Revista SuiGeneris #29

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Publicación Gratuita

ISSN: 2007-3119

Febrero-Marzo 2014, Año 6 Número 29 www.SuigenerisFapsi.com

Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología


Contenido Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector Ing. Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Dr. Ubaldo Ortiz Méndez Secretario Académico Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura

1 Carta del editor 2 Editoriales: “Paternidad, Maternidad y nuevas familias: Problemáticas actuales” Por Aracely Franco Alcocer

4 Editoriales: “Padres divorciados: Trabajando en equipo cuando ya no son pareja” Por Hanna Kahn

6 Editoriales: “Paternidad, Maternidad, Nuevas Familias” Por Patricia Chavero

7 Editoriales: “Formar familia, ser padre y estudiante universitario” Por Alejandra Salguero Velázquez

12 Editoriales: “La tierra de la ternura padre—hijo más allá de la filiación biológica” Por Flor de María Gamboa Solís

Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones

18 Editoriales: “El debate de la corresponsabilidad parental en España”

Mtro. José Armando Peña Moreno Director de la Facultad de Psicología

Por Dra. Paloma Fernández—Rasines

Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica

24 Editoriales: “De los padres y la paternidad” Por Pedro López

Mtro. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Subdirector Administrativo

26 Dil intro de la FaPsi: Noticias varias 34 Temática central: “El abordaje terapéutico con familias adoptantes: nuevas formas de parentalidad”

Dra. Blanca Idalia Montoya Flores Subdirectora de Proyectos Educativos y Asistenciales

44 Temática central: “Derivaciones de una maternidad biotecnológica: problemas Genéticos”

Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Manuel Guadalupe Muñiz García Subdirector de Investigación Omar Méndez Castillo Editor responsable Iris Reyes Escobedo Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. Comité editorial César Tóvar Jefe de Redacción Monserrat Reyes Luis Coronado Prestatarios de servicio social Equipo de Redacción Ramiro Ruiz Castillo Diseño Luis Ángel Pérez Velazco Diseño web Jonatan Olvera salvador Director Creativo FRAMELOVA Diseño de portada Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com

Por Alicia Monserrat y Mayte Muñoz

Por José Vieyra Rodríguez

48 Temática central: “De Tipos de paternidad a lo largo de la historia” Por Nieri, L.

52 La entrevista: a Joseph Knobel Freud acerca de la maternidad, paternidad y nuevas familias. 56 Dossier: “¿Aún existirá la individualidad? Acerca de renunciar a ser un sujeto, pero no un deseo” Por Mario Carvajal Rivera

59 Dossier: “Violencia de género: Expresión de un paradigma histórico y social” Por José Domingo Gatica Juárez

68 Psiquecinema: “La otra familia” Por Karla Ivalisse Perales Herrera

75 Estante: Entrevista a la Dra. Martha Liévano Franco 77 Maktub: El «american dream» Por Laura Isabel Ortiz G

81 En construcción: “Subjetividad y dispositivo” Por Baruch Martínez Treviño

91 Psicoanalizarte: “Lo ominoso en el amor shakesperiano” Por Osvel Becerra

94 Quid: “Licenciado en Parentalidad” Por Iván Guerrero Vidales

99 Entre MEMOrias y locura: “Tan cerca de los libros y tan lejos de las personas” Por Guillermo Rocha González

SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 6, Nº 29, Febrero-Marzo 2014. Es una publicación bimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Mendez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 28 de Abril de 2014, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2013 suigeneris.psi@gmail.com


Carta del editor

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n Sui Generis estamos celebrando nuestro 5to aniversario y queremos aprovechar para agradecer y felicitar a quienes han sido parte de este equipo, a quienes han formado este proceso y a quienes han aportado su tiempo, espacio e interés en este proyecto, a alumnos, integrantes, editores, directivos, colaboradores y claro está, a usted, amable lector. A día de hoy somos una revista oficial de la U.A.N.L. a través de la Facultad de Psicología y contamos con ISSN, lo que nos presenta como una referencia importante para la publicación de textos, ensayos, abstracts y entrevistas relacionadas a la Psicología así como de temas de interés general sin perder el objetivo que en un inicio nos trazamos, ser una revista donde los estudiantes pudieran hacer uso del espacio para expresar sus ideas y sus teorizaciones relacionadas a la academia, algo que también celebramos. Formar parte de SUI GENERIS ha implicado un sacrificio muy grande para todos nosotros al hacer compatible nuestra labor en la revista con nuestros estudios, trabajos, vidas personales y aficiones, así de grande también ha sido la gratitud y la satisfacción, además de la gran fortuna de compartir y conocer, a través de este medio, a grandes y queridos seres humanos. Aprovechamos también para hacer extensiva la invitación a nuestros lectores a que sigan enriqueciendo esta publicación, a que sigamos reflexionando, debatiendo y argumentando, a que compartan su sentir y su pensar a través de nuestras páginas. Esperamos seguir celebrando muchos años más. Iris A. Reyes Escobedo Omar Méndez Castillo Editores

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Editoriales Paternidad, Maternidad y nuevas familias: Problemáticas actuales Por Araceli Franco Alcocer

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a evolución de la sociedad modifica los parámetros de las familias. Las crecientes problemáticas económicas, el desempleo, la mujer con mayor participación laboral, entre otros, y la dificultad para vivir al día, han hecho que los candidatos a consultar a un psicoanalista ahora lo hacen con nuevas peticiones: quieren «tips», recetas. El derecho a la salud y al bienestar, han acentuado la exigencia de eficacia y rapidez. La modernidad nos exige «ser eficientes y eficaces y… rápido». Los resultados deben ser espectaculares; el síntoma debe suprimirse de inmediato. Se desconfía de la transferencia y ya no se quiere emprender un trabajo «largo». Al tiempo que aparecen terapias que tranquilizan tanto como los antidepresivos. No hay tiempo que perder, hay que curarse rápido, sin arriesgarse demasiado por el camino de la, dizque «dependencia». La parentalidad ha sufrido grandes cambios con la modernidad. Los padres hoy se preocupan mucho más por el «que-hacer» que por el «ser» padres. A los niños de hoy se les exige que crezcan rápido, que se conviertan en niñosadultos, y lo curioso es que frente a ellos, los padres quedan infantilizados en su función. Estamos en los tiempos de la Inmediatez. Todo rápido y bien. Los medios de comunicación colaboran para crear confusión en los padres con programas que ofrecen soluciones rápidas y que pueden singularidad a lo prefabricado. La peor manera de traicionar al psicoanálisis es pretender ignorar al inconsciente. Dar soluciones-recetas, hacer generalizaciones, es negar su existencia.

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La modernidad ha modificado los paisajes del psicoanálisis. La clínica ha ido adoptando nuevas formas, los síntomas tomando nuevos nombres, incluso las problemáticas de los niños se nos presentan con nuevos matices. Hoy los padres nos consultan solicitando soluciones «fáciles» que resuelvan prontamente lo que le acontece a su hijo. Cada vez están menos interesados en preguntarse sobre lo que pasa con su hijo; mucho menos implicarse. Y paradójicamente, escuchamos en ellos un deseo de prevención, de la mano con el de perfección en sus hijos. Ahora ellos desean escuchar del profesional Psi, la certeza y la garantía científica de que hay que buscar la perfección, y que sí existe.

Participación en la Mesa: «Maternidad, Paternidad: Actualidad de la Familia», durante el 5º. Aniversario de la Revista SUI GENERIS, 19 de Marzo, 2014, UANL, Monterrey, N.L

Curiosamente fue el mismo Freud quien nos transmitió que una educación lograda, era una educación que tiene los suficientes defectos como para ser cuestionada por los hijos en su adolescencia. Recordemos, para la teoría psicoanalítica, sólo cuando hay falta puede haber deseo. Los padres en esa búsqueda de sus ideales y de perfección, acuden a nuestros consultorios, y detrás de su petición de consejos, orienta-


Editoriales: Paternidad, Maternidad y nuevas familias

ción, tips y recetas, uno alcanza a escuchar un sufrimiento. Un sufrimiento que alude a una fractura en sus ideales de padres y sus ideales respecto a su hijo. Surge ahí un cuestionamiento ante esas peticiones iniciales de prontitud y rapidez: ¿Los psicoanalistas en la actualidad, en nombre de la pureza analítica, debemos recibir a esas familias con un pedido tal, en el que no se evidencia una propia demanda de análisis?... Y a modo de respuesta me pregunto… ¿y no es justamente cuando NO sabemos que es lo que hace sufrir al otro, cuando la escucha psicoanalítica está más justificada? Cuántos padres hoy en día nos consultan, porque después de haber pasado por una lista interminable de médicos, concluyen éstos sugiriendo que «las dolencias de sus hijos son por estrés» (SIC); o porque su hijo presenta un padecimiento orgánico que sería inadmisible no considerar en lo que sucede en su relación con los otros; o porque está demasiado angustiado, porque presenta fracaso escolar; por qué es un adolescente problematizado... y así un sinfín de inquietudes en relación al desarrollo de sus hijos. Considero que la infancia y la adolescencia, son procesos complejos como para que una receta pueda traerles remedio. Es trabajo nuestro el tratar de poner en juego con el niño, su capacidad de encontrar su propio deseo, para poder descifrar con él de su

sufrimiento, de tomar la palabra y hacerla suya y no solo de ser hablado por los otros. En una modernidad en que el niño es cosificado cada vez más, por lo que debemos de poner el acento hoy más que nunca, sobre la cuestión del sujeto y de intentar volver a dar a cada uno su lugar. Es entre otras cosas, muchas veces por la que los niños sintomatizan; precisamente por no poder ‘despegarse’ del discurso de sus padres. Nos corresponde a nosotros, los profesionales «Psi», el no hablar de buenos o malos comportamientos de los niños que recibimos y atendemos. Pero sí, el evitar tener como proyecto el restablecer una norma. Se trata de ayudar al niño a seguir deseando, les guste o no a las personas grandes. Recordemos que el psicoanálisis promueve al sujeto en la singularidad de su deseo. Deseo de simbolización, deseo de seguir deseando. Cuando unos padres acuden a consultar-me, a solicitar «mi consejo» para su hijo, corresponde desde mí función, que más que cerrarles la puerta, porque no evidencian una franca demanda de tratamiento para su hijo, habrá que intentar, desde nuestro lugar de analista y desde nuestra escucha, el ubicar, más allá del consejo, cuál es el pedido y el sufrimiento en juego y, junto con ellos, ir construyendo una verdadera demanda. Buscar un consejo en una consulta con un psicoanalista es muy distinto de aplicar 3


Editoriales: Paternidad, Maternidad y nuevas familias

una receta de un manual. Si el analista puede re-ubicar la pregunta en juego. Se trata que como analistas, que desde nuestra escucha e intervención, abramos preguntas más que obturarlas con respuestas superficiales y «eficaces», De poder ayudar a los padres a preguntarse y construir las respuestas. No hay recetas. Es un inventarlas cada vez y con cada quién. Es un ayudar a los padres a re-posicionarsae en su función de padres y a implicarse en lo que a su hijo le acontece. Se trata de un re-introducir al niño en las leyes humanas de manera estructurante y no normativa. El acceso a una palabra estructurante plantea la cuestión del deseo. ¿Cómo encarar como familia, como padres, los cambios que nos exige la actualidad? El trabajo que nos toca a los psicoanalistas, radica en poder con ellos descubrir que cada uno reacciona a su manera, que son resultado y llevados en su función, desde sus propias historias; que tienen que acudir a su propio saber inconsciente, hijos de padres que deben ser padres de sus hijos para ayudarles a crecer, así como ellos lo hacen como padres; que no hay familias perfectas y que así como el amor, la agresión es parte del mundo de los humanos. ¿Será justamente la condición humana lo que nuestro mundo actual quisiera olvidar? Sobre la autora: Psicoanalista. Clínica de niños, adolescente y adultos. Y clínica de los problemas en el desarrollo, Miembro fundador de AMERPI AC. (Asoc. Mexicana para el Estudio del Retardo Mental y la Psicosis Infantil). Distrito Federal. Miembro Fundador e integrante activo del EQUIPO REDES (Equipo interdisciplinario en atención a los problemas en el desarrollo), Monterrey, Nuevo León. Integrante del equipo del Instituto de Bienestar Integral del Centro Médico Zambrano Hellion-TEC SALUD. A cargo del Servicio de Psicología Clínica del Centro Médico de Especialidades, del CAM San Gilberto, FSGETEC SALUD. Interconsultante del Hospital San José y del Centro Médico Zambrano Hellion- TEC SALUD Referencias de imágenes: [Imagen de familia en terapia]. (s.f). Recuperado de http://www. psychologymajors.com/marriage-and-family-therapy [Dibujo infantil de familia]. (s.f). Recuperado de http://blogs.evtrib. com/evmoms/2013/05/02/brave-to-write-brave-to-live/

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Padres divorciados: trabajando en equipo cuando ya no son pareja Por Hannah Kahn

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ara nadie es novedad que el divorcio en nuestra entidad está alcanzando cifras cada vez más alarmantes. Según datos del INEGI, en 1980 había 4 divorcios por cada 100 matrimonios, para el 2011 se contaron 16 divorcios por cada 100 matrimonios. Nuevo León es uno de los estados del país donde mayor proporción de divorcios existe (INEGI, 2011) Aun cuando el divorcio en nuestra Para un niño, el divorcio es sociedad ha dejado de ser el tabú que era la muerte de la familia como la hace cincuenta años, conocía hasta ese momento.» para los niños sigue siendo traumático y se ha asociado a síntomas de depresión que, de no ser tratados, pueden permanecer hasta la edad adulta. Incluso aquellos niños que han visto a sus padres discutir y pelear por años se enfrentarán a algo muy difícil con el divorcio. Para un niño, el divorcio es la muerte de la familia como la conocía hasta ese momento. Para muchos niños no se trata tan sólo de superar el trauma del divorcio; sino, muchas veces, implica estar el centro de una batalla legal y psicológica, ser testigos de la agresión y odio entre sus seres más queridos y, en algunos casos, dejar de ver a uno de sus padres por completo.


Editoriales: Padres divorciados

Es por esto que el trabajo con los padres es una parte integral del tratamiento de los niños. Las parejas en proceso de divorcio representan un reto especialmente difícil para el terapeuta, ya que necesitará lograr una buena alianza con cada uno para que no sientan que toma partido y lograr que trabajen en equipo. Las sesiones conjuntas puedes ser muy incómodas para papás que no están en buenos términos, por lo que también se puede trabajar con sesiones por separado mientras se mejora la relación entre ellos. En cualquier caso, es necesario lograr que encuentren la motivación para comprometerse con la terapia, dejando claro que el mejor escenario para la salud mental del hijo es que padre y madre se lleven bien y estén juntos. Si esto no es posible, el segundo mejor escenario es que sus papás se lleven bien y vivan separados. El tercer escenario es que papá y mamá continúen viviendo juntos y llevándose mal. El peor escenario y tristemente uno muy frecuente, es aquel en donde los padres deciden separarse pero siguen peleando después del divorcio. Para disminuir el efecto negativo del divorcio en la vida de los niños, los padres tendrán que hacer un esfuerzo muy grande para poder llevarse bien como papás. El trato entre ellos, aun cuando estén en pleno proceso de divorcio, deberá ser siempre amable, sin caer en un trato tan amistoso que alimente el deseo del niño de verlos juntos como pareja otra vez. Alguna vez escuché a un terapeuta infantil aconsejar a los padres separados tratarse como se trata a la cajera del banco, con una cordialidad que no implique demasiada familiaridad. Otro punto importante es el relacionado a la custodia y las convivencias. Las decisiones sobre dónde vivirá el niño y cuándo verá a cada uno de sus padres tienen que ser tomadas por los adultos, ya que poner a los niños a decidir con quién se quedarán la noche o con quién pasarán

la Navidad inevitablemente crea un conflicto de lealtades, teniendo que escoger a uno de sus padres sobre el otro. Es importante que los padres entiendan que el niño necesita tener una casa que sea su hogar y la otra sea la casa del padre (o madre) en donde se queda algunos días predeterminados. Es decir, no puede repartirse el tiempo del niño en partes iguales entre las dos casas ni vivir una semana aquí y otra allá. Después de un divorcio lo ideal es tratar de que la rutina de los niños se vea lo menos afectada posible. Mientras más predecible, conocida y cómoda sea su rutina diaria, más tranquilidad puede tener el menor sobre el futuro, a pesar del divorcio. Cualquier cambio mayor puede despertar ansiedad, por lo que conviene que, de ser posible, continúen con sus actividades diarias como siempre las han tenido y se posterguen cambios importantes hasta que hayan tenido algunos meses para adaptarse al divorcio. Estos cambios incluyen cambio de casa, regreso de la mamá a trabajo, mudanza de ciudad, etc. El último punto que quisiera tocar es tal vez el más importante. Aunque resulte obvio decirlo y sea casi como un cliché, es pésima idea hablar mal del ex frente al hijo. Es una necesidad del niño tener una imagen positiva de ambos padres para poder sentirse bien consigo mismo. Los padres necesitarán resistir la tentación de criticar o desenmascarar al otro padre en conversaciones con el hijo. Hay situaciones en las que puede ser necesario informar al hijo de hechos desagradables que llevaron al divorcio. Darle esta información al niño puede ser la única forma en que se entere de estos hechos por boca de sus padres, para evitar que se entere por otro lado. Si acaso es necesario comunicar al niño hechos desagradables que llevaron a la decisión de divorciarse, 5


Editoriales: Padres divorciados

siempre hay que estar claros en que lo que se desaprueban son las acciones y no a la persona. Si la tendencia actual continúa, cada vez será más frecuente que los terapeutas nos enfrentemos a las secuelas del divorcio en el consultorio, por lo que es muy importante que los psicólogos en formación estén bien preparados para atender estas situaciones. Conocer los efectos del divorcio en las diferentes etapas de la vida y desarrollar habilidades para trabajar con papás que no se llevan bien son requisitos básicos para todo aquel que quiera dedicarse a la clínica con niños.

encontramos con otra encrucijada No se trata de cuestionar teórica. Suele persi las parejas homosexuales derse de vista a qué nos referimos desde el tienen más o menos cantidad psicoanálisis cuando de amor para sus hijos, o si tiedefinimos la homosenen mayor o menor capacidad xualidad. Es frecuenpara criarlos, que las parejas te oír algunas voces heterosexuales. El psicoanálisis que lo critican por considerar que sus no establece juicios de valor en postulados tienen un ese sentido» sesgo discriminador y hasta cierta distorsión histórica por la época en que surgieron o, lo que es peor aún, se le adjudica una mirada denigratoria cuando se interpreta erróneamente el concepto de perversión. Superando estas discusiones, podemos pensar que se trata de un tipo particular de elección de objeto y que habrá que investigar en el caso por caso cuáles han sido las condiciones singulares de dicha elección. En un trabajo de investigación realizado en colaboración con colegas de Buenos Aires, concluimos que:

Sobre la autora: Estudió licenciatura en Psicología en la UDEM, maestría en Psicología clínica con orientación Psicoanalítica en la UANL, maestría en educación en la New Shampire University y maestría en Terapia y de Pareja en el CIFAC, actualmente se dedica a la consulta privada. Referencias de imágenes: [Fotografía de familia rota]. (s.f.). Recuperado de http://i.huffpost. com/gen/1039242/thumbs/o-PARENTS-DIVORCE-facebook.jpg [Fotografía de familia sentada]. (s.f.). Recuperado de http://i.huffpost.com/gen/1185949/thumbs/o-KIDS-DIVORCED-PARENTSfacebook.jpg

Paternidad, Maternidad, Nuevas Familias Por Patricia Chavero

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La homosexualidad es un destino pulsional posible.

Es una construcción que deja entrever lo traumático vivenciado por el yo, en un intento restitutivo.

l tema que nos convoca suscita, general• No se trata de una “libre elección”: hay un mente, fuertes debates y discusiones. Los determinismo provocado por mortificaciones cambios sociales, jurídicos y culturales, si narcisistas, decepciones e injurias vividas en bien son necesarios para el progreso y el avance de la infancia temprana. la sociedad, provocan incertidumbre y malestar. Las «nuevas familias» que surgen a partir de • Siempre hay historias de dolor y sufrimiento, situala conformación de parejas del mismo sexo y su ciones traumáticas que, al ser silenciadas, producen descendencia, nos obligan a replantear concepdesmentida y escisión en el aparato psíquico. tos y a repensar teorías. Considero que es muy Desde una perspectiva psicoanalítica entonces, importante para los psicoanalistas que podase trata de investimos debatir sin perder de vista los conceptos gar los mecanismos fundamentales que definen a nuestra disciplique intentan negar na. Opinar desde la filosofía, o la sociología, o el conflicto edípidesde un punto de vista religioso o moral nos co, recuperando la alejaría de nuestro corpus teórico y provocaría memoria del dolor una mayor confusión. a fin de hacer posiPensar la homoparentalidad implica definir ble su elaboración. el concepto de homosexualidad. Y aquí, nos

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Editoriales: Paternidad, Maternidad, Nuevas Familias

No se trata de cuestionar si las parejas homosexuales tienen más o menos cantidad de amor para sus hijos, o si tienen mayor o menor capacidad para criarlos, que las parejas heterosexuales. .El psicoanálisis no establece juicios de valor en ese sentido. Ni se propone ubicar como opuestas y antagónicas las salidas sexuales, ni hacer de ellas una lectura valorativa. Pero sí le concierne la indagación de lo histórico subjetivo, la memoria del dolor, aquello sufriente que en ocasiones persistirá zanjando grietas y repeticiones en la vida anímica de los sujetos.

Las «nuevas familias» exigen nuevos desafíos. Como psicoanalistas, y especialmente aquellos que trabajamos con niños y adolescentes, debemos escuchar esta nueva configuración familiar y sus vicisitudes, sin prejuicios ni reduccionismos estigmatizantes. Debemos investigar las historias familiares, los mecanismos psíquicos, las identificaciones y la construcción de la identidad en los niños, como así también, revisar las condiciones en que se construye, en cada caso singular, la filiación y la sexualidad. Utilizando en nuestra práctica clínica las herramientas que el psicoanálisis nos ofrece, podremos observar cuáles son los efectos que las homoparentalidades producen en la subjetividad de los hijos. Sobre la autora: Psicóloga, egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Psicoanalista y miembro adherente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), especialista en niños y adolescentes. Docente y supervisora en la especialidad de niños y adolescentes del Colegio de Psicólogos, distrito XII, Quilmes, provincia de Argentina. Referencias de imágenes: [Imagen de familia en terapia]. (s.f). Recuperado de http://www. psychologymajors.com/marriage-and-family-therapy [Dibujo infantil de familia]. (s.f). Recuperado de http://blogs.evtrib. com/evmoms/2013/05/02/brave-to-write-brave-to-live/

Formar familia, ser padre y estudiante universitario Por Alejandra Salguero Velázquez (alevs@unam.mx) | UNAM — FES Iztacala

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a maternidad y paternidad como prácticas socioculturales, incluyen lenguajes, imágenes, símbolos, roles, regulaciones de edad y momentos en la vida en los cuales éstas se pueden llevar a cabo, generalmente en la adultez, al terminar una carrera profesional y formalizar la relación de pareja. Sin embargo, no siempre es así. Un caso particular corresponde a los jóvenes universitarios. Acercarnos a su mirada permitirá comprender procesos complejos como la paternidad y la formación de una familia en esos momentos de la trayectoria de vida. Existe un discurso desde las instituciones, que sanciona la sexualidad y la reproducción en los jóvenes, sobre todo cuando están en la universidad, porque se contrapondría con el cumplimiento de los tiempos y responsabilidades desde las instituciones educativas y familiares. Hay poca investigación sobre las implicaciones del embarazo en los jóvenes varones, lo que significa para ellos ser padre; las barreras familiares, institucionales y sociales en la vivencia de la paternidad en jóvenes que han decidido ser padres involucrados y responsables, o quienes han finalizado su relación con la madre del niño, o no quieren jugar un papel activo como padres. Es importante dirigir los esfuerzos para incorporarlos como parte del entramado de relaciones institucionales, familiares, de pareja, con amigos, compañeros de escuela, etc. Pues un evento como el embarazo, la maternidad o paternidad los lleva a re—significar su identidad. Un aspecto fundamental en la vivencia y prácticas de paternidad es la relación con la pareja. Esto incluye el deseo por los hijos y la manera en que éstos se insertan en el proyecto de vida. Algunas investigaciones en Latinoamérica sobre paternidad son las de Fuller (2000) y Viveros (2000) quienes encuentran que para 7


Editoriales: Formar familia, ser padre y estudiante universitario

los varones es un proceso de de una pareja, llevándolos transformación, de camNos enfrentamos a di- a «normalizar» el embarabio a un nuevo período de zo, considerado y signifiversas, variadas y complejas vida que es la adultez, una cado como «algo normal». formas de ser joven universita- Los datos coinciden con responsabilidad que implica rio. Ya no es sólo producto de los de Stern (2004) en el la renuncia a su autonomía individual y un mayor comuna prolongada construcción sentido de que, no sólo promiso material y moral, y histórica social que la liga al las condiciones socioculademás representa la necesiturales del contexto, sino paso por instituciones educadad de establecer un vínculo las expectativas de los jótivas, sino que adquiere una venes están presentes en con la pareja y los hijos. complejidad en el entramado los procesos de relacionaEn México, Rojas (2000), Jiménez (2001) y Salguero de las relaciones sociales que miento con las parejas, la (2002) coinciden en que ser establece en el mundo social vivencia de la sexualidad padre es un hecho irreversiy la reproducción. Los en el que participa.» ble que cambia radicalmente jóvenes con bajo nivel sola vida, para algunos entrevistados la decisión cioeconómico y de escolaridad, son quienes ante de tener hijos forma parte del proyecto de vida la inminencia de un embarazo incorporan la que van construyendo con la pareja, significa paternidad, algunos comentan que «no usan una responsabilidad pero también es una expe- métodos anticonceptivos, porque si llegara un riencia emocional, de aprendizaje permanente embarazo se responsabilizarían», incorporan la y que disfrutan. formalización de la unión con la pareja y el ser Para Salguero y Pérez (2011) la paternidad padres como algo «normal y esperado». Ante la noticia del embarazo, la familia, los amigos y forma parte de un proceso complejo y diverso que cambia y se transforma a partir de múlti- el contexto que les rodea terminan aceptándolo. Algunos dejan la escuela y tienen que buscar un ples influencias como podrían ser el momento trabajo que les permita cumplir con la obligade conformación de la familia, los procesos de ción y responsabilidad. negociación que se gestan al interior de ella, la decisión de tener hijos y los requerimientos de En el caso de jóvenes universitarios no se la pareja. Haces (2006) investigó en hombres considera tan «normal» la idea de un embaray mujeres del municipio del Valle de Chalco zo, ya que en ese momento de la trayectoria de cómo se significa la paternidad, encontrado que vida se contemplaría el involucramiento en las en ocasiones hay confrontación de los varones actividades académicas y no en procesos como el noviazgo, relaciones amorosas y la sexualidad, con sus parejas por las exigencias de ellas de eso se dejarían para otro momento, pues la foruna mayor participación. Considera que en la generación de los jóvenes se comienza a cues- mación universitaria sigue considerándose una tionar la figura tradicional del padre y la madre, posibilidad de movilidad social ascendente, el observándose deslizamientos encaminados a transformar las figuras estereotipadas de estos roles. De Jesús y Cabello (2011) investigaron la vivencia y significado de la paternidad en la trayectoria de vida de varones adolescentes. Sus resultados muestran que el tipo de relación familiar se convierte en algo fundamental influyendo el interés de los jóvenes para continuar sus estudios, lo cual se asoció con el embarazo 8


Editoriales: Formar familia, ser padre y estudiante universitario

recurso para alcanzar mejores condiciones de trabajo y un mayor disfrute de la vida en general (Testa y Sánchez, 2003). Nos enfrentamos a diversas, variadas y complejas formas de ser joven universitario. Ya no es sólo producto de una prolongada construcción histórica social que la liga al paso por ins-

de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, ubicada en el Estado de México. Nuestro primer acercamiento, permitió recuperar las experiencias y significados sobre la relación de pareja, vivencia de la sexualidad, embarazo y paternidad.

Relación de pareja y vivencia de la sexualidad

tituciones educativas, sino que adquiere una complejidad en el entramado de las relaciones sociales que establece en el mundo social en el que participa. En algunos casos, la conjunción entre maternidad/paternidad temprana, la continuidad educativa y el consumo de bienes propios a la cultura juvenil: recitales, salidas nocturnas, etétera, forman parte del ser joven. Reconocer la diversidad de formas de habitar la juventud y prácticas de paternidad requiere de un enfoque detallado de las diferencias individuales, actividades, compromisos y recursos disponibles como la escolaridad, la relación con sus propios padres y madres, la información recibida a través de los recursos culturales, lo cual va conformando la trayectoria de vida de un joven y su construcción de identidad como padre (Salguero y Pérez, 2008). Esto no sólo es obvio, sino que resulta mucho más complicado y diverso de lo que se podría imaginar. Con base en lo anterior, es que resulta de suma importancia analizar la vivencia de la paternidad y el formar familia en la trayectoria de vida de estudiantes universitarios. Los datos que forman parte de este trabajo, incorporan entrevistas a profundidad con estudiantes varones de la carrera de psicología

Los jóvenes entrevistados comentan que en ocasiones tienen relaciones sexuales sin el uso de anticoncepción, lo cual coincide con Facundo y Vásquez (2008) con jóvenes colombianos, señalando que a pesar de la incorporación discursiva de los derechos sexuales y de la retórica de la responsabilidad compartida a través de la proliferación de programas de prevención y planificación, las relaciones sexuales sin uso de anticoncepción en los jóvenes son bastante frecuentes. El pensar en una relación consolidada con la «novia», valida desde su perspectiva el que no se recurra al uso de la anticoncepción, asumiendo que de cualquier manera se llegarán a casar y tener hijos, aun cuando ambos estuvieran estudiando en la universidad. Se podría argumentar que la idea del cuidado del otro, en la práctica no lo incorporan los jóvenes, por lo menos no en la corresponsabilidad en las decisiones reproductivas y anticonceptivas.

Embarazo y paternidad Dado que no se tenía contemplado un embarazo, la noticia viene a trastocar sus emociones, actividades, compromisos, su vida entera. El proceso de elaboración en pareja de la decisión de continuar o interrumpir el embarazo es algo complejo, no se da de un momento a otro, les lleva días, semanas, en ocasiones meses, lo cual les lleva a dar continuidad al mismo. Una vez que deciden en pareja continuar con el embarazo, se incorpora la posibilidad de ser padres; esto representa el que comuniquen la noticia a sus respectivas familias, enfrentar los cuestionamientos y críticas, pues la expectativa era que terminaran sus estudios universitarios. 9


Editoriales: Formar familia, ser padre y estudiante universitario

La respuesta de sus familias generalmente es de apoyo para que el hijo pueda continuar con la universidad; en ese sentido ofrecen, en algunos casos, que la pareja se vaya a vivir con ellos –en condición de alguien que vino a trastocar la vida y trayectoria de su hijo– no visualizando la participación de él mismo. En los sectores medios, cuando el hijo asume la responsabilidad del embarazo –a partir del tipo de relación afectiva con la pareja, donde se contempla la posibilidad de que sea «la madre de sus hijos»– se incorpora la posibilidad de ser padre, de responsabilizarse por sus hechos. El proceso de construcción de identidad como padre en jóvenes varones universitarios se complejiza, ya que requiere un ejercicio constante de articulación de formas de participación como estudiante, pareja, padre. Como estudiantes se exige cumplir con las actividades que requiere la escuela, dedicar tiempo al estudio, elaborar trabajos individuales o por equipo, entre otras. Con respecto a las vivencias asociadas a la paternidad, la gran mayoría de los jóvenes se sienten confusos, incompetentes y poco preparados. La relación de pareja cambia, se reestructura, pues ahora ya no son novios, son jóvenes que están viviendo un proceso de embarazo, cuando se llevan a vivir a la pareja a casa de los padres de ellos, implica estar constantemente bajo la mirada de las familias, particularmente de los padres de él, lo cual en ocasiones genera dilemas y conflictos entre la pareja. Y cuando nace el o la bebé, si bien genera emoción, también 10

genera un replanteamiento de vida, apareciendo en muchas ocasiones la pregunta ¿qué vamos a hacer?, pues surge la preocupación por la proveeduría económica, aun y cuando los padres de ambos los estén apoyando. La transición a la paternidad es vista como una responsabilidad mayor, donde ya no sólo se piensa en sí mismo, sino en la pareja, el hijo o la hija, el tiempo que les dedicarán, el cumplimiento de responsabilidades económicas. La paternidad constituye una experiencia importante en la vida, pero la manera como se vive cuando son estudiantes universitarios se complejiza sobremanera. Como señala Gallardo y cols. (2006), la paternidad es significada por los varones en general como un conflicto que los limita, en tanto implica profundas modificaciones en sus proyectos de vida. Dichos cambios devienen de las responsabilidades que se asocian a la conformación y desarrollo de una familia incluyendo la proveeduría económica. Aunado a lo anterior, habría que decir que en el caso de los jóvenes universitarios, el ser estudiantes e incorporar la vida laborar para cubrir su papel de proveedores se vuelve aun más complejo. Aceptar los cambios en su trayectoria y articular las diferentes identidades: como estudiante, pareja, padre, hijo, trabajador. Una aspiración común entre los jóvenes entrevistados es llegar a ser un buen padre, para lo cual se hace necesaria una relación de pareja estable, afectiva y comprometida, distribuyendo roles y tareas de manera compartida y equilibrada. La paternidad se significa como una experiencia compartida y de aprendizaje con la pareja, donde la afectividad tanto con la pareja como con el hijo o hija, juega un papel importante. Nos enfrentamos a formas distintas en el proceso de construcción de identidad como hombre y padre. Como señala Connell (2000), las identidades masculinas son construidas históricamente, pero también son constantemente reconfiguradas en las prácticas de género de cada día. Se trata además de identidades que


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se transforman generacionalmente, pues con la emergencia de nuevas condiciones sociales

se deslegitiman ciertas prácticas y se instauran otras, por ello el contacto de los jóvenes con nuevas ideas, valores y relaciones con frecuencia se traduce en nuevos modelos de realidad que pueden facilitar el cambio en los patrones de género.

A manera de reflexión El formar familia y ser padre en el caso de jóvenes universitarios, son procesos complejos, pues a pesar de que la normatividad institucional señala la prohibición porque lo que interesa es la conclusión del ciclo escolarizado en los tiempos especificados, varios estudiantes estructuran trayectorias distintas. Se requiere una mirada amplia para documentar la complejidad que representa la paternidad cuando la expectativa contempla la terminación de los estudios universitarios pero no el ser padre. Ser padre cuando al mismo tiempo se tiene que ser estudiante, pareja e hijo, resulta de lo más complicado para los jóvenes; implica un despliegue de identidad en diferentes contextos, lo cual requiere un re—ordenamiento de vida, volviéndose una necesidad constante el negociar con la pareja esa nueva forma de vida, como pareja y como padre, y si viven en la casa de sus propios padres, negociar la nueva identidad como hijo.

