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Papá. Sobre Fosa Común de Rodrigo Opazo

Fotografías Rodrigo Opazo, texto Manuela Opazo

El fotógrafo de la marginalidad ha recorrido un largo paisaje de restos (in)materiales, desechos (in) orgánicos, decadencia arquitectónica y desolación carnal. Retratos inherentes a una sociedad que ha construido sus cimientos sobre los muertos; sobre memorias enterradas bajo ciegas capas de tierra que acumulan años de historias incompletas. Su búsqueda incesante por retratar la desaparición del ser humano ha culminado en su encuentro con la fosa común.

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El patio común era de tierra negra; los trajes desteñidos criteriosamente arreglados sobre la podredumbre; las mandíbulas desencajadas; los dientes impolutos que no pierden su esmalte; los crucifijos para conservar la fe. Los restos acumulados, los huesos rearmados que dan la idea de una nueva estructura ósea, como si después de nuestra carne viva buscaran su propia armadura. Los unos enteros y los mismos despedazados.

Bajo la tierra, cuerpos; símiles a lo que conocemos, a lo que acostumbramos. Dentro de las bolsas, reordenados, amontonados; sus huesos como los brazos de una cama antigua, sus cabellos disecados, como venas a punto de explotar. Así para nuestros ojos. Pero ¿y si de esa manera, con esa nueva forma, acopiados sus despojos, sus recuerdos se alinearan y sus voces, por fin, se alzarán para un final?

El fotógrafo de la metamorfosis los reubica dentro de las bolsas como él necesita, para darles la forma que él necesita, para que, quizás, ellos narren la historia que ellos necesitan.

La muerte metafórica del humano se encarna hoy en estos cúmulos de huesos. Seres sin conmemoración; enterrados bajo la tierra seca – y en ella misma - con las pertenencias de lo último que cargaban; y que sólo ellos, los enterradores y ahora el fotógrafo fúnebre, pudieron velar.

La muerte, como el pináculo más alto en la esfera de la transformación, necesita de un cierre para resurgir – desde las cenizas siempre. Así como todo ciclo requiere de llegar a un punto culmine para volver a reiniciarse, la muerte para conseguir su trascendencia, también. Es así como Rodrigo permite una especie de funeral al nombrar a cada uno de ellos. Una dignificación de sus resistencias.

Se cuela siempre la dignidad, ¿y cómo no? La inherencia se mantiene aún bajo tierra.

• Libro: Rodrigo Opaco Cousiño, octubre 2020, Santiago de Chile. Edición independiente de 500 ejemplares. Edición y textos Andrea Jösch K, Rodrigo Opazo C. Diseño Carolina Zañartu S., Traducción al inglés Claudia Hormazábal G. Imprenta Ograma.

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