Dia de Muertos HISTORIA Y CULTURA
DÍA DE MUERTOS
LA FIESTA EN HONOR A LOS FIELES DIFUNTOS
Por: Enrique de Jesús Gómez Ayala El mexicano vive la muerte de dos maneras: la vive como duelo pero también como un rito y celebración. Se mofa de ella y le llora, la respeta y la caricaturiza. Pero a final de cuentas la muerte es parte esencial de su vida. Desde la época prehispánica, nuestros antepasados han rendido culto a “la presencia negra” por llamarle de algún modo a la muerte, siendo ésta una dualidad y parte de nuestra Naturaleza. En la conquista, este ritual se fusionó con la religión católica. Este sincretismo entre las costumbres españolas e indígenas originó la tradición más representativa de México: el “Día de muertos” que se celebra 1 y 2 de noviembre y que en otros lugares se celebra desde el día 27 de Octubre de acuerdo a la forma de que haya muerto el difunto. México un país pluricultural y pluriétnico hace que tal celebración no tenga un carácter homogéneo, sino que va añadiendo evocaciones y significados diferentes según el pueblo indígena o grupo social que la practique, construyendo una celebración que es resultado de las varias culturas prehispánicas y que se han mantenido vivos sus orígenes tradicionales. El día de muertos que orgullosamente la UNESCO la declaro “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad” es una fiesta colorida siendo única en el mundo. En esta ceremonia se colocan vistosos y coloridos altares para
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recordar a nuestros familiares y amigos. Por la noche, los mexicanos alumbran el panteón y se adentran entre cruces, lapidad y mausoleos elevando sus plegarias hacia sus parientes en una atmosfera de tintes amarillos. Y es así como ese lugar gris, toma color en estos días, llenándose de vida.
Costumbres En México y en países de América Central así como en comunidades de Estados Unidos, donde hay una población alta de mexicanos y centroamericanos, recuerdan a los difuntos por medio de ofrendas, altares y regalos. La “Ofrenda” consiste en regalar a los difuntos comida y bebida, tradición que nace de la creencia de que las almas de los muertos viajaban a un lugar después de la muerte, viaje que se creía largo y difícil lo cual requería que los difuntos fueran enterrados con objetos esenciales para su viaje seguro al más allá. Los altares son fundamentales para estas celebraciones y estos son coloridos por el papel picado; las flores de cempasúchil, adorno primordial que le dan una vista y olor agradable. No puede faltar la naranja, la mandarina y los dulces: las calaveras de azúcar y de chocolate, adornados con los nombres inscritos de los difuntos, dan un sentido jocoso a la muerte. En lo más alto va la imagen o dibujo del difunto. El altar de muerto tiene elementos religiosos como