Formar una nueva familia, ser padre, pareja y estudiante, implica asumir mayor compromiso en todos los escenarios de práctica en los que participan. Aun cuando los padres jóvenes siguen teniendo presente la solvencia económica y la proveeduría, también se interesan por la relación y el tiempo que puedan pasar con sus hijos, participar activamente en la educación y establecer una relación emocional y sentimental profunda y duradera con sus hijos. Pero al mismo tiempo tienen presente el concluir su carrera universitaria, conseguir un empleo y obtener ingresos económicos que les permita cumplir con su papel de proveedores económicos en su nueva familia y como padre. Articular identidades como estudiantes universitarios/parejas/padres puede ser posible dado el apoyo de las familias de origen y redes sociales como amigos y compañeros de la universidad. Por el contrario, familias distantes o poco interesadas en la problemática del hijo, o amistades que no incentiven la continuidad de los estudios, tendrán un efecto negativos en las expectativas, involucramiento y continuidad académica del joven (Feldman, 2008). El ser estudiante universitario, formar familia, ser padre y sobrevivir a las exigencias universitarias requiere un ejercicio de investigación para visibilizar y documentar las diversas maneras en las que logran articular sus identidades, pues si bien no es imposible como lo señalan los jóvenes entrevistados, sigue siendo sumamente complejo. Sobre la autora: Doctorado en Sociología, UNAM, FCPyS. Licenciatura y Maestría en Psicología. Profesora Titular de la Carrera de Psicología de la FES Iztacala. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores. Tutora del Doctorado en Psicología. Ha publicado 3 libros: Reproducción y Paternidad. Experiencias y aprendizaje de los hombres. UNAM, FESI; Identidad masculina. Elementos de análisis en el proceso de construcción. UNAM, FESI; Dilemas y conflictos en el ejercicio de la maternidad y la paternidad. UNAM, FESI. Referencias de imágenes: [Fotografía a banco y negro de padre con su bebé] (s.f.) Recuperado de http://www.shine.nhs.uk/young-people/got-a-question/ being-a-young-parent/being-a-young-dad/

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[Fotografía de padre dando biberón a s su bebé] (s.f.) Recuperado de http://www.bbc.co.uk/news/business-15747103 [Fotografía de padres jóvenes frente a su bebé en carriola] (s.f.) Recuperado de http://remotecontrol.mtv.com/2010/03/30/16-andpregnant-follow-up-nicole-and-tyler-are-still-hoping-for-six-kids/ [Imagen de padres y su bebé frente a un pizarrón] (s.f.) Recuperado de http://www.blogos.org/peopleandpolitics/FFL-3-pregnant-help.php

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La tierra de la ternura padre— hijo más allá de la filiación biológica Por Flor de María Gamboa Solís (alevs@unam.mx) | UNAM — FES Iztacala

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propósito de la recientemente proyectada película de firma japonesa titulada en español, De tal padre tal hijo (Koreeda, 2013), reúno en el presente texto algunas impresiones en torno a dos temas que me parecen relevantes para la psicología y psicoanálisis contemporáneos y que la historia que nos cuenta Koreeda pone de relieve de manera sobriamente extraordinaria. Un tema es la paternidad Desde el psicoanálisis, transbiológiningún evento de lo humano ca y el otro, la ternura en la relaestá completamente y absolución padre—hijo. tamente capturado en el orden Aquí conviene subiológico. El hambre, la sed, el brayar que cuandormir tanto como la sexuado escribo las lidad, no están determinados palabras paternidad y paterna por el tamiz biológico o genélo hago con apetico de la especie.» go estricto a su denotación estrecha: la primera que alude a la cualidad de ser progenitor del sexo masculino y, lo relativo al padre, en el caso de la segunda. En ningún momento las emplearé como términos extensivos a ambos progenitores. Aunque los haya presentado como si fueran dos temas separados, en realidad se encuentran urdidos íntimamente por la cuestión política que atañe actualmente a lo que se ha venido llamando cada vez con más familiaridad, «nuevas familias», pero específicamente lo que atañe al padre de y en esas nuevas familias. Pues si algo de la así concebida familia tradicional nuclear se ha desgajado y desfallecido políticamente ha sido, precisamente, el orden del padre. Pero no de uno cualquiera, sino del padre tirano, dueño


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absoluto de la verdad de la palabra y de la palabra de los demás, de los hijos, de la esposa; padre soberbio y autoritario que deja caer el poder de su voluntad sobre la mujer y sobre todos aquellos quienes portan su apellido. Lacan (1978) se encargó de crear un concepto respecto a ese desfallecimiento del padre en la familia patriarcal: «la declinación de la imagen paterna» (p. 92). Este concepto si bien no se presta de enlace directo a las temáticas que queremos abordar, sí deja una marca en la historia del pensamiento psicoanalítico sobre la paternidad y nos servirá como antecedente para tejer nuestra reflexión sobre la ternura padre—hijo en las familias que no están unidas por lazos de sangre.

Importa comenzar desglosando lo que entiendo por paternidad transbiológica. Es la paternidad concebida como la cualidad procreativa del hombre que va más allá de la biología. Es decir, es la paternidad carente de filiación biológica pero que brinda cuidados, atenciones, cariño hacia un niño o niña a partir de ser significado como hijo propio. Desde el psicoanálisis, ningún evento de lo humano está completamente y absolutamente capturado en el orden biológico. El hambre, la sed, el dormir tanto como la sexualidad, no están determi-

nados por el tamiz biológico o genético de la especie. Solamente se apuntalan allí, como diría Freud (1905), para enseguida desprender su propio orden dando pie a la configuración de infinitas singularidades; infinitamente variadas formas de alimentación, de sumergirse en el estado del dormir, de beber y de hacer el amor, de pensar la sexualidad y de formar una familia pululan entre los diferentes grupos humanos y en el imaginario de cada sujeto. El lenguaje es el responsable de tan polifónico concierto subjetivo tanto como de sus desconciertos, ya que el lenguaje intentará apresar y pautar una y otra vez eso que de la materia y la carne que nos ata a la especie nos mortifica. Aunque eso es indecible, dice en nuestro ser lo que se puede, lo que puede, sin poder decirlo nunca todo. Y a pesar de esa misión imposible de decirlo todo, el lenguaje es lo único que nos humaniza y que humaniza nuestro cuerpo para que deje de ser simplemente la bola de carne y montón de huesos con otro tanto de orificios que suele exponerse como reliquia en los museos de arqueología y antropología alrededor del mundo. Es, pues, esa paternidad transbiológica la que habla en la película. La historia cuenta que un padre después de seis años de haber criado a un hijo creyéndolo biológicamente suyo, de cuidarlo como si fuera de su misma sangre, es puesto frente a los clamores de una verdad terrible. Esa criatura a quien vio dar sus primeros pasos y escuchó decir sus primeras palabras fue intercambiada «involuntariamente» por otra, por otra criatura del mismo sexo, nacida el mismo día, en el mismo hospital. Siendo el combustible de tan perversa artimaña, como se da a conocer más adelante en la trama de la película, la envidia de la enfermera en turno, quien sin poder soportar que otra mujer hiciera lo que ella venía anhelando tiempo atrás sin conseguirlo, esto es, parir una criatura, incurre en el acto del intercambio de hijos. ¿Cómo sacude esta revelación terrible al padre? ¿Por qué el saberse padre de un hijo que no es biológicamente suyo aporta certidumbres narcisistas a su yo y simultáneamente extravía su paternidad? 13


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Será en el tejido de las respuestas a estas preguntas como apuntalaremos el segundo tema del trabajo, la ternura padre—hijo. Una de las tierras afectivas poco exploradas en la teoría psicoanalítica es la ternura. Marité Colovini, psicoanalista argentina, en una conferencia dictada en noviembre de 2013 en la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, titulada «Crueldad», notaba con claros argumentos cómo muchos abordajes de la violencia, y específicamente de la crueldad en psicoanálisis, han soslayado la ternura. La ternura como un componente afectivo para mitigar la crueldad, para apaciguar los embates de la pulsión de muerte y para recomponer la sutura de los lazos simbólicos que se desgarran en todo acto cruel, engloban parafraseos de algunas de las atinadas afirmaciones hechas por nuestra colega. Si bien Freud (1912) habla de la ternura, de la «corriente tierna», para usar sus propios términos, cuando trabaja el tema de la vida amorosa y su degradación en el contexto de la conducta amorosa del hombre en el mundo cultural, es una lectura que da por sentado que la única ternura que genera transformaciones subjetivas y que dota de fortaleza afectiva para invertir en 14

el porvenir de los lazos amorosos del sujeto, es la que fluye de los padres hacia los hijos. La «ternura» de los padres y personas a cargo de la crianza, que rara vez desmiente su carácter erótico («el niño es un juguete erótico»), contribuye en mucho a acrecentar los aportes del erotismo a las investiduras de las pulsiones yoicas en el niño y a conferirles un grado que no podrá menos que entrar en cuenta en el desarrollo posterior, tanto más si ayudan algunas otras circunstancias (pp. 174—5). En cambio, la idea de la ternura que un hijo podría presuntamente dirigir hacia su padre queda prácticamente envuelta en un halo de generalización que la torna opaca en su capacidad generativa: «[la corriente tierna] se dirige a las personas que integran la familia y a las que tienen a su cargo la crianza del niño…» (p. 174). Lo cual nos hace pensar que para Freud esa direccionalidad no es relevante en la configuración de la paternidad, que la ternura del hijo no le hace mella al padre, como si fuera una cuestión muy natural y sobreentendida que un hijo es tierno con su padre por ser el padre quien se encarga de su crianza (generalmente acompañado por una madre), por ser un miembro que integra su familia, por tratarse simple y sencillamente del padre.


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Sin embargo, lo que la película expone es diferente. En esa trama padre—hijo la ternura del hijo sí cuenta, y cuenta mucho. Cuenta mucho para el padre porque le dice mucho, le cuenta mucho de sí mismo y de su propia condición de padre, y también cuenta mucho en el sentido de la cuenta fotográfica que lleva el hijo de los momentos que tiene para mostrarle al padre lo mucho que lo quiere y lo mucho que quiere ser su hijo, pareciéndosele. En la película se muestra al padre como un amante de la fotografía que quiere sembrar en el hijo esa misma pasión, aunque sus semillas no sean las más de las veces entregadas con la confianza de que el hijo sabrá hacerlas germinar. Esto debido a que el padre deja ver sus manos titubeantes cada vez que le presta la cámara fotográfica al hijo. Lo que el padre ignora es que el hijo toma la cámara con firmeza y le hace fotos mientras duerme. El hijo sabe más del manejo de la cámara de lo que el padre supone. Cuando el padre es desmentido en la certeza de su paternidad biológica, decide ir tras esa paternidad «perdida» abriéndole la puerta a un segundo trueque, al parecer, el definitivo. Para ese padre, parece no haber otra alternativa a la subjetivación de la paternidad que la que impone la biología. Por eso busca desesperadamente, y no sin emprender un viaje doloroso y plagado de contradicción, renuncia y sufrimiento psíquico, una restitución de aquello simbólico aposentado en lo real que siente le fue arrebatado. Sin tomar en cuenta la opinión de nadie, como lo hacen los hombres típicos cabeza de familia, sin miramientos a los sentimientos ni de su esposa, la madre de ese hijo no biológico, ni del hijo mismo a quien sin embargo ama, el padre irrumpe e interrumpe violentamente el orden de la familia que él mismo ha formado. Las consecuencias del intercambio de hijos son dolorosas para ambas familias ya que implica que cada hijo se vaya a vivir con sus respectivos progenitores y, con ello, se abra el abismo de un desgarramiento, la oquedad de una herida profunda en el tejido de una organización familiar que fuera historizada por la fuerza de un deseo y no por la fuerza del crisol biológico.

Implica también, desde luego, exigir a los hijos trocados y trastocados, el desenvolvimiento de un amor filial para el que el ser de los niños carece de asidero simbólico, e imponer sobre ellos la adherencia libidinal a unos objetos parentales que para los niños son sino cuatro semblantes mudos. Veladamente, empero, lo que propulsa a empellones la decisión de intercambio que toma en toda su estatura resquebrajada al padre, está situado en otra dimensión subjetiva: la dimensión del narcisismo. ¿Qué nos lo hace suponer? El juicio casi sumario que el padre emite ante el hecho de saber que no es padre del niño a quien ha considerado hasta entonces como su hijo: «eso explica todo». ¿Qué es eso todo que queda explicado con la noticia? Pienso que es todo lo que tiene que ver con una dialéctica de aquello que identifica—desidentifica imaginariamente al padre respecto a ese niño. Aquello que le sirve al padre para acercarse—distanciarse de ese niño que lo ha puesto de cabeza, cuestionando la solvencia genealógica de su lugar de cabeza de familia. Está asociado a las «fallas» del niño, mismas que el padre juzga duramente definiéndolas como torpezas, fracasos, tropiezos, los cuales se ven representados, por una parte, en la dificultad del niño para tocar el piano, por ejemplo, o en su desinterés por la música clásica, y en general, en su desinterés por los intereses del padre; y por otra, en aspectos de su personalidad que chocan fuertemente con aquellos que el padre aquilata, informado por las construcciones binarias de género que son,

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como sabemos, atribuciones ideológicas que acorralan a los sexos (Rubín, 1975). Del sexo masculino se espera que sea fuerte, ambicioso, determinado, activo, racional y con don de mando, entre otras; y del sexo femenino, que sea dulce, emocional, pacífico, atento y cuidadoso hacia los demás, y con don de obediencia. Keita, el niño, es suave, sensible, dulce; en una palabra, tierno. Keita es un niño tierno y en ese sentido, desafiante para un padre que se muestra con una personalidad casi contraria y para quien la de Keitano puede concebirse sino marcada por cierta forma de debilidad. Así, para Ryota, el padre, saber que no lo es de un hijo al que de algún modo considera «fallido», «errático», resulta liberador, le viene muy bien como alivio a sus heridas y desilusiones narcisistas de padre que no ha podido imprimir en ese niño la marca de su nombre y todo el poder de su voluntad. Pues aunque en la historia no se presenta a Keita rebelde, sino al revés, obediente, no es el más diestro o ducho en la realización de sus actividades escolares y artísticas; lo que hace parece nunca estar a la altura de las expectativas del padre y eso el niño lo vive con cierta tristeza, la tristeza de un niño que no ha logrado hacer sonreír a su padre porque no puede cumplir a cabalidad el deseo del padre. Y claro, como no es su hijo, —parecería decir el padre a través de su juicio sumario—no es tan bueno y capaz e inteligente como él, y no tendría porque serlo puesto que no lleva en la

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sangre nada de él, nada que pudiera contar como elemento absoluto para el emparentamiento y el parecido narcisista que suele pronunciarse orgullosamente en frase como: «eres como yo». Aunque ya sabemos que esos pronunciamientos suelen no quedar sin efectos a veces nocivos para quien los escucha, en tanto apuntan hacia el lugar del borramiento de la diferencia entre el yo y el otro. Simultáneamente se reaniman para Ryota los caminos de su realización narcisista de padre con el otro niño, con el que sí es su vástago biológico. Sin embargo al tiempo que se despliega ilusoriamente el camino de la restitución del narcisismo paterno, se presentan dos grandes conflictos. Uno, que el niño que sí lleva su sangre ha crecido y ha sido criado en un entorno social muy diferente. En esa familia el padre no es profesional sino comerciante, la madre tiene otros dos hijos y trabaja como mesera en un restaurante de comida rápida, los tres niños y el padre se bañan juntos en la tina. Todo parece caótico y nada refinado. En lo ojos de Ryota, el niño, su hijo biológico es un pequeño «salvaje». El otro conflicto es que Ryota ama a Keita, a pesar de sí mismo, a pesar de todo, y no sabe qué hacer con ese amor, dónde colocarlo, a quién dárselo, cómo arrancárselo de la entraña donde ha hecho memoria por seis años. Cómo dejar de ser padre de quien ha sido su único hijo. El dilema que enfrenta Ryota es francamente conmovedor y removedor. Como lo mostraremos, los elementos que antagonizan con la decisión de quedarse con su hijo biológico terminan


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siendo más poderosos que los que antagonizan con la decisión opuesta, por lo que como ya se lo habrán imaginado, quienes no han visto la película, Ryota elige ser padre del niño a quien ama. Pero vayamos un poco al antagonismo. Por una parte, Rytoa se enfrenta a la tradición de su sexo y en particular a su rol tradicional de padre en el contexto de su historia de hombre profesional, arquitecto exitoso, proveedor económico. En las sociedades patriarcales como la japonesa, prevalece una deferencia extrema, incluso de tonalidades serviles al poder de la razón, a las temperaturas elevadas de la racionalidad, y que ella –este es el dato más sobresaliente— recae en la esfera de la masculinidad. Ser hombre en estos contextos de organización social equivale a ser racional, razonable, nunca sentimental ni afectivo. Y Ryota es un hombre en ese contexto que no busca sino repetir en su paternidad las enseñanzas, las ideas, los valores masculinos que determinan que los únicos lazos familiares que cuentan y son válidos son los de sangre. El poder del discurso del Otro en este tipo de dilema es enorme pues aliena al sujeto a la reproducción de una genealogía donde los huecos de la diferencia son rellenados con miedo y angustia. Dilema y presiones de las que Ryota no ha podido escapar tampoco al ser un hombre avergonzado de su padre, que lucha contra viento y marea por no parecerse a él. Este es otro dato muy importante en la trama histórica de nuestro personaje central para explicar las caídas narcisistas que intenta evitar en el ejercicio de su propia paternidad sin poder conseguirlo del todo. Él no se quiere parecer a su padre, pero sí desea que su hijo se parezca a él. Pero no desarrollaremos más este aspecto por razones de espacio. Regresando ahora al antagonismo, el elemento que termina pesando todavía más para inclinar la balanza hacia la disolución del dilema es la poderosa ternura de Keita. Y ese

es nuestro argumento central, que la ternura que el hijo dirige a su padre en el ámbito de un enlazamiento familiar, que no está sostenido en la biología, es el que verdaderamente sella la paternidad, la nueva forma de ser padre, y es la que posibilita a un hombre afirmarse en el lugar de su «diferencia absoluta» (Lacan, 1964) como hombre y como padre de familia, dentro y fuera de la familia que él mismo ha formado Ryota se percata de la ternura de Keitaen un momento crucial de su tormentoso viaje interno. Cuando después de levantarse de una siesta y como distraído todavía por las reminiscencias del sueño, se topa «accidentalmente» con su cámara fotográfica. La sujeta, tembloroso, como solía hacerlo a veces Keita, y lo que mira en la pantalla digital le vuelca el ánimo hasta el llanto. Se ve a sí mismo a través de Keita, de ese niño de 6 años que ha hecho un álbum de fotos con momentos del descanso y reposo de Ryota, pero también con zonas de su cuerpo. Ryota dormido en el sillón, dormido en la cama, los pies de Ryota sin calcetines, una de sus manos colgando fuera de la cama, etc. Después de mirar esas fotos, Ryota huye despavorido 17


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de sus propios fantasmas sobre la paternidad biológica y literalmente corre a buscar a Keita. Fortalecido simbólicamente por la ternura que Keita le ha dirigido a través de esas imágenes fotográficas, Ryota despeja todas sus dudas sobre la paternidad. El único hijo al que ama y al que quiere seguir amando es a Keita. Las tierras de la paternidad que dan sitio para su renovación en el impecable trabajo de este filme japonés, son removidas por la ternura del hijo. Un niño que proveerá a un hombre la materia prima para dibujar una nueva paternidad donde el niño ocupará el lugar de hijo no desde la filiación biológica, sino encausado en la corriente de la ternura, precisamente. Ser padre en la actualidad ha empezado a dejar de ser un mero acto procreativo destinado a la reproducción racional de la especie, un evento pactado cronológicamente por el destino de la vida biológica, para convertirse en un acto de fe en la filiación del amor y la ternura. Sobre la autora: Flor de María Gamboa Solís es psicoanalista, profesora investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Es licenciada en Psicología Clínica por la Universidad Autónoma de Querétaro, maestra en Psicología de la Educación perspectiva psicoanalítica por el Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación y doctora en Estudios de Género por la Universidad de Sussex, Reino Unido. Actualmente es responsable del Proyecto PIFI (Programa Integral de Fortalemcimienot Intitucional)Género de la Universidad Mihoacana de San Nicolás de Hidalgo, y representante institucional ante la Red de Enlaces Académicos de Género de la Región Centro Occidente de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior). Ha participado como ponente y conferencista en diversos eventos académicos nacionales e internacionales, publicado varios artículos y capítulos en libros entre los que destacan: “De madres e hijas y nuevas maternidades”, “Configuraciones psicoanalíticas sobre espectros y fantasmas”, “Mujer y poder”. Referencias de imágenes: [Imagen de familia asiática]. (s. f.). Recuperado de http://www.deculture.es/2013/09/29/ de-tal-padre-tal-hijo-hirokazu-koreeda-premiada-san-sebastian/ [Imagen de padre con niños en la bañera]. (s.f.). Recuperado de http://www.notasdecine.es/117373/trailers/ de-tal-padre-tal-hijo-trailer-de-lo-nuevo-de-hirokazu-kore-eda/ [Imagen de padre abrazando a su hijo]. (s.f.). Recuperado de http:// www.elantepenultimomohicano.com/2014/01/las-15-mejores-peliculas-estrenadas-en-espana-en-2013.html

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[Imagen dos familias asiáticas]. (s.f.). Recuperado de http://butacaancha. com/55-muestra-de-tal-padre-tal-hijo-las-limitaciones-de-la-sangre/ [Imagen padre e hijo caminado] Recuperado de http://www.guiadelocio.com/blogs/secuencias/koreeda-titulos/

Bibliografía: Freud, S. (1905). «Tres ensayos de teoría sexual», en Obras completas de Sigmund Freud, vol. 7. Buenos Aires: Amorrortu, 1976. _____. (1912) «Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa», en Obras Completas de Sigmund Freud, vol. 11. Buenos Aires: Amorrortu, 1976. Koreeda, H. (2013). De tal padre tal hijo. Japón. http://www.filmaffinity.com/es/film762076.html, recuperado el 30 de enero de 2014. Lacan, J. (1964). El seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 1987. _____. (1978). La familia. Barcelona: Argonauta. Rubin, G. (1975). «El tráfico de mujeres. Notas sobre la economía política del sexo». Texto online: http://www.juridicas.unam.mx/ publica/librev/rev/nuant/cont/30/cnt/cnt7.pdf. Recuperado el 12 de enero de 2014.

El debate de la corresponsabilidad parental en España Por Dra. Paloma Fernández—Rasines (paloma.fernandez@unavarra.es) | Área de Antropología Social, Departamento de Trabajo Social. Universidad Pública de Navarra, España

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o que se expone aquí es una reflexión en progreso como parte del marco teórico y conceptual para esbozar un estado de la cuestión sobre el actual debate sobre la custodia compartida y la corresponsabilidad parental en España. La investigación en marcha pretende abordar dos objetivos relacionados. El …se aprecia un progresiprimero trataría vo interés de los hombres por de evidenciar en qué ejercer el derecho y deber de medida las iniciativas legislativas relativas a cuidado físico de hijos e hijas.» esta medida legal desde el ministerio español de justicia y también desde algunas comunidades autónomas que han sido pioneras en su abordaje pueden estar conformando una nueva manera de entender la parentalidad o bien son las nuevas prácticas culturales en nuestro contexto las que van perfilando las nuevas iniciativas legislativas. El


Editoriales: El debate de la corresponsabilidad parental en España

segundo objetivo pretende valorar si la práctica real de la corresponsabilidad parental tras ruptura matrimonial, podría estar encontrando obstáculos en una desigual dedicación a la vida laboral y familiar por parte de hombres y mujeres. En los últimos veinte años se aprecia el desarrollo de una sociodemografía y una antropología de la familia contemporánea en occidente con trabajos que han versado principalmente sobre lo que se han denominado invenciones de la parentalidad (Segalen, 2012). Buena parte de ellos han surgido de las consecuencias vinculadas al incremento de las rupturas matrimoniales y las subsiguientes recomposiciones familiares. Otra parte incluye modos emergentes como las experiencias de ser padre tras el divorcio, padre o madre en solitario y también la ausencia de descendencia por elección. En la visión de esta autora francesa, la cuestión de la filiación habría pasado a ser el eje central que regula la parentalidad, en tanto que la familia contemporánea se institucionaliza con la aparición del nacimiento de nuevas criaturas. Precisamente con el estudio global de las nuevas formas de vida familiar sería cómo podríamos apreciar la evolución de las relaciones de género y de las relaciones parentales en toda su complejidad. Desde la antropología del parentesco y la procreación diríamos entonces que la filiación

prevalece ante la alianza o conyugalidad (González Echevarría et al. 2010). Examinando el contexto español, parece claro que el exponencial aumento de la tasa de actividad económica femenina en las últimas dos décadas podría indicar que habríamos pasado de un modelo de padre proveedor al modelo dual en provisión familiar. No queda tan claro que este nuevo modelo haya sido igualmente instalado para el cuidado de menores y personas dependientes en la red parental. Bien es cierto que, tal y como indica Flaquer (2011) en su aproximación al debate de la custodia compartida en España, se aprecia un progresivo interés de los hombres por ejercer el derecho y deber de cuidado físico de hijos e hijas. No obstante, según la Encuesta de Calidad de Vida en 2007, el 35% de las mujeres ocupadas cuyo cónyuge también trabaja declaraban asumir solas el cuidado y atención de hijos e hijas menores de 14 años, frente a un 6% de hombres en la misma situación (Lathrop, 2009). De igual modo, una consulta a los resultados de la Encuesta de Usos de Tiempo del INE en 2010 nos indica que un 74% de los hombres reporta emplear parte de su tiempo diario en «hogar y familia», 92% en el caso de las mujeres. Como media, ellos emplean la mitad de tiempo que ellas, aunque resulta esperanzador ver cómo la distancia en esta brecha se ha acortado 45 minutos en los últimos 7 años. 19


Editoriales: El debate de la corresponsabilidad parental en España

En todo caso, algunos movimientos civiles asociativos con presencia dentro y fuera de la red virtual dan cuenta de una demanda creciente de los hombres para ser reconocidos como padres custodios en casos de disolución de la pareja progenitorial. Esta demanda se hace visible en las actuales +solicitudes de atribución de custodia compartida. Varela (2012) recoge los datos de Instituto Nacional de Estadística español sobre la respuesta de los tribunales para 2010 en lo relativo a atribución de guarda y custodia. Según estos datos, la custodia se atribuye de manera exclusiva a la madre en un 83,2 % de los casos y al padre en un 5,7%. La custodia compartida se otorga en un 10,5% de los casos. Esta misma autora realiza un análisis de la legislación autonómica sobre esta materia y compara también la legislación de algunos países europeos. Concluye que actualmente la custodia compartida es primera opción en Bélgica e Italia, es opción que se otorga únicamente por mutuo acuerdo de los progenitores en Alemania, Noruega y Portugal, y aparece como opción «posible» en la mayoría de los países: Francia, Inglaterra, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Suecia. La demanda de los nuevos padres en torno al derecho a ejercer la custodia en las distintas comunidades autónomas del estado español es digna de ser analizada. Habitualmente se ha tendido a polarizar el análisis de los discursos en esta materia. Hay quien habla de posturas feministas y antifeministas. Si bien, es preciso tener en cuenta que esta polarización tiene una diferente lectura en contextos anglosajones en los que las posturas feministas aún gozan de cierto prestigio y legitimidad. No es así para el caso español, donde el feminismo es mucho más frecuentemente referido o atribuido desde el estigma y rara vez se enuncia desde la posición investigadora. Sería interesante identificar posiciones feministas entre los estudios realizados en España sobre custodia compartida y corresponsabilidad parental. Al margen de esta polémica, para el caso español interesa especialmente considerar la posición de la Plataforma de Hombres por la 20

Igualdad y la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PIINA). Habría que tener en cuenta en todo caso que, tal y como Smart (2004) argumenta, hablar de derecho de los varones a ejercer el cuidado no parece ser una vía estratégica eficaz puesto que la atribución jurídica y administrativa en torno a la custodia de menores no contempla tal derecho sino que se basa en el interés superior del menor. Esta autora estadounidense habla de la necesidad de escuchar la opinión de los y las hijas, quienes en su estudio valoran sobre todo una flexibilidad en las relaciones parentales tras el divorcio y que los arreglos de residencia post ruptura no pongan en riesgo la satisfacción de la necesidad del sentimiento de pertenencia a un hogar (inglés: «feeling like home»). Este sentimiento de arraigo y pertenencia al hogar tiene un componente cultura importante. Para el caso español corresponde con un modelo mediterráneo que otorga una centralidad importante al hogar familiar ciertamente estable en tiempo y espacio.


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En España, desde la reforma del Código Civil de 2005 que introdujo la posibilidad de la custodia compartida, el discurso de la demanda de un cambio normativo ha venido articulado por la vía de esta figura legal, dando paso a partir de 2010 al uso del término de corresponsabilidad parental. Es así que resulta indispensable una clarificación terminológica. Para interpretar el sentido de la figura de la custodia compartida, Masardo (2011), señala que la residencia compartida, en tanto que acuerdo parental post divorcio (shared residence) no tiene una definición unívoca. Este autor británico subraya la dificultad para establecer indicadores claros de cara a posibles estudios comparativos entre diferentes contextos y jurisdicciones. Por esta razón, el autor indica que es importante abundar en aproximaciones multidimensionales desde diferentes disciplinas puesto que esta noción se está considerando en tanto que: práctica en las familias, decisión judicial, tratamiento administrativo, discurso, aspiración, ideología y herramienta política.

En lo que respecta a la corresponsabilidad parental, Lathrop (2009) ilustra una definición conceptual relevante para nuestro propósito. Desde una aproximación sociológica al análisis jurídico, esta autora chilena señala que la custodia compartida concreta la corresponsabilidad parental, sin embargo, no deben confundirse una con otra. La segunda nos habla de un principio que informa la primera. Ambos términos refieren a principios o directrices vinculadas con la coparentalidad y la igualdad entre hombres y mujeres. En ese sentido, tenemos en España un escenario que nos puede servir para analizar el discurso de las motivaciones que conducen a las iniciativas legislativas. En junio de 2012, el Ministro de Justicia del Gobierno de España encargó una modificación del Código Civil, que debería estar lista en seis meses, para que su artículo 92 dejara de contemplar el carácter excepcional de la custodia compartida de menores en los casos de separaciones y divorcios. El ministro Gallardón explicaba: «es responsabilidad del Ejecutivo mantenerse atento a los cambios que se producen en la sociedad, entre los que figuran los vividos en la estructura de las familias españolas, en las que los padres y madres comparten responsabilidad a partes iguales». En su opinión, el lenguaje también debería evolucionar para en vez de patria potestad hablarse de «responsabilidad o corresponsabilidad parental» y en lugar de guardia y custodia, de «convivencia de los progenitores con sus hijos». (Mº de Justicia, Gobierno de España, 13/06/2012). No obstante, algunos medios de comunicación así como organizaciones civiles se apresuraron a indicar: «habrá ley de custodia compartida». Enseguida los medios informaron de un estudio demoscópico encargado por la Asociación de Abuelos Separados de sus Nietos con el titular de que 8 de cada 10 españoles apoya la custodia compartida (Diario ABC, 2012). Para comprender además la construcción cultural de estos nuevos significados en torno a las nuevas definiciones parentales y la corresponsabilidad sería útil estudiar qué se entiende en términos comunes por custodia compartida 21


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en España. Por ejemplo, si ello incluye parte o la totalidad de estos factores: 1) Igual distribución entre progenitores de la provisión económica, del tiempo de cuidado y atención física; 2) esidencia alterna para progenitores o para hijos e hijas, transferibilidad de funciones o bien especialización complementaria por sexo; 3) custodia repartida de los hijos; 4) la extensión de la responsabilidad parental a la familia ampliada; y cualesquiera otras modalidades o arreglos que garanticen el mejor éxito de las prácticas culturales en la circulación de menores en un determinado contexto. A pesar de las dificultades para establecer comparaciones fiables, algunos estudios recientes en Europa nos han mostrado ya valoraciones interesantes sobre la experiencia legal y sociocultural en torno a los acuerdos sobre guardia y custodia o de convivencia compartida con hijos e hijas tras ruptura de pareja. Para el caso de Noruega, el estudio de Kitterod y Lignstad (2011) indica que los acuerdos de residencia compartida (inglés: shared residence) se practican por una minoría de casos seguidos de una disolución de pareja con menores a cargo, siendo aún más minoritarios los casos en los que el padre ejerce la custodia preferente (inglés: sole custody). Es preciso tener en cuenta que este país nórdico ha sido pionero en las políticas para un reparto parental igualitario en el terreno de los permisos paternos para cuidado de criaturas. También hay que recordar que Noruega tiene una tasa de actividad femenina casi tan alta como la masculina. Sin embargo, todavía los 22

hombres tienen una mayor dedicación en actividades remuneradas que las mujeres en una significante proporción de las parejas (Kitterod y Lignstad, 2011). Mirando hacia Inglaterra y Gales, Trinder (2010) indica que la residencia compartida está cobrando relevancia aunque todavía es muy infrecuente puesto que la mayoría de menores siguen viviendo principalmente con sus madres. Esta autora revisa datos que sugieren que este tipo de acuerdo puede ser positivo si los progenitores son capaces de cooperar. El estudio concluye que la adopción de la residencia compartida de modo preferente en Inglaterra y Gales, siguiendo la experiencia reciente de Australia, puede conducir a lo que califica de modelo equivocado de residencia compartida, entendiendo por ello su aplicación en casos litigados con alto conflicto entre las partes. Para el caso de Francia, Masardo (2011) expresa que las dos semanas que sucedieron a la entrada en vigor de la reforma legal en 2002 que introdujo la opción específica de custodia alterna (francés: garde alternée) resultaron en más de un 75% de casos de alternancia semanal. A pesar de los datos estadísticos, Cadolle (2005) investiga la práctica familiar en este país y nos habla incluso de una nueva forma de matrifocalidad que emerge por el peso de factores estructurales muy a pesar de los arreglos pactados judicialmente. Según esta autora, se aprecia que apenas se aprecia cierta atenuación en el reparto de los roles de género en el ejercicio compartido de la responsabilidades parentales. Las encuestas de empleo y actividad económica en Francia muestran que las mujeres efectivamente son activas en el ámbito formal remunerado pero


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no por ello disminuyen el tiempo de atención a las criaturas. Se ha visto que las madres de dos hijos/as tienen entre dos y tres veces más tiempo de dedicación al cuidado físico que los padres. Por su parte, éstos siguen realizando una mayor inversión de tiempo y dedicación a su carrera profesional (Cadolle 2005). Habría que ver si una dedicación descompensada por el género hacia el desempeño laboral y la carrera profesional podría aparecer como obstáculo a los eventuales proyectos de coparentalidad también en España. Para terminar diremos que el tiempo ha revelado cómo la falta de dotación presupuestaria y la severidad de la crisis actual han podido ser causa de la demora en la tramitación del proyecto de ley a nivel nacional en España (Diario El País, 2013). Resulta relevante ir analizando mientras tanto la evolución de la corresponsabilidad parental de facto o de jure tanto en la totalidad del estado español como en las comunidades autónomas de Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana y Navarra que han legislado específicamente sobre la materia. Entendemos también necesario examinar las experiencias de corresponsabilidad parental en distintos contextos de América Latina, por la importancia de los vínculos históricos en térmi-

nos de movimientos migratorios y la construcción de realidades identitarias transnacionales. Sobre la autora: Paloma Fernández-Rasines es Doctora en Antropología Social por la Universidad del País Vasco, 1998. Profesora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra, España, desde 1999. Ha realizado también docencia e investigación en la Universidad Autónoma de Barcelona,Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO-Quito, Ecuador; y Duke University, en EEUU. Su actividad investigadora se ha desarrollado principalmente en antropología social de la procreación, estudios de género y procesos migratorios. En 2011 dirigió una acción internacional sobre parentalidades en contextos cambiantes [www.coparentingb4.com].Participa en un proyecto interdisciplinar del Plan Nacional español de I+D+i(2013-2015). Referencias de imágenes: [Fotografía de mamá cargando a su bebé]. (s.f.). Recuperado de http://www.coparentingb4.com [Fotografía de papá e hijo en un muelle]. (s.f.). Recuperado de http:// www.coparentingb4.com [Fotografía de niño con burbujas]. (s.f.). Recuperado de http://www. coparentingb4.com [Fotografía de niña cargando a un bebé]. (s.f.). Recuperado de http:// www.coparentingb4.com Referencias citadas: CADOLLE, Sylvie (2005) «La transformation des enjeux du divorce. La coparentalité a l’épreuve des faits» Informations sociales, 2 : 136—147. Diario ABC (2012) «Ocho de cada diez españoles apoya la custodia compartida» Diario ABC, 25 de julio de 2012.

