Revista SuiGeneris #30

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Publicación Gratuita

ISSN: 2007-3119

Abril-Mayo-Junio 2014, Año 6 Número 30 www.SuigenerisFapsi.com

Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología


Contenido 1 EDITORIALES: “Lecturas éticas sobre el sujeto moral hoy y la práctica profesional en psicología” Por María José Sánchez Vázquez 6 EDITORIALES: “¿Perdón? ¿Mande?” Por Arlene Bayliss

Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León

9 EDITORIALES: “¿Pueden las sociedades llegar a ser patológicas?”

Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector

Por Violeta Mendoza

Ing. Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Dr. Ubaldo Ortiz Méndez Secretario Académico Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones

Por Veronika Sieglin

13 EDITORIALES: “Neuroética: las neurociencias y sus dilemas éticos” 16 EDITORIALES: “Oxitocina, ¿Una molécula moral?” Por Diana Caballero-Hernández

19 EDITORIALES: “Ética burócrata y cosas peores” Por Carlos David de la Garza Tolentino

21 EDITORIALES: “Hacia una inclusión de las relaciones de poder en los textos «Éticos» de Foucault” Por Ramón Chaverry 24 DIL INTRO DE LA FAPSI: “40 aniversario de la unidad de servicios psicológicos” Por Gerardo López Almanza y Marcela Espinosa Sáenz 25 DIL INTRO DE LA FAPSI: “Consenso psicoanalítico: «Lo corporal» con revista lúdica” Por Redacción Sui Generis

Dr. José Armando Peña Moreno Director de la Facultad de Psicología

25 DIL INTRO DE LA FAPSI: “Presentación del libro «Focault ante Freud»”

Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica

26 DIL INTRO DE LA FAPSI: “Encuentro de investigadores y comunidad académica 2014” Por Redacción Sui Generis

Mtro. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Subdirector Administrativo

27 DIL INTRO DE LA FAPSI:” Mesa de debate «paternidad, maternidad y nuevas familias: problemáticas actuales»” Por Gerardo López Almanzas

Dra. Blanca Idalia Montoya Flores Subdirectora de Proyectos Educativos y Asistenciales

29 TEMA CENTRAL: “¿Qué emociones experimentas cuando mientes?”

Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Manuel Guadalupe Muñiz García Subdirector de Investigación Omar Méndez Castillo Editor responsable Iris Reyes Escobedo Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. Comité editorial César Tóvar Jefe de Redacción Monserrat Reyes Luis Coronado Prestatarios de servicio social Equipo de Redacción Ramiro Ruiz Castillo Diseño Framelova Diseño web Jonatan Olvera salvador Director Creativo FRAMELOVA Diseño de portada Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com

Por Lucero Oasis Botello Torres

28 DIL INTRO DE LA FAPSI:”Señorita psicología 2014”

Por Gerardo López Almanza

Por Dra. Claudia Castro Campos

34 TEMA CENTRAL: “La «Otredad» como propuesta de ética feminista en la investigación” Por Pilar Albertín Carbó 38 TEMA CENTRAL: “Libertad y evolución” Por Marcel Cano Soler 44 TEMA CENTRAL: “La ética en la investigación” Por Mtra. Martha Roberta Garza Tamez

47 LA ENTREVISTA: Entrevista al Mtro. Andrés Ollero 51 LA ENTREVISTA: Entrevista a la Mtra. Maribel Sáenz Elizondo 53 DOSSIER: “Reseña de la jornada clínica” por Redes Equipo Interdisciplinario. 54 DOSSIER: “Caracterización de la violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia” Por Centro Universitario de Salud, UANL: Sánchez, J.G., Martínez, R., Hernández, U., Méndez, E., González, M., Bernal, E . 59 DOSSIER: “El estrés” Por Alejandra Maltos 61 DOSSIER: “Superman, del superyó al súper hombre” Por Rafael E. Dávila Medellín

64 PSIQUECINEMA: “Dilemas éticos y doble moral”. «El crimen del padre amaro » Por Karla Ivalisse Perales Herrera 68 ESTANTE: “Entrevista con el doctor José Moral de la Rubia” Por Iris Reyes, Omar Méndez

72 MAKTUB: “Estoy enamorado de ti” Por Luis Coronado Alonso 75 EN CONSTRUCCIÓN: “El devenir grupal como proceso de subjetivación ético—político” Por Baruch Martínez Treviño 80 QUID: “La utilidad del pecado” Por Iván Guerrero Vidales 83 ENTRE MEMORIAS Y LOCURAS: “40 Aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos” Por Guillermo Rocha

SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 6, Nº30 , Abril-Mayo-Junio 2014. Es una publicación trimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Méndez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 30 de Junio de 2014, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2013 suigeneris.psi@gmail.com


Editoriales Lecturas éticas sobre el sujeto moral hoy y la práctica profesional en psicología

Por María José Sánchez Vázquez | mjsvazquez@psico.unlp.edu.ar; mjsanchezvazquez@hotmail.com

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bordar el acto profesional del psicólogo y su relación con el sujeto moral nos introduce, desde el punto de vista ético, en las cuestiones de la moralidad en este fin— principio de siglo. Las profesiones son parte protagonista hoy del ámbito de lo público, por ello quienes las ejercen no pueden desatender las nuevas formas histórico—culturales de pensar a los sujetos, sus acciones, relaciones, entorno y las problemáticas que este entramado comporta. En este cuadro de situación, adquiere relevancia la formación y el ejercicio profesional del psicólogo en base a las siguientes formulaciones centrales: por un lado, ¿a qué sujeto ético nos

enfrentamos en la agenda moral actual? y, por otra, en este contexto presente, ¿qué consideraciones éticas y deontológicas tendremos en cuenta al desempeñar nuestro rol profesional sobre otros? El artículo propone avanzar sobre estas preocupaciones contribuyendo al ejercicio de una práctica sensible a las demandas presentes, y atenta a la realización de una vida más digna y justa.

El escenario post: agenda y sujeto moral El tiempo que como sujetos sociales nos toca atravesar –amplia y vagamente denominado post– «no es tanto una época signada por algún destino, sino una época resignada a no tener ningún destino. Es decir, un simulacro de época» (Cullen, 1995: 152). Esta afirmación trae la cuestión del sujeto ya alejado de los grandes ideales del proyecto moderno, sintetizados en el progreso, el bienestar y la superación, e inmerso en un nuevo horizonte, signado por la incertidumbre, lo paradójico y lo contradictorio. Presenciamos, en términos de Lyotard (1989), la destrucción del proyecto moderno pero, a la vez, la simulación de realizarlo. Si bien es cierto que el hombre ha dominado sobre todo y ha conquistado su entorno gracias a la sofisticación de las ciencias y las tecnologías, ello no le ha traído ni mayor felicidad ni más justicia, ni –mucho menos– el bienestar pretendido. Así, «el malestar en la cultura» –aserto freudiano– permanece siempre presente (Miller, 1998). Como psicólogos, construimos un conocimiento que no es ajeno a estos fenómenos epocales. Pensamos aquí en todos los acontecimientos que la humanidad viene presenciando durante el siglo XX y entrado el siglo XXI. La agenda mundial ha sido renovada por inusitados acontecimientos hasta hace unos años poco 1


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imaginables: acuciantes situaciones medioambientales a nivel planetario (cambios climáticos, excesiva polución, degradación de los ecosistemas, destrucción de hábitats por los avances industriales, basura espacial); serios problemas demográficos (irregular distribución poblacional, superpoblación, inversión de la pirámide poblacional, extensión de la vida cronológica sin expectativas de calidad de vida; hambruna mundial); temidos conflictos socio—culturales (ruptura del orden político e institucional, hostilidades entre Estados, genocidios, luchas despiadadas entre etnias y comunidades); también, fenómenos económicos avasallantes (globalización del mercado, maximización de la brecha ricos—pobres, híper—flexibilización laboral); por último, notables avances tecno— científicos que modifican la vida misma (nuevas formas de concepción en el inicio de la vida, el logro del mapeo genético, la posibilidad de clonación, el retraso del envejecimiento, el sostenimiento artificial que intenta evitar el fin de la vida, diferentes formas de muerte programada). 2

En síntesis, nuevos hechos se van anclando en sociedades con características muy distintas al mundo moderno de los siglos XVIII y XIX. Estos sucesos, que en principio parecen muy alejados de nuestras vidas cotidianas, afectan sin embargo las identidades y constelaciones comunitarias, familiares e individuales. Se viven tiempos de incertidumbre, de ambigüedad y de paradojas no resueltas, y estas características posmodernas son incorporadas a la vida de los sujetos y sus contextos. En este escenario post, los grandes temas morales de nuestra sociedad no han perdido vigencia: la dignidad de cada quien y de todos, la justicia social, la libertad, la posibilidad de autorrealización, el respeto, la convivencia y la solidaridad mutua, entre otros. A partir del marco proporcionado por los Derechos Humanos, estos temas toman protagonismo cada vez que una acción obstaculiza el despliegue de un derecho considerado básico. Para Bauman (2004:10), «la novedad del enfoque posmoderno de la ética no consiste en hacer a un lado las pre-


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ocupaciones morales modernas características, sino en rechazar las formas modernas típicas de abordar los problemas morales». Varía la agenda moral actual, pero no la acuciante necesidad de responder a estas problemáticas para que la vida de cada ser humano sea posible. Si los nuevos problemas a los que nos enfrenta la convivencia cotidiana reclaman la presencia de un sujeto moral —racional y razonable— que intente solucionarlos, he ahí nuestra nueva controversia: lo que hoy tenemos es una crisis de la categoría de «sujeto moral» (Cullen, 2000). Según Lipovetsky (1986; 1994), los fenómenos post mencionados se relacionan, principalmente, con las nuevas y distintas formas de individualización, procesos de personalización originales que acompañaron la lógica de la globalización actual y la pluralidad de criterios vigentes, muchas veces ambiguos. Se despliega un panorama donde reina el mínimo de coacción y el máximo de elecciones privadas libres, en conformidad con los deseos e intereses de cada quien. Según el autor, en esta lógica las instituciones se modelizan cada vez más en base a las aspiraciones presentes, legitimando así un hiperindividualismo hedonista. Estamos frente a «la era del vacío» y al «eclipsamiento del deber», tal como rezan sus ya conocidas metáforas posmodernas. Así, por un lado, y sentenciando el fin de los grandes relatos pronunciado por Lyotard (1989), aparecen las críticas al concepto moderno de sujeto. Ya no es posible considerar al sujeto en términos de fundamento inconmovible de las certezas (tal como se piensa desde el cogito cartesiano), ni pilar de la razón (como propone la postura kantiana). El sujeto y su episteme constituye ahora un campo problemático. Este análisis es iniciado por los pensadores de la sospecha —Freud, Nietzsche, Marx— (Ricoeur,

1990), a partir de una crítica al racionalismo dominante en el pensamiento de la civilización occidental. Se lleva a cabo un trabajo de deconstrucción: no hay transparencia del sujeto; él mismo es ahora, y en el otro extremo, un «sujeto quebrado» según la fórmula nietzcheriana, un «sujeto divido» en el pensamiento freudiano o un «sujeto herido» en la filosofía ricoeureana. En definitiva, nos enfrentamos hoy a un «sujeto desfondado» (Cullen, 2000), sin ningún tipo de fundamentos que lo sostenga, atravesado por todo tipo de incertidumbres, de temores y miedos, por su deseo mismo, por el lenguaje que lo habita, por las leyes del mercado y por las múltiples prácticas socio—culturales en las que está inmerso. Por otra parte, una época actual también caracterizada por el fin de una única moral con base en alguna imagen de autoridad –de Dios, de la ciencia, de la conciencia, de la naturaleza, de la razón, de la ley—. Lo que presentifica esta crisis de la moral es precisamente el advenimiento de una situación de dispersión de valores y de pluralismo moral. Las diversas axiologías en juego nos dan cuenta de que lo moral no existe per se, sino sólo como una condición existencial del hombre en sociedad. El sujeto moral es, en definitiva, un «sujeto efectivo» (Castoriadis, 2002), histórico y único, donde las expresiones de la moralidad se despliegan en acciones particulares y singulares en situación. Desde una postura de ética dialógica, la propuesta actual puede pensarse en la intención de mantener la noción de «sujeto moral» a condición de que cambien las coordenadas de referencia. Entender que ella misma es una categoría necesaria tanto como una instancia fundante de principios universales, así como de opciones evaluativas particulares. Cuestión interesante para nosotros psicólogos, puesto que es posible conservar una idea universal de 3


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dignidad pero entendiendo que siempre hay distintas y variadas formas singulares de realizarla. Esto decanta, por necesario, en la inclusión del otro próximo/extraño, en la no indiferencia, en la co—responsabilidad, en la construcción de redes mutuas y solidarias, donde la mayor coherencia consigo mismo es el cuidado del otro diverso a través del respeto, la prudencia y la justicia (Cullen, 1999; Etxeberría, 2000; Sánchez Vazquez & Biganzoli, 2013). En sintonía con estas ideas, Bleichmar (2006: 20) nos recuerda, finalmente: «No se trata de caridad sino de solidaridad, del ejercicio de una ética en la cual el abandono del semejante es siempre muerte de una parte de uno mismo, y para la cual no hay posibilidad de otra moral que aquella capaz de hacerse cargo de la supervivencia no sólo física sino también simbólica de los otros». Y así, el desafío ético también se presenta en términos de constitución subjetiva: ¿cómo construir una personalidad moral hoy que no se limite sólo al deseo de felicidad personal y que pueda moverse con una idea de lo justo para cada quien en la necesaria convivencia? Más allá de las particularidades de época, el proverbial enredo «entre la ley y el deseo» (Cullen, 1999) nos sigue habitando de un modo u otro.

La práctica ético—profesional de la Psicología hoy Las reflexiones anteriores respecto a las nuevas constelaciones en las agendas morales y sujetos post nos conducen a interrogarnos por nuestro acto científico—profesional como parte del escenario actual. El destacado desarrollo de las profesiones hace pensar hoy en su importancia en la vida pública, dado que sus prácticas tienen múltiples injerencias en la vida de los ciudadanos. El denominado «ámbito de lo público» ha sido ampliado integrando no sólo lo político, sino también otros tipos de instituciones pertenecientes a la sociedad civil: las entidades económicas, la opinión pública, las asociaciones cívicas y las ac4

tividades profesionales (Cortina, 2000). Poder pensar en una sociedad mejor, más justa, exige optar no sólo por uno de estos ámbitos sino trabajar desde cada uno. La deliberación desde una ética pública contribuye siempre a elevar el nivel de excelencia, alejando a las prácticas de la mera burocratización. Se trata de anteponer siempre un «ethos profesional» –interesado en las personas reales– por sobre el «ethos burocrático» –preocupado sólo por respetar un mínimo legal necesario–. Sabemos que la Deontología Profesional es la que define «el conjunto de los deberes que impone a los profesionales el ejercicio de su actividad particular» (López Gusmán & Aparisi Miralles, 1994:164). En tanto «deonto—lógico» significa etimológicamente «estudio sobre el deber», su objetivo específico es el de la regulación de una práctica pública —las profesiones— por parte de la comunidad disciplinar de referencia. Los códigos de ética conforman el estado del arte respecto de lo esperable normativamente y determinan, a partir de la enunciación de principios y reglas éticas, el ethos procedimental de sus integrantes. En este sentido, los códigos tienen determinadas funciones que dan marco a la legitimación de cada práctica pública. Las mismas pueden resumirse del siguiente modo: (1) cumplen una función regulativa, normatizando las acciones profesionales y tendiendo a la regulación de todas las situaciones posibles entre el profesional y otros actores de la escena social (consultantes, pacientes, investigados, estudiantes, colegas, público en general); (2) poseen una función sintética, siendo un documento que resume el


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estado del arte de la disciplina y muestra de qué modo una profesión está atravesada por los principios y valores morales de la época; y, (3) tienen una función anticipatoria, puesto que son vistos como material de referencia que pueda pronosticar situaciones eventuales originadas en el encuadre, no deseadas ni por la comunidad científica ni por los ciudadanos en general. Desde una reflexión ética crítica, hay que tener en cuenta que la existencia de cualquier normativa no resuelve al psicólogo ni a ningún profesional todos los conflictos y dilemas ético—morales que pudieran presentársele. Entre la regla ética establecida para una situación tipo y el caso particular que trabajamos habrá siempre una brecha que sólo podrá salvarse con una interpretación responsable y autónoma de nuestra parte. Por lo dicho hasta aquí, es importante considerar que, al desempeñar el papel de psicólogo, vamos construyendo y desplegando un determinado ethos profesional epocal. El concepto de ethos porta su significado desde la Antigüedad. En Aristóteles (1985) encontramos que la ética aparece etimológicamente ligada al vocablo ethos. Para los griegos, era una palabra con doble significado según se la escribiera inicialmente o con eta o con épsilon. Así, ethos significaría «morada» o «lugar habitual» en el primer caso y «costumbres», «hábitos» o «carácter» en el segundo. En la actualidad, estos dos sentidos han sido integrados. Ethos conjuga hoy la idea de que los actos habituales, nuestros modos de ser, de comportarnos, definen nuestra morada habitual, nuestro cotidiano, los contextos que construimos en interrelación con otros. Estos

modos de relacionarnos van configurando la autonomía como identidad personal y son sellos propios que cada individuo realiza como marcas en su historia vivida intersubjetivamente (Ricoeur, 2006). Podemos decir por ejemplo, que tal psicólogo es una persona responsable y entonces los encuadres en los que intervenga van a estar caracterizados por un compromiso auténtico con su práctica. A partir de la noción de ethos, tal y como la hemos definido, podemos reflexionar que el psicólogo no tendría que ser responsable sólo porque se lo dicta una regla ética; posición heterónoma, sujeta a «lo que dice el código». Fundamentalmente, su responsabilidad puede entenderse sobre todo como una marca subjetiva que comporta un rasgo de carácter; postura autónoma que le permite, en definitiva, hacerse cargo de las consecuencias de su acción como parte de sus maneras de ser.

A modo de conclusión Hemos realizado un sintético análisis de las problemáticas éticas que tocan a la Psicología hoy en los tiempos post: las cuestiones sobre el sujeto y la agenda moral actual y la configuración de nuestro acto profesional en un mundo cambiante y complejo. La necesidad de repensar la práctica psicológica desde coordenadas éticas actuales se legitima en la consideración de que nuestro trabajo es siempre con un otro. En ese espacio intersubjetivo disimétrico estar atento al trabajo con las personas reales implica una responsabilidad criteriosa, en el sentido de responder ante todo por nuestros actos profesionales, más allá de las exigencias de un rol institucional o código establecido. Ser sujetos responsables se ubica en la base de todo ethos profesional. Vale la pena, pues, concluir este apartado reconstruyendo una fórmula aristotélica. Aristóteles (1985) nos habla en su «Ética Nicomáquea» de la virtud griega por excelencia: la prhónesis (la prudencia). El prudente, en sentido griego, no es el que puede prevenir todas las consecuencias de una acción; puesto que la cadena de los efectos empíricos de un acto 5


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es potencialmente infinita. Hoy puede pensarse al prudente aristotélico como aquel que porta una disposición comprometida y reflexionante durante la dinámica de la acción; esta actitud le permite sostener de modo equilibrado: «nada en poco ni en demasía». Realiza así un juicio moral en situación, eligiendo entre lo contingente, no la mejor salida, la perfecta; sino aquel resultado del que puede hacerse cargo y reconocerse, entonces, como su autor (Ricoeur, 2003). En las condiciones de nuestra práctica profesional hoy día, frente a un yo vaciado, ejercer la prhrónesis debería ser para el psicólogo una premisa ética incuestionable. Sobre la autora: Magister en Ética Aplicada (Universidad de Buenos Aires). Especialista en Docencia Universitaria, Licenciada y Profesora en Psicología (Universidad Nacional de La Plata). Docente investigadora. Referencias de imágenes: Hraste, V. (2010). Comunicación mundial [Fotografías]. Recuperado de: http://revistareplicante.com/wp-content/uploads/2010/08/ World-Wide-Communication-%C2%A9-Vicente-Hraste1.jpeg Nizzo, F. (s.f.). Foto familiar [Fotografía de ventanas]. [Sillón tapizado de pop art]. (s.f). Recuperado de http:// humandrama2.files.wordpress.com/2008/12/307_21.jpg?w=500 [Pintura de Freud consultando mujer] (2014) Recuperado de http:// www.pedro-uhart.com/files/Dr-Freud.jpg Bibliografía: Aristóteles (1985). Ética Nicomáquea. Madrid: Gredos. Bauman Z. (2004). Ética posmoderna. Buenos Aires: Siglo XXI. Bleichmar S. (2006). No me hubiera gustado morir en los 90. Buenos Aires: Taurus. Castoriadis C. (2002). Sujeto y verdad en el mundo histórico—social. Seminarios 1986—1987. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Cortina A. (2000). El sentido de las profesiones. En A. Cortina y J. Conil (directores), El sentido de las profesiones. Navarra: Verbo Divino. Cullen C. (1995). Ética y posmodernidad. En AA.VV., ¿Posmodernmidad?, pp 147—184. Buenos Aires: Biblos. Cullen, C. (1999). Autonomía moral, participación democrática y cuidado del otro. Buenos Aires: Novedades Educativas. Cullen, C. (2000). Ética y subjetividad. Transformaciones de un campo problemático. Fundamentos en Humanidades, 1, pp 14—19. Lipovetsky, G. (1986). La era del vacío. Ensayo sobre el individualismo contemporáneo. Barcelona: Anagrama. Lipovetsky, G. (1994). El crepúsculo de deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos. Barcelona: Anagrama. López Guzmán, J. & Aparisi Miralles, A. (1994). Aproximación al concepto de deontología en “Persona y Derecho”. Fundamentación de las Instituciones Jurídicas y Derechos Humanos, 30, 163—185. Obtenido de http://hdl.handle.net/10171/12832

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Lyotrad, J. F. (1989). La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Madrid: Cátedra Miller, J. A. (1998). Patología de la ética. En J. A. Miller, Elucidación de Lacan. pp 63—87. Buenos Aires: Paidos. Ricoeur, P. (1990). Freud: Una interpretación de la cultura. México: Siglo XXI Ricoeur, P. (2003). Lo justo. Vol. I. Madrid: Caparrós. Ricoeur, P. (2006). Caminos de reconocimiento. México: Fondo de Cultura Económica. Sánchez Vazquez, M. J. & Biganzoli, B. (2013). Individualismo moral e indiferencia por el Otro. Ética y Cine Journal, 3 (3), pp. 21—27.

¿Perdón? ¿Mande? Por Arlene Bayliss

–– ¿Me pasas la sal? –– ¿Mande? –– Ja, ja, ja. h, claro, el «mande» causa gracia. Y decir «salud» después de un estornudo es demasiada educación. No me hables «de usted», me dijo un profesor. Hace años que un alumno no me llamaba «profesor» o «maestro». ¿Cómo qué «a la orden»? Un día llegué con un grupo de amigos y después de saludarlos, uno me pregunta: ¿Por qué saludas a todos de beso? Claro, mi respuesta fue un: ¿mande? Y alguien dice: es que en México son muy amables. Lo primero que viene a mi mente son los constantes regaños de mi madre diciéndome una y otra vez que a las personas mayores se les habla «de usted», no hay que ser igualados. ¿Cómo que, qué? Se dice: «mande». Si te vas a retirar de un círculo de personas, se dice «con permiso». Cuando tienes visita en casa es un «pasa, ésta es tu casa». «Después de ti», «a tus órdenes», «dígame». Expresiones que son sinónimo de una buena educación basada en el respeto, en la cordialidad y en la amabilidad. Al menos un domingo a la quincena las reuniones de la familia se realizaban en la casa de la abuela, para algunos tita, abue, abuelita, para mí siempre será abuela. Es la matriarca de la casa, es poderosa, nada de diminutivos. En su casa rigen sus reglas y en ellas ella es la reina. Todos limpiamos, todos cocinamos, todos comemos juntos y todos nos reímos. Nada de andar cada uno por su lado, se va a convivir. Cuidadito de

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contestarle a mi mamá delante de mi abuela, no hacía falta más que una mirada para saber que estaba en terreno peligroso. Es decir, no tenía salida ni opción en modales, en la forma de contestar y de dirigirme a los demás. Mis expresiones están acompañadas de esa «amabilidad y respeto». «¿Me puedes traer un café, por favor?», «Perdón, te encargo la cuenta, por favor». «Disculpa, ¿me das tu hora?». «Buenas tardes». «Con permiso, voy a pasar». «Señora, disculpe, una pregunta, ¿la silla está ocupada?», «Muchas gracias, con permiso, buen día, hasta luego». «Sí, mira, te voy a pedir dos tacos de asada, por favor». «¿Tienes Fanta? Ah pues dame una, gracias». «Si, gracias». ¿Qué pasa en Europa?, más concretamente en España, ésta amabilidad tiene otra percepción. No soy amable, soy sumisa y puedo llegar a ser agachada o mansa. No sólo se ríen del «mande» que es un «ordéname», y no porque sea gracioso, sino que les hace gracia, que no es lo mismo. No dicen «gracias» después de un «salud», «las damas primero» es casi anticuado y no dan beso a cada uno de los amigos, no por groseros, no porque no exista cariño, es un «hola» y ya. Si le hablo a un mesero y le digo, «joven» o «señorita», no voltea, buscas su mirada y pides. Pedir una servilleta en un café no viene acompañado de un «¿desea algo más?» Dejan caer la servilleta en la mesa, incluso sin voltearte a mirar. «Inso-

lentes, majaderos» dijera mi madre. La raíz del «mande» nos habla de una historia. Sí, han pasado más de 500 años pero, sigue formando parte de un gran inconsciente colectivo del que a la fecha es difícil escapar. Algo similar sucede con el «perdón», usado como un primo del «mande» y que en ocasiones no es pedir perdón, es una coma en una frase, un punto, es decir, tiene una raíz comunicativa que fuera del entorno mexicano se puede volver incómoda o un tanto cuestionable. «¿Por qué dices tanto perdón? ¿Perdón por qué?», me han cuestionado. ¿Lo digo tanto? Pero si es por educación, ¿qué les pasa? ¿Cuál es su problema? Claro, estos españoles ásperos en el trato. Si vas en el metro y sonríes, te miran raro. Avientan las cosas, no dejan hablar, te interrumpen y tienen unas frases llenas de arrogancia como: «porque lo digo yo» y para todo es «me da igual». Se quejan y se quejan, nada les parece suficiente. Mejor ni hablo de las niñas de catorce o quince años, cómo se expresan, cómo se visten con tanta urgencia por ser mujeres, incluso las niñas aquí es raro que usen moños, son lo más parecido a mini adultos, en cambio en México es como vestir a una muñeca. Un día estaba sentada en un parque en Barcelona y me perdí observando a las mamás y sus hijos y pensé: «¿Serán las niñeras?, ¿serán las tías?, hermanas mayores, no lo creo». Les dan tanto espacio a los niños, entre ellas y el parque que, no imagino esto posible en México, a menos que sea en el patio de la casa, en caso contrario la mamá estaría detrás del niño, cuidándolo, protegiéndolo y de pronto aquí las madres parecen tan despreocupadas, tan sueltas. Los niños andan corriendo por la banqueta, ¿se lo imaginan? Supongo que aquí no existe el roba 7


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chicos y los niños no cucan por cruzar la calle o bajarse de la banqueta. Hay que detenerse en vez de ofenderse. Si bien pueden ser ejemplos muy sencillos, es el inicio de una serie de enfrentamientos o choques culturales que pueden confundir. Cuando se viaja, creemos que los otros son los extraños, cuestionamos a raíz de nuestros juicios y de nuestra moral, cuando somos nosotros los ajenos. La moral mexicana es una, la española otra, la estadounidense otra y así por los casi 200 países que existen en el mundo. No es fácil comprender que mi «mande» no se percibe como buena educación, pero ya no puedo molestarme porque les cause gracia. Su tono al hablar no es prepotencia o arrogancia, es su tono. Para los españoles, México es un país en desarrollo, con pobreza y fuertes problemas de violencia en donde se vive una clara división de clases. Para los mexicanos, no queda clara una crisis económica en donde aparentemente lo tienen todo, aunque viven en un primer mundo en el que tener patio es un lujo y que el dinero es el equivalente a la importancia que le dan a las razas. Ambos se abrazan de sus conceptos que, en la mayoría de los casos, no se piensan, se viven de manera inconsciente, funcionan con 8

la inercia; pero que para ambos y para el resto, existe una vacuna: viajar, y tiene una píldora de mantenimiento: cuestionar. Sobre la autora: Arlene Bayliss originaria de la coqueta Tijuana, 32 años. Comunicación y periodismo son sus bases profesionales, los viajes y la fotografía sus complementos. Mujer idealista e inquieta, buscadora de historias para aprender a desaprender y compartirlo. Como buena norteña, amante de los tacos de asada, del aguacate y de las fogatas en la playa. Estudió la licenciatura en Comunicación y Publicidad en su tierra. Tomó un curso de Comunicación Política por The George Washington University, también de Campañas Electorales por la Universidad Complutense de Madrid y tiene un máster en Periodismo de Viajes por la Universidad Autónoma de Barcelona, España. Actualmente es estudiante de fotografía documental por el CFD Escola de Creación de Fotografía Documental en Barcelona. He ejercido como reportera de noticias, coordinadora de comunicación social y relaciones públicas, community manager, asesora de comunicación, coordinadora de contenidos editoriales y fotógrafa. Coordinadora desde 2012 de la web de viajes, Viaje con Escalas. Referencias de imágenes: Ramos, R. (2014) [Fotografía de señores de negro con un paraguas]. Recuperada de http://viajeconescalas.com/semana-santa-en-sevilla/ Baylees, A. (2014). [Fotografía de las Joyas de Salvador Dalí]. Recuperada de http://viajeconescalas.com/las-joyas-de-dalifigueres/#!prettyPhoto/0


Editoriales: ¿Pueden las sociedades llegar a ser patológicas?

¿Pueden las sociedades llegar a ser patológicas? Algunas reflexiones desde el psicoanálisis freudiano y la Teoría Crítica Por Veronika Sieglin

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Introducción

egún la Organización Mundial de Salud (OMS), los trastornos mentales en la población económicamente activa no sólo están a la orden del día, sino avanzando imparablemente; ello se debe, según la OMS (2001), sobre todo a cambios en la organización del trabajo. Entre los factores mencionados figuran la flexibilización de las relaciones laborales, nuevas formas de contratación, nuevas tecnologías de comunicación en el espacio laboral y crecientes presiones sobre la productividad de los trabajadores. Aunados a la pérdida de certeza laboral y la intensificación del trabajo, estos factores han tenido por consecuencia que el estrés laboral ya no sea experimentado sólo episódicamente sino que se esté cronificando en el caso de muchos trabajadores.

Cuando el estrés en el trabajo se torna inmanejable, algunos trabajadores desarrollan alteraciones físicas y psíquicas que los alejan de los parámetros funcionales normales. A menudo las intervenciones terapéuticas puestas en marcha en apoyo a los afectados –algo que casi exclusivamente se observa en países desarrollados– se orientan a incrementar su tolerancia frente al estrés y a fortalecer su resiliencia. Aunque se trata de enfoques valiosos y provechosos, parten de una visión reduccionista de la salud laboral en vista de que se deja de lado el entorno organizacional en el que emergen los estresores. Cabe preguntarse, empero, si es deseable habilitar a los individuos para que logren adaptarse casi asintomáticamente a un entorno social altamente estresante. ¿Equivaldría esto a asegurarles la restitución de la salud mental?, ¿o contribuye la intervención al desarrollo de actitudes conformistas frente a estructuras y poderes fácticos que marcan negativamente las posibilidades de interacción social en empresas e instituciones?, ¿no tendrían que cambiar también (o sobre todo) las instituciones que moldean las relaciones sociales y afectivas de sus integrantes?, ¿es posible que las patologías no sólo estén del lado de los sujetos sino también de las institucionesy sociedades? En las siguientes líneas vamos a acercarnos al tema de si es posible hablar de sociedades y, con ello también, de instituciones patológicas y en qué podrían consistir dichas patologías. Para tal efecto retomamos las reflexiones de Sigmund Freud (2010ª, b, c, d), Alexander Mitscherlich (1966 y 1983) y Herbert Marcuse.

