El librero secreto

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El Librero Secreto

“Pasan en las noticias locales que una nueva especie de pez ha sido descubierta por investigadores mientras estudiaban las profundidades del Triángulo de las Bermudas. Lograron capturar algunos peces de esa especie para estudiarlos y encontrar respuestas a los misterios de la parte del mar de donde provienen…” Solo puse el canal buscando algo que ver. Me pareció aburrido y por eso lo quité desde que se llevaron los peces a un laboratorio. – ¡Mierda! Es tarde y el autobús nos deja, mejor corremos. –En esos tiempos estaba junto a mi hermano cursando el último año del bachillerato, no era un estudiante brillante, pero tampoco era el más mediocre, era un chico normal que llevaba una vida normal y siempre deseando que algo interesante pasara en su vida. Como todos los días, tengo que lidiar con una maestra que siempre esta amargada y desde que despachan mi hermano y yo tenemos que caminar todo ese camino hasta la casa porque el autobús siempre está lleno de regreso a casa. Salimos a caminar y llegando a la casa me desvié y caminé hacia el parque a sentarme un rato y descansar antes de ir a mi hogar y escuchar a mi madre discutiendo y mandándonos a hacer cosas que no queremos. –No hay un solo día en que esa mujer discuta por todo – Sigue siendo mami, así que cuidado con lo que dices – ¿Qué haces aquí?, pensaba que estabas en la casa –Al igual que tú, no estoy por pelear con mami. Nos pasamos la tarde con unos amigos, –Casi se hace de noche. ¡Vámonos antes que comiencen a llamarnos preguntando dónde estamos! – ¿Dónde estaban? –le pregunta su padre – Por lo menos no fue mami, por cierto, ¿dónde está ella? – ¡No desvíes mi pregunta! – Estábamos con unos amigos, nada importante. – Miren a ver, no quiero que vuelva a pasar eso, ¿escucharon? – Está bien… Otro día y para la escuela, pero ahora mi padre está viendo las noticias. En esta especies encontramos muchos elementos que pueden ser la clave para la cura de muchas enfermedades como el ébola, y mezclando los químicos exactos, hasta puede curar el SIDA, solo requiere más tiempo de investigación y análisis; pronto verán los resultados. – ¡Porta’ mí! – dije yo, y como todos los días, el bus casi dejándonos. Llegando al aula, nos dimos cuenta que la maestra no iba a venir porque estaba enferma, esperamos la siguiente hora a que llegara el otro maestro, pero mientras tanto, haciendo coro y andando en los pasillos; típico de estudiantes de bachillerato. A la orilla viento –del ¡Llegó la profe! – gritaron y todo el mundo corriendo al aula antes que ella nos vier

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Cuentos

El Librero Secreto p 1 ra Ediciรณn (1899-2015) Naomi Alejo J.

A la orilla del viento

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El Librero Secreto Autor(es): Varios Edición:

1 ra Edición (1899-2015)

ISBN: 978-9945-16-502-9 Corección: Naomi Alejo J. Diagramación: Mario Gilberto Disla Diagramación: Mario Gilberto Disla Impresión: A la orilla del viento Tels: 809-686-2242/ 809-686-2245 Fax: 809-563-4587 E-mail: alaorilladelviento@gmail.com

Impreso en República Dominicana 12

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Dedicatoria A todos aquellos amantes de la literatura que conocen la magia de adentrarse en nuevos mundos.

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“In every encounter we either give life or we drain it; there’s no neutral exchange.”

“En cada encuentro nosotros o damos vida o la drenamos; no hay un intercambio neutro.”

Brennan Manning, escritor y poeta norteamericano.

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Introducción

os libros son un pasadizo a mundos que pueden estar remotos o más cercanos de lo que podríamos imaginar. Las historias que se encuentran escritas en sus páginas dejan ver el mundo a través de los ojos del autor; desglosando con sus palabras todos sus pensamientos, ideales y sentimientos, dándonos a conocer los aspectos más íntimos de su ser sin escatimar prejuicios en la opinión ajena, pues es en ésta donde se encuentra la verdadera magia de los libros: expresarse libremente aún sin importar la opinión de los demás al respecto, ya que tanto leer como escribir son sinónimos de libertad y es solo aquel que aprecia el don de la palabra que es capaz de deleitarse al leerlas. Si bien cada historia refleja distintos aspectos con los cuales el escritor se nutre para transmitir una idea, no hay que dejar de lado la intención comunicativa que pretende al comunicar a sus lectores su forma de percibir lo que le rodea en palabras que reflejan su temperamento y personalidad a la par de sus creencias, sueños y esperanzas. En cada una de estas líneas se transcriben historias que nos transportan a través de los ojos de sus personajes (A esperar el día siguiente), situaciones cotidianas (Accidente Inesperado) y otras más apasionadas (Agonía de un solitario); fábulas (Ancas en apuros), surreales (Casa de Puertas), medioambientales (Érase una vez…), escalofriantes (El fin de un camino perverso); algunas algo cómicas (El Gran Despistado y El Reino Perdido), con enseñanzas de vida (Parábola de un sargento y Vivir o Morir) y otras más perturbadoras (Ronald Volant) ; en

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fin, un conjunto ilimitado de pensamientos que revelan más aspectos humanos de lo que podríamos imaginar acerca de nuestra forma de concebir ideas con respecto a que nos rodea y con lo que nos vemos involucrados en nuestro diario desenvolvimiento. En las siguientes páginas se presentan una miscelánea colección de cuentos que nos llevan a un viaje a través de los ojos de sus autores, a dimensiones donde la creatividad es un carril cuyo fin no está establecido y la emoción de adentrarse en cada historia es un nuevo paradigma a descubrir. Adéntrate en el universo paralelo de los cuentos y déjate llevar por la magia de historias capturadas en palabras que se combinan entre sí, entrelazando a sus personajes contigo en un encuentro casual pero interesante.

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ristina sentía que se estaba ahogando, en seguida se dio cuenta de que su cuerpo estaba siendo sujetado, ese algo le impedía luchar por su vida. Usó sus manos para intentar liberarse pero le era imposible, cansino. La agitaban con una intensidad descomunal, no era normal lo que pasaba.

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radamente del estanque y la tiraban al suelo. Sobrevivió un día más, a esperar el día siguiente con la esperanza que Marlanna no trate de acabar con su vida.

A pesar de qué eran momentos de angustia, ya había sentido esta sensación antes, no lo recuerda con claridad pero, lo había sentido. Arrollada por el cansancio se dejó llevar por lo que la sujetaba, pensaba que soñaba pero no era así, se estaba ahogando. Mirando hacia el fondo de ese estanque blan co, le pasó la vida por delante, momento felices y no tan felices, como es normal en una vida común. Mientras pasaban los últimos momentos de su vida, la seguían agitando, ella, cansada y desbastada por enfrentarse al día más pensado en el días menos pensado. Trataba de recordar lo que más quería en vida, tratando de afrontar con felicidad el momento de morir. Pasaron más de treinta minutos, entre agitación, recuerdos felices y cansancio. De vez en cuando durante estos minutos, que se les hicieron eternos, intentaba liberarse de lo que la sujetaba era en vano pero lo intentaba. Su pelo, maquillaje y ropa terminaron hechos un desastre, producto de la disputa, todo era una pesadilla, una muerte sufrida. Horrible. Ya eran los instantes finales de su vida cuando escuchó; “Marlanna saca a tu muñeca Cristina de esa cubeta, la vas a dañar. Todos los días lo mismo con la pobre Cristina, no te vuelvo a regalar nada. Te comportas muy mal Marlanna.” Inmediatamente sintió que la sacaban desespe24

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quella mañana, todo transcurría con normalidad en la casa de Gregorio García, localizada en una de las ciudades de mayor atractivo turístico de la región norte del país. Su esposa, Francia Pérez, como siempre a partir de las 10:30 de la mañana, comenzaba a preparar los alimentos para el almuerzo del medio día. César, su hijo mayor, se encontraba estudiando arduamente en su habitación, preparándose para las pruebas nacionales que iniciaban el lunes siguiente. Su hija menor, Nancy, había salido para la escuela tres horas antes. Esta era una familia tipo patriarcal, muy común en aquél tiempo, en el que el padre trabajaba para llevar el sustento al hogar, mientras que la madre se encargaba de los quehaceres de la casa y de cuidar a los hijos. Gregorio trabajaba cerca de su casa, donde se había dedicado a la herrería y a la reparación de vehículos por más de 25 años. Su rutina diaria no era más que levantarse para llevar a sus hijos Cesar y Nancy a la escuela, ir al trabajo, de vez en cuando almorzar en su hogar y llegar después de las 1:00 de la mañana a su casa, lo cual fue objeto de discusión en varias ocasiones entre él y su esposa Francia. – ¡¿Y es que a ti no te importan tus hijos?!– le reclamaba Francia a Gregorio en una de sus intensas discusiones, la cual se escuchaba en todo el vecindario y despertaba curiosidad en los vecinos, quienes la imagen que tenían de Gregorio era la de una persona trabajadora y atento a su familia. La rutina del señor Gregorio siguió siendo la misma hasta que un día en su trabajo, a horas de la mañana, pasó lo peor. Normalmente él era quien abría el local, ya que era quien vivía más cerca del lugar y además era el encargado. Más tarde comenzaban a llegar los demás empleados y a integrarse a sus respectivos puestos. Pasadas las 9 de la mañana, llegó una persona que quería reparar un tan 28

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que de combustible de una embarcación marítima. Este era de aluminio, totalmente cuadrado y con más de 15 pies de largo. Luego de Gregorio tratar con el cliente, se comenzó a trabajar con el tanque. Primero se procedió a llenarlo de agua y otros líquidos para eliminar los residuos de gasolina que este contenía, después se dejó aislado por más de 1 hora para terminar de eliminar los gases. El último paso, sería abrir el tanque para repararlo. Uno de sus empleados más jóvenes era conocido como Rafa, un muchacho lleno de alegría y ganas de aprender. A éste, Gregorio le dio las indicaciones para abrir el tanque con una cortadora eléctrica y el mismo procedió a hacerlo sin pregunta alguna. Al momento de comenzar a cortar, a Rafa se le estaba atascando la cortadora en el material del tanque, de lo que Gregorio inmediatamente se percató y decidió hacerlo él para evitar que algo le sucediera a Rafa. Gregorio se encontraba en una posición cómoda con un pie encima del tanque para mayor precisión. Luego de Gregorio haber pasado unos 10 minutos cortando el tanque este comenzó a calentarse sin él darse cuenta además, el tanque no había quedado totalmente libre de residuos y gases de gasolina en su interior, algo que nunca había pasado en todos los años que tenía en su trabajo. Esto ocasionó una explosión tremendamente fuerte que se escuchó a más de 5 cuadras de distancia, provocando la aparición de cientos de personas en el lugar, tanto vecinos, desconocidos y familiares, entre ellos la esposa de Gregorio, quien desesperadamente llegó corriendo al lugar, y al ver que a su esposo lo llevaban cargado hacia un vehículo con destino al hospital entre gritos se desmayó en medio de la multitud. Luego de que habían montado a Gregorio en el vehículo, salieron a toda máquina rumbo al hospital. 29


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En el vehículo se encontraba la hermana de Gregorio, Lucy, quien vivía en el mismo patio de su casa. Ella tenía conocimientos básicos de medicina general y pues era quien siempre asistía a los familiares que de un momento a otro se enfermaban en la casa. Cuando llegaron al hospital, todos desesperados, lo primero que le pidieron fue el seguro médico y sucedió que en ese hospital el seguro que tenía Gregorio no funcionaba y no podían atenderle. Pues rápidamente y sin pensarlo salieron nuevamente hacia otro hospital a ver si los atendían, ya que según Gregorio su seguro si estaba activo.

la ciudad y este al ver la situación de inmediato realizo unas llamadas y consiguió una ambulancia para llevar a Gregorio hacia Santo Domingo, junto a su padre, Francia y algunos amigos. En el lugar entre lágrimas y llantos se encontraba su hija menor, Nancy, quien se sentía asustada por el estado en el que se encontraba su padre. Por otro lado, estaba su hijo, quien con una profunda tristeza se detuvo a pensar que sería de él si llegara a perder a su padre en ese momento, sabiendo que estaba a punto de terminar la secundaria y tenía planes para ingresar inmediatamente a la universidad.