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Editoriales: El debate de la corresponsabilidad parental en España

Diario El País (2013) «La falta de recursos atasca la futura custodia compartida» Diario El País, 27 de julio de 2013. FLAQUER, LL. (2011) «The debate on shared residence in Spain» in Proceedings for Meeting 1: AHRC Research Network on Post— Separation Families and Shared Residence: Setting the Interdisciplinary Research Agenda for the Future. 6—7th January 2011. Center for Biomedical Ethics. University of Birmingham. GONZÁLEZ ECHEVARRÍA, Aurora et al. (2010) «Sobre la definición de los dominios transculturales. La antropología del parentesco como teoría sociocultural de la procreación», Alteridades, 20 (39): 93—106 KITTEROD, Ragni H. y LYNGSTAD, Jan (2011) «Untraditional caring arrangements among parents living apart. The case of Norway» Discussion Papers, n. 660. Statistics Norway, Research Department, August 2011. LATHROP, Fabiola (2009) «Custodia compartida y corresponsabilidad parental. Aproximaciones jurídicas y sociológicas.» La Ley. Revista Jurídica Española De Doctrina, Jurisprudencia y Legislación, nº 7206: pp. 1—6. MASARDO, A. (2011) «Defining shared residence: a multi—dimensional approach» in Proceedings for Meeting 1: AHRC Research Network on Post—Separation Families and Shared Residence: Setting the Interdisciplinary Research Agenda for the Future. 6—7th January 2011. Center for Biomedical Ethics. University of Birmingham. MINISTERIO DE JUSTICIA, (2012) «El Ministerio de Justicia modificará el Código Civil para que los jueces puedan establecer la custodia compartida si beneficia al menor». Nota de Prensa. Gabinete de Comunicación del Ministerio de Justicia. Gobierno de España, 13 de junio de 2012. SEGALEN, Martine (2012) «Introduction: Être parents, être père aujourd’hui», Ethnologie Française, 42 (1): 7—12. SMART, Carol (2004) «Equal shares: rights for fathers or recognition for children?» Critical Social Policy 24 (4): 484—503 TRINDER, Liz (2010) «Shared residence: a review of recent research evidence», Child and Family Law Quaterly, 22 (4) 475—498 VARELA, Mª José (2012) «¿Custodia compartida o interés del/la menor?» Actas del XXIV Congreso Estatal de Mujeres Abogadas, Salamanca, 3—5 febrero 2012.

De los padres y la paternidad Por Pedro López

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on frecuencia la paternidad se aborda desde cierto ángulo: la dirección—educación de manera favorable para con el desarrollo de los hijos. Algunas otras veces tendrá relación con la autoridad, con la norma y las reglas que se representan en los padres bajo la forma de familia. La paternidad en un sentido amplio no es propia del padre o de la madre, sino de ambos progenitores como un par que se alternan un mando y una persuasión sobre los hijos. La maternidad en cambio es siempre descrita sobre la circunscrita relación madre—hijo(a); sus efectos y construcciones son etiología y

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muchas veces cura. Paternidad y maternidad, Entre paternidad y padre y madre, a pesar de sus maternidad sale a la vista un factor común: características propias, padre y la ley, regla, norma o madre no existen sino a partir sinónimo que suboruno del otro», dice Dolto dina al otro. Desde este planteamiento es innegable que la paternidad y/o maternidad en su forma de norma o ley circula entre los humanos sin rostro, pero con muchos nombres. Se conocen bien las relaciones y efectos de la ley que engendra la paternidad en la patología de las neurosis además de la función que juega dicho concepto en el desarrollo de cada sujeto o cultura, se señala a la ley, dentro del psiquismo, con el título de súper yo, pues es ésta instancia psíquica la que encierra el grupo de reglas morales éticas y estéticas que rigen a determinado sujeto y/o sociedad. Esta cuestión sobre la estructuración psíquica de la ley podría parecer repetitiva, sin embargo es posible comprender el papel de la ley en el psiquismo más allá de la típica explicación tópica e inconsciente. Si es que el súper yo es una estructura psíquica, esta inicia en la continuidad de una asimilación e introyección de las figuras que representan la ley y las normas que despliegan de diferentes maneras el morfema «no». El desarrollo de esta estructuración psíquica está modulado de manera estrecha y recíproca por el desarrollo neuronal, así lo demuestra el desarrollo y mielinización de los tractos neuronales de los lóbulos frontales. Si se enfocan algunos estudios sobre el desarrollo de los lóbulos frontales se puede concluir que una de las «funciones yoicas superiores» que ejercen dichos lóbulos es precisamente la evaluación de los propios actos en relación a la ley representada en términos de castigo—beneficio. También se le llama heredero del periodo edípico, pues según parece a partir de la


Editoriales: De los padres y la paternidad

etapa de triangulación la máxima ley (la del incesto) cierra el mayor de los complejos psíquico—emocionales instaurando una represión importante en diferentes mecanismos mentales. En realidad la ley se instaura tanto en el sistema psíquico como en el la estructura del lenguaje del niño como parte de la función normativa que permite la contención de la pulsión en la vida psíquica. Ésta ley también se liga en relación directa con los sentimientos eróticos y tiernos del chico, de ahí la huella tan profunda que la evitación (castración) de elegir al progenitor del sexo contrario como objeto de amor hereda a la vida posterior adulta. La ley alcanza tanto profundidad lingüística como intensidad emocional suficiente como para dibujar claras diferencias estructurales de la personalidad. El sistema psíquico al que se anexa la máxima de las leyes se inscribe en la dinámica y desarrollo de las redes neuronales que le dan su forma y versión puramente física. «Paternidad y maternidad, padre y madre, a pesar de sus características propias, padre y madre no existen sino a partir uno del otro», dice Dolto. El niño o la niña no tienen una madre o un padre, tienen un papá—mamá o una mamá—papá donde ambos serán representantes de la ley a través del lenguaje. Dice Luria que «la palabra conecta un complejo sistema de conexiones en la corteza cerebral del niño que le permite ejercer

una serie de capacidades que, sin ella, no realizaría por sí mismo». La palabra del adulto con el que el chico emocionalmente se relaciona se convierte en su principal regulador, y la subordinación no es otra cosa que la introyección de una ley. La construcción de la paternidad se determinada por un desarrollo tracto neuronal del encéfalo y por el procesamiento simbólico de aquel que es representante de la paternidad; esta construcción es atravesada por el lenguaje en alguna de sus versiones hasta construir todo un discurso que se referirá a la subordinación. Para el entendimiento de las presentes ideas nada cuesta aceptar algunas tesis híbridas de la neurología y el psicoanálisis. Vale la pena y el esfuerzo seguir comprobando que una de las «funciones yoicas superiores», a cargo de la actividad cortical de los lóbulos anteriores, es justamente la de contención la pulsión dentro de los límites de control y aceptación moral, o bien, esforzarla a la transformación por medio de los procesos de sublimación. Sobre el autor: Desde hace algunos años Pedro López se dedica a la investigación de la clínica psicoanalítica y su relación con la Neurología. Referencias de imágenes: Manel, F. (s.f.) La Lección de Justicia. [Dibujo de cuatro hombres]. Recuperado de http://elfarodelacolina.blogspot.mx/2012/08/no-sepuede-permitir-la-ley-de-la-selva.html Ballabhyadav (s.f.) Palabras relacionadas de la ley [Palabras en forma de crucigrama]. Recuperado de: http://es.dreamstime.com/ im%C3%A1genes-de-archivo-libres-de-regal%C3%ADas-palabrasrelacionadas-de-la-ley-image26148729

Bibliografía: Dolto, F. (1982) Seminario de Psicoanálisis de niños. Luria, A. R. (1956) Lenguaje y desarrollo intelectual en el niño

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Dil intro de la FaPsi Sexta semana de la Equidad: «RE… PULSION EN LA LENGUA Y EN LA PIEL». Género, sexualidad y violencia: Reflexiones y Estrategias Por Denisse Villanueva y César Tovar

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a sexta edición de la semana de actividades, organizada por la extensión de Equidad y Género de la Unidad de Servicios Psicológicos de nuestra facultad, se llevó a cabo del 18 al 21 de febrero bajo el nombre de «Re… Pulsión en la lengua y en la piel». Durante la inauguración estuvo presente el Dr. Armando Peña Moreno, director de la facultad, así como distintas autoridades universitarias. La jornada dio inicio con una mesa de análisis del tema de relaciones sexuales y relaciones de poder, donde participaron especialistas de dentro y fuera de la facultad. Las actividades continuaron con temas que fueron desde la explotación y la violencia sexual hasta los problemas y el erotismo en la pareja. Dentro de los eventos culturales se contó con la participación del grupo The Fool, y el grupo de danza africana Drum Art.

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El segundo día de la jornada comenzó con una conferencia sobre el acoso sexual en las organizaciones, y posteriormente se trataron temas como la pornografía y masculinidades, feminidad y mercado, igualdad de género, juegos de roles, celos, sexualidad en los cuentos de hadas y violencia; así como el análisis de la película «HER» y la presentación del grupo de Psicodrama. Para el tercer día de actividades se preparó una mesa de análisis acerca de la «masculinidad en riesgo», y fue esté día en que se dio cabida al tema de la diversidad sexual. Otros temas tocados fueron la agresión sexual y la atención psicológica brindada, el uso de condón, el poliamor y obesidad. Se cerró este día con la presentación de la obra de teatro «La loca del maniquí». El cuarto y último día se trataron temas como la imposición en la educación, uso de redes sociales, la sexualidad después de los 40 y en personas con discapacidad, el hombre perfecto, la trata de personas, y la génesis y erradicación de la violencia. Además se realizó la presentación del Número 4 de la Revista Antropología Sexual, y previo a la clausura del evento se disfrutó del performance de «Las Rukas» que busca la prevención del VIH. Referencias de imágenes: Romero, C. / Revista SuiGeneris (2014).


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Toma de Protesta del Colegio de Psicólogos de Nuevo León Por Leslie Arreola

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l pasado 21 de Enero del presente año, se llevó a cabo el cambio de presidentes del Colegio de Psicólogos Nuevo León, en donde la maestra María Eugenia Gonzales tomó protesta como nueva presidenta. El evento se realizó en la Sala de Usos Múltiples de la Facultad de Psicología. Como anfitrión del evento estuvo presente el Doctor José Armando Peña Moreno, actual director de la facultad, y ex presidente del Colegio de Psicólogos. La presidenta saliente, Lic. Rosa María, recibió un reconocimiento público para agradecerle la labor realizada durante su gestión. Referencias de imágenes: Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2014). [Fotografía participantes].

una conferencia titulada «Alteraciones Psicológicas y Neuropsicologías en personas con Accidentes Cerebro Vasculares (ACV)» siendo la ponente la Dra. Laiene Olabarrieta Landa de la Universidad de Deusto, Bilbao, Vizkaya, en donde estuvieron presentes alumnos de las facultades del área médica con el fin de que los alumnos tengan acceso a información impartida por personas expertas en el tema. Los Accidentes Cerebro Vasculares suceden cuando existe una alteración en la irrigación sanguínea del cerebro y pueden ser de dos tipos: obstrucción del fuljo sanguíneo y hemorragia. La sintomatología se presenta dependiendo del área afectada o los proceso/s alterado/s, mediante el uso de pruebas y test neuropsicológicos es posible evaluar y conocer precisamente qué procesos se ven alterados y en base a esto se elabora un plan de intervención para los pacientes que les permita observar posibles cambios o recuperación en los mismos. Los problemas más frecuentes incluyen pérdida de memoria, velocidad en ejecución o pensamiento, funciones ejecutivas en general, aspectos emocionales o de impulsividad, como el realizar funciones de la rutina diaria, etc. Referencias de imágenes: Botello, L. / Revista SuiGeneris (2014).

Alteraciones Psicológicas y Neuropsicologías en personas con Accidentes Cerebro Vasculares (acv) Por Denisse Villanueva Fotografía Cecilia Romero

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l 11 de febrero del presente año en la Sala Polivalente del Posgrado de la Facultad de Psicología de la UANL, se impartió

Neuropatía Diabética
 Por Denisse Villanueva Fotografía Lucero Oasis

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l 14 de febrero del presente año en la sala polivalente de Posgrado de la Facultad de Psicología de la UANL se llevó a cabo la conferencia Neuropatía Diabética impartida por la Mtra. Laura Gameros, donde estuvieron presentes alumnos y maestros de la misma 27


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e interdisciplinaria —multidisciplinaria de los profesionales de la salud. (Nutriólogos—médicos—psicólogos trabajadores sociales y ocupacionales). En este mismo tenor, la Neuropsicóloga Gameros nos describe las diferentes consecuencias de esta enfermedad sobre los aspectos neurológicos, psicológicos y neuropsicológicos de estos pacientes. Cerrando con un énfasis en los aspectos preventivos y la urgente necesidad de trabajar en equipo ante esta enfermedad silenciosa.» comenta el Mtro. Hugo Tirado Medina. Referencias de imágenes: Romero, C. / Revista SuiGeneris (2014).

facultad con el fin de obtener información de distintos temas relacionados con la psicología y la neuropsicología. La diabetes es una enfermedad que se presenta por la falta o ausencia de insulina, si esta enfermedad no se controla es posible que se puedan generar disfunciones neuropatologías: difusión subcortical, atrofia, deterioro cognitivo, envejecimiento patológico; incluso pueden existir alteraciones en la flexibilidad cognitiva, memoria, control de impulsos, funciones ejecutivas, auto cuidado y en el 22% de los casos los pacientes presentan depresión. La terapia neuropsicológica es un posible tratamiento para estos procesos afectados por la diabetes pero también es importante trabajar en conjunto con el especialista en este caso el médico, nutriólogo y el psicólogo, etc., para que así el paciente pueda recibir la atención más completa. «La Mtra. Nps. Laura Gameros nos muestra el intrigante mundo de la Diabetes y sus implicaciones tanto en lo general como en lo particular. En lo general despliega una amplia comprensión en el campo de la salud y de la Diabetes. Datos estadísticos del problema en nuestra comunidad, así como una clara explicación de las alteraciones metabólicas de esta enfermedad. En lo particular nos muestra con gran maestría la urgente necesidad de una formación completa, comprensiva 28

Presentación del libro «Mirada y testimonio» de Pedro Valtierra Por Vittorio Xavier García Villegas

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l día 14 de febrero del año en curso, en el auditorio Agustín Basáve de la Facultad de Psicología de la UANL, se llevó a cabo la presentación del libro Mirada y Testimonio del autor Pedro Valtierra. Que mis fotografías El evento estuvo repleto de medios puedan contar lo que de prensa y alumnayo siento» do de la facultad. Este evento contó además con la participación del director de la facultad José Armando Peña Moreno, el filósofo y escritor Margarito Cuellar, y Celso José Garza Acuña quien es el Director de la Casa del Libro Universitario. El reconocido fotógrafo mexicano ha basado su trabajo en la cultura contemporánea de la segunda mitad del siglo XX, en esta ocasión compartió sus ideales de la fotografía y lo que el trata de plasmar en cada retrato o disparo que realiza «que mis fotografías puedan contar lo que yo siento»’ mencionó Valtierra. También hizo énfasis e invitó a toda la comunidad que cuando fotografíen no sólo almacenen las fotografías en una computadora, si no que las im-


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priman y que las muestren al mundo en forma física ya que así la fotografía perdura. Durante la presentación se mostraron diferentes fotografías en las cuales narraba un poco sobre el contexto social en el que se realizaron y su experiencia personal con estas mismas. Por último el fotógrafo Pedro Valtierra habló sobre un concurso de fotografía organizado por la agencia de fotografía y editora Cuarto Oscuro, en el cual el primer lugar contará con un premio de $50 mil pesos.

Referencias de imágenes: Garcia, V. / Revista SuiGeneris (2014).

«Sentimientos de amor» concierto de las rondallas varonil y femenil de la FaPsi Por César Tovar

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on el propósito de fomentar la cultura musical en nuestra institución y en clara alusión a la festividad del día del amor y la amistad, el día 13 de febrero se llevó a cabo en la Sala de Usos Múltiples de nuestra facultad, un concierto denominado «Sentimientos de amor» a cargo de las rondallas varonil y femenil de la Facultad de Psicología, UANL, donde nos presentaron los temas más románticos de su repertorio. Primeramente se presentó la rondalla femenil quienes interpretaron 10 de su canciones para deleite de su auditorio, entre estos temas encontramos «Me nace del Corazón», «Si nos dejan», «Cachito de luna», entre otras. Luego de ellas los chicos de la rondalla varonil tomaron el relevo e hicieron gala de su repertorio alusivo a estas fechas con canciones como «Adoro», «Serenata sin luna» y «Hasta donde te quiero», despertando sentimientos en el público y arrancando aplausos efusivos. Referencias de imágenes: Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL (2014). [Fotografía de músicos].

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Entrevista a la Dra. María Elena Urdiales Ibarra sobre el aniversario de la USP Por Iris Reyes Realización y Transcripción por Cecilia Romero

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uen día doctora Estamos enterados del 40 aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos (USP), nos podría hablar un poco acerca de la historia de la misma. Sí, claro. La idea es compartir a la comunidad que conoce la FaDra. María Elena cultad de Psicología y que está muy Urdiales Ibarra cerca de lo que es su revista, el grato Coordinadora de la Unidad gusto que tenemos de poder decir de Servicios Psicológicos de que la Facultad de Psicología brinla FaPsi – UANL da un servicio a la comunidad. Ese servicio de la comunidad comenzó en el año de 1974, ósea son cuarenta años ya, el primero de mayo de 1974, de acuerdo al libro de la Historia de la Facultad de Psicología y de acuerdo algunas entrevistas a personas que estuvieron presentes en ese momento y lo señalan como el primer programa de consulta externa que la facultad da a la comunidad.

Esta consulta externa estaba físicamente en el edificio que hoy es el posgrado viejo, de hecho era considerado una clínica con un servicio de consulta de 24 horas, se hacían guardias de días completos y principalmente se trataban aspectos de prevención del suicidio, depresión, aspectos psiquiátricos, estaba planteada como una clínica para dar rehabilitación y terapia, como un programa de hospital más; es decir, 30

había cuartos para camas, etc. etc. y se trataba principalmente también de dar atención a pacientes farmacodependientes. Se estaba muy influenciado por el modelo de formación de filosofía y de la medicina. De esta manera se comenzó a construir el edificio en base a ello, por eso hay una especie de pabellones y cosas por el estilo, pero no hubo después un sustento para poder terminar el proyecto, lo cual fue muy bueno porque a partir de ahí se empezó a configurar un lugar muy importante dentro de lo que han sido cuarenta años de trabajo en la formación de psicólogos. Poco a poco, de acuerdo a una partida económica por parte del entonces presidente de México: Luis Echeverría, se fue dando un apoyo para empezar a construir lo que es la Unidad de Servicios Psicológicos; que anteriormente se llamaba Unidad Clínica y de Rehabilitación Psicológica. Sin embargo, ya desde 1974, se ofrecía también servicios de orientación vocacional y poco a poco se expandieron sus servicios a problemas con los niños (problemas de aprendizaje, de lenguaje, de conducta). Luego se abrió como un centro contra el suicidio. En la universidad siempre se pensó el proyecto como un lugar para que los estudiantes hicieran su práctica; entonces su propósito era vincular por un lado el servicio a la comunidad, pero por otro lado, y que era la más importante, la formación de futuros psicólogos. Y respecto a esto último que menciona, para usted, ¿cuál sería entonces el objetivo fundamental, el objetivo principal de la clínica?, ¿la atención a pacientes o la formación de futuros psicólogos? Así es, el principal objetivo siempre ha sido la formación de psicólogos. Sin embargo, siempre se ha pensado con responsabilidad social, en vincular la institución con la problemáti-


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establecer trabajos en conjunto, ¿para qué?, para estar seguros de que estamos formando psicólogos en su práctica y por otro lado seguir dando solución a las problemáticas sociales que se nos presentan.

ca social real. Para el futuro psicólogo es una gran fortuna porque no todas las escuelas de psicología tienen su propia clínica, somos unas de las pocas facultades de la Universidad Autónoma de Nuevo León que podemos jactarnos de tener un espacio como este. Actualmente estamos hablando de aproximadamente de cincuenta cubículos en funcionamiento, de ocho estancias de supervisión, dos Cámaras Gessell, una Sala de Psicomotricidad, una Coordinación (en donde el equipo administrativo involucra Trabajo Social, Archivo, Recepción y Preconsulta), un Departamento de Urgencias, un Departamento de Neuropsicología, un Departamento de Equidad y Género, más sus áreas departamentales donde cada una de ellas trabaja con diferentes constelaciones del ser humano. Entonces, es una clínica sumamente amplia que cumple ya sus cuarenta años, por lo que pudiéramos decir que estamos hablando de una persona adulta que ya sabe hacia dónde va, que ya se ha proyectado; sin embargo cuenta también con suficiente fuerza para seguir trabajando en los proyectos institucionales. La clínica, actualmente Unidad De Servicios Psicológicos, está vinculada con otras facultades de psicología del país, y está trabajando en red la práctica del psicólogo en sus diferentes clínicas, entonces traemos la experiencia de Colima, de Pachuca, de Michoacán, de Hidalgo, entre otras, y estamos tratando de

Y en cuanto a infraestructura física, ¿cuáles serían las áreas de oportunidad de la clínica? Insisto, es una clínica grande a comparación de otras clínicas del país, yo creo que es una de las que tiene mayor infraestructura. Sin embargo uno es ambicioso y sabemos que la comunidad demanda cada vez más servicios de calidad, creo que una de los principales áreas de oportunidad dentro de la clínica puede ser tener un poquito más de actualización en cuanto a pruebas de evaluación, tener equipo lúdico, que pueda dar un poquito más de cobertura a las problemáticas y algunas cuestiones específicamente de seguridad. Creo que la clínica está bien, hay que adecuar algunos aspectos; pero hay que ir adentrándose más a aspectos de seguridad del paciente, de que la atención sea de calidad, que los procesos que tiene estén cuidados desde el principio hasta el fin; y que en ese sentido la infraestructura pueda apoyar a este proceso formativo.

¿Qué es lo que busca atender la clínica en cuestión de la formación, la práctica o los seminarios con sus supervisores? La prioridad es la práctica, no hay que olvidar que es una unidad de aprendizaje, es un encuadre donde el alumno va a recibir al final una calificación. La figura clave es el supervisor, el supervisor es una figura que hay que reconocer, que hay que exaltar, porque ha 31


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sido por un lado olvidada, porque no es docente, sino que es como un auxiliar de apoyo dentro de la formación; sin embargo su labor es crucial. Este supervisor realiza dentro de su modelo lo que es la inducción, capacitación, actualización y sigue el programa de los diferentes semestres de la práctica, el trabajo también es un trabajo de tutoría, es un trabajo donde tiene que crearse esa cuestión empática para que el estudiante le tenga la confianza suficiente para decir «hice o no hice esto en mi práctica» y que se pueda dejar moldear. Por otro lado, el perfil del supervisor debe ser tal que pueda generar y tener esa capacidad de observación del otro, y saber en qué momento actuar en áreas específicas para desarrollarlo como profesional y como ser humano, esta es una cuestión de mucha tutoría, de mucho acercamiento, de mucho trabajo grupal, de autoconocimiento y obviamente el supervisor tiene que ser un técnico también en áreas específicas, tiene que estar actualizado, y el estudiante, por otro lado, tener esa capacidad de recepción y escucha para dejarse guiar.

¿Cuáles son los principales motivos consulta por los que la gente acude a la clínica? Bueno, han variado a lo largo de estos cuarenta años, al principio se trabajaba con personas con adicciones, venían personas para ser evaluadas, para lo que es su perfil profesional, su orientación vocacional. Posteriormente, venían por problemas de la infancia, del desarrollo neuromotor, etc. 32

Poco a poco, de acuerdo al papel que ha tomado el psicólogo en la sociedad, se ha aceptado que puede contribuir a otras áreas; hoy por hoy, uno de los principales motivos de consulta son las dificultades en lo que son problemas emocionales o del estado de ánimo, como el trastorno de ansiedad, depresión, estrés en jóvenes y adultos. En el Departamento de Urgencias manejamos incidencias cada vez mayores de niños y adolescentes con depresión, también algunos con intentos de suicidio, jóvenes con alta incidencia en algunos casos de cutting, aspectos de ansiedad y de estrés postraumático principalmente. En el área de violencia, se ven aspectos de abuso, poder, abuso sexual y también nos llegan muchos casos de aspectos de lo familiar y de lo jurídico. Por otro lado, tenemos también demanda por áreas de de necesidades educativas especiales, sabemos que aquí la clínica no esta tan especializada en eso, hay otras instituciones que trabajan solamente con Síndrome Down, con autismo; sin embargo de esas instituciones los canalizan a la clínica para trabajar aspectos específicos del paciente como es lenguaje, aprendizaje. Y también, quisiera agregar, que la Unidad de Servicios Psicológicos se ha abierto a establecer convenios para que las instituciones públicas ó privadas nos envíen a sus pacientes. ¿Qué población están atendiendo?, ¿cuántos usuarios vienen al mes?, ¿son más hombres o mujeres?... La incidencia mayor es de hombres, y aproximadamente al mes, de acuerdo a los primeros meses del año, recibimos más o menos entre 150 y 350 preconsultas al mes. Hay temporadas bajas y altas, pero en promedio son 300 a


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320 las preconsultas que se hacen al mes; y la población principal son adolescentes y adultos, que se atienden a las problemáticas que ahorita te mencione.

¿Cuáles son los retos para la USP después del periodo de certificación? Pues principalmente ese es el reto, que los procesos estén validados por organismos del sector salud de la Secretaría de Salubridad General, que puedan dar fe de que se está haciendo las cosas con atención, con calidad y seguridad. También ir a la vanguardia en cuanto a expediente electrónico, es otro proyecto de la clínica, que la información esté documentada con sistemas un poquito más amigables, que puedan favorecer también la seguridad de la información por un lado y por otro la investigación en el área. Y esto último es otro reto, que el trabajo que se esté haciendo se difunda, de manera que otros a profesionales les pueda servir de apoyo en su formación, pero también crear redes de investigación tanto en aspectos epistemológicos como en el área de formación de la práctica del psicólogo.

se trabajará con las trayectorias curriculares. Las áreas de acentuación nos van a heredar su experiencia, nos van a heredar sus profesores, sus supervisores y sus modelos de trabajo, que ahora se van a tener que adecuar a las nuevas trayectorias y líneas curriculares. Eso ya es inminente y ya está en puerta porque la última generación de las áreas está por salir este semestre, entonces es un proyecto inmediato. ¿Qué va a pasar con las áreas y los departamentos? Las áreas van a figurar dentro de las trayectorias, son los mismos profesores los que están en su actividad, ellos utilizan los modelos de supervisión que han estado utilizando a lo largo de todos estos años, lo único es que se va a reestructurar un poco lo que es el aspecto logístico de la clínica. El área conductual ahora se va a llamar trayectoria cognitivo conductual, etc. Eso es algo que se está analizando, para darle esa evolución. No desaparece sino que permanece, ahora con otra investidura, se va a tratar de sacar lo mejor de las áreas para adecuarlo a estas trayectorias, no es que desaparezcan las áreas solamente se transforman en trayectorias. Referencias de imágenes: Garcia, V. / Revista SuiGeneris (2014).

¿Qué cambios tendrá la Unidad de Servicios Psicológicos con el nuevo plan por competencias? Va a requerir de manera inmediata e inminente una reestructuración, por lo que ahora 33


Temática central:

El abordaje terapéutico con familias adoptantes:

nuevas formas de parentalidad Por Alicia Monserrat y Mayte Muñoz | www.familiayadopcion.es

Introducción

que no son los biológicos. Desde ahí es «algo a adopción es una forma de paternidad distinto», distinto de lo habitual, en palabras ligada al ejercicio de una medida de de Winnicott. protección a la infancia que tiene como La adopción es un salto cualitativo para la finalidad encontrar una familia en la que un familia en el punto crucial de la paternidad; menor que se encuentra en situación de aban- dependerá de cómo sea el trabajo de elaboración de los padres con ese plus de significado «adopdono y desamparo, pueda vincularse afectiva ción», que pueda llegar a y emocionalmente y crear ser una carga para el niño vínculos paterno—filiaCalificar un modelo si llega a heredarlo (o no), les. Hay que tener presente que en la adopción el niño familiar en detrimento de como un punto de fijación obligado. ha sufrido un abandono real otro para la adopción, o por parte de los progenitores En la adopción, la plantearnos que es «lo mis- emergencia de la división y, en este caso, ha podido ocurrir que las fantasías filicidas mo», sería no discriminar, entre sexualidad y paterhayan sido, incluso, actuadas. nidad, puede obstaculizar, tendiendo a negar las difeSer padre o madre por la que se eluda la pregunta rencias. Estos modelos exiacerca de qué es esa mujer vía de la adopción, incluye un «plus» de trabajo vingen la posibilidad de pensar madre, que no genitora, y ocultar el interrogante que cular para la nueva familia, la inclusión de abordajes y enfrenta a todo sujeto con porque además de que el hijo es fruto de la relación estrategias de otros modos el misterio de sus orígey que siempre alude sexual de otra pareja fértil, de organización vincular.» alnes,enigma en el caso de la Adopción Inde la sexualidad. ternacional, el hecho de provenir de otro país, Los padres adoptivos tienen que hacerse cargo de una escena de la que no participaron. Esto, segrupo étnico, tener otro idioma, color de piel, etc. imprime a estas adopciones característi- gún cómo lo elabore la familia, será un elemento clave. Es el momento en el cual se nombran como cas propias que los potenciales padres deben familia adoptante, diferente de la biológica. Y si conocer para poder hacerles frente. No poder se pueden nombrar como familia adoptiva, se reconocerlas y no reflexionar sobre ello antes de la adopción, es asumir un riesgo importante aceptará la diferencia. Es en la manera de relatar cuyas consecuencias podrán aparecer cuando la experiencia de nombrarse como familia adoptiva, que se aceptará la diferencia con lo biológico la adopción ya se ha llevado a cabo y el niño/a en una nueva re—significación. está en su nueva familia y nuevo país. Todo nacimiento moviliza a la madre, ya que Adoptar, por lo tanto, es plantearse y llevar todo niño queda remitido a la madre como mua cabo la paternidad desde otros presupuestos

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Tema central: El abordaje terapéutico con familias adoptantes

jer. En cuanto al padre adoptivo, el interrogante sería ¿qué es ser un padre? y ¿en qué lugar del deseo, el padre sitúa a la madre como mujer? y en lo que pertenece estrictamente al terreno del deseo de hijo, cabe diferenciar a la pareja con mandatos y presiones familiares o sociales, de aquella que desea el esclarecimiento de su realidad, de su especificidad. Entramos así en el ámbito de la singularidad, de lo que cada uno desea sin imposiciones familiares, sociales o culturales. La incógnita sobre lo que el niño aporte desde su disposición hereditaria, aumenta en los padres adoptivos fantasmas relacionados con el origen del niño y es desde la incógnita desde donde verán, descifrarán y entenderán. Ese no saber puede llegar a ser un lugar propicio para imaginar certezas. Por parte de la madre, se plantea la posibilidad de caer en la trampa de no dejar que el niño se separe de ella, atraparlo en un deseo fusional. Por parte del padre, confundir fecundidad con virilidad, puede dar lugar a la posibilidad de que falle en su función de enunciación de la ley, de tercero que garantiza que el niño pueda separarse del «avasallamient» materno. Los padres adoptivos pueden quedar atrapados así en una posición frágil que amenaza con romperse ante cualquier interpelación de los hijos, tal como «no eres mi verdadero padre (o madre)… no tengo por qué quererte», sin poder

asumir la diferencia entre maternidad/paternidad biológica y afectiva, y no darse cuenta de que es esta última la «verdadera». Sabemos que en la adopción es importante que se reconozca y se acepte la ley escrita, jurídica, así como que cada individuo reconozca su propia legalidad, que funciona de manera singular, con la posibilidad de dar significado a cada situación. Junto con la legalidad jurídica está la legalidad interna, psíquica. Esta legalidad interna permitirá reconocer las diferencias, ya sean generacionales, sexuales, de función o culturales; así como reconocer las diferencias entre concepción natural y concepción mediante técnicas de reproducción asistida, pudiendo diferenciar así el deseo de hijo, del deseo de criarlo. Tendremos que estar atentos a la forma en que podrá desarrollarse la filiación en los casos de adopción, en los de fertilización mediante esperma desconocido, y en aquellos casos en los que la adopción presenta salto generacional. En el cuestionamiento de cada sujeto, imprescindible para la estructuración de su psiquismo, el interrogante del niño adoptado es: ¿qué quiere mi madre de mí? lo que también se transforma en ¿qué es lo que no quiso de mí? De esta manera queda marcado anticipadamente el no deseo como constitutivo, lo que en muchos niños se muestra como un dolor destructivo sobre sí mismos ante ese progenitor que no puede representarse. (Quinodoz, 1987; R. Grinberg y M. Valcarce, 2004). En la adopción, en cuanto al conflicto edípico y a la castración, toda la ambivalencia de la relación de crianza –el conflicto amor—odio materno– queda dificultada en la fantasía de un vínculo mítico con la madre biológica, que estará libre de todo conflicto. La expresión «ella me habría querido más o tratado mejor» estará al servicio de la negación de los límites que tiene el vínculo amoroso madre—hijo en cuanto a la «novela familiar» (retorno al lugar sin límites de su propio deseo de niño maravilloso). Con relación al padre, aparecen otros obstáculos, tanto en su lugar en la adopción como en los casos de fertilización en los que corre el peligro de quedar excluido de esa relación mé35


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dico—donante—madre. O cuando tiene que aceptar, según la nueva legislación en algunos países, que el donante de esperma que permitirá la fecundación de su mujer, no quede oculto o presente, como un fantasma. Lo importante es la presencia activa de una imagen identificatoria, el modo en el que el padre se haga cargo de su paternidad, y el reconocimiento por parte de la madre de esta paternidad. Esto es lo que permitirá que el hijo pueda hacer el camino que va desde las identificaciones con estos padres hasta la obtención de una identidad propia por des—identificación. Esto nos coloca entre varias líneas que se entrecruzan apuntando cada una a la relación con los «nuevos objetos» de nuestra época y queremos señalar, asimismo, la importancia que tiene la especificidad que se da en el proceso de vinculación paterno—filial en la adopción: hijos de quién, cómo y para qué.

