Publicación Gratuita
ISSN: 2007-3119
Octubre-Noviembre-Diciembre 2014, Año 6 Número 32 www.SuigenerisFapsi.com
Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología
Contenido 1 PRÓLOGO
Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector Ing. Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Dr. Juan Manuel Alcocer González Secretario Académico Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones Dr. José Armando Peña Moreno Director de la Facultad de Psicología Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica Dr. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Subdirector Administrativo Dra. Blanca Idalia Montoya Flores Subdirectora de Proyectos Educativos y Asistenciales Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Manuel Guadalupe Muñiz García Subdirector de Investigación Omar Méndez Castillo Editor responsable Christian Alanis Contreras Iris Reyes Escobedo Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. José Vieyra Rodríguez Comité editorial César Tóvar Jefe de Redacción Monserrat Reyes Luis Coronado Prestatarios de servicio social Equipo de Redacción Ramiro Ruiz Castillo Diseño Framelova Diseño web Jonatan Olvera salvador Director Creativo FRAMELOVA Diseño de portada Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com
Por Dra. Graciela Zarebski
3 EDITORIALES: “Conducta suicida en adultos mayores. Los palacios 2012—2013 propuesta de propaganda gráfica para la prevención” Por MSc. Yolanda Díaz Castro, Lic. Yairelys Espinosa Ferro y Dra. Dianelis Pérez Sánchez
7 EDITORIALES: “Proponiendo un cambio en la apreciación del adulto mayor” Por Natalia Carlos Rueda
9 EDITORIALES: “La mirada y la escucha interdisciplinaria. Lectura de un caso gerontológico” Por Graciela E. Beascoechea 11 EDITORIALES: “Deterioro Cognitivo Leve: un estado poco explorado” Por Dra. Xóchitl Angélica Ortiz Jiménez
14 DIL INTRO DE LA FAPSI: Noticias varias. 18 TEMA CENTRAL: “Evaluación psicosocial de mujeres adultas mayores residentes en una institución de asistencia social. Una aproximación al envejecimiento femenino” Por Jorge Luis López Jiménez, Guadalupe Barrios Salinas, Blanca Estela López Salgado, Yolanda Castañeda Altamirano, Laura Angélica Bazaldúa Merino, Tomás Cortés Solís.
23 TEMA CENTRAL: “La mujer adulta mayor: Una perspectiva Psicogerontosocial” Por Blanca Estela López Salgado, María del Pilar López Salgado y Guadalupe Barrios Salinas.
27 TEMA CENTRAL: “Características psicosociales en pacientes longevos ingresados en el Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio»” Por Orisel Quintero Ramírez, Nilda Alina Santos Fernández, Yenisel González Dopico, Sahily Palacios Paz.
34 LA ENTREVISTA: “Entrevista a la Graciela Zarebski acerca de la Psicogerontología” Por María Mercedes Díaz Espinosa. 38 DOSSIER: “Ciencia vs. Disciplinas de Orientación Filosófica (Un conflicto que no debe ser)” Por Alexander Strauffon. 42 DOSSIER: “No Future…” Por Israel Ladrón de Guevara C. 47 DOSSIER: “Mutaciones Identitarias y restricciones corporales en Judith Butler” Por Ariel Martínez. 53 MAKTUB: “Experiencia de una mañana triste de invierno” Por Yairelys Espinosa Ferro y Yolanda Díaz Castro.
55 EN CONSTRUCCION: “El devenir grupal como proceso de subjetivación Ético-Político (Segunda parte)” Por Baruch Martínez Treviño 64 PSICOANALIZARTE: “Susana y el viejo. Una obra del pintor argentino Antonio Berni interpretada en relación a la Corrupción.” Por Carmen de Grado y Jacinta Keisman.
68 QUID: “El arte de trascender” Por Iván Guerrero Vidales. 71 ENTRE MEMORIAS Y LOCURA: “Salario Emocional” Por Guillermo Rocha.
SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 6, Nº32 , Octubre-Noviembre-Diciembre 2014. Es una publicación trimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Méndez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 12 de Enero de 2015, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2015 suigeneris.psi@gmail.com
Prólogo Por Dra. Graciela Zarebski
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s una satisfacción realizar el Prólogo del presente número. La incorporación por parte de una carrera de Psicología de esta temática viene a confirmar, a través de la publicación de estos trabajos, el avance que vamos logrando en el abordaje psicológico del envejecimiento. No suele estar incluida en la currícula universitaria, al menos como asignatura obligatoria en la formación, con lo cual la mayoría de los estudiantes, en este caso de Psicología, se gradúan sin ningún conocimiento profundo de una temática a la cual se verán enfrentados tanto en lo personal como en lo profesional. Las investigaciones y artículos de difusión acerca de la vejez que reúne esta revista son un reflejo de la importancia que está adquiriendo el tema, lo cual es especialmente destacable en México, país en proceso acelerado de envejecimiento poblacional. El campo de la Psicogerontología, que se ocupa de la salud mental a lo largo del curso de la vida desde edades jóvenes hasta los años tardíos, es el área más nueva en los estudios gerontológicos, ya que hasta hace pocas décadas sólo se estudiaban científicamente las cuestiones biológicas y sociales del envejecimiento. Como tal, constituye un campo cada vez más convocante para los psicólogos, a quienes se les están abriendo distintos ámbitos de intervención a nivel preventivo, asistencial y de rehabilitación. Estas intervenciones están siendo apoyadas cada vez más por investigaciones que las avalan y demuestran su eficacia. Los diversos trabajos que componen el dossier especial del presente número son una prueba cabal del sostén científico de nuestras intervenciones psicogerontológicas. Vemos el aumento en los últimos años de estudios relacionados con el bienestar psicológico en las personas mayores, al verse corroborado el efecto benéfico de nuestra perspectiva subjetiva del envejecimiento. Ocupan un lugar destacado en este número los trabajos relativos al proceso de envejecimiento
femenino. En efecto, está comprobado que las mujeres viven más años, aunque enfermas y solas. Si bien son más proclives a solicitar ayuda y a hablar de sus problemas, muchas caen en situaciones de vulnerabilidad que requieren de nuestra intervención a fin de asistirlas ante cuadros de depresión e incluso ante el riesgo de suicidio, otro de los temas abordados. Debemos planear estrategias de prevención e intervención psicogerontológica que incidan en la mejora de su bienestar y de su calidad de vida. El aporte de los psicogerontólogos en diversos ámbitos asistenciales se ve reflejado en varios trabajos. Por un lado, en la atención ambulatoria, la investigación de las características psicosociales de los pacientes que se asisten en un hospital cubano, permite detectar la disminución de los vínculos con la edad, detección que fundamenta la estrategia de favorecer nuevas redes de apoyo, ya que son fuente de mejor calidad de vida y mayor satisfacción vital. También es de destacar el trabajo que señala que el Hospital incluyó entre su banco de problemas la atención al envejecimiento poblacional como prioritario en servicios de Psicología y Geriatría. Es que también la situación de internación requiere de nuestra escucha. El trabajo que se presenta acerca del abordaje de un paciente internado en una Unidad de Geriatría, muestra el aporte del psicólogo al equipo interdisciplinario. Además, se trata de un caso de caída — situación frecuente en la vejez que ejemplifica especialmente, en lo que constituye un abordaje habitualmente abordado desde las condiciones ambientales y biológicas— cómo el contexto emocional de la caída es un determinante que el psicólogo podrá aportar al equipo interdisciplinario. Las investigaciones corroboran el papel modificador de las emociones sobre la biología: la calidad de nuestros alimentos afectivos y culturales se traslucirá en un envejecimiento saludable. En diversos órdenes del transcurrir vital el sujeto podrá encontrar la oportunidad de com1
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pensar pérdidas con ganancias. Así, en la medida en que diversifique sus lazos vinculares y sus proyectos, nuevas investiduras serán posibles. De este modo será más efectivo el afrontamiento de situaciones estresantes, lo cual favorecerá el desarrollo de mayor nivel de bienestar subjetivo y por ende, el crecimiento personal. Es que, si crecer es envejecer, envejecer también podrá ser crecer, en la medida en que se creen las condiciones que lo sostengan. El soporte social, el estilo de vida, junto con variables socio—demográficas pero también psicológicas y estrategias de afrontamiento, constituyen correlatos específicos del bienestar subjetivo en las personas mayores y ponen en evidencia, contrariamente a lo que muchos suponen, que éste no decrece con la edad. Si el sujeto se mantiene estimulado, activo, en movimiento, renovando el sentido de su vida y sus redes de apoyo, logrará un efecto enriquecedor en las redes internas biológicas, emocionales y cognitivas y recíprocamente, en un fluir dialéctico. El único modo de contrarrestar el desgaste biológico, inevitable por el paso del tiempo, es armando desde joven una reserva que no sólo será económica, no sólo será cognitiva, sino que, además, deberá ser complementada con una reserva emocional, vincular, corporal y espiritual, todo lo cual constituirá la Reserva Humana para nuestro envejecimiento. El curso de la vida, como un diseño a ser armado proactivamente desde edades jóvenes, pone en evidencia las conclusiones de las últimas investigaciones interdisciplinarias en este campo: que la determinación genética aporta sólo un treinta por ciento de nuestra condición de salud. El resto, junto con el medio ambiente, radicará en la determinación de lo que haga el sujeto con su vida. Estas consideraciones constituyen todo un desafío cuando se trata de personas institucionalizadas. Las residencias para mayores conservan aún en muchas regiones una concepción asilar, ocasionando maltratos diversos al avasallar la condición humana de quienes ahí residen. Lo cual reafirma la importancia de contar en esos 2
ámbitos con psicogerontólogos que rescaten a los sujetos en su singularidad. Es que el incremento de la expectativa de vida y con ello el aumento de los problemas de salud mental, determina una mayor posibilidad de ingreso a instituciones. En estos ámbitos, los psicólogos, junto con otros profesionales, están haciendo mucho por cuestionar el estereotipo social de la persona mayor como individuo aislado y desinteresado por aquello que lo rodea, improductivo y en proceso regresivo. Para cumplir con esta tarea será especialmente necesario que los psicólogos, sobre todo los que carecen de formación en el tema, se enfrenten a los propios prejuicios, tanto teóricos como personales, que los atraviesan: no asimilar vejez a enfermedad, no generalizar el deterioro y aprender a diferenciarlo del desgaste y el declinar inevitable y normal, será un eje de su formación. De este modo, podrán reconocerlos como adultos, aunque mayores y propender a que se los trate como tales, sin pre—conceptos, tanto en la vida cotidiana y en la comunidad, como en la clínica psicológica, de modo de preservar al máximo su autonomía: favorecer que puedan decidir por sus vidas y que se rescaten sus acervos y sus saberes, en la transmisión transgeneracional. Cuestionar las creencias y estereotipos negativos es una tarea a emprender por los psicogerontólogos tanto en prevención a nivel comunitario, como en el orden subjetivo y familiar, a fin de contribuir con sus acciones a impulsar todos los factores de personalidad protectores para un buen envejecimiento. Se requieren transformaciones en los programas sanitarios, en cuyos equipos el psicólogo tiene un rol fundamental a aportar. Asimismo, se necesitan más investigaciones, como las que aquí se presentan, que examinen la complejidad dinámica del envejecimiento subjetivo y que requerirán del psicólogo su apertura a la integración de enfoques teóricos diversos, así como su incorporación a la interdisciplina que la salud mental en el envejecimiento reclama. El presente número de la Revista Sui Géneris contribuirá a lograrlo.
Editoriales Conducta suicida en adultos mayores. Los palacios 2012—2013 propuesta de propaganda gráfica para la prevención Por MSc. Yolanda Díaz Castro (yolandadiaz@princesa.pri.sld.cu), Lic. Yairelys Espinosa Ferro y Dra. Dianelis Pérez Sánchez
Introducción
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l suicidio es considerado por la Organización Mundial de la Salud (2010) como un trastorno multidimensional, que resulta de una compleja interacción de factores biológicos, genéticos, psicológicos, sociológicos y ambientales. La conducta suicida concibe tanto al suicidio consumado como al intento de suicidio que no siempre tiene un final lamentable, pues depende de varios aspectos, entre ellos, la letalidad del método empleado, pero a pesar de ello, constituye un problema de salud mental que debe ser seriamente enfocado desde la psicología y otras profesiones afines. La mayoría de las personas que hacen algún intento de suicidio están ambivalentes respecto al deseo de morir; de hecho, el intento puede ser una demanda de ayuda y puede fallar porque es más fuerte el impulso de vida. Con frecuencia el suicidio es prevenible, en general los signos de alarma estarán presentes y es preciso tomar en serio a las personas que hablan de quitarse la vida. El problema no solo afecta a la víctima, sino también a toda su estructura social: familia, amigos y conocidos. (Barrientos del Llano, 2008). En Cuba la tasa de mortalidad por suicidio se incrementó en la década del 80 (22.5 x 100,000 habitantes) por lo que se implantó el Programa Nacional de Prevención de la Conducta Suicida, lográndose una reducción de la mortalidad por suicidio hasta 16.4 x 100,000 habitantes en el 2000, ubicándose en el 7mo. lugar entre las principales causas para todas las edades. Al adulto mayor se le ha dado una especial mirada en estos últimos tiempos pues según datos estadísticos, nos hablan de que Cuba es
uno de los países latinoamericanos más envejecidos. Se estima que para el año 2025 este grupo ocupará un 20.1 % de la población total. (Bayarre Vea HD, colab 2008) La adultez mayor es una etapa, susceptible para asumir conductas tan fatales con consecuencias irreversibles para la vida. Comprender mejor este período de la vida permitirá ofrecer una ayuda más acorde con sus necesidades y cómo pueden prevenirse conductas lamentables (Orosa, 2003). Tanto en la provincia de Pinar del Río como en el municipio de Los Palacios las cifras estadísticas de intento suicida, se comportaron de la siguiente forma: en la provincia de Pinar del Río en el año 2010 fue de 851 intentos por 100,000 habitantes para una tasa de 11.6 % y en 2011 de 836 intentos por 100,000 habitantes para una tasa de 14.1 %. En el municipio de Los Palacios en el año 2010 hubo 58 intentos por 100,000 habitantes para una tasa de 14.9 % y en el año 2011 la cifra fue de 42 intentos por 100,000 habitantes para una tasa de 10.8 %. Estas cifras evidencian que no son suficientes las estrategias que se han venido implementando para contrarrestar este importante problema de salud, por lo que debemos dirigir la atención hacia la potenciación en los sujetos de herramientas que les permita ajustarse de forma coherente a las exigencias de la vida cotidiana. La investigación rebasa los marcos meramente investigativos para servir de base a futuras líneas de acción 3
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encaminadas a la optimización de los servicios, así como proponer acciones con proyección comunitaria, multidisciplinaria e intersectorial, para implicar a todos de forma activa, en un complejo problema del que aún existen mitos, promoviendo estilos de vida saludables. Por lo antes referido nos propusimos como objetivo caracterizar los factores psicosociales presentes en los adultos mayores con conducta suicida del municipio de Los Palacios entre 2012 y 2013.
femeninas, representando igual por ciento para ambos sexos (50%). El análisis de la variable zona de residencia arrojó que en el 2012 solo 2 sujetos pertenecen a la zona urbana y 4 a la zona rural, para un 66.6% del total.
