el pecado. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 14)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Jn 14,23-29 Jesús acaba de anunciarles una gran promesa: “Rogaré al Padre que os envíe otro defensor, el Espíritu de verdad” (Jn 14,15-16). A continuación les anuncia otras dos promesas más. La primera: “El que me ame será amado de mi Padre” (Jn 14,21) Saberse amado por alguien ya es una buena noticia. Pero si este alguien es Dios, la sorpresa supera todo lo imaginable. Sin dudarlo, ésta es la noticia más maravillosa de todas las traídas por Jesús a la tierra de parte del Padre. La segunda promesa consiste en hacer de cada persona una morada de Dios: del Padre, del Hijo, del Espíritu. Jesús se lo hace saber con claridad: “Al que me ame el Padre lo amará, vendremos a él y habitaremos en él” (Jn 14,23). Al igual que las promesas, la exigencia es también hermosa. Lo mejor que podemos hacer en la vida es amar. Y si es a Dios a quien tenemos que amar, más que una exigencia es una gozada. Jesús hace una tercera promesa, más importante que las dos anteriores: El Espíritu Santo que el Padre enviará en su nombre. El don del Espíritu Santo es el regalo pascual más hermoso que nos hace Jesús resucitado. Una de sus misiones será revivir y recordar a los discípulos las enseñanzas de Jesús. Al despedirse de los discípulos, Jesús les deja otro regalo: la paz. La paz que él promete no se basa en un juego de intereses, en el control de las personas, en la libertad vigilada. Es un absurdo creer que la paz se construye a base de armas cada vez más sofisticadas. P. Antonio Danoz, Redentorista
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6 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En la Pascua revivimos nuestro bautismo, que es uno de los grandes sacramentos pascuales. “No piense nadie que el bautismo fue dado solamente para el perdón de los pecados. Y para alcanzar la gracia de la adopción… Nuestro bautismo, además de limpiarnos del pecado y darnos el don del Espíritu, es expresión de la pasión de Cristo. Pablo dice: ¿No saben que por el bautismo fueron incorporados a Cristo Jesús?” (Cat. de Jerusalén).
Invocación inicial
Una sima grita a otra sima/ con voz de cascadas:/ tus torrentes y tus olas/ me han arrollado.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
De día el Señor/ me hará misericordia,/ de noche cantaré la alabanza/ del Dios de mi vida.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6
Diré a Dios: Roca mía,/ ¿por qué me olvidas?/ ¿Por qué voy andando, sombrío,/ hostigado por mi enemigo?
Antífona 1 - Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. Aleluya.
Se me rompen los huesos/ por las burlas del adversario;/ todo el día me preguntan:/ «¿Dónde está tu Dios?»
Salmo 41 Como busca la cierva/ corrientes de agua,/ así mi alma te busca/ a ti, Dios mío; tiene sed de Dios,/ del Dios vivo:/ ¿cuándo entraré a ver/ el rostro de Dios? Las lágrimas son mi pan/ noche y día,/ mientras todo el día me repiten:/ «¿Dónde está tu Dios?». Recuerdo otros tiempos,/ y mi alma desfallece de tristeza:/ cómo marchaba a la cabeza del grupo,/ hacia la casa de Dios,/ entre cantos de júbilo y alabanza,/ en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Llena, Señor, a Sión de tu majestad y al templo de tu gloria. Aleluya.
Cántico
Sir 36, 1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,/ infunde tu terror a todas las naciones;/ amenaza con tu mano al pueblo extranjero,/ para que sienta tu poder.
¿Por qué te acongojas, alma mía,/ por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío».
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,/ muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:/ para que sepan, como nosotros lo sabemos,/ que no hay Dios fuera de ti.
Cuando mi alma se acongoja,/ te recuerdo,/ desde el Jordán y Hermón/ y el Monte Menor.
Renueva los prodigios, repite los portentos,/ exalta tu mano, robustece tu brazo.
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6 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
Reúne a todas las tribus de Jacob/ y dales su heredad como antiguamente.
V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,/ de Israel, a quien nombraste tu primogénito./ Ten compasión de tu ciudad santa,/ de Jerusalén, lugar de tu reposo.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Llena a Sión de tu majestad,/ y al templo de tu gloria. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - La gloria de Dios ilumina la ciudad santa y el Cordero es su sol. Aleluya.
Salmo 18 A
El cielo proclama la gloria de Dios,/ el firmamento pregona la obra de sus manos:/ el día al día le pasa el mensaje,/ la noche a la noche se lo murmura. Sin que hablen, sin que pronuncien,/ sin que resuene su voz,/ a toda la tierra alcanza su pregón/ y hasta los límites del orbe su lenguaje. Allí le ha puesto su tienda al sol:/ él sale como el esposo de su alcoba,/ contento como un héroe, a recorrer su camino. Asoma por un extremo del cielo,/ y su órbita llega al otro extremo:/ nada se libra de su calor. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 10, 8b-10
«Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón», es decir, el mensaje de la fe que nosotros predicamos. Porque, si proclamas con tu boca a Jesús como Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón creemos para obtener la justificación y con la boca hacemos profesión de nuestra fe para alcanzar la salvación.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, Dios nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible. Aleluya.
Preces Oremos a Dios Padre todopoderoso, glorificado por la muerte y resurrección de Cristo, y digámosle confiados: Ilumina, Señor, nuestras mentes. Padre, fuente de toda luz, que has querido iluminar el mundo con la gloria de Cristo resucitado, * ilumina, desde el principio de este día, nuestras almas con la luz de la fe. Tú que por medio de tu Hijo, resucitado de entre los muertos, has abierto a los hombres las puertas de la salvación, * haz que, a través de los trabajos de este día se acreciente nuestra esperanza. Tú que por medio de tu Hijo resucitado has derramado sobre el mundo tu Espíritu Santo, * enciende nuestros corazones con el fuego de este mismo Espíritu. Tú que para librarnos entregaste a tu Hijo a la muerte * haz que él sea hoy para nosotros salvación y redención. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Terminemos nuestra oración con la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
6 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
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Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La resurrección de Jesús es un misterio de gloria y de salvación. Jesús es glorificado, y la familia humana disfruta del gozo de saberse salvada. El Mesías tenía que padecer, y Dios lo resucitó al tercer día. Aquellos que creen en él y en la fuerza renovadora de su resurrección serán salvados.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria, pág. 6 Antífona 1 - Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
Salmo 44
I Me brota del corazón un poema bello,/ recito mis versos a un rey;/ mi lengua es ágil pluma de escribano. Eres el más bello de los hombres,/ en tus labios se derrama la gracia,/ el Señor te bendice eternamente. Cíñete al flanco la espada, valiente:/ es tu gala y tu orgullo;/ cabalga victorioso por la verdad y la justicia, /tu diestra te enseñe a realizar proezas./ Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,/ se acobardan los enemigos del rey. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;/ cetro de rectitud es tu cetro real;/ has amado la justicia y odiado la impiedad:/ por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido/ con aceite de júbilo entre todos tus compañeros. A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,/ desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas./ Hijas de
reyes salen a tu encuentro,/ de pie a tu derecha está la reina/ enjoyada con oro de Ofir. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dichosos los invitados a la cena del Señor. Aleluya. II Escucha, hija, mira: inclina el oído,/ olvida tu pueblo y la casa paterna:/ prendado está el rey de tu belleza, / póstrate ante él, que él es tu señor./ La ciudad de Tiro viene con regalos,/ los pueblos más ricos buscan tu favor. Ya entra la princesa, bellísima,/ vestida de perlas y brocado;/ la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,/ la siguen sus compañeras:/ las traen entre alegría y algazara,/ van entrando en el palacio real. «A cambio de tus padres tendrás hijos,/ que nombrarás príncipes por toda la tierra». Quiero hacer memorable tu nombre/ por generaciones y generaciones,/ y los pueblos te alabarán/ por los siglos de los siglos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
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6 de Mayo - Lunes, Feria, VI Semana de Pascua
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 8, 1b-3ª
Tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Él es ministro del santuario y de la verdadera Tienda de Reunión, que fue fabricada por el Señor y no por hombre alguno. Todo sumo sacerdote es instituido para ofrecer oblaciones y sacrificios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El Espíritu de verdad, que procede del Padre, él mismo declarará en mi favor; y también vosotros seréis testigos. Aleluya.
Preces Llenos de gozo, oremos a Cristo, el Señor, que con su resurrección ha iluminado al mundo entero, y digámosle: Cristo, vida nuestra, escúchanos. Señor Jesús, que te hiciste compañero de camino de los discípulos que dudaban de ti, * acompaña también a tu Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de esta vida. No permitas que tus fieles sean tardos y necios para creer, * y aumenta su fe para que te proclamen vencedor de la muerte. Mira, Señor, con bondad a cuantos no te reconocieron en su camino, * y manifiéstate a ellos para que te confiesen como salvador suyo. Tú que por la cruz reconciliaste a todos los hombres, uniéndolos en tu cuerpo, * concede la paz y la unidad a las naciones. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que eres el juez de vivos y muertos, * otorga a los difuntos que creyeron en ti la remisión de todas sus culpas. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
6 de Mayo - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
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Oración de la Noche - Completas
Invitación: Hacemos memoria de una aurora luminosa, que siguió a una noche de tinieblas y de muerte. Ésta fue la gran noticia: Jesús de Nazaret no está en el sepulcro. Ha resucitado. Ésta era la palabra que los discípulos esperábamos. Esta gran noticia hace que en adelante, hasta la misma noche sea luminosa para todos los que creemos en Jesús. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 16)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 4,1-6 Pablo es consciente de que el ministerio de anunciar la Buena Noticia lo ha recibido por puro don de Dios. Es obra de su misericordia. De aquí procede también la fortaleza para poder cumplir con esta misión. El apóstol asume con plena responsabilidad el don recibido. Para ser fiel al ministerio, ha adoptado tres decisiones. Primera: no dejarse vencer por la cobardía, y anunciar sin vergüenza el Evangelio. Segunda: no falsificar en ningún momento la Palabra de Dios, sino anunciarla con franqueza y sinceridad. Tercera: en la presencia de Dios, anunciar la verdad a todas las conciencias confiando en su honestidad. La verdad salvadora del Evangelio está oculta tan sólo para aquellos que se pierden. Si muchos se niegan a acogerlo, es porque “el dios de este mundo les ha cegado la mente”, para que no amanezca en sus corazones la Buena Noticia de Cristo. La Buena Noticia, es la luz que Dios mismo hizo brillar en los corazones de los discípulos. Pablo tiene muy claro cuál es la Buena Noticia que debe anunciar. Su misión no es anunciarse a sí mismo. No busca prestigio ni ventajas humanas. Lo hace desde la humildad y la sencillez. Su compromiso consiste en “anunciar a Jesucristo como Señor” resucitado. El apóstol, no sólo se declara servidor de la Buena Noticia de Jesús, sino también servidor de la comunidad de Corinto por amor a Jesús. El principal servicio que les ha hecho y que les seguirá haciendo consiste en anunciarles el Evangelio. Posiblemente, recordando el encuentro con Jesús en el camino de Damasco, que se presenta como una epifanía llena de luz, Pablo afirma: “Dios que hizo brillar la luz en las tinieblas, es quien hizo brillar su luz en nuestros corazones”. Pablo nos ha presentado la Buena Noticia de Jesús como “una luz”. Esta luz ha iluminado el corazón de todos los que la han acogido con fe. Así como brillaba en el rostro de Cristo, ha de brillar en cada uno de nosotros, haciendo patente ante el mundo la gloria de Dios. Es importante para nuestras comunidades y para el mundo, que cada uno de los discípulos de Jesús tomemos conciencia de nuestra misión de servidores. En primer lugar, de servidores de la Buena Noticia para hacerla llegar a todos. En segundo lugar, servidores de las personas, que “el dios de este mundo ha cegado”, para que abran su mente al anuncio del Evangelio. P. Antonio Danoz, Redentorista
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7 de Mayo - Martes, Feria o Mem. de Beata María de San José, Virgen
La Beata de hoy: Bta. María de San José (1875-1967) Nace en Choroní, durante el gobierno de Guzmán Blanco. Su nombre de bautismo es Laura. A los 16 años se dedica a dar catequesis como voluntaria en el hospital de Maracay. Con la colaboración del presbítero Vicente López, funda en 1901 la congregación de Agustinas Recoletas. Contaba 26 años de edad. En Maracay, donde falleció, se conservan sus restos. Fue beatificada 28 años después de su muerte.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Celebramos con gozo la misericordia del Señor, que se ha hecho presente al lado de los que sufren, en la generosidad de una venezolana, la beata María de San José. Jesús sigue llamando a vivir el amor y la misericordia. A unos, en las tareas familiares y en las diversas profesiones; a otros, siguiendo a Jesús en la opción de una vida célibe, pobre y en obediencia perfecta, al servicio del reino de Dios.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, rey de las Vírgenes. Aleluya.
Himno de Santas Vírgenes, pág. 8 Antífona 1 - Os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo. Aleluya.
Salmo 42 Hazme justicia, ¡oh Dios!, defiende mi causa/ contra gente sin piedad,/ sálvame del hombre traidor y malvado. Tú eres mi Dios y protector,/ ¿por qué me rechazas?/ ¿Por qué voy andando sombrío,/ hostigado por mi enemigo? Envía tu luz y tu verdad:/ que ellas me guíen/ y me conduzcan hasta tu monte santo,/ hasta tu morada. Que yo me acerque al altar de Dios,/ al Dios de mi alegría;/ que te dé gracias al son de la cítara,/ Señor, Dios mío. ¿Por qué te acongojas, alma mía,/
por qué te me turbas?/ Espera en Dios, que volverás a alabarlo:/ «Salud de mi rostro, Dios mío». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, detuviste mi alma ante la tumba vacía. Aleluya.
Cántico
Is 38, 10-14. 17-20
Yo pensé: «En medio de mis días/ tengo que marchar hacia las puertas del abismo;/ me privan del resto de mis años». Yo pensé: «Ya no veré más al Señor/ en la tierra de los vivos,/ ya no miraré a los hombres/ entre los habitantes del mundo. Levantan y enrollan mi vida/ como una tienda de pastores./ Como un tejedor devanaba yo mi vida/ y me cortan la trama». Día y noche me estás acabando,/ sollozo hasta el amanecer./ Me quiebras los huesos como un león,/ día y noche me estás acabando. Estoy piando como una golondrina,/ gimo como una paloma./ Mis ojos mirando al cielo se consumen:/ ¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!
7 de Mayo - Martes, Feria o Mem. de Beata María de San José
Me has curado, me has hecho revivir,/ la amargura se me volvió paz/ cuando detuviste mi alma ante la tumba vacía/ y volviste la espalda a todos mis pecados. El abismo no te da gracias,/ ni la muerte te alaba,/ ni esperan en tu fidelidad/ los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban:/ como yo ahora./ El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas/ todos nuestros días en la casa del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tú has cuidado de nuestra tierra y la has enriquecido sin medida. Aleluya.
Salmo 64 ¡Oh Dios!, tú mereces un himno en Sión,/ y a ti se te cumplen los votos,/ porque tú escuchas las súplicas. A ti acude todo mortal /a causa de sus culpas;/ nuestros delitos nos abruman,/ pero tú los perdonas. Dichoso el que tú eliges y acercas/ para que viva en tus atrios:/ que nos saciemos de los bienes de tu casa,/ de los dones sagrados de tu templo. Con portentos de justicia nos respondes,/ Dios, Salvador nuestro;/ tú, esperanza del confín de la tierra/ y del océano remoto; tú que afianzas los montes de tu fuerza,/ ceñido de poder;/ tú que reprimes el estruendo del mar,/ el estruendo de las olas/ y el tumulto de los pueblos. Los habitantes del extremo del orbe/ se sobrecogen ante tus signos,/ y a las puertas de la aurora y del ocaso/ las llenas de júbilo. Tú cuidas de la tierra, la riegas/ y la enriqueces sin medida;/ la acequia de Dios va llena de agua,/ preparas los trigales;
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riegas los surcos, igualas los terrones,/ tu llovizna los deja mullidos, /bendices sus brotes;/ coronas el año con tus bienes,/ las rodadas de tu carro rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo,/ y las colinas se orlan de alegría;/ las praderas se cubren de rebaños,/ y los valles se visten de mieses,/ que aclaman y cantan. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ct 8, 7
Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.
Responsorio breve
V Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya. V Tu rostro buscaré, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Oigo en mi corazón: buscad mi rostro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Ésta es la virgen prudente que, unida a Cristo, resplandece como el sol en el reino celestial. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquemos diciendo: Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo, * concédenos que nada nos aparte de tu amor. Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, * por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón.
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7 de Mayo - Martes, Feria o Mem. de Beata María de San José
Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a ti en cuerpo y alma, * ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor eterno. Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban, * concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa. Por intercesión de la Beata María de San José, que fue virgen sensata y una de las prudentes, * concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios de poder y misericordia, que hiciste que la Beata María de San José, virgen, te sirviera humildemente en los huérfanos y en los ancianos pobres, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, reconociendo a Cristo en nuestros hermanos abandonados, podamos servirles con amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Con sencillez y humildad digamos la
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Los primeros discípulos se reunían por las casas para orar, para celebrar la “fracción del pan” (la eucaristía). Cada hogar, al caer la tarde ha de convertirse en casa de oración. Reunidos como familia de Dios, alabamos a Dios que nos ha llenado de gozo resucitando a Jesús de la muerte.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno de Santas Vírgenes, pág. 8 Antífona 1 - Aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Aleluya.
Salmo 48
I Oíd esto, todas las naciones,/ escuchadlo, habitantes del orbe:/ plebeyos y nobles, ricos y pobres; mi boca hablará sabiamente,/ y serán muy sensatas mis reflexiones;/ prestaré oído al proverbio/ y propondré mi problema al son de la cítara.
¿Por qué habré de temer los días aciagos,/ cuando me cerquen y me acechen los malvados,/ que confían en su opulencia/ y se jactan de sus inmensas riquezas,/ si nadie puede salvarse/ ni dar a Dios un rescate? Es tan caro el rescate de la vida,/ que nunca les bastará/ para vivir perpetuamente/ sin bajar a la fosa. Mira: los sabios mueren,/ lo mismo que perecen los ignorantes y necios,/ y legan sus riquezas a extraños. El sepulcro es su morada perpetua/ y su casa de edad en edad,/ aunque hayan dado nombre a países. El hombre no perdura en la opulencia,/ sino que perece como los animales. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me salva de las garras del abismo. Aleluya.
7 de Mayo - Martes, Feria o Mem. de Beata María de San José
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II Éste es el camino de los confiados,/el destino de los hombres satisfechos:
se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma.
son un rebaño para el abismo,/ la muerte es su pastor,/ y bajan derechos a la tumba;/ se desvanece su figura/ y el abismo es su casa.
Responsorio breve
Pero a mí, Dios me salva,/ me saca de las garras del abismo/ y me lleva consigo. No te preocupes si se enriquece un hombre/ y aumenta el fasto de su casa:/ cuando muera, no se llevará nada,/ su fasto no bajará con él. Aunque en vida se felicitaba:/ «Ponderan lo bien que lo pasas»,/ irá a reunirse con sus antepasados,/ que no verán nunca la luz. El hombre rico e inconsciente/ es como un animal que perece. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Tuyos son, Señor, el poder y la riqueza, la fuerza y la gloria. Aleluya.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Co 7, 32. 34
El célibe se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; lo mismo, la mujer sin marido y la soltera
V Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya. V Van entrando en el palacio real. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te trae preparada. Aleluya. Preces Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes, a causa del reino de Dios, y supliquémosle diciendo: Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos. Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni arruga, * haz que sea siempre santa e inmaculada. Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas encendidas, * no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se han consagrado a ti. Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta, * concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe. Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de la Beata María de San José, virgen, * concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.
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7 de Mayo - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas, * admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino. Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro.
Oración Dios de poder y misericordia, que hiciste que la Beata María de San
José, virgen, te sirviera humildemente en los huérfanos y en los ancianos pobres, concédenos, por su intercesión y ejemplo, que, reconociendo a Cristo en nuestros hermanos abandonados, podamos servirles con amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Jesús sigue siendo el “inocente” que los poderes de este mundo condenaron; y la persona que Dios rehabilitó por la resurrección. Son muchas las personas que siguen siendo condenadas injustamente. Dios cuenta con nosotros, los discípulos de Jesús resucitado, para realizar la rehabilitación de toda persona que los poderes de este mundo maltratan e irrespetan en su dignidad. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 18)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 4,7-11 Para Pablo, la vocación de apóstol es un tesoro de extraordinario valor. Pero lo llevamos en la frágil vasija de nuestra condición humana. La imagen recuerda la creación del ser humano que narra el Génesis (Gn 2,7). Precisamente por eso, se manifiesta con más fuerza el poder de Dios. Su poder sobrepasa la fragilidad de la vasija que conserva el tesoro. Desde su propia experiencia, y teniendo ante los ojos los trabajos que ha sufrido por el anuncio de la Buena Noticia, el apóstol nos ofrece una lista de situaciones en forma de antítesis, que él mismo ha vivido. La lista que ofrece está llena de luces y sombras, de fortalezas y debilidades, de flaquezas y coraje. En el apartado de las flaquezas enumera cuatro: las presiones, las graves preocupaciones, las persecuciones, los derribos. Éstos son los signos de su debilidad, como persona y como apóstol. Entre las fortalezas enumera: el aguante, la resistencia a la desesperación, el empeño en no dejarse aniquilar. El apóstol vive permanentemente expuesto a la muerte por causa de Jesús, compartiendo con él la muerte. Si es cierto que la muerte de Jesús se manifiesta en su cuerpo, también está seguro que la vida de Jesús resucitado se manifestará en su carne mortal. Pablo presenta estos rasgos en el apóstol: la fe sólida, la valentía, la fortaleza ante las dificultades. Considera los sufrimientos como agente activo que hace fecunda la evangelización: “La muerte hace su obra en nosotros, en ustedes la vida” (2Cor 4,12). Finalmente, la esperanza inquebrantable. Está seguro que, “quien resucitó al Señor Jesús, nos resucitará a nosotros con Jesús y nos llevará con ustedes a su presencia” (2 Cor 4,14). P. Antonio Danoz, Redentorista
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8 de Mayo - Miércoles, Feria, VI Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Nuestra oración al comenzar el día, dispone nuestro espíritu para llevar el gozo pascual que nos anima, a la vida, a la calle, a los negocios, a las personas con las cuales nos encontraremos durante la jornada. Bebemos de las fuentes del Espíritu donde la vida mana, para ser testigos de Jesús resucitado y de esperanza.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Te vio el mar, ¡oh Dios!, te vio el mar mientras guiabas a tu pueblo por las aguas caudalosas. Aleluya.
Salmo 76 Alzo mi voz a Dios gritando,/ alzo mi voz a Dios para que me oiga. En mi angustia te busco, Señor mío:/ de noche extiendo las manos sin descanso,/ y mi alma rehúsa el consuelo./ Cuando me acuerdo de Dios, gimo,/ y meditando me siento desfallecer. Sujetas los párpados de mis ojos,/ y la agitación no me deja hablar./ Repaso los días antiguos, /recuerdo los años remotos;/ de noche lo pienso en mis adentros,/ y meditándolo me pregunto: ¿Es que el Señor nos rechaza para siempre/ y ya no volverá a favorecernos? /¿Se ha agotado ya su misericordia,/ se ha terminado para siempre su promesa?/ ¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,/ o la cólera cierra sus entrañas? Y me digo: ¡Qué pena la mía!/ ¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!/
Recuerdo las proezas del Señor; / sí, recuerdo tus antiguos portentos,/ medito todas tus obras/ y considero tus hazañas. Dios mío, tus caminos son santos:/ ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,/ mostraste tu poder a los pueblos;/ con tu brazo rescataste a tu pueblo,/ a los hijos de Jacob y de José. Te vio el mar, ¡oh Dios!,/ te vio el mar y tembló,/ las olas se estremecieron. Las nubes descargaban sus aguas,/ retumbaban los nubarrones,/ tus saetas zigzagueaban. Rodaba el fragor de tu trueno,/ los relámpagos deslumbraban el orbe,/ la tierra retembló estremecida. Tú te abriste camino por las aguas,/ un vado por las aguas caudalosas,/ y no quedaba rastro de tus huellas: mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,/ por la mano de Moisés y de Aarón. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor da la muerte y la vida. Aleluya.
Cántico
1Sam 2, 1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,/ mi poder se exalta por Dios;/ mi boca se ríe de mis enemigos,/ porque gozo con tu salvación./ No hay santo como el Señor,/ no hay roca como nuestro Dios.
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8 de Mayo - Miércoles, Feria, VI Semana de Pascua
No multipliquéis discursos altivos,/ no echéis por la boca arrogancias,/ porque el Señor es un Dios que sabe;/ él es quien pesa las acciones.
Los que adoran estatuas se sonrojan,/ los que ponen su orgullo en los ídolos;/ ante él se postran todos los dioses.
Se rompen los arcos de los valientes,/ mientras los cobardes se ciñen de valor;/ los hartos se contratan por el pan,/ mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;/ la mujer estéril da a luz siete hijos,/ mientras la madre de muchos se marchita.
Lo oye Sión, y se alegra,/ se regocijan las ciudades de Judá/ por tus sentencias, Señor; porque tú eres Señor, /altísimo sobre toda la tierra,/ encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor da la muerte y la vida,/ hunde en el abismo y levanta;/ da la pobreza y la riqueza, /humilla y enaltece.
El Señor ama al que aborrece el mal,/ protege la vida de sus fieles/ y los libra de los malvados.
Él levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para hacer que se siente entre príncipes/ y que herede un trono de gloria; /pues del Señor son los pilares de la tierra,/ y sobre ellos afianzó el orbe.
Lectura breve
Él guarda los pasos de sus amigos,/ mientras los malvados perecen en las tinieblas,/ porque el hombre no triunfa por su fuerza. El Señor desbarata a sus contrarios,/ el Altísimo truena desde el cielo,/ el Señor juzga hasta el confín de la tierra./ Él da fuerza a su Rey,/ exalta el poder de su Ungido. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Aleluya.
Salmo 96 El Señor reina, la tierra goza,/ se alegran las islas innumerables./ Tiniebla y nube lo rodean,/ justicia y derecho sostienen su trono.
Amanece la luz para el justo,/ y la alegría para los rectos de corazón./ Alegraos, justos, con el Señor,/ celebrad su santo nombre. Gloria y antífona 3
Rom 6, 8-11
Si verdaderamente hemos muerto con Cristo, tenemos fe de que también viviremos con él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos ya no muere; la muerte no tiene ya poder sobre él. Su muerte fue un morir al pecado de una vez para siempre, mas, su vida es un vivir para Dios. Así también, considerad vosotros que estáis muertos al pecado, pero que vivís para Dios en unión con Cristo Jesús.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
Delante de él avanza fuego/ abrasando en torno a los enemigos;/ sus relámpagos deslumbran el orbe,/ y, viéndolos, la tierra se estremece.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Los montes se derriten como cera / ante el dueño de toda la tierra;/ los cielos pregonan su justicia,/ y todos los pueblos contemplan su gloria.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Tendría aún muchas cosas que deciros, pero no estáis ahora en
8 de Mayo - Miércoles, Feria, VI Semana de Pascua
disposición de entenderlas; cuando venga el Espíritu de verdad, os conducirá a la verdad completa. Aleluya.
Preces Dirijámonos a Dios, que quiso manifestar a Jesús resucitado a los apóstoles, y digámosle suplicantes: Ilumínanos, Señor, con la claridad de tu Cristo. Señor, fuente de toda luz, te aclamamos con acción de gracias en esta mañana, porque nos has llamado a participar de tu luz admirable * y nos has querido dar la salvación. Haz, Señor, que la fuerza del Espíritu Santo nos purifique y nos fortalezca, * para que con nuestro trabajo hagamos más humana la vida de los hombres. Haz que nos entreguemos de tal modo al servicio de nuestros hermanos, * que logremos hacer de la familia humana una ofrenda agradable a tus ojos.
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Llénanos, desde el principio de este nuevo día, de tu misericordia, * para que en toda nuestra jornada nos gocemos en tu alabanza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Señor, que, así como ahora celebramos en la fe la gloriosa resurrección de tu Hijo Jesucristo, así también merezcamos regocijarnos con todos los santos, cuando vuelva él triunfalmente al fin de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: El Señor es bueno. Resucitando a Jesús ha de manifestar su poder para derrotar a la muerte. La misericordia que manifestó hacia su Hijo, la extiende ahora sobre sus discípulos. “La piedra que desecharon los arquitectos, se ha convertido en piedra angular” (Sal 117). Esta piedra angular es Jesús. Sobre ella ha edificado su Iglesia.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - No se turbe el corazón de ustedes; tan sólo crean en mí. Aleluya.
Salmo 61
Sólo en Dios descansa mi alma,/ porque de él viene mi salvación;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré. ¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre/ todos juntos, para derribarlo/ como a una pared que cede/ o a una tapia ruinosa? Sólo piensan en derribarme de mi altura,/ y se complacen en la mentira:/ con la boca bendicen,/ con el corazón maldicen.
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8 de Mayo - Miércoles, Feria, VI Semana de Pascua
Descansa sólo en Dios, alma mía,/ porque él es mi esperanza;/ sólo él es mi roca y mi salvación,/ mi alcázar: no vacilaré.
Antífona 3 - Su resplandor eclipsa el cielo, la tierra se llena de su alabanza. Aleluya.
De Dios viene mi salvación y mi gloria/ él es mi roca firme,/ Dios es mi refugio.
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz.
Pueblo suyo, confiad en él,/ desahogad ante él vuestro corazón,/ que Dios es nuestro refugio. Los hombres no son más que un soplo,/ los nobles son apariencia:/ todos juntos en la balanza subirán/ más leves que un soplo. No confiéis en la opresión,/ no pongáis ilusiones en el robo;/ y aunque crezcan vuestras riquezas/ no les deis el corazón. Dios ha dicho una cosa,/ y dos cosas que he escuchado: «Que Dios tiene el poder/ y el Señor tiene la gracia;/ que tú pagas a cada uno/ según sus obras». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que se alegren por tu salvación. Aleluya.
Salmo 66 El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia, / riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 2
Cántico
Col 1, 12-20
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 7, 24-27
Jesús, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. De aquí que tiene poder para llevar a la salvación definitiva a cuantos por él se vayan acercando a Dios, porque vive para siempre para interceder por ellos. Y tal era precisamente el sumo sacerdote que nos convenía: santo, sin maldad, sin mancha, excluido del número de los pecadores y exaltado más alto que los cielos. No tiene necesidad, como los sumos sacerdotes, de ofrecer víctimas cada día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo. Esto lo hizo una vez por todas, ofreciéndose a sí mismo.
8 de Mayo - Miércoles - Oración de la Noche - Completas
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Responsorio breve
Tú que elegiste a los primeros discípulos de tu Hijo de entre el pueblo de Israel, * revela a los hijos de este pueblo el cumplimiento de las promesas que hiciste a sus padres.
V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya.
Acuérdate, Señor, de los huérfanos, de las viudas, de los esposos que viven separados y de todos nuestros hermanos abandonados, * y no permitas que vivan en la soledad los que fueron reconciliados por la muerte de tu Hijo.
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: El Espíritu me glorificará, porque tomará de lo que es mío para dárselo a conocer. Aleluya.
Preces
Imploremos a Dios Padre, que por la resurrección de su Hijo de entre los muertos nos ha abierto el camino de la vida eterna, y digámosle: Por la victoria de Cristo, salva, Señor, a tus redimidos. Dios de nuestros padres, que has glorificado a tu Hijo Jesús, resucitándolo de entre los muertos, * convierte nuestros corazones, para que vivamos la nueva vida de tu Hijo resucitado. Tú que nos has devuelto al Pastor y guardián de nuestras vidas, cuando éramos ovejas descarriadas, * consérvanos en fidelidad a tu Evangelio, bajo la guía de los obispos de tu Iglesia.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que llamaste a ti a Esteban, el cual confesó que Jesús estaba a tu derecha, * recibe a nuestros hermanos difuntos que esperaron tu venida en la fe y en el amor. Digamos ahora todos juntos la oración que nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Señor, que, así como ahora celebramos en la fe la gloriosa resurrección de tu Hijo Jesucristo, así también merezcamos regocijarnos con todos los santos, cuando vuelva él triunfalmente al fin de los tiempos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En nuestra oración de esta noche, contemplamos el torrente de vida y de gozo pascual, que mana de las fuentes del Salvador. Esta fuente es su humanidad gloriosa. En especial su costado abierto. Con su muerte, este manantial no se ha agotado. Todo lo contrario, su caudal de vida es más abundante, y se extiende a toda la humanidad. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)
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9 de Mayo - Jueves, Feria, VI Semana de Pascua
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 4,16-5,5 El discípulo de Jesús se enfrenta, por un lado, con lo caduco y pasajero de la vida presente que le genera angustia; por otro, con la gloria que es consistente y no pasa nunca. El hombre exterior que es frágil se deshace, pero el interior no cesa de renovarse por su crecimiento diario. El discípulo se ve entre dos fuerzas. Por una parte la “corrupción”, signo de su debilidad humana; por otra, la “renovación”, que es fruto del Espíritu que todo lo hace nuevo. Esta situación no lo deprime. Está seguro que la tribulación presente le proporciona una carga incalculable de gloria. Pablo se sirve de una imagen bien conocida por los israelitas: las “tiendas de campaña”, que les acompañaron en su peregrinar por el desierto. La tienda se monta y se deshace con rapidez. Así de frágil es la morada terrenal que es cuerpo, destinado a la corrupción. Pero Dios nos ha preparado otra. El apóstol alude claramente a la resurrección. Por esta morada suspiramos mientras vivimos en esta tienda terrenal. Pablo echa mano de otra imagen de raíces bíblicas: “desvestirse y revestirse”. Desvestirse, se refiere al hecho de abandonar el cuerpo corruptible; revestirse, alude a la situación gloriosa de los cuerpos resucitados. Mientras vivimos, nos aferramos fuertemente a esta “tienda frágil” que es el cuerpo. Nos cuesta desprendernos de él. Sin embargo, Pablo nos asegura, que “lo mortal será absorbido por la vida. Para revestirnos de la nueva humanidad gloriosa, tenemos que vestirnos de la armadura luminosa de la fe, del amor y de la justicia (Rm 13,12; 1 Ts 5,8), mientras habitamos la “morada terrena”. Sin duda, la tarea más urgente y más segura es revestirse de nuestro Señor Jesucristo. P. Antonio Danoz, Redentorista
9 de Mayo - Jueves, Feria, VI Semana de Pascua Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: “Cristo ha resucitado de entre los muertos. La muerte ya no tiene dominio sobre él”. Con este grito de victoria abrimos nuestra oración en este día. La fe en la resurrección de Jesús es la antorcha que alumbra nuestra vida durante toda la jornada. A su luz caminamos seguros y confiados.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Yo soy la vid, y ustedes los sarmientos. Aleluya.
