L A P L A N TA
THE PLAN
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Writing the Intimate Geographies of the City Escribiendo las geografĂas Ăntimas de la ciudad
Marina Lathouri
T H E P L A N / L A P L A N TA
“A dictionary begins when it no longer gives the meaning of words, but their tasks.” —Georges Bataille, “L’Informe,” 1929
“Un diccionario comienza cuando ya no entrega el significado de las palabras, sino sus tareas”. —Georges Bataille, L’Informe, 1929
“The Plan is the generator. Without a plan, you have lack of order, and willfulness. The Plan holds in itself the essence of sensation. The great problems of to-morrow, dictated by collective necessities, put the question of ‘plan’ in a new form. Modern life demands, and is waiting for, a new kind of plan both for the house and for the city.” —Le Corbusier, Vers une Architecture, 1923
“El plan es el generador. Sin plan, sólo hay desorden y arbitrariedad. El plan lleva en sí la esencia de la sensación. Los grandes problemas del futuro, dictados por las necesidades colectivas, presentan de nuevo la cuestión del plan. La vida moderna exige, espera, un nuevo plan para la casa y para la ciudad”. —Le Corbusier, Vers une Architecture, 1923
Plan is a noun and a verb; it implies an intention as well as a specified course of action. It has remained through history the most compact description of the architectural idea as well as working instrument to trace precedents and imagine and set spatial arrangements to come. It is precisely the analytical and projective capacity that made the plan since the Italian Renaissance in the fifteenth and sixteenth centuries constitutive in the formation of the professional identity of the architect and the conceptualization of architecture as spatial technique and part of a complex social practice. One way to grasp the historical specificity of the plan, and more specifically, its role in the production of discourse on the city is to understand the key terms in which it is discussed. The attempt to work with the terms arises from an assumption expressed succinctly by Manfredo Tafuri in his essay “The Historical Project.”
Plan, la palabra francesa en la raíz de ‘plano’ o ‘planta’, es un sustantivo y un verbo; implica una intención, así como un curso de acción específico. Ha perdurado a través de la historia como la descripción más compacta de una idea arquitectónica, así como un instrumento de trabajo para rastrear precedentes e imaginar y establecer configuraciones espaciales por venir. Precisamente esta capacidad analítica y proyectiva hizo de la planta, desde el Renacimiento italiano en el siglo XV y XVI, constitutiva en la formación de la identidad profesional del arquitecto y en la conceptualización de la arquitectura como técnica espacial y parte de una elaborada práctica social. Una forma de entender la especificidad histórica de la planta, y más específicamente, su rol en la producción del discurso sobre la ciudad, es comprender los términos fundamentales de su discusión. La tentativa de trabajar con las palabras surge de una suposición, expresada concisamente por
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Tafuri writes, “history is viewed as a ‘production,’ in all senses of the term: the production of meanings, beginning with the ‘signifying traces’ of events; an analytical construction that is never definite and always provisional; … The language of history therefore implies and assumes the languages and the techniques that act and produce the real: it ‘contaminates’ those languages and those techniques and, in turn, is ‘contaminated’ by them.”1 Focusing on this rather complex territory between ‘the languages and the techniques that act and produce the real’ and languages of history, within which things are constantly interrogated, language itself acts as a frontier. It extends across and cuts through meanings, practices and realities, which often pass unnoticed yet interfere with institutions, social and economic procedures and specific political tactics. The significance of our encounter with this historical process lies not so much in tracing any specific meaning the term plan might have, but rather in what has become its disciplinary and social function. In the pages of De re Aedificatoria (On the Art of Building), Alberti distinguishes the architect from the craftsman, excluding manual labour from the claimed new practice of the “art of building.” The exclusion is at the same time a founding act of a form of knowledge, which no longer relies on direct observation, memory and 1 Manfredo Tafuri, The Sphere and the Labyrinth (Cambridge, MA: The MIT Press, 1990), 3. He concludes: “With the fading away of the dream of knowledge as a means to power, the constant struggle between the analysis and its objects—their irreducible tension—remains. Precisely this tension is ‘productive’.”
Manfredo Tafuri en “El proyecto histórico”. “La historia”, escribe Tafuri, “se ve como un ‘producir’, con todas las articulaciones del término. Producción de significados, a partir de las ‘huellas significantes’ de los acontecimientos, construcción analítica, nunca definitiva y siempre provisional (…) Por ello, el lenguaje de la historia implica y asume los lenguajes y las técnicas que actúan en la producción de lo real: ‘ensucia’ aquellos lenguajes y aquellas técnicas y es ‘ensuciado’ por ellos”.1 Al concentrarse en este territorio de cierta complejidad, entre “los lenguajes y las técnicas que actúan en la producción de lo real” y los lenguajes de la historia, dentro de los cuales las cosas son constantemente interrogadas, el lenguaje mismo actúa como una frontera. Se extiende entre y atraviesa significados, prácticas y realidades, que suelen pasar desapercibidas, aunque interfieren con instituciones, procedimientos sociales y económicos, y tácticas políticas específicas. La importancia de nuestro encuentro con este proceso histórico no radica en rastrear algún significado específico que el término ‘planta’ pueda adquirir, sino más bien lo que se ha convertido en su función disciplinar y social. En las páginas de De re Aedificatoria, Alberti distingue al arquitecto del artesano, excluyendo al trabajo manual de la aclamada 1 Manfredo Tafuri, The Sphere and the Labyrinth (Cambridge, MA: The MIT Press, 1990), 3. Tafuri concluye: “Desvanecido el sueño de un saber que se identifique inmediatamente con un poder, queda la lucha constante entre el análisis y sus objetos, su tensión irreductible. Esta tensión es exactamente ‘productiva’”. Según traducción al castellano de la edición de Francesc Serra Cantarell de La Esfera y el Laberinto (Barcelona: Gustavo Gili, 1984)