Revista SuiGeneris #28

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Publicación Gratuita

ISSN: 2007-3119

Diciembre 2013-Enero 2014, Año 6 Número 28 www.SuigenerisFapsi.com

Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología


Contenido 1 Editoriales: “Trastorno de síntoma somático vs Trastorno somatomorfo”

Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector Ing. Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Dr. Ubaldo Ortiz Méndez Secretario Académico

Por Mtra. Violeta Mendoza

3 Editoriales: “Poder y cuerpo: Hacia una nueva mirada de la somatización” Por Dr. Ramón Chaverry Soto

7 Editoriales: “Mi mente enferma mi cuerpo: cáncer de mamas” Por Alejandra Rodríguez Alvarado

10 Editoriales: “Psicosomática: Una Perspectiva desde la Danza movimiento Terapia (dmt)” Por Cecilia Desirée Caro Muñoz

Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura

14 Dil intro de la FaPsi: Noticias varias

Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones

18 Temática central: “Modos de enfermar y vulnerabilidad” Por Dr. Rubén Zukerfeld

Mtro. José Armando Peña Moreno Director de la Facultad de Psicología

22 Temática central: “Significados y símbolos en la somatización”

Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica Mtro. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Subdirector Administrativo Dra. Blanca Idalia Montoya Flores Subdirectora de Proyectos Educativos y Asistenciales Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Manuel Guadalupe Muñiz García Subdirector de Investigación

Por Mtra. Marisol Zimbrón- Flores

26 Temática central: “De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo” Por Liza M. Zachrisson

34 La entrevista: Entrevista a la Dra. Patricia Chavero 36 La entrevista: Entrevista al Dr. Rubén Zukerfeld 38 La entrevista: Entrevista al Dr. Miguel Matrajt 42 La entrevista: Entrevista a la Dra. Elena Ortiz

Omar Méndez Castillo Editor responsable

44 Dossier: “La negación de la sexualidad”

Iris Reyes Escobedo Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. Comité editorial

47 Dossier: “Jornada REDES 2013”

Monserrat Reyes Luis Coronado César Tóvar Redacción Ramiro Ruiz Castillo Diseño Luis Ángel Pérez Velazco Diseño web Jonatan Olvera salvador Director Creativo FRAMELOVA Diseño de portada Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com

Por Diego Armando León Cruz Por Edith Tamez Solis

49 Psiquecinema: “Mal de amores.«Como agua para chocolate»” Por Karla Ivalisse Perales Herrera

54 Maktub: “El pájaro” Por Priscila Monserrat

57 En construcción: “Subjetividad y política” Por Baruch Martínez Treviño

65 Psicoanalizarte: “El cuerpo” Por Osvel Becerra

67 Quid: “De mendigos y príncipes” Por Iván Guerrero Vidales

71 Entre MEMOrias y locura: “¿Alguna vez pensaste que tal vez tú no eres demasiado grande... sino que tal vez este pueblo es demasiado pequeño?” Por Guillermo Rocha González

SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 6, Nº 28, Diciembre2 2013-Enero 2014. Es una publicación bimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Mendez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 10 de Febrero de 2014, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2014 suigeneris.psi@gmail.com


Editoriales Trastorno de síntoma somático vs Trastorno somatomorfo Por Mtra. Violeta Mendoza | mviolet@aprendde.com

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omo ya se venía anunciando, y después Las deficiencias que con más frecuencia se de más de 10 años de espera, aparece la han mencionado de los trastornos somatomorfos nueva versión del Manual Diagnóstico son: el hecho de que la terminología es inacepy Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, table para los pacientes pues consideran que por sus siglas en ingles), ansiosamente espera- ésta reflejaba duda en cuanto a la veracidad de do, ya que muchos especialistas consideraban su sufrimiento; que la categoría es dualista en a su antecesor como insuficiente para enfren- el sentido de que podían ser divididos en esos tar las demandas actuales, tanto a nivel clínico trastornos que reflejan enfermedad y en aquecomo de investigación. Éste ha resultado ser llos teóricamente cuestionables; que no forman una categoría coherente pues el único rasgo en uno de los eventos médicos más relevantes de común es que los síntomas no se encuentran los últimos años, debido a la importancia de asociados a una condición médica; que son incontar con una herramienta útil para lograr compatibles con otras culun diagnóstico preciso y específico, además En el DSM V, además, apa- turas que tienen un punto de válido y confiable. de vista menos dualista recen otros cambios claves en de mente y cuerpo; que La relevancia de la clasificación que prosu criterio, tales como el hecho existía ambigüedad en los criterios de exclusión; porciona el DSM es de que, mientras en el DSM IV que las subcategorías son proporcionar nombres los síntomas médicamente inex- poco creíbles pues estás y categorizar las enfermedades para apoyar la plicables eran la parte medular han fallado en establecer comunicación, proveer estándares de confiabilipara muchos de estos desórdenes, un pronóstico, así como dad; y que carecen de un ahora no se requiere que los sín- umbral claramente defiuna guía de tratamiento y/o investigación. tomas sean médicamente inex- nido y causan confusión Ya en los comunicaen disputas legales. plicables, es decir, los síntomas dos previos a la publicaEsto es lo que en resución, la APA (American podrán o no estar asociados a men anticipaba ya el fin Psychiatric Association) de los trastornos somatouna condición médica.» nos había hecho llegar morfos y su desaparición información relevante respecto a los cambios en la nueva versión del Manual Diagnóstico y que vendrían, dentro de los que nos encontra- Estadístico de los Trastornos Mentales. mos la desaparición de lo que hasta entonces Con la publicación del DSM V se confirma conocimos como trastornos somatomorfos, que los trastornos somatoformos han sido remremplazándolos con el trastorno de síntoma so- plazados por los trastornos de síntoma somático mático. Esto, digamos que ha sido una «muerte y relacionados con cambios importantes en los anunciada», pues muchos psicólogos clínicos criterios, tratando en lo posible de eliminar la opinaban que tanto la terminología como el superposición y aclarar los límites. sistema de clasificación de estos trastornos eran El trastorno de síntoma somático (SSD, por sus poco concluyentes. siglas en ingles) es caracterizado, como su nom1


Editoriales: Trastorno de síntoma somático vs Trastorno somatomorfo

bre lo indica, por síntomas somáticos que son muy estresantes o que resultan en una significativa afectación de la funcionalidad del paciente, así como excesivos pensamientos, sentimientos y conductas producto de esos síntomas. Para que un individuo sea diagnosticado con este trastorno deberá persistir en la sintomatología mencionada al menos por seis meses. En esta nueva taxonomía se eliminaron el trastorno de somatización tal y como se aborda en el DSM IV, hipocondría, el trastorno por dolor y el trastorno somatomorfo indiferenciado, de manera que muchos, pero no todos los individuos que en el pasado han sido diagnosticados con alguno de estos trastornos, podrían ahora tener un diagnóstico de trastorno de síntoma somático. En el DSM IV se requería cubrir un específico número de síntomas de cada uno de los cuatro grupos, el nuevo criterio elimina este requisito, no obstante la parte primordial será, como se ha mencionado, una carga significativa de estrés o afectación en la vida diaria del individuo y que debe ser acompañada por excesivos pensamientos, sentimientos y conductas resultado de estos síntomas.

En el DSM V, además, aparecen otros cambios claves en su criterio, tales como el hecho de 2

que, mientras en el DSM IV los síntomas medicamente inexplicables eran la parte medular para muchos de estos desórdenes, ahora no se requiere que los síntomas sean medicamente inexplicables, es decir, los síntomas podrán o no estar asociados a una condición médica. Esto último se considera una respuesta a las críticas en los que era difícil manejar este criterio. La eliminación de la hipocondría se ha justificado en parte porque al término se le ha dado una connotación peyorativa, lo que daba como resultado una relación terapéutica poco efectiva. En estos casos y dependiendo de los criterios cubiertos por el paciente, podrá ahora recibir un diagnóstico de SSD o en caso de que se presenten una carga importante de ansiedad, el diagnostico se explicaría mejor como un trastorno de ansiedad, ya que como se sabe la característica principal que se consideró en la hipocondría es la preocupación o miedo a padecer una enfermedad grave, a partir de la interpretación del propio individuo de uno o más síntomas somáticos. En el caso del trastorno por dolor, el cual se reconocía porque su característica particular en el cuadro clínico era precisamente el dolor y que éste debía presentarse con una gravedad suficiente como para ameritar atención médica, encontramos que también se ha omitido en la nueva clasificación. En el DSM IV se asumía que el dolor podría estar únicamente ligado a factores psicológicos, algunos con enfermedades médicas y algunos con ambos; sin embargo, existía poca evidencia de que esta distinción se pudiera realizar de una manera confiable, además de que en un amplio número de investigaciones se logró demostrar que los factores psicológicos influyen de una manera u otra, sin mencionar que los individuos con dolor crónico atribuían su dolor a una combinación de factores, tales como los somáticos, psicológicos y ambientales. Con la omisión de este trastorno nos encontraremos ahora con que los individuos con dolor crónico podrían ser diagnosticados con un SSD con dolor predominante, mientras que a otros podría ser más apropiado ubicarlos dentro de factores


Editoriales: Trastorno de síntoma somático vs Trastorno somatomorfo

psicológicos afectando otra condición médica o en los trastornos de adaptación. Factores psicológicos afectando otras condiciones médicas es una nueva inclusión dentro del DSM V, ubicándolo dentro de los desórdenes de síntomas somáticos, eliminando las variables que en el manual anterior se consideraban dentro de este trastorno, esto con el fin de un diagnóstico de raíz. Fueron reubicados dentro de esta categoría lo que en el DSM IV conocíamos como trastornos facticios, esto debido a que, según los grupos de investigación, síntomas somáticos predominan en ambos trastornos y que los dos, además, son encontrados en el entorno médico. Las variantes de factores psicológicos afectando otras condiciones médicas fueron suprimidas.

en español, la cual prometen estará lista para el próximo año, y que pasará nuevamente a ser herramienta indispensable del profesionista ligado a la salud mental. Sobre la autora: Licenciada en psicología por la UANL, con maestría por la Escuela de Ciencias de la Educación. Coordinadora del Instituto Aprendde, Asociación de Profesionistas Especializados en Desórdenes del Desarrollo, desde 1991. Certificada en The Listening Program por Advance Brain Technologies y una experiencia de 23 años en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del espectro autista. Bibliografía: Pichot P., López, J. y Valdés, M. (1994). Manual diagnostico y estadístico de los trastornos mentales. Versión española de la cuarta edición inglesa publicada por la A.P.A. García, G., Saldivar, A., Llanes, A. y Sánchez, I. (2011). El DSM-V. Luces y sombras de un manual no publicado. Retos y expectativas para el futuro. Salud Mental, 34 (4), 367-378. http://redalyc.uaemex.mx/src/ inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=58221317009 Mayou R., Kirmayer L., Simon, G., Kroenke, K., y Sharpe M. (2005). Somatoform disorders: Time for new approach in DSM–V. American Journal of Psychiatry; 162 (5). Fava, G. y Wise, T. (2007). Issues for DSM-V: Psychological Factors Affecting Either Identified or Feared Medical Conditions: A Solution for Somatoform Disorders. American Journal Psychiatry 164:7 American Psychiatric Association (2013). Somatic Symptom Disorder. Recuperado de: http://www.dsm5.org/Documents/Somatic%20 Symptom%20Disorder%20Fact%20Sheet.pdf American Psychiatric Association (2013). Highlights of changes from DSM-IV-TR to DSM-5. Recuperado de: http://www.dsm5.org/Documents/changes from dsm-iv-tr to dsm-5.pdf Rief, W, Henningsen, P. y Hiller, W. (2006). Letters to the editor: Classification of somatoform disorders. American Journal of Psychiatry 163:4

Referencias de imágenes: [Imagen de mujer con espalda de fuego]. (s.f.). Recuperado de: http://www.romagrafica.com.ar/t-p/default.htm [Portada del DSM V]. (s.f.). Recuperado de: http://fonoaudiologos. wordpress.com/2012/12/02/los-cambios-que-se-vienen-en-el-nuevodsm-v/

Por último, el trastorno de conversión cambió en cuanto a sus criterios, buscando enfatizar la importancia de la revisión neurológica, pues como sabemos en el DSM IV se menciona como característica principal de este trastorno la presencia de síntomas que afectan las funciones sensoriales motoras, lo que sugiere la existencia de un trastorno neurológico. Así, independientemente de los detractores que señalan errores tales como el secretismo sobrado, ambiciones comprometidas y métodos desorganizados, esto es lo que estaremos esperando encontrar en el DSM V en su versión

Poder y cuerpo: Hacia una nueva mirada de la somatización Por Ramón Chaverry | chaverryr25@gmail.com

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an pasado casi cuarenta años desde que Foucault iniciara una reflexión que situaba al cuerpo en el centro de las relaciones de poder. El francés tomó al filósofo de Röcken para poner el acento en el 3


Editoriales: Poder y cuerpo

cuerpo, pues éste, frente al alma, había pasado a un segundo término en la tradición filosófica. Elaborada por Platón (que la había tomado del dualismo de órficos y pitagóricos) y mantenida en la modernidad bajo la forma del sujeto, el alma había sido colocada en un lugar superior a la categoría de cuerpo. Las razones para ello, esgrimidas en el Fedón, atendían a problemas clásicos de la filosofía presocrática, entre ellos, la necesidad de una apuesta por la trascendencia como fundamento de la materialidad del universo. El alma se presentaba como ese elemento que guardaba una relación con la trascendencia, con la verdad y con lo eterno, mientras que el cuerpo pasaría a la reflexión posterior como lo temporal, como lo no fundamental, como repositorio de los sentidos, que a través de toda la tradición epistemológica, son tenidos como falaces o inadecuados para aprehender la verdad. Ese eco antiguo cruzó como prejuicio la tradición filosófica posterior, se fortaleció con la monástica, persistió a la escolástica y sobrevivió en forma de sujeto trascendental a los albores de la modernidad. No es sino en el siglo pasado que el cuerpo vuelve a ser un tema central en la reflexión contemporánea. Es, ya se ha señalado, Nietzsche, el primero en apostar por la restitución del cuerpo (Leib) a su lugar central, tal y como lo señala el epígrafe. Pese a estas primeras incursiones, es Foucault el primero en considerar seriamente este problema. El cuerpo tendrá un tratamiento especial en la obra del autor de Las palabras y las cosas, pues deja de tener un lugar secundario para asumir su lugar central en la reflexión moderna. El cuerpo es para Foucault una estera, un lugar donde el poder y la historia dejan sus huellas.1 La reflexión sobre el cuerpo aparece tempranamente en el trabajo de Foucault y se en4

cuentra relacionada con otra noción central, la biopolítica2 . Foucault habla de esta noción en el marco de un curso de mediEl cuerpo es para Foucina social en octubre de 1974 cault una estera, un lugar en Río de Janeidonde el poder y la historia ro. Ahí afirmaba: «con el capitalismo dejan sus huellas.» no se pasó de una medicina colectiva a una medicina privada, sino que ocurrió precisamente lo contrario, el capitalismo que se desarrolló a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, socializó un primer objeto, el cuerpo, en función de las fuerza productiva, de la fuerza de trabajo». Con esto quería decir que el control de los individuos era menos ideológico que corporal, el control no estaba únicamente en eso que se ha dado en llamar superestructura o aparato ideológico del Estado; también se encontraba, y esto aún no había sido analizado, en el cuerpo, en su empleo y en su control a partir de un dispositivo que buscaba la medicalización de la sociedad. Si con Althusser y el marxismo nos habíamos sensibilizado al control que se ejercía a través de la superestructura ideológica (iglesia, escuela, familia, etc.) para la conformación de la mano de obra en favor de la estructura económica, con Foucault repararemos en un control que tiene su asiento en lo más presente a la vez que desconocido: el cuerpo.

«Pero el despierto, el sapiente, dice: cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa; y el alma es sólo una palabra para designar algo en el cuerpo.» -F. Nietzsche


Editoriales: Poder y cuerpo

Para Foucault el cuerpo se encuentra cruzado por un nuevo orden en el poder a lo cual llama biopoder, organizado bajo dos formas principales, a saber: a) las disciplinas, centrada en una anatomo-política del cuerpo humano y que tienen como objeto el cuerpo individual, considerado como una máquina (reflexión de la cual es una muestra la aparición del L´Homme-machine de La Mettrie), y b) una biopolítica de la población, dirigida al cuerpo-especie, cuyo objeto será el cuerpo viviente, soporte de los procesos biológicos (nacimiento, mortalidad, salud, etc.).

«El cuerpo: superficie de inscripción de los sucesos (mientras que el lenguaje lo marca y las ideas los disuelven), lugar de disociación del Yo (al que intenta prestar la quimera de una unidad substancial), volumen en perpetuo derrumbamiento.» -Michel Foucault La anatomo-política se consolida entonces con el desarrollo de los mecanismos disciplinarios. Las disciplinas tomaron el cuerpo individual como objeto a ser manipulado con el objetivo de lograr un aumento de la docilidad y utilidad. El cuerpo sufre una inscripción disciplinaria en la sociedad moderna a título de una racionalidad organizada. Pero, ¿cuáles son sus principales características de esta sociedad disciplinaria? Mientras la característica de la ley es la prohibición (recuérdese la máxima: «Lo que no está prohibido está permitido» que señala que en la ley lo indeterminado es lo permitido), las disciplinas van dirigidas a determinar lo que debe hacerse siempre, esto es a prescribir. El origen de la disciplina es la vida monástica, desde la regla de San Benito en el Siglo VI observamos una serie de prescripciones aplicables a la monástica,

reglas que determinan cada aspecto de la vida del monje, desde qué actividad ha de realizar al despertar hasta cómo debe de dormir. Nuestras actuales disciplinas son deudoras de un régimen de ordenanzas cerrado, nada escapa a la regla de San Benito que prescribe el universo subjetivo posible, más allá de esos márgenes todo está prohibido. La labor de la disciplina es analizar y descomponer a los individuos, estudia por ello los lugares, los tiempos, los gestos, los actos, las operaciones. La disciplina clasifica esos elementos en función de objetivos determinados, por ejemplo: ¿cuál es la mejor posición para disparar o cargar un fusil?, ¿cuál es la mejor forma de marchar? La disciplina establece las secuencias o las condiciones óptimas, analiza cómo encadenar los gestos unos con otros. La disciplina fija los procedimientos de adiestramiento progresivo y control permanente, por ejemplo, busca reconocer los avances a partir de exámenes y calificaciones. Además distingue a quienes serán clasificados como ineptos e incapaces, y los demás, esto es a los anormales de los normales. Plantea un modelo óptimo, la normalización disciplinaria intenta que la gente se ajuste al modelo, lo normal es lo que se adecua a esa norma, lo anormal es lo incapaz de hacerlo. La repartición, clasificación, diferenciación y jerarquización de los individuos supone una regla que permita cada una de estas operaciones. Las disciplinas se aplicarían sobre el cuerpo del hombre con miras a acrecentar

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Editoriales: Poder y cuerpo

sus aptitudes, su docilidad, pero sobre todo su utilidad. Estos efectos los veríamos reflejados en la inserción del cuerpo dócil en las escuelas, los cuarteles y los talleres. En todo caso la nueva subjetividad se veía atravesada por una manera de ver al cuerpo como máquina útil, como un hombre-máquina. Con ello Foucault da cuenta de cómo las relaciones de poder cruzan los cuerpos. Estas intuiciones foucaultianas en torno al cuerpo se verán coronadas por reflexiones contemporáneas que no lo han dejado de tener por referencia. Desde estas nuevas perspectivas podemos decir que nos encontramos en una nueva fase de ese dispositivo disciplinario. Las disciplinas ya no parecen venir del exterior sino de nosotros mismos, nos sentimos amos de nuestro cuerpo, pero esta soberanía del cuerpo no es sino un ardid del discurso moderno. Anoréxicas, metrosexuales, vigoréxicos, bulímicas son fenómenos que dan cuenta de un ejercicio de poder vuelto hacia sí mismo, implosionando y volviendo todos los efectos hacía sí mismo. Qué es la anorexia sino la manifestación de la voluntad de dominio que, por un dispositivo patriarcal que no le deja fluir al exterior, se vierte al dominio del cuerpo, dominio que no puede imponer al resto del mundo. Estos fenómenos contemporáneos no son más que el resultado de un discurso amo que, en una astucia singular, nos ha hecho creer dueños de nuestros cuerpos. En otras palabras somos esclavos de un discurso que nos hace pensar que somos amos de nuestro cuerpo. Dice el Tiqqun refiriéndose a ese paradigma subjetivo contemporáneo: «La jovencita es la carcelera de sí misma, prisionera de un cuerpo hecho de signos en un lenguaje hecho de cuerpos».3 El análisis de las somatizaciones ha pasado por inscribir en el cuerpo las emociones del alma, una mirada desde las relaciones de poder 6

nos permite percatarnos que el discurso de las somatizaciones se encuentra ya cruzado por un dispositivo médico. Por otro lado, siguiendo otra vía, pensar al cuerpo desde las políticas dirigidas al mismo nos permite dilucidar y ponernos en guardia frente a ese gran paradigma contemporáneo que representa el biopoder. Nuevo orden en las relaciones de poder que nos es aún invisible, pues, como señala el Tiqqun, está disponible en cremas, píldoras y aerosoles, donde la seducción es el nuevo opio de las masas «libertad de un mundo sin libertad, la alegría de un mundo sin alegría».4 Sobre el autor: Licenciado en Psicología, Maestro en Filosofía de la Cultura y Religión, doctorando en filosofía del programa de Doctorado en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Profesor de la asignatura de Textos Filosóficos en la carrera de Letras Modernas. Especialidad en filosofía francesa y filosofía clásica. Miembro del grupo de investigación Reflexiones Marginales, autor del libro «El sujeto como objeto de sí mismo» y de ensayos y artículos filosóficos. Referencias: Michel Foucault «Nietzsche, la genealogía, la historia» en Microfísica del poder, La piqueta, Madrid, 1992, P. 15.

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A grandes rasgos la biopolítica refiere al modo en que la vida biológica de la población se convierte en objeto de administración y gobierno mediante mecanismos de normalización. Al respecto véase Michel Foucault Defender la sociedad, (passim). 2

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Tiqqun Primeros materiales para una teoría de la Jovencita, P. 60.

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Ibíd. P. 108.

Referencias de imágenes: [Fotografía de hombre pensativo].(s.f.). Recuperado de: http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot.mx/2010/11/michel-foucaultel-ojo-del-poder.html Masson, A. (1936). Acéphale [Dibujo]. Recuperado de: http:// thefunambulist.net/2012/06/23/foucault-episode-3-mon-corps-topieimpitoyable/ [Fotografía de hombre y estatuas]. (s.f.). Recuperado de: http:// filosofiafrancesaenespanol.blogspot.mx/2011/06/foucault-la-filosofiacomo.html [Dibujo de hombre con tres cabezas]. (s.f.). Recuperado de: http:// subjetividadycultura.org.mx/2013/04/jose-y-omar-articulacionentre-subjetividad-trabajo-y-sociedad/


Editoriales: Mi mente enferma mi cuerpo

Mi mente enferma mi cuerpo: cáncer de mamas Por Alejandra Rodríguez Alvarado | arodrigueza@centropsicosomatica.cl

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uestro mundo contemporáneo se mueve en la “era del vacío” como plantea Lipovetsky (2003), es decir, hay una impronta implícita en la que la cultura desacredita el mundo interior (de los afectos) a cambio de acreditar el mundo exterior, fundamentalmente el del hacer. Se privilegia el hacer por el sentir (Rodríguez, 2008), el actuar es más validado que el sentir, así hemos ido perdiendo la capacidad de identificar nuestros afectos, de verbalizarlos, no hablamos, actuamos y somatizamos; los síntomas somáticos como plantea Joyce McDougall (1991) son «expresiones actuadas». Se sobrevalora lo intelectual, lo académico, lo cognitivo: en cambio los afectos son más bien negados y descartados, ya que denotan debilidad y vulnerabilidad. Pareciera que seguimos el legado nefasto del dualisEn este andar desenmo cartesiano en su frenado, nos olvidamos de frase célebre: «Conosotras mismas. Las muje- gito ergo sum» en además de res nos estamos enfermando, donde privilegiar el pensanuestras mentes enferman miento, elevándolo a la categoría de la nuestros cuerpos.» existencia, nos ha heredado la concepción errada de separar, dividir el cuerpo de la mente. Vivimos en un nuevo siglo que ha ido gestándose basado en la tendencia a enfatizar lo externo en desmedro de lo interno, lo material en desmedro de lo espiritual, lo superficial en desmedro de lo profundo, el día a día en desmedro de la historia. El mundo actual nos enfrenta con una concepción sincrónica, la del suceso, la de lo actual e inmediato. El modelo de las superficialidades, impacta más el espacio, el lugar o como dice

Augé el «no lugar» (Augé, 1935 en Sanguinetti, 2007). Se dejó atrás el mundo de las profundidades por este mundo de las superficialidades. El modelo de las profundidades se piensa en términos de historia, de un proceso que implica la noción de tiempo (Rodríguez, 2008). Hoy todo es para hoy y mejor dicho para ayer: rápido, apurado, sin detenerse corremos de la casa al trabajo, del trabajo a la casa. Las mujeres partícipes en esta vorágine de múltiples roles, múltiples exigencias, múltiples éxitos, queremos por un lado, hacerlo bien como nuestras madres y abuelas, dedicadas a la casa, los hijos y el marido; por otro lado, no queremos hacerlo como ellas, queremos salir de esa cocina y conquistar el mundo, lidiar batallas intelectuales, económicas, políticas. En este andar desenfrenado, nos olvidamos de nosotras mismas. Las mujeres nos estamos enfermando, nuestras mentes enferman nuestros cuerpos. Burde de Izaguirre (1997) psicoanalista argentina, se cuestiona el rol de la sociedad actual en la somatización, postulando que uno de los grandes temores y angustias en la actualidad gira en torno al hecho de perder la identidad, ya que la complejidad de los problemas de este mundo y la aceleración que los acompaña, desarticulan la noción que tenemos de nosotros mismos y nuestra forma de actuar. 7


Editoriales: Mi mente enferma mi cuerpo

La autora plantea que nuestra identidad está imbricada en las matrices relaciónales en las cuales estamos inmersos y en la realidad actual, fluida y contradictoria, estas matrices cambian aceleradamente, llevando al individuo a la escisión Yóica, ya que, paradojalmente, escindiríamos la personalidad en múltiples pertenencias para poder tener identidad. Esto, sumado al «exitismo» y competencia actual, tendría como consecuencia la enfermedad psicosomática, ya que estaríamos inmersos en una sociedad que empuja a la sobreadaptación y al repudio de las emociones que «entorpecerían el progreso» (Burde de Izaguirre, 1997). Sobreadaptarnos de una manera «masoquista» por un ideal que tiraniza, que no nos permite vivir en función del placer sino que del «deber ser» (Liberman, 1978). Las mujeres en Chile y en algunos otros países de Latinoamérica hemos sido criadas bajo estrictas normas de urbanidad, donde ser mujer implica «portarse bien», suprimir los afectos, ser acotadas en nuestras expresiones, gestos y acciones. Este modelo internalizado de mujer-reprimida-suprimida se ha ido quebrando con las nuevas generaciones, sin embargo, el «deber ser» se ha ido transmitiendo transgeneracionalmente como un modelo rígido de comportamiento, un estándar que hay que cumplir a como dé lugar. En Chile mueren tres mujeres diariamente por cáncer de mamas (MINSAL, Ministerio de Salud Chile, 2010), el cáncer es hoy día considerado por muchos profesionales y autores una enfermedad psicosomática, es decir, una enfermedad diagnosticada médicamente en donde el factor psicológico estaría a la base no sólo en el 8

inicio, sino en el curso, desarrollo y pronóstico de la enfermedad (Nader, et al., 2010). Ya en la década de los sesenta Marty (1963) de la Escuela Psicosomática de París, planteaba que el cáncer era una desorganización somática grave que venía como consecuencia de una desorganización mental. Es decir, existiría un conflicto emocional a la base que no podría ser tramitado en lo mental y se tramitaría (descarga) en el cuerpo, enfermando un órgano. De ahí el «misterioso salto de lo mental a lo corporal», misterioso porque es aún difícil saber realmente la etiopatogenia de la enfermedad. Después la mente recorre el camino andado, la huella, el sendero, lo facilitado una y otra vez de manera automática, inconsciente, frente a los eventos estresores que surgen. Y la respuesta somática se adelanta como un «intento de solución» del conflicto emocional, pero es un intento patológico, porque enferma un órgano. Estas mujeres estoicas, complacientes, amables que Morris y Greer (1980) describen en su perfil de la personalidad Tipo C, enferman paulatinamente su cuerpo, porque la energía de sus emociones que no ha podido descargarse adecuadamente toma la vía subterránea de los órganos (Kreisler, 2009). No hablan de lo que sienten, suprimen (Dejours, 1992) las emociones y éstas se van a descargar a través del órgano más vulnerable. Evidentemente que suprimen fundamentalmente la rabia, la ira, pero también suprimen otros estados o emociones, inclusive las placenteras. Son alexitímicas, no pueden poner en palabras lo que sienten, pero sienten mucho, son hipersensibles y, probablemente por lo mismo,


Editoriales: Mi mente enferma mi cuerpo

bloquearon sus afectos en forma de defensa como lo plantea McDougall (1991). La palabra “alexitimia” proviene del griego que significa: «a»: falta, «lexis»: palabra y «thymos»: afecto; es decir, la «ausencia de verbalización de los afectos» (Sifneos, 1973 en Sivak, 1997, p. 17).