¿Existen sociedades patológicas? La sociedad como un todo orgánico se hace posible por la cultura. Según Freud (2010ª, b, c), la cultura tiene la función de entrelazar y unir a los individuos disminuyendo su disposición agresiva egocéntrica y regulando las relaciones sociales entre ellos. Esto se logra, argumenta dicho autor, a través de la extracción de la energía psíquica de la sexualidad y de su canalización hacia otras personas (identificación), objetos 9


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y actividades (sublimación y transformación de impulsos o conversión de un impulso en su contrario) así como por medio de la restricción y/o supresión de impulsos a través de tabúes, normas, leyes, reglas, costumbres y sistemas punitivos. La cultura actúa tanto desde el entorno social como desde el interior del sujeto (la formación del ego y del superego son resultados de la interacción social) empujándolo a renunciar de manera temporal o definitiva a la satisfacción de ciertas necesidades y a delegar parte de su capacidad de acción a favor de la colectividad. A pesar de las indudables ventajas de la vida en comunidad, las cesiones exigidas de parte de la colectividad se convierten en fuente de sufrimiento para el individuo. Si las posibilidades de sublimación y transformación de los impulsos, a través de actividades y sistemas compensatorios provistos por la sociedad, se tornan insuficientes, o las demandas de ajuste social dirigidas a los individuos se desbordan y no son atendibles por los sujetos, la continuación de la vida social misma peligra, ya sea por despertar una agresividad desbordante, la que destruye los vínculos sociales y las posibilidades de convivencia pacífica (Freud, 2010d); ya sea por enfermarlos (neurosis y trastornos somáticos) e incapacitarlos para la vida colectiva (Freud, 2010ª,b, c; Mitscherlich, 1966). A pesar de que gran parte de su obra «El malestar en la cultura» se dedica al análisis del impacto de los procesos culturales en la estructura psíquica y la conducta de los individuos, Freud (2010a) se preguntó al final de éste texto si la cultura misma podría neurotizarse, es decir, si existe la posibilidad de que adopte rasgos patológicos. Aún y cuando advirtió de los problemas metodológicos que enfrenta la búsqueda de una respuesta (el psicoanálisis no cuenta 10

con el instrumentario conceptual necesario y únicamente puede establecer analogías entre sociedad e individuos) y subrayó las dificultades para establecer criterios de normalidad societal, Freud consideraba factible que sociedades enteras puedan llegar a ser patológicas. El mencionado texto aporta algunas reflexiones que son de utilidad para encontrar un parámetro que ayude a caracterizar a diversas sociedades. «La pregunta que decide el destino del género humano me parece ser a partir de cuándo y en qué grado el desarrollo cultural logrará dominar el trastorno del impulso humano agresivo y autodestructivo» (Freud, 2010ª:108). El autor apunta pues a la (in)capacidad de una sociedad concreta para garantizar la convivencia pacífica y la colaboración interpersonal óptima entre todos sus integrantes, asegurándoles condiciones de vida que ayudan a contener las disposiciones agresivas de los sujetos. De este criterio se derivan –en términos de Max Weber— por lo menos dos tipos ideales de sociedad: (a) aquellas en las que el intercambio agresivo entre los sujetos y entre instituciones y sujetos se mantiene en niveles bajos gracias a un balance relativo entre las necesidades de la cultura y las de los individuos, lo que estimula la colaboración interpersonal; y (b) aquellas otras en cuyo caso las exigencias societales rebasan el umbral de privaciones histórica y culturalmente aceptables y atendibles por los individuos, lo que desencadena, al paso del tiempo, una espiral de violencia tanto de parte de las instituciones como de parte de los sujetos. En vista de que la disposición violenta tiende a robustecerse con el tiempo, en el caso de este tipo de sociedades la supervivencia de la colectividad correrá peligro a mediano y largo plazo. Esta idea fue retomada durante la década de los sesentas, tanto por una corriente del psi-


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coanálisis alemán, en particular por Alexander Mitscherlich (1966 y 1983), al igual que por la primera generación de la Teoría Crítica. Mitscherlich (1983) propuso conceptualizar la salud de una sociedad determinada según el balance alcanzado entre las privaciones societalmente necesarias e impuestas a los individuos, por un lado, y los dispositivos sociopolíticos disponibles para que los sujetos participen activamente en la construcción de la realidad social y que tengan de esta forma las óptimas condiciones de autodesarrollo, por el otro. Una sociedad ha de considerarse patológica cuando las exigencias societales planteadas rebasan las posibilidades de adaptación de los individuos y les imponen formas de vida que limitan y atrofian su potencial de desarrollo: «La salud o la enfermedad de un orden societal se mide en función del número de quienes fracasan ante sus exigencias, de la felicidad de vida sacrificada, es decir, en función de un temple básico balanceado entre renuncias necesarias y espacios de participación activa en la vida. En suma, si las restricciones impuestas por la sociedad se mantienen dentro de límites soportables y son compensadas por posibilidades de autodesarrollo del individuo» (Mitscherlich, 1983:486). Desde un ángulo más sociológico, Herbert Marcuse (1970:11) planteó identificar a una sociedad como patológica cuando sus instituciones y estructuras económicas, políticas y sociales bloquean el aprovechamiento de los recursos materiales e intelectuales societalmente disponibles y necesarios para el despliegue óptimo de la existencia humana. Sostuvo que a mayor brecha entre la constitución humana históricamente posible y la alcanzada, mayor sería la necesidad de recurrir a represión adicional, es decir, la presión ejercida sobre los individuos para que renuncien a cada vez más necesidades e impulsos. El efecto devastador de dicha represión adicional estriba del hecho que no es utilizada para mejorar las condiciones de vida de todos sino para reproducir la desigualdad material, social, política y cultural. Las privaciones impuestas a la mayoría tienen la función de garantizar y ampliar los privilegios de una minoría y contribuyen de esta forma a

intensificar el malestar, el ansia y la zozobra de los subordinados. Estos, arguyó Marcuse, se ajustan al estatus sólo en función de un miedo profundo que invade cada rincón de su pensar y sentir: el miedo de perder el trabajo, el miedo de caer en pobreza, el miedo de ser estigmatizado, el miedo de ser excluido o marginado de la colectividad.

Las patologías de las sociedades neoliberales Las reflexiones de Freud, Mitscherlich y Marcuse emanaron en un contexto histórico preciso: el capitalismo monopólico de Estado. Ante la complejidad de la reproducción de la formación capitalista, que durante el siglo XX parecía acercarse en diversos momentos al colapso (dos guerras mundiales; la formación de movimientos sociales y partidos de izquierda con capacidad de influir sustancialmente el destino de diversas sociedades occidentales), se introdujeron nuevos dispositivos de control sobre las masas. Las industrias culturales y los medios masivos de comunicación empezaron a acosar la conciencia de los sujetos para reconciliarlos con el estatus quo y para animarlos a adoptar posiciones pragmáticas frente los desbalances societales fundamentales; y convirtieron el conformismo en una virtud y sinónimo de educación, civilidad, sociabilidad e inteligencia. Por su parte, las empresas y organizaciones políticas premiaron a quienes destacaron por sus capacidades de manipulación y dominio sobre otros (hoy denominado capacidades de liderazgo); a quienes se mostraron dispuestos a conquistar mejor posición en la organización al precio que sea; y a quienes defendieron las necesidades de las empresase instituciones por encima de criterios morales propias. De acuerdo con Horkheimer (2010), esta dinámica tuvo por consecuencia el remplazo paulatino del ideal del individuo burgués autónomo, independiente, crítico y reflexivo por el del ciudadano ajustado que auto—organiza y auto—administra su ajuste social con tal de lograr sentirse aceptado y reconocido por los 11


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demás. Los nuevos dispositivos de (auto)control se combinaron, en Europa Occidental y Norteamérica principalmente, con la ampliación de la infraestructura social y cultural, una característica del llamado Estado de bienestar, la que ayudó a amortiguar la incertidumbre existencial de los asalariados y a convertirlos en defensores convencidos de la formación capitalista. Si tanto el psicoanálisis freudiano como la Teoría Crítica observaron con gran preocupación aquellas dinámicas societales, ¿qué dirían estas corrientes teóricas de las sociedades actuales en las que las tendencias totalitarias se han agudizado e intensificado como nunca antes; en las que el Estado y las empresas han gestado un asalto exitoso a los ingresos de los trabajadores; en las que se ha desmontado la infraestructura social y cultural pública edificada en la posguerra y donde se han cancelado progresivamente muchos derechos sociales y laborales?, ¿qué comentarían de la vigilancia electrónica que agencias públicas y privadas ejercen sobre la ciudadanía; de la fiscalización de sus conversaciones electrónicas y del registro de sus vínculos y actividades sociales?, ¿cómo interpretarían la esclerotización de la vida política, la indiferencia de las masas frente a los asuntos políticos y el futbol convertido en política de Estado?, ¿cómo explicarían las nuevas guerras, la expansión masiva del crimen organizado y las alianzas tejidas sigilosamente entre organizaciones criminales y élites políticas y económicas en diversos países?, ¿qué expresarían acerca del enorme incremento de delitos criminales, pero también acerca del incremento en el número de personas que sufren de trastornos mentales y somáticos? Alegarían seguramente que la creciente desigualdad social –que en los países periféricos como México se exacerba– se construye y mantiene sólo por el incremento de los niveles de represión adicional si los comparamos con las sociedades keynesianas; y agregarían que las políticas neoliberales han recortado sustancialmente las posibilidades de sublimación y transformación de impulsos reprimidos al privatizar progresivamente los espacios cultu12

rales, al subvertir la capacidad crítica del arte mediante su mercantilización y al declarar a la reflexión filosófica y la teorización social como empresas caducas, superfluas y ociosas. Sostendrían que las sociedades neoliberales potencian la atomización de sus integrantes al introducir la competencia del mercado en todos los ámbitos de la actividad humana y que destruyen el tejido social al promover el dinero y el poder como los reguladores centrales de la interacción social. Concluirían que el incremento de la disposición violenta, que se observa entre los individuos de todas las edades y todas las clases sociales, no es fortuita sino un instrumento del control social mismo que contribuye a la reproducción de una formación societal cuyo avance se monta sobre la destrucción de la naturaleza y la aniquilación de la convivencia social pacífica. En suma, juzgarían a las sociedades neoliberales como formaciones mucho más patológicas que cualesquiera anteriores y recomendarían a todos los terapeutas a no convertirse en elementos operativos e ideológicos de la gran maquinaria de represión social que opera a favor de su conservación. Sobre la autora: Licenciada en Ciencias Políticas en 1984 de la Phillips— Universitat Marbug, Marburgo, Alemania. Maestría en Sociología en 1992 también en la Phillips—Universitat Marbug, Marburgo, Alemania. Reconocida por el Sistema Nacional de Investigadores, nivel II. Referencias de imágenes: Joaquin, J. (s.f.). [Pintura de Freud con paciente en el metro] Recuperado de http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/psicologia/ El_malestar_del_psicoanalisis_0_988701130.html DPA (s.f.). [Fotografía de Alexander Mitscherlich] Recuperado de http://www.tagesspiegel.de/kultur/100-geburtstag-alexandermitscherlich-deutschland-auf-der-couch/1328974.html


Editoriales: Neuroética

[Fotografía de Herbert Marcuse]. (s.f.). Recuperado de http:// chatafrik.com/special/philosophers/herbert-marcuse-men-of-ideas#. U7K60fl_uSo Bibliografía: Freud, Sigmund (2010a). “Das Unbehagen in der Kultur”, en Das Unbehagen in der Kultur und anderekulturtheoretischeSchriften, Frankfurt/Main, Fischer Tb, pp. 29—108. Freud, Sigmund (2010c). “Die ‘kulturelle’ Sexualmoral und die modern Nervosität”, en Das Unbehagen in der Kultur und anderekulturtheoretischeSchriften, Frankfurt/Main, Fischer Tb, pp. 111—132. Freud, Sigmund (2010b). “Zeitgemässesüber Krieg und Tod”, en Das Unbehagen in der Kultur und anderekulturtheoretischeSchriften, Frankfurt/Main, Fischer Tb, pp. 135—161. Freud, Sigmund (2010d). “Warum Krieg”, en Das Unbehagen in der Kultur und anderekulturtheoretischeSchriften, Frankfurt/Main, Fischer Tb, pp. 162—177. Horkheimer, Max (2010). “La rebelión de la naturaleza”, en Crítica de la razón instrumental, Madrid, Trotta, pp. 115—142. Marcuse, Herbert (1970). “Agressivität in der gegenwärtigenIndustriegesellschaft”, en H. Marcuse, K. Horn, A. Mitscherlich, D. Senghaas, M. Markovic, Agression und Anpassung in der Industriegesellschaft, Frankfurt/Main, Suhrkamp, pp. 7—29. Mitscherlich, Alexander (1966). KrankheitalsKonflikt. StudienzurpsychosomatischenMedizin I, Frankfurt/Main, Suhrkamp Tb.

tardío, si analizamos en la historia la aplicación de tratamientos tan polémicos como lo fueron la lobotomía y la terapia de electroshocks. Aunque aún existe polémica respecto a una definición de esta nueva disciplina, se ha optado por citar a Gazzaniga, para quien la neuroética es el examen de cómo queremos enfrentarnos con los problemas sociales de la enfermedad, la normalidad, la mortalidad, el estilo de vida, y la filosofía de la vida, atendiendo a nuestra comprensión de los mecanismos cerebrales subyacentes. La definición más aceptada, sin embargo, parece ser la que emerge de un grupo de la Universidad de Pensilvania, la cual manifiesta que la neuroética es el conjunto de estudios que ponen en relación la neurociencia con las ciencias sociales, la cual tal vez también al lector le parezca una definición poco comprometida.

Mitscherlich, Alexander (1983). “Der Mensch in der Sicht des Arztes”, GesammelteWerke, tomo VII,Frankfurt/Main, Suhrkamp, 472—487. Organización Mundial de Salud (OMS) (2001). WorldHealthReport, Ginebra, Organización Mundial de Salud.

Neuroética: las neurociencias y sus dilemas éticos Por Mtra. Violeta Mendoza (mviolet@ aprendde.com) | twitter: @c_inclusiva

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l desarrollo de las neurociencias en la actualidad nos invita a explorar algunos de los desafíos que, en lo que se refiere a la ética, enfrentaremos; esto es una llamada a reflexionar sobre cuestiones morales que se plantean tanto en la medicina como en la biotecnología. El ritmo vertiginoso de la tecnología y su uso en las neurociencias nos lleva a cuestionarnos, por ejemplo, sobre la naturaleza humana y nuestro lugar en el mundo. Resultado de estos cuestionamientos ya en 1973 empieza a surgir como neologismo el término neuroética, aunque se puede hablar de ella como una disciplina a partir de 2002, año en que se realiza el primer simposio sobre el tema. Lo que, siendo críticos, podríamos considerar

Ya anteriormente la genética se ha enfrentado a cuestionamientos semejantes a los que la neurociencia en estos momentos encara; ¿quién no recuerda «Gattaca»?, película en la que se nos enfrenta a términos como «válido» y «no válido» ¿o inválido? En donde los no válidos son aquellos que han nacido de forma natural, mientras que los válidos son aquellos que a través de la manipulación han alcanzado niveles de perfección; siendo estos últimos los que tendrán las mejores oportunidades de vida; así, los no válidos sufren de la discriminación que está ficción les presenta. En el caso de las neurociencias se han puesto sobre la mesa de discusión temas como el uso de la neuroimagen para fines más allá del diagnóstico, la mejora o perfeccionamiento de las 13


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funciones cerebrales en individuos sanos mediante la farmacología o neuroestimulación, la neurotecnología y las prótesis que esta tiene en proyecto; la posible interferencia de las neurociencias en el libre albedrio, la autonomía y en el actual concepto de enfermedad. En lo que se refiere a la neuroimagen es conocido su uso para inferir el estado mental de una persona, pero numerosas investigaciones tratan de establecer la relación del funcionamiento cerebral con operaciones psicológicas, tales como memoria, cognición y emoción. Estas relaciones, que al momento resultan ser subjetivas pues se basan en probabilidades y no en causalidades, han dado pie a argumentos defensivos en juicios contra asesinos, a considerar la neuroimagen como un detector de mentiras y a contemplarla en el uso de la publicidad (neuromarketing). Los beneficios de la neuroimagen y su aplicación en el ámbito social, más que en el médico, deberá tomarse con precaución, no solo por el posible perjuicio sino por la posible carga de discriminación. Así, aunque en este momento la confiabilidad de los estudios de neuroimagen es limitada, estos van encaminados a tratar de reflejar en ellos la personalidad del sujeto, su historia psiquiátrica, pensamientos, entre otras funciones. Esto nos hace recordar el sombrero que en la película de Harry Potter determina a cuál de las cuatro escuelas irá cada nuevo estudiante. ¿Será posible que en el futuro se determinen las funciones que en la sociedad desempeñará un individuo en base a una neuroimagen? ¿Se utilizará esta como herramienta para seleccionar el candidato idóneo para un puesto laboral? Aunque estos ejemplos nos parezcan lejanos, lo ciertos es que las neurociencias nos han estado sorprendiendo, y van a paso acelerado. Otro de los planteamientos éticos es la mejora o perfeccionamiento del funcionamiento cerebral en sujetos sanos, mediante el uso de fármacos que en las neurociencias han sido desarrollados para la atención de sujetos con algún trastorno. En Estados Unidos las estadísticas muestran números preocupantes en cuanto a los estudiantes que toman metilfenidato, ni14

ños y adolescentes, lo cual obviamente no va en relación con la presencia de algún trastorno. Además están aquellos fármacos que son usados para influir en los estados de ánimo, atención, memoria y personalidad; la preocupación radica, claro está, en su uso en sujetos sanos.

El uso de estos medicamentos por una parte de estudiantes de medicina, y no se está hablando de un número pequeño, para mejorar el desempeño y las notas no es un secreto, la polémica está al tratar de contestar cuestionamientos como los siguientes: ¿Cuándo podrán prescindir de estos fármacos? ¿Arrastrarán este patrón en búsqueda del mejor desempeño laboral? ¿Acaso debamos considerar que el resto de los estudiantes estarán en desventaja a menos que se suban al mismo tren? ¿Se ha sopesado de manera parcial los efectos colaterales? Es del conocimiento popular que en lo que se refiere a los deportes existe el antidoping, ¿Deberemos enfrentar lo mismo en situaciones de evaluaciones intelectuales? ¿Cómo enfrentar publicaciones en las que abiertamente se dé a conocer los nombres de medicamentos que afirman ayudar a mejorar el potencial de quienes los ingieren? Aunque muchos de estos medicamentos son de uso controlado, no sorprende saber que hay manera de conseguirlos por otros medios. La neurotecnología, por otro lado, se encuentra aún en etapas iniciales; sin embargo, se sabe del uso de la neuroestimulación


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a través del implante de electrodos cerebrales, y de cómo estos han ayudado en la recuperación de personas con la enfermedad de Parkinson, en casos de epilepsia y del trastorno obsesivo compulsivo, en donde también es conocido que puede resultar en alteraciones de la personalidad, aunque se consideran en cierta medida reversibles. La investigación va encaminada a neuroprótesis, en donde la más conocida actualmente es el implante coclear usado en pacientes con pérdida auditiva, en el que hace la función de la cóclea, enviando las señales acústicas directamente al nervio auditivo. El alcance que se intenta lograr en la neurotecnología se puede ejemplificar en la nueva serie de televisión «Inteligence» en la que han implantado al protagonista un microchip, convirtiendo su cerebro en una especie de computadora apta para conectarse a internet y tener acceso a todos los datos que se encuentren en la red. Aunque esto es parte de la ciencia ficción, lo cierto es que en la actualidad ya se ha logrado implantar un pixel en un lente de contacto, lo que es el primer paso para llevar esta ficción a la realidad. En la neurotecnología, seguramente, los cuestionamientos serán similares a los de las mejoras cerebrales a través de los medicamentos, en este caso con el uso de implantes y prótesis por ejemplo. Los planteamientos anteriores ya amplían la preocupación respecto a lo que en el futuro estaremos considerando como ser humano, se nos pide no perder de vista que el libre albedrio no es solamente atribuido a un estado mental, sino que es el reflejo de una persona completa y así considerar que un individuo no responde solamente a sus impulsos. La invitación a la reflexión toma sustento ya que el cerebro ha sido considerado el lugar donde se asienta la conciencia y la identidad del individuo, sin embargo hay otro punto que no debe omitirse y que deja una puerta abierta a un análisis más detallado: la relación de la aplicación de las neurociencias y la eugenesia, es decir la mejora de los rasgos hereditarios mediante la manipulación y la selección. No es intención de la neuroética limitar el avance de las neurociencias, sino el regular la aplicación

de los mismos, por lo que de momento dejamos al lector la tarea de ahondar en estos temas y formarse una opinión responsable. Sobre la autora: Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León, con maestría por la Escuela de Ciencias de la Educación. Coordinadora del Instituto Aprendde, Asociación de Profesionistas Especializados en Desórdenes del Desarrollo, desde 1991. Certificada en The Listening Program por Advance Brain Technologies, y una experiencia de 23 años en el diagnóstico y tratamiento en Trastornos del Espectro Autista. Referencias de imágenes: [Fotografía promocional de serie Intelligence]. (s.f.). Recuperada de http://la.axn.com/programas/intelligence [Imagen digital de cápsula con dos cerebros]. (s.f.). Recuperada de http://racetams.net/2013/04/03/racetams-nootropics/ [Portada del libro My brain made me do it]. (s.f.). Recuperada de http://www.prometheusbooks.com/images/mybrain_cover.jpg [Fotografía de cerebro en unas manos]. (s.f.). Recuperada de http://noticias.emisorasunidas.com/sites/default/files/ imagecache/350x250/2012/05/11/cerebro_de_efe.jpg Bibliografía: Gazzaniga M. (2007). The Ethical Brain. Chicago: Dana Press 2005 Canabal Berlanga, Alfonso. Origen y Desarrollo de la neuroética: 2002—2012. Revista de Bioética y Derecho 2013; 28: 48—60 Thomas Fuchs. Ethical Issues in Neuroscience. Current Opinion in Psychiatry 2006, 19:600—607. Luis E. Echarte. Enciclopedia de Bioética. Neuroética, hacia una nueva filosofía de la neurociencia. 4.— Gómez Frode Carina. Gaceta Médica de México 2013; 149:476—480 Slachevsky, Andrea Ch. Rev Chilena de Neuropsiquiatria 2007; 45 (1):12—15 Ruiz Rey Fernando. Libre albedrío y neurociencias. Tercera parte. Neuroética: neurociencia de la ética, acrecentamiento de habilidades, acción voluntaria y responsabilidad. Psiquiatria.com 2009; 13(3)

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Editoriales: Oxitocina, ¿una molécula moral?

Oxitocina, ¿una molécula moral? Por Diana Caballero-Hernández (decaballero@outlook.es)

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a concepción de la moral como un atributo humano, producto de la evolución biológica no es nueva y sigue siendo controversial; reducir nuestra capacidad para distinguir entre el bien y el mal a un puñado de genes y moléculas parece eliminar de un plumazo la factibilidad misma del libre albedrío. Y sin embargo, hay buenas razones y evidencia para aceptar que, de hecho, nuestras acciones morales están enraizadas en la necesidad de la especie de sobrevivir mediante la conformación de grupos de individuos con intereses comunes, el principal, la protección frente a los peligros que representan individuos ajenos al mismo. Conceptos como empatía, altruismo y cooperación definen atributos humanos que han sido esenciales para la constitución de la moral humana. Estos conceptos también describen mecanismos de adaptación social que han sido cruciales en el proceso evolutivo biológico del hombre y cuyos vestigios se pueden encontrar entre los animales inferiores, ratones y ratas por ejemplo. Hace unos años se publicaron los resultados de un estudio según el cual las ratas son capaces de renunciar a su propio beneficio para ayudar a un compañero en problemas, atrapado en un inmovilizador, y posteriormente compartir ese beneficio con el compañero, un tentador chocolate. Esto demuestra que las ratas son capaces de expresar empatía ante la dificultad ajena y altruismo para actuar en consecuencia (Bartal y cols, 2011). Ya previamente se había establecido la capacidad de las ratas de ejercer un altruismo generalizado como base de la cooperación entre los miembros de su especie (Rutte & Taborsky, 2007). Estas observaciones cuestionan la descripción de cooperación, altruismo y empatía como atributos esencialmente humanos y abren interrogantes en cuanto a los elementos biológicos, genes y moléculas, que han favorecido el comportamiento pro—social y se han conser-

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vado a través de la evolución de los seres vivos pero han encontrado su máxima expresión en la especie humana. Entre las moléculas que han revelado el poder de la bioquímica para dirigir nuestros actos se encuentra la oxitocina (OXT), un péptido con un amplio espectro de actividad biológica en los sistemas reproductivo, endocrino y nervioso, cuya función más conocida hasta hace unos años era la de generar las contracciones uterinas necesarias para el parto. Originalmente descrito por su importancia en la reproducción y la formación de lazos emocionales entre madre e hijo, estudios recientes indican un papel significativo de esta molécula en el comportamiento pro—social de los individuos, incrementando los sentimientos positivos que facilitan y fortalecen lazos emocionales entre los individuos, así como los de pertenencia al grupo, por esto se le ha llamado la molécula del amor, de la empatía, del proteccionismo, si bien este último está basado en el llamado altruismo parroquial, que favorece las conductas positivas hacia el interior del grupo en detrimento de lo externo. La OXT promueve la empatía y generosidad. Cuando se administra OXT a individuos sanos se observa una mayor generosidad a la hora de repartir una cantidad de dinero entre varios individuos, esto en comparación con individuos que recibieron un placebo (Zak y cols, 2007); otro estudio ha demostrado que presenciar escenas emotivas induce la liberación de OXT en mujeres y hombres, y que este efecto


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está asociado a una mayor generosidad, siendo el efecto más obvio en mujeres que en hombres (Barraza y Zak, 2009). Cuando se administra OXT a hombres los niveles aumentan y son comparables a los de mujeres no tratadas con OXT; además, este incremento parece facilitar el aprendizaje, un efecto producto de mejora emocional, más que cognitivo (Hurlemann y cols, 2010). Estas diferencias entre hombres y mujeres no son de sorprender, la conducta de la mujer además de ser menos agresiva, por sus menores niveles de testosterona, suele ser más social que la del hombre. La confianza es un elemento indispensable para el funcionamiento social; se ha observado que la administración intranasal de OXT aumenta los niveles de confianza en seres humanos lo que puede traducirse en la obtención de beneficios a partir de nuevas interacciones sociales (Kosfeld y cols, 2005). En forma general, la OXT promueve aquellos atributos que favorecen relaciones interpersonales armoniosas y duraderas y esto además puede trasladarse a las relaciones de convivencia entre naciones, incluso en conflictos milenarios como el árabe—israelí (Shamay—Tsoory, 2013). A pesar de todo lo mencionado, la visión de la OXT como una molécula mágica que podría resolver los problemas de convivencia humana

es limitada, estudios alternos muestran como la OXT, si bien estimula la conducta pro—social, esta suele ejercerse hacia los individuos del grupo al que se pertenece, mientras que en relación a individuos no pertenecientes promueve conductas de rechazo. Se ha documentado su papel en la promoción del etnocentrismo, una actitud aislacionista en la cual se analiza el mundo siempre en relación con la cultura propia y que usualmente tiene efectos negativos en la convivencia intergrupal, entre pueblos y naciones (De Dreu y cols, 2011). Esto en símismo no es sorprendente, el rechazo o animadversión por lo externo o extraño ha sido parte fundamental en el desarrollo de las sociedades y naciones, de ahí la construcción de murallas físicas y legales. Las implicaciones de este conocimiento científico son variadas y relevantes para la filosofía. En forma práctica, este conocimiento abre la posibilidad de modular biológicamente la conducta moral de los individuos, suprimiendo los sentimientos negativos y antisociales con la finalidad de una sociedad más estable y armoniosa. A la manera de «Un Mundo Feliz», la OXT podría servir como un soma que incremente los sentimientos y acciones positivas que facilitan la convivencia entre los individuos. Julian Savulescu, el controversial filósofo y bioeticista australiano, es uno de los principales promotores del bioenhancing moral, la biomejora a través del uso de la OXT y la vasopresina, una sustancia estrechamente relacionada con la OXT. Savulescu argumenta que para que la especie sobreviva, ésta debe necesariamente biomejorarse y esto incluye modular la conducta moral de los individuos a través de la administración de estas substancias (Persson& Savulescu, 2012). La forma más sencilla de aplicar este conocimiento como una terapia es simplemente brindando y recibiendo abrazos, ya que estos estimulan la producción de OXT, también es posible encontrar numerosas opciones comerciales disponibles para el uso personal de OXT, si bien la única realmente funcional es la de atomizador nasal, ya que por las características bioquímicas de esta sustancia, es la única vía por la que puede llegar a nuestro sistema nervioso. 17


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Los testimonios personales sobre sus beneficios son variados (la mayoría positivos, pero que a falta de controles comparativos podrían ser fácilmente atribuibles al efecto placebo).

de moléculas, que nuestra constitución genética nos inclina al buen vivir y actuar moral. Sobre la autora: Dra. en Ciencias, actualmente investigadora repatriada en la Facultad de Ciencias Biológicas UANL, laboratorio de Inmunología. Postdoctorados en el Instituto de Neurobiología UNAM y el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa en Sevilla, España. Alumna y becaria de la Escuela de Verano en Ciencia y Sociedad EMBL|EMBO en Heidelberg, Alemania, edición 2011. Imparto a nivel licenciatura Bioquímica, Ética, Sociedad y Profesión y Bioética. Mis intereses de investigación incluyen la neuroinmunología y el cáncer, particularmente la influencia del estrés emocional sobre esta enfermedad. Referencias de imágenes: MindZiper (2011). Molécula Oxitocina C43H66N12O12S2 [Modelo CPK]. Recuperada de http://en.wikipedia.org/wiki/ File:OxitocinaCPK3D.png Caballero, D. (2014). [Fotografía de ratón en su jaula] da Vinci, L. (1508). La Virgen, el Niño Jesús y Santa Ana [Pintura]. Recuperada de http://en.wikipedia.org/wiki/The_Virgin_and_ Child_with_St._Anne_%28Leonardo%29 Dickey, R. (2006). ‘FREE HUGS’, Speaker’s Corner, Hyde Park, London [Fotografía]. Recuperada de https://www.flickr.com/photos/meesterdickey/433815665/ Bibliografía: Barraza, J. A., & Zak, P. J. (2009). Empathy toward strangers triggers oxytocin release and subsequent generosity. Annals of the New York Academy of Sciences, 1167(1), 182—189 Bartal, I. B. A., Decety, J., & Mason, P. (2011). Empathy and pro— social behavior in rats. Science, 334(6061), 1427—1430. De Dreu, C. K., Greer, L. L., Van Kleef, G. A., Shalvi, S., &Handgraaf, M. J. (2011). Oxytocin promotes human ethnocentrism. Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(4), 1262—1266. Hurlemann, R., Patin, A., Onur, O. A., Cohen, M. X., Baumgartner, T., Metzler, S., & Kendrick, K. M. (2010). Oxytocin enhances amygdala—dependent, socially reinforced learning and emotional empathy in humans. The Journal of Neuroscience, 30(14), 4999—5007. Kosfeld, M., Heinrichs, M., Zak, P. J., Fischbacher, U., & Fehr, E. (2005). Oxytocin increases trust in humans. Nature, 435(7042), 673—676. Persson, I., &Savulescu, J. Unfit for the Future: The Need for Moral Enhancement Oxford: Oxford University Press, 2012

El uso de la OXT para modular la conducta de los individuos plantea nuevos dilemas éticos y alimenta la llama de viejos debates, entre ellos los del determinismo y el libre albedrío. El campo de la neurociencia sigue arrojando evidencia que inclina la balanza a favor de una visión donde la naturaleza moral del hombre es el resultado de la expresión de genes y síntesis 18

Rutte, C., &Taborsky, M. (2007). Generalized reciprocity in rats. PLoS biology, 5(7), e196. Shamay—Tsoory, S. G., Abu—Akel, A., Palgi, S., Sulieman, R., Fischer—Shofty, M., Levkovitz, Y., &Decety, J. (2013). Giving peace a chance: Oxytocin increases empathy to pain in the context of the Israeli–Palestinian conflict. Psychoneuroendocrinology, 38(12), 3139—3144. Zak, P. J., Stanton, A. A., &Ahmadi, S. (2007). Oxytocin increases generosity in humans. PLoS One, 2(11), e1128.