• Familias ensambladas: o de recomposición después de un divorcio, separación, y/o adopción • Familia transgeneracional: abuelos, otros familiares….. • Familia de acogida/adoptiva: atravesada por todos los modelos anteriormente mencionados • ¿…?

Nuevas formas de parentalidad Al hablar de «nuevas» formas de parentalidad queremos referirnos a nuevas organizaciones familiares que cada vez son más frecuentes en nuestra sociedad actual y es cada vez más frecuente encontrarnos con estas nuevas modalidades familiares incursas en procesos de adopción para constituirse como tales familias. La familia actual tiene su centro subjetivo en la alianza, más que en la filiación, y son la sexualidad y el amor los recursos contemporáneos que cimentan y dan sentido a los vínculos conyugales. • Entre los modelos de estas nuevas alianzas encontramos: •

Familia tipo: compuesta por padre, madre, hijos…

• Uniones no matrimoniales • Familias monoparentales: con un solo padre/ madre • Homoparentales: figuras parentales del mismo sexo

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¿Un padre, una madre o dos?, ¿hombres o mujeres?, ¿otros hermanos? Pluri—parentalidad, homo—parentalidad, o mono—parentalidad. Se hace difícil la aritmética de los elementos de estos conjuntos. No estamos frente a una familia con dos más uno igual a tres, y de ese modo queda asegurada la función paterna, ni estamos en un arriesgado uno más uno, que dé como resultado la familia especular o sumatorias de padres y madres e hijos que se multiplican creando subgrupos, del primer matrimonio, segundo o tercero. Sin embargo podríamos considerar un nuevo término que las describa como familias ensam-


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bladas, alianzas producidas por el deseo, donde las funciones se ejercen independientemente de la identidad sexual de quien las integra. En el caso de las familias mono—parentales, ejerce importancia el hecho de que éstas se ensamblan con las redes familiares o las afectivas y también las sociales. Y actualmente son cada vez más los progenitores varones que reclaman la tenencia compartida en caso de divorcio. Otra cuestión es la aceptación del rol productivo de las mujeres y a la par ciertas paradojas como las resistencias de muchas de ellas a perder el reino del hogar. La mujer ha conseguido determinados logros e igualdad de oportunidades; también su mundo relacional se ha ampliado fuera de la pareja, aumentando en general sus niveles de ansiedad al tratar de compaginar diferentes roles de madre, esposa y amante.

Calificar un modelo familiar en detrimento de otro para la adopción, o plantearnos que es «lo mismo», sería no discriminar, tendiendo a negar las diferencias. Estos modelos exigen la posibilidad de pensar la inclusión de abordajes y estrategias de otros modos de organización vincular. Esta revisión incluye un movimiento paradójico también en la adopción: desmontar modelos de roles tradicionales de hombre y mujer, para acceder a un lugar diferente sin el temor a masculinizarse o feminizarse y evitar la tentación omnipotente de sustituir al otro, con la ilusión de poder cubrir completamente ambos lugares.

En la perspectiva de las familias mono—parentales asumidas especialmente en la adopción, por mujeres, éstas tienen que hacerse cargo de la realización de un mandato social, asociado al rol de la mujer que contempla la maternidad como proyecto valorado y sublime, ser madre como la realización femenina principal cuyo objetivo es contener, cuidar y sostener afectivamente a otro ser humano.

Familias afectadas con des—estructuración social Desde lo social emergen fenómenos que también afectan a las familias adoptivas, como la desocupación, las migraciones y el desarraigo con su pérdida de referencias vitales y los brotes trágicos de violencia tanto individual como colectiva. En la clínica de la familias adoptivas se observa en este «ir y venir» de lo social/intersubjetivo a lo individual/intrapsíquico, un incremento por un lado de la visibilidad de las situaciones de violencia familiar exacerbada y por el otro la emergencia con gran intensidad de problemas asociados a cuestiones de inmigración y desarraigo… Son situaciones, todas ellas, de un «sufrimiento» social y psíquico que demandan la apertura de nuevos espacios para conseguir mejorar su comprensión e integración. Se aprecia que los malestares familiares actuales en general, sin excluir a las familias adoptivas, giran en torno a una tendencia de lo fusional narcisista, «indiscriminación», «falta de límites», o «fusionalidad extrema» en el funcionamiento familiar. Si lo fusional impera y estas reglas dominan y constituyen la trama inconsciente del grupo familiar, habrá efectos repetitivos que emergerán, y en sus verbalizaciones aflorará su vida fantasmática conducente a la culpa y a las transgresiones antes señaladas. La experiencia de la triangulación que condiciona la toma de conciencia y frustra el deseo fusional no logra instalarse. Las defensas se han amurallado contra la angustia de separación haciendo prevalecer lo idéntico, transparentes

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unos y otros y evitando cualquier discriminación posible para desmentir las evidencias.

Constelaciones familiares Sea cual sea la constelación familiar en la que esté inserto el niño adoptado, es en ella en donde se va a construir su identidad. El niño adoptado se pregunta ¿A quién pertenezco?, ¿quiénes son mis padres? ¿Cuál es mi origen?.... Su identidad viene confrontada con ciertos riesgos, y ésta tiene que construirse y re—construirse en la nueva familia. En la adopción hay una superposición de parejas, unos progenitores que engendraron al niño y unos padres que son los que ejercerán con él la función paterna. Se da pues una situación en donde los padres adoptivos toman el relevo de la pareja originaria. No es aventurado pensar que en el psiquismo infantil del niño adoptado, las fantasías inconscientes sobre la escena primaria se desenvuelven con un mayor nivel de complejidad.

La posibilidad de reflexionar sobre estas peculiaridades permite producir el anudamiento de la fantasía parental con el lugar filial. La adopción conlleva el trabajo psíquico de desvincularse y al mismo tiempo vincularse; pensamos que, como dice Cristian de Renzi (1997): «La adopción es una historia de vínculos que se rompen. Vínculos que intentan mantenerse. Vínculos que se construyen. Los que se rompen deben ser elaborados, los que se construyen acompañados. Nuestro trabajo comienza con un abandono y con el deseo del encuentro. Pero no termina cuando estos se concretan». Citamos también a León Grinberg cuando dice: «La adopción le ha salvado la vida pero no ha podido salvarle de la tragedia derivada de las condiciones de su nacimiento». 38

Psicoterapia en la adopción La psicoterapia –como no puede ser de otra manera– la contemplamos como un proceso que abarca distintas fases, desde la demanda inicial que incluye la expresión, tanto de lo manifiesto como de lo latente, a la trayectoria del trabajo psicoterapéutico propiamente dicho, con todos los avatares comprometidos dentro de la relación terapeuta—paciente. Atendemos a la demanda de los padres y valoramos qué peso tiene la adopción en el relato que hacen en el momento de la consulta. La adopción no es ninguna patología en si misma. No es un síntoma ni es un síndrome y no tiene por qué psicopatologizarse. Los conflictos emergentes, por los que se nos solicita nuestra intervención terapéutica, podemos pensarlos desde nuestra concepción psicoanalítica, referenciados a las «Series Complementarias»: forma dinámica de explicación respecto a las causas del sufrimiento psíquico. La primera (serie), está constituida por lo heredado y las vivencias de la pre—historia infantil. A la suma de todo ello, se le denomina lo «constitucional» o la «predisposición». La segunda (serie), corresponde con lo actual, lo que tiene que ver con las experiencias de frustración del momento presente. Es importante conocer qué lugar ocupa ese hijo en la vida e historia de esta nueva construcción familiar, y si trae o no una función que cumplir. A veces, el manifiesto deseo de adoptar puede provenir de la necesidad de reparación de una herida narcisista, otras veces puede ser toda una historia infantil de alguno de los padres la que está pendiente de resolución, o el hijo que viene ya investido como elemento reparador de una relación de pareja dañada… Algunas demandas terapéuticas pueden estar atravesadas por el intento subyacente de satisfacción de un deseo infantil, en donde el hijo adoptado vendría a ser el hijo fantaseado edípicamente con el propio progenitor. Las entrevistas iniciales no se ven libres de los fenómenos de transferencia y contra—transferencia, que persistirán a lo largo del proceso


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terapéutico. En este sentido conviene no olvidar la permanencia del registro interno de las imagos de los padres dobles (doble pareja parental), la doble transferencia, la inestabilidad y una aguda ansiedad ante el abandono o cualquier signo que pueda ser utilizado para simbolizarlo, tales como sentimientos de que pueda haber algo oculto, oscuro, secreto, lo que conlleva la consiguiente curiosidad y el miedo a ser engañado. El terapeuta que recibe una consulta en el marco de un conflicto supuestamente derivado del hecho adoptivo, tiene que prever la posibilidad de encontrarse con que la demanda que le hace el núcleo familiar ante la situación de sufrimiento, pueda provenir de un deseo frustrado de «hijo elegido» más que de «hijo deseado».

Desde la clínica El trabajo en psicoterapia con niños adoptados nos ha enseñado y nos ha obligado a repensar sobre los procesos de constitución del psiquismo cuando se dan circunstancias de constitución familiar en donde los lazos no vienen de «sangre», sino de vinculación y de adquisición de un estatus que viene dado por el reconocimiento recíproco sobre el lugar que ocupa cada uno en el «ensamblaje» generacional (padres/hijo). En la viñeta clínica que presentamos (no podemos reproducir aquí en toda su extensión por razones de confidencialidad) el núcleo que queremos destacar como eje del trabajo psicote-

rapéutico llevado a cabo, se refiere al proceso de constitución del Yo y al de la adquisición de la identidad. El niño, que comenzó su tratamiento a la edad de seis años, había sido adoptado recientemente y había cambiado la institución pública en la que había sido acogido tras el abandono por parte de los padres biológicos, por la casa y el ambiente familiar en el que iba a vivir en adelante. Había sido diagnosticado de discapacidad intelectual y déficit de atención e hiperactividad. Tras dos o tres años de estar escolarizado, una nueva valoración por parte de los Servicios Sociales, revalidaba la anterior • nivel cognitivo normal—inferior • síndrome disfuncional, déficit instrumental lecto—gráfico y trastorno por déficit de atención con impulsividad El motivo de consulta por parte de los padres adoptivos del niño, al que llamaremos Jonathan, era que se encontraban desbordados con el comportamiento de su hijo: impulsivo, con dificultades de autocontrol, de relación, etc… rebelde, no acata normas y manifiesta conductas agresivas, sobre todo en el colegio, lo que ha provocado la protesta de otros padres. Se auto—golpeaba la cabeza contra la pared y podía llegar a lesionarse. También presentaba conductas masturbatorias. Podía pasar en breve lapso de tiempo de ser arisco, agresivo, desinteresado, a tener conductas de «pegajosidad» afectiva, reclamando recibir mimos, cariños… 39


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En general, presentaba una sintomatología propia de niños que han sido deprivados afectivamente y sujetos a experiencias abandónicas, dando lugar a una patología grave relacionada con fallos importantes en la constitución de su psiquismo y que circula por otra vía diferente de la que lleva a pensar en un niño con deficiencias intelectuales e inmadurez, así como retraso neurológico. Desde las primeras sesiones se puede apreciar que la internalización que tiene del grupo familiar es una mezcla confusa e indiferenciada, un enredo en el que no es posible identificar a ningún miembro y donde todos están atrapados en una atmósfera caótica de confusión, formalmente apreciada mediante el dibujo que hace de la familia con un grafismo desordenado y compulsivo. Frente a este enredo confusional, el pequeño paciente repite constantemente a su terapeuta su nombre con sus dos apellidos, como queriendo dejar constancia no sólo de su identidad, sino también de su filiación.

Algunos aspectos del proceso de vinculación/desvinculación y de construcción de la identidad Jonathan poco a poco va haciéndose cargo y organizando una relación vincular con sus «nuevos» padres; pero los fuertes sentimientos de culpa internalizados, probablemente en respuesta a los de odio y rabia hacia los padres abandonadores, los intenta aliviar haciéndose acreedor de castigos por parte de los adultos. Continuamente reta a su terapeuta mediante conductas explosivas y transgresoras de las consignas terapéuticas, para que ésta se enfade y le regañe. Busca ser castigado porque es la única relación de la que está seguro. No 40

sabe si se le puede querer, pero sí sabe que se le puede rechazar y abandonar. La vinculación con la terapeuta pasa por una insistente puesta a prueba de su relación con él. Transferencialmente el paciente repite en el vínculo con el terapeuta la emocionalidad relacionada con sus objetos primarios o sucesos posteriores, y es justamente la repetición en la transferencia lo que nos va a dar nuevos matices de significado sobre su forma de vincularse y sobre el proceso de construcción de vínculos fiables y transmisores de seguridad. Algo que el niño adoptado no ha podido organizar desde sus primeros momentos de vida. El niño adoptado no solo está sujeto a los procesos de vinculación, sino también a los de des— vinculación de los objetos primarios, cuando éstos han estado presentes en su espacio psíquico precoz. Y en este sentido, entendemos la transferencia, no como transferencia de objeto, sino del vínculo que se establece con el objeto interno. El trabajo con Jonathan durante mucho tiempo ha sido muy repetitivo. Apenas dibujaba ni se expresaba verbalmente. Tuvo una etapa de mucha conflictividad escolar porque agredía a sus compañeros de forma inconsecuente y sin razón. El rendimiento era bastante bajo y ha recibido ayuda de apoyo escolar. En una determinada sesión, Jonathan coloca cuatro muñecos alrededor de la mesa y quiere construir una casa con los cubos de madera. La terapeuta comienza a edificar hacia arriba, cosa que no le gusta al niño, él lo que quiere y finalmente hace, es construir la casa alrededor de la familia. Las piezas de madera colocadas de forma tal, que rodean protectoramente al grupo familiar y es ésta, la interpretación que le verbaliza la terapeuta. Al muñeco bebé le


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da de comer y juega con él, después de haberlo maltratado, «Te vas a enterar» dice furiosamente dirigiéndose al muñeco (si la agresión es proyectada, se produce un alivio de la culpa). Sienta a toda la familia a la mesa y juntos –terapeuta y paciente– construyen una pared, un muro protector alrededor. Podemos apreciar aquí, la ambivalencia vincular. Identificado con el muñeco bebé, le maltrata como fue él maltratado, pero también puede organizar una «comida familiar» donde todos pueden nutrirse mutuamente gracias a vínculos que unen y brindan cobertura. No debemos dejar de lado que en el caso de la adopción internacional supone también la apertura de un proceso de desvinculación, no sólo en los países de origen, que son los que se ven forzados a prescindir de sus niños y en cierta forma de su futuro como etnia

vínculos, que llamamos espacial, temporal y social. • Vínculo espacial: da origen al sentimiento de individuación (se es un individuo distinto de otro) • Vínculo temporal: es el que contribuye al sentimiento de mismidad (se es el mismo a través del tiempo y a pesar de los cambios); • Vínculo social: es el que permite tener el sentimiento de pertenencia a un grupo. El conjunto de los tres vínculos implica el situarse cada uno como sujeto de sí mismo, sujeto de un vínculo con otro y sujeto de un conjunto, situación de la cual se depende para ser, tener y pertenecer. El niño adoptado sufre dificultades específicas en los tres tipos de vínculos y, particularmente, en el de «pertenencia» a un grupo, es decir: el vínculo social. ¿A qué padres pertenece?, ¿a qué familia?; ¿a qué institución?, ¿a quiénes tiene como referencia? El niño adoptado tiene un «agujero en su identidad», lo que hace a ésta frágil e insegura y son los padres adoptivos quienes han de componer estos agujeros de forma realista sin ocultamientos sobre el origen.

Historización psíquica

Identidad Sabemos que, cuando no se dispone de suficiente organización estructural psíquica o de experiencias satisfactorias ligadas a la recepción de cuidados maternales precoces transmisores, a su vez, de bienestar narcisista, la identidad se constituye con fisuras y quiebras; y sabemos también en qué grado la familia contribuye y ayuda a la adquisición de dicho sentimiento de identidad. Siguiendo el pensamiento de Rebeca Grinberg, señalamos cómo el sentimiento de identidad es el resultado de la interacción de tres

El niño adoptado tiene una historia personal previa de la que sus padres adoptivos no han formado parte y, si seguimos el pensamiento de Winnicott que introduce el espacio del vínculo intersubjetivo en la formación de toda subjetividad, es decir, la necesidad de la relación con el otro; tenemos que reconocer lo vincular como elemento fundamental en la constitución del psiquismo y en el niño adoptado todo ese proceso aparecería con retardo respecto a los primeros momentos de la vida. La función alfa (Bion) sin la cual el bebé no puede procesar psíquicamente por sí mismo sus primeras e impensables vivencias emocionales, presumiblemente va a verse alterada, cuando no, definitivamente ausente, si la madre biológica no ha podido hacerse cargo de su bebé. El aporte 41


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materno es indispensable para el nacimiento de una vida psíquica en el recién nacido. En psicoterapia, el niño adoptado ya hemos dicho que se ha des—vinculado para poder vincularse, construye una nueva historia con los nuevos vínculos, por eso, poder hablar del trauma y organizar un «relato compartido» forma parte de la historización psíquica que cabe construir y organizar en el curso del tratamiento. Poder relatar implica la representación de actos con sentido, enlazados en una historia, que conforma la novela familiar, y produce efectos de capacidad reparatoria en el proceso terapéutico del paciente infantil. El «relato» puede corresponder a acontecimientos reales o imaginarios, lo importante es que es una representación de actos que tienen sentido, no son signos aislados sino engarzados en una historia. El niño adoptado también construye su Novela Familiar. Poder abrir la cripta traumática enquistada en el psiquismo, situándola fuera de sí mismo, es un eficaz factor de resiliencia. La capacidad reparatoria que tengan los padres adoptivos será fundamental para poder hacer un pronóstico sobre la adopción. En una sesión, pasados ya unos cuatro años de iniciada la psicoterapia, Jonathan verbaliza, por primera vez, un relato sobre su historia. «…yo quería tener unos padres pero estaba enfadado porque me traicionó (la terapeuta pregunta ¿quién?) no quiero ni nombrarlos, se portaron mal conmigo, mucho decir... mucho decir... y luego no hacían nada. ¿Qué se cree, que yo le voy a querer? Pues no, me traicionó... me abandonó…» (la terapeuta interviene para decir que algunos padres no saben cómo cuidar a sus hijos, no quieren hacerles daño, pero no saben). Una vez que Jonathan ha tomado la palabra, parece decidido a seguir «contando» su historia en donde expresa verbalmente su dolor por la «traición», especialmente hacia el padre biológico, es hacia él hacia donde dirige sus ataques. La madre queda de alguna manera «rescatada» de la traición, porque nunca le prometió nada. El padre sí.

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Continúa contando cómo en la institución donde estaba acogido le preparaban tartas cuando era su cumpleaños. Paciente: …el día de mi cumpleaños me comí casi toda la tarta y luego lloré porque me dolía la tripa. Terapeuta: A lo mejor te diste un atracón de tarta y claro…cogiste un empacho bueno… Paciente: Y eso que la tarta era de chocolate que es lo que más me gusta, me la hicieron para mí, porque era mi cumpleaños, yo cogí y ñam… ñam… ñam, me la comí entera… (se ríe). Jonathan hace referencias a su nacimiento (cumpleaños) desde la experiencia del placer que le evoca el que le cuidaran proporcionándole cosas ricas, dulces (la tarta, el chocolate) pero sin eliminar también aspectos dolorosos (dolor de tripa). Su relato continúa hablando de su familia actual, sus padres adoptivos, la vida en casa…. Pensamos que la re—significación que cualquier persona hace de sus experiencias vividas en el marco de su historia, es también un factor que forma parte del proceso de constitución de la identidad, y tiene que ver con la forma en que se integran los objetos internos y las funciones de éstos; y la identidad del niño, también tiene una representación en la mente del terapeuta que se ocupa de él. En el tratamiento psicoterapéutico, gracias a la contención, función alfa… capacidad de reverie… el terapeuta puede ofrecerle a su joven paciente, una interacción, un intercambio afectivo, un encuentro en una relación confiable


Tema central: El abordaje terapéutico con familias adoptantes

que le permita al niño dar sentido a lo que no lo tiene, y que cree y/o amplíe su capacidad de fantasía. Un espacio que permita la re—significación de lo traumático, un espacio transicional. Todo ello incluyendo la historia del niño en un relato, en una historización.

Algunas conclusiones Los caminos de la terapia psicoanalítica Como venimos diciendo, las nuevas vinculaciones que debe hacer el niño adoptado derivan en nuevas alianzas que están comprometidas en todo el proceso de construcción de su sentimiento de identidad, especialmente en lo referente al sentimiento de pertenencia al grupo (familiar). La psicoterapia contribuye tratando de crear un espacio de ilusión desde el planteamiento de no psicopatologización de la adopción. «Juegan dos, y se crea un significado que nunca existió» (Winnicott, 1964). En el proceso psicoterapéutico que hemos presentado, nos hemos encontrado con características tales como porosidad y fluctuación de los límites entre el yo y el otro, un yo con labilidad afectiva y emocional con predominio de la impulsividad y la perentoriedad; dificultad para la ligazón con irrupciones de ansiedad, pánico y/o angustias (muchas veces arcaicas) incontenibles. El lenguaje también era utilizado con fines evacuativos, «palabras—descarga», despojadas de cualidad metafórica. En este proceso psicoterapéutico, nos hemos encontrado con una clínica en la que prevalecían los aspectos relacionados con la organización narcisista y sus fisuras, más que los relacionados con la problemática edípica y las defensas. En estos casos, el tipo de intervención terapéutica ligada a la interpretación y al retorno de lo reprimido, puede no generar efecto positivo inmediato y llevar al paciente a actitudes actuadoras en función de lo que llamamos «patologías del ser» en donde lo que está en juego es del orden de lo primario, de lo narcisista, las carencias están ligadas al «núcleo» de la subjetividad. El sujeto infantil está desvalido ante un otro que no está

en condiciones psíquicas de sostenerlo. El vacío es preponderante y la huida a través de la acción es una modalidad que predomina, tanto en los niños como en sus padres.

Terapeuta adoptante de la familia adoptiva Es una psicoterapia en la cual habrá que tejer elementos de ligazón, tejer nuevas redes que posibiliten que estos padres e hijos (que se hallan en permanente situación de desborde y vulnerabilidad) logren construir una trama que los ampare y sostenga. El trabajo tendrá que ser «entre» las diferentes disciplinas, profesionales de la salud y la educación en una producción compartida de instrumentos que permitan delimitar espacios. El tiempo y la escucha son valores escasos en la actualidad. Contener el padecimiento del otro, permitir su escenificación sin defenderse con clasificaciones, es lo que producirá que las diversas subjetividades puedan ir encontrando un sentido al sin sentido. De momento no hacemos psicoterapias familiares virtuales, lo cierto es que trabajamos con nuevas organizaciones familiares, con novedosas vinculaciones, nuevas formas de crianza… de parentalidad… etc. Aún pensamos que siguen siendo insustituibles conceptos tales como la asimetría adulto—niño, el sostenimiento y las prohibiciones que operan en la construcción del psiquismo de los hijos. En otras palabras, la puesta de límites que organizan y contienen el mundo interno desbordado de los niños. Aún en plena era digital podría decirse que no hay familias virtuales en el momento de la crianza, el cachorro humano no podría ser amamantado por máquinas y como el mítico Tarzán no podría haberse humanizado entre monos. El otro en la crianza es presencia, palabra construida en la base de un cuerpo. Si las máquinas pudieran abrigarse en la calidez de una piel y alzaran los brazos al incipiente cachorro humano, si fuera así, como lo encontramos en la literatura y el cine de ciencia ficción, se graduarían de humanidad. Es aquí que evocamos al original «ET» que con sus lánguidos y 43


Tema central: El abordaje terapéutico con familias adoptantes

tristes ojos atravesaba su nostálgica mirada al cielo estelar emocionándonos con su significativa expresión «Mi casa». La psicoterapia se comporta más bien como un des—activador de fantasías omnipotentes en torno al hecho de la adopción, aceptando también las limitaciones con las que nos encontramos en el uso de nuestro método, pues como decía Freud «Nunca hemos pretendido haber alcanzado la cima de nuestro saber ni de nuestro poder, y ahora como antes estamos dispuestos a reconocer las imperfecciones de nuestro conocimiento, añadir a él nuevos elementos e introducir en nuestros métodos todas aquellas modificaciones que puedan significar un progreso» (Los caminos de la psicoterapia psicoanalítica, 1919). Sobre las autoras: Alicia Monserrat Femenía: Psicóloga especialista en Psicología Clínica. Psicoanalista titular de la APM. Dirección: Alcalá 175, 3º izq, Madrid 28009. amonserrat@ cop.es tlf: 91 309 04 68 Mayte Muñoz Guillén: Psicóloga especialista en Psicología Clínica. Miembro del Instituto de Psicoanálisis de la APM. Miembro del Turno de Intervención Profesional para Adopciones Internacionales (TIP—AI). Dirección: Las Huertas 14, 1º B 28220 Majadahonda (Madrid) mtmunoz@cop.es tlf: 91 409 58 66. Referencias de imágenes: [Fotografía de una familia en la playa] (s.f.) Recuperado de http:// opcionadopcion.wordpress.com/2012/06/19/la-historia-de-mis-hijos/ [Fotografía de padres besando su bebé] (s.f.) Recuperado de http:// opcionadopcion.wordpress.com/category/historias/personasadoptadas/page/2/ [Fotografía de mano adulta tomando un pie de bebé] (s.f.) Recuperado de http://opcionadopcion.wordpress.com/2012/06/19/ la-historia-de-mis-hijos/ [Fotografía de familia interracial] (s.f.) Recuperado de http:// opcionadopcion.wordpress.com/2012/06/19/la-historia-de-mis-hijos/ [Fotografía de mamá cargando a su hijo] (s.f.) Recuperado de http:// opcionadopcion.wordpress.com/2012/06/19/la-historia-de-mis-hijos/ [Fotografía de padres cargando a su bebé entre los dos] (s.f.) Recuperado de http://www.soc.ucsb.edu/sexinfo/article/adoption [Pintura abstracta de padres con hijo] (s.f.) Recuperado de http:// www.familiayadopcion.es/ [Pintura abstracta de nido con pajaros] (s.f.) Recuperado de http:// www.familiayadopcion.es/ Bibliografía: Aulagnier, Piera, (1992) Que deseo, de qué hijo. Psicoanálisis con niños y adolescentes, Nº 3. Bauleo, A. (1997) Psicoanálisis y Grupalidad. Clínica de los nuevos objetos. Ed. Paidós. Bion, W. (1962) Aprendiendo de la experiencia. Ed. Paidós.

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Derivaciones de una maternidad biotecnológica: problemas genéticos Por José Vieyra Rodríguez

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as condiciones bajo las cuales ha sido engendrado y llegado al mundo un hijo, han constituido un punto nodal para la autocomprensión como padres; pero, Si no hallo a quien me dio a a su vez, también luz, la vida me será imposible, y, para asumir la propia posición de hijo. Eusi me fuera permitido hacer un rípides, en la tragedia voto, pueda esa mujer [aquella Ión(siglo V a.C.) nos que me dio a luz] ser ateniense presenta justamente a fin de que yo tenga el derecho un hijo que busca su a hablar libremente» propia biografía en Eurípides, Ión. manos de los otros, Versos 671—675 intentado dar cuenta


Tema central: Derivaciones de una maternidad biotecnológica

de él y su lugar, comprendiéndose a sí mismo a partir de lo que sus padres son o fueron. En 1908 Freud dilucidó en su escrito «La novela familiar de los neuróticos» la fantasía común infantil –que sobrevive años después–, en la cual la disconformidad y desprecio hacia los padres, lleva a considerar a otros adultos como padres preferibles por sobre los propios, fantaseando con sustituirlos a ambos por quienes, a la vista del niño, contengan las características por él buscadas. Esta situación parece ahora dar una inversión, hoy son los padres aquellos quienes fantasean con la elección de un hijo bajo ciertas características. La biotecnología, por su parte, brinda herramientas para sostener el ensueño diurno en los padres que se piensan como procreadores de una vida específica, otorgando la posibilidad de una alteración genética para favorecer, por ejemplo, la reducción potencial de una enfermedad, pero también elegir el sexo del hijo, o incluso llevar a cabo una manipulación genética para generar un fenotipo en específico (color de cabello, de ojos, entre otros). Estas cuestiones han sido ya abordadas por la Comunidad Europea en el tratado conocido como Convenio de Oviedo (1997), en el cual en su artículo 13 prohíbe la intervención en el genoma que no sea por razones preventivas, diagnósticas o terapéuticas, y en el artículo 14 prohíbe la elección del sexo del hijo. Este Convenio ha sido firmado por los países miembros

del Consejo de Europa, pero no están suscritos a él muchos otros países exteriores a Europa, aun cuando pueden ser incluidos como Estados invitados en el Convenio, tal es el caso de México que no lo ha firmado y deja en una laguna jurídica muchos de estos aspectos. Es claro que el deseo de bienestar y salud del descendiente ha estado presente históricamente en los padres, pero otrora se abandonaba este deseo en manos de la divinidad, de la «physis» (Naturaleza) o, en el último de los casos, al azar, éste gobernaba sobre la vida del «nasciturus». En las últimas décadas, la ciencia médica, acompañada de la técnica, ha logrado oponerse a la aparente naturaleza inquebrantable y tiene avances tan importantes como hacer sobrevivir a bebés nacidos con veintiocho semanas de gestación y con un peso inferior a los dos kilogramos, incluso alcanza a mantener vivo por semanas a recién nacidos con anencefalia (ausencia parcial o total del cerebro), hecho que desemboca a su vez en un serio planteamiento ético: ¿es correcto prolongar la vida y a la vez el sufrimiento de un bebé por el deseo irrenunciable de los padres de mantenerlo vivo bajo todas las circunstancias posibles aun cuando se sabe a ciencia cierta que morirá? La medicina inscrita en los tradicionales deberes éticos del respeto a la vida, la dignidad de la persona y la salud, también puede llevar su lógica a la necedad irracional. Cuando se plantea la posibilidad del aborto en fetos con 45


Tema central: Derivaciones de una maternidad biotecnológica

anencefalia, algunos lo leen como la invitación al homicidio de un hijo, cuando puede entenderse también como la acción médica correspondiente para evitar caer en el encarnizamiento terapéutico y la prolongación del sufrimiento del otro. La práctica para detectar esta y otras malformaciones es llamada Técnica de Diagnóstico Prenatal, la cual «permite conocer la presencia de malformaciones embrio—fetales y estudiar el genotipo a cuya alteración pudiera tener como expresión una serie de graves malformaciones y enfermedades» (Simón, 2006). El resultado positivo de dicho diagnóstico desembocará únicamente en dos alternativas: a) la aceptación de los padres de su hijo con tal enfermedad y la puesta en marcha de los dispositivos clínicos para curar o, en la medida de lo posible, mejorar las condiciones del hijo por venir; o bien: b) brindar un «argumento científico» para la realización del aborto, al que ciertos grupos críticos les ha dado por llamar «aborto eugenésico» o «eugenesia negativa». En este caso se distingue la vida que merece la pena de ser vivida de la aquella que no lo merece, todo ello en función de poseer o no alguna enfermedad. Es importante señalar que hay enfermedades incompatibles con la vida (tal es el caso mencionado anteriormente de la anencefalia), y por otro lado, hay enfermedades que no imposibilitan la vida pero sí limitan seriamente su calidad (como lo es el Síndrome de Down), en especial cuando está inserta en nuestra era mercantilizada que enaltece a la persona en función de su capacidad productiva para la propia sociedad. En México, la regulación legal sobre el Diagnóstico Prenatal es casi nula, y en cuanto al aborto por malformaciones, es variable en función de la legislación de cada entidad federativa. En Nuevo León, por ejemplo, sólo es permitido el aborto cuando la mujer embarazada corre peligro de muerte o de grave daño a su salud, o bien, cuando el embarazo es producto de una violación. Es decir, no está permitido el aborto por graves malformaciones o cualquier otra situación. En comparación a esto, el Estado de Coahuila, además de los casos mencionados en la legislación de Nuevo León, también agrega 46

como «aborto no punible» cuando el producto «padece alteraciones genéticas o congénitas, que den por resultado que nazca un ser con deficiencias físicas o mentales graves» (Código Penal, 2013). En el caso del Distrito Federal, igualmente no es sancionable en casos de ser diagnosticado con dichas malformaciones, además el aborto voluntario es llevado de manera libre hasta antes de las doce semanas de gestación.

Alejo la presente discusión ética del aborto voluntario, que bajo el lema de la «maternidad libremente elegida» se ha logrado constituir en muchos países como un derecho. En esos casos, la mujer se niega a ser madre bajo cualquier circunstancia, es una decisión única e intransferible por su parte; mientras que en los casos de fetos detectados con enfermedades, se elige la maternidad con criterios específicos demandados al hijo. La cuestión verdaderamente preocupante en el debate ético se transfiere de lugar; hay una radical diferencia entre el hijo no deseado bajo ningún aspecto (aborto voluntario) y el hijo no deseado si no cumple con ciertos criterios (aborto eugenésico). Así, los padres deciden «cuál» hijo merece vivir y «qué» hijo no (subrayo la diferencia entre la elección de la palabra «cuál» para designar al hijo deseado, como sujeto personal, y el «qué» para resaltar la reificación del nasciturus en el discurso discriminatorio).