Salmo 79
Pastor de Israel, escucha,/ tú que guías a José como a un rebaño; / tú que te sientas sobre querubines, resplandece/ ante Efraím, Benjamín y
9 de Mayo - Jueves, Feria, VI Semana de Pascua
Manasés;/ despierta tu poder y ven a salvarnos. ¡Oh Dios!, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Señor Dios de los ejércitos,/ ¿hasta cuándo estarás airado/ mientras tu pueblo te suplica? Le diste a comer llanto,/ a beber lágrimas a tragos;/ nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,/ nuestros enemigos se burlan de nosotros. Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Sacaste una vid de Egipto,/ expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;/ le preparaste el terreno y echó raíces,/ hasta llenar el país; su sombra cubría las montañas/ y sus pámpanos, los cedros altísimos;/ extendió sus sarmientos hasta el mar,/ y sus brotes hasta el Gran Río. ¿Por qué has derribado su cerca/ para que la saqueen los viandantes,/ la pisoteen los jabalíes/ y se la coman las alimañas? Dios de los ejércitos, vuélvete:/ mira desde el cielo, fíjate,/ ven a visitar tu viña,/ la cepa que tu diestra plantó,/ y que tú hiciste vigorosa. La han talado y le han prendido fuego:/ con un bramido hazlos perecer./ Que tu mano proteja a tu escogido,/ al hombre que tú fortaleciste./ No nos alejaremos de ti;/ danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,/ que brille tu rostro y nos salve. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. Aleluya.
Cántico
Is 12, 1-6
Te doy gracias, Señor,/ porque estabas airado contra mí,/ pero ha cesado tu ira/ y me has consolado.
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Él es mi Dios y salvador:/ confiaré y no temeré,/ porque mi fuerza y mi poder es el Señor,/ él fue mi salvación./ Y sacaréis aguas con gozo/ de las fuentes de la salvación. Aquel día, diréis:/ Dad gracias al Señor,/ invocad su nombre,/ contad a los pueblos sus hazañas,/ proclamad que su nombre es excelso. Tañed para el Señor, que hizo proezas;/ anunciadlas a toda la tierra; /gritad jubilosos, habitantes de Sión:/ «¡Qué grande es en medio de ti/ el Santo de Israel!» Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor nos alimentó con flor de harina. Aleluya.
Salmo 80 Aclamad a Dios, nuestra fuerza;/ dad vítores al Dios de Jacob: acompañad, tocad los panderos,/ las cítaras templadas y las arpas;/ tocad la trompeta por la luna nueva,/ por la luna llena, que es nuestra fiesta; porque es una ley de Israel,/ un precepto del Dios de Jacob,/ una norma establecida para José/ al salir de Egipto. Oigo un lenguaje desconocido:/ «Retiré sus hombros de la carga,/ y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré,/ te respondí oculto entre los truenos,/ te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;/ ¡ojalá me escuchases, Israel! No tendrás un dios extraño,/ no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor Dios tuyo,/ que te saqué del país de Egipto;/ abre tu boca y yo la saciaré. Pero mi pueblo no escuchó mi voz,/ Israel no quiso obedecer:/ los entregué a su corazón obstinado,/ para que anduviesen según sus antojos.
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9 de Mayo - Jueves, Feria, VI Semana de Pascua
¡Ojalá me escuchase mi pueblo/ y caminase Israel por mi camino!:/ en un momento humillaría a sus enemigos/ y volvería mi mano contra sus adversarios; los que aborrecen al Señor te adularían,/ y su suerte quedaría fijada; /te alimentaría con flor de harina,/ te saciaría con miel silvestre». Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: «Un poco de tiempo y no me veréis –dice el Señor–; todavía otro poco y me volveréis a ver, porque voy al Padre». Aleluya.
Preces Oremos confiados a Dios Padre, que quiso que Cristo fuera la primicia de la resurrección de los hombres, y aclamémoslo, diciendo: Que el Señor Jesús sea nuestra vida. Tú que por la columna de fuego iluminaste a tu pueblo en el desierto, * ilumina hoy con la resurrección de Cristo el día que empezamos. Tú que por la voz de Moisés adoctrinaste a tu pueblo en el Sinaí, * haz que Cristo, por su resurrección, sea hoy palabra de vida para nosotros. Tú que con el maná alimentaste a tu pueblo peregrino en el desierto, * haz que Cristo, por su resurrección, sea durante este día nuestro pan de vida. Tú que por el agua de la roca diste de beber a tu pueblo en el desierto, * por la resurrección de tu Hijo danos hoy parte en tu Espíritu de vida. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por eso nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que has otorgado a tu pueblo el don de la redención, concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo, Que vive y reina contigo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La creación entera participa de nuestro gozo pascual como discípulos de Jesús. Con el salmista invitamos a toda la creación a unirse a nuestro canto de alabanza: “Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas” (Sal 150). Especialmente por la resurrección de Jesús.
9 de Mayo - Jueves, Feria, VI Semana de Pascua
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Invocación inicial
bendecirá.
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, etc.
Que haya trigo abundante en los campos,/ y ondee en lo alto de los montes,/ den fruto como el Líbano,/ y broten las espigas como hierba del campo.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Cristo está constituido por Dios juez de vivos y muertos. Aleluya.
Salmo 71
I Dios mío, confía tu juicio al rey,/ tu justicia al hijo de reyes,/ para que rija a tu pueblo con justicia,/ a tus humildes con rectitud. Que los montes traigan paz,/ y los collados justicia;/ que él defienda a los humildes del pueblo,/ socorra a los hijos del pobre/ y quebrante al explotador. Que dure tanto como el sol,/ como la luna, de edad en edad;/ que baje como lluvia sobre el césped,/ como llovizna que empapa la tierra. Que en sus días florezca la justicia/ y la paz hasta que falte la luna. Que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. Que en su presencia se inclinen sus rivales;/ que sus enemigos muerdan el polvo;/ que los reyes de Tarsis y de las islas/ le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia/ le ofrezcan sus dones;/ que se postren ante él todos los reyes,/ y que todos los pueblos le sirvan. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Él será la bendición de todos los pueblos. Aleluya.
II Él librará al pobre que clamaba,/ al afligido que no tenía protector;/ él se apiadará del pobre y del indigente,/ y salvará la vida de los pobres; él rescatará sus vidas de la violencia,/ su sangre será preciosa a sus ojos. Que viva y que le traigan el oro de Saba;/ él intercederá por el pobre/ y lo
Que su nombre sea eterno,/ y su fama dure como el sol;/ que él sea la bendición de todos los pueblos,/ y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,/ el único que hace maravillas; /bendito por siempre su nombre glorioso,/ que su gloria llene la tierra./ ¡Amén, amén! Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ayer como hoy, Jesucristo es el mismo y lo será siempre. Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 3, 18. 21b-22
Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios.
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9 de Mayo - Jueves - Oración de la Noche - Completas
Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no cosiste en limpiar una suciedad corporal, sino un impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Responsorio breve
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Vuestra tristeza se convertirá en gozo, y nadie os quitará vuestra alegría. Aleluya.
en el santuario de Dios, * llévanos contigo al reino del Padre. Tú que, por tu resurrección, robusteciste la fe de tus discípulos y los enviaste a anunciar el Evangelio al mundo, * haz que los obispos y presbíteros sean fieles heraldos de tu Evangelio. Tú que, por tu resurrección, eres nuestra reconciliación y nuestra paz, * haz que todos los bautizados vivan en la unidad de una sola fe y de un solo amor. Tú que, por tu resurrección, diste la salud al tullido del templo, * mira con bondad a los enfermos y manifiesta en ellos tu gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que, por tu resurrección fuiste constituido primogénito de los muertos que resucitan, * haz que los difuntos que en ti creyeron y esperaron participen de tu gloria. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Preces
Oración
Alabemos y glorifiquemos a Cristo, a quien Dios Padre constituyó fundamento de nuestra esperanza y primicia de la humanidad resucitada, y aclamémoslo suplicantes: Rey de la gloria, escúchanos.
Señor Dios nuestro, que has otorgado a tu pueblo el don de la redención, concédenos vivir eternamente la alegría de la resurrección de tu Hijo, Que vive y reina contigo.
Conclusión
Señor Jesús, tú que, por tu propia sangre y por tu resurrección, penetraste
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Por la acción del Espíritu, Jesús resucitó de entre los muertos y se presentó lleno de vida ante los discípulos. Los discípulos de Jesús, nacidos del Espíritu en el bautismo, actuamos en nuestra existencia terrena movidos por el Espíritu. Al concluir el día recordemos los momentos del día en los que hemos sentido más cercano al Espíritu de Jesús. Démosle gracias por su compañía. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)
10 de Mayo - Viernes, Feria o Mem. de San Juan de Ávila
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PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 5,6-10 Mientras “estamos el cuerpo sea nuestra patria, estamos en el destierro”, afirma Pablo. Es otra imagen muy familiar a los israelitas, que vivieron repetidas veces esta dolorosa experiencia. Estar en el destierro era estar lejos de Jerusalén. Éste era el canto del desterrado: “Que sea yo siempre huésped de tu tienda, y me acoja al amparo de tus alas” (Sal 61,5). El apóstol plantea esta etapa como un tiempo de nostalgia, “lejos del Señor”. “Por ahora, no podemos verlo”. La fe es la que nos sostiene, y la esperanza es quien nos anima a seguir caminando. Aunque “preferiríamos salir de este cuerpo para residir junto al Señor” (2Cor 5,8). Este cambio de mentalidad tiene un fundamento incuestionable para el apóstol y para los discípulos: La fe en la resurrección de Jesús es nuestra garantía de futuro. “Cristo ha resucitado de entre los muertos, y resucitó el primero como una primicia; es el primero de los que han muerto” (1 Co 15,20). Este gozo esperanzado de la resurrección se extendía por las comunidades. Recordemos el final de la misma carta: “Maranatha”, que significa: “¡Señor, ven!”. Después de levantar el vuelo hasta lo más profundo del misterio, Pablo aterriza en la realidad de cada día. Sea que pensemos en la morada celeste, o en este mundo de destierro, lo que importa es cumplir la voluntad de Dios. Mientras vivimos en este cuerpo, y habitamos nuestra parcela de destierro, estamos construyendo o destruyendo nuestro futuro. Se nos presenta por delante el bien que podemos hacer; también el mal que se nos ofrece como una tentación a la que no es fácil resistir. Al final del “destierro”, compareceremos ante Jesús constituido juez universal. Cada cual recibirá el pago merecido P. Antonio Danoz, Redentorista
10 de Mayo - Viernes, Feria o Mem. de San Juan de Ávila El santo de hoy: S. Juan de Ávila (1499-1569) Nace en Almodóvar del Campo (España). Se distinguió como predicador del Evangelio, especialmente en el sur de España. Se le llama el “Apóstol de Andalucía”. Dejó un rico legado de libros de espiritualidad, llenos de unción evangélica. Próximamente será proclamado doctor de la Iglesia.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Empezamos el día celebrando la gloria de Jesús resucitado. Todos los relatos de la resurrección la colocan al romper el día. Cantamos con el salmista: “Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré como rocío antes de la aurora” (Sal 109). Este nacimiento maravilloso lo refieren los autores sagrados a la resurrección de Jesús.
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10 de Mayo - Viernes, Feria o Mem. de San Juan de Ávila
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Confía, hijo, tus pecados son perdonados. Aleluya.
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud. /Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tú, Señor, has salido con Cristo a salvar a tu pueblo. Aleluya.
Cántico
Hab 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,/ me ha impresionado tu obra!/ En medio de los años, realízala;/ en medio de los años, manifiéstala;/ en el terremoto acuérdate de la misericordia. El Señor viene de Temán;/ el Santo, del monte Farán:/ su resplandor eclipsa el cielo,/ la tierra se llena de su alabanza,/ su brillo es como el día/ su mano destella velando su poder. Sales a salvar a tu pueblo,/ a salvar a tu ungido;/ pisas el mar con tus caballos,/ revolviendo las aguas del océano. Lo escuché y temblaron mis entrañas,/ al oírlo se estremecieron mis labios;/ me entró un escalofrío por los huesos,/ vacilaban mis piernas al andar./ Tranquilo espero el día de la angustia/ que sobreviene al pueblo que nos oprime. Aunque la higuera no echa yemas/ y las viñas no tienen fruto,/ aunque el olivo olvida su aceituna/ y los campos no dan cosechas,/ aunque se acaban las ovejas del redil/ y no quedan vacas en el establo,/ yo exultaré con el Señor,/ me gloriaré en Dios mi salvador. El Señor soberano es mi fuerza,/ él me da piernas de gacela/ y me hace caminar por las alturas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alaba a tu Dios, Sión, que ha puesto paz en tus fronteras. Aleluya.
10 de Mayo - Viernes, Feria o Mem. de San Juan de Ávila
Salmo 147 Glorifica al Señor, Jerusalén;/ + alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de ello somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
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Antífona: Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Aleluya.
Preces Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, que por el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos y vivificará también nuestros cuerpos mortales; digámosle: Vivifícanos, Señor, con tu Espíritu Santo. Padre santo, tú que al resucitar a tu Hijo de entre los muertos manifestaste que habías aceptado su sacrificio, * acepta también la ofrenda de nuestro día y condúcenos a la plenitud de la vida. Bendice, Señor, las acciones de nuestro día * y ayúdanos a buscar en ellas tu gloria y el bien de nuestros hermanos. Que el trabajo de hoy sirva para la edificación de un mundo nuevo * y nos conduzca también a tu reino eterno. Te pedimos, Señor, que nos hagas ser siempre solícitos del bien de los hombres * y que nos ayudes a amarnos mutuamente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios de poder y de misericordia, cuya gracia convierte al pecador en justo y da felicidad al afligido, conserva en nosotros el don de tu amor, para que podamos perseverar con fortaleza en la fe que nos ha justificado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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10 de Mayo - Viernes, Feria o Mem. de San Juan de Ávila
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Por la muerte y resurrección de Jesús, gentes de toda cultura, lengua y nación, entraron a formar parte del reino de nuestro Dios. Desde entonces, Jesús se levanta en medio del mundo como autor de la salvación. En todas las lenguas, los hijos de los hombres celebran con nosotros a su Salvador resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - El Señor ha salvado mi vida de los lazos del abismo. Aleluya.
Salmo 114
Amo al Señor, porque escucha/ mi voz suplicante,/ porque inclina su oído hacia mí/ el día que lo invoco. Me envolvían redes de muerte,/ me alcanzaron los lazos del abismo,/ caí en tristeza y angustia./ Invoqué el nombre del Señor:/ «Señor, salva mi vida». El Señor es benigno y justo,/ nuestro Dios es compasivo;/ el Señor guarda a los sencillos:/ estando yo sin fuerzas me salvó. Alma mía, recobra tu calma,/ que el Señor fue bueno contigo:/ arrancó mi vida de la muerte,/ mis ojos de las lágrimas,/ mis pies de la caída.
guardián no duerme;/ no duerme ni reposa/ el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra,/ está a tu derecha;/ de día el sol no te hará daño,/ ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal,/ él guarda tu alma;/ el Señor guarda tus entradas y salidas,/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre?/ Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 5, 8-10
Antífona 2 - El Señor guarda a su pueblo como a las niñas de sus ojos Aleluya.
Cristo, aunque era Hijo de Dios, aprendió por experiencia, en sus padecimientos, la obediencia, y, habiendo así llegado hasta la plena consumación, se convirtió en causa del salvación para todos los que lo obedecen, proclamado por Dios sumo sacerdote «según el rito de Melquisedec».
Salmo 120
Responsorio breve
Caminaré en presencia del Señor/ en el país de la vida. Gloria y antífona 1
Levanto mis ojos a los montes:/ ¿de dónde me vendrá el auxilio?/ El auxilio me viene del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie,/ tu
V Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya. V Al ver al Señor.
10 de Mayo - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Vuestro Padre dará desde el cielo el Espíritu Santo a quienes se lo pidan. Aleluya. Preces Oremos a Cristo, fuente de toda vida y principio de todo bien, y digámosle confiadamente: Instaura, Señor, tu reino en el mundo. Jesús salvador, tú que, muerto en la carne, fuiste devuelto a la vida por el Espíritu, * haz que nosotros, muertos al pecado, vivamos también de tu Espíritu. Tú que enviaste a tus discípulos al mundo entero para que proclamaran tu Evangelio a todos los pueblos, * haz que cuantos anuncian el Evangelio a los hombres vivan de tu Espíritu. Tú que recibiste todo poder en el cielo y en la tierra para dar testimonio de la verdad, * guarda en tu verdad a quienes nos gobiernan.
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Tú que todo lo renuevas y nos mandas esperar anhelantes la llegada de tu reino, * haz que, cuanto más esperemos el cielo nuevo y la tierra nueva que nos prometes, con tanto mayor empeño trabajemos por la edificación del mundo presente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que descendiste a la mansión de la muerte para anunciar el gozo del Evangelio a los difuntos, * sé tú mismo la eterna alegría de todos los que mueren. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro.
Oración Dios de poder y de misericordia, cuya gracia convierte al pecador en justo y da felicidad al afligido, conserva en nosotros el don de tu amor, para que podamos perseverar con fortaleza en la fe que nos ha justificado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El último salmo del salterio invita a toda la creación a alabar al Señor: “¡Todo ser que alienta alabe al Señor! ¡Aleluya” (Sal 145,6). Todas las obras que Dios ha realizado son magníficas. Pero sobre todas ellas está la resurrección de su Hijo, a quien los poderes de este mundo sometieron a la muerte de cruz. Esta noche lo alabamos en este inmenso templo que es el universo con todo cuanto en él existe. (Completas. Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 5,11-13 Pablo vuelve a defender su apostolado de los ataques de sus adversarios. Seguramente querían poner en duda su autoridad de apóstol, que Pablo ha defendido siempre desde el encuentro con Jesús en el camino de Damasco. Lo que ante todo le interesa es mantenerse fiel al Señor, que le confió anunciar la
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11 de Mayo - Sábado, Feria, VI Semana de Pascua
Buena Noticia. Por lo que respecta a Dios, no se preocupa. Conoce perfectamente su dedicación plena y generosa a la misión. Pablo confía que también los corintios le reconozcan la nobleza con que ha actuado entre ellos. Quería mantener su autoridad apostólica. Teniendo en cuenta el tono polémico en que se mueve la carta, Pablo pretende que valoren la labor sincera que ha realizado entre ellos muy distinta de las actuaciones de los adversarios. Los corintios deberían sentirse más bien orgullosos de haber tenido a Pablo como anunciador de la Buena Noticia. El apóstol reconoce que en ocasiones ha perdido la cordura por defender su misión de apóstol ante los corintios. Cuando perdió la cordura, es por que se creía en la obligación de defender los intereses de Dios y del Evangelio. Sin embargo, en lo que se refiere a los corintios ha intentado controlarse. Cuando se trata de defender los intereses de Dios y la causa del Evangelio, es necesario cerrar filas, y defender todo aquello que nos viene de la tradición apostólica. Como en tiempos de Pablo, actualmente también hay personas que valoran en poco las enseñanzas que nos vienen de los apóstoles. A estas enseñanzas hay que añadir la riqueza enorme, que a lo largo de la historia han ido acumulando las comunidades P. Antonio Danoz, Redentorista
11 de Mayo - Sábado, Feria, VI Semana de Pascua El santo de hoy: S. Francisco de Jerónimo (1642-1716) Nace en Grottaglia (Italia). Ordenado presbítero, se dedicó a la educación en un colegio de la nobleza. Dedicó su vida especialmente a la predicación, siendo un misionero popular de gran éxito. Llevó la misión a las calles, contando con la colaboración de los laicos.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Por pura iniciativa suya, por medio de la muerte y resurrección de Jesús, Dios nos ha hecho hijos suyos. Todo ello ha sido un derroche de amor hacia nosotros.¡ Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por la obra maravillosa que ha realizado, merece que dediquemos todo nuestro día a su gloria y alabanza
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 6 Antífona 1 - Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo las obras de tus manos. Aleluya.
11 de Mayo - Sábado, Feria, VI Semana de Pascua
Salmo 91 Es bueno dar gracias al Señor/ y tocar para tu nombre, oh Altísimo,/ proclamar por la mañana tu misericordia/ y de noche tu fidelidad,/ con arpas de diez cuerdas y laúdes/ sobre arpegios de cítaras. Tus acciones, Señor, son mi alegría,/ y mi júbilo, las obras de tus manos./ ¡Qué magníficas son tus obras, Señor,/ qué profundos tus designios!/ El ignorante no los entiende/ ni el necio se da cuenta. Aunque germinen como hierba los malvados/ y florezcan los mal-hechores,/ serán destruidos para siempre./ Tú, en cambio, Señor,/ eres excelso por los siglos. Porque tus enemigos, Señor, perecerán,/ los malhechores serán dispersados;/ pero a mí me das la fuerza de un búfalo/ y me unges con aceite nuevo./ Mis ojos no temerán a mis enemigos,/ mis oídos escucharán su derrota.
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Hijos degenerados, se portaron mal con él,/ generación malvada y pervertida./ ¿Así le pagas al Señor,/ pueblo necio e insensato?/ ¿No es él tu padre y tu creador,/ el que te hizo y te constituyó? Acuérdate de los días remotos,/ considera las edades pretéritas,/ pregunta a tu padre y te lo contará,/ a tus ancianos y te lo dirán: Cuando el Altísimo daba a cada pueblo su heredad,/ y distribuía a los hijos de Adán,/ trazando las fronteras de las naciones,/ según el número de los hijos de Dios,/ la porción del Señor fue su pueblo,/ Jacob fue la parte de su heredad. Lo encontró en una tierra desierta,/ en una soledad poblada de aullidos:/ lo rodeó cuidando de él,/ lo guardó como a las niñas de sus ojos. Como el águila incita a su nidada,/ revolando sobre los polluelos,/ así extendió sus alas, los tomó/ y los llevó sobre sus plumas.
El justo crecerá como una palmera /y se alzará como un cedro del Líbano:/ plantado en la casa del Señor,/ crecerá en los atrios de nuestro Dios;
El Señor solo los condujo, /no hubo dioses extraños con él. Gloria y antífona 2
en la vejez seguirá dando fruto/ y estará lozano y frondoso,/ para proclamar que el Señor es justo,/ que en mi Roca no existe la maldad. Gloria y antífona 1
Salmo 8
Antífona 2 - Él nos hace morir y él nos da la vida; él nos hirió y él nos vendará. Aleluya.
Cántico
Dt 32, 1-12
Escuchad, cielos, y hablaré; oye, tierra, los dichos de mi boca;/ descienda como lluvia mi doctrina/ destile como rocío mi palabra; /como llovizna sobre la hierba,/ como sereno sobre el césped;/ voy a proclamar el nombre del Señor:/ dad gloria a nuestro Dios. Él es la Roca, sus obras son perfectas,/ sus caminos son justos,/ es un Dios fiel, sin maldad;/ es justo y recto.
Antífona 3 - Coronaste de gloria y dignidad a tu Cristo. Aleluya. Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre / en toda la tierra! Ensalzaste tu majestad sobre los cielos./ De la boca de los niños de pecho/ has sacado una alabanza contra tus enemigos,/ para reprimir al adversario y al rebelde. Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;/ la luna y las estrellas que has creado,/ ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;/ el ser humano, para darle poder? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, /lo coronaste de gloria y dignidad,/ le diste el mando sobre las obras de tus manos,/ todo lo sometiste bajo sus pies:
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11 de Mayo - Sábado - Palabra de Dios para cada día
rebaños de ovejas y toros,/ y hasta las bestias del campo,/ las aves del cielo, los peces del mar,/ que trazan sendas por las aguas.
Pastor eterno, contempla con amor a tu pueblo, que se levanta ahora del descanso, * y aliméntalo durante este día con tu palabra y tu eucaristía.
Señor, dueño nuestro,/ ¡qué admirable es tu nombre/ en toda la tierra! Gloria y antífona 3
No permitas que seamos arrebatados por el lobo que devora o entregados por el mercenario que huye, * sino haz que escuchemos siempre tu voz de buen pastor.
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
Lectura breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Tú que actúas siempre juntamente con los ministros de tu Evangelio y confirmas su palabra con tu gracia, * haz que durante este día proclamemos tu resurrección con nuestras palabras y con nuestra vida. Sé, Señor, tú mismo nuestro gozo, el gozo que nadie puede arrebatarnos, * y haz que, alejados de toda tristeza, fruto del pecado, tengamos hambre de poseer tu vida eterna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración, diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro maestro: Padre nuestro.
Oración
Preces
Mueve, Señor, nuestros corazones para que se adhieran siempre a obrar el bien; que, teniendo sin desfallecer hacia lo mejor, alcancemos vivir también en la eternidad los bienes del misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Oremos a Cristo, que nos ha manifestado la vida eterna, y digámosle confiados: Que tu resurrección, Señor, nos haga crecer en gracia.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Yo os lo aseguro; cuanto pidáis al Padre en mí nombre os lo concederá. Aleluya.
Conclusión
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 5,14-16 Pablo deja de lado las discusiones con los adversarios y la defensa de su propia misión para centrarse en lo que para él es fundamental: el amor de Cristo. Ante él, las miras estrechas. El signo supremo de su amor Cristo lo hizo patente con su muerte. Escribe a los discípulos de Galacia: “Vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gál 2,20). Este amor es el que cuenta para el apóstol.
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El amor que llevó a Jesús a morir por nosotros nos urge. Pablo afirma, no sin audacia: Cristo ha muerto por nosotros por amor. Este nos compromete y hemos de estar dispuestos a entregarnos por amor por los demás sin egoísmos. Jesús murió y resucitó por todos. En adelante ya nadie puede pensar en vivir siguiendo sus propios intereses. Pablo confiesa: “En adelante no contemplamos a nadie con criterios puramente humanos” (2Cor 5,16). Ahora da una mirada sobre su vida. En un tiempo, él conoció a Jesús desde su visión de fariseo fanático y lo persiguió a él y a los que seguían su camino. Ahora, todo ha cambiado. Cuando surgen diferencias entre nosotros, formas de pensar distintas, fácilmente tomamos actitudes de rechazo, que son impropias de un discípulo de Jesús. Pablo nos ha señalado el camino a seguir. Él tuvo diferencias, y hasta enfrentamientos, con los corintios. Pero no se dejó llevar por sentimientos de rencor. Pablo acude a lo que es fundamental para un discípulo de Jesús: el amor. Se fija en el amor de Jesús llevado hasta límite de dar la vida. Este amor de Jesús lo lleva a no mirar a las personas con los criterios humanos, fijándose en el mal que le han podido hacer. El discípulo de Jesús en estos casos y en otros parecidos, no tiene más que una respuesta: el amor generoso, que va más allá del simple perdón. P. Antonio Danoz, Redentorista
12 de Mayo - Domingo, Ascensión del Señor /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: Jesús se había abajado hasta la muerte de cruz. Dios en este día lo encumbró a lo más alto de los cielos. A sus discípulos nos convoca a ser personas perfectas, tomando como referente al mismo Jesús en su plenitud. Con su partida, Jesús no abandona a sus discípulos. Nos acompaña, día tras día, hasta el final de los tiempos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
«No, yo no dejo la tierra./ No, yo no olvido a los hombres./ Aquí, yo he dejado la guerra,/ arriba, están vuestros nombres». ¿Qué hacéis mirando al cielo,/ varones, sin alegría?/ Lo que ahora parece un vuelo/ ya es vuelta y es cercanía.
El gozo es mi testigo./ La paz, mi presencia viva,/ que, al irme, se va conmigo/ la cautividad cautiva. El cielo ha comenzado./ Vosotros sois mi cosecha./ El Padre ya os ha sentado/ conmigo, a su derecha. Partid frente a la aurora./ Salvad a todo el que crea./ Vosotros marcáis mi hora./ Comienza vuestra tarea. Amén. Antífona 1 - Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre. Aleluya.
Salmo 112 Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el
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nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Después de haber tratado con ellos, el Señor Jesús fue elevado al cielo, y allí está sentado a la diestra de Dios. Aleluya.
Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo. Aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 2, 4-6
Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por el pecado, nos ha hecho vivir con Cristo, –por pura gracia estamos salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él.
Responsorio breve
V Dios asciende entre aclamaciones. Aleluya, aleluya. R Dios asciende entre aclamaciones. Aleluya, aleluya. V El Señor, al son de trompetas. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Dios asciende entre aclamaciones. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Padre, he manifestado tu nombre a los hombres que me diste; ahora te ruego por ellos, no por el mundo, porque yo voy a Ti. Aleluya. Preces Aclamemos alegres a Jesucristo, que se ha sentado hoy a la derecha del padre, y digámosle: Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Rey de la gloria, que has querido glorificar en tu cuerpo la pequeñez de nuestra carne, elevándola hasta las alturas del cielo, * purifícanos de toda mancha y devuélvenos nuestra antigua dignidad. Tú que por el camino del amor descendiste hasta nosotros, * haz
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que nosotros, por el mismo camino, ascendamos hasta ti.
Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Tú que prometiste atraer a todos hacia ti, * no permitas que ninguno de nosotros viva alejado de tu cuerpo.
Oración
Que con nuestro corazón y nuestro deseo vivamos ya en el cielo, * donde ha sido glorificada tu humanidad, semejante a la nuestra. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Ya que te esperamos como Dios, Juez de todos los hombres * haz que un día podamos contemplarte misericordioso en tu majestad, junto con nuestros hermanos difuntos. Llenos de fe, invoquemos juntos al
Concédenos, Señor, rebosar de alegría al celebrar la gloriosa ascensión de tu Hijo, y elevar a ti una cumplida acción de gracias, pues el triunfo de Cristo es ya nuestra victoria y, ya que él es la cabeza de la Iglesia, haz que nosotros, que somos su cuerpo, nos sintamos atraídos por una irresistible esperanza hacia donde él nos precedió. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Con los discípulos hemos gozado de forma extraordinaria de la presencia de Jesús resucitado durante cuarenta días. Hoy celebramos la culminación del camino de Jesús. Doloroso en su primera etapa; glorioso en su resurrección y Ascensión al cielo. Ahora que conocemos con más claridad el camino y la meta, no nos dejemos vencer por la fatiga. Vayamos hasta el final. (Completas. Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 12)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Según la cronología pascual de Lucas, hoy se cumplen los cuarenta días de presencia excepcional y misteriosa de Jesús resucitado en medio de los discípulos. En la despedida, Jesús anuncia a los discípulos una promesa: “Recibirán el Espíritu Santo”. Y les confía una misión: “Vayan y anuncien el Evangelio a toda la creación”.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 23, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. A Cristo, el Señor, que asciende al cielo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno
Contigo sube el mundo cuando subes,/ y al son de tu alegría matutina nos alzamos los muertos de las tumbas;/ salvados respiramos vida pura,/ bebiendo de tus labios el Espíritu.
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Cuando la lengua a proferir no alcanza/ tu cuerpo nos lo dice, ¡oh Traspasado!/ Tu carne santa es luz de las estrellas,/ victoria de los hombres, fuego y brisa,/ y fuente bautismal, ¡oh Jesucristo! Cuanto el amor humano sueña y quiere,/ en tu pecho, en tu médula, en tus llagas/ vivo está, ¡oh Jesús glorificado!/ En ti, Dios fuerte, Hijo primogénito,/ callando, el corazón lo gusta y siente. Lo que fue, lo que existe, lo que viene,/ lo que en el Padre es vida incorruptible,/ tu cuerpo lo ha/ heredado y nos lo entrega./ Tú nos haces presente la esperanza,/ tú que eres nuestro hermano para siempre.
Antífona 2 - Ensalzad al Rey de reyes, y cantad un himno a Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Cautivos de tu vuelo y exaltados/ contigo hasta la diestra poderosa,/ al Padre y al Espíritu alabamos;/ como espigas que doblan la cabeza,/ los hijos de la Iglesia te adoramos. Amén.
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor.
Antífona 1 - Hombres de Galilea, ¿qué hacéis ahí mirando el cielo? Ese Jesús, que ha sido llevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo habéis visto subir allá. Aleluya.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
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Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Se elevó en presencia de ellos, y una nube, en el cielo, lo ocultó a su vista. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 12-14
Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado.
Responsorio breve
V Cristo, subiendo a la altura. Aleluya, aleluya.
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R Cristo, subiendo a la altura. Aleluya, aleluya. V Llevó consigo a los cautivos liberados. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Cristo, subiendo a la altura. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes. Aleluya.
Preces
Invoquemos, alegres, al Rey de la gloria, que elevado sobre la tierra atrae a todos hacia sí, y aclamémoslo, diciendo: Cristo, tú eres el rey de la gloria. Señor Jesús, rey de la gloria, que, después de ofrecerte como oblación por nuestros pecados, subiste victorioso hacia tu Padre, para sentarte a su diestra, * lleva para siempre a la perfección a los que tú mismo has santificado. Sacerdote eterno y ministro de la nueva alianza, que vives intercediendo continuamente por nosotros, * salva al pueblo que pone en ti su esperanza. Tú que, después de tu pasión, te manifestaste resucitado a tus discípulos y te dejaste ver de ellos durante cuarenta días, * dígnate robustecer la debilidad de nuestra fe. Tú que en el día de hoy prometiste dar a los apóstoles el Espíritu Santo, para que fueran tus testigos hasta los confines del mundo, * fortifica, con la fuerza de este mismo Espíritu, el testimonio que nosotros debemos dar de ti ante el mundo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Señor, rebosar de alegría al celebrar la gloriosa ascensión de tu
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Hijo, y elevar a ti una cumplida acción de gracias, pues el triunfo de Cristo es ya nuestra victoria y, ya que él es la cabeza de la Iglesia, haz que nosotros, que somos su cuerpo, nos sintamos atraídos por una irresistible esperanza hacia
donde él nos precedió. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “En la solemnidad de la Pascua la resurrección del Señor fue para nosotros causa de alegría, así también ahora en su ascensión al cielo es un nuevo motivo de gozo, al recordar y celebrar litúrgicamente el día en que la pequeñez de nuestra naturaleza fue elevada en Cristo, por encima de todos los ejércitos celestiales” (S. León Magno).
Invocación inicial
Salmo 109, 1-5. 7
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Oráculo del Señor a mi Señor: /«Siéntate a mi derecha, /y haré de tus enemigos /estrado de tus pies».
Himno
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, /entre esplendores sagrados; /yo mismo te engendré, como rocío, /antes de la aurora».
Retorna victorioso/ la cruz en mano enhiesta como un cetro,/ como la llave que abre el paraíso;/ y a su lado retornan los cautivos/ vuelto en gozo las lágrimas y el duelo:/ ¡Jesús entra en el cielo! Vuelve el Esposo santo;/ el hijo más hermoso de la tierra/ regresa coronado de su viaje,/ y la Iglesia, la Esposa de su sangre,/ lo acompaña radiante de belleza:/ ¡Jesús entra en el cielo! Alzad vuestra esperanza,/ porque ha quedado el áncora clavada;/ si la tormenta agita el oleaje,/ no se agite la fe del navegante,/ que en la ribera Cristo nos amara:/ ¡Jesús entra en el cielo!
Desde Sión extenderá el Señor /el poder de tu cetro: /somete en la batalla a tus enemigos.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: /«Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira, /quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, /por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas. Aleluya.