Métodos Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo y transversal, con diseño no experimental sobre factores psicosociales asociados a la conducta suicida en adultos mayores. Universo Todos los adultos mayores que fueron identificados en el municipio de Los Palacios en el año 2012 y 2013 por haber cometido un intento suicida o suicidio. Se trabajó con una muestra no probabilística de sujetos tipo, o sea, con los adultos mayores que fueron identificados en el municipio por intento suicida o suicidio durante el periodo de estudio. La información fue recogida a través de las historias clínicas de dichos pacientes. Utilizamos la estadística descriptiva para organizar y clasificar los indicadores obtenidos en la medición de variables, mediante tablas de distribución de frecuencia y medidas de tendencia central. Se tuvo en cuenta los preceptos éticos en el ejercicio profesional y los inherentes al proceso de investigación, ajustado a cada etapa de dicho proceso. Resultados El primer propósito se encaminó a la descripción sociodemográfica de la muestra teniendo en cuenta las variables sexo y zona de residencia. En la muestra estudiada el intento suicida estuvo presente en 6 sujetos en el año 2012 de un total de 60 casos identificados, lo que representa el 10%. En cuanto al sexo, la muestra estuvo integrada por 3 sujetos del sexo masculino y 3 4
En el año 2013 el intento suicida se presentó en solo 3 adultos mayores de un total de 49 identificados, representando el 6.1%. El intento predominó en las féminas, 2 de 3 en total, para un 66.6% y el suicidio identificado en ese año fue masculino. Al identificar las variables epidemiológicas del intento suicida en estos pacientes, evaluamos la letalidad del método empleado, resultando que todos los sujetos ingirieron medicamentos, correspondiendo a la clasificación de método riesgoso no letal a la mayoría de ellos, ya que aunque no produjo la muerte, sí produjo alteraciones en el funcionamiento del organismo. La dosis empleada resultó ser potencialmente letal en 2 casos identificados en el año 2012, los cuales llevaban seguimiento por la consulta de Psiquiatría pues tenían una depresión diagnosticada, y un caso en el año 2013 con similar diagnóstico, los cuales actualmente se siguen atendiendo. Otra de las variables epidemiológicas a analizar es la seriedad de la intención, donde resultó que del total de sujetos en estudio en el 2012, 4 manifestaron intención no sería de morir, lo cual representa el 66.6 % de la muestra, es decir, no existía intención alguna de suicidio en estos individuos, sino que realizaron el acto llevados por un impulso no premeditado y de poca intensidad o con la intención de obtener alguna ganancia secundaria. El 33.4% representado por
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2 sujetos tuvieron seria intención de morir, pues no lograron su autodestrucción gracias al auxilio de terceras personas. En el 2013 solo un sujeto manifestó seria intención de morir de 3 identificados en ese año para un 33.3%. Al analizar la gravedad de las circunstancias, resultó que la mayoría de los pacientes realizaron el acto suicida bajo circunstancias bajas, pues contaban con los medios para ser auxiliados y la presencia de familiares lo cual impidió la consumación del suicidio en el 100% de los casos.
Al explorar las causas que propiciaron la conducta suicida en la muestra estudiada, resultó que el principal factor inductor que llevó a los pacientes a cometer intento suicida está el 100% en el área familiar identificándose conflictos con los hijos o con las parejas del anciano pues convivían varias generaciones en un mismo hogar y la dinámica familiar se veía afectada por la comunicación entre los mismos, más aun en aquellos casos en que el anciano presenta trastorno psiquiátrico y no es adecuadamente manejado por los familiares, subvalorando sus necesidades psicológicas. En cuanto al comportamiento del suicidio, los 2 casos identificados en el 2012 no tenían antecedentes de trastornos psiquiátricos, los móviles del suicidio están relacionados con el abandono de la pareja y al parecer el acto fue premeditado, empleándose en el caso masculino la ingestión de sustancias tóxicas y en el femenino el ahorcamiento. El suicidio identificado en el 2013 fue un anciano sin antecedentes de trastorno psiquiátrico,
que vivía solo y tenía un consumo perjudicial de alcohol; utilizó como método el ahorcamiento. Discusión La conducta suicida tiene un gradiente que puede ir desde el simple pensamiento hasta el suicidio consumado. Es considerado un serio problema de Salud Pública que es de la competencia de múltiples profesionales dado la complejidad de este fenómeno que implica diversos factores causales. La adultez mayor puede ser un periodo vulnerable a este tipo de conductas debido a múltiples factores de riesgo. Existen estudios que avalan que la prevalencia del intento suicida en el adulto mayor es menor que en otras edades, mientras el suicidio es mayor en esta edad (OMS 2010). Los resultados obtenidos en nuestra investigación así lo demuestran. En cuanto al comportamiento según el sexo, hay estudios que plantean que los varones consuman el suicidio con una frecuencia entre 2 y 4 veces mayor que las mujeres, sin embargo éstas realizan intentos de suicidio con una frecuencia 2 a 3 veces superior a la de ellos, amparados por cuestiones culturales, donde los varones utilizan métodos más violentos y por ende más letales. Además, a las féminas les resulta más fácil solicitar ayuda y hablar de sus problemas lo que probablemente favorece la prevención del acto suicida con resultados fatales (Infantes Pérez & Ochoa Roca, 2009). En cuanto a las zonas de residencia según datos estadísticos de la OMS así como de estudios más recientes, se ha encontrado una prevalencia mayor de este fenómeno en las zonas urbanas que en las rurales (Benítez Cima y colab, 2010). En nuestro estudio prevalece la zona rural, que en Cuba son zonas de mayor vulnerabilidad social. Como pudimos apreciar al analizar la letalidad del método empleado predominó la ingestión de medicamentos en dosis riesgosas no letales. Estos resultados concuerdan con los de una investigación realizada en el hospital «San José» en Argentina en la que la ingestión medicamentosa fue la forma más empleada.
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De modo general, la mayoría de los sujetos realizó el intento suicida a través de métodos riesgosos no letales, con poca seriedad en cuanto a la intención de morir y bajo circunstancias de gravedad baja. La mayoría lo hizo guiados por un impulso momentáneo y con un carácter ganancial, lo cual no significa que se le deba restar importancia a esta situación porque no deja de ser una realidad que utilizan estilos y patrones que no son los más adecuados para afrontar las dificultades cotidianas; y estas conductas suicidas constituyen gritos de auxilio desesperados para que le ayudemos a lidiar de una forma distinta con sus problemas, de modo que nunca podemos ignorar un intento suicida, independientemente del carácter de las condiciones que lo propicien. Al analizar las causas que condujeron al intento suicida resulta significativo señalar que los principales móviles dentro del área familiar los constituyeron los conflictos con los hijos o con la pareja, siendo la comunicación disfuncional entre los miembros la principal. La literatura revisada ubica entre los eventos que con mayor fuerza dinamizadora se asocian al intento suicida los inherentes al plano familiar (Guibert, W. & Torres, N., 2001). De modo general, resulta interesante que solo en otro porciento de casos los motivos para cometer intento suicida fueron de naturaleza distinta, pues aunque ésta no es nunca la solución propicia a un conflicto, cuando estamos en presencia de un anciano con antecedentes de trastorno psiquiátrico el fenómeno se hace más complejo y difícil de manejar para los familiares si no cuentan con adecuadas herramientas. Algunos autores plantean que pertenecer a una familia con niveles bajos de cohesión, presentar conflictos, presenciar discusiones familiares debido a dificultades laborales o económicas, o encontrarse inmerso en estas discusiones, aumenta en un 69 % la posibilidad de cometer intento suicida (Castro Paredes, P. y colab., 2006). 6
Los individuos con depresión generalmente tienen una baja autoestima y son atormentados por ideas de muerte recurrente que, en muchos casos, llegan al suicidio cuando aparece la desesperanza. Existe gran evidencia para apoyar una fuerte relación entre depresión y conducta suicida, sin embargo, la interpretación de esta relación no es simple (Benítez Cima, N. A. y colab., 2010). Es importante saber que en el anciano la depresión que predomina es la sub clínica, con menores indicadores de tristeza y más indicadores somáticos. La pérdida del cónyuge para el anciano tiene una repercusión negativa al constituir esta persona la expresión del vínculo básico de compañía en esa edad (Jiménez Betancourt, E., 2010). El equipo de autores considera necesario profundizar en la caracterización psicológica de estos ancianos atendiendo a otras variables como modos de afrontamiento y continuar con el seguimiento por parte del Equipo de Salud Mental a estos y a sus familias. Consideramos además diseñar propagandas gráficas para ser distribuidas en la comunidad y contribuir así a prevenir la conducta suicida. Conclusiones El anciano con conducta suicida debe ser seriamente tomado en cuenta y contribuir a su atención y seguimiento por especialistas, aunque para prevenir este complejo fenómeno es necesario poner en práctica estrategias que impliquen acciones con la participación intersectorial y multidisciplinaria. Dichas acciones deben ir encaminadas desde la promoción, con campañas de sensibilización del problema y apropiada información. En nuestro trabajo proponemos el diseño de propagandas gráficas para ser publicadas en la comunidad donde reflejamos los factores de riesgo de la conducta suicida en esta sensible edad y los mitos asociados a ella.
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Sobre las autoras: MSc. Yolanda Díaz Castro Nació el 12 de Noviembre de 1969. Cuba. Licenciada en Psicología en la Universidad de la Habana. Es Máster, Profesora Auxiliar. Jefa de Sección de Psicología en Los Palacios. Pertenece al Grupo Provincial de Psicólogos y al Capítulo Provincial de Psicólogos de la Salud. Ha tenido una activa Labor docente en la formación de varias generaciones de profesionales de la salud. Tiene varias Publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Lic. Yairelys Espinosa Ferro Nació el 29 de septiembre del 1987 en Los Palacios, provincia Pinar del Río, Cuba. Licenciada en psicología de la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Río en el 2010. Profesora instructora. Trabaja en el Policlínico Elena Fernández Castro atendiendo el Programa Adulto Mayor. Ha tenido publicaciones como: Factores psicosociales que inciden en la calidad de vida del Adulto mayor Lo Palacios. Dra Dianelis Pérez Sánchez Nació el 11 de noviembre de 1970.Cuba. Graduada en Medicina en 1994. Especialista en Primer grado en Psiquiatría. Actualmente trabaja en el Centro Comunitario de Salud Mental. Los Palacios. Profesora Instructora, con activa labor en la formación de médicos. Conduce el Programa de Conducta suicida en dicho Centro.
[en línea]. 2000. [Fecha de acceso: 14 de Febrero de 2010]. Disponible en: http://www.who.int/mental_health/media/general_physicians_ spanish.pdf. Guibert, W. & Torres, N. (2001) Intento suicida y funcionamiento familiar. Rev Cubana Med Integr.; 17(5): p. 452—60. Infantes Perez, E. & Ochoa Roca, T. (2009) Caracterización de la conducta suicida en el Policlínico René Avilés de Holguín. Rev. Electrónica de Ciencias Holguín; Nro. 4. ISSN 1027—2127 disponible en: http://journaldatabase.org/articles/caracterizacion_ conducta_suicida_en_el.html Jiménez Betancourt, E (2010) Caracterización psicosocial de ancianos con intento suicida. MEDISAN. (Revista en internet). 2011. Mar. (citado 2012.Ene 26); 15 (3) 339—344. Disponible en: http:// www.scielo.sld.cu/ scielo.php MINSAP. Anuario Estadístico de Salud 2009. Ciudad de la Habana, Cuba. Abril 2010. Orosa Fraíz, T. (2003) La tercera edad y familia: Una mirada desde el adulto mayor. Ed. Félix. Varela. La Habana, Cuba.