Esta característica presente en ellas, constituye un rasgo central en la personalidad de todo paciente psicosomático. La personalidad es una variable subyacente e innegable en la enfermedad psicosomática (Deustch,1949; Liberman, 1959; Alexander, 1968; McDougall, 1991; Winnicott, 1991). Hablar de lo que sentimos parece tan sencillo, pero no lo es; supone la capacidad primera de identificar lo que siento, de poder discriminar, de tener la capacidad yóica para tolerar, evaluar e identificar, poniéndole nombre a lo que siento. Sin embargo, es imperioso aprender a utilizar la vía verbal y no la vía somática para descargar las emociones. Aprender a decir y no a padecer. Aprender a hablar lo que siento y no a callar. Aprender a pedir y no solo a dar. Aprender a hablar, ya que este silencio llega a tener un costo altísimo, en muchos casos: la muerte. En la medida que hablamos, el lenguaje puede modificar estructuras biológicas afirma Maturana (1992) biólogo chileno, Premio Nacional de Ciencias. El «nombrar» no sólo designa a la cosa sino que también cambia la cosa designada, enfatiza la postura nominalista. Cada persona genera y construye una teoría interior de su

propio cuerpo, esa mirada podría modificar la realidad material (cuerpo). La imagen representacional del cuerpo también modifica ese cuerpo real a través de cambios en la economía libidinal (Nasio, 1996). Lo prevención debería estar puesta justamente en esta variable, en la personalidad que subyace a la enfermedad, ya que es imposible controlar los eventos estresores que la gatillan. La prevención psicológica debería apuntar a este aspecto, que cada mujer se dé cuenta que puede trabajar esta alexitimia. El punto radica en la posibilidad de modificar esta característica y así poder facilitar la expresión verbal de la emoción y evitar la descarga de la emoción por lo vía somática. En general, se plantea que los rasgos de personalidad se van rigidizando con el paso de los años, es decir, si una mujer a los 20 años es alexitímica, a los 40 lo será más; sin embargo, la motivación intrínseca de querer cambiar, puede lograr flexibilizar rasgos que claramente si uno no los trabaja serón cada vez más rígidos. Estamos llamados a cuidarnos no sólo desde lo médico sino que también desde lo psicológico, cuidarse no sólo desde lo estético, sino principalmente cuidar nuestro cuerpo que «no lo tenemos, sino que somos» (Nancy, 2003 en Nader, 2010). Centrados en el presente, mirar el futuro y prevenir, evitar llegar a enfermarse, es la clave, anticiparse dándose cuenta que ciertas características de nuestra personalidad se constituyen en factores de riesgo para nosotros mismos. Los riesgos no sólo están afuera, sino que habitan en nosotros, son a veces las propias características de nuestro ser que atentan contra él, sin saber, inconscientemente. Adoptemos la mirada de la posibilidad, más que la mirada del problema. Miremos hacia nosotras, detenidas observemos que somos capaces de generar cambios significativos con una visión realista, que podemos tomar un rol protagónico y no quedarnos quietas en un papel secundario en nuestra propia historia, victimizadas, esperando el padecer. Comencemos hoy

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Editoriales: Mi mente enferma mi cuerpo

Sobre la autora: Directora fundadora del Centro de Psicosomática Chile (2009), primer centro en Chile de especialidad centrado en la prevención, atención, investigación y docencia sobre las enfermedades psicosomáticas. Magíster en Psicología Clínica (UDD), psicóloga de la Universidad Gabriela Mistral con 21 años de experiencia clínica en adolescentes y adultos, realizando psicodiagnósticos, psicoterapias focales, de apoyo e intervención en crisis. Diez años de experiencia en psicoterapias de pareja. Magíster en Docencia Universitaria (UDD) con 20 años de experiencia docente en diferentes universidades y carreras en Santiago de Chile y regiones impartiendo cátedras como Personalidad, Psicología General, Ciclo Evolutivo, Familia, Ética y Moral Profesional. Bibliografía: [Borde de Izaguirre, L. (1997). El café de Julián Jarnadas de Intercambio. Asociación Argentina de Rorschach. Buenos Aires (paper). De Critóforis, O. (2006). Cuerpo vínculo lenguaje: en el campo psicosomático. Bs. Aires: Lugar Editorial Dejpur, C. (1992). Recherches psychanalytiques sur le corps: répression et subversión en psychosomatique. México : Siglo XXI Kutter, P. (2001). El conflicto básico de la psicosomatosis y sus implicaciones terapéuticas. Revista Portuguesa de Psicosomática. 3 (2). 117-133 Liberman, D. (1959). La comunicación en terapeútica psicoanalítica: aplicaciones de la Teoría de la comunicación al proceso transferencial. Bs. Aires : Eudeba Liberman, D. (1978). Comunicación y psicoanálisis. Bs. Aires : Elx Editor Lipovetsky, G. (2003). La era del vacío. Barcelona: Anagrama. Morty, P. (2003). Lo psicosomático del adulto. Bs. Aires: Amorrortu Maturana, H. (1982). Emociones y Lenguaje en Educación y Política. Santiago: Hachatte- Comunicación. McDougall, J. (1991). Teatros del cuerpo. Madrid: Colección Continente/Contenido. Nader. A y cols. (2010). Repesando lo psicosomático: desde lo clínico a lo psicosocial. Ediciones de la sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile: Serie Roja. Nasio, J. (1996). Los gritos del cuerpo. Bs. Aires: Paidós Numhauser, J. (1980). Sobre la percepción y comunicación en la relación analítica. Revista de Psicoanálisis. 2(1). 55-59. Otero, J. (1999). Alexitimia, una revisión. Revista de la Asociación Nacional de Neuropsiquiatría. 19. 587-596. Otero, J. (2000). Hipótesis etiológicas acerca de la alexitimia. Aperturas Psicoanalíticas. Recuperado el 5 de mayo del 2007 de: www. aperturas.org/4otero.html. Otero, J. y Rodado, J. (2004). El enfoque psicoanalítico de la patología psicosomática. Aperturas psicoanalíticas. Recuperado el 26 de noviembre del 2007 de: www.aperturas.org/16oterorodado.hlml. Rodíguez, A. (2008). Estilo comunicacional en la personalidad psicosomática. Recuperado el 29 de junio del 2012, de http://www. psicodocumentosudd.cl Sivak, R. (1997). Alexitimia, la dificultad para verbalizar afectos, teoría y clínica. Bs. Aires: Paidós

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Referencias de imágenes: [Dibujo de mujer con corazón gritando]. (s.f). Recuperado de: http:// soniamiyashirocoach.wordpress.com/2012/11/29/el-cuerpo-grita-loque-la-boca-calla/lenguaje-cuerpo/ [Fotografía modificada de hombre sin cabeza]. (s.f.). Recuperado de: http://www.hipnotismo.org/2013/06/25/enfermedadespsicosomaticas/

Psicosomática: Una Perspectiva desde la Danza movimiento Terapia (DMT) Por Cecilia Desirée Caro Muñoz | cecy_caro@hotmail.com

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urante la historia nos hemos encontrado con enfermedades o síntomas físicos que adolecen de una explicación médica, a las cuales se les han acuñado componentes y/o explicaciones psicológicos. Actualmente el DSM IV se refiere a estos como factores psicológicos que afectan el estado psíquico o la condición médica, por lo que se puede asumir que cualquier trastorno físico puede estar asociado a fenómenos psicológicos. Por lo tanto el concepto psicosomático da cuenta que existe una relación entre la psique y el soma, entre lo físico y lo psicológico, entre el cuerpo y mente, y es en este aspecto en el que me gustaría enfocar el presente escrito. Así desde la DMT la idea En nuestra sociedad occidental hemos de que el cuerpo y mente adoptado una idea es inseparable es parte de dualista cartesiana su esencia. Una premisa (como cuerpo y mente escindidas) a nuestra básica es considerar que el forma de entender y movimiento corporal refleja percibir a la persona, estados emocionales interpor lo que nos hemos enfocado en un cuernos y que el cambio en la po puramente biológigama de posibilidades del co y en el estudio de movimiento conlleva camla mente haciéndolo puramente racional, bios psicológicos promoviendejando de lado su do salud y desarrollo.» origen encarnado.


Editoriales: Psicosomática

Hemos dejado de prestar atención a lo que antiguamente era esencial en la naturaleza del ser humano; desde la antigüedad, las tribus de todo el mundo mantenían algo en común, la importancia que se le daba a los ritos en los que el cuerpo, la mente y el espíritu se conjuntaban para trascender. Bailes para expresar su sentir, para conectarse con sus dioses, para ir más allá, rituales básicos (por ejemplo los utilizados por chamanes) en los que era necesario prestar atención al cuerpo para poder sanar, poder trascender, tener una conexión interior, etc. Ellos creían en que nuestro cuerpo era más que solo un cuerpo biológico, creían que era un cuerpo con una mente y un alma, un cuerpo con procesos y sentimientos, para ellos el sentido de la vida no estaba solo en la cabeza (mente), si no en el conjunto del cuerpo-mente.

La Danza Movimiento Terapia (DMT) es una modalidad psicoterapéutica, incluida dentro de las “Terapias Expresivas-Artísticas” (Expresive Art Therapies), que utiliza el movimiento y la danza dentro de un proceso que persigue la integración psicofísica (cuerpo-mente) del individuo (Levy,1992). Desde sus inicios en los años 40’s y 50’s las pioneras con sus estudios en danza moderna se dieron cuenta de que en la danza había algo más que solo movimientos mecanizados, habían cuerpos que expresaban sentimientos y emociones, expresaban modos de ser y de vivir la vida. Con ello Fischman, D. (2005) decía que: “En un camino que pretende juntar lo separado, reintegrar la polaridad escindida, las danza terapeutas intentan llenar de sentido los movi-

mientos mecánicos del cuerpo concebido como máquina. Buscan reencontrarse con el cuerpo sensible, que conoce y recuerda. El cuerpo en movimiento. El cuerpo que danza su vida. La mente encarnada”(p.1) Así desde la DMT la idea de que el cuerpo y mente es inseparable es parte de su esencia. Una premisa básica es considerar que el movimiento corporal refleja estados emocionales internos y que el cambio en la gama de posibilidades del movimiento conlleva cambios psicológicos promoviendo salud y desarrollo. Les da la oportunidad de recuperar un sentido del self en su totalidad experimentando la integración psicofísica, tanto a los que gozan de salud como al emocional y/o mentalmente se encuentran perturbados o incapacitados. (Fischman, D. 2005) Estas premisas que surgen desde las pioneras, ahora vienen siendo respaldadas y articuladas desde diferentes disciplinas e investigaciones como las neurociencias, la psicología del desarrollo, el cognitivismo post-racionalista, la filosofía, lingüística, entre otros. Dichas investigaciones fundamentan esta concepción del cuerpo-mente como unidad. Como por ejemplo el concepto de “Embodiment” lo encarnado, lo corporizado, personificado, corporeidad. Las aproximaciones al “Embodiment” han surgido como nueva tendencia en sociología, psicología, psicoterapia, etnografía, antropología, filosofía, etc. y han enmarcado la diferencia del concepto del cuerpo; primera el cuerpo (corpus, Körper) aspectos estructurales del cuerpo, el cuerpo como contendor, el cuerpo objeto, cadáver. Y segundo como el cuerpo (Leib) el cuerpo vivido, con emociones, sensaciones, percepciones, memoria. Abre la dimensión del cuerpo como un individuo. Otro ejemplo seria la Observación y Análisis del Movimiento de Laban la cual se centra en “cómo” sucede el movimiento más que en “qué” movimiento se hace, conformando uno de los pilares centrales de la DMT. Dicha teoría fue creada por Rudolf Laban alrededor del 1900 siendo integrada al uso terapéutico del movimiento y la danza alrededor de 1950, incluye un método de notación del movimiento 11


Editoriales: Psicosomática

(Labannotation), aportando un lenguaje para describir a los pacientes en términos de su movimiento y clasificando el movimiento en término de “esfuerzos y formas” y en relación al uso de coordenadas espaciales (Laban, 1987,1991 citado en Panhofer, 2005). Posteriormente Bartenieff describe una serie de correlaciones psicológicas que se corresponden con el sistema de “effort/shape” de Laban y Judith Kestenberg proporcionó un modelo teórico que combina la observación del movimiento desde una perspectiva psicoanalítica con el sistema de análisis del movimiento (Sossin, 1987 citado en Panhofer, 2005). Provee un vocabulario objetivo y un lenguaje para registrar la observación del movimiento en cualquier campo. Además, permite la exploración de un amplio espectro de dinámicas y formas del movimiento, considerando la totalidad de la experiencia integral funcional y expresiva del movimiento (Bartenieff, 1980; Laban, 1987). Las cualidad de movimiento que constantemente efectuamos, nos habla de quiénes somos, expresan nuestros sentimientos y estados internos, los cuales marcan nuestra personalidad, nos hace descubrir y conocer nuestras preferencias de cómo nos relacionamos con los otros y por lo tanto como nos relacionamos con el mundo, por lo que los cambios en la posibilidad de movimiento afectan el funcionamiento general de la persona (Rodríguez, 2004). Ya que el título de este escrito habla sobre la perspectiva de la Danza Movimiento Terapia en cuanto a los trastornos psicosomáticos, quisiera especificar más esta mirada exponiendo un ejemplo sobre el trabajo de esta disciplina en casos de fibromialgia, enfermedad que lleva años estudiándose y de la cual se han encontrado pocas explicaciones y evidencias sobre sus orígenes y posibles causas orgánicas. Diversos autores en sus investigaciones han deducido diferentes hipótesis sobre estos orígenes, algunos han encontrado que tiene relación con aspectos psicológicos y psicosomáticos, otros exponen un origen más orgánico como los que presenta Smythe y Moldofsky en 1920 concluyendo que los puntos sensibles de dolor 12

significan una amplificación del sistema nervioso central (Quintner y Cohen, 1999, citado en Rodriguez, 2004) y otras teorías sobre anormalidades en las neurohormonas (Hounenagel, 1999, citado en Rodríguez, 2004). Aún con estas diferencias, las mayoría de los autores coinciden en los síntomas generales, la definición que hace Winfield de la fibromialgia es la siguiente: “dolor por todo el cuerpo, difuso, que va desde el axis del esqueleto hasta diversas áreas del cuerpo, implicando los músculos (siendo las zonas más comunes la parte baja de la espalda, el área por encima de los hombros, las piernas, el cuello y las caderas) y articulaciones, así como partes extramúsculo esqueléticas, como por ejemplo, dolores de cabeza, vejiga y de colon. El dolor es descrito como agotador, con descripciones evaluativas de tipo miserable, intenso e insoportable” (Winfield, 1999 citado en Rodríguez, 2004).

«En nuestros días, siempre en la búsqueda de recursos para mejorar la calidad de vida y aliviar el sufrimiento humano, volvemos a buscar en las fuentes lo que hace que “la vida valga la pena de ser vivida”» -Diana Fischman

Como he expuesto la base principal de la DMT es la conexión entre cuerpo-mente, entre movimiento y emoción, entre la psique y el soma. Es por ello que esta psicoterapia dentro de un trabajo interdisciplinario resulta efectiva en pacientes con trastornos del dolor crónico. Según Sarah Rodríguez (en Panhofer, 2005) en su trabajo como danza movimiento terapeuta con mujeres con fibromialgia nos dice que: “Desde la DMT, el enfoque de trabajo se caracteriza por acercar a la persona a su cuerpo. La idea fundamental que se quiere transmitir es que nosotros somos nuestros cuerpos. Este enfoque resulta especialmente metafórico para las personas que están diagnosticadas con fibromialgia, ya que, si llegan a entender que -ellas son sus cuerpos-, entonces entenderán que –ellas son su dolor-, y


Editoriales: Psicosomática

que éste no es sólo físico, sino también emocional… La DMT hace hincapié en escuchar el dolor para así conocer los diferentes componentes de éste: no sólo físico, sino también emocional. Así, a partir de una nueva relación con el cuerpo en donde éste experimente otras emociones de tipo placentero, la persona puede buscar nuevas formas de expresar el dolor en todas sus dimensiones. Una vez expuesto y reconocido este dolor podrán optar y decidir qué hacer con él, cómo volver a integrar esas emociones o experiencias y cómo ajustaras al estilo de vida que opten por desarrollar.” (pp. 203, 211)

psicosomático. Como decía Fischman (2005) “cada acción está imbuida de una tonalidad emocional o mejor aún, de múltiples tonalidades, de gamas, de “blends” emocionales, siempre presentes en sus distintas formas de emergencia, intensidades, ritmos, colores, cualidades de esfuerzo” (pp. 2). Hablando de los trastornos psicosomáticos como tal, desde esta concepción de la DMT tal vez podamos encontrar la posibilidad de iniciar una nueva relación con nuestro cuerpo, ser capaces de sentirnos en él y a través de esté, creando la vida en cada acción, más allá de solo dolor físico. Sobre la autora: Cecilia estudia actualmente el máster en Danza Movimiento Terapia en la Universidad Autónoma de Barcelona (U.A.B.) en España. Es egresada de la carrera de Psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León. (U.A.N.L.), tiene experiencia en psicoterapia individual, con grupos y en diferentes disciplinas de la danza. Bibliografía: Fishman, D. (2005) Danza Movimiento Terapia. “Encarnar, enraizar y empatizar. Construyendo los mundos en que vivimos.” Congreso de Artes del Movimiento. IUNA (Instituto Universitario Nacional del Arte) Buenos Aires. Panhofer, H. (2005) El cuerpo en psicoterapia. Teoría y práctica de la Danza Movimiento Terapia. Editorial Gedisa. España.

Todo este trabajo anteriormente expuesto, se lleva a cabo a través de ofrecer un espacio donde poder construir una relación terapéutica, dentro de la cuál como diría Lewis (1979) el proceso creativo -a través de la suma de movimientos que emergen creando una “danza”- ayudará a la persona a dar un significado a las emociones, sensaciones, ideas y pensamientos que se desarrollen en el proceso del grupo (Lewis, 1979 citado en Rodríguez, 2004). Todo ello utilizando las herramientas de la Psicología Psicodinámica (Transferencia y Contratransferencia), La Observación y el Análisis del Movimientos, la Psicología de Grupos, entre otras. Para concluir los procesos psico-somáticos nos recuerdan que el cuerpo habla constantemente, a veces de una manera poco agradable como lo son los síntomas físicos. Siempre existe una íntima relación entre el cuerpo-mentepsique, no solo cuando se padece un trastorno

Rodríguez, S. (2004) Danza Movimiento Terapia y fibromialgia: una aproximación al dolor en todas sus dimensiones. Tesis doctoral, Universidad de Deusto, Bilbao. Referencias de imágenes: [Pintura de mujer con ganchos en la espalda].(s.f.). Recuperado de:http://queridoserhumano.blogspot.com.es/2011/01/por-que-elcuerpo-del-dolor-es-un.html [Fotografía de hombres danzantes](s.f.). Recuperado de:http://globaltableadventure.com/2013/03/17/recipe-south-africas-yellow-rice-geelrys/

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Dil intro de la FaPsi La FaPsi es sede del 3er Congreso Internacional de Hipnosis Clínica y Terapia Breve Por Redacción Sui Generis

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el 14 al 16 de Noviembre del presente año, se realizó en las instalaciones de la Facultad de Psicología de la UANL, el Congreso Internacional de Hipnosis Clínica y Terapia Breve organizado por la Asociación de Hipnoterapia de Nuevo León A.C. (AHNL). El congreso contó con 8 conferencias magistrales, 20 talleres de temas variados, 4 expositores internacionales y 7 expositores nacionales dentro de los que destacaron el Arnoldo Téllez, Arreed Barabasz, Rafael Nuñez, Marco Tulio Garza, Rubin Battino, Ruperto Charles, Teresa Robles, entre otros. La asistencia fue concurrida contando con la visita de universidades de otros estados de la república y se mostró un marcado interés en los temas realizados quedando abierta la invitación del siguiente congreso donde se espera participación de Betty Erikson, hija de Milton Erikson. Referencias de imágenes: Facultad de Psicología (2013)

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Participa FaPsi UANL en el VI Congreso Internacional de Psicología en Perú Por César Tovar | Redacción Sui Generis

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urante el pasado mes de octubre, la Dra. Martha Liévano y la Dra. Leticia Ancer, docentes e investigadoras de FaPsi UANL, estuvieron presentes en el XVI Congreso Peruano y VI Congreso Internacional de Psicología, organizado por el Colegio de Psicólogos del Perú y el Colegio de Psicólogos de Arequipa – Región III, que tuvo como sede la Blanca Ciudad de Arequipa, Perú, y a donde asistieron ponentes de distintas nacionalidades: chilenos, brasileños, puertorriqueños, dominicanos, etc. La Dra. Liévano comentó para SuiGeneris acerca de su participación en dicho congreso, con los resultados parciales de un proyecto de investigación sobre violencia en las instituciones de educación superior perteneciente a la red de investigadores educativos de la UANL, desde el cuerpo académico de la FaPsi al que ella pertenece: Género, Cultura y Salud, el cual conforma un nodo de dicha red junto con otros investigadores entre economistas, médicos, odontólogos y sociólogos. Dentro de su colaboración en mencionado proyecto, se aplicó en las cinco facultades del Área de la Salud de la UANL un cuestionario sobre violencia en distintos ámbitos: entre pares, del docente al alumno, del alumno hacia el docente e institucional. En el caso específico de su participación en el VI Congreso Internacional de Psicología de Perú, trató los resultados en relación a la percepción de la violencia del alumno hacia el docente, y recalca como algo llamativo el hecho de que casi todos los resultados salieron elevados cuando se hablaba de haber presenciado cómo otros alumnos agredían


Dil intro de la FaPsi

a maestros (ya sea poniendo apodos o hablando mal de ellos por redes sociales, etc.); pero cuando se trataba de ser el actor de las agresiones los resultados fueron bajos. Lo que comenta la Dra. Liévano que llamó su atención en el congreso fue la cantidad exorbitante de alumnos que asistieron siendo en una sola conferencia más de 1,700 personas entre alumnos y público general; de la cultura en la ciudad de Arequipa menciona que la gente es excesivamente atenta y que es muy similar a nuestro país, sobre todo al sur de México, en el sentido del empobrecimiento, y no cuentan con mucha tecnología. Referencias de imágenes: Facultad de Psicología (2013)

Triunfa FaPsi en el ámbito deportivo Por César Tovar | Redacción Sui Generis

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urante el semestre agosto-diciembre 2013, la Facultad de Psicología obtuvo diversos logros en el ámbito deportivo. Primeramente, el equipo de Fútbol Soccer Varonil “A” llegó hasta la semifinal contra el equipo de la Facultad de Organización Deportiva con un marcador de 2-3, quedando el equipo de FOD como ganador, pasando directamente a la gran final. Las chicas del equipo de Tochito “A” se posicionaron como subcampeonas de este periodo académico, disputándose el campeonato con la Facultad de Medicina Veterinaria con un marcador de 12-0. Igualmente, el equipo

de Fútbol Americano llegó hasta la final contra el equipo de Odontología, encontrando la derrota y obteniendo así el subcampeonato. Por su parte, las integrantes del equipo de Basquetbol Femenil llegaron hasta la final contra el equipo de Nutrición con un marcador de 76-50, coronándose como campeonas de la Liga Intrauniversitaria 2013. ¡Muchas felicidades Jefes y Jefas!