Salmo 46
El Padre Dios se goza/ porque descansa el Hijo en su regazo/ al retorno triunfal de la pelea;/ goce la Iglesia, goce en su cabeza,/ y alabe por los siglos a su Amado:/ ¡Jesús entra en el cielo! Amén.
Pueblos todos, batid palmas,/ aclamad a Dios con gritos de júbilo;/ porque el Señor es sublime y terrible,/ emperador de toda la tierra.
Antífona 1 - Subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre. Aleluya.
Él nos somete los pueblos/ y nos sojuzga las naciones;/ él nos escogió
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por heredad suya:/ gloria de Jacob, su amado. Dios asciende entre aclamaciones;/ el Señor, al son de trompetas:/ tocad para Dios, tocad,/ tocad para nuestro Rey, tocad. Porque Dios es el rey del mundo:/ tocad con maestría./ Dios reina sobre las naciones,/ Dios se sienta en su trono sagrado.
vez para siempre: el inocente por los culpables, para conduciros a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Lo que actualmente os salva no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que llegó al cielo, se le sometieron ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.
Los príncipes de los gentiles se reúnen/ con el pueblo del Dios de Abraham;/ porque de Dios son los grandes de la tierra,/ y él es excelso. Gloria y antífona 2
Responsorio breve
Antífona 3 - Ya ha entrado el Hijo del hombre en su gloria, y Dios ha recibido su glorificación por él. Aleluya.
V A mi Dios y a vuestro Dios. R Aleluya, aleluya.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
V Subo a mi Padre y a vuestro Padre. Aleluya, aleluya. R Subo a mi Padre y a vuestro Padre. Aleluya, aleluya.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Subo a mi Padre y a vuestro Padre. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Oh Rey de la gloria, Señor del universo, que hoy asciendes triunfante al cielo, no nos dejes huérfanos, envíanos desde el Padre tu promesa, el Espíritu de la verdad. Aleluya. Preces
Aclamemos, alegres, a Jesucristo, que se ha sentado hoy a la derecha del Padre, y digámosle: Cristo, tú eres el rey de la gloria. Rey de la gloria, que has querido glorificar por medio de tu cuerpo la fragilidad de nuestra carne, elevándola hasta la gloria del cielo, * purifícanos de toda mancha y devuélvenos nuestra antigua dignidad. Tú que por amor descendiste hasta nosotros, * haz que también nosotros por amor subamos hasta ti.
1Pe 3, 18. 21-22
Tú que prometiste atraer a todos hacia ti, * no permitas que nosotros seamos apartados de la unidad de tu cuerpo.
Cristo murió por los pecados una
Tú que nos has precedido al cielo
Lectura breve
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12 de Mayo - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
en tu ascensión gloriosa, * haz que te sigamos ahí con nuestro corazón y nuestra mente. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Ya que te esperamos como Dios, juez de todos los hombres, * haz que un día podamos contemplarte en tu gloria y majestad, junto con nuestros hermanos difuntos. Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración
al celebrar la gloriosa ascensión de tu Hijo, y elevar a ti una cumplida acción de gracias, pues el triunfo de Cristo es ya nuestra victoria y, ya que él es la cabeza de la Iglesia, haz que nosotros, que somos su cuerpo, nos sintamos atraídos por una irresistible esperanza hacia donde él nos precedió. Por nuestro Señor Jesucristo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Concédenos, Señor, rebosar de alegría
Oración de la Noche - Completas
Invitación: La despedida de Jesús de sus discípulos fue un envío. En el evangelio de Marcos, éstas fueron sus últimas palabras: “Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Noticia a toda la creación” (Mc 16,15). Son muchos los hombres y mujeres que esperan recibir esta Buena Noticia. No podemos quedar “mirando al cielo”. Es tiempo de ponerse en camino para cumplir el mandato de Jesús. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 14)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: Ef 1,17-23 Lucas cierra su relato de los acontecimientos pascuales presentando a Jesús resucitado ascendiendo al cielo. En una escena de carácter litúrgico, los discípulos se arrodillan. Jesús los bendice mientras asciende. Lucas es el único que establece un espacio temporal entre la resurrección y la ascensión de Jesús, y el único que le pone fecha: Después de manifestarse durante cuarenta días a los discípulos (Hch 1,3). La carta a la comunidad de Éfeso invita a profundizar en el misterio de Jesús y en toda su obra de salvación. La ascensión forma parte de este misterio de humillación y de gloria. Después de la humillación de la cruz, Dios “sentó a Jesús a su derecha en su gloria”. La carta se abre con una larga bendición en la que presenta el plan maravilloso de Dios, que por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús, nos predestinó a ser sus hijos. Por él hemos alcanzado la redención y el perdón de los pecados. Al celebrar este triunfo de Jesús sobre la muerte y su coronación de gloria al lado del Padre, estamos celebrando también por anticipado nuestra futura glorificación, que ya vivimos desde ahora en esperanza. Jesús ascendido al cielo es el icono de lo que Dios quiere realizar en cada ser humano. Con Cristo Dios “nos ha resucitado y nos sentó en el cielo” (Ef,2,6). Esto aconteció
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Textos comunes
en nuestro bautismo como etapa inicial. Ahora, nos toca a nosotros se haga realidad plena, como ya aconteció en Jesús. Para este tiempo en que aún estamos de camino, Jesús nos ha señalado una tarea: Ser testigos de lo que “hemos visto y oído: “Vayan y anuncien la Buena Noticia a toda la creación” (Mc 16,15). P. Antonio Danoz, Redentorista
Textos comunes después de la Ascensión del Señor en preparación a Pentecostés Himnos - Domingos Laudes
I y II Vísperas
Contigo sube el mundo cuando subes,/ y al son de tu alegría matutina/ nos alzamos los muertos de las tumbas;/ salvados respiramos vida pura,/ bebiendo de tus labios el Espíritu.
Ven, Espíritu divino,/ manda tu luz desde el cielo./ Padre amoroso del pobre,/ don en tus dones espléndido,/ luz que penetra las almas,/ fuente del mayor consuelo.
Cuanto la lengua a proferir no alcanza/ tu cuerpo nos lo dice, ¡oh Traspasado!/ Tu carne santa es luz de las estrellas,/ victoria de los hombres, fuego y brisa,/ y fuente bautismal, ¡oh Jesucristo!
Ven, dulce huésped del alma,/ descanso de nuestro esfuerzo,/ tregua en el duro trabajo,/ brisa en las horas de fuego,/ gozo que enjuga las lágrimas/ y reconforta en los duelos.
Cuanto el amor humano sueña y quiere,/ en tu pecho, en tu médula, en tus llagas/ vivo está, ¡oh Jesús glorificado!/ En ti, Dios fuerte. Hijo primogénito,/ callando, el corazón lo gusta y siente.
Entra hasta el fondo del alma,/ divina luz, y enriquécenos./ Mira el vacío del hombre,/ si tú faltas por dentro;/ mira el poder del pecado,/ cuando no envías tu aliento.
Lo que fue, lo que existe, lo que viene,/ lo que en el Padre es vida incorruptible,/ tu cuerpo lo ha heredado y nos lo entrega./ Tú nos haces presente la esperanza,/ tú que eres nuestro hermano para siempre. Cautivos de tu vuelo y exaltados / contigo hasta la diestra poderosa,/ al Padre y al Espíritu alabamos;/ como espigas que doblan la cabeza,/ los hijos de la Iglesia te adoramos. Amén.
Riega la tierra en sequía,/ sana el corazón enfermo,/ lava las manchas, infunde/ calor de vida en el hielo,/ doma el espíritu indómito,/ guía al que tuerce el sendero. Reparte tus siete dones,/ según la fe de tus siervos;/ por tu bondad y tu gracia,/ dale al esfuerzo su mérito;/ salva al que busca salvarse/ y danos tu gozo eterno. Amén.
Himnos - Días de feria Laudes
Emprenda la esperanza raudo vuelo /siguiendo los caminos de nuestro Salvador,/
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13 de Mayo - Lunes, Nuestra Señora de Fátima
y libre de nostalgias, camino de los cielos,/ alegre el corazón. Dijeron que te fuiste a las alturas/ juntándote a los coros del «Gloria» de Belén,/ acaban hoy su canto en melodías puras/ con un solemne «Amén». Jamás te irás, Señor, porque eres nuestro,/ serás Hijo del hombre sin fin de eternidad;/ los hombres, por tu nombre, de Dios hijos dilectos,/ hermanos te serán. Asciende victorioso del combate,/ derrama sobre el mundo tu Espíritu de amor,/ retorna jubiloso al seno de tu Padre,/ tú volverás, Señor. Amén.
Tú que abogado fiel eres llamado, del Altísimo don, perenne fuente de vida eterna, caridad ferviente, espiritual unción, fuego sagrado. Tú te infundes al alma en siete dones fiel promesa del Padre soberano; tú eres el dedo de su diestra mano, tú nos dictas palabras y razones. Ilustra con tu luz nuestros sentidos, del corazón ahuyenta la tibieza, haznos vencer la corporal flaqueza, con tu eterna virtud fortalecidos.
Vísperas
Por ti, nuestro enemigo desterrado, gocemos de paz santa duradera, y, siendo nuestro guía en la carrera, todo daño evitemos y pecado.
Ven, Creador, Espíritu amoroso, ven y visita el alma que a ti clama y con tu soberana gracia inflama los pechos que criaste poderoso.
Por ti al eterno Padre conozcamos, y al Hijo, soberano omnipotente, y a ti, Espíritu, de ambos procedente con viva fe y amor siempre creamos. Amén.
13 de Mayo - Lunes, Nuestra Señora de Fátima, F La fiesta de hoy: Ntra. Sra. de Fátima El año 1917 la Virgen María se aparece a tres pastorcitos en Fátima (Portugal). Sus nombres son Lucía, Francisco y Jacinta. Lucía se hizo religiosa carmelita en el monasterio de Coimbra. Francisco y Jacinta fueron beatificados por Juan Pablo II el 13 de mayo del año 2000. Fátima se ha convertido en un centro de oración y penitencia, siendo uno de los santuarios marianos al que concurren muchos peregrinos
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Contemplamos esta mañana la gloria de Jesús resucitado que se eleva sobre los pueblos, como el sol que ilumina los ojos de los ciegos, y alegra toda la creación. A Jesús que se abajó compartiendo la humillación de los condenados a muerte, Dios lo colocó en su trono de gloria.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
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13 de Mayo - Lunes, Nuestra Señora de Fátima
Antífona (para el salmo invitatorio): Aclamemos al Señor en esta fiesta de María Virgen. Aleluya.
Antífona 2 - ¡Tú eres la gloria de Jerusalén; tú, la alegría de Israel; tú el orgullo de nuestra raza. Aleluya.
Himno
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
La luz del Hijo la rodea,/por él es bella sin medida,/ y no hay bondad entre los hombres/ que pueda serle parecida.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
El Hijo santo que sostiene/ es quien la tiene protegida;/ para que el Santo descendiera,/ fue sin pecado concebida.
Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
Desde el albor de nuestra historia,/ suave, discreta y escondida,/ llega María en la Escritura,/ Virgen y Madre prometida. Es ella Esposa del Espíritu,/ su vientre es cauce de la vida;/ es flor temprana de la Pascua,/ dando a Gabriel la fe rendida. Suba al Señor cual blanca nube/ esta alabanza proferida:/ a Dios bendito bendecimos/ por la que fue la Bendecida. Amén.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Antífona 1 - Dichosa eres, María, porque de ti vino la salvación del mundo; tú que ahora vives ya en la gloria del Señor, intercede por nosotros ante tu Hijo. Aleluya.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor.
Salmo 62, 2-9
Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor.
Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor.
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Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - ¡Alégrate, Virgen María! Tú llevaste en el seno a Cristo, el Salvador. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios; porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como una novia que se adorna con sus joyas.
Responsorio breve
V El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya
R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya. V La hizo morar en su santo templo santo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen han sido abiertas de nuevo. Aleluya. Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente, * haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia. Palabra eterna del Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada, * líbranos de toda ocasión de pecado. Salvador del mundo que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz, * por su intercesión concédenos compartir con alegría tus padecimientos. Señor Jesús, que colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre, * haz que nosotros vivamos también como hijos suyos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Señor, Jesús que elegiste el seno virginal de María como digna morada, concédenos que, defendidos con su protección, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima celebremos con júbilo su gloriosa festividad. Tú que
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vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
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Conclusión El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Por la resurrección, Jesús vuelve a disfrutar por toda la eternidad de la gloria que le corresponde como Hijo del Padre. Toda la creación unida a los discípulos canta el cántico nuevo de los redimidos. Celebra la gloria de Jesús resucitado, el Señor grande y glorioso.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
¿A quién encontramos/ cuando a ti acudimos?/ ¿Quién en tu regazo/ se mece divino?/ Por ti caminamos,/ Señora, al camino,/ la verdad, la vida:/ ¡por ti a Jesucristo! Mediadora y madre/ de todos tus hijos,/ que a ti acuden prestos/ a llorar contritos/ sus negros pecados,/ sus rojos delirios,/ para convertirse/ en cristianos limpios,/ en cristianos nuevos,/ en cristianos ínclitos. Bendito es el fruto/ de tu vientre, Cristo;/ bendita la sombra,/ sagrado cobijo,/ que por ti nos cubre/ desde aquel martirio/ cuando madre nuestra/te proclama Cristo. Que nunca de tu Hijo/ escuchemos, Madre:/ «Apartaos, malditos;/ id al fuego eterno»./ Mas: «Venid, benditos/ de mi Padre; entrad/ en el goce henchido/ de mi reino, yo,/ el premio infinito». Amén. Siembra en nuestros pechos/ la esperanza, el brío,/ el arrojo, el hambre,/ la sed de ser cristo./ Amarte y servirte/ como heraldos límpidos,/ nuestro único lema,/ nuestro único grito.
Ruega por nosotros/ ahora y al filo/ de la hermana muerte. Antífona 1 - Alégrate, maría, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya.
Salmo 121
¡Qué alegría cuando me dijeron:/«Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Aleluya.
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas.
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13 de Mayo - Lunes, Nuestra Señora de Fátima
Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen!
los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
Responsorio breve
La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud.
V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2
V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya.
Antífona 3 - Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Dichosa tú, María, que has creído; porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor.
Preces
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Gál 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la inmaculada Virgen María, participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, * haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia, * concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
13 de Mayo - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración Señor, Jesús que elegiste el seno virginal de María como digna morada,
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concédenos que, defendidos con su protección, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima celebremos con júbilo su gloriosa festividad. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En la oración que dirigía Jesús al Padre la noche en que empezaba la etapa definitiva de su “paso de este mundo al Padre”, Jesús oraba: “Padre, quiero que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy” (Jn 17,24). Ya conocemos donde está después de su resurrección y Ascensión al cielo. Desde allí nos dirige su invitación: “Vengan y síganme. Quiero que estén conmigo donde yo estoy”. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 16)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 5,17-21 Pablo da por zanjada la cuestión, para centrarse en uno de los mensajes fundamentales de la Buena Noticia que anuncia: la reconciliación. No se limita al campo estrictamente personal. Ensancha el campo de visión. Contempla a toda la humanidad, necesitada de reconciliación. Mediante la reconciliación ha nacido una persona nueva, que es el discípulo de Jesús. Dios realizó esta obra maravillosa por medio de Jesucristo. Sin tener en cuenta los pecados de la humanidad, por pura generosidad estaba reconciliando al mundo en la cruz, cuando Jesús entregaba la vida para liberarnos de toda forma de esclavitud. Pablo confiesa: Dios nos reconcilió con él, y “nos confió el ministerio de la reconciliación”. Una vez más insiste: “Somos embajadores de Cristo”, para realizar la reconciliación. Dios nos estuviera hablando, cuando Pablo nos convoca a la reconciliación. Pablo urge a la reconciliación a los discípulos de Corinto y a los de todos los tiempos: “Déjense reconciliar con Dios” (2Cor 5,20). A continuación pronuncia una de sus frases más audaces: “Dios trató como un pecador a aquel que no cometió pecado” (2Cor 5,21), para hacer efectiva la reconciliación. La expresión literal de Pablo es ésta: “lo hizo pecado”. Jesús asumió sobre sus hombros la condición de “pecador”, para convertirse por medio de su muerte liberadora en “justicia” para toda la humanidad. Ahora nos toca a nosotros dar el paso de reconciliarnos con Dios. Una persona no reconciliada
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14 de Mayo - Martes, San Matías, Apóstol
con él, es incapaz de reconciliarse con los demás. Tampoco podremos cumplir el ministerio de la reconciliación que Dios nos ha confiado. P. Antonio Danoz, Redentorista
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de Mayo - Martes, San Matías, Apóstol, F
El santo de hoy: S. Matías Apóstol (s. I) Los datos fiables que poseemos sobre el apóstol Matías los ofrece el libro de los Hechos. Fue elegido por la comunidad de Jerusalén, para ocupar el lugar que había dejado Judas. El hecho de que la comunidad lo presentara como candidato, indica que era una persona relevante en la comunidad. Su nombre no se vuelve a mencionar en el nuevo testamento. Según una tradición, habría predicado en Etiopía, donde sufrió el martirio.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Hoy celebramos a uno de los discípulos, que no pertenecía al principio al grupo de los doce, y que la comunidad eligió para ocupar el lugar del traidor. La comunidad le exigió. Haber acompañado a Jesús desde el principio y ser testigo de la resurrección. A los discípulos de hoy, también se nos exige ser testigos de la resurrección.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1
Antífona 1 - Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Aleluya.
Antífona 2 - Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Aleluya.
Salmo 62, 2-9
Cántico
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles. Aleluya.
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
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14 de Mayo - Martes, San Matías, Apóstol
Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 2, 19-22
«Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.
Responsorio breve
V Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya. V Harán memorable tu nombre, Señor. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
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14 de Mayo - Martes, San Matías, Apóstol
Antífona: Hay aquí entre nosotros hombres que han andado en nuestra compañía todo el tiempo del ministerio público de Jesús, el Señor; es, pues, preciso que elijamos a uno de ellos para que, junto con nosotros, dé testimonio de la verdad de la resurrección. Aleluya.
Preces Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo: El coro de los apóstoles te alaba, Señor. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre: * en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu palabra; * por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia: * por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo. Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia: * por ellos nos purificas de todas nuestras culpas. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, tú que, para completar el número de los doce apóstoles, elegiste a san Matías, concédenos, por la intercesión de este apóstol, a nosotros, que hemos recibido el don de tu amistad, poder ser contados un día entre tus elegidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En nuestra oración vespertina celebramos el triunfo de Jesús, que con su resurrección y ascensión hasta lo más alto del cielo, ha entrado con nuestra humanidad hasta la casa del Padre donde nos ha preparado una morada. Alzamos el corazón y nuestras voces para celebrar su victoria, que es también la nuestra.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Común de Apóstoles, pág. 7 Antífona 1 - Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas. Aleluya.
Salmo 115
Tenía fe, aun cuando dije:/ «¡Qué desgraciado soy!»/ Yo decía en mi apuro:/ «Los hombres son unos mentirosos». ¿Cómo pagaré al Señor/ todo el bien que me ha hecho?/ Alzaré la copa de la salvación,/ invocando su nombre./ Cumpliré al Señor mis votos /en presencia de todo el pueblo. Vale mucho a los ojos del Señor/ la vida de sus fieles./ Señor, yo soy tu
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14 de Mayo - Martes, San Matías, Apóstol
siervo,/ siervo tuyo, hijo de tu esclava: / rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,/ invocando tu nombre, Señor. /Cumpliré al Señor mis votos/ en presencia de todo el pueblo;/ en el atrio de la casa del Señor,/ en medio de ti, Jerusalén. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve. Aleluya.
Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos»/ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, /llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. Aleluya.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 4, 11-13
Cristo ha constituido a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los fieles, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Responsorio breve
V Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya. V Sus maravillas a todas las naciones. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Contad a los pueblos la gloria del Señor. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. Aleluya. Preces Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo santo, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
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14 de Mayo - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se manifestara en primer lugar a los apóstoles, * haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo. Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres, * haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación. Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra, * haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos con alegría. Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo, * haz
que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles: Padre nuestro.
Oración Señor Dios, tú que, para completar el número de los doce apóstoles, elegiste a san Matías, concédenos, por la intercesión de este apóstol, a nosotros, que hemos recibido el don de tu amistad, poder ser contados un día entre tus elegidos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Nos unimos a la Iglesia celeste para celebrar la gran liturgia en honor del Cordero, degollado y glorioso. Como Iglesia peregrina hacemos nuestra su alabanza. Pedimos a Jesús que no nos deje huérfanos; que nos envíe el Espíritu consolador que nos ha prometido. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 18)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 6,1-5 Después del llamado a “reconciliarse con Dios”, Pablo llama ahora a la comunidad de Corinto a “no recibir en vano la gracia de Dios”. Esta gracia es un don gratuito de Dios que nadie puede dejar estéril y malograr. Pablo sigue desarrollando su visión del apóstol de Jesucristo. Poco antes definió al apóstol como “embajador de Dios”. Ahora, lo presenta como “un colaborador de Dios”. Para realizar su obra, Dios cuenta con colaboradores. Entre ellos, el apóstol ocupa el primer puesto. Pablo acude al “segundo canto del Siervo de Yahvé”, en el que Isaías habla de su misión: “Ya en el vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel” (Is 49,5). Con la presencia del “Siervo de Yahvé” se ha inaugurado “el tiempo de gracia”, “el día de salvación”. Pablo asume con gran responsabilidad el ministerio que Dios le ha confiado. Su preocupación consiste en actuar en todo momento como un “ministro de Dios” y como buen servidor de la Buena Noticia. Pablo representa al verdadero servidor del Evangelio. Lleva en su cuerpo los signos de autenticidad del verdadero apóstol: paciencia en aguantar penurias,
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tribulaciones, angustias. Bajando a lo concreto, el apóstol recuerda los azotes, las cárceles, las fatigas de los viajes, las noches sin dormir. Estos signos, que recuerdan el camino de la cruz, son los verdaderos signos de gloria para el apóstol. El apóstol auténtico no puede dejar de anunciar la Buena Noticia y de prestar este servicio a la gente con generosidad, sin encontrarse con algunas de las situaciones que Pablo enumera. Ante dificultades, el apóstol no puede echarse para atrás. P. Antonio Danoz, Redentorista
15 de Mayo - Miércoles, San Isidro Labrador, M El santo de hoy: S. Isidro Labrador (1080-1130) Nace en España de una familia humilde. Desde los primeros años se ve obligado a trabajar en las labores del campo. A ellas dedicó toda su vida. Estuvo casado con María Toribia (Sta. María de la Cabeza). Cada mañana participaba en la eucaristía antes de emprender el trabajo. Fue devoto de la Virgen María. Juan XIII lo proclamó Patrono de los agricultores españoles.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Para el salmista, el templo es el lugar del encuentro con Dios. Jesús nos ha hablado de un nuevo templo que es su propia humanidad. En ella se celebró el gran encuentro de Dios con nosotros. La humanidad de Jesús, es la tienda que Dios plantó entre nosotros. Sus adversarios trataron de destruirla, pero Dios reedificó este magnífico templo en la resurrección.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos. Aleluya.
Himno Vosotros sois luz del mundo/ y ardiente sal de la tierra,/ ciudad esbelta en el monte,/ fermento en la masa nueva. Vosotros sois los sarmientos,/ y yo la Vid verdadera;/ si el Padre poda las ramas,/ más fruto llevan las cepas. Vosotros sois la abundancia/ del
reino que ya está cerca,/ los doce mil señalados/ que no caerán en la siega. Dichosos, porque sois limpios/ y ricos en la pobreza,/ y es vuestro el reino que sólo/ se gana con la violencia. Amén. Antífona 1 - Todos los pueblos vendrán a adorar al Señor. Aleluya.
Salmo 85
Inclina tu oído, Señor; escúchame,/ que soy un pobre desamparado;/ protege mi vida, que soy un fiel tuyo;/ salva a tu siervo, que confía en ti. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,/ que a ti te estoy llamando todo el día;/ alegra el alma de tu siervo,/ pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente,/ rico en misericordia con los
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que te invocan./ Señor, escucha mi oración,/ atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo,/ y tú me escuchas./ No tienes igual entre los dioses, Señor,/ ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán/ a postrarse en tu presencia, Señor;/ bendecirán tu nombre:/ «Grande eres tú, y haces maravillas;/ tú eres el único Dios». Enséñame, Señor, tu camino,/ para que siga tu verdad;/ mantén mi corazón entero /en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío;/ daré gloria a tu nombre por siempre,/ por tu grande piedad para conmigo,/ porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,/ una banda de insolentes atenta contra mi vida,/ sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,/ lento a la cólera, rico en piedad y leal,/ mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo,/ salva al hijo de tu esclava;/ dame una señal propicia,/ que la vean mis adversarios y se avergüencen,/ porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Nuestros ojos contemplarán al Rey en su gloria. Aleluya.
Cántico
Is 33, 13-16
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;/ los cercanos, reconoced mi fuerza. Temen en Sión los pecadores,/ y un temblor se apodera de los perversos:/ «¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,/ quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?» El que procede con justicia y habla con rectitud/ y rehúsa el lucro de la opresión;/ el que sacude la mano rechazando el soborno/ y tapa su oído a
propuestas sanguinarias,/ el que cierra los ojos para no ver la maldad: /ése habitará en lo alto,/ tendrá su alcázar en un picacho rocoso,/ con abasto de pan y provisión de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Toda carne contemplará la salvación de Dios. Aleluya.
Salmo 97
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ porque ha hecho maravillas:/ su diestra le ha dado la victoria,/ su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria,/ revela a las naciones su justicia:/ se acordó de su misericordia y su fidelidad/ en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado/ la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera;/ gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor,/ suenen los instrumentos:/ con clarines y al son de trompetas/ aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene,/ la tierra y cuantos la habitan;/ aplaudan los ríos, aclamen los montes/ al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con rectitud. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
Responsorio breve
V Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya. R Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya. V Y sus pasos no vacilan R Aleluya, aleluya.
15 de de Mayo - Miércoles, San Isidro, Labrador
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Lleva en el corazón la ley de su Dios. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: El que obra la verdad va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios. Aleluya.
Preces Adoremos, hermanos, a Cristo, el Dios santo, y, pidiéndole que nos enseñe a servirle con santidad y justicia en su presencia todos nuestros días, aclamémosle diciendo: Tú solo eres santo, Señor. Señor Jesús, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado, * compadécete de nuestras debilidades. Señor Jesús, que a todos nos llamas a la perfección del amor, * danos el progresar por caminos de santidad. Señor Jesús, que nos quieres sal de la
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tierra y luz del mundo, * ilumina nuestras vidas con tu propia luz. Señor Jesús, que viniste al mundo no para que te sirvieran, sino para servir, * haz que sepamos servir con humildad a ti y a nuestros hermanos. Señor Jesús, reflejo de la gloria del Padre e impronta de su ser, * haz que un día podamos contemplar la claridad de tu” gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Oremos ahora al Padre, como nos enseñó el mismo Jesús: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que en san Isidro Labrador nos has dejado un modelo de sencillez en la vida cristiana, concédenos apreder de él a santificar nuestra vida diaria por medio de la oración y del trabajo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Los evangelios nos recuerdan que Jesús elevó los ojos al cielo en varias ocasiones para orar al Padre. En esta tarde, también nosotros levantamos los ojos y el corazón para orar como Jesús: Padre, que has glorificado a tu Hijo y le has concedido la gloria que poseía a tu lado, haz que también nosotros participemos de su victoria sobre la muerte.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Cuando, Señor, el día ya declina,/ quedaos con el hombre, que, en la noche/ del tiempo y de la lucha en que camina,/ turba su corazón con su reproche.
Disipad nuestras dudas, hombres santos,/ que en el alto glorioso del camino/ ya dejasteis atrás temores tantos/ de perder vuestra fe en el Don divino. Perdonad nuestros miedos, seguidores/ del camino en la fe que os fue ofrecido,/ hacednos con vosotros confesores/ de la fe y del amor que habéis vivido. Que tu amor, Padre santo, haga fuerte/ nuestro amor, nuestra fe en tu Hijo amado;/ que la hora suprema de
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la muerte/ sea encuentro en la luz, don consumado. Amén. Antífona 1 - Vuestra tristeza convertirá en gozo. Aleluya.
se
Salmo 125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ «El Señor ha estado grande con ellos»/ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando,/ llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos. Aleluya.
Salmo 126
Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - De él todo procede, por él existe todo, en él todo subsiste: a él la gloria por los siglos. Aleluya.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 28-30
Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó.
Responsorio breve
V El Señor es justo y ama la justicia. Aleluya, aleluya. R El Señor es justo y ama la justicia. Aleluya, aleluya. V Los buenos verán su rostro. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor es justo y ama la justicia. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Empleado fiel y cumplidor, pasa al banquete de tu Señor. Aleluya.
15 de de Mayo - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Preces Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que con la intercesión y el ejemplo de los santos nos ayude, y digamos: Haz que seamos santos, porque tú, Señor, eres santo. Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos, * haz que la Iglesia santa, extendida por los confines de la tierra, cante tus grandezas. Padre santo, que deseas que vivamos de una manera digna, buscando siempre tu beneplácito, * ayúdanos a dar fruto de buenas obras. Padre santo, que nos reconciliaste contigo por medio de Cristo, * guárdanos en tu nombre para que todos seamos uno. Padre santo, que nos convocas al banquete de tu reino, * haz que
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comiendo el pan que ha bajado del cielo alcancemos la perfección del amor. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Padre santo, perdona a los pecadores sus delitos * y admite a los difuntos en tu reino para que puedan contemplar tu rostro. Porque nos llamamos y somos hijos de Dios, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que en san Isidro Labrador nos has dejado un modelo de sencillez en la vida cristiana, concédenos apreder de él a santificar nuestra vida diaria por medio de la oración y del trabajo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Durante todo el tiempo pascual nuestra fe ha sido consolidada por las narraciones de los diversos encuentros de Jesús resucitado con los discípulos, con el testimonio de los primeros testigos de la resurrección, con la vitalidad de las primeras comunidades, eminentemente pascuales. Oramos, para que el Señor nos consolide en la fe pascual, y seamos hoy los testigos que conduzcan a muchos a creer en Jesús. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 6,6-10 El verdadero ministro de Dios y del Evangelio, se acredita ante todo el mundo, por la integridad, por la inteligencia, por la paciencia y por la bondad. De manera especial, por la “docilidad al Espíritu”. Para realizar la misión, el apóstol ha sido investido del Espíritu de Dios. Acude al ejemplo de los luchadores en los estadios. Él está investido de la justicia como arma, y procura emplearla con maestría, “a diestra y a siniestra”. Ha tenido que bandearse ante las arremetidas de los adversarios, que trataron de deshonrar su ministerio, y de poner en tela de juicio su autenticidad apostólica. Pablo enumera varias situaciones a las que tuvo que enfrentarse. Enumera seis acusaciones que los adversarios lanzan contra él. Lo llaman: mentiroso, desconocido, moribundo, triste y pobre. El apóstol presenta una réplica con seis actitudes que las anulan por completo. Él ha sido enriquecido abundantemente por Dios con los dones de su Espíritu. Con esta abundancia de dones se siente satisfecho. Ha podido enriquecer a muchos.
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16 de Mayo Jueves, Feria, VII Semana de Pascua
El discípulo de Jesús, que por necesidad ha de ser apóstol, actúa siempre con inteligencia, con integridad y paciencia. Sobre todo, actúa bajo la fuerza del Espíritu Santo y con amor no fingido. Recogiendo este sentir del apóstol, escribe el autor de la segunda carta a Timoteo: “Reaviva el don de Dios que recibiste por la imposición de mis manos. Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de cobardía” (2Tm 1,6-7). El apóstol cristiano, como indica Pablo, no busca su fortaleza en la posesión de bienes materiales. Su riqueza está en Dios y en los dones que vienen del Espíritu. Como comentará más tarde santa Teresa de Jesús: “Quien tiene a Dios nada le falta”. P. Antonio Danoz, Redentorista
16 de Mayo
Jueves, Feria, VII Semana de Pascua
El Santo de hoy: S. Andrés Bobola (1591-1657) Nace en Sandomir (Polonia). Su familia pertenecía a la nobleza. Entró en la Compañía de Jesús a los 20 años. Desarrolla una intensa actividad pastoral como predicador y misionero, de pueblo en pueblo. En la revuelta de los cosacos lo detuvieron al terminar la celebración de la eucaristía. Su martirio fue verdaderamente dramático. Le arrancaron las uñas, lo ataron a un caballo que lo arrastró, le aplicaron carbones encendidos a su cuerpo, y con otras muchas atrocidades le dieron muerte.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En esta mañana, como dice el profeta: “Caminemos a la luz del Señor” (Is 2,5). Esta estaba al principio del camino: “Él era la luz verdadera que ilumina a todo hombre” (Jn 1,8). Y está también al final. En su resurrección, Jesús se manifestó resplandeciente como el sol. Este Jesús resucitado es quien alumbra ahora nuestro día.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatotio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 89 Antífona 1 - Cantaremos danzando: Jerusalén, ciudad de Dios, todas mis fuentes están en ti. Aleluya.
Salmo 86 Él la ha cimentado sobre el monte
santo;/ y el Señor prefiere las puertas de Sión/ a todas las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti,/ ciudad de Dios!/ «Contaré a Egipto y a Babilonia/ entre mis fieles;/ filisteos, tirios y etíopes/ han nacido allí». Se dirá de Sión: «Uno por uno / todos han nacido en ella; /el Altísimo en persona la ha fundado». El Señor escribirá en el registro de los pueblos:/ «Éste ha nacido allí»./ Y cantarán mientras danzan:/ «Todas mis fuentes están en ti». Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Como un pastor, el Señor ha reunido su rebaño. Aleluya.
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16 de Mayo Jueves, Feria, VII Semana de Pascua
Cántico
Is 40, 10-17
Mirad, el Señor Dios llega con poder,/ y su brazo manda./ Mirad, viene con él su salario/ y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño,/ su brazo lo reúne,/ toma en brazos los corderos/ y hace recostar a las madres. ¿Quién ha medido a puñados el mar/ o mensurado a palmos el cielo,/ o a cuartillas el polvo de la tierra? ¿Quién ha pesado en la balanza los montes/ y en la báscula las colinas?/ ¿Quién ha medido el aliento del Señor?/ ¿Quién le ha sugerido su proyecto? ¿Con quién se aconsejó para entenderlo,/ para que le enseñara el camino exacto, /para que le enseñara el saber/ y le sugiriese el método inteligente? Mirad, las naciones son gotas de un cubo/ y valen lo que el polvillo de balanza./ Mirad, las islas pesan lo que un grano,/ el Líbano no basta para leña,/ sus fieras no bastan para el holocausto. En su presencia, las naciones todas,/ como si no existieran,/ son ante él como nada y vacío. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor es grande en Sión, encumbrado sobre todos los pueblos. Aleluya.