Editoriales: Ética burócrata y cosas peores

Ética burócrata y cosas peores

Por Carlos David de la Garza Tolentino

« ¿Cómo podemos esperar y exigir un rendimiento óptimo y respetable, si no lo llevamos a cabo en instituciones “autónomas”?»

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rimeramente definamos la ética como un concepto que muchas veces hemos manejado en diferentes ámbitos de la vida diaria, en el trabajo, en la escuela, entre amigos, familiares, etc.; sin embargo, el entendimiento mismo del concepto no va más allá de lo implícito como un conjunto de normas que se siguen para mantener cierta estabilidad social, sin ver más allá de lo evidente en las formas en que afecta a los diferentes tipos de grupos. Según la Real Academia Española (2001) es una parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre, por lo tanto, en base a esta definición se puede decir que es algo que se le impone al individuo (por ser obligación) al momento de entrar en contacto con la sociedad, lo cual resulta importante para su desenvolvimiento en la misma. En resumen, la ética, como ya observamos, es algo sujeto a la población donde se desarrolle, por consecuencia tiene la importancia de mantener funcional el sistema donde es ejercida por los individuos.

Por consiguiente, analizaremos un artículo de la Ley Orgánica de la UANL y su relación con las acciones de la universidad en general e instituciones, por ejemplo la Facultad de Psicología: Artículo 13. Corresponderá a la Junta de Gobierno: I. Designar al Rector de la universidad. II. Nombrar a los directores de facultades y escuelas, de temas que le serán presentadas por el Rector quien las recibirá de sus respectivas Juntas Directivas. Ahora, surgen las siguientes preguntas: si el rector y directivos son nombrados por la Junta de Gobierno, entonces ¿para qué son las elecciones?; en caso de que las elecciones fueran la forma en que se elige a los directivos, ¿por qué periodo tras periodo existe un solo candidato?, ¿adónde va el dinero destinado en campaña?, ¿son estas acciones éticas?, ¿dónde está la transparencia? (si se ha visto que datos públicos no coinciden ni tienen coherencia, con el ejemplo de que el número de becas sobrepasa al número de alumnado universitario). Como se puede notar, son muchas las preguntas y pocas las respuestas, la solución a la primera pregunta podría ser necesidad de crear ilusión, de falsa democracia, ¿es lo que nos quieren hacer ver los dirigentes de la universidad? Ahora, imaginemos estos movimientos «éticos» de una forma apegada a la definición, pero a gran escala, a nivel municipal, estatal, incluso nacional. ¿Cómo podemos esperar y exigir un rendimiento óptimo y respetable si no lo llevamos a cabo en instituciones «autónomas»? Pues se podría entonces hacer mención de que el lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades (Orwell, 1946), dado que la ilusión que produce no es más que maquillar los hechos, lo cual es una forma de mentira popular. Retomando la definición de ética, estos hechos no alteran la funcionalidad de la población estudiantil, ni del sistema burocrá19


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tico de la UANL, por lo tanto, el despilfarro del dinero en elecciones montadas, meramente para el espejismo de que la voz estudiantil es escuchada, para elecciones arregladas, por la que se dice ser «Alma Máter» de gran parte de los profesionistas en Nuevo León es completamente ético. Eso, hermanos estudiantes, es la ética burocrática. Sobre el autor: Carlos David de la Garza Tolentino, es un estudiante de psicología, de la trayectoria social, que le gusta expresar puntos de vista críticos mediante sus escritos, como deportista frustrado (muchas veces por horarios y otras más por distraído) también le interesa la psicología del deporte y su funcionamiento, lo que también entra en el ámbito de psicología de grupos.

A cuento de la experiencia de la sexualidad y particularmente con la publicación de sus últimos libros («El uso de los placeres» y «La inquietud de sí») aparece un Foucault diferente, más preocupado por la ética que por los dispositivos de poder. El cambio de temática fue recibido como una ruptura con respecto a su trabajo anterior. Desafortunadamente la muerte de Foucault, suscitada poco tiempo después de la publicación de estos dos últimos libros, dejó un silencio en el cual las especulaciones abrevaron. La pregunta que sus lectores se ha-

Referencias de imágenes: Alfaro Siqueiros, D. (1944). México por la Democracia y la Independencia [Mural]. Recuperado de http://es.wikipedia.org/ wiki/Nueva_democracia_(mural)#mediaviewer/Archivo:Mexico_ por_la_Democracia_y_la_Indepencia.JPG Alfaro Siqueiros, D. (1945). Víctimas de la Guerra [Mural]. Recuperado de http://es.wikipedia.org/wiki/Nueva_democracia_ (mural)#mediaviewer/Archivo:Victimas_de_la_Guerra.JPG Bibliografía: Orwell G. (1946). The Collected Essays, Journalism and Letters of G. Orwell. Londres. Horizont. Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Consultado en http:// www.rae.es/rae.html

Hacia una inclusión de las relaciones de poder en los textos «éticos» de Foucault Por Ramón Chaverry

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ichel Foucault ha pasado a la historia del pensamiento como el filósofo que marcó un antes y un después en la reflexión sobre el poder. Sus textos más emblemáticos, los determinantes para dar cuenta de la analítica del poder, inician en la década del setenta con «Vigilar y castigar» y se extienden hasta los inicios de la década del ochenta con la clase del Collège de France «El gobierno de los vivientes». Sus genealogías desarrolladas en esos fructíferos años darán cuenta de las relaciones de poder y de los dispositivos que determinan la subjetivación contemporánea.

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cían era: ¿cómo leer esta nueva preocupación por la ética en el contexto de su obra anterior centrada en las relaciones de poder? Lo primero que se planteó fue que Foucault buscaba, con ese último trabajo, una salida al problema que representaban sus postulados sobre el poder. Estos análisis sobre la ética parecían una salida al problema de la libertad en el contexto de los dispositivos. Según esta lectura, Foucault se habría visto forzado a desarrollar un tipo muy específico de sujeto ético que pudiese romper con los dispositivos, este sujeto sería de corte griego, pues sus análisis en «El uso de


Editoriales: Textos «éticos» de Foucault

los placeres» se habían centrado sobre todo en la Grecia clásica y sus últimos cursos habían tenido como marco histórico este periodo. Pierre Hadot, quien analiza los nexos que tiene su trabajo con el de Foucault, señala: Su descripción de las prácticas del sí—mismo (como, por lo demás, mi descripción de los ejercicios espirituales) es no solamente un estudio histórico sino que implícitamente quiere ofrecer al hombre contemporáneo un modelo de vida (que Foucault llama «estética de la existencia»).1 El ejemplo de Pierre Hadot es emblemático, pues él juega un lugar importante en la elaboración de «El uso de los placeres» y «La inquietud de sí» así como en la «Hermenéutica del sujeto». Desde la perspectiva de Hadot, tanto él como Foucault están planteando el regreso a una tradición de la filosofía como modo de vida que ha sido olvidado en favor de un discurso teórico.2 Aquí es necesario señalar que, efectivamente, ambos parten de la idea de que las técnicas de sí son centrales en el pensamiento filosófico de la antigüedad; sin embargo, Foucault no señala expresamente, como afirma Hadot, que esté buscando un modelo de vida para el hombre contemporáneo.3

Alexander Nehamas, tratando de explicar esta vuelta de timón, argumenta una explicación al planteamiento de un sujeto ético, para él, ello representaba en la obra de Foucault una salida a sus propios postulados sobre el poder, pues estos le habían sumido en un impasse teórico que no le permitía sugerir un tipo de salida al sujeto que se encontraba en estas relaciones. Para este autor Foucault, previo al planteamiento ético, se encontraba en una etapa nihilista que lo condenaba a un «silencio filosófico» y que lo sumía en una visión pesimista en la cual el poder no daba cabida a la libertad de los individuos.4 Es esa la razón, afirma Nehamas, que abría orillado a Foucault al planteamiento de «Las artes de vida».5 Zizek, asumiendo ya que estos últimos trabajos representan la construcción de un sujeto ético, hace una crítica al mismo y señala que Foucault propone un sujeto que iría contra una ética universalista, lo que resulta en una estetización de una ética individual. En esa ética individualista cada sujeto, distanciándose de las normas universales, construye su propio autodominio, se inventa, se produce buscando y encontrando su propio arte de vivir (en el caso de Foucault ese arte de vivir sería el sadomaso21


Editoriales: Textos «éticos» de Foucault

quismo homosexual, según Zizek). El problema de esta ética individualista, dice Zizek, es que es elitista, lo cual tiene como consecuencia un distanciamiento hacia cualquier proyecto socialmente incluyente. 6 Estas lecturas «propositivas» de un sujeto al estilo griego, sin embargo, se encuentran enfrentadas con las afirmaciones de Foucault en un sentido muy contrario. Como se puede ver (particularmente en las entrevistas) el filósofo francés se manifestaría a favor, no de una propuesta de un tipo de sujeto, sino de la búsqueda genealógica por saber quiénes somos y cómo nos constituimos como sujetos, búsqueda en la cual este sujeto griego sería una de las paradas de un camino que lleva a la comprensión de esta constitución, que no su punto de llegada. Foucault se muestra renuente a la posibilidad de que puedan tomarse soluciones antiguas a problemas modernos. La tarea consiste en hacer un trabajo continuo de «perpetua reproblematización», sin pretender abrevar en el pasado para solucionar los problemas que nos plantea el presente.7 Otro argumento en contra de esas lecturas es que omite un principio central de la genealogía que consiste en distanciarse de la idea de los orígenes ideales8, como si hubiésemos perdido algo en el camino de la historia, o como si ésta nos hubiera velado un cierto ser originario olvidado al que es necesario regresar, un sujeto verdadero.9 En otros momentos, Foucault también apuntará a lo vacuo de caer en una «suerte de nostalgia» en el sentido de fundar una empresa moral de recuperación de la antigüedad. Señala que toda empresa de esta naturaleza que pretenda fundar una moral moderna sobre una moral antigua está destinada al fracaso, pues ya toda lectura que se hace de los griegos está hecha, inevitablemente, desde la moral cristiana.10 Quizá la crítica más importante que se le puede hacer a este tipo de lecturas es la percepción equivoca de las relaciones de poder desde la cual se parte. Suponer que Foucault buscaba una salida a las relaciones de poder es conocer poco del carácter de las mismas. El 22

poder para el filósofo francés es un plexo de relaciones lo cual implica que no estamos ante un dominio cerrado. Las prácticas de libertad se dan en esas relaciones de fuerza, por ello en las relaciones de poder se encuentra supuesta también la resistencia. Gilles Deleuze ya denunciaba esta interpretación errónea de la obra de Foucault, el filósofo de El Antiedipo señalaba que esos críticos suponían que los dispositivos eran «líneas de fuerza infranqueable», dominios cerrados. Para Delueze es claro que Foucault pensaba el dispositivo como una madeja, que no estaba constituida por una línea envolvente, omniabarcadora, sino que habría «líneas de fuga» que se escapan.11

Las objeciones aquí presentadas abren la posibilidad de una lectura aún por hacer, pues ayudan a pensar el último trabajo de Foucault dedicado a los griegos como una continuación de su analíticas del poder que vincula a la ética, expresa en esos textos, con la política en el contexto de esas relaciones presente en sus última genealogías. Más que la apuesta por una lectura desde la ética individualista, analizar la política inserta en el proyecto ético es una tarea aún pendiente por los lectores de Foucault.


Editoriales: Textos «éticos» de Foucault

y autónomo. Rorty supone que el trabajo de Foucault camina entre una búsqueda de autonomía y un compromiso político propio de los intelectuales románticos. Según Rorty, Foucault consideraría que su conducta hacia los demás no es el punto central, o lo más importante de sí, sino su búsqueda personal de autonomía, que consistiría en un estar inventado por sí mismo. Véase R. Rorty «Identidad moral y autonomía privada: el caso de Foucault» en Ensayos sobre Heidegger y otro filósofos contemporáneos, pp. 269— 276. 6. S. Zizek, El sublime objeto de la ideología, p. 24. 7. « …je ne cherche pas une solution de rechange ; on ne trouve pas la solution d`un problème dans la solution d´un autre problème posé à une autre époque par des gens différents…Je crois que le travail qu´on a à faire, c´est un travail de problématisation et de perpétuelle reproblèmatisation » Foucault, «À propos de la généalogie de L’étique: un aperçu du travail en cours » en DE II, pp. 1430—1431. 8. Foucault «Nietzsche, la genealogía, la historia» en: Foucault, Microfísica del poder pp. 7—31.

Sobre el autor: Licenciado en psicología, maestro en filosofía de la cultura y religión, doctorando en filosofía del programa de Doctorado en filosofía por la facultad de filosofía y letras de la UNAM. Profesor de la asignatura de textos filosóficos en la carrera de Letras modernas. Especialidad en filosofía francés y filosofía clásica. Miembro del grupo de investigación Reflexiones marginales, autor del libro “El sujeto como objeto de sí mismo” y de ensayos y artículos filosóficos. Referencias: 1. E. Balbier (et al.), Michel Foucault: filósofo, p. 220. 2. Esa es la tesis central de La hermenéutica del sujeto, el planteamiento de que la filosofía antigua estaba más centrada en los modos de vida, en un cuidado de sí que en un conocimiento de sí (lectura que la tradición filosófica ha señalado como central). Ibíd., p. 219. 3. Respecto a las deudas de Foucault con Pierre Hadot, ver «Usage des plaisirs et techniques de soi» en M. Foucault, DE II, p. 1361 y en La hermenéutica del sujeto (passim). 4. Nehamas A. El arte de vivir: Reflexiones socráticas de Platón a Foucault, pp. 243—291. 5. Otros comentaristas que han mantenido la idea de un sujeto ético en la obra de Foucault son Wilhelm Schmid y Rorty. Schmid, desde otro lado, pero casi con el mismo punto de llegada que Nehamas, sitúa a Foucault como un pensador de las artes de vivir (entendidas estas artes como formas prescriptivas de vida que han planteado un regreso a las escuelas griegas y latinas) y que se apoya en los griegos para formular un proyecto ético. El trabajo de Schmid es quizá el estudio más exhaustivo para situar este último trabajo de Foucault con su obra anterior en el contexto de una nueva fundamentación de la ética. Dicho texto cuenta con un método muy particular que consiste en pensar en los libros del filósofo de Poitiers como representantes del aspecto descriptivo de su teoría y situar a las conferencias y entrevistas como los lugares donde se manifiestan los principios normativos que guían la lectura de los primeros. Según el autor, estas entrevistas aportan un principio normativo al planteamiento general de Foucault en el sentido de anunciar un nuevo fundamento para la ética y los libros conformarían una desarticulación del sujeto contemporáneo. Se presentaría así un trabajo de destrucción del sujeto en los libros y una fundamentación de un sujeto ético en las entrevistas. Véase W. Schmid, En busca de un nuevo arte de vivir: La pregunta por el fundamento y la nueva fundamentación de la ética en Foucault, (passim). Rorty, por su lado, han insistido en que Foucault se habría encontrado con aporías irresolubles que contraponían su trabajo teórico con su vida y su inserción política, y que la disolución del sujeto, la crítica al humanismo y la imposibilidad de escapar de las relaciones de poder le habrían impelido a plantear, al final de su vida, un tipo de sujeto individualista

9. La idea del «sujeto verdadero» no es nimia, Frédéric Gros, quien ha estado a cargo de la edición de los cursos que Foucault diera en el Collège de France señala, al momento de explicar las razones por las cuales Foucault llega al estudio de la compleja relación entre sujeto y verdad, que este desarrollo le permite pensar que «....es posible un sujeto verdadero, ya no en el sentido de una sujeción sino de una subjetivación». Al respecto ver «Situación del curso» a cargo de Gros, en Foucault, Hermenéutica del sujeto, p. 483. 10. Véase Foucault, «Le retour de la mórale» en DE II, p. 1525. 11. Véase Deleuze G. Michel Foucault, filósofo, p. 156. Referencias de imágenes: [Fotografía blanco y negro de Foutcault leyendo en biblioteca]. (s.f.). Recuperado de: http://www.nodulo.org/ec/2012/img/n124p07c.jpg [Fotografía blanco y negro de Foutcault sentado viendo la camara]. (s.f.). Recuperado de: http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot. mx/2010/11/michel-foucault-el-ojo-del-poder.html [Fotografía blanco y negro de Foutcault en un bote]. (s.f.). Recuperado de: http://www.mutanteggplant.com/vitro-nasu/wpcontent/uploads/2011/10/1MichelFoucaultsings.jpg Bibliografía: Balbier E. Michel Foucault filósofo, Gedisa, Barcelona, 1999. Deleuze G. Foucault, Paidós, Barcelona, 1998. Foucault M. Dits et écrits I, 1976—1988, Quarto Gallimard, Paris, 2005. ———Dits et écrits II, 1976—1988, Quarto Gallimard, Paris, 2005. ———Estética, ética y hermenéutica, tr. Ángel Gabilondo, Paidós, Buenos Aires, 1999. ——— Estrategias de poder, tr. Julia Varela y Fernando Álvarez— Uría, Paidós, Buenos Aires, 1999. ———La hermenéutica del sujeto, FCE, México, 2002. ——— La microfísica del poder, tr. Julia Varela y Fernando Álvarez— Uría, La piqueta, Madrid, 1992. Nehamas, A. El arte de vivir: Reflexiones socráticas de Platón a Foucault, Pre—textos, Valencia, 2005. Rorty, R. Ensayos sobre Heidegger y otro filósofos, Paidós, Barcelona, 2000. Schmid, W. En busca de un nuevo arte de vivir: La pregunta por el fundamento y la nueva fundamentación de la ética en Foucault, Pre— textos, Valencia, 2002. Zizek, S. El sublime objeto de la ideología, Siglo XXI, Méx., 2001.

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Dil intro de la FaPsi 40 Aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos Por Gerardo López Almanza

y Marcela Espinosa Sáenz Fotografía por Leslie Arreola Villagomez

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l día 8 de mayo se conmemoró el 40 aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos (USP) de la Facultad de Psicología de la UANL. La inauguración del evento se realizó por parte del director de la dependencia, el Dr. José Armando Peña Moreno, en cuyo mensaje hizo una referencia histórica de los nueve directores que a lo largo de los 40 años han sido los precursores de la clínica. Dando una mención especial a los supervisores de licenciatura y los de posgrado los cuales dan un gran apoyo a la clínica con su experiencia. Por su parte, la Dra. María Elena Urdiales Ibarra, actual coordinadora de la USP, dio unas palabras de bienvenida en representación de los que conforman la clínica, agradeciendo a las autoridades, supervisores, alumnos e invitados por asistir a dicho evento. Durante su discurso dio un breve resumen de lo que ha sido la USP durante estos 40 años, «Se ha distinguido, desde su creación, como una institución rectora en formación profesional en el ejercicio de la psicología que contribuye de forma socialmente responsable a la comunidad, este proceso de transformación ha sido gracias al trabajo compartido entre terapeutas, supervisores, equipo

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administrativo y los distintos departamentos que se han instaurado para brindar sus servicio y establecer ese compromiso y responsabilidad ante la comunidad de la sociedad». También se agradeció a la comunidad atendida quienes nos brindan su confianza aceptando que el tratamiento que reciben sea bajo un modelo de atención guiada de iniciante a experto. Así mismo se mencionó el impacto mayúsculo que tiene la USP (también conocida como <<la clínica>>) que cuenta con 350 practicantes, 50 supervisores, 10 personas dentro del equipo administrativo, quienes en conjunto ofrecen alrededor de 25,000 atenciones psicológicas al año. Posterior al mensaje de la Dra. Urdiales, se proyectó un emotivo y enorgullecedor video realizado por el Departamento Audiovisual en la cual se dio un paseo a lo largo de la historia de la USP y las actividades que actualmente se llevan a cabo dentro de ella. Dentro del 40 Aniversario de la USP, pudimos disfrutar durante los dos días que aconteció este evento conmemorativo de una gran variedad de actividades: 2 conferencistas magistrales, 2 paneles sobre modelos de atención tanto internos como externos, 17 talleres, 9 sesiones temáticas, 60 trabajos en sesión cartel y una mesa de diálogo con personalidades pioneras en la práctica. Puedes encontrar reseñas detalladas de cada una de las actividades que compusieron este evento en nuestras redes sociales.


Dil intro de la FaPsi

Consenso Psicoanalítico: «Lo corporal» con Revista Lúdica Por Redacción Sui Generis Fotografía por Carlos Mora

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omo parte del convenio de la Revista SuiGeneris con la Revista Lúdica de Guatemala, los editores responsables Omar M. Castillo e Iris Reyes fueron invitados por Liza M. Zachrisson a una actividad que formó parte de sus Consensos Psicoanalíticos donde se realizó un conversatorio sobre el tema «Lo corporal».

El pasado 26 de febrero del presente año se llevó a cabo dicha videoconferencia dentro de las instalaciones de posgrado de la FaPsi. Los editores aprovecharon para hablar sobre los textos que se publicaron en el número 28 de la Revista SuiGeneris sobre «Psicosomática»; dentro de dicho número existen dos textos ya antes publicados en Revista Lúdica. Los participantes de ambas revistas pudieron hablar y cuestionarse desde diferentes líneas sobre el tema por alrededor de dos horas. Agradecemos a la Revista Lúdica por su invitación y atenciones, y esperamos seguir colaborando en actividades que promuevan nuevas construcciones.

Presentación del libro «Focault ante Freud» Por Lucero Oasis Botello Torres

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l día viernes 23 de Mayo del año 2014, se presentó el libro titulado «Focault ante Freud» del autor Dr. Julio Ortega Bobadilla, a quien le acompañaron el Dr. Guillermo Vanegas Arrambide y el Dr. José María Infante Bonfiglio. El evento fue llevado a cabo en el Auditorio Agustín Basave ubicado dentro de las instalaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León, mostrándose como moderador el Dr. Manuel G. Muñiz García.

El autor expresó a los presentes la importancia de la filosofía en el psicoanálisis y la relación que existe entre Michel Focault y Sigmund Freud, temas que se encuentran plasmados en el libro presentado. «Decía un colega en el Distrito Federal que se subió a la pecera y vio a un chico que estaba muy entrado con el libro Focault ante Freud […] Entonces mi amigo pregunta: ‘¿por qué estás tan entrado con este libro?’ Y el chico, que iba rumbo a la UNAM, dice: ‘es que es un libro muy importante sobre el psicoanálisis y filosofía’. Con eso he recibido mi paga» finalizó. Referencias de imágenes: Botello, L. / Revista SuiGeneris (2014)

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Dil intro de la FaPsi

Encuentro de Investigadores y Comunidad Académica 2014 Por Redacción Sui Generis

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l 2 de abril del presente año se llevó a cabo la inauguración del «Encuentro de Investigadores y Comunidad Académica 2014» organizado por la Subdirección de Investigación de la FaPsi, UANL a cargo del Dr. Manuel Muñiz, con la coordinación de la Mtra Sonia Garza. Las palabras inaugurales estuvieron a cargo del director de nuestra facultad, el Dr. Armando Peña y estuvieron también presentes el Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá, Mtro. Alvaro Ascary, la Mtra. Magaly Cárdenas y la Dra. Blanca Montoya. Las presentaciones que compusieron este evento se realizaron durante los meses de abril y mayo con temas variados sobre investigaciones de docentes de nuestra facultad. Durante el mes de abril, el primero de los eventos de este encuentro, se realizó justo después del acto inaugural y fue la exposición «Valoración de un modelo psicobiológico predictivo de los choques automovilísticos en conductores jóvenes» del Mtro Hugo Tirado Medina. Justo

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una semana después se presentó la Mtra. Cecilia Días Rodríguez con su ponencia «Conductas problema en adolescentes». Durante el jueves 10 de abril se presentaron las maestras Melina Miaja y Minerva Vanegas con sus ponencias «El impacto de la alexitimia y la resilencia en las fases del proceso de duelo en pacientes con cáncer» y «Efectos de las actividades gráficas en el manejo de las emociones y el estrés en alumnos universitarios», respectivamente. Siendo el último día de actividades de este mes el día 30, en el que se presentaron las ponencias «Neuropsicología y delincuencia» a cargo del Mtro. Jorge Borrani y «El dormir y sus efectos sobre la atención» a cargo del Mtro. Juventino Cortez. Todos los miércoles del mes de mayo se presentaron ponencias de investigación. El 7 de mayo tuvo lugar la ponencia del Mtro. Arturo Arrona con el tema «Efectos del uso de la computadora y el teléfono móvil antes de dormir en el ciclo de vigilia—sueño» y la Mtra. María de la Luz Escalona con la ponencia «Identidad social en una organización de servicio: validez de contenido y de constructo de una escala». El siguiente miércoles pudimos disfrutar de las ponencias «El deseo incestuoso y la insatisfacción de la histeria. Un estudio de caso» de la Mtra. Martha Garza y «La situación actual del psicólogo escolar» de la Lic. Marisol


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Barrón. Durante la tercera y última semana cerraron los licenciados José Luis Jasso y Arlen Hernández con las exposiciones «Un estudio descriptivo de los factores en el funcionamiento de las familias nuevoleonesas» y «Rediseño de un programa en internet de prevención de ETS», respectivamente. El objetivo de este Encuentro de Investigadores y Comunidad Académica 2014 fue acercar a los estudiantes universitarios a las líneas de investigación que se están llevando a cabo en la FaPsi, así como promover la investigación en los estudiantes y demás docentes. Puedes encontrar reseñas detalladas de las ponencias que compusieron este evento en nuestras redes sociales. Referencias de imágenes: Revista SuiGeneris (2014)

Mesa de Debate «Paternidad, maternidad y nuevas familias: problemáticas actuales» Por Gerardo López Almanzas

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ara conmemorar el quinto aniversario de la Revista Sui Generis, el pasado miércoles 19 de marzo se llevó a cabo en el Auditorio Agustín Basave de la Facultad

de Psicología de la UANL una mesa de debate denominada «Paternidad, maternidad, y nuevas familias: problemáticas actuales». En esta mesa participaron: Abraham García psicólogo clínico del DIF Nuevo León; Araceli Franco psicoanalista, miembro Fundador y activo de Redes, egresada de la Universidad Autónoma Metropolitana del D.F.; Hannan Kahn psicoterapeuta, y supervisora del Centro de Investigación Familiar A.C.; el Mtro. Marco Tulio Garza coordinador del departamento de neuropsicología de FaPsi.; y la Dra. Martha Lievano del Área Clínica y Social de FaPsi. Abraham García indicó que para evitar la violencia en los niños, los padres deben de considerar dos cosas para la formación de un hijo seguro: la capacidad de formar un apego seguro y la empatía. Por su parte, Araceli Franco, mencionó que las problemáticas económicas actuales y la modernidad hacen que los padres busquen tratamiento psicológico rápido y eficaz, y cada vez están menos interesados en los problemas de sus hijos. La psicoterapeuta Hannan Kahn, enfatizó que los niños ya no ven como un tabú el divorcio entre sus padres; sin embargo, sigue siendo doloroso para ellos, y considera que el divorcio es la muerte de la familia. Por otra parte, el Mtro. Marco Tulio Garza, expresó que existen dos tipos de familia las buenas y las malas. Y que todas las familias tienen problemas, la diferencia entre las buenas y malas familias, son las soluciones que dan a los problemas. Para finalizar, Martha Liévano comentó que la familia es una concepción social, pero considera que una cosa es ser madre biológica, y otra es que cumpla con las funciones que debe de tener una madre con sus hijos. Referencias de imágenes: Villanueva, D. / Revista SuiGeneris (2014).

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Dil intro de la FaPsi

Señorita Psicología 2014 Por Gerardo López Almanza

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l pasado jueves 3 de abril en la Sala de Usos Múltiples de la Facultad de Psicología de la UANL, se llevó a cabo la versión 2014 del Certamen Señorita Psicología, la cual tuvo una participación de 12 estudiantes de los diferentes semestres de la licenciatura. Dicho certamen consistió en tres fases: traje regional, vestido de coctel, así como el tradicional vestido de noche. El jurado estuvo integrado por la Lic. Jessica Paola Cepeda García, Karina Margarita Sánchez Sarabia, así como también el Lic. Ángel Delgado, fotógrafo profesional con cinco años de experiencia y especialista en el mundo de la moda y Jaime Alberto Robles Díaz, productor de música con más de 20 años de experiencia y con más de nueve años de trabajar en agencias de talentos. La ganadora del certamen y nueva Señorita Psicología 2014 fue Teresa Michelle Martínez Montejano alumna del octavo semestre. Otros resultados del evento fueron: la Señorita Psicología Suplente: Adriana Cecilia Villalobos Anguiano alumna del cuarto semestre; Señorita Popular: Sonia Nayelli Coronado Polina del segundo semestre (elegida por Fa-

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cebook); Señorita Simpatía: Selena Villarreal Pérez alumna del segundo semestre, fue elegida por las mismas participantes. El cetro fue entregado a la ganadora por Marcela Morales, Señorita Psicología 2013. Referencias de imágenes: [Fotografía de Señorita Psicología vestido de noche]. (2014). Recuperado de: https://www.facebook.com/michy.mtzmontejano [Fotografía de ganadora de Señorita Psicología]. (2014). Recuperado de: https://www.facebook.com/michy.mtzmontejano


Temática central:

¿Qué emociones experimentas cuando mientes? Una revisión sobre la mentira y moral Por Dra. Claudia Castro Campos (psiclaudiacastro@gmail.com) | Docente e Investigadora Laboratorio de Ciencia Cognitiva Facultad de Psicología, UANL

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ebido a la naturaleza psicosociológica de querer conseguir aceptación por parte de otros, el ser humano siente la necesidad de recurrir al engaño, ya sea consigo mismo (autoengaño) o hacia los demás (sesgos, deseabilidad social, entre otras); es por ello que la mentira juega un papel adaptativo en el mundo socioafectivo y relacional (Catalan, Sirvent, Palacios, Labrador, Mendiola, & Cols., 2010). Según el punto de vista de la sociobiología, la mentira no solo ha sido crucial en la evolución de la especie humana (Doner, 1998) sino que también toma un lugar importante en la supervivencia (Wiley, 2006). Por ejemplo, en nuestras relaciones formales e informales la mentira juega un papel importante porque nos permite establecer distancia con personas no deseadas, previene la exposición de información importante y privada; además, nos permite ocultar conductas no deseadas como la discriminación o evitar dañar a las personas con las que tenemos un lazo afectivo. Ha existido desde los primeros estudios de la mentira una conexión muy estrecha entre el engaño y la moral, esto quizá sea el resultado de las concepciones que como sociedad se han implantado en el ser humano desde edades muy tempranas, por ejemplo, la familia es quien se encarga de formar a un individuo para que pueda ajustarse de buena forma a la sociedad, es así que desde muy pequeños se nos inculcan ideas

sobre la verdad y la mentira. Madrid (2005) menciona que desde los 3 años el niño es capaz de dar información distinta a la que conoce y durante el proceso va entendiendo que existe una visión distinta a la suya, así como las consecuencias que puede obtener de sus acciones. De esto habla la teoría de la mente, trata de definir el proceso complejo por el que el niño atraviesa al atribuirles mente a los otros y predecir de esta manera la conducta que pudiera aparecer en función de deseos y creencia de un tercero (Riviere & Nuñez, 1998; Gervilla ,2006). Sobre esta función, Nunberg y Federn (1980) consideran que el niño comienza a decir sus primeras mentiras como un tipo de desafío hacia las personas adultas, en particular con sus padres, esto puede llegar a confundirse como un acto de alevosía, pero en realidad implica el comienzo de una independencia mental en la que existe una respuesta por parte de los adultos con la que puede obtener ciertas ventajas, además de que la mentira infantil es vista como una evolución psicológica (Ajuriaguerra, 1992). Uno de los primeros estudiosos en el tema fue Piaget (1974) quien constató que existe un camino psicogenético en el desarrollo de la moralidad infantil, sus observaciones en buena parte se centraron en la génesis del criterio moral, su hipótesis sobre la sociedad es que esta está basada en un sistema de reglas, y la esencia de cuándo un individuo entiende la 29


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función moral se relaciona con el respeto que adquiere a dichas reglas. Se espera que una persona, de acuerdo a lo que su contexto social le disponga, formará una autonomía moral, lo que presupone una capacidad racional y le permite comparar aquellas diferencias que pudieran existir sobre sus pensamientos y valores con los de los demás. De esta manera, la función que tiene la mentira en el niño corresponde con el desarrollo mental y emocional en él. Esta información falsa que dan a los demás en la mayoría de las ocasiones son vistas como parte del juego, incluso investigaciones revelan que los niños que comienzan a decir mentiras desde temprana edad son más creativos (Iglesias, 1999; Marina, 1993), pero el ser catalogado como una persona mentirosa puede interferir también con su medio social y la forma de interactuar en él (Gervilla, 2006). Para cualquier persona el adquirir autonomía tanto en su pensamiento como en su moral es indispensable para el logro de una identidad, esto incluye la oposición a ciertas ideas sociales que, al cuestionárselas, la persona va adquiriendo una formación propia de valores. Por ejemplo, definir la igualdad, la justicia, la verdad o la mentira, por lo que un individuo con esta autonomía no puede ser nombrado como egocéntrico, ya que solo juzga y actúa racionalmente, considerando, al mismo tiempo, los derechos de los otros y los propios. El adquirir la autonomía habla de la madurez del cual se distingue otros dos conceptos: la «anomía» y la «heteronomía»; el sufijo «nomía» proviene del término griego «nomos» y significa regla, la «a—nomía» se refiere a un estado de ausencia de reglas (visto por ejemplo en los recién nacidos) y en el otro extremo se ubica la «heteronomía», palabra que proviene del vocablo «heterónomos», que quiere decir dependiente de otro; entonces, la heteronomía supone que la conducta de un individuo no está controlada por su propia conciencia (Villegas,1998). Son muchas las fuentes por las que nuestra moral se ve influida, algunas de ellas son: la religión, la familia, los seres cercanos y el contexto en el cual un individuo se desarrolla. De todas 30

ellas, la religión juega un papel relevante, sobre todo en culturas como la nuestra, ya que desde muy pequeños nos son impartidas ideas que se relacionan con una conducta modelo, la cual es vigilada por un ser supremo que ha establecido reglas para poder aspirar a una vida «de bien», esto se relaciona con la heteronomia descrita anteriormente, la cual se caracteriza por el actuar y pensar de acuerdo a reglas de grupos o individuos a quienes no se cuestiona, ni se permite a sí mismo llegar a una conclusión propia sobre el porqué de estas creencias. Debido a que el origen de las reglas es externo, para ellos, son correctos los juicios y las acciones vinculadas a lo que dicen los mayores, los padres, maestros, la religión, políticos, etc. (Basanta, 2001).