Proponiendo un cambio en la apreciación del adulto mayor Por Natalia Carlos Rueda
Referencias de imágenes: Imágenes originales de los autores del texto. Bibliografía: Anuario estadístico. Departamento de estadísticas de la Dirección Provincial de Salud. Pinar del Río. Cuba. Año 2010—2011. Barrientos del Llano, G. & Clavijo Portieles, A. (2008) Conducta suicida y su manejo en atención primaria de salud. Revista de Medicina General Integral. 2da. edición. Editorial Ciencias Médicas. La Habana. 3. p 267—270. Bayarre Vea, H.D. & Pérez Piñero, J.S. & Menéndez Jiménez, J. & Tamargo Barbeito, T.O. & Morejón Carralero, A. & Díaz Garrido, D. et al. (2008) Prevalencia de discapacidad mental en adultos mayores en cinco provincias de Cuba, 2000—2004. Rev. Cubana Salud Pública; 34 (3). Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S0864—34662008000300002&lng=e s&nrm=iso&tlng=es Benítez Cima, N. A. & Luna Gil, C. I. & Pereira Escromeda, M. C. (2010) Conducta suicida en Ciudad de Paso de los Libres Corrientes. Revista de postgrado de la VI cátedra de Medicina. Argentina. Marzo No. 199. 11—15. Castro Paredes, P. & Oswaldo Orbegoso, R. & Paul Rosales, T. (2006) Caracterización del paciente con intento de suicidio en un hospital general de Lima, 1995—2004. Rev.perú.med.exp. salud pública [en línea]. [Fecha de acceso: 21 de enero de 2010]; 23 (supl 4): 293—296. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/pdf/rins/v23n4/ a11v23n4.pdf Departamento de estadísticas del Sectorial Municipal. Informe de Balance del Centro de Salud Mental. Los Palacios. Pinar del Río. Cuba Año 2010—2011 Departamento de Salud Mental y Toxicomanías. Organización mundial de la Salud. Prevención del suicidio, un instrumento para médicos generalistas. WHO/MNH/MBD/00.1
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l envejecimiento es un proceso gradual de deterioro corporal que es inevitable, inicia a temprana edad y que, sin importar lo que se haga para retardarlo, nunca podrá ser evitado. Este deterioro se ve agravado por lo que resulta de los distintos estilos de vida: malos hábitos de alimentación, inactividad, aislamiento, abuso de sustancias y todo tipo de desordenes en lo cotidiano que van dejando una marcada huella de deterioro en las personas menos cuidadosas de su salud. Por otra parte, los estereotipos y la discriminación manifestada principalmente en la 7
Editoriales: Proponiendo un cambio en la apreciación del adulto mayor
población joven con la que se refieren a los adultos mayores, acarrea como consecuencia que se vayan creando en ellos mismos una imagen deformada y mal entendida que se convierte en un incremento del sentimiento de indefensión y deterioro, así como una disminución del interés para plantearse nuevas expectativas, llevando consigo el aislamiento, el incremento de enfermedades y la necesidad de depender sin remedio de los más jóvenes. Con el interés de abordar con mayor conocimiento las necesidades de este momento de la vida se da un incremento en los estudios que pretenden cambiar la idea que durante siglos ha conducido el trato que reciben las personas de más edad. Este cambio de actitud estaría encaminado a que puedan descubrir el sentido real de lo vivido y que logren visualizar los valiosos aportes que generaron en el trascurrir de sus vidas, ya que ellos pavimentaron los trayectos de la cultura, la economía, la educación y todo lo que da lugar a lo que somos las generaciones presentes; y podemos disfrutar dando continuidad a sus logros, aunque hayan dejado cosas por hacer. Negar lo anterior nos deja sin soportes, tal como lo señala Burgos Uriarte (2009, p. 176): «Ellos son la raíz de cualquier sociedad, y la queremos arrancar de tajo, sin pensar que sin ese sustento nos podemos desmoronar». En ese sentido, los avances de los estudios sobre el tema nos obligan a concebir la vejez de diferente manera, no tratándolos como niños, rescatando las vivencias y la experiencia que, más que dificultades, fortalece a los que les rodean, ya que tienen mucho que compartirnos, «los dejamos solos con sus duelos, sin darnos cuenta de que en la medida en que estemos cercanos podemos prevenir pérdidas para nosotros mismos» (Burgos Uriarte (2009, p. 176). Son ellos los que deben tener seguridad de que su verdadero sentido de la vida está en lo que han logrado, y somos los que les rodeamos quienes debemos darle lugar al recuento de lo bueno que hicieron, para ellos y para nosotros; hacerles ver que el legado que nos dejaron son esos pequeños logros constantes que van in8
fluyendo en cada una de las personas que les acompañaron, ya que en estas personas es en donde dejaron las verdaderas huellas de la obra que los hace trascender. Podríamos evitarles así las dolorosas frustraciones por la incomodidad que les representan las numerosas pérdidas. La cantidad de experiencias vividas por la mayoría de los adultos mayores pueden ir quedando en el olvido y, a la distancia, juzgarse irrelevantes, lo que va dejando en la persona una sensación de vacío y la imposibilidad de dar sentido a su existir. Algunas investigaciones nos hablan de que el funcionamiento físico y los procesos cognoscitivos del adulto mayor son más alentadores de lo que se piensa, algunos tienden a sacar el máximo provecho de sus capacidades mediante la explotación de progresos en un área para compensar en la disminución de otra, sin dejar de mencionar la importancia del bienestar emocional en la adultez tardía. A partir de esta idea, cobra importancia considerar los trabajos de la logoterapia del Dr. Frankl propuesta por Burgos Uriarte (2009) en la que se plantea que las personas que llegaron a este momento de la vida requieren de un espacio para la autorreflexión, que sirva para la toma de conciencia de la contribución y el enriquecimiento por ellos aportado a las realidades vividas y de esta manera conducirlos a realizar una valoración positiva de todas las experiencias buenas o malas en el trascurrir de su pasado, que puedan compensar o ahuyentar los miedos
Editoriales: Proponiendo un cambio en la apreciación del adulto mayor
y la imagen de deterioro que el anciano se crea de sí mismo. En lo cotidiano nuestra labor consistiría en dar lugar a la persona del adulto mayor como alguien capaz de realizar planes, de llevar a cabo nuevos proyectos, de tomar decisiones, de contribuir al crecimiento familiar y social, cambiando la escala de valores en donde, por ejemplo, el dinero ya no sería el fin último sino un medio para lograr una manera de vivir satisfactoria. Profesionalmente hablando, es importante tener una visión completa de este periodo de la vida y de los procesos psicológicos que la conforman, el cómo evolucionan y cómo se ven alterados, y en función de esto reconocer nuestro papel para prevenir e intervenir con programas que brinden oportunidades de rescatar la funcionalidad, la autonomía, cultivar un concepto del envejecimiento pleno y contribuir en la creación de un ambiente de mayor apreciación. Sobre la autora: Egresada de la Facultad de Psicología y Maestría en Psicología Clínica con orientación Psicoanalítica de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Estudios de Doctorado en Psicología Biológica y de la Salud por la Universidad Autónoma de Madrid, España. Docente de las materias de Psicología clínica y de la salud, y Procesos psicológicos en el adulto mayor. Coordinadora de psicología infantil de 2009 a la fecha.
de los casos el entorno y los profesionales ponen el acento sólo en la dolencia física. No fue lo que sucedió en este caso. Pensar en un caso con una mirada gerontológica significa integrar conocimientos, es co—pensar. El Dr. Médico Ariel Ovejero y los enfermeros Mónica Palucci y Alejandro Gaitán, profesionales tratantes de la unidad de Geriatría del Hospital. Durand, la Asistente Social actuante, (C.A.B.A.) me brindaron los aportes para profundizar en los componentes de la salud física, social y vincular del paciente internado. Tomé de ellos lo que manifestaban de los vínculos contra transferenciales que establecieron con él. Estas reflexiones son las que vuelco en forma de síntesis para pensar qué clase de envejecimiento atravesaba el Señor A y las construcciones del profesional psicólogo psicogerontólogo. En la internación los tiempos son otros y la salud física quebrada hace que en general se deje de lado el costado del hombre inserto en su circunstancia vital y de subjetividad.
Referencias de imágenes: [Fotografía de dos ancianas bailando]. (s.f). Recuperado de: http:// estavoz.blogspot.mx/2011/04/esta-ahi-nomas.html [Fotografía de sombras de pareja de ancianos]. (s.f). Recuperado de: http://miiree3011.wordpress.com/
La mirada y la escucha interdisciplinaria. Lectura de un caso gerontológico Por Graciela E. Beascoechea | gbeascoechea@fibertel.com.ar
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l caso que presento tiene la riqueza de haberse realizado en la sala de Agudos de un Hospital de la Ciudad de Buenos Aires, con la urgencia puntual que supone la internación de un paciente y que en la mayoría
Sr. A, de 70 años, argentino, divorciado hace más de una década, una hija de 19 años, vivienda propia, profesional de la salud, sin cobertura asistencial, ni jubilación, fue encontrado por su hija, desvanecido desde hacía varias horas, en el piso de su casa. La ambulancia pública lo trasladó a la guardia del hospital y fue derivado a la sala de geriatría. Se presentaba confuso y febril y con las complicaciones por su estado de abandono. El paciente que nos ocupa fue entrevistado por vez primera cuando aún estaba bajo los efectos de un cuadro de confusión mental de9
Editoriales: La mirada y la escucha interdisciplinaria
bido a su estado de enfermedad, con múltiples dolencias agudas. Los instrumentos de evaluación neurocognitivos puntuaron con muy bajo score. No obstante, se observó cómo, a pesar de esto, los recursos adquiridos y su riqueza intelectual no se habían borrado. Quiero destacar, que estas observaciones pueden realizarse gracias a una minuciosa entrevista clínica—psicológica, que debe acompañar siempre a las pruebas psicotécnicas y a la inquietud de los profesionales geriatras que pusieron atención en este hombre. La entrevista psicológica, es una herramienta fundamental y es de un valor insustituible. Nada nos dice un puntaje si no va acompañado de la mirada y de la escucha atenta y del tiempo dedicado. A medida que el paciente evolucionó favorablemente, el curso y el contenido del pensamiento retornaron al estado de la lógica, sin alteraciones. A las semanas, el resultado del test mini mental de Folstein fue normal, es decir, que no presentó deterioro cognitivo. Sin embargo, cuando clínicamente estuvo dentro de lo esperado y esperable, aparece el fondo, aparece la persona con sus carencias no asumidas, con su más importante desnutrición: la afectiva y social. Recordemos que estuvo tirado por más de 10 horas y fue hallado por su hija. La primera medida terapéutica fue ayudar al paciente a recuperar el recuerdo de los episodios anteriores a la pérdida de conciencia. El registro consciente comenzó a hacerse doloroso al ceder la amnesia post—traumática. Momentos de mucha angustia y quiebre emocional, asociaciones, recuerdos, dieron cuenta del inicio de elaboración del trauma. Se abrió un espacio psíquico. Muchas preguntas quedan por resolver cuando se trata de un sujeto que ingresa a una sala 10
de internación y donde no hay demanda espontánea del enfermo, sino del equipo al psicólogo. ¿Qué le sucedió al Sr. A? Preguntas que quedan abiertas para el profesional psicólogo al alta del paciente en internado en Sala de Agudos. ¿Este hombre se descuidó para acelerar el sufrimiento y la muerte y eligió la soledad como una forma omnipotente de no necesitar a nadie? La caída, ¿fue un mudo y tanático pedido de ayuda desde su mecanismo de desmentida? ¿Un llamado de atención a sus familiares? Por el descuido sobre su persona, la falta de auto cuidados preventivos en su salud (recordemos que por su profesión no los desconocía), la falta de cobertura asistencial y de jubilación, redes sociales y vinculares empobrecidas no nos dejó dudas sobre el envejecimiento patológico que cursaba. Lo que destacamos como primordial en este caso, en una Unidad, es el aquí y ahora, es el paciente en situación de internado y no tanto la urgencia del diagnóstico psicológico o diferencial, sino más bien cómo armar la red de contención afectiva y social para la externación y la derivación a Psicopatología. Para ello, cada uno de los profesionales tratantes habló desde su quehacer laboral con la hija adolescente, quien a la sazón se hizo cargo del padre y con la cuidadora, que lo acompañó en la sala y con la que pudo armar un buen vínculo y por supuesto, saber qué pensaba y deseaba el paciente. El entramado vincular que hizo con el equipo hizo posible algún atisbo de proyecto vital. Pidió quedarse un fin de semana más para sentirse más seguro físicamente. Este cuerpo vitalizado pedía permanecer en situación «del ser el paciente de la cama nºx.» Fue un logro que dejara su posición omnipotente al reconocimiento de que necesitaba
Editoriales: La mirada y la escucha interdisciplinaria
quedarse en una cama con connotación afectiva, para sentirse cuidado, mirado, amado. En tanto, la hija tomó mayor responsabilidad que al principio, la ex mujer residente de forma permanente en un pueblo a varios km. de la capital, también se puso en contacto con el paciente. Al alta médica, el Sr. A. hablaba sobre sus síntomas físicos con los conocimientos propios de la profesión, muy estructurado emocionalmente, racionalizando y sin demasiado compromiso. Antes de su externación, se lo citó para que tuviera una entrevista a la semana con psicopatología. ¿Concurrirá? Tal vez sólo había mostrado el telón. Esto me hizo pensar en el relato mítico de Edipo cuando entra a Tebas. «Cuando nada soy, soy hombre», dice Edipo en Colona, viejo y despojado de todo honor de Rey. Queda la duda de qué destino le dará a su humana vulnerabilidad este hombre, que tiene un nombre, que dejó de ser «paciente» y al que invitaremos, cuando lo veamos a pensarse activamente en «su destino», sin oráculo. Aceptar las carencias nos vuelve hombres. Sobre la autora: Graciela Ester Beascoechea, argentina, Licenciada en Psicología, UBA (1977), Educadora y orientadora en sexualidad, (Hospital de Clínicas, CABA, (1983). Especialista en Psicogerontología, (Universidad Maimónides, CABA, 2003). Docente en el curso anual de Actualización en Gerontología y Geriatría “Dr. León Cubellun”, Hospital C. Durand, Capital, desde el año 2008 a la fecha en el módulo Taller de Memoria y Cognición y Sexualidad en el Adulto Mayor. Docente en la Carrera de Especialización en Psicogerontología, modalidad presencial y virtual de 1º año en la Universidad Maimónides. (Directora Dra. en psicología Graciela Zarebski)
Elichiry, Emilce Nora «Escuela y aprendizaje» en Importancia de la Articulación Interdisciplinaria para el Desarrollo de Disciplinas Transdisciplinarias, Ed. Manantial, Bs. Aires, 2009. Fromm—Reichmann, Frida, Psicoterapia de Emergencia, Ed.Paidós, Horme, Bs.As, 1977. Zarebski Graciela, Edipo en Colona, en: Lectura Teórico—Cómica de la Vejez. Ed. Tekné. Acceso libre en: gerontologia.maimonides. edu / libros recomendados.
Deterioro Cognitivo Leve: un estado poco explorado Por Dra. Xóchitl Angélica Ortiz Jiménez | fapsi.mcn@uanl.mx
¿Qué es el deterioro cognitivo leve?
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l Deterioro Cognitivo Leve (DCL) es un estado intermedio entre el funcionamiento cognitivo esperado para la edad y otras formas de envejecimiento patológico, como la demencia de tipo Alzheimer. El DCL es una patología heterogénea en términos de su presentación clínica, etiología, pronóstico y prevalencia. La prevalencia del DCL aumenta con la edad, en la población adulta mayor de 60 años de edad es del 3 al 19%, con una incidencia entre el 8—58% por cada 1000 personas por año y un riesgo de desarrollo de la demencia del 11—33% en los dos años siguientes a su detección por baterías neuropsicológicas (Panza, D’Introno, Colacicco, Capurso, Del Parigi, Caselli et al., 2005).
Referencias de imágenes: [Grabado de Sócrates y sus discípulos]. (s.f.). Recuperado de: http:// koakura.wordpress.com/2014/03/06/pregunta-o-consejo/socrates-ysus-discipulos-grabado-segun-pintura-de-pinelli/ [Plato Griego de Consulta del oráculo]. (s.f.). Recuperado de: chttp:// www.mitarottelefonico.es/images/media/oraculo_consulta.jpg Bibliografía: Autores varios, Temas de Gerontología Social. Dirección General de la Tercera Edad., Gob. de la Ciudad de Buenos Aires, 2003.
Debido al alto riesgo de evolucionar hacia demencia surgió la necesidad de tipificar los síndromes pre—demenciales, por lo que diversas instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Academia Americana de Neurología (AAN), y autores como Ronald 11
Editoriales: Deterioro Cognitivo Leve
Petersen han dado soporte al término de Deterioro Cognitivo Leve (DCL) y han intentado establecer una mayor delimitación de los criterios diagnósticos para poder diferenciar este síndrome del envejecimiento normal (Petersen, 2004).
¿Cuántos tipos de DCL existen? Hasta el día de hoy se han descrito cuatro subtipos: DCL amnésico de dominio simple, DCL amnésico de dominio múltiple, DCL no amnésico y DCL no amnésico de dominio múltiple. El DCL amnésico de dominio simple se caracteriza por la alteración específica de la memoria. El DCL amnésico de dominio múltiple implica la alteración de la memoria además de otros procesos como la atención, las habilidades viso espaciales y las funciones ejecutivas. El DCL no amnésico de dominio simple se caracteriza por la alteración de una función cognitiva (atención o función ejecutiva) diferente a la memoria. Y el DCL no amnésico de dominios múltiples implica la alteración de varios procesos cognoscitivos, excepto la memoria. La tipificación de los subtipos de DCL se basa en el supuesto de que cada uno refleja una etiología y una evolución diferente. Por ejemplo, el DCL amnésico sería el precursor de la enfermedad de Alzheimer; el DCL no amnésico de dominio simple se propone como un precursor de demencia frontotemporal; y el DCL de dominio múltiple se considera como la expresión de una etiología ya sea de tipo degenerativo o vascular (Petersen, 2004; Rosselli y Ardila, 2010).