Al llegar al siguiente hospital y ver el estado en que se encontraba Gregorio lo atendieron de inmediato sin pregunta alguna. En cuanto le daban los primeros auxilios se ponían en contacto con el ortopeda, quien minutos después llegó, reviso las placas y decidió que había que operar a Gregorio inmediatamente por la condición de la fractura que había sufrido, una intervención quirúrgica que costaría 80,000 pesos, sin el seguro, ya que nuevamente se dio la situación de que el mismo apareció inactivo.

Allá, nuevamente fue atendido rápidamente, le pusieron un yeso en la pierna derecha y otro en brazo derecho, entre otros medicamentos para calmar el dolor.

Al escuchar esta cifra, los familiares de Gregorio se pusieron tensos y comenzaron a analizar la situación, ya que sabían que ni juntando todos sus ahorros podían llegar a esa cantidad. Luego de unos minutos decidieron irse nuevamente a otro hospital, esta vez al norte de la ciudad, como la única alternativa cercana que tenían. Al llegar al nuevo hospital tampoco recibían el seguro que tenía Gregorio. Al ver esta situación tan extraña, la secretaria de este hospital decidió llamar la oficina del seguro al que estaba afiliado Gregorio, y para sorpresa de todos, resulta que Gregorio finalmente confesó que había dejado de pagar la mensualidad el seguro, por lo que estaba vencido.

Luego de 30 días, Gregorio comenzó a sentirse mejor, aunque las fracturas aún no había sanado, porque como le había dicho el medico ortopeda en el segundo hospital que visitaron, para curar totalmente sus fracturas necesitaba ser operado, lo que se vieron obligados a realizar más adelante. Al cabo de unos meses, el señor Gregorio volvió a su rutina acostumbrada.

Ante esta situación, la única alternativa que tenían era irse al hospital Darío Contreras, en Santo Domingo. Para suerte de todos, el padrino de César, su hijo mayor, estaba en el hospital. Era una persona influyente en 30

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tra vez observando a los demás desde la esquina del patio en la escuela esperando a que la campana suene para finalizar el recreo, ahí estoy yo, solo como siempre lo estoy. Me gusta pensar que he elegido estar así porque me gusta estarlo, solo en un rincón pero la verdad es que desde aquel día me he cerrado para las otras personas. Mi nombre es Marcos, tengo 17 años, estoy en 4to de bachiller y aún no tengo planes para el futuro, no tengo ambiciones ni amigos, pero yo no solía ser así. Cuando estaba en sexto grado, era muy alegre, vivaz y confiado, tenía muchos amigos y no estaba solo ni cuando mis padres se iban a trabajar como siempre lo hacían, porque estaba ella Mallelyne, mi hermana mayor, la persona que admiraba más en este mundo. Siempre estaba a mi lado, ella era muy alegre, positiva e imperativa; le encantaba arrastrarme siempre a jugar, yo era muy apegado a ella ya que era la persona con quien siempre estaba mientras nuestros padres trabajaban. En esa casa donde estábamos los 2 nunca nos sentíamos solos porque estábamos siempre uno para el otro. Ella murió de cáncer terminal en diciembre de ese año en donde cursaba sexto, fue tan repentino, recuerdo que no dejaba de llorar desconsoladamente y siempre tenía pesadillas con el día en que ella murió. En mis sueños veía como mi mundo se consumía en soledad y siempre la veía a ella alejándose sin mirar atrás, por más que gritara su nombre no me escuchaba, es un sentimiento de agonía tan sofocante que siempre despertaba llorando. Con el tiempo fui aceptando que ella ya no estaba y pareciese que al crecer lo he superado, pero ya nunca volveré hacer el mismo que algún día fui, al parecer soy todo lo opuesto. Al volver de recreo algo poco común llamo mi atención, el maestro pre 34

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sentó a la clase una chica que al parecer sería una nueva compañera de clase, explico que debido a cuestiones de salud se mudó aquí en la capital y que por eso ahora estudiaría en este instituto. A primera vista me pareció una chica muy guapa de cabello largo y piel hermosa, pero más que nada tenía una extraordinaria sonrisa, me pareció que una chica así aquí sería muy popular y así fue, cuando ella misma se presentó transmitió un sentimiento de alegría y simpatía, me pareció que a todos le ha caído bien incluso a mí, pero no tenía la intención de acercarme a nadie y menos a alguien tan alegre como ella, ¿qué iba hacer alguien como yo solitario y tan apartado siendo amigo de alguien tan alegre y radiante como ella?. Su nombre es Luz. El profesor le indicó que ocupara la butaca que está a mi lado y cuando ella se sentó me pregunto mi nombre –Me llamo Marcos– le dije y con una expresión alegre me dijo que espera que nos llevemos bien y que cuenta conmigo para ponerse al día con las clases, yo asenté tímidamente con la cabeza. Al día siguiente al entrar al aula, la vi rodeada de amigos conversando con ella, no me pareció raro que ella atrajera la simpatía de cualquiera con su forma de ser. Al sentarme me saluda -Buenos días Marcos

-Buenos días– le dije. -Gracias por prestarme tus apuntes me ayudaron bastante– mientras me regalaba una cálida sonrisa. Yo estaba teniendo una conversación con alguien en la escuela, me pareció un poco reconfortante ya que solo abría la boca cuando el profesor me pedía participar en clases. Al llegar el recreo ella se me acerca junto con una amiga. 35


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– ¿Qué haces aquí?, ¿te sientes mal o algo así? – no sabía que contestar a eso pero su amiga le dice que siempre estoy aquí solo y que no comparto con nadie que soy una especie de bicho raro. Yo no trato de negarlo ya que sabía que era cierto, y solo me quedo callado. Ella me ve a los ojos y me dice sonriendo que ella no ve en mí a ese tipo de persona, ella se sienta a mi lado, su se ve algo incómoda –Pero, ¿Qué haces Luz?, no deberías quedarte aquí hablando con alguien como él, además te verán y pensaran que también eres un bicho raro. Ella le dice: -¿Sabes?, no me importa lo que los demás piensen de mí, siempre hago lo que quiero hacer y ahora mismo quiero conocerlo a él. –Entonces hablamos luego– dice la amiga, mientras se va luciendo enojada. Luego toda su atención se centra en mí y dice: – ¿Entonces me dejaras conocer quién eres en verdad? – me dice ella mirándome fijamente – ¿Qué quieres que te diga?, a tu amiga no le falta razón. Si es cierto que soy aburrido, no tengo amigos y siempre estoy solo– encorvándome de los hombros. –Si estas solo, ¿significa entonces que yo no existo o acaso no estoy en esto momento a tu lado? –me dice mientras se cerca más mí. -Yo…– tímidamente le respondo – No me refería a eso. Si te veo, estás aquí; somos conocidos. Eres una compañera de clases, aunque eso no significa que seamos amigos aún.

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– ¿Aún? Ni tampoco lo seremos– dijo de una forma burlona – Yo inmediatamente me alejo un poco de ella y con la voz entrecortada le digo: – Es natural quien va a querer ser amigo de una persona tan poco simpático como yo. – Ella se acerca a mí aún más a una distancia tan cerca en donde no cabe el significado de espacio personal. – No quiero ser tu amiga porque quiero ser algo más que eso… – De re pente el ambiente se torna tenso y la bulla que había en el ambiente de recreo pareciese que desapareció por completo, mientras que mi rostro de seguro se veía sorprendido y ella permanece ahí, cerca y en frente mío. Mi corazón no deja de latir como loco. Suena la campana indicando que el recreo ha llegado a su fin, exaltada se levanta de la silla -¡Oh!, ya se acabó el recreo tengo reunión con el comité de disciplina supongo que nos veremos mañana y se va como una avioneta. Yo aún sigo anonadado por lo que me había dicho aquella chica linda con gran sonrisa, quedándome sentando por 2 minutos ahí, en el banco en el que estábamos, hasta que retorno a clase. En la noche de ese día me quede en la cama pensando en ella y lo que me dijo; aún seguía resonando dentro de mi cabeza esas palabras hasta que por fin logre dormir. Al llegar a clase lo primero que miro es hacia donde ella. Al parecer no venía hoy a clase ya que su mochila tampoco esta y ella suele siempre llegar temprano, el profesor entra para dar inicio a la clase y con él entra la directora indicándole al profesor que le ponga excusa a Luz ya que faltaría a clase porque tenía que ir hacerse unos a análisis al médico.El día parece de lo más normal y ya es la hora de recreo, y ahí estoy yo, sentando en el mismo lugar de siempre pero, para mi sorpresa ella aparece detrás de mí. – ¿No te cansas de estar aquí de nuevo?, ¿Me extrañaste? –De inmediato doy la vuelta y la veo, en ella se sentía el olor del hospital, y pasándome una funda lo que parece hamburguesa y refresco – Traje la merienda–. Al principio pensé en negarme porque no era nor

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mal que alguien me brindara algo, pero sería un poco descortés rechazarlo así que la acompañe a comer. Yo le pregunto porqué había vuelto a la escuela si estaba en el medico, ella me dice que no es nada que solo fue hacerse unos análisis y que todo estaba bien con una sonrisa diferente a las demás, que hasta me parecía un poco fingida. Poco a poco sin notarlo yo estaba empezando a cambiar al menos con ella. Se volvía costumbre el yo ir con la chica que se sienta a mi lado a almorzar, ya mis recreos no eran yo y mi soledad, al parecer empecé a salir de aquel caparazón en el cual me encerré después de la muerte de mi hermana. Ya era invierno. El tiempo pasaba y ella y yo somos más cercanos, aún más que antes, ella incluso me contagio de su radiante alegría y ya yo podía sonreír con naturalidad, sus amigos empezaban a convertirse los míos y ya no parecía aquel tímido y solitario chico que pasaba solo sus recreos en una esquina. Me di cuenta de todo eso y en mi cabeza solo sabía que todo eso era por ella, ella es la responsable de toda la alegría que sentía en ese entonces.

go, cuando estoy a punto de colgar alguien contesta su teléfono al parecer era su madre, quien me dice que ella está en el hospital. Me dijo que se había desmallado poco después de haber salido de su casa y que en este momento está interna.

Desde aquel día en el que ella me dijo que quería ser algo más que amigos, me paso por la cabeza y no me creía la decisión que yo había tomado; la decisión de declararle mis sentimientos hacia ella, así que le propuse que tengamos una cita en el parque central el cual ella acepto sin pestañar. Era el día de mi cita con Luz y en verdad estaba muy entusiasmado con la idea de salir con ella. Me puse mi ropa más bonita y me pasaba la duda por la cabeza de que le podría comprar de regalo con el dinero que había ahorrado desde hace 3 meses. Mientras voy pensando ya me doy cuenta que llegue al lugar que acordamos para la cita y aún veo que faltan 20 mi nutos para ser la ahora acordada de nuestro encuentro, así que me siento a esperarla muy deseoso de verla. Pasa el tiempo y todavía no llega. Ya hace una hora que debería haber llegado, llamo a su celular, solo suena y suena pero no lo levanta. Espero media hora más y vuelvo a llamar, estaba empezando a preocuparme de que me haya dejado plantado y se haya arrepentido de ir a una cita conmi 38

Arranque como pude para el hospital preocupado y alterado por lo que me acaba de decir la madre de Luz, y llegando al hospital me doy cuenta que ese es el mismo hospital en el cual padecía mi hermana Mallelyne sus últimos momentos de vida. Me entro un poco de pánico y empecé a recordar amargos recuerdos de esa época tan angustiante, y al entrar a la habitación en donde estaba ella internada, agitado casi faltándome el aire la vi allí sentada en la cama y me dijo con la misma sonrisa que no era propia de ella, una sonrisa que me parecía fingida, igual a la que me mostraba mi hermana cuando la iba a visitar queriendo reconfortarme como si quisiera decirme a la fuerza que no pasaba nada. – ¿Por qué tardaste tanto? Siento haberte hecho esperar en nuestra primera cita. Le digo lo preocupado que estaba y me senté a conversar un poco con ella, no le pedí que me hablara sobre el desmayo que tuvo ni tampoco le pregunte de que se trataba el problema de salud que tiene, me limite a solo charlar un poco con ella hasta que se quedó dormida. La observe dormir por un momento y parecía que estaba viendo un ángel; se veía tan tierna cuando dormía, tan calmada, tanta paz… Entonces decido que es tiempo de irme y al salir de la habitación. Caminando de camino a la salida, escu39


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cho a la madre de Luz hablando con el doctor, y mientras me voy acercando puedo escuchar un poco lo que el Doctor dice y al mover sus labios me da la sensación de que él le dice a la madre de Luz que su hija tenía cáncer terminal. La madre rompe en llanto desconsoladamente y yo quedo petrificado repitiéndome a mí mismo que esto no puede estar ocurriendo, no de nuevo…

Durante una semana me acercaba al hospital y la observaba desde afuera por la ventana de su habitación, no podía ver mucho, solo su silueta. Quería entrar e ir a donde ella estaba, pero sigo recordando lo de esa noche en la que me dijo aquellas palabras que siguen día a día retumbando en mi cabeza, “¿Te suicidarías conmigo?”.