Salmo 98 El Señor reina, tiemblen las naciones;/ sentado sobre querubines, vacile la tierra. El Señor es grande en Sión,/ encumbrado sobre todos los pueblos. /Reconozcan tu nombre, grande y terrible:/ Él es santo. Reinas con poder y amas la justicia,/ tú has establecido la rectitud;/ tú administras la justicia y el derecho,/ tú actúas en Jacob.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante el estrado de sus pies:/Él es santo. Moisés y Aarón con sus sacerdotes,/ Samuel con los que invocan su nombre,/ invocaban al Señor, y él respondía./ Dios les hablaba desde la columna de nube;/ oyeron sus mandatos y la ley que les dio. Señor, Dios nuestro, tú les respondías,/ tú eras para ellos un Dios de perdón/ y un Dios vengador de sus maldades. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;/ postraos ante su monte santo:/ Santo es el Señor, nuestro Dios. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 10-11
Si Cristo está en vosotros, aunque vuestro cuerpo haya muerto por causa del pecado, el espíritu tiene vida por la justificación. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también vuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Id y sed los maestros de todas las naciones; bautizadlas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Aleluya.
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16 de Mayo Jueves, Feria, VII Semana de Pascua
Preces
como tú nos amaste para gloria de Dios.
Bendigamos a Cristo, el Señor, por quien tenemos acceso al Padre en el Espíritu Santo, y supliquémosle, diciendo: Escúchanos, Señor Jesús.
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Envíanos tu Espíritu, el huésped deseado de las almas, * y haz que nunca lo contristemos. Tú que resucitaste de entre los muertos y estás sentado a la derecha de Dios, * intercede siempre por nosotros ante el Padre. Haz que el Espíritu nos mantenga unidos a ti, * para que ni la tribulación ni la persecución ni los peligros nos separen nunca de tu amor. Enséñanos a amarnos mutuamente, *
Llenos de fe, invoquemos juntos al Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Tu Espíritu, Señor, infunda en nosotros la fuerza de sus dones, para que nuestros pensamientos te sean gratos y nuestra voluntad esté siempre sometida a la tuya. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La incorporación a la vida pascual, que nace de la muerte y resurrección de Jesús, supone una presencia activa del Espíritu, y una completa renovación de la persona. El encuentro con Jesús resucitado nos ha devuelto la alegría de hombres y mujeres salvados. Damos gracias al Señor, porque grande ha sido su amor hacia nosotros.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 90 Antífona 1 - El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre. Aleluya.
Salmo 131 I Señor, tenle en cuenta a David/ todos sus afanes:/ como juró al Señor/ e hizo voto al Fuerte de Jacob: «No entraré bajo el techo de mi casa,/ no subiré al lecho de mi descanso,/ no daré sueño a mis ojos,/ ni reposo a mis párpados,/ hasta que encuentre un
lugar para el Señor,/ una morada para el Fuerte de Jacob». Oímos que estaba en Efrata,/ la encontramos en el Soto de Jaar:/ entremos en su morada,/ postrémonos ante el estrado de sus pies. Levántate, Señor ven a tu mansión,/ ven con el arca de tu poder:/ que tus sacerdotes se vistan de gala,/ que tus fieles te aclamen./ Por amor a tu siervo David, /no niegues audiencia a tu Ungido. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Jesucristo es el único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los señores. Aleluya. II El Señor ha jurado a David/ una promesa que no retractará:/ «A uno de tu linaje/ pondré sobre tu trono.
16 de Mayo Jueves, Feria, VII Semana de Pascua
Si tus hijos guardan mi alianza/ y los mandatos que les enseño,/ también sus hijos, por siempre,/ se sentarán sobre tu trono».
templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros. Lo habéis recibido de Dios, y por lo tanto no os pertenecéis a vosotros mismos. Habéis sido comprados a precio. En verdad glorificad a Dios con vuestro cuerpo.
Porque el Señor ha elegido a Sión,/ ha deseado vivir en ella:/ «Ésta es mi mansión por siempre,/ aquí viviré, porque la deseo.
Responsorio breve
Bendeciré sus provisiones,/ a sus pobres los saciaré de pan;/ vestiré a sus sacerdotes de gala,/ y sus fieles aclamarán con vítores.
V Os lo enseñará todo. R Aleluya, aleluya.
Haré germinar el vigor de David,/ enciendo una lámpara para mi Ungido./ A sus enemigos los vestiré de ignominia,/ sobre él brillará mi diadema». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - ¿Quién como tú, Señor, entre los dioses? ¿Quién como tú, terrible entre los santos? Aleluya.
Cántico
Ap 11, 17‑18; 12, 10b‑12a
Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar. Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra. Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Co 6, 19-20
¿No sabéis que vuestro cuerpo es
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V El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Cántico de Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Cuando venga el Espíritu de verdad, os conducirá a la verdad completa y os anunciará las cosas futuras. Aleluya.
Preces Glorifiquemos a Cristo, bendito por los siglos, y pidámosle que envíe el Espíritu Santo a los que ha redimido con su muerte y resurrección; digamos: Salva, Señor, a los que has redimido. Envía a la Iglesia el Espíritu de la unidad, * para que desaparezcan todas las disensiones, odios y divisiones. Tú que libraste a los hombres del dominio de Satanás, * libra también al mundo de los males que lo afligen. Tú que, dócil al Espíritu Santo, diste cumplimiento a tu misión, * haz que los sacerdotes encuentren en la oración la fuerza y la luz del Espíritu, para ser fieles a su ministerio. Que tu Espíritu guíe a los gobernantes, * para que busquen y realicen el bien común. (Se pueden añadir algunas intenciones libres.)
Tú que vives en la gloria del Padre, * acoge a los difuntos en tu reino. Llenos de fe, invoquemos juntos al
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16 de Mayo Jueves - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Padre, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
a la tuya. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Oración
Conclusión
Tu Espíritu, Señor, infunda en nosotros la fuerza de sus dones, para que nuestros pensamientos te sean gratos y nuestra voluntad esté siempre sometida
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Dios ha hecho resplandecer su gloria sobre su Hijo, maltratado y humillado hasta la muerte de cruz por los poderosos de este mundo. En su resurrección y Ascensión a los cielos, los evangelistas nos lo presentan resplandeciente de gloria. Este Jesús ha de permanecer siempre presente en nuestra vida, pues, esta misma gloria ha de resplandecer en el rostro de cada discípulo. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 6,11-13 El Pablo polémico, que en más de una ocasión se ha manifestado duro en su lenguaje, de repente cambia de tono. Menciona otro escrito que llenó de tristeza a la comunidad de Corinto (2Cor 7,8). Y más adelante escribe: “Que nadie me tome por insensato; y si me toman por tal, sopórtenme” (2Cor 11,16). Ahora trata de limar las asperezas que han podido existir entre él y la comunidad de Corinto. Manteniéndose firme pero con suavidad, Pablo abre de par en par, su corazón a los corintios. Les asegura, que actúa con gran franqueza, sin buscar salir airosamente del paso. Usando de esta franqueza, les dice: “Dentro de su corazón están todos ustedes”. Pero no deja de reprocharles con cierta tristeza: “En su corazón no hay lugar para nosotros” (2Cor 6,12). Pablo reclama su paternidad espiritual sobre la comunidad. Les había escrito: “No tienen muchos padres. Yo los engendré para Cristo al anunciarles la Buena Noticia” (1 Cor 4,15). Ahora les pide, que con cariño de hijos bien nacidos sepan responderle. Que le abran el corazón, de par en par, como él lo ha hecho. Pablo nos ha dejado una hermosa lección de sabiduría pastoral. Está plenamente convencido del llamado de Dios y de su misión de anunciar la Buena Noticia. Ésta es la opción fundamental que ha hecho en su vida. Está decidido a defenderla y a no abandonar el camino emprendido. En alguna ocasión se excedió en su celo y pudo molestar a los corintios. Enseguida se va a disculpar. Él mismo se lamenta, al comprobar que una de sus cartas los había entristecido (2 Cor 7,8). La firmeza en mantenernos fieles a la misión que hemos recibido de anunciar la Buena Noticia, no puede hacernos intransigentes con los demás. P. Antonio Danoz, Redentorista
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17 de Mayo - Viernes, Feria, VII Semana de Pascua
El Santo de hoy: S. Pascual Bailón (1540-1592) Nace en Torrehermosa (España) el día de Pascua, en el seno de una familia humilde. Durante 17 años se dedicó a pastorear ovejas. A los 24 años entró en la orden de san Franciasco. En el convento se dedicó más a los servicios más humildes. Se distinguió por la atención a los necesitados, y sobre todo por su amor a la eucaristía. León XIII lo declaró Patrono de los Congresos Eucarísticos.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En este tiempo de Pascua celebramos el triunfo de la vida sobre el dolor, sobre el odio, sobre la muerte. En nuestra oración alabamos y damos a Dios, por la resurrección de Jesús y por nuestra propia vida pascual. Nos preparamos a ser los testigos de Jesús resucitado durante la jornada.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 89 Antífona 1 - Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado. Aleluya.
Salmo 50 Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado. Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Cristo, cargado con nuestros pecados, subió al leño. Aleluya.
112 Cántico
17 de Mayo - Viernes, Feria, VII Semana de Pascua
Jer 14, 17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,/ día y noche no cesan:/ por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,/ una herida de fuertes dolores. Salgo al campo: muertos a espada;/ entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;/ tanto el profeta como el sacerdote/ vagan sin sentido por el país. ¿Por qué has rechazado del todo a Judá?/ ¿Tiene asco tú garganta de Sión?/ ¿Por qué nos has herido sin remedio?/ Se espera la paz, y no hay bienestar,/ al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad,/ la culpa de nuestros padres,/ porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre,/ no desprestigies tu trono glorioso;/ recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Entren en la presencia del Señor con aclamaciones. Aleluya.
Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ sirvan al Señor con alegría,/ entren en su presencia con aclamaciones. Sepan que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entren por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna,/ su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3
Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de una cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la
conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que obedecen.
Responsorio breve
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Cristo Jesús murió y resucitó, y está ahora a la diestra de Dios; él vive para siempre para interceder por nosotros. Aleluya.
Preces Oremos a Dios Padre, a quien pertenece el honor y la gloria por los siglos de los siglos, y pidámosle nos conceda ir creciendo en la esperanza por la acción del Espíritu Santo; digámosle: Ven, Señor, en nuestra ayuda y sálvanos. Padre todopoderoso, envía tu Espíritu para que interceda por nosotros, * porque no sabemos pedir lo que nos conviene. Envíanos tu Espíritu, luz esplendorosa, * y haz que penetre hasta lo más íntimo de nuestro ser. No nos abandones, Señor, en el abismo en que nos sumergen nuestros pecados, * porque somos obra de tus manos. Concédenos comprensión para asistir a los débiles y frágiles en la fe, * no con impaciencia y resentimiento, sino con auténtica caridad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
17 de Mayo - Viernes, Feria, VII Semana de Pascua
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que nos has abierto las puertas de la eternidad con la glorificación de tu Hijo Jesucristo y con la venida del Espíritu Santo, concédenos
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que, por la recepción de dones tan grandes, nuestra fe vaya más y más en aumento y nuestra entrega a ti sea cada día más completa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Con la resurrección de Jesús, Dios nos ha llamado a salir de las tinieblas para entrar en el mundo de su luz maravillosa. Los que no éramos pueblo, ahora somos pueblo de Dios; los que estábamos excluidos de la salvación, ahora disfrutamos de la amistad de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos. Con gozo celebramos ahora estas maravillas.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 90 Antífona 1 - Yo, el Señor, soy el que te salva y el que te rescata. Aleluya.
Salmo 134
I Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./ Porque él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el
horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán./ Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendito el reino que viene de nuestro Padre David. Aleluya. II Señor, tu nombre es eterno;/ Señor, tu recuerdo de edad en edad./ Porque el Señor gobierna a su pueblo/ y se compadece de sus siervos. Los ídolos de los gentiles son oro y plata,/ hechura de manos humanas:/ tienen boca y no hablan,/ tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen,/ no hay aliento en sus bocas./ Sean lo mismo
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17 de Mayo - Viernes, Feria, VII Semana de Pascua
los que los hacen,/ cuantos confían en ellos. Casa de Israel, bendice al Señor;/ casa de Aarón, bendice al Señor;/ casa de Leví, bendice al Señor;/ fieles del Señor, bendecid al Señor. Bendito en Sión el Señor,/ que habita en Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cantemos al Señor, sublime es su victoria. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, /Señor, Dios omnipotente, /justos y verdaderos tus caminos, /¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, /y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo, / porque vendrán todas las naciones /y se postrarán en tu acatamiento, /porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve Gál 5, 16. 22-23a. 25 Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias de la carne. El fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicialidad, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Si vivimos por el Espíritu marchemos tras el Espíritu.
Responsorio breve
Preces Bendigamos a Dios Padre, que con tanta generosidad ha derramado los dones del Espíritu Santo sobre todos los pueblos, y pidámosle que no cese nunca de derramar su gracia sobre el mundo; digamos: Que la gracia del Espíritu Santo abunde, Señor, en el mundo. Señor, tú que nos has dado a tu Elegido como luz de los pueblos, * abre los ojos de los ciegos y libra de toda esclavitud a los que viven en tinieblas. Tú que ungiste a Cristo con la fuerza del Espíritu Santo, para que realizara la salvación de los hombres, * haz que sintamos cómo pasa de nuevo por el mundo, haciendo el bien y curando a todos. Envía a tu Espíritu, que es la luz de los corazones, * para que confirme en la fe a los que viven en medio de incertidumbres y dudas. Envía a tu Espíritu, que es descanso en el trabajo, * para que reconforte a los que se sienten fatigados y desanimados. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Realiza la esperanza de los que ya han muerto, * y haz que cuando venga el Señor obtenga una resurrección gloriosa.
V El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Dirijamos ahora al Padre nuestra oración con las mismas palabras que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
V Os lo enseñará todo. R Aleluya, aleluya.
Oración
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Todos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de María, la madre de Jesús. Aleluya.
Dios nuestro, que nos has abierto las puertas de la eternidad con la glorificación de tu Hijo Jesucristo y con la venida del Espíritu Santo, concédenos que, por la recepción de dones tan grandes, nuestra fe vaya más y más en aumento y nuestra entrega a ti sea cada día más completa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
17 de Mayo - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
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Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “El misterio de la Pascua es a la vez nuevo y antiguo, eterno y pasajero, corruptible e incorruptible, mortal e inmortal. Antiguo según la ley, pero nuevo según la Palabra encarnada. Pasajero en su figura, pero eterno por la gracia… Mortal por su sepultura en tierra, pero inmortal por su resurrección de entre los muertos” (Melitón de Sardes). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 6,14-18 Pablo aborda aquí un problema que seguramente surgió en la comunidad después de fundarla. El interrogatorio al que Pablo somete a la comunidad de Corinto es categórico y apremiante. Al abrazar la fe, se habían liberado de la esclavitud que significaba la religión pagana. Al convertirse, abrazaron la justicia que nace de la Buena Noticia que Pablo les anunció. Ahora, quieren hacer compatible el mundo de la injusticia de los paganos, con la justicia que procede de Dios y los salva por la fe en Jesucristo. Los corintios han hecho una opción por Jesús, y han de mantenerse fieles a ella. De los compromisos de fe y de fidelidad a Jesús, pasa a la vida práctica. Estaba en juego la participación de los corintios cristianos en el culto organizado por los paganos. Pablo les recuerda algo que les había escrito en la primera carta a la comunidad (1Cor 3,9-17): Los discípulos son el santuario de Dios vivo. En este santuario viviente no se puede rendir culto a nadie más que al Dios que les anunció Pablo, y a Jesucristo que murió y resucitó para salvarnos. La situación de que habla Pablo se reproduce en no pocos bautizados. En muchos casos es aventurado hablar de cristianos. Personas que participan en celebraciones cristianas, como la eucaristía y comulgan; se acercan sin escrúpulo de conciencia a los santuarios de la “santería”, de los brujos, de cultos sincretistas. P. Antonio Danoz, Redentorista
Antonio Danoz
Cincuentena Pascual
En camino con Jesús resucitado Se consigue en la red de Librerías San Pablo del país.
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18 de Mayo - Sábado, Feria, VII Semana de Pascua
El santo de hoy: S. Juan I, papa (+ 526) Nace en Tuscia. De joven dejó Florencia para trasladarse a Roma donde llegó a ser cardenal. A la muerte de san Hormisdas es elegido papa el año 523. En el corto pontificado de tres años, mostró gran celo por todo lo que se refiere a la gloria de Dios y al bien de la Iglesia. Fue el primer papa en visitar Constantinopla, la ciudad política y religiosamente más importante de Oriente.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: María con los discípulos se reunieron en la casa a la espera de que la palabra de Jesús se cumpliera: “Yo les enviaré lo que el Padre prometió. Quédense en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que procede de lo alto” (Lc 24,49). La espera la realizaron unidos en oración, con un mismo espíritu y un solo corazón.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, el Señor, que nos prometió el Espíritu Santo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno, Feria de Pascua, pág. 89 Antífona 1 - Mis palabras son espíritu y vida. Aleluya.
Salmo 118, 145-152
Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras. Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa;/ escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores,/ están lejos de tu voluntad. Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - Edificaste, Señor, un templo y un altar en tu monte santo. Aleluya.
Cántico
Sab 9, 1-6. 9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,/ que con tu palabra hiciste todas las cosas,/ y en tu sabiduría formaste al hombre,/ para que dominase sobre tus creaturas,/ y para que rigiese el mundo con santidad/ y justicia y lo gobernase con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de tu trono/ y no me excluyas del número de tus siervos,/ porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,/ hombre débil y de pocos años,/ demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes. Pues aunque uno sea perfecto/ entre los hijos de los hombres,/ sin la sabiduría, que procede de ti,/ será estimado en nada. Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,/ que te asistió cuando hacías el mundo,/ y que sabe lo que es grato a tus ojos/ y lo que es recto según tus preceptos. Mándala de tus santos cielos/ y de tu trono de gloria envíala/ para que me asista en mis trabajos/ y venga yo a saber lo que te es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas,/ y me guiará prudentemente
18 de Mayo - Sábado - Palabra de Dios para cada día
en mis obras,/ y me guardará en su esplendor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Yo soy el camino y la verdad y la vida. Aleluya.
Salmo 116
Alabad al Señor, todas las naciones,/ aclamadlo, todos los pueblos: Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 14, 7-9
Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. Que si vivimos, vivimos para el Señor; y si morimos, para el Señor morimos. En fin, que tanto en vida como en muerte somos del señor. Para esto murió Cristo y retornó a la vida, para ser Señor de vivos y muertos.
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Preces Nosotros, que hemos sido bautizados en el Espíritu Santo, glorifiquemos al Señor, junto con todos los bautizados, y roguémosle: Señor Jesús, santifícanos en el Espíritu. Envíanos, Señor, tu Espíritu Santo, * para que te confesemos ante los hombres como Señor y rey nuestro. Danos una caridad sincera, * para que nos amemos mutuamente, como buenos hermanos. Dispón con tu gracia el corazón de los fieles, * para que acojan con amor y alegría los dones del Espíritu. Danos la fortaleza del Espíritu Santo, * y haz que sane y vigorice lo que en nosotros está enfermo y débil. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Lectura breve
Bajo el impulso del Espíritu Santo que ora en nuestro interior con gemidos inenarrables, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
V El que por nosotros colgó del madero. R Aleluya, aleluya.
Oración
V El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor ha resucitado del sepulcro. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo. Aleluya.
Concédenos, Dios todopoderoso, seguir siempre realizando en toda nuestra vida el espíritu de estas fiestas pascuales, que hemos celebrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2 Co 7,1-7 Las molestias que su carta anterior había creado entre los corintios preocupan a Pablo. Ahora manifiesta sus sentimientos de ternura hacia la comunidad. Trata por todos los medios de ganarse de nuevo su afecto y simpatía. Confiesa una vez más con una gran sinceridad: “Los llevo en el corazón, unidos en la vida y en la muerte” (2 Cor 7,3). Con estas palabras les he abierto el corazón. Les pide que también ellos le abran el suyo. A la confesión de cariño sincero, Pablo añade sus disculpas. De todos modos, él
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19 de Mayo - Domingo de Pentecostés /C
no se siente culpable de nada que pudiera perjudicarles gravemente: “A nadie he perjudicado, a nadie arruinado, a nadie explotado” (2Cor 7,2). Ahora, el apóstol hace otra confesión a los corintios, que refleja su estado de ánimo en el momento en que les escribe la carta. Les habla con plena franqueza: “Estoy lleno de consuelo y desbordo de gozo en medio de las pruebas” (2Cor 7,4). Comparte con ellos algunas de las dificultades que encontró en Macedonia. En medio de sus dificultades también recibió un consuelo: la llegada de su discípulo y colaborador Tito. Dios que conforta a los abatidos, llenó de gozo el corazón de Pablo. La alegría fue mayor, al recibir buenas noticias del afecto que sentían por él los corintios. Cuando suceden situaciones como las que ha narrado Pablo, hay que tener el coraje para afrontarlas con humildad. Y si es necesario, rectificar. Actuar con rectitud y sin resentimiento facilita el camino para recuperar la confianza. Contar con un mediador de calidad en estas situaciones es importante. Pablo tuvo la dicha de contar con Tito. Gracias a sus buenos oficios, recuperó para Pablo a la comunidad de Corinto. Ante la dificultad es necesario contar con Dios. Él es “quien conforta a los abatidos”. P. Antonio Danoz, Redentorista
19 de Mayo - Domingo de Pentecostés /C Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: La Iglesia nos invita a una gran vigilia para prepararnos a la fiesta de Pentecostés. Es la vigilia más importante después de la Vigilia Pascual. Ya desde esta tarde, contemplemos la acción del Espíritu Santo en nuestra vida de discípulos de Jesús. Nacemos a la vida de hijos de Dios, por la acción del Espíritu Santo; el Espíritu nos confirma en la fe; él es el alma de nuestra vida espiritual y el que nos hace testigos de Jesús y del Evangelio.
Invocación inicial V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Ven, Creador, Espíritu amoroso, /ven y visita el alma que a ti clama /y con tu soberana gracia inflama /los pechos que criaste poderoso. Tú que abogado fiel eres llamado, / del Altísimo don, perenne fuente /de
vida eterna, caridad ferviente, /espiritual unción, fuego sagrado. Tú que infundes al alma en siete dones, /fiel promesa del Padre soberano; /tú eres el dedo de su diestra mano, /tú nos dictas palabras y razones. Ilustra con tu luz nuestros sentidos, / del corazón ahuyenta la tibieza, /haznos vencer la corporal flaqueza, /con tu eterna virtud fortalecidos. Por ti, nuestro enemigo desterrado, / gocemos de paz santa duradera, /y, siendo nuestro guía en la carrera, /todo daño evitemos y pecado.
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19 de Mayo - Domingo de Pentecostés /C
Por ti al eterno Padre conozcamos, /y al Hijo, soberano omnipotente, /y a ti, Espíritu, de ambos procedente, /con viva fe y amor siempre creamos. Amén.
que hace brotar hierba en los montes,/ para los que sirven al hombre;/ que da su alimento al ganado,/ y a las crías de cuervo que graznan.
Antífona 1 - Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. Aleluya.
No aprecia el vigor de los caballos,/ no estima los músculos del hombre:/ el Señor aprecia a sus fieles,/ que confían en su misericordia. Gloria y antífona 2
Salmo 112 Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Aparecieron sobre los apóstoles unas como lenguas de fuego, y se posó sobre cada uno de ellos el Espíritu Santo. Aleluya.
Salmo 146 Alabad al Señor, que la música es buena;/ nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén,/ reúne a los deportados de Israel;/ él sana los corazones destrozados,/ venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas,/ a cada una la llama por su nombre./ Nuestro Señor es grande y poderoso,/ su sabiduría no tiene medida./ El Señor sostiene a los humildes,/ humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor,/ tocad la cítara para nuestro Dios,/ que cubre el cielo de nubes,/ preparando la lluvia para la tierra;
Antífona 3 - El Espíritu que procede del Padre, él me glorificará. Aleluya.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,/ Señor, Dios omnipotente,/ justos y verdaderos tus caminos,/ ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor,/ y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo,/ porque vendrán todas las naciones/ y se postrarán en tu acatamiento,/ porque tus juicios se hicieron manifiestos. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 11
Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también nuestros cuerpos mortales por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
Responsorio Breve V El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. V Os lo enseñará todo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, tú que con la diversidad de lenguas congregaste todos los pueblos en la confesión de una sola fe. Aleluya.
120
19 de Mayo - Domingo de Pentecostés /C
Preces
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Celebremos la gloria de Dios, quien, al llegar a su término en Pentecostés los cincuenta días de Pascua, llenó a los apóstoles del Espíritu Santo, y supliquemos con ánimo gozoso y confiado, diciendo: Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra. Tú que, al comienzo de los tiempos, creaste el cielo y la tierra y, al llegar la etapa final de la historia, quisiste que Cristo fuera cabeza de toda la creación, * por tu Espíritu renueva la faz de la tierra y conduce a los hombres a la salvación. Tú que infundiste el aliento de vida en el rostro de Adán, * envía ahora tu Espíritu a la Iglesia, para que, vivificada y rejuvenecida, comunique tu vida al mundo. Ilumina a todos los hombres con la luz de tu Espíritu y disipa las tinieblas de nuestro mundo, * para que el odio se convierta en amor, el sufrimiento en gozo y la guerra en paz. Fecundiza el mundo con tu Espíritu, agua viva que mana del costado de Cristo, * para que la tierra entera se vea libre de todo mal.
Tú que, por obra del Espíritu Santo, conduces sin cesar a los hombres a la vida eterna, * dígnate llevar, por este mismo Espíritu, a los difuntos al gozo eterno de tu presencia. Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestros labios: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, que has querido que la celebración del misterio pascual se prolongara simbólicamente durante cincuenta días, te pedimos que, por la acción del Espíritu Santo, lleves a la unidad en el amor a todas las naciones de la tierra, y que sus diversas lenguas se unan para proclamar unánimemente la gloria de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Sobre sus siervos y siervas ha hecho descender el Señor su Espíritu. Los discípulos de Jesús reunidos en oración, proclamamos en todas las lenguas las maravillas que ha realizado en Pentecostés. En su nombre y por la fuerza del Espíritu, anunciamos a todos los pueblos las primicias de la salvación. Invocamos al Espíritu, para que haga fecundos nuestros trabajos en servicio de toda la humanidad y de la Buena Noticia. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 12)
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La narración de los Hechos sitúa la venida del Espíritu hacia las nueve de la mañana. La comunidad de los discípulos está reunida en oración. La manifestación del Espíritu se presenta con los signos bíblicos del viento y el fuego. En los discípulos se produce un cambio total. Se presentan con valentía ante el pueblo para anunciarles: “A Jesús que ustedes mataron, Dios lo resucitó”.
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Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aleluya. El Espíritu del Señor llena el universo, venid, adorémosle. Aleluya.
Himno Hoy desciende el Espíritu de fuego /al corazón creyente de la Iglesia, /el Señor que la quema y atraviesa /enciende con su llama al universo. Ebrios del Santo Espíritu, los doce / rebosan de carismas y alabanzas; / Dios baja al Sinaí, y en llamarada /y en ímpetu de amor retumba el monte. Razas y pueblos quedan convocados; /Dios se muestra en Sión, la bella altura, /y en voz concorde aquí a los hombres junta, /desde Babel dispersos en pecado. Se lanzan por el mundo los testigos; /y sin ceñir espadas lo conquistan, /y sin oro a los pobres dan la vida; /el Espíritu guía y Cristo invicto. El Viento es brisa y fuerza de huracanes, /y el Agua viva mueve los océanos; /alzan los brazos y oran bendiciendo /y el gozo transfigura sus semblantes. Espíritu de amor y de verdad, /Espíritu confín de las promesas, /oh Santo, a ti la gloria siempre sea, /y a nosotros de ti la santidad. Amén. Antífona 1 - Señor, cuán bueno y cuán suave es tu Espíritu que habita en nosotros. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu
gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Manantiales y cuanto se mueve en las aguas, cantad un himno a Dios. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor.
122 Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Cetáceos y peces, bendecid al Señor; aves del cielo, bendecid al Señor. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Los apóstoles hablaban en otras lenguas las grandezas de Dios. Aleluya.
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes.
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Lectura breve
He 5, 30-32
El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.
Responsorio breve
V Todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. R Todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Aleluya, aleluya. V Y comenzaron a hablar. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Recibid el Espíritu Santo; quedan perdonados los pecados a quienes los perdonéis. Aleluya.
Preces Oremos a Cristo, el Señor, que ha congregado a su Iglesia por el Espíritu Santo, y digámosle con fe: Renueva, Señor, la faz de la tierra. Señor Jesús, que, exaltado en la cruz, hiciste que brotaran torrentes de agua viva de tu costado, * envíanos a tu Espíritu Santo, fuente de vida.
Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos:
Tú que, glorificado a la derecha de Dios, derramaste sobre tus discípulos el Espíritu Santo, * envía este mismo Espíritu al mundo, para que renueve la faz de la tierra.
para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.
Tú que, por el Espíritu Santo, diste a los apóstoles el poder de perdonar los pecados y el poder de retenerlos, * destruye el pecado del mundo.
Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Tú que prometiste darnos el Espíritu Santo, para que nos lo enseñara todo y nos fuera recordando lo que nos habías
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dicho, * envíanos este Espíritu, para que ilumine nuestra fe. Tú que prometiste enviarnos el Espíritu de verdad, para que diéramos testimonio de ti, * envíanos este Espíritu, para que nos haga tus testigos fieles. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Señor resucitado pone en nuestros labios: Padre nuestro.
Oración Dios nuestro, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia en
todo pueblo y nación, derrama los dones del Espíritu Santo por toda la extensión de la tierra, y aquellas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica continúa realizándolas ahora en los corazones de tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - II Vísperas
Invitación: La promesa se ha cumplido: Dios derramó su Espíritu sobre sus siervos y siervas. Los discípulos proclamaban en todas las lenguas la maravilla que Dios había hecho resucitando a Jesús de entre los muertos. Enriquecidos con los dones que vienen del Espíritu, hagamos resonar nuestra alabanza; anunciemos a todos los pueblos que Jesús vive y está resucitado.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Como en I Vísperas, pág. 118
arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
Antífona 1 - El Espíritu del Señor llena el universo. Aleluya.
Antífona 2 - Confirma, oh Dios, lo que has realizado en nosotros, desde tu santo templo de Jerusalén. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7
Salmo 113 A
Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se
Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos?
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En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar. Aleluya.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. /R (Aleluya). /Porque sus juicios son verdaderos y justos. /R (Aleluya, aleluya).
R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Espíritu del Señor llena el universo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Hoy han llegado a su término los días de Pentecostés, aleluya; hoy el Espíritu Santo se apareció a los discípulos en forma de lenguas de fuego y los enriqueció con sus carismas, enviándolos a predicar a todo el mundo y a dar testimonio de que el que crea y se bautice se salvará. Aleluya. Preces
Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. /R (Aleluya). /Los que le teméis, pequeños y grandes. /R (Aleluya, aleluya).
Oremos a Dios Padre, que por medio de Cristo ha congregado a la Iglesia, y digamos suplicantes: Envía, Señor, a la Iglesia tu Espíritu Santo.
Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. /R (Aleluya). / Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. /R (Aleluya, aleluya).
Tú que quieres que todos los que nos llamamos cristianos, unidos por un solo bautismo en el mismo Espíritu, formemos una única Iglesia, * haz que cuantos creen en ti sean un solo corazón y una sola alma.
Aleluya. Llegó la boda del Cordero. /R (Aleluya). /Su esposa se ha embellecido. /R (Aleluya, aleluya). Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 4, 3-6
Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Responsorio breve
V El Espíritu del Señor llena el universo. Aleluya, aleluya. R El Espíritu del Señor llena el universo. Aleluya, aleluya. V Y con él que todo lo mantiene unido, conoce todas las voces.
Tú que con tu Espíritu llenaste el universo, * haz que los hombres construyan un mundo nuevo en justicia y paz. Señor, Padre de todos los hombres, que quieres reunir en la confesión de la única fe a tus hijos dispersos, * ilumina a todos los hombres con la gracia del Espíritu Santo. Tú que por tu Espíritu lo renuevas todo, * concede la salud a los enfermos, el consuelo a los que viven tristes y la salvación a todos los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que por tu Espíritu resucitaste a tu Hijo de entre los muertos, * infunde nueva vida a los que han muerto. Dirijamos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestros labios: Padre nuestro.
19 de Mayo - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada dìa
Oración Dios nuestro, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia en todo pueblo y nación, derrama los dones del Espíritu Santo por toda la extensión de la tierra, y aquellas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica continúa
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realizándolas ahora en los corazones de tus fieles. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: “Yo pediré al Padre y les dará otro protector que estará con ustedes para siempre”. Al concluir la celebración de esta fiesta del Espíritu nos unimos a Jesús en su oración. Necesitamos de su Espíritu, para reconocerlo como el enviado de Dios; para recordar lo que nos enseñó; para ser sus testigos; para orar como conviene. El Espíritu es quien grita en nosotros: “¡Abbá! Padre”. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 14)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: He 2,1-11 Las referencias al Espíritu Santo abundan en el evangelio de Juan. Primero es una promesa: “Yo pediré al Padre que les envíe otro Defensor que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la verdad” (Jn 14,16-17). El Espíritu Santo es un don de Jesús resucitado. “El Espíritu no había sido dado, porque Jesús no había resucitado” (Jn 7,39). El día mismo de la resurrección por la tarde, Jesús “sopló sobre los discípulos y añadió: Reciban el Espíritu Santo” (Jn 20,22). También en Juan la donación del Espíritu está unida a la misión. Lucas finaliza el evangelio con esta promesa de Jesús: “Yo les enviaré lo que el Padre prometió” (Lc 24,49). Los otros autores del nuevo testamento no hacen una descripción detallada de su venida. Lucas le pone una fecha: Pentecostés”. Es el día en que terminaban las siete semanas de celebraciones que seguían a la Pascua. Para describir el acontecimiento, Lucas utiliza los signos de las grandes manifestaciones de Dios: viento, fuego, y otros fenómenos naturales. Lo que percibimos de más inmediato es el cambio radical que se produce en los discípulos. Después que el Espíritu Santo desciende sobre ellos todo cambia de repente. Para Lucas la venida del Espíritu Santo en Pentecostés es como un bautismo en orden a la misión de anunciar la Buena Noticia. Nos encontramos ante un nuevo comienzo: Los discípulos son enviados a anunciar la Buena Noticia, y Dios envía sobre ellos el don del Espíritu Santo. Éste es el principal significado de la fiesta que hoy celebramos. Celebrar la fiesta de Pentecostés significa renovar nuestro compromiso de llevar la Buena Noticia al mundo entero. Jesús nos dice: “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo, y serán testigos míos en Jerusalén, Samaria, y hasta el confín del mundo” (Hch 1,8). Los testigos de Jesús hoy somos los que habitamos esta tierra en este momento histórico. P. Antonio Danoz, Redentorista
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Textos comunes del Tiempo Ordinario Himnos - Domingos - Tiempo Ordinario
I Vísperas Los pueblos que marchan y luchan/ con firme tesón/ aclamen al Dios de la vida./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Agiten laureles y olivos,/ es Pascua de Dios,/ mayores y niños repitan:/ «Cantemos hosanna que viene el Señor». Jesús victorioso y presente ofrece su don/ a todos los justos del mundo./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Resuenen en todo camino/ de paz y de amor/ alegres canciones que digan:/ «Cantemos hosanna que viene el Señor». Que Dios, Padre nuestro amoroso,/ el Hijo y su Don/ a todos protejan y acoja./ Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.