¿Cómo se diagnostica el deterioro cognitivo? La detección temprana de las alteraciones de memoria, constituye un reto en la salud pública ya que muchas de las personas que se quejan de pérdida de memoria presentan Deterioro Cognitivo Leve y Enfermedad de Alzheimer, con una media de sobrevida de 4.5 años al diagnóstico de demencia, con importante discapacidad y pérdidas económica para la familia y el sector salud (Leys, Hénon, Mackowiak—Cordoliani, Pasquier,2005). El diagnóstico del DCL es clínico y la neuropsicología desempeña un papel crucial en la 12
detección temprana de las alteraciones cognoscitivas. Para el diagnóstico del DCL es necesario realizar una evaluación neuropsicológica completa en donde se evalúen todos los procesos cognitivos (atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas…) para determinar qué proceso o procesos están alterados, y poder hacer un diagnóstico diferencial entre el envejecimiento normal y patológico (demencia). El diagnóstico de DCL también debe incluir la valoración de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, ya que ambas deben de permanecer intactas en estos pacientes; es decir, no debe existir alteración en lo funcional. Finalmente, debe incluirse la valoración de alteraciones emocionales, como depresión y ansiedad, ya que estas patologías también presentan alteraciones cognitivas que podrían confundirse con un DCL.
¿Cuál es el tratamiento para pacientes con DCL? El tratamiento es no farmacológico y consiste en la estimulación cognitiva, es decir, la realización de una serie de actividades dirigidas a mejor el rendimiento cognitivo general o a alguno de sus procesos o componentes (atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, cálculo, etc.). La estimulación cognitiva debe ajustarse a cada caso, es decir, se trata de un plan de tratamiento individual y lo recomendable es trabajar por lo
Editoriales: Deterioro Cognitivo Leve
menos tres días a la semana en sesiones de 60 minutos. Además es recomendable que los días que no acuda a sesión se realicen actividades de estimulación en casa. El tratamiento debe incluir además actividades que aseguren la autonomía personal y favorezcan la socialización, acompañar a la persona en la toma de conciencia de sus dificultades y acompañar a la persona y a sus allegados en el trabajo de elaborar un nuevo proyecto de vida.
¿Qué estudios existen en nuestro país? En nuestro país existe el Estudio Nacional sobre Salud y Envejecimiento en México (ENASEM), el cual reporta la prevalencia del deterioro cognitivo y su relación con factores sociodemográficos en la población mexicana. La muestra total fue de 4182 participantes mayores de 65 años de edad, quienes respondieron una serie de cuestionarios e instrumentos neuropsicológicos. Los resultados mostraron que el 7% tuvo deterioro cognitivo y 3.3% tuvo deterioro cognitivo más dependencia funcional. No se encontró asociación entre las variables sociodemográficas y de salud y la probabilidad de deterioro cognoscitivo; sin embargo, la probabilidad de deterioro cognoscitivo más dependencia funcional fue mayor en las mujeres, aumentó con la edad, fue menor en los sujetos casados y se asoció con la presencia de diabetes, enfermedad cerebral, enfermedad cardiaca y depresión (Mejía—Arango, Miguel—Jaimes, Villa, Ruiz—Arregui, Gutiérrez—Robledo,2007).
¿Qué estamos haciendo en la Facultad de Psicología (UANL)? En nuestro país son pocos los estudios sobre prevalencia e incidencia del DCL y son aún más escasos los estudios acerca de su tratamiento farmacológico y no farmacológico. Debido a lo anterior, desde hace dos años, en conjunto con el Servicio de Neurología del Hospital Universitario, estamos realizando un estudio longitudinal en personas jubiladas de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El proyecto «Neuropsicología del Adulto Mayor» tiene como objetivo encontrar factores pronósticos y predictivos, médicos y neuropsicológicos, del DCL en adultos mayores de 60 años de edad. Los participantes deben acudir a una cita en el servicio de neurología para realizarse una exploración neurológica, un dopplercarotídeo y bioquímica sanguínea. Posteriormente, acuden a la Facultad de Psicología para una evaluación neuropsicológica completa. Los productos de este proyecto incluyen: dos tesis de maestría en neuropsicología concluidas, una tesis de licenciatura concluida, un artículo en revista indexada y cuatro presentaciones en congresos internacionales. Sobre la autora: Doctora en Neuropsicología por la Universidad Complutense de Madrid, Profesora de Tiempo Completo, Facultad de Psicología, UANL. Profesora con Reconocimiento a Perfil Deseable PROMEP, Miembro del Cuerpo Académico de Psicofisiología. Coordinadora de la Maestría en Ciencias con orientación en Neuropsicología. Línea de investigación: Análisis neuropsicológico del adulto mayor. Cuenta con 5 publicaciones internacionales, 2 nacionales y 6 capítulos de libro. Referencias de imágenes: Petersen, R. (2005) Diagnóstico de los subtipos de DCL [Diagrama de flujo]. Petersen, R. (2005). Espectro de la demencia [Figura con flechas]. Bibliografía: Leys, D., Hénon, H., Mackowiak—Cordoliani, M.A., Pasquier, F. (2005). Poststroke dementia. Lancet Neurology, 4, 752–7599. Recuperado de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16239182 Mejía—Arango, S., Miguel—Jaimes, A., Villa, A., Ruiz—Arregui, L., Gutiérrez—Robledo, L.M. (2007). Deterioro cognoscitivo y factores asociados en adultos mayores en México. Salud Pública de Mexico, 49, 475–481. Recuperado de: http://www.scielosp.org/scielo. php?script=sci_arttext&pid=S0036—36342007001000006&lng=es &nrm=iso&tlng=es Panza, F., D’Introno, A., Colacicco, A.M., Capurso, C., Del Parigi, A., Caselli, R.J., et al. (2005). Current epidemiology of mild cognitive impairment and other predementia syndromes. American Journal of Geriatric Psychiatry, 13, 633–644. Recuperado de: http://www.ncbi. nlm.nih.gov/pubmed/16085779 Petersen, R. C. (2005). Mild cognitive impairment as a diagnostic entity. Journal of Internal Medicine, 256, 183–194. Recuperado de: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15324362 Rosselli, M. y Ardila, A. (2010). La detección temprana de las demencias desde la perspectiva neuropsicológica. Acta Neurológica Colombiana, 26, 59–68. Recuperado de: http://acnweb.org/acta/ acta_2010_26_Supl3_1_59—68.pdf
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Dil intro de la FaPsi Entrevista a la Mtra. Blanca Cecilia Martínez Núñez, Presidenta del Comité Ejecutivo Nacional 2014—2016 de la FENAPSIME Por Carlos Mora
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icenciada en Psicología con una especialidad en Psicoterapia Psicoanalítica y Maestría en Psicología Clínica con Orientación Psicoanalítica, todas por la UANL. Tiene una amplia experiencia profesional desde el año 1980. Es Socia Fundadora y Miembro Activo del Colegio de Psicólogos de Monterrey, A.C. desde 1996, siendo Presidenta en el periodo 2010—2012 y Segunda Vicepresidenta en el periodo 2012—2014. Miembro de Federación de Colegios Profesionales del Estado de Nuevo León desde 1997 y miembro de la Federación Nacional de Colegios Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, A.C. desde el 2002. En el año 2007 recibió el Premio a la Excelencia Profesional por la Federación de Colegios Profesionales del Estado Nuevo León. Es miembro de Comisión de Honor y Justicia desde 2012. Fue Secretaria General de la Federación de Colegios Profesionales del Estado de Nuevo León en el periodo 2012—2014. En el 2013 recibió el Premio Mexicano de Psicología y la certificación por COMECEPY y Colegio de Psicólogos de Monterrey. Y ocupa la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional 2014—2016 de la FENAPSIME desde marzo 22 de 2014.
¿Qué es la FENAPSIME y cuáles son sus objetivos? La FENAPSIME es la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, A.C. y nace el 18 de marzo en 1995 con el lema: Por el desarrollo profesional, científico y la trascendencia social de la psicología. Las finalidades de la FENAPSIME son mejorar las condiciones de trabajo de los psicólogos 14
mexicanos, contribuir al desarrollo científico y tecnológico de la Psicología, coadyuvar a la solución de los problemas, la satisfacción de las necesidades psicosociales y al mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos. La FENAPSIME tiene jurisdicción dentro de la República Mexicana y en cuestiones internacionales tiene la función de representar al gremio nacional de psicólogos. ¿Cómo se logra ser presidenta de este tipo de asociaciones? Para llegar a la Presidencia se requiere ser o haber sido presidente de un Colegio, Sociedad o Asociación, asistir de manera continua, mostrar responsabilidad en los compromisos adquiridos con la agrupación a la que pertenece y con la Federación, esperar la convocatoria lanzada por la Junta de Honor y Justicia, presentar un Plan de Trabajo, formar equipo con un Vicepresidente y una Secretaria General. Las secretarías y subsecretarias se eligen en la Asamblea y cada dos años se renueva el Comité Ejecutivo Nacional. ¿Durante su gestión como presidenta, existe alguna meta principal que quiera lograr? Durante mi gestión, que inició el 23 de marzo de este año, se pretende buscar estrategias de comunicación entre las organizaciones más significativas de México: la Sociedad Mexicana de Psicología, el Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP), y la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos en México, A.C. También se pretende presentar el Plan Nacional de Desarrollo de la Profesión del Psicólogo en México, en las entidades del país, promover la iniciativa de un Observatorio Nacional de Psicología, consolidar la importancia de la colegiación en nuestra profesión y fortalecer los procesos de certificación profesional en psicología.
Dil intro de la FaPsi
Pero en general, el propósito fundamental de nuestra tarea a nivel nacional es establecer que nuestro ejercicio profesional sea de calidad a quien solicita nuestros servicios, procesos de mejora continua y actualización profesional. Hasta ahora, ¿cuáles han sido los logros que se han obtenido? Pues mira, son varios los logros que hasta ahora ha obtenido la FENAPSIME, por ejemplo, ha logrado instituir el 20 de mayo como Día Nacional del Psicólogo y el hecho mismo de integrar distintos grupos profesionales es todo logro, pues entre ellos representan a 15 estados del país, agrupa 7 asociaciones de profesionales de la psicología, 15 colegios de profesionales de la psicología, 1 federación de psicólogos y 3 sociedades de psicólogos. Es un logro también el haber organizado 3 Talleres para la Construcción del Código de Ética del Psicólogo y trabajarse en los Principios Éticos del Psicólogo un decálogo que incluye los principios de: autonomía, competencia, responsabilidad, compromiso profesional y científico, confidencialidad, justicia y equidad, integridad, respeto y defensa de los derechos humanos, sustentabilidad y legalidad Además se han organizado talleres para la revisión de los reglamentos de la FENAPSIME, que son los que regulan al interior del gremio y se cuenta con el Plan Nacional de Desarrollo de la Profesión Del Psicólogo en México 2013—2018, el cual se construyo igualmente en talleres que se realizaron en diferentes entidades, teniendo como anfitriones colegios, sociedades y asociaciones de psicólogos de diferentes estados de la república. Este Plan de Desarrollo se presenta en cada estado como resultado de consenso nacional, somos la única profesión que cuenta con un plan nacional. ¿Cuáles son las actividades que realizan en FENAPSIME y de qué manera se puede colaborar o participar como estudiante o profesionista?
Cada año, desde hace 9 años, en el marco del Día Nacional Del Psicólogo, la FENAPSIME otorga el Premio Mexicano de Psicología en cinco categorías: Ejercicio Profesional de la Psicología, Investigación en Psicología, Enseñanzas de la Psicología, Al Trabajo en pro del Desarrollo Profesionales del Psicólogo y Al Trabajo Psicológico en Comunidad. También se realizan dos Asambleas al año en el mes de marzo y en el mes de octubre, se propone y se elije la sede de la asamblea. Y se organiza cada dos años un Congreso Internacional y un Congreso Nacional y en asamblea se propone la sede y miembro(s) organizadores conjuntamente con FENAPSIME. En Monterrey tenemos un Colegio de Psicólogos, ¿cuál es la función principal de este y cuál es la relación con la FENAPSIME? Así es, contamos con un Colegio de Psicólogos de Monterrey desde 1996, el cual se organizó por profesores de nuestra Facultad de Psicología de la UANL, siendo presidente fundador el Dr. Guillermo Hernández Martínez. El Colegio de Psicólogos de Monterrey es miembro de FENAPSIME desde 2007 y gracias a esta participación constante el Colegio ha sido valorado y tiene presencia a nivel nacional, pues desde que nos incorporamos a FENAPSIME hemos asistido a todas las asambleas y participado en los talleres y actividades que organiza la FENAPSIME. ¿En qué sentido se involucra la FaPsi con el Colegio de Psicólogos y con la FENAPSIME? La Facultad de Psicología de la UANL tiene una participación fundamental, primero porque como te mencioné aquí nació el Colegio de Psicólogos de Monterrey, y todos los ex presidentes somos egresados de la UANL, sentimos el apoyo permanente de la facultad pues prácticamente es nuestra sede, aun y cuando estamos sesionando en otras universidades como el Tecnológico de Monterrey, Universidad Metropolitana de Monterrey y el Centro de Estudios Universitarios, quienes han tenido a bien hacernos participes de sus trabajos y labor profesional. Referencias de imágenes: Revista SuiGeneris (2014)
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Dil intro de la FaPsi
Ganadores del Certamen de Ensayo Académico 2013 Por Redacción
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espués de varios meses de deliberación la Subdirección de Investigación de nuestra facultad hizo público los ganadores del certamen a través de su Secretaria Técnica la Mtra. Sonia A. Garza Frías. Todos los ganadores recibirán un reconocimiento y los primeros lugares de cada categoría recibirán $2,000 pesos y sus textos serán publicados en el siguiente número de nuestra revista; los segundos lugares recibirán $1,500 pesos y los terceros $1,000 pesos, y sus textos se publicarán en nuestro blog.