Tema central: Derivaciones de una maternidad biotecnológica

De aquí podemos deducir que las técnicas de diagnóstico prenatal son una herramienta de control de calidad, lo cual significa que intentan la unificación de criterios y características específicas para la “(re)producción” humana. Quizá esto también puede entenderse como la parte repulsiva del discurso moderno de igualdad, pues si aquello que se busca es que todos seamos iguales, entonces se intenta prescindir de la diversidad, así sea funcional; «la equidad allana nuestras pequeñas diferencias para restablecer la apariencia de igualdad, y pretende que nos perdonemos muchas cosas que no estaríamos obligados a perdonarnos»(Nietzsche, 1999). La procreación se dejó de entender como un evento natural y ahora se piensa como un acontecimiento elegido, la paternidad o maternidad es usurpada de manos de la divinidad o la naturaleza y también de la obligación a una ley moral. El principio de autonomía lleva a la mujer a ser la principal protagonista en la hora de la procreación, aunque cabría preguntarse si no sería conveniente pensar que es el hijo quien lo debiera ser. El filósofo alemán Jürgen Habermas sostiene que hay que seguir distinguiendo entre lo técnicamente posible y lo moralmente inaceptable, pues la manipulación en la creación de seres humanos afecta a nuestra autocomprensión como especie, así pretende hacer girar la pregunta imperante en una sociedad tecnificada que sólo busca el cómo, mientras la verdadera cuestión es el por qué (Habermas, 2001). ¿Qué criterio tenemos para poder hacer avanzar a nuestra especie hacia una dirección genética en particular, erradicando a quienes no cumplen con nuestra previa visión?

Otro de los nuevos planteamientos biotecnológicos que vienen a modificar la forma de comprender la maternidad, es la técnica de reproducción asistida llamada ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja), esta práctica es cada vez más difundida entre parejas de lesbianas que buscan ser ambas madres de un mismo hijo. La técnica consiste en que una de ellas es sometida a la estimulación ovárica y aporta los ovocitos que serán posteriormente fecundados «in vitro» por el espermatozoide de un donante conseguido en un banco de semen. Una vez fecundados los óvulos, los embriones se transfieren a su pareja. De esta manera, las dos mujeres serán «madres biológicas» del mismo hijo, pues la primera aporta la carga genética y la segunda es la madre gestante y quien dará a luz. Esta posibilidad está muy restringida todavía actualmente, son muy pocos países los que brindan esta opción, tal es el caso de España en donde la «Ley sobre de técnicas de reproducción humana asistida» no brinda ninguna limitante al respecto, en tanto que en otros países que también aceptan la Fecundación In Vitro, presentan algunas restricciones que frenan este tipo de técnica; pues obligan al anonimato de la mujer donante de ovocitos (lo que impediría elegir el óvulo fecundado de la pareja); o bien, prohíben la subrogación gestante, lo que igualmente impide poder inseminar a la pareja con pleno conocimiento de quién es la donadora de los ovocitos. La técnica ROPA parece dar solución al deseo de ser madre(s) en parejas lesbianas; sin embargo, la pregunta ética que se impone resulta más incómoda que la acción emprendida, ¿Qué nos da derecho de llevar a la práctica la técni-

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Tema central: Derivaciones de una maternidad biotecnológica

ca ROPA? En otras palabras, ¿es éticamente adecuado “hacer” seres humanos cuya fecundación es producida de manera artificial (fuera del útero materno), por espermatozoides de un anónimo y cuyos embriones conseguidos son transferidos a otra mujer (esto sin mencionar que no se transfieren todos los embriones producidos, se transfieren tres en cada ciclo, por lo general quedan siete fuera). Además, para seleccionarlos fueron previamente sometidos a un Diagnóstico Preimplantatorio para elegir aquellos que cumplen los requisitos exigidos por la madre, como puede ser una ausencia de genes que predispongan a una enfermedad. Por último, se niega intencionalmente la posibilidad de saberse miembro de una especie con padre biológico. Sabidos son infinidad de casos en que el hijo desconoce al padre y es criado por su madre o situaciones análogas; sin embargo, aquí la diferencia estriba en la intencionalidad del acto para con el hijo, en el cual se antepone el deseo sobre la filiación. Habitamos la época de lo posible; la maternidad ha sido instrumentalizada en nuestra era. La técnica está al servicio de quienes estén dispuestos a llevarla a la práctica y, por supuesto, tengan el dinero para ello. La discusión entre partidarios y opositores a estas técnicas se puede reducir en dos grupos: defensores de la dignidad de la vida versus impulsores de calidad de vida. Los primeros consideran indisponible la vida humana para deseos y fines individuales, mientras los segundos más que pensar en el medio y fin de la vida, argumentan en función de su nivel de calidad para ser vivida. Sobre el autor: Estudió la Lic. en Psicología y la Lic. en Filosofía y Humanidades en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Actualmente cursa el Máster en Bioética y Bioderecho en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, España. Ha laborado como docente Universitario y ejercido la práctica clínica privada, así mismo ha publicado diversos artículos en revistas locales e internacionales. Referencias de imágenes: Grootes, P. (1908). On the Doorstep of the New House [Fotografía]. Recuperada de: http://www.edinphoto.org.uk/0_g/0_groups_and_ outings_liberton_kirkgate_first_family_on_doorstep_1908.htm [Imagen digital de un cuerpo adulto y un bebé]. (s.f.). Recuperado de http://conspiraciones1040.blogspot.mx/2011/12/futurismo-la-

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Tipos de Paternidad a lo largo de la historia Por Nieri, L (liliananieri@hotmail.com) | CONICET— Universidad de Palermo

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as investigaciones relacionadas a los roles maternos y paternos según género se han centrado en el estudio del funcionamiento y desarrollo del patriarcado en El presente artículo tiene diversas culturas y como fin describir un breve remomentos históricos. corrido histórico acerca de cómo Dichos hechos histófue cambiando la paternidad en ricos han llevado a replantear el rol del relación a diversos acontecimienpadre en la familia, tos sociohistóricos.» en los últimos siglos la paternidad fue adquiriendo nuevos roles y responsabilidades, pasando de un modelo de padre tradicional—patriarcal a un modelo


Tema central: Tipos de Paternidad a lo largo de la historia

nuevo padre, más comprometido, accesible y responsable en relación a la crianza de sus hijos (Lamb, Pleck, Charnov & Levine, 1987). Según Micolta (2011) Hasta antes de la Revolución Francesa se podía reconocer 3 modelos de paternidad bien definidos. El primero de ellos era el «aristocrático», el cual se caracterizada por continuar el linaje y, por delegación del padre, eran las nodrizas quienes se encargaban del cuidado de los niños. Inicialmente éstas eran muy cercanas a las familias porque tanto las nodrizas como las familias de mayores recursos económicos vivían en el campo, pero luego cuando estas familias se trasladan a la ciudad la separación entre padres e hijos era total. Los hijos regresaban a la casa de sus padres a los quince o dieciséis años, después de haber superado todas las crisis de la adolescencia. Entonces establecían, con su progenitor, relaciones basadas en el respeto (Knibiehler, 1997). El segundo modelo era el de «campesino»: la tierra era el patrimonio, símbolo de libertad y de dignidad para el campesino. La procreación numerosa del campesino buscaba compensar la mortalidad infantil que lo podía privar de herederos. Las tareas educativas se distribuían entre los padres y las madres según la edad y el sexo de los descendientes; la madre se ocupaba de las

hijas y de los hijos más pequeños, puesto que las mujeres tenían que aprender las tareas y funciones femeninas. El padre se hacía cargo de sus hijos varones desde que éstos eran capaces de ayudarle en la labor, mediante una educación por el trabajo.

Y por último, se encuentra el modelo de los «habitantes de las ciudades», donde se encontraban artesanos, comerciantes y personas que ejercían profesiones liberales o que habían adquirido un oficio. En este modelo la labor no era suficiente: era necesario el saber, el saber hacer y el talento. La función del padre era transmitir sus conocimientos para que sus hijos lo sucedieran como patrón y maestro. Siguiendo con esta línea, Lamb (1997) enumera los cambios producidos en el rol paterno en la historia norteamericana y en la sociedad occidental, el mismo refleja las características de la evolución de esta sociedad en su conjunto: Padre como modelo de moral cristiana (desde la época colonial hasta fines del siglo XIX). El rol paterno era el de otorgar a sus hijos una educación cristiana. Un buen padre era aquel que trasmitía la imagen y el modelo de «buen cristiano», es decir, que la educación cristiana y las buenas costumbres eran sus tareas fundamentales. En donde, los padres eran, responsable de ocuparse de las necesidades morales y educativas de sus hijos. Seguido por el padre como modelo de soporte económico —comienzos del siglo XX— la industrialización condujo a un modelo diferente de paternidad. Con la necesidad del hombre de pasar la mayor parte de su jornada en la fábrica, se produce un cambio en la conceptualización de la paternidad, haciendo que su 49


Tema central: Tipos de Paternidad a lo largo de la historia

función principal sea la de constituirse en el soporte económico de la familia, delegando, así, en manos de la madre la crianza y educación de los hijos. Es decir, que un «buen padre» era aquél que proveía materialmente a sus hijos. Padre como modelo de identificación sexual (a partir de la década del ‘30 y luego de los cambios producidos por la Segunda Guerra Mundial). Con la crisis de los años ‘30 se produjo un enorme disloque en las estructuras familiares ya que, en general, fue el padre quien se quedó sin empleo, y por lo tanto era difícil que el padre cumpliera el rol de proveedor. Por otra parte, la partida de los hombres al ejército durante la Segunda Guerra Mundial, dejó puestos de trabajo que comenzaron a ser ocupados por mujeres. Los roles empezaron a cambiar y esta necesidad de un modelo paterno y la ausencia del mismo fueron vividas muy dramáticamente

por los hijos —especialmente los varones—. Es por ello que la función principal de los padres era mostrar a los jóvenes como los hombres influían en la vida familiar de una manera positiva. Y por último, el padre «nutricio», o etapa del amor parental (años ’70). Surge una nueva imagen paterna con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y, por ende, su salida como «reina del hogar». Esto provoco la aparición de un nuevo modelo de pareja parental, en donde ambos comparten las tareas del hogar y la crianza de los hijos. Es decir, que los «buenos» padres eran juzgados por su participación con los niños, así como en el cumplimiento de las demás tareas que se realizaban en épocas anteriores. Esta «revolución masculina» ha provocado un cambio en la actitud del hombre hacia sus hijos, ya que una nueva generación de padres descubrió —a diferencia de sus predecesores— que podía cambiar a los bebés, acariciarlos, alimentarlos, jugar con ellos y todo ello sin perder su virilidad (Sinay, 1994).

Siguiendo con esta línea, Ortega, Centeno y Castillo (2005) explican que en la actualidad en América Latina, se pueden evidenciar tres tipos de paternidad. La primera de ellas es la «paternidad tradicional», que se basa en la diferencia biológica del hombre y la mujer, en donde el padre ocupa la cima de la pirámide familiar siendo el proveedor y responsable de la autoridad y disciplina familia. Este tipo de paternidad se caracteriza por ser unidimensional. La segunda es la «paternidad moderna», la cual es producto de la cultura contemporánea 50


Tema central: Tipos de Paternidad a lo largo de la historia

de gestación. Es decir, que la paternidad fue cambiando según las expectativas, la cultura, las necesidades económicas y las propias experiencias de los hombres como padres y como hijos (Nieri, 2012). Sobre la autora: Lic. En Psicología. Universidad de Palermo. Especialista en Psicología Perinatal. En la actualidad es Becaria doctoral CONICET con sede en la Universidad de Palermo. Participa en el Centro de Investigación en psicología de la Universidad de Palermo. Ayudante de primera Ad honorem en la Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología. Práctica Profesional de Grado: “Psicología Perinatal”

en donde se asocia a una construcción de la masculinidad concebida en términos de igualdad y de relaciones democráticas de género, aunque si bien se mantiene la función de proveedor del padre se agregan nuevas funciones centrales como brindar afecto y cuidado a los hijos. Y finalmente, la «paternidad en transición», la misma se encuentra en medio del proceso de cambio entre la tradicional y la moderna. A modo de síntesis, históricamente, estas investigaciones demostraron que el rol del padre tradicional fue una tarea social y económica, es decir, que un «buen padre» era quien proveía económicamente a su familia, dejando las tareas de crianza y educación a la madre. Sin embargo, con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y la necesidad de comprender integralmente los procesos de parto y puerperio, se fue produciendo un mayor corrimiento de la figura del padre como participante activo del proceso

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La entrevista Entrevista a Joseph Knobel Freud acerca de la maternidad, paternidad y nuevas familias Por Sara Amada Feferman Algazi | www.josephknobelfreud.com

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ui recibida amablemente en su consultorio; un ambiente amplio y luminoso que transmite calidez y tranquilidad. Él, sentado en su sillón, testigo mudo del sufrimiento, secretos y conflictos, testigo fiel del valor incalculable del vínculo que se establece entre paciente y psicoaJoseph Knobel Freud Psicólogo clínico, Psicoana- nalista, de apuestas por futuros lista y miembro docente de con posibilidades y diferentes la Federación Española de perspectivas. Asociaciones de PsicoteraComo psicoanalista, ¿A qué repeutas (FEAP). Psicoanalistos te has enfrentado en la clínica? ta nómada. Joseph Knobel es continuo viajero entre Euro- Me he enfrentado a todo, a hipa y América, difundiendo jos de padres homoparentales, así las ideas del psicoanálisis monoparentales, hijos de padres y promoviendo el manifiesdivorciados, de padres casados, etto «Por una Psicopatología Clínica que no Estadística», cétera. No distingo mayores o meque es apoyada por miles de nores retos. Considero que todos lo han sido en su momento. He visto asociaciones, instituciones, escuelas y centros de todo niños en todo ese tipo de familias. el mundo, en la que se pide Yo, en tal caso creo que cualquier que el DSM no sea el único tratamiento es un reto y no veo material diagnóstico para determinar las psicopatologías. una especial diferencia a con quien se ha criado, no? Evidentemente (http://stopdsm.blogspot. com.es/)Establecido en Bar- las hay, pero no respecto a cómo celona, España; es uno de los ejercen su sexualidad. fundadores, miembro y do- Independientemente de la estruccente de la Escuela de Clínitura familiar, es decir, si son niños ca Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de Barcelona de familias monoparentales, divorciadas u homosexuales; lo fun(ECPNA) donde se impardamental es que los adultos preten Máster y Postgrado en Clínica Psicoanalítica con serven su intimidad; que el juego Niños y Adolescentes. De sexual sea amplio y variado; siemahí mi relación con él. pre y cuando no los realicen delante de los hijos. En tal caso es una situación aberrante, es una agresión directa al niño porque está viendo algo que no tiene que ver. Me adhiero más a Joyce McDougall, sobre 52

su desarrollo sobre las Neosexualidades y las Perversiones. A cerca de éstas últimas considera una perversión a todo aquello que se realiza sin el consentimiento de la otra persona. Y en el caso de los niños en que sus padres o tutores mantengan relaciones sexuales frente a ellos; yo lo veo fatal, esa sí es una perversión y no una pareja homosexual. El Psicoanálisis y los psicoanalistas; no debe, no debemos ser cerrados, ni a los retos, ni a los cambios que la clínica está experimentando a través de los años. No podemos quedar en la postura «ortodoxa e impermeable». ¿Qué cambios sustanciales has experimentado a lo largo de los años en el tratamiento psicoanalítico con niños y adolescentes? No, salvo a que hay muchas más familias diferentes. Tal vez, las familias más complicadas y a las que se enfrenta uno y dónde el niño más sufre; es en las reorganizaciones familiares. Cuando los papas se separan y papá se vuelve a juntar con una mujer, que a su vez tiene hijos y generalmente, cada cual se organiza para que los hijos de uno coincidan con los hijos del otro; y entonces cuando le toca con papá estará con sus nuevos «hermanitos» pero que tampoco son hermanitos y ni siquiera termina de vivir con ellos. Con este tipo de situaciones el niño sufre mucho. Otro cambio al que nos enfrentamos actualmente es la crisis económica. Ésta, nos posiciona a adaptar una técnica que hasta ahora la manteníamos y en algunos casos, lo seguimos haciendo. Pero la realidad exige cambios. Algún ejemplo que puedas compartir. En el caso de las configuraciones familiares; la figura de la madrastra, aquella; la de


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los cuentos, vuelve a aparecer en la fantasía del niño. Es la mujer con la que se casó papá en lugar de mamá. Hay muchas mujeres que asumen, yo diría que con goce ese papel de hacer sufrir al niño por no ser de ella y hacer claras y notorias diferencias entre sus hijos y los hijos de la pareja. Podría ser al revés, tanto un hombre como una mujer, colocados en el lugar de padrastro o madrastra de la cenicienta. La madre mala o la maldad en la madre. La madre que aparentemente se presenta como que tiene que adoptar a los hijos de la pareja pero realmente no los adopta del todo. Estos son, aquí los pones como ejemplos; son tal vez algunos en donde más sufren los niños. Aparte porque sufren la constelación que se abre de un Edipo más ampliado. Esto no ayuda a la organización edípica del niño. Por otra parte, desde mi experiencia, los hijos de madres solteras suelen ser niños sobreprotegidos. Todo el amor, la atención, los cuidados son para él. Todo él es sobreinvestido y esto tiene varias repercusiones emocionales en la criatura. Revisando en las entrevistas que te han realizado a lo largo de estos años, encontré una en específico que me ha llamado la atención: «Mi madre podría ser mi abuela», que te realizaron en el 2010. En éste remarcas la importancia de la distancia generacional para un sano desarro-

llo de la personalidad de los hijos. Hoy, a 26 de febrero de 2014 y con éstos 4 años de distancia y por lo tanto de experiencia, ¿ha cambiado en algo tu perspectiva? Aparece la idea de esas mujeres quieren vencer a toda costa el reloj biológico y que buscan la maternidad a los 50 años. Pues no es época para ser mamá, no puedes ser una buena madre. Asúmelo; evidentemente puedes adoptar a chicos más grandes. A una mujer de esa edad yo le daría un adolescente, pero porque es muy importante que un niño recién nacido tenga una mamá joven y un papá joven. De ese artículo, yo vuelvo a destacar la diferencia generacional. La importancia de ésta es que cuando son renegadas o negadas es cuando aparece la patología. Comparto un caso que tuve en el cual me consultaron por la muerte de un matrimonio que murió en un accidente y que tenían un hijo de un mes. Había un litigio entre una pareja gay que uno de ellos era el hermano de la madre muerta y padres, es decir, los abuelos del bebé; a quién recomendabas que se encargaran, los abuelos o los tíos?. Finalmente recomendé a los tíos. El hermano tenía un año de diferencia con la madre y el chico iba a poder vivir en un ambiente familiar más joven. Pude atender a ese chico más adelante y estaba muy bien criado. Los abuelos eran muy mayores. Estamos hablando de un niño de 1 mes. Un abuelo ya no puede con el carrito, 53


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con la compra, con ir al parque todos los días; y los chicos jóvenes tenían muchas ganas y le pusieron mucha fuerza y mucho amor. Los avances tecnológicos y científicos; han provocado y siguen provocando grandes cambios e iante la fertilización in vitro e incluso en algunas clínicas de elegir el sexo del hijo, me parece que va más allá de lo real. Hay situaciones que pueden complejizar la clínica. Yo no le explicaría a un niño si es un niño in vitro, no le va a cambiar en nada su vida. Pueden venir a consultarme unos padres y decirme “lo hemos tenido in vitro, fertilización asistida ¿le contamos?”. No hace falta, no es necesario que le cuenten que lo han tenido in vitro. Creo que el cuentito de cómo vienen los niños se adapta a cada edad; es importante para la organización genital infantil, es decir: «papá puso una semillita en la panza de mamá» o «papá mediante su pene puso una semillita en la panza de mamá a través de la vagina y esto en los adultos lo llamamos hacer el amor». Así, adaptado a distintas edades es lo que hay 54

que contar. Siempre que, y esto es algo que me encuentro mucho en la clínica, una pareja haya tenido que acudir a la fertilización asistida y que igualmente hayan mantenido relaciones sexuales entre ellos, es evidente que no tienen porque explicarle lo de la fertilización. Otro casi sería de dos hombres que han venido con el semen de uno de ellos o dos mujeres con el ovulo de una de ellas y han decidido fertilizarse con ovulo de donante, aquí si el cuentito hay que contárselo al niño. Aquí hay una cuestión biológica importante y si hay hombres que pueden conseguir, antes de recomendarle a una pareja gay que fertilice a una mujer para tener un hijo, le recomendaría primero que adopte, el problema es que en la mayoría de los países no los dejan adoptar. Lo importante no es la biología. Hasta a los hijos biológicos hay que saber adoptarlos. Si empiezan las discusiones con que es más hijo mío porque estuvo en mi panza o porque se hizo con mi semen; ¡entonces vamos mal! Lo biológico no hace a las maternidades ni paternidades, la función sí. Por eso yo insisto en que da igual el sexo de


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los padres porque uno siempre va a tener la función materna y otro la función paterna o van a ser alternados. Referencias de imágenes:

[Fotografía de Joseph Knobel Freud firmado libros]. (s.f). Recuperado de http://www.xoroi.com/amigos/2014/01/joseph-knobel-freudpsicoanalista-la-trampa-es-pensar-que-uno-hace-en-funcion-de-loque-la-sociedad-exige-y-no-de-lo-que-uno-desea-soy-mas-porque-produzco-mas-es-una-trampa-del-discurso-capitali/ [Fotografía de Joseph Knobel Freud de frente]. (s.f). Recuperado de http://www.josephknobelfreud.com/entrevistas-de-psicoanalisisinfantil-y-adolescente

Manresa, K. (s.f). [Fotografía de Joseph Knobel Freud recostado] Recuperado de http://www.lavanguardia.com/ lacontra/20131206/54395882166/el-famoso-tdah-no-existe.html [Fotografía de Joseph Knobel Freud de perfil]. (s.f.). Recuperado de http://eltitular.do/el-sobrino-nieto-de-sigmund-freud-el-tda-esinvento/

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Dossier ¿Aún existirá la individualidad?

Acerca de renunciar a ser un sujeto, pero no un deseo

Por Mario Carvajal Rivera (mario.carvajal.rivera@gmail.com) | egresado de psicología clínica por la UANL, entrenamiento en clínica psicoanalítica de adultos, trastornos alimentarios e intervención en crisis. Alumno de la maestría en clínica psicoanalítica en la UANL y tomatito en formación en metapsicología y psicoanálisis

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y en algunos casos implicando la eterna búsún existe el ama de casa tradicional? ¿Aquel hombre viril y proveedor del queda de felicidad para algunas mujeres. Del hogar? ¿De qué se trata ser sexy? noviazgo al entusiasmo marital. Y disfrutando ¿Cómo reaccionamos ante lo mórbido, el horror, amenamente de la gratitud de la convivencia el terror y la ambigüedad? ¿Cómo es que vemos geográfica vecinal, pero no psicológica. La criy escuchamos las personas? Mediante el cuerpo, sis de la mediana edad, reflejada en la mamá claro, pero, ¿y la subjetividad interpretativa? que quiere jubilarse y, por otro lado, aquella Partiendo de diversas inque busca una vida social terrogantes aquí proyecSi alguien sostuviera la pa- y ocupacional. tadas, se esboza, a manera Así como un librero, radoja de que el hombre norde reflexión, y en consideque incluye todas las piemal no es tan solo mucho más zas necesarias, cuidadoración de un contexto hisinmoral de lo que cree, sino samente contadas, hasta tórico y cultural particular, el siguiente planteamiento: también mucho más moral de clavitos y tornillos. Un ¿Qué condicionantes patógelo que supone, el psicoanálisis, modelo pre—fabricado. nos hay en una estructura faCómodo, pero alienante en cuyos descubrimientos se miliar, ya disarmonicamente y limitante, un mundo de basa la primera parte de tal ideologías pasivas. estructurada, que permiten afirmación, no tendría tampo- Al comenzar este prola construcción de un Yo, del registro simbólico corporal, co nada que objetar contra su ceso de develamiento es y en general de un sujeto? necesario ubicar al Yo, segunda mitad» El presente trabajo preporque dentro de todo El Yo y el Ello tende darle una orientación a (Freud, 1923) este «y como si» se deja este cuestionamiento clínico mucho margen a la incery vivencial, a través de ejemplos de patologías tidumbre. Claro que hay un motivo de consulta, pero está en el afuera, y el Yo hará lo posible más o menos generalizadas y enfrascadas en una discursiva dispersa y contradictoria, co- de así mantener el asunto, en el afuera. Habrá que manejarse cautelosamente, porque cualmúnmente evidenciada durante un proceso quier apretujón hará huir al Yo a ese mismo terapéutico. Permitámonos entonces desarrollar algunos lugar, al afuera, hacia toda tangente que el Yo de los cuestionamientos previamente plantea- pueda crear, alejándose de asumir su conflicto, dos. su angustia y su deseo. Más o menos entonces, ¿Qué es una mujer?, ¿qué pasa con ella?, ¿aún por aquí habríamos de orientarnos y cuidar existe el ama de casa tradicional o la mujer ideal? atención. Es cautivante esta fantasía de mujer, de conDe lo «clásico» en la mujer, sólo la lactancia tacto y calidez humana, solidaridad y construc- y la reproducción son determinaciones biolóción pasiva de la sociedad, tal vez acompañada gicas. La educación, cuidado y coordinación de un buen look y exquisitas recetas de cocina, de una vivienda es invisible a la sociedad y no

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Dossier: ¿Aún existirá la individualidad?

tiene que ver con el género. Mantiene la plusvalía familiar y sin ello no funciona el mundo, es mejor mitificar la familia y hacerla sagrada. Pero dentro de las cualidades de las normas, ¿qué tanto se beneficia y le constituyen? y ¿qué tanto se envenena la mente de un hijo? El trabajo práctico, productivo y repetitivo, equitativamente hablando en cuestión de género, y la demarcación de un modelo de familia patriarcal que permitió la división de la vida social en dos esferas: la pública y la doméstica, nos aísla de estimulaciones ideológicas y maritales, embrutece y obtura el contacto y la vinculación humana. Un ambiente estructurado de cierta forma hacia varios objetivos, construye un tipo de Yo. Para poder advenir yo, son necesarias las identificaciones. La energía libre se catextiza en la cara de «_x_», lo cual creará una serie de representaciones vinculadas. El desarrollo del narcicismo viene de mamá y de papá, de la resolución del Edipo, de un ideal, de toda una diversificación y de una particularidad: el reflejo del otro importa, el deseo del otro constituye.

Entonces, el Yo se posiciona como un sujeto, uno con un rol. Y dentro de una concepción histórico—cultural, el varón se visualiza como un sujeto deseante, una posición activa; y la mujer se visualiza como un objeto deseado, una posición pasiva. Esclarecemos que la identidad sexual proveniente del Edipo no es lo mismo que la identidad de género, ya que ésta se puede definir y/o asumir en medida que se fija en el Yo, y que abrirá el cuestionamiento de dónde está el deseo del otro. El Yo puede tomar una decisión y tratar de asumir este deseo, que dependerá de una supresión, un posicionamiento convenenciero, ya que tal vez la decisión tomada no cuadre con el deseo o con el ideal del Yo, y de eso se trata el asunto del Edipo también, asumir una posición más o menos con respecto al deseo propio. El querer adoptar el estereotipo de género, así como ser incapaz de llevarlo a cabo, es un síntoma. La moral general y normal tiene ya un carácter severamente restrictivo y cruelmente prohibitivo, del cual procede la concepción de un ser superior que castiga implacablemente. A veces, el acto surge por la necesidad de enlazar un sentimiento inconsciente de culpabilidad con algo real y actual. Cuanto más limita el sujeto su agresión al exterior, más sádico se hace en su ideal del Yo, como un desplazamiento y un retorno de la agresión hacia el Yo. Consideramos entonces que el poder y el querer son representaciones conscientes; el deseo latente y la angustia son inconscientes. ¿Qué pasa con ella entonces, con la mujer? Se aísla, se conflictua. De alguna forma es excluida de la producción activa, de la vida social, de una individualidad construida. Introyecta su femineidad, pero como un objeto de consumo en una sociedad de consumo, se imposibilita la sublimación ideológica, que es una realidad ausente en la rutina neurótica y fantasiosa del ama de casa. Este orden social y político, construye un psiquismo cultural a través de la organización parental, en la que en eficiente deposito libidinal, el cuerpo funge como herramienta de goce, es catextizado. El cuerpo es una imagen del otro. 57


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Y es complicado porque entonces Yo no soy mi cuerpo. En este devenir, es necesario creer que sí, en efecto, es mi cuerpo. Porque dentro de la dinámica encadenada en la pulsión activa de ver en la que Yo veo al otro, y luego Yo me veo y entonces el otro me ve, se constituye la imagen corporal. Es decir: la autoestima y autoimagen vienen del hogar. Entonces, este registro se encuentra tergiversado por los distintos impulsos narcisistas ajenos, pero propios de los padres y demás involucrados en el desarrollo y la cognición de este psiquismo en cuestión. Convendría entonces analizar el psiquismo de los Yoes de los papas, de los abuelos, etc. Y ver cómo están atravesados por la cultura, y cómo en base a esto advendrá el Yo, con todos los matices impuestos. Habrá eventualmente una angustia evolutiva y generalizada de conservación del vínculo familiar, de la figura materna y paterna, estereotipo al que el sujeto se adhiere, complicando e imposibilitando su individualización y, a veces, también pareciera que predomina en el enfermo la necesidad de enfermedad y no la voluntad de curación. El tan mentado hombre nuevo implica la mujer nueva. Esto importa no solo un cambio en las estructuras fundamentales de la sociedad, sino de la determinación consiente de una actitud distinta, que libere los tabúes sexuales que subyugan a la mujer y el hombre, a partir de una exploración y estudio científico del problema, que se ha ido dejando de lado (Marie Langer, 1972). La complicación se va estableciendo porque el deseo no se asume a título de Yo. Pero así como le da miedo, es corrupto y convenenciero, cual priista en campaña, ya que sirve al principio de placer. ¿Por qué? Pues es complicado medirse y posicionarse entre la angustia a la muerte, la angustia real y objetiva, y la angustia neurótica ante la libido. Realmente el Yo no sabe que desea, sabe que desea que el otro le desee, pero es que entonces es el otro quien establece el deseo. Decimos entonces que se asume como objeto, no como un sujeto, y lo que se asume aquí entonces, es el deseo del otro. ¿Por qué? Porque el deseo es apropiable. 58

Es aquí donde el cuestionamiento inicial nos converge: ¿por qué renunciar como sujeto capaz de goce individual y subjetivo, con experiencias y sensaciones significativas, y erigirse como objeto de deseo? ¿Tendrá que ver con estos otros que nos han constituido y permitido advenir como sujeto? Sí. ¿Por qué este posicionamiento? Porque al Yo no le gusta sufrir, prefiere poner atención al placer. Y pues a veces, en todos estos cuestionamientos y confusiones de deseo, el Yo sí entiende claramente, pero prefiere ignorar y no sufrir, reprimir y alejar de la conciencia. Puntualizar, «Todo lo reprimido es inconsciente, pero no todo lo inconsciente es reprimido.» ¿Por qué? Porque a veces la decisión requiere implicarse. Si existe la disponibilidad de deshacerse por el momento de algo tensionante y displacentero, y enviarlo a la profundidad del inconsciente, el Yo lo hará. Por eso, qué mejor que llegue un deseo externo, y sin ton ni son apropiárselo. Obturará


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muchas sensaciones, y es que ése es el punto, las decisiones e implicaciones son difíciles, y mientras el Yo más se aleje de este embrollo, se la pasa más placenteramente, sin tanta tensión; pero imposibilitando el desatender el deseo del otro, ajeno, y que se reconozca el deseo propio, que se implique, que se constituya, que se asuma y que con el tiempo, Yo advenga donde Ello era. Es entonces que hemos podido delimitar algunas de las condiciones patógenas de una estructura familiar e individual desarmónicamente estructurada, plantearnos que la cuestión no sería sólo desenmascarar y descubrir que está pasando, sino entender por qué se desarrolló. Permitir la producción, no la re—producción.

upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cc/Grant_Wood_-_ American_Gothic_-_Google_Art_Project.jpg Van Eyck, J. (s.f.). El Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa [Pintura]. Recuperado de: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/ commons/3/33/Van_Eyck_-_Arnolfini_Portrait.jpg Howard, J. (s.f.). We Can Do It! [Pintura]. Recuperado de: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/1/12/We_Can_ Do_It%21.jpg Dale, R. (s.f.). Romantic Couple [Pintura]. Recuperado de: http://thumbnails.illustrationsource.com/huge.9.45943.JPG

Bibliografía: Langer, M. (1972). Patología femenina y condiciones de vida. Cuadernos del Área Clínica, N° 10/11, Revista de la Facultad de Psicología U.A.N.L., México, 1989. Freud, S. (1923). El yo y el ello, y otras obras. Buenos Aires & Madrid: Amorrortu editores.