Laudes Es verdad que las luces del alba/ del día de hoy/ son más puras, radiantes y bellas,/ por gracia de Dios. Es verdad que yo siento en mi vida,/ muy dentro de mí,/ que la gracia de Dios es mi gracia,/ que no merecí.
Es verdad que la gracia del Padre,/ en Cristo Jesús,/ es la gloria del hombre y del mundo/ bañados en luz. Es verdad que la Pascua de Cristo/ es pascua por mí,/ que su muerte y victoria me dieron/ eterno vivir. Viviré en alabanzas al Padre,/ que al Hijo nos dio,/ y que el Santo Paráclito inflame/ nuestra alma en amor. Amén.
II Vísperas Dios de la luz, presencia ardiente/ sin meridiano ni frontera:/ vuelves la noche mediodía,/ ciegas al sol con tu derecha. Como columna de la aurora,/ iba en la noche tu grandeza;/ te vio el desierto, y destellaron/ luz de tu gloria las arenas. Cerró la noche sobre Egipto/ como cilicio de tinieblas;/ para tu pueblo amanecías/ bajo los techos de las tiendas. Eres la luz, pero en tu rayo/ lanzas el día o la tiniebla:/ ciegas los ojos del soberbio,/ curas al pobre su ceguera. Cristo Jesús, tú que trajiste/ fuego a la entraña de la tierra,/ guarda encendida nuestra lámpara/ hasta la aurora de tu vuelta. Amén.
Himnos - Días de Feria del Tiempo Ordinario Laudes Dejado ya el descanso de la noche,/ despierto en la alegría de tu amor,/ concédeme tu luz que me ilumine/ como ilumina el sol. No sé lo que será del nuevo día/ que entre luces y sombras viviré,/ pero sé que, si tú vienes conmigo,/ no fallará mi fe.
Tal vez me esperen horas de desierto/ amargas y sedientas, mas yo sé/ que, si vienes conmigo de camino,/ jamás yo tendré sed. Concédeme vivir esta jornada/ en paz con mis hermanos y mi Dios,/ al sentarnos los dos para la cena,/ párteme el pan, Señor. Recibe, Padre santo, nuestro ruego,/
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acoge por tu Hijo la oración/ que fluye del Espíritu en el alma/ que sabe de tu amor. Amén.
Haz que mi pie vaya ligero. /Da de tu pan y de tu vaso /al que te sigue, paso a paso, /por lo más duro del sendero.
Vísperas
Que yo comprenda, Señor mío, /al que se queja y retrocede; /que el corazón no se me quede /desentendidamente frío.
Libra mis ojos de la muerte; /dales la luz, que es su destino. /Yo, como el ciego del camino, /pido un milagro para verte. Haz de esta piedra de mis manos / una herramienta constructiva, /cura su fiebre posesiva /y ábrela al bien de mis hermanos.
Guarda mi fe del enemigo. /¡Tantos me dicen que estás muerto! /Y entre la sombra y el desierto /dame tu mano y ven conmigo. Amén.
20 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de San Bernardino de Siena El santo de hoy: S. Bernardino de Siena (1380-1444) Nació en Massa Marittima, en Toscana. Ingresó en la orden de los Franciscanos donde fue ordenado sacerdote. Se entregó a la predicación por toda Italia, cosechando grandes frutos. Difundió la devoción al nombre de Jesús. Se preocupó de promover el estudio en la orden. También escribió diversos tratados de teología.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Cristo resucitado, esplendor de la gloria del Padre, se nos manifiesta lleno de belleza. Ilumine él nuestro día, acreciente nuestra fe, consolide nuestra esperanza y acreciente la caridad. Que nos colme con la efusión de su Espíritu, para iniciar la jornada celebrando su alabanza. Que nuestro día transcurra en el gozo y en servicio generoso a las personas que vengan a nuestro encuentro.
Invocación inicial
consume y anhela/ los atrios del Señor,/ mi corazón y mi carne/ se alegran por el Dios vivo.
En forma opcional se dice luego el salino 94, ver pág. 3 con su antífona del ínvitatorio siguiente:
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;/ la golondrina, un nido/ donde colocar sus polluelos:/ tus altares, Señor de los ejércitos,/ Rey mío y Dios mío.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Entremos a la presencia del Señor dándole gracias.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Salmo 83 ¡Qué deseables son tus moradas,/ Señor de los ejércitos!/ Mi alma se
Dichosos los que viven en tu casa/ alabándote siempre./ Dichosos los que encuentran en ti su fuerza/ al preparar su peregrinación: cuando atraviesan áridos valles,/ los convierten en oasis,/ como si la lluvia temprana/ los cubriera de bendiciones;/ caminan de altura en altura /hasta ver a Dios en Sión.
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20 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de San Bernardino de Siena
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica:/ atiéndeme, Dios de Jacob./ Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,/ mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu casa/ vale más que otros mil,/ y prefiero el umbral de la casa de Dios/ a vivir con los malvados. Porque el Señor es sol y escudo,/ él da la gracia y la gloria,/ el Señor no niega sus bienes/ a los de conducta intachable. ¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre/ que confía en ti! Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Pueblos numerosos caminarán hacia el monte del Señor. Aleluya.
Cántico
Is 2, 2-5
Al final de los días estará firme/ el monte de la casa del Señor,/ en la cima de los montes,/ encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles,/ caminarán pueblos numerosos./ Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor,/ a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos,/ y marcharemos por sus sendas;/ porque de Sión saldrá la ley,/ de Jerusalén la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones,/ el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados,/ de las lanzas, podaderas./ No alzará la espada pueblo contra pueblo,/ no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven;/ caminemos a la luz del Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Digan a los pueblos: el Señor es rey. Aleluya.
Salmo 95 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ cantad al Señor, toda la tierra;/ cantad al Señor, bendecid su nombre,/ proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria, /sus maravillas a todas las naciones;/ porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,/ más temible que todos los dioses. Pues los dioses de los gentiles son apariencia,/ mientras que el Señor ha hecho el cielo;/ honor y majestad lo preceden,/ fuerza y esplendor están en su templo. Familias de los pueblos, aclamad al Señor,/ aclamad la gloria y el poder del Señor,/ aclamad la gloria del nombre del Señor,/ entrad en sus atrios trayéndole ofrendas. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,/ tiemble en su presencia la tierra toda;/ decid a los pueblos: «El Señor es rey,/ él afianzó el orbe, y no se moverá;/ él gobierna a los pueblos rectamente». Alégrese el cielo, goce la tierra,/ retumbe el mar y cuanto lo llena;/ vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,/ aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega,/ ya llega a regir la tierra:/ regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con fidelidad. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Stgo 2,12-13
Hablad y actuad como quienes han de ser juzgados por una ley de libertad. Pues habrá un juicio sin misericordia para quien no practicó misericordia; pero la misericordia triunfa sobre el juicio.
Responsorio breve
V Bendito el Señor ahora y por siempre. R Bendito el Señor ahora y por siempre. V Sólo él hizo maravillas. R Ahora y por siempre. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendito el Señor ahora y por siempre.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Bendito sea el Señor, Dios nuestro.
20 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de San Bernardino de Siena
Preces
Invoquemos a Dios, que puso en el mundo a los hombres para que trabajasen concordes para su gloria, y digámosle: Haz, Señor, que te glorifiquemos. Te bendecimos, Señor, creador del universo, porque has conservado nuestra vida hasta el día de hoy; * haz que en toda nuestra jornada te alabemos y te bendigamos.
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entrarán en contacto con nosotros, * concédenos el gozo y la paz. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Llenos de alegría por nuestra condición de hijos de Dios, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración
Míranos benigno, Señor, ahora que vamos a comenzar nuestra labor cotidiana; * haz que, obrando conforme a tu voluntad, cooperemos en tu obra.
Señor Dios, tú que diste a san Bernardino de Siena un amor admirable al santo nombre de Jesús, concédenos también a nosotros, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre inflamados de este mismo espíritu de amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Que nuestro trabajo de hoy sea provechoso para nuestros hermanos, * y así todos juntos edifiquemos un mundo grato a tus ojos.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Conclusión
A nosotros y a todos los que hoy
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La unidad en la comunidad se construye, sobre Dios, Padre de todos los llamados a ser miembros del cuerpo de Cristo; sobre el bautismo que nos ha hecho hijos de Dios y hermanos los unos de los otros; sobre la unidad de la fe. Todo esto es obra de un mismo Espíritu que actúa en todos. De esta unidad, creada por la acción del Espíritu nace la paz.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Salmo 122 A ti levanto mis ojos,/ a ti que habitas en el cielo./ Como están los ojos de los esclavos/ fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava/ fijos en las manos de su señora,/ así
están nuestros ojos/ en el Señor, Dios nuestro,/ esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia,/ que estamos saciados de desprecios;/ nuestra alma está saciada/ del sarcasmo de los satisfechos,/ del desprecio de los orgullosos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Salmo 123 Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte/ –que lo diga Israel–,/ si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,/ cuando nos asaltaban los hombres,/ nos habrían tragado vivos:/ tanto ardía su ira contra nosotros.
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Nos habrían arrollado las aguas,/ llegándonos el torrente hasta el cuello;/ nos habrían llegado hasta el cuello/ las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó/ como presa a sus dientes;/ hemos salvado la vida como un pájaro/ de la trampa del cazador:/ la trampa se rompió y escapamos.
Uno es el legislador y juez: el que puede salvar o perder. Pero tú, ¿quién eres para juzgar al prójimo?
Responsorio breve
V Sáname, porque he pecado contra ti. R Sáname, porque he pecado contra ti. V Yo dije: “Señor, ten misericordia”. R Porque he pecado contra ti.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,/ que hizo el cielo y la tierra. Gloria y antífona 2
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sáname, porque he pecado contra ti.
Antífona 3 - Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo, /redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Stgo 4, 11-13a
No hablen mal unos de otros, hermanos. El que habla mal de un hermano, o juzga a un hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley. Y si juzgas a la ley no eres cumplidor de la ley, sino su juez.
Antífona: Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque Dios ha mirado mi humillación.
Preces Cristo quiere que todos los hombres alcancen la salvación. Digámosle, pues, confiadamente: Atrae, Señor, a todos hacia ti. Te bendecimos, Señor, porque nos has redimido con tu preciosa sangre de la esclavitud del pecado; * haz que participemos en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Ayuda con tu gracia a nuestro obispo N. y a todos los obispos de la Iglesia, * para que con gozo y fervor sirvan a tu pueblo. Que todos los que consagran su vida a la investigación de la verdad logren encontrarla * y que, habiéndola encontrado, se esfuercen por difundirla entre sus hermanos. Atiende, Señor, a los huérfanos, a las viudas y a los que viven abandonados; * ayúdalos en sus necesidades para que experimenten tu solicitud hacia ellos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Acoge a nuestros hermanos difuntos en la ciudad santa de la Jerusalén celestial, * allí donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, serás todo en todos. Adoctrinados por el mismo Señor, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
20 de Mayo - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Oración Señor Dios, tú que diste a san Bernardino de Siena un amor admirable al santo nombre de Jesús, concédenos también a nosotros, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre inflamados
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de este mismo espíritu de amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Vivimos animados por el Espíritu Santo que hemos recibido. Por medio de él los discípulos descubrieron el sentido profundo de la muerte y resurrección de Jesús y se dedicaron a anunciarlo al mundo. Nosotros somos los continuadores de la misión de los discípulos. Oremos para cumplir con fidelidad nuestra misión de testigos de Jesús resucitado. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 16)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2 Co 7,8-16 Pero Pablo encuentra un motivo de gozo: la carta provocó un cambio de actitud en los Corintios. La tristeza que tenía su origen en Dios, produjo frutos favorables: arrepentimiento saludable e irreversible. Cuando la tristeza tiene como origen motivos humanos, produce muerte. Pero cuando viene de Dios, los frutos se hacen patentes. Pablo enumera algunos de estos frutos: Solicitud por parte de los corintios, excusas, respetos, añoranza, encarecimiento. El apóstol quiere que los corintios comprendan, que no les escribió con el propósito de ofenderlos, sino para darles la oportunidad de manifestar el aprecio que le tienen. No tiene reparo en reconocer que “han demostrado plenamente que no son culpables en este asunto” (2Cor 7,11). Pablo que tenía reputación de ser duro y exigente al tomar decisiones ante los problemas surgidos en la comunidad, manifiesta aquí su lado tierno y emotivo. La reacción que han tenido en su favor lo ha llenado de consuelo. También les expresa un agradecimiento por el espíritu con que recibieron a Tito. El apóstol lo había enviado con sus temores, para que sirviera de mediador en el conflicto surgido entre Pablo y la comunidad. Ahora se felicita del trabajo que Tito realizó, y de que los corintios le prestaran su colaboración. Pablo les recuerda su forma actuar en la vida que nunca va a cambiar: él va siempre con la verdad por delante: “Siempre les he dicho la verdad” (2Cor 7,14). Ésta es una condición necesaria para recuperar la verdadera paz entre personas que tienen sus diferencias. Termina con una expresión de gozo: “¡Cuánto me alegro en poder confiar plenamente en ustedes!” (2Cor 7,16). Es hermoso confiar en las personas. Pero hemos de actuar siempre de forma que merezcamos su confianza. P. Antonio Danoz, Redentorista
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21 de Mayo - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.
Los santos de hoy: S. Cristóbal de Magallanes y compañeros (s. XX) Un grupo de 22 presbíteros y 3 laicos encabezados por Cristóbal de Magallanes, murieron víctimas de la persecución religiosa de 1915 a 1927 en México. Cristóbal de Magallanes se crió en el seno de una familia humilde. Ordenado presbítero, se desempeñó como capellán y párroco. Fue asesinado en el palacio municipal de Colotitlán. Fueron canonizados el año 2000.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La luz nos llega del que es Camino y Vida. Con su luz alumbra a personas y pueblos que caminan en tinieblas. Lo invocamos, para que con claridad de Pascua ilumine nuestra jornada. Para que lo reconozcamos en las hermanas y hermanos que nos encontraremos en la calle y en el trabajo; en las flores que adornan nuestros jardines, en los pájaros que ponen música a la vida.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Al Señor, al gran Rey, venid, adorémosle.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Salmo 84
sus amigos/ y a los que se convierten de corazón». La salvación está ya cerca de sus fieles,/ y la gloria habitará en nuestra tierra;/ la misericordia y la fidelidad se encuentran,/ la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra,/ y la justicia mira desde el cielo;/ el Señor dará la lluvia,/ y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él,/ la salvación seguirá sus pasos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Señor, has sido bueno con tu tierra,/ has restaurado la suerte de Jacob, / has perdonado la culpa de tu pueblo,/ has sepultado todos sus pecados,/ has reprimido tu cólera,/ has frenado el incendio de tu ira.
Tenemos una ciudad fuerte,/ ha puesto para salvarla murallas y baluartes:
Restáuranos, Dios salvador nuestro;/ cesa en tu rencor contra nosotros./ ¿Vas a estar siempre enojado,/ o a prolongar tu ira de edad en edad?
Abrid las puertas para que entre un pueblo justo,/ que observa la lealtad;/ su ánimo está firme y mantiene la paz,/ porque confía en ti.
¿No vas a devolvernos la vida,/ para que tu pueblo se alegre contigo?/ Muéstranos, Señor, tu misericordia/ y danos tu salvación.
Confiad siempre en el Señor,/ por-que el Señor es la Roca perpetua:
Voy a escuchar lo que dice el Señor:/ «Dios anuncia la paz/ a su pueblo y a
Cántico
Is 26, 1-4. 7-9. 12
La senda del justo es recta./ Tú allanas el sendero del justo;/ en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,/ ansiando tu nombre y tu recuerdo.
21 de Mayo - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.
Mi alma te ansía de noche,/ mi espíritu en mi interior madruga por ti,/ porque tus juicios son luz de la tierra,/ y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz,/ porque todas nuestras empresas/ nos las realizas tú. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
Salmo 66
El Señor tenga piedad y nos bendiga,/ ilumine su rostro sobre nosotros;/ conozca la tierra tus caminos,/ todos los pueblos tu salvación. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben. Que canten de alegría las naciones,/ porque riges el mundo con justicia,/ riges los pueblos con rectitud/ y gobiernas las naciones de la tierra. ¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,/ que todos los pueblos te alaben.
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Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Nos ha suscitado el Señor una fuerza de salvación, según lo había predicho por boca de sus santos profetas.
Preces Adoremos a Cristo, que con su sangre ha adquirido el pueblo de la nueva alianza, y digámosle suplicantes: Acuérdate, Señor de tu pueblo. Rey y redentor nuestro, escucha la alabanza que te dirige tu Iglesia en el comienzo de este día, * y haz que no deje nunca de glorificarte. Que nunca, Señor, quedemos confundidos, * los que en ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza. Mira compasivo nuestra debilidad y ven en ayuda nuestra, * ya que sin ti nada podemos hacer. Acuérdate de los pobres y desvalidos; * que este día que comienza les traiga solaz y alegría. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
La tierra ha dado su fruto,/ nos bendice el Señor, nuestro Dios./ Que Dios nos bendiga; que le teman/ hasta los confines del orbe. Gloria y antífona 3
Ya que deseamos que la luz de Cristo ilumine a todos los hombres, pidamos al Padre que a todos llegue el reino de su Hijo: Padre nuestro.
Lectura bíblica
Oración
1Jn 4, 14-15
Nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo para ser Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Responsorio breve
V Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. R Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo. V Mi alcázar, mi libertador. R En que me amparo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo.
Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado; haz que comencemos este día con ánimo alegre, y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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21 de Mayo - Martes, Feria, VII Sem. del Tpo. Ord.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: “Dichosos los que habitan en tu casa alabándote siempre” (Sal 84,5). El corazón del salmista salta de gozo con solo pensar en la casa del Señor, lugar de su morada. Es también casa de oración. Desde el templo de la naturaleza, en el cual el Señor se recrea derramando, desde lo profundo de nuestro templo habitado por el Espíritu, hacemos subir hasta el Señor nuestra alabanza en esta tarde.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - El Señor rodea a su pueblo.
Salmo 124 Los que confían en el Señor son como el monte Sión:/ no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas,/ y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados/ sobre el lote de los justos,/ no sea que los justos extiendan /su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos,/ a los sinceros de corazón;/ y a los que se desvían por sendas tortuosas,/ que los rechace el Señor con los malhechores./ ¡Paz a Israel! Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Salmo 130 Señor, mi corazón no es ambicioso,/ ni mis ojos altaneros;/ no pretendo grandezas/ que superan mi capacidad;/ sino que acallo y modero mis deseos,/ como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor/ ahora y por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes /y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3 Lectura bíblica Rm 12, 9-12 Que vuestra caridad sea sincera. Aborreced el mal y aplicaos al bien. En punto a caridad fraterna, amaos entrañablemente unos a otros. En cuanto a la mutua estima, tened por más dignos a los demás. Nada de pereza en vuestro celo, sirviendo con fervor de espíritu al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.
Responsorio breve
V Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo.
21 de Mayo - Martes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
R Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo. V Tu fidelidad de generación generación. R Más estable que el cielo.
en
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Tu palabra, Señor, es eterna, más estable que el cielo,
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. Preces Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo: Escúchanos, Señor. Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo; * haz que por él crezcamos en todo conocimiento. En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan; * dales pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar. Tú, que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que
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de ti procede, * haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres. Tú, que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas, * da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que nos has prometido la resurrección en el último día, * no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal. Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común: Padre nuestro.
Oración Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda, seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En nuestra oración de esta noche, elevamos la voz para bendecir a Dios, que nos ha enriquecido con toda bendición en la persona de Jesús. En él nos eligió; por su muerte y resurrección hemos recibido la redención; por él llegamos al momento culminante de participar de su gloria. Bendito sea Dios para siempre. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 18).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 8,1-8 Conocemos por otros escritos del nuevo testamento, la solicitud por los pobres que ha existido en las comunidades desde los comienzos. Según el testimonio de Lucas, en la comunidad de Jerusalén: “los creyentes estaban todos unidos y poseían todo en común. Vendían bienes y posesiones y las repartía según la necesidad de cada uno” (Hch 2,44-45). Quizá sea un tanto idílico. Pero refleja una realidad innegable.
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22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem.del Tpo. Ord.
Pablo se esfuerza por motivar a los corintios para que sean generosos, y colaboren con sus aportaciones en ayuda de los discípulos necesitados de Jerusalén. El primer estímulo: el ejemplo de las comunidades de Macedonia: “En su extrema pobreza derrocharon generosidad” (2Cor 8,2). Él mismo se presenta como testigo: “Espontáneamente y con insistencia nos pedían el favor de participar en este servicio a los consagrados”. Por si les quedaba alguna duda a los corintios, Pablo añade: “Hicieron todo lo que podían, lo atestiguo, incluso más de lo que podían” (2Cor 8,4). La palabra “colecta” no pase de ser una forma de colaboración ocasional, que en cierto modo nos descarga de un peso de conciencia. No indica que sea malo; pero nos invita a la reflexión, para que pasemos de la limosna a la solidaridad. Ser solidario significa estar ahí al lado de la gente y de las situaciones de forma permanente. La generosidad tiene una razón más profunda: “Ofrecieron primero sus personas a Dios, y después a nosotros por voluntad de Dios” (2Cor 8,5). Traducido a un lenguaje más cercano: quien entrega su persona a Dios, está dispuesto a entregar cualquier otra cosa por aquellos que Dios ama. Pablo considera que compartir los bienes con los necesitados es una “gracia” de Dios. Con él no podemos competir en generosidad. Al final, los primeros beneficiados son los que se muestran generosos. P. Antonio Danoz, Redentorista
22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem.del Tpo. Ord. La santa de hoy: Sta. Rita de Casia (1370-1447) Nace en Casia (Italia). La unieron en matrimonio contra su voluntad con Fernando Mancini, asesinado en 1401. Seis años más tarde entra en el monasterio de las Agustinas Ermitañas de Casia. Se distinguió por su penitencia, por su entrega a la oración y por el amor a Jesús crucificado.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Viene Jesús resucitado con la luz del alba a iluminar el día. A hacer fecundas las obras de nuestras manos, para que brillen en medio del mundo, y los hombres y mujeres alaben al Padre de los cielos. Desde ahora, nuestra vida se hace alabanza, en comunión con la creación entera y con los hermanos y hermanas, que animados por el Espíritu, celebran la gloria de su Señor.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Adoremos a Dios, porque él nos ha creado.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126
22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem.del Tpo. Ord.
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Antífona 1 - Alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Antífona 2 - Dichoso el hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Salmo 85
Cántico
Inclina tu oído, Señor; escúchame,/ que soy un pobre desamparado;/ protege mi vida, que soy un fiel tuyo;/ salva a tu siervo, que confía en ti.
Los lejanos, escuchad lo que he hecho;/ los cercanos, reconoced mi fuerza.
Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor,/ que a ti te estoy llamando todo el día;/ alegra el alma de tu siervo,/ pues levanto mi alma hacia ti; porque tú, Señor, eres bueno y clemente,/ rico en misericordia con los que te invocan./ Señor, escucha mi oración,/ atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo,/ y tú me escuchas./ No tienes igual entre los dioses, Señor,/ ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán/ a postrarse en tu presencia, Señor;/ bendecirán tu nombre:/ «Grande eres tú, y haces maravillas;/ tú eres el único Dios». Enséñame, Señor, tu camino,/ para que siga tu verdad;/ mantén mi corazón entero /en el temor de tu nombre. Te alabaré de todo corazón, Dios mío;/ daré gloria a tu nombre por siempre,/ por tu grande piedad para conmigo,/ porque me salvaste del abismo profundo. Dios mío, unos soberbios se levantan contra mí,/ una banda de insolentes atenta contra mi vida,/ sin tenerte en cuenta a ti. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,/ lento a la cólera, rico en piedad y leal,/ mírame, ten compasión de mí. Da fuerza a tu siervo,/ salva al hijo de tu esclava;/ dame una señal propicia,/ que la vean mis adversarios y se avergüencen,/ porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Gloria y antífona 1
Is 33, 13-16
Temen en Sión los pecadores,/ y un temblor se apodera de los perversos:/ «¿Quién de nosotros habitará un fuego devorador,/ quién de nosotros habitará una hoguera perpetua?» El que procede con justicia y habla con rectitud/ y rehúsa el lucro de la opresión;/ el que sacude la mano rechazando el soborno/ y tapa su oído a propuestas sanguinarias,/ el que cierra los ojos para no ver la maldad: /ése habitará en lo alto,/ tendrá su alcázar en un picacho rocoso,/ con abasto de pan y provisión de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Aclamad al Rey y Señor.
Salmo 97
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ porque ha hecho maravillas:/ su diestra le ha dado la victoria,/ su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria,/ revela a las naciones su justicia:/ se acordó de su misericordia y su fidelidad/ en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado/ la victoria de nuestro Dios./ Aclama al Señor, tierra entera;/ gritad, vitoread, tocad: tocad la cítara para el Señor,/ suenen los instrumentos:/ con clarines y al son de trompetas/ aclamad al Rey y Señor. Retumbe el mar y cuanto contiene,/ la tierra y cuantos la habitan;/ aplaudan los ríos, aclamen los montes/ al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia/ y los pueblos con rectitud. Gloria y antífona 3
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22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem.del Tpo. Ord.
Lectura breve
Job 1,21; 2,10b
Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó, bendito sea el nombre del Señor. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?
Responsorio breve V Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos. V Dame vida con tu palabra. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
Iglesia, que nos vuelves a dar hoy la luz y la vida; * haz que sepamos agradecerte este magnífico don. Mira con amor a tu grey, que has congregado en tu nombre; * haz que no se pierda ni uno solo de los que el Padre te ha dado. Guía a tu Iglesia por el camino de tus mandatos, * y haz que el Espíritu Santo la conserve en la fidelidad. Que tus fieles, Señor, cobren nueva vida participando en la mesa de tu pan y de tu palabra, * para que, con la fuerza de este alimento, te sigan con alegría. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Inclina, Señor, mi corazón a tus preceptos.
Concluyamos nuestra oración diciendo juntos las palabras de Jesús, nuestro Maestro: Padre nuestro.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Señor Dios, que nos has creado con tu sabiduría y nos gobiernas con tu providencia, infunde en nuestras almas la claridad de tu luz, y haz que nuestra vida y nuestras acciones estén del todo consagradas a ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
Antífona: Realiza, Señor, con nosotros la misericordia y recuerda tu santa alianza.
Preces Invoquemos a Cristo, que se entregó a sí mismo por la Iglesia, y le da alimento y calor, diciendo: Acuérdate, Señor, de tu Iglesia. Bendito seas, Señor, Pastor de la
Oración
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Es el momento de hacer nuestra confesión de fe en Jesús. Él es el Hijo de Dios. Quien lo ve a él ve al Padre; quien confiesa su fe en él, permanece en comunión con Dios. Sólo quien tiene esta experiencia profunda de fe, puede dar testimonio ante los hombres y mujeres que se va a encontrar hoy, que Dios envió a Jesús como Salvador.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127
22 de Mayo - Miércoles, Feria, VII Sem.del Tpo. Ord.
Antífona 1 - Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125 Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,/ nos parecía soñar:/ la boca se nos llenaba de risas,/ la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían:/ “El Señor ha estado grande con ellos”/ El Señor ha estado grande con nosotros,/ y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte/ como los torrentes del Negueb./ Los que sembraban con lágrimas/ cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, /llevando la semilla;/ al volver, vuelven cantando,/ trayendo sus gavillas. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Que el Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126 Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas. Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Él es el primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz.
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Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Ef 3, 20-21
A aquel que tiene sumo poder para hacer muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, con la energía que obra en nosotros, a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, en todas las generaciones por los siglos de los siglos. Amén.
Responsorio breve
V Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí. V No arrebates mi alma con los pecadores. R Ten misericordia de mí. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Sálvame, Señor, y ten misericordia de mí.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
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22 de Mayo - Miércoles - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Preces Invoquemos a Dios, que envió a su Hijo como salvador y modelo supremo de su pueblo, diciendo: Que tu pueblo, Señor, te alabe. Te damos gracias, Señor, porque nos has escogido como primicias para la salvación; * haz que sepamos corresponder y así logremos la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Haz que todos los que confiesan tu santo nombre sean concordes en la verdad * y vivan unidos por la caridad. Creador del universo, cuyo Hijo, al venir a este mundo, quiso trabajar con sus propias manos: * acuérdate de los trabajadores que ganan el pan con el sudor de su rostro. Acuérdate también de todos los que viven entregados al servicio de los demás: * que no se dejen vencer por el
desaliento ante la incomprensión de los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Ten piedad de nuestros hermanos difuntos * y líbralos del poder del Maligno. Llenos de fe invoquemos juntos al Padre común, repitiendo la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Llegue a tus oídos, Señor, la voz suplicante de tu Iglesia a fin de que, conseguido el perdón de nuestros pecados, con tu ayuda podamos dedicarnos a tu servicio y vivamos confiados en tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Llega la noche y nos disponemos a descansar de nuestras labores. Nos acercamos con las manos llenas de los frutos que con la ayuda del Señor hemos cosechado con nuestro trabajo. Le damos gracias, porque ha hecho fecundo nuestro esfuerzo. Como los discípulos después de realizar su misión, nos quedamos a solas con Jesús, que nos invita a la oración y al reposo. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 8,9-15 Jesús es el modelo a seguir siempre, también en la generosidad hacia los pobres. Pablo acude también a la equidad. En el momento en que escribe, la comunidad de Corinto, aunque no sean muchos los ricos, “los poderosos y nobles” (1Co 1,26), no pasan los agobios. Se trata de establecer la equidad ayudando a los que viven en necesidad. El argumento más fuerte que presenta Pablo es la generosidad manifestada por Jesús. La base de toda iniciativa en el servicio caritativo a los pobres la encontramos en el comportamiento de Jesús. Él es el fundamento de la caridad y de la solidaridad con los pobres dentro de la comunidad. El apóstol acude nada menos que al misterio de la encarnación: Jesús, “siendo rico se hizo pobre”. Aquí presenta la condición de Hijo de Dios como la suprema
23 de Mayo - Jueves, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
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riqueza, y su condición de “Siervo”, que se abajó hasta morir en la cruz como un bandido, como la máxima pobreza. Esto fue lo que realizó Jesús, dando prueba de la mayor generosidad. Además del salto existencial de la máxima riqueza a la mayor pobreza, Jesús vivió como pobre: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nido; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza (Mt 8,20; Lc 9,58). Pablo les pide que conviertan el entusiasmo en realidad. Muchos se entusiasman con proyectos destinados a remediar la pobreza, la marginalidad, pero el entusiasmo se enfría, y los compromisos no se cumplen. Pablo recuerda unas palabras de la Escritura referentes al maná: “A quien recogía mucho no le sobraba, a quien recogía poco no le faltaba” (Éx 16,18). El logro de la igualdad entre todos es una utopía que aparece desde el principio en las comunidades cristianas (Hch 4,34). Los cristianos no podemos renunciar a conseguirlo a pesar de las dificultades, de las ideologías y de las políticas. P. Antonio Danoz, Redentorista
23 de Mayo - Jueves, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, F Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Ejercitamos nuestro sacerdocio llenos de júbilo desde el comienzo de nuestra jornada. Nos unimos a Cristo sacerdote en su sacrificio de alabanza al Padre. Alzamos nuestras manos, presentándole en actitud de ofrenda, nuestra propia persona, las obras que realizaremos durante el día, y nuestro propósito de cumplir en todo su voluntad.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): A Cristo, sacerdote eterno, démosle gloria.
Himno Eres tú nuestro pontífice,/ oh Siervo glorificado,/ ungido por el Espíritu,/ de entre los hombres llamado. Eres tú nuestro pontífice,/ el que tendiste la mano /a la mujer rechazada/ y al ciego desamparado. Eres tú nuestro pontífice;/ el culto de los cristianos,/ tu palabra que acontece/ y el cuerpo santificado. Eres tú nuestro pontífice;/ morías en
cruz clavado/ y abrías la senda nueva/ detrás del velo rasgado. Eres tú nuestro pontífice,/ hoy, junto al Padre, sentado;/ hoy por la Iglesia intercedes,/ nacida de tu costado. Eres tú nuestro pontífice;/ ¡Cristo, te glorificamos!/ ¡Que tu santo rostro encuentre/ dignos de ti nuestros cantos! Amén. Antífona 1 - Por la sangre de la cruz de Cristo, Dios reconcilió consigo todas las cosas, así las del cielo como las de la tierra.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua.
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¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios.
Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor.
Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Todo fue creado por Cristo y para Cristo.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos. Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
Antífona 3 - Dios constituyó a Cristo cabeza del cuerpo de la Iglesia y sometió todas las cosas bajo sus pies.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor.
Salmo 149
Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.
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Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Cristo, Verbo de Dios que estás con el Padre desde siempre y hasta siempre, * consagra a tu Iglesia en la unidad.
Lectura breve
Jesús ungido del Padre en el Espíritu Santo, * a tu Iglesia en la verdad.
Heb 10, 5-10
Cristo, al entrar en este mundo, dice: «No quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no te complaciste en holocaustos ni en sacrificios por el pecado; entonces yo exclamé: Ya estoy aquí, oh Dios, para cumplir tu voluntad —pues así está escrito de mí en el rollo de la ley—.» Dice lo primero: «No quisiste sacrificios, ni ofrendas, ni holocaustos, ni sacrificios por el pecado, ni en ellos te complaciste», a pesar de que todos ellos son ofrecidos según la ley. Pero en seguida dice: «Ya estoy aquí para cumplir tu voluntad». Con esto abroga lo primero y establece lo segundo. En virtud de esta voluntad, quedamos nosotros santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, ofrecida una vez para siempre.
Responsorio breve
V Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad. R Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad. V Llevo tu ley en las entrañas. R Para hacer tu voluntad. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Aquí estoy, Dios mío, para hacer tu voluntad.
Cristo, mediador de la nueva alianza, * reviste de tu santidad a los sacerdotes para gloria del Padre. Cristo, sabiduría de Dios, paz y reconciliación nuestra, * que todos seamos un solo corazón y una sola alma en tu Iglesia. Cristo, sacerdote eterno, glorificador del Padre, * que nuestra oblación sea en ti alabanza de gloria eterna. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Unidos a Cristo, nuestro gran sacerdote, pidamos al Padre que su nombre sea siempre santificado: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Preces Acudamos a Cristo, sacerdote del santuario verdadero, siempre dispuesto a interceder por nosotros, y digámosle confiados: Escúchanos, Señor. Jesús, Hijo de Dios vivo, * condúcenos a la luz de tu verdad.