Las personas heterónomas se subordinan a quienes consideran que tienen poder en las relaciones sociales. Estas ideas podemos encontrarlas en escritos como el de Shelton (1998) en donde describe tajantemente al engaño como un acto de condenación y maldición, a lo cual le nombra como «el pecado de mentir», sin tomar en cuenta el espectro que abarca y la


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relevancia en la vida cotidiana; es interesante que incluso a la mentira se le llegue a comparar con conductas inadaptadas como hurtar, ya que el falso testimonio en la religión es condenado por la sola idea de ser frecuente durante las interacciones sociales. Sin embargo, diversos autores han descrito las ventajas de utilizar el engaño en determinadas circunstancias, que incluso la mayoría de los participantes de sus investigaciones justifican dicho acto prefiriéndola por encima de la verdad, tal es el caso de las «mentiras blancas», llamadas también «mentiras piadosas», que están relacionadas al acto de mentir dentro de la vida cotidiana como una mera condición social, por ejemplo, en situaciones sociales en donde se pretende no incomodar a terceros, proteger a personas queridas o evitar dañar a otro, por lo que estudios sugieren que las personas consideran sus mentiras diarias como pequeñas y de poca relevancia. De esta manera, no pasan mucho tiempo en su planeación, ni tampoco se preocupan por la posibilidad de ser descubiertos (DePaulo, Kashy, Kirkendol, Wyer & Epstein, 1996). Diversas investigaciones consideran que el motivo por el cual se miente tiene un gran impacto sobre alguien que decide si la mentira

es adecuada o no; por ejemplo, en estos mismos estudios, la percepción cambia cuando se conoce que la mentira tiene una connotación negativa, a este tipo de mentiras se les conoce como «mal intencionadas», las personas planean el engaño con la finalidad de dañar a otra y de obtener beneficios para sí mismo (Ekman, O´Sullivan & Frank, 1999). Esto pasa cuando una persona oculta o da información falsa para tener prioridad en un puesto laboral, decirla con la intención de sacar ventaja de alguien, para herir o dejar en mal a otro, etc. En este sentido, moralmente, el engaño en la mayoría de las culturas es por demás condenado, en particular cuando la mentira ha sido descubierta por personas que son significativas en nuestra vida. A raíz de esto, surgen una serie de emociones que generan un malestar con los demás y hacia uno mismo. Estas emociones incluyen el miedo a ser descubierto, el sentimiento de culpabilidad y la vergüenza (Ekman & O´Sullivan, 1990; Bond, Omar, Pitre, Lashley, Skaggs & Krirk, 1992). El impacto de estas emociones depende del tipo de mentira, de la personalidad del individuo, y de las circunstancias bajo las cuales el acto de mentir toma lugar (Vrij, 2000, 2004). Por ejemplo, cuando la persona está mintiendo puede experimentar vergüenza,

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esta se define como una incomodidad extrema cuando el individuo se percata de que no ha actuado de acuerdo con las expectativas de otras personas, se manifiesta en el incremento de la temperatura de la cara, comúnmente visto como enrojecimiento del rostro, otras características de dicha emoción incluyen la aversión con la mirada fija, una postura cerrada y una tendencia a retirarse (Keltner & Harker, 1998; Vrij, 2004). La vergüenza, aunque en nuestra cultura es poco considerada como una forma de castigo, en países como Japón esta emoción y el deshonor están integrados en la moralidad y los valores tradicionales del país. Las confesiones, incluso las que son humillantes, son vistas como el camino más directo al arrepentimiento (Shapiro, 1997). La culpa aparece cuando quien miente no logra cumplir con sus pautas internalizadas de comportamiento, de esta manera la culpa, así como la vergüenza, está asociada a un factor moral personal; es decir que quien miente se esfuerza por ocultar comportamientos que delaten su acto de mentir (Keltner & Buswell, 1996; Tangney, Miller, Flicker, & Barlow, 1996; Scheff, 2001), dado que su reputación e imagen personal o profesional se encuentran en juego. 32

Otra emoción que con frecuencia se presenta en el engaño es el miedo, generalmente se experimenta en menores o en personas que consideran pueden ser descubiertas por otras de mayor jerarquía, las señales incluyen un discurso ruidoso, pausas, errores en el discurso, cambios en la postura corporal repentinos (Keltner & Buswell, 1996; Tangney, Miller, Flicker, & Barlow, 1996). Lo anterior ilustra la forma en cómo las emociones pueden en cierta forma traicionar la confianza de la persona que dice la mentira. Algunas emociones como la ira o disgusto, pueden transmitir amenaza de daño físico, también pueden transmitir amenaza de daño social. Ekman (1985; 1992) por otra parte, señala que las emociones no solo son una parte significativa cuando los que mienten sienten culpa, aprehensión o satisfacción, sino que también, son importantes cuando quién miente trata de fingir lo que está experimentando. Esto es de relevancia, ya que las claves que nos indican algún engaño varían dependiendo de la emoción particular que se está experimentando o bien de la que se quiere falsear. Las implicaciones de ser descubierto tienen consecuencias y es por eso que cuando se


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miente hacia una persona con quien se tiene una relación estrecha, se involucra una mayor preocupación acerca de que esa información no cause un gran impacto ya que, además de esto, la persona que engaña sabe que el individuo destino tiene información adicional de interacciones pasadas que ayudan al proceso de detectar expresiones faciales, en particular con quien se tiene un vínculo emocional fuerte como un cónyuge, padres o amigos, con quienes las expresiones de ira y disgusto pueden interpretarse como una amenaza social, capaz de dañar esta relación (Burklund, Eisenberger & Lieberman, 2007).

sobre el tema para poder conocer y explorar más sobre lo que rodea a la mentira a través de la lectura y la investigación en donde existe cada vez mayor interés. De esta manera, antes que exponer o castigar a un niño por el hecho de mentir, tendríamos que cuestionarnos porqué llegó a tomar esta decisión por encima de confiarnos la verdad, además de escuchar las ideas que tiene acerca del acto, pues no olvidemos que esta elección puede estar siendo influida y ser un reflejo de su entorno. Sobre la autora: Es Licenciada en Psicología, tiene una Maestría en Ciencias en Cognición y Educación y Doctora en Filosofía con especialidad en Psicología por la Universidad Autónoma de Nuevo León, en donde actualmente es catedrática e investigadora. Sus estudios están centrados particularmente en el estudio cognitivo de la detección de la mentira, con la cual fue acreedora al Premio de Investigación 2013 en el Área de Humanidades. Es perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores. Actualmente es responsable del Proyecto “Hacia un sistema de desarrollo de detección de mentiras por medios virtuales” financiado a través de PROMEP. Realiza labores como tutora y supervisora de estudiantes de licenciatura. Ha participado como conferencista en eventos académicos y publicado diversos artículos en revistas nacionales e internacionales. Referencias de imágenes: [Dibujo de hombre de espaldas con ángel y demonio]. (s.f.). Recuperado de http://caramelosblog.es/wp-content/gallery/post/ juicio-moral.jpg [Fotografía de manos apuntando a un hombre]. (s.f.). Recuperado de http://bosquejosparasermones.wordpress.com/2013/02/01/peleandoeficazmente-la-batalla-con-el-enemigo-espiritual/

Se ha analizado la forma en cómo el contexto social define en buena parte nuestras conductas, ideas e impresiones sobre cómo debieran llevarse las relaciones interpersonales, y se ha tratado de explicar el porqué se le da una connotación tan negativa a la mentira siendo que toda persona cada día la utiliza, al menos dos o tres veces (Feldman, Forrest, & Happ, 2002; Kashy & DePaulo, 1996) y es interesante que teniendo la información de que el engaño es reprobable socialmente, no dudamos en decirlo si los beneficios los consideramos mayores al hecho de ser descubiertos, conociendo además las consecuencias que conllevan, y quizá sea esto lo que sigue atrayendo tanto nuestra atención

[Fotografía de novia probándose un vestido]. (s.f.). Recuperado de: http://img.vayatele.com/2013/05/650_1000_Say%20Yes%20to%20 the%20Dress%20BreGant_1.jpg [Fotografía de niño con nariz larga]. (s.f.). Recuperado de: http:// www.preguntaleamonica.com/imagenes/pam610.jpg [Fotografía de niña ocultando galletas]. (s.f.). Recuperado de: http:// static2.todanoticia.com/tn2/uploads/news_image/2011/10/01/ Captura_de_pantalla_2011-10-01_a_las_19.24.05.png Bibliografía: Ajuriaguerra, J. (1992) Trastornos del comportamiento: Manual de psicopatología del niño. (2a edición) (pag. 166— 169) Barcelona, España: Masson S. A. Basanta, E. (2001) Ética y Universidad. Primera parte. Ed. C&C Bond, C., Omar, A., Pitre, U., Lashley, B., Skaggs, L. & Kirk, C. (1992). Fishy—looking liars: Deception judgment from expectancy violation. Journal of Personality and Social Psychology, 63, 969—977. Burklund, L., Eisenberger, N. & Lieberman, M. (2007) The face of rejection: Rejection sensitivity moderates dorsal anterior cingulate activity to disapproving facial expression. Social neuroscience, 2 (3—4) 238—253.

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Tema central: ¿Qué emociones experimentas cuando mientes?

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La «otredad» como propuesta de ética feminista en la investigación Por Pilar Albertín (Pilar.albertin@udg.edu) | Universidad de Girona | Investigadora y docente, Universitat Autonoma de Barcelona y Universidad de Barcelona.

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Introducción

a siguiente reflexión ético— moral surge por el interés de revisar el concepto de «otredad» como elemento útil para la práctica de una ética feminista. El interés de tal concepto surge a partir de mi trabajo etnográfico (Pilar Albertín, 2000), primero en el tema de consumo de heroína, y ahora en el de las violencias de género. A partir de interrogarme sobre el concepto de «otredad», llegué a plantearme el objeto de estudio (alter, «otredad») como sujeto, y el sujeto de estudio (ego) como alter, incorporando una práctica reflexiva en el propio trabajo investigador. En la presente reflexión parto de dos posiciones teóricas feministas diferenciadas pero que me aportan elementos básicos para el objetivo de mi propuesta: incorporar la ética feminista en la investigación. Por un lado, el concepto de ética universalista interactiva de Sheyla Benhabib (2006), y por otro el concepto de ética sostenida por Judith Butler (2009). A partir de algunas de sus aportaciones intentaré resaltar aquellos conceptos relevantes para una metodología ético feminista y apuntar algunas cuestiones en relación a la investigación actual que estamos realizando sobre violencia de género en la pareja.


Tema central: La «otredad» como propuesta de ética feminista en la investigación

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Posiciones teórico— prácticas de partida

S. Benhabib define la subjetividad femenina como una identidad narrada y situada (ubicada en un contexto de diversas prácticas), cuyo proyecto es su reconstrucción con un abarque universal (como proyecto de vida, autonomía, capacidad de actuar de acuerdo a unos principios, racionalidad). Busca una reevaluación de la noción del concepto de universalismo heredado de la Ilustración el cual ha privilegiado un ideal abstracto de sujeto autónomo y ha ignorado una

razón práctica, capaz de deliberar y juzgar de manera conveniente sobre las cosas que pueden ser buenas y útiles. Esta razón práctica está basada en el debate y el consenso entre los humanos, como forma interactiva de racionalidad. El universalismo de la Ilustración tiene una pretensión de imparcialidad propia de la teoría moral tradicional, la cual comporta una actitud autoritaria, pues supone la capacidad de verlo

todo, por encima de las perspectivas e intereses particulares. Se trata de un sujeto imparcial que no necesita reconocer a otros sujetos cuya perspectiva debiera ser tomada en cuenta y con quien pudiera producirse alguna discusión. Por este motivo, Benhabib plantea dos concepciones antagónicas sobre la «otredad», a las que denomina respectivamente: otro generalizado (predominante en la filosofía moral universalista –y androcéntrica—) y otr@ concret@ (que propugna la autora). En la concepción del otro generalizado, lo que dignifica a ese otro y le otorga respeto moral es lo que tiene de común con nosotros. En comparación con ese otro generalizado, Benhabib nos dice que está el/ la otr@ concret@, que es la idea de que necesitamos contemplar cada ser racional como un indivídu@ con historia, identidad y una constitución afectivo—emocional concreta, es decir, desde la perspectiva del/a otr@ concret@ las diferencias no sólo son reconocidas sino que además se consideran relevantes (entre ellas, ser hombre o ser mujer). Desde otra perspectiva feminista diferente, pero a la vez complementaria, J. Butler sostiene que sólo el reconocimiento de nuestro carácter frágil, vulnerable y construido permitirá formular una ética e iniciar cualquier reivindicación y crítica social. Suponer al sujeto como una entidad auto transparente, plenamente consciente de sus actos y libre, implica para Butler un autoengaño y una excesiva exigencia con un@ mism@ y los demás, que olvida nuestra vulnerabilidad y perjudica al más débil, al que no puede reconocerse en esa estructura. Butler sólo acaba con «la fantasía de dominio imposible» que impide reconocer nuestra contingencia (vuelta sobre el sujeto que coloniza, sobre el/la autor/a, la reflexividad). De este modo, subvirtiendo la estructura tradicional de la ética, esta autora define al sujeto no como el punto de partida de la ética, sino como su tema y su problema, que siempre está por construir y que nunca puede darse por supuesto. Este reconocimiento de nuestra fragilidad es el inicio de una ética más cercana a cada 35


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circunstancia, de una ética de la responsabilidad, que sabe que todo acto tiene consecuencias, a veces indeseadas y que no podemos controlar completamente. Butler no se encuentra tan lejos de la postura de Benhabib, pero la diferencia principal es que para Butler este universal («normas de moral universal y de reciprocidad igualitaria») no puede estar cerrado y predeterminado de antemano, sino que se trata de un horizonte imposible de alcanzar, siempre desplazado y dispuesto a cambiar, lo que denomina posición de sujeto, es decir, de su desplazamiento para que se adecue a la complejidad de relaciones diferentes en las que se encuentra (o nos encontramos).

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Cómo incorporar una ética feminista en la investigación

Para una práctica de la ética feminista, realizaré el ejercicio de analizar a partir de 4 dimensiones construidas a partir de los criterios que apuntan las autoras. Utilizaré ejemplos y situaciones que he experimentado en el proceso de investigación sobre la violencia de género, para incorporar una dimensión ética en dicha investigación. El ejercicio consistirá en formularse una serie de cuestiones y buscar respuestas:

2.1

Focalizar las subjetividades que emergen en el análisis de la categoría de género

El género debe tomarse como una categoría con fines políticos. El género siempre aparece en interacción con otros dispositivos de desigualdad (clase, etnia, sexualidad, edad, nacionalidad, etc.) y en esa interacción se configuran experiencias específicas –subjetividades— (Patricia Amigot y Margot Pujal, 2010). En este sentido en nuestra práctica de investigación intentaremos dar respuesta a varios procesos relacionados, entre ellos a la esencialización de los sujetos, especialmente cuando priorizamos aspectos relacionados con factores biológicos y psicológicos como desencadenantes 36

de la violencia. O cuando estamos creando la categoría de víctima o agresor. Así por ejemplo, intentaré formularme y dar respuesta a las preguntas: ¿se requiere reivindicar la categoría de víctima?, ¿su reconocimiento puede ser un estado transitorio?, ¿cómo construyo la categoría de agresor? También atender a la homogeneización de los colectivos. Si queremos que la investigación analice la violencia en función de dimensiones como la clase social, raza, etnia, edad…con las cuales interactúa el género produciendo diferentes condiciones de desigualdad, tendré que preguntarme si al hacer uso de categorías como «inmigrante» «pobre», etc., el efecto adverso que consigo es reificar esa categoría, darle un estatus de causa de la violencia o bien de correlacionar con la violencia, y con ello fijar más identidades estigmatizadas. ¿Mejor identidades hibridas para evitar la homogeneización?

2.2

Atención a las afinidades entre sujet@s a partir de «experiencias situadas»

En el estudio de la violencia la afinidad se refiere al hecho compartido de la experiencia de violencia y no a «identidades afines» por compartir una situación de violencia. Para ello, es preciso enmarcar la violencia en el proceso de sujeción del que habla Butler (1997), o del «mandato de género» que especialmente


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2.3

afecta a las mujeres u otras identidades fuera del binomio mujer/hombre. Hay que intentar que el análisis acerca de la violencia como un problema interpersonal, o como resultado de forjarse una personalidad, esté atravesado por esa condición socio—histórica preexistente. ¿Puedo entonces plantearlo como un conflicto social donde mujeres y hombres somos socializados y educados de forma desigual? ¿Y en qué momento del continuo estructural de violencia a la que tod@s estamos expuestos, incidiré en forma de problematizarlo? Plantearnos cuestiones como ¿estoy reduciendo la violencia de género a la violencia hacia la «mujer»?, ¿utilizo «mujer» o «mujeres» como una variable descriptiva (por su sexo) sin tener en cuenta consideraciones sobre sus condiciones de vulnerabilidad y de desigualdad construidas en el contexto social e histórico donde vive? Si es así, si sólo utilizamos «mujer» como categoría descriptiva y no analítica, tampoco repararemos en considerar otras subjetividades o identidades sexuales no binarias pero excluidas.

Incorporar la subalternidad como otro dispositivo de poder o subversión al poder

La subalternidad es un proyecto político que nos interpela, en nuestro caso como investigador@s sobre la necesidad de considerar a quienes son excluid@s de los discursos sociales. Gayatri Spivack (en M. José Vega, 2013) habla de la doble subalternidad de las mujeres: patriarcado e imperialismo colonizador. La palabra de la subalterna no alcanza el nivel dialógico ni accede a un lugar enunciativo socialmente relevante. No hay una hermenéutica capaz de recuperar su voz por lo que habrá que conformarse con indagar una omisión o un silencio. En este sentido, debo interpelarme cómo las prácticas de las Instituciones de las que formo parte construyen la subalternidad. Así pues, ¿construyo desde el conocimiento científico, o desde el sistema jurídico penal, o desde el sistema psicosocial, a las mujeres victimizadas como pasivas, sin voz?, o ¿construyo desde esas mismas instancias a los hombres como amenazas, criminales, desproveyéndoles también de voz? ¿Hay otr@s excluid@s que no tienen voz?, por ejemplo los niñ@s que viven la violencia en la familia, ¿tiene voces?, ¿y la sociedad? ¿Qué ecos recoger de las subalternas?

2.4

Preguntarnos como investigador@s si tenemos responsabilidad sobre nuestras prácticas y si somos sensibles a las desigualdades sociales en función del género

En la ética feminista, la propuesta de revisión se vuelve hacia l@s propi@s investigadores. Por tanto, tendríamos que dar algunas respuestas, aunque precarias, no clausuradas, acerca de ¿cómo me posiciono en el mundo como mujer (o como hombre) o como qué? , así mismo, a la pregunta: ¿cómo me posiciono frente a la violencia que se manifiesta en el seno de la pareja? Podemos construir versiones que apues37


Tema central: La «otredad» como propuesta de ética feminista en la investigación

ten por la recuperación de l@s victimizad@s, por su liberación, o versiones que trabajen con l@s victimari@s, con la prevención de su acción violenta, pero si la mirada está fuera de la óptica de intentar reducir las condiciones de desigualdad creadas por la construcción de la diferencia sexual, no habremos conseguido el objetivo de una ética feminista. Sobre la autora: Pilar Albertín Carbó es profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Girona (España) desde el año 1995. Imparte docencia en dicha universidad en relación a asignaturas de psicología social. También en Masters relacionados con la intervención psicosocial (en la Universidad de Barcelona y en la Universidad Autónoma de Barcelona). Sus principales líneas de investigación son: Métodos cualitativos de investigación, particularmente la etnografía y la práctica reflexiva. Socioconstruccionismo y Perspectiva de género.Ha realizado numerosas investigaciones en los ámbitos de: consumo de drogas y prácticas culturales, proceso de socialización de los médicos especialistas, y desde los últimos 8 años, en temas de violencia de género, de las cuales tiene publicaciones y organización de seminarios. Referencias de imágenes: Vergottini , P. (2011). Especial [Pintura]. Recuperada de http:// paolavergottini.blogspot.mx/2011/08/especial-caja-30-cm-x-30-cmx-10-cm.html Orzech, P. (2005). Feminine Steel [Fotografía de escultura]. Recuperada de http://www.paulorzech.com/Feminine%20Steel%20 web%20page.htm Soderberg, M. (2014) Feminine art!!! [Pintura]. Recuperada de http://www.pinterest.com/pin/29766047511574564/ Bibliografía: Albertín, Pilar (2000). Conocimiento psicosocial y práctica reflexiva. Estudio de un grupo de consumidores de heroína. Tesis doctoral Programa de psicología social de l´U.A.Barcelona. Director: Lupicinio Iñiguez. Benhabib, Sheyla (1992). Una revisión del debate sobre las mujeresy la teoría moral (Ed.) Feminismo y ética. Isegoria.Barcelona: Instituto de Filosofía—Anthropos. Benhabib, Sheyla (2006). El ser y el otro en la ética contemporánea. Barcelona. Gedisa Butler, Judith. (1997). Mecanismos psíquicos del poder. Teorías sobre la sujección. Madrid: Cátedra, 2001 Butler, Judith (2009). Dar cuenta de uno mismo. Buenos Aires. Amorrortu. Pujal, Margot y Amigot, Patricia (2010). El binarismo de género como dispositivo de poder social, corporal y subjetivo. Quaderns de Psicologia, 12 (2): 131—148. Vega, María José. Gayatri Ch. Spivak: Conceptos críticos. Instituto de estudios clásicos sobre la Sociedad y la política. Consultado 20 octubre 2013: http://institutolucioanneoseneca.com/es/educacion/ proyecto—apolo/939—gayatrispivak.html

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Libertad y evolución Por Marcel Cano Soler

1. Libertad y determinismo en Kant

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n el prólogo de la segunda edición de la «Crítica de la Razón Pura» de 1787, Kant hace referencia a la distinción crítica entre lo que podemos conocer a través de la experiencia (lo fenoménico) y aquello que está vedado a nuestro conocimiento (la cosa en sí o lo nouménico). En estas especificaciones pone como ejemplo la libertad, afirma Kant que si el conocimiento está limitado a aquello que nos es cognoscible a través de la experiencia, la libertad nunca podrá ser un objeto de conocimiento. Si aplicamos a la voluntad, en tanto que fenómeno, el principio de causalidad, necesariamente entramos en contradicción con la libertad. No obstante, lo único que se requiere, si queremos seguir manteniendo la posibilidad de la libertad, es que ésta sea pensable sin contradicción con lo fenoménico. Es decir, que aunque la ciencia no nos pueda decir absolutamente nada acerca de la libertad, podamos pensarla como algo consistente sin contradicción. Por otro lado, si negamos dicha posibilidad, puesto que la moral presupone necesariamente la libertad: «Por consiguiente, la libertad, y con ella la moralidad [...] tendrían que abandonar su puesto en favor del mecanismo de la naturaleza.»12 13 Para Kant este mecanismo de la naturaleza está inseparablemente ligado al principio de causalidad; así pues, es mecanismo ya que somete los fenómenos a un determinismo implacable del que no pueden escapar. Siendo así es comprensible que Kant, teniendo en cuenta los intereses de la Razón, que no agota la razón especulativa, junto con las necesidades de la razón práctica, no pueda prescindir de la libertad como algo por lo menos pensable sin contradicción. De no ser así los intereses de la razón no serían más que quimeras insolubles y la razón práctica se vería reducida a la razón especulativa. Dicha reducción provocaría la des-


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aparición del concepto de libertad, lo que tendría graves consecuencias no sólo para la ética, si no también para el derecho y la política: sin libertad no hay responsabilidad ni autonomía.

2. Consciencia moral El avance de la ciencia actual nos sitúa de lleno en el problema con el que hemos acabado el anterior apartado. Muchos autores reivindican el papel decisivo en la evolución humana de lo que podemos llamar consciencia moral. La podríamos definir como nuestra capacidad para distinguir, de entre diferentes opciones, aquellas que consideramos buenas por ellas mismas, estableciendo un vínculo directo con el deber de actuar en función de dichas opciones, yendo incluso más allá de nuestros intereses personales. Siguiendo con lo planteado por Kant, si esa consciencia moral no es más que uno de los elementos imprescindibles en nuestra evolución ¿podemos decir entonces que la libertad es tan solo una ilusión?, ¿quedaría así relegada la libertad al «mecanismo de la especie»? Reflexionaremos alrededor de estas preguntas.

2.1 Egoísmo, altruismo y simpatía La ciencia aporta cada vez más pruebas14 de la existencia, innata en nuestra especie, de dos movimientos aparentemente contradictorios: egoísmo y altruismo. Sobre el egoísmo son bien conocidas las investigaciones del biólogo Richard Dawkins. Su teoría acerca del «gen egoísta»15 afirma que los seres vivos son entidades gobernadas por el mandato ineludible de los genes: «Somos máquinas de supervivencia, vehículos autómatas programados a ciegas con el fin de preservar las egoístas moléculas conocidas con el nombre de genes». 16 Resulta evidente que si tomamos este camino no hay lugar para la libertad. El comportamiento de todos los seres vivos, incluidos nosotros, queda determinado por el imperativo genético—reproductivo. Pero ¿qué ocurre con el altruismo? Para el mismo Dawkins tan solo se trata de una forma velada de egoísmo. La tendencia a beneficiar a otros se acostumbra a relacionar con la protección de los genes compartidos. Así, la propensión al altruismo es mucho más fuerte con los parientes próximos. Ese altruismo recíproco se fundamenta en la posibilidad de apoyo mutuo y en el establecimiento de lazos de confianza entre los miembros del grupo, aunque no estén relacionados genéticamente. Llegados a éste punto el altruismo no es suficiente para explicar los nexos de reconocimiento y compromiso entre personas que no tienen lazos de consanguinidad. Hablamos entonces de simpatía. El sentimiento de simpatía va más allá del reconocimiento del sufrimiento del otro, obligando a quien lo contempla a actuar para remediarlo.17

2.2 La consciencia La novedad, en términos evolutivos, de éste comportamiento está ligada a la aparición en nuestra especie de la consciencia. Si hablamos de simpatía podemos suponer que nuestra consciencia nos permite adquirir una capacidad esencial para reconocer el sufrimiento ajeno: la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Esta capacidad, ligada a la evolución de nuestro cerebro, no es suficiente por ella misma para 39


Tema central: Libertad y evolución

hablar de libertad. A pesar de que el margen para el libre albedrío se incrementa, alejándose del rígido margen de la conducta codificada en los genes, parece que dicho margen tampoco permite superar el problema kantiano ya que, en última instancia, el cerebro también está condicionado por los genes: «En eso consiste nuestro libre albedrío. Lejos de ser un principio separado u opuesto a nuestros genes, son precisamente nuestros genes los que determinan la construcción de un cerebro plástico genéticamente programado para la libertad.»18 La consciencia también tiene una función evolutiva. En animales sociales con un cerebro grande permite multiplicar las opciones de supervivencia al facilitar a los individuos estrategias adaptativas esenciales. Favorece el desarrollo de los sentimientos empáticos y compasivos que permiten ir más allá de la consanguinidad. Pero seguimos sin poder salir del problema kantiano ya que, siguiendo las palabras de Jesús Mosterín, nuestro cerebro es construido por las órdenes de los genes, de manera que está «genéticamente programado para la libertad». Después de lo dicho hasta ahora sobre la función determinística de los genes, la paradoja es evidente.

3. Propiedades emergentes En nuestra especie, esa consciencia de si mismo adquiere una relevancia especial cuando se interrelaciona, de manera compleja, con dos elementos fundamentales: el lenguaje y la cultura.

3.1 El lenguaje El lenguaje, característica específica de nuestra especie, es una capacidad adquirida gracias al desarrollo evolutivo biológico. Las siguientes palabras de Sebastià Serrano resumen muy bien dicho proceso: «Así, los primeros pasos hacia el lenguaje –mediante la creación de algún tipo de protolenguaje– serían dados por los amigos y las amigas de la Lucy o sus camadas, australopitecos, que, con unas capacidades cognitivas un poco por encima 40

de los chimpancés actuales, casi sin darse cuenta cruzarían el umbral de los espacios simbólicos y esto iniciaría un maravilloso juego de retroalimentación, una fascinante historia de ir y venir donde el uso de símbolos seleccionaría una más grande prefrontalización que, al mismo tiempo, permitiría más eficiencia articulatoria, más capacidad de discriminación auditiva, de flexibilidad y de secuenciación que empujarían hacia el engrandecimiento de la prefrontalidad, de las zonas de asociación parieto—temporales y de los espacios límbicos vecinos.»19 El lenguaje, como capacidad de representación del mundo y de sí mismo, jugaría un papel destacado en la aparición de un ser que es capaz de establecer un diálogo consigo mismo, de comprenderse y de comprender a los demás. De aquí al reconocimiento de las consecuencias de los propios actos el paso es pequeño. Así pues, esa capacidad empática de la que antes hablábamos queda reforzada en el ser humano mediante la potencia creadora y reflexiva del lenguaje.

3.2 La cultura En el Homo sapiens, la cultura no es un simple añadido. Al contrario, se trata del elemento definitorio por excelencia de nuestra humanidad: «Esto significa que la cultura más que agregarse, por así decirlo, a un animal terminado o virtualmente terminado, fue un elemento constitutivo y un elemento central en la producción de ese animal mismo. [...] Entre las estructuras culturales, el cuerpo y el cerebro, se creó un sistema de retroalimentación positiva en el cual cada parte modelaba


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el progreso de la otra; un sistema en el cual la interacción entre el creciente uso de herramientas, la cambiante anatomía de la mano y el crecimiento paralelo del pulgar y de la corteza cerebral es sólo uno de los ejemplos más gráficos. Al someterse al gobierno de programas simbólicamente mediados para producir artefactos, organizar la vida social o expresar emociones, el hombre determinó sin darse cuenta de ello los estadios culminantes de su propio destino biológico. De manera literal, aunque absolutamente inadvertida, el hombre se creó a sí mismo»20 El ser humano, criatura esencialmente cultural, debe el resultado de su evolución a ese feedback entre lo biológico y las producciones culturales, tanto materiales como simbólicas. Siguiendo también a Cliffor Geertz, podemos decir que lo simbólico tiene tanta existencia como lo real.21 Se trata de una sinergia entre la biología, el ambiente y los progresivos logros culturales que acaban actuando como catalizadores del cambio que desembocará en la cultura del ser humano moderno. El lenguaje permite desarrollar nuevas y decisivas herramientas simbólicas que no sólo facilitan la supervivencia como especie sino que, además, otorgan sentido a nuestro «estar en el mundo». Algo esencial para una criatura con una potente consciencia de sí mismo, de los demás y del mundo en el que vive.