La madre se acerca a mí y me abraza. Yo ni siquiera me muevo sin creer todavía lo que estoy escuchando. La abrazo y no digo nada mientras ella busca consuelo en mis hombros. Ese día no pude dormir ni tampoco quería hacerlo, solo me quedaba en la cama viendo cómo se mezclaban los recuer dos de mi hermana con lo que sucedía; dejé que el miedo y la angustia de perder de nuevo al ser más importante de mi vida me consumiera. Faltó a clases y voy al hospital a verla pero no tengo en mente decir nada, aunque supongo que ya su madre y ella habrán hablado ya sobre lo que el doctor dijo, voy y abro la puerta de la habitación y me doy cuenta que estaba sola, me quede mirándola y ella me miraba fijamente, no podía ver expresión alguna en su cara, solo nos quedamos mirándonos, me daba la sensación que ella podía leerme fácilmente, ella sabía lo que yo estaba pensando y como me sentía. Cuando estaba a punto de romper el silencio ella habla. – ¿Te suicidarías conmigo? Yo la miraba fijamente mientras escucho esas palabras, al parecer tenía la respuesta a eso porque en ese instante estaba a punto de responderle cuando la enfermera abrió la puerta, al parecer era tiempo de cambiar el suero, ella procedía hacerlo mientras yo seguía parado mirándola sin decir nada. Cuando la enfermera terminó, y salió de la habitación me dijo de una forma, agitada y trastornada con lágrimas en sus ojos, que me fuese y que no volviera más, que me alejara de ella, que olvidase lo que me acababa de decir… No sé porqué pero salí de esa habitación así como ella dijo, no dije nada y me regresé a mi casa. Seguía sin ir a clases y solo pensaba en ella, cada segundo; cada instante.

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Con una inquebrantable determinación fui una noche decidido a darlo todo por ella. Abrí la puerta de la habitación del hospital y ahí estaba ella, mirándome como si esperaba a que yo volviera. – ¿Acaso no te dije que no volvieras? – Seriamente la miré a los ojos. – Vine a llevarte conmigo– ella sonríe – ¿Sabes que no tengo las fuerzas para salir de aquí? – En ese momento yo saqué un frasco que contiene un líquido de un veneno que se llama cianuro, el cual provoca una muerte rápida casi al instante. Le dije que mi vida terminaría en el momento que termine la suya. Me acosté junto a ella en la cama y ella mientras me miraba bebía de aquel veneno letal como si fuera agua. Ya estaba decidido no había vuelta atrás, la amo demasiado como para pensar en otra cosa que no sea estar por siempre con ella. Me besa y mientras lo hace, el líquido de cianuro me pasa por la garganta, mi primer dulce y a la vez venenoso beso, el cual nos haría partir de este mundo, que desde mi perspectiva solo giraba alrededor de ella. Agonizamos juntos en aquella habitación, mis últimas palabras fueron “gracias” mientras cerraba los ojos y lo último que veo es a ella que yacía ya dormida sobre mi pecho sonriendo felizmente. Al final me doy cuenta una última vez que ya no estoy solo.

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rase una vez una ranita llamada Baloo que vivía solo en un pantano prácticamente abandonado, se sentía olvidado porque sus amigos más cercanos se mudaron del lugar cuando se enteraron que un cocodrilo merodeaba la zona. Se escuchaban los rumores de que este animal feroz se aparecía algunas noches atrapando a quien se le antojara. Pero aquella ranita que por ser valiente era reconocida y decidió quedarse en el lugar y evitar que los comentarios la llenaran de miedo y terror e igual que los demás salieran huyendo despavoridos. Un día decidió visitar a su tía que vivía a las orillas de un riachuelo no tan cercano a su pantano. Solo era posible llegar allí a través de una embarcación; hace mucho que tenía las ganas de hacerlo pero no había podido ir porque no tenía un acompañante. Se armó de valor y salto muy rápido hasta la cueva de su amigo Bigotes el ratón, donde le expreso su necesidad y este dudoso acepto la propuesta. Decidieron salir de madrugada, a una hora donde solo las luciérnagas permanecían despiertas y el viento era tan fuerte, que pensaron que no existía ningún peligro en los alrededores. Lograron conseguir una canoa y pronto iniciaron su viaje, Mariluz una de las ratoncitas más codiciadas del lugar, estaba fuera de su cueva a esas horas. Lo que hizo que ambos se preguntaran: “¿Qué hacia ella ahí?”. Amarraron la embarcación a un costado un diminuto muelle, y cuando se acercaron se dieron cuenta que esta estaba llorando sentada en una piedra; se dirigieron hacia donde ella estaba y le preguntaron sobre el porqué de su estado, a lo que ella respondió: – La Bestia se ha llevado a mi hermanito menor y él y yo somos huérfanos. Bigotes que la conocía muy bien, se armó de furia y le dijo: – ¡Ese engendro no durara mucho tiempo aquí! Ya estamos cansados de que se aprovechen de nosotros, tenemos que sacarlo de aquí, mejor dicho, ¡Eliminarlo! – Entonces Baloo afirmó

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– Es cierto que nuestro hogar es este y ese monstruo ha provocado inseguridad y desconfianza para todos nuestros compañeros habitantes, hace mucho que la palabra paz no existe en estas tierras, considero que alguien debe tomar la iniciativa para acabar con esto de una vez por todas, ¡y ese alguien seré Yo! Mariluz con la poca esperanza que le quedaba estuvo de acuerdo con su idea, y decidieron convocar un comité anti-intrusos del pueblo con todos los habitantes para dos días después de lo sucedido, y decidieron cancelar la visita de la tía de Baloo puesto que si eliminaban a la bestia feroz, este podría visitarla cuando quisiera. La ratoncita se encargó de regar el mensaje por todo el pantano. Faltaba solo un día para la gran reunión y Bigotes junto a un grupo de vigañuelos empezaron a construir un fuerte con pedazos de cartón y madera que habían encontrado cerca de un manglar, el proceso de la construcción fue un poco tedioso pero como se estuvo trabajando en equipo, lograron terminar a tiempo y el fuerte estuvo listo para el gran día. Amaneció y era la primera mañana de mayo, todos se encontraban muy ocupados y ansiosos por todas las propuestas que se harían en base al gran problema con la bestia feroz. Cuando empezó el atardecer todos empezaron a llegar. El fuerte era enorme, así que la gran multitud estaba allí esperando al gran orador y a escuchar su parlamento. Empezó el debate y muchos tuvieron buenas ideas así como la de Don Cucaracha de usar a alguien como carnada para después capturar al cocodrilo con una gran red, pero entonces si el plan no salía tan perfecto como se pensaba, la falsa carnada ya se convertiría en carnada real. La mejor idea la tuvo Pepín el caracol, esta consistía en llevar al gran cocodrilo hasta un establecimiento abandonado y a la hora de encerrarlo en una jaula gigante, prenderle fuego a su cola hasta que renunciara su paso por el pueblo. Esta fue la mejor idea que surgió y la pusieron en marcha, entonces Baloo le indicó a todos lo que tenían que hacer y de lo que cada quien se encargaría de su asunto. Cuando de re 45


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pente se escuchó un estruendo enorme y la multitud entro en pánico, todos empezaron a correr alborotados y muchos pidiendo auxilio. ¡La gran bestia había asaltado el lugar! Empezaron a tirar rocas y palos pero nada lo detenía debido a su enorme tamaño. Era la perdición para todos y todas. Muchos lograron esconderse pero no durarían mucho. El furioso animal se encontraba más hambriento que nunca. Hasta que ¡SASH! Empezó a oler a quemado, la cola del cocodrilo estaba ardiendo en llamas. Este no se percató de la hoguera que había a sus espaldas. Comenzó a correr por todos lados destruyendo todo a su paso y buscando agua, hasta que Don cucaracha vociferó :

tado. Abandonó todas sus pertenencias y decidió tomar el camino de las praderas, que aunque más calmado que el anterior era, mucho más largo. Había perdido a su gran amigo y no lo podía creer… Empezó a llover, lo que dificultó aún más el camino. Chapoteaba en el lodo pesado intentado llegar a su destino. Cuando llegó a un gran roble, escuchó una voz burlona que le decía: “Si tanto coraje tienes, ¿por qué no te enfrentaste al tigre?”, a lo que respondió: “Es más de cobardes intentar medir las capacidades de los demás, que responder a sus propios instintos.” Esto enfureció fuertemente a una gran serpiente que yacía enredada entre unas ramas. Fue una larga persecución, donde milagrosamente logró escaparse primero ocultándose en el lodo, usando su sistema de camuflaje y cambiado el color de su piel, logrando confundir al reptil hasta que esta decidió irse del lugar.

-¡Te daremos agua si y solo si abandonas el pantano! – La bestia no lo pensó dos veces suplicando por agua entonces le tiraron un grandísimo balde de agua y este abandonó el lugar en un santiamén. Todos empezaron a celebrar su gran victoria por la calma y tranquilidad que llenaría al pueblo desde ese entonces. Paso un mes luego del acuerdo y Bigotes junto con Baloo decidieron emprender su ya planificado viaje al otro pantano. Cuando iban cruzando el bosque, Bigotes muy confiado y arrogante le comentó: – Nadie será capaz de meterse con dos criaturas tan ágiles e inteligentes como nosotros. – Hasta que en un abrir y cerrar de ojos unas garras afi ladas levantaron su cuerpecito diminuto, terminando en las fauces de un gran felino. Baloo quedo solo y desconcertado, huyó terriblemente a sus 46

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on mucha dificultad pudo salir de aquel lodo espeso, donde casi no podía caminar y arrastrando sus ancas encontró un lagarto, que vivía en la zona, donde decidió contarle las malas experiencias por las cuales había atravesado y con suerte éste le proporcionó refugio y alimento temporalmente. Su nuevo compañero le mostró un atajo que lo condujo directamente a la casa de su tía y ésta al verlo decidió invitarlo a vivir con ella para así poder vivir realmente tranquilo y en compañía. Era un hombre muy reservado, dedicado en su trabajo y no muy abierto al contacto físico; así era Joel. Un día tras otro la misma rutina. Se levanta de la cama y se prepara para dirigirse a su trabajo; le gusta el chocolate caliente en la mañana como el que hacía su madre, pero no sabe prepararlo, así que solo sale del apartamento en donde vive y va al puesto de comida en la esquina. No tiene algo específico para desayunar. Siempre trata de comer algo nuevo en la mañana. Se cuestiona a sí mismo: “¿qué es lo más atrevido que puedo hacer?”. Toma la decisión de comer algo diferente, para cambiar un poco su aburrida vida. Trabaja haciendo puertas de madera para mansiones. Eso fue lo que aprendió a hacer con su padre y es lo único con lo que puede ganar dinero. Un día volvía de trabajar; solo era un día más, pero tomo la decisión de volver a casa por un camino diferente al habitual. Este camino lo llevó a una mansión enorme. Pensó que era un castillo. Primera vez que la ve porque no está en los mapas y nadie ha hablado de ella. Sintió curiosidad por saber quien vivía en este lugar, era algo fuera de lo común para él, tomando en cuenta que era tarde y estaba oscuro. Volvió en el camino y se detuvo frente a aquella enorme casa. Se acercó a las puertas que parecían de un castillo, y tocó tres veces. Dentro de diez segundos una de las dos puertas comenzó a abrirse, y se asustó mucho. 50

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Pensaba que un fantasma la había abierto, pero en realidad fue una chica muy hermosa que la abrió, sin querer dejarse ver, para guardar el toque misterioso. Cuando se dejó ver, se rió de su invitado por lo pálido que estaba. – ¿Por qué tan asustado? –le pregunta la chica con una gran sonrisa en la cara. – Pensaba que eras un fantasma –le responde Joel con mucha sinceridad. : – Puede que lo sea. – La chica responde con mucha alegría– Vamos te invito un chocolate caliente, hace algo de frío. Joel no tiene más remedio que pasar; en fin solo era un chocolate. En su corazón deseo que lo preparara como su madre lo hacía. Tomó asiento en la cocina mientras la chica preparaba la bebida. Hablaron de cosas como: a qué se dedicaba y de cómo llegó a este enorme lugar. Ya el chocolate estaba hecho y se lo sirvió en una taza blanca que decía “Vida”. – Espero que te guste– le dice la chica le responde – Espero lo mismo– con una leve sonrisa. Lo prueba y se sorprende, este chocolate era semejante o igual al que hacia su madre. – Este chocolate está delicioso. ¿Cómo lo preparas? – la chica se acerca a su espalda y a su oído le susurra una palabras: “de la misma forma como preparan los otros chocolates que has tirado en el suelo por no saber como el de tu madre”. Joel abre los ojos rápidamente y mira hacia atrás pero no ve a nadie. En ese momento deja caer la tasa por el shock, y sale corriendo hacia la entrada pero las puertas gigantes no estaban ahí, al contrario, se da cuenta que está en un salón lleno de puertas. Se siente desesperado, y comienzan a salir agua por debajo de todas las puertas, no sabe qué hacer y entra por una de las puertas donde no brota agua. Cuando entra, ve un pasillo como 51


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de 3 metros de ancho, sumamente largo, y a lo largo de cada pared habían decenas de puertas. Intenta volver atrás pero la entrada había desapare cido, así que trata de cruzar el pasillo lentamente, y se veía a lo lejos una puerta al final del pasillo. De repente se abre la puerta que tenía al lado en ese mo- mento y se le pega en la cabeza un patito amarillo de los que flotan en las duchas. Lo recoge del suelo y ve hacia delante que todas las puertas se abren al mismo tiempo. En ese momento es donde se le ocurrió hacer lo que una persona sabia haría; correr.