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En la eucaristía celebramos el sacrificio memorial de la redención. En nuestra oración, al concluir la jornada, ofrecemos el sacrificio de alabanza, unidos a Jesús Sacerdote y a todos los miembros de la Iglesia. Nuestra plegaria se eleva al Padre por medio de Jesús, el mediador de nuestra salvación. Él mismo nos dice: “Pidan al Padre en mi nombre, y el Padre los escuchará”.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Sólo el amor halló tal sacerdocio:/ el vino de la copa ya no es vino,/ el pan es hoy la entrega de su cuerpo,/ y en su nombre consagran sus ministros.
Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno / según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes.
No quiso recibir aquella unción / que hacía sacerdotes interinos;/ no se purificó, no entró en el templo con la sangre de extraños sacrificios.
En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1
No vistió la esplendente vestidura,/ puesto en cruz, sin honor y malherido;/ ni dio la bendición con gesto augusto/ desde el altar, muriendo entre bandidos.
Salmo 110
El rito fue el amor y la obediencia,/ la ofrenda fue la pascua de sí mismo;/ viviendo entre nosotros fue pontífice/ y de sus días hizo su servicio. Gloria a ti, Jesucristo, nuestro hermano,/ que fuiste sacerdote compasivo;/ intercede glorioso ante tu Padre,/ con quien vives y reinas por los siglos. Amén. Antífona 1 - El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno».
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos /estrado de tus pies».
Antífona 2 - Dios, que es rico en misericordia, nos vivificó con Cristo. Doy gracias al Señor de todo corazón,/ en compañía de los rectos, en la asamblea./ Grandes son las obras del Señor,/ dignas de estudio para los que las aman. Esplendor y belleza son su obra,/ su generosidad dura por siempre;/ ha hecho maravillas memorables,/ el Señor es piadoso y clemente. Él da alimento a sus fieles, /recordando siempre su alianza;/ mostró a su pueblo la fuerza de su poder,/ dándoles la heredad de los gentiles. Justicia y verdad son las obras de sus manos,/ todos sus preceptos merecen confianza:/ son estables para siempre jamás,/ se han de cumplir con verdad y rectitud.
23 de Mayo - Jueves, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
Envió la redención a su pueblo,/ ratificó para siempre su alianza, / su nombre es sagrado y temible. Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,/ tienen buen juicio los que lo practican;/ la alabanza del Señor dura por siempre. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,/ que nos ha hecho capaces de compartir/ la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,/ y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,/ por cuya sangre hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible,/ primogénito de toda creatura;/ pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:/ celestes y terrestres, visibles e invisibles,/ Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;/ todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él./ Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia./ Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, / y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud./ Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:/ haciendo la paz por la sangre de su cruz/ con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Heb 10, 19-23
En virtud de la sangre de Cristo, tenemos plena seguridad y confianza para entrar en el santuario. Este es el camino nuevo y lleno de vida, que ha inaugurado él para nosotros pasando por el velo, es decir, por su condición de sumisión a la muerte. Tenemos, pues, un gran sacerdote al frente de la casa
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de Dios. Acerquémonos, por lo tanto, con sinceridad de corazón, con plenitud de fe, purificados los corazones de toda mancha de que tengamos conciencia y lavado el cuerpo con agua pura. Mantengamos firmemente la profesión de nuestra esperanza (porque fiel es Dios que nos hizo las promesas).
Responsorio Breve
V Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. R Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. V Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de la gloria de los hijos de Dios. R Por medio de nuestro Señor Jesucristo. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Padre, yo ruego por ellos, porque son tuyos, y yo por ellos me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad. Preces Elevemos nuestras peticiones a Cristo, nuestro intercesor ante el Padre, y puesta en él nuestra confianza, digamos: Óyenos, con fe te lo pedimos. Cristo tú que eres la Palabra del Padre, * pon en nuestros labios lo que hemos de pedir. Cristo, sacerdote, pan de vida, * que tus elegidos vivan el don de su sacerdocio consumando su oblación en ti. Cristo glorioso, que intercedes siempre por nosotros ante tu Padre celestial, * danos fidelidad en la oración por tu Iglesia. Cristo, Señor, enviado del Padre, * que todos encuentren en ti la vida y el camino del reino.
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23 de Mayo - Jueves - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Hijo de Dios vivo, que con tu muerte venciste la muerte, * que la oblación última de nuestros difuntos, los lleve al gozo eterno de tu gloria. Terminemos nuestras preces con la oración que nos enseñó el Señor: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que para gloria tuya y sal-
vación del género humano constituiste a tu Hijo sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En el bautismo fuimos unidos al sacerdocio de Cristo por la unción sacramental. Una de las formas de ejercitar nuestro sacerdocio es la oración y la alabanza. Jesús en los días de su vida mortal ofreció ruegos y súplicas con poderoso clamor, y fue escuchado. Al finalizar el día presentamos nuestra oración al Padre unida a la de Jesús, para que los hombres y mujeres de todos los pueblos se unan a nuestra alabanza y disfruten de los bienes de la salvación. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22).
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 8,16-24 Este pasaje de la carta aporta datos importantes, para conocer la estrategia seguida por Pablo en su labor apostólica. En primer lugar, respecto al anuncio de la Buena Noticia; y en segundo lugar, respecto a la organización de la acción caritativa y la solidaridad en las diversas comunidades. Lo primero que nos revela la carta es que Pablo contaba con colaboradores para su misión. A Tito lo menciona en varias de sus cartas. A él le había encomendado la delicada misión de llevar una carta a la comunidad de Corinto, y de mediar en el conflicto del mismo Pablo con la comunidad. En segundo lugar, los colaboradores que elige son personas reconocidas por las comunidades por la labor que realizan, en la obra de la evangelización y en otros servicios. En tercer lugar, cuenta con las comunidades para su elección: “Ha sido designado por las Iglesias como nuestro compañero de viaje” (2Cor 8,19). Existen otros aspectos en la actuación de Pablo de gran interés para nuestras comunidades. El primero, la solicitud por implicar a todas las comunidades en la solución de un problema que afectaba a una de ellas. La solidaridad intercomunitaria es para él de suma importancia. La estimula, la promueve de modo eficaz. Para que las cosas tengan éxito se requiere una buena organización. Aquí comprobamos cómo Pablo pide colaboradores a las comunidades; los envía a organizar la colecta a otras comunidades; se hace acompañar de ellos; solicita buen recibimiento para que puedan realizar su trabajo con eficacia.
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24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora
Pablo quiere administrar la colecta “a gloria del Señor”. Con la responsabilidad compartida, se guarda las espaldas, evitando suspicacias en el manejo de la “abundante colecta que trae entre manos”. P. Antonio Danoz, Redentorista
24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora, M La fiesta de hoy: María Auxiliadora En las Letanías invocamos a María con el título de: “Auxilio de los cristianos”. Lucas presenta a María, desplazándose a “toda prisa”, para auxiliar a Isabel, que esperaba el nacimiento de Juan. En Caná, María sale “en auxilio” de un joven matrimonio el día de su boda. Esta advocación de María empieza a hacerse popular a partir del siglo XVI. San Juan Bosco ha sido uno de los grandes propagadores de esta devoción.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Cristo resucitado hace resplandecer en el día que comienza la luminosidad de la fe, la solidez de la esperanza y el fuego siempre ardiente de la caridad. El viernes nos invita a contemplar el amor supremo de Jesús al morir en la cruz. Hizo realidad en su persona lo que había dicho: “Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por los amigos”. Celebramos este amor en la oración, para hacerlo realidad y vida en las diversas actividades y servicios, contando con el auxilio de María.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio):
esta Virgen nos devuelve/ aplauda el pueblo que alcanzó salud. Sea la gloria a ti, Señor Jesús,/ que de María Virgen has nacido,/ gloria contigo al Padre y al Paráclito,/ por sempiternos y gozosos siglos. Amén.
Venid, adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Antífona 1 - Contra ti, contra ti solo pequé, Señor, ten misericordia de mí.
Himno
Salmo 50
Eres tú la mujer llena de gloria,/ alzada por encima de los astros;/ con tu sagrado pecho das la leche/ al que en su providencia te ha creado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;/ por tu inmensa compasión borra mi culpa;/ lava del todo mi delito,/ limpia mi pecado.
Lo que Eva nos perdió tan tristemente,/ tú lo devuelves por tu fruto santo;/ para que al cielo ingresen los que lloran,/ eres tú la ventana del costado.
Pues yo reconozco mi culpa,/ tengo siempre presente mi pecado:/ contra ti, contra ti solo pequé,/ cometí la maldad que aborreces.
Tú eres la puerta altísima del Rey/ y la entrada fulgente de la luz;/ la vida que
En la sentencia tendrás razón,/ en el juicio brillará tu rectitud./ Mira, que en
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24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora
la culpa nací,/ pecador me concibió mi madre. Te gusta un corazón sincero,/ y en mi interior me inculcas sabiduría./ Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;/ lávame: quedaré más blanco que la nieve. Hazme oír el gozo y la alegría,/ que se alegren los huesos quebrantados./ Aparta de mi pecado tu vista,/ borra en mí toda culpa. ¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,/ renuévame por dentro con espíritu firme;/ no me arrojes lejos de tu rostro,/ no me quites tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación,/ afiánzame con espíritu generoso:/ enseñaré a los malvados tus caminos,/ los pecadores volverán a ti. Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,/ Dios, Salvador mío!,/ y cantará mi lengua tu justicia./ Señor, me abrirás los labios,/ y mi boca proclamará tu alabanza. Los sacrificios no te satisfacen;/ si te ofreciera un holocausto, no lo querrías./ Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:/ un corazón quebrantado y humillado/ tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,/ reconstruye las murallas de Jerusalén:/ entonces aceptarás los sacrificios rituales,/ ofrendas y holocaustos,/ sobre tu altar se inmolarán novillos. Gloria y antífona 1
¿Por qué has rechazado del todo a Judá?/ ¿Tiene asco tú garganta de Sión?/ ¿Por qué nos has herido sin remedio?/ Se espera la paz, y no hay bienestar,/ al tiempo de la cura sucede la turbación. Señor, reconocemos nuestra impiedad,/ la culpa de nuestros padres,/ porque pecamos contra ti. No nos rechaces, por tu nombre,/ no desprestigies tu trono glorioso;/ recuerda y no rompas tu alianza con nosotros. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - El Señor es Dios y nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.
Salmo 99 Aclama al Señor, tierra entera,/ servid al Señor con alegría,/ entrad en su presencia con aclamaciones. Sabed que el Señor es Dios:/ que él nos hizo y somos suyos,/ su pueblo y ovejas de su rebaño. Entrad por sus puertas, con acción de gracias,/ por sus atrios con himnos,/ dándole gracias y bendiciendo su nombre: «El Señor es bueno,/ su misericordia es eterna, /su fidelidad por todas las edades». Gloria y antífona 3
Lectura breve
Is 61, 10
Antífona 2 - Reconocemos, Señor, nuestra impiedad; hemos pecado contra ti.
Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novia que se adorna con sus joyas.
Cántico
Responsorio breve
Jer 14, 17-21
Mis ojos se deshacen en lágrimas,/ día y noche no cesan:/ por la terrible desgracia de la doncella de mi pueblo,/ una herida de fuertes dolores.
V El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya. R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya.
Salgo al campo: muertos a espada;/ entro en la ciudad: desfallecidos de hambre;/ tanto el profeta como el sacerdote/ vagan sin sentido por el país.
V La hizo morar en su templo santo. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
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24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora
R El Señor la eligió y la predestinó. Aleluya, aleluya.
el alimento que perdura hasta la vida eterna.
Cántico de Zacarías, pág. 4 Antífona: Por Eva se cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen se han vuelto a abrir a todos. Aleluya.
Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo, * haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.
Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, * líbranos también a nosotros de toda culpa. Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del * haz también de nosotros templos de tu Espíritu. Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor, * ayúdanos a imitarla y a buscar
Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina, * danos el gozo de tener parte en su gloria. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has constituido a la madre de tu Hijo amado, madre y auxilio del pueblo cristiano; concede te rogamos, que vivamos bajo su protección y que tu Iglesia goce de paz perpetua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Hoy nos unimos a María, para celebrar el amor que Dios le manifestó al elegirla para Madre de su Hijo. Su actitud es de alabanza y de gozo. Con el gozo de aquella que recibió como saludo, “alégrate, llena de gracia”, también nosotros celebramos el misterio de amor, que Dios nos ha manifestado en la encarnación. Unimos nuestra voz a la de María, que ha sido constituida auxilio de los cristianos.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Salve, del mar Estrella,/ salve, Madre sagrada/ de Dios y siempre virgen,/ puerta del cielo santa. Tomando de Gabriel/ el «Ave», Virgen alma,/ mudando el nombre de Eva,/ paces divinas trata.
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24 de Mayo - Viernes, María Auxiliadora
La vista restituye,/ las cadenas desata,/ todos los males quita,/ todos los bienes causa.
Y dio su tierra en heredad, /en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 1
Muéstrate madre, y llegue/ por ti nuestra esperanza/ a quien, por darnos vida,/ nació de tus entrañas.
Antífona 2 - Casa de Israel, bendecid al Señor; tañed para su nombre, que es amable. II Señor, tu nombre es eterno; /Señor, tu recuerdo de edad en edad. /Porque el Señor gobierna a su pueblo /y se compadece de sus siervos.
Entre todas piadosa,/ Virgen, en nuestras almas,/ libres de culpa, infunde/ virtud humilde y casta. Vida nos presta pura, camino firme allana,/ que quien a Jesús llega/ eterno gozo alcanza. Al Padre, al Hijo, al Santo/ Espíritu alabanzas;/ una a los tres le demos, /y siempre eternas gracias. Amén. Antífona 1 - El Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses.
Salmo 134
I Alabad el nombre del Señor, /alabadlo, siervos del Señor, /que estáis en la casa del Señor, /en los atrios de la casa de nuestro Dios. Alabad al Señor porque es bueno, / tañed para su nombre, que es amable. /Porqué él se escogió a Jacob, /a Israel en posesión suya. Yo sé que el Señor es grande, /nuestro dueño más que todos los dioses. /El Señor todo lo que quiere lo hace: /en el cielo y en la tierra, /en los mares y en los océanos. Hace subir las nubes desde el horizonte, /con los relámpagos desata la lluvia, /suelta a los vientos de sus silos. Él hirió a los primogénitos de Egipto, / desde los hombres hasta los animales. /Envió signos y prodigios /—en medio de ti, Egipto— /contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos, /mató a reyes poderosos: /a Sijón, rey de los amorreos; /a Hog, rey de Basán, /y a todos los reyes de Canaán.
Los ídolos de los gentiles son oro y plata, /hechura de manos humanas: / tienen boca y no hablan, /tienen ojos y no ven, tienen orejas y no oyen, /no hay aliento en sus bocas. /Sean lo mismo los que los hacen, /cuantos confían en ellos. Casa de Israel, bendice al Señor; / casa de Aarón, bendice al Señor; /casa de Leví, bendice al Señor; /fieles del Señor, bendecid al Señor. Bendito en Sión el Señor, /que habita en Jerusalén. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico
Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras, /Señor, Dios omnipotente, /justos y verdaderos tus caminos, /¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, /y glorificará tu nombre? /Porque tú solo eres santo, / porque vendrán todas las naciones /y se postrarán en tu acatamiento, /porque tus juicios se hicieron manifiestos. Antífona 3
Lectura breve
Gál 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
24 de Mayo - Viernes - Oración de la Noche - Completas
Responsorio breve
V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya. V Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. R Aleluya, aleluya. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. Aleluya, aleluya.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Dichosa tú, María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya
Preces Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones fe-licitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Mira a la llena de gracia y escúchanos. Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo, * haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los
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enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Tú que hiciste de María la llena de gracia * concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración Oh Dios, que has constituido a la madre de tu Hijo amado, madre y auxilio del pueblo cristiano; concede te rogamos, que vivamos bajo su protección y que tu Iglesia goce de paz perpetua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Concluimos la jornada recogiéndonos para dedicar un tiempo a orar. El Señor tiene puestos sus ojos sobre el pobre que lo invoca. Toma partido por él y lo protege. Cristo resucitado mantenga nuestro corazón entero, para no avergonzarnos de ser sus testigos en un mundo que margina a los humildes. Ellos necesitan de nosotros para recobrar su dignidad como personas y como hijos de Dios. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24).
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25 de Mayo - Sábado, Feria o Memoria de S. Beda el Venerable
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 9,1-6 Pablo alaba el interés que han manifestado por “este servicio a favor de los consagrados”, que son los hermanos de la comunidad de Jerusalén. Se siente orgulloso del entusiasmo despertado, que ha estimulado a otros a colaborar. Estimula el amor propio de los corintios, para que no queden en mal lugar cuando lleguen los macedonios con el resultado de su colecta, defraudando las esperanzas que Pablo había puesto en ellos. Pablo concede gran importancia al ejercicio de la caridad en sus comunidades. La madurez de fe y el grado de crecimiento de una comunidad, se manifiesta sobre todo en el ejercicio de la caridad con los necesitados de la propia comunidad y con los de otras comunidades. El apóstol manifiesta interés por estrechar los lazos con la Iglesia-madre de Jerusalén. Si nos atenemos a los datos que ofrece Lucas en los Hechos, cuando el apóstol se dirige por primera vez a Jerusalén, su presencia levantó sospechas entre los discípulos. “Le tenían miedo, porque no creían que fuera discípulo” (Hch 9,26). Como buen estratega, Pablo envía por delante a sus colaboradores, para que las cosas se hagan bien. Espera no quedar defraudado cuando pase por Corinto a recoger lo recaudado. Sobre todo estimula a la generosidad. De ningún modo quiere dar la impresión de que pretende imponer la colaboración por la fuerza. Sin citarlas expresamente, les recuerda palabras del libro de los Proverbios: “Hay quien regala y se enriquece, quien es tacaño y se empobrece. El que es generoso prospera, el que da también recibirá” (Prov 11,24-25). Segunda cita: “Quien se apiada del pobre presta al Señor, y él le dará su recompensa” (19,17). P. Antonio Danoz, Redentorista
25 de Mayo - Sábado, Feria o Memoria de S. Beda el Venerable El santo de hoy: S. Beda el Venerable (673-735) Nació en la región de Wearmouth (Inglaterra). Entró en el monasterio de San Pedro de la misma ciudad. Manifestó un especial fervor por las celebraciones litúrgicas. Escribió numerosos tratados sobre la Sagrada Escritura, de teología y de historia. En sus obras se esforzó promover el uso de la Biblia para progresar en la vida espiritual. Es doctor de la Iglesia.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La luz del nuevo día nos remite a Cristo que iluminará nuestros pasos y nuestras actividades. El que camina a su luz anda en la verdad, en la rectitud, en la fidelidad al Espíritu de Jesús resucitado. Es así, como seremos luz para las personas que nos rodean y comparten con nosotros la tarea de construir un mundo más feliz y más humano. Cristo, nuestra luz, inspire y anime nuestra alabanza.
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25 de Mayo - Sábado, Feria o Memoria de S. Beda el Venerable
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Del Señor es la tierra y cuando la llena; venid, adorémosle.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables.
Salmo 118, 145-152
Te invoco de todo corazón;/ respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;/ a ti grito: sálvame,/ y cumpliré tus decretos;/ me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,/ esperando tus palabras.
Pues aunque uno sea perfecto/ entre los hijos de los hombres,/ sin la sabiduría, que procede de ti,/ será estimado en nada. Contigo está la sabiduría conocedora de tus obras,/ que te asistió cuando hacías el mundo,/ y que sabe lo que es grato a tus ojos/ y lo que es recto según tus preceptos. Mándala de tus santos cielos/ y de tu trono de gloria envíala/ para que me asista en mis trabajos/ y venga yo a saber lo que te es grato. Porque ella conoce y entiende todas las cosas,/ y me guiará prudentemente en mis obras,/ y me guardará en su esplendor. Gloria y antífona 2
Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,/ meditando tu promesa; / escucha mi voz por tu misericordia,/ con tus mandamientos dame vida;/ ya se acercan mis inicuos perseguidores, / están lejos de tu voluntad.
Antífona 3 - La fidelidad del Señor dura por siempre.
Tú, Señor, estás cerca,/ y todos tus mandatos son estables;/ hace tiempo comprendí que tus preceptos/ los fundaste para siempre. Gloria y antífona 1
Firme es su misericordia con nosotros,/ su fidelidad dura por siempre. Gloria y antífona 3
Antífona 2 - Mándame tu sabiduría, Señor, para que me asista en mis trabajos.
Cántico
Sab 9, 1-6. 9-11
Dios de los padres y Señor de la misericordia,/ que con tu palabra hiciste todas las cosas/ y en tu sabiduría formaste al hombre,/ para que dominase sobre tus creaturas,/y para que rigiese el mundo con santidad/ y justicia y lo gobernase con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de tu trono/ y no me excluyas del número de tus siervos/ porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,/ hombre débil y de pocos años,/ demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Salmo 116 Alabad al Señor, todas las naciones,/ aclamadlo, todos los pueblos:
Lectura breve
Fil 2, 14-15
Hacedlo todo sin murmuraciones ni discusiones, a fin de que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha, en medio de esta generación mala y perversa, entre la cual aparecéis como antorchas en el mundo.
Responsorio breve
V A ti grito, Señor, tú eres mi refugio. R A ti grito, Señor, tú eres mi refugio. V Mi heredad en el país de la vida. R Tú eres mi refugio. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R A ti grito, Señor, tú eres mi refugio.
Cántico de Zacarías, pág. 4
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25 de Mayo - Sábado - Palabra de Dios para cada día
Antífona: Ilumina, Señor, a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
Preces Invoquemos a Dios por intercesión de María, a quien el Señor colocó por encima de todas las creaturas celestiales y terrenas, diciendo: Contempla, Señor, a la Madre de tu Hijo y escúchanos. Padre de misericordia, te damos gracias porque nos has dado a María como madre y ejemplo; * santifícanos por su intercesión. Tú que hiciste que María meditara tus palabras, guardándolas en su corazón, y fuera siempre fidelísima hija tuya, * por su intercesión haz que también nosotros seamos de verdad hijos tuyos y discípulos de tu Hijo. Tú que quisiste que María concibiera por obra del Espíritu Santo, * por intercesión de María otórganos los frutos de este mismo Espíritu.
Tú que diste fuerza a María para permanecer junto a la cruz y la llenaste de alegría con la resurrección de tu Hijo, * por intercesión de María confórtanos en la tribulación y reanima nuestra esperanza. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concluyamos nuestras súplicas con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Señor Dios nuestro, que iluminas y edificas a tu Iglesia con la ciencia del presbítero san Beda el Venerable, haz que, a la luz de sus enseñanzas y con la ayuda de su intercesión, progresemos siempre por las sendas de la vida evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: Mc 16,15-20 Este cierre del evangelio de Marcos, revela la actitud de incredulidad de los discípulos ante el testimonio de diversas personas que afirman que Jesús resucitado se les había manifestado. El evangelista presenta a algunos de los testigos que les llevaron la noticia. El primero es María Magdalena; los segundos, son los dos discípulos que iban de camino a Emaús. A ninguno de ellos le dieron crédito. Fue necesario que Jesús se presentara en medio de ellos durante una comida fraternal, - que muy bien puede ser la celebración de la cena -, para que se convencieran que era verdad lo que les habían anunciado los testigos. Al reproche por la incredulidad y la dureza de corazón, sigue el envío para la gran misión de anunciar la Buena Noticia a toda la creación. Para convertirse en anunciadores de esta noticia tienen que estar firmemente consolidados en la fe pascual. La presencia de Jesús resucitado acabó con sus miedos y vacilaciones. No tenían la menor duda de que había resucitado. Este cambio de actitud los preparó para asumir la responsabilidad de anunciar el Evangelio. El campo está completamente abierto ante ellos. Se trata de ir a todo el mundo y de predicar a toda la creación. Jesús resucitado se revela como Señor de la creación. Convertirse en anunciadores del evangelio exige del enviado una fe consolidada. Eso fue lo que hizo Jesús con los discípulos, y lo sigue haciendo con todo evangelizador. La experiencia pascual es absolutamente necesaria. Las cinco
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
acciones que acompañarán al evangelizador, revelan de forma gráfica la presencia eficaz del Resucitado a su lado y en las comunidades que nacerán del anuncio de la Buena Noticia. P. Antonio Danoz, Redentorista
26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S El santo de hoy: S. Felipe Neri (1515-1595) Nace en Florencia. Era hijo de un notario. Estudia filosofía y teología en Roma. Se dedicó a cuidar enfermos, siendo cofundador de la “Confraternidad de la Sma. Trinidad”, para atender a los enfermos. Después de ser ordenado presbítero, en compañía de unos amigos funda el Oratorio. Lo plantearon como una “tercera vía”, entre el estado laical y la vida monástica. Surge una armonización de canto, oración, predicación y liturgia.
Oración de la Tarde - I Vísperas
Invitación: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, son confesados en la fe, celebrados en todos los sacramentos, alabados, bendecidos e invocados en la oración por la comunidad cristiana. Dirigimos nuestra oración al Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es también Padre nuestro; lo hacemos por medio de Jesús que es nuestro sumo Sacerdote, y a impulso del Espíritu, que es el inspirador y el alma de nuestra oración.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Cantad y alabad al Señor,/ él nos ha dicho su nombre:/ Padre y Señor para el hombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ Hijo del Padre hecho hombre./ Cristo Señor es su nombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ divino don para el hombre:/ Santo Espíritu es su nombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ él es fiel y nos llama, /él nos espera y nos ama./ Vida, esperanza y amor. Amén. Antífona 1 - Gloria a ti, oh Dios único
en tres personas iguales, antes de los siglos, ahora y por toda la eternidad.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,/ alabad el nombre del Señor./ Bendito sea el nombre del Señor,/ ahora y por siempre:/ de la salida del sol hasta su ocaso,/ alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,/ su gloria sobre los cielos./ ¿Quién como el Señor Dios nuestro,/ que se eleva en su trono/ y se abaja para mirar/ al cielo y a la tierra? Levanta del polvo al desvalido,/ alza de la basura al pobre,/ para sentarlo con los príncipes,/ los príncipes de su pueblo;/ a la estéril le da un puesto en la casa,/ como madre feliz de hijos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Bendita sea la Trinidad santa y la Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros.
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
Salmo 147
Glorifica al Señor, Jerusalén;/ alaba a tu Dios, Sión:/ que ha reforzado los cerrojos de tus puertas/ y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;/ ha puesto paz en tus fronteras,/ te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra,/ y su palabra corre veloz;/ manda la nieve como lana,/ esparce la escarcha como ceniza hace caer el hielo como migajas/ y con el frío congela las aguas;/ envía una orden, y se derriten;/ sopla su aliento, y corren. Anuncia su palabra a Jacob,/ sus decretos y mandatos a Israel;/ con ninguna nación obró así,/ ni les dio a conocer sus mandatos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Gloria y honor por los siglos al Dios uno en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia /ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas
las cosas tuviesen a Cristo /por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 11, 33-36
¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.
Responsorio breve
V Bendigamos al Padre, al Hijo Espíritu Santo, ensalcémoslo himnos por los siglos. R Bendigamos al Padre, al Hijo Espíritu Santo, ensalcémoslo himnos por los siglos.
y al con y al con
V Honor y gloria al único Dios. R Ensalcémoslo con himnos por los siglos. V Gloria al padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Gracias a ti, Señor Dios; gracias a ti, Trinidad única y verdadera, Dios único y supremo, Unidad única y santa. Preces Glorifiquemos a Dios Padre que, por el Espíritu Santo, vivificó el cuerpo de su Hijo, para que su carne resucitada fuera fuente de vida para los hombres, y aclamemos al Dios uno y trino, diciendo: ¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo! Padre todopoderoso y eterno, envía tu Espíritu consolador en nombre de tu Hijo sobre la Iglesia, * para que la conserve en la unidad de la caridad y de la verdad perfectas.
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan, discípulos de entre todos los pueblos * y, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, los con-firmen en la fe verdadera. Ayuda, Señor, a los perseguidos por causa de tu Hijo, * que el Espíritu Santo hable por ellos, como Jesucristo nos prometió. Que todos los hombres, Señor, te confiesen como único Dios en tres personas, * y que vivan en la fe, en la esperanza y en el amor. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Padre de todos los vivientes, tú que vives y reinas con el Hijo y el Espíritu Santo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino.
Digamos ahora al Padre, movidos por el Espíritu Santo que ora en nosotros, la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable, concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna./ R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En el himno de la carta a los Efesios, Pablo celebra la obra de la redención en la que ha quedado patente el amor de Dios hacia nosotros. Dios Padre, por medio de su Hijo muy amado, nos ha perdonado los pecados y nos ha hecho hijos suyos. Los que creyeron fueron marcados con el sello del Espíritu Santo, para gloria de su gracia. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo I Vísperas, pág. 12).
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: La creación ha sido considerada como el templo en que todos los seres unen su voz para alabar a su Creador. Cada cristiano, es el templo donde moran el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y es el Espíritu, que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el que lleva la iniciativa de la oración en ese templo. A impulso del Espíritu, alabamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Al Dios verdadero, que es uno solo en tres personas, venid, adorémosle.
Himno Oh tú, santa Unidad en Trinidad,/ que riges con poder el universo,/ recibe las canciones de alabanza/ que, en vela matinal, cantan tus siervos.
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
El lucero del alba ya refulge,/ caminando ante el sol cual mensajero;/ al caer las tinieblas de la noche,/ nos alumbra tu santa luz de nuevo. Demos gloria a Dios Padre, autor de todo,/ y al Señor Jesucristo, su unigénito,/ y al Santo Defensor de nuestras almas,/ ahora y por los siglos sempiternos. Amén. Antífona 1 - A ti el honor y el imperio, a ti la gloria y el poder, a ti la alabanza y las aclamaciones por todos los siglos, oh excelsa Trinidad.
Salmo 62, 2-9
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - A ti con justicia te alaban, te adoran y glorifican todas las creaturas, oh bienaventurada Trinidad.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2
al
Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor.
Antífona 3 - De él, por él y para él son todas las cosas. ¡Gloria a él por todos los siglos!
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
Salmo 149
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro. Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Co 12, 4-6
Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos.
Responsorio breve
V Para ti la alabanza y la gloria, oh excelsa Trinidad. R Para ti la alabanza y la gloria, oh excelsa Trinidad. V Para ti continua acción de gracias por todos los siglos. R Oh excelsa Trinidad. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Para ti la alabanza y la gloria, oh excelsa Trinidad.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Bendita sea la santísima e indivisible Trinidad, que ha creado el universo y lo gobierna, bendita sea ahora y siempre y por todos los siglos.
Preces Alabemos con júbilo al Dios todo-
poderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y glorifiquémoslo, diciendo: ¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo! Padre santo, ya que nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, danos tu Espíritu para que venga en ayuda de nuestra debilidad, * y que él mismo interceda por nosotros. Hijo único de Dios, que pediste al Padre para tu Iglesia el Espíritu de la verdad, * haz que este Defensor esté siempre con nosotros. Ven, Espíritu Santo, que procedes del Padre y del Hijo, y derrama en nosotros tus frutos: caridad, gozo espiritual, paz, paciencia, benignidad, bondad, * longanimidad, mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad. Padre todopoderoso, tú que enviaste a nuestros corazones el Espíritu de tu Hijo que clama: «¡Padre!», * haz que nos dejemos llevar por ese Espíritu y lleguemos a ser herederos tuyos y coherederos de Cristo. Señor Jesús, que nos enviaste desde el Padre al Paráclito para que diera testimonio de ti, * haz que también nosotros demos testimonio de ti ante los hombres. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Digamos ahora al Padre, movidos por el Espíritu Santo que ora en nosotros, la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable, concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: En la oración de esta tarde, dedicada a celebrar la gloria de la santa e indivisa Trinidad, entonamos nuestra acción de gracias al Padre, por medio de su Hijo Jesucristo, que nos han enriquecido con el don de su Espíritu. Doblamos la rodilla ante el Padre, para que por medio de su Espíritu nos fortalezca en la fe, a fin de que cimentados en el amor, nos hagamos cada vez más semejantes a su Hijo, en el cual tiene sus complacencias.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno Cantad y alabad al Señor,/ él nos ha dicho su nombre:/ Padre y Señor para el hombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ Hijo del Padre hecho hombre. /Cristo Señor es su nombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ divino don para el hombre:/ Santo Espíritu es su nombre./ Vida, esperanza y amor. Cantad y alabad al Señor,/ él es fiel y nos llama, /él nos espera y nos ama./ Vida, esperanza y amor. Amén. Antífona 1 - ¡Oh verdadera excelsa y eterna Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
Salmo 109, 1-5. 7 Oráculo del Señor a mi Señor:/ «Siéntate a mi derecha,/ y haré de tus enemigos/ estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor/ el poder de tu cetro:/ somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,/ entre esplendores sagrados;/ yo mismo te engendré, como rocío,/ antes de la aurora».
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:/ «Tú eres sacerdote eterno/ según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira,/ quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente,/ por eso levantará la cabeza. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Líbranos, sálvanos, danos vida eterna, oh Trinidad santísima.
Salmo 113 A Cuando Israel salió de Egipto,/ los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,/ Judá fue su santuario,/ Israel fue su dominio. El mar, al verlos, huyó,/ el Jordán se echó atrás;/ los montes saltaron como carneros;/ las colinas, como corderos. ¿Qué te pasa, mar, que huyes,/ y a ti, Jordán, que te echas atrás?/ ¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;/ colinas, que saltáis como corderos? En presencia del Señor se estremece la tierra,/ en presencia del Dios de Jacob;/ que transforma las peñas en estanques,/ el pedernal en manantiales de agua. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era, el que es, el que será.
Cántico
Ap 19, 1-2. 5-7
Aleluya La Salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios./ (R Aleluya).
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26 de Mayo - Domingo, Santísima Trinidad, S
Porque sus juicios son verdaderos y justos. R Aleluya, (aleluya). Aleluya Alabad al Señor, sus siervos todos. / (R Aleluya). Los que le teméis, pequeños y grandes. R Aleluya, (aleluya).
Trinidad, te confesamos con todo el corazón y con los labios, te alabamos y te bendecimos. ¡Para ti la gloria por los siglos!
Preces
Aleluya Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo./ (R Aleluya). Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R Aleluya, (aleluya).
Glorifiquemos a Dios Padre que, por el Espíritu Santo, vivificó el cuerpo de su Hijo, para que su carne resucitada fuera fuente de vida para los hombres, y aclamemos al Dios uno y trino, diciendo: ¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!
Aleluya. Llegó la boda del Cordero./ (R Aleluya). Su esposa se ha embellecido. R Aleluya, (aleluya). Gloria y antífona 3
Padre todopoderoso y eterno, envía tu Espíritu consolador en nombre de tu Hijo sobre la Iglesia, * para que la conserve en la unidad de la caridad y de la verdad perfecta.