3.3 La cultura como propiedad emergente Podemos definir la cultura humana, posibilitada por el excepcional uso del lenguaje, como una propiedad emergente. Así pues, si bien es

cierto que la cultura tiene un origen biológico – es decir, ligado a procesos determinísticos – también es cierto que no es reductible a la biología: la cultura humana es capaz de seguir una dinámica independiente – la evolución cultural –. Así, podemos entender la cultura como algo esencialmente dinámico y creativo. Incluso es posible afirmar que, a pesar de su origen biológico, puede llegar a desarrollar tendencias claramente anti—evolutivas. Un ejemplo claro de ello lo podemos encontrar en el relato de la historia de Rapa Nui que nos narra Jared Diamond: en un entorno ecológicamente frágil, las actividades humanas – como actividades culturales – pueden resultar negativas para la supervivencia de la especie. 22 La cosmovisión, parte esencial de la cultura que hace referencia a la explicación del sentido del mundo y del lugar que ocupa el ser humano en él, determina la acción humana más que los propios genes. Así, sin pensar ingenuamente que los genes han dejado de actuar en nuestra especie, si que podemos reconocer el hecho, tal vez único en la naturaleza, que podemos seguir caminos independientes de los programas genéticos. Dicho de otro modo, los valores, el conocimiento, el sentido mismo de lo real – que poseen en su origen una función evolutiva23– dependen en buena medida de los constructos simbólicos esenciales que elabora cada cultura. Su poder es tal que pueden, incluso, alejarse peligrosamente de la percepción de los límites ecosistémicos de los que la vida depende. Un alejarse que es resultado del hecho evidente que la cultura adquiere una dinámica propia, capaz de trazar caminos independientes frente o al margen de la evolución biológica.24 41


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3.4 Consciencia y libertad Para Bueno i Torrens el nacimiento de la cultura es posible, precisamente, gracias a nuestra consciencia y la subsiguiente libertad de pensamiento que ésta genera: «Es decir que, hasta cierto punto, tenemos una cierta capacidad de elección de respuestas, podemos escoger, aunque tal vez sea sólo en un grado ínfimo, una respuesta entre diferentes alternativas posibles [...]. Y con esta mínima capacidad de elección nace la cultura en el sentido más amplio de la palabra [...] Es decir, nuestra consciencia y la libertad de pensamiento que de ella se deriva pueden ser interpretadas como una nueva propiedad emergente capaz de generar un nuevo elemento: la cultura.»25 Tal como hemos enunciado antes, la cultura tiene su origen en ese potente feedback entre lo biológico y los propios y progresivos productos culturales. En este proceso de retroalimentación, resulta evidente que la consciencia juega un papel esencial. Ahora bien, ese rol básico lo interpreta de manera coordinada con los miembros de cada comunidad. La cultura es esencialmente intersubjetiva, es decir, producto de la interacción entre las consciencias individuales. Por este motivo va más allá del individuo concreto siendo la matriz en la que cada persona adquiere los contenidos cosmovisionales compartidos que le permitirán tener una imagen de sí mismo y del mundo. Pero si dichos contenidos fueran determinísticos se perdería uno de los facto42

res fundamentales que posibilitó nuestro éxito biológico: la capacidad de adaptación a circunstancias cambiantes. La cultura debe mantener un equilibrio ponderado entre la estabilidad de sus contenidos cosmovisionales y la capacidad de transformarlos cuando sea necesario. Los factores que generan cambios culturales son tres: el contacto entre culturas, los cambios ambientales y la crítica interna. Éste último factor es esencial para entender el problema que estamos tratando aquí. La consciencia individual tiene la capacidad de generar críticas, de oponerse e incluso de negar los contenidos culturales recibidos. Podemos decir ya que la capacidad de elección humana es lo suficientemente potente como para representar un factor generador de cambios culturales. Ahora podemos afirmar que, a nivel individual, nuestra consciencia es potencialmente capaz de tomar decisiones con autonomía respecto a la cultura y la biología. Dicha autonomía llega a tal extremo que puede, si el individuo lo considera necesario, anteponer consciente y deliberadamente sus decisiones a su propia supervivencia individual. La prueba más evidente de ello la encontramos en las decisiones alrededor de la eutanasia.

4. Para finalizar volvemos a Kant Tras todo lo que hemos dicho aquí, ¿podemos seguir manteniendo, con Kant, que la libertad es pensable sin contradicción con el conocimiento científico? O bien, ¿debemos admitir


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que el avance de la genética y las neurociencias deben hacer que abandonemos toda esperanza? A pesar del tiempo transcurrido desde 1787 seguimos sin poder reducir nuestra libertad a los resultados del conocimiento científico. Es más, podemos seguir manteniendo la misma perspectiva que Kant: si bien nuestra voluntad es abordable científicamente como fenómeno, de ello no se deriva que la libertad no pueda ser pensada como aquello que nos permite autodeterminarnos al margen de lo fenoménico. Si no admitimos esta posibilidad, como Kant, deberemos dejar de lado la libertad para dejar paso al mecanismo de la naturaleza. En este caso podremos sustituir los jueces por neurocientíficos, la democracia por la tecnocracia y la ética por la etología y la sociobiología. Sobre el autor: Licenciado en Filosofía, postgraduado en Bioética y Calidad de Vida, actualmente realizando la tesis doctoral sobre Bioética: “Bioética y Sostenibilidad: los límites de nuestro mundo”. Desde 2007 hasta hoy profesor de las áreas de ética y filosofía política en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona. Entre el 2005 y el 2010, tutor de la Licenciatura de Humanidades en la Universitat Oberta de Catalunya y desde el 2012 tutor del Grado de Antropología y Evolución Humana en la misma universidad. Desde el año 1999 y hasta el 2010, profesor de la Cátedra UNESCO en Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Cataluña. A partir del año académico 2011—2012 es profesor de bioética del curso de formación de médicos especialistas MIR (Médico Interno Residente). Actualmente también es profesor de ética y bioética en diferentes centros de la red de salud pública y privada concertada. Desde este mismo año 2014 es miembro del Comité de Ética Asistencial de la Fundació Hospital Sant Pere Claver así como autor de diferentes publicaciones. Referencias:

Geertz, C., La interpretación de las culturas, Gedisa Editorial, Barcelona, 2005

20

21 Geertz, C. (ed.) Myth, symbol and culture, WW.Norton & Company, New York, 1974. 22 Diamond, J., Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, Debolsillo, Barcelona, 2009. 23 Para ampliar esta cuestión véase Cano.M, “Problemas cosmovisionales en la sociedad intercultural”, en Boladeras, M., (ed), Bioética, género y diversidad cultural, Proteus, Barcelona, 2012). 24 Hemos ampliado este punto en otros lugares: Cano, M., “Cosmovisión y cambio climático” en Bilbeny, N., (ed.) Ciudadanía y derechos humanos. Gobernanza y pluralismo, Horsori, Barcelona, Barcelona, 2009; Cano, M., Mestres, F., Vives—Rego, J., “La weltanschauung (cosmovisión) en el comportamiento medioambiental del siglo XXI: cambios y consecuencias” Revista Ludus Vitalis, vol XVIII, núm., 33, 2010; Cano, M., Vives —Rego, J., “El ciudadano ecológico en los procesos de decisión social de la sostenibilidad: tecnociencia, ecoética y cosmovisión”, Revista de Sociología y Tecnociencia, 2014 (aceptado).

25

da David Bueno i Torrens en L’enigma de la llibertat. Una perspectiva biològica i evolutiva de la llibertat humana, Edicions Bromera, Alzira, 2010 Referencias de imágenes: [Fotografía de grafitti freedom en pared]. (s.f). Recuperado de http:// i1.ytimg.com/vi/Au3vg2BJysE/maxresdefault.jpg

[Fotografía de grafitti libertad en pared]. (s.f). Recuperado de http:// www.cuidando.es/etiqueta/videos/ [Fotografía de hombre en cascada]. (s.f). Recuperado de https://flic. kr/p/nKLZv [Fotografía de alambre de púas]. (s.f). Recuperado de https://flic. kr/p/7w56w2 Bibliografía: Boladeras, M., (ed), Bioética, género y diversidad cultural, Proteus, Barcelona, 2012. Bueno i Torrens, D., L’enigma de la llibertat. Una perspectiva biològica i evolutiva de la llibertat humana, Edicions Bromera, Alzira, 2010 Dawkins, R., El gen egoísta. Las bases biológicas de nuestra conducta, Salvat, Barcelona, 1994 Diamond, J., Colapso. Por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, Debolsillo, Barcelona, 2009 Dobson, A., Pensamiento político verde. Una nueva ideología para el siglo XXI, Paidós, Barcelona, 1997 Geertz, C., La interpretación de las culturas, Gedisa Editorial, Barcelona, 2005

12

En cursiva en el original.

Kant, I., Crítica de la razón pura, Ediciones Alfaguara, Madrid, 1986

13

Kant, I., Crítica de la razón pura, Ediciones Alfaguara, Madrid, 1986.

14

Tanto genéticas como neurocientíficas

Geertz, C. (ed.) Myth, symbol and culture, WW.Norton & Company, New York, 1974

Dawkins, R., El gen egoísta. Las bases biológicas de nuestra conducta, Salvat, Barcelona, 1994. 16 Ibid. 15

Llegando incluso, en el ser humano, a extenderse hacia miembros de otras especies. 17

18

Mosterín, J., La naturaleza humana, Espasa Calpe, Madrid, 2009.

Sebastià Serrano, “Proceso de hominización y lenguaje”, Revista Mètode. Revista de difusión de la investigación de la Universitat de València, núm. 39, otoño 2003 http://metode.cat/es/Revistas/ Monografics/ Del—crit—a—la—paraula/Proces—d— hominitzacio—i—llenguatge p. 5. 19

Mosterín, J., La naturaleza humana, Espasa Calpe, Madrid, 2009 Sabater Pi, J., El chimpancé y los orígenes de la cultura, Editorial Anthropos, Barcelona, 1992 Sebastià Serrano, “Proceso de hominización y lenguaje”, Revista Mètode. Revista de difusión de la investigación de la Universitat de València, núm. 39, otoño 2003 http://metode.cat/es/Revistas/ Monografics/Del—crit—a—la—paraula/Proces—d— hominitzacio—i—llenguatge

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Tema central: La ética en la investigación

La ética en la investigación Por Mtra. Martha Roberta Garza Tamez (licmartha.garza@gmail.com) | Catedrática de la Facultad de Psicología de la UANL

L

a investigación es una de las actividades académicas de mayor importancia, ya que implica la búsqueda y producción de nuevo conocimiento para enriquecer las distintas áreas del saber. El tema de la ética me parece fundamental en la investigación, así como lo es en la práctica clínica y en cualquier actividad que involucre personas y otros seres vivos; la ética se debe de considerar en cada uno de los distintos aspectos o procesos implicados en un estudio: en la utilización de los apoyos económicos recibidos para la realización de determinado proyecto, en el proceso de recolección de datos, en la redacción del artículo y en el proceso de publicación, por mencionar algunos. Con el presente artículo pretendo informar acerca de algunos aspectos que considero importantes, así como invitar al lector para reflexionar en torno a esta temática en función de su propia actividad investigativa y/o práctica clínica. Pero, ¿quiénes se encargan de delinear los parámetros de la ética en la investigación?, ¿cuáles son dichos parámetros y quién se encarga de vigilar su cumplimiento? Existen organizaciones que se encargan de lo anterior, tanto nacionales como internacionales, dentro de las cuales se encuentra el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en México, la American Psychological Association (APA), la International Sociological Association (ISA), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España, por mencionar algunas. Asimismo, las revistas científicas por lo general cuentan con sus propios lineamientos para la publicación de artículos, dentro de los cuales se hace referencia a cuestiones éticas. Con respecto a la ética en la utilización de los apoyos económicos en México, el CONACYT da seguimiento a los proyectos de investigación que recibieron apoyo, vigilando que se dé cumpli-

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miento a lo acordado; dentro de los acuerdos está el comprobar que el dinero se haya invertido en los rubros establecidos y no en cosas de uso personal. Asimismo, en el Código de Ética de la International Sociological Association (ISA, 2001) y el Código de Buenas Prácticas Científicas del CSIC (CSIC, 2011) se establecen normas en función del buen uso de los recursos económicos, los cuales deben utilizarse eficaz y eficientemente, administrándolos de manera que se facilite el logro de los objetivos previstos, lo cual ayuda a garantizar la obtención de un beneficio por parte de la comunidad académica y, en última instancia, por parte de la población que se ve beneficiada con los avances científicos y tecnológicos. Por otro lado, en el proceso de recolección de datos es importante proteger los derechos y garantías de los participantes. A este respecto, cabe considerar que está prohibido revelar datos personales que posibiliten la identificación de pacientes, individuos u organizaciones, estudiantes y participantes en general, a menos que hayan aceptado ser citados (APA, 2010; ISA, 2001). En los estudios de caso se puede presentar al sujeto el material del caso descriptivo y pedirle su consentimiento por escrito para su publicación, o bien, se pueden disfrazar ciertos datos de manera que ni el sujeto ni terceras personas se puedan identificar. Cabe mencionar que estas alteraciones deben hacerse con cuidado, ya que determinados datos son importantes para entender cierto aspecto clínico y si son modificados el sentido puede cambiar y se puede perder valor didáctico; sin embargo, el derecho del sujeto a la privacidad debe de ser la prioridad, por lo que sería mejor sacrificar la exactitud clínica, o en su caso, abstenerse de la publicación (APA, 2010).


Tema central: La ética en la investigación

En cuanto a la publicación de los resultados de investigaciones de corte cuantitativo, el manipular los datos para «demostrar» que la hipótesis planteada al inicio se comprueba o el hecho de omitir observaciones problemáticas para presentar una historia que resulte más convincente, es considerado como una violación a la ética; es conveniente conservar por un periodo mínimo de cinco años los datos crudos, mismos que pueden ser solicitados por el editor de una revista en caso de surgir dudas acerca de la precisión del informe, así como para permitir que otros profesionales calificados confirmen los análisis y resultados (APA, 2010). El tema de la protección a la propiedad intelectual debe revisarse en función de dos aspectos: por un lado, en el proceso de redacción del escrito, y por el otro, en el proceso de publicación. Es importante darle el crédito correspondiente a quien ha producido material tanto académico como literario, citando a los autores cuyas ideas hemos retomado para un trabajo propio, ya sea de manera textual o mediante paráfrasis, y dando el crédito correspondiente a quienes han colaborado con nosotros en una investigación. Pero la cuestión de la autoría va más allá de quienes escriben; ésta debe adjudicarse también a quienes contribuyen de manera sustancial en otros aspectos, como «la formulación de un problema o hipótesis, la estructuración de un diseño experimental, la organización y realización de análisis estadísticos, la interpretación de los resultados o la redacción de una parte importante del artículo» (APA, 2010, p. 18). Por otro lado, hay contribuciones que se pueden considerar como menores, las cuales pueden ser reconocidas en una nota; algunos ejemplos de éstas son «diseñar o construir un

mecanismo, dar sugerencias o recomendaciones sobre el análisis estadístico, recolectar o ingresar datos, modificar o estructurar un programa informático y reclutar participantes o conseguir animales» (APA, 2010, p. 18). Me parece que este aspecto es muy importante, pero a veces por desconocimiento, hay quienes aceptan colaborar sin que su participación sea reconocida, recayendo el crédito de ésta en quien no corresponde. Esto tal vez puede verse con mayor frecuencia en proyectos en los que trabajan profesores y estudiantes; éstos pueden aparecer como autores si han hecho una contribución importante, y en el caso de que su contribución haya sido mayor a la del profesor o la de cualquier otro autor, éste debe aparecer en primer lugar, ya que el orden de autoría lo determina el grado de contribución. Si desempeñaron funciones iguales, esto se puede indicar en la nota del autor (APA, 2010). Respecto al tema de la publicación de los trabajos de investigación, es importante tomar en cuenta los estándares establecidos por la publicación periódica en la cual pretendemos publicar nuestro trabajo. En el Código de Ética de la APA se encuentran los estándares relacionados con la presentación y publicación de datos científicos; los autores que proponen sus artículos para ser publicados en las diferentes publicaciones periódicas de ésta asociación, deben certificar que siguieron dichos estándares (APA, 2010). Por otro lado, revistas científicas de prestigio a nivel internacional advierten a los investigadores que colaboran con algún trabajo que no están autorizados a publicarlo en ningún otro medio, ya sea en otra revista científica, en algún congreso, simposio, entre otros, ya que al aceptar que dicha revista publique el artículo, se ceden a la misma los derechos de autor. Sin embargo, sí es posible hacer referencia al trabajo, dentro de la cual se hace alusión al nombre de la revista, el volumen, el número, entre otros; en otras palabras, en el caso de retomar en un nuevo escrito información de publicaciones de nuestra propia autoría, es importante citarlas, lo que implica no presentar datos que ya hayan 45


Tema central: La ética en la investigación

sido publicados como originales y novedosos (APA, 2010). Una vez publicado un artículo de investigación, es importante proteger el derecho que tenemos a la autoría del mismo. En México, el CONACYT, a través de la Dirección Adjunta de Asuntos Jurídicos, cuenta con un servicio de protección a la Propiedad Intelectual a quienes se encuentren desarrollando actividades de ciencia y tecnología que tengan una relación con el mismo. Dentro de sus funciones está brindar asesoría en función de la protección de las invenciones, signos distintivos y derechos de autor (CONACYT, 2014). Por su parte, la ISA (2001) y el CSIC (2011) refieren que una vez publicada, la información acerca de un proyecto de investigación pasa a ser parte del conocimiento común y de la comunidad científica, por lo que está abierta a comentarios y crítica ante los cuales los investigadores tienen el derecho de reaccionar; si los investigadores se dan cuenta de que se ha malinterpretado o se ha hecho un mal uso de su trabajo, están autorizados a intervenir y hacer correcciones. Por otro lado, plantean que al presentar de manera oral el contenido de las investigaciones, se debe evitar exagerar la relevancia y aplicabilidad de los resultados, sino hablar de ello en su justa medida. Lo expuesto anteriormente muestra de manera sintetizada aspectos relacionados con la ética en la investigación que considero fundamentales; sin embargo, pienso que la ética es un tema muy amplio y delicado sobre el cual vale la pena reflexionar constantemente. Uno de los principios que me parecen más importantes es el relativo al reconocimiento del derecho del ser humano a la libertad y privacidad y el respeto a su dignidad, lo que implica que se considere a la ciencia al servicio del hombre y el bien común y no al revés. Quienes hacemos investigación en psicología, ya sea en campo o en nuestra consulta privada, nos movemos por un deseo de saber, un saber acerca del sujeto, en sociedad o en lo individual, de su sufrimiento, de sus deseos, de sus conflictos, de sus procesos inconscientes, de sus procesos cognitivos, de su relación con otros 46

y consigo mismo, cada quien desde un área distinta de la psicología, ya sea Psicoanálisis, Psicología Cognitivo Conductual, Psicología Social, Neuropsicología, Psicología de la Salud, Psicología Laboral, Psicología Educativa, entre otras. Este deseo de saber considero que debe prevalecer por encima de cualquier otra motivación, ya sea de tipo económico, político, etc.

Sobre la autora: Es Licenciada en Psicología egresada de la UDEM, con Maestría en Psicología con Orientación en Clínica Psicoanalítica por la UANL. Se dedica a la práctica clínica privada. Es catedrática de la Facultad de Psicología de la UANL. Asimismo, ha publicado artículos en revistas locales e internacionales. Referencias de imágenes: Trappeniers, K. (s.f.) [Fotografía de mujer de perfil hecha con papel]. Recuperada de http://www.paperartlove.com/paper-art-amazinggalleries/ Dinis, T. (2011) ClockWork Orange [Ilustración Digital]. Recuperada de: http://tiagodinisillustration.wordpress. com/2013/01/07/clockwork-orange/ Bibliografía: American Psychological Association. (2010). Manual de Publicaciones de la American PsychologicalAssociation, (6a ed.).México: Autor. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. (2010). Código de conducta de los servidores públicos del CONACYT. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. (2011). Código de Buenas Prácticas Científicas del CSIC. España: Autor. Recuperado de file:///C:/Users/Martha/Downloads/C%25c3%2593DIGO%2520 DE%2520BUENAS%2520PR%25c3%2581CTICAS%2520COMPLE TO%20(1).pdf International Sociological Association.(2001). Code of Ethics. Recuperado de http://www.isa—sociology.org/about/isa_code_of_ ethics.htm


Las entrevistas Entrevista a Andrés Ollero Por José Vieyra Transcripción por Marcela Espinosa

M

e encuentro aquí con el profesor Andrés Ollero, a quien agradezco su tiempo para la realización de esta entrevista y me gustaría comenzar preguntando: ¿Cuál sería, a su consideración, la diferencia entre la ética y la moral? Bueno, para mí la ética engloba Andrés Ollero Tassara (Sevilla, 15 de mayo de 1944) todo lo relativo a cómo debemos es un filósofo y jurista escomportarnos, somos seres libres pañol, designado en 2012 que podemos elegir entre una cosa como magistrado del Triy otra y lo que nos marca la ética bunal Constitucional es el mejor modo de comportarde España. Es miembro nos. Dentro de la ética yo creo numerario del Opus Dei y fue durante 17 años diputado que, sobre todo para un jurista, del Partido Popular, llegando habría que distinguir entre la moa ocupar el puesto de portaral que nos marca un horizonte de voz de Educación y Justicia. máximos, diríamos búsqueda de la máxima perfección de acuerdo a los criterios que el código moral en cuestión señale, pues puede ser una ética eudemonista que lo que busca es la felicidad, puede ser una ética autoritarista que lo que busca es la utilidad, puede ser una ética que busca la santidad, etc.; pero siempre lógicamente con una posibilidad de mejora y de perfeccionamiento, en cualquier caso, porque no se agota ese horizonte. Sin embargo, el derecho, que también es ética porque nos marca cómo debemos comportarnos, pero no es una voluntad legítima, sino que aspira a un mínimo ético con el que podamos convivir pacíficamente y por tanto hacer que las obligaciones de justicia se cumplan, sin ser necesario ir más allá. Si vamos más allá pues ya estaríamos en un ámbito más bien moral, de generosidad, etc.

Muy bien, entonces la moral sería la parte de la bondad de misericordia de... La bondad es la búsqueda de la máxima per-

fección según los criterios del código moral que uno asume pues nos marca. Bien, en los individuos, ¿cómo se generan o se adquieren tanto la ética como la moral?, ¿se adquieren de diferentes maneras? Y por otro lado, ¿es el derecho un medio para la adquisición de la ética? Desde un planteamiento sociológico, tenemos que la socialización se produce en el ámbito comunitario, muy especialmente en la familia; por tanto lo que llevamos de educación en el fondo es una transmisión de pautas de comportamiento, de valores. A un niño, desde pequeño, se le está haciendo distinguir lo que es bueno y lo que es malo, lo que debe hacer y lo que no debe de hacer, incluso pues hay una dinámica de incentivos y de castigos para apoyar esa orientación. La moral es igual, hay una moral social en el sentido de que cada sociedad tiene un código moral más o menos asumido y que se traduce sociológicamente en unos comportamientos mayoritarios, que si uno no los suscribe puede dar paso a situaciones de marginación. Ahora, también desde un punto de vista teórico lo que está claro es que tenemos una capacidad racional que nos permite captar lo que es bueno y lo que es malo, y nos permite también ir contra corriente, de hecho la misma biografía justo después de esa etapa infantil receptiva de códigos, tenemos la adolescencia donde muchas veces no se asumen con tanta facilidad o incluso revisa y replantea los códigos recibidos. Igualmente en el ámbito social uno puede ir contra corriente respecto a lo políticamente correcto. O sea que se da en ambas cuestiones, sin duda hay una diversidad sociológica que no cabe minusvalorar pero también nuestra capacidad racional en la medida que madura nos permite ir contra corriente y asumir.

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La Entrevista: Andrés Ollero

¿Entonces será también el derecho un medio para esta adquisición ya sea racional o sociológica? En teoría, el derecho en una sociedad democrática debe ser el reflejo de una serie de valores. Claro, aquí hay un aspecto curioso y es que no se trata simplemente de que el derecho asuma los valores mayoritarios en la sociedad, porque la constitución no es un mero reflejo de lo que la sociedad piensa, si no que tiene unas bases éticas racionales que muchas veces lleva a fijar obligaciones y reconocer derechos que alomejor la sociedad no ha asumido; por ejemplo los derechos de la mujer indudablemente eso ha sido fruto del papel, de las constituciones más que de una sociedad que ha sido muy machista. El derecho influye mucho sobre la moral predominante en la sociedad porque el ciudadano tiene que pensar que lo que es malo el derecho lo rechaza, por ejemplo el derecho penal que se apoya mucho en la idea del reproche social para inculcar esa obligación. Sin duda el derecho repercute mucho sobre la moral que la sociedad acaba asumiendo. ¿Hay alguna diferencia sustancial que se haya dado en los últimos tiempos sobre cómo se concibe ahora la ética y la moral a como se concebía antes? La verdad es que no hay una igualdad en el uso de los términos, no todos los autores utilizan sus términos como yo los estoy planteando aquí. Lo que sí hay es una discrepancia en teorías jurídicas, por ejemplo, respecto a la relación entre el derecho y la moral. Por un lado, el positivismo jurídico intenta separar totalmente el derecho y la moral, y no considera que una norma jurídica genere una obligación moral, sino que genera una obligación especifica que va acompañada de una sanción, lo cual puede dar paso a que el individuo se comporte estratégicamente. Por el contrario, otro planteamiento diríamos que entiende que hay unas exigencias jurídicas objetivas que debe reconocer el legislador y no viceversa, ahí sí que se considera que la 48

obediencia al derecho tiene una dimensión moral, porque en la medida que el derecho garantiza la paz y la convivencia tiene un valor moral.

Usted en algunos escritos hace una distinción entre ética de mínimos y ética de máximos… Más bien entre mínimos éticos y máximos éticos. No es lo mismo, desde el sentido de que la ética de mínimos suena un poco a conformarnos con aquello que todo el mundo comparte y acepta como horizonte ético. No, el mínimo ético al que yo me refiero supone esfuerzo en relación a los maximalismos del horizonte moral, pero no en el sentido de decir «bueno limitémonos a exigir aquello en lo que todo el mundo está de acuerdo», por ejemplo la bioética que se da mucho, entonces bueno si en algún país de cierta influencia se admiten determinados experimentos entonces todo el mundo bajaría sus exigencias. Entonces sería el mínimo ético y el máximo ético, la distinción que usted hace. En el último caso, ¿no sería entonces una sola ética?, es decir, volveríamos a la primera pregunta de la distinción entre ética y moral. Evidentemente la ética acaba siendo única en la medida en que la ética a su vez es deu-


La Entrevista: Andrés Ollero

dora de una antropología, de una concesión del hombre, por tanto de esa concesión del hombre se derivan los máximos que sería la máxima apreciación humana y se derivan los mínimos para que podamos convivir humanamente; pero siempre teniendo como punto de referencia una antropología.

¿Es posible pretender una ética universalista en nuestra época contemporánea en donde la pluralidad y la tolerancia parecen imposibilitar hablar de lo universal? Yo creo que sí, en la medida en que considero que existe una naturaleza humana que es universal, creo que eso en el fondo lo admitimos todos cuando hablamos de «derechos humanos», pues estamos hablando de unos derechos que deben reconocerse por la simple condición de hombre que uno tiene, por tanto eso es universalismo. Ahora, cuando se habla de «justicia universal» quiere decir que los derechos humanos no se consideran un problema de orden interno del estado, sino que el respeto y protección no reconoce fronteras y eso justificaría la existencia de una corte penal internacional y justificaría incluso el llamado derecho de proteger y por tanto lo que se ha llamado también injerencia humanitaria, el que la comunidad internacional pueda intervenir en un Estado, precisamente porque no se están respetando los derechos humanos. Cuestiones distintas es que esa naturaleza humana que es universal se desarrolla culturalmente en contextos distintos, entonces yo creo que ahí el problema es saber distinguir

entre lo que es una exigencia natural y universal y lo que por el contrario es una cuestión cultural y por tanto relativa, ahí hay que combinar lo que llamaríamos «exigencias de público», el núcleo duro de lo universal, de lo natural, con el máximo respeto y la máxima apertura a las dimensiones culturales propias de cada comunidad, hay que combinar la intransigencia, el respeto y la promoción de los derechos humanos con la máxima apertura hacia comportamientos de otras culturas que pueden resultar un poco extrañas, pero que no hay por qué cercenar. En ese aspecto la asistencia de un derecho a la objeción de conciencia yo creo que es un gran progreso dentro de esa civilización de los derechos humanos y es reconocer incluso el derecho a que alguien en conciencia pueda exigir una excepción en el cumplimiento de una ley siempre que eso no afecte al bien común. Nos podría decir rápidamente, porque quizá no todos nuestros lectores estén al tanto, ¿cómo podría usted resumir el derecho a la objeción de conciencia? El objetor de conciencia no se opone a una ley o una norma jurídica, sino que, respetándola, solicita una objeción por razones de conciencia. Entonces ahí hay que dar paso a lo que se llama una ponderación, hay que sopesar por un lado esa libertad que hay para el objetor con las consecuencias que pueda haber para la comunidad. Por ejemplo, en el caso de la Constitución Española, a la hora de hablar de la objeción al servicio militar (que por cierto, ahora no existe el servicio militar obligatorio pero en el momento de ser sustanciado sí), pues establecía la «objeción de conciencia» para alguien que, a conciencia, entendía que no debía entrar en el servicio de las armas, pero se establecía como contrapeso en beneficio de la comunidad, una prestación social sustitutoria que por el mismo tiempo que se hacía el servicio militar debía hacer servicios comunitarios a beneficio de la sociedad. Distinto es la «desobediencia civil» que es un ciudadano que no está de acuerdo con 49


La Entrevista: Andrés Ollero

una norma y está dispuesto a que esa norma desaparezca, entonces paradójicamente lo que hará es desobedecerla, asumir la sanción y espera que con esa sanción que aparecerá socialmente como discutible o incluso injusta cambie la mentalidad y por tanto acabe desapareciendo esa norma. Por último, ¿cuáles serán los problemas éticos a nivel internacional que considera más relevantes actualmente? A mí lo que me preocupa es fundamentalmente en ese aspecto, es que se habla mucho del relativismo, hay incluso quien habla de una dictadura del relativismo, pero sí, indudablemente hay una actitud de relativizar lo universal, las exigencias objetivas, etc. Pero a mí lo que me preocupa es que eso sirve como una vía de entrada por defecto del utilitarismo, yo creo que estamos en un contexto internacional ético de utilitarismo brutal, y en el fondo de un cierto economicismo, a la hora de la verdad la economía se está convirtiendo

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en ética y la técnica se está convirtiendo en ética, hay quien ha dicho que hay un nuevo imperativo categórico ético y desde el punto de vista del predominio de la técnica «lo que se puede hacer lo debes hacer», entonces eso nos está llevando a hacer cada vez más cosas sin plantearnos previamente si son buenas o malas, bien en sí mismas, por su contraste con un modelo antropológico vienen sus consecuencias. Sería todo, muchas gracias profesor. Referencias de imágenes: [Fotografía de Andrés Ollero en cuarto amarillo] (2014) Recuperado de: http://static.diariomedico.com/images/2012/07/18/dm_phot_250510034_1.jpg [Fotografía de Andrés Ollero en sillón] (2014) Recuperado de: http:// www.radiogranada.es/wp-content/uploads/2012/06/andres-ollero. jpg?5cf631 [Fotografía de Andrés Ollero en conferencia] (2014) Recuperado de: http://www.ponteenmipiel.com/2012/08/andres-ollero-del-pp-yopus-dei-sera-el.html


La Entrevista: Maribel Sáenz Elizondo

Entrevista a Maribel Sáenz Elizondo Por Iris Reyes y Omar Méndez

¿P

ara usted cuál es la diferencia entre moral y ética? A titulo descriptivo, la moral es un conjunto de normas de conducta íntimamente ligadas a la ética. La ética, en cambio, estudia la moral y determina qué es lo bueno y cómo Maribel Sáenz Elizondo se debe actuar. Es la teoría o ciencia Psicoterapeuta, maestra, del comportamiento moral. La ética tutora y supervisora de la es el estudio filosófico y científico de Facultad de Psicología desde 1994. Laboró para el estado la moral y es teórica, mientras que la moral es práctica. La ética trata de Nuevo León desde 1986 sobre la razón y, por ende, tiene sus en el sistema DIF NL en el programa del Niño Maltra- bases filosóficas; en cambio, la motado, y programa s esperal es el comportamiento en el que ciales como Departamento consiste nuestra vida. Lo moral es lo de Adopción y Albergues legal, lo externamente otorgado, lo Juveniles. Jefaturas en punitivo, lo obligado. Los preceptos Departamentos de Atenéticos son el resultante internamente ción a Víctimas del Delito (CAVIDE). Instituto Down de obtenido de los anteriores y el valor Monterrey. Tallerista para el que de ellos se extrae.