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me motivó?” y escucho una voz suave que le dijo, “yo te llamé”. Volteó rápidamente y en ese momento sintió un abrazo muy fuerte. Era aquella chica que abrió las enormes puertas. – ¿Quién eres?, ¿qué quieres de mí? –le pregunta nervioso. La chica con una actitud medio cabizbaja responde: quiero que vivas, yo soy tú; soy tu vida y estoy cansada de estar lejos de ti –. En ese momento se da cuenta que estaba en un cuarto pequeño con 2 puertas abiertas, una estaba al frente de él y otra a su espalda, y la chica abrazándolo le pregunta: “¿qué decides?” – Yo elijo vivir– Joel responde con un nudo en su garganta. En ese momento las 2 puertas comenzaron a radiar luz blanca muy fuerte hasta que todo se volvió blanco y Joel despierta en su cama, éste se levantó muy extraño, preguntándose si fue solo un sueño. Cuando mira hacia su estante estaba el patito amarillo con una nota que decía “VIDA”. Él sonrió y dijo: “será como tú digas”.

Las puertas comenzaron a arrojar todo tipos de objetos, hasta un salmón fresco golpeo su cara mientras corría hacia la puerta del final del pasillo. Con mucha dificultad se acerca a la puerta y se lanza al estilo policía y atraviesa la puerta. Cuando se levanta, se sacude los restos de cosas que tenía en su ropa, levanta la mirada y observa que estaba en el mismo salón lleno de puertas del principio, y piensa en voz alta “¡¿Qué porquería es esta?!”, así que se dirigió nuevamente a la cocina y vio que su tasa estaba sobre el desayunador, todavía con el chocolate caliente, se sentía cansado y se sentó frente al chocolate. Puso los codos sobre la mesa, junto las manos y reposo su cabeza sobre ellas con los ojos cerrados, y se pregunta “¿Por qué entré a este lugar, qué 52

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e ve cuando camino, y siento escalofrío cuando lo veo. Me observa como doy mis pasos y sonríe al mirarme. Me sorprendo y le digo: “¿Qué pasa?”, pero al pestañar desaparece. Me asusto y comienzan mis manos a templar y mis miedos se van en sentimientos intensos. Al entrar corriendo a mi casa les digo a mis padres lo que pasa; pero ellos no me creen. Siento su sombra pasar por mi alrededor, pero mis padres solo ven mis nervios que hacen mi cuerpo templar y cuando lo veo entre la sombra, ríe y con su mirada fría hace que el latido de mi corazón se acelere y grite, pero mis padres no comprenden lo que veo. Corro hacia mi habitación para sentirme protegido pero al entrar. Lo veo fijamente sentado en mi cama, enojado y con su rostro lleno de maldad. No comprendo porque me persigue y porque solo yo lo puedo ver. Mis padres corren a mi habitación preocupado por lo que me pasa. – ¡Joel!, ¡Joel! –gritan mis padres –¡Ahí está lo que veo y me persigue! – dice Joel. – ¿Dónde Joel? –le preguntan sus padres –Sentado en mi cama–Pero sus padres no ven nada. Porque lo que ve, no es humano, ya el cuerpo de Joel se siente pesado y su boca comienza a templar; sus ojos se llenan de lágrimas, y aterrorizado por lo que está viendo en su cama comienza a gritar y a gritar por las cosas horribles que está mirando, ya que ve señales de muerte. Sus padres sin más remedio, deciden llevarlo a un psiquiatra. Pero Joel con el miedo y el sufrimiento por lo ve, le llora a sus padres. -No, no estoy loco; estoy viendo algo real y quiere matarme y mire en su 56

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frente un mensaje tachado en sangre que decía vengo por ti. -Sus padres muy atemorizados por el estado de su hijo, lo llevan a un psiquiatra. Pero Joel le lloraba y lloraba diciendo que no estaba loco. -¡Joel! – le grita el psiquiatra, pero Joel temblaba de miedo y lloraba. -¿Qué tienes Joel? – le pregunta el psiquiatra Pero él solo seguía templando de temor y miedo. –Si no me cuenta lo que te sucede te voy aplicar un sedante para que tu mente esté tranquila. – ¡No por favor!, si me hace eso él me llevará. – ¿Quién Joel? – Lo que me persigue. -¿Qué es lo que te persigue? – Algo que no sé cómo explicarlo pero cuando me parece cojo pánico y mi cuerpo tiembla porque quiere llevarme con él. ¡Tengo miedo! Lo veo en todo los lugares, que me muevo ya sea cuando estoy compartiendo con mis amigos, cuando camino por las calles y cuando me siento en mi cama. Solo oigo una voz que me dice: “Tú estarás conmigo”. -¡Ahí está lo estoy viendo! – dice Joel exaltado. – ¿Dónde? – Está en la puerta mirándome con su fría mirada y su risa malvada. – Le respondió Joel. El Psiquiatra al no ver, nada decide aplicarle el sedante. Pero Joel le rogaba y rogaba lleno de llanto y miedo de que no se lo aplicara. Al quedar dormido, Joel ve en su mente aquello que le persigue, aquella cosa rara – Te dije que te llevaría conmigo– con una risa burlona, despiadada y malvada. – ¿Quién eres? - ¿Qué quieres de mí? ¿Por qué a mí? – Estoy aquí por mi venganza. Y quiero que pagues todo lo que cometiste para que sufras eternamente como yo estoy sufriendo en el infierno. Soy a quien tú vendiste y traicionaste; por querer lo que conseguíamos juntos y 57


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decidiste matarme por envidia de quedarte con todo. Recuerda lo que compartíamos juntos– prosiguió– y lo que hacíamos juntos para conseguir dinero, matamos e hicimos sufrir a muchos derramando sangre inocentes. Tus padres te preguntaban por mí sobre lo que me había pasado, pero tú siempre le decías que yo había sufrido un accidente. No le constaste lo que en realidad pasó. Y ahora estás atormentado por lo que ves y por lo que sufrirás junto a mí en el infierno…– Joel se sorprende y con mucho más sufriendo y miedo . – ¿Eres Andy? ¡Perdóname por favor! Pero el espíritu de muerte que estaba transfigurándose en el ser de su amigo Andy, le responde: “No tuviste piedad con aquellos inocentes que matamos juntos, además le mentiste a mi madredejándola sufrida por mi pérdida, de su único hijo, tomándome en sus brazos llenos de sangre y agonizando en la calle en una madrugada fría y húmeda. – ¡Perdóname!– Joel le responde con llanto y dolor de consciencia Al pasar las horas y el psiquiatra ve que Joel no se ha levanta de sedante. Decide acercársele. Y cuando le pone la mano. Joel había muerto. Su cuerpo quedo caliente y su boca abierta con el rostro de una persona atormentada.

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arajo, carajo, carajo! - Esto fue lo único que se le ocurría decir a Samu, mientras derramaba un poco de cornflakes con leche cuando veía la tele. – No puedo creerlo; lo he olvidado por completo, y yo que lo tenía pendiente hace unos días... – Continuaba con sus lamentaciones, mientras correteaba por toda la casa como buscando algo.

esta vez lo haré sin tu ayuda. Ammm, mmm. Ya había pasado más de dos horas, mientras que Samu estaba pegado frete al computador, quitándose las uñas con la boca, ya se había quitado la de las manos por lo que estaba procesando a quitarse la de los pies. Todo estaba muy claro. No tenía idea de sobre qué escribir.

Samu Gaterra es una persona de 29 años de edad, tenía ya 7 años de haber terminado la universidad, aunque no tuvo mucha suerte de conseguir trabajo de inmediato. Éste era su primer empleo como escritor. – ¿Dónde rayos he puesto mi chaqueta? , debo empezar a escribir y justamente ahora no la encuentro. – Decía mientras buscaba entre la pila de ropa que tenía sobre el sofá.

– ¡Agghh!, Esto me pasa por haberlo dejado para el último momento, no me di cuenta de que ya hoy era 1ro de julio, ¡debí haberla hecho hace semanas!

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-¡Uip!, ¡Uip!, Otra vez este estúpido hipo ¡Uip! – Este hipo era señal de que nuestro amigo Samu estaba preocupado y probablemente asustado. – No puedo concentrarme si no me pongo mi chaqueta… ¡Aja!, ¡aquí estás! – dijo, mientras sonreía y observaba su “traje” de arriba abajo, como si fuera una pieza de arte única, y eso era para él, una pieza única ya que no tenía más chaquetas que le sirvieran como esa. Era un chico bastante alto como para entrar en un partido de basquetbol y encestar con facilidad, aunque era algo exageradamente delgado, por lo que siempre utilizaba su bata (tipo chaqueta), la cual era tan grande como él.

Así es, su jefa la Sra. B le había encargado escribir un artículo de por lo menos 20 hojas, para entregarlo exactamente el día 2 de julio, debido a que tenían que presentarlo en una reunión, con personas muy importantes.

Sentándose frente al computador para comenzar con el artículo, era necesario doblar sus piernas, porque parecía como un gigante frente a una pequeña pantalla.

–Si tan solo tuviera algo más de tiempo– decía estas palabras mientras observaba el reloj de mesa fijamente, como si esperara que el tiempo le escuchara y retrocediera o al menos se detuviera. – ¡Auchhh!, Te he dicho que no me picaras la cabeza Rufino. –Este fue el nombre que eligió ponerle su mujer a esta ave antes de fallecer. – Dándome picotazos en la cabeza no harás que el tonto de mi cerebro quiera ayudarme a para hacer este trabajo, así que vamos ¡chu! ¡chu!

–Ok, empecemos… Vamos cerebro, empieza yo te sigo de tras… –esto se decía así mismo como si estuviera hablando con su cerebro para que las ideas le llegaran a la cabeza y poder escribir. –¿Me estás dejando solo ahora, no? Claro, todos huyen cuando se les necesita. Ok, no te preocupes,

Antes de su esposa morir, a Rufino le encantaba volar por toda la casa, verlo volar hacia que ellos se alegraran y tuvieran nuevas ideas para mejorar en el hogar. Pero ya no quería volar, sino más bien colocarse en la cabeza de Samu.

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Sin darse cuenta, Samu había escrito más de 8 hojas en el computador, sobre los momentos que pasaron aquella ave junto a una mujer maravillosa. Pero ya no se le ocurría más, no tenía más ideas para escribir, eran aproximadamente las cuatro de la mañana, cuando de repente…– ¡Ya lo tengo! Llegas algo tarde cerebro, ya se me ha ocurrido algo, así que lárgate no te necesito. – Proclamó mientras se levantaba rápidamente de su asiento.