Lectura breve
Ef 4, 3-6
Esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo.
Responsorio Breve
V Bendigamos al Padre, al Hijo Espíritu Santo, ensalcémoslo himnos por los siglos. R Bendigamos al Padre, al Hijo Espíritu Santo, ensalcémoslo himnos por los siglos.
y al con y al con
V Honor y gloria al único Dios. R Ensalcémoslo con himnos por los siglos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: A ti, Dios Padre no engendrado, a ti, Hijo único del Padre, a ti, Espíritu Santo paráclito, santa e indivisa
Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de entre todos los pueblos * y bautizándolos en el nombre del Padre, y del hijo y del Espíritu Santo, los confirmen en la fe verdadera. Ayuda, Señor, a los perseguidos por causa de tu Hijo, * que el Espíritu Santo hable por ellos, como Jesucristo nos prometió. Que todos los hombres, Señor, te confiesen como único Dios en tres personas, * y que vivan en la fe, en la esperanza y en el amor. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Padre de todos los vivientes, tú que vives y reinas con el Hijo y el Espíritu Santo, * recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino. Digamos ahora al Padre, movidos por el Espíritu Santo que ora en nosotros, la plegaria que Cristo nos enseñó: Padre nuestro.
Oración Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable, concédenos
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26 de Mayo - Domingo - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Hacemos nuestra esta bella oración de Pablo: “¡Qué inmensa y rica es la sabiduría de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Rm 11,33-36). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Domingo II Vísperas, pág. 14)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Jn 16,12-15 En el discurso de la cena san Juan ha dejado una visión dinámica de la Trinidad. Jesús habla del Espíritu de la verdad que procede del Padre, y que él enviará a los discípulos de parte del Padre (15,26). Pero la revelación más sorprendente es ésta: “quien me ve a mí está viendo al Padre” (Jn 14,9). La comunión de vida de Jesús con el Padre es tan profunda, que el Padre es quien está con Jesús realizando las obras que él hace (15,9-10). La revelación que nos hace Jesús no se basa en fórmulas teóricas. Habla de vida; de comunión entre personas; de concurrencia comunitaria a la hora de actuar. El texto del evangelio de Juan se centra en el Espíritu Santo. Jesús lo presenta como el guía que llevará a los discípulos a la verdad en su plenitud. Ésta es la misión que Jesús atribuye al Espíritu. Llevar a la verdad completa significa llevarlos al pleno conocimiento de Jesús, que en el mismo discurso de la cena se proclama “la verdad”. El Espíritu, durante la ausencia de Jesús, ayudará a sus discípulos a profundizar en todo lo que él les ha enseñado. El Espíritu, que procede del Padre y del Hijo, es un revelador de la Trinidad, palabra que no se menciona en los textos bíblicos. Es el revelador del Padre, del Hijo y de sí mismo. Desde el bautismo, estamos vinculados al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. La vida de Dios, que procede del Padre, se nos comunica por el Hijo, y se hace encarnación en la historia por la fuerza del Espíritu. La vida del cristiano es por encima de todo una vida trinitaria. La Trinidad , además de un misterio de fe que hay que confesar, es una comunión de vida con Dios que hay que vivir. P. Antonio Danoz, Redentorista
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27 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de S. Agustín de Canterbury, Ob.
El santo de hoy: S. Agustín de Canterbury (+ 605) Carecemos de datos sobre los primeros años de su vida. Al principio fue monje en el monasterio de S. Andrés de Roma. El año 597 el papa san Gregorio lo envió con un grupo de monjes a evangelizar Inglaterra. Se establecieron en Kanterbury. Más tarde fue ordenado obispo. Por su gran labor evangelizadora se le conoce como “Apóstol de Inglaterra”.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Dios reparte a manos llenas su luz al empezar el día. Y la luz de Cristo resucitado ilumina nuestros caminos de hombres y mujeres, enviados a llevar su luz a nuestros hogares y a nuestros lugares de trabajo. La alabanza a Jesús resucitado nos consolida como luz en medio de nuestro mundo, sumido en las sombras de la injusticia. Cristo resucitado, destierre de nuestros corazones toda forma de tiniebla.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Demos vítores al Señor, aclamándolo con cantos.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - Por la mañana sácianos de tu misericordia. Señor.
Salmo 89 Señor, tú has sido nuestro refugio/ de generación en generación. Antes que naciesen los montes/ o fuera engendrado el orbe de la tierra,/ desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Pusiste nuestras culpas ante ti,/ nuestros secretos ante la luz de tu mirada:/ y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,/ y nuestros años se acabaron como un suspiro. Aunque uno viva setenta años,/ y el más robusto hasta ochenta,/ la mayor parte son fatiga inútil,/ porque pasan aprisa y vuelan. ¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,/ quién ha sentido el peso de tu cólera?/ Enséñanos a calcular nuestros años,/ para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?/ Ten compasión de tus siervos;/ por la mañana sácianos de tu misericordia,/ y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo:/ «Retornad, hijos de Adán». / Mil años en tu presencia/ son un ayer, que pasó;/ una vigilia nocturna.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,/ por los años en que sufrimos desdichas./ Que tus siervos vean tu acción,/ y sus hijos tu gloria.
Los siembras año por año,/ como hierba que se renueva:/ que florece y se renueva por la mañana,/ y por la tarde la siegan y se seca.
Baje a nosotros la bondad del Señor/ y haga prósperas las obras de nuestras manos. Gloria y antífona 1
¡Cómo nos ha consumido tu cólera/ y nos ha trastornado tu indignación!/
Antífona 2 - Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.
164 Cántico
27 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de S. Agustín de Canterbury
Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,/ llegue su alabanza hasta el confín de la tierra /muja el mar y lo que contiene,/ las islas y sus habitantes; alégrese el desierto con sus tiendas,/ los cercados que habita Cadar;/ exulten los habitantes de Petra,/ clamen desde la cumbre de las montañas; /den gloria al Señor,/ anuncien su alabanza en las islas. El Señor sale como un héroe,/ excita su ardor como un guerrero,/ lanza el alarido,/ mostrándose valiente frente al enemigo. «Desde antiguo guardé silencio,/ me callaba y aguantaba;/ mas ahora grito como la mujer cuando da a luz, / jadeo y resuello. Agostaré montes y collados,/ secaré toda su hierba,/ convertiré los ríos en yermo,/ desecaré los estanques;/ conduciré a los ciegos/ por el camino que no conocen,/ los guiaré por senderos que ignoran./ Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,/ lo escabroso en llano». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12
Él hirió a los primogénitos de Egipto,/ desde los hombres hasta los animales./ Envió signos y prodigios/ —en medio de ti, Egipto—/ contra el Faraón y sus ministros. Hirió de muerte a pueblos numerosos,/ mató a reyes poderosos:/ a Sijón, rey de los amorreos;/ a Hog, rey de Basán,/ y a todos los reyes de Canaán./ Y dio su tierra en heredad,/ en heredad a Israel, su pueblo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Jdt 8, 25-27
Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que hizo con Abraham, las pruebas porque hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos, sino para amonestarnos.
Responsorio breve
V Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. R Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos. V Cantadle un cántico nuevo. R Que merece la alabanza de los buenos.
Alabad el nombre del Señor,/ alabadlo, siervos del Señor,/ que estáis en la casa del Señor,/ en los atrios de la casa de nuestro Dios.
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Alabad al Señor porque es bueno,/ tañed para su nombre, que es amable./ Porque él se escogió a Jacob,/ a Israel en posesión suya.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Yo sé que el Señor es grande,/ nuestro dueño más que todos los dioses./ El Señor todo lo que quiere lo hace:/ en el cielo y en la tierra,/ en los mares y en los océanos.
Preces
Hace subir las nubes desde el horizonte,/ con los relámpagos desata la lluvia,/ suelta a los vientos de sus silos.
Antífona: Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian, acudamos a él diciendo: Escúchanos, Señor. Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste; * continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.
27 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de S. Agustín de Canterbury
Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo, * renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu. Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos * para que podamos contemplar hoy tus maravillas. Ya que nos llamas hoy a tu servicio, * haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de nuestros hermanos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo: Padre nuestro.
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Oración Dios nuestro, que por la predicación del obispo san Agustín de Canterbury hiciste brillar la luz del Evangelio sobre el pueblo de Inglaterra, haz que la semilla de sus trabajos apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Si nos ponemos a contar los signos de amor que Dios nos va manifestando cada día que pasa, vemos que son innumerables. Inmenso ha de ser también nuestro reconocimiento y nuestra acción de gracias. Nos unimos a la Iglesia, que al finalizar la jornada laboral, no sólo implora la protección del Señor, sino que eleva sus manos para darle gracias.
Invocación inicial V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135
I Dad gracias al Señor porque es bueno:/ porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios de los dioses:/ porque es eterna su misericordia.
Él afianzó sobre las aguas la tierra:/ porque es eterna su misericordia. Él hizo lumbreras gigantes:/ porque es eterna su misericordia. El sol que gobierna el día:/ porque es eterna su misericordia. La luna que gobierna la noche:/ porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. II Él hirió a Egipto en sus primogénitos:/ porque es eterna su misericordia. Y sacó a Israel de aquel país:/ porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:/ porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:/ porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:/ porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:/ porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:/ porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:/ porque es eterna su misericordia.
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27 de Mayo - Lunes, Feria o Memoria de S. Agustín de Canterbury
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:/ porque es eterna su misericordia.
concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya.
Guió por el desierto a su pueblo:/ porque es eterna su misericordia.
Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Él hirió a reyes famosos:/ porque es eterna su misericordia. Dio muerte a reyes poderosos:/ porque es eterna su misericordia. A Sijón, rey de los amorreos: /porque es eterna su misericordia. Y a Hog, rey de Basán:/ porque es eterna su misericordia. Les dio su tierra en heredad:/ porque es eterna su misericordia. En heredad a Israel su siervo:/ porque es eterna su misericordia. En nuestra humillación se acordó de nosotros:/ porque es eterna su misericordia. Y nos libró de nuestros opresores:/ porque es eterna su misericordia. Él da alimento a todo viviente:/ porque es eterna su misericordia. Dad gracias al Dios del cielo:/ porque es eterna su misericordia. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico
Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo, /que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos, /para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha
Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo /cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Tes 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos, así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.
Responsorio breve
V Suba, Señor, a ti mi oración. R Suba, Señor, a ti mi oración. V Como incienso en tu presencia. R A ti mi oración. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Suba, Señor, a ti mi oración.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío. Preces Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los que se acogen a él, invoquémosle diciendo: Escúchanos, Señor, Dios nuestro. Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia * para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado en tu encarnación. Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia * y haz que con su palabra y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo.
27 de Mayo - Lunes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo, * aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra. Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio. * para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas, * para que sean contados entre tus elegidos.
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Oración Dios nuestro, que por la predicación del obispo san Agustín de Canterbury hiciste brillar la luz del Evangelio sobre el pueblo de Inglaterra, haz que la semilla de sus trabajos apostólicos continúe dando frutos en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de Dios: Padre nuestro.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: El Señor nos llama a una continua renovación de espíritu. Esa renovación empieza por reconocer las propias culpas y por implorar del Señor que ejercite su misericordia con nosotros. El perdón del Señor produce la alegría de la salvación para emprender con un corazón nuevo nuestro compromiso con los pobres y con la justicia. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Lunes, pág. 16)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 10,1-6 El tono amable de Pablo invitando a la generosidad, de repente se torna agrio, defendiendo con vehemencia su vocación de apóstol y la labor evangelizadora que viene realizando. Aquí nos encontramos con otra de las facetas de la rica personalidad de Pablo. Es el Pablo apasionado, agresivo, hábil polemista, muy seguro de su vocación y de la misión que Dios le ha confiado. La autenticidad de su vocación y la defensa de la Buena Noticia que anunciaba eran de vital importancia para Pablo. Se siente muy seguro en su condición de apóstol y fundador de la comunidad de Corinto. Lo que le mueve a actuar no es el instinto, sino el poder de Dios. Pablo se enfrenta a la arrogancia que manifestaban sus adversarios. Se creían con poder para desautorizar la presentación de la Buena Noticia que el apóstol anunciaba, que en varios lugares de sus cartas llama “mi Evangelio”. Todo su discurso está subordinado a la persona y al mensaje de Jesús. En este terreno, que él considera innegociable, no está dispuesto a ceder. Tampoco ante cualquier forma de rebeldía. Quizá resulta extraña a más de uno la forma de reaccionar de Pablo. Puede que se le trate de intransigente. Pero nos encontramos con un Pablo profundamente identificado con su vocación. Sabe en quién ha creído, y está seguro de la persona a la que quiere servir. Otra convicción profunda es la verdad de la Buena
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28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
Noticia que anuncia. De ahí no hay quien lo mueva. No está dispuesto a transigir en lo que considera fundamental. En estos tiempos en que está de moda la cultura Light, y muchos piensan que no existen verdades inamovibles, la actitud de Pablo invita a la reflexión. La fidelidad a la propia vocación de discípulo de Jesús y al Evangelio que hemos acogido en la fe, no puede entrar en la moda de las rebajas. P. Antonio Danoz, Redentorista
28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En esta mañana nos incorporamos al himno de alabanza al Creador. La creación entera, sin gritar, sin decir palabra, canta la gloria del Señor. El hombre y la mujer, con voz propia, interpretan esta sinfonía haciéndola palabra viva en la oración. Damos paso a la alegría, al regalo de la gracia que nos llega generosamente de la mano generosa del Señor. El Espíritu es quien da voz a nuestra alabanza. Invocación inicial V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
prójimo/ lo haré callar;/ ojos engreídos, corazones arrogantes/ no los soportaré.
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Pongo mis ojos en los que son leales,/ ellos vivirán conmigo;/ el que sigue un camino perfecto,/ ése me servirá.
Antífona (para el salmo invitatorio): Al Señor, al Dios grande, venid, adorémosle.
No habitará en mi casa/ quien comete fraudes;/ el que dice mentiras/ no durará en mi presencia.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126
Cada mañana haré callar/ a los hombres malvados,/ para excluir de la ciudad del Señor/ a todos los malhechores. Gloria y antífona 1
Antífona 1 - Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Salmo 100 Voy a cantar la bondad y la justicia,/ para ti es mi música, Señor;/ voy a explicar el camino perfecto:/ ¿Cuándo vendrás a mí? Andaré con rectitud de corazón/ dentro de mi casa;/ no pondré mis ojos / en intenciones viles.
Antífona 2 - No nos desampares, Señor, para siempre.
Cántico
Dn 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,/ digno de alabanza y glorioso es tu nombre.
Aborrezco al que obra mal,/ no se juntará conmigo;/ lejos de mí el corazón torcido,/ no aprobaré al malvado.
Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros/ y todas tus obras son verdad,/ y rectos tus caminos,/ y justos todos tus juicios.
Al que en secreto difama a su
Hemos pecado y cometido iniquidad/
28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido./ Por el honor de tu nombre,/ no nos desampares para siempre,/ no rompas tu alianza,/ no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abraham, tu amigo,/ por Isaac, tu siervo,/ por Israel, tu consagrado,/ a quienes prometiste/ multiplicar su descendencia/ como las estrellas del cielo,/ como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño/ de todos los pueblos;/ hoy estamos humillados por toda la tierra/ a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes,/ ni profetas, ni jefes;/ ni holocausto, ni sacrificios,/ ni ofrendas, ni incienso;/ ni un sitio donde ofrecerte primicias,/ para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito,/ y nuestro espíritu humilde,/ como un holocausto de carneros y toros/ o una multitud de corderos cebados; que éste sea hoy nuestro sacrificio,/ y que sea agradable en tu presencia:/ porque los que en ti confían/ no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón,/ te respetamos y buscamos tu rostro. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
Salmo 143, 1-10 Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa.
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Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos. Extiende la mano desde arriba: / defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David tu siervo. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Is 55, 1
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar: vino y leche de balde.
Responsorio breve
V Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra. V Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio. R Espero en tu palabra. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Preces Dios nos otorga el gozo de poder alabarlo en este comienzo del día, reavivando con ello nuestra esperanza. Invoquémosle, pues, diciendo: Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor. Dios y Padre de nuestro Salvador Jesucristo, * te damos gracias porque, por mediación de tu Hijo, nos has dado el conocimiento y la inmortalidad.
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28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
Danos, Señor, un corazón humilde, para que vivamos sujetos unos a otros en el temor de Cristo. Infunde tu Espíritu en nosotros, tus siervos, * para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento. Tú que has dispuesto que el hombre dominara el mundo con su esfuerzo, * haz que nuestro trabajo te glorifique y santifique a nuestros hermanos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Ya que Dios nos muestra siempre su amor de Padre, velando amorosamente por nosotros, nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Aumenta, Señor, nuestra fe, para que esta alabanza que brota de nuestro corazón vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Elevamos nuestra oración al Señor en esta tarde, antes que concluya el día. Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra esperanza; así, nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en las Escrituras y en la fracción del pan.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.
Salmo 136, 1-6 Junto a los canales de Babilonia/ nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;/ en los sauces de sus orillas/ colgábamos nuestras cítaras. Allí los que nos deportaron/ nos invitaban a cantar;/ nuestros opresores, a divertirlos:/ «Cantadnos un cantar de Sión». ¡Cómo cantar un cántico del Señor/ en tierra extranjera!/ Si me olvido de ti,
Jerusalén,/ que se me paralice la mano derecha; que se me pegue la lengua al paladar/ si no me acuerdo de ti,/ si no pongo a Jerusalén/ en la cumbre de mis alegrías. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.
Salmo 137
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;/ delante de los ángeles tañeré para ti,/ me postraré hacia tu santuario,/ daré gracias a tu nombre; por tu misericordia y tu lealtad,/ porque tu promesa supera a tu fama;/ cuando te invoqué, me escuchaste,/ acreciste el valor en mi alma. Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra/ al escuchar el oráculo de tu boca;/ canten los caminos del Señor,/ porque la gloria del Señor es grande. El Señor es sublime, se fija en el humilde,/ y de lejos conoce al soberbio.
28 de Mayo - Martes, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
Cuando camino entre peligros,/ me conservas la vida;/ extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,/ y tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo:/ Señor, tu misericordia es eterna,/ no abandones la obra de tus manos. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico
Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,/ el honor y el poder,/ porque tú has creado el universo;/ porque por tu voluntad lo que no existía fue creado. Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,/ porque fuiste degollado/ y por tu sangre compraste para Dios/ hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;/ y has hecho de ellos para nuestro Dios/ un reino de sacerdotes/ y reinan sobre la tierra. Digno es el Cordero degollado/ de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,/ la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Col 3, 16
Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle gracias de todo corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
Responsorio breve V Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. V De alegría perpetua a tu derecha. R En tu presencia, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
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R Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Antífona: Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
Preces Invoquemos a Cristo, que da fuerza y poder a su pueblo, diciendo: Señor, escúchanos. Cristo, fortaleza nuestra, concede a todos tus fieles, a quienes has llamado a la luz de tu verdad, * que tengan siempre fidelidad y constancia. Haz, Señor, que los que gobiernan el mundo lo hagan conforme a tu querer, * que sus decisiones vayan encaminadas a la consecución de la paz. Tú que con cinco panes saciaste a la multitud, * enséñanos a socorrer con nuestros bienes a los hambrientos. Que los que tienen en su mano los destinos de los pueblos no cuiden sólo del bienestar de su nación, * sino que piensen también en los otros pueblos. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Cuando vengas en tu día a ser glorificado en los santos, * a nuestros hermanos difuntos la resurrección y la vida feliz. Todos juntos, en familia, repitamos las palabras que nos enseñó Jesús, y oremos al Padre diciendo: Padre nuestro.
Oración Puestos en oración ante ti, Señor, imploramos tu clemencia y te pedimos que nuestras palabras concuerden siempre con los sentimientos de nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
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29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem.del Tpo. Ord.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Al terminar la jornada, nos presentamos ante el Señor, para agradecer cuanto ha hecho por nosotros. Todos sus caminos son rectos. Reconocemos ante el Señor nuestros errores. No siempre hemos puesto por obra lo que él nos ha mandado. Con actitud humilde buscamos el rostro de Dios para obtener su misericordia. “¡Por el honor de tu nombre! No nos abandones para siempre, no rompas tu alianza” (Dan 3,34). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Martes, pág. 18)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA Lectura: 2Co 10,7-11 Pablo se lanza a hablar de su propia persona sin pudor. Para realizar su misión de anunciador de la Buena Noticia ante los corintios con credibilidad, considera que debe hacer valer su autoridad. Esta autoridad le viene ante todo de Dios. Él fue quien lo eligió para anunciar la Buena Noticia a los paganos (Gál 2,16). Pablo considera que él fue el “padre que los engendró” por medio de la primera evangelización. “Aunque tengan diez mil instructores, no tienen muchos padres. Yo los engendré para Cristo al anunciarles la Buena Noticia” (1 Co 4,15). A pesar del tono un tanto duro y exigente de la carta, el apóstol no quiere dar la impresión de que pretende atemorizarlos. Los corintios consideran que cuando escribe su tono es autoritario y exigente. Pero cuando está presente, “es un hombre de presencia insignificante y su palabra es despreciable” (2Cor 10,10). A primera vista, pareciera que Pablo se siente herido por la opinión que tienen de él los corintios. Seguro que humanamente no le ha gustado. Pero a Pablo no le preocupa demasiado la valoración humana que hacen de su persona. Aquí está en juego algo sumamente importante para Pablo: su misión ante la comunidad de Corinto y el servicio que puede prestarle. Esto es lo que en verdad le interesa. En este sentido, cada cual ha de cuidar de su imagen. La incidencia de la propia imagen sobre la labor que se puede realizar es innegable. La persona que tiene un comportamiento honesto, que es coherente con su fe en Dios y en Jesús en sus actuaciones, es un testigo creíble ante los demás, y tiene el campo abierto para realizar un buen servicio a la comunidad. P. Antonio Danoz, Redentorista
29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Unidos a Cristo resucitado, cantamos la alabanza a Dios Padre en este nuevo día. Las diversas acciones de los cristianos han de ser iluminadas por su vida y su Evangelio. La caridad, alimentada por su Espíritu, es el alma de nuestra oración y de las actividades personales y comunitarias. Oremos, para que la luz de Cristo guíe nuestro pensar, nuestro sentir y nuestro obrar.
29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem.del Tpo. Ord.
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Invocación inicial
Cántico
En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Desbordo de gozo en el Señor,/ y me alegro con mi Dios:/ porque me ha vestido un traje de gala/ y me ha envuelto en un manto de triunfo,/ como a un novio que se pone la corona,/ o a una novia que se adorna con sus joyas.
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza.
Antífona (para el salmo invitatorio): Aclama al Señor, tierra entera, servid al Señor con alegría.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - Mi corazón está firme, Dios mío, mi corazón está firme. +
Salmo 107
Dios mío, mi corazón está firme,/ + para ti cantaré y tocaré, gloria mía./ Despertad, cítara y arpa,/ despertaré a la aurora. Te daré gracias ante los pueblos, Señor,/ tocaré para ti ante las naciones:/ por tu bondad, que es más grande que los cielos;/ por tu fidelidad, que alcanza a las nubes. Elévate sobre el cielo, Dios mío,/ y llene la tierra tu gloria;/ para que se salven tus predilectos,/ que tu mano salvadora nos responda. Dios habló en su santuario:/ «Triunfante ocuparé Siquén,/ parcelaré el valle de Sucot; mío es Galaad, mío Manasés,/ Efraím es yelmo de mi cabeza,/ Judá es mi cetro;
Is 61, 10—62, 5
Como el suelo echa sus brotes,/ como un jardín hace brotar sus semillas,/ así el Señor hará brotar la justicia/ y los himnos, ante todos los pueblos. Por amor de Sión no callaré,/ por amor de Jerusalén no descansaré,/ hasta que despunte la aurora de su justicia/ y su salvación llamee como antorcha. Los pueblos verán tu justicia,/ y los reyes, tu gloria;/ te pondrán un nombre nuevo/ pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor/ y diadema real en la palma de tu Dios. Ya no te llamarán «Abandonada»;/ ni a tu tierra, «Devastada»;/ a ti te llamarán «Mi favorita»,/ y a tu tierra, «Desposada»,/ porque el Señor te prefiere a ti,/ y tu tierra tendrá marido. Como un joven se casa con su novia,/ así te desposa el que te construyó;/ la alegría que encuentra el marido con su esposa,/ la encontrará tu Dios contigo. Gloria y antífona 2
Moab, una jofaina para lavarme,/ sobre Edom echo mi sandalia,/ sobre Filistea canto victoria».
Antífona 3 - Alabaré al Señor mientras viva.
Pero ¿quién me guiará a la plaza fuerte,/ quien me conducirá a Edom,/ si tú, ¡oh Dios!, nos has rechazado/ y no sales ya con nuestras tropas?
Alaba, alma mía, al Señor:/ alabaré al Señor mientras viva,/ tañeré para mi Dios mientras exista.
Auxílianos contra el enemigo,/ que la ayuda del hombre es inútil;/ con Dios haremos proezas,/ Él pisoteará a nuestros enemigos. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - El Señor me ha revestido de justicia y santidad.
Salmo 145
No confiéis en los príncipes,/ seres de polvo que no pueden salvar;/ exhalan el espíritu y vuelven al polvo,/ ese día perecen sus planes. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,/ el que espera en el Señor, su Dios,/ que hizo el cielo y la tierra,/ el mar y cuanto hay en él;
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29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem.del Tpo. Ord.
que mantiene su fidelidad perpetuamente,/ que hace justicia a los oprimidos,/ que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos,/ el Señor abre los ojos al ciego,/ el Señor endereza a los que ya se doblan,/ el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos;/ sustenta al huérfano y a la viuda/ y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente,/ tu Dios, Sión, de edad en edad. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Dt 4, 39-40a
Has de reconocer hoy y recordar que el Señor es Dios, en lo alto del cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro. Guarda los mandatos y preceptos que te voy a dar hoy.
Responsorio breve
V Bendigo al Señor en todo momento. R Bendigo al Señor en todo momento. V Su alabanza está siempre en mi boca. R En todo momento. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Bendigo al Señor en todo momento.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Sirvamos al Señor santidad todos nuestros días.
con
Preces
nos ilumina con su palabra; acudamos pues a él diciendo: Rey de la gloria, escúchanos. Te bendecimos, Señor, autor y consumador de nuestra fe, * porque de las tinieblas nos has trasladado a tu luz admirable. Tú que abriste los ojos de los ciegos y diste oído a los sordos, * aumenta nuestra fe. Haz, Señor, que permanezcamos siempre en tu amor, * y que este amor nos guarde fraternalmente unidos. Ayúdanos para que resistamos a la tentación, aguantemos en la tribulación * y te demos gracias en la prosperidad. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Dejemos que el Espíritu de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones, se una a nuestro espíritu, para clamar: Padre nuestro.
Oración Recuerda, Señor, tu santa alianza consagrada con el nuevo sacramento de la sangre del Cordero, para que tu pueblo obtenga el perdón de sus pecados, y un aumento constante de salvación. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Cristo, reflejo de la gloria del Padre,
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Jesús quiso abrazar con todo realismo la condición humana. Nace de una mujer, que es la Virgen María; nace en un pueblo determinado, que tiene sus leyes. Enraizados en la propia vida y en la propia historia, vivimos la encarnación del Evangelio en el espacio social, político y religioso que los tiempos nos han reservado. Mantengamos viva la conciencia de que somos hijos de Dios.
29 de Mayo - Miércoles, Feria, VIII Sem.del Tpo. Ord.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - Señor, tu saber me sobrepasa.
Salmo 138, 1 18. 23 24
I Señor, tú me sondeas y me conoces;/ me conoces cuando me siento o me levanto,/ de lejos penetras mis pensamientos;/ distingues mi camino y mi descanso,/ todas mis sendas te son familiares. No ha llegado la palabra a mi lengua,/ y ya, Señor, te la sabes toda./ Me envuelves por doquier, /me cubres con tu mano./ Tanto saber me sobrepasa,/ es sublime, y no lo abarco. ¿Adónde iré lejos de tu aliento,/ adónde escaparé de tu mirada?/ Si escalo el cielo, allí estás tú;/ si me acuesto en el abismo, allí te encuentro; si vuelo hasta el margen de la aurora,/ si emigro hasta el confín del mar,/ allí me alcanzará tu izquierda,/ tu diestra llegará hasta mí. Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,/ que la luz se haga noche en torno a mí», /ni la tiniebla es oscura para ti,/ la noche es clara como el día. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.
II Tú has creado mis entrañas,/ me has tejido en el seno materno./ Te doy gracias,/ porque me has formado portentosamente,/ porque son admirables tus obras;/ conocías hasta el fondo de mi alma,/ no desconocías mis huesos.
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Cuando, en lo oculto, me iba formando,/ y entretejiendo en lo profundo de la tierra,/ tus ojos veían mis acciones,/ se escribían todas en tu libro,/ calculados estaban mis días/ antes que llegase el primero. ¡Qué incomparables encuentro tus designios,/ Dios mío, qué inmenso es su conjunto!/ Si me pongo a contarlos, son más que arena;/ si los doy por terminados, aún me quedas tú. Señor, sondéame y conoce mi corazón/ ponme a prueba y conoce mis sentimientos,/ mira si mi camino se desvía,/ guíame por el camino eterno. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Todo fue creado por él y para él.
Cántico
Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre, /que nos ha hecho capaces de compartir /la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, /y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, /por cuya sangre hemos recibido la redención, /el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, / primogénito de toda criatura; /pues por medio de él fueron creadas todas las cosas: /celestes y terrestres, visibles e invisibles, /Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; /todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. /Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia. /Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, /y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud. /Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas: /haciendo la paz por la sangre de su cruz /con todos los seres, así del cielo como de la tierra. Gloria y antífona 3
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Lectura breve
1Jn 2, 3-6
Sabemos que hemos llegado a conocer a Cristo si guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, miente; y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra posee el perfecto amor de Dios. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que está siempre en él debe andar de continuo como él anduvo.
Responsorio breve
V Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos. R Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos. V A la sombra de tus alas escóndenos. R Como a las niñas de tus ojos. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Guárdanos, Señor, como a las niñas de tus ojos.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: Haz, Señor, proezas con tu brazo, dispersa a los soberbios y enaltece a los humildes. Preces Invoquemos a Dios, cuya bondad para con su pueblo es más grande que los cielos, y digámosle: Que se alegren los que se acogen a ti, Señor. Acuérdate, Señor, que enviaste a tu Hijo al mundo, no para condenarlo,
sino para salvarlo; * haz que su muerte gloriosa nos traiga la salvación. Tú que constituiste a tus sacerdotes servidores de Cristo y administradores de tus misterios, * concédeles un corazón fiel, ciencia abundante y caridad intensa. Tú que desde el principio creaste hombre y mujer, * guarda a todas las familias unidas en el verdadero amor. Haz que los que has llamado a la castidad perfecta por el reino de los cielos, * sigan con fidelidad a tu Hijo. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Tú que enviaste a Jesucristo al mundo para salvar a los pecadores, * concede a todos los difuntos el perdón de sus faltas. Movidos por el Espíritu Santo y llenos de su amor, dirijamos al Padre nuestra oración: Padre nuestro.
Oración Acuérdate, Señor, de tu misericordia, y, ya que a los hambrientos los colmas de bienes, socorre nuestra indigencia con la abundancia de tus riquezas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: Cuando las actividades cesan y recobra poco a poco la calma, nos recogemos para profundizar nuestro encuentro con Dios. Él nos ha enriquecido durante la jornada con el don de su Palabra, nos ha fortalecido para consolidar nuestro testimonio de Cristo en medio de la sociedad. Por todos estos dones elevamos al Padre nuestra acción de gracias. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Miércoles, pág. 20)
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PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 10,12-18 La acusación de los adversarios de Pablo que habían llegado a Corinto, le discutían su condición de apóstol, y por lo mismo, la autoridad apostólica que se arrogaba ante la comunidad. Ellos sí se consideraban “ser de Cristo”, y gozar de autoridad sobre la comunidad de Corinto. Posiblemente procedían de la Iglesia de Jerusalén y se sentían respaldados por los apóstoles que residían en aquella comunidad. En la comunidad de Jerusalén existió una cierta suspicacia sobre la autenticidad de la conversión de Pablo. Pablo vence el malestar que le produce tener que hablar de sí mismo, y enfrenta a sus adversarios. Se lo exige su fidelidad a la misión de apóstol que Dios le ha confiado. Considera que las reivindicaciones que hace son justas. No tiene conciencia de haberse extralimitado en sus competencias. Les recuerda a los corintios, que fue el primero en anunciarles la Buena Noticia de Cristo. Esta gloria nadie se la puede quitar. Tampoco admite que se le discuta la autoridad sobre la comunidad que le otorga este hecho. Las recomendaciones que Pablo hace a los corintios son válidas para los discípulos de todos los tiempos. La primera la toma del profeta Jeremías: “Quien quiera gloriarse, que se gloríe en el Señor” (2Cor 10,17). El texto del profeta es el siguiente: “No se gloríe el sabio en su saber, no se gloríe el soldado por su valor, ni se gloríe el rico en su riqueza; quien quiera gloriarse que se gloríe de esto: de saber y comprender que yo soy el Señor” (Jr 9,22-23). La verdadera gloria para Pablo consiste en tener a Dios por Señor, y en realizar en todo momento la misión que confía a cada uno. De nada sirve recomendarse a sí mismo y vanagloriarse de los propios méritos, si no es Dios quien nos recomienda. P. Antonio Danoz, Redentorista
30 de Mayo - Jueves, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord. La santa de hoy: Sta. Juana de Arco (1412-1431) Nace en Donremy (Francia). Procede de una familia de campesinos. A pesar de sus cortos años de vida, interviene activamente en la vida política, relacionada con la sucesión al trono entre Carlos VII de Francia y Enrique VI de Inglaterra. Juana fue traicionada, y por una suma de dinero la entregaron a los ingleses. Se le siguió un proceso y fue condenada como hereje, siendo quemada públicamente en la plaza del mercado de Ruán. Fue canonizada en 1920. Es Patrona de Francia.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: En las primeras comunidades nos encontramos con personas que optan por el celibato. Pablo alaba esta actitud, si significa una entrega más generosa al servicio del Señor. Liberarse de las preocupaciones que lleva consigo la vida conyugal, no significa infravalorar el matrimonio cristiano. Éste es un gran misterio, como lo es también la consagración al Señor a través del celibato.
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30 de Mayo - Jueves, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3, con la antífona siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Entrad en la presencia del Señor con aclamaciones.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 126 Antífona 1 - En la mañana, Señor, hazme escuchar tu gracia.
