Año XLVI - Domingo III del Tiempo Ordinario /C - 27 de Enero de 2013
SÉ TESTIGO DE LA MISIÓN DE JESÚS
Remesa II - Nº 11
P
ara ser verdadero testigo del Reino, se requiere la presencia y la fuerza del Espíritu Santo. Jesús en la hora del bautismo siente que el Espíritu baja en forma de paloma sobre él y lo posee fuertemente. El mismo Espíritu, con poder divino, lo impulsa al desierto, lo acompaña en la prueba y al final de la jornada, lo encamina hacia la misión por senderos de tierra, a pie descalzo y con el zurrón sobre los hombros. Al cabo de un breve tiempo regresa a su pueblo y acude a la Sinagoga en el día del sábado. Ante la invitación de “quién quiere leer”, Jesús se levanta, se acerca a la presidencia y proclama con fuerza: “El Espíritu está sobre mí. Él me ha ungido y me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, anunciar la libertad a los cautivos, dar vista a los ciegos y proclamar el año de gracia del Señor”. Cuando termina la proclamación, regresa a su sitio. Y al observar que todos lo miran con los ojos atónitos, Jesús pronuncia una frase que retumba en la Sinagoga como trueno de Dios: “Hoy se cumple esta Escri“El Espíritu del Señor está tura que acaban de oír”. sobre mí. Él me ha ungido para El hoy de Jesús somos tú y yo, cuerpo de llevar la buena noticia a los Cristo; su tiempo de ayer es nuestro ahora. pobres” (Lc 4,18). Su voz es nuestra voz; su misión, es nuestra misión. No cambies ninguna palabra de la lectura de la Sinagoga. Somos discípulos misioneros del reino de Dios. ¿Cómo vives tu misión cristiana? ¿Qué importancia tiene el Espíritu en tu compromiso misionero? ¿En qué ámbitos se realiza tu misión? El Espíritu está sobre ti. Él te ha ungido y enviado para ser Buena Noticia de amor, de justicia, de libertad. Este es tu camino. Sé testigo de la misión de Jesús en la sinagoga de tu casa, de tu barrio y de tu comunidad parroquial. Antonio Gracia, pasionista Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna (Sal 18)
Nuestra Misa Monición
Domingo III del Tiempo Ordinario /C Hermanos. Estamos en el Domingo Tercero del Tiempo Ordinario. Hoy se cumple el evangelio proclamado por Jesús. En la Eucaristía, celebrada con la gracia del Espíritu, la palabra se hace carne en su Cuerpo que es la Iglesia. Y nosotros, como miembros de ese Cuerpo nos convertimos en testigos de su misión ahora y aquí. No olvidemos que el valor de su Reino se proclama con la palabra de la vida. De pie iniciemos la Santa Misa.
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Antífona de entrada
Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia y en su templo, belleza y majestad (Sal 95,1.6).
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Acto Penitencial
S Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad. S Tú que te que has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten piedad. R Cristo, ten piedad. S Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo: Señor, ten piedad. R Señor, ten piedad.
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Gloria
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En aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día primero del mes séptimo, y Esdras leyó desde el amanecer hasta el mediodía, en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley. Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor; el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: “¡Amén!”, e inclinándose, se postraron rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura. Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al escuchar las palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza”. Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Oración colecta
Dios eterno y todopoderoso, conduce nuestra vida por el camino de tus mandamientos para que, unidos a tu Hijo amado, podamos producir frutos abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo.
1ª Lectura (Ne 8,2-4.5-6.8-10) Lectura del libro de Nehemías
Salmo responsorial (18)
L Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna. R Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna. L La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo/R
L En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino /R L La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos /R L Que sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación /R
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2ª Lectura (1Co 12,12-30) Lectura de
la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios
Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: “Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”; ni la cabeza, a los pies: “Ustedes no me hacen falta”. Por el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los
miembros que carecían de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan? Palabra de Dios. A Te alabamos, Señor.
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Aclamación a/d Evangelio
R Aleluya, aleluya. El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. R Aleluya (Lc 4, 18).