Agachando la cabeza, como en señal de rendición, se empieza a escuchar el sonido de un aleteo, un aleteo de un ave que quiere ayudar a su dueño. –Vamos, tú puedes, sigue así. – decía Samu mientras levantaba la cabeza y le daba ánimos a Rufino. Aprovechando el momento, rápidamente comen

– Si puedo hacer que vueles por toda la casa posiblemente me surjan las ideas. – Por la mirada de aquella ave se podría decir que no estaba muy de acuerdo. – ¡Vamos!, no te preocupes. Ya verás cómo me surgen las ideas. – Esto le decía mientras sonreía frenéticamente y sostenía aquel pobre Rufino, no sabía que su presencia haría que lo lanzaran por el aire, simplemente para verlo volar. – Vamos vuela, ¡vuela! –Mientras lanzaba bien alto a aquella pobre ave. ¡Rin, Rin, Rin!- El teléfono suena. – ¿Samu? – Sí… diga. – Señor Gaterra. Es para recordarle que debe de llegar temprano al trabajo con el artículo. – ¡Ahh!, Saludos Sra. B, sí, sí, claro que me acuerdo–. No era nada más y nada menos que la jefa de Samu. –Pues lo veré aquí a las siete en punto, ni uno más ni uno menos, señor Gaterra. –No se preocupe, allí estaré. – Y cuelga el teléfono. Sin pensarlo dos veces, se lazó frente al computador, tratando de hacer fluir las ideas simplemente escribiendo, pero era casi imposible el hipo había regresado y no le dejaba ni hablar bien. – ¿Cómo es… ¡uip!.. esto posible? –Pensaba Samu –No sé qué voy… ¡uip! a hacer, si tan solo Rufino volara por un… ¡uip! Instante hasta que me llegara las ideas ¡uip!. 64

zó a escribir. Impresionante, las palabras le surgían como si nada, solo le faltaban 5 hojas para terminar. –Eso es Rufino, ¡sigue así! Ya falta poco. –El ave parecía estar agotada, y Samu notó eso, de inmediato encendió el abanico para que el pobre Rufino se refrescara. –Con un poco de viento te sentirás mejor, ¡ya verás! –En un instante el hélice del abanico golpeo a el animal de tal forma que lo “mató”. Su enorme traje se llenó de plumas y restos de Rufino por todos lados. –¡Rufino!, ¡Rufino!, ¡Rufino! – Gritó con fuerza aquel hombre. – ¡Solo me faltaban 3 hojas! Con los dedos en el teclado y la cabeza en el monitor, Samu empezó a pensar. -Ammm… ¡tú otra vez! Llegas tarde de nuevo, ¿qué quieres? – continuaba hablando con su cerebro. –No es mala idea, mmmm… –Llegas 15 minutos tarde, ¿dónde estabas? – Reclamaba la Señora B. –Estaba haciendo… –No digas nada. ¿Dónde está el artículo? –Aquí lo tiene. –Tengo que ir a presentarlo al comité, espere aquí afuera. Media hora después de haber leído varias veces el artículo de Samu, la reunión por fin termina y todos salían muy bien organizados, como cuando a recibes tu paga y tienes todo el dinero en un bolsillo. 65


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–Señor Gaterra. – Todos los del comité le saludaban muy felizmente, cuando la Señorita B se le acerca. –Esto es increíble, ¡maravilloso!; nos ha encantado. – ¡¿De verdad?!- muy impresionado preguntaba Samu – Es algo nuevo y diferente. Ver cómo sucede la relación de una mujer y un ave. Nos ha impresionado. Y más última parte donde se habla de cómo el ave trato de detener un avión con su propio cuerpo, eso fue, eso fue… ¡Simplemente magnífico! Le felicito. – ¿Qué? Solo había modificado un poco lo que hizo el pequeño Rufino para que yo pudiera tener inspiración. – Eso es lo que pasó por la cabeza de Samu al escuchar los halagos de su jefa. –Bueno cerebro creo, que ya es todo por hoy, ¿no? –Hola señor Gaterra, ¿cómo está? –No puedo creerlo, ¡mi cerebro me está hablando de verdad! – ¡Detrás de usted! –se escuchó una risa al unísono. Una voz muy masculina como la de un gerente, le saludaba a la espalda al señor Samu. En efecto, era el gerente de la empresa, le estaba saludando. –Ah… Hola señor Hant –Me he enterado de lo bien que ha realizado el artículo que tenía entregar hoy, y quiero felicitarlo. –Muchas Gracias, no hay de qué. –Bueno me imagino que ya se va. –Pues, se podría decir que sí… –Bueno, espero que el artículo de mañana este mejor o tan bueno como este. – ¿Artículo…Mañana? –Mientras le comenzaba a dar hipo –No me diga que lo ha olvidado– le reclama el señor Hant. –No…HIiip!, claro que no, Hiip! – decía Samu mientras se marchaba. –Creo que necesitaré otra ave…

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rase una vez, en un lugar muy, muy lejano había un reino, un reino donde los ciudadanos cantaban, reían y bailaban todo el día, pues ese reino era tan rico pero tan rico, que los habitantes no tenían necesidad de trabajar porque las tierras eran ricas de frutos, había mucha comida y no tenían que pagar impuestos. El rey era un hombre bueno y honrado y la reina una bella y encantadora dama. Un día la reina dio a luz a una bella princesa, era tan linda como ella. Tiempo después la reina enfermo apenas cuando la niña tenía cinco años, y murió. Desde entonces el rey dijo que jamás se casaría y que se dedicaría a cuidar de su hija, lo cual no se cumplió al pie de la letra, pues el rey quedo encantado por una mujer bella, inteligente y astuta como una serpiente. El rey estaba tan enamorado de esa mujer que le confió todos sus bienes incluyendo el reino y el palacio real. Un día el rey tenía que marcharse a otra ciudad a unos asuntos personales. Se decía que en el medio del bosque habitaba una bestia con forma de dragón que devoraba a todo el pasase por allí pero a pesar de ello, el rey decidió cruzar el bosque, pues de esta manera llegaría más rápido a su destino, lo cual nunca hizo; el rey nunca llegó a dónde iba y tampoco regresó al reino. Nadie sabía que había pasado, pero todos en el pueblo decían que lo devoró la bestia. La entonces reina aprovechó esto para gobernar y hacer todo a su antojo. Era tan mala, pero tan mala que hasta las flores del reino marchitaron y solo se podía ver un lugar oscuro y siniestro. El pueblo dejó de ser feliz, pues la reina mala los obligaba a trabajar y pagar impuestos para ella costearse sus lujosos vestidos y viajes. Todos los habitantes del pueblo iban muriendo uno a uno. La princesa ya había crecido mucho y estaba a punto de cumplir 18 años. La servidumbre eran sus únicos amigos, puesto que la reina mala no le 70

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permitía salir del castillo. Un día la ama de llaves aprovechó que la reina mala estaba de viaje para contarle lo que sucedió con sus padres a la princesa, y decirle como llegó la reina mala al astillo. La reina mala regresó, pero todos se quedaron atónicos con su regreso, ya que ésta había traído al castillo a un amante, al que iba a ver cada vez que iba de viaje, al que le enviaba dinero, diamantes y monedas de oro. La princesa al ver esto, se puso muy furiosa y se llenó de odio para destituir a la reina mala. La princesa estaba formulando un plan con la ama de llaves para que en el banquete de su cumpleaños, ésta pusiera una pócima en su bebida y muriera. Pero su plan fue descubierto por un peón de la reina mala, a lo cual ésta reaccionó muy furiosa y mandó a su mayordomo a que arrojara a la princesa al bosque para que la bestia se la comiera. La pobre princesa fue abandonada en el bosque y jamás se supo de ella. La ama de llaves murió de dolor y a las demás servidumbres no les quedó más remedio que ponerse de parte de la reina mala, o si no morirían descuartizados. Al final, la mayoría de los habitantes del pueblo murieron de hambre y los que no, trataban de revelarse contra la reina, pero esto era en vano puesto que la reina siempre buscaba la forma de deshacerse de ellos. La reina mala se quedó reinando el castillo al lado de su amante, que era tan malo como ella. En una noche de pasión entre la reina y su amante, este aprovecha y la mata para quedarse con todo. El amante de la reina se quedó con el castillo y vivió feliz hasta que el Diablo vino por él. Fin 71


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staba luchando para poder respirar, nadaba con todas mis fuerzas intentando subir a la superficie. La adrenalina recorría mi cuerpo, me había lanzado desde una enorme roca, momentáneamente me pasó por la mente la loca idea de morir ahogado hasta que la fuerza del agua me empujó hacia la orilla. Era una sensación increíble, solía lanzarme desde lo alto de una enorme roca hasta caer en ese profundo charco que me cubría completamente. A mi padre le disgustaba que lo hiciera, amenazaba con pegarme, pero yo sabía que él no lo haría y que todo saldría bien. Después de todo era sólo su deber como padre.

los grandes devoraban los más pequeños, también aterrador. Aunque parezca increíble no había contaminación, la poca basura que hallábamos la echábamos en bolsas plásticas y las depositábamos en el primer zafacón que encontráramos de regreso a casa. Mi padre me acostumbró a hacerlo, a tal punto que desde entonces nunca he tirado una basura fuera de un zafacón. También trato de hacer conciencia en los demás, mis exposiciones fotográficas van orientadas al cuidado del medio ambiente. Me aterraba ver a mi padre trepado en lo alto de los árboles de coco, pero se me pasaba cuando los tiraba desde lo alto; se rompían y yo empezaba a beberme su agua.

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No era difícil encontrar charcos como ese. Durante todo el trayecto hacia allá era común verlos. Los rayos del sol apenas tocaban el suelo, los inmensos y frondosos árboles bloqueaban su entrada. Todo el trayecto estaba acompañado por una agradable melodía, el canto de diversas especies de aves y el calmado sonido del río se hacían presentes. Ningún ruido ajeno a la naturaleza penetraba en el ambiente. Sólo éramos mi padre, la naturaleza y yo. Mi padre solía llevarme frecuentemente, prácticamente todos los fines de semana. Salíamos temprano antes de que mi madre se despertara. Nos íbamos en caminata. Mi padre cargaba una pesada mochila llena de comida. Yo llevaba la cámara. Aún conservo varias fotografías que tomé en esas travesías. Una de ellas está colgada en la pared de la casa de mis padres; logré capturar una mariquita siendo devorada por una mantis religiosa, fue una gran motivación, sin duda influyó en mi elección de estudiar fotografía en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Era extraño regresar a casa con las manos vacías, siempre había uno que otro árbol del cual extraer frutas: mangos, aguacates, guayabas, etc. A menudo me distraía observando los llamativos peces de colores que correteaban por el agua. Variaban en tamaño y color. Era interesante ver como 74

Fluía mucha agua por el río, era muy caudaloso. No había una pisca de suciedad, sus aguas eran cristalinas. En el ambiente abundaba la vegetación y la fauna. Era un lugar increíble, el patrimonio del pueblo. Venían de todas partes, para poder disfrutar de este paradisíaco lugar. Todo era grandioso, pero nada se comparaba a la sensación que sentía cuando me lanzaba desde lo alto de aquella roca y caía en el profundo charco. Actualmente tengo 28 años de edad. Tengo una hermosa esposa y un hijo. Hoy llevé a mi hijo al mismo lugar que solía venir con mi padre. Estoy parado en la enorme roca, con un terrible miedo a caerme y quebrarme un hueso. Ya nada es como antes, todo el ambiente está plagado de contaminación, 75


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es difícil toparse con un inmenso y frondoso árbol, la única melodía que se escucha es el abrumador silencio de las ruinas que han quedado. No hay sombra en la que podamos descansar. El río, aunque no estoy seguro de si seguir llamándole de esa manera, ya no posee el mismo caudal de antes, sólo corren por la tierra las lágrimas de penurias que traen los recuerdos. La minería ya había contaminado las aguas, la poca que le quedaba. Me entristece estar aquí sentado en la enorme roca y no poder lanzarme de un chapuzón y sentir la misma adrenalina de cuando era un niño. Deseaba mostrar a mi hijo aquel hermoso lugar, pero para entonces, sólo era un inmenso e interminable desierto de arena. No tuve más remedio que conformarme con contarle a mi hijo como era ese lugar, pero por más que lo intentaba, resultaba imposible creerme cómo ese ambiente que narro se convirtió en este nauseabundo lugar. Esta “civilizada” sociedad se encargó de destruir mi pasado, mi presente y no me sorprendería que también mi futuro.