Salmo 142, 1-11 Señor, escucha mi oración; /tú que eres fiel, atiende a mi súplica; /tú que eres justo, escúchame. /No llames a juicio a tu siervo, /pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti. El enemigo me persigue a muerte, / empuja mi vida al sepulcro, /me confina a las tinieblas /como a los muertos ya olvidados. /Mi aliento desfallece, /mi corazón dentro de mí está yerto. Recuerdo los tiempos antiguos, / medito todas tus acciones, /considero las obras de tus manos /y extiendo mis brazos hacia ti: /tengo sed de ti como tierra reseca. Escúchame en seguida, Señor, /que me falta el aliento. /No me escondas tu rostro, /igual que a los que bajan a la fosa. En la mañana hazme escuchar tu gracia, /ya que confío en ti; /indícame el camino que he de seguir, /pues levanto mi alma a ti. Líbrame del enemigo, Señor, /que me refugio en ti. /Enséñame a cumplir tu voluntad, /ya que tú eres mi Dios. / Tu espíritu, que es bueno, /me guíe por tierra llana. Por tu nombre, Señor, consérvame vivo; /por tu clemencia, sácame de la angustia. Gloria y antífona 1
Antífona 2 - El Señor hará derivar hacia Jerusalén como un río la paz.
Cántico
Is 66, 10-14a
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, /todos los que la amáis, /alegraos de su alegría, /los que por ella llevasteis luto; /a su pecho seréis alimentados /y os saciaréis de sus consuelos /y apuraréis las delicias /de sus pechos abundantes. Porque así dice el Señor: /«Yo haré derivar hacia ella /como un río la paz, /como un torrente en crecida, /las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas /y sobre las rodillas las acariciarán; /como a un niño a quien su madre consuela, /así os consolaré yo /y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo se alegrará vuestro corazón /y vuestros huesos florecerán como un prado». Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
Salmo 146 Alabad al Señor, que la música es buena; /nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, / reúne a los deportados de Israel; /él sana los corazones destrozados, /venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas, /a cada una la llama por su nombre. / Nuestro Señor es grande y poderoso, / su sabiduría no tiene medida. /El Señor sostiene a los humildes, /humilla hasta el polvo a los malvados. Entonad la acción de gracias al Señor, /tocad la cítara para nuestro Dios, /que cubre el cielo de nubes, /preparando la lluvia para la tierra; que hace brotar hierba en los montes, /para los que sirven al hombre; /que da su alimento al ganado, /y a las crías de cuervo que graznan.
30 de Mayo - Jueves, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
No aprecia el vigor de los caballos, / no estima los músculos del hombre: /el Señor aprecia a sus fieles, /que confían en su misericordia. Gloria y antífona 3
Lectura breve
Rom 8, 18-21
Los padecimientos de esta vida presente tengo por cierto que no son nada en comparación con la gloria futura que se ha de revelar en nosotros. La creación entera está en expectación, suspirando por esa manifestación gloriosa de los hijos de Dios; porque las creaturas todas quedaron sometidas al desorden, no porque a ello tendiesen de suyo, sino por culpa del hombre que las sometió. Y abrigan la esperanza de quedar ellas, a su vez, libres de la esclavitud gloriosa que han de recibir los hijos de Dios.
Responsorio breve
V Velando medito en ti, Señor. R Velando medito en ti, Señor. V Porque fuiste mi auxilio. R Medito en ti, Señor. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Velando medito en ti, Señor.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Antífona: Anuncia, Señor, la salvación a tu pueblo y perdónanos nuestros pecados.
Preces Invoquemos a Dios, de quien viene la salvación para su pueblo, diciendo:
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Tú, que eres nuestra vida, escúchanos, Señor. Bendito seas, Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, * por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Tú que, en Cristo, renovaste al hombre, creado a imagen tuya, * haz que reproduzcamos la imagen de tu Hijo. Derrama en nuestros corazones, lastimados por el odio y la envidia, * tu Espíritu de amor. Concede hoy trabajo a quienes lo buscan, pan a los hambrientos, alegría a los tristes, * a todos la gracia y la salvación. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Por Jesús hemos sido hechos hijos de Dios; por esto nos atrevemos a decir: Padre nuestro.
Oración Concédenos, Señor, acoger siempre el anuncio de la salvación para que, libres de temor, y arrancados de la mano de los enemigos te sirvamos, con santidad y justicia, todos nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: La autenticidad de la fe se manifiesta a través de la caridad. Para que el amor de Dios llegue a su plenitud en los discípulos, es necesario guardar la palabra de Jesús y cumplir sus mandamientos. Ésta es la manifestación de que la confesión de fe en Jesús y en su Palabra es verdadera. De lo contrario, la confesión resulta vana y sin incidencia en la vida.
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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30 de Mayo - Jueves, Feria, VIII Sem. del Tpo. Ord.
Himno, Días de Feria Tpo. Ord., pág. 127 Antífona 1 - Tú eres, Señor, mi bienhechor, y mi refugio donde me pongo a salvo.
Salmo 143 I Bendito el Señor, mi Roca,/ que adiestra mis manos para el combate,/ mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar,/ baluarte donde me pongo a salvo,/ mi escudo y mi refugio,/ que me somete los pueblos. Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?/ ¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?/ El hombre es igual que un soplo;/ sus días, una sombra que pasa.
en las praderas,/ y nuestros bueyes vengan cargados;/ que no haya brechas ni aberturas,/ ni alarma en nuestras plazas. Dichoso el pueblo que esto tiene,/ dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Ahora se estableció la salud y el reinado de nuestro Dios.
Cántico Ap 11, 17-18; 12, 10b-12a Gracias te damos, Señor Dios omnipotente,/ el que eres y el que eras,/ porque has asumido el gran poder/ y comenzaste a reinar.
Señor, inclina tu cielo y desciende,/ toca los montes, y echarán humo,/ fulmina el rayo y dispérsalos,/ dispara tus saetas y desbarátalos.
Se encolerizaron las naciones,/ llegó tu cólera,/ y el, tiempo de que sean juzgados los muertos,/ y de dar el galardón a tus siervos los profetas,/ y a los santos y a los que temen tu nombre,/ y a los pequeños y a los grandes,/ y de arruinar a los que arruinaron la tierra.
Extiende la mano desde arriba:/ defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,/ de la mano de los extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso. Gloria y antífona 1
Ahora se estableció la salud y el poderío,/ y el reinado de nuestro Dios,/ y la potestad de su Cristo;/ porque fue precipitado/ el acusador de nuestros hermanos,/ el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.
Antífona 2 - Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor. II Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,/ tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:/ para ti que das la victoria a los reyes,/ y salvas a David, tu siervo.
Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero/ y por la palabra del testimonio que dieron,/ y no amaron tanto su vida que temieran la muerte./ Por esto, estad alegres, cielos,/ y los que moráis en sus tiendas. Gloria y antífona 3
Defiéndeme de la espada cruel,/ sálvame de las manos de extranjeros,/ cuya boca dice falsedades,/ cuya diestra jura en falso.
Lectura breve
Sean nuestros hijos un plantío,/ crecido desde su adolescencia;/ nuestras hijas sean columnas talladas,/ estructura de un templo. Que nuestros silos estén repletos/ de frutos de toda especie;/ que nuestros rebaños a millares/ se multipliquen
Col 1, 23
Perseverad firmemente fundados e inconmovibles en la fe y no os apartéis de la esperanza del Evangelio que habéis oído, que ha sido predicado a toda creatura bajo los cielos.
Responsorio breve
V El Señor es mi pastor, nada me falta. R El Señor es mi pastor, nada me falta. V En verdes praderas me hace recostar.
30 de Mayo - Jueves - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
R Nada me falta. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo. R El Señor es mi pastor, nada me falta.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4 Antífona: A los que tienen hambre de ser justos el Señor los colma de bienes. Preces Invoquemos a Cristo, luz del mundo y alegría de todo ser viviente, y digámosle confiados: Señor, danos tu luz, la salvación y la paz. Luz indeficiente y palabra eterna del Padre, tú que has venido a salvar a los hombres, * ilumina a los catecúmenos de la Iglesia con la luz de tu verdad. No lleves cuenta de nuestros delitos, Señor, * pues de ti procede el perdón. Señor, tú que has querido que la inteligencia del hombre investigara los secretos de la naturaleza, * haz que la ciencia y las artes contribuyan a tu gloria y al bienestar de todos los hombres.
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Protege, Señor, a los que se han consagrado en el mundo al servicio de sus hermanos; * que con libertad de espíritu y sin desánimo puedan realizar su ideal. (Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Señor, tú que abres y nadie puede cerrar, ilumina a nuestros difuntos que yacen en tiniebla y en sombra de muerte, * y ábreles las puertas de tu reino. Porque todos nos sabemos hermanos, hijos de un mismo Dios, confiadamente nos atrevemos a decir: Padre nuestro
Oración Acoge benigno, Señor, nuestra súplica vespertina y haz que, siguiendo las huellas de tu Hijo, fructifiquemos con perseverancia en buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
Oración de la Noche - Completas
Invitación: En la oración de esta noche ahondemos en el gran misterio que es el ser humano. La contemplación de esta maravilla, nos lleva a contemplar al Creador, que nos ha tejido en el seno materno, que nos rodea, nos protege, nos sondea y nos conoce. Con el Señor a nuestro lado, la noche es clara como el día. La oscuridad de la noche se torna luz en torno a nosotros. (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Jueves, pág. 22)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: 2Co 11,1-4 Aquí empieza Pablo el discurso que los autores suelen titular: “Discurso del insensato”. El título se apoya en las palabras del mismo Pablo: “Ojalá aguantaran ustedes un poco de locura (insensatez) por mi parte”. Pablo es consciente de que lo que va a decir es una necedad. Pide comprensión a los corintios, pues, lo que está en juego es muy importante para él. Confía que aguantarán esta insensatez, provocada por el amor que les tiene. Por defender la Buena Noticia que anuncia, Pablo está dispuesto a pasar por todo; incluso por que le tengan por un necio. Pablo acude al ejemplo del padre que guarda con solicitud a su hija para que permanezca virgen, y así poder
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31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María
confiarla al novio el día de la boda. El apóstol confiesa que siente celos por la comunidad de Corinto, pero sus celos son celos de Dios. Pablo presentó a los corintios ante Cristo, como una virgen casta en el día de su boda. Él se ha convertido en celoso guardián de la alianza de amor de la comunidad con Cristo. Como padre solícito ha tomado sobre sus hombros la responsabilidad de protegerla. Y se mantiene a su lado vigilante. El peligro de seducción existe en Corinto. Por eso, Pablo les recuerda un pasaje bíblico de mal recuerdo. Se trata de la escena del Génesis en el que la serpiente engaña a la mujer, y ésta junto con Adán fueron infieles a Dios. La comunidad de Corinto se encuentra en un trance parecido. Los predicadores que han llegado actúan como la serpiente. Intentan separarlos de Cristo con el cual se han unido como esposa fiel al creer en la Buena Noticia que Pablo les anunció. La exhortación de Pablo es válida para cada discípulo en particular y para las comunidades. Su recomendación sigue siendo actual: “No se dejen corromper abandonando la sinceridad y la fidelidad a Cristo” (2Cor 11,3). P. Antonio Danoz, Redentorista
31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María, F La fiesta de hoy: Visitación de María La fiesta tiene su base en el relato de la visita de María a Isabel, que narra Lucas (Lc 1,39-56). Esta fiesta surge en la orden franciscana en el siglo XIII. San Pío V la introduce definitivamente en el calendario litúrgico universal el año 1570. Lucas aprovecha para dar a conocer el misterio de la encarnación y sus primeros frutos salvíficos; revela la actitud servicial de María; y celebra por boca de María la maravillosa intervención salvífica de Dios en la historia.
Oración de la Mañana - Laudes
Invitación: Inauguramos nuestra oración de esta mañana con una hermosa noticia: Una mujer de nombre María, que vive en Nazaret, se desplaza a toda prisa a casa de Zacarías. Lleva en su seno al Mesías, al Hijo del Altísimo. Ésta era la gran noticia que el mundo sumido en tinieblas esperaba. Llenó de gozo la casa de Isabel. Llena de gozo el corazón de todos los que creemos en Jesús y disfrutamos de la salvación.
Invocación inicial
V Señor, abre mis labios. R Y mi boca proclamará tu alabanza. En forma opcional se dice luego el salmo 94, ver pág. 3 con su antífona del invitatorio siguiente:
Antífona (para el salmo invitatorio): Aclamemos al Señor en esta fiesta de la Visitación de María Virgen.
Himno La Virgen santa, grávida del Verbo,/ en alas del Espíritu camina;/ la Madre que llevaba la Palabra,/ de amor movida, sale de visita.
31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María
Y sienten las montañas silenciosas,/ y el mundo entero en sus entrañas vivas,/ que al paso de la Virgen ha llegado/ el anunciado gozo del Mesías. Alborozado Juan por su Señor,/ en el seno, feliz se regocija,/ y por nosotros rinde el homenaje/ y al Hijo santo da la bienvenida. Bendito en la morada sempiterna/ aquel que tú llevaste, Peregrina,/ aquel que, con el Padre y el Espíritu,/ al bendecirte a ti nos bendecía. Amén. Antífona 1 - Se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá. Aleluya.
Salmo 62, 2-9 ¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo;/ mi alma está sedienta de ti;/ mi carne tiene ansia de ti,/ como tierra reseca, agostada, sin agua. ¡Cómo te contemplaba en el santuario/ viendo tu fuerza y tu gloria!/ Tu gracia vale más que la vida,/ te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré/ y alzaré las manos invocándote./ Me saciaré de manjares exquisitos,/ y mis labios te alabarán jubilosos. En el lecho me acuerdo de ti/ y velando medito en ti,/ porque fuiste mi auxilio,/ y a la sombra de tus alas canto con júbilo;/ mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Así que Isabel oyó el saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella quedó llena del Espíritu Santo. Aleluya.
Cántico
Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Ángeles del Señor, bendecid Señor;/ cielos, bendecid al Señor.
al
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Aguas del espacio, bendecid al Señor;/ ejércitos del Señor, bendecid al Señor. Sol y luna, bendecid al Señor;/ astros del cielo, bendecid al Señor. Lluvia y rocío, bendecid al Señor;/ vientos todos, bendecid al Señor. Fuego y calor, bendecid al Señor;/ fríos y heladas, bendecid al Señor. Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;/ témpanos y hielos, bendecid al Señor. Escarchas y nieves, bendecid al Señor,/ noche y día, bendecid al Señor. Luz y tinieblas, bendecid al Señor,/ rayos y nubes, bendecid al Señor. Bendiga la tierra al Señor,/ ensálcelo con himnos por los siglos. Montes y cumbres, bendecid al Señor,/ cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor. Manantiales, bendecid al Señor,/ mares y ríos, bendecid al Señor. Cetáceos y peces, bendecid al Señor;/ aves del cielo, bendecid al Señor. Fieras y ganados, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Hijos de los hombres, bendecid al Señor,/ bendiga Israel al Señor. Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;/ siervos del Señor, bendecid al Señor. Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;/ santos y humildes de corazón, bendecid al Señor. Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,/ ensalzadlo con himnos por los siglos. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,/ ensalcémoslo con himnos por los siglos.
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31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,/ alabado y glorioso y ensalzado por los siglos. No se dice Gloria al Padre. Antífona 2 Antífona 3 - Dichosa tú, María, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya.
Salmo 149 Cantad al Señor un cántico nuevo,/ resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;/ que se alegre Israel por su Creador,/ los hijos de Sión por su Rey. Alabad su nombre con danzas,/ cantadle con tambores y cítaras;/ porque el Señor ama a su pueblo/ y adorna con la victoria a los humildes. Que los fieles festejen su gloria/ y canten jubilosos en filas:/ con vítores a Dios en la boca/ y espadas de dos filos en las manos: para tomar venganza de los pueblos/ y aplicar el castigo a las naciones,/ sujetando a los reyes con argollas,/ a los nobles con esposas de hierro.
Antífona: Así que Isabel oyó el saludo de María, en alta voz exclamó: «¿Cómo he merecido yo que la madre de mi Señor venga a mi casa?» Aleluya.
Preces Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle: Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros. Sol de justicia, a quien María Virgen precedía cual aurora luciente, * haz que vivamos siempre iluminados por la claridad de tu presencia. Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor, * ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna. Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, * líbranos también a nosotros de toda culpa.
Ejecutar la sentencia dictada/ es un honor para todos sus fieles. Gloria y antífona 3
Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo, * haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
Lectura breve
(Se pueden añadir algunas intenciones libres)
Jl 2, 27-28a
Sabréis que estoy en medio de Israel, yo, el Señor los vuestro, el Único. ¡Mi pueblo no será confundido jamás! Después de eso, derramaré mi Espíritu sobre toda carne: profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas.
Responsorio breve V El Señor la eligió y la predestinó. R El Señor la eligió y la predestinó. V La hizo morar en su templo santo. R Y la predestinó. V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R El Señor la eligió y la predestinó.
Cántico de Zacarías, pág. 4
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente: Padre nuestro.
Oración Dios todopoderoso y eterno, tú que, cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que, con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Conclusión
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María
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Oración de la Tarde - Vísperas
Invitación: Donde entra Jesús todo lo transforma. Hasta Juan que está en el seno de Isabel salta de gozo. Para disfrutar de esta alegría es necesario creer en el Espíritu de Dios, que realizó la maravilla de la encarnación. Hay que creer con la fe de María, que no dudó que esto era posible. Con la fe de Isabel, que proclamó a María: “Madre de mi Señor”. Ésta fue la manera de confesar su fe en la encarnación. ¿Cuál es la nuestra?
Invocación inicial
V Dios mío, ven en mi auxilio. R Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
dentro de tus muros,/ seguridad en tus palacios». Por mis hermanos y compañeros,/ voy a decir: «La paz contigo»./ Por la casa del Señor, nuestro Dios,/ te deseo todo bien. Gloria y antífona 1 Antífona 2 - Tan pronto como llegaron a mis oídos las palabras de tu saludo, dio luego el niño en mi seno saltos de alegría. Aleluya.
Una mujer creyente de Israel/ es para siempre madre de la vida;/ bendita por su fe la nueva Eva,/ morada santa donde Dios habita.
Salmo 126
Lo mismo que Isabel, la santa Iglesia/ hoy a su madre alaba y felicita:/ «¡Bendita seas, Dios está contigo,/ llena de gracia al par, Virgen María!
Si el Señor no construye la casa,/ en vano se cansan los albañiles;/ si el Señor no guarda la ciudad,/ en vano vigilan los centinelas.
Y bendito en la morada sempiterna/ aquel que tú llevaste, Peregrina,/ aquel que, con el Padre y el Espíritu,/ al bendecirte a ti nos bendecía.» Amén.
Es inútil que ustedes madruguen,/ que velen hasta muy tarde,/ los que comen el pan de sus sudores:/ ¡Dios se lo da a sus amigos mientras duermen!
Antífona 1 - Entró María en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aleluya.
La herencia que da el Señor son los hijos;/ una recompensa es el fruto de las entrañas:/ son saetas en mano de un guerrero/ los hijos de la juventud.
Salmo 121 ¡Qué alegría cuando me dijeron:/«Vamos a la casa del Señor»!/ Ya están pisando nuestros pies/ tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada/ como ciudad bien compacta./ Allá suben las tribus,/ las tribus del Señor, según la costumbre de Israel,/ a celebrar el nombre del Señor;/ en ella están los tribunales de justicia/ en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén:/ «Vivan seguros los que te aman,/ haya paz
Dichoso el hombre que llena/ con ellas su aljaba:/ no quedará derrotado cuando litigue/ con su adversario en la plaza. Gloria y antífona 2 Antífona 3 - Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. Aleluya.
Cántico
Ef 1,3-10
Bendito sea Dios,/ Padre de nuestro Señor Jesucristo,/ que nos ha bendecido en la persona de Cristo/ con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
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31 de Mayo - Viernes, Visitación de la Virgen María
Él nos eligió en la persona de Cristo,/ antes de crear el mundo,/ para que fuésemos consagrados/ e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo,/ por pura iniciativa suya,/ a ser sus hijos,/ para que la gloria de su gracia,/ que tan generosamente nos ha concedido/ en su querido Hijo,/ redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre,/ hemos recibido la redención,/ el perdón de los pecados./ El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia/ ha sido un derroche para con nosotros,/ dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan/ que había proyectado realizar por Cristo/ cuando llegase el momento culminante:/ hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo/ por cabeza,/ las del cielo y las de la tierra. Gloria y antífona 3
Lectura breve
1Pe 5, 5-7
Sed humildes unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos bajo la poderosa mano de Dios, para que a su tiempo os eleve. Descargad en él todas vuestras preocupaciones, porque él se interesa por vosotros.
Responsorio breve V Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. A R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo. .
Preces
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo: Que la llena de gracia interceda por nosotros. Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores * y a todos abundancia de salud y de paz. Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor, * y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús. Tú que hiciste de María la madre de misericordia, * haz que los que viven en peligro o están tentados sientan su protección maternal. Tú que encomendaste a María la misión de madre de familia en el hogar de Jesús y de José, * haz que por su intercesión todas las madres fomenten en sus hogares el amor y la santidad. (Se pueden añadir algunas’ intenciones libres)
Tú que coronaste a María como reina del cielo, * haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino. Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de bienes al mundo hambriento: Padre nuestro.
Oración
V Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
Dios todopoderoso y eterno, tú que, cuando María llevaba en su seno a tu Hijo, le inspiraste que visitara a su prima santa Isabel, haz que nosotros seamos siempre dóciles a las inspiraciones de tu Espíritu, para que, con María, podamos proclamar eternamente tu grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Cántico de la Sma. Vg. Mª, pág. 4
Conclusión
V Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. R El Señor está contigo.
Antífona: Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su esclava. Aleluya.
V El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R Amén.
31 de Mayo - Viernes - Oración de la Noche - Completas / Palabra de Dios para cada día
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Oración de la Noche - Completas
Invitación: La oración de esta noche la dedicamos a la acción de gracias. Nos servimos de las palabras de María: “Canta mi alma la grandeza del Señor, festeja mi espíritu a Dios mi salvador. Porque es poderoso y ha realizado obras maravillosas…Su misericordia se extiende de generación en generación. Despliega la fuerza de su brazo, para dispersar soberbios, derribar tronos y levantar a lo más alto los humildes” (Lc 1,46ss). (Completas: Textos comunes, pág. 8 y propios del Viernes, pág. 24)
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA
Lectura: Lc 1,39-56 La visita de María a Isabel hay que situarla en el cuadro de la anunciación. La encarnación de Jesús en el seno de María había acontecido en lo secreto. Con esta visita hace sentir su presencia. Isabel se llena del Espíritu Santo, el niño salta de gozo. Es el gozo mesiánico de la salvación que se hacía presente. Allí se proclama la primera bienaventuranza evangélica: “¡Bienaventurada tú que has creído!, porque se cumplirá lo que el Señor te anunció” (Lc 1,45). Celebramos el gozo de la salvación, que nos llegó por medio de la maternidad de la bienaventurada Virgen María. Con María, alabamos al Señor. Nos alegramos, porque el Señor ha dado preferencia a los pobres y a los humildes. Su misericordia, se ha hecho patente sobre todo en el misterio de la salvación. Como María, reconocemos las maravillas que Dios ha obrado en nuestro favor y en beneficio de toda la humanidad. Unidos a ella, nuestra alma engrandece al Señor y se alegra en Jesús nuestro Salvador. Por medio de María, el gozo de la salvación ha llegado hasta nosotros. Por ella la maldición que pesaba sobre la humanidad se ha convertido en bendición. Bendecimos a Dios, que ha querido hacer a María madre de Cristo, y por medio de él, “madre de nuestra sabiduría, madre de nuestra justicia, madre de nuestra santificación, madre de nuestra redención”. Bendecimos al Señor, porque se ha fijado en la sencillez de su sierva y ha exaltado a los humildes. P. Antonio Danoz, Redentorista
MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI PARA LA 47ª JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES Queridos hermanos y hermanas: Ante la proximidad de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2013, deseo proponeros algunas reflexiones acerca de una realidad cada vez más importante, y que tiene que ver con el modo en el que las personas se comunican hoy entre sí. Quisiera detenerme
188 a considerar el desarrollo de las redes sociales digitales, que están contribuyendo a que surja una nueva «ágora», una plaza pública y abierta en la que las personas comparten ideas, informaciones, opiniones, y donde, además, nacen nuevas relaciones y formas de comunidad. Estos espacios, cuando se valorizan bien y de manera equilibrada, favorecen formas de diálogo y de debate que, llevadas a cabo con respeto, salvaguarda de la intimidad, responsabilidad e interés por la verdad, pueden reforzar los lazos de unidad entre las personas y promover eficazmente la armonía de la familia humana. El intercambio de información puede convertirse en verdadera comunicación, los contactos pueden transformarse en amistad, las conexiones pueden facilitar la comunión. Si las redes sociales están llamadas a actualizar esta gran potencialidad, las personas que participan en ellas deben esforzarse por ser auténticas, porque en estos espacios no se comparten tan solo ideas e informaciones, sino que, en última instancia, son ellas mismas el objeto de la comunicación. El desarrollo de las redes sociales requiere un compromiso: las personas se sienten implicadas cuando han de construir relaciones y encontrar amistades, cuando buscan respuestas a sus preguntas, o se divierten, pero también cuando se sienten estimuladas intelectualmente y comparten competencias y conocimientos. Las redes se convierten así, cada vez más, en parte del tejido de la sociedad, en cuanto que unen a las personas en virtud de estas necesidades fundamentales. Las redes sociales se alimentan, por tanto, de aspiraciones radicadas en el corazón del hombre. La cultura de las redes sociales y los cambios en las formas y los estilos de la comunicación suponen todo un desafío para quienes desean hablar de verdad y de valores. A menudo, como sucede también con otros medios de comunicación social, el significado y la eficacia de las diferentes formas de expresión parecen determinados más por su popularidad que por su importancia y validez intrínsecas. La popularidad, a su vez, depende a menudo más de la fama o de estrategias persuasivas que de la lógica de la argumentación. A veces, la voz discreta de la razón se ve sofocada por el ruido de tanta información y no consigue despertar la atención, que se reserva en cambio a quienes se expresan de manera más persuasiva. Los medios de comunicación social necesitan, por tanto, del compromiso de todos aquellos que son conscientes del valor del diálogo, del debate razonado, de la argumentación lógica; de personas que tratan de cultivar formas de discurso y de expresión que apelan a las más nobles aspiraciones de quien está implicado en el proceso comunicativo. El diálogo y el debate pueden florecer y crecer asimismo cuando se conversa y se toma en serio a quienes sostienen ideas distintas de las nuestras. «Teniendo en cuenta la diversidad cultural, es preciso lograr que las personas no sólo acepten la existencia de la cultura del otro, sino que aspiren también a enriquecerse con ella y a ofrecerle lo que se tiene de bueno, de verdadero y de bello» (Discurso para el Encuentro con el mundo de la cultura, Belém, Lisboa, 12 mayo 2010).
189 Las redes sociales deben afrontar el desafío de ser verdaderamente inclusivas: de este modo, se beneficiarán de la plena participación de los creyentes que desean compartir el Mensaje de Jesús y los valores de la dignidad humana que promueven sus enseñanzas. En efecto, los creyentes advierten de modo cada vez más claro que si la Buena Noticia no se da a conocer también en el ambiente digital podría quedar fuera del ámbito de la experiencia de muchas personas para las que este espacio existencial es importante. El ambiente digital no es un mundo paralelo o puramente virtual, sino que forma parte de la realidad cotidiana de muchos, especialmente de los más jóvenes. Las redes sociales son el fruto de la interacción humana pero, a su vez, dan nueva forma a las dinámicas de la comunicación que crea relaciones; por tanto, una comprensión atenta de este ambiente es el prerrequisito para una presencia significativa dentro del mismo. La capacidad de utilizar los nuevos lenguajes es necesaria no tanto para estar al paso con los tiempos, sino precisamente para permitir que la infinita riqueza del Evangelio encuentre formas de expresión que puedan alcanzar las mentes y los corazones de todos. En el ambiente digital, la palabra escrita se encuentra con frecuencia acompañada de imágenes y sonidos. Una comunicación eficaz, como las parábolas de Jesús, ha de estimular la imaginación y la sensibilidad afectiva de aquéllos a quienes queremos invitar a un encuentro con el misterio del amor de Dios. Por lo demás, sabemos que la tradición cristiana ha sido siempre rica en signos y símbolos: pienso, por ejemplo, en la cruz, los iconos, el belén, las imágenes de la Virgen María, los vitrales y las pinturas de las iglesias. Una parte sustancial del patrimonio artístico de la humanidad ha sido realizada por artistas y músicos que han intentado expresar las verdades de la fe. En las redes sociales se pone de manifiesto la autenticidad de los creyentes cuando comparten la fuente profunda de su esperanza y de su alegría: la fe en el Dios rico de misericordia y de amor, revelado en Jesucristo. Este compartir consiste no solo en la expresión explícita de la fe, sino también en el testimonio, es decir, «en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él». (Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2011). Una forma especialmente significativa de dar testimonio es la voluntad de donarse a los demás mediante la disponibilidad para responder pacientemente y con respeto a sus preguntas y sus dudas en el camino de búsqueda de la verdad y del sentido de la existencia humana. La presencia en las redes sociales del diálogo sobre la fe y el creer confirma la relevancia de la religión en el debate público y social. Para quienes han acogido con corazón abierto el don de la fe, la respuesta radical a las preguntas del hombre sobre el amor, la verdad y el significado de la vida ―que están presentes en las redes sociales― se encuentra en la persona de Jesucristo. Es natural que quien tiene fe desee compartirla, con respeto y sensibilidad, con las personas que encuentra en el ambiente digital. Pero en definitiva los buenos frutos que el compartir el Evangelio
190 puede dar, se deben más a la capacidad de la Palabra de Dios de tocar los corazones, que a cualquier esfuerzo nuestro. La confianza en el poder de la acción de Dios debe ser superior a la seguridad que depositemos en el uso de los medios humanos. También en el ambiente digital, en el que con facilidad se alzan voces con tonos demasiado fuertes y conflictivos, y donde a veces se corre el riesgo de que prevalezca el sensacionalismo, estamos llamados a un atento discernimiento. Y recordemos, a este respecto, que Elías reconoció la voz de Dios no en el viento fuerte e impetuoso, ni en el terremoto o en el fuego, sino en el «susurro de una brisa suave» (1R 19,11-12). Confiemos en que los deseos fundamentales del hombre de amar y ser amado, de encontrar significado y verdad ― que Dios mismo ha colocado en el corazón del ser humano― hagan que los hombres y mujeres de nuestro tiempo estén siempre abiertos a lo que el beato cardenal Newman llamaba la «luz amable» de la fe. Las redes sociales, además de instrumento de evangelización, pueden ser un factor de desarrollo humano. Por ejemplo, en algunos contextos geográficos y culturales en los que los cristianos se sienten aislados, las redes sociales permiten fortalecer el sentido de su efectiva unidad con la comunidad universal de los creyentes. Las redes ofrecen la posibilidad de compartir fácilmente los recursos espirituales y litúrgicos, y hacen que las personas puedan rezar con un renovado sentido de cercanía con quienes profesan su misma fe. La implicación auténtica e interactiva con las cuestiones y las dudas de quienes están lejos de la fe nos debe hacer sentir la necesidad de alimentar con la oración y la reflexión nuestra fe en la presencia de Dios, y también nuestra caridad activa: «Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe» (1 Co 13,1). Existen redes sociales que, en el ambiente digital, ofrecen al hombre de hoy ocasiones para orar, meditar y compartir la Palabra de Dios. Pero estas redes pueden asimismo abrir las puertas a otras dimensiones de la fe. De hecho, muchas personas están descubriendo, precisamente gracias a un contacto que comenzó en la red, la importancia del encuentro directo, de la experiencia de comunidad o también de peregrinación, elementos que son importantes en el camino de fe. Tratando de hacer presente el Evangelio en el ambiente digital, podemos invitar a las personas a vivir encuentros de oración o celebraciones litúrgicas en lugares concretos como iglesias o capillas. Debe de haber coherencia y unidad en la expresión de nuestra fe y en nuestro testimonio del Evangelio dentro de la realidad en la que estamos llamados a vivir, tanto si se trata de la realidad física como de la digital. Ante los demás, estamos llamados a dar a conocer el amor de Dios, hasta los más remotos confines de la tierra. Rezo para que el Espíritu de Dios os acompañe y os ilumine siempre, y al mismo tiempo os bendigo de corazón para que podáis ser verdaderamente mensajeros y testigos del Evangelio. «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación» (Mc 16,15). Benedicto XVI
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DÍA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en casi toda la Iglesia se celebra a partir de1967 en el día de la Ascensión del Señor. En la sociedad actual, caracterizada por profundos y rápidos cambios, la cultura de la comunicación ejerce una influencia determinante sobre el modo de ser, pensar y hacer de las personas. Los medios de comunicación social están presentes en todo lugar y momento de nuestra cotidianidad. Vivimos en la era que los especialistas han llamado “comunicación, conocimiento e información”. La comunicación, en el contexto de la revolución tecnológica y del proceso de globalización, genera cultura, y la cultura se transmite por medio de estos grandes instrumentos de comunicación. El Papa Benedicto XVI eligió como tema para la 47ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en el contexto de la celebración del Año de la Fe, a las “Redes Sociales: portales de verdad y de fe; nuevos espacios para la evangelización”. Esta reflexión responde a que uno de los desafíos actuales más importantes es precisamente la evangelización en un ambiente cada vez más digital, en la cual se han desarrollado y han adquirido una gran popularidad las redes sociales, impactando en la comunicación y en las relaciones interpersonales. Las inquietudes planteadas ante esta situación incluyen si la tecnología puede ayudar a los hombres a encontrar a Cristo en la fe. La necesidad de presentar el Evangelio como respuesta perenne a la exigencia humana de sentido y de fe, debe emerger y abrirse camino a través de Internet. Los paulinos y Paulinas, en unión con la Iglesia de Venezuela consciente del papel fundamental de los medios de comunicación en el quehacer de la pastoral de la comunicación, orientada a la evangelización y difusión de la Buena Nueva, este año organiza del 06 al 12 de mayo la “Semana de la Comunicación” un espacio que por segundo año consecutivo se abre para la reflexión y el estudio por descubrir el fundamento bíblico – teológico de la pastoral de la comunicación, de modo que alimente y fortalezca la espiritualidad de la comunicación e ilumine las prácticas comunicativas del anuncio del Evangelio hasta los confines del mundo. Información: info@sanpablo.org.ve @pacomve (0212)-963.68.81
192 HOJA DE PEDIDO de “Oremos con la Iglesia” Sres. Ediciones San Pablo Departamento de suscripción, Caracas (0212) 963.68.81 y 963.65.19 suscripciones@sanpablo.org.ve El suscrito.....................................................................desea recibir ejs ............... de “Oremos con la Iglesia”. Enviar a la siguiente dirección:................................................................................................... .................................................................................................................. ....................................................... Telf.:................................................. Correo electrónico................................................................................... Forma de envío: 1. Adjunto al paquete de otras publicaciones de San Pablo: ( )......... 2. Por otro medio, indicarlo.................................................................. Forma de pago: 1. Tengo cuenta con “San Pablo” - Indicar número............................... ............................................................................................................. 2. Por medio del Banco......................................................................... 3. Otra manera, indicarla...................................................................... Observaciones:..................................................................................... ............................................................................................................. ............................................................................................................. Firma................................................... Fecha.....................................
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