Referencias de imágenes: Facultad de Psicología (2013)

Congreso Internacional de Experiencia y Trascendencia de la práctica psicológica Por Redacción Sui Generis

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os días 6, 7 y 8 de Noviembre se realizó el Congreso de Experiencia y Trascendencia de la Práctica Psicológica, clínica, 15


Dil intro de la FaPsi

conductual, infantil, laboral y social, organizado por la FaPsi. El congreso contó con conferencias, talleres y mesas de diálogo donde el objetivo fue intercambiar experiencias acerca de la práctica psicológica y conocer aproximaciones de trabajo dentro del mismo rubro.

instalaciones, maestros así como las diferencias del currículo actual. Los participantes se mostraron complacidos con lo aprendido y motivaron a que los organizadores repitan este tipo de actividades en un futuro. Referencias de imágenes: Tovar, C. / Revista Suigeneris (2013)

1er Congreso Internacional Sobre Psicosomática y Psicoanálisis en la FaPsi Por Redacción Sui Generis

Se contó con la presencia diferentes ex alumnos de la facultad y actuales docentes y supervisores de la misma como: el Mtro. Miguel Villegas Lozano, el Mtro. Marco Tulio Garza, Dra. Ángela María Estrada Mesa, Dra. Mónica González Ramírez, Mtra. Guadalupe Iglesias, Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá, Dr. Guillermo Venegas, Mtra. Blanca Cecilia Martinez, entre otros. La idea fue que los temas tratados fueran actuales y útiles para los alumnos que estudian psicología como por ejemplo: “Atención a víctimas del secuestro”, “Estilos de afrontamiento” y “Liderazgo transformacional”. En las mesas de dialogo entre ex alumnos, docentes, supervisores de la facultad se habló de diferentes temas muchos recordando sus experiencias como estudiantes y como han visto los cambios en las

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l 27, 28 y 29 de noviembre se llevó a cabo el 1er Congreso Internacional Sobre Psicosomática y Psicoanálisis, donde participaron más de 300 asistentes de diferentes lugares del país y Latinoamérica, de entre los cuales algunos presentaron sus proyectos en las mesas de trabajo. Dicho congreso fue organizado por la Dra. Edith G. Pompa Guajardo, la Dra. Cecilia Meza Peña, la Dra. Martha Patricia Liévano Franco y la Mtra. Marina Duque Mora. Los talleres y conferencias magistrales estuvieron a cargo de los psicoanalistas: Elena Ortiz (DF, Mex), Miguel Majtrat (DF-Arg), Patricia Chavero (BA, Arg) y Ruben Zuckerfeld (BA, Arg); los cuáles fueron entrevistados igualmente para el presente número de nuestra publicación. Los temas de los Simposios fueron “Historia, Hipermodernidad y Modelos de Intervención”, “Corporalidad: Violencia y


Dil intro de la FaPsi

llarreal, Carlos Nevárez, Antonio Craviotto y Pedro Rivera con un recibimiento caluroso de la audiencia. Y el viernes 29 en una emotiva clausura cerro el Ballet Folklórico de la UANL. Referencias de imágenes: Facultad de Psicología (2013)

Duelo” y “Normalidad y Anormalidad desde el Psicoanálisis”. Igualmente se presentaron Casos Clínicos de Trastornos Psicosomáticos I y II, así como una Sesión Clínica con el título de “El cuerpo desde el diván”. Como la parte cultural del evento se presentó el jueves 28 a medio día la obra “Quince Segundos” producción de Difusión y Cultura de la UANAL, con la dirección de Sergio García y la participación de los actores Janneth Vi-

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Temática central:

Por Dr. Rubén Zukerfeld

Modos de enfermar y vulnerabilidad

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l término «modo» contiene –según lo te regresiva y una variante progresiva. La primera corresponde a lo que tradiciopensamos– una jerarquización de la singularidad en el proceso de enfermar nalmente ha descripto el psicoanálisis que implica distintas maneras no excluyentes freudiano y post-freudiano y que aún con notorias diferencias en la comprensión en las que el cuerpo queda involucrado. Es imde los mecanismos en juego, comprenportante comprender que esta noción puede estudiarse en dos niveles den los mecanismos que puedistintos. El primero den agruparse como modo Por lo general los modos sería el de los múlticonversivo de producción sinples y particulares cade involucración del cuerpo tomática. Es conocido cómo minos que conducirían a las representaciones del y su posibilidad de enfermar aquí un determinado fin que propio cuerpo y los afectos se articulan entre sí y guar- concomitantes se procesan constituye la patología y que se incluirían dentro dan cierta relación lógica de regresivamente de acuerdo a de lo que la medicina enlas reglas de funcionamiento funcionamiento que convie- psiconeurótico, es decir siendo tiende como etiopatogenia; el segundo tendría ne sea pensada en términos parte de un conflicto reprimique ver con las formas do regido por Edipo y adquide recursividad.» de subjetivar la patología riendo valor simbólico. Aquí independientemente de su origen, hecho que es como si el sujeto padeciendo mayor o menor malestar no sabe de una fantasmáimplica darle un sentido y también la posibitica que se expresaría en la enfermedad y lidad de desarrollar distintas modalidades de enfrentarla. Desde hace algunos años venimos sus ventajas secundarias. En cambio la pensando que los dos niveles se juegan en cuatro grandes modos en los que las funciones corporales se alteran en mayor o menor medida. Estas modalidades se encuentran en coexistencia y con permanentes puntos de articulación (ver Figura 1) de tal manera que lo que sigue a continuación es el efecto artificial de describirlos por separado.

a) 18

El modo 1a se define por la existencia de tramitación psíquica y comprende una varian-


Tema central: Modos de enfermar y vulnerabilidad

variante progresiva (modo 1b) se formula a partir de cierto éxito del aparato psíquico en la producción de pensamientos, creencias y sentimientos asociados. Pero aquí es la configuración misma de estos productos la que define su eficacia patogénica expresando conflictos procesados sin el desplazamiento anterior, pero no resueltos. Es así que determinadas creencias preconscientes generan y modifican funciones corporales con mayor o menor intensidad sin que se pueda suponer en ello el desarrollo de un síntoma psiconeurótico que involucre al cuerpo como en la variante anterior, pero sí a un sujeto que cree saber y que en cierta forma enferma de sus distorsiones cognitivas. Por otra parte es también aquí que se describen determinados pensamientos automáticos que implican descargas asociadas a su vez al modo 2.

«Es más importante saber qué enfermo padece una enfermedad que saber qué enfermedad tiene un enfermo» -Sir Caleb Parry, fisiólogo inglés, 1789

b)

El modo 2 se rastrea en la psicosomática psicoanalítica en las concepciones freudianas de neurosis actuales, en las descripciones de los fenómenos más allá del principio del placer y en todas las revisiones de autores post-freudianos que intentan dar cuenta de lo irrepresentable, del narcisismo tanático y de su relación con los fenómenos del acto. Este modo implica fenómenos de carga y descarga de magnitudes desligadas o nunca ligadas a representaciones, que metapsicologicamente son subsidiarias de escisiones defensivas y de la escisión estructural desde la que pensamos la constitución del aparato psíquico. Aquí nos encontramos dentro de lo que hoy en día se suele con-

siderar como un centro del campo llamado psicosomático, a partir de las ideas de Marty, M’Uzan, McDougall y otros, sobre la vida operatoria, la depresión esencial y el desmantelamiento no represivo de la estructura afectivo-ideativa expresado en la noción de alexitimia. El estudio de este modo ha introducido en la psicopatología la noción de indicadores de desorganización y ha jerarquizado la noción de trauma. En un sentido más amplio se corresponde con lo que entendemos como funcionamientos propios del Inconsciente escindido5 cuyas manifestaciones –de acuerdo a la lógica de la coexistencia– se dan paralelamente a las del inconsciente reprimido que se expresa en el modo 1. El enfermar a expensas de la cristalización del modo 2 implica un sujeto donde no hay actividad fantasmática a descifrar y donde pueden existir distintos niveles de sufrimiento.

c)

El modo 3 es aquel en el que las vicisitudes corporales se convierten en subrogados de formas de comportamiento en relación con la realidad exterior y las señales del propio cuerpo. En definitiva tanto el modo 1 como el modo 2 constituyen las dos grandes formas en las que el aparato psíquico responde a las carencias y a los excesos y ambos se manifiestan en distintos tipos de comportamientos. Es distinta las derivaciones de la adaptación, que entendemos como capacidad de tener en cuenta la existencia de una realidad ajena al propio funcionamiento mental y la posibilidad de realizar acciones para transformar en algún sentido esa realidad, incluyendo las desadaptaciones neuróticas y psicóticas de la sobreadaptación. Esta noción definida por Liberman y colaboradores como adecuación exagerada y adicción a la realidad externa en detrimento de la realidad psíquica, es clásica en su asociación con manifestaciones somáticas. Describimos también 19


Tema central: Modos de enfermar y vulnerabilidad

por su valor heurístico lo que llamamos paradaptación: comportamiento propio de un Yo que desafía a la realidad externa y/o crea neorrealidades. Aquí se trataría de un sujeto que enferma o exacerba enfermedades preexistentes a partir de sus formas de afrontamiento y sus hábitos que pueden estudiarse teniendo en cuenta modelos identificatorios y los modos descriptos.

d)

El modo 4 corresponde a la exposición de las funciones corporales a los factores socioambientales y a ciertas configuraciones familiares y culturales. La noción de trauma y de oferta de ideales implica cuerpos maltratados y abusados desde un nivel ecológico hasta el desempleo, desde la violencia familiar hasta la exigencia de juventud eterna, desde la desnutrición a la discriminación, desde las infecciones hasta los cánceres tóxicos y las dependencias de sustancias legales e ilegales. Esto quiere decir que hay también posibilidades y modos de enfermar que no implican necesariamente condiciones psicológicas como las definidas previamente. Este modo implica una forma de pensar ahora a un sujeto enfrentando y sufriendo el embate de fuerzas mayores a sus posibilidades de afrontarlas.

Por lo general los modos de involucración del cuerpo y su posibilidad de enfermar se articulan entre sí y guardan cierta relación lógica de funcionamiento que conviene sea pensada en términos de recursividad. Así es que, por ejemplo, la modalidad alexitímica de expresión afectiva suele asociarse al desarrollo de distorsiones cognitivas y comportamientos sobreadaptados, que disminuyen las posibilidades de afrontamiento del sujeto a ciertos factores sociales que adquieren una mayor dimensión traumática e implican un incremento de descargas y mayor respuesta alexitímica. Por otra parte nuestros 20

cuerpos reconocen características genéticas y disposiciones que son cada vez más conocidas al igual que los mecanismos neuroinmunoendocrinológicos en juego. Pero lo que hoy en día adquiere mayor relevancia es determinar la vulnerabilidad de un sujeto: ¿De qué depende prioritariamente la aparición de síntomas somáticos? ¿Por qué se cristalizan, exacerban y complican? ¿Es posible predecir de acuerdo a las características del funcionamiento psíquico una respuesta somática? Estas son algunos de las variadas preguntas que permanentemente circulan en este campo, a las cuales se han dado distintas respuesta. Desde el punto de vista psicoanalítico, definimos la vulnerabilidad como la condición subjetiva que implica el predominio y cristalización del modo de funcionamiento del inconsciente escindido, cuyas manifestaciones más habituales se expresan clínicamente por cierto déficit de la actividad fantasmática, cierta precariedad de recursos del Yo para afrontar sucesos vitales y por la tendencia al acto-descarga comportamental y/o somático.

En términos generales el incremento de la vulnerabilidad es directamente proporcional a la magnitud de la adversidad e inversamente proporcional al grado de percepción subjetiva de sostén. La experiencia clínica y la investigación sistemática muestran como el predominio y cristalización de los modos 2, 3 y 4 estarían más


Tema central: Modos de enfermar y vulnerabilidad

asociados a la noción de vulnerabilidad, pero que en última instancia todos los modos –que suelen superponerse– deben ser vistos con una perspectiva donde se jerarquice la intersubjetividad y los acontecimientos y condiciones vitales con sus carencias y excesos. La mayor o menor vulnerabilidad –por lo dicho anteriormente– la entendemos directamente asociada a la noción de malestar que puede estudiarse en relación a la calidad de vida, los eventos o ambiente disruptivo con eficacia traumática, históricos y actuales, y la existencia o no de una red vincular que brinde sostén. El cuerpo que se enferma y el cuerpo enfermo deben ser pensados en función de estos grandes parámetros que definen la vulnerabilidad, de modo tal que a mayor persistencia de lo traumático, menor capacidad de sostén de la red vincular y menor calidad de vida, mayores serían las probabilidades de exacerbación y complicaciones de la patología preexistente e inclusive la generación inespecífica de enfermedad. Los procesos de adaptación-desadaptación implicarían producciones neuróticas o psicóticas en relación a la realidad y la sobreadaptación y paradaptación pueden estar más vinculadas con las manifestaciones somáticas y comportamentales, pero también estas delimitaciones deben ser permanentemente puestas a prueba.

En términos generales, desde esta concepción, la psicosomática la definimos como el campo y dispositivos asociados a la investigación, prevención y asistencia de los sujetos vulnerables, es decir, de aquellos donde predominan las manifestaciones del orden de lo inconsciente escindido. Esto implica decir que el malestar está tanto en las fuentes de la enfermedad como en sus consecuencias y que todos –sanos o enfermos– a veces no sabemos de qué se trata y podemos descifrarlo o creemos saberlo como en el modo 1, otras veces nunca sabremos como en el modo 2, muchas veces nos comportaremos de acuerdo a lo que creemos y a lo que ignoramos como en el modo 3 y otras tantas –aún sabiendo– no podemos defendernos del azar y las circunstancias como en el modo 4. De allí que es importante recordar –como señala el fisiólogo del siglo XVIII en el epígrafe inicial– que lo más importante sigue siendo la comprensión y tratamiento del enfermo en su singularidad insoslayable. Sobre el autor: Médico psicoanalista. Miembro Titular en función didáctica de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis (SAP) y Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Fullmemeber de la International Psychoanalitical Association Profesor Titular y coordinador de investigación del Master en Psicoanálisis .Universidad del Salvador y Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) Profesor del Master de Psiconeuroinmunendocrinología de la Universidad Favaloro. Miembro Fundador y Profesor del Instituto Psicosomático de Buenos Aires. Miembro Fundador del Capítulo de Trastornos Alimentarios y Cultura Contemporánea de APSA Autor de varias investigaciones, libros y artículos sobre la especialidad. Referencias: 5 Esta noción constituye el núcleo duro de lo que entendemos como Tercera Tópica, concepción metapsicológica desarrollada en otras publicaciones.

Referencias de imágenes: [Pintura de un asilo]. (s.f.). Recuperado de: http://www. fotosimagenes.org/imagenes/medicina-psicosomatica-1.jpg Zukerfeld, R. (s.f.). Modelo General de la Vulnerabilidad [Diagrama]. Recuperado de: http://www.elpsicoanalisis.org.ar/old/ numero3/vulnerabilidad_somatica3.htm Zukerfeld, R. (s.f.). Cuatro modos de enfermar [Diagrama].

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Tema central: Significados y símbolos en la somatización

Significados y símbolos en la somatización:

Comprensión psicodinámica de la colitis crónica de causas indetermindadas (CUCI) en un caso de homosexualidad masculina Por Mtra. Marisol Zimbrón-Flores

D 1.

Introducción

entro de las manifestaciones psicosomáticas se distinguen dos grupos principales:

Las conversiones –cuando la manifestación psicosomática representa una traducción de una fantasía somática al “lenguaje corporal” o, en otras palabras, cuando la manifestación somática tiene un significado psíquico definido– que se atribuyen generalmente a músculos estriados asociados con el sistema nervioso central.

Las somatizaciones u órgano-neurosis 2. –también llamadas regresiones psicosomáticas–, atribuidas generalmente a músculos lisos y órganos asociados con el sistema vegetativo o autónomo, y que consisten en alteraciones fisiológicas producto de un uso inadecuado de la función de un órgano en particular pero que, en principio, no constituyen la manifestación de un significado psíquico. De esto último es el caso de las afecciones gastrointestinales como la colitis, que al tratarse el colon de un órgano liso y autónomo, generalmente no se le considera susceptible de conversión pero sí de somatización. Ahora bien, en el caso del hombre homosexual, la parte final del colon, es decir el rec22

to, constituye un órgano sexual pasivo y, por tanto, la representación mental y por tanto la construcción del significado a nivel psicológico de dicha parte corporal adquieren una carga y un sentido distintos a los que podemos atribuir en los casos de heterosexualidad. De esta manera, al construir alrededor de un órgano liso o autónomo una representación ligada a la sexualidad ¿podrá adquirir un significado psíquico y tornarse susceptible de conversión? El presente trabajo analiza dicha interrogante desde los significados y símbolos que subyacen detrás de un caso de Colitis Ulcerante en un hombre homosexual teniendo también en cuenta la influencia de los rasgos narcisistas y obsesivos de la personalidad como factores predisponentes a la somatización.

Desarrollo

¿Qué es la Colitis Ulcerante Crónica Inespecífica (o de Causa Indeterminada) o CUCI? Es una enfermedad inflamatoria del colon (intestino grueso). Está caracterizada por la inflamación y ulceración de la pared interior del colon. Los síntomas típicos incluyen dolor abdominal y diarrea, generalmente con sangre. La CUCI, además, recibe diferentes subdenominaciones dependiendo de la extensión del colon que se vea afectada. De tal forma que: a) Cuando afecta únicamente la parte inferior del colon, el recto, se denomina proctitis ulcerosa. b) Cuando afecta únicamente el lado izquierdo del colon, se llama colitis distal.


Tema central: Significados y símbolos en la somatización

c) Cuando involucra al colon completo, se le conoce como pancolitis. Las causas de la CUCI siguen siendo desconocidas aunque varias investigaciones apuntan a situaciones relacionadas con la mucosa y el moco que recubren el intestino y elementos que atacan dicha mucosa mermando su función protectora. A la par, se considera la posibilidad de que dicha enfermedad tenga un carácter autoinmune.

alejaran de su zona de confort –en todos los sentidos– pues temía no poder controlar los síntomas sin resultar estos evidentes para los demás. Una de sus preocupaciones centrales, en este sentido, era todo aquello relacionado con las manifestaciones gastrointestinales de la sintomatología que, culturalmente, se perciben como sucias y mal vistas en un ámbito social. • Además de las consecuencias lógicas de los periodos activos de la enfermedad, incluso en los periodos de remisión, las molestias abdominales afectaban su vida sexual y, en determinado momento, comenzó incluso a asociarse con episodios de impotencia sexual. Enfoque y desarrollo del tratamiento El enfoque del tratamiento fue psicoanalítico centrado desde un inicio en dos vértices principales: 1) La enfermedad gastrointestinal (CUCI) 2) La esfera sexual.

Generales:

Caso Clínico

• Paciente masculino de 27 años de edad; homosexual de preferencia pasiva (anal receptiva) principalmente. • Motivo de consulta manifiesto: interés en explorar los componentes emocionales y psicológicos que supone relacionados con la proctitis ulcerosa que le aqueja desde hace 5 años. • Los episodios de CUCI generalmente implicaban uno o dos meses de internamiento en lo que remitían con tratamiento de corticosteroides. • La amenaza constante de una aparición súbita de los síntomas mermaba la libertad del paciente para tomar decisiones que le

Infinidad de temas se fueron entretejiendo en torno a estos dos puntos a lo largo de las sesiones pero poco tardó en manifestarse como elemento central lo relacionado con la aceptación de su elección de objeto y su identidad homosexual. A este respecto surgen cuatro elementos primordiales para el postulado de este trabajo: 1) La idea del sexo anal en un inicio le generaba asco y repulsión. 2) Rasgos obsesivos relacionados con la limpieza y la aversión a la suciedad (relacionado claramente con el punto anterior). 3) Una marcada resistencia para contactar con los sentimientos, traducida incluso en una clara dificultad para encontrar palabras para describir los sentimientos una vez contactados. 4) Claros rasgos narcisistas que, entre otras cosas, se manifiestan en la necesidad de verse y sentirse atractivo para excitarse durante el acto sexual. 23


Tema central: Significados y símbolos en la somatización

En términos generales, la parte medular del trabajo terapéutico se centró en descubrir los símbolos y significados inconscientes atribuidos al órgano afectado por la enfermedad psicosomática para así, a través de la palabra, llevarlos a la consciencia y dotarlos de voz junto con los conflictos y angustias que, en un inicio, motivaron su represión. Al dar voz patente y consciente a dichos símbolos y conflictos, el cuerpo se ve liberado de la tarea de tratar de comunicar, a través de una metáfora evidentemente dañina, aquello que la mente no lograba –o no quería– poner en palabras. Resultados del tratamiento A lo largo del tratamiento no se volvió a presentar un episodio de CUCI tan intenso que lo llevara a internarse, aunque sí lo suficientemente intenso como para requerir largos periodos de tratamiento farmacológico con corticosteroides. Tras un año de tratamiento era evidente que la intensidad y frecuencia de dichos episodios iba en descenso y actualmente –dos años más tarde– los episodios se presentan una o dos veces al año con una afectación mínima de su rutina habitual y en ocasiones pueden ser controlados sin la necesidad de corticosteroides. Así mismo, los episodios de impotencia sexual desaparecieron y la capacidad del paciente para disfrutar y alternar entre una postura activa (anal insertiva) y pasiva (anal receptiva) dentro de sus relaciones sexuales constituye ya una práctica habitual y satisfactoria. De la mano de esta patente y sostenida mejoría, la libertad del paciente para tomar decisiones que fomenten su desarrollo personal y profesional le ha permitido avanzar en su carrera profesional y en su independencia respecto de la casa paterna (y en particular de la figura materna), solidificando también su relación amorosa con quien desde hace más de cinco años es su pareja y con quien vive desde hace tres años.

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Disusión y Conclusiones

Significados y Símbolos del CUCI en el hombre homosexual: Para Lacan (1975) el Yo es una representación de todas esas ideas que tenemos acerca de nosotros mismos y con las que nos comprometemos “hasta las últimas consecuencias” (Torres, 2011)… “yo bueno”, “yo malo”, “yo homosexual”, etc. Pero estas denominaciones que expresan y describen lo que consideramos que somos, existen porque son puestas en palabras y, como tal, provienen del lenguaje que es lo que permite dar significado a las cosas y de tal forma de diferenciarlas, identificarlas y hacerlas propias. En otras palabras, sin este significado y desde la postura lacaniana, nada existe, al menos no en la mente del sujeto, y si no está en la mente no forma parte de la propia realidad. Es así que, en términos de representaciones mentales “no se nace con un cuerpo” (Soler, 2010 en Torres, 2011) sino que se le construye poco a poco al ir significando el propio organismo. Esta significación involucra al orden imaginario, y de lo imaginario al orden simbólico que implica al lenguaje como una metáfora de la realidad del invidduo De esta manera, la mente atribuye carácter simbólico a cualquier elemento, incluyendo evidentemente al cuerpo. Es así que la conversión escapa de la jaula de lo autónomo y estriado para ser factible en cualquier órgano cuando el significado,


Tema central: Significados y símbolos en la somatización

por medio de la metáfora, adquiere un carácter simbólico de lo sexual, como es el caso del hombre homosexual para quien, tanto en lo real como en lo imaginario y en lo simbólico, el recto constituye un órgano sexual. De tal suerte que sería erróneo considerar al CUCI una somatización o regresión psicosomática y no una suerte de conversión más de carácter histérico o, incluso, una manifestación de carácter angustioso o fóbico en la que aparecen los mecanismos del sueño: simbolización, condensación, desdoblamiento y desplazamiento y que se manifiesta de manera sindromática con un conjunto claro de síntomas y signos. En cualquier caso, y a diferencia de las somatizaciones, regresiones psicosomáticas u organoneurósis, la capacidad simbólica es preservada, aunque su significado escape a la consciencia por la represión y deba ser rescatado del inconsciente a través de la palabra. Obsesividad y psicosomática: Sigmund Freud (1923) plantea la existencia de las pulsiones de vida –eros– y las pulsiones de muerte –tánatos–; éstas últimas aseguran, según Freud, al organismo un “morir a su manera” y no víctima de peligros o circunstancias externas. En las enfermedades psicosomáticas resulta clara esta influencia de tánatos, al llevar al individuo, de manera inconsciente, a una situación de autoagresión –también relacionada con las enfermedades autoinmunes– que, en un grado extremo, le permitiría sucumbir de causas internas y, por tanto, “en su control” lo cual se relaciona también con la obsesividad que consideramos puede fomentar la tendencia a somatizar.

En otras palabras, y recurriendo al mito griego de Eco y Narciso, podemos decir que el cuerpo hace las veces de Eco, que se consume poco a poco por dar voz a lo que Narciso –la mente– no quiere ver; el cuerpo entonces expresa lo que la mente reprime.

Consideración final Es evidente que para llevar los postulados del presente trabajo a un plano estrictamente científico es necesaria mayor investigación formal. Sin embargo, en el ámbito de la práctica clínica y a la luz del marco teórico psicoanalítico, los resultados del tratamiento en el caso aquí expuesto, sugieren que en este, como en otros casos, la atención del terapeuta quizá debe salir de las convenciones y posarse en la posibilidad de descubrir y trabajar significados y símbolos que subyacen al origen y/o fortalecimiento de determinada sintomatología que, usualmente, habría de ser considerada una órgano-neurosis sin la posibilidad real de ser simbolizada. Bibliografía: Aisenstein, M. y Rappaport, E. (2010). Psychosomatics Today: a psychoanalytic perspective. Karnac Books, Ltd.: London Cullman, E. (1938) Ulcerative colitis, clinical aspects. Brit. 0. J. 2, 1351

Narcisismo y psicosomática: Al igual que en el punto anterior y retomando a Sigmund Freud (1920), la energía dedicada a la auto-admiración (de sobre manera patente en el caso clínico aquí expuesto) típica del narcisista, merma las pulsiones de vida, fortaleciendo a las pulsiones de muerte que, como ya se explicó en el párrafo anterior, en su intento de auto-conservación y llevadas a un extremo, arremeten contra el propio cuerpo.