¿Cuál fue su primer contacto con el tema de la ética desde la Psicología? Probablemente todos mis maestros participaron en esa formación personal; pero, definitivamente, la incipiente tutoría o supervisión clínica de casos me dio la opción real a mis constructos éticos. ¿Conoce algún decálogo ético o un código ético de psicólogos? Claro, y me refiero al Código Ético del Psicólogo, promulgado en 1984, con 65 artículos. También existe el Código Ético del Psicoterapeutas y Psicoanalistas de 1995, con deberes y derechos propios, constituidos en cinco capítulos con sus respectivos artículos. Debemos saber que cada semestre se hace entrega del mismo a los supervisores de la FaPsi para que a su vez seamos nosotros quienes demos a co-

Instituto Estatal de la Mujer NL. Co—autora de libros de texto, como: «Psicología y Desarrollo Profesional» (Ed. Patria), «Avatares del trabajo con mujeres maltratadas» y «Tejiendo el género». Mujer, amada, y amante de la psicoterapia.

Desde la teoría y la experiencia, ¿cómo se desarrollan la ética y la moral? En tanto la moral es la cuna de todo nacimiento. Desde que se accede a la vida, la cultura, el lenguaje, etcétera, las normas morales abrazan el proceder de un sujeto social. La ética será un espacio de reflexión e inflexión interna de esos procederes morales. Así que la segunda posibilitará a cada ser humano diferente, diversas formas de expresión ética. La ética se preocupa por conseguir buenas personas, el gran desafío de los formadores sociales (como los maestros), es fomentar el desarrollo de actitudes éticas. El hogar, como primer plantel educativo, crea actitudes éticas; por lo tanto, corresponde refundar y fortalecer la moral en el hogar, que encamine a los hombres fuera de su egocentrismo y los vuelque hacia la solución de los problemas sociales. 51


La Entrevista: Maribel Sáenz Elizondo

nocer estos a nuestros supervisados. ¿Qué temas considera usted que deberían contener un decálogo o código ético? Todos con los que cuenta. Tal vez lo único que podría agregar es el servicio terapéutico apoyado en equipos de interespecialidades (trabajadores sociales, psiquiatras, médicos, abogados, etc.) Desde las diferentes áreas de la psicología, ¿considera que puede haber diferencias en cómo se considera la ética profesional en cada una de ellas o en otras profesiones? No, no lo creo, probablemente la técnica y sus aplicaciones confunden esta percepción. La ética es ética no importa el apellido de sus amados profesionistas. En la práctica clínica, ¿con qué paradojas o dificultades se ha encontrado relacionadas sobre la ética y la moral? Bueno, este es un punto de reflexión muy importante ya que en los eventos diarios y en la práctica profesional cotidiana las verdades anti éticas salen a la vista. Muchos llamados a sí mismos terapeutas, pierden el sentido

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del ejercicio ético. Probablemente porque la colmena de oportunidades laborales y económicas no son respetadas, primero por ellos y después por quien otorga, pero la realidad es que sí, en lo cotidiano existen compañeros dados a la tarea de tirar a la basura nuestro código ético. Pero afortunadamente son muy pocos los que sí, y somos muchos los que amamos y respetamos nuestra disciplina, muchos más quienes la hacemos valer, y muchísimos más los que vienen atrás abriendo brecha a una cultura de la legalidad. Desde su experiencia, ¿cómo se puede fomentar la ética desde la infancia? ¡VIVIENDOLA! Es decir, el desarrollo de la misma será la experiencia. Padres, maestros, tutores, serán un estandarte del ser social que se avecina. Referencias de imágenes: [Fotografía de Maribel Sáenz y alumno] (2014) Recuperado de https:// www.facebook.com/msaenzel [Fotografía de Maribel Sáenz en televisión] (2014) Recuperado de https://www.facebook.com/msaenzel [Fotografía de Maribel Sáenz y compañeras en restaurante] (2014) Recuperado de https://www.facebook.com/msaenzel


Dossier Reseña de la jornada clínica “Naufragar en el juego: ¿Qué brújula tenemos los analistas?” Impartida por el Lic. Luis Fernando Chávez Díaz. Por Redes Equipo Interdisciplinario

E

l Miércoles 2 de Abril se presentó la primera jornada clínica del presente año en REDES Equipo Interdisciplinario en Atención a los Problemas en el Desarrollo, a cargo del Lic. Luis Fernando Chávez Díaz, psicoanalista y acompañante terapéutico de la mencionada institución. El tema de la jornada fue “Naufragar en el juego: ¿Qué brújula tenemos los analistas?”, donde el expositor problematizó el concepto de juego a partir de un recorrido histórico de diversas experiencias desde el psicoanálisis que desafiaban los límites del psicoanálisis en sus inicios, abriendo nuevas fronteras en el trabajo con niños, con bebés, pacientes con trastornos graves, tales como psicosis, sociopatías, autismo y un largo etcétera. En ese recorrido se escucharon las experiencias pioneras de Melanie Klein y otros psicoanalistas ingleses quienes trabajaron desde el psicoanálisis con esta diversidad humana, incluso abriendo la posibilidad del trabajo con grupos. El juego tomó un lugar relevante, a partir de Melanie Klein al proponerlo como técnica en el trabajo con niños, como un equivalente de la asociación libre, regla fundamental del psicoanálisis fundado por Freud, y que el ponente exponía más que como una regla, como una brújula, ya que no implica una regla tal cual, sino una situación a construirse para que un análisis tenga lugar. Así, la asociación libre forma parte de una experiencia de hablar, donde no se trata de decirlo todo, sino de dejarse llevar por esa capacidad de jugar fundamental en el ser humano que abre caminos y también infiernos. Volviendo a Melanie Klein, el expositor menciona todas las dificultades con las que se encontraron los analistas al trabajar con niños, pues el niño convoca al analista a jugar, quien se

ve en situaciones incomodas como ser golpeado, ser demandado a cargar al niño, se enfrenta con niños que no quieren entrar o salir del consultorio, en fin, una maraña de situaciones que rompen con la idea clásica de neutralidad y abstinencia. Desde esta desafiante experiencia, en Inglaterra, Donald Winnicott estudia profundamente el juego y la capacidad de jugar, donde va mostrando que el juego no es simplemente un equivalente de la asociación libre, sino la asociación libre una manifestación de la capacidad de jugar. Winnicott escribe: “Todo análisis remite, en última instancia, a un juego superpuesto de dos personas que juegan juntas”. No se trata de dos juegos diferentes, sino de que el analista juega al juego del paciente. Jugar, alude, en primer término, a una capacidad. Da por sentado que el trabajo analítico es arduo, que exige preparación y disponibilidad. Pero también capacidad para desplegar posibilidades de crear un marco contenedor lo suficientemente bueno como para que el paciente sienta confianza de ser dentro de ese ambiente confiable. Esta condición del encuadre permite que “el paciente se muestre creador”. El juego, nos fue mostrando, no es solo una técnica para el abordaje en el trabajo clínico con niños, sino una capacidad innata en el ser humano y fundamental para la continuidad de la existencia, y por supuesto, para la capacidad de asociar libremente en un análisis, en donde el ambiente tiene que proveer confianza fundamental para que el paciente se permita hablar sin detenerse a pensar en lo que está diciendo. Dejarse inundar por esa capacidad de jugar que, dentro de ese ambiente suficientemente bueno construido en el análisis, no corre el peligro de naufragar en la angustia desbordante.

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Dossier: Reseña de la jornada clínica

De igual modo escuchamos experiencias desde Suiza, con Margarite Sechehaye, autora del libro la realización simbólica, donde relata el trabajo analítico con una paciente esquizofrénica a quien trató por varios años, con un método al que llamara “realización simbólica” y que ella definiera como “método consistente reparar las frustraciones sufridas por el paciente en sus primeros años procurando satisfacer simbólicamente sus necesidades y abrirles acceso a la realidad”.

posibilidad de construir un ambiente facilitador en el consultorio, de permitir a la pequeña sentirse segura, así como la escucha del movimiento del cuerpo como indicios de juego fue lo que abrió la posibilidad de armar un trabajo clínico con la pequeña, donde nos mostraba el expositor algunos de los recorridos durante ese tratamiento. Nos deja con muchas preguntas, con una serie de esquemas que hacen reflexionar sobre la riqueza y amplitud del juego para pensar el desarrollo no solo del sujeto, sino de la sociedad como tal, abriendo la invitación para, más adelante, impartir un seminario de más horas para profundizar en tan fascinante tema. Referencias de imágenes: Wood, G. (s.f.). American Gothic [Pintura]. Recuperado de: http:// upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/c/cc/Grant_Wood_-_ American_Gothic_-_Google_Art_Project.jpg

Desde Francia, la importancia que se fue dando al juego como elaboración simbólica de conflictos en el trabajo con niños y con sus padres, donde el relato de la historia familiar tomaba un lugar relevante, dando lugar a que lo transgeneracional fuese una especie de novela relatada por los actores que en vida escriben esa historia y donde juegan con esa construcción y reconstrucción de su historia, como un cuento. Todas estas experiencias, entre otras muchas, buscaban mostrar cómo la imaginación, la creatividad y la creación formaban parte de estas innovadoras y arriesgadas formas de trabajar en la clínica. El juego formando parte fundamental de dichas experiencias. Así, nos hace pensar en el juego como un concepto fundamental a reflexionar y estudiar en la clínica psicoanalítica, ejemplificando su importancia en el relato de un caso clínico con una niña quien no jugaba, quien se sentía amenazada por el entorno, llevándola a mostrarse lánguida, dormida durante las sesiones y sin poder construir un vínculo con el analista. La 54

Caracterización de la violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia Por Dr. José Guadalupe Sánchez Hernández, Dra. Rebeca Thelma Martínez Villarreal, Dr. Ulises Hernández Torres, Dr. Eduardo Méndez Espinosa, Dra. Martha Alicia González Rodríguez y Dra. Elsa Francisca Bernal Perales

| Centro Universitario de Salud, UANL

D

Introducción

e acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (ENVINOV) 2007, elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud, 15.5 por ciento de los jóvenes de ambos sexos de entre quince y veinticuatro años con relaciones de pareja, ha sido víctima de violencia física en la relación de noviazgo.1 El estudio de la violencia durante el noviazgo ha permitido conocer las formas en que se po-


Dossier: Violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia

nen en práctica las diversas determinaciones de género aprendidas desde la infancia.2 Si desde la etapa del noviazgo existe violencia hacia la pareja, es probable que en el matrimonio o en la unión libre persista y sea más severa. Las mujeres tienden a minimizar las conductas violentas de su pareja y piensan que la situación cambiará al casarse o al vivir en unión libre. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó cuarenta y ocho estudios realizados alrededor del mundo durante 2005; en once de quince países la incidencia de violencia física contra las mujeres embarazadas fue superior al 5 por ciento, en el área urbana de Brasil fue de casi el 50 por ciento.3 En el estado de Morelos se notificó una prevalencia de violencia en el embarazo de 33.5 por ciento en mujeres que acudieron a un hospital público.4 En otro estudio realizado con mujeres embarazadas, usuarias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de hospitales pertenecientes a la Secretaría de Salud (SSA) en Cuernavaca y Cuautla, Morelos, se encontraron prevalencias de 24.6 por ciento.5 El impacto de la violencia doméstica durante el embarazo incluye una mayor incidencia de abortos, bajo peso al nacer, consumo de alcohol durante el embarazo, así como de cigarrillos y drogas recreacionales, además de manifestaciones somáticas, 6 tendencia al aislamiento, depresión y baja autoestima.7 El embarazo mis-

mo puede ser un resultado de violencia, ya sea por abuso sexual o violación marital. 8 Rodríguez (1998) encontró que es común que las mujeres esperen que su proveedor de servicios de salud indague acerca de violencia doméstica, pero necesitan estar seguras de la confiabilidad y apoyo por parte del profesional de la salud.9 De manera rutinaria no se investiga la presencia de violencia doméstica; se reportó que solo de 22 a 39 por ciento de las mujeres que acudieron a control prenatal fueron cuestionadas acerca de violencia doméstica.10, 11Sin embargo, existe un reporte que señala que cuando se empleó un protocolo para la búsqueda sistemática de violencia en adolescentes durante su embarazo, hubo un incremento significativo en la violencia reportada, ya que pasó del 5.4 al 16.2 por ciento.12 Las mujeres, durante la gestación, acuden a los servicios de salud más frecuentemente que en cualquier otra etapa de su vida,13 por lo tanto los profesionales de la salud están en una posición clave para identificar y apoyar a las mujeres víctimas de violencia doméstica durante el embarazo.

Objetivo

Correlacionar la violencia ejercida durante el noviazgo y en el embarazo en adolescentes que acudieron al programa de control prenatal en unidades médicas de primer nivel de atención en los municipios de Guadalupe y Apodaca, Nuevo León. 55


Dossier: Violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia

Metodología

Se trata de una investigación transversal, observacional, tipo encuesta. El tamaño de muestra obtenido corresponde a noventa y dos adolescentes con embarazo confirmado, mediante un muestreo intencional, mismas que acudieron a solicitar atención médica durante el mes de mayo del 2012 al programa de control prenatal en nueve unidades médicas de primer nivel de atención localizadas en los municipios de Guadalupe y Apodaca, Nuevo León.

propósito fue investigar la presencia de violencia en sus diferentes modalidades. La información obtenida se integró en una base de datos y fue procesada por medio del SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 18. Para las variables continuas de calcularon medidas de tendencia central (media), y de dispersión (desviación estándar). Para las variables categóricas se calcularon las proporciones o frecuencias relativas.

Resultados

Variables sociodemográficas (Ver cuadro 1)

Los criterios de inclusión fueron: que la adolescente, independientemente del número de gestación, viviese con su pareja; que el padre biológico fuese la actual pareja, y vivir en el área geográfica asignada a las unidades participantes. Previo consentimiento informado, se realizó una encuesta—entrevista a las participantes, para ello se aplicó el cuestionario: «Herramienta para la Detección de Violencia», utilizada y validada por la Secretaría de Salud. A fin de lograr un ambiente de confianza, la entrevista se realizó en un espacio privado en las instalaciones de las unidades participantes en el estudio. Con esta medida se cumplió con las recomendaciones éticas de la Organización Mundial de la Salud, en materia de investigación de violencia doméstica.14 La encuesta incluyó tres secciones: la primera documentó información sociodemográfica; la segunda permitió explorar la presencia y grado de violencia durante el noviazgo; la tercera sección indagó la existencia de violencia durante el embarazo actual. Se utilizó una escala cuyo 56

El 27.2 por ciento inició su vida sexual activa a los quince años, 21.7 a los catorce años, y 30.4 por ciento a los dieciséis años. El 65.2 por ciento de las participantes en este estudio manifestó no haber planeado su embarazo; mientras que 29.3 por ciento mencionó que el embarazo actual no era deseado. El 69.6 por ciento no utilizó algún método de planificación familiar antes de embarazarse. El preservativo fue el método más frecuente (50 por ciento) entre las adolescentes que sí emplearon algún mecanismo de anticoncepción previo al embarazo. Cabe señalar que 80.4 por ciento de las entrevistadas acudían a control prenatal de su primera gestación, 16.3 y 3.3 por ciento en la segunda y tercera gestación, respectivamente. Al ser interrogadas respecto a historia de violencia durante el noviazgo con la pareja actual, 57.6 por ciento de las adolescentes negó antecedente de violencia. Se identificó riesgo bajo en 22.8 por ciento, riesgo alto en 15.2 por ciento; mientras que en 4.3 por ciento fue confirmado el antecedente de violencia durante la etapa de noviazgo (ver tabla 1). Al ser cuestionadas en relación a presencia de violencia durante el embarazo, esta fue corroborada en 40.2 por ciento de los casos (ver tabla 2); al explorar el tipo de violencia, se identificó violencia psicológica en 37 por ciento de las adolescentes; física en 19.6 por ciento y sexual en 14.1 por ciento (ver tabla 3). Se encontró una correlación entre la presencia de riesgo y violencia en el noviazgo y durante el embarazo (ver cuadro 2). Al correlacionar el


Dossier: Violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia

riesgo de violencia detectado durante el noviazgo y la presencia de violencia al embarazarse, se muestra una fuerte asociación entre las variables analizadas (ver cuadro 3). Se identifica, además, que cuando es manifiesto el antecedente de violencia en el noviazgo, esta se asocia con violencia en el embarazo (ver cuadro 4).

el 40 por ciento de las participantes reportó sufrir algún tipo de violencia durante el embarazo, valores que son compatibles con otros reportes nacionales.

En relación con los datos sociodemográficos, llama la atención que la mayoría se dedica a las actividades propias del hogar, situación que refleja posibles modificaciones en su proyecto de vida. Es evidente que cuando existe violencia en el noviazgo se incrementa la posibilidad de que se ejerza en la adolecente embarazada, por lo que la práctica de la violencia es una situación que, desgraciadamente, tiende a persistir a lo largo de la convivencia.

Conclusiones

Discusión

Es importante destacar el hallazgo de la presente investigación en términos de la magnitud de la violencia detectada en este grupo, ya que

La violencia durante el embarazo es un hecho frecuente ya que se identificó en 40 por ciento de los casos. La violencia psicológica durante el embarazo predomina por encima de la violencia física y sexual. Las variables que describen la 57


Dossier: Violencia durante el noviazgo y el embarazo en la adolescencia

violencia durante el noviazgo presentan una fuerte asociación con la violencia ejercida hacia la adolescente durante el embarazo.

Referencias: 1. http://www.equidad.scjn.gob.mx/IMG/pdf/Encuesta_nacional_

de_violencia_en_las_relaciones_de_noviazgo_2007.pdf Recuperado el 11 de febrero de 2014. 2. NOM—046—SSA2—2005 Violencia Familiar, y Sexual Contra

las Mujeres, Criterios para la Prevención y Atención. 3. World Health Organization (2005). Summary report: WHO

multicountry study on women’s health and domestic violence against women. http://www.who.nt/gender/violence/who_ multicountry_study/en/index.html 4. Recuperado 8 de junio 2010. 5. Valdez—Santiago R., Sanin—Aguirre L.H. (1996). La violencia

Recomendaciones

• Se propone Integrar en la historia clínica perinatal un instrumento rápido para identificar cualquier tipo de violencia. • Se recomienda seguir documentando esta deplorable actitud en diferentes contextos socioeconómicos mediante investigaciones que permitan detectar los diferentes escenarios de riesgo.

doméstica durante el embarazo y su relación con el peso al nacer. Salud Pública Mex 1996; 38:352—362. 6. Castro R., Peek—Asa C., Ruiz A. (2003). Violence against women

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Dossier: El estrés

El estrés

Por Alejandra Maltos (alejandra.maltos.mtz@gmail.com)

«El estrés se define como una característica del ambiente o estímulo, es decir, cuando en ocasiones las condiciones ambientales que se perciben como amenazantes o peligrosas producen sentimientos de tensión.»

E

l concepto de estrés es algo que se ha venido desarrollando desde hace tiempo, como ejemplo de esto nos encontramos al trabajo de Robert Hooke en el siglo XVII, quien desde la perspectiva de la física, definió al estrés como la relación entre la «carga» externa ejercida sobre un objeto y la deformación experimentada por éste y cuyo resultado dependerá de las propiedades inherentes de la estructura del objeto y de las características de la «carga» o fuerza externa (Sandi, Venero y Cordero, 2001). En la época contemporánea se ha concebido al estrés desde las siguientes tres perspectivas (Fernández, 2009):

Como un proceso de influencia recíproca entre la persona y el medio.

Esta perspectiva incorpora tanto a los eventos o estímulos estresores como a las respuestas de los mismos y además añade la interacción entre la persona y el ambiente. El determinante crítico del estrés es cómo la persona percibe el suceso estresante y responde a diferentes acontecimientos según los recursos con los que cuente. La teoría de Lazarus y Folkman forma parte de este enfoque. Según los estudios realizados por Selye (s.f., citado por Sandi et al., 2001), existen dos tipos de estrés llamados «distrés» y «eustrés». El «diestrés» se refiere al estrés negativo asociado con una emocionalidad negativa y el desarrollo de alteraciones fisiológicas, contrario al «eustrés» o estrés positivo que se encuentra relacionado con la vivencia de emociones gratificantes y un estado físico saludable.

Como un conjunto de estímulos

El estrés se define como una característica del ambiente o estímulo, es decir, cuando en ocasiones las condiciones ambientales que se perciben como amenazantes o peligrosas producen sentimientos de tensión. Esta concepción de estrés como estimulación nociva que recibe un organismo se relaciona con la enfermedad, la salud y el bienestar. La teoría de Cannon utiliza esta perspectiva para explicar este fenómeno. Como una respuesta. Este enfoque se centra en la manera en que reaccionan las personas ante los estímulos estresores. Asimismo la respuesta emitida se entiende como un estado de tensión que tiene dos componentes: el psicológico (conducta, pensamientos y emociones emitidos por el sujeto) y el fisiológico (elevación del aurosal o activación corporal). Dentro de esta concepción de estrés encontramos la teoría de Selye.

Tobeña (s.f., citado en Sandi et al., 2001) propone que al atender clínicamente casos relacionados con el estrés deben tomarse en cuenta cuatro parámetros: El origen del estrés o el tipo de estresor: se divide en cuatro tipos de estímulos estresores según su naturaleza. Los estresores físicos hacen referencia a los estímulos externos que repercuten sobre el organismo del sujeto como 59


Dossier: El estrés

lo son el calor, ruido y las agresiones físicas. Los estresores biológicos incluyen a las situaciones en los que interfiere la regulación homeostática del organismo como la privación de alimentos, sueño o líquidos. Los estresores psicológicos hacen referencia al significado que el sujeto le otorga a las situaciones y que en la mayoría de los casos se encuentra asociado con emociones negativas como miedo, tristeza o culpa. Por último se encuentran los estresores sociales que agrupan a las diversas situaciones relacionadas con las interacciones que establece el individuo, pueden ser negativas como separaciones o pérdidas, y positivas como el matrimonio o el nacimiento de un hijo. La intensidad del estresor: determina hasta qué punto una situación es estresante para el sujeto y puede ser leve, intermedia o moderada y fuerte. La duración del estresor: hace referencia al tiempo sobre el cual se desarrolla la situación o se presenta el estímulo estresante, es decir, se refiere al tiempo que transcurre desde que inicia la exposición al estresor hasta que finaliza. La frecuencia del estresor: se refiere al número de veces en que se presenta el estrés en un tiempo determinado y puede ser desde agudo hasta subcrónico o crónico. Retomando la concepción del estrés como respuesta de Selye, Fernández—Ballesteros (1994) propone que los implicados en la respuesta de estrés se dividen en cognitivos, motores y fisiológicos. Los aspectos cognitivos hacen referencia a la forma en que el sujeto percibe su medio, procesa la información de éste y evalúa si las situaciones deben ser consideradas como relevantes o irrelevantes, agradables o molestas, y es en relación con esta percepción, la manera en que responda el sujeto ante la situación y la forma en que se vea afectada por el estrés. Los aspectos motores consisten en las respuestas del sujeto ante la situación estresante que pueden ser de enfrentamiento, huida o evitación, es decir, la forma en que el sujeto afronte la situación. Asimismo, la respuesta de afrontamiento que emplee el sujeto determinará la forma de activación del organismo. Finalmen60

te se encuentran los aspectos fisiológicos que implican la activación del Sistema Nervioso Autónomo (SNA) y del Sistema Nervioso Periférico (SNP), la activación por sí misma no suele provocar algún trastorno psicofisiológico, mientras que un mantenimiento excesivo de la tensión muscular por la activación del SNP sí puede provocar algún trastorno. Desde el marco del modelo cognitivo—conductual, una de las técnicas más utilizadas para tratar el padecimiento de estrés es el Adiestramiento en Inoculación al Estrés (AIE) de Donald Meichenbaum que consiste en una enseñanza semiestructurada creada para generar y desarrollar habilidades de afrontamiento en el sujeto (Meichenbaum, 1988).

El AIE se divide en tres fases que consisten en conceptualización, adquisición de habilidades y ensayo, aplicación y consolidación. La primera fase es la de conceptualización y tiene como objetivo establecer una relación de colaboración con los pacientes, ayudarles a comprender el origen del estrés y su efecto sobre las emociones. La adquisición de habilidades y ensayo comprende la segunda fase de esta técnica y en esta parte del tratamiento los pacientes elaboran y ensayan una serie de habilidades de afrontamiento empezando en las sesiones y generalizándolas poco a poco en la vida cotidiana del sujeto. La última fase se denomina aplicación y consolidación, está basada en exposiciones in vivo, evaluaciones de seguimiento y prevención de recaídas y su finalidad es ayudar a los pacientes para que practiquen


Dossier: El estrés

las habilidades de afrontamiento aprendidas a lo largo del tratamiento. Referencias de imágenes: [Imagen de una lupa y letras]. (s.f.). Recuperado de http://willgallucci. com/wordpress/?p=167 [Fotografía de persona estresada]. (s.f.). Recuperado de http:// www.ojocientifico.com/5374/el-estres-es-bueno-para-la-salud?utm_ source=gimgs&utm_medium=img2node&utm_campaign=hotlink Bibliografía: Fernández—Ballesteros, R. (1994). Evaluación conductual hoy. España: Pirámide. Fernández, M. (2009). Estrés percibido, estrategias de afrontamiento y sentido de coherencia en estudiantes de enfermería: su asociación con salud psicológica y estabilidad emocional. México: Universidad de León. González, M. y Landero, R. (2007). Factor Structure of the Perceived Stress Scale in a Sample from Mexico (PSS). The Spanish Journal of Psychology, 10(1), 199 – 206. Meichenbaum, D. (1988).Manual de inoculación de estrés. México: Roca. Sandi, C., Venero, C. y Cordero, M. (2001). Estrés, memoria y trastornos asociados. España: Ariel. [imagen de una lupa]. (s.f.). Recuperado de http://willgallucci.com/ wordpress/?p=167 [fotografía de un hombre estresado]. (s.f.). recuperado de http://www. ojocientifico.com/5374/el—estres—es—bueno—para—la salud?utm_ source=gimgs&utm_medium=img2node&utm_campaign=hotlink

Superman, del Superyó al Súper hombre Por Rafael E. Dávila Medellín

«¿Es la muerte el castigo para quienes infringen las leyes de la sociedad causando daño y temor?»

«V

erdad, justicia y el estilo de vida americano» es el lema y los valores por los que luchaba uno de los personajes más icónicos de nuestro país vecino y del mundo, sino desde su creación en 1938, desde 1942, cuando a las caricaturas de los Fleischer agregaron «The American Way» a la frase por motivos de propaganda nacionalista y sin embargo desde aquel entonces Superman se convirtió más que un héroe en alguien a quien aspirar a ser, en un ícono en una esperanza, en el ideal del Yo norteamericano.

Este ideal del Yo, que en palabras de Freud es impuesto por el Superyó, cuyas funciones son de observación y juicio moral de la instancia psíquica del Yo, podría aterrizarse en el grupo como un concepto similar, es decir el Yo sería el pueblo norteamericano que se rige por los valores estéticos y morales de su cultura y es vigilado por su Superyó, su Superman quien siempre hace lo correcto, les enseña que siempre hay otra manera aparte de la violencia totalitarista y el asesinato como solución a todos los crímenes. Lo anterior dicho se puede observar en el numero 775 de la serie Action Comics con el subtítulo de «What’s so funny about Truth, Justice and The American Way» (2001) y más notoriamente en su adaptación animada «Superman Vs. La Elite» (2012) donde se observa el conflicto que existe entre Superman y el nuevo grupo de vigilantes llamado «La Elite», este grupo llega en un momento donde el mundo le exige a Superman que tome medidas drásticas en contra de los villanos y termine sus carreras delictivas definitivamente, a lo cual el hombre de acero se resiste y el nuevo grupo sucumbe. Superman objeta estas medidas puesto que cree que hay bondad en todos los humanos y cree en la redención; sin embargo La Elite no cree en esto, ellos se basan en el principio de que el mundo está lleno maldad y que ésta es un cáncer que debe ser erradicado y ellos son los cirujanos. En toda la película son apreciables tres cuestiones: ¿Es la muerte el castigo para quienes infringen las leyes de la sociedad causando daño y temor?, ¿los valores de antaño son vigentes a la hora de castigar a los criminales?, y ¿este Superman es el Superman que necesita el mundo actual? Las opiniones son distintas y hasta la esposa del protagonista Lois Lane duda que con los principios morales del hombre de acero, este sea capaz de darle batalla a semejante grupo de justicieros. Tras la medida fascista que aplica La Elite al asesinar a los líderes de dos naciones en guerra, Superman se propone detenerlos, lo cual consigue después de aparentemente desasirse de sus valores morales y ponerse en la misma 61


Dossier: Superman, del Superyó al Súper hombre

posición que La Elite fingiendo matar a algunos de ellos y despojando de sus poderes a su líder Manchester Black, el cual le ruega que se detenga y le intenta recordar que él no es así, que Superman busca siempre la otra manera cuando aparentemente está por asesinarlo. Sin embargo, el último hijo de Kriptón revela que es todo una farsa elaborada con la intención de demostrar lo horroroso que resulta la violencia como solución y que él no es como ellos, que existe la esperanza y vive en un mundo de sueños donde luchará por la verdad, la justicia y el estilo de vida americano, hasta que cada individuo sea tratado justa e igualitariamente. Un año después del estreno de esta película llega a los cines «El hombre de Acero» (2013) que conlleva implícitamente una ideología bastante distinta a la que el personaje manejo desde 1942 hasta ese año. Este filme propone un distinto

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acercamiento al inicio de la carrera de Superman y muestra su primera gran batalla, siendo ésta contra los miembros de su propia especie que buscan alterar la tierra para transformarlo en su planeta natal, lo que mataría a la humanidad en el proceso; además muestra al General Zod como un villano que en esta adaptación busca convencer a Superman de unírsele, dejando atrás todo lo que conoce como su hogar. En «El hombre de acero», como es ampliamente conocido, Superman asesina al General Zod después de una batalla por toda la ciudad, cuando Zod está por acabar con una familia con su visión calorífica. Las circunstancias del filme conllevan a este evento desde un principio y aparentemente dejan al protagonista sin ninguna opción, ya que después de haber encerrado al resto de la armada Kriptoniana en la zona fantasma, la misma era imposible de abrir


Dossier: Superman, del Superyó al Súper hombre

nuevamente y ambos rivales, iguales en fuerza y habilidad, terminarían matándose uno al otro.

Las implicaciones de esto no son tan sencillas, puesto que aunque la misma trama y estructura de la película son las que obligan esta decisión, son escritor, director y estudio quienes se encargan de que esto suceda. ¿Por qué no habría otra manera?, ¿por qué Superman tendría que verse forzado a matar al último congénere de su especie por más cruel que este haya sido? Independientemente de que el superhéroe haya realizado esto anteriormente en el impreso o en el forzado final de «Superman II» (1980), la respuesta a estas cuestiones es sencilla, el rol del personaje ha cambiado debido a las implicaciones y exigencias culturales norteamericanas respecto a quién debe ser Superman ahora. Los contextos en que los trabajos son realizados tienen una influencia significativa en las obras que son escritas y publicadas durante esos periodos; el numero 775 de Action Comics mencionado anteriormente fue publicado en Marzo del 2001 anterior a la caída de las torres gemelas y la invasión estadounidense a Irán, en contraste «El hombre de acero» fue escrita y filmada después de estos acontecimientos y estrenada paralelamente a la supuesta oferta de ayuda estadounidense a Siria, panoramas muy distintos dentro de la misma cultura y aun así distantes por las implicaciones de los hechos acontecidos.