Categoría A (1º a 6º semestre) NOMBRE Y SEMESTRE
TITULO DEL ENSAYO
1er
Stephanie Gpe. Montalvo Martínez (1° semestre)
Ritmos circadianos en el ciclo sueño— vigilia
2o
Daniela Reza García (1° semestre)
El individuo en México
3o
Abigail Ávila Alvear (1° semestre)
La música y las emociones
LUGAR
Categoría B (7º a 10º semestre) LUGAR
NOMBRE Y SEMESTRE
Zahira Cantú Cantú (7° semestre)
La violencia invisible
2o
Dulce Nohemí Martínez Leija (9° semestre)
Trastornos en el lenguaje: Mas allá de una falla comunicativa
Liliana Yannet Rodríguez Garza (9° semestre)
La corrupción, una transformación social
Reconocemos el esfuerzo de la Subdirección de Investigación por mantener este espacio para la promoción de la investigación por parte de los alumnos, y felicitamos a los ganadores. La convocatoria del Certamen de Ensayo Académico 2014 está ya abierta.
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Por Redacción
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l día Martes 9 de Septiembre del presente año se llevó a cabo la presentación del libro: «Capacitación bajo un enfoque sistémico», contando con la presencia de los autores: la Dra. Aurora Moyano González, el Dr. Víctor Hugo Ibarra González y la Mtra. Nora Isela Macías Núñez así mismo con el Dr. Álvaro Antonio A. Aguillón Ramírez quien fungió como presentador del libro. La presentación se realizó en la Sala de Usos Múltiples (SUM) dentro de las instalaciones de la FaPsi contando con la presencia de estudiantes y profesores quienes con atención, escucharon y participaron en dicho evento.
TITULO DEL ENSAYO
1er
3o
Presentación de libro: Capacitación bajo un enfoque sistémico
Referencias de imágenes: Revista SuiGeneris (2014)
Presentación del libro: Itinerario de la psicología clínica Por Víctor Cuellar
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l día martes 14 de octubre de 2014 se llevó a cabo la presentación de la más reciente publicación de la Facultad de Psicología con el título: «Itinerarios de la psicología clínica
Dil intro de la FaPsi
avances, notas y encuentros de norte a sur» en la XXIV Feria Internacional del Libro. A la presentación asistió el Subdirector Administrativo de la Facultad De Psicología, el Dr. Álvaro Antonio Ascary Aguilón Ramírez, acompañado del Dr. Manuel Guadalupe Muñiz, el cual aporto en la realización de mencionado libro.
El libro es un texto colectivo en el cual el Dr. Muñiz contribuyó y recopiló la información que en conjunto aportaron los docentes de la Facultad de Psicología de la UANL y de la Universidad de la República de Uruguay. Más que un resumen del libro se platicó de los temas que trata como la clínica psicoanalítica, informes de investigación de corte cualitativo en el campo de la psicología educativa y, un capítulo que destacó y más expectativas levantó, fue sobre el Plan Ceibal en Uruguay, que consiste en facilitar a todos los niños escolarizados de una tableta electrónica diseñada para uso exclusivamente escolar, así como el impacto de este plan a nivel internacional.
la presencia del director el Dr. José Armando Peña Moreno y el subdirector administrativo el Dr. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Ramírez, junto a otros invitados. Se cortó el listón que dio inicio a una noche de diversión, recuerdos e historias que se dieron en el reencuentro de compañeros de aula, maestros y personal administrativo que tenían años sin verse. El frontis, acompañado de una pantalla gigante, sirvió como escenario para que los invitados pudieran ver las fotografías y videos que los organizadores del evento reunieron para la ocasión. Las imágenes, acompañadas por la música más representativa de cada época, retrataban a los estudiantes de generaciones pasadas y sucesos que marcaron a la facultad a lo largo de todos estos años.
Referencias de imágenes: Revista SuiGeneris (2014)
Reencuentro de Generaciones FaPsi 2014 Por Víctor Cuellar y Jessica Aldrete
C
ientos de ex—alumnos de la Facultad de Psicología se dieron cita el pasado Viernes 24 de octubre en la primera reunión de egresados de la institución, dónde se convoco a los licenciados de las 80 generaciones de la misma. A partir de las 3:30 pm ya estaba todo listo para dar comienzo a esta gran reunión. Con
Al caer la noche, se llevó a cabo un concierto, en el cual la rondalla subió al escenario para interpretar una serie de melodías del agrado de todos, y posteriormente se empezaron a servir los aperitivos para todos los presentes. Sin duda una fiesta llena de emociones y muy buena vibra, que siguió hasta pasadas de las 9:00 de la noche, llenando las expectativas de todos los asistentes. Referencias de imágenes: Revista SuiGeneris (2014)
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Temática central:
Evaluación psicosocial de mujeres adultas mayores residentes en una institución de asistencia social.
Una aproximación al envejecimiento femenino
Por Jorge Luis López Jiménez | Guadalupe Barrios Salinas | Blanca Estela López Salgado | Yolanda Castañeda Altamirano | Laura Angélica Bazaldúa Merino | Tomás Cortés Solís
Introducción
L
a vejez, dentro del proceso vital, inicia alrededor de los 60 años (González, 1998) e involucra múltiples condiciones, la mayoría de ellas subjetivas, que se encuentran inherentemente relacionadas a sus experiencias de vida, género, edad biológica y acumulación de riesgos a lo largo de los años (Salgado—De Snyder y Wong, 2007). No obstante, hay que considerar (Torres & Villa, 2010), que no se presentan características universales, existe gran heterogeneidad en la forma de envejecer, lo que está determinado por la cultura, valores, representaciones y significado que los grupos sociales imprimen a la vejez. En la región de América, el envejecimiento y género presentan una base demográfica, con índices de feminidad de 111%, entre los 60—64 años y 145% para los 80 años y más. Este índice, es del 97% para adultas mayores de 60 años en México, lo que significa que 54% son mujeres (Torres et al., 2010); con una probabilidad de sobrevivencia de 78 años (Consejo Nacional de Población –CONAPO—, 2001), en contraste con la de los hombres (73.4 años). Ham—Chande (1996), enfatiza que las condiciones de salud e incapacidad tenían incidencias mayores conforme avanzaba la edad, siendo más tempranas e importantes en población femenina, dando lugar a que el envejecimiento se observe más en mujeres (Rosella, 2002). La inequidad del envejecimiento y género está presente en la relación tridimensional: género, vejez y pobreza; las mujeres ancianas tienden a vivir en pobreza más que los hombres
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(Salgado—De Snyder et al. (2007), situación que se asocia a otras circunstancias (Castaño y Martínez, 1990) como la disminución del poder adquisitivo y estatus social. La salud y el bienestar se ha relacionado a diversos aspectos del ambiente social y necesidades materiales con graves consecuencias, dada la creciente carga psicológica, social y económica (González y Ham—Chande, 2007). En este sentido, el grupo de mujeres de 80 años de edad, tendía a presentar mayor deterioro y conformaba el estrato más desfavorecido con relación al acceso a los servicios de salud, detectando en edades más avanzadas mayores necesidades de asistencia y un incremento en la probabilidad de ser institucionalizadas (Gutiérrez, Reyes, Rocabado, López, 1986). Para la población envejecida (World Health Organization –WHO—, 1996a, 1996b, 2001), se ha indicado la magnitud de problemas de salud mental, lo que estará relacionado al incremento de la expectativa de vida de individuos con desórdenes mentales y con el aumento de personas que alcanzarán la edad donde el riesgo de presentar tales desórdenes es elevado. Para las mujeres adultas mayores (Mejía—Arango, Miguel—Jaimes, Villa, Ruiz—Arregui, Gutiérrez—Robledo, 2007. Livson 1983, Formanek &
Tema central
Gurian 1987, Matlin, 1987), se han señalado diversos estados mentales que inciden en su vida cotidiana y bienestar: valoraciones negativas, baja autoestima, trastornos de personalidad, ansiedad, síntomas depresivos, duelo por pérdidas e insomnio, sumado a otras condiciones relacionadas a los estereotipos de género: fuerte emotividad, inestabilidad emocional, bajo autoconcepto, autocontrol, autoestima y motivación, ruptura de lazos de apego y viudez (Leher, 1982; Castaño, 1990), con una intensidad y significación igualmente distintas y relacionadas a situaciones específicas (González, 1998). No obstante, se ha señalado que específicamente en el área de salud mental femenina (Leher, 1982; Castaño, 1990), existen dificultades para determinar sus efectos dados la escasa investigación. Más allá de esto, Krzemin (2007) destaca una marcada variabilidad en la respuesta y adaptación a los cambios que se viven: mientras que algunas presentan un comportamiento disfuncional y síntomas de inadecuación, otras mantienen un nivel de adaptación saludable o, incluso, incrementan su bienestar aún en edades avanzadas.
Material y métodos
Estudio observacional, descriptivo y transversal; con información obtenida mediante la aplicación de un cuestionario (Condiciones de vida y Salud Mental,—COVISMAM—, López, 2004), administrado por entrevista directa. Participaron profesionales (psicólogos, enfermeras, médicos y psiquiatras), con experiencia en investigación, conducción de entrevistas y aplicación de cuestionarios. El instrumento incluía: Datos Demográficos, Limitantes Físicas, Uso de Auxiliares, Cuestionario General de Salud —CGS—12— (Mari & Williams, 1985), Calidad de Vida —WHOQOL—BREF— (WHO, 1996c) y la Mini Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional –MINI— (Ferrando et al. 2000). En todos los casos la participación fue voluntaria, aclarando que la información sería manejada con absoluta confidencialidad y anonimato. Se obtuvo el consentimiento informado y firmado de cada una de las participantes, respetando toda tentativa de rechazo y evitando interferir con las actividades de la casa hogar. De la población de adultos mayores de ambos sexos, se seleccionó una muestra aleatoria sistemática, eligiendo a uno de cada cuatro, aclarando que los datos proporcionados serían utilizados exclusivamente con fines de investigación. La muestra quedó conformada con personas mayores que habitaban la casa hogar al momento de realizar el estudio.
Resultados
En este contexto, el trabajo aborda el perfil psicosocial de un grupo de mujeres adultas de 60 años y más, captadas y entrevistadas en una institución de asistencia social en la ciudad de México. El estudio forma parte de una línea de investigación sobre condiciones de vida y salud mental en adultos mayores (López, 2004; López, et al. 2005; López, López, Barrios, Cortés, Zúñiga, 2010).
De 117 personas adultas, se seleccionó una muestra de 30 (25.6%), que al ponderarse (4 * 30) dio un total de 120. De estas, se completó el 66.6% de las entrevistas (n= 80), en el resto no se pudieron llevar a cabo o concluir por problemas de comprensión o no estar disponibles. De tal forma y para este trabajo se presenta exclusivamente información correspondiente a las adultas mayores. Como se muestra en la tabla 1, más de la mitad correspondió a mujeres (65%). En un 77% con edades de 75 años y más, mayormente viudas, que sabían leer y escribir y habían cursado la primaria. 19
Tema central
CARACTERÍSTICAS SOCIODEMOGRAFICAS MUJERES ADULTAS MAYORES N= 52 (65%) Tabla 1. RANGOS DE EDAD
N
%
65 — 74
12
23.1
75 — 84
20
38.5
85 — 98
20
38.5
X= 80.8
DS= 7.5
ESTADO CIVIL
N
%
Viuda
32
61.5
Casada, Unión libre
12
23.1
Soltera, separada
8
15.4
N
%
Si
40
76.9
No
12
23.1
ESCOLARIDAD
N
%
Primaria
24
60.0
Secundaria
4
7.7
12
30.0
X= 5.8
DS= 1.6
SABEN LEER Y ESCRIBIR
Educación no formal
Por motivo de ingreso sobresale: «No tener quién la cuide» (53.8%) y «Problemas de salud» (23.1%). Su permanencia dentro de la institución osciló entre dos meses y tres años para la mayoría (76.9%), y como actividades preponderantes las «religiosas» y los «ejercicios» (76.9%) en cada caso, dedicándoles de una a tres horas a la semana; así como el no estar incluidas en planes de jubilación o pensión, solo 7.7% reportó ser derechohabiente del Seguro Social. 20
Como limitante física total destacan las «dentales» (23.1%), de visión y audición (7.7% en cada caso). Respecto a las limitantes parciales, sobresale la visión, en miembros y las auditivas (92.3%, 76.9% y 61.5% en ese orden). Los lentes (61.5%), placas dentales y andaderas fueron los auxiliares mayormente utilizados (38.5% para cada una).
Más de la mitad de las entrevistadas (53.8%) refirieron tener problemas de salud y dificultades familiares, entre las principales; destacando también los problemas económicos y sociales. En los niveles de satisfacción vital, 30.8% informó estar de «muy insatisfechas a insatisfechas» y en un porcentaje similar de «muy malo a malo». En su estado de salud, sobresale que en poco más de la mitad (53.8%) estos estados le impidan de «frecuentemente a siempre» hacer cosas (Tabla 2).
REPORTE DE PROBLEMAS Y SATISFACCIÓN VITAL. Tabla 2. REPORTE DE PROBLEMAS
N
%
Salud
28
53.8
Familiares
20
38.5
Económicos
12
23.1
Sociales
12
23.1
Alimentación
8
15.4
Vivienda
4
7.7
SATISFACCIÓN VITAL
N
%
¿Se siente satisfecha a gusto con su vida? Muy insatisfecha a insatisfecha
16
30.8
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SATISFACCIÓN VITAL
N
%
AUTOPERCEPCIÓN DEL ESTADO DE SALUD
¿Cómo considera su estado de Salud?: Muy Mala a Mala
16
30.8
¿Qué tanto estas dificultades le impiden hacer cosas? Frecuentemente a siempre
28
53.8
La media de distribución de puntajes en el CGS—12, fue de 3.2, con una desviación estándar de 2.7. El punto de corte utilizado para definir caso/no caso fue de 2/3; de tal manera el 61.5% se clasificó como probable «caso» de estar cursando con sintomatología de naturaleza emocional. Respecto a los reactivos del cuestionario, destaca el «sentirse triste y deprimida» (50.0%) y «haber pensado que no valía nada» (46.2%). En la entrevista psiquiátrica MINI, encontramos que 23% no presentaba sintomatología o trastorno de naturaleza emocional. Los síntomas psiquiátricos se observaron en el 38.4% de la muestra, siendo más prevalente (30%) el «trastorno antisocial de la personalidad», destaca por otro lado, que en el mismo porcentaje (38.4%) se obtuvieran síntomas y diagnósticos psiquiátricos, que por orden de importancia y a nivel sintomatológico fuera el «Trastorno distímico» (70%) y el «Episodio Depresivo Mayor» (50%). El «riesgo suicida» (el cual hace referencia sobre todo a la ideación de muerte), fue el principal diagnóstico (50%), y, dentro de este, el nivel «Leve» obtuvo mayor porcentaje (80%) con respecto al «Alto»» (20%), seguido por el «Episodio Depresivo Mayor» (20%) y el «Trastorno Distimico» (10%).