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asan en las noticias locales que una nueva especie de pez ha sido descubierta por investigadores mientras estudiaban las profundidades del Triángulo de las Bermudas. Lograron capturar algunos peces de esa especie para estudiarlos y encontrar respuestas a los misterios de la parte del mar de donde provienen…” Solo puse el canal buscando algo que ver. Me pareció aburrido y por eso lo quité desde que se llevaron los peces a un laboratorio. – ¡Mierda! Es tarde y el autobús nos deja, mejor corremos. –En esos tiempos estaba junto a mi hermano cursando el último año del bachillerato, no era un estudiante brillante, pero tampoco era el más mediocre, era un chico normal que llevaba una vida normal y siempre deseando que algo interesante pasara en su vida. Como todos los días, tengo que lidiar con una maestra que siempre esta amargada y desde que despachan mi hermano y yo tenemos que caminar todo ese camino hasta la casa porque el autobús siempre está lleno de regreso a casa. Salimos a caminar y llegando a la casa me desvié y caminé hacia el parque a sentarme un rato y descansar antes de ir a mi hogar y escuchar a mi madre discutiendo y mandándonos a hacer cosas que no queremos. –No hay un solo día en que esa mujer discuta por todo – Sigue siendo mami, así que cuidado con lo que dices – ¿Qué haces aquí?, pensaba que estabas en la casa –Al igual que tú, no estoy por pelear con mami. Nos pasamos la tarde con unos amigos, –Casi se hace de noche. ¡Vámonos antes que comiencen a llamarnos preguntando dónde estamos! – ¿Dónde estaban? –le pregunta su padre – Por lo menos no fue mami, por cierto, ¿dónde está ella? – ¡No desvíes mi pregunta! – Estábamos con unos amigos, nada impotante. 80

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– Miren a ver, no quiero que vuelva a pasar eso, ¿escucharon? – Está bien… Otro día y para la escuela, pero ahora mi padre está viendo las noticias: “En esta especies encontramos muchos elementos que pueden ser la clave para la cura de muchas enfermedades como el ébola, y mezclando los químicos exactos, hasta puede curar el SIDA, solo requiere más tiempo de investigación y análisis; pronto verán los resultados.” – ¡Porta’ mí! – dije yo, y como todos los días, el bus casi dejándonos. Llegando al aula, nos dimos cuenta que la maestra no iba a venir porque estaba enferma, esperamos la siguiente hora a que llegara el otro maestro, pero mientras tanto, haciendo coro y andando en los pasillos; típico de estudiantes de bachillerato. – ¡Llegó la profe! – gritaron y todo el mundo corriendo al aula antes que ella nos vieran. Ya era tarde, la maestra vio que un grupo estaba corriendo y entrando al aula. – ¡Castigos para todos! –Anunció – Osea, que un día llego tarde por algo que pasó y ustedes deciden hacer una fiesta. No se preocupen, que de esa nadie se salva–. Pasamos una semana saliendo a las 4:00 pm, mientras la escuela salía a las 2:00 pm y todo porque un día decidimos salir del aula porque pensábamos que la profe no iba a llegar. Un día me despierto más temprano de lo común, un miércoles para ser más específico, a las 6 de la mañana. Miré el reloj y decidí caminar a pie hasta la escuela, sentía algo extraño en el aire y hasta en mi manera de caminar; no 81


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le di mucha importancia a eso además, debe ser porque desperté una hora más temprano de lo normal. Mientras caminaba vi que en un periódico decía que hubo una explosión en un laboratorio y tuvieron que evacuar el lugar en un radio de 10km cuadrados por seguridad. Sucede que en ese laboratorio se hacían las investigaciones y análisis de los peces encontrados.

asemejaron y crecieron en mi al no saber a ninguno de mis padres, lo único que tenía en mi mente era que ellos estuvieran bien y esperándonos en la casa. Nos demoramos mucho porque era muy lejos y a pie no era fácil llegar, pero cuando finalmente lo hicimos, no había nadie en la casa; la nube ya estaba sobre nosotros, por suerte un vecino nos vio desde lejos en un auto.

– Ya la cagaron– dije para mí mismo Llego a la escuela y veo que ya la clase había empezado y velozmente me integré. Ya pasando las horas me asomo por la ventana y veo una nube roja cubriendo los cielos. 2 minutos después llega un personaje con una máscara de gas. – Deben salir de aquí lo más rápido posible, este ya no es un lugar seguro– dijo él Veía como esa gran nube roja se acercaba a gran velocidad y al mismo tiempo las personas salían de la ciudad; nos querían sacar también y llevar a un lugar seguro fuera de la ciudad. Me escapé y corrí hasta mi casa; mi hermano me siguió. Creo que fue la única vez que el miedo y la preocupación 82

– Sus padres se fueron hace rato. ¿Qué carajos hacen ustedes aquí todavía?, ¿no les dijeron que estaban evacuando a todo el mundo aquí? – Mientras salíamos de la ciudad, vimos muchas personas tiradas en las calles, todos con un aspecto similar; ojos blancos y no podíamos ver sus pupilas. –¿Esto lo causó la nube roja? – preguntó mi hermano. Según las noticias, esa nube roja es producto de un experimento reciente que falló al explotar un laboratorio donde se hacían pruebas con una especie descubierta de peces. Lo digo y siempre lo diré, nosotros mismos causamos nuestro propio aniquilador. Debido al gran trafico causado por las personas evacuadas, llegamos aproximadamente en unas horas a la ciudad vecina. Había pánico por doquier y personas desesperadas causando estragos en las calles. Allí estuvimos a salvo, mientras todo se tranquilizaba y esa nube desapareciera. Se extendió por toda la ciudad de donde provengo y casi llega a la ciudad donde estábamos refugiados. Pusieron en zona de cuarentena toda la ciudad. – Si esa nube permanece, vayan olvidándose de todo por lo que trabajaron y de su vida anterior, porque cuando esa nube desapareciera el gobierno no dejara a nadie volver hacia allá por un largo tiempo– dijo un extraño. No lo puedo negar, estaba aterrado de que esa cosa me alcanzara o a mí familia que aún no la veo por parte, solo está mi hermano a mi lado. Pasaron 30 minutos y la ciudad se estaba tranquilizando, por un momento pensé que todo se iba a solucionar, al menos eso pensé. Sin darnos cuenta, el aire ya estaba infectado en toda el área y prácticamente ya estábamos infectados todos los de la ciudad. Pusieron la ciudad en cuarentena y las cosas se pusieron peores, porque en menos de 24 horas todo el país estaba en la misma situación… 83


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odo aconteció en el siglo pasado, el tiempo en el que país vivía la situación de la guerra de abril de 1965, donde el país se encontraba bajo la intervención norteamericana. Un sargento que caminaba por la calle muy pensativo, tenía una vida pacífica aunque fuese militar, él se sentía orgulloso de defender su patria. Mientras caminaba, vio algo y se agachó a cogerlo; una revista en el suelo, la tomó y se fue. Una vez que llegó a su casa solo leyó la portada y acostó. Ya en la madrugada mientras el dormía llegó un compañero a su habitación y para ese mismo instante se cayó la revista y salió de ella una foto. El compañero al ver lo que había salido de la revista quedó muy sorprendido y asustado, así que tomó la revista y muy discretamente la llevó a su superior. Para el amanecer un grupo de soldados llegó a rodear al sargento que no sabía nada de la situación. El sargento muy asustado preguntó: “¿Qué pasó?”, pero el grupo que lo rodeaba lo miraba con ojos de enemigo. Así que lo llevaron aislado de todos y muy discretamente lo torturaron y le dijeron: “confiesa”. Él solo decía que no sabía de qué lo acusan, que era inocente, así que le enseñaron la revista que él había encontrado. – ¿Es suya esta revista? – Sí, la encontré ayer en la tarde. –Lo agolpearon varias veces. – ¡Confiesa! – ¡No tengo que confesar nada, no sé de qué me acusan! –Y lo volvieron a golpear. El sargento solo decía “¡Dios ilumíname!”. Para el día siguiente, llegó un capitán para seguir interrogándolo. Ya el sargento estaba muy preocupado al ver a este capitán, pues ya empezaba a percibir que era más grave de lo que pensaba. – ¿Sabe que le hacemos a los traidores? –No, y no sé de qué me hablan. – A los traidores le cortamos los testículos y luego lo matamos. –Así que 86

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mandaron a buscar al hombre que encontró la revista en la habitación. Y le enseño la revista que había encontrado. – ¿Cuál es el misterio con la revista? – preguntó el sargento y el hombre sacó la foto de Fidel Castro. El sargento empezó entender lo que le estaba pasando. El trató de defenderse, pero no le creían. Los militares pensaban que el sargento era un espía comunista infiltrado en las tropas interventoras. Así que fue torturado y declarado como antinacionalista. El sargento solo pensaba ¿Por qué la vida es tan injusta y por qué a la gente buena le pasaban cosas malas? Una vez en la cárcel, se encontró con un superior abusivo que tenía orden de maltrato hacia él, pero más allá, era el mismo soldado que encontró la revista. Éste había sido ascendido a sargento y héroe nacional y puesto como verdugo del antiguo sargento. El sargento pensó que sería el final y le pedía a Dios que no lo dejara morir en la cárcel y que algún día se haría justicia. Pasó mucho tiempo, el sargento pensó que moriría en la cárcel y solo le pedía a Dios que le diera una señal de que verdaderamente si existe. Su verdugo lo perseguía y maltrataba y alguna vez intentó abusar de él, pero nunca lo logró. Un día mientras miraba al techo de su habitación, escucho un bullicio que salía del pasillo. Un incendio ocurría cerca de su pasillo, estaba muy desesperado y asustado, así que pensó que sería el día final y vociferó: – ¡Dios!, ¡¿Por qué me castiga?!, ¡¿Qué he hecho para merecer todo esto que me pasa?!, ¡¿Es este el final?!, ¡pues destrúyeme! Pero para ese mismo momento llegó su verdugo para llevarlo a otra celda ya que el fuego se acercaba a la suya, pero algo asombroso pasó al verdugo; un infarto fulminante. El sargento trató de ayudarlo y pedir ayuda para socorrer a su verdugo que por años lo había maltratado. Intentó sacarlo pero él sabía que si lo sacaba ambos morirían producto del asfixie del 87


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humo y el fuego, entonces lo que hizo fue quitarle el uniforme del verdugo, ponérselo e intercambiar uniformes. Una vez puesto el uniforme aún tenía que seguir luchando por salir de ese infierno encendido en llamas. Mientras corría por el pasillo pidiéndole a Dios que lo ayudara a escapar y no ser descubierto, ya que si lo atrapaban con ese uniforme pensaría que fue algo planeado por el mismo para escapar y sería hasta un problema de magnitud diplomática entre Cuba, República Dominicana y los Estados Unidos. Cuando de repente cayó una pared que por poco y le cae encima, pero este logró esquivarla y salir por un hueco.

–¿Cómo te llamas? Conozco a todos los policía que trabajan en la cárcel y nunca te hubiese visto. –Es que soy nuevo… – ¿Qué quieres ordenar? – Perdí mis pertenencias en la cárcel, no tengo dinero. La mujer sin interés alguno ofreció un rico manjar al sargento. Después de una larga conversación y atracción mutua, la mujer le ofreció quedarse y esa misma noche ambos tuvieron relaciones. Mientras el hombre estaba encima de la mujer vio una foto de su fallecido verdugo junto a la mujer y al lado de la foto había un poster que decía: “Mi Dios aprieta pero no ahorca”. Al sargento solo le quedó reírse de todo lo que había sucedido y pensó que había despertado de una pesadilla. Al final de todo Dios nunca lo abandonó, y que solo hay que tener fe, que la vida está llena de pruebas y que solo hay que creer en Dios, porque nadie sabe el día en que vas a estar disfrutando de la comida y la mujer de quien te haga daño.

– ¡Oh Dios!, ¿Qué ha pasado? ¿Cómo fue que esto pasó? –Expiró el ahora libre sargento. El sargento se fue caminando y alejando muy cuidadosamente de la prisión de donde había vivido los peores días de su vida. Toda la cárcel se había quemado y se presume que muy pocas personas pudieron sobrevivir, éste arrancó el broche de identificación del uniforme. El sargento caminó y dobló a una esquina para evitar a las autoridades. Se detuvo en una cafetería que estaba muy cerca de la prisión. Allí se le acercó la propietaria de la cafetería.