Daniels, G. (1940) Ulcerative colitis associated with hysterical depression. Psychosomat. Med. 2, 276 Dethlefsen, T. y Dahlke, R. (1983). La Enfermedad como Camino. Recuperado el 9 de Mayo, 20013. Disponible en: www. bibliotecapleyades.net/ciencia/enfermedad_camino/enfermedad_ camino.htm#Contenido Dolto, F. (1994). La imagen inconsciente del cuerpo. Paidós: Argentina Fenichel, O. (2006). Teoría Psicoanalítica de las Neurosis. Paidós: México Freud, S. (1923). El Yo y el Ello. Amorrortu: Argentina Lacan, J. (1995). Seminario del 8 de mayo de 1975. Paidós: Argentina Freud, S. (1973). Tres ensayos sobre una teoría sexual. Biblioteca Nueva: España

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Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

McDougall, J. (1987). El padre muerto -o- El trauma psíquico temprano y su relación con los trastornos de la identidad sexual y la actividad creativa. Revista de Psicoanálisis, XLIV, 935-963

En psicoanálisis, al hablar de patología del cuerpo, usualmente se piensa en una conversión Smadja, C. (2013). Los modelos psicoanalíticos de la psicosomática. histérica y en una psicosomatización, por lo Biblioteca Nueva: España que exige la necesidad primaria de hacer dicha Sullivan, A. (1932) Ulcerative colitis of psychogenic origin. Yale J. Biol. diferenciación. El inconsciente está conformado & Med. 4, 779 por el inconsciente reprimido y el inconsciente Torres, D. (2011). El cuerpo habitado: en torno a Freud, Lacan y Zizek. Replicante. Recuperado el 7 de Mayo, 2013. Disponible en: http:// propiamente dicho, el cual nunca fue consciente revistareplicante.com/el-cuerpo-habitado/ y por lo tanto nunca fue reprimido. Referencias de imágenes: En el primero surge el síntoma conversivo, aquel material que debido a su contenido sexual [Dibujo de Intestinos]. (s.f.). Recuperado de: http://www.inmusys. com/online/colitis-ulcerosa/ fue reprimido y al no encontrar una descarga Miller, D. (s.f.). [Pintura de hombre azul dando la espalda]. psíquica es descargado en una parte del cuerpo Recuperado de: http://www.huffingtonpost.com/2013/01/05/artistdutes-millers-in-the-garden-homosexuality-queer-art_n_2410381.html que está ligada a la representación. Debido a las Schreber,P.(s.f.). [Ilustración del funcionamiento del lenguaje represiones que han tenido lugar, el relato connervioso]. Recuperado de: http://nelmaracay.blogspot. versivo no tiene una continuidad temporal sino mx/2010_06_01_archive.html que es fracturado e incompleto. El cuerpo está [Pintura de Eco y Narciso]. (s.f.) Recuperado de: http://comichistorietas.blogspot.mx/2011/01/el-mito-de-eco-y-narciso-en.html erogenizado e inscrito en una representación pictogramática, por lo que al haber una descarga ésta se da en el lugar que ha sido inscrito en dicha representación. Para ejemplificar brevemente esto, recuerdo el caso de una mujer de 50 años con muchas dificultades referentes a la identificación femenina y al vínculo. La paciente había renegado Por Liza M. Zachrisson | lzachrisson@ufm. cada uno de sus embarazos durante siete meedu ses; posteriormente, tras la partida de su única os trastornos psicosomáticos que acomhija mujer debido a embarazos no deseados de pañan frecuentemente las patologías ésta, la paciente desarrolla varios malestares en narcisistas, tienen un papel titular en partes del órgano reproductivo. Aquí vemos un la clínica actual. Dada su importancia inaucaso conversivo en el que el síntoma corporal guramos este espacio para abordar su génesis, se presenta en un lugar que está ligado a la representación en clínica y elementos importantes presentación psíquica. para su abordaje, acompañado por un caso que Por otro lado, en el segundo componente permita su ilustración. del inconsciente antes Tras iniciar una inmencionado, el inconsLa somatización surge ciente teresante aventura en el propiamente dicho, estudio de las patologías como una defensa psíquica no reprimido, es donde psicosomáticas, abro este temprana ante el exceso de observamos el síntoma soespacio para la iniciación ya que el material de un tema que me parece tensión que no puede ser mático no ha sido representado, de suma importancia en la procesado ni soportado la energía no ha tenido actualidad y que me genera por el psiquismo, debido a descarga psíquica pero un gran interés: buscando encuentra su descarga en abrir cuestionamientos y que no hubo un objeto pri- una parte del cuerpo que espacios de estudio, aún lemario que cumpliera estas no está asociada a ninguna janos de conclusiones. representación ya que ésta funciones.» no existe. Este cuerpo no

De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo: la patología psico-somática

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Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

ha sido investido psíquicamente, por lo que se inscribe de manera anatómica, respondiendo al plano biológico, en el que no se juega la subjetividad, careciendo de simbolismo y elaboración psíquica. Debido a esta falta de inscripción y ausencia de subjetividad, el discurso duplica lo fáctico sin inscribir situaciones dolorosas psíquicas ya que éstas han sido evitadas, por lo que encontramos un discurso lógico, cohe-

rente y temporalmente exacto. Ahora, ¿por qué sucede esto? La somatización surge como una defensa psíquica temprana ante el exceso de tensión que no puede ser procesado ni soportado por el psiquismo, debido a que no hubo un objeto primario que cumpliera estas funciones. La madre, en su propia fragilidad narcisista, no logró inscribir psíquicamente al bebé debido a que no toleraba la angustia generada por un cuerpo

ajeno al que no podía controlar ni comprender. Siendo incapaz de ayudar al niño a inscribir sus propios procesos somáticos en el psiquismo, no logra libidinizar el cuerpo del niño. Por lo tanto, se constituye un objeto primario poco confiable y, en el sentido kleiniano, es percibido como un objeto malo que agrede, persigue, desampara y aumenta la angustia persecutoria del niño. Este objeto no metaboliza los estímulos internos y externos, ni las propias sensaciones del niño, no crea el espacio transicional junto con el niño para que éste pueda soportar la realidad, no encuentra al niño en el área de la ilusión necesaria para que éste pueda posteriormente desilusionarse y percibir objetivamente la realidad; por lo que se sostiene la escisión de psique y soma, escapando contantemente de un cuerpo que no logra habitar y que, por lo tanto, lo experimenta como externo, es un no-yo utilizado para eliminar el exceso de carga que no logra elaborar. Así, de acuerdo a Bion, las somatizaciones quedan como impresiones sensoriales y experiencias emocionales que no son transformadas, quedan como elementos beta, sin acceder a la función alfa en la que se simbolizarían dichos elementos para apartarse del mundo perceptivo sensorial y ser almacenadas mentalmente. Según Donald Meltzer, estos elementos beta que no logran procesarse quedan como sustancias tóxicas que se acumulan, provocando experiencias emocionales que sobrepasan la capacidad elaborativa del sujeto. La ausencia de la función cometabolizadora no permite que se inscriban los traumas psíquicos propios de la infancia, quedando como traumas puros que dejan agujeros no historizados, motivo por el cual no pueden ser recordados ni olvidados ya que no han sido registrados, retornando como una memoria sin recuerdo a través de actos en el cuerpo. Dichos traumas son previos a la palabra, por lo que nunca fueron preconscientes y, por lo tanto, no pueden ser recordados, simbolizados o fantaseados. Esto es el terreno de lo no representable que está ausente de figurabilidad, sentido, ligadura, investidura: terreno en el cual se queda el paciente sin ad27


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

quirir dichas capacidades, por lo que los excesos pulsionales (fanáticos) generan rupturas que no pueden ser tramitadas y terminan como una descarga a través del pasaje al cuerpo. Al estar ausente de dichas funciones, el sujeto repite en el intento de crear ligaduras, sin embargo, no es capaz de reconocer su cualidad repetitiva, por lo que suele ser percibido únicamente por el observador externo. Estos pacientes quedan sujetos al comportamiento debido a la pobre capacidad representacional sin poder manipular objetos internos porque quedan aferrados defensivamente a objetos externos, dejando un vacío interno que no permite establecer ligaduras para resolver conflictos. Esta dependencia del objeto externo aumenta su fragilidad y vulnerabilidad somática. Consecuentemente, cuando son descalificados o abandonados por sus objetos, principalmente objetos de amor, experimentan tensiones intramitables que no logran ser contenidas por la representación, por lo que se desborda el conflicto en el cuerpo. Así el paciente responde ante las pérdidas que le remiten al vacío narcisista con una inhibición de las funciones mentales, aferrándose a lo concreto de la realidad y del cuerpo, sin lograr la ligadura y representación necesaria en los trabajos de duelo. Por esto, encontramos gran cantidad de duelos no procesados. La compulsión repetitiva que surge de esto le revive el fracaso vincular primario, experimentando de nuevo el desamparo y agregándose ahora el sentimiento de desesperanza ya que la pérdida del objeto es vivida como una pérdida irreversible, repitiendo la escisión primaria en la que experimenta un sufrimiento extremo, desesperación y desvalimiento ante el objeto malo que lo agrede al abandonarlo. A la vez que observamos el fracaso de la función materna, 28

percibimos la ausencia paterna, aquel que estaba más pendiente de la madre, otro hijo, el trabajo, etc. Esta falta de holding constituye un falso self como un recurso sobreadaptativo del niño ante el fracaso vincular para ocultar y proteger las deficiencias del verdadero self. Este falso self usualmente va acompañado de grandes logros profesionales y académicos que intentan tapar los vacíos psíquicos. Ahora, la manera en la que el sujeto transita y decide resolver la dependencia al objeto va a marcar la enfermedad bajo la cual elige organizar su propia identidad. Por lo tanto, la patología pasa a un “ser” de la enfermedad, no del “tener”. Renunciar a esto implicará experimentar las vivencias de duelo, desintegración y vacío que deben ser tramitadas para logar una identidad organizada fuera de la enfermedad. ¿Por qué se presenta este paciente en la clínica? Ante su escasa percepción del propio sufrimiento psíquico, éste no acude con una demanda propia, sino es referido por médicos, familiares, amigos, etc. que reconocen las señales de alerta que ellos no perciben. Los observamos con un pensamiento concreto, con escasa capacidad metafórica, fantasmática, representacional, figurativa, pocos sueños, asociaciones referentes al proceso secundario y al principio de realidad, discursos temporalmente coherentes y lógicos y con alta tendencia a la intelectualización. Al iniciar el proceso analítico con estos pacientes podemos observar dos tendencias. En la primera no se desencadena el análisis, no aparece una transferencia ya que el analista queda como un objeto excluido debido a la fuerte resistencia que tiene el paciente por establecer una transferencia de dependencia. Joyce McDougall se refiere al “anti-analizando” con el cual percibimos una sensación de vacío


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

en la transferencia, ya que no hay expresión emocional en la transferencia. Al realizar interpretaciones éstas las percibe el paciente como una locura del analista. Por el otro lado, en el segundo caso encontramos pacientes que realizan rápidamente una regresión fusional en la que se instala, desde el inicio, una dependencia al objeto del analista. En ambos casos notamos la dependencia del paciente al objeto y los grandes temores que surgen ante el peligro que experimenta el paciente por depender de nuevo a un objeto cuando el primario fue tan poco confiable. En dicha transferencia se juegan tres elementos importantes: primero, la regulación de la distancia entre la representación mental que tiene de sí mismo y la que tiene del objeto, utilizando los eventos somáticos para crear o recrear distancia psíquica cuando experimenta el peligro del aumento de tensión; segundo, la manipulación inconsciente de la realidad o través de la enfermedad, y tercero, las ansiedades inconscientes que surgen ante algún aspecto del tratamiento las cuales quiere evitar a través de no adherirse

A diferencia de los síntomas conversivos en los que utilizamos las interpretaciones, en los síntomas psicosomáticos no es conveniente utilizar la interpretación debido a que corremos el riesgo que el paciente utilice sus defensas de racionalización e intelectualización debido a la estructura racional que los rige.» al análisis y así mantener la escisión. Joyce McDougaii propone evaluar la analizabilidad del paciente de acuerdo a la posibilidad de percibir su propio malestar psíquico y el interés que tiene en el autoconocimiento. Usualmente este interés va a estar limitado por la escisión psique-soma, el pensamiento concreto,

la escasa capacidad de simbolizar y la tendencia a valorizar las soluciones prácticas. Frente a las necesidades que presenta el paciente somático debemos configurar un encuadre tomando en cuenta la matriz activa y el estuche que propone Green. El estuche debe ser flexible, lo cual implica los aspectos variables del encuadre (como la frecuencia y duración de las sesiones, el uso de diván o sesiones cara a cara) pero sin verse afectada la matriz activa, que se refiere a la parte constante del encuadre (como la asociación libre del paciente y la atención flotante del analista). Es de particular importancia el desarrollo de sesiones cara a cara debido a las problemáticas narcisistas presentes en estos casos, por lo que requieren de la presencia y mirada del analista que les invista y les provea de un sostén narcisista que permitirá, entre otras cosas, la reconstrucción o construcción de la imagen de sí mismo. También nos vamos a topar con un mal manejo del silencio analítico, ya que éste les remite a la sensación de vacío y de desamparo primario, y con una necesidad constante de ser estimulados por el analista para asociar libremente. La cercanía que siente del analista al estar pendiente de él y sus necesidades o ansiedades transferenciales contribuyen a la configuración del objeto confiable. A diferencia de los síntomas conversivos en los que utilizamos las interpretaciones, en los síntomas psicosomáticos no es conveniente utilizar la interpretación debido a que corremos el riesgo que el paciente utilice sus defensas de racionalización e intelectualización debido a la estructura racional que los rige. Cuando nos encontramos en el campo de las psiconeurosis notamos la falta significante de la castración, sin embargo en la patología somática la falta es representacional debido al vacío psíquico. Esto exige mayor creatividad por parte del analista para intervenir de formas distintas que en lugar de brindar un significado al acto, brindan una descripción de lo que hace surgir la tensión para inscribir una escena en lugar de un agujero. Al surgir el acto podemos transferencialmente remitir a la inscripción, otorgándole cierta representabilidad, utilizando la transferencia 29


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

especular que propone Kohut para reflejarte sus emociones, percepciones y sensaciones en un lugar que sea lo suficientemente cercano para que el paciente lo pueda tomar, pero lo suficientemente lejano para que le brinde mayor figurabilidad. La capacidad del analista de contener al paciente es imprescindible, especialmente por la sensibilidad particular que tienen estos pacientes para detectar este elemento en el otro. Esto hace fundamental que el analista pueda brindar contención, holding y reverie ya que sólo estos elementos permitirán que se desencadene el proceso analítico y trabajar en las deficiencias narcisistas. En la medida que el paciente experimenta un objeto bueno, en el sentido kleiniano, el cual careció en su infancia, se fortalece el Yo frágil, se extrae del desamparo experimentado y se calma la angustia persecutoria. Sólo introduciendo el objeto bueno podremos preparar el campo para una posterior integración y surgimiento de un objeto suficientemente bueno. Con esto, se empieza a inscribir el análisis y al analista como un objeto confiable. Además de instaurar un objeto confiable, es necesario empezar a introducir la transicionalidad la cual permitirá disminuir la escisión y empezar a intermediar entre la realidad interna y externa, entre psique y soma. Conforme empezamos a configurar estos espacios tradicionales trabajamos la capacidad del paciente para representar, simbolizar, soñar y fantasear. Esto reactiva los trabajos de duelo que han quedado congelados. De acuerdo a César y Sara Botella, en ese espacio transicional se realiza el trabajo de figurabilidad en el que se crea una fantasía inconsciente entre analista y paciente, por medio de una regresión formal del pensamiento del analista durante la sesión, que permite revelar el material no representado del paciente y empezar a generar una representación e iniciar la historización del trauma para hacer de esto una historia y no una repetición. Este proceso de historización presenta grandes dificultades que pueden interrumpir el análisis, en la mayoría de casos de forma temporal, para ser luego reanudado. Aunque nunca 30

finalizará el trabajo de aceptación de la realidad porque siempre habrá tensión de vincular la realidad interna con la externa, crear una zona en la que se pueda vivir como una experiencia y no una disrupción, contribuye a la constitución del objeto suficientemente bueno. Un objeto el cual pueda brindarle sentido a sus descargas motoras, emociones y somatizaciones para proveerle una significación primaria: restituyendo

los vínculos con la realidad psíquica. A través de las construcciones historizamos las vivencias traumáticas primarias intolerables para el paciente. Debido a que estas vivencias surgieron en un campo pre-verbal las construcciones inician en la mente del analista de forma pre-verbal por medio de la percepción corporal, originaria. A medida que el paciente adquiere más capacidades representacionales podemos ir transfiriéndolas al plano verbal. Por medio de la construcción el analista piensa lo que es impensable para el paciente, pone palabras a lo que no las tiene, brinda sentido a lo que no ha sido simbolizado. Con el uso de estas herramientas trabajamos la posibilidad del paciente de reaccionar ante los actos somáticos como acontecimientos que integran los componentes afectivos, fisiológicos y conductuales que inicialmente fueron escindidos, implicando la renovación de la relación del sujeto consigo mismo como un ser integrado y el vínculo con la realidad y sus objetos que


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

ahora son percibidos de manera más confiable e integrada. Estos logros inauguran al paciente en el campo representacional donde rompemos la compulsión repetitiva, el pasaje al cuerpo/acto, investimos el daño somático, fortalecemos un Yo que ya puede contener las fantasías sádicas, erogenizamos el cuerpo, metabolizamos el dolor orgánico y narcisista que surge tras la pérdida de la impotencia que despierta el enfermar y brindamos un reencuentro con lo social, inaugurando un nuevo vínculo con lo realidad y sus objetos. En esta inauguración permitimos un encuentro entre paciente y analista, la posibilidad de estar a solas en presencia de un objeto suficientemente confiable. Para ejemplificar esto en la clínica relato datos de un caso de un chico de 16 años que acude a consulta referido por su médico debido al lento progreso que tiene en la recuperación de una cirugía realizada unos meses antes. A lo largo de las primeras consultas el paciente me relata los múltiples golpes accidentales que ha tenido durante su vida, los cuales todos llevan a la inmovilización (médica) temporal

de dicha parte del cuerpo. Estos “accidentes” ocurren al realizar actividades deportivas, que son el principal interés del paciente. Él explica que en esos momentos pierde el control de su cuerpo, se le “va el brazo”, su “cuerpo se va de frente”, se “resbala el pie”, etc. Todos estos sucesos son relatados como acciones que realiza el propio cuerpo separado del sujeto. A pesar de los múltiples “accidentes” el chico nunca había sido operado hasta esta lesión, lo cual ocurre meses después de una migración precipitada. Al realizarse esta migración de manera abrupta en la que lo sacan del colegio los padres y se muda la familia a otro país, el paciente revive de nuevo el desamparo y angustia persecutoria primaria. Este rompimiento de los lazos amistosos, los únicos objetos que para este chico habían tenido cierta confiabilidad se presentan en una edad en la que tienen tanta importancia los pares por lo que hace un pasaje al cuerpo a través de una desligadura de un ligamento de lo pierna. Este evento rompe la continuidad que ha caracterizado hasta ahora al chico, quien dice que recuerda todo con mucha “exactitud”, sin 31


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

embargo los meses posteriores a la operación pierden claridad y generan muchos agujeros mnémicos. Él explica que va a todos sus tratamientos médicos y luego a su casa pero no recuerda mucho de ello, “es como si sólo estuviera en cuerpo, estoy sin estar”. Tras las vivencias de desamparo, impotencia y persecución revividas en la incapacidad de movilizarse por sí mismo, de hacer actividades sólo y las constantes persecuciones del médico en búsqueda que el chico mejore, se acentúa aún más la escisión psique-soma y los tratantes médicos como objetos malos. Ante dicho escenario trabajamos de manera interdisciplinaria (abordaje esencial en todos los casos psicosomáticos)6 con lo cual logramos que el paciente rehabite (dentro de lo posible) su cuerpo y empiece a recordar lo

transcurrido en las consultas. En el inicio del tratamiento terapéutico, aún no analítico, no desea darme su número telefónico ni tomar el mío para cualquier contacto necesario, evitando la dependencia objetal y desconfiando de mí, ya que yo también soy inscrita como un objeto malo. Tras el transcurso de varias sesiones y proveerle de un sostén y darle significación a sus sensaciones y emociones, se empiezan a desplegar transferencialmente la impotencia, desesperanza, aburrimiento y soledad que experimenta el paciente tras no 32

poder realizar las actividades deportivas que acostumbraba, relatando con exactitud lo que hace cada día al estar en su casa solo y sin nada que hacer, aumentando sus angustias primarias. A través del reverie empiezo a detectar estos mismas sensaciones de impotencia de no saber qué decir, cómo intervenir, etc. por lo que empiezo a apalabrarlas. Tras un tiempo transcurrido él logra empezar a hablar sobre el enojo que siente que su madre no lo acompañe a sus tratamientos, que se vaya porque no tolere escuchar sus gritos de dolor en las fisioterapias, sobre el vacío que siente cuando aparecen los silencios. Hablar de esto es posible en la medida que percibe que yo sí puedo escuchar esto y acompañarlo. De la misma manera empieza a relatar las pocas actividades que hace en casa para “escapar de la soledad”, con los videojuegos y películas de fantasía que le hacen sentir que está en otro lugar. Esto también se manifiesta en los escasos silencios que permite en el consultorio. Logra empezar a hablar de la “molestia” que le causa que la madre lo culpe por todos los errores que suceden en la casa (yo que durante el día el es el único que se encuentra en ella), que no le responda las llamadas cuando él la busca y que el padre no lo defienda ante la madre. Por medio del sostén y reverie se va calmando la ansiedad del paciente iniciando cierta figurabilidad y sensación de acompañamiento, y él empieza a salir de casa para descubrir nuevas actividades que disfruta además del deporte, inicia clases de guitarra y cursos de fotografía. Aunque en éstas se sigue marcando el vínculo persecutorio que experimenta cuando los profesores o compañeros “se meten mucho”, logra empezar a reconocer cierta confiabilidad en los médicos, posibilitando el avance en su recuperación médica. A pesar que continúa mostrando la escisión con su cuerpo, al explicar que ciertos estímulos en su pierna continúa sin sentirlos, disminuyen los ‘‘deslices” que tiene al caminar ya que empieza a hacer un esfuerzo significativo por percibir lo que está haciendo con su cuerpo. Explica que siente que ha aprendido a caminar de nuevo, no


Tema central: De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo

Referencias: 6 La necesidad de realizar un trabajo multidisciplinario remite a la necesaria integración que debe hacer el paciente entre psique y soma. En lo medida que sostenemos una lucha entre profesionales aportamos a la escisión del paciente de cuerpo y mente.

Bibliografía: Aisemberg. E. (2011). Abordaje clínico al paciente somático. ¿Psicoterapia o psicoanálisis? En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraido el 21 de noviembre de 2011 del sitio web de Asociación Psicoanalílica Argentina: http://a pa.org.ar/ Botella, C. (2006). Sobre el trabajo de figurabilidad. Recuperado de: http://sppa.org.br/boletim_eletronico/administracao/arquivos/ Sobre_la_Figurabilidad_BOTELLA_-_SPPA_-_set_06.doc?id_ noticia=33 D’Alvia, R. (2011). Los modelos freudianos en la psicosomática contemporánea. En curso Trastornos Psicosomáticos Extraído el 12 de septiembre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/ Devoto, T. (2011). La técnica psicoanalítica en paciente con trastornos somáticos. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 26 de septiembre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/

se había percatado nunca de la dificultad que implica un movimiento de talón-punta hasta que el médico le explicó que esas sensaciones de “resbalarse” al caminar se debían a que no daba los pasos adecuadamente. Aunque las relaciones objetales continúan prevaleciendo como un vínculo persecutorio en el que los amigos le hablan tanto en clase que no lo dejan trabajar, la exnovia que dejó en su país de origen le escribe mucho en el celular, los profesores de guitarra y fotografía le dicen mucho qué hacer; ya se va inscribiendo un objeto confiable en los médicos y en mí. Aunque aún queda un largo camino en este tratamiento, han transcurrido, de forma lenta, avances que permiten la posibilidad de un trabajo y una disposición del paciente a realizarlo. Sobre la autora: Licenciada en Psicología Clínica magna cum laude de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) en Guatemala. Co-fundadora y miembro del Consejo Editorial de Revista Lúdica. Docente auxiliar de las cátedras de Técnicas en Psicoterapia, Técnicas Proyectivas y Terapia Sistémica en UFM. Actualmente cursa el título de Experto en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud y de la Universidad de San Jorge (Zaragoza, España). Ha publicado “Consideraciones clínicas sobre la inundación de TDAH” en Revista Lúdica (1a. Edición, enero 2012). Entrevistas “Lo lúdico del amor” en colaboración (http://www.elperiodico.com.gt/es/20121203/ salud/221449/) y “Silencios que gritan” (http://www. elperiodico.com.gt/es/20120723/salud/215437/). Se desempeña en práctica privada en Guatemala.

Eckell de Muscio. I.S. (2011). Trauma, duelo cuerpo. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 24 de octubre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/ Ftschbein. J. E. (2011). Los psicosomáticas hoy. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 10 de octubre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/ Kachinovsky. C. y Schkolnik. F. (1999). Entrevista a César Botella. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, 90. Recuperado de: www. apuruguay.org/apurevista/1990/1688724719999014.pdf Liberman, D., Atscmberg, E., D’Alvia, R., Dunayevich, J., Fernández-Moujon, D., Galfi, V., Maladesky, A. y Picollo, A. (1982). Sobreadaptación, trastornos psicosomáticos y estadios tempranos del desarrollo. Revista de Psicoanálisis. Vol. 39. No. 5. Maladesky. A. (2011). Vulnerabilidad psicosomática. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 21 de octubre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/ Winnicott. D. (1949). La mente y su relación con el psiquesoma. En Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona: Paidos. Winnicott. D. (2008). Realidad y juego. (2a ed.). Barcelona: Gedisa.