Como motivo de ingreso a la institución sobresalen como factores psicosociales: no tener quien la cuidara, la vulnerabilidad de sus estados de salud y las disminuciones funcionales, que inciden directamente en su bienestar. Los problemas de salud y las limitantes físicas son referidos como motivos de insatisfacción y malestar, repercutiendo en su esfera emocional y el desempeño de sus actividades cotidianas. La complejidad de sus condiciones, el no sentirse a gusto con su vida actual y el considerar «malo» su estado de salud, se constituyen como parte de sus principales preocupaciones. En este sentido, la salud mental emerge como eje central por sus implicaciones personales, familiares y sociales. Es de notar que en el cuestionario de screening CGS—12 se detectara a una tercera parte como probable «caso», dato que se corrobora con la entrevista psiquiátrica MINI, donde poco más de tres cuartas partes presentaban desórdenes emocionales tanto a nivel de sintomatología como en la clasificación diagnóstica del instrumento. La presencia de sintomatología y de algún trastorno mental identificado pero no atendido es causa de discapacidad. Aún cuando la esperanza de vida es superior en mujeres adultas mayores, resulta importante considerar los problemas de salud y sociales, por lo que se requiere planear estrategias de atención e intervención psicogerontológica que incidan en su bienestar y calidad de vida. Finalmente, destaca que, a pesar del incremento e interés por la temática, prácticamente no existan investigaciones sobre la vejez femenina y su experiencia de vida en esta etapa de su ciclo vital.
Conclusiones Los indicadores del envejecimiento señalan mayor esperanza de vida en la población femenina que en la masculina, planteando grandes retos de atención y cuidados, especialmente para la familia, sistemas de salud y asistencia social. 21
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Sobre los autores: Jorge Luis López Jiménez. Doctor en Ciencias Sociales, Área Psicología de Grupos e Instituciones. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Investigador de tiempo completo en la Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales. Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente Muñiz. Líneas de investigación actual: envejecimiento, vejez y adulto mayor. Guadalupe Barrios Salinas. Enfermera Especialista en Atención Primaria a la Salud y en Administración y Docencia en Enfermería. Instituto Mexicano del Seguro Social. Enfermera Jefe de Piso. Profesora titular del Curso de Infecciones Nosocomiales. Colaboradora en líneas de investigación sobre: envejecimiento, vejez y adulto mayor. Blanca Estela López Salgado. Maestra en Psicología. Consultora en Desarrollo Organizacional. Colaboradora en líneas de investigación sobre: envejecimiento, vejez y adulto mayor, de donde se han publicado artículos, presentado trabajos y asistido a eventos a nivel nacional e internacional. Yolanda Castañeda Altamirano. Doctora en Ciencias Sociales, Área Psicología de Grupos e Instituciones. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Profesora de Carrera tiempo Completo. Centro de Estudios para el Desarrollo Municipal y Políticas Públicas y Coordinadora Psicopedagógica en la Universidad Autónoma de Chiapas. Laura Angélica Bazaldúa Merino. Médico Geriatra. Maestría en Gerontología Social por la Universidad Autónoma de Madrid. Médico Especialista Adscrita al Centro Nacional Modelo de Atención Capacitación e Investigación Gerontológica “Vicente García Torres” Sistema Nacional DIF. Directora del Centro de Atención Social a la Salud de las y los Adultos Mayores” (CASSAAM), IMSS. Tomás Cortés Solís. Maestro en Psicología. Profesor e Investigador. Departamento de Educación y Comunicación. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco. Colaborador en líneas de investigación sobre: envejecimiento, vejez y adulto mayor, de donde se han publicado artículos, presentado trabajos y asistido a eventos a nivel nacional e internacional. Referencias de imágenes: [Fotografía en tonos verdes de mujer adulta mayor]. (s.f). Recuperado de: http://www.statuspuebla.com.mx/index. php?option=com_content&view=article&id=1289&catid=50:ecos &Itemid=60 [Fotografía de rostro de anciana reflexionando] (s.f) Recuperado de:http://cdn.ntrzacatecas.com/archivos/2013/06/adultos-mayores.jpg Lopez, J. (2014). [Adultas mayores en la institución de asistencia social] [Fotografía del proceso de envejecimiento femenino]. (s.f).
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Recuperada de: http://www.companiamedica.com/estetica_e_ imagen/retrasar_el_envejecimiento.html Bibliografía: Ardila. R., & Bunge, M. (2002). Filosofía de la psicología (2a. ed.). Castaño, D., Martínez—Benlloch, I. (1990). Aspectos Psicosociales en el Envejecimiento en las Mujeres. Anales de Psicología, 6(2):159—168. Consejo Nacional de Población (2001). La población de México en el nuevo siglo, CONAPO, 2da. Edición. Ferrando, L., Franco—Alonzo, L., Soto, M., Bobes—García, S. O., Franco, L., Heinze, G. (2000) MINI. MINI INTERNATIONAL NEUROPSYCHIATRIC INTERVIEW. Versión en español 5.0.0, DSM—IV. Enero. Formanek, R., & Gurian, A. (Eds.) (1987). Women and depression: A lifespan perspective. New York: Springer Publishing Company. González, C. O. (1998). Perspectiva Medico Social del Envejecimiento, Cap. 3, Pp. 35—43. En: González CO, Arteaga UE, Contreras CP (Eds.) Menopausia y Patologías Asociadas. Sociedad Chilena de Climaterio, Editorial: Bywaters. González, C. A, y Ham—Chande, R. (2007). Funcionalidad y salud: una tipología del envejecimiento en México. Salud Pública Mex. 49 supl 4:S448—S458. Gutiérrez, L. M., Reyes, G., Rocabado, F., López, F. (1986). Evaluación de instituciones de cuidados prolongados para ancianos en el Distrito Federal. Una visión crítica. Salud Pública Mex. 38(6): 487—500. Ham—Chande, R. (1996). El envejecimiento: Una nueva dimensión de la salud en México. Salud Pública Méx. 38(6): 409—418). Krzemien, D. (2007). Estilos de Personalidad y Afrontamiento Situacional frente al Envejecimiento en la Mujer. Interamerican Journal of Psychology, 41(2). Sociedad Interamericana de Psicología. Austin Latinoamericanistas., pp. 139—150. Leher, U. (1982). La Situación de la Mujer Madura: Aspectos Psicológicos y Sociales. Revista Latinoamericana de Psicología, año/ vol.14, número 003. Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Bogotá Colombia, pp. 385—396. Livson, F. (1983) Gender identity: A life—span view of sex—role development. In: Sexuality in the later years, Roles and Behavior. Ed. R Weg, New York: Academic Press, pp. 105—127. López, J. J. L. (2004). Estudio Condiciones de Vida y Salud Mental en Adultos Mayores, Fase I. Reporte Interno: Dirección de Investigaciones Epidemiológicas y Psicosociales, INP—RF. México D. F. López, J. J. L., Barrios, S. G., Martínez, M. M. P., Bazaldúa, M, L. A., López, S. B. E., Cortés, S. T. (2005). Psychiatric Disorders in Elderly Living in a Social Assistance in Mexico City. Presented in 18th. Congress of the International Association of Gerontology. Rio de Janeiro, Brasil, June 26—30. López, J. J. L.; López, S. B. E.; Barrios, S. G., Cortés, S. T., Zúñiga, R. J. F. (2010). Aspectos Psicosociales y Médicos Asociados al Envejecimiento. Estudio en una Muestra de Adultos Mayores Institucionalizados. Número Especial Memoria in Extenso, Octubre. Revista Mexicana de Psicología, Pp. 1163—1165. Mari, J. J., Williams, P. A. (1985). A Comparison of the Validity of two Psychiatric Screening Questionnaires (GHQ—12 and SRQ—20) in Brazil, using Relative Operating Characteristics (ROC) Analysis. Psychological Medicine, 15:651—659. Matlin, W. M. (1987). The Psychology of Women. Ed. Holt, Rinehart, and Winston (New York). Mejía—Arango, S., Miguel—Jaimes, A., Villa, A., Ruiz—Arregui, L., Gutiérrez—Robledo, L. M. (2007). Deterioro cognoscitivo y factores asociados en adultos mayores en México. Salud Pública Mex. 49, supl 4:S475—S481. Rossella, P. (2002) Calidad de Vida: Conceptos y medidas. Institute of Population Research and Social Policies. Roma, Italia. CELADE / División de Población, CEPAL, Santiago de Chile.
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Salgado—De Snyder, V. N., Wong, R. (2007). Género y pobreza: determinantes de la salud en la vejez. Salud Publica Mex. 49 suppl 4:S5145—S521. Torres, A. L, P. & Villa, B. J. P. (2010). Consideraciones sobre Envejecimiento. Género y Salud, Pp. 359—364. En: Envejecimiento Humano. Una Visión Transdisciplinaria. Secretaría de Salud. Instituto de Geriatría, 1ª. Edición, México. World Health Organization WHO/OMS (1996a). Population ageing: A public health challenge. Fact Sheets Núm. 135, October. World Health Organization (1996b). Mental health and demographic factors. Fact sheet Num. 131, August. World Health Organization (1996c) WHOQOL—BRIEF. Introduction, Administration, Scoring and Generic Version of The Assessment. Field Trial Version, December. Program on Mental Health. World Health Organization, Geneva. World Health Organization (2001). The World Health Report 2001. Mental Health: New Understanding, New Hope. WHO, Geneva.
La mujer adulta mayor: Una perspectiva Psicogerontosocial
Por Blanca Estela López Salgado | lopezblancaa@yahoo.com.mx, María del Pilar López Salgado | pilarlopezinstitutosaludmental@msn.com y Guadalupe Barrios Salinas | gbsalinas@live.com.mx
No se nace sino que se deviene mujer»
-Simone de Beauvoir
U
na realidad a la que nos enfrentamos en nuestros días es que la población a nivel mundial está envejeciendo. Tres razones principales obedecen a este hecho: baja
en las cifras de fertilidad y baja en las tasas de natalidad y aumento en la esperanza de vida (32). Es en los países en desarrollo en donde se observa un incremento más rápido del porcentaje de adultos mayores (esto es, personas de 60 y más años) y se estima que para el año 2030 dicho porcentaje se incrementará en un 140%; se proyecta para ese mismo año alcanzar un billón de adultos mayores en el mundo, lo que significa que uno de cada ocho habitantes del planeta será un adulto mayor (24). Un dato importante a tomar en consideración es el aumento de viejos—viejos (personas con más de 80 años de edad) y el porcentaje mayor de mujeres ancianas que se presenta en casi todos los países, lo que da lugar a lo que se conoce como feminización de la población, ya que a partir de los 80 años la población femenina es la más dominante (9). Datos de comparación señalan que en México, las mujeres viven más que los hombres (2). Se tiene entonces que el grupo de adultos mayores es el que se está incrementando más rápido en comparación con otros grupos de edad, teniendo la evolución del envejecimiento una dimensión de género, correspondiendo en este caso al género femenino (25) (4). La investigación sobre el envejecimiento para su comprensión requiere de un enfoque biopsicosocial (3); en los últimos años diversas disciplinas como la Psicología, Medicina, Gerontología, y Sociología, entre otras, se han interesado por estudiar y comprender la última etapa del ciclo vital que es la vejez (27). Se utiliza el término de «Psicogerontología» como un área de estudio perteneciente a la Psicología (13) y, también se le refiere como un ámbito en el que convergen diversas disciplinas como la Psicogeriatría (Medicina), la Psicología, la terapia ocupacional, la Psicopedagogía, etc., para estudiar y abordar la normalidad y la patología en el campo «psi» en viejos (28). Cabe señalar que existe una falta de interés científico y una escasez de investigación que incluya exclusivamente muestras femeninas (17). Además la investigación sobre los procesos de envejecimiento en las mujeres es escasa (8). 23
Tema central: La mujer adulta mayor
Para comprender lo que sucede en la vejez, esta se tiene que ver como la fase última del ciclo de vida humano, misma en la que se continúa envejeciendo; y situar al envejecimiento como un proceso ineludible y gradual en el que suceden cambios bioquímicos, fisiológicos, morfológicos, sociales, psicológicos y funcionales como consecuencia de la acción del tiempo en las personas. Además, es importante mencionar que no todas las personas envejecen de la misma manera: su desarrollo y proceso de envejecimiento son resultado de la interrelación entre la «información genética» y de todas las variables naturales y socioculturales que constituyen el «ambiente» en el que se desarrolla la vida humana desde su inicio hasta su fin (29). Se habla de envejecimiento normal cuando se presentan en las personas una serie de pérdidas o de deterioros lentos, continuos, graduales casi imperceptibles e irreversibles en los tres niveles; biológico, psicológico y social. Su polo opuesto, el envejecimiento patológico, tiene que ver con que esta serie de cambios se presentan de manera abrupta, rápida y acelerada, en uno o más niveles simultáneamente. Una tercera forma de concebir a la vejez y el envejecimiento es el denominado «envejecimiento exitoso», saludable, activo y en plenitud, entre otros términos, y ocurre cuando no solo se presentan pérdidas o deterioros, sino al mismo tiempo se observan una serie de ganancias y se promueve que las personas mayores aprendan a minimizar las pérdidas y maximizar las ganan24
cias (5). En esta forma de concebir la vejez se habla también de la obtención del despliegue de nuevos aprendizajes (15). La Organización Mundial de la Salud lo considera como «el proceso de optimización de oportunidades para la salud. Participación y seguridad, en orden de incrementar la calidad de vida como persona de edad permitiendo a la gente realizar su potencial para el bienestar físico, social y mental a través del curso de vida» (32). En teoría, ha sido difícil llegar a un acuerdo entre las definiciones de envejecimiento exitoso, lo que sí se ha llegado a establecer en común acuerdo son los componentes centrales que incluyen: salud física y funcionamiento, bienestar psicológico, funcionamiento social y participación (7), y se ha llegado a aceptar ampliamente a la calidad de vida como un indicador del envejecimiento exitoso (19). El envejecimiento exitoso se ha convertido en una meta para la población envejecida (7); por tanto, el trabajo a realizar es multidisciplinario y el papel del psicólogo que posee los conocimientos de los factores comportamentales, emocionales y/o cognitivos es fundamental, porque éstos le permiten la investigación cuanti—cualitativa y la planeación, establecimiento y seguimiento de intervenciones dirigidas específicamente a esta población (12). El envejecimiento está asociado con el declive en varios tipos de dimensiones humanas, de desempeño o funcionamiento. A medida que se envejece, se está mayormente expuesto a problemas físicos, emocionales, mentales y sensoriales
Tema central: La mujer adulta mayor
que llevan a dificultar las situaciones propias de vida del anciano (14) y que impactan la calidad de vida del adulto mayor. Los reportes de investigación en general señalan comúnmente a la depresión (22); condiciones crónicas que incluyen enfermedades cardiovasculares, hipertensión, ataque al corazón, diabetes, cáncer, enfermedad pulmonar crónica—obstructiva; condiciones muscular—esqueléticas, incluyendo artritis y osteoporosis; condiciones de salud mental tales como demencias y ceguera e impedimentos visuales (20), limitaciones auditivas (16) e incapacidad física (18). Una panorámica de lo que sucede en México nos muestra a las enfermedades crónico degenerativas siendo las más comunes en el adulto mayor seguidas de las infecciosas/respiratorias y nos señala a las enfermedades relacionadas a los trastornos mentales y de comportamiento como las menos comunes. Lo interesante son los datos recientes que reflejan que un poco más del tercio de la población mexicana de adultos mayores (39.8 %) no reportó presencia de enfermedad alguna (21). Es importante considerar no solamente los aspectos biomédicos (enfoque tradicional del envejecimiento) y psicológicos, sino también los
sociales y aquellos que atañen a la cultura y no solamente verlos en forma aislada, también es necesario observar su interjuego, observarlos en forma sistémica. Se tiene que las personas son también el producto de su cultura (30) y el género es una construcción cultural, lo cual se suma como un factor más de la multiplicidad de factores a las diferencias en la forma en que se vive el envejecimiento para ambos géneros. El envejecimiento afecta en forma diferente a hombres y mujeres. La vejez para la mujer, según datos de poblaciones envejecidas de mujeres en el mundo, es una experiencia que se vive por periodos más prolongados y se acompaña con mayor frecuencia de enfermedades y discapacidad (26) (33) (6). Datos señalan que alrededor del 80% de las mujeres mayores de 60 años tienen al menos una enfermedad crónica (1). En México se observa que las mujeres viven más y con mayor incapacidad física (2) y que en la vejez la mujer reporta mayor número de enfermedades, principalmente depresión, diabetes, cataratas y osteoartritis (21). La vejez para la mujer es una experiencia difícil, en esta ella va a seguir estando sometida a una
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Tema central: La mujer adulta mayor
discriminación debida a los prejuicios relativos a su sexo, a los que se van añadir los relativos a su edad (8). La experiencia de la vejez en la mujer implica una serie de cambios y pérdidas (juventud, belleza, atractivo y salud física) (31) lo que le demanda el tener que asumir su deterioro físico con los efectos que conlleva para su autopercepción e igualmente tendrá que sostener la imagen negativa de la sociedad hacia la vejez femenina (11). Uno de los problemas asociados al envejecimiento es la disminución del poder adquisitivo y del status social, los cuales son mayores en las mujeres hasta tal punto que en el mercado común empieza a hablarse de feminización de la pobreza (8); además, es común el que enfrenten esta etapa solas como viudas y muchas veces teniendo familiares a su cargo (23) (10). A esto se suman aspectos del trabajo invisible (de ama de casa) y de la doble jornada, que ocasionan que la idea de jubilación prácticamente no exista porque el trabajo de la mujer es interminable aún en edades avanzadas (11). Sobre las autoras: Blanca Estela López Salgado. Licenciada en Psicología por la Universidad Intercontinental (UIC). Maestría en Desarrollo Organizacional por el Instituto de Estudios Superiores de Posgrado (INESPO). México, D.F. Fundadora y Directora del Centro de Desarrollo de la Excelencia Un Nuevo Amanecer. (CENDEXC). Cuautla, Morelos. México. María del Pilar López Salgado. Doctora. Psiquiatra. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Directora del Instituto de Salud Mental, Consultoría y Capacitación. México, D.F. Guadalupe Barrios Salinas. Enfermera Especialista en Atención Primaria a la Salud (EEAPS). Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Unidad de Medicina Familiar Número 46. México, D.F. Referencias de imágenes: Casares, F. [Escenas de Plaza: "Viejas Chismosas"]. (2008). Recuperado de: https://www.flickr.com/photos/ solofotones/2376553426/ [Fotografía de mujer y hombre huichol]. (2012). Recuperado de: https://lastresyuncuarto.wordpress.com/2012/04/22/la-sagradaactualidad-de-los-huicholes-por-elena-poniatowska/ [Fotografía de Tres ancianas caminando]. (2006).Recuperado de: https://www.flickr.com/photos/11468062@N02/7394897896 Bibliografía: Amin, S.H., Kuhle, C.L., Fitzpatrick, L.A., (2003) Comprehensive evaluation of the older woman. Mayo Clinic Procedures, 78, pp.1157—1185.