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Lectura del santo Evangelio según san Lucas A. Gloria a ti, Señor
(Lc 1,1-4;4,14-21)
Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado. (Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Názaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga,
El Domingo. Día del Señor. Fundado por el Beato Santiago Alberione en 1921 en Italia y en Venezuela se inició su publicación en 1966. Director: P. A. Vagnoni, ssp. - Coordinación: July Zambrano - Corrección: Manolo Martínez - Diagramación: Dora González - Ilustraciones de: Hna. Teresa Castaño - Edita SAN PABLO - Aptdo. 14.034 de Candelaria, Caracas 1011-A -Telfs.: (0212) 573.63.46 - 576.76.62 - 577.10.24.- Fax: (0212) 576.93.34 - Administración y distribución: Telfs.: (0212) 963.68.81 - 963.65.19 - Fax: (0212) 963.68.52 - Correo Electrónico E-Mail: publicaciones@sanpablo.org.ve - Web site: http: //www.sanpablo.org.ve - Para notificar pagos: (0212) 577.10.24 - E-mail: cobranzas@sanpablo.org.ve - Con licencia eclesiástica. Dep. Leg. pp 76-1793
como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Palabra del Señor. A Gloria a ti, Señor Jesús.
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Profesión de fe
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Oración de los fieles
S Oremos, para que el Espíritu de Dios actúe en nuestras comunidades, y realicemos el anuncio valiente del Evangelio y buen servicio de caridad. A Te lo pedimos, Señor L Hemos sido bautizados en el Espíritu y confirmados por el Espíritu. Para que el Espíritu permanezca activo en nuestras personas y en todas nuestras obras: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Por las instituciones sociales, económicas y políticas, para que sirvan a la justicia y a los más necesitados, antes que a intereses privados o partidistas: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Se nos dio el Espíritu para bien de todos. Para que colaboremos activamente en el anuncio del Evangelio y en los servicios de caridad en nuestras comunidades: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor L Jesús nos dice: “Recibirán el Espíritu Santo, para ser mis testigos”. Para que seamos testigos de Jesús ante el mundo, como personas y como comunidad: Oremos al Señor A Te lo pedimos, Señor (Intenciones libres)
S Derrama tu Espíritu, Señor, sobre nosotros, para que el amor nos mantenga activos en la proclamación de tu Palabra y en el servicio a los más pobres. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, con bondad, los dones que te presentamos y santifícalos por medio de tu Espíritu para que se nos conviertan en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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Plegaria Eucarística
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Oración del Señor
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Antífona de comunión
Acudan al Señor, pongan en él su confianza y no quedarán defraudados (Sal 33,6).
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Oración d/de la comunión
Te damos gracias, Señor, por habernos alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo y te pedimos que este don tuyo sea para nosotros fuente inagotable de vida. Por Jesucristo, nuestro, Señor.
Liturgia de la Semana - 3ª Sem. del Salterio
(Del 28 de Enero al 3 de Febrero de 2013)
28 Lunes, Santo Tomás de Aquino, Presbítero y Doctor, M - Hb 9,15.24-28; Sal 97; Mc 3,22-30. 29 Martes, Feria, III Sma. del Tpo. Ord. Hb 10,1-10; Sal 39; Mc 3,31-35. 30 Miércoles, Feria, III Sma. del Tpo. Ord. - Hb 10,11-18; Sal 109; Mc 4,1-20. 31 Jueves, San Juan Bosco, Presbítero, M - Hb 10,19-25; Sal 23; Mc 4,21-25. 1 Viernes, Bta. Candelaria de San José, Virg., M - Hb 10,32-39; Sal 36; Mc 4,2634. 2 Sábado - Presentación del Señor, F - Mal 3,1-4; Sal 23; o Hb 2,14-18; Lc 2,22-40. 3 Domingo, IV Domingo del Tiempo Ordinario /C - Jer 1,4-5.17-19; Sal 70; 1 Cor 12,31-13,13; Lc 4,21-30 - L.H. 4ª Semana del Salterio.