Violencia de género: Expresión de un paradigma histórico y social Por José Domingo Gatica Juárez (domingogatica9@gmail.com) | Psicólogo clínico y a veces terapeuta familiar

Puede sonar tedioso pero es útil

P Estas cotidianeidades pudieran convocar una introspección entre los Yoes, permitiendo la comprensión de por qué este compromiso entre ser sujeto y objeto de deseo, crea una curiosa relación, tanto angustiante como fuente de goce para el neurótico, abriendo la posibilidad al análisis de estos factores ambivalentes y desenmarañar estos conflictos confusos y generadores de sufrimiento por medio de la palabra entre el paciente y su analista. Referencias de imágenes: Wood, G. (s.f.). American Gothic [Pintura]. Recuperado de: http://

ara Lerner (1986) los hechos son la base de las teorías y es necesario darles un trato sistemático para poder construirlas. Para considerar algún dato como hecho es necesario que teorías previas nos lo indiquen, de tal manera que teoría y hechos se influyen y determinan de forma circular, donde uno da posibilidad a otro y viceversa. Un hecho y una teoría surgen de supuestos implícitos y explícitos en un momento histórico deterLo que hemos minado; por lo aprendido a creer tanto, observasin fundamento es lo ciones futuras pomás difícil de hacer drían proporcionar evidencias e incluso tambalear, aun con interpretaciones fundamentos» desconfirmantes. Nietzsche Las investigaciones científicas y filosóficas se inician con suposiciones explícitas e implícitas que es el modelo filo59


Dossier: Violencia de género

sófico, modelo que guía la selección de hipótesis y métodos que lleva al cómo construir la teoría. En pocas palabras, las investigaciones se dirigen por la orientación teórica del investigador, por expectativas y resultados de investigaciones anteriores, el sistema de creencias que en ese momento rigen sobre la naturaleza humana (ideología) y por las motivaciones conscientes e inconscientes del investigador. Bajo este proceso se construye la ciencia y para sostenerse se da la sucesión de paradigmas, donde el paradigma oficial tras un tiempo de reinado, es cuestionado por el paradigma marginal y tras un periodo de lucha, el hijo incómodo logra ocupar el lugar deseado, mismo que ostentará temporalmente, pues el nieto o nieta está aprendiendo a caminar. ¿Pero qué son los paradigmas? En palabras de Kuhn (1962—2010) son «logros científicos universalmente aceptados que durante algún tiempo suministraran modelos de problemas y soluciones a una comunidad de profesionales» (Pág. 50). La miopía y estreches de pensamiento no son características de Thomas Samuel Kuhn, pues afirma que los científicos se forman a partir de los modelos que les da la universidad y por lo general no conocen plenamente y no les interesa cuestionar el paradigma con el que operan. Asimismo, hace saber que para que un paradigma se consolide, casi siempre confluye un factor, aparentemente arbitrario, donde se conjugan casualidades personales de los científicos y condiciones históricas y sociales que posibilitan que la comunidad científica sea aceptada por quien tenga el poder político y económico en turno. En el mismo tenor, Althusser (1968—2008) afirma que la ideología no sólo precede a toda ciencia, sino que se perpetúa luego de la constitución de la ciencia y a pesar de la existencia de la misma no se puede acabar con la ideología; más aún, se ha comprobado que la ideología manifiesta su existencia y sus efectos no sólo en el terreno de sus relaciones con la ciencia, sino en uno infinitamente más vasto: la sociedad entera. Capra (2010) tomando a Kuhn como base, define un paradigma social como «una constelación de conceptos, valores, percepciones y prácticas 60

compartidos por una comunidad, que conforman una particular visión de la realidad que a su vez, es la base del modo en que dicha comunidad se organiza» (Pág. 27). ¡Qué curioso! Se han dado revoluciones científicas donde se ha pasado de un paradigma a otro, donde los marginales han terminado ostentando el discurso oficial. Para acabar pronto, se han dado revoluciones sociales buscando la igualdad y justicia social; y paradójicamente, la violencia de género sigue presente en todos estos movimientos sociales. ¿Por qué pasa esto, si los humanos hemos desarrollado grandes sistemas de pensamiento?

Una posible explicación entre tantas Para Lyotard (2008), la ciencia, la ética y la política son producto de occidente; y a su vez Castoriadis (2006), Foucault (1990), Ferraris


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(2010), Janger (1998) y Vernant (1992), insisten que el pensamiento griego y judeocristiano son los pilares fundamentales del sistema de creencias occidental. Estos pueblos tenían enormes diferencias y algunas coincidencias, la similitud más significativa es que ambas culturas le atribuían un poder desmedido al hombre sobre la mujer, en este sentido, y haciendo un anacronismo del lenguaje, ejercieron la dominación masculina, situación que impera hasta la fecha.

El surgimiento del Estado Moderno En Europa, después de muchos años de guerra entre católicos y protestantes, llega la paz. Este hecho ha posibilitado cosas trascendentales, que en el siglo XVI empiece a nacer la ciencia y que la gente ya no se quiera explicar el orden social a través de la palabra de Dios.

Los pensadores de la Ilustración, apostaban que a través de la razón se podía diezmar la superstición, la tiranía; en fin, la ignorancia en todas sus expresiones y podían construir un mundo mejor al tomar en sus manos los aspectos económicos, políticos y sociales. El dejar atrás la palabra divina como eje rector de la sociedad, dio pie a que surgieran pensadores como Montesquieu, Voltaire, Diderot, Francois Poullain, etc., que plantearan la idea de igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, esta igualdad no floreció pues Jean—Jacques Rousseau fue el pensador de cabecera del Estado Moderno. Es innegable que en la Ilustración surge la ciudadanía, esto es, personas que pueden firmar un pacto donde admiten que tienen igualdad de derechos y se cede el poder al Estado para vigilar y sancionar a quien ejerza un abuso de poder. Hay un pequeño detalle: ¿quiénes podían firmar el pacto?, ¿quiénes podían ser ciudadanos? Los que tengan propiedad sobre sí mismos, de no ser así, estarían creando un adefesio, pues alguien con muchos sirvientes podría fácilmente ganar las elecciones, ¿quiénes más?, los que dependen de otro; por lo tanto los sirvientes no pueden ser ciudadanos y mucho menos las mujeres que estaban bajo los dos supuestos anteriores. Estaba surgiendo una democracia aristocrática (Valcárcel, 2013). Del siglo XVI al XVIII hubo algunos cuantos pensadores que apoyaban la igualdad de género, pero desgraciadamente la Ilustración no estuvo presente en toda Europa. En Francia e Inglaterra las luces iluminaban a gran parte de la sociedad, en tanto que en Rusia, Alemania e Italia apenas si se percibía una luciérnaga entre la maleza. ¿Qué pasa en el siglo XIX?, surge el Romanticismo, época que ama el misterio, lo obscuro, lo irracional; en fin, niega la prioridad de la razón sobre la vida humana y antepone el genio que por lo general conduce a un destino trágico. Tras la Revolución Francesa, los hombres se sintieron amenazados por el anonimato y la desintegración en la nueva sociedad democrática, por ello, «Los románticos tratan de afir61


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marse a través de la eternidad y la intensidad del sentimiento despertado en su alma por la mujer elegida. Pero esa elegida tiene un papel menor. La amada no es completamente digna de homenaje que se le rinde. El romántico es un dios y su amor una comunión consigo mismo. La mayor parte de la mujeres permanecen confinadas en el papel puramente pasivo que se les concede» (Girard, 2013; Pág. 115). Peor aún, en el Romanticismo, los hombres creen que en ellos cohabitan un ángel y un demonio, que pueden realizar los actos más viles y sublimes de un momento a otro y en los cuales la razón en nada les puede ayudar para ejercer el más mínimo control. Está demás especificar cuánto han aportado estas creencias a la violencia de género. ¿Recuerdan que hace un momento comentamos que la Ilustración tuvo poca presencia en Europa?, bueno, parece hecho adrede, el Romanticismo estuvo prácticamente en toda Europa. ¡Ah, otro pequeño detalle!, los pensadores más admirados del siglo XIX, esto es, Nietzsche, Schopenhauer, Hegel y Kierkegaard fueron en mayor o menor medida explícitamente misóginos en sus textos. Ustedes dirán: ¿y para qué volteamos a ver la Ilustración, el surgimiento del Estado Moderno y el Romanticismo? Simple y sencillamente porque somos producto de ello, somos la materialización de sus pensamientos y creencias. Qué dice la Dra. Valcárcel al respecto: «Tenemos un componente romántico que no sabemos analizar porque normalmente no nos fijamos en él... En occidente, —nosotras y nosotros somos occidente— hay un núcleo de irracionalismo que está latiendo siempre y que no viene de la épocas inmemoriales, no, viene directamente del Romanticismo y es todo lo que se liga a los sentimientos que nos unen a la tierra, al pasado y al amor» (Valcárcel, 2013, Pág. 196). Para colmo de males, en los tres sentimientos pilares del Romanticismo está presente el abuso de poder hacía la mujer. El ecofeminismo denuncia cómo nos posicionamos ante la tierra y deja en claro que la vemos como la mujer—madre a la cual podemos 62

explotar hasta agotar todos sus recursos, pues tiene la obligación de satisfacer nuestros deseos sin importar la devastación que sufra. Ni que decir de nuestro pasado, pues griegos y judeocristianos tenían en una postura de no sujeto a la mujer. Para acabar de rematar, a espaldas del amor del trovador del siglo XIX, se esconde un gran sometimiento de las mujeres. Veamos más de cerca la posible explicación La violencia en general y la violencia de género en particular, se aprenden desde la cuna. Pasa más por las emociones y creencias que por la razón, haciendo estragos en la memoria implícita, piedra angular de nuestro actuar (Barudy y Dantagnan 2010). Esta explicación neuropsicológica da pie a entender la sentencia filosófica de Ortega y Gasset, quien plantea que los humanos tenemos ideas, pero estamos parados sobre nuestras creencias. Tal parece que el viejo Persio es tan moderno como el que más: «Ya rompí mis grilletes, dirás tal vez. También el perro, con gran esfuerzo, se suelta de la cadena y huye. Pero, sujeto al collar, va arrastrando un buen pedazo de la cadena». Estos autores nos llevan a reflexionar e intuir los alcances de la siguiente frase: «Las conductas humanas se constituyen desde los deseos, desde las aspiraciones, desde las envidias, desde los enojos, desde el amor, desde las emociones, no desde la razón» (Maturana, citado por Ravazzola, 2003, Pág. 27). Entonces, la violencia de género, ¿será el collar y parte de cadena que seguimos arrastrando?, ¿es una creencia que difícilmente cuestionamos? o ¿fingimos que la cuestionamos y sólo empleamos un discurso demagógico para hacer nada?


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económicamente, dotándolos de poder político. En este sentido, el poder visto como la dominación sobre los demás, seduce a la mayoría de hombres y algunas mujeres que están en las partes superiores de la jerarquía y estos hombres y mujeres, llegan a identificar su posición en la jerarquía como partes de sí mismos, por lo que el cambio a un sistema más equilibrado de valores representa para ellos un temor existencial, pues atentaría contra su identidad, en particular los hombres. Por lo tanto, el cambio de paradigmas requiere una expansión no sólo de nuestras percepciones y modos de pensar, sino también de nuevos valores (Capra, 2010).

El paradigma en el hogar Tal parece que sí ¿Qué ha hecho el partido político más fuerte del país más fuerte del planeta? El partido Republicano de los Estados Unidos de Norteamérica, creó la Fundación Herrera, que ha realizado estudios algo tendenciosos, ya desde los títulos dejan en claro su postura: «Peligrosos paralelismos: esposas trabajadoras, maridos suicidas», «Por qué cuantas más mujeres trabajan, menos cobran los hombres», «El terrorífico crecimiento de la familia madre—Estado—hijo», «La relación entre las familias dominadas por la madre y el consumo de drogas». (Millares, 2013, Pág. 170). ¿Las mujeres han estado ciegas y mudas? Las feministas de las diferentes épocas han demostrado ampliamente que en las instituciones como: la ciencia, el gobierno, la religión, el derecho, las empresas, las fuerzas armadas, la medicina y la familia; ha imperado «la verdad» y autoridad masculina; y ésta, ha guiado el devenir histórico al servicio de los deseos de los hombres y en perjuicio de los intereses de las mujeres (Gergen, 2006). Sin embargo…

El paradigma inmanente En una sociedad por milenios patriarcal, donde los valores: asertivos—competitivos, expansión—dominación, están generalmente asociados a los hombres, donde justo estos valores son favorecidos, alentados y recompensados

En occidente el sistema de creencias patriarcal confiere un poder desmedido del hombre sobre la mujer, por lo que los roles femeninos y masculinos, funcionan como engranajes perfectos que llevan a la mujer a ser el blanco de un fino mecanismo de control y poder. Los hombres mandan y tienen la autoridad por lo que ellos deben ser fuertes y competitivos; proveedores del hogar, pero lejanos de éste. Las mujeres deben obedecer y ser sumisas siendo cálidas y sensibles pues están destinadas a encargarse del buen funcionamiento de la casa, de la atención a los hijos/as y del marido (Torres, 2005). Esta división genera privilegios al sexo masculino por el simple hecho de haber nacido hombres y respecto a la familia, sólo posibilita una relación vertical donde el «jefe del hogar» siempre es el padre y en el subsistema filial los hijos hombres son más valorados, otorgándoseles mayor poder que a las hijas (Barudy, 2001), incluso en Latinoamérica la relación padre –hijo puede llegar a ser más importante que la relación padre—madre (Falicov, 1998). En los sistemas donde se cometen abusos de poder, en este caso el sistema patriarcal, los esquemas de percepción y valoración crean ideas que están más allá de la conciencia universalmente compartidas por los miembros que lo componen; esto genera que los dominados (mujeres) contribuyan en algunas ocasiones sin 63


Dossier: Violencia de género

saberlo y otras a pesar suyo a su propia dominación, pues estas ideas que están más allá de la conciencia funcionan como argumentos y bases para explicar y justificar la violencia. Si a esto se le agrega que las mujeres son concebidas culturalmente como mujer=madre y, se les socializa para que sean madres universales que tienen que aprender a registrar y hacerse cargo de las fragilidades e indefensiones humanas en general, por lo que están al pendiente de las necesidades y opiniones de los demás de forma tal que se acostumbran a desestimar tanto el registro de sus necesidades como el de sus propias opiniones. (Bourdieu, 2010). El paradigma asfixiante En el caso de muchas mujeres esa disposición de cuidar, cuando es ilimitada e incondicional, favorece e incluso fomenta que las personas que las rodean cometan abusos de poder y en lugar de ver esos actos de los hombres como violencia, buscan automáticamente conectarse con las necesidades de ellos y crean frases como: de «niño sufrió mucho», «es muy bueno pero está estresado» etc, en tanto que a las mujeres que sufren los malos tratos, les inculcan e incluso las obligan a soportar, justificar y llegan al extremo de hacerlas responsables de haberlos provocado (Ravazzola, 2003). 64

Las madres al estar ante mandatos contradictorios, por un lado, proteger a sus hijas y el otro, tener que maltratarlas para que cumplan con los mandatos de género quedan en una posición paradójica que crean las siguientes situaciones: Primero: cuando alcanzan a percibir los 2 mandatos contradictorios les crea un conflicto interior y el desacuerdo consigo mismas que puede repercutir negativamente en el ejercicio de su parentalidad. Segundo: cuando las protagonistas «no ven que no ven» y perpetúan una lógica que ellas perciben como coherente, imposibilitándolas a concientizarse del significado y consecuencias de sus actos, sosteniendo el ciclo transgeneracional de la violencia (Ravazzola, 2003). La dominación masculina, puede generar en las mujeres una especie de auto desprecio, de auto denigración sistemática, que se puede observar entre otras muchas cosas en la imagen que las mujeres tienen de su sexo como algo deficiente y feo; en general en una adhesión a una imagen desvalorizada de la mujer. Esto entre otras cosas más, lleva a que las mujeres voluntaria o involuntariamente pueden llegar a buscan o incluso sostener que los hombres, al menos de cara al exterior ocupe la posición de dominio en la pareja, pues así ellas conservan su


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propia dignidad al tener un hombre que es reconocido y validado socialmente aún y cuando esto les acarre perjuicios a ellas (Bourdieu, 2010). Este comportamiento de las mujeres, genera que se les responsabilice de su propia opresión, al decir que son ellas mismas las que adoptan los comportamientos de sumisión y dependencia, existiendo frases como: «las mujeres son sus peores enemigas», e incluso que «disfrutan» con los malos tratos que se les infringe, pues son «masoquistas por naturaleza».

Paradigma de segundo orden Desafortunadamente, los razonamientos antes mencionados, lejos de ser una idea consciente y aislada de un sujeto, es un efecto del poder en los cuerpos, el sistema de creencias, los esquemas de percepción y las inclinaciones colectivas de hombres y mujeres que hacen propicio el abuso del poder. Esto explica porque cuando las presiones externas son derribadas y las condiciones de libertad e igualdad se hacen presentes, la autoexclusión de los dominados,

en este caso las mujeres, se hace presente (Fanon, 2009). Por muchos cambios que se hayan realizado, en la sociedad patriarcal de hoy, el deseo de la mujer está alienado: desea lo que el hombre espera que desee, desea ser deseada por los hombres. (Zizek, 2010); este deseo no lo podemos limitar sólo a las explicaciones psicoanalíticas en sus diversas variantes, debemos recordar la gran influencia que el Romanticismo aún ejerce sobre nosotros, me atrevería a decir la tecnología del yo respecto al amor y la relación entre hombres y mujeres que nos ha creado. Lo primero que se debe hacer es romper con el círculo vicioso del deseo alienado y que las mujeres aprendan a formular su deseo de manera autónoma. No basta con que los hombres tomemos posturas tibias donde sólo nos limitemos a observar la lucha de las mujeres y recibir cómodamente los beneficios de su esfuerzo (Valcárcel, 2013); por el contrario, debemos ser coparticipes en la estructuración des—alienada del deseo de las mujeres y por añadidura del deseo de nosotros mismos.

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Dossier: Violencia de género

Paradigma patriarcal, paradigma paradójico por antonomasia Primero. El lenguaje da el ser y la identidad. Judith Butler, (2004) afirma que una de las formas primarias en que se constituye la relación social es la relación lingüística en una estructura y discurso social que precede al nacimiento de los humanos, en este sentido, nombrar a alguien requiere haber sido nombrado antes, por lo tanto no hay forma de protegerse de la dependencia primaria del lenguaje. Segundo. En una sociedad que se sabe de sobra a quien se le da el poder, así como lo cómodo y seductor que resulta ejercerlo; el uso del lenguaje en sí mismo es ya un acto violento. Tercero. Los humanos se toman de las palabras que los ofenden y denigran, porque como mínimo eso les posibilita cierta existencia social y discursiva (Butler, 2004). Por lo tanto. Esto podrían llevar a pensar que los hombres de cierta forma están justificados a ejercer violencia hacia las mujeres y que las mujeres están destinadas a recibirla, nada más alejado de la realidad. Judith Butler (2004), dice 66

claramente: «Una persona que utiliza un enunciado del lenguaje de odio es claramente responsable de lo que dice, aunque ese sujeto sea raramente el iniciador del discurso, en este sentido la responsabilidad está relacionada con el lenguaje en tanto que repetición, y no con el lenguaje como origen»(Pág. 63).

Ética y estética… Debemos recordar a cada instante que «cada vez que afirmamos tener una dificultad en el hacer, de hecho tenemos una dificultad en el querer que queda oculta por la argumentación sobre el hacer». (Maturana, 2008/Pág. 23). Para que tantos brincos si el suelo está muy parejo. Mira querido lector, si tú eres de esos hombres que cometes los siguientes actos con los seres que te rodean: gritos, silencios, golpes, etc., pregúntate si esos mismos actos se los harías a tu jefe en el trabajo o al presidente de la república. Dependiendo de tu respuesta sabrás si eres un hombre que utiliza el poder para ser útil o un payaso que hace actos que amen de ser tóxicos, son de mal gusto.


Dossier: Violencia de género

A los hombres, si nos queda algo de respeto por nosotros mismos, debemos escuchar y dialogar con las mujeres y seguir el exhorto de Richard Rorty, que es: «La única obligación moral es la de ir alternativamente ayudándonos a cumplir nuestros deseos y tratar de alcanzar en coparticipación la mayor felicidad posible» (2009/ Pág.14). Ahora escuchemos a Octavio Paz, «Para ser yo he de ser otro/a, salir de mí, buscarme entre los otros/as. Los otros/as que no son si yo no existo. Los otros/as que me dan plena existencia».

A modo de conclusión Tal vez no sea el momento histórico adecuado, y esto que diré, pueda ser interpretado como un acto de violencia hacia las mujeres. Pero comparto la idea de Freire (1970/2011), donde plantea que la liberación de la sociedad sólo puede llegar a ser a través de un acto de amor de los oprimidos al tratar de manera justa a los opresores y no tomar una venganza absurda y terminar actuando igual que ellos. Para hablar claro; es más viable que este acto de amor lo realicen las mujeres y la historia lo respalda, hasta la fecha los movimientos sociales que han encabezado las mujeres no han dejado ningún muerto o herido, sino todo lo contrario, cuando conquistan un derecho el beneficio es para todas y todos. Para muestra un botón: La Declaración de los Derechos Humanos ha sido posible gracias a una sufragista: Eleanor Roosvelt y gracias a todas la sufragistas que quedaban en Centroamérica, pues hicieron alianza para que el plenario votara. (Valcárcel, 2013). Referencias de imágenes: [Imagen de caras tapadas con manos]. (s.f). Recuperado de http:// tribunainterpretativa.com/sociedad-patriarcal-como-causa-violenciagenero/ [Imagen de hombre golpeando a una mujer]. (s.f). Recuperado de http://revoluciontrespuntocero.com/recorta-oaxaca-a-la-mitadrecursos-contra-violencia-de-genero/ [Imagen de cara en un puño]. (s.f). Recuperado de http://english. juventudrebelde.cu/cuba/2008-11-25/cuba-focuses-on-gender-violence/ [Imagen de mujer asustada]. (s.f). Recuperado de http://www. theguardian.com/social-care-network/2013/aug/13/new-approachprotecting-vulnerable-adults

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[Imagen de hombre gritando a una mujer]. (s.f). Recuperado de http://

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La otra familia Director: Gustavo Loza México / 2011 Por Karla Ivalisse Perales Herrera | lic.ivalisseperales@yahoo.com.mx

L

Argumento

a familia sigue siendo el sostén del entorno, la necesidad de ser mirado y narcisizado por nuestros padres se vuelve imprescindible para favorecer el desarrollo de

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nuestro espacio mental e igualmente nuestro crecimiento como sujeto. El modelo homogéneo de familia: padre, madre e hijos, pertenece al modelo burgués de finales del siglo XVIII. En la actualidad, el concepto tradicional de familia ha Las Nuevas ido transformándose debido familias, nuevas al fenómeno de la modernidad; madres solteras que tiecomplejidades» nen que desempeñar los dos roles (madre y padre) y que tienen que salir a trabajar incorporándose al mercado laboral, formando parte de los nuevos conceptos de la familia moderna. Del mismo modo, padres solteros que tienen que hacerse cargo de cubrir las necesidades afectivas y del sustento económico de sus hijos, han generado que la unidad básica de integración, sociabilización y convivencia de los individuos vaya evolucionando de la mano de las necesidades de nuestra sociedad, en la que las exigencias diarias van moldeando nuevas formas de comportamiento e integración. Actualmente se admite en el colectivo nuevas formas de convivencia. El modelo de familia homoparental es, hoy en día, uno de los que más ha peleado terreno socialmente, en la que tanto hombres y mujeres pueden ser cabeza de familia. ¿Qué factores de novedad han influenciado en las configuraciones familiares actuales? Algunos de ellos pueden ser: • Aumento de las separaciones maritales.


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• La formación de nuevas parejas de alguno de los padres provoca nuevas interacciones de los hijos con personas distintas a sus padres biológicos. • La inserción de la mujer en el ámbito laboral ha modificado los roles tradicionales que se asociaban a la maternidad y paternidad, generando mayor asunción de las responsabilidades compartidas y un mayor compromiso del hombre en las labores doméstica así como en la crianza de los hijos. • El acceso de la mujer en la vida pública le ha permitido mayor independencia y valoración social de su autorrealización. • El modelo familiar de un sólo proveedor es insuficiente ante el actual sistema económico Sin embargo, en el imaginario social aún prevalece la idea de la familia constituida por madre, padre e hijos, operando como representación de la «familia ideal», lo cual desvaloriza la gran diversidad de organizaciones familiares que se han ido configurando en la actualidad. Existen familias en las que los roles de padre y madre son desempeñados por otras personas; por ejemplo, abuelas/os, tía/os; ya que es indispensable que el niño crezca en un ambiente en

donde se le proporcione la estabilidad necesaria para desarrollar una adecuada autoestima y una identidad fuerte, que lo haga un sujeto seguro de sí mismo y posibilite un desarrollo normal en su vida adulta. En una familia, la autoridad de los padres es indispensable para que se dé este adecuado crecimiento y equilibrio; no obstante, dicha autoridad debe ser compartida en el sentido del respaldo que debe dar la madre al padre y viceversa; cuando, por falta de acuerdo entre los padres, el niño se encuentra en una encrucijada, la autoridad desaparece y se genera confusión, así como la descalificación de los padres, provocando la desvalorización de estas figuras. De ahí la importancia de desarrollar en los niños su seguridad, en un mundo en que cada vez más se torna inestable y cambiante. Es decir, que independientemente de los nuevos modelos familiares, dentro de éstos núcleos debe existir cierta coherencia entre las personas adultas que desempeñen estos roles de autoridad, ya que de esta manera, los hijos aprenderán mejor los límites. La familia sigue siendo el núcleo vital de nuestra sociedad, en donde debe generarse el cambio personal, moral y social a través del

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ejercicio de la autoridad y predicando no solo con el discurso, si no con el ejemplo de respeto, tolerancia, pero sobretodo de amor. El amor es la raíz del fomento de una cultura de vida, que previene los malos hábitos, los vicios, las enfermedades y en resumen, que nos aleja de una cultura de la muerte. La historia de La otra familia, retrata la historia de un pequeño llamado Hendrix, que tras ser abandonado por su madre, adicta al crack, termina al cuidado de una pareja homosexual, cuarentones, de buena posición económica (y curiosamente recién casados por la iglesia católica) A propósito del filme, recientes reformas al Código Civil del Distrito Federal (aproba70

ción de la Ley de Sociedades de Convivencia, diciembre del 2009) ya aprueban el matrimonio entre parejas homosexuales, concediéndoles también el derecho de adoptar menores de edad, lo cual también refleja que, a pesar de que aún prevalecen prejuicios y discriminación respecto a las parejas del mismo sexo, es innegable que, paulatinamente, la sociedad mexicana va integrándose poco a poco a estos fenómenos sociales de la modernidad. Asimismo, al principio en la historia, la misma pareja que se sentía incapaz de poder criar a un niño dentro de un ambiente familiar democrático, terminan proporcionando al pequeño una vida plena, basándose en una axiología


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de valores a prueba de preferencias sexuales; lo cual demuestra que, por lo general, los niños no muestran tanta resistencia a aceptar los cambios o la diversidad del mundo. En este sentido, cabe puntualizar, que para los adultos es más difícil adaptarse siempre a los cambios, debido a que un cambio de mentalidad implica deshacerse del esquema de creencias y pensamientos con el que crecieron toda su vida y son ellos, quienes con sus absurdos prejuicios pueden generar en el niño ideas maliciosas o erróneas. Básicamente, la historia gira en torno al debate sobre si una pareja gay puede o no proporcionar un modelo de familia adecuado para un menor de edad… Al respecto, la trama evidencia los prejuicios enraizados en nuestra sociedad mexicana, pero como ejercicio para la reflexión, enseña una valiosa lección: olvidamos que, en la mayoría de las veces, son las elecciones afectivas las que constituyen la familia para cada individuo, basada en sus propias elecciones. Por otra parte, sólo el Estado puede determinar quién es apto o no para adoptar (aquél que no cuente con los medios económicos para proveer subsistencia, educación y cuidado, aquél que haya ejercido violencia intrafamiliar, aquél que sea alcohólico o adicto a sustancias tóxicas, etc.)

En este caso, en la historia ¿qué será mejor para Hendrix?, ¿regresar con su mamá adicta?, ¿vivir con dos hombres poco convencionales pero que le ofrecen una mejor calidad de vida?, ¿ser vendido a un matrimonio de manera ilegal? o ¿ser entregado a las autoridades e ingresar a un orfanatorio? El derecho del niño a decidir, basado en esas elecciones afectivas tiene gran trascendencia. Es también nuestra responsabilidad como padres, mostrarle a los menores la realidad a una edad cada vez más temprana, porque de este modo, influyendo positivamente en nuestros círculos de acción más inmediatos, podremos promover valores como el respeto, la tolerancia y la aceptación hacia las diversidades, no solamente hablando de diversidad sexual, sino también de nuevas estructuras familiares fundamentadas en el marco de una sociedad cada vez más democrática e incluyente. Referencias de imágenes: [Imagen de familia comiendo]. (s.f).Recuperada de http://poliedrodigital.blogspot.mx/2010_10_23_archive.html [Imagen de familia en la sala]. (s.f). Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/notas/846470.html [Imagen de portada película la otra familia]. (s.f). Recuperada de: http://cinescopia.com/la-otra-familia-%C2%BFbuena-o-mala/2011/04/

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PROGRAMA Encuentro de Investigadores y La Comunidad Académica 2014 Sede: Auditorio Dr. Agustítín Basave Fernández Miércoles 2 de Abril de 2014 15:30 p.m. 15:45 p.m.

INAUGURACIÓN Dr. José Armando Peña Moreno Director Ponente: Mtro. Hugo Tirado Medina “Valoración de un modelo psicobiológico predictivo de los choques automovilísticos en conductores jóvenes”

Miércoles 9 de Abril de 2014 15:30 p.m.

Ponente: M.C. Cecilia Lourdes Díaz Rodríguez “Conductas problema en adolescentes”

Sede: Sala Polivalente de Posgrado Jueves 10 de Abril de 2014 11:00 a.m.

Ponente: Mtra. Melina Miaja Avila “El impacto de la alexitimia y la resilencia en las fases del proceso de duelo en pacientes con cáncer ”

15:30 p.m.

Ponente: Mtra. Minerva Thalía Juno Vanegas Farfano “Efectos de las actividades gráficas en el manejo de las emociones y el estrés en alumnos universitarios”

Sede: Auditorio Dr. Agustítín Basave Fernández Miércoles 30 de Abril de 2014 11:00 a.m.

Ponente: Mtro. Jorge Benjamín Borrani Valdés “Neuropsicología y delincuencia ”

15:30 p.m.

Ponente: Mtro. Juventitino Cortez Gómez “El dormir y sus efectos sobre la atención”

Sede: Auditorio Dr. Agustítín Basave Fernández Miércoles 7 de Mayo de 2014 11:00 a.m.

Ponente: Mtro. Arturo Arrona Palacios “Efecto del uso de la computadora y el teléfono móvil antes de dormir en el ciclo de vigilia-sueño”

15:30 p.m.

Ponente: Mtra. María de la Luz Escalona Galindo “Identidad Social en una organización de servicio: validez de contenido y de constructo de una escala ”

Miércoles 14 de Mayo de 2014 11:00 a.m.

Ponente: Mtra. Martha Roberta Garza Tamez “El deseo incestuoso y la insatisfacción en la histeria. Un estudio de caso.”

15:30 p.m.

Ponente: Lic. Victoria Marisol Barrón Ontitiveros “La situación actual del psicólogo escolar”

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16 y17 Mayo

Miércoles 21 de Mayo de 2014 11:00 a.m.

Ponente: Lic. José Luis Jasso Medrano “Un estudio descriptivo de los factores en el funcionamiento de las familias nuevoleonesas ”

15:30 p.m.

Ponente: Lic. Arlen Hernández Grijalva “Rediseño de un programa en internet de prevención de enfermedades de transmisión sexual”

Por:

Gloria Leff

Extraída de la película: Somewhere in the Night, de Joseph L. Makiewicz (1946).

PRESENTACIÓN DEL LIBRO

El Dios de la Danza Viernes 16 de Mayo 19:00 Hrs. Sala Chopin de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. Padre Mier 1720 Pte., Col. Obispado.

Con la presencia de la autora del libro. Entrada Libre. Vino de honor.

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De: Pola Mejía Reiss


Estante

Esta sección propone presentar publicaciones realizadas o compilados por investigadores y docentes de la facultad de Psicología de la UANL.

Entrevista a la Dra. Martha Liévano Por Iris Reyes

¿P

or qué eligió trabajar sobre el tema «Subjetivación femenina» en su compilación? Originalmente el tema era sobre epistemologías feministas, es decir, plantear el problema de si existen distintas maneras de hacer ciencia en función de la posición del género. Y en ese caso me interesaba destacar cómo es que actualmente las mujeres académicas realizamos investigación, poner en juego o evidenciar las diferentes aportaciones y cuestionamientos de la epistemología feminista. De manera tal que en el libro se reflejan los principales aportes, por ejemplo de autoras como Rich, Harding o Haraway, quienes plantean el concepto de conocimientos situados, lo cual implica generar conexiones parciales. Bajo el rubro de epistemologías feministas, se cobija un conjunto de teorías y propuestas técnicas y metodológicas que exponen su postura crítica en torno a cómo se legitima el conocimiento, los criterios de validez, cuáles son los supuestos desde la racionalidad de la ciencia tradicional, en fin… que ponen en tela de juicio los modos en que se hace ciencia y ponen de manifiesto cómo esta racionalidad científica y lo derivado de ella permea todas las producciones humanas, desde las diversas instituciones sociales hasta nuestra vida cotidiana. Muestran cómo la sociedad patriarcal ha excluido el conocimiento generado por ese no otro: las mujeres, salvo a aquellas pocas mujeres que a lo largo de la historia han participado, con muchos obstáculos y siempre apegadas bajo sus criterios y normas. Asimismo, reflejan una constante preocupación por realizar prácticas comprometidas políticamente para la consecución de cambios sociales que incluyan las formas de conocimientos y experiencias femeninas.

¿Cuáles son los temas de investigación que lo componen y bajo que líneas teóricas? La compilación se compone de dos partes. En la primera se trata de poner a discusión una serie de reflexiones en torno a las problemáticas sobre el devenir de la mujer, los procesos de sujeción y de construcción de los géneros así como un replanteamiento sobre la epistemología y su relación con la ciencia desde el feminismo. En la segunda parte se presentan principalmente trabajos de investigación desde una práctica feminista, se muestra, por ejemplo, un comparativo entre la «investigación activista feminista» y la «investigación acción participativa» marcando sus diferencias y similitudes, asimismo se exponen investigaciones en el terreno de la salud mental comunitaria con grupos de reflexión de mujeres que han sufrido violencia familiar y con mujeres que viven en comunidades marginadas, así como un análisis de cómo desde el lengua75


Estante: Entrevista a la Dra. Martha Liévano

je se establece la devaluación y exclusión de las mujeres. Las líneas teóricas que trabajamos todas las autoras son desde los estudios feministas, la perspectiva de género, los estudios post—patriarcales, autoras como Butler, Braidotti, Lauretis, También se retoman los aportes de autores y autoras como Foucault, Deleuze, Guattari, Derrida, Vattimo, etc. que permiten ampliar el análisis de las temáticas. Y por otro lado el abordaje es desde metodologías cualitativas. ¿Cómo se contactó a los demás colaboradores y bajo qué criterios? Realmente la propuesta fue semi—abierta, es decir, se enviaron correos a distintas universidades de diferentes países en las que sabíamos que había académicas que estaban trabajando sobre la temática. A parte se fue pasando de voz en voz, o más bien de mail en mail, la información y se comunicaron conmigo. En la convocatoria venía ya especificada la temática y las líneas teóricas de abordaje así como los criterios que la editorial propone para ser publicados. De manera que en el libro hay varias autoras a las cuales no conozco más que por su texto y que trabajan en universidades de países como España, Italia, Brasil, Argentina, Chile, Colombia y México. ¿Cómo ha sido la aceptación sobre el texto, qué comentarios ha recibido? Realmente ha tenido muy buena acogida, so76

bre todo porque hay pocos libros publicados que aborden la temática con esta propuesta teórico—metodológica. ¿Tiene algún otro proyecto de compilación próximo o algún libro de su autoría? Por lo pronto me estoy centrando más en la investigación sobre violencia, género y salud, y bueno, las publicaciones vendrán posteriormente derivadas de ellas.