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Tema central: La mujer adulta mayor
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Características psicosociales en pacientes longevos ingresados en el Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio»
una muestra no probabilística de sujetos tipo, constituida por 42 pacientes. Para la recogida de información se empleó: Test desiderativo (5 deseos), Escala geriátrica de irritabilidad—depresión—ansiedad de R.P Snaith, Análisis documental, Test Hasegawa, Entrevista estructurada, Cuestionarios de apoyo social CAS—7 y SSR (Vaux, A. 1982). Obteniendo como principales resultados un funcionamiento cognitivo caracterizado por presentar cambios en los procesos de memoria, orientación y lenguaje, unido a pérdidas paulatinas en los sentidos de audición, visión y enlentecimiento de la ejecución psicomotora. Marcada disminución de necesidades y motivaciones. Prevalencia de ansiedad y depresión como principales manifestaciones emocionales. Convivencia en familias pequeñas, bigeneracionales y nucleares. El apoyo social se caracterizó por presentar variabilidad de respuestas y riqueza interpretativa en cuanto a estructura de la red, estructura de los vínculos y aspectos funcionales. Existió además estrecha relación entre las principales manifestaciones emocionales y el grado de satisfacción con el apoyo social percibido. Este estudio favorece el conocimiento de los principales factores psicosociales que potencian u obstaculizan el proceso de envejecimiento, de aquellos que igualan o sobrepasan la esperanza de vida al nacer.
Por Orisel Quintero Ramírez | orisel@princesa. pri.sld.cu, Nilda Alina Santos Fernández, Yenisel González Dopico, Sahily Palacios Paz
S
e realizó una investigación descriptiva con un diseño no experimental, transversal, que tuvo como objetivo caracterizar psicosocialmente a un grupo de pacientes longevos ingresados en el Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio», utilizándose 27
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
Objetivo general
Introducción
Caracterizar psicosocialmente a un grupo de pacientes longevos ingresados en el Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio» del municipio de Pinar del Río, Cuba, en el periodo comprendido entre enero y marzo de 2013.
El envejecimiento individual no es un fenómeno exclusivo de la sociedad moderna, ha estado presente en todas las etapas del desarrollo social y ha sido siempre de interés para la filosofía, el arte y la medicina (1). El presente siglo nos ha traído una situación singular, muchas personas sobrepasan las barreras cronológicas que el hombre ha enmarcado como etapa de vejez, de manera tal que el envejecimiento ha dejado de ser una exclusividad de algunos, para convertirse en una oportunidad de muchos (2). Según datos de las Naciones Unidas, en 1950 existían en el mundo 200 millones de personas mayores de 60 años. En 1975 esta cifra alcanzó los 350 millones, llegando en el año 2002 a 625 millones de personas de edad avanzada. Estas proyecciones demográficas indican que la cifra alcanzará en el 2050 los 2,000 millones de habitantes (3). La región de América Latina y el Caribe también envejece rápidamente. Existen más de 32 millones de personas con 60 años o más y a esta cantidad se le suman unas 115,000 mensuales (4).
Objetivos específicos 1. Caracterizar a los longevos según variables sociodemográficas como: edad, sexo, nivel de escolaridad, estado conyugal y motivo de ingreso. 2. Evaluar el funcionamiento de la esfera cognitiva. 3. Identificar principales manifestaciones afectivas—motivacionales. 4. Caracterizar los aspectos estructurales de la familia y el apoyo social. 5. Identificar posible relación entre manifestaciones emocionales y satisfacción con el apoyo social. 28
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
Cuba, con una población de 11,167,325 habitantes y un 18.3% de su población mayor de 60 años, es uno de los países más envejecidos de América Latina y está previsto sea hacia el 2050 uno de los más envejecidos del mundo. Con 2,041,392 adultos mayores (más de 60 años) en su población, identificando como causas principales de este fenómeno la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida (5).
El envejecimiento es un reto que Cuba tiene por delante, y en ello la profilaxis de salud, la educación y la sensibilidad de los ciudadanos es esencial, de modo que vivir más tiempo signifique también vivir mejor. Por tal motivo, la significación práctica del estudio consiste en que a partir de esta caracterización se elaborarán e implementarán estrategias de intervención con la finalidad de elevar la calidad de vida de los longevos, a la vez que servirá para orientar a familiares, cuidadores y profesionales de la salud, teniendo como principal intención seguir expandiendo la vida para los ancianos y que esta prolongación de las oportunidades de vivir se haga con salud y bienestar. Dicha problemática aparece recogida en el Banco de Problemas de la Institución como una de las tareas a priorizar por los servicios de Psicología y Geriatría. Esta investigación fue viable ya que dispuso de los recursos necesarios para su realización.
Métodos y procedimientos En Cuba la esperanza de vida es de 78,97 años, 76 para los hombres y 80 para las mujeres; siendo la esperanza de vida de las personas que llegan a los 60 años de 22 años más y la de los que llegan a los 80 años, de unos 8.8 años más.(5) Pinar del Río, con una población de 591,931 habitantes cuenta con 108,467 personas de 60 años o más (18,3%), ocupando el sexto lugar en las provincias más envejecidas con un grado de envejecimiento de 18.3% (5). Por lo que caracterizar psicosocialmente a los longevos constituye una necesidad dentro del sector de la salud, pues es bien conocido cómo a través de los años se ha prolongado la esperanza de vida de los seres humanos y con ello el incremento de personas que la igualan o sobrepasan. El envejecimiento será un determinante mayor en las transformaciones que necesariamente tendrá la Medicina y la organización y desarrollo de los servicios de salud del país (6), pues es precisamente este grupo etáreo el más tributario de atención hospitalaria.
Métodos empíricos: Medición y entrevista quedando reflejados a través de: Análisis documental Revisión de la Historia Clínica: Dicho instrumento es uno de los más difundidos en la Psicología de la Salud ya que posibilita formarse una visión panorámica del paciente con el que se trabajará, así como la obtención de información relativa a datos personales, diagnóstico y evolución de la enfermedad. Entrevista estructurada Longevo y cuidador Nos permitió, mediante una secuencia lógica de preguntas preestablecidas, conocer aspectos de las principales áreas de desarrollo de los pacientes. También posibilitó complementar la información obtenida en los restantes instrumentos utilizados. Test desiderativo (5 deseos) Este tipo de técnicas estudia la personalidad tomando como punto de partida la expresión 29
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
de fantasías y deseos. Utiliza, como todas las técnicas proyectivas, una forma indirecta para hacerlo, creando un marco ficticio para inducir a la proyección. Permite establecer la jerarquía de necesidades y motivos de un sujeto, por lo que su uso en la investigación se hizo insustituible. Escala geriátrica de irritabilidad—depresión—ansiedad de R. P Snaith Nos permite conocer la incidencia en la población longeva de la irritabilidad, la ansiedad y la depresión como manifestaciones emocionales, debido a que la literatura las asume como las más recurrentes en este grupo etáreo (7). Su calificación puede ser cualitativa y cuantitativa según los propósitos e intenciones de la investigación. Test Hasegawa Esta técnica pretende medir la calidad de las funciones y procesos cognitivos, valorando la posibilidad de existencia de una progresiva reducción de la actividad del cerebro que puede conducir a formas de deterioro de las faculta-
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des mentales con consecuencias graves sobre la capacidad del individuo para llevar una vida normal y relacionarse con los demás. Cuestionario de apoyo social CAS—7 Diseñado para la población puertorriqueña, ha sido validado en Cuba por investigaciones realizadas por Quintana y Nillar (8), (9). Evalúa la dimensión funcional del apoyo social a través de la evaluación de la necesidad de apoyo emocional, interpersonal y material. Cuestionario de apoyo social SSR Vaux A. 1982. Construido en 1982 por Alan Vaux, se utiliza la versión española desarrollada por Bermúdez, Pérez y Sánchez en 1988. Ha sido empleado en Cuba en diferentes estudios que se centran en evaluar la relación dinámica entre el apoyo social y el bienestar subjetivo. Dicho cuestionario fue aplicado para evaluar los aspectos estructurales de la red social (tamaño, densidad y sexo del proveedor), las características de los vínculos que establece el longevo con su entorno social (frecuencia, multiplicidad, simetría,
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
complejidad, naturaleza de la relación, sector, intimidad), los tipos de apoyo que recibe de su red, así como el nivel de satisfacción del sujeto con cada uno de estos. Métodos estadísticos: Estadística descriptiva: nos permitió organizar la información mediante las tablas de distribución de frecuencias relativas y acumuladas con el empleo de la Hoja de Cálculo Microsoft Office Excel 2003 para la ubicación de los datos en tablas de distribución de frecuencias y gráficos. Métodos teóricos: Método dialéctico: permitió comprender la dinámica y estructura del objeto y la contradicción que es fuente de su desarrollo. Histórico—Lógico: analizó la proyección lógica—histórica del fenómeno reflexionando sobre su comportamiento futuro. Análisis y Síntesis: permitió la descomposición del objeto en partes para valorar y reflexionar, estableciendo la interrelación entre las mismas de manera simultánea. Principales resultados La muestra estudiada se caracterizó por la tendencia de las mujeres a mantener una mayor esperanza de vida en contraposición a los hombres, lo que trajo como consecuencia altos índices de viudez en el sexo femenino. También se evidenció un escaso nivel de escolaridad debido a las escasas oportunidades educaciona-
les tenidas durante el transcurso de su niñez, adolescencia o juventud, y los ingresos hospitalarios fueron recurrentes para el segmento poblacional que se encontró entre los 76 y 89 años de edad, debido a patologías como: Cáncer de Pulmón, Cirrosis Hepática y Neumonía Extrahospitalaría. El funcionamiento cognitivo se caracterizó por presentar cambios en los procesos de memoria, orientación y lenguaje, unido a pérdidas paulatinas en los sentidos de audición, visión y enlentecimiento de la ejecución psicomotora, aspectos que dificultan la interacción social y adaptación creadora del longevo a su medio. Hubo un predominio de ansiedad y depresión como manifestaciones emocionales asociadas a la escasa percepción de apoyo social, sentimientos de soledad, temor a la muerte e insatisfacciones personales en estos longevos. Prevalecieron las necesidades individuales de carácter social, que son aquellas que tienen su origen en la individualidad del ser humano, que están enraizadas en su organismo biológico y su personalidad, que son requerimientos de la dinámica individual de este pero que tienen un carácter social, pues surgen y se concretan en la interacción del individuo con su medio. Existió carencia de actividades estimulantes capaces de romper rutinas cotidianas y la motivación principal se orientó a preservar o alcanzar una mayor calidad de vida. La convivencia se desarrolló fundamentalmente en familias pequeñas, bigeneracionales y nucleares, donde a pesar de existir una diversificación en cuanto a la tipología familiar, la familia continuó siendo hábitat natural del hombre, por cumplir funciones que le son insustituibles por otros grupos e instituciones. El apoyo social se caracterizó por presentar una estructura de la red mediana, densa, con predominio del sexo femenino como principal proveedor. La estructura de los vínculos o contactos presentó multiplicidad, simetría y simplicidad, siendo la principal fuente de apoyo social la familia debido a la percepción de cercanía que estos le confieren, complementada para algunos con el apoyo comunitario percibido. En los aspec31
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
tos funcionales del apoyo social predominó el apoyo informativo, existiendo variabilidad en la satisfacción personal y la necesidad de apoyo social percibida con prevalecía de respuestas intermedias. Existió relación entre las principales manifestaciones emocionales y el grado de satisfacción personal con el apoyo social percibido, lo que hace pensar que los adultos mayores tienen o cuentan con menores posibilidades de recibir el apoyo social necesario para afrontar los diversos acontecimientos estresantes que puedan surgir en esta etapa del ciclo vital.