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abía una vez un joven llamado Pedro. Se levantó de su cama una mañana cualquiera. Era un muchacho sano y siempre se preguntaba cómo era la vida de esos delincuentes que supuestamente salen con el resguardo de la Virgen María. El describía a estos tipos de personas como con partidas en las cejas, un diente partido, flacos, altos y con mucha barba. Pero Pedro tenía su cara como sin ningún rasguño. Pero ese día, al despertar, fue camino al baño. Orinó como es de costumbre, y al verse en el espejo se dio cuenta que lucía cual delincuente, entonces rápidamente se incorporó – Me parezco muchísimo a uno de esos tígueres que viven haciendo reuniones en el parque cerca de mi casa. ¿Y si me uno a ellos y veo cuál es su cultura? –Así mismo lo hizo. Fue al parque donde se reunieron jefes de conocidas gangas como Sangre, Patria, etc. Iba con un flow medio atrasado; con pantalones luciendo su ropa interior, un poloshirt campana blanco, una gorra que le tapaba los ojos, y un arma blanca, llamada “Juana”. Al llegar a su destino todos se quedaron viendo justo a él, y se acercaban lentamente con sus miradas fijas – Dino’ qué es lo que quieres y qué Diablo tu tá’ haciendo aquí. – Nada jefe, solo quiero ser parte de su banda 92

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– Para hacer eso tienes que pasar por un proceso. ¿Estás de acuerdo con eso? – Sí claro– respondió sin pensar que no había marcha atrás Lo hicieron hacer un juramento acerca de patria, muerte y la Virgen María, levantando la mano derecha y jurando un acuerdo entre su nueva hermandad. Pedro fue asignado a su primera tarea de iniciación, y era llevar un simple paquete, algo que él se lo encontraba estúpido. –Lleva eso a la calle Monseñor, allí te estará esperando un señor con un periódico. Entrégale el paquete y solo dile “amén”, luego regresa sin decir más nada. Pedro misteriosamente fue y ubicó al señor con el periódico. Se acercó sigilosamente, y dejó su paquete debajo del asiento diciendo “amén”. Regresó a su guarida, donde estaba el jefe mayor –Muy bien hecho hijo, te has ganado este dinerito. –Le dio el jefe pasándole el efectivo– Sigue así que iras ascendiendo poco a poco. –Pedro recibió 300 dólares en su primera tarea asignada. –Ahora te toca ir de paseo con los hermanos Dalín, toma esto. Es solo para hacer un bulto–le dijo. Aceptándolo solo sintió el frio metal y pesada arma, y pensando, cuantas muertes tendrá esta arma pensó: “bueno, seguiré adelante”. Se montó como pasajero en el motor de uno de los hermanos, y solo pensaba a quien tenía que matar o a qué lugar irían para extorsionar. En el motor a 120kph, y la brisa que no lo deja escuchar las palabras del conductor, le dice: “aquí es; corona la vuelta”. Una mujer acabada de salir del banco a 2 esquinas. Llevaba una cartera MK y se le pararon justo al frente. – ¡Dame to si no quieres que te den un plomaso! – Exclamó el conductor. Pedro se daba cuenta que conocía la mujer; era con quien el salía unos 93


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años antes de terminar el colegio, pero dispuesto a todo, solo y con una mirada de asesino, para que no crean que ella sabía quién era el, apuntándole el arma exclamó: “¡Date rápido!”. Le robaron el bolso y marcharon en su huida. Luego así mismo fue recompensado con 300 dólares más. Eso era lo que tenía que hacer como método de iniciación de la banda callejera. Pedro se sentía poderoso; que era dueño de la calle y de donde vivía. Pensaba que ya nada ni nadie podía detenerlo, hasta que fue y compró unos cigarros que quería fumarse para calentar sus penas. No paraba de pensar:

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en la boca. – ¡Espera!–le dice Pedro– ¿Qué ha pasado? –pierde el conocimiento… Aturdido amanece en su cama y asustado se pregunta: “¿dónde estoy? ¡Me han violado!”– y se da cuenta que está en su casa y que todo lo que había sucedido era un sueño.

–Bueno, ella me conoce y tarde o temprano me va a querer buscar por lo que le he hecho, pero no creo que la vuelva a ver... –Apagó su cigarro y se marchó. En el parque, celebrando con su hermandad, al nuevo integrante le prendieron un tabaco que lo dejó tónico y mareado. Ya solo estaba que pensaba en comida. Y de camino a su casa paró en una esquina desolada a orinar un poco, donde se le acercó un señor –Disculpa, ¿cuál es la dirección del colmado “La Bomba”? – le preguntó. Él se volteó y vio una pistola apuntándole entre las cejas. Rápidamente se sube los pantalones y ruega por su vida – ¡No me mates!, ¡por favor! ¡No lo hagas! –Te he estado siguiendo desde que enviaste ese paquete aquel pobre viejo– le contestó el otro sujeto– era jefe de la mafia narcótica del país. Se sentaba allí a esperar el reporte del día hasta que tú le enviaste una bomba dentro del reporte y nada te importa, ¿verdad? ¡Mataste a mi papá, Idiota! –Sonó un disparo. Todo se puso en blanco, y lentamente se paraba del piso y solo escuchaba: “¿Estás bien? ¡Oye!, ¿estás bien? – Al retomar su conciencia vio que era la misma mujer que él había atracado, quien tenía un arma –Te acabas de desmallar–le dice ella mientras le da una toalla. Se la pone 94

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ostros tristes, pasos lentos y cansados, angustias y dolor se presencian por muchas de las calles de Mistubi, un pueblo de Inglaterra. Las mujeres mientras lavaban la ropa se quejaban de lo que no tenían y querían tener. – Si tuviera dinero me comprara un vestido nuevo. Los hombres en los bares sentían envidia del rey y de sus riquezas pero sobre todo de su frágil y delicada esposa, casi siempre deseando que esa fuera su vida, queriendo estar en el trono y no en ese mugriento bar con sus feas esposas. –Esto no es vida, esto es peor que el infierno-. Entre esos hombres se encontraba Ronald Volant, un hombre de aproximadamente 40 años de edad, este no se quejaba de los mismo “Problemas” del resto al contrario decía entre dientes, –Hay que dar gracias a “Él” por todo. Vivía con su hija de 8 años, esta era la única que estaba a su lado, después de que su esposa se marchara por razones desconocidas, o al menos eso se rumoraba en el pueblo. Este se levanta todos los días muy temprano, le preparaba el desayuno a su hija, la alimentaba y bañana, luego la acostaba y se iba a trabajar, la misma rutina todos los días, cuando llegaba, se sentaba con la pequeña y le comenzaba a cantar, le susurraba al oído que todo estaría bien, le acariciaba el pelo, y se metía con ella entre las sábanas. Era un hombre misterioso, solía caminar todas las noches por el pueblo

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gritando y jalando su pelo, con los ojos llenos de lágrimas. –¡Laura, Laura, espérame Laura! ¡Oh Laura!, ¡Estaremos juntos por siempre Laura!-, a medida que avanzaba gritaba más fuerte. Muchos decían que era a su esposa, otros decían que estaba poseído, el resto simplemente se trancaban en sus casas a disfrutar el espectáculo. Una tarde, la dueña de la casa fue a cobrar la renta y como nadie respondía a la puerta decidió pasar, iba caminando lentamente, estaba oscuro y olía mal, estaba asustada, quería devolverse pero su cuerpo no le respondía. – ¿Hay alguien ahí?... ¿Señor Volant, está usted en casa?…–mientras caminaba y exclamaba. Vio una puerta medio abierta, la empujó, el olor era cada vez más fuerte, tanto que sentía ganas de vomitar la misma mientras entraba a la habitación. –¡¿Cómo puede vivir alguien así y mucho menos criar un hijo?-. No dejaba de repetir. Caminó hacia la ventana, la abrió para que entrara un poco de aire, empezó a recorrer cada parte de la habitación. Indagada por la curiosidad de saber los misterios de aquel hombre. Encontró ropas quemadas, pelucas, altares, cuchillos con sangre, fotos rotas… Aterrorizada por todo lo que había visto decidió correr hacia la puerta tan rápido que callo de cabezas frente a la cama, vio la sabanas sucias y abultadas, se acercó a ellas, las levanto rápidamente, al ver lo que había debajo de ellas, echo un grito tan grande que varias personas entraron a ver qué pasaba gritando. –Rómula, ¿está usted bien? ¡Rómula!– Ésta no respondía solo señalaba a la cama. Dos de las personas que entraron se dirigieron a la cama; vieron un cuerpo sin vida, los pocos rasgos que se podían notar indicaban que era una niña, estaba todo desgastado, ya no tenía cabello, era algo espantoso y asqueroso por lo que las personas decidieron agarrar el cuerpo con sacos

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y fundas, lo arrastraron hasta el patio y lo quemaron. Volant que recién acababa de llegar, vio la puerta abierta, corrió hacia la habitación y vio que el cuerpo de su hija no estaba. Desesperado, corrió hacia afuera, sintió el caliente del fuego, se dirigió hacia el patio y vio como quemaban a su hija. Empezó a gritar: – ¡No!, ¡está viva, está viva! ¿Qué le hacen a mi bebé? ¡Laura está viva!– con grandes lágrimas en los ojos, soltó unas bolsas que tenía en la mano. Eran unos vestidos y lazos. Corrió hacia el fuego y abrazó y besó lo que quedaba del cuerpo. Gritando de dolor, dejó que las cenizas los consumieran a él y a su querida hija. –Hay que dar gracias a “Él” por todo…– Fue lo último que se escuchó decir. Varios años después los niños del barrio aparecían quemados en el patio de Ronald Volant.

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iamond City, una ciudad marginada y de mucha pobreza donde existe la taza más grande de delincuencia y donde está la cuna de los grandes distribuidores y asesinos, en donde nace un niño, el cual sus padres le dieron como nombre Evans Shadow. Con el transcurso de los años Evans fue desarrollando una habilidad especial ya que le llamaba tanto un deporte, el cual era que lo movía por dentro, así que todas las tardes después de clase, bajaba a las canchas de baloncesto, que quedaba por el camino de la escuela. Ahí se quedaba mirando a lo demás jugar. Él sentía por dentro la necesidad de querer jugar pero a él no saber, aún no intentaba entrar. Evans comenzó a decirles a sus padres que le compraran una pelota de baloncesto para aprender a jugar, sus padres al verlo así supusieron que su hijo tenía un pensar muy diferente a todos los jóvenes de su vecindario y así decidieron comprarle la pelota de baloncesto. Cuando sus padres le trajeron la pelota de baloncesto a Evans, él se fue de una vez para la cancha a jugar y aprender lo que más deseaba. Con el transcurso de los días, Evans comenzó a ver en la televisión juegos del baloncesto profesional y comenzó a copiar movimientos, los cuales con el transcurso del tiempo fue perfeccionando y desarrollando sus movimientos personales. Cuando Evans llego a los 15 era el mejor jugador de baloncesto de Diamond City, ya que iban jóvenes de todas parte de la ciudad a juagar contra él. A Evans le pusieron como nombre Night Fury, ya que decían que después de jugar con él se te quitaba el deseo de volver a jugar baloncesto. Evans es una persona callada tranquila, con una estatura promedio de 6.1 ojos azules luminosos, cabello castaño, con definiciones en su cuerpo y bastante rápido. En la ciudad lo categorizan como la esperanza y crecimiento de los jóvenes de su edad. Pasan tres años y Evans termina la secundaria y a verdad no sabe qué hacer ya que su gran sueño es jugar en la liga profesional de

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baloncesto, pero a él se le presenta una dificultad: para poder jugar o, por lo menos estar en un equipo de la profesional de baloncesto, tiene que ir a la universidad de Hardesk, que es una universidad para personas con esos talentos natos la cual queda en otra ciudad y no tanto eso, en esa universidad todo joven debe de tener una buena estabilidad económica, para poder sustentarse en ella y en el caso Evans, sus padres no tenía esta economía para poder asistir a esta universidad. Los padres de Evans al saber eso, se ponen a buscar a ver si alguien le puede dar una beca a Evans para esa universidad y lo único que consigue es nada. Todo les decían que trabajara y reunieran el dinero y luego que se fueran, pero los padres de Evans temían que Evans se le fuera es deseo y comenzara a trabajar con unos de los grandes narcos de la ciudad. Ellos siente que Evans no quiere quedarse estancado en esta ciudad y así no ser un más del montón y sin futuro. Los compañeros de Evans al no verlo ir a la cancha de baloncesto, ya que él no faltaba ningún día, comenzaron a preguntarse qué estaba pasando con Evans y comenzaron a ir a su casa. No lo ven y les preguntan a sus padres. Ellos les dijeron que Evans estaba ocupado buscando universidades para estudiar, los compañeros al escuchar eso y sabiendo que no hay muchas opciones de universidades que digamos, le preguntaron a la madre de Evans que como iban a pagar la universidad si ellos eran pobres y no tenían los recursos necesarios para poder sustentar a Evans en la universidad, la madre de Evans mira para el cielo y respira y dice, “siempre hay una esperanza, solo tenemos buscarla en el lugar indicado” y los jóvenes al escuchar a la madre de Evans dicen: “Nosotros le ayudaremos, no se preocupe, conocemos a muchas personas aquí. Y además Evans es muy famoso en la ciudad, alguien lo ayudará”. Los jóvenes comenzaron a dar vuelta por la ciudad hasta que se encontraron con los encargados de los vecindarios y de los barrios, cercanos que conocían a Evans. Así comenzó a correrse la voz hasta que todos reunieron una gran cantidad de dinero con la cual él podría pagar más de un año de estudios en la universidad. Pocos días después llegaron los jóvenes a la casa de Evans y llaman a la mamá de éste. Cuando ella sale, se le acercaron: – Mi doña, nosotros pudimos recolectar una buena cantidad de dinero,

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con la cual se le puede asegurar por lómenos un año y algo en la universidad de Hardesk, también sabe que esa es la universidad a la cual Evans quiere asistir, además de que es la mejor opción, así que este es su dinero ahora, y recuerde esto nosotros también tenemos sueños señora, ¿usted quiere saber qué sueño es? –la madre de Evans feliz y con los ojos rojos al punto de llorar. –Si díganmelo–a punto de sollozar. Ellos sonríen –Nuestro sueño es ver a su hijo Evans en la profesional de baloncesto; ese es nuestro sueño señora–. La madre de Evans se pone a llorar de la felicidad.

te lo negaré y menos te lo impediré. Y así Evans se preparó con su madre y se fueron a la ciudad vecina, Central City, donde comenzara su preparación profesional.