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La entrevista Entrevista a la Dra. Patricia Chavero Por Iris A. Reyes. Transcripción por César A. Tovar

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ómo y por qué surgió su interés por la investigación en lo que es el duelo y la psicomatización? Bueno, fundamentalmente por la clínica, por ver muchos pacientes que tenían estas problemáticas y que había algo que no se podía hablar, que tenían que ver con pérDra. Patricia Chavero Psicóloga, egresada de la didas anteriores, secretos, que tal Universidad de Buenos vez no les habían sucedido a ellos Aires (UBA). Psicoanalista directamente, sino a sus padres, a y miembro adherente de la sus abuelos. O sea que, en las geneAsociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especia- raciones anteriores habían ocurrilista en niños y adolescentes do situaciones traumáticas que les (APA). Docente y superviso- afectaban en sus vidas, entonces, ra en la especialidad en niños cuando escuchaba en el consultorio y adolescentes del Colegio ese tipo de problemas, empecé a inde Psicólogos, Distrito XII, dagar y a investigar con cada uno Quilmes, Provincia de Buey por eso empecé a pensar en las nos Aires. perdidas y las situaciones de duelo.

Y dentro de su investigación ¿qué relación pudo establecer entre ambos conceptos: duelo y psicomatización? Bueno que, justamente, en la mayoría de los casos, eso que se silencia, esas pérdidas de las que no se hablan, uno de los destinos posibles es el cuerpo. En otros casos produce psicosis, en otros casos produce accidentes o trastornos narcisistas, pero el cuerpo es uno de los destinos posibles y eso me pareció muy interesante. En el trabajo clínico ¿cuál sería la diferencia entre trabajar con niños y adultos, estos procesos del duelo y la somatización? Mira, básicamente, que cuando trabajas con niños tienes que contar con la presencia de los padres que son los que van historizando y van trayendo los datos; pero más allá de esto, el trabajo con niños es diferente en cuanto a la técnica. Ahora bien, los niños también traen síntomas, ya sea dificultades de aprendizaje, síntomas en el cuerpo, dificultades en la relación con los compañeritos y esto también habla de situacionestraumáticas, o sea que el punto de partida para investigar esto, es el mismo, tal vez lo que difiere es la técnica. ¿La transferencia como se trabaja en ambos casos, tanto con niños como con adultos? Bueno con adultos es el concepto clásico de transferencia y contratransferencia, yo adhiero a los conceptos psicoanalíticos freudianos. Y con los niños, digamos que la diferencia es que la transferencia también está ligada al vínculo con los padres, el analista tiene que hacer transferencia con los papás y es un elemento fundamental, porque si no no tendríamos la posibilidad de que los niños lleguen al tratamiento, o sea que a veces uno hace una transferencia con el niño y una transferencia con los padres. Es la única manera de poder hacer un buen trabajo.

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La Entrevista: Dra. Patricia Chavero

¿Se ha encontrado con algo específico que diferencie la transferencia que se presenta en estos casos en que se trabaja el duelo que se manifiesta a través de la psicomatización? No, en líneas generales, con la transferencia no, vemos siempre ubicados en un lugar, en donde el paciente muestra su resistencia pero también su deseo de curarse. No hay, básicamente, con el tema especifico de duelos, algo distinto en la transferencia. Sí creo que uno tiene que aportar más palabras, que uno tiene que construir más que interpretar con el paciente, porque se trata de situaciones que están silenciadas. Y en los niños, tal vez sea más fácil acceder porque a través de juego uno puede ver eso que está como en código, ¿no?, de una manera muy enigmática; lo que el paciente adulto no puede poner en palabras, el niño lo trae en el juego, a veces mucho más claramente.

dolor. Entonces me gustaría que ella también sea parte de esto, ya que no pudo viajar, pero que quede en la entrevista como alguien que es una pionera en este tipo de investigaciones. Referencias de imágenes: Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2014). [Fotografía de la Dra. Patricia Chavero con suéter azul] Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2014). [Fotografía de la Dra. Patricia Chavero con suéter rojo] Tovar, C. / Revista SuiGeneris (2014). [Fotografía de la Dra. Patricia Chavero hablando por micrófono]

En su taller y conferencia comentó a cerca de la repetición histórica generacional en estos casos.¿Qué podría ampliar en relación a esto? Claro, mira, me parece que es fundamental y que yo en la conferencia lo que decía, el tema de la transmisión trans-generacional es algo que deberíamos poder ver en cada análisis, fuera de o más allá de cuál es la patología, cuál es el diagnóstico. En cada análisis individual uno tiene que ver esta influencia en cada paciente, porque siempre los ancestros, a través del superyó y a través de todo lo que uno hereda, están presentes en cada paciente; entonces me parece que este es un punto de vista muy enriquecedor y novedoso. Y una cosita más, que me gustaría que quede agregada, es que todas éstas investigaciones en Buenos Aires, las hicimos en equipo, no soy yo sola, sino que tenemos un equipo de personas. Y que ahí, así como ustedes le dicen maestros a sus maestros, yo también tengo una maestra con la que aprendí mucho, que me gustaría que quede en la entrevista, que es Martha Mosner, una miembro didacta de APA y que ella tiene una teoría que es la que yo traje aquí sobre el sentimiento de 35


Entrevista a Ruben Zukerfeld Por Iris A. Reyes

¿P Ruben Zukerfeld Médico psicoanalista. Miembro Titular en función didáctica de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis (SAP) y Miembro Titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Fullmemeber de la International Psychoanalitical Association Profesor Titular y coordinador de investigación del Master en Psicoanálisis .Universidad del Salvador y Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) Profesor del Master de Psiconeuroinmunendocrinología de la Universidad Favaloro. Miembro Fundador y Profesor del Instituto Psicosomático de Buenos Aires. Miembro Fundador del Capítulo de Trastornos Alimentarios y Cultura Contemporánea de APSA Autor de varias investigaciones, libros y artículos sobre la especialidad.

or qué es importante el sustento epistemológico y metodológico para la investigación desde el psicoanálisis y cómo lo ha hecho usted? Creo que es importante para el futuro del psicoanálisis lograr una inserción más definida en el campo de las ciencias. Para ello estimo que es necesario estudiar los problemas de la clínica y teoría psicoanalítica, teniendo en cuenta ciertos principios básicos epistémicos y metodológicos de la investigación sistemática, conceptual y empírica. Entiendo que es necesario establecer puentes entre la formación psicoanalítica y la universitaria con un perfil interdisciplinario para producir conocimiento. O sea, creo que es muy útil la fertilización cruzada entre los modelos tradicionales usados por distintas corrientes dentro del psicoanálisis y los de otras disciplinas afines. En última instancia pienso que la investigación en psicoanálisis offline (junto a la investigación clínica online) debiera lograr paulatinamente que el psicoanálisis deje de ser un movimiento y pase a ser una disciplina.

¿Cómo empezó a elaborar la concepción de la tercera tópica y vulnerabilidad? y ¿cuál es el objetivo de hablar sobre la tercera tópica freudiana en un congreso sobre psicosomática? Comencé junto con mi esposa Raquel a pensar en la propuesta de Andre Green en sus reflexiones sobre los pacientes fronterizos, «las locuras privadas» y el papel de la escisión como un mecanismo básico de la mente. Por otra parte, nuestra experiencia clínica en

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el campo de la psicosomática y de toda la patología no neurótica - no psicótica nos fue guiando hacia la necesidad de revisar las teorías que hasta ese entonces (en 1980) conocíamos. En ese sentido revisamos la obra de Freud nuevamente y la de varios post-freudianos, y encontramos numerosos indicadores relativos a la preocupación clínica y teórica por ampliar y desarrollar nuevas formas de pensar los modelos del aparato psíquico freudiano. Y por supuesto las derivaciones clínicas que eso implica. Hoy en día no podría hablar en un congreso sobre psicosomática sin tener en cuenta las nociones de trauma, narcisismo y en especial la de coexistencia de fenómenos del orden de lo reprimido con aquellos del orden de lo escindido, núcleo duro de la tercera tópica. ¿Qué críticas ha recibido sobre su propuesta de la tercera tópica freudiana y el concepto de vulnerabilidad? No hemos recibido críticas directas, pero sobre la tercera tópica ciertos colegas nos han planteado que podría no ser necesaria pues la segunda tópica tendría suficiente poder explicativo de los problemas clínicos. En cuanto a la noción de vulnerabilidad, sencillamente los colegas que usan de modo exclusivo el modelo de la conversión para explicar las manifestaciones somáticas, son aquellos a los que no les interesa el constructo de vulnerabilidad. ¿Se podría pensar que a partir de una tercera tópica pueda surgir una cuarta que explique otras formas del inconsciente? Podría suceder, especialmente en el campo del llamado psicoanálisis relacional, pero


La Entrevista: Ruben Zukerfeld

creo que produciría una suerte de saturación ontológica. Por otra parte, hay que recordar que el término tópica es freudiano y entiendo que su uso debiera seguir las reglas de la metapsicología que Freud planteó. Esto no quita que haya otros modelos legítimos del funcionamiento mental –por ejemplo Bion, Lacan, etc. – pero no son freudianos. En sus investigaciones, ¿qué aspectos considera importantes de investigar sobre «la vulnerabilidad»? Es importante estudiar en la clínica habitual, y a través de dispositivos de investigación sistemática, la relación entre adversidades infantiles y actuales con el grado de sostén infantil y actual, y con el grado de vulnerabilidad. Por otra parte, también considero muy importante investigar los grados de vulnerabilidad en su condición potencial –y junto a otros factores– de desarrollar patología comportamental o somática. Además, todo el campo de investigación sobre las memorias implícitas, procedurales y emocionales tiene íntima relación con lo que llamamos vulnerabilidad.

A nivel clínico privado, ¿cómo se puede trabajar con un paciente a quien se le considera vulnerable? No requiere condiciones especiales. En realidad la forma de trabajar es correlativa al conocimiento y convicción que se posea sobre un psicoanálisis con perspectiva interdisciplinaria donde se jerarquiza el vínculo y el campo analítico, la persona real del analista, la realidad externa, las nociones de déficit además de las de conflicto, el uso de distintos tipos de intervenciones y en especial el valor de la creatividad para la construcción de narrativas. ¿Cómo llegó a construir el concepto de subjetividad aquileica y cómo se puede trabajar en la clínica con este tipo de pacientes? El concepto surge a partir de la necesidad por un lado de profundizar la noción de sobreadaptación de Liberman y sus colaboradores, y por otro de diferenciar estas subjetividades de lo que llamamos desarrollos resilientes. El mito de Aquiles nos ha brindado una fuente metafórica de relevancia para dar cuenta de sujetos que frente a la adversidad impresionan como exitosos, pero que no han realizado transformación alguna. El trabajo con estos pacientes es muy difícil porque en realidad no consultan –se sienten invulnerables, sin registrar su talón–. Lo hacen recién cuando sucede un quiebre en sus vidas y allí empieza una ardua tarea de disminución de omnipotencias, de conexión con la interioridad, de búsqueda de sentido. Se trata de deshacer con cuidado «armaduras» muy arraigadas. Referencias de imágenes: [Fotografía de Ruben Zuckerfeld]. (s.f.).Recuperado de http://www. imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=650 Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2013). [Fotografía del Ruben Zuckerfeld, rostro] Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2013). [Fotografía del Ruben Zuckerfeld , tonos sepia]

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Entrevista al Dr. Miguel Matrajt Por Iris A. Reyes. Transcripción por César A. Tovar

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grandes rasgos, en su investigación ¿cómo podría hablar de lo que sería la diferencia entre la psicosomática, la hipocondría y la conversión? Bueno, empezando porque semiológicamente, esto es: los síntomas y signos, la conversión es un Dr. Miguel Matrajt trastorno de la función; por ejemHa incursionado en temas plo, si en estos momentos no pudiede epistemología, psiquiatría ra hablar ni contestarte, y no me y psicoanálisis individual, psicoterapia de familia y pa- está pasando nada, me revisan los reja, perversiones, patología mejores laringólogos y si me muero psicosomática, adicciones, por una cosa el patólogo nunca va socio-epidemiología, salud a poder decir de qué es, me quedé mental pública y salud men- sin voz; es decir, es un trastorno de tal y trabajo. En relación con una función. este último tema se conjugan La enfermedad psicosomática es varias de las inquietudes anteriormente mencionadas: una alteración de la función y de la la epistemología, la metoestructura, por ejemplo una colitis dología para intervenir en ulcerosa, en el colón hay agujeros, empresas grandes, la relación algo evidente, o sea es mucho más entre epidemiología y los grave y al mismo tiempo cualitatiaspectos de la subjetividad vamente diferente. La enfermedad, en el trabajo, la psicosomála conversión, los viejos neurólogos tica y las propuestas a nivel sanitario. compatriotas de Freud, hablaban de una neurológica diabólica, porque si bien medio seguía el trastorno de un nervio periférico, pero no era exactamente eso, era una aproximación; por ejemplo una anestesia de un brazo, bueno, más o menos sigue el recorrido del nervio periférico, pero no exactamente; entonces, ahí les permitía–todavía estamos hablando de los maestros de Freud de mediados del siglo XIX– decir: «bueno el nervio no es, porque sí tiene algo que se parece, pero no es». En cambio en la enfermedad psicosomática o es un órgano o es una aparato o es un sistema, algo perfectamente delimitado; un sistema, por ejemplo toda la piel; un aparato, por ejemplo el respiratorio; un órgano, por ejemplo un estomago, un corazón, para decirlo así sencillito. 38

La hipocondría no tiene nada que ver con estructura y función, es con la representación que tiene el cuerpo, la representación arcaica del cuerpo, es algo que tiene que ver con las primeras conformaciones de un yo corporal. Recordarás que las distintas aproximaciones psicoanalíticas señalan las primeras estructuraciones del cuerpo, me refiero de la representación del cuerpo, no del cuerpo como lo ve alguien afuera, sino como la va sintiendo el sujeto; por eso se habla de un yo corporal, porque la primeras representaciones de un yo, o sea de una manera de pensarse a sí mismo, es desde el cuerpo. La hipocondría de alguna manera tiene que ver con esas formas de subjetivación sumamente arcaicas, sumamente antiguas, por eso el sujeto refiere su trastorno, su molestia, a una región, no sigue la estructuración de un órgano ni de un nervio, sino que es una región y tiene que ver con fantasías cuasi-delirantes, o en las formas más totalmente delirantes, en donde lo que le está pasando a ese cuerpo es algo absolutamente imaginario. ¿Tendrá que ver con la edad? Como usted decía que es prioritariamente en adultos. No, en ancianos. Curiosamente, el trastorno más antiguo en cuando a conformación es el último, a nivel de evolución de la vida, en aparecer. Bien, ahora, ahí viene una diferenciación del tipo epidemiológica, la conversión aparece en cualquier etapa, predomina desde mi punto de vista epidemiológico, en jóvenes y adultos; la enfermedad psicosomática puede aparecer en distintas edades, dependiendo del tipo de enfermedad, esencialmente en adultos; pero la hipocondría es en ancianos jubilados. Por ejemplo, una pareja en donde ella nunca tuvo que trabajar porque culturalmente no se le pedía eso, llegan a la ancianidad y no desarrolla esta hipocondría, es el hombre, que abandona el trabajo por la jubilación o por alguna invalidez, ese es el que va a de-


La Entrevista: Dr. Miguel Matrajt

sarrollarla, los rasgos médicos en ese sentido son contundentes. Hay toda una diferenciación en cuanto a las vivencias y en cuanto a una aproximación psicoanalítica de cómo es, de cómo se dan los conflictos inconscientes, pero ahí le paro. En ese sentido ¿Cómo podríamos diferencia como la psicología, el psicoanálisis y la psiquiatría hablan a cerca de la psicosomática? ¿Cuál es la diferencia? Dependiendo qué aproximación psicoanalítica, qué aproximación psiquiátrica y qué aproximación psicológica. Hay muchas aproximaciones en cada lugar, la concepción kleiniana no tiene nada que ver con la psicología del yo, ni con la lacaniana; entonces hablar del psicoanálisis es hablar de una sumatoria que tiene muy poco en común. Y dependiendo qué hablemos de psicología, si estamos hablando de plano de una psicología exclusivamente del consciente, que no necesariamente la psicología es así. Probablemente los psiquiatras lo que están buscando son trastornosesencialmente de intermediación bioquímica en algunas regiones cerebrales, que obviamente tienen que darse, sino sería suponer que lo psíquico no tiene ningún asiento corporal. Desde el psicoanálisis se está buscando conflictos inconscientes, ahí me diferencio, en el sentido de que, con todo respeto, pero no comparto una idea que tiene muchos psicoanalistas de que todas las somatizaciones tienen una sola explicación. Mencioné Winnicott, McDougall, Martí, Alexander, etcétera, ni siquiera comparto la idea de que cada enfermedad psicosomática tiene una explicación; vamos a tomar una, por ejemplo: la anorexia, la bulimia, tenemos distintas aproximaciones, probablemente porque ninguna pueda ser común a todas, por

eso yo abandoné hace tiempo esa idea de una interpretación de las enfermedades que no están definidasdesde psicoanálisis. El psicoanálisis puede definir campos de investigación, por ejemplo, los actos fallidos, no es un objeto empírico cualquiera, está definido desde el psicoanálisis, para los demás son equivocaciones, Freud señala «No, no, no, para nosotros ese elemento empírico está definido desde nosotros como tal, y analizado desde el psicoanálisis»; el infarto al miocardio no es una definición desde el psicoanálisis, o las coronopatías para hablar de una manera más específica, o sea no es, es algo definido desde otra disciplina, entonces suponer –porque es una suposición que no tiene ningún basamento ni teórico, ni empírico, ni epistemológico–que tiene que haber una estructura psicológica semejante en todos los que tienen coronopatías, no tiene validez, desde mi modesto punto de vista, no hay ningún elemento para hacer una afirmación de esa naturaleza. Entonces, ¿qué aproximación psicoanalítica?, yo por eso estoy postulando que lo que tenemos que hacer es correlaciones entre tipos de conflictos y tipos de mecanismos biológicos. Por decirlo de otra manera, no todos los que tienen hipertensión arterial tienen los mismos conflictos psicológicos, ni los que tienen los mismos conflictos todos van a tener hipertensión. Lo que ocurre es que lo que hay que correlacionar son tipos de conflictos con distintos mecanismos biológicos y de ahí vamos a explicar algunas enfermedades psicosomáticas, pero en otros casos sólo vamos a explicar a algunos enfermos, no a las enfermedades. A partir de ahí uno puede buscar formas de prevención, que es lo que se ha desarrollado muchísimo en los últimos 20 años, por ejemplo, con todos los programas de prevención de estrés, en algunos he partici39


La Entrevista: Dr. Miguel Matrajt

pado modestamente, pero el estrés es un mecanismo biológico que no corresponde exactamente con una estructura metapsicológica. Justo otra pregunta es en elsentido de la investigación cualitativa y cuantitativa ¿cómo ha hecho usted para poder obtener los datos que ha comentado en su ponencia?. Bueno toda ciencia comienza con una investigación cualitativa, desde la astronomía: mirar y ver algunas cosas, y a partir de ahí ya se empiezan a desarrollar métodos cuantitativos. Uno de los problemas, a mi entender, del psicoanálisis es que se ha quedado en «no me gusta cualitativo con cuantitativo», se ha quedado en lo que se llamaría: la explicación; lo que toda una serie de científicos sociales llaman explicar,para diferenciar de verificar, para diferenciar de demostrar; la ciencia no se puede basar, en mi modesta opinión,exclusivamente en la explicación, porque la explicación es algo que en última instancia es una especulación subjetiva. Por supuesto, hay terrenos, como por ejemplo de análisis de textos, eso ya es otra cosa, en un análisis de texto no hay que demostrar, osea hay que explicar lo que un autor está diciendo. El psicoanálisis comienza y 120 años después sigue todavía en eso que, a mi entender, lo ha empantanado. Yo creo que hay que trascender a otras cosas, algunas propuestas modestamente he hecho, en donde uno pueda verificar, uno pueda demostrar un concepto; o sea sino me quedo en que: «yo digo y tú me crees o no me crees». Ninguna ciencia, de las múltiples que existen, de las múltiples que utilizamos nosotros en la vida cotidiana, se ha quedado en eso, en «me tienes que creer porque yo lo digo», y si no lo grito, y si no te insulto, te digo que no lo sabes entender; pero eso, con todo respeto, para mí, no existe, yo creo que hay que buscar la manera de demostrar, en forma un poco más objetiva, lo que se está planteando. Por ese motivo que desde mis inicios de mis tareas como investigador –diferentes de las que hago en el consultorio por su puesto– ha sido buscando formas de 40

demostrar, de poder decir «para este concepto tenemos esta demostración», experimental o cuasi-experimental, algunas cosas son bastante más complejas que yo he llamado «el teorema de las hipótesis» es de desarticular estructuras explicativas en donde hay diferentes elementos y algunos de esos elementos son demostrables, pero la estructura lógica entre ellos hace que si uno es demostrable automáticamente le da validez a los otro. Por eso es que frecuentemente recurro a datos cuantitativos.

Sí, como los que mostró. Me parece muy interesante que el cuerpo, que es tangible, y que si hay algún daño a un órgano, alguna función o un sistema, es evidente que se da paso para mostrar lo que psíquicamente pueda ser más difícil en otro tipo de patologías. Obviamente el tiempo no da para hablar algunas cosas, pero ahí hay otra diferencia en donde sigo mucho más fielmente a Deleuze y Guattari, ellos plantean que hay distintas formas de subjetivación, donde una de esas formas tiene que ver con la simbolización, con los niveles más altos de complejidad: pero que hay otras formas de subjetivación, yo menciono en mis escritos cuatro: el juego, el arte, el cuerpo y la acción.


La Entrevista: Dr. Miguel Matrajt

Vayamos la cuerpo, el cuerpo es una manera de relacionarse con el entorno, de incorporar elementos del entorno, que no pasa por la palabra. Para entenderme con un paciente o con un colega, necesito la palabra, para que el paciente me pueda explicar me lotiene que decir con palabras, para que yo le pueda decir algo se lo tengo que decir con palabras, lo cual no significa que en el inconsciente la palabra –y sobre todo en el proceso psicogenético de estructuración de la subjetivaciones–sea absolutamente necesaria. Hay formas asemioticas y formas asignificantes de relacionarse con el mundo, el cuerpo es una y esencialmente cuando planteamos lo que denominamos enfermedades psicosomática e hipocondría –no de conversión que es otra cosa, que es más elaborado y que sí tiene más que ver con niveles significantes–en donde el proceso de subjetivación pasa por toda una serie de experiencias que son totalmente corporales, únicamente corporales, que no necesitan el significante, que no necesitan de la simbolización. Por último, usted hablaba de la prevención donde ha trabajado también y se dice muchas veces que en psicoanálisis no se puede hablar de prevención. Digamos, hay una cuestión de diferencia de lo que se trabaja en otro tipo de aproximaciones en la psicología o en la medicina ¿Usted cómo la hace trabajar? Yo creo que el psicoanálisis nos proporciona una serie de conocimientos y esos conocimientos uno los puede operacionalizar de distintas maneras. Coincidirás conmigo de que le psicoanálisis ha modificado una serie de disciplinas de frontera, hay un antes y después en la pedagogía, en la ética, en la sociología, en la antropología, en la lingüística; osea, a partir del conocimiento psicoanalítico se enseña de otra manera, se entiende la estética de otra manera, se entiende la cultura de otra manera. A partir de eso, no significa que voy a llevar al diván a una comunidad indígena, pero si puedo llevar una serie de conocimientos para estudiar esa comunidad. De la misma manera se puede llevar una serie

de cocimientos para ser programas de prevención; por ejemplo: programa de prevención de drogas, obviamente no pasa por llevar el diván a las comunidades marginales donde hay un predominio de drogadicción, pasa por llevar los conocimientos y operacionalizarlos y darles una manera de trabajo diferente. Se ha hecho mucho en publicidad, que no es un campo que me interese, pero se ha hecho mucho el análisis cualitativo del significado de ciertos productos, y a partir de eso una campaña mediática, en ese sentido el psicoanálisis nos proporciona los conocimientos que son mucho más sustentables, pero además de conocimientos que nos permiten una manera distinta de hacer prevención. ¿Cómo llegó a construir el concepto de subjetividad aquileica y cómo se puede trabajar en la clínica con este tipo de pacientes? El concepto surge a partir de la necesidad por un lado de profundizar la noción de sobreadaptación de Liberman y sus colaboradores, y por otro de diferenciar estas subjetividades de lo que llamamos desarrollos resilientes. El mito de Aquiles nos ha brindado una fuente metafórica de relevancia para dar cuenta de sujetos que frente a la adversidad impresionan como exitosos, pero que no han realizado transformación alguna. El trabajo con estos pacientes es muy difícil porque en realidad no consultan –se sienten invulnerables, sin registrar su talón–. Lo hacen recién cuando sucede un quiebre en sus vidas y allí empieza una ardua tarea de disminución de omnipotencias, de conexión con la interioridad, de búsqueda de sentido. Se trata de deshacer con cuidado «armaduras» muy arraigadas. Referencias de imágenes: [Fotografia de Miguel Majtrat con libros de fondo]. (s.f.).Recuperado de: http://www.cimpsi.org.mx/matrajt.htm Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2013). [Fotografía del Dr. Miguel Majtrat alrededor de la facultad.] Tovar, C. / Revista SuiGeneris (2013). [Fotografía del Dr. Miguel Majtrat; en escritorio]

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Entrevista a la Dra. Elena Ortiz Por Iris A. Reyes. Transcripción por César A. Tovar

E Dra. Elena Ortiz Licenciada en Psicología por la Universidad Iberoamericana, Maestra en Psicoterapia Psicoanalítica y Doctora en Clínica Psicoanalítica por el Centro ELEIA. Docente por más de quince años en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica y supervisora de casos clínicos en el Doctorado en Clínica Psicoanalítica del Centro ELEIA y en el Doctorado en Psicología Clínica en la Universidad Santa María la Antigua, Panamá. Miembro de la Asociación Mexicana para el Estudio del Retardo Infantil y la Psicosis (AMERPI) y formó parte de la mesa directiva de dicha asociación. Pertenece al grupo de coordinación del Doctorado en Clínica Psicoanalítica del Centro ELEIA. Colaboradora en los libros: «Las perspectivas del psicoanálisis» editado por Paidós y «Diálogos clínicos en psicoanálisis» editado por el Centro ELEIA. Autora del libro «La mente en desarrollo. Reflexiones sobre clínica psicoanalítica» editado por Paidós.

n nivel general ¿cómo podría definir la psicosomática desde su trabajo clínico y teórico? La definiría básicamente como un fenómeno psicosocial muy complejo, en donde intervienen elementos biológicos,por supuesto, todos los que en la conferencia describí en relación a la herencia, a la parte constitucional, al sexo, al estado de nutrición, a la edad, a muchos factores, inclusive biológicos, como los virus, las bacterias, toda esa parte; elementos psicológicos, que son los que sobre todo nos interesan a nosotros, y también efectos de influencia social que tienen de pronto una injerencia. Pero el asunto psicológico también en sí mismo es bastante basto, porque uno puede entender que hay pacientes que enferman por diferentes razones, tanto por lo que acabo de explicar ahorita, como de áreas de déficits simbólicos y después también otros tipos de problemas de carácter que afectan y empujan a que se desarrolle una enfermedad.