Referencias de imágenes: [Fotografía de presentación de libro]. (2013) Recuperado de: https:// www.facebook.com/casadellibro.uanl Rodriguez, F. (s.f). Be The Change [Pintura]. Recuperado de http:// revista-amauta.org/2012/08/sororidad-la-communitas-femenina/ [Fotografía de Martha Lievano]. (2013) Recuperado de: https://www. facebook.com/casadellibro.uanl


El «american dream» Por Laura Isabel Ortiz G. (Laurisa55@hotmail.com)

«…P

ues de hecho chaparrita, yo pasé al gabacho un par de veces, nooo, no es como te lo platican, es mucho peor. Tengo un tío que es coyote y pues yo también intenté pasar gente varias veces, unas cuatro. Nombre, salimos de Hidalgo, ahí van llegando los que quieren pasar. Los La realidad y la acomodamos a todos en una casa y pues si no son 20, no miseria me oprimen y, sin embargo, salimos, así que ahí empieza la desconfianza por que a vesueño todavía» ces son unos 3 o 4 días hasta Emile Zola que se llene, ¿no? Ya que están todos se les da una credencial mexicana y pues ora si que se tienen que aprender todo de memoria, también el himno nacional y varias cosas que los de la migra siempre preguntan. Nos quedamos de ver en la central donde les digo que nadie vea a nadie a los ojos, y con un mapa les digo donde se sienta cada quien y que no se mueva hasta que salga el camión. Nooombre, ya para más al norte es donde se ponen más retenes, y ellos saben que onda, saben que vienen de Guatemala, Honduras, El Salvador, ya saben pero lo que quieren es bajarte una lana, pues como todos ¿no? Nomas que se hacen güeyes, entonces pues les digo que se guarden su dinero en un agujerito que le hagan al camión, y si, que ahí lo metan, porque si dices: Me lo guardo en el trasero, pos ahí te lo encuentran, si ya saben estos.» Su cappuccino estaba casi lleno y dejando de humear, el mío entre mis dos manos, mis brazos

se recargaban en la mesa, echada hacia delante, siguiéndole cada palabra y gesto con interés. «Mira, en el mejor de los casos los 20 que paramos seguimos, pero si me han tocado grupos en que devuelven a algunos a sus países.» «Si bien les va, ¿no? Si es que no caen en manos del crimen organizado.» «Si, exactamente. Pues hasta ahí ya pasó lo más fácil. Luego llegamos a Altar, Sonora, a una casa. Tienen que ir todos en fila, ahí si que si me regreso por uno ya valió madres. Nombre ahí ves a puro bato con fierro en la mano. Ahí es derechito, derechito siguiéndome a mí y sin voltear a ver a nadie. De ahí nos recogen en unas camionetas y nos metemos al desierto a caminar de 7 a 10 días. Si no te agarras bien te caes, ahí vamos todos atrás en la pick—up abrazándonos, si salta uno, salta el otro, pero mínimo no nos salimos. Ya en el desierto es en parejas. La primera vez que crucé ya estaba cansadísimo, ya no podía seguir más por el desierto y que veo un árbol y digo: De aquí soy. Ya me estaba acostando y mi compañero me empuja, ¿pues qué tienes güey? Le digo, nombre que sale un escorpión de este pelo (indicándome con su mano un tamaño que medía desde su pulgar hasta el índice). Lo matamos con piedras pero ya no puede dormir uno a gusto, ni modo, nos pusimos espalda con espalda y las mochilas a un lado. Es que en el desierto no descansas, cada día es como una semana. Pero hasta da vergüenza quejarse, porque ahí van señoras también con sus hijos en brazos a veces y ves que ni les pasa nada, pues ¿cómo va uno a decir que ya se cansó?» «Y ¿Qué tanto traen en la mochila?» Y me responde con su entonación capitalina: «Casi nada, uno o dos pantalones, 3 camisas y yo les digo que muchos chocolates, para que aguanten. La ropa les digo que lleven oscura. » 77


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«De ahí llegamos a una casa de blocks, no hay nada más que eso», comenta divertido y con carcajada. «Cuando llegué ahí la primera vez, no tenía nada más que una tortillina de esas de la Tía Rosa y la guardaba muy bien para que nadie la agarrara, y ves a todos como sospechosos. Pues otro compañero tenía una lata de chiles guardándola igual ja ja ja, era lo único que teníamos, era como un tesoro. No pues que agarramos y nos hicimos tres mini taquitos de chile chipotle, por que ahí había otro que también quería comer. Noooombre, ¡nos supo a gloria! De esa casa otra vez nos vamos con los coyotes, ahora si para pasar. Otra vez en camionetas. Una vez íbamos y ¡Pum! Que se prende una luz bien grande frente a nosotros, sáltale y a correr todos para todos lados: era la migra gringa. Ahí si pasa eso tenemos que correr para atrás otra vez unos 5 kilómetros para volvernos 78

a juntar, pero está todo oscuro. Lo que hacen los gringos es que se ponen y dicen: ¡Hey, aquí estamos, vente! Y ahí te agarran, por eso entre nosotros nos hablamos en otomí, ‘nomas’ unas cuantas palabras. ¡Imagínate! Pues que nos volvemos a ver los 20 que íbamos. Todos bien felizotes. Y ya luego nos cruzamos después de seguir caminando como dos días más.» El sueño americano es la posibilidad de ser y tener todo lo que no se es ni se tiene, es «trascender», «triunfar», donde está toda la «abundancia», un sitio casi utópico que aparte está tan cerca. No importan las implicaciones. Es vestir, comer, hablar, ser como alguien más que ya es, y tener lo que alguien ya logró tener. Es querer sacudirse lo jodido, la pobreza, y revestirse de esta nueva identidad, es un «sueño» en el que todo lo bueno cabe.


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Centroamérica y México siguen siendo países católicos, en donde el sufrimiento es valorado. En esta lógica, arriesgarse a este camino que dura de 1 a 4 meses (en ocasiones más), es adecuado. Cada año el INM (Instituto Nacional de Migración) detiene a más de 100.000 personas que intentan llegar a Estados Unidos sin los documentos requeridos por los gobiernos. Se estima que esta cifra no es ni la mitad de la gente que comienza el mortal viaje al norte, y sigue en aumento. ¿Por qué? Escribe el Mtro. Eloy Maya Pérez: «La migración ilegal – la que se suscita mundialmente – es en principio, parte del fenómeno de exclusión social que se vive en actualidad, ya que en sí misma la migración ilegal nace al abrigo de la prohibición y de la permisibilidad que se aplica a la existencia de los sin papeles.» En armonía con la anterior cita, llamarles ilegales sería ignorar que la tierra es de todos y todas, y que el problema no es que migren, el problema es el perverso sistema económico que nos rige y nos dice: «Anda, tienes derechos, adelante, si trabajas lo mereces», pero a la vez tiene muros burocráticos inaccesibles para conseguir una visa si no se comprueba el trabajo (que claramente alguien que trabaja en el campo no recibe comprobantes) y que además es muy difícil pagarla para mucha gente. Otro problema principal es que sistemáticamente se violen los derechos de estas personas, de estos/ as invisibles que por no traer papeles no cuentan, y si les desaparecen, ¿qué pasa? Nada. El flujo migratorio es una fuente de ingreso para el crimen organizado y diferentes organismos del gobierno. Es carne fresca para secuestrarles, extorsionarles, obligarles a que pasen droga, incluirles a la trata de persona, y a las mujeres para violarlas. Se estima que 6 de cada 10 son víctimas de violaciones sexuales durante el trayecto. Es tan conocido ya que, antes de emprender el viaje, muchas mujeres se inyectan una solución anticonceptiva, siendo un precio más a pagar para llegar al norte. Por un lado están las constantes y peligrosas exposiciones a su integridad moral; por otro, vemos los riesgos

a la salud, (por deshidratación y hambre en las largas caminatas en el desierto) así como lesiones fuertes (mutilación de miembros por transportarse en los techos de trenes, ampollas y dolores en los pies). Me sigue pareciendo increíble que en México ocurran tantas violaciones y maltratos, pero se dice que la frontera de Estados Unidos no es la que marca el mapa, si no el sur de nuestro país. No importa cuanta tecnología y muros se utilicen, la gente seguirá tratando de cruzar al otro lado, en busca de este sueño, la puerta para trabajar por billetes verdes y vivir mejor. Después de un muy breve recorrido a las motivaciones personales, las causales globales y a los riesgos principales, podemos decir que resulta increíble lo que tienen que vivir estas personas. Seguramente nunca vamos a entender por que la gente se arriesga así en este camino, al menos no desde nuestros escritorios, computadoras y libros. Pero lo que si podemos es dejar de ignorar esta realidad, estas contundentes cifras que nos hablan del dolor y la impostergable necesidad de miles de familias en este y en hermanos países. Resulta urgente documentarnos y no reducir al estereotipo «el/ la migrante es delincuente» a quienes pasan por nuestras ciudades moviéndose al norte. Aún si no nos solidarizamos directamente con acciones, dejemos de ignorar las injusticias y el atropello a la integridad de los/las migrantes de Centroamérica, que si bien aborrecemos como se le maltrata a nuestros hermanos/as mexicanos/as en Estados Unidos, oprimimos la dignidad de las personas de otros países. «Y me llamas extranjero porque me trajo un camino, porque nací en otro pueblo, porque conocí otros mares… …No me llames extranjero, mírame bien a los ojos, mucho más allá del odio, del egoísmo y el miedo, y verás que soy un hombre, no puedo ser extranjero, no me llames extranjero.» Facundo Cabral y Alberto Cortez Referencias de imágenes: [Fotografía de mural de Acción Poética]. (s.f). Recuperado de http:// dreaminmexico.org/

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En construcción Subjetividad y Dispositivo Por Baruch Martínez Treviño

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Introducción

oder llamarnos personas. Tú eres una persona, y en su uso la obviedad es la primera puerta que abrir. Una palabra que emerge sin cortar raíces con sus múltiples factores de posibilidad. Decirnos, asumirnos, ser palabra que en la práctica relacional subrepticia remite a determinados procesos, palabra que hace de nosotros escritura que, como marca, se ve sólo en la huella. Habrá que preguntarnos qué discursos se vierten en estas fisuras. ¿De qué discursos hablamos? Podríamos empezar con ese concepto de persona que desde la referencia de Esposito casi la pone en el mismo lugar que subjetividad, para lo cual me daré la tarea de diferenciar entre uno y otro e ir reelaborando, desde una perspectiva de Onfray, Butler, Foucault, Deleuze, lo que podemos pensar como el dispositivo de subjetividad. Por lo tanto, los límites de este trabajo están planteados desde la misma propuesta, en consideración de que para hablar de dispositivo es necesario situarlo en ejercicios específicos, el dispositivo de grupo será la opción para continuar estas dilucidaciones en una segunda entrega.

I «Nombrar a nuestros muertos y desaparecidos es el primer paso hacia el encuentro con la verdad» Reveles, Levantones, narcofosas y falsos positivos Empecemos con la discusión: ¿para qué saldar el asunto que refiere al hombre (como

genérico)?, ¿cuántas palabras buscan comprender un entramado de relaciones que tienen sus efectos en eso que nombran? Hombre, persona, sujeto, individuo. El primero que mencionaré es Onfray, quien reniega del concepto de sujeto y, aún más, el de persona, busca recuperar el del individuo dentro de lo más corpóreo de aquél: su carne. ¿Habrá olvidado Onfray, como lector de Foucault, que el cuerpo está en relación con el saber—poder, donde sólo es posible en el sometimiento—sujetación hacia los discursos, con la posibilidad de convertirnos en subjetividad a partir de dar cuenta del sí mismo y por lo tanto ser parte de la construcción de significados compartidos? Pero leamos las palabras de Onfray, quien a partir de un análisis del holocausto da cuenta del último residuo, puesto de relieve: el individuo. «La figura del individuoremite a la indivisibilidad, a la irreductibilidad. Es lo que queda cuando se ha despojado al ser de todos sus oropeles sociales. Bajo las capas sucesivas que designan el sujeto, el hombre, la persona, se encuentra el núcleo duro, indivisible, la mónada cuya identidad nada puede quebrar, excepto, si acaso, la muerte». Onfray trata de justificar, o más bien, replantear al hombre a partir de cómo lo ha tomado del resultado del holocausto, en su materia viviente, en su ser biológico, lo toma ahí como resultado de la biopolítica nazi. Sin embargo, al despojarlo de los oropeles hace él mismo el proceso de volver a significar «el elemento fundamental con que se organiza el mundo», digamos que ese elemento funda81


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mental se reduce a la carne viva que queda como despojo de cualquier discurso. Éste pervive al momento de pensarlo, ya que Onfray no ofrece una forma que dé lugar a los mismos procesos de significación de ese (esos) «núcleo duro» y si lo están, parecería más un programa de subversión que un proceso micropolítico—subjetivo. Trata, en este reducto, de evitar el egoísmo, de hacer del individuo un soberano pleno, ya que, inmerso en la disputa antinómica individuo— sociedad, invita a un anarquismo libertario. Hacer del individuo un ser indivisible e irreductible. Onfray emprende el camino de regreso hacia una política libertaria «todas las teorías del contrato social se apoyan en esta lógica: fin del ser indivisible, abandono del cuerpo propio y advenimiento del cuerpo social único al que en adelante se permite reivindicar la indivisibilidad y la unidad que habitualmente se asocia al individuo». De esta referencia teórica se desprende el sacrificio esperado—deseado de la persona por la preservación del cuerpo social. El individuo, a partir de esta primacía del cuerpo social, «jamás se percibe y se concibe como una entelequia, sino siempre como una parcela, un fragmento que para tener existencia real, necesita un promotor de sentido y de verdad». Sentido y verdad dentro de ese espacio del deber ser. Porque recordemos que Onfray intenta construir su política del rebelde desde el individuo como cuerpo propio cargado de sentido y soberanía propia. Tan fácil se lee; vaya, quizá aquí las palabras de Foucault, en el curso de Hermenéutica del Sujeto, nos puedan dar enlaces para abrir estas múltiples bifurcaciones, dice el autor en el curso de 1982 «Un movimiento de renuncia de sí que pasará, como momento esencial, por la objetivación de sí en un discurso de verdad». Cuando el proceso de subjetivación es un ejercicio y práctica de sí sobre sí mismo; ¿quién sería, es, nuestro promotor de sentido en la actualidad?, ¿cómo diferenciar a partir de esta práctica entre un proceso de objetivación y subjetivación? Bien lo diría Nietzsche, para no caer en el vacío «cualquier explicación es mejor que ninguna explicación» incluso la de quién somos 82

nosotros; o en compañía con Sloterdijk «lo embarazoso que resulta el hecho de ser un sujeto crea mercados para intelectuales, que asisten, como complementadores, a la subjetividad necesitada, subinformada y submotivada. En los vacíos que deja el señor removido operan desde 1793 a 1968 los ideólogos, hasta que aparecen sus discretos herederos, los consultores, para instalarse en los huecos de la falta de señor». Supongo han visto cientos de anuncios en las redes sociales, en revistas y demás dispositivos mediáticos identitarios «qué ser», «cómo ser mejores en», y por ejemplo, ahora mismo hay un anuncio que dice que trabajar 4 días a las semanas 6 horas diarias beneficia al organismo, pero por supuesto que estos nuevos consultores de la «psique» nos ofrecen las esperadas respuestas para lo que todos quieren en la vida: ser felices. Y permanece, constante y lacerante, estas ciudades que licúan todas las posibilidades de ser. Pero volvamos al punto. Y entonces Onfray pasa del plano de individuo al de sujeto. El contraste lo podemos situar en el lugar donde trata de tomar fuerza para hablar del individuo, que si bien lo expresa como fenómeno biológico, nos remite al saber de la vida, sino es que al del ser vivo. Esto se presta, justo para profundizar la crítica, para remitirnos a Foucault en «el hombre y sus dobles» de «Las palabras y las cosas»: ¿quién habla al hombre?, no es sino mediante la biología, la economía y la filología que «aparece el hombre en su posición ambigua de objeto de un saber y de sujeto que conoce» y parece incluso que «el modo de ser de la vida y aquello mismo que hace que la vida no exista sin preescribirme sus formas, me son dados, fundamentalmente, por mi cuerpo», sería el inicio de la argumentación de Onfray,


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pero con la descripción que hace Foucault de una de las posibilidades para que el hombre exista. Lo rescatable en su parcialidad es dar cuenta del cuerpo doliente ya por las máquinas deseantes, ya por las instituciones y sus técnicas disciplinarias, ya por el conjunto del sistema social que, como monstruo, exige la sumisión de todo ser viviente, si no es que la muerte. Si el heredero de Foucault y Nietzsche hace una crítica a estas condiciones sociales indignas y a partir de aquí revierte hacia una conformación soberana del individuo, lo hace resignificando y a la vez omitiendo este proceso en aquellos «condenados, réprobos y explotados». Como panorama del infierno actual que padecen las ciudades acompañado de una propuesta de insumisión: aquí su límite en la contribución para la subjetividad.

II «La verdad de un ser es su propio cuerpo» Onfray – Política del rebelde Pero, para el caso de este escrito, es necesario detenernos en las representaciones y conceptualizaciones que den lugar a la subjetividad, adelantando su cualidad dúctil y mutable pero que dicha cualidad responde a dispositivos propicios para determinados «telos». Retornemos pues a la problemática del sujeto. Ahí donde no significa el cuerpo Onfray, Foucautl habla de lo impensado. Esto que se empareja en el nacimiento del hombre mediante la biología, economía y filología «el hombre está dominado por el trabajo, la vida y el lenguaje (…) no es posible tener acceso a él sino a través de sus palabras, de su organismo, de los objetos que fabrica». Esto impensado: «mecanismos oscuros, determinaciones sin figura, todo un paisaje de sombras que directa o indirectamente ha sido llamado el inconsciente. ¿Acaso no es el inconsciente aquello que se da necesariamente al pensamiento científico que el hombre se aplica a sí mismo cuando deja de pensar en la forma de la reflexión?». Esto impensado lo pone previo y en conjunto con el hombre pues «él mismo, puesto que piensa, no se revela a sus propios

ojos, sino bajo la forma de un ser que es ya, en un espesor necesariamente subyacente, en una irreductible anterioridad, un ser vivo, un instrumento de producción, un vehículo para palabras que existen previamente a él». Cuando el núcleo duro del individuo se enlace con eso impensado y devenga palabra propia, previa regurgitación «cuando deje de pensar en la forma de la reflexión»: subjetividad en curso. Tenemos el cuerpo desnudo, el individuo que busca erigirse en libertario a partir de esta irreductibilidad biológica que sin embargo se estima no atizador de la caldera de la subjetividad sino como agente de la insumisión: el proceso, pleno (que justificaremos más adelante) de individuación queda coartado por la carencia de herramientas de subjetivación (ya que fue criticada desde la postura de Onfray donde para él sujeto = sujetación), tenemos lo impensado que se muestra como condición de aparición del sujeto, como ese vacío primordial y paradójico del sujeto. Y es a partir que esta totalidad parcial, que como analiza Herrera Guido desde Lacan y Derrida «tanto el signo como el orden simbólico encierran dentro un vacío fundamental, que no es accesorio ni externo sino un elemento constitutivo de su estructura, una imperfección, una carencia sin la que, paradójicamente, estaría incompleto». Y sin embargo es en este vacío, impensado, incompleto, que se puede significar la noción de subjetividad. Complementar el camino de coraje que nos enseña (de mostrar e instruir) Onfray, donde se dé cuenta de la totalidad del 83


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individuo, la creemos posible al encadenar al cuerpo en los despliegues de la subjetividad.

III «…si rechazamos el dualismo ontológico que postula la separación de lo político y lo psíquico, parece imprescindible plantear el análisis crítico del sometimiento psíquico en términos de los efectos reguladores y productivos del poder» Butler – Mecanismos psíquicos del poder Previo a la resignificación de la subjetividad desde este vacío es necesario verter la crítica a la noción de individuo para retomar, con sus consecuencias, el concepto aquel. Para tal hecho haremos uso del desarrollo que Judith Butler hace en su libro «Mecanismos psíquicos de poder» quien en su introducción nos muestra la irremediable y necesaria paradoja «de sujeto de y sujeto a», o en sus propias interrogantes «¿cómo es posible que el sujeto, al cual se considera condición e instrumento de la potencia, sea al mismo tiempo efecto de la subordinación, entendida ésta como privación de la potencia?» quien en su propia formulación y consecuente despliegue descarta el concepto de individuo por carente de inteligibilidad «el sujeto ofrece la oportunidad lingüística para que el individuo alcance y reproduzca la inteligibilidad, la condición lingüística de su existencia y su potencia. Ningún individuo deviene sujeto sin antes padecer sujeción o experimentar subjetivación» para concluir categóricamente «no tiene mucho sentido tratar al individuo como término inteligible si sostenemos que los individuo adquieren inteligibilidad al devenir sujetos”. Más adelante se pregunta, dentro de esta misma problematización del sometimiento “¿qué significa entonces que el sujeto, que para algunos es

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presuposición de potencia, deba verse también como objeto de sometimiento?». Aclaremos que la discusión de Butler es con respecto al poder, la subjetividad y el sometimiento, por lo tanto, respondiéndose al cuestionamiento anterior incluye un pliegue más «aunque se trata de un poder que es ejercido sobre el sujeto, el sometimiento es al mismo tiempo un poder asumido por el sujeto, y esa asunción constituye el instrumento de su devenir». De sus mismas elucidaciones, análisis y aperturas repliega la discusión al siguiente nudo puesto bajo lupa: si aceptamos que la sujeción es al mismo tiempo subordinación y devenir del sujeto, entonces, en tanto que subordinación, el poder sería un conjunto de condiciones que precede al sujeto, ocasionándolo y subordinándolo desde afuera. Sin embargo aquí mismo se muestra otra interrogante ¿cómo distinguir al sujeto de poder o el poder del sujeto? Dice Butler «el poder actúa al sujeto por lo menos de dos formas: en primer lugar, como aquello que lo hace posible, la condición de su posibilidad y la ocasión de su formación, y en segundo lugar, como aquello que es adoptado y reiterado en la propia actuación del sujeto». La disputa se cierne entre lo externo, precedente y la idea de voluntad, interna. Esta ambivalencia la pensaremos retomando dos posibilidades, una enlazada a la otra. Podemos recordar lo que hemos citado de Foucault, que algo nos preexiste, sean esas palabras que dan cuenta de los procesos que vinculan al sujeto con su hacer en el mundo, descartando una valoración que haga del individuo una objetivación o subjetivación del mismo. Se desprende del camino llevado hasta aquí asumir la posible parcialidad que conllevaría adjudicar la toma de la palabra como proceso de subjetivación, aislándola y levantándola a


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consta del proceso transformador del sujeto: la palabra no es El acto, es parte necesaria y enraizada en el mismo quiebre, acontecimiento que irrumpe en acto—palabra—acto como una espiral complejizada por los distintos vectores que la cruzan para desplegar líneas de fuga, fuerzas, movimiento, bestialidad, encuentros y desencuentros con el otro y con los otros en un hacer vínculo con el hacer. Pero para una pretensión de proceso de subjetividad es necesaria el anudamiento y su inmanente acontecimiento de significación. Revisemos retornando a las palabras de Butler «el sujeto ofrece la oportunidad lingüística para que el individuo alcance y reproduzca la inteligibilidad, la condición lingüística de su existencia y potencia». ¿Cómo puede el sujeto detenerse en el curso de lo que acontece sino es en un repliegue de él, el sí mismo que se perfila como detentador de la palabra que lo significa como, con y en el acto irruptor? En otra ocasión tuve oportunidad de ofrecer un breve acercamiento a esta interrogante, a partir de planteamientos desde el reconocimiento y desde una psicología política dábamos primacía al trabajo común de construir el propio discurso de nuestros actos, en ese «entre», espacio donde se despliegan los entes en devenir subjetividades, el acontecer—aconteciendo anudante de autonomías—dependientes. La problemática de la subjetividad es de tal magnitud que para continuar su abordaje es necesaria dar cuenta ahora del dispositivo de la subjetividad. Se podría pensar que como efecto de poder, la posible subjetividad se da en el entrecruce de líneas de fuerza que se encuentran y despliegan para dar lugar a determinado acontecer, pero es sólo rompiendo estas lógicas que el sujeto

deviene, ya que como acontecimiento recrea sus propias líneas, sus fuerzas y sus movimientos; ya que la «predisposición» de una máquina, como sería determinado dispositivo, para «dar lugar» a la subjetividad correría el riesgo de estar entre el uso de una verdad hacia el sujeto mediante estas relaciones de fuerza propias del dispositivo o el uso de inquirir hacia las mismas líneas que aluzan y forman al sujeto. Esto no es inquirir al sujeto, no como indispensable, si como un factor de inteligibilidad que se arrastra en el mismo proceso dialógico intersubjetivo.

IV «Cuanto más se quiere imprimir el marco personal de la subjetividad, tanto más parece producirse un resultado contrario de sometimiento a un dispositivo reificante» Esposito – Dispositivo de la persona Previo al tema de dispositivo y en el mismo tenor de des y reanudamientio conceptual, considero indispensable pasar revista al ejercicio de Esposito en su «Dispositivo de la persona», quién en el tema «para una filosofía de lo impersonal» da lugar a un proceso que se le escapa al mismo sujeto, que sin embargo lo complementa. Su crítica comienza hacia la conceptualización de persona como esa máscara que pretende representar algo en el sujeto, como si la voluntad le fuese inherente y por lo tanto se le escape a la interrogación genealógica al asumir tal conclusión conceptual. Resulta que persona, como concepto jurídico, viene a ser una imputación externa y vertical para tratar de «salvar» el vacío entre los conceptos de humano y ciudadano, urgente ese repensar al hombre por los acontecimientos del nacismo. Se pensaba que «persona» adquiriría una generalidad para dar cuenta de cierta totalidad de la vida, y sin embargo Esposito imputa «nunca como hoy los derechos humanos –empezando por el primero de ellos, el de la vida— han sido tan completamente negados. Ningún derecho, y sobre todo el de la vida, parece más contradicho por los millones de víctimas de hambre, las enfermedades o la guerra.» Los cuestionamientos de Esposito lo 85


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llevan a repensar la persona en aquello que se le escapa a las conceptualizaciones, eso impensado que Foucault señala. El autor, para tal efecto, hace uso de su método: la impolítica. Definir en sus propias palabras esto impolítico nos servirá para entender las vías que abren sus interrogantes a las cuales nos adherimos en el curso de esta y otras exposiciones. Para la inmanente conceptualización de lo impolítico Esposito debió pasar por los pliegues de valles y crestas de la tradición conceptual de la filosofía política, caracterizándola como el lugar en donde «todos los términos de la política han asumido o están desde el principio marcados por una inevitable inflexión metafísica que bloquea su poder de significación» y reconociendo su límite en su incapacidad de interrogar las categorías de la política «de manera transversal de sorprenderlas por la espalda, de remontar hasta las fuentes de sentido y, de este modo, hasta lo impensado mismo.» Y en tanto a los significados políticos los caracteriza de «siempre unívoco, unilineal, cerrado sobre sí mismo» pero no obstante en su aplicación, en su «horizonte de sentido (…) es mucho más amplio, complejo, ambivalente, capaz de contener elementos recíprocamente contradictorios». Y entonces el autor condensa su propuesta de impolítico: es este elemento contradictorio lo que capta la atención de la perspectiva de lo impolítico. En vista de cierta similitud con la última propuesta que realizamos de inquirir como proceso de subjetividad creo que es necesario, por el uso de ambas conceptualizaciones operantes, hacer una distinción a reserva de nuevas investigaciones que abran y complejicen los anudamientos de los postulados y referencias filosóficas para el uso de ambos. Por un lado, considerar el inquirir requiere, innegablemente, el mismo proceso subjetivo, es un abrirse—abriendo para vaciarse—vaciando y dejarse reconfigurar por los quiebres y acontecimientos de las interrogantes, «es el proceso de agencialidad que requiere afrontar el vértigo del vacío». Con estas breves aclaraciones de su metodología podemos retomar la propuesta de impersonal que para los objetivos de este escrito 86

hemos de destacar dos cualidades: primero, que el término de persona es una impostura y con ella una adjudicación de dominio de la razón sobre el cuerpo, por supuesto, desde un discurso político—filosófico; y segundo, que la existencia de la persona da cuenta de un sujeto pretendido de voluntad y totalización. La consecuencia de esto es no dar lugar a lo impensado de la persona, a eso impersonal que se escapa de los moldes externos de Persona. Como fuerza crítica Esposito analiza desde Nietzsche, Weil, Kafka, Freud, Delueze y Foucault (estos últimos para fundamentar una biopolítica de la vida). De Nietzsche dice que rompe frontalmente con el dispositivo de persona al sostener que la razón o el alma son parte integrante de un organismo que tiene en el cuerpo su única expresión. Recordemos que la tradición filosófica donde se despliega la formulación de persona viene de un dualismo cuerpo—mente donde la primera estaría relacionada «sólo» en la subordinación al segundo; consecuentemente la valorización sería sobre la mente haciendo del cuerpo un residuo. Sin embargo, continuando con las referencias a Nietzsche Esposito dice que «lo


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concepto] por sí mismo no aprehende la acción social para su formación, el ideal no involucra a los actores sociales, por más bien planteado que esté el concepto. En cambio, un concepto formativo, un concepto dialógico conlleva el involucramiento del papel cognitivo, emocional, social, complejo del ser humano y su relación ecológica, aquella que habla de una autonomía dependiente con el entorno. Esta propuesta de conceptualizar no deja de lado algún «ideal», lo refunde en el mismo proceso para su mutua constitución». Lo impensado, lo impersonal y lo inconsciente: tres zonas que requieren para su acceso de inquisidores de las obviedades, con la duda como emergente ante el sentir ignominioso; y la subjetividad como el mismo andar, buscar, estructurar—estructurando, acontecer—aconteciendo.

V animal, entendido como el elemento al mismo tiempo preindividual y posindividual de la naturaleza humana no es nuestro pasado ancestral sino más bien nuestro futuro más rico» ¿qué da cuenta esta crítica? De lo irreductible que resulta adjudicar el concepto persona en esta dicotomía cuerpo—mente. Desde Freud el autor nos da guías para la fundamentación de lo impersonal en el trabajo que hace el padre del psicoanálisis en su obra «Psicopatología de la vida cotidiana» de donde Esposito resume «la vida cotidiana es la no—persona presente y operativa en la persona». Habrá que reconocer que Esposito distingue entre el proceso de subjetivación o personalización del resultado pretendido estático de persona o sujeto, en donde menciona que estos últimos no alcanzan a dar cuenta del proceso de los primeros. Es por esto que consideramos pertinente recordar lo que en su momento elaboré con relación a las conceptualizaciones: éstas, que refieran a fenómenos subjetivos, tienen la cualidad de dar cuenta del movimiento de lo dinámico, de las cruces, nudos, tejidos y acontecimientos que irrumpen, «el ideal [pensado como concepto, por lo tanto

«Reducir algo desconocido a algo conocido alivia, reconforta, satisface y proporciona una sensación de poder» Nietzsche – Cómo se filosofa a martillazos Ahora, si hemos intentado abrir poco a poco algunas discusiones con relación a la subjetividad, mismas que aún no nos podrían permitir un punto y aparte, como si intentáramos cerrar un párrafo de conclusiones, a donde podamos voltear a observar cómo se mueven las líneas que sostienen ese espacio de posibilidad, no por el resultado, sino por el dinamismo de las disposiciones de los vectores e hilos, de las curvas, de las líneas de fuga y los puntos de enlace: el horizonte es nuestro límite siempre y cuando permanezcamos estáticos; en cambio si damos la característica a nuestros pasos de estar entintados, letras sudadas por discusiones compartidas para partir devenires que sujeten al sujeto a la misma estela que proyectan los horizontes movibles por nuestro ardor bestial del mutuo reconocimiento, así quizá podamos texturizar perspectivas que den cuenta de la imposible representación de nuestra realidad… y sin embargo nuestra.

