EL EDIFICIO
THE BUILDING
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Stadiums of a City Estadios de una ciudad
Valentina Rozas-Krause
THE BUILDING / EL EDIFICIO
Built by the Chilean State to be used frequently by the people, the National Stadium articulated a double condition early on: that of a metropolitan landmark and, simultaneously, a national reference. What STADIUM proposes is to recreate this double condition: to imagine that the city of Santiago fits in the 40,000 square metres of the National Stadium, and that the building is a monumental miniature of the political, social, and cultural processes of the past eighty years of Chilean history.
Construido por el Estado chileno para que la sociedad lo utilizara intensamente, el Estadio Nacional articuló desde temprano una doble condición: como hito metropolitano y, al mismo tiempo, como referencia nacional. Lo que nos propone STADIUM es recrear esta dualidad: imaginar que en los 40 mil metros cuadrados del Estadio Nacional cabe la ciudad de Santiago y que este edificio es una miniatura monumental de procesos políticos, sociales y culturales de los últimos ochenta años de la historia chilena.
Three characteristics of the National Stadium are essential to articulate this reading. First, and at least with regards to the twentieth century, there was no other mass venue in the country capable of representing the ideal of a pluri-classist space, a place where sports, political, and cultural spectacles were able to summon a socially diverse public. Second, it has been a building with the necessary versatility to house an impressive heterogeneity of activities. Third, the radical experiences that have taken place there form a very wide spectrum, with sports situated at its center. On one end, there is the stadium as a refugee camp for Europeans escaping Nazism and the stadium as a shelter for victims of natural disasters. On the other end, there is the stadium as an extermination facility.1 Between these two ends we find the event evoked by STADIUM. The segregated circulations of the National Stadium, characteristic of a massive football venue, served that
Tres de las características del Estadio Nacional son cruciales para articular esta lectura. Primero, y al menos en lo que respecta al siglo XX, no hubo en el país otro recinto de masas capaz de representar el ideal del espacio pluriclasista: un lugar en donde los espectáculos deportivos, políticos y culturales fueran capaces de convocar a un público transversal. Segundo, ha sido uno de los recintos con la versatilidad necesaria como para alojar una impresionante heterogeneidad de actividades. Tercero, la radicalidad de las experiencias que ahí se han desarrollado forman un arco muy extenso en cuyo centro está el deporte. En un extremo está el estadio como espacio de refugio para europeos perseguidos por el nazismo o como albergue para damnificados después de catástrofes climáticas. En el otro, está el estadio como centro de exterminio.1 Entre ambos, se encuentra el evento que evoca STADIUM, aquel día 29 de septiembre
1 More information on this historical spectrum and the details of the different uses of the National Stadium can be found in: Valentina Rozas-Krause, Ni tan elefante, ni tan blanco: arquitectura, urbanismo y política en la trayectoria del Estadio Nacional (Santiago: RIL editores, 2014).
1 Más información sobre este arco histórico y los detalles de los distintos usos del Estadio Nacional pueden ser consultados en: Valentina Rozas-Krause, Ni tan elefante, ni tan blanco: arquitectura, urbanismo y política en la trayectoria del Estadio Nacional (Santiago: RIL editores, 2014).
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day to reinforce the urban segregation of a militarized Santiago. The event was a milestone for a new housing policy that overturned the urban integration efforts carried out by previous governments, in order to expand the city of Santiago and concentrate the most deprived sectors in its periphery. While that day the National Stadium accommodated the workingclass peripheries of Santiago, ever since its construction it has played the role of the model and the stage for multiple versions of one city: the modern, the popular, the militarized, the neoliberal, and the memorial. The immutability of the Stadium’s concrete walls is only apparent; its history reflects that it is a building capable of transforming along with the city that surrounds it. In other words, there are as many stadiums as there are versions of Santiago: the modern stadium, the popular stadium, the militarized stadium, the neoliberal stadium, and the memorial stadium.
The Modern Stadium In 1938, at the time it was inaugurated by President Arturo Alessandri Palma (1932– 38), the Stadium was the largest building in the capital, and as such, the role it played for the city surpassed its use as a sports venue. The National Stadium was a symbol and an instrument for the modernization of the state as well as the city. Originally, the building was the centerpiece of a national project of physical and moral regeneration. As such, the Stadium was part of an educational program that promoted sports to champion an ideal “Chilean race.” As the largest monument in Santiago, the
de 1979, cuando pobladores de distintas comunas de la capital de Chile se dirigieron al Estadio Nacional para recibir sus títulos de propiedad de manos del Estado. La segregación de circulaciones del coliseo, propia de un recinto masivo de fútbol, sirvió entonces para reforzar la segregación urbana de un Santiago militarizado. El evento fue un hito de una nueva política de vivienda que revirtió los esfuerzos de integración urbana que se habían desarrollado durante gobiernos anteriores con el fin de extender la ciudad de Santiago y concentrar a los sectores menos favorecidos en su periferia. Si bien ese día el Estadio Nacional albergó la periferia obrera de Santiago, desde su creación ha sido modelo y escenario de múltiples versiones de la ciudad: la moderna, la popular, la militarizada, la neoliberal y la memorial. La inmutabilidad de los muros de concreto del Estadio Nacional es aparente: la historia de este edificio refleja que es capaz de transformarse junto con la ciudad que lo rodea. En otras palabras, existen tantos estadios como versiones de Santiago: el estadio moderno, el estadio popular, el estadio militarizado, el estadio neoliberal y el estadio memorial.
El estadio moderno Cuando fue inaugurado en 1938 por el presidente Arturo Alessandri Palma (1932-1938), el Estadio Nacional fue el edificio más grande de la capital y, como tal, tuvo un rol para la ciudad que excedía su uso deportivo. Fue un símbolo y una herramienta de modernización del Estado, así como de la ciudad. Originalmente, el