¿Quién es Superman? Es quien les enseña a los norteamericanos lo que es correcto y el camino a seguir y es por esto que el hombre de acero debe dejar de ser quien observe al yo y fije su ideal para convertirse en el Súper Hombre que propone Nietzsche y de esta manera llenar el lugar que le pide y exige la cultura norteamericana. Es el Súper Hombre quien debe dejar atrás las ataduras morales impuestas por la religión y el estado, dejando atrás una moralidad esclava y buscando una moral propia real basada en la experiencia empírica que solamente él obtiene. Es este Súper Hombre el que puede llevar a cabo las hazañas que los demás no pueden, es este el que debe hacerlo. ¿Es Superman el Súper Hombre que puede ser Juez, Jurado y Verdugo de sus rivales. Como conclusión, se retoma una de las cuestiones planteadas por «Superman Vs La Elite», valdría la pena cuestionar si este Superman es el Superman que necesita el mundo actual, o mejor dicho: ¿qué tipo de Superman necesita este mundo actual?, es decir: ¿el mundo necesita quien marque un ideal al cual idolatrar y seguir o un Súper Hombre que sea el encargado de hacer el trabajo que nadie más puede hacer? Referencias de imágenes: Bubachop (2013) Alegoría del Superhombre [Pintura]. Recuperado de http://bubachop.deviantart.com/art/Alegoria-delsuperhombre-369765804 Moore. A. y Swan, C. (1986) ¿Qué le pasó al Hombre del Mañana? [Recuadro de Historieta]. Recuperado de http://derikroberts. wordpress.com/2013/06/27/man-of-steel-my-two-cents-spoilers/

Bibliografía: Freud S. (1932) La descomposición de la personalidad psíquica. En Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. Obras completas tomo XXII Ed. Amorrortu Buenos Aires p. 53—74. 1979 Nietzsche F. (1883) Así hablo Zaratustra. Un libro para todos y para nadie. Edición de Andrés Sánchez Pascual en “El libro de bolsillo”, “Biblioteca de autor”. Alianza Editorial p. 36—37. 2006. Cronin, B. (2010) Comic Book Leyends Revealed 276 Recuperado de http://goodcomics.comicbookresources.com/2010/09/03/comic— book—legends—revealed—276/ Referencias de imágenes Alegoría del Superhombre [dibujo de la pelea de los Superman] por BubaChop. Recuperado de http://bubachop.deviantart.com/art/ Alegoria—del—superhombre—369765804 [Recuadro de Historieta] de ¿Qué le pasó al Hombre del Mañana?(1986), Moore. A., Swan, C. Recuperado de http://derikroberts.wordpress.com/2013/06/27/man— of—steel—my—two—cents—spoilers/

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Dilemas éticos y doble moral.

«El crimen del padre Amaro» Director: Carlos Carrera México / 2002 Por Karla Ivalisse Perales Herrera | lic.ivalisseperales@yahoo.com.mx

«El crimen del padre Amaro es una película que hace una profunda crítica a la Iglesia Católica, exponiendo la doble moral que prevalece entre su jerarquía eclesiástica. Celibato sacerdotal, poder, teología de liberación, narco—limosnas y aborto, son los dilemas morales en los que se ven expuestos los miembros de una orden parroquial de un pequeño pueblo de México»

H

Introducción

istóricamente, la Iglesia Católica ha sido profundamente criticada por grupos detractores, otras denominaciones cristianas e incluso al interior de su seno, debido a que ha ido en contradicción a los principios que difunde en su doctrina social. En el pasado, las prácticas de la Santa Inquisición fomentaban la intolerancia para quién fuera en contra de la doctrina oficial y ortodoxa;

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años después salen a la luz críticas respecto a privilegios fiscales, participación en negocios ilícitos, escandalosos casos de sacerdotes pedófilos y violadores, los cuales se han hecho más públicos en la actualidad, muchos de ellos quedando impunes o descaradamente encubiertos. Todas estas situaciones demuestran que la institución de la iglesia como tal se encuentra en decadencia, debido a que en su interior son sus miembros los que parecen carecer cada vez más de humanidad, de una ética fundamentada en la interiorización de los valores universales orientados en la virtud. Esta decadencia que se produce al interior de las institucionales sociales, es lo que paulatinamente está ocurriendo en la sociedad, debido a que el individuo carece de una ética personal y profesional y basa sus elecciones personales en una moral impuesta que actualmente parece ir en decadencia. Para puntualizar, existe una gran diferencia entre lo que es ética y lo que es moral. La moral son un conjunto de reglas que actúan desde el exterior, una motivación extrínseca a la conciencia del sujeto, rigen gran parte de los comportamientos de los individuos de acuerdo a lo que una sociedad considera bueno o malo, permitido o prohibido y es necesaria para mantener un orden social; sin embargo, en las normas impera un carácter más prescriptivo, coercitivo y punitivo. En cambio, la ética destaca la interiorización del valor apreciado in-


PsiqueCinema

ternamente desde una reflexión profunda que hace el sujeto, quién se convence de ejecutar una acción o tomar una decisión basadas en su libre albedrío y convencido de que sus elecciones son esencialmente buenas.

reses personales por sobre la virtud y la razón. De ahí se desprende que una vida que no esté cimentada en valores degenera al individuo hasta llevarlo a tener malos hábitos que con el tiempo se transforman en vicios, estos en una adicción y la adicción en una enfermedad. En la cinta «El crimen del padre Amaro» podemos ver reflejados muchos dilemas éticos y morales provocados por la contradicción inherente en todo ser humano.

Argumento

Al respecto, el filósofo Platón sostenía que el hombre es esencialmente bueno y si llegaba a inclinarse hacia la maldad era porque desconocía el verdadero bien o porque se dejaba arrastrar por las pasiones propias del mundo terrenal. Sin embargo, no exculparía la responsabilidad moral del individuo, pues al permitir que su pasión dominara sobre su razón estaba cometiendo una falta grave, puesto que el máximo ideal para una sociedad justa y armónica es la formación de hombres razonables y llenos de virtud. El fin último del hombre, según esta concepción, se orienta hacia el logro supremo que es su felicidad. Los filósofos Protarco y Aristóteles sostenían que la esencia del bien, era el placer y el segundo, la sabiduría. Sin embargo, concluyen que una vida buena para el hombre debe estar encaminada a satisfacer todas sus necesidades (de supervivencia, de seguridad, materiales, de pertenencia, corporales, intelectuales) hasta conducirlo a su autorrealización dentro de un marco de convivencia pacífica y tolerante. Pero es también en este camino hacia la autorrealización en que el hombre se enfrenta con las normas morales y sus deseos, con el llamado dilema moral El ser humano es vulnerable en el sentido en que muchas de sus elecciones se basan en el poder que ejercen sus instintos, deseos e inte-

Amaro, es un joven de 24 años recién ordenado sacerdote que llega a un pequeño pueblo de México «Los Reyes», para apoyar los servicios de la parroquia del padre Benito. Durante su estancia en el pueblo se va dando cuenta que tanto el padre Benito como el padre Natalio, párrocos de la región, están involucrados en situaciones poco éticas. Asimismo, el propio Amaro conoce a Amelia, la hija de la sanjuanera del pueblo, con quién mantiene una relación sentimental que pone en contradicción su vocación al servicio de Dios y sus necesidades y deseos de hombre. En este contexto, cabe señalar primeramente el papel que ejerce la iglesia frente al voto de castidad de sus siervos, el cual es el principal dilema ético de la cinta.

El celibato del sacerdocio como mito Históricamente la Iglesia Católica ha mantenido custodiado el voto de castidad, convirtiéndose en una exigencia hacia los sacerdotes, clérigos y todo aquél siervo al servicio de la fe en Dios. Pero estudios sociológicos y antropológicos comprueban que la castidad durante el sacerdocio se ha mantenido como mito, pues a lo largo de los siglos se tiene evidencia de que existieron clérigos casados, involucrados en relaciones sentimentales, con hijos, etc. Referencias históricas del mito del celibato demuestran que la castidad es una de las prohibiciones más absurdas que exige la Iglesia Católica en el sentido de que va en contradicción muy directa contra la naturaleza humana; puesto que la prohibición lleva a la desesperación y 65


PsiqueCinema

posteriormente a la ejecución de actos desleales contra la moral. En el siglo VI, entre los años 590 y 604, el Papa Gregorio aseguraba que todo deseo sexual era malo en sí mismo; es decir, que tenía una naturaleza intrínsecamente demoniaca; durante el siglo IX El Concilio de Aix—la—Chapelle admite abiertamente que en conventos y monasterios se habían realizado abortos e infanticidio para encubrir las actividades de clérigos que no practican el celibato. San Ulrico, argumentaba que, basándose en el sentido común y la escritura, la única manera de purificar a la Iglesia de los peores excesos del celibato era permitiendo a los sacerdotes que se casaran. La ley del celibato fue promulgada por la Iglesia Latina hacia el año 1123 bajo el mandato del padre Calixto II, durante el primer concilio de Letrán y más tarde en el segundo concilio en 1139 a cargo del mandato del papa Alejandro II: «Los matrimonios de subdiáconos, diáconos y sacerdotes después de la ordenación son inválidos: y los candidatos al sacerdocio que ya están casados, no pueden ser ordenados». Durante la Edad Media, hombres que apoyaron la reforma protestante como Calvino y Martín Lutero, denunciaron injusticias e incumplimientos de sus propias leyes, más cuando esas no tuvieran sustento bíblico ni apoyo de Dios en su realización. Jesús nunca impuso semejante regla a ninguno de los apóstoles; el Apóstol Pedro era un hombre casado, y el Apóstol Pablo dice que los obispos deben tener esposa e hijos. (1 Tim. 3:2,5 y12; Mat. 8:14—15). Actualmente, según la ley del celibato de la ICAR (Iglesia Católica Apostólica y Romana) esta puede ser abolida ya que el deber del celibato no forma parte de la naturaleza intrínseca del sacerdocio, sino que se trata de una gracia 66

añadida que la Iglesia reconoce como ideal para el desempeño del ministerio; sin embargo Robert G. Clouse afirma que la Iglesia puede anular esta regla cuando así lo decida. «El celibato no es esencial para el sacerdocio; no es una ley promulgada por Jesucristo». Declaración del Papa Juan Pablo lI en julio de 1993»

Análisis de personajes La cinta plantea la caída moral del personaje de Amaro, que se presenta en un primer momento como un muchacho idealista, con buenos sentimientos, que rige su conducta por los principios propios de su vocación; es decir, hace lo que un buen hombre y sobre todo un buen cura debe hacer: es compasivo, generoso y sensible al dolor ajeno. El comportamiento de Amaro pretende ser el de un buen cristiano, esto lo podemos ver muy bien reflejado durante la escena del incidente en que el novio de Amelia lo golpea en la calle, él no reacciona, levanta los cargos en su contra, ante la agresión ofrece la otra mejilla, ante la posibilidad de condenar, perdona… Sin embargo, cuando comienza a sentirse atraído por la jovencita, se pone en duda el hecho de que su conducta esté realmente motivada por convicción, pues comienza a debatirse entre dos situaciones muy contradictorias; su relación con Amelia y la posición de poder que le ofrece su carrera dentro de la Iglesia. Ante el conflicto producido por el deber y el deseo, Amaro busca justificar el amor por Amelia buscando citas de poesía erótica en la Biblia y la imagen de la Virgen María en su amante. Amaro se vuelve un sobreviviente de las estructuras de poder, sucumbe ante la primera tentación dándose cuenta que la vida real está llena de pasiones y tentaciones; sin embargo


PsiqueCinema

una vez más se nos presenta una iglesia caracterizada por la doble moral y la contradicción; el padre Benito mantiene una relación amorosa con una mujer, la sanjuanera del pueblo, y el mismo padre Amaro después mantiene una relación con Amelia, la hija de esta mujer; es por eso que en un principio se hablaba del elemento de la castidad sacerdotal como elemento mítico en la cinta. Sin embargo, en un momento decisivo del filme quedará demostrado que Amaro es menos franco y directo que el joven periodista que se ve envuelto en un escándalo al sacar una nota local en donde se exhibe la relación existente entre el narcotráfico y la Iglesia, que sugieren que el padre Benito acepta el dinero de los narcotraficantes para la construcción de un centro hospitalario, a quienes les otorga respetabilidad. El personaje del padre Benito reforzaría la creencia de que el fin justifica los medios; él se guía por su propio código moral, tiene mujer, la trata bien, le es fiel y utiliza el dinero del narcotráfico para hacer buenas obras. En cambio, el padre Natalio, representa al personaje «marginado»; vive comprometido con su causa con los pobres, vive con y como ellos y lucha por cambiar su situación, este compromiso es molesto para la jerarquía de la Iglesia y es amenazado con ser excomulgado por sospechar que apoya la causa de unos guerrerillos en la Sierra; sin embargo, el Padre entiende que antes que su obediencia al obispado está su coherencia como cristiano y acepta quedar fuera de la Iglesia si es necesario, «mi única obediencia es

a Dios y a mi gente», responde. Es su derrota, la excomulgación, la separación definitiva de la corrupción y del poder. Él es el único héroe ético, coherente con sus principios y valores. Amaro demuestra actitudes de hipocresía, deshonestidad, soberbia y egoísmo cuando pretende anteponer sus intereses personales sobre el bienestar de su hijo y la vida de su propia amada, incluso llega a golpearla y a intentar convencerla de que regrese con su anterior novio con tal de deshacerse de su hijo—problema, sugiriéndole también que practique el aborto cuando la Iglesia defiende completamente el derecho a la vida. Después de esta escena, los amantes continúan teniendo sexo en el mismo lugar, lo que confirma la indiferencia e insensibilidad de Amaro por el dolor ajeno y que su conducta es guiada solamente por su egoísmo. Podemos concluir que, «El crimen del padre Amaro» es una cinta que muestra el deterioro ético y los dilemas morales a los que a diario nos enfrentamos los individuos de una manera tan apegada a la realidad. La ética y la moral son tan necesarias para lograr mantener una sociedad democrática y sana, que ofrezca a los individuos su autorrealización personal fundamentando sus acciones y decisiones en los valores universales y no solamente en su propio beneficio. Referencias de imágenes: [Fotografía de padre besando mano de otro padre]. (s.f.). Recuperado de http://cinebso.com/lector.php?articulo=200211313201155&mes= 11&year=2002 [Fotografía de pareja besándose]. (s.f.). Recuperado de http://fotos. eluniversal.com.mx/web_img/fotogaleria/Apadreamaro.jpg [Fotografía de hombre tapando a una mujer]. (s.f.). Recuperado de http://letraceluloide.blogspot.mx/ Bibliografía: Majfud Jorge. Escritos críticos. “El triunfo ético de la derrota. El padre Amaro” recuperada de http://majfud.org/2012/04/12/el—crime— del—padre—amaro/ el 16 de mayo del 2014. Apologética católica. com. “Analizando las objeciones contra el celibato sacerdotal” Recuperada el 15 de mayo del 2014 de http://www. apologeticacatolica.org/Varios/VariosN02.html “El celibato católico: Origen, desarrollo histórico y verdad sobre este asunto” recuperada el 15 de mayo del 2014 de http://www.monografias.com/trabajos73/celibato—catolico—origen/celibato—catolico— origen.shtml#ixzz326OlRUTp

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Estante

Esta sección propone presentar publicaciones o compilaciones realizadas por investigadores y docentes de la facultad de Psicología de la UANL.

Entrevista con el Doctor José Moral de la Rubia Por Iris Reyes y Omar Méndez

¿C

ómo fue su camino para llegar a ser un investigador en Psicología? El camino empezó con mi formación como psicólogo interno residente en el Hospital Ramón y Cajal, al realizar actividades de investigación; siguió con la realización del Doctorado en la Facultad de Medicina de la Universidad Alcalá de Henares a través de mi tesis y se consolidó mi actual puesto como profesor— investigador, obtenido a través del programa de Incorporación de Doctores Españoles a las Universidades de México. Sus antecedentes estaban en mi interés por la ciencia y la investigación ya desde la secundaria.

José Moral de la Rubia Nació en Madrid, España, el 17 de julio de 1969. Tiene nacionalidad mexicana por naturalización. Es Doctor por la Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid, España), Psicólogo Especialista en Psicología Clínica por el Programa de 3 años de Psicólogo Interno Residente (Madrid, España) y Licenciado en Psicología por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid, España). Es profesor — Sabemos que ha sido compilador investigador de la Facultad de en investigaciones en PersonaliPsicología de la UANL desde dad y Salud, ¿Cuáles han sido agosto de 1999. Es miembro sus mayores hallazgos en este del Sistema Nacional de campo? Investigadores nivel 1, posee Perfil PROMEP (docente de El desarrollar las ideas sobre las calidad) y miembro de Cuer- vías a través de las cuales los aspo Académico consolidado pectos culturales, sociales y pside Psicología Social y de la cológicos se pueden convertir en Salud, estando inscrito en determinantes de enfermedad la línea de variables psicoo afectar al estado de salud. En sociales en salud y estudios de familia. Posee numerosas esencia son 7 vías: publicaciones en forma de libros, capítulos y artículos • La fisiología, toma de conen revistas arbitradas. Es ciencia y control de la emociones. miembro del consejo editorial de varias revistas científicas. • Rasgo de personalidad y estilo de afrontamiento que incremenCorreo electrónico: jose_moral@hotmail.com tan el afecto negativo y/o dificul-

tan el control emocional.

• La expresión a través de síntomas y quejas 68

corporales de malestar y conflicto que no es permitido por otras vías de comunicación, convirtiéndose el síntoma en un significante cargado de significado en un contexto concreto (conversión). • La funcionalidad del síntoma para manejo de conflicto u obtención de reforzadores (rol o conducta enferma). • La sugestión por creencias compartidas y las creencias culturales • Distorsión interpretativa de señales. ¿En qué se fundamentaba la escala para medir superstición y pensamiento mágico? ¿Qué motivó a este estudio? Se fundamenta en una tendencia natural y espontánea del pensamiento a atribuir lo que no es fácilmente explicable a agentes sobrenaturales, usando las características del psiquismo humano como fundamento de la causalidad dentro de un orden trascedente y mágico. Esta tendencia se intenta evaluar a través de indicadores como la convicción en ciertas creencias y tendencias del razonamiento en ciertas situaciones. Los ítems se generaron desde un grupo focal y se seleccionaron por propiedades psicométricas de consistencia interna, carga factorial, estabilidad y validez criterial. Su motivo está en la continuación de un trabajo que inicié en la licenciatura desde un interés personal en el tema de los tipos de conocimiento: mágico—religioso, filosófico, científico y paracientífico. El trabajo fue sobre la creación de una escala de actitud. ¿Cuál es la relación que usted ha desarrollado entre la Psicología y la salud? Mi relación con la psicología de la salud ha sido esencialmente de investigación y docen-


Estante: Entrevista con el Doctor José Moral de la Rubia

cia y en menor grado terapéutica. Fue en el periodo de psicólogo interno residente cuando actué como terapeuta. He publicado varios libros en su mayor parte centrados en la psicología de la salud: 1. Álvarez, J., y Moral, J. (2007). Manual de la escala de detección de potencial de maltrato infantil (EDPMI). Monterrey, NL, Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León. Número de páginas: 31. Tiraje: 500 ejemplares. ISBN: 970—694—410—9. 2. Moral, J., Landero, R., y González, M. T. (Eds) (2008). Psicología de la salud en adolescentes y jóvenes. Monterrey, NL, México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Número de páginas: 333. Tiraje: 500 ejemplares. ISBN: 978—607—433—118—9. 3. López, F., y Moral, J. (2009). Manual de aplicación de la Escala de Auto—eficacia para evitar conductas sexuales de riesgo para el contagio del VIH/SIDA en adolescentes (SEA—27). Monterrey, NL, México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Número de páginas: 216. Tiraje: 500 ejemplares. ISBN: 978—607—433—203—2. 4. Moral, J., y Álvarez, J. (compiladores) (2009). De la salud a la enfermedad. Hábitos tóxicos y alimenticios. Monterrey, NL, México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Número de páginas: 317. Tiraje: 500 ejemplares. ISBN: 978—607—433—208—7. 5. Álvarez, J., Moral, J., y Martínez, J. (compiladores) (2009). Psicología e investigación en enfermedades degenerativas crónicas. México: Universidad Autónoma de Nuevo León. Número de páginas: 325. Tiraje: 500 ejemplares. ISBN: 978—607—433—171—4. 6. Moral, J. (2009) Escala para medir Superstición y Pensamiento Mágico. Número de páginas 330. Tiraje: impresiones bajo pedido. Colombia y México: Psicom Editores. ISBN: 978—958—8532—06—6. 7. Moral, J. (2009). Investigaciones en psicolo-

gía social, personalidad y salud. Número de páginas: 287. Tiraje: 1000 ejemplares. México: CUMEX. ISBN: 978—607—482— 116—1. 8. Moral, J., Ybarra, J. L., Álvarez, J., Zapata, J., y González, J. (Editores) (2010). Adolescentes escolarizados. Sus hábitos de actividad física y alimentación. Un estudio Comparativo en el Noreste de México. México: Fontamara. Número de páginas: 466. Tiraje: 1000 ejemplares. ISBN 978—607— 7921—66—0. 9. Moral, J., Valdez, J. L. y González—Arratia, N. I. (Editores) (2011). Psicología y salud. México: CUMEX. Número de páginas 333. Tiraje: 1000 ejemplares. ISBN: 978—607— 482—180—2. 10. Moral, J., González, M., y Landero, R. (2011). Evaluación, modelos y tratamiento de la somatización. Su aplicación al tratamiento de la fibromialgia. México: Editorial Plaza y Valdés y UANL. Número de páginas: 278. Tiraje: 1000 ejemplares. ISBN: 978—607—402—296—4. 11. Castillo, E., Chávez, M., Flores, J. G., González, J., Hernández, A., Escobedo, E. M., Moral, J., Petrzelova, J., Silva, B. y Zapata, J. (eds.) (2011). Perspectivas y avances de la investigación en psicología. Coahuila: Universidad Autónoma de Coahuila. Número de páginas: 277. Tiraje: 1000 ejemplares. ISBN: 978—607—506—046—0. 12. Moral, J., González, M. T. y Landero, R. (2012). Tratamiento de la fibromialgia en mujeres y burnout en amas de casa. Madrid: Editorial Académica Española. Número de páginas: 188. Tiraje: impresiones bajo pedido. ISBN: 978—3—8484—5125—8. 13. Moral, J. y Valle, A. (2012). Homosexualidad, autoerotismo y homofobia. Sexualidades que la sociedad occidental ha vuelto a respetar. Saarbrücken, Alemania: Editorial Académica Española/AV Akademikerverlag GmbH & Co. KG. Número de páginas: 69


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412. Tiraje: impresiones bajo pedido. ISBN: 978—3—8454—9983—3. 14. Moral, J., Valle, A., Miaja, M. y Segovia, M. (en proceso). En relación al VIH, ansiedad ante la muerte, discriminación, depresión y homofobia. Colombia y México: Psicom Editores. Como autor de libros, ¿Con qué dificultades se ha encontrado principalmente? Encontrar una editorial para publicar los libros y la demora excesiva en su publicación. A propósito de ética y moral, que es nuestro tema actual, ¿Qué piensa usted de estos conceptos y como cree que se presentan en la profesión de la Psicología? La ciencia es tanto un método basado en unos supuestos como el conocimiento generado a través de dicho método. El método o forma de producir y validar conocimiento se entiende como una práctica social altamente diferenciada y con ciertas características universales, independientes del contexto socio—histórico y socio—político. Los teóricos de la ciencia como Kuhn (1962), filósofos postestructuralistas como Foucault (1966, 1969) y sociólogos como Bourdieu (1971, 1976) señalan los juegos de poder que determinan la evolución de la ciencia y lo que bajo tal concepto se encierra. Feyerabend (1978) señala incluso los mecanismos de persuasión, la retórica y la mentira como formas que emplean los científicos para imponer sus teorías. Todas estas críticas acertadas y perspicaces en los ejemplos que muestran, nos reflejan que la ciencia es una actividad humana sujeta a las mismas leyes que las demás actividades. Leyes estudiadas por la psicología y la sociología como ciencias. Esto no quita que la ciencia tenga unas reglas que la diferencian y que con frecuencia se violan, pero en la medida que finalmente prevalecen, el conocimiento científico sigue progresando y destacando por sus logros. Podemos decir que la definición de ciencia es un ideal a perseguir 70

más que una realidad conquistada. La ciencia es algo que se hace y de cuyo modelo ideal es fácil desviarse, especialmente ante regímenes políticos autoritarios. De ahí que la ética es un aspecto que debe contemplarse a la hora de hablar sobre el método y la aplicación del conocimiento científico. La veracidad, el considerar al ser humano como un fin en sí mismo, el respeto por la ecología, el minimizar el sufrimiento y el daño a los organismos no humanos en toda observación y experimentación, la libertad, la democracia, el respeto a una legalidad justa y consensuada, la aplicación del saber a favor de un desarrollo equilibrado social, regional e internacional en aras del bienestar y la paz, todos ellos son valores y principios que posibilitan el avance de la ciencia por el camino deseado.


Estante: Entrevista con el Doctor José Moral de la Rubia

Referencias:

Bourdieu, P. (1971). Champ du pouvoir, champ intellectuel et habitus de classe. Scolies. Cahiers de recherches de l’École Normale Supérieure, 1(1), 7—26. Bourdieu, P. (1976). Le champ scientifique. Actes de la recherche en sciences sociales, 2(2—3), 88—104. Feyerabend, P. (1978). Science in a Free Society. Londres: New Left Books. Kuhn, T. S. (1962). The structure of scientific revolutions. Chicago: University of Chicago Press. Sabemos que prepara un nuevo libro titulado: En relación al VIH, ansiedad ante la muerte, discriminación, depresión y homofobia ¿Cuál es el abordaje del mismo? Se trata de la presentación extensa de tres investigaciones empíricas y un trabajo de revisión teórica. Una investigación es sobre ansiedad ante la muerte y afrontamiento en personas que viven con VIH, otra es sobre discriminación, depresión e ira en mujeres que viven con VIH, y otra es sobre homofobia en estudiantes de ciencias de la salud. El trabajo teórico es sobre la depresión desde una perspectiva médica para entrar en el modelo de la depresión como una respuesta inflamatoria sistémica ante la infección de VIH. El libro aborda desde lo psicológico a lo biológico en aspectos de ansiedad ante la muerte y depresión. Finalmente aborda una temática social importancia puesto en primer plano a juego por una infección con fuerte estigma social, al ser más de la mitad de los afectados hombres que tiene sexo con hombres. El libro tiene cuatro editores: José Moral, Adrián Valle, Melina Miaja y María Petra Segovia. Todos somos autores de los capítulos que lo integran. Como anteriormente señalé, la mayor dificultad no es su edición, sino va a ser su publicación y el tiempo que transcurra desde que esté terminado de editar y salga impreso o esté

disponible en libro electrónico. Durante la administración del Mtro. Arnoldo Tellez hubo gran apoyo a la publicación de libros, pero la actual administración tiene otras prioridades y no existe hay tal apoyo. Estamos pensando en una editorial electrónica: Psicom Editores ¿Hay dificultades específicas debido al tema que se trata en este libro, justo ahora que a nivel mundial hay muchos actos evidenciados de discriminación y homofobia? Prevención de la discriminación por portar una infección o por una orientación sexual que a su vez aparece como factor de riesgo de dicha infección, son temas que entran en el orden de los derechos humanos y la ética. Hoy día hay la sensibilidad para abordar este tema en defensa de dichos derechos sin la condena que impone el radicalismo religioso, gracias a un clima de racionalidad y pragmatismo universalista que nace de la ciencia y la filosofía de la ciencia. Referencias de imágenes: [Fotografía del Dr. José Moral]. (s.f.). Recuperado de http://www.uanl. mx/universidad/persona/investigador/jose-moral-de-la-rubia.html [Imagen de Escala para medir pensamiento mágico]. (s.f.). Recuperado de http://biblomedia.com/producto/escala-para-medir-supersticion-ypensamiento-magico-epm24/

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«Estoy enamorado de ti» Por Luis Coronado Alonso (www.facebook.com/don.coronel89)

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staba mordiendo sus uñas, ambos en el sofá, y los dientes se movían rápidamente con los dedos en su boca, pensaba. Tenía la mirada fija en el televisor, una novela de los años noventa estaba siendo retransmitida. Yo tenía permitido fumar en el lugar, anotaba ciertas cosas en mi libreta de trabajo, cuando me habló, sin moverse, con el corazón entre sus labios. —Estoy enamorado de ti. Apenas me dio tiempo para una primera bocanada, coloqué el cigarrillo sobre un cenicero, ya estaba manchado con mi labial rojo. Félix, en evidente desafío, lo toma y fuma profundamente, se gesta entre nosotros la primera mirada de la tarde, sonríe, exhala, está esperando mi respuesta, o como él le llama: un discurso, porque para él todas las palabras provienen de una fábrica que tenemos en la cabeza, que, incapaz de generar cosas vivas y espontaneas, se limita a la simple manufactura de oraciones completas que acomodamos a placer. — Estoy seguro de esto, ayer lo sentí mientras dormía, estaba anidado en la planta de los pies y se fue subiendo, incluso ese dolor extraño que te había platicado, ya sabes, el de mis rodillas; bueno, volvió desde anoche, es porque ese impulso nervioso, que eras tú Carolina, me alteró, movió el eje de la Tierra y ahora, despierto, sé que te amo. Lo miraba como una mujer resignada, el mentón apoyado en la mano izquierda, las cejas arqueadas, quería escucharlo, tenía una curiosidad por aprender de un amor que nace, ajeno a la provocación, al coqueteo que nunca realicé, tuve ligeros intercambios de palabras con Félix, tal vez alcé de más la falda mientras me sentaba

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o tiene una pasión por los tacones altos, nunca sabe que puede pasar por la mente de alguien que se enamora de la noche a la mañana. No tenía por qué escoger las palabras. No con Félix, se jactaba de ver el futuro en mis ojos y yo solo estaba por confirmar su visión profética. —Te conozco desde hace algunos años, querido Félix, nunca antes habíamos hablado de sentimientos porque no estabas interesado en ello —le arrebaté el cigarro y seguí fumando—. Hoy estas ante mí con el corazón en la mano, como un regalo, estoy agradecida por confiar en mí, pero no puedo recibirte, no ahora. Su rostro no cambió, de rendirse no sabe nada y el mundo para el solo está lleno de oportunidades. —Carolina, mi dulce y suave Carolina, causaste un terremoto pero no estás dispuesta a asumir la responsabilidad de tu acto, te escabulles ante la primera oportunidad, sobre mí tienes la ventaja porque en ti esta la respuesta, yo solo tengo confesiones —Estaba jugando con las manos, en momentos tomaba el cigarro de vuelta y lo giraba entre los dedos, observando el hilo de humo que se desprendía, me miraba de vuelta y todo su cuerpo estaba en calma, de mis ojos pasaba a la libreta de trabajo, a la novela, a su propia conciencia que se reflejaba en mis lentes de pasta—. Me atormentaste todos los días anteriores a este, lo que está sucediendo es la caída de una torre de naipes que formaste. Mi cigarro ya se había consumido, yo estaba nerviosa pero me esforzaba por ocultarlo; sin embargo, hay reflejos traicioneros, rascarse la cabeza, un profundo suspiro, el silencio que alargaba sin propósito. Ambos estábamos solos en aquella enorme sala, la tarde era soleada y el patio era sonidos y personas platicando, con eso logré distraerme, deseaba alzar una bandera de tregua entre nosotros dos.


Maktub

—No es justo Félix, das por hecho que yo tengo la culpa, que soy el personaje frío y calculador de tus pesadillas, la mujer fatal que se contonea entre hombres para atraerlos a la destrucción, soy menos que eso y más que una simple fantasía, ¿no crees que una mujer es más que un deseo? —Nadie habló de culpa, al contrario, creo que es una fortuna ser la tortura amorosa de alguien más —Me sostuvo una mano entre las suyas, la aparté —, quiero la visión que tú tienes Carolina, hacerla mía y modificarla a voluntad, venerarte, ¿a qué le temes?, ¿convertirte en un ídolo? Oraré cientos de veces ante tu figura si es necesario. Félix había alzado la voz. Yo estaba perdiendo el control de la situación ante un apasionado, ante el gesto romántico no tenía armas, siempre he librado batallas personales con aquellos que saben manejar sus palabras, porque yo también soy profesional manejando las mías. Saqué un nuevo cigarro y Félix me hizo el favor de encenderlo, estúpido gesto. —Estoy entendiendo esto como una entrega incondicional, esperas que caiga ante instintos de grandeza y tome este lugar de diosa, que exige sangre para sus sacrificios.