Cuando pensamos por ejemplo en enfermedades crónicas o enfermedades terminales ¿cómo se podría pensar la psicosomática? Bueno, la enfermedad ya que está, está; es decir, en el asunto de lo psicosomático la parte más interesante sería pensar cómo uno puede trabajar por el bienestar psicológico de una persona para que, por lo menos desde ese ángulo, haya menos posibilidades de desarrollar una enfermedad grave o crónica. Ahora, cuando una persona ya está enferma, es muy

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necesario un trabajo, ya no preventivo, sino sobre todo para que la persona pueda lidiar con el dolor que esa enfermedad implica, con el dolor emocional que esa enfermedad implica. Entonces es otro ángulo de trabajo pero que también es muy importante. Se hablaba un poco de cómo se vuelve la técnica en la clínica, en el caso de la psicosomática, a través de la construcción verbal con los adultos y a través del juego con los niños. ¿Cómo se desarrollaría en sentido general su idea en ésta parte? La idea sería que el analista, cuando está frente a áreas más arcaicas, más dañadas en relación a la posibilidad de construcciones simbólicas, pueda aportarle al paciente metáforas y construcciones imaginativas que puedan dar cuenta de lo que el paciente está viviendo. Entonces son momentos en donde el analista pone al servicio del paciente su propia capacidad creativa e imaginativa que de pronto el paciente tiene atorada o tiene empobrecida.

¿Cómo sería esta diferencia de lo que los autores hablaban sobre la psicosomática en los últimos años? Treinta, veinticinco o treinta años. En los cuarentas y los cincuentas se hacían interpretaciones clásicas de un fenómeno psicosomáti-


LA Entrevista: Dra. Elena Ortiz

co, por ejemplo, le podías decir a un paciente que tenía un problema en los ojos –de una perrilla o de una infección ocular, por ejemplo, donde realmente hay un padecimiento–, que padece esta dolencia porque ha tenido ganas de mirar algo que no tendría que mirar. Esa sería la interpretación que más bien tendría que ver con una situación de conversión histérica y que en el caso de un fenómeno de enfermedad orgánica no aplicaría, porque sí hay enfermedad y porque habría otra organización de fondo atrás de esa enfermedad. Y la nueva interpretación sería algo como más carente de simbolismo, donde más bien hay que entender qué pasó ahí y también la predisposición que esa gente tiene de agarrar una bacteria.

Por supuesto, nunca uno puede estar como solo, omnipotente e ingenuamente pensando que uno cura al paciente. De entrada, el paciente tiene que estar bien atendido médicamente y uno no jugársela a que desde esta parte uno va a solucionar todo el problema, sería un gran error. Sería omitir precisamente que el cuerpo está haciendo acto ¿no? Exactamente, que se tiene que atender. Referencias de imágenes: [Fotografía de la Dra. Elena Ortizen escritorio]. (s.f.). Recuperado de: http://fundacionpensar.org.mx/?p=512 [Fotografía de la Dra. Elena Ortiz firmando un libro] (s.f.). Recuperado de: http://www.entreversiones.net/2011_12_01_archive.html [Fotografía de la Dra. Elena Ortiz, blanco y negro] (s.f.). Recuperado de:http://psicosomatica-psicoanalisis.webs.com/conferencistasinvitados

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Y existe además ésta continuidad o posibilidad de diferentes tipos de que no solamente sea en el cuerpo, sino que haya otro tipo de dificultades psíquicas que se presentan a la par, por la cuestión de AMERPI que usted trabaja, se puede hablar de esta multidisciplina.

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Dossier La Negación de la Sexualidad Por Diego Armando León Cruz | dalc019@hotmail.com

Resumen

Desde un enfoque psicoanalista y filosófico abordo el campo de la sexualidad desde las preguntas: ¿qué es ser hombre?, ¿qué es ser mujer? para contextualizar la problemática que existe desde la psicología y el psicoanálisis de conceptualizar estos preceptos con base a la negación de la sexualidad infantil y su parcialidad constitutiva que plantea la teoría Freudiana.

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urante un trabajo de investigación en la universidad, como preguntas eje formularon los siguientes cuestionamientos: ¿qué es ser hombre? y ¿qué es ser mujer? Al final evocamos el discurso referente al rol de género, la genitalidad y la constelación de representaciones que cada figura tiene. Nuevamente suscito las cuestiones sobre ¿qué es ser hombre? o ¿qué es ser mujer? desde un punto que no había tomado en cuenta en aquel entonces; yo también caía en una de estas funciones. La primera impresión resulta una abstracción que rebasa la identidad, como si no me compeliera pertenecer a alguno de estos preceptos. Pareciera que una mujer y un hombre definidos por antonomasia, por la inmensa constelación que los adscribe como tales. La segunda impresión que pienso para analizar este enigma expone una filigrana más íntima y personal que va más allá de una construcción de rol o genitalidad. Las figuras que compone a cada individuo, de manera diferente y particular, orientan a la reformulación de las preguntas que cada uno pueda hacerse: ¿por qué soy hombre?, ¿por qué soy mujer? Antes se pensaba que el hombre era quien debía asumir el papel histórico-social de proveedor, mientras que la mujer era quién cuidaba del hogar. La sociedad actual ha roto estas representaciones en función de su misma necesidad; trabajo e igualdad. Pensar «¿por qué soy mujer?» y en mi caso, «¿por qué soy hombre?» lleva a ubicar a dichas funciones como la definición de la identidad.

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Para ambas figuras corresponden una serie de roles y género, manera en que se apuntala la sexualidad, que en psicoanálisis es sinónimo de deseo. La búsqueda de satisfacer ese deseo, surge a partir de una falta que plasma la sociedad en sus diferentes aristas. Así, los reduccionismos han quedado obsoletos y esa figura identitaria se hace más difícil de llenar.


Dossier: La Negación de la Sexualidad

Ese sentido se construye el camino que limita a la sexualidad; pero, ¿qué es la sexualidad? Si bien mencioné la acepción freudiana, la polémica sigue rondando el tema y las concepciones de sexualidad divergen. Referida en cuanto a órgano reproductor, y contrastada como deseo, se ha vuelto una aporía. El concomitante conflicto entre genitalidad y deseo quebranta el vínculo que mantienen ambas y les asigna un destino diferente; un sentido ilusorio, ya que tanto sexualidad biológica como deseo tienen un propósito en común: marcar la diferencia entre un sujeto y otro. Esta ambivalencia delimita el carácter identitario a la vez que lo mantiene en constante construcción. La identidad se encuentra atada por ambos polos; la identidad se encuentra entre «Escila y Caribdis». Un sujeto se reconoce a sí mismo por los caracteres que lo conforman y que proporciona la cultura, sin embargo desconoce el deseo que los dioses le han deparado. La ley y la prohibición llevan al deseo, como a Odiseo a navegar por largo tiempo en la búsqueda de Ítaca.

Así como el mismo Odiseo busca regresar a su isla donde fue rey y nada le faltaba, así la moción sexual reprimida busca regresar al objeto primario, busca retornar a la omnipotencia donde podía ser satisfecho cuando quisiera. Este deseo infantil y polimórfico no tiene objeto ni figura. La bisexualidad ejerce solo la satisfacción mediante las zonas erógenas (boca, ano o genital), pequeñas islas que satisfacen su necesidad mientras que busca el camino a Ítaca. La bisexualidad que sostienen los infantes para obtener placer termina en que todas ellas se subordinan al genital correspondiente. La derogación de las pulsiones parciales por el genital masculino o femenino ordenada por el Superyó es utilizada para que un Yo, instancia mediadora entre lo externo y nuestro mundo interior, pueda descargarlas. Este trabajo del aparato psíquico pone a la libido y sus pulsiones en la dirección del objeto y la meta sexual. Los remanentes inconscientes, las huellas mnémicas que dejan las pulsiones parciales se manifiestan en el lenguaje mediante la simbolización de la función hombre y mujer. 45


Dossier: La Negación de la Sexualidad

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¿Por qué soy hombre? ¿Por qué soy mujer? La bisexualidad en la infancia queda escindida desde la estructura en estos preceptos; no obstante, no se olvida lo que una vez nos satisfizo y queda el panorama hacia otra región: la negación. La negación se confirma como lo ominoso, pero da muestra de la representación simbólica de una identidad. El axioma representativo de la realidad interna subyace en realidad externa como deseo inconsciente de negar la otra figura. Así, propongo una tercera manera de plantear la pregunta con la que inicie acerca de ser hombre y ser mujer: ¿qué no es ser hombre? y ¿que no es ser mujer? Lo que no somos es lo que nos diferencia de los otros.

las funciones hombre y mujer se subordinan al yo ideal y determinan los componentes particulares de deseo. La identidad es el «lugar máximo del sujeto de la situación»7; es decir, se presenta como sujeto de la situación, como sujeto que percibe el mundo externo y como figura representativa del mundo intersubjetivo. El Yo y los adverbios de afirmación y negación mantienen un vínculo para satisfacer la ley imperante del superyó. Soy hombre porque no soy mujer, soy mujer porque no soy hombre. La composición de este imperativo categórico vislumbra la parte inconsciente, el «contenido de representación o de pensamiento reprimido puede irrumpir en la conciencia a condición de que se deje negar»8 .

Esa forma narcisista, ese ideal del yo contrasta con el yo ideal sostenido en la infancia y posiciona al deseo entre ambos. En ruptura donde se encuentra el deseo, entre el yo ideal y el ideal del yo emerge la negación, y la afirmación estructura como sedimento simbólico lo que somos y lo que nos está permitido desear. La negación oculta lo conocido alguna vez, no se puede negar algo que no existe o que no ha entrado en vínculo con nosotros, delinea la identidad a partir de lo externo y actúa como representante de la norma y como vínculo de dicha representación. La negación estructura al objeto y meta sexual que en la infancia no estaba marcada. La identidad se erige por la ley y la representación,

La negación es un puente entre lo inconsciente y la identidad como medio de satisfacer las pulsiones; eso que no soy yo y fue vedado en la infancia me brindaba placer. El extrañamiento de esa omnipotencia nos lleva a buscar el deseo en la cultura, traza el camino para conformarnos como neuróticos y perversos (en medida de nuestras metas y objetos) con el propósito de buscar la satisfacción en el mundo externo. Buscamos al otro como vehículo para nuestras metas. Ese otro es deseo y tiene lo que yo no tengo, lo que no se me permite tener. Mi deseo esta en ese otro que no soy en esa representación. Vale decir: no soy mujer porque mi deseo está en ella y su representación; no soy hombre porque mi deseo está en él y su represen-


Dossier: La Negación de la Sexualidad

tación. Buscamos completarnos, somos nuestro propio deseo; «el hallazgo (encuentro) de objeto es propiamente un reencuentro»9. El deseo por el otro añora lo que la bisexualidad en otro tiempo fue. Ahora se conforma con negarlo en su interior, reconocerlo en la lejanía, rodearlo, y buscarlo como representación, obtener una satisfacción momentánea y seguir su búsqueda. Odiseo, después de deambular 20 años y llegar a su isla, se interna como un hombre diferente, ayudado por los dioses, dado que si descubren quien era realmente pagaría las consecuencias con su vida. Las circunstancias resultan similares para la obtención del deseo. Ahora estamos disfrazados en el papel de un hombre o de una mujer, actuamos conforme se estructura nuestro personaje para no caer en la nada y ser víctimas de su pulsión de muerte. Dichas circunstancias particularizan la sexualidad. Al final nos queda partir nuevamente de viaje y seguir el camino en la búsqueda de un lugar al que no pertenecemos, cambiamos conforme encontramos satisfacciones sustitutivas o sublimamos en la cultura. Los homosexuales o invertidos son la mayor afirmación de que la genitalidad no es destino mientras siguen en la búsqueda de sostener su deseo. La búsqueda de la satisfacción vuelve meta y objeto a un sujeto. Sobre el autor: Diego Armando León Cruz, Licenciado en Psicología por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, concluyó un seminario en materia de equidad de género en esta misma universidad y actualmente cursa un Diplomado en Psicoanálisis en el Centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Ha participado en distintos proyectos de investigación, uno acerca de la aporía de la institución en la cultura de la droga, a través de la Historia de Vida en el Centro de Alcohólicos Anónimos “Fuego Nuevo”; y otro titulado “Sistema Modular: Nueva forma de aprendizaje en los alumnos de la UAM-Xochimilco”. Referencias: 7 Gaos, Jose. Filosofía de la Filosofía, Antología preparada por Alejandro Rossi,Fondo de Cultura Económica, 2008, p.232. 8 Freud, Sigmund. Obras completas, ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboración de Anna Freud, El yo y el ello y otras obras (1923-1925) XIX, Amorrortu editores, 2007, 253.

9 Freud, Sigmund. Obras completas, ordenamiento, comentarios y notas de James Strachey, con la colaboración de Anna Freud, Fragmento de Análisis de un caso de histeria (Dora) Tres ensayos de teoría sexual y otras obras (1901-1905) VII, Amorrortu editores, 2008, p. 203.

Referencias de imágenes: [Dibujo hombre y mujer]. (s.f.).Recuperado de:http://atencionatupsique.wordpress.com/2011/07/09/varon-y-mujer-diferencias-de-sexoy-roles-sexuales/ [Dibujo figuras humanas de colores]. (s.f.).Recuperado de:http://sublimefuerzadeamar.bligoo.com/mujer-entre-los-hombres Ed Bock. (1978).Man woman flight.[Fotografía cuerpos en movimiento]. Recuperado de:http://www.edbockeditions.com/index.php/ photographic/motion-studies/man-woman-flight-2/

Jornada Redes 2013 Por Edith Tamez Solis

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l pasado miércoles 27 de noviembre se presentó en Redes Equipo Interdisciplinario en Atención a los problemas del Desarrollo, la última jornada de este año 2013 titulada: «La función del profesional “psi” en la institución escolar y el armado del equipo interdisciplinario», exposición a cargo de Israel Chávez Prado y Edith Tamez Solís, psicoanalistas e integrantes del equipo. Durante la exposición, los ponentes abrieron cuestionamientos acerca del abordaje psicoanalítico y las intervenciones realizadas por aquel que ocupa el lugar de psicólogo en una institución escolar, proponiendo, en algunos de los casos, el armado interdisciplinario como posibilidad que va entretejiendo la escucha entre los diferentes agentes inmersos en el proceso enseñanza-aprendizaje, resaltando con esto la importancia de «Presentar ante los maestros a un niño que tiene un problema en este momento singular y particular de su vida, no un niño que no aprende, que no avanza y que nunca lo logrará». Un tema a resaltar dentro de esta propuesta teórica fue lo valioso que consideramos el papel que el maestro desempeña en la detección de algunas problemáticas en los niños, ya que los docentes tienen la posibilidad de escuchar y observar a los alumnos en una variedad de interacciones socio-afectivas, con los pares y con los adultos que los acompañan durante su «hacer» en la escuela; a su vez, los maestros aportan describiendo y ejemplificando a los 47


Dossier: Jornada Redes 2013

profesionales «psi» (psicoterapeutas, psicoanalistas, psicólogos) lo que, a su entender, está obstaculizando el desarrollo de este niño en particular. Se mencionaron y clarificaron algunas de las diferencias entre dificultad en el aprendizaje, fracaso escolar, problema de lenguaje y problemas en el desarrollo infantil. Llegando posteriormente, durante la ponencia de dos horas, a resaltar temas referentes a la derivación, la demanda institucional a los profesionales del área psi, y la propuesta de trabajo clínico que demanda la institución al espacio de la práctica clínica privada para aquellos niños que presenten dificultades que obstaculizan su desarrollo. A partir de la exposición de un caso clínico se fueron desprendiendo preguntas como las siguientes: ¿cómo es la colaboración del maestro en el seguimiento de este proceso que se lleva a cabo con el alumno?, ¿desde dónde interviene el maestro junto a los otros profesionales encargados de dicho proceso? Durante el diálogo y la reflexión con los asistentes a dicha Jornada se abrió la pregunta acerca de si los psicoanalistas están posibilitando el espacio para ser convocados por la institución escolar en casos donde el compromiso psíquico ú orgánico amerite un armado interdisciplinario. También se hizo mención acerca de la intervención dentro del campo de la psicopedagogía clínica, pensando que «Los problemas de 48

aprendizaje en la infancia adquieren notoriedad en el escuela por las dificultades que tienen algunos niños para incorporar armónica y creativamente conocimientos y novedades», ahí es donde se logró nombrar la distinción entre las intervenciones realizadas por el psicopedagogo clínico y el profesional psi. La pregunta ¿para qué un psicólogo en la institución escolar?, nos dio la posibilidad de explorar temas acerca del abordaje psicoanalítico dentro de la misma, advertidos de que en toda escuela existe un discurso inconsciente por el cual están atravesados todos los involucrados en el proceso enseñanza-aprendizaje, llámense maestros, alumnos, coordinadores, directivos, padres de familia etc. Hacer escucha de la demanda consciente-inconsciente, suponer un sujeto de deseo, fueron algunos de los puntos que se abordaron durante la ponencia. El Equipo Redes agradece la presencia de los asistentes a este espacio formativo y esperamos contar con su asistencia y reflexiones durante el 2014. Referencias de imágenes: [Fotografía de salón de clases]. (s.f.).Recuperado de:http://www. nosotros2.com/familia-bebes-y-ninos/021/articulo/1823/que-es-elconstructivismo

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Mal de amores en «Como agua para chocolate» Director: Alfonso Araú Francia / 1992 Por Karla Ivalisse Perales Herrera | @IvalissePerales

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omo agua para chocolate» representa una metáfora de la recreación de las palabras a través de los sentimientos generados por la comida, para reconstruir una historia secreta de amor y deseo silenciada por los convencionalismos de la época y las viejas tradiciones familiares. La historia de «Como agua para chocolate» se basa en la novela del mismo nombre de la autora mexicana Laura Esquivel, donde la gastronomía mexicana se utiliza para crear un lenguaje metafórico de la expresión de los sentimientos de sus personajes. Un lenguaje contra lo no dicho, contra la imposibilidad del sujeto femenino de casarse con el hombre que ama por absurdas tradiciones familiares. Carlos Fuentes afirmaba que en la literatura hispanoamericana existía una tendencia general de los autores mexicanos de crear un lenguaje para decir todo lo que la historia había callado.

Argumento «Como agua para chocolate» narra la historia de amor entre Tita y Pedro, el cual se ve frustrado debido a la oposición de Mamá Elena y a una severa tradición mexicana de principios del Siglo XX, que impedía que la hija menor de una familia contrajera matrimonio, para dedicarse al cuidado de la madre hasta el día de su muerte. Durante la Revolución Mexicana muchas mujeres vivían sometidas a la represión y al autoritarismo que les imponían sus propios familiares, prácticas que eran reforzadas sutilmente a través de la tradición. 49


PsiqueCinema

En la historia, la madre es quien ejerce la represión sobre sus hijas, ya que, al quedarse viuda, ejerce los dos roles: madre y padre. Mamá Elena (Regina Torné) prohíbe a su hija menor casarse con Pedro y a cambio le ofrece a este último la mano de Rosaura, la hija mayor de la familia; Pedro acepta con tal de permanecer cerca del amor de su vida, decisión que desencadena una serie de hechos trágicos que llevan a Tita a desafiar convencionalismos y a expresar sus verdaderas emociones a través del ritual alquímico de la preparación de los alimentos. En la cinta también se devela la intima relación que Laura refleja en su novela, que vincula nutrición y afecto femenino con fuentes de amor y vida.

La cocina como ámbito de creación y expresión Tita es la expresión de la represión de la mujer de la época, tanto por el contexto social en que le tocó vivir como por la posición que ocupaba dentro de su familia y el autoritarismo ejercido por la madre. Como madre, Mamá Elena es rígida, dura y fría, pero también es víctima de la propia tradición, que luego ejerce sobre sus hijas, reproduciendo y legitimando las costumbres. Mama Elena tenía prohibido a las muchachas expresar algún tipo de emoción que reflejara tristeza o dolor; al oponerse al amor entre Tita y Pedro, provoca en su hija una profunda represión. Para describir el estado emocional en que se encontraba Tita, la autora utiliza la expresión: «como agua para chocolate», que significa agitado, en punto de ebullición. El agua para el chocolate se encuentra hirviendo; de esta manera se sobreentiende que Tita se sentía de esa manera ante la imposibilidad de expresar todos sus sentimientos y emociones (tristeza, amor, deseo, decepción, enojo) las cuales encontraban su cauce en la preparación de la comida. En este sentido, la cocina simboliza el lugar mágico de creación, pues a través del proceso de la preparación de los alimentos Tita era capaz 50

de transmitir sus deseos, necesidades y emociones reprimidas por su condición y por la vieja tradición de familia, transmitida de generación en generación y ejercida con sutil violencia.

La cocina era el único ámbito en que Tita ejercía poder, en el sentido de que la comida que preparaba era una forma de rebelión contra las cosas de su vida que no podía controlar. En la cocina, Tita podía manipular cantidades, combinar ingredientes, inventar recetas y operar para recrearse. En este sentido, la cocina se convierte en un espacio vital de verdadera creación liberadora, en contraposición con la visión tradicional que se tenía de este lugar, considerado tradicionalmente femenino, que mantenía a la mujer en una posición de sumisión, de destino de renuncia a la vida pública y a la toma de decisiones tan importantes en la vida de las mujeres. En contraposición con lo anterior, Laura Esquivel afirma que la preparación del producto culinario tiene valor en sí por su fin de nutrir la vida y como un rito que satisface los impulsos de los humanos hacia lo sagrado. Para Tita la cocina es un lugar en que encuentra una lógica que no encuentra en el exterior y también un espacio que puede controlar, pues las costumbres y las tradiciones a las que se ve sometida la parecen absurdas y de forma inevitable, son estas fuerzas las que controlan gran parte de su vida. Es en la cocina donde ocurre la transgresión a esta visión tradicional del papel de la mujer, que se limitaba a esforzarse por satisfacer las necesidades de los demás renunciando a sí misma. Tita maximiza su espacio, desde este


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lugar buscar reafirmar su posición en el mundo y su identidad, como lo hacían muchas mujeres de la época que no aceptaban el destino que los demás les habían impuesto. Tal era el caso de la abuela del doctor Brown, la india kikapú quien, como Tita, tenía su propio espacio de creación que era un cuartito en donde se dedicaba a estudiar las propiedades curativas de las plantas. La kikapú ganó reconocimiento del exterior y de su familia por lo que hacía en su propio cuarto pues, como se menciona en la obra, se le valoraba por su conocimiento y sabiduría convirtiéndose en la médica de la familia y siendo reconocida plenamente como curandera milagrosa en su comunidad.

Relación de la comida con las emociones La comida le sirve a Tita como medio de expresión de sus emociones, y accidentalmente esta misma comida tenía un efecto en los demás. Por ejemplo, durante la preparación del pastel de bodas de Rosaura, Tita llora inconsolablemente sobre la masa, lo cual provoca que durante la ceremonia los invitados sean víctimas de una intoxicación y vomitiva masiva, ya que el efecto de la ingestión del pastel correspondía al estado en que Tita lo preparó, el cual era de una profunda tristeza y de añoranza del ser amado. De esta manera, cada emoción o sentimiento tenía su cauce de expresión y transmisión por este medio.

Pedro regala a Tita unas rosas por cumplir un año como cocinera oficial de la familia, Mamá Elena le exige tirarlas a la basura; sin embargo, Tita utiliza las rosas para inventar una nueva receta; así, los pétalos de rosa mezclados con su propia sangre, al llevarse las rosas con espinas a su pecho, y junto con el vino, adquieren la facultad de despertar pasiones incontrolables. De ésta, la sensualidad y el deseo sexual que existía entre Pedro y Tita queda expuesta en la preparación de la receta de «Codornices en pétalos de rosa» y materializada en el cuerpo de Gertrudis, cuyo efecto le provocó un calor insoportable que intentó calmar con un baño; sin embargo, el olor a rosas que desprendía su cuerpo atrajo a un capitán de la revolución que cabalgaba en su caballo y provocó que se la llevara desnuda. De esta manera, Gertrudis logra salir de la casa materna y realizarse a sí misma. Gertrudis es la única mujer de la familia De la Garza que logra autodeterminarse, se hace dueña de su propio cuerpo al huir de la casa matriarcal y unirse a Juan. La prevalencia de las enfermedades físicas en la vida de los personajes representa la falta de algo o alguien. Por ejemplo, en la cinta, Roberto, el hijo de Pedro y Rosaura, muere a causa de una mala nutrición, debido a que el niño era alimentado por el pecho virgen de Tita, que milagrosamente produjo leche para satisfacer la necesidad de su sobrino. En este punto, Laura Esquivel refuerza el arquetipo de la mujer nutricia y sanadora representado en la mitología romana como Ceres y en la mitología griega como Deméter, diosas de la fertilidad. Tita no podía resistir que una persona hambrienta le pidiera comida, por lo que ofrece su pecho de mujer soltera al bebé de su hermana Rosaura, saciando su necesidad y reafirmando el arquetipo mencionado por medio de este acto de amor. Sin embargo, al ser separada de Tita por órdenes de su madre, la criatura muere de manera trágica. Rosaura también experimenta dificultades con el nacimiento de sus hijos y se pone después muy enferma debido a la falta del amor verdadero en su unión con Pedro. Los síntomas que 51


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presentaba eran constantes flatulencias, trastornos digestivos, aumento de peso y mal aliento; sin embargo, en la historia se sobreentiende que Tita a través de la comida transmite a su hermana los sentimientos negativos que tiene hacia ella, sobre todo cuando tienen la primera discusión fuerte entre hermanas a causa de que Rosaura se empeña en mantener la tradición a través de la privación del matrimonio de su segunda hija, Esperanza. Según el diagnóstico médico del doctor Brown, Rosaura muere de una congestión estomacal aguda. Según las creencias de Chencha, la trabajadora doméstica, algunos alimentos tenían la facultad de curar. Este mito queda expuesto en la escena en que Tita se encuentra viviendo en casa del doctor Brown ya que se encontraba en un estado de locura a causa de la noticia de que su sobrino había muerto; Mamá Elena intenta reprimir una vez los sentimientos de dolor y tristeza y Tita se rebela, situación que provoca que la muchacha huya al palomar después de los golpes que le propinó su madre; después del incidente se muestra inexpresiva y en estado de mutismo.