–No los decepcionará; ténganlo por seguro–dijo llena de orgullo. –Lo sabemos–le dicen los jóvenes con una resplandeciente sonrisa mientras se van Pocas horas después llegan Evans y su padre, ya que estaban trabajando juntos, desde que la madre de Evans lo ve llegar no se aguanta de la emoción y se les acerca rápidamente: – ¡Hijo vas para Hardesk!, así que mañana vamos para inscribirte–. Evans al ver a su madre tan segura de lo que dice salta de la emoción – ¿Enserio?.. ¿Enserio?.. No lo puedo creer. Voy a organizar todo. – Su padre se siente feliz también –Ves hijo que uno nunca se puede dar por vencido, siempre hay que luchar por lo que uno como persona desea o de lo contrario uno no puede llegar a ser nada ni nadie. Al otro día se levanta Evans temprano, va y despierta a su madre. –Madre yo iré solo a Hardesk, por favor quédate y descansa, yo quiero comenzar hacer cosas por sí mismo y de esto quiero hacerme cargo solo, así que deséame suerte– la madre se levanta – Mi hijo yo quiero ir contigo porque no sé si será los últimos momentos que compartiré contigo y por lo menos quiero acordarme de que fui yo quien te inscribió en la universidad como lo hice todos estos años en la primaria y la secundaria, y quiero compartir eso por favor no me niegues eso– Evans al ver a su madre así, va y la abraza y le da un beso –Mami tu nunca me vas a perder porque ustedes son todo lo que tengo y ustedes son lo que me impulsan a vivir el día a día– la madre lo abraza con fuerza y amor. Evans vuelve y le responde– pero si tú quieres hacerlo, no

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sta es la historia de dos mejores amigas y una vecina muy querida por ambas, “la gringis”. Era viernes y como de costumbre Mary, la mejor amiga de Patricia, la fue a visitar a su casa. En el momento en que Mary llega a la casa de Patricia, Emily, “la gringis”, que estaba en la casa de Patricia, se asoma y sale a saludar y a recibir a Mary. Luego de varias horas charlando, poniéndose al día y disfrutando de la tarde, Emily se levanta del sofá. –Emily, ¿qué día es hoy? –Mirando a las chicas de manera chistosa y sarcástica. Mary y Patricia se miran al mismo tiempo. “Viernes” responden al unísono las muchachas sin mucho ánimo. – ¿Solo “viernes”? Hello! It’s social Friday, oh my God..! – Entonces, Mary se echa a reír y mira a Patricia –Sí, ¿cómo no? Explícale tu pues.–dice Patricia–Verás Emily no te sientas mal por nosotras, pero es que nuestros padres no nos permiten salir de noche a celebrar eso. Sorry! – ¡Es que no puede ser! –Exclamó Emily y luego con una cara de impotencia se dirigió a ellas –Pero chicas, si no se puede hacer la fiesta afuera pues la haremos adentro –Emily tiene razón. ¡Es viernes y el cuerpo lo sabe!–Exclamo Patricia –Bueno, me ha llegado una idea. Somos grandecitas, ¿verdad? – Preguntó– Pues vamos hacer las cosas bien sin dejar ‘’huellas’’ –dijo Mary –Este plan me está gustando y todavía no sé de qué se trata…– expresó Emily con una carita malvada. –Lo primero que haremos es…–hizo una pausa– ¿A qué hora regresan tus padres Patricia? –Ellos están en una cena de la compañía, no creo que se aparezcan por acá hasta media noche–respondió ella – ¡Eso es! Ya lo tengo planeado. Haremos una “Pijamada Party” –dijo Mary – ¡Sí!, ¡Qué divertido! ¡Una Pijamada! Era tanta la confianza y la fe que se tenían entre ellas, y el deseo de dis

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frutar juntas un “viernes social”, que sabían que la pasarían súper a pesar de las consecuencias. –Para empezar, debemos de traer lo que comeremos y la película que vamos a ver entre otros detalles –Mary les dice – ¿Y la bebida? – le interroga Patricia con una cara de sarcasmo –Pregunto eso ya que no nos podemos olvidar de tan importante detalle– dijo sonriente. Ya eran las 08:00 pm y ellas armaron su pijamada. Empezaron a tomar y a bailar como si fuera en un fiestón con sus artistas favoritos. En el momento de tanta alegría Mary bailando tropezó con el armario que estaba en la habitación y este de repente se abre, y de la nada aparece una botella de vino que al parecer estaba hay por mucho tiempo y ni la misma Patricia lo sabía. Solo basto que Emily y ella la vieran. Ambas se aventaron como locas hacia la botella y viéndose se dijeron “hoy se bebe”. Ellas se bebieron todo, incluyendo el vino y estaban muy embriagadas, y de repente llegaron los padres de Patricia. Emily fue la única que se dio cuenta y enseguida les dijo a sus amigas que ya estaban muy borrachas. Ella apagó la luz de la habitación. –Debemos de fingir estar durmiendo– enseguida tiró todo en la cama y ellas se acostaron encima y se arroparon. Cuando la madre de Patricia entra a ver cómo estaban, Patricia no podría controlar su momento “happy”, como ella decía y estaba risa y risa. Por suerte no abrió los ojos. –Cariño, ¡qué angelitos tan bellos! Aun durmiendo, sonríen –Le dice la

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madre de Patricia a su esposo. Lo que más lejos ésta tenía era que ellas reían por la travesura cometida y el estatus de embriaguez que presentaban en ese momento. – ¡Oh cariño!, qué hermosas. Juventud; divino tesoro– expresó la madre con cara de satisfacción y extrañando esa edad. Ambos padres salieron entre pequeños pasos, y apagando la lámpara, se retiraron de la habitación.

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ueno, ahí estaba, tirado en el suelo. Casi dejando escapar mi último aliento, con las manos sudorosas, frías y un enorme ardor en el pecho. Llegaban a mi todo tipo de recuerdos de mi vida, sucesos buenos, malos, tristes, tentaciones y todo tipo de situaciones adyacentes.

modo que no hubiese forma de rechazarla. Me hizo una oferta muy tentadora; me daría el mayor placer físico que un humano podría tener, solo te tenía que pagar un “pequeño” precio; mi alma. Busqué la forma de dejar atrás a la diosa de la lujuria y decidí caminar. Me detuve y en frente de mí había un vehicular, y dentro de él estaba Lakshmi, diosa del dinero, y me invitó a dar un paseo por la cuidad, al cual accedí. Me llevó a sitios lujosos y me enseñó gente importante, con las que era casi imposible de relacionarme. Me hizo una oferta, de convertirme en una persona importante, dinero, fama y tener el mundo a mis pies; rápidamente me sentí atraído con su gran oferta, entonces le pregunté cómo podía conseguir todo lo que deseaba en la vida, y me respondió lo mismo que Tlazolteotl: “Solo tiene que pagar un pequeño precio, tu alma”.

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Estaba confundido y atemorizado; quería vivir y a la misma vez morir, y en verdad para mí, las dos opciones era similares, significaban “salida” de todo lo vano y sucio a lo que muchos le llamaba “una vida buena”, por lo “bueno” que veían y creían que era mi vida. Mi cuerpo estaba dividido en dos, y dentro de mí se estaba desatando una guerra de confrontaciones sobre mí mismo, en el cual mi cuerpo era el centro de la batalla me sentía como un espectador que no pertenecía a ninguna de las dos partes, pero al final, yo tenía la última palabra sobre lo que pasaría en esa batalla. Dos decisiones; vivir o morir. Empecé hacer un recorrido por la parte que a simple vista era más atractiva, que parecía una gran cuidad que siempre estaba de esta y nunca descansaba, con muchas bebidas, mujer, drogas y alcohol. En mi caminar me encontré con Tlazoltéotl, diosa de la lujuria, la cual me sedujo muy fácilmente y me invito a pasear con ella. Me mostró que desde muy pequeño iba alimentando mi mente, la que según ella era muy fácil de tentar, solo había que disfrazar la tentación de

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Todos en ese lugar me hacían buenas ofertas, pero a cambio pedían mi alma, era frustrante. Traté de huir. Todos corrían detrás de mí. Me rodeaban haciéndome sus ofertas. Trataba de escapar pero no podía. Sentí que alguien me tomó de la mano y me dijo que me podía ayudar con ese problema, así que decidí ir. Fui a un lugar donde me ofrecían algo mejor, donde todo era diferente. No una vida sin problema, sin malas situaciones, conflictos. Esa vida no existe, pero si una vida donde podía contar con alguien quien me ayudaría sin importarle lo que haya hecho; estaría a mi lado. Me mostró lo insignificantes que eran las otras ofertas; me enseño el valor de la vida, y que si tenía alguna pregunta, existía un manual llamado “Biblia” que me podría ayudar a conocerlo más. Quería preguntarle cómo podría obtener lo que me ofrecía. Me sentí un poco atemorizado porque pensaba que era una oferta más como las otras. Le pregunté y el me respondió: “Solo tiene que pagar dejándome entrar en tu corazón”. Acepté y en ese momento mi cuerpo se liberó, recuperé mi aliento y el calor de mis manos, y el ardor de mi pecho se fue. La batalla había terminado. Decidí vivir morir porque “para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.

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Índice Introducción ....................................................................................................... 18 A esperar el día siguiente (Andriws Castillo) ............................................. 22 Accidente Inesperado (Stanly J. Ventura G.) ............................................... 26 Agonía de un solitario (Mauricio Ramrez)................................................. 32 Anacas en apuros (Nathalia D. Jesús López T.)........................................... 42 Casa de Puertas (Juan C. Maldonado).......................................................... 48 El fin de un camino perverso (Germán Henríquez) .................................. 54 El Gran Despitado (Esthiver Domínguez C.)............................................... 60 EL Reino Perdido (Janfry Márquez)............................................................... 68 Érase una vez... (Brandy Calderón)................................................................ 72 Infección (Aneurys Rijo)................................................................................... 78 Parábola de un sargento (Oliver).................................................................... 84 Pedro Gillete (Gilbert)........................................................................................ 90 Rolant Volant (Cynthia Martínez).................................................................. 96 Talento Nato (Yordy Fernández).................................................................... 102 Una pijamada improvisada (Angélica Quezada)..................................... 108 Vivir o Morir (Haniel Obed)............................................................................ 114

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Esta primera edición de El librero Secreto de Naomi Alejo J., se terminó de mprimir en el mes de octubre de 1899 en los talleres gráficos de Editora Búho, Santo Domingo, República Dominicana

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Cierto tipo de magia sucede cuando se abre un libro y cientos de recuerdos son capturados en un lapso de tiempo donde las palabras sobran y las memorias quedan... Se dice que cada vez que se lee un libro se vuelve a nacer pues dentro de cada lector prevalece el alma de cada autor. Este libro se pretende representar esa idea donde cada página describe vivencias de distintos personajes cuya realidad y emociones no son tan distintas a las nuestras. Descubre todos los cuentos que esconde “El Librero Secreto” y déjate llevar por sus historias...

A la orilla del viento

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