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Ampliar la perspectiva, rodear el plano de representación, integrarnos en el mismo movimiento conceptual para dar cuenta de atmósferas, son breves propuestas que se desdoblan en el entrecruce de sonoridades y ahí los significantes podrían quebrarse para reconfigurar las realidades. ¿Qué re—pensar del sentir, pensar, actuar, acontecer de eso llamado persona? Donde incluso el molde conceptual—operativo de persona se resquebraje dando nacimiento a una nueva fuerza bestial donde nosotros mismos seamos los bestializadores de la domesticación. Una bestia en el sentido del sentir indómito, reconocible solo en las miradas de los otros, mismas que contienen texturas y atmósferas que nos enfrenten a una convivencia envolvente de esporas por donde se construyen sentidos, actos—palabras—actos compartidos. Y entonces recuerdo: Foucault es, desde la filosofía del dispositivo y en análisis de Deleuze, no—universalista, (los dispositivos) repudian los universales, por lo tanto plantean las subjetividades como líneas de un dispositivo «una línea de subjetivación debe hacerse en la medida en que el dispositivo lo deje o lo haga posible», para pasar a hablar del sí—mismo como subjetividad, este es «un proceso de individuación que tiene que ver con grupos o personas y que se sustrae a las relaciones de fuerzas establecidas como saberes constituidos: es una especia de plusvalía. No es seguro que todo dispositivo lo implique.» Es menester hacer aquí el enlace entre este camino que hemos recorrido de las implicaciones conceptuales de pensar la subjetividad, el individuo y la persona. ¿Cómo formular la relación de la subjetividad y el dispositivo? Para dar cuenta del dispositivo nos referiremos a Agamben y a Deleuze. El autor de «Mil Mesetas» dice del dispositivo que es una «especie de ovillo o madeja, un conjunto multilineal». Este ovillo o madeja es una máquina que funciona en nosotros y nuestras relaciones. Agamben nos ofrece en su escrito que lleva el mismo nombre que el de Deleuze «¿Qué es un dispositivo?». Dos zonas donde vierte sus elucidaciones. Primero nos resume «A) [el dispositivo] se trata de un conjunto he88

terogéneo que incluye virtualmente cada cosa, sea discursiva o no: discursos, instituciones, edificios, leyes, medidas policiacas, proposiciones filosóficas. El dispositivo, tomado en sí mismo, es la red que se tiende entre estos elementos. B) El dispositivo siempre tiene una relación estratégica concreta, que siempre está inscrita en una relación de poder. C) Como tal, el dispositivo resulta del cruzamiento de relaciones de poder y de saber». De este primer acercamiento que hace Agamben podemos complementar con las tres grandes instancias que Deleuze reconoce en Foucault: saber, poder y subjetividad, cuales «no poseen en modo alguno contornos definitivos, sino que son cadenas de variables entre sí». Si en un inicio el italiano no da cuenta de subjetividad sí lo hará una vez que su recorrido genealógico lo encamine a ello: «el término dispositivo nombra aquello en lo que y por lo que se realiza una pura actividad de gobierno sin el medio fundado en el ser. Es por esto que los dispositivos deben implicar un proceso de subjetivación, deben producir un sujeto». Agamben da cuenta de su proceso hermenéutico hasta topar con un punto de indistinguibilidad, donde es imposible distinguir el autor del intérprete y por lo tanto, la palabra del intérprete reluce «autónoma». Así es que nos puede dar su propia definición «llamo dispositivo a todo aquello que tiene de una manera u otra, la capacidad de capturar, orientar, determinar, interpretar, modelar, controlar y asegurar los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivos». Resulta indispensable continuar la crítica de Agamben, porque en su explicación llega a un punto donde cualquier objeto fabricado, cualquier saber y técnica se convierten en dispositivo: desde un bolígrafo hasta una legislación; «existen entonces dos clases: los seres vivos (o las sustancias) y los dispositivos. Entre los dos, como tercera clase, los sujetos. Llamo sujeto a eso que resulta de la relación cuerpo a cuerpo, por así decirlo, entre los vivientes y los dispositivos». Parecería que todo cuanto nos rodea tiene la virtud de subjetivarnos, pero el propio autor da cuenta de esta generalidad y distingue entre subjetivación y desubjetivación «aquello que define a los dispositivos que empleamos en


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la fase actual del capitalismo es que no efectúan la producción de un sujeto, sino más bien que son procesos que podemos llamar ‘procesos de desubjetivación’». El sujeto es desubjetivizado y quizá se pueda emparejar a la crítica que hace Esposito al inicio de su texto Dispositivo de la persona «cuanto más se quiere imprimir el marco personal de la subjetividad, tanto más parece producir un resultado contrario de sometimiento a un dispositivo reificante» es esto que nombre objetivizante. Es aquí cuando al usar estos dispositivos tú crees que los usas, pero es más bien que ellos te usan, como cuando crees que ejerces una profesión un discurso que te cruza te lleva a hablar de tu quehacer como «autónomo, útil, bondadoso, necesario, noble». La crítica de Agamben se dirige al marco macro «las sociedades contemporáneas se presentarían como cuerpos inertes atravesados por gigantes procesos de desubjetivación, los cuales no responden a ninguna subjetivación real». Este trabajo hermenéutico y genealógico de Agamben nos permite pensar la relación de los dispositivos y la subjetividad como un trabajo de elucidación de las prácticas de sujetación. Por el lado de Deleuze, su trabajo implica una explicación dinámica del dispositivo desde el cual usa vectores, líneas de fuga, fuerzas, movimientos, curvas, meandros, podría caracterizarlo en tanto la lectura de su dispositivo te anuda en la misma explicación ejerciendo sobre ti este proceso de conceptualización. Con Deleuze es necesario distinguir las cuatro dimensiones de un dispositivo: curvas de visibilidad y curvas de enunciación, esto es que por ellos se aluza algo, no preexistente, sino que la misma luz le da la forma y el contenido. De las curvas de enunciación nos dice que lo son «porque las enunciaciones son curvas que distribuyen variables y porque una ciencia en un determinado momento o un género litera-

rio o un estado del derecho o un movimiento social se definen precisamente por regímenes de enunciaciones». La tercera dimensión del dispositivo, las líneas de fuerza. Esta, en palabras de Deleuze, se trata «de la ‘dimensión del poder’ y el poder es la tercera dimensión del espacio interno del dispositivo, espacio variable con los dispositivos». La cuarta dimensión: las líneas de objetivacion. Esta dimensión llevó a Foucault a la interrogante que le exigía re—abrirlos dispositivos «por su cuenta presiente [dice Deleuze] que los dispositivos que analiza no pueden ser circunscritos por una línea envolvente sin que aun otros vectores pasen por arriba o por abajo». Y es justo en ese no envolvente, donde una línea de fuerza le imprime otra movilidad y dinamismo; aquí es que puede hablar de una línea de subjetivación como un proceso. Recordemos la cita del punto V. Si Agamben nos llevó a un recorrido genealógico para golpear la actualidad con el martillo de la crítica, Deleuze nos lleva por el movimiento actualizado para pensar la línea de subjetividad como un acontecer que rompe con antiguos dispositivos y nos proyecta en un «ir siendo, lo que llegamos a ser, es decir, lo otro, nuestra diferente evolución».

VI «¡Sí! ¡Sé de dónde procedo! Insaciable igual que la llama Ardo y me consumo. Luz se vuelve cuento cojo, Carbón cuanto dejo: No cabe duda que soy una llama.» Nietzsche – La Gaya Ciencia «Se creía uno en puerto seguro, pero se encuentra lanzado ahora en plena mar» Liebniz Continuar este camino muchas veces bifurcado, donde cada paso que damos está 89


En construcción

conformado por cientos de huellas que ya nos preceden y que se muestran cuando nos aluzan nuestras interrogantes dando lugar a nuevas interrogantes que se abren como horizontes no muy definidos que empezamos a pincelar con el caos de la energía vital del inquirir. Y entonces se muestra el peso del sujeto, cae por la fuerza bestial: usar una red que lo muestre en la superficie del saber ha sido la pretensión de los últimos dos siglos, red de saberes aún dudosos de ellos mismos, saberes que escinden y cercenan al sujeto y mandan al fondo los impensados. Cada una de las líneas que se diluyen en la sustancialización del sujeto nos puede enunciar, vía ojo discursivado, palabra que nos habla, en los mismos rediles de lo posible. El espacio de lo posible como el depositario del manejo de las fantasías: los gurús, consejeros, consultores, terapeutas nos dan la ficha para la sauna de penas y relucir felices y alegres, como un nuevo nacimiento. Que se sigan moviendo las aguas, que reflejen la belleza del horizonte, nosotros seguimos en la barca sin mojarnos. Y nos atrevemos, sí, a vernos en el borde, hacia las profundidades pero nuestro ojo está domesticado, nos deslumbramos con nuestra imagen y se vuelve imposible saber que el mar se mueve por otras pasiones, tan nuestras. Nuestra quietud de improvisto se abre: una arruga, una marca, un impronunciable e inaprensible nos emerge, que indómito jamás se normativiza; salen cual lágrimas en nuestro gesto doliente apenas para no mostrar tristezas. Sale y cae al mar, se recubre y llega enunciando el enlace de nuestro sentir con estas pasiones que aguardan. Y aquí y sólo quizá aquí devenga tormenta, maremoto que irrumpe la quietud de la belleza reflejada en las constantes curvas que nos muestran mínimas perturbaciones de la idea de un sí—mismo. La subjetividad es un acontecimiento indomable. Los familiares de desaparecidos, los movimientos pro—derechos de las mujeres, las comunidades que defienden sus recursos naturales, los grupos estudiantiles que defienden o luchan por la autonomía de sus universidades, todos ellos abiertos por la ignominia de las ins90

tituciones sostuvieron el grito para hacerlo relacional e irruptor. Que se abran los dispositivos en este ser—siendo, acontecer—aconteciendo. Referencias de imágenes: [Fotografía de mujer en piscina]. (s.f). Recuperado de: http://intellectualempathy.wordpress.com/2011/04/13/medicating-empathysubjective-subjectivity-critical-theory/ Clair, E. (2010). Portrait au manteau noir [Pintura]. Recuperado de: http://analyse-ontologique.com/onfray-sive-camus/ Gilles Deleuze en imagen recursiva [Fotografía]. (s.f.). Recuperado de: https://redaccion.lamula.pe/2014/01/18/deleuze-de-sombra/ victorruizvelazco/ [Fotografía de Michel Foucault]. (s.f.). Recuperado de: http://revista. escaner.cl/node/6690 [Fotografía de Judith Butler]. (s.f.). Recuperado de: http://cfhutrecht2013.com/judith-butler/ Minerva (s.f). [Fotografía de Roberto Esposito]. Recuperado de http:// www.revistaminerva.com/articulo.php?id=356 Bibliografía: Butler, J. (2001) Mecanismos psíquicos del poder. Ed. Cátedra, Madrid. Deleuze, G. et al (1989) Michel Foucault, filósofo. Ed.Gedisa, México. Esposito, R. (2009) Comunidad, inmunidad y biopolítica. Ed. Herder, España. (2011) El Dispositivo de la persona. Ed.Amorrortu, Buenos Aires. Foucault, M. (2010) Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas. Ed. Siglo XXI, México. (2001) La hermenéutica del sujeto. Ed. Fondo de cultura económica, México Morales, H. coor. (1996) Escritura y psicoanálisis. Ed. Siglo XXI, México. Onfray, M. (2011) Política del rebelde. Ed. Anagrama Colección Argumentos, Barcelona. Sloterdijk, P. (2011 2da ed) En el mundo interior del capital. Para una teoría filosófica de la globalización. Ed. Siruela, Madrid. Recursos electrónicos Agamben, G. ¿Qué es un dispositivo? En http://www.revistasociologica.com.mx/pdf/7310.pdf Arquieta, C. Martínez Treviño, B. Reificación, reconocimiento y grupalidad En http://parteideas.wordpress.com/2013/06/21/reificacion—reconocimiento—y—grupalidad/

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PsicoanalizARTE Lo ominoso en el amor shakesperiano Por Osvel Becerra

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acques Lacan, el seminario de Alexandre Kojéve y los compañeros asistentes remodelaron la década de los treintas y a la vez mostraron la pertinencia de concurrir amistosamente a escuchar a un profesor y la permanencia que requiere la disposición para un seminario que particu¿Qué vemos cuando larmente pautaría un recomienzo filosófico, vemos? Cuando algo que que comenzaría a ser el emerge, que parece prove- preámbulo para el trasnir de una válvula de esca- cender de un maestro, pe, como en la obra cuando y sería la muestra de los pilares caen y que al de- una camaradería y su organización, ésta últirrumbarse proveen material ma fundamental para y por ser aquel material a la cerrar el final de una vista en forma gaseosa pero década y el comienzo indudablemente dispersiva de otra con una ensecomo solo el polvo puede ser ñanza. La década de los y por eso no es posible ver el treintas para el munpanorama con claridad es do junto con Jacques donde se muestra lo oculto Lacan cambió con un que se encubre bajo una pila bombazo del impacto de humo que engatusa por hegeliano. En el año de 1936 durante la presenunos instantes a la vista y tación del estadio del sus sentidos mostrando un espejo sería notoria la lado original que cayó, que inf luencia de Hegel está cayendo y al fin cae pero para precisar en Freud en tanto discurre los atentos el narcisismo de 1914 y a la pulsión de muerte podrán ver que un derroque de 1920 que a su vez enseña (eso) que es siniestro mostraría la imperiosa y que a nuestra fragilidad necesidad de un singupone a prueba en cada vez lar relevo; es decir que que eso ominoso rompe con lo al tiempo de inventar al estadio del espejo que estamos acostumbrados.» el psicoanálisis veía el

ocaso de Freud y de un freudismo que únicamente Lacan pudo retomar. La familia es un asunto que Lacan trataría en 1938 con base en la vida mental del nene hasta al anciano posteriormente se sacaría de allí el concepto de la inter—acción para hablar de eso que pasa entre—hacía—el—interior. En otras palabras eso que pasa allí dónde se lava la ropa sucia. Se distinguen entre las familias los conceptos de instinto, grupo y animal. La familia no es igual a grupo ni tampoco son llevados de la manita por un instinto ni tienen comportamiento ni son como animales sino humanos entre acciones familiares que al interior de una casa convergen que no es lo mismo decir casa que Iglesia, ni escuela con casa, cada una tiene sus características familiares.

El caso del amor de Julieta por Romeo Romeo está enamorado de Julieta desde mucho tiempo antes que Julieta siquiera le conociera, eso está en la literatura y en el cine. Para prueba basta ir a la obra de teatro y leer el libreto, allí se mostrará que Romeo dedica tanto tiempo a estar a solas pensando en aquella dulce rosa que conoció sabrá Dios donde porque Shakespeare no lo dice y tampoco Baz Luhrmann. Sin embargo éste último si muestra a un Romeo poeta, vuelto loco de amor, con padres preocupados y un amor que ama a muerte y aún no le conoce ni el nombre, ni se imagina que sea lo siniestro. Lo siniestro de la historia de amor de Romeo (Plus) Julieta es lo familiar, es decir que nuestra Julieta (Júpiter) aún no conoce a quién con quien la constelación estaría completa. Es decir que Shakespeare muestra subyacentemente una historia que es sinónimo de la creación de la familia junto a un relato estelar en donde también deja ver la creación familiar de los planetas. Con ello tenemos una narrativa astrológica en 91


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Shakespeare sin contar cuan astronómica es la obra teatral. Romeo no es otra cosa que el amor y Julieta no es otra que Júpiter. Venus que por intercesión de Mercurio se protege de ser visto por la luz del Sol, es llevado en un teatro estelar a conocer a Júpiter. La escena del baile en dónde Romeo disimula honestamente ser «el real gentil que gentil real no es» (para esa casa) es el símbolo shakesperiano por excelencia para mostrar que la triada estelar Mercurio—Venus—Júpiter está operando en la Tierra pero únicamente con la anticipación de Mercurio que pasara a tapar al sol con un dedo para que el amor y la muerte se encuentren. El Sol que en nuestra cosmogonía se encuentra lejísimos de una Tierra redonda, dentro de un espacio en expansión a causa de una inflación cósmica no es el mismo que en época de Shakespeare en dónde el astro rey era aún romano y considerado un titán respetado por los eruditos y conocido como Helios también será personificado en el arte como «el medio día» que no es otro sino aquel que dispara el fuego de la vida pero también aquello que para Shakespeare simbolizaría como la luz. Así comienza la cosmogonía familiar en la obra de Shakespeare, teniendo una sincronía estelar divina, que conlleva a la muerte de los 92

primigenios de dos familias. En la época de Shakespeare aún la tierra era plana y el centro del universo, el discurso científico no imperaba ante el discurso inquisitivo y no había medios de comunicación instantánea como lo es la(s) Internet entonces entendamos a un Shakespeare poeta, dramaturgo, astrologo y astrónomo que transmite en su obra una historia de la creación del universo familiar para quien pueda ver. Julieta no está al tanto de Romeo sino hasta la noche del baile, como antes mencioné, no había manera de que Julieta conociera a Romeo en la obra teatral sino es por la disimulación honesta de Mercurio que pasaría a tapar al sol con un dedo a través de un baile que Baz Luhrmann retrata muy bien a continuación del libreto. Si no me equivoco es también quien le hace ingresar en la casa de los Capuleto, lo cual no es otra cosa que la penúltima casa antes del Sol. Infinidad de analogías con los astros, los planetas y las casas estelares van a estar alrededor de la obra. Julieta se enamora del siniestro, de aquel a quien su familia odia ella sería el reflejo amante. Ahora bien en Durkheim podríamos encontrar algo similar en sus historias de la familia romana y otros estudios sobre la creación o un esquema de árbol genealógico, etc. El asunto aquí árbol o no, es que las ramas están peleadas por el regimiento del odio, únicamente podría


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haber una familia y esa familia no puede ser «de dos que hacen una» y entonces mueren las dos. Mientras tanto en Julieta podemos rastrear un tiempo en donde lo ominoso, lo familiar es lo que impera. Hay un Romeo amante de aquella que conoce íntimamente, pues su familia y la de ella están tan atravesadas por el odio que la conoce tan de cerca y a la vez tan lejos pues está una Julieta fuera de escena, fuera de foco, no conoce a Romeo. Para el en ese entonces ella está hecha únicamente de familia Capuleto, que hasta donde sabemos en aquel momento de la obra, es la familia odiada por los Montesco y están peleados a muerte. Imaginemos que tan siniestro fue para Romeo darse cuenta que ama a aquella a quien le debe todo odio, esa escena para Romeo es tan siniestra que se vuelve familiar. Tenemos hasta este punto de la obra, una Julieta que se ex pecta para el lector y para el espectador de teatro que espera conocer a aquella que le rompió la coraza al odio pero no es hasta dentro de varias escenas más que aparecería y encontraría en Romeo a su odiado enemigo, a su par perdido, a lo faltante, a lo que no había conocido hasta ese entonces, a eso que irrumpiera con lo cotidiano, a eso real del amor milagro. Julieta queda atrapada en el panteón de su nombre, al ser la más desdichada, perdida y loca enamorada por amar aquel a quien no podía. Pero subrayó, de Julieta no se dice que no podía amar a Romeo ante los ojos del Padre, lo amaba muy a su pesar, ese asunto ni siquiera le concierne al padre, él sabe que está perdido, no sabe exactamente como pero nosotros los lectores si lo sabemos y desde ante por qué nosotros sabemos que Julieta renunció al nombre del padre. Ese asunto en Shakespeare viene teatralmente a mostrar que Julieta lo que no podía amar, era al amor. Romeo queda prendido una vez más en aquel baile, del amor que ya le precedía desde hace mucho tiempo por la joven Julieta que vio dos veces hasta entonces, una que no sabemos cuándo y otra que sabemos fue en el baile. Queda la duda sobre el porqué Shakespeare no muestra

cuando fue que vio Romeo a Julieta pero si sabemos que Romeo enloqueció de rabia ante la vida por hacerle amar a una mujer que en su familia no se permite amar y sin embargo no tardó mucho en trocar el odio en amor. Freud conoció otro amor y por eso dio esa alusión a un teatro del Edipo que no es otra cosa que un esbozo, un breviario, un hipervínculo a la Grecia clásica pero recordando al viejo joven Freud fue en el teatro inglés del siglo 16 en lo primero que buscó un histológico sentido familiar, bucal, filial, sexual, amoroso, pasio—lógico y a fin de cuentas amor maternal, alma matter otrora los radicales de Freud irían en esta línea retrospectiva a prospectar un regreso a la placenta y en lo que respecta al sentido perdido de aquel porque del odio en Capuleto + Montesco, otros iríamos a encontrar no otra mejor causa de ser del odio que por la extrañeza que suscitaba el amor de dos enamorados por consecuencia de una muerte prematura en la cosa arquetípica de las dos familias. Referencias de imágenes: Becerra,O. (s.f), [Collage de la película Romero y Julieta]

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Licenciado en Parentalidad Por Iván Guerrero Vidales (gv.ivan8@gmail.com)

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i para ejercer la labor de padres se requi- 4). Por otra parte, se menciona que en México rieran licencias, como si ésta fuera una ha existido una revolución demográfica (Lanprofesión, ¿Cuáles serían sus alcances? dry, en Zorrilla Arena 2003, pg. 51—52) que en el trabajo más costoso, demandante, y qui- puede dividirse en tres momentos: 1) antes de zá más trascendente de la vida humana, ¿Lle- 1910, el crecimiento de la población era de un gará el día en que digamos, me régimen primitivo, los medios he licenciado para ser padre? de subsistencia controlaban Se necesita el existirán vastos motivos para totalmente a dicha población, surgimiento de una la cual no tiene ningún tipo de argumentar que la decisión de nueva parentalidad, preferencia sobre la producción ser padres debe ser totalmente libre, el instinto maternal y el una nueva forma y se reduce a lo existente; 2) de constructo paternal no debieran de «ser padres ».Un 1921 al presente, subsiste un réverse limitados por decretos gu«nuevo padre» gene- gimen demográfico intermedio, en donde el interés de los indivibernamentales ni por prácticas ra un «nuevo hijo», duos y los grupos por conservar de instituciones privadas que los capaz de hacer frente su «nivel de vida» determina en promuevan; no obstante, también está la idea, quizá bizarra o adea los nuevos retos de forma directa el crecimiento de la población al influir sobre el lantada a nuestros tiempos, de la vida.» matrimonio, el número de hijos ejercer esta labor bajo precisas está en función de la posición social y económica circunstancias que favorecerán no solo a los padres, sino específicamente a su descendencia individual; 3) la época moderna, la «revolución con miras a su desarrollo pleno. La educación, demográfica», caracterizada por una disminuen esencia, debe cubrir los espacios que distin- ción en la fecundidad, la cual provoca que los guen, a la vez que unen al individuo y la sociedad, cambios demográficos no se ajusten a una ley a través de las prácticas familiares. de población. Existe una procreación limitada Desde las últimas décadas del siglo XX irracional, determimuchas personas de ambos sexos mostraban nada por el máximo indisposición ante el control y restricciones beneficio de los hijos que imponía la familia, ya que los considera- de la comunidad. ban «oprimentes», «explotadores», «injustos» En esta línea y «limitantes», que atentan contra sus «derechos de desarrollo, y de de autonomía y felicidad»(Cebotarev, 2003 pág. acuerdo con Zorri6); por supuesto, habrán de considerarse los lla Arena (2003, pg. regímenes a los cuales se encontraban sujetos 57), a medida que se en el siglo previo;el mismo autor expone que en logran niveles de vida aquellos años, Norteamérica era una sociedad y se crean las condiagraria, los hijos eran el capital humano con el ciones necesarias cual contaba la empresa para subsistir (2003, pg. para la adquisición y 94


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disfrute de los avances culturales, la población planea su familia en función directa del mayor beneficio de los hijos. El problema parece ser el que profetiza la obra de ficción publicada hacía el año de 1932, Un Mundo Feliz, en donde Aldous Huxley expone que llegará un momento en el cual las familias desaparecerán debido a su carácter inestable, limitante, prohibitivo y miserable, dado que es en este seno en donde la locura se instala y ejerce a través de sus miembros. Y si la familia representa esto en nuestro mundo, en primera instancia ¿Cómo no dar sentido a los altos índices de violencia familiar? Una nota periodística del año 2012 nos habla de una cifra desesperanzadora: el 60% de los menores de 14 años padecen de violencia, siendo que en la mayoría de los casos, son los mismos padres quienes atentan en contra de la integridad física y emocional de los menores; en la misma fuente, se menciona que seis de cada diez menores sufren acciones violentas, siendo que en un 47% de los casos la responsable fue la madre, y en un 29% el padre (Olivares, 2012 abr. 16). Adicionalmente, se estima al año 2010 que existen 21.4 millones de niños, niñas y adolescentes que viven en situación de pobreza (UNICEF y CONEVAL 2013, pg. 31); en el tema de pobreza extrema, para el caso de la población de 0 a 17 años, se encuentran 5.1 millones de personas (2013, pg.33).

Sin duda, bajo las circunstancias descritas, la familia, lejos de ser un lugar de protección

y regocijo ante los peligros del mundo, resulta ser una zona minada, un riesgo constante. ¿En dónde queda situada la planeación para lograr la operatividad familiar? ¿Qué hay sobre la idea de que en medida que avanzamos como sociedad, los problemas sociales deben ir disminuyendo? ¿Por qué parece que esto no sucede en un alto porcentaje de las familias mexicanas? Ser insensibles a la circunstancia de vulnerabilidad de los menores, a la vez de aclarar que esta condición puede incrementarse debido al descuido hacia los infantes, a la irresponsabilidad y desapego de las funciones básicas de un padre, puede generar un cuadro de afecciones físicas y psicológicas (ver Guerrero Vidales, 2013 pp. 50—52). Estos deberían de ser algunos de los principales temas a tratar cuando se habla de parentalidad, la cual se entiende como aquellas actividades desarrolladas tanto por la madre como por el padre en el proceso de cuidar, socializar, atender y educar a los hijos e hijas (ver Figura 1). Es un proceso biológico y psicosocial (Bornstein, 1995, en Cebotarev 2003, pg. 9), que perfila a la familia como un «proceso» dinámico que provee el sostén necesario para las «vivencias humanas», para que los procesos de reproducción humana y social (nacimiento, crecimiento, socialización, maduración, envejecimiento, etc.) se desarrollen normalmente, y para que las actividades que se dan en el grupo familiar sean vistas como «prácticas» de sus diferentes integrantes (Coontz, 1987; Cebotarev, 2001, en 2003 pg. 4). De este modo, la parentalidad, ejercida por los padres de familia «en familia», puede entenderse como el medio hace posible la integración del individuo en la sociedad;que es un fenómeno en constante cambio y ajuste a nuevas exigencias sociales; que a la vez de enfrentarse a demandas cada vez más adversas se hace más necesario la puesta en acción de estrategias, como un mayor involucramiento afectivo, participar responsablemente en todas las actividades de los menores, la estimulación del desarrollo psíquico, espiritual, ético y valórico, integrar al menor al mundo incentivando el trabajo, a la vida pública.Por este motivo, 95


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las nuevas familias deben educarse, sea cual sea el estatus socioeconómico. Se necesita el surgimiento de una nueva parentalidad, una nueva forma de «ser padres ».Un «nuevo padre» genera un «nuevo hijo», capaz de hacer frente a los nuevos retos de la vida. Ahora, ésta nueva forma de ejercer la parentalidad, ¿Debe necesitar una licencia? ¿Una preparación previa? En verdad, ¿Podría sonar contra—natura esta idea, y no los actos que recién se han detallado, y que devastan hasta el alma humana más frívola? De inicio, una licencia para ejercer la labor de ser padre no debiera percibirse como una limitante, más bien como una oportunidad para mejorar en nuestra humanidad, que como hemos visto, está en constante evolución. A partir 96

de esto, el Consejo de Europa ha promovido la Recomendación Rec (2006), sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad, la cual establece que el objetivo de la tarea de ser padres es el de promover relaciones positivas entre padres e hijos, fundadas en el ejercicio de la responsabilidad parental, para garantizar los derechos del niño en el seno de la familia y optimizar el desarrollo potencial del niño y su bienestar; además de proporcionar a los padres los mecanismos de apoyo suficientes para cumplir sus importantes responsabilidades en la crianza y educación de sus hijos (Martín— Quintana et al., 2009 pg. 122). Una intervención total supondría establecer dos momentos para ejercer la labor familiar: 1) la etapa de inicio y preparación para ser padres,


Quid: Licenciado en Parentalidad

y 2) la etapa de mantenimiento y desarrollo de la labor de ser padres.A modo de preparación, tal y como expone el Consejo de Europa (2006, pg. 5), se deben 1) crear las condiciones necesarias para el fomento del ejercicio positivo de la parentalidad, garantizando que todas aquellas personas que han de educar niños tengan acceso a los recursos adecuados (materiales, psicológicos, sociales y culturales) y que las actitudes y patrones sociales más extendidos se adapten a las necesidades de las familias con hijos y a las necesidades de padres y madres; 2) eliminar las barreras para el ejercicio positivo de la parentalidad, sea cual sea su origen y 3) la promoción de un ejercicio positivo de la parentalidad mediante la concienciación y la adopción de todas las medidas necesarias para hacerlo efectivo. Esto quiere decir que se necesitan emplear programas de educación para personas que desean iniciar una familia; y con la intención de mantener una relación positiva entre padres e hijos, programas destinados a eliminar el abandono, el abuso de menores, la violencia física y psicológica (humillaciones, tratos degradantes, etc.). Para el ejercicio de estas prácticas parentales, se cuentan con modelos de formación de padres (académico, técnico y experiencial), además de programas educativos (de primera, segunda y tercera generación) con objetivos muy bien delineados, y que pueden servir para la mejora familiar (Martín—Quintana et al., 2009). La

cuestión aquí es que éstos programas formen parte de una preparación obligatoria, previa y durante la labor de ser padres, esto es, que los adultos asistan y cursen de manera aprobatoriae intencionada, una serie de módulos que fomentarán la reflexión y el análisis personal, el desarrollo de recursos y competencias personales y sociales que les permitan afrontar situaciones adversas que seguramente se presentarán durante su experiencia de vida como padres de familia. Lo importante de que estos programas formen parte de la parentalidades que se tendría la posibilidad de disminuir el riesgo al que se enfrentan los infantes en cuanto a que los padres no cuenten con información básica sobre cómo reaccionar a sus necesidades, cómo ayudarlos a que se desarrollen plenamente; además de promover la planeación familiar (el estatus socioeconómico, cuestiones de empleo, de recursos biológicos—psicológicos—sociales) y la orientación en pareja (sobre el propósito de vida de cada uno, los deseos, necesidades, expectativas), que en conjunto, ofrecerá un panorama mucho más claro sobre cuándo es el momento más óptimo para tomar la decisión de ser padres, y sobre cómo ejercer su labor de la mejor forma posible. Es individual y socialmente preferible una legislación educativa que acompañe a la familia en la travesía del ciclo de la vida; que mitiguelas sensaciones de frustración, ansiedad o demás

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emociones negativas; que reduzca los problemas sociales mayores como la negligencia o maltratos hacia los infantes, los embarazos no deseados, los niños abandonados a temprana edad o aquellos que se encuentran en situación de calle debido a que las familias no cuentan con los recursos, ni con la atención, ni con la planeación de vida adecuada para el desempeño de su labor como padres. Aquí reside el éxito de la familia, en la educación. A modo de reflexión ¿llegará el día en que digamos, me he licenciado para ser padre? ¿Cuántas barreras se habrán de romper para que se integren a la vida cotidiana estos programas de desarrollo social? Bibliografía: Cebotarev, N. (2003). Familia, socialización y nueva paternidad. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, julio—diciembre. Recuperado desde http://www.redalyc.org/articulo. oa?id=77310202 Consejo de Europa (2006). Recomendación Rec (2006) 19 del Comité de Ministros a los Estados Miembros sobre políticas de apoyo al ejercicio positivo de la parentalidad. Recuperado desde http://ccompartida.com/ download/recomendacion—rec—2006—19—del—comite—de—ministros—a—los—estados—miembros—sobre—politicas—de—apoyo—al—ejercicio—positivo—de—la—parentalidad/ Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (2013). Pobreza y dere-

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chos sociales de niñas, niños y adolescentes en México, 2008—2010. Recuperado desde http://www.unicef.org/mexico/spanish/UnicefPobreza_web_ene22(3).pdf Guerrero Vidales, I. (2013). No hay salud porque hay pobreza, hay pobreza porque no hay salud. Revista Sui Generis, (22), pp. 50—52. Recuperado desde http://www.suigenerisfapsi.com/revista/22vo_Final.pdf

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Entre MEMOrias y locura Por Taeko Jiménez y Guillermo Rocha

Tan cerca de los libros y tan lejos de las personas Por Guillermo Rocha

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e esas veces que estamos más cerca de los libros que de las personas, de los pacientes. De esas veces que me acuerdo de esa parte de la película «Mente Indomable» «Si te pregunto por la guerra probablemente citarás algo de Shakespeare: De nuevo en la brecha amigos míos. Pero no has estado en ninguna guerra, nunca has sostenido a tu mejor amigo entre tus brazos esperando ayuda mientras exhala su último suspiro. Si te pregunto por el amor, me citarás un soneto, pero nunca has mirado a una persona y te has sentido vulnerable, ni te has visto reflejado en sus ojos. No has pensado que Dios ha puesto un ángel en la tierra para ti, para que te rescate de los pozos del infierno, ni qué se siente al ser su ángel y darle tu amor y darlo para siempre y pasar por todo, por el cáncer. No sabes lo que es dormir en un hospital durante dos meses tomando su mano porque los médicos vieron en tus ojos que el término “horario de visitas” no iba contigo. No sabes lo que se significa perder a alguien, porque sólo lo sabrás cuando ames a alguien más que a ti mismo. Dudo que te hayas atrevido a amar de ese modo. Te miro y no veo a un hombre inteligente y confiado. Veo a un chaval creído y cagado de miedo.» Trabajar en un hospital psiquiátrico tiene sus particularidades, pasar los días y noches experimentando situaciones de altos índices de estrés no es cualquier cosa, ningún libro ni lectura especializada nos prepara para tal situación, la sensación constante de situaciones de

riesgo y la siempre sorprendente manifestación de la psicosis son el marco del trabajo diario. Mis primeros días de trabajo con pacientes internados en el psiquiátrico fueron complicados, cuando recién empezaba era de esos, que por cierto hay muchos, que se refugiaban en los libros, que conocía la mayoría de las lecturas y utilizaba palabras y frases complejas, parafraseando la obra de los autores más famosos, como si eso me hiciera sentir que las podía y me las sabía todas. Ahora, trece años después, he comprendido en que era una forma de refugiarme, de conformarme y recorrer los caminos de otras personas, esas que escriben y que intentaron algo nuevo. Esa postura «intelectual» me duró y me sirvió muy poco, bastó presenciar e intervenir con el primer paciente suicida, un hombre de unos 45 años que llevaba un par de días de haber ingresado a la clínica debido a un severo cuadro depresivo, cuando recién llegó se mostraba aislado, callado y hasta cierto punto temeroso, comía poco y pasaba las noches sentado en la orilla de su cama sin dormir, a pesar de que recibía grandes dosis de antidepresivos, no era suficiente. Con el paso del tiempo aprendí que el medicamento ayuda en algunas cosas, pero no quitaba los recuerdos ni borraba las historias, y este hombre tenía muchas y muy dolorosas. La situación fue algo impactante, bajé a su habitación para buscarlo porque había pasado un rato sin verlo y lo encontré semi—inconsciente, rodeaba su cuello con unos cuantos calcetines que simulaban una cuerda, se colgó de la chapa de la puerta, y aunque la altura no era signifi99


Entre MEMOrias y locura

cativa, su peso hacía la presión suficiente para cortarle la respiración. Mi primer reacción fue deshacer el nudo, obviamente el contrapeso y lo bien elaborado que estaba, lo convertía en una misión imposible; sólo me quedó hincarme juntó a él y sujetarlo para levantarlo mientras gritaba lo más fuerte que podía, buscaba a Pedro, un enfermero con el que compartía la mayoría de las guardias. Pedro bajó corriendo y enseguida fue por unas tijeras que nos sacaron de ese apuro, o al menos eso pensaba… Lo que siguió me ha marcado profesional y personalmente, el hombre de aspecto duro y fortachón pedía a gritos y suplicaba que lo dejara morir, que era su decisión y que al fin y al cabo un día lo lograría. Las cosas salieron bien porque no lo volvió a intentar. Esa noche, al salir de mi turno, repasaba mentalmente los escritos y las lecturas revisadas en la carrera, nada era suficiente, comprendí que mi trabajo iba más allá de analizar libros y casos que otros habían trabajado, comprendí que el lugar de quien habla de las lecturas y presume su noviazgo con alguna propuesta teórica no era para mí, entendí que mi camino 100

era abrir una brecha y acompañar a las personas que por alguna situación la han pasado mal. Elegí el camino solitario, el que casi nadie recorre pero casi todos critican. Hasta hoy el balance es satisfactorio, definitivamente sigo en el camino, ahora no voy tan solo, existe una nueva generación de terapeutas que se atreven y que se arriesgan, una generación que me ha acompañado en la creación de un programa de atención a urgencias psicológicas y que han hecho de él una opción que contiene y algunas veces sostiene a aquellos que más lo necesitan. Referencias de imágenes: [Fotografia de hombre caminando]. (s.f). Recuperado de http://blogs. arynews.tv/a-call-for-role-reversal-please/

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