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El Doctor Brown intenta que Tita pueda expresarse de nuevo y le pide que lo haga por escrito, y ante la pregunta de por qué no habla las primeras palabras que escribe son: «Porque no quiero», estas palabras son muy significativas en la trama porque reflejan por vez primera los deseos verdaderos de Tita, y John Brown le enseña a decir que no. El efecto psicológico que produce el caldo de colita de res a Tita es el recuerdo de su niñez, etapa en la que era feliz, el síntoma que aparece es el llanto lo cual puede significar que Tita comienza a sentir de nuevo.

Relación psicosomática En «Como agua para chocolate» también vemos la manifestación de lo que el psicoanálisis conoce como “ fenómeno psicosomático”, definido como el conjunto de trastornos orgánicos cuya evolución o causalidad no responden a la lógica de las enfermedades orgánicas y tienen relación con los trastornos psíquicos provocados por la represión de las emociones o la prohibición.


PsiqueCinema

Como lo afirmaba Freud y más tarde Jorodowsky, detrás de cada enfermedad hay una prohibición o la represión de un instinto o necesidad. Durante mucho tiempo nuestras emociones, al ser silenciadas, ignoradas o incluso castigadas por los imperativos de la sociedad o la hegemonía del lenguaje racional, llegan a manifestarse en el cuerpo, en nuestros síntomas, dolores o enfermedades encontrando un espacio de expresión menos censurable que la queja psico patológica. La psicosomática es ese lugar de confluencia de la unidad psíquica y corpórea que somos. Laura Esquivel compara la vocación culinaria de Tita con la de un poeta. Su arte es la producción de platos sabrosos y exquisitos que dan placer, que nutren la vida y el espíritu, y además, como la poesía, comunica sus emociones y sus estados de ánimo. La satisfacción que derivaba de alimentar a los seres vivos daba sentido a su vida. Tita es la representación de la mujer latinoamericana en proceso de liberación y de maduración psicológica y emocional, es referencia al rebelarse contra la tradición de su época, cuestionando y expresando finalmente, a tra-

vés de las palabras, sus necesidades, deseos y sentimientos, en busca de encontrar su posición en el mundo. «Como agua para chocolate» sigue siendo una historia que vale la pena analizar desde distintos puntos de vista, tanto desde el ámbito del rol de la mujer como desde el punto de vista de la psicosomática y la cocina, pues entre estas tres esferas se logra estructurar un lenguaje metafórico de expresión y de cauce de emociones y sentimientos que experimentaban muchas mujeres de la época y que no encontraban otra forma de expresión. Referencias de imágenes: [Portada de película Como Agua para Chocolate]. (1992).Recuperado dehttp://videojor.blogspot.mx/2011/05/como-agua-para-chocolate. html [Imagen de una pareja tomados de la mano]. (1992). Recuperado dehttp://www.etcetera.com.mx/articulo.php?articulo=17427 [Imagen de pareja]. (1992). Recuperado de http://huelvabuenasnoticias.com/2013/11/16/de-huelva-a-hollywood/ [Imagen de hombre recostado].(1992). Recuperado de http://www.cineol.net/imagen/53119__Como-Agua-Para-Chocolate [Imagen de mujer cocinando].(1992). Recuperado de http://fotos.lainformacion.com/arte-cultura-y-espectaculos/cine/ como-agua-para-chocolate-y-la-cocina-mexicana_YbGDeHglrEgYBiX8pkE6A/

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El pájaro Por Priscila Monserrat

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xiste un hombre joven de buen parecer, de piel blanca y tersa como la nieve; en su mirar te pierdes, hay mucho misterio en él y en su piel se dibujan historias por conocer. Su nombre es Alonso, ya ha cumplido la mayoría de edad, nada le impide realizar sus sueños, sus deseos, sus metas. Nada ni nadie se interpone en su camino. Lo primero que hizo al cumplir 18 años fue hacerse un tatuaje, siempre lo había deseado, y ahora, ahora que ya es dueño de sus decisiones, nadie le diría nada. Sus acciones no veían las consecuencias; sus pensamientos, su manera de ser, no tenia malicia, pero para la gente y para su familia no era bien visto. Era de noche cuando salió de su casa decidido a marcar una historia en su piel. Llegó a la tienda, los nervios recorrían su cuerpo, su corazón latía con fuerza, comía ansias por cumplir su deseo. Es atendido por un muchacho fuerte y robusto, los músculos de sus brazos estaban bien marcados, tenía un gran bigote y barba negra, su expresión en el rostro era un poco amigable; sus brazos y torso estaban llenos de color, de figuras abstractas, sus dibujos decían mucho, gritaban lo que sentía o llegó a sentir: coraje, amor, tristeza, rabia. Alonso veía de esta manera un tatuaje, una manera de expresar lo que siente marcándola en su cuerpo para llevarla por siempre, debía ser muy importante para llevar esa marca toda su vida. —¿Qué deseas? —preguntó con una voz grave y ruda el encargado del lugar. —Deseo tatuarme toda una vida en mi cuerpo, quiero un pájaro colorido, sobre la rama de un árbol, solo, mirando al vacío —respondió Alonso con gran furor

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—Muy bien muchacho, lo que tú desees— contestó el tatuador para finalizar la conversación entre ellos dos e iniciar su obra de arte. Alonso se postró sobre una cama, o algo parecido a una, y el muchacho robusto comenzó a hacer su trabajo sobre la piel blanca de la espalda del chico. Al final del trabajo Alonso miró la obra de arte, el tatuaje representaba y transmitía todo lo que él quería, su soledad, su tristeza. Las personas que él amaba ya no estaban con él, lo habían dejado, cuando él nunca había querido lastimar a nadie y lo único que quería dar al


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mundo era amor; pero el mundo sólo le había dado golpes. Al igual que el pájaro que llevaba en la espalda, miraba al vació, con desilusión. La felicidad y emoción lo invadían, al mismo tiempo que la culpa y sentimientos viejos se apoderaban de él una vez más. ¡Cómo anhelaba que el amor llegara a él, que la felicidad llenara su ser, como los rayos del sol tocan su piel todas las mañanas, sintiendo el calor! Deseaba echar a volar ese pájaro en su espalda, que fuera libre, que no estuviera anclado a nada, ni sujeto a nadie, que fuera, simplemente, que existiera. Llegó a su casa, el sueño se apoderó de él tumbándolo en un sofá viejo. A la mañana siguiente lo despertó un haz de luz que entraba por la ventana, había un silencio enorme, se talló los ojos y frente a él vio el mismo pájaro que en su espalda marcó. El ave no dejaba de entonar una hermosa canción que a los oídos de Alonso era conocida, se movía con tanta libertad por la habitación, mostraba sus colores, era perfecto con la luz del sol que lo iluminaba. El joven se puso de pie, se miró al espejo y el pájaro que había tatuado en su espalda no estaba, su piel era completamente blanca, tierna, nueva. Miró por toda la habitación y el pájaro se hallaba frente a él, entonando la misma canción. No entendía qué sucedía, su cabeza empezó a dar vueltas. Se vio al espejo de nuevo, no podía creer lo que estaba pasando, ¿cómo era posible? Repitió lo mismo, fijó la vista en el pájaro pero ahora de manera distinta y vio más allá de lo que había frente a él, ahora veía a un pájaro feliz, enamorado de la vida, de su canto, de existir. Lo encontró, se encontró a sí mismo en su corazón. Recordó la canción, recordó el pájaro, se recordó a él de niño. Alonso revivió el momento, revivió su primera ilusión en aquel instante. El pájaro en la ventana de una vieja habitación sola, alumbrada por los rayos del sol, donde el aire corría por toda la habitación, entonaba la misma canción, Corrió hacia aquel pájaro, emocionado y atraído por sus colores, se acercó lentamente, el pájaro voló entonando esa canción, libre, sin ataduras. Alonso también se sintió libre, al igual que el

pájaro, con sólo verlo, con sólo admirar su hermosa creación, en ese momento él sabía que era libre y no tenía duda de ello, su felicidad corría por su ser, irradiaba felicidad, libertad y amor. Y ahí estaba de nuevo el mismo pájaro, recordándole lo que había perdido con el paso del tiempo, su esencia. Abrió la ventana, dejó salir al pájaro, lo dejó volar, lo dejó irse, pero no del todo; ahora lo lleva en su corazón, ya no en su piel, sino en el recuerdo. Trato de transmitir, en este cuento o relato, lo importante que es encontrarnos a nosotros mismos, lo que en realidad somos, nuestra felicidad, que todo está dentro de nosotros, sólo hay que buscar; que las cosas buenas hay que llevarlas en el corazón y aferrarnos a ellas. Que nadie nos haga perder nuestro camino y objetivo, que la vida es hermosa, preciosa, y se muestra ante nuestros ojos, necesitamos estar abiertos a ella, dejar de ser ciegos y vivir. Referencias de imágenes: [Fotografía de tatuaje en el cuello]. (s.f.).Recuperado de http://www.tatuajesxd.com/tattoo-de-pajaros-en-el-cuello

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En construcción Subjetividad y Política

Por Baruch Martínez Treviño | baruch.mtz@hotmail.com

«Pero aquí hay mujeres que sufren. Los hombres que envejecen solos son mucho menos dignos de compasión que las mujeres en la misma situación. Ellos beben vino malo, se quedan dormidos, les apesta el aliento; se despiertan y empiezan otra vez; y se mueren bastante deprisa. Las mujeres toman calmantes, hacen yoga, van a ver a un psicólogo; viven muchos años y sufren mucho. Tienen el cuerpo débil y estropeado; lo saben y sufren por ello. Pero siguen adelante, porque no logran renunciar a ser amadas. Son víctimas de esta ilusión hasta el final. A partir de cierta edad, una mujer siempre tiene la posibilidad de frotarse contra una polla; pero ya no tiene la menor posibilidad de ser amada. Los hombres son así, eso es todo.» -Houellebeqc, Las partículas elementales.

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Introducción

contecimientos recientes han hecho girar un poco el proceso de escritura, de investigación y problematización. Estando dispuesto a plantear el cuestionamiento de nuestra imposible aprehensión de la realidad, me encuentro en medio del proceso políticosocial-económico que oxida las fisuras donde la realidad se agrieta. Consta que asumimos una concreción del «allá» afuera. Si hace algunos meses la entrega que realicé fue con relación a la enajenación a partir de Marx y Foucault, esta enajenación nos extrañaba el dolor, siendo ajenos tanto en nuestra producción discursiva como material, ahora se imponía en mi pensar, dentro de las mismas líneas discursivas, plantear la constitución del

sujeto a partir de dispositivos objetivizadores. Las preguntas que se seguirán planteando, a las cuales se les modificará algunas aristas, se abrirán algunos nudos, otras líneas se borrarán o pospondrán, serían las siguientes: ¿Cómo podemos asegurarnos que lo que decimos es un autorreconocimiento de la constitución de nuestra subjetividad?, ¿Cuáles son los procesos donde se conforma la subjetividad?, ¿La subjetividad plantea una esencia?, ¿Hay un sí mismo que se erija como cosa en sí de nosotros mismos? Estos cuestionamientos requieren de un amplio desplegado de argumentos que exceden los límites (temporales) del tiempo y espacio para dar plausible elucidación. Pero se me impone un alfiler en estos nudos, un ancla que retorna con lo que empecé: ante 57


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la realidad (por lo pronto evitemos el proceso de mediación hegeliano) bárbara y concreta, en este sentir que con el mínimo de racionalidad nos hace crujir desde la génesis de la ira, el enojo, la ignominia, procesos que aguardan y sólo son posibles limitando la bestialidad que debimos domar para humanizarnos: ante esta realidad socio-política-económica el sujeto podrá preguntarse por su sí mismo sin caer en ensimismamientos. Esto hacía, pues, que pensara los primeros cuestionamientos como un debate huidizo: que el sí mismo, sus avatares, sus arañazos, sus lamentos, sus ropajes, en sí mismos, se regurgitaban en el espacio solipsista del narcisismo desplegado en búsqueda de sí. Aclarados estos puntos y con las libertades que el ensayo posibilita, con la puesta en marcha del diálogo, la discusión, el debate, las luchas, los encuentros, choques, reparos. Con el lector posicionado desde su perspectiva mas no desde su «mundo», que el relativismo cruja bajo los estandartes de la ética, pero no de una ética ajena (extraña, máxima del obrar, bien de bien), sino una del encuentro y los acontecimientos del azar y la incertidumbre, del pliegue de los discursos que fisurados retoman la herida: son las luces que ciegan, inherente y necesaria ceguera por su reconocimiento como vacío interminable del significar.

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Es por estas libertades que las marcas de los autores, de sus nudos, complexiones, despliegues, reflexiones, barbarismos instintivos, postulados y problematizaciones, en este caso mantienen implícita su tachadura en mi nombre para ser sólo un brote de reconocimiento de sus saberes. De Butler, Zizek, Sloterdijk, Nietzsche, Foucault, Freud, Marx y algún otro no menos lacerante me permito regurgitarme en estos planteamientos de la subjetividad y la política.

De la eterna cicatrización

Aún podemos pensar en eternidad, no en absoluto hegeliano, no en reflexividad de uno mismo para devenir sujeto, sino sujeto al tiempo que marca las cosas, las marca porque en el tiempo se recursiva el discurso y es en él donde se explican las marcas de lo inasible de la eternidad. Cuando uno cree tomarlo él te ha arrugado y no lo ves sino por lo que puedes decir que en ti ha dejado. Qué ha dejado sino sabernos cruzados sin siquiera plantear una voluntad, sin siquiera considerar la cosa, él le da su campo de apertura, este tiempo que nos mata porque nacemos en el día donde se materializa el tiempo y el espacio, que sin embargo ya le precede el vendaval de aconteceres y se (te) consolidan en marcas específicas que en él habita. Necesaria la dimensión del tiempo tanto como la del espacio, esta cartografía que accidentada se muestra, y


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accidentada por la pretensión de lectura, leemos enraizados con las mismas marcas que nos dio lugar a sujetos, y es por esta visión externa, una imagen de nuestras marcas que debimos alizar el terreno, obsequiarle ciclos y particiones al objeto redondo de nuestra última idea. Saber lo imperecedero, la envidia rodeó y se impregnó en pretensión de infinitud en cada uno de nosotros, en nuestro entendimiento. Buscar estirarnos hasta lo inconcebible y olvidar leer las estrías, rupturas del sentido de unicidad. Tiempo posible por la ruptura de nuestra bestialidad que dio el sonido relacional, la máxima de nuestra ficción: nombrar, marcar, tallar, obligarnos a ser el máximo de animalidad por una característica que se quebró dando lugar a la primera cicatriz: sabernos, sabernos en los albores de nuestra bestialidad dio pie al animal supremo que somos. Este impulso de vencer la muerte porque dimos cuenta de nuestra existencia no podía ser más que un proceso catastrófico para la propia especie, es el germen de la brutalidad desnuda que tejió algo que abriera la miserabilidad lacerante y vacía de sabernos vulnerables, no sólo ante lo externo, sino hacia nuestra latente e inaprensible idea de nosotros mismos. Cuando el vacío y la nada mostraban su rostro más honesto, el de la mera supervivencia,

rostro figurado por la inmanente concepción de lo perecedero. Esta cicatriz se convirtió en el tejido con el cuál quisimos cubrirla: mitos, deidades, símbolos y palabras, y templó nuestro escalofrío. Nuestra primera deidad fueron las palabras, el manto tejido, abierto y apenas reconocido en el tiempo y el espacio, ya que los gritos, lamentos, gruñidos se perdieron en su eco. Nos llegó la escritura y deducimos el pensamiento a partir de ese proceso secundario ¿Dónde dejamos el grito de dolor que no necesitó del proceso lento del trabajo del hombre en las cosas?, ¿Dónde dejamos los gemidos que excitaban nuestra bestialidad?, ¿Dónde el llanto de un neonato?, ¿Dónde el estruendo del hombre?, ¿Dónde el aullido de la muerte? Aún sin logos, el oído y el olfato tuvieron toda la potencialidad para dar lugar a algo distinto, no refiero a otra razón, algo que por ahora es difícil especular. Sin embargo el oído no pudo con lo inasible del sonido, debió materializarlo y volcarlo al obligado trabajo de existencia. Las marcas y las escrituras perduran, ocupan un lugar en la trascendencia, el tiempo las va puliendo al igual que nuestras conceptualizaciones para hablar de ellas con tanta alevosía. El tiempo guardó para siempre el sonido y jamás volverá a mostrarlo. Somos ruido antes que pa-

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labras, somos bestias falseadas de humanidad por las palabras: manto sagrado que arrastró al logos a su formación, minimizando la fuerza del coraje, del germen de la lucha por la vida. Y cuando la bestia se muestra todo tiembla y la humanidad pende del hilo del discurso, el hombre se arrogó la tarea de sostenerse al tejido del discurso para no caer en el abismo de lo «primitivo», pero para sostenerse al tejido debió ensangrentar sus pasiones, debió horadar sus sentires, debió profanar sus vacíos y anudar su nada al mismo discurso del hombre. No-fuga (y es no-fuga porque aún nos pretendemos con orden y con eje, con centro y sustancia, con esencia y un sí mismo), más bien efluvio azaroso: la palabra te coge del vacío y te muestra posible.

que sabíamos ajena, sabíamos porque ya existía una posible diferenciación entre mi vacío y lo otro. Mi vacío enmudeció por la creencia de una sensación divina. Y esta práctica de la renuncia al propio vacíosensación para dejar entrar la divina gracia del «espíritu» de dios, del logos, se convirtió en un intento no de ordenar, sólo de cegar el caos que conllevaba esta pura sensación del vacío. Al saberlas sin respuestas, ya que esta sensa-

Caos y orden del vacío

El vacío emerge como acontecimiento, es el quiebre que todo lo aluza como un relámpago, es un hoyo negro que todo lo traga. Somos el efecto de esta ruptura, pero no un efecto «consciente» como si el resultado fuese un sí mismo, somos más bien el eco que nace del vacío, es el gemido desmembrado y dispuesto en la máquina tejedora de verdades. Discursos que entretejen formas y contenidos, el vacío se presenta primero como pura sensación inasible para la bestia carente de discurso. Pura sensación que aún no está coordenada entre un afuera y un adentro, es el espacio que nos inunda, sin direcciones porque no hay diferenciación de arriba, abajo es la sensación caótica que debimos ordenar, paso lento de nuestra humanización. Y el orden no tomó el vacío, sino los efectos de esta sensación para dar un lugar diferenciado, constituir secuencias y con ellas identidades, niveles, dimensiones y comparaciones. Con el transcurrir como lo inmanente de dar cuenta del desprendimiento de estos efectos del vacío constituidos en un orden. La razón se convirtió en el soberano que nos daba existencia a nuestras dudas aún primigenias: ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿Qué sentido tiene la vida? Preguntas que previo al coronamiento de la razón tuvieron su posible parche-respuesta en otra sensación, sólo en una 60

ción ajena y con pretensiones totalitarias tenía la misma constitución inaprensible por el discurso del pobre entendimiento humano. Aquí debieron de ser robado, luchado, arrebatado los discursos que se tejían con la boca de las deidades de la religión, del judaísmo y cristianismo, pero fue un arrebato a medias, fue quizá una duplicación de planos por los cuales pliegan y despliegan los efectos, cada vez menos reconocibles, del vacío, de la pura sensación. Estos planos que sin embargo se encuentran, se cruzan, se particularizan manteniendo sus cualidades constitutivas, adhiriéndose polvos de saberes que luchan internamente por permanecer un lapso de tiempo en estos despliegues de planos de discursos. Con el barullo y el ruido fue necesario fronterizar un saber, el saber, el logos, la razón, quien se erigió como la posibilidad de dar existencia al vacío ya sin muestras claras de él, sino el suplicio ya domeñado: preguntas e incertidumbres que germinaron posibles por palabras, estructuración, orden.


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Y en este despliegue (aunque no sólo en este) fue posible coger al vacío del gemido y darle su sentido en el discurso que, ajeno, se expandía en el entendimiento de nuestras dudas. Este discurso del logos que aún su fronterización jamás dejó de estar bordeado y ribeteado con los hilos del vacío y que por este particular tejido es que jamás se constituyó como posible en dar cuenta del vacío, en dar lugar al sujeto. Demás pliegues y despliegues de sensaciones de puntos donde aterrizar el vacío, caos e incertidumbres están y estuvieron entretejidas con el logos. El sujeto es un efecto del choque entre el gemido, la pura sensación, la palabra que te coge del grito (papá, mamá como ejemplo constitutivo-institucional desde la familia) y te da lugar como humano a consta de ir olvidando este vacío. El sujeto puede creer hablar de sí mismo, llenarse de palabras que lo domestiquen, que oculten la bestialidad de la pura sensación, que empuja al caos, sin preeminencia hacia la vida o hacia la muerte. El sujeto requiere de una particular forma de engarzarse con la palabra que cree representar los efectos del vacío, este proceso que es similar a arañar, cavar, picar, perforar la tierra en búsqueda del sí mismo, lo identificamos por las marcas que realizan nuestras uñas, nuestras herramientas, nuestras máquinas, ellas buscan la esencia, nuestro sí mismo, buscan con instrumentos de precisión, pensando un centro, un eje, un lugar. Somos el resultado de esta búsqueda, somos la búsqueda y ambos con mínimo reconocimiento del impulso del vacío, ahora sentido como ajeno, que amenaza con nuestro sentido, cuando lo que nos impulsó a arroparnos con tejidos ajenos fue esta pura sensación desconociéndola como el vacío nuestro, imposible de sujetar. Porque el resultado de la búsqueda son la multiplicación del sentido, de las palabras y discursos, de las marcas aún sin nombrar, de las arrugas maquilladas de otros sentidos. Ajenos y de los cuales podemos presumir cierta agencialidad, en los cuales nos rendimos y decimos «mi postura», «me sumo a», «adopto tal discurso»: pusilánimes pedimos piso donde tranquilizar la incertidumbre. Por supuesto que el asunto se

complejiza. Hay que tener en cuenta que cada marca mantiene latente su posible constitución como sentido, pero esto se mezcla con el caos, y por él y el azar que es posible: ante un acontecimiento que rompa el discurso y que estira otros hilos que marcan esa irrupción, otros hilos que con anterioridad no pudieron tener inferencia en la conformación del sujeto.

La subjetividad como el coraje de inquirir

El proceso puede trabajar con cualquier sustancia, la idea de sustancia o contenido puede ser de cualquier cualidad. Piensen en creencias, en postulados, en argumentos, en aprioris, en teorías, en mitos. Pero el proceso puede continuar con la ajenidad, en el solipsismo, en su propio movimiento. Pasaremos de largo una postura pasiva de ser el proceso, ya que la actividad, toda, nos afecta. El haber decidido permanecer estáticos, del ser llevados no nos dice más que la cobardía como característica de nuestra inmovilidad, de la objetivación ante lo ajeno, lo otro, ese señorío, convertido en amo, convertido en el gran Otro. Estática reificadora. El proceso puede tener la duda en los poros, estar rodeado y ser atravesado por el verbo que se pliega hacia él mismo, no una reflexión, sino un mismo enlace que elimina los planos, que sega la dimensión espacio-temporal para atreverse a interpelar el contorno-verbo-pregunta con la nada. Es el sujeto desnudo que se da la vuelta al vacío y se afronta inquisitoriamente. Es el doblez, la curva irruptora, y ese doblez permite el espacio por donde la espora del vacío aterriza, en esta grieta nos inquiere. Pero aquí el brote puede ser discursivado desde los parámetros estatizados de la vida y de la muerte, desde una biopolítica y una tanatopolítica. El brote puede ser maquilado, tallereado, enraizado en filosofía New Age, en sentidos diversos, en mantras teológico-políticas. El brote que es producto del azar y el caos que rompe no está libre de ser liberado antes de permanecer latente en su irrupción. Está encadenado a tener que ser liberado. Porque el hecho de preguntarnos es distinto a inquirir. 61


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El primero exige una respuesta, es la desesperación y la palabra carcomida por el tiempo; la segunda es el proceso minucioso que se sabe perecedero, que se sabe caótico y azaroso, que emerge del plano del vacío para afrontar los hilos que tejieron la idea del sí mismo. Por esto conlleva una labor de alta precisión, de detalles a observar, de marcas que leer, de silencios que, a contra luz, guardan figuras móviles de representaciones-frascos-amorfos con sensaciones conceptualizadas. Porque inquirir es el proceso de agencialidad que requiere afrontar el vértigo del vacío. Vacío aún no reconocido sino por los prometeos-sensaciones que se dispersan en barro: miedo, angustia, fobia, alegría, llanto, pérdidas, amor, odio. Pero no creamos que el vacío es el centro, es más bien la génesis del tejido, no con el vacío, sino con sus efectos, pero en la génesis lleva la fuerza, la primera marca, la energía vital-mortal. Estas otras sensaciones son brotes inconexos por donde se muestra latente el vacío ya desfigurado y sin embargo, creer que el discurso es el tejido que cubre el vacío es replicar síntomas, profundidades, tropos y topos. Ha dejado de cubrir algo. El vacío es inseparable del discurso, el vacío no es el silencio y aunque lo fuera estaría sujeto a la conceptualización del silencio. Cada vez se hace más difícil inquirir(nos) en esta densa red de discursos, planos, despliegues, cortes, fracturas. Por eso inquirir está en los límites del logos, por eso la razón se resquebraja en la práctica inquisitoria y no obstante este coraje está prohibido: miedos e incertidumbres te repliegan al pantano de la repetición sin novedad. Esta posibilidad de subjetivización, de dar luz a una nueva consolidación de existencia es contenida desde los mismos dispositivos discursivos. Estos imposibilitan permanecer en la inquisitoria inmanencia de tangentes y secantes que como puntos de dobleces enganchan vacíos lanzados al infinito. Inmanencia porque cada destajo que logra se fuga y la estela eterniza su reflejo. La subjetividad como el coraje de inquirir es golpear con nuestro vacío constitutivo los nudos que nos dan sentido. 62

Algunos han nombrado el decir veraz y en ese decir veraz el sujeto emerge más por su sí mismo que por su repetición enajenante. Este acto de inquirir no es sólo una herramienta que profane conceptualizaciones, sino que se extiende hacia los procesos que dicen, hablan de la conformación de subjetividades, inquirir los procesos, las conceptualizaciones, los telos, los documentos, las prácticas, los silencios, los espacios, la segmentación del tiempo. Pulverizar todo lo que hace que nos creamos sujetos. Inquirir es el escalpelo que abre las suturas para volver a sentir la herida. Este podría parecer un acto de solipsismo. Hablan de dispositivos, que en la tradición foucaultiana, retomada por Deleuze y Agamben, es una apuesta a constituir o apreciar circunstancias, donde los saberespoderes se entrelazan para posibilitar subjetividades. Que sea uno en donde las linealidades, las discursividades, prácticas y concreciones no sean lo primordial, sino el acontecer caótico del inquirir. Es por esto que los dispositivos


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no necesariamente son escenificados, sino que es el efecto de la irrupción inquisitiva. Ya después se busca re-discursivarlo con partículas aún fijas al logos. Los actos se despliegan en una transdiscursividad material, espacial, escritural y simbólica, esto, innegable, es acto-objeto expuesto. Cualquier otro es ese otro proceso.