—La sangre es la moneda universal con la que civilizaciones enteras se sostuvieron en el pasado, me agradaría que tomaras esa divisa como vigente y mi sangre entonces correrá —Una fuerte carcajada me asustó, era Félix quien reía—. No te asustes Carolina, tú sabes que exagero, en realidad no ocupas mancharte de sangre para tener la vida de un hombre entre tus manos. Yo ya estaba completamente rígida en el sofá, fumaba a rápidos intervalos, escribí algunas cosas en mi libreta de trabajo, me concentré en el dialogo de la novela, mientras ahí seguía Félix, con aquella sonrisa, un niño que había atrapado al ratón y se disponía a prenderle fuego. —Creo que debes considerar no amarme, tienes ante ti algo que solo existe en tu castillo ausente de princesas —Volvió a tomarme de la mano, estaba temblando, yo también—. Si estamos juntos, todo desaparecerá como el momento en que despiertas del sueño, solo que esta vez me odiarás. — Estas equivocada Carolina y lo entiendo, esto, todo este ritual solo es parte de ti, estas destinada a sofocarme con negativas, me preparé porque ya no respiro aire, solo de ti —Apretó mis dedos y observó el color de mis uñas, el brazalete de 73


Maktub

plata que me regaló mi esposo, mi anillo matrimonial—. Esto que tienes, el anillo, tu vida no tiene sentido para mí, porque solo existe Carolina, he reconceptualizado la vida, ahora es un átomo, fuera de ti solo el vacío. Te amo Carolina, mi Carolina. — Me estas lastimando. —¿Y qué es el amor sino un ultraje a plena vista? —Basta Félix, suelta mi mano. Duele. —Asustado, me liberó, no podía creerse capaz de hacerme daño, empezó a llorar, arrepentido, un niño, acurrucado entre sus brazos. —Ambos conocemos nuestra condición, Félix, para ti, esta idea que tienes de enamorarse, no es la correcta. —¿Y tú la tienes? —Me miró a los ojos, retirando del camino mis lentes, los dobló con cuidado para colocarlos en una mesita—. Porque el hombre ha buscado lo correcto en la religión y las cosas mundanas, sin llegar nunca a decidirse, tal vez vas camino a convertirte en un místico. — No te burles de mí, yo tampoco tengo la respuesta. —¿Y que es entonces este dolor en mi cuerpo, la poesía que he soñado desde hace meses? Estoy negando toda visión del futuro, mi propio don divino para que te quedes. Eso es amar, ¡negar a Dios sobre todas las cosas! —Estas gritando Félix, no es necesario. —¡No es una voz, es toda el alma lo que está saliendo por mi boca! —El amor no debe ser el fin del mundo, sino un inicio. —¿Qué sabes tú de amar Carolina? Mujer casada, un esposo que te espera todas las noches que 74

estas de guardia. ¿Es fácil amar la tranquilidad?, lo que tú llamas vida normal. Noches me he transfigurado en tu alcoba solo para verte haciendo el amor. —Detente Félix —No Carolina, que sencillo es amar la locura cotidiana, tu rutina, ¿por qué nadie puede amar a los que estamos aquí? Al depresivo, esquizofrénico, hipersexual… ¿No es el amor una locura? —Hemos terminado por hoy, me gustaría seguir hablando de esto, probablemente la siguiente semana —Lo sabía, le temes al amor, eres una cobarde. —Me arrebató el cigarro, cuando intentó apagarlo en su brazo derecho, un enfermero lo sometió y varios más lo llevaron a su cuarto, yo estaba muerta de miedo en aquella sala. —¿Todo bien doctora?, ¿quiere que le traiga un café? —Negué con la cabeza, temblorosa y con algunas lágrimas, esta sesión no tiene similar con las anteriores, tengo que llegar a casa y revisar mis apuntes—. Solo una cosa, retiren del cuarto de Félix todos sus libros, hasta que yo vuelva la siguiente semana. —Por supuesto doctora. No me queda duda que estaba enamorado, pero evito aceptarlo a toda costa, nadie está listo para esa clase de amor. El que no tiene límites. Referencias de imágenes: [Fotografía de mujer fumando]. (s.f). Recuperado de http://mikecronis.blogspot.com.es/2013/05/rosie-riviter-critical-review.html [Fotografía de manos entrelazadas]. (s.f). Recuperado de http://examinedexistence.com/study-couples-who-meet-online-are-happier/


En construcción El devenir grupal como proceso de subjetivación ético—político (Primera parte) 26

Por Baruch Martínez Treviño

Introducción (Justificación)

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l tema del sujeto es uno de donde proceden una infinidad de prácticas que tienen su reflejo en las narraciones que dan cuenta de uno mismo, un concepto operativo al que recurren tanto personas como instituciones. Problematizar las poder pensar qué se resiste concepciones que se difunden en lo en nuestra propia teoría y explícito e implícien la consecuente práctica, no to de los discursos sólo respecto de las institucionales nos permitirán contrasnuevas patologías, sino de las tar una verticalidad nuevas formas que asumen de saberes (Estado, los modos destructivos en que instituciones, senlos seres humanos tido común) con atentan constantemente contra una horizontalidad (grupos, comunidasus lazos» des) y ruptura de procesos críticos hacia discursos que son puestos en práctica sin cuestionarlos. Pensaremos provisionalmente lo vertical como el ejercicio de poder que se consolida en prácticas discursivas hacia otras personas en situación de no contar con los recursos y fuerza para revertir (por lo pronto) la dirección en el uso del poder. En este caso, que involucra lo social macro con los procesos grupales y entre sujetos, es necesario contrastar un par de enunciaciones del Estado que dan cuenta del sujeto.27 La primera enunciación corresponde al artículo 1 de la cons-

titución política de los Estados Unidos Mexicanos del capítulo I De los Derechos Humanos y sus Garantías, en el cual se señala que en los Estados Unidos Mexicanos «todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de las que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta constitución establece». Por otro lado, en el segundo artículo de la Ley General de Víctimas se menciona que el objetivo de dicha ley es «reconocer y garantizar los derechos de las víctimas del delito y de violaciones a derechos humanos, en especial el derecho a la asistencia, protección, atención, verdad, justicia, reparación integral, restitución de sus derechos violados, debida diligencia, no repetición y todos los demás derechos consagrados en ella». Además, en un documento de la Comisión Mexicana 75


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de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos titulado Brevario de la Ley General de Víctimas se menciona que ésta «no sólo concentra los derechos que las víctimas ya tienen en otros ordenamientos jurídicos: crea mecanismos para hacerlos efectivos y por tanto, genera nuevas aplicaciones de los derechos sustantivos», para más adelante especificar, entre las medidas de reparación integral «la búsqueda de las personas desaparecidas y la identificación de los restos mortales y su debida inhumación, respetando las tradiciones familiares y comunitarias». Pero es con una breve investigación periodística que damos cuenta de las contradicciones y dificultades que se presentan cuando un grupo de personas intentan hacer valer sus derechos. Por ejemplo, en el reporte de La Jornada del 22 de enero del presente año sobre el informe mundial 2014 de la Organización Internacional Human Rights Watch se menciona que, respecto a la situación de los desaparecidos en México, son los familiares quienes investigan, «se culpa a las propias víctimas o se indica a los familiares que deben investigar ellos mismos». Esto hace eco en otra nota del mismo periódico del 28 de febrero titulada «Reportan abusos, homicidios, tortura y desapariciones en informe sobre México», en la que se hace un relato del informe anual del Departamento de Estado de Estados Unidos con relación a los derechos humanos en distintos países. Para el caso de México, en el rubro de desapariciones, la nota indica «que hubo múltiples quejas de desaparición forzada realizadas por el Ejército, la Marina y la policía, la mayoría ocurrió en el curso de operativos de seguridad». Como podemos observar con este breve acercamiento, lo que se presenta en el marco institucional requiere de un análisis claro y encaminado a destacar los procesos de subjetivación. Por esto, acompañamos estas noticias con la puesta en práctica de actos de denuncia 76

de las personas en busca de sus familiares desaparecidos. En una noticia reciente publicada en el sitio eldiario.es que lleva por título «Se abren 11 fosas comunes en México: 300 cuerpos», menciona que los familiares recurren a periodistas y ciudadanía para investigar los casos, «el único recurso de las víctimas parece ser la fuerza inagotable del amor por sus familiares, su imbatible perseverancia y esa dignidad extraordinaria que parece inconcebible mantener en medio de tanto, tantísimo dolor, tantísima impotencia». Otra fuente sobre el tema de las desapariciones es el libro del periodista José Reveles, Levantones, narcofosas y falsos positivos donde muestra el quehacer de la ciudadanía frente a instancias del Estado por el reclamo de su labor de justicia, el Estado les responde «¿Y ustedes piensan tomar alguna represalia contra el gobierno?». El autor también señala la ausencia de la cultura de la denuncia, y en caso de que ésta se realice menciona que «cuando no se profieren directamente amenazas de seguir denunciando o hurgando en lo que pasó, puede resultar muy peligroso para los que aún siguen vivos en las familias»; a esto se le suma, como ejemplo de amenazas «se les investigará a ellos (los denunciantes), las víctimas, para ver si no tienen ligas con la delincuencia, si están en situación de riqueza inexplicable, si tienen un modo honesto de vivir». Dentro de esta introducción28 daremos cuenta de este fenómeno y complementaremos con el estudio que realiza la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, titulado «Noche y Niebla. Por los caminos de la impunidad en México». En dicho estudio sobre la tortura, desaparición forzada y justicia


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militar se nos presenta en el tema de «Desaparición forzada de personas» un subtema que lleva por título «víctimas indirectas», el cual nos plantea la situación de los familiares, menciona el documento: «la familia y los amigos de las personas desaparecidas sufren tortura mental lenta, ignorando si la víctima vive aún y, de ser así, donde se encuentra recluida, en qué condiciones cuál es su estado de salud». Y hemos de considerar la labor que llevan a cabo las distintas organizaciones de la sociedad civil encaminada a resarcir el daño provocado hacia su dignidad como personas. ¿Quiénes sino los activistas y ciudadanos que realizan esta labor son los que han puesto en práctica formas distintas de subjetivación? Podemos destacar la relevancia de este ensayo29 acompañado de lo que menciona Esposito en su libro Comunidad, inmunidad y biopolítica: «nunca como hoy los derechos humanos –empezando por el primero de ellos, el de la vida– han sido tan completamente negados. Ningún derecho, y sobre todo el de la vida, parece más contradicho por los millones de víctimas del hambre, las enfermedades o la guerra», ante estas contradicciones surge el sujeto, que en su diálogo y problematización constante se muestra como lo que sería un sujeto desde grupos operativos, quien tendría las cualidades de adaptación activa a la realidad que transforme su realidad externa a la vez que se transforma a sí mismo. Es entonces cuando defendemos la pertinencia de este ensayo.30 Las subjetividades, jamás como un asunto de pura introspección en el vacío del solipsismo, sino como social, como relacional: dependerá de marcos teóricos y metodológicos su apertura, sus consideraciones para pensarla. En esta justificación nos vienen bien las palabras de Perrés en su artículo La categoría de subjetividad, sus aporías y encrucijadas, apuntes para una reflexión teórico—epistemológica y comentando la crítica de Zemelman al asunto de la subjetividad leemos: «la subjetividad, decía, puede ser entendida de dos maneras muy

distinta: a)como producto, b)como producente (…) el segundo enfoque (…) tomando un término de E. Bloch, supone estudiarla como proceso no agotable, poder hablar de ‘nuevos sujetos’, ya que éstos están supeditados socialmente a constantes procesos de transformación». ¿Para qué estudiar los procesos de subjetivación política? Justo como la puesta en marcha de las problematizaciones de los conceptos de persona, de acción, de corresponsabilidad, de vida, de dignidad, de ciudadano, de implicación, de grupo, tanto en lo teórico como en lo práctico. Y quizás así, con una propuesta como la planteada podamos reconstruir procesos que den lugar a levantar las conceptualizaciones complejas de la subjetividad.. Referencias: 26. El presente ensayo es parte de la entrega de un anteproyecto de

investigación. Se estructura de la siguiente forma: Introducción (Justificación en el original) Desarrollo (Marco teórico) Coda – conclusiones. Se realizará en tres entregas en los siguientes números de la revista. Los cambios realizados propios para esta entrega se muestran entre corchetes con su referencia exacta en el original en nota a pie de página. 27. Con la acotación necesaria de reconocer que este es un

anteproyecto enmarcado en la psicología social, en específico en el estudio de los grupos y los procesos de subjetivación, sin embargo, al considerar el proceso como de una autonomía dependiente del medio que lo rodea (Morin, 2009) consideramos pertinente recuperar algunos datos que cruzan y contextualizan las prácticas grupales, en específico del caso de personas en busca de familiares desaparecidos. 28. En el original: este desarrollo de justificación del anteproyecto. 29. En el orginal: proyecto. 30. En el orginal: proyecto.

Referencias de imágenes: Imágenes originales del autor.

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PsicoanalizARTE La insurrección de la moral Por Osvel Becerra

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uando el hombre se acciona, éste tiene la finalidad de materializarse; es decir, que con su acción habrá llevado a cabo la instauración real y en movimiento de un apéndice simbólico y plástico que ancla al personaje a una escena. Con ello el individuo se habrá tornado un artífice del performance, un actor de su acción y, por ende, su vida es un escenario morfológico, un cuarto vivo al estilo Room 1408. En la «Ética a Nicómaco» se nos muestra que la acción del hombre tiene un fin y el colofón es el bien buscado. Aristóteles ancló lo que denominó como bien con lo que llamó fin y su idea de felicidad es algo parecido a un Gran finale al que los mortales iríamos por naturaleza. A diferencia de Platón y Sócrates quienes ancoraban el bien con el conocimiento, Aristóteles no se conforma con que baste conocer la idea de bien para obrar benévolamente y apela a que hay diferentes cualidades del bien. Aristóteles tenía que aportar algo nuevo y decir lo mismo con palabras diferentes, no estoy

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concluyendo que Aristóteles no sabía que la idea de bien en Platón no era más que la reconducción de todos los procederes humanos hacía el bien, a cualquier bien que este fuese. Hoy en día somos platónicos aquellos que exclamemos a la incógnita resuelta de algún compañero la frase tan resonada en la sultana que dice más o menos lo siguiente: «¡Esa es la idea!». Precisamente es eso lo que Platón planteaba, al tener la Idea de Bien los hombres adquiriríamos —metafóricamente escribiendo— un censor que nos proveería en cualquier circunstancia la ocasión de hacer (lo) bien (bueno). Cuando el colega del ejemplo anterior descubriera la idea que no hallaba, tendrá para proceder el mismo censor, la idea que encontró le delimitará qué hacer para materializarla. Aristóteles provee una ampliación al estudio del bien, la moral y la ética a la vez que aporta ideas nuevas sobre estas cosas que más que conceptos son cosas vivas. Las éticas, las morales y los bienes, más que significaciones son también entelequias plásticas que, como atolladeros, se incrustan al sujeto para elucubrarse y con ello mimetizarse en modelos hereditarios e históricos para la cultura de la sociedad. Un método específico en las ciencias sociales podría evidenciarlas de entre las cosas, no obstante un encuentro filosófico podría también traer a la luz la situación y a las personas a la que están adheridas estas cosas vivas llamadas filosofías, incluso podríamos detectarlas en las instituciones. En la cuestión de la educación, los educandos se someten a encuentros repetidos de órdenes, técnicas, disciplinas, doctrinas, estrategias, seminarios y un sinfín de encontronazos a los que, como a modo de escalera eléctrica, ascienden con la idea de que es el proceder de la educación, no les pasaría por la semiótica que los años de carrera a la par que están planeados estratégicamente son a la vez una rememoración ética de la profesión; es decir, no solamente es el


PsicoanalizARTE

influjo del maestro y el arte de la educación lo que ha hecho que un ingeniero proceda como ingeniero a la hora de trabajar, es también la ética a la que estuvo condicionado por ingenieros a través de los años y que, a su vez, con el trato, aprendió la moral del ingeniero. La moral es un asunto que los chistes evidencian, es aquella carnosidad que a partir de la broma podemos pesquisar. Cuando los niños en el periodo prescolar han aprendido a decirle a su maestra que cuando le metieron el pie al compañero fue para hacerle una broma y no para gozar con su caída o vengarse de un suceso, han asimilado las costumbres de la maestra que en el mejor de los casos reprobaría aquella acción y por ello buscan abogar por sus buenas costumbres con el cobijo de que una broma la aguanta cualquiera. Ese momento es un instante en el cual el niño toma la responsabilidad de su acto, crea a la vez un ensayo que conjunto al error forjará la ética del infante. La moral y la ética de los niños son morales y éticas del instante, no proceden moralmente ni éticamente por el día de mañana, ni siquiera por lo que será más tarde el día de hoy, sino por el momento en el que se requiere la idea. Los infantes son los maestros de maestros, la actualización de la cultura y la innovación de la sociedad, habrá que escucharles y tomarles en cuenta sus novedades. En la cuestión de la filosofía, ese proceder de niño es el mismo que se busca actualmente en ética, una anchura de la ética que englobe política, ecología y solidaridad con la finalidad de proceder legalmente en un marco político a su vez solidario con el prójimo y el medio ambiente. Cuando las costumbres se vuelcan revolucionarias se ponen en marcha hacía un camino ético, es decir, sin ánimo de referirme al activismo político, me refiero al activismo moral, eso que en el sujeto insurgente se revuelca y colisiona en las paredes de su epidermis y por esa continencia que su cuerpo erige, empuja y sostiene en un instante donde se siente moral, es el tiempo de saber y poder tomar camino, es cuando se habla de ética viva, aquella actuación que nos encarna y esa encarnación que nos actúa. Los estudiantes, los profesionales, los

médicos, los psicólogos, los psiquiatras pasamos años tratando de saber qué hacer en determinadas circunstancias y a veces lo aprendemos de los maestros, de los libros y/o de la familia, se nos despierta la idea de que no podríamos hacer más que estar preparados para cuando el momento llegue, pero sucede que cuando llega ese tiempo y lo pasamos, buscamos nuevamente repasar los libros, acudir a más clases o pedir orientación para cuando vuelva otro periodo igual, poder hacerlo mejor; me parece que esa rutina la aprendimos del arte de la educación contemporánea mientras tanto queda ignorada la posibilidad de vivir el momento ético que como sujetos escindidos nos revoluciona y nos reinventa cuando lo dejamos ser. En el momento de una operación, de un tratamiento, de una consulta o de una negociación es menester haber conocido de todo un poco con la finalidad de tomar una decisión informada y proceder de manera científica mientras que la moral y la ética a la que hemos estado sometidos actúa en el instante; por ejemplo, nuestra enseñanza podría abreviarse al referirse a que no solamente hemos estado teniendo prestigiosas clases con asombrosos maestros, sino que hemos llevado un curso de cinco, siete o diez años sobre ética y moral de la profesión, cualquiera que esta sea, como sea que se llamase la materia, al fin y al cabo será un añadido técnico—ético o sensitivo—moral a la historia de vida del hombre. Cuando tomamos a alguien en consulta, ¿podrían las cientos de clases que se tomaron a lo largo de cinco años dictaminar qué hacer? A reserva de su mejor opinión me parece que son importantísimas de conocer, estudiar y aprender mientras que en ese momento estaría uno nuevamente como alumno a la escucha del maestro, en una paradoja ética socrática en la que lo mejor que podríamos hacer es atender la mayéutica con la finalidad de hacer valer la verdad que empapa al sujeto. Referencias de imágenes: [Dibujo de mujer embarazada y naturaleza]. (s.f.). Recuperado de http://artemisa-parterasurbanas.blogspot.mx/2011/08/experienciasde-una-partera.html

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Quid

La utilidad del pecado Por Iván Guerrero Vidales (gv.ivan8@gmail.com)

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n la antigua Grecia el mal era considerado como una fase, una forma necesaria del bien integral. El universo, decían, está compuesto por la combinación de elementos contrarios, y la vida es resultado del bien y el mal pues ambas contienen la misma esencia, ambas se conjugan en armonía si la medida o razón es justa. Estas mismas ideas se permearon a las creencias cristianas, las cuales introdujeron el concepto de pecado. Sobre esta línea podemos presentar el pecado como la proporción que rige el bien y el mal a la vez, el conocimiento pudiera ser considerado como la medida de la acción, lo que permite alcanzar el bien supremo. Siendo así, ¿qué sucede cuando una de estas dos fuerzas es mayor que la otra, cuando hay una desproporción? Tanto la religión, desde tiempos remotos, como la psicología en épocas más modernas, han buscado la forma de mantener el equilibrio entre ambas polaridades y, a partir de esto, buscar el desarrollo a plenitud. Para este efecto, es necesario hacer una comparativa entre ambas formas de entender el comportamiento y, al hacer este ejercicio, podemos encontrar similitudes interesantes en cuanto a lo que a condición humana se refiere. Iniciando con uno de los postulados básicos del psicoanálisis: la angustia crea la represión. Analógicamente, el pecado genera culpa. Si a la circunstancia de «maldad» le llamamos pecado o represión, queda claro que ambos coartan la libertad de actuar, contribuyen a que el hombre actúe absorto en el temor, haciendo a un lado la propia voluntad, pues el deseo de experimentar, conocer y aprender cosas nuevas implica, en esencia, la posibilidad de caer en algo «ilícito» a los ojos de los demás. Cuando así sucede, la salvación del pecado se alcanza

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a través de la penitencia y la redención, y en el caso de la represión consiste en hacerla consciente y redirigirla. Sea cual sea el método que se utilice, la finalidad es única: confesar para hacer consciente lo inconsciente. Aunque sobre esto, la psicología logró un avance que permitió que en la era moderna los pecados pasaran de establecerse en una relación vertical «Hombre – Dios», a una relación horizontal «Hombre – Hombre», entendiéndose de este modo que en el vivir podemos errar, y como el que no equivoca no vive, todos tendemos a la falla, la cual puede ser perdonada, ya no por una deidad, sino por nosotros mismos y para nosotros mismos. Tomando en cuenta lo anterior, podemos atender la utilidad del pecado desde varios frentes. El primero: la represión del impulso, el cual estriba entre la promoción de la vida (bondad) y la muerte (maldad) y que es causante de la sensación de náusea hacia uno mismo cuando nos encontramos incapaces de experimentar


Quid: La utilidad del pecado

apropiadamente las emociones y los pensamientos. Por esto, la idea del pecado genera la sensación de culpa (que no es más que el temor a dejar ver una parte de nuestra «intimidad humana»), y la culpa limita, a la vez, de evitar comprender el impulso humano, relegándolo al olvido y promoviendo el cometer de nuevo la misma falta, pues en sí, la acción se ha realizado «inconscientemente»; también evita la naturaleza que busca aprender de sí misma, porque la niega, prefiriendo someterla al escrutinio social. Cuando esto sucede, enajena a las personas, las separa en buenos y malos, por eso Nietzche se pronunciaba en contra del «ideal ascético», por atentar contra la voluntad humana, contra la búsqueda de la libertad, contra el satisfacer necesidades, contra el deseo; lo postula como un límite innecesario, contra—natura, solo atribuible hacia aquel quien vive sus días en decadencia. La vida es fuerza, convicción, competencia, y el pecado evita que esto se ejerza. En seguida, el pecado nos une a todos en cuanto a que lo consideramos como una rebelión frente a la autoridad, sea humana o divina, quien tendría la facultad de condenarnos por una conducta inaceptable, por una falta, una oposición hacia aquello que espera de nosotros; no obstante, mantiene una convivencia positiva entre las personas, dado que es ético todo aquel acto que no ponga en riesgo la vida de uno y la de otros, y es moral si los medios para lograr esto son considerados como lícitos. Así, la religión creó una serie de lineamientos con la intención de mantener una convivencia correcta entre las personas, promoviendo actos que eviten poner

en riesgo a los grupos sociales; pero más allá de que la obediencia se alcanza por temor a la represalia, hay un desarrollo que la psicología se ha encargado en postular a través del desarrollo de la moral, en la cual expone que, a lo largo de las etapas vitales por las que transcurre el desarrollo humano, hay una serie de hitos que, normativamente, deberían alcanzarse para así continuar avanzando. Claro que ello implica atravesar por dilemas éticos adversos, pero que a la postre terminan por germinar en un modo de vida más consciente y comprensivo frente a la realidad social (ver Figura 1). Una mirada más atenta a esto demuestra que los ideales más elevados que la religión busca promover se encuentran a la par con el desarrollo evolutivo más avanzado en cuanto a moral se refiere; sin embargo, la cuestión en sí es buscar esta plenitud no a través de la abstinencia, la penitencia, o el auto—flagelo (físico o mental), sino a través de la razón, del ensayo y del error, y la reflexión que resulte de ello. Sobre lo anterior, no pudiera asegurarse que el hombre nace moral por efecto de la suerte o el azar, pero sí dotado con la capacidad para razonar, lo cual le permitirá controlar sus impulsos y tomar decisiones más acertadas, en vistas de un mayor bienestar. De esta manera, el hombre actúa moralmente cuando tiene la suficiente madurez emocional para sentir culpa al cometer un error, cuando cuente con habilidades sociales para hacerse responsable consigo mismo y con el grupo al que pertenece, y posea el desarrollo cognitivo necesario para ser capaz de situarse en los pies de otro; por ejemplo, la «teoría de la 81


Quid: La utilidad del pecado

mente» postula que es una capacidad humana el predecir las reacciones de nuestros semejantes y actuar en base a esta intuición, para así considerarlos en nuestras decisiones y acciones. En consecuencia, la moral puede entenderse como una característica humana que tiende a desarrollarse con el tiempo gracias al instinto de adaptación, donde también entra en juego la experiencia subjetiva de la persona, así como los modelos sociales que están disponibles para asimilar. De este modo, la utilidad del pecado, siendo este una falla, un error, producto de la inocencia y la inexperiencia, es hacernos conscientes de los actos y virar el curso hacia el aprendizaje, dado que la meta de todo lo que existe en nuestro universo es la realización de sí mismo a plenitud. En conclusión, vivir en el bien o en el mal es una decisión, pero para reconocerlos como tales es necesario probar ambas circunstancias, adoptar una postura para conocer la otra y tomar decisiones fundadas en nuestra propia experiencia. Por lo tanto, la pregunta no se fundamenta sobre ¿qué necesita la sociedad para producir «hombres de bien»?, pues ya no se trata de un tema de separación, sino de comprensión; ¿qué necesito vivir para contar con los fundamentos necesarios y decidir actuar?, así se vive la verda82

dera moral, en la intención y la voluntad propia de buscar hacer el bien a toda costa. Referencias de imágenes: Guerrero, I. (2014) Resumen de Barra Almagía (1987) [Tabla] Iosphere (2014) Cartoon Businessman With Evil and Angel [Fotografía]. Recuperado de http://www.freedigitalphotos.net/images/cartoon-businessmanwith-evil-and-angel-photo-p260035 S-s (2007) Three Monkeys [Fotografía]. Recuperado de http://www. freeimages.com/photo/692740 Tomero, F. (2010) El bien y el mal [Pintura] Recuperado de http://www. ftomero.com/Galeria.html Bibliografía: Barra, E. (1987). El desarrollo moral: una introducción a la teoría de Kohlberg. Revista Latinoamericana de Psicología, 7—18. Recuperado de: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80519101


Entre MEMOrias y locura Por Guillermo Rocha

40 Aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos Por Guillermo Rocha

«… ¿estaré preparado?, ¿y si no sé qué decir o hacer?, es en ese momento donde esperas verte más grande y presentable para que la persona que vas a atender no se desanime porque eres estudiante.»

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ecientemente celebramos el 40 Aniversario de la Unidad de Servicios Psicológicos (USP) de nuestra Facultad de Psicología y como era de esperarse, con los festejos llegaron los recuerdos, esos que se forman de historias que generalmente llegan cargadas de dolor, al cual se le puede dar un sentido y encontrar ahí mismo la posibilidad de recuperación y el crecimiento. Ante estos festejos y actividades tuve el agrado de participar en la exposición de un taller sobre la intervención en casos de riesgo suicida y compartir la experiencia del trabajo realizado en la USP, entre los recuerdos y las anécdotas caí en cuenta sobre la importancia que esta institución representa para mucha gente atendida que acuden buscando alivio al sufrimiento que presentan por distintas causas y de distintas formas, también la manera en que la USP ha sido compañera de quienes laboramos ahí y sobre todo de quienes nos formamos como psicólogos, dando nuestros primeros pasos con el soporte y la experiencia de nuestros supervisores. Ese día justo terminé mi taller y me quedé reflexivo, me inspiraba que ya era de noche y estaban por cerrar la clínica, estaba casi vacía, los cubículos, la sala de espera y la escalera, entre otros espacios, representaban sitios de encuentro donde se combinaban innumerables historias, mi momento emotivo fue cuando re-

corrí el pasillo donde los terapeutas esperan a sus pacientes, ese lugar que solo una puerta de vidrio separa la sala de espera de los pacientes y el área de espera de los terapeutas, el mismo lugar donde yo esperaba a mis pacientes unos años atrás. Pensaba en la angustia y la alegría que invade cuando esperas a tu primer paciente, esa que te hace sentir que estás en un momento crucial de tu vida, esa por la que los últimos tres años estuviste preparándote y que en el momento que estás ahí no sabes como saldrán las cosas, llegan las preguntas: ¿estaré preparado?, ¿y si no sé que decir o hacer?, es en ese momento donde esperas verte mas grande y presentable para que la persona que vas a atender no se desanime porque eres estudiante. Van pasando los minutos cruciales, esperas que tu paciente asista, has escuchado muchas historias que dicen que muchas personas ya no vienen porque con la pre consulta se sintieron mejor, a cada persona que entra a la recepción la vigilas cautelosamente esperando sea con quien tienes programado encontrarte, de pronto te llama la recepcionista y te indica que alguien preguntó por ti, te acercas a la persona y con una voz apacible y formal que ni tu mismo te reconoces, le saludas, te presentas y le invitas a pasar al cubículo asignado, durante el trayecto no sabes si hacerle platica o esperar a hablar den83


Entre MEMOrias y locura

tro del espacio terapéutico, llegas al lugar asignado, le indicas donde sentarse, para después, por primera vez, ocupar el lugar del terapeuta. Recordaba una reflexión que alguna vez escribí sobre el trabajo del psicólogo justo después de salir de una sesión con mi propio terapeuta, lo definía como un trabajo heroico y arriesgado, en el cual no existen los espectadores, si los hubiera, escribía, aplaudirían cada vez que dabas una palabra tranquilizadora, se conmoverían con el interés puesto sobre las palabras de la persona que muchas veces llega doliente al consultorio y sale con la fortaleza para hacer a un lado las piedras del camino y afrontar esas otras que por el momento no se pueden mover y que tal vez llevan mucho tiempo ahí, imaginaba el festejar como si fuera un gol cada vez que un paciente daba un paso firme rumbo a su estabilidad. Alguna vez alguien definía el trabajo del psicólogo como solitario y aburrido, no puedo estar más en desacuerdo con eso, me resulta indescriptible la sensación de cerrar la puerta del consultorio para iniciar una sesión y dar paso a una ilimitada posibilidad de escuchar 84

experiencias, sueños e historias donde hay todo tipo de emociones y personajes que se relacionan de alguna manera fantástica y le van dando sentido a la vida de una persona, es similar a leer un libro donde nuestra participación se vuelve primordial para que esas páginas puedan irse leyendo. Dicen que hay lugares para encontrarse, lugares donde podemos retomar el rumbo perdido, lugares donde podemos bajar la guardia y dejar de pelear, incluso dejar de correr, la USP ha sido ese lugar para muchos de nosotros, ojalá lo siga siendo por muchos años más. Referencias de imágenes: [Fotografía de pasillo de la USP con pinturas]. (2014). Recuperado de: https://www.facebook.com/40usp

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Aniversario La Revista Sui Generis felicita a la Facultad de Psicología y a la Unidad de Servicios Psicológicos (U.S.P.) por cumplir 40 años formando practicantes, supervisores y por ofrecer diferentes formas de atención psicológica a la comunidad del área metropolitana de Monterrey.


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