La subjetividad es un acto político No podemos asumir reduccionismos. Lo político no sólo es el ejercicio del poder. Nos sabemos limitados, castrados, minusválidos intelectualmente. Eso no imposibilita continuar. Partimos de la subjetividad como el acto de inquirir, que por lo que hasta ahora hemos dilucidado, inquirir es un acto de coraje, es rompernos en concepciones, es tomar el vacío y vaciarnos para transmutar el caos y el vértigo –sin tiempo y sin espacio– en el proceso inquisitivo. Y sí, quedan remanentes, es la remi-

niscencia del eterno vacío que nos afronta en el rostro ajeno. Primordial acompañar el inquirir a partir y con el otro. Hay otro como sujeto, pero no sólo como sujeto, sino como posibilidad de concebirlo como algo, como otro, en búsqueda de un pleno reconocimiento y la misma búsqueda es el proceso mutuo de inquirir, relación, interno, externo, condiciones sociales, económicas, políticas que concretizan esta linealidad desplegada en esporas que muestran su cara más concreta cuando lo traslucimos con nuestro vacío, con nuestros vacíos, esa sombra de los a prioris, de postulados, de lógicas que nos preñan el sentido. Subordinados al discurso hemos domado el hablar a partir de la cosa, de creer que la cosa es y la palabra lo habla, lo representa (no discutiremos eso por ahora), necesitamos plantearnos la posibilidad ya enunciada; el proceso, el entre, la intersubjetividad. Más que eso, la transubjetividad, a través de la otra subjetividad. Rostro a rostro, palabra a palabra, pregunta a pregunta, inquisidor ante inquisidor, vacío frente a vacío y sólo una nada intangible pero conducto, pero viaducto, pero vía por donde, de donde se esparcen los saberes que chocan en estas materialidades llamadas individuos. Dicen: nadie libera a nadie, nos liberamos en comunión. Inquiero: frases no hacen, inquirir no es parafrasear; frases rigidizan, simplifican, taponean. Nosotros inquisidores, nos reconocemos con la eterna cicatrización por el vacío que fue el germen del intento de darnos un sentido. Y estos se han convertido en ficción con efectos en nuestro sentir, sin embargo. Y lo son porque nos toman de los prometeos no terminados de exponer. Nuestro más valioso objeto, el discurso es nuestro dios ante el cual bajamos la cabeza. Los saberes se cuidan, se(nos) explotan, se(nos) encierran. Sus fronteras son nuestros miembros segmentados. Y somos nosotros perros guardianes por cobardía a intentar subjetivarnos no hacia el solitario inquisidor o inquisidora, sino la práctica inter y transubjetiva que toma el entre como el campo de batalla. 63


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El otro, el cuidado de sí (vacío), la irrupción del coraje de inquirir. Porque la subjetividad no es posible pensarla sin política.

Política y subjetividad

Es tangible que lo macro se impone ante el ojo acostumbrado a los grandes eventos, a lo enorme y ostentoso. Mientras, el dolor está supeditado al confesionario y al diván. Por supuesto que lo macro está, se vive y se fragmenta y carcome la existencia. No hay lugar al vacío. Es el sentido. Como romper el hilo: sutil. Puedes pensar el actuar pasivo, sin espectador, sin receptor. Lo normal es lo deseado, lo normal y las figuras rígidas de la subordinación al logos, al discurso y sus pliegues que recaen en nuestros intentos de dar cuenta de nosotros mismos. El peligro de lastimar la idea de uno mismo si seguimos inquiriendo y entonces que la cobardía sea el

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reino de quien perdura en certidumbres talladas por la mano ajena que te hizo pusilánime. Consecuentemente, el deshilar y el inquirir requiere un trabajo de toda la vida, la artesanía de constituir las herramientas para labrar el espacio de la subjetividad, la política, los entres, los vínculos y las relaciones; trabajo de toda la vida. Referencias de imágenes: [Pintura de reunión de hombres].(s.f.). Recuperado de http://4. bp.blogspot.com/GHmf8Vy7AQY/UkBt39EFuMI/AAAAAAAAAyw/zQi2nQn7w4M/s1600/Karl+Marx+&+Friedrich+Engels+en+l a+imprenta+de+la+Rheinische+Zeitung,+Colonia++Museo+Marx+ &+Engels,+Mosc%C3%BA+%E2%9C%86+E.+Chapiro+%C2%A9+ %C3%91%C3%A1ngara+Marx.jpg [Fotografía de tres mujeres en calle].(s.f.). Recuperado de http://3.bp.blogspot.com/v3zosPTpqsQ/TeC_YVC325I/ AAAAAAAABiw/3G1o2haryVA/s1600/laplaya.jpg [Fotografía de marcha].(s.f.). Recuperado de http://cdn.eldeforma. com/wp-content/uploads/2013/09/marchaYosoy132-y-Mexicana.jpg [Fotografía de manifestación].(s.f.). Recuperado de http://www. lajornadajalisco.com.mx/wp-content/uploads/2012/06/yo-soy132-parque-estrellas-pag-7-a.jpg


PsicoanalizARTE El cuerpo Por Osvel Becerra

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esde hace mucho tiempo atrás en la historia de la humanidad se logró considerar al cuerpo como depositario de la fe, arrojándolo del terreno de su mundanidad. Filosóficamente hablando es una afirmación que integra la biología con la espiritualidad. Ese privilegio que fue pensar al cuerpo como algo más que carne es un avance interesantísimo. Actualmente los …nuestro cuerpo está psicólogos siguen cuerhecho por pliegues, de dividiendo po y mente para pliegues desplegables que poder delimitar al muestran la finita dimen- campo de estudio psicológico con la sión del cuerpo.» biología y la psiquiatría (que es solamente una y no dos, a propósito de algunos autores que erigen otra psiquiatría), también hay quienes han encontrado la tranquilidad en estudiar una parte del todo. Para otros psicólogos el cuerpo es solamente un depósito de influjos inconscientes que se tramitan de manera corporal, por ello el cuerpo lo «resiente» y la gente se vuelve «histérica», y por ello tiene máxima conexión con la mente. Considero pertinente que incluyamos las aportaciones anteriores como históricas y cimientos para poder darle lugar al cuerpo en el campo de lo subjetivo; sin embargo estos precursores no ensayan sobre lo real del cuerpo dentro de sus materias de estudio. El cuerpo humano está abordado en un sinfín de definiciones; sin embargo, para darle la acepción precisa tomaré aquella que define al cuerpo como un pliegue. O sea que nuestro cuerpo esta hecho por pliegues, de pliegues desplegables que muestran la finita dimensión del cuerpo. También hay que considerar al cuerpo desplegable en su mejor cara, con el fin de tomar otra idea sobre lo interno y lo externo. Dicho de otro modo, lo que sigue desplegándose después

de la epidermis son tejidos que subyacen a lo que popularmente se conoce como «la mejor cara». Habiendo entendido lo de antes, ¿Qué nos dirán nuestras palabras cuando confesamos «te amo por lo de adentro»? Dirían en chiste los gringos «that’s a good looking kidney what you have in there», algo así como que «ese es un riñón muy chulo», dirían los regios. Los pliegues del cuerpo van mostrando cada vez, yendo más hacía donde mismo, algo real. Dicho de otra manera y sin redundar, el cuerpo es una superficie y no una profundidad, si uno despliega todas sus paletas se encontrará con la misma resolución que el búho del comercial dio al niño que mordió el centro de la rica paleta. O sea que ya te lo acabaste desde donde empieza por que el cuerpo también termina donde empieza: en la nada. Más interesante que el cuerpo como pliegue es el cuerpo de los clasificados. Aquellos pobres que han caído en las garras de un patólogo con dos dedos de frente y un libro en el buró. Esos radicales del sistema de salud son un fino ejemplo de que el cuerpo es un atravieso; se les

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PsicoanalizARTE

atraviesa fulanito de tal con una enfermedad y, burocráticamente hablando, esa enfermedad está contando tiempo en la papelería y méritos del currículo de la experiencia. Tal es el caso de muchos lugares de salud en donde sabrá qué se hace, porque pretenden adecuar lo real del tiempo en el cuerpo a los procedimientos burocráticos, o sea que se inventan una enfermedad para el paciente con el fin de internarlo o curarlo más rápido. Es curioso como muchos de esos pacientes que no están enfermos, se enferman y se curan ¿Qué tipo de dispositivo subjetivo o mental está operando en ellos? Los clasificados entonces son una agrupación de personas que tienen nombre, edad, trabajo e hijos; pero dejémoslo en que tienen un nombre que pasa de ser fulanito de tal a «el psicótico», «la anoréxica», «el autista», «la híper-activa», y de esa manera el sujeto se ve envuelto en un disfraz que le permite mostrarse ante el mundo como ésta u otra clasificación. De acá se desprenden varios hilos: 1) la clasificación diagnostica y tiene repercusión en un sujeto social, y 2) la psicosis, ¿Tiene cuerpo? De manera que me decidiré por el número uno, porque el preclasificado integra su cuerpo a un grupo social con el gusto de convertirse en un clasificado, mientras que el lunático no tiene clasificación es un preclasificado por la muchedumbre, es a quien se le acuña la clasificación hecha por el doctor psiquiatra o el doctor psicólogo y, sin embargo, la psicosis es el real del cuerpo en su nimiedad, en su estado de nada; en este campo, el otro a cargo puede vislumbrar belleza o tragedia sin igual o simplemente los pliegues desplegados de un cuerpo hecho a pedazos como el de muchos, como el de nadie, como el de todos, con un orden singular. Esta manera de meter el cuerpo con un nombre o una clasificación es una distinción con la psicosis, el sujeto psicótico no busca un nombre ni una clasificación, es nombrado y clasificado. Podemos dar carcajadas porque al sujeto no le interesa de cual forma, le es igual. En la neurosis buscamos lo opuesto, las reuniones sociales son un interminable giro en una ruleta de calificativos. Las maneras de nombrar a un 66

cuerpo son ilimitadas, a diferencia de los pliegues que tienen un final material, los nombres del hombre son infinitos.

Referencias de imágenes: [Fotografía de escultura].(s.f.). Recuperado de http://siroco-encuentrosyamistad.blogspot.mx/2013/06/el-david-de-gerardo-madrigal.html [Fotografía de cuerpo plastificado].(s.f.). Recuperado de http://flic. kr/p/3KQodc


Quid

De mendigos y príncipes Por Iván Guerrero Vidales | gv.ivan8@gmail.com

D

esde este planteamiento se logra sobrepasar la limitación reduccionista del dualismo mente-cuerpo y se acepta un enfoque multidimensional y complejo sobre la realidad (Morín, 2001, en Lemos, Restrepo y Richard, 2008), mucho más compatible con la idea que tenemos hoy en día referente a las ciencias humanistas; también permite la posibilidad de que los fenómenos sean entendidos relativamente, es decir, que a partir de una realidad objetiva, se desprenda la subjetividad recargada de percepciones, comportamientos y emociones.

Hablar de psicosomática nos hace volver a los orígenes del ser humano para recordar que nuestros antepasados ya suponían que en la enfermedad coexisten elementos espirituales (psique) y terrenales (soma). Inicialmente considerados como elementos o realidades incompatibles, la discusión se extendió al dualismo cartesiano, hasta llegar a una integración totalizadora de un mismo fenómeno: la enfermedad revisada y entendida mediante un enfoque biopsicosocial.» Adicionalmente, la integración de sistemas biológicos, psicológicos y sociales permite entender la enfermedad como un proceso que ocurre a raíz de la interacción total entre la persona y el mundo que le rodea, en el cual emplea numerosos recursos para auto-organizarse en un mundo que tiende al orden y al caos, a la

salud y a la enfermedad. En esta conjugación, se combinan elementos objetivos, como las condiciones de vida, el nivel educativo, el empleo; y por otra parte elementos de la experiencia subjetiva, como por ejemplo, la percepción que se tiene sobre el propio estatus socio-económico, es decir, responder a la interrogante de: ¿Cómo me siento en la posición laboral que ocupo frente a la posición de mi compañero? o ¿Qué tan justo es mi sueldo?, ¿Es suficiente para alcanzar una vida plena?, ¿Qué necesito?, ¿Qué me hace falta? Sólo por mencionar algunas cuestiones. Volviendo al tema, de los múltiples resultados de la interrelación biopsicosocial hay uno que distingo del resto: el estatus socio-económico (ESE). Por esta línea de atención se han desarrollado investigaciones que buscan determinar el modo en que el estatus, la jerarquía social, influyen en la salud de las personas. La diversidad implica, definitivamente, desigualdad. Así, de mendigos a príncipes, ¿quién enferma más? Comenzando por la infancia, las circunstancias que se experimentan en los primeros 67


Quid: De mendigos y príncipes

años, por ejemplo, las condiciones de vida, el ingreso familiar, la educación parental y el empleo, tienen un valor crucial en la determinación del estatus socio-económico y la salud en la adultez (Aber, Bennet, Conley y Li, 1997; Gissler, Rahkonen, Jarvelin y Hemminki, 1998; Nelson, 1992; Roberts y Power, 1996; citados en Cohen et al., 2004), principalmente a través de la exposición a ambientes físicos y sociales adversos, mala nutrición, dietas altas en grasa, abuso de sustancias, pocas prácticas saludables (Lynch, Kaplan y Salonen, 1997, en Cohen et al., 2004), falta de acceso a la atención médica y estrés crónico. Estos mismos autores citados en el párrafo anterior mencionan en su estudio, en donde expusieron a los participantes de diverso estatus socio-económico a ciertos rinovirus, haber encontrado que menores años de posesión de un hogar se asocia con dos procesos involucrados en el desarrollo de enfermedades clínicas: mayor infección y mayor expresión de enfermedad. Según el estudio, el riesgo de desarrollar un resfriado común decrecía conforme iba en aumento el número de años en que los participantes reportaban que sus padres habían sido poseedores de una casa propia (Cohen et al., 2004). Otro factor objetivo del orden socio-económico es la educación, que según han referido algunos autores, personas con más de 16 años de escolaridad tienen sustancialmente menores tasas de mortalidad que aquellos con menos de 8 años de escolaridad (Cutler, LLeras-Muney y Vogl, 2008). En el tema de la ocupación laboral, la tasa de mortalidad parece incrementarse por cada rango ocupacional menor, siendo del más alto al más bajo las siguientes ocupaciones: 1) Ocupaciones gerenciales, ejecutivas y profesionales; 2) Ocupaciones técnicas, de ventas y administra68

tivas; 3) Ocupaciones de servicios, y 4) Obreros (Cutler et. al, 2008). Así mismo, se ha determinado que en los niveles socio-económicos más bajos, son más comunes las fuentes de un cierto tipo de estrés tóxico (entendido como nocivo para la salud) a través de problemáticas familiares, los problemas de trabajo, el desalojo, la violencia, la muerte prematura de las personas amadas; los ambientes adversos como espacios habitacionales abarrotados, calles ruidosas, aire contaminado, altos niveles de violencia, exposición a drogas ilegales y habitaciones de calidad inferior; aislamiento social, redes sociales dispersas y menos individuos que puedan proveer soporte material y emocional; la sensibilidad intensificada hacia la amenaza debido a la exposición repetitiva hacia ambientes amenazantes, lo cual incrementa la posibilidad de respuestas fisiológicas (Adler et, al, 2007).

De este modo, la idea central es que el nivel socio-económico abarca diversas dimensiones (Figura 1), entre mayor escasez de oportunidades, menores las necesidades satisfechas y por tanto mayor producción de estrés psicosocial, dando como resultado un deterioro de la salud (Brunner y Marmot, 1999; Wilkinson, 1999, en Cutler et. al, 2008). En este punto entra en


Quid: De mendigos y príncipes

juego la cuestión subjetiva de todo fenómeno. Hilando ideas, no se puede considerar sólo la situación per se, sino cómo vivo esa situación y si la puedo enfrentar. La vida pende del hilo que define si va hacia la salud o hacia la enfermedad, es el caos de esta inseguridad lo que ocasiona estrés; por lo tanto, una persona se siente estresada cuando una situación determinada es percibida como una amenaza y que, además, no cuenta con los recursos (físicos, psicológicos, sociales, materiales, etc.) necesarios para resolverla de forma adecuada, o al menos inmediatamente. En el caso de las personas de bajo estatus socio-económico, su nivel de vulnerabilidad es elevado. Al no contar con recursos monetarios suficientes, es altamente complicado hacer frente a las amenazas personales y sociales que les rodea. La exposición prolongada a este tipo de estrés, en adición a la agitación crónica, es lo que origina que los sistemas inmunológicos se vean afectados y sobrevengan las enfermedades físicas. Recordando a Maslow, de todas las necesidades enlistadas en su diagrama piramidal, es posible que estas personas experimenten continuamente dificultades que a la larga se conviertan en agentes tóxicos que van acumulándose, reduciendo la sensación de bienestar personal y por tanto, deteriorando la salud. Resulta aún más peligrosa la posibilidad de que esto se convierta en un círculo, dado que familias de estatus socio-económico bajo se enfrentan a situaciones cada vez más adversas, a la par de menores oportunidades de solventar los infortunios. Para un príncipe las exigencias de la vida se perciben como oportunidades, muy de acuerdo con una actitud de autorrealización; pero para un mendigo, las exigencias son estorbos, son una amenaza más. Por consecuencia, a menor estatus socio-económico, mayor estrés, mayor riesgo de contraer enfermedades y a la larga, peor salud, lo que conlleva a un ciclo de toxicidad de donde es difícil desprenderse. Para romper la condena de desdicha, quizá haga falta retomar la idea de Mark Twain; no hace 69


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falta que el mendigo sea confundido por un príncipe, más bien, me parece que hace falta que el mendigo se crea príncipe, claro está, con las complicaciones que trae consigo tal osadía.

Research Network on Socioeconomic Status and Health. Retrieved from www.macses.ucsf.edu/downloads/Reaching_for_a_Healthier_ Life.pdf Anderson, N. B., & Armstead, C. A. (1995). Toward understanding the association of socioeconomic status and health: a new challenge for the biopsychosocial approach. Psychosomatic Medicine, 57(3), 213-225. Recuperado desde http://www.psychosomaticmedicine.org/ content/57/3/213.full.pdf+html Cohen, S., Doyle, W. J., Turner, R. B., Alper, C. M., &Skoner, D. P. (2004). Childhood socioeconomic status and host resistance to infectious illness in adulthood. Psychosomatic Medicine, 66(4), 553-558. Recuperado desde http://www.psychosomaticmedicine.org/content/66/4/553.full.pdf+html Cutler, D. M., Lleras-Muney, A., &Vogl, T. (2008). Socioeconomic status and health: dimensions and mechanisms (No. w14333). National Bureau of Economic Research. Recuperadodesdehttp://www.nber.org/ papers/w14333.pdf?new_window=1 Lemos Hoyos, M., Restrepo Ochoa, D.A., Richard Londoño, C. (2008). Revisión crítica del concepto «psicosomático» a la luz del dualismo mente-cuerpo. Pensamiento Psicológico, Enero-Junio, 137-147. Referencias de imágenes: Anderson y Armstead (1995). Posibles factores que unen el estatus socio-económico y la salud (Cuadro, adaptado al español) Ba1969 (2011, Ago. 20) Grungy Money 1 [fotografía] Recuperado de: http://www.sxc.hu/photo/1361617 Laxmanpix (2007, Dic. 21) Children [fotografía] Recuperado de: http:// www.sxc.hu/photo/924304

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Adler, N. E., Stewart, J., Cohen, S., Cullen, M., Diez Roux, A. V., DowW., Williams, D. (2007). Reaching for a healthier life. San Francisco, CA: The John D. and Catherine T. MacArthur Foundation

Siguenos en las redes sociales Twitter: @SuiGenerisUANL Facebook: SuiGenerisUANL Correo: suigeneris.psi@gmail.com

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Entre MEMOrias y locura ¿Alguna vez pensaste que tal vez tú no eres demasiado grande... sino que tal vez este pueblo es demasiado pequeño? Por Guillermo Rocha

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s fin de semestre en nuestra universidad llegarán alumnos nuevos que con incertidumbre, pero sobre todo con la motivación de hacer las cosas bien, conocerán la propuesta de nuestra facultad, invariablemente como unos empiezan una etapa hay otros que la terminan, nuestros alumnos que se gradúan y cumplen el contrato de cubrir las materias que llenan el kardex para acercarse a cumplir lo necesario para recibir su título de Licenciado en Psicología. Pensando en eso me atrevo a compartirles algunos puntos que hubiera gustado escuchar al terminar mis estudios de licenciatura y que a través de errores y aciertos que he tratado de convertir en experiencias les escribo, esto es para ustedes.

Busquen el cómo sí. Es muy simple encontrar las necesidades o carencias del lugar en donde se encuentren, pero la vida laboral y también la personal va más allá de exigir y pedir…» Busquen el cómo sí. Es muy simple encontrar las necesidades o carencias del lugar en donde se encuentren, pero la vida laboral y también la personal va más allá de exigir y pedir, o en el peor de los casos de quejarse, es por eso que tendrán que sacar su creatividad e ingenio para reunirlo con el conocimiento y buscar siempre el cómo sí se puede hacer algo en base a

lo poco o mucho que se tiene, sean propositivos, desarrollen formas de trabajar, anímense a crear proyectos y abrir nuevos caminos para la aplicación de la psicología, consideren que no todo está escrito y hay un mundo por conocer. Usen los libros a su favor y no en contra. Corremos el riesgo de pasar la vida encerrados en la biblioteca y nos olvidamos de hablar y sobre todo de escuchar a las personas, nuestro trabajo no se basa en quién ha leído más libros o en quién cita o parafrasea a un determinado autor, tampoco se trata de usar frases rimbombantes que sólo enreda al que nos trata de entender, usen los libros a su favor, úsenlos para crecer y atreverse a intentar, cuiden de no caer en la idea de que hasta que lea determinado libro o hasta que estudie tal cosa empezaré a creer que sé lo que tengo que hacer. Generen el trabajo en equipo. Hoy en día el trabajo multidisciplinario es una necesidad, es vital aprender a trabajar con otros psicólogos, con médicos de distintas especialidades, conozcan y empápense de la vocación de servicio del personal de enfermería. Aunque se considera que el trabajo del psicólogo es solitario y se desempeña dentro de cuatro paredes, en realidad va más allá de eso, formamos parte de una comunidad que tiene mucho que aportar, existen tantas necesidades cotidianas que requieren que estemos preparados para hacer un buen trabajo. Hagan más de lo necesario. Traten de sobresalir en lo que sea que hagan, eviten la mediocridad de hacer sólo lo que se pide y cumplir 71


Entre MEMOrias y locura

solamente, busquen hacer más de lo normal, eso no implica desgastarse, sólo se trata de comprometerse y dedicarse a hacer lo mejor posible buscando superarse a sí mismo, les aseguro que la satisfacción los impulsará a buscar cada vez más. Sean confiables. Desde la manera o fundamento teórico en que entiendan el concepto de confianza, creo que no hay nada más importante en nuestro trabajo que generar el ambiente necesario y transmitirle a nuestro paciente que está en confianza. Compartan su experiencia. Todo lo que hagan considérenlo valioso, pero no se lo queden, nada nos daría más gusto como maestros o supervisores que el verlos regresar a nuestra facultad y conocer, pero sobre todo aprender de su trabajo. 72

Disfruten sus logros y aprendan de los momentos difíciles, construyan su propia identidad como profesionista que concuerde y genere satisfacción a su persona, busquen abrir sus propios caminos, recorran por donde nadie ha ido y lleven en alto su profesión, identifiquen cuando estar en el mismo lugar se convierte en una limitante que hace que el crecimiento sea engañoso, no se estanquen y como a algunos les pude decir: ojalá que un día nos encontremos en la cima, querrá decir que ustedes han llegado, querrá decir que yo también lo conseguí. Referencias de imágenes: [Fotografía de hombre viendo la cuidad].(s.f.). Recuperado de http:// www.evolllution.com/distance_online_learning/reading-the-mooc-tealeaves/


Artículo

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La Revista sui generis de la Facultad de Psicología de la uanl y

La Revista Lúdica Publicación de Guatemala Hacen de su conocimiento el acuerdo mutuo de colabor ación, en el cual se intercambiar án textos de ambas universidades con el fin de enriquecer el contenido editorial y compartir la diversidad de perspectivas de psicoanálisis.

Se puede consultar en la página www.revistaludica.com Y la dirección de correo electrónico es info@revistaludica.com

Más información sobre Lúdica: Lúdica es una revista virtual que surge como un espacio para el intercambio de ideas y conocimientos psicoanalíticos estimulando propuestas novedosas que jueguen con las clásicas fundamentales del psicoanálisis. Reconociendo los alcances de los diversos enfoques psicoanalíticos, se abre este espacio para complementar las diversas

perspectivas que componen este campo, brindando mayor riqueza al quehacer clínico al estimular nuevas inquietudes y nuevos senderos en la práctica clínica. En estas páginas fundamos un lugar de respeto y diálogo para las distintas teorías psicoanalíticas con el objetivo de inaugurar un nuevo espacio psíquico convergente para quien acuda a su lectura.


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