Discusión Como se esperaba, los datos obtenidos fueron similares a los planteados por la literatura consultada, al ser característicos de este grupo etáreo. Por lo que se hace necesario una vez descrita la muestra trazarnos estrategias de intervención que tributen a mejorar la calida de
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vida de aquellos que en nuestro país igualan o sobrepasan la esperanza de vida al nacer y van ganando en mayoría, al ser Cuba uno de los países más envejecidos de América Latina y para el 2050 uno de los más envejecidos del mundo.
Conclusiones • La muestra estudiada se caracterizó por la tendencia de las mujeres a mantener una mayor esperanza de vida en relación a los hombres, viudez, escaso nivel de escolaridad e ingresos hospitalarios recurrentes. • La mayoría de los pacientes longevos presentaron cambios en la esfera cognitiva asociados a los procesos de memorización, orientación y lenguaje, unido a pérdidas sensoriales en cuanto a: audición, visión y enlentecimiento de la ejecución psicomotora. • La esfera afectivo—motivacional se caracterizó por la presencia de ansiedad y depresión,
Tema central: Características psicosociales en pacientes longevos
unido a motivos orientados a una mayor calidad de vida y necesidades individuales de carácter social.
[Fotografía de rostro de anciana y sentada en una silla]. (s.f.). Recuperado de: http://www.melaniefordham.com/82518/1330380/ gallery/ancianos-de-cuba
• La estructura familiar que predominó fue la conformada por familias pequeñas, bigeneracionales y nucleares.
[Fotografía de anciano sentado con un puro]. (s.f.). Recuperado de: http://ngm.nationalgeographic.com/ngm/photo-contest/2012/ entries/190167/view/
• El apoyo social se caracterizó por presentar una estructura de la red mediana, densa, con predominio del sexo femenino como principal proveedor; los vínculos o contactos presentaron multiplicidad, simetría, intimidad y simplicidad, predominando el apoyo informativo. • En la mayoría de los longevos existió relación entre las principales manifestaciones emocionales y el grado de satisfacción personal con el apoyo social percibido. Sobre las autoras: Orisel Quintero Ramírez: psicóloga del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Sr. León Cuervo Rubio». Nilda A Santos Fernández: graduada de Licenciada en Psicología en la Universidad de la Habana el en año 1990. Especialista en Menores 1992. Master en Psicología Clínica desde 2006. Profesora Asistente. Actualmente se desempeña como psicóloga en el Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio». Presidenta del Capítulo de la Sociedad de Psicología de Pinar del Río. Yenisel González Dopico: graduada de Licenciada en Psicología en la Universidad de Ciencias Médicas de Pinar del Rio. Actualmente se desempeña como psicóloga en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente «Dr. León Cuervo Rubio». Miembro de la Sociedad Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad, del Capítulo de Psicología de la Salud y de la Cátedra Multidisciplinaria para el Estudio de la Familia. Sahily Palacios Paz: graduada de Licenciada en Psicología en la Universidad de la Habana. Actualmente labora en la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca” donde se dedica principalmente al magisterio y la investigación. Cuenta con la categoría docente: Instructora. Se encuentra cursando la Maestría en Psicología Clínica en la Universidad de la Habana Referencias de imágenes: [Fotografía de dos ancianos sentados en la calle]. (2002). Recuperado de: http://www.traveladventures.org/continents/americas/cubanpeople04.html
[Fotografía de ancianos sentados en unas sillas]. (s.f.) Recuperado de: http://www.havanatimes.org/?p=101303
[Fotografía de ancianos tocando instrumentos]. (s.f.). Recuperado de: http://www.djnrike.com/?lang=en&selected=681 [Fotografía de tres ancianas fumando y sentadas]. (s.f.). Recuperado de: http://www.latinoevents.eu/?lang=en&selected=681 Bibliografía: Álvarez, R. Temas de Medicina General Integral.(2001). La Habana: Editorial Ciencias Médicas. Buendía, J. El proceso de envejecimiento. En Gerontología y Salud. (2008). Madrid: Editorial Biblioteca Nueva. División de Población de las Naciones Unidas. (2011). Extraído el 13 de diciembre de 2012 desde http://spanish.peopledaily.com. cn/31614/7827847.html. Guzmán, J.M. Envejecimiento y Desarrollo en América Latina y el Caribe. Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE). (2009). Chile: División de Población Santiago de Chile. Censo de Población y Vivienda. (2012). Anuario Estadístico Nacional de Salud. Cuba. Prieto, R.O, Vega, E. (1996).La atención al anciano en Cuba. Desarrollo y perspectivas. La Habana: Editorial Ciencias Médicas. Lockenhoff, C.E., Carstensen, L.L. (2012).Aging, emotion, and health— related decision strategies: motivational manipulations can reduce age differences. Psychol Aging, 22, 134—146. Quintana, V. (1997).Caracterización del apoyo social percibido en una población de sujetos deprimidos. Extraído el 25 de enero de 2013 desde http://enciclopedia.us.es/index.php/ caracterización del apoyo social. Martínez, M. (1995). La perspectiva psicosocial en la conceptualización del apoyo social. Revista de Psicología Social,10, 61—74.
Siguenos en las redes sociales Twitter: @SuiGenerisUANL
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La entrevista A Graciela Zarebski acerca de la Psicogerontología
Por María Mercedes Díaz Espinosa. Transcripción por Xochitl Xel—Ha Castillo Silva
¿E
n términos generales, que es la Psicogerontología? La Psicogerontología es el campo de estudio de la salud mental en el envejecimiento, es un campo interdisciplinario en el cual enseñamos a los psicólogos a trabajar junto con médicos psiquiatras, terapisDra. Graciela Zarebski Dra. en Psicología tas ocupacionales, músicoterapeu(UBA). Vice-Decana de tas, psicomotricistas, todos los que la Facultad de Humani- tengan formación de grado que dades, Ciencias Sociales tenga que ver con la salud mental y Empresariales. Direc- y algún tipo de terapia. Se enseña tora de la Licenciatura a trabajar juntos como equipo inen Gerontología, de la terdisciplinario para favorecer la Especialización y de salud mental en el envejecimienla Maestría en Psicoto, y esto abarca una tarea tanto gerontología, Escuela preventiva como asistencial y de de Ciencias del Enverehabilitación; es decir, ponemos jecimiento de la Universidad Maimónides. mucho énfasis en todo lo que se Buenos Aires. Argenti- puede hacer preventivamente con na. Autora de libros en las personas para prepararse para un buen envejecimiento desde un la especialidad. punto de vista psíquico. El campo de la Psicogerontología es un campo relativamente nuevo dentro de la gerontología, dentro del estudio de la vejez, porque primero se estudiaban las cuestiones biológicas del envejecimiento desde la geriatría, luego se incorporaron los aspectos sociales, comunitarios y demográficos, y lo último que se desarrolló, lo que no se podía ver todavía hasta hace muy pocas décadas, era cómo también interviene el factor subjetivo, el factor de lo personal, de cómo vamos armando nuestro propio envejecimiento, lo que yo llamo el «curso de la vida», como un diseño que vamos armando, y cómo eso va a incidir en cómo vamos a llegar a la vejez; por eso es tan importante. 34
Yo siempre me especialicé en investigar los mecanismos psíquicos que se ponen en juego para el envejecimiento desde joven, entonces, la Psicogerontología toma el aporte de todas esas disciplinas, trabaja mucho en prevención, en talleres, en grupos, hay mucho trabajo grupal con la gente desde la mediana edad, la cual es un ciclo de vida que empezó a visualizarse en las últimas décadas. Es entre los cuarenta y sesenta años donde las personas empiezan a tomar más conciencia del proceso de su propio envejecimiento, en esa toma de conciencia es donde hay que comenzar a hacer prevención. Lo que yo desarrollé son los factores de riesgo psíquico desde la personalidad, factores de riesgo de envejecimiento patológico o, por el contrario, factores protectores; luego, cuando vemos que algo fracasó en el armado de ese envejecimiento y aparece una patología a nivel de lo personal, familiar, de la pareja, del lugar del abuelo en la familia, ahí es donde intervenimos en la clínica en lo particular. O también en trabajos grupales para trabajar esta situación de patología y ayudar a reformularla. Aplicamos también rehabilitación cuando estamos en situación de instituciones, por ejemplo, de residencias para mayores, hay muchísimas intervenciones posibles, el trabajo del envejecimiento es un campo amplísimo que se abre para los psicólogos. Muchos ámbitos en los cuales un psicólogo puede insertarse, ya sea tanto en su consultorio como en la comunidad, en universidades, multiplicidad de talleres y grupos para coordinar, ámbitos educativos y de capacitación en el tema, y además en ámbitos públicos, programas del estado, centros de vida que se arman para que participen las personas mayores, también en residencias para mayores, o sea, en clubes y en
La Entrevista: Graciela Zarebski
obras sociales o mutuales, en todo el sistema de salud hay lugares donde el tema del envejecimiento es un tema candente y donde las personas se empiezan a preguntar mucho de esto y a necesitar y buscar la ayuda de alguien que los oriente.
¿Cuáles son los principales objetivos de la Psicogerontología? El principal objetivo es enfocar y aportar al equipo interdisciplinario los aspectos subjetivos del envejecimiento, eso es lo que tiene que aportar como especialidad. Lo puede aportar tanto un psicólogo como un psiquiatra, o un psicogeriatría, en cuanto al momento en que se necesita una medicación el psicólogo tiene que saber cuándo derivarlo y cuándo no, o cuándo se puede intervenir con otro tipo de terapias que son del psicólogo, pero también hay terapias no farmacológicas que va aportar el terapista ocupacional a través de la ocupación, o el psicopedagogo. El psicólogo tiene que saber cuándo orientar a hacer actividades de aprendizaje que le van a hacer muy bien a la persona; el psicólogo que va a formarse en Psicogerontología va a tener que ampliar mucho su mirada, salir de lo que va a ser la atención de una persona para mirar el grupo familiar, las redes de apoyo y poder ver con qué cuenta esta persona,
orientarlo a algún tipo de institución, conocer las instituciones que trabajan en la zona; es decir, es muy enriquecedor el trabajo del psicólogo en esta etapa y es una gran sorpresa para el psicólogo, que a veces piensa que la vejez es patología puramente, encontrarse con lo enriquecedor que puede ser el trato con una persona mayor que sigue creciendo. ¿De dónde nace su interés por trabajar con este tema? Cuando yo me recibí de psicóloga en Buenos Aires, ya tenía mis hijos y me resultaba muy difícil insertarme en el mundo laboral hasta que me ofrecieron ingresar a una institución donde se empezaban a armar en la década de los 90’s equipos que atienden el tema de envejecimiento. Ingresé para ver qué era, empecé a leer material teórico, me di cuenta que había muy poco pensado y que había mucho para pensar y para investigar en el tema, así que ahí comencé mis investigaciones teóricas, escribir libros, ejercer docencia universitaria y así, a comienzos del siglo XXI, empecé a generar las carreras nuevas, la carrera de especialización y maestría en Psicogerontología, la única en Latinoamérica; la iniciamos hace 14 o 15 años y todavía no surge otra. Un dato interesante es que ya armarnos una red Iberoamericana de Psicogerontología en el 2005, en la Universidad Maimónides iniciamos el Primer Congreso Iberoamericano de Psicogerontología, luego lo hicimos en Uruguay, en Brasil, en Cuba y luego el último fue en México, el Quinto Congreso Iberoamericano, con lo cual cada vez se integran más universidades, mas psicólogos a trabajar en esta temática. ¿Cuáles son las principales dificultades con las que se ha encontrado al trabajar con este tema? Cuesta mucho cambiar los paradigmas de la gente común. Hasta con los mismos estudiantes es todo un trabajo el que vayan cambiando su paradigma en cómo piensan la vejez, para 35
La Entrevista: Graciela Zarebski
eso aplico el cuestionario “Mi envejecer” que es una propuesta para tomar conciencia del propio envejecimiento para un profesional que va a trabajar con esta temática, para que se enfrente al tema él mismo. Luego, el principal obstáculo son las instituciones que todavía están arraigadas en viejos paradigmas, el tema de residencias que todavía funcionan como asilos, en el sentido de depósitos de objetos más que como instituciones que estén al servicio de la vida de las personas que ahí habitan, entonces ahí uno tiene que trabajar mucho para ir logrando romper esas estructuras tan rígidas, esa forma de pensar de los directores de estos establecimientos. Además, también el problema de que todavía a nivel del estado no se ha tomado conciencia suficiente de la necesidad de contar con el recurso humano que se requiere para abordar esto que se viene como el envejecimiento poblacional, falta mucho por hacer, pero eso al mismo tiempo que es obstáculo es desafío para aportar soluciones. ¿Usted cree entonces que es necesaria una restructuración de ideas y creencias entorno a la vejez en los jóvenes y las personas de mediana edad? Es en esta etapa de la mediana edad en la que hay que comenzar a trabajar esto, si es que no se ha trabajado antes. En realidad hoy en día hay programas intergeneracionales donde se trabaja desde infantes, pero en la mediana edad es ineludible que tomemos a tiempo los cambios que la persona atraviesa y que le hablan de su propio envejecimiento, tenemos que trabajar mucho en esto. También uno de los principales obstáculos es con los psicólogos que no están preparados en el tema, por lo menos en nuestra experiencia 36
en Buenos Aires, todavía no está incorporado el estudio de la vejez como estudio obligatorio como asignatura, entonces muchos se reciben de psicólogos sin haber tenido una aproximación al tema, y después tienen que enfrentarse a la temática cuando trabajan, estuvieron formados en la idea de que no se puede trabajar con una persona que pasa de los 60 o 65 años de la misma manera que se trabaja con un adulto joven, que las herramientas de evaluación no se le pueden aplicar porque existe el prejuicio de que el psiquismo de la persona se deteriora pasando cierta edad, como la idea de Freud hace varias décadas que pensaba que el psicoanálisis no era aplicable en personas mayores. Pero sí, toda teoría sirve, toda teoría aporta y hay que tener la cabeza muy abierta para atender a una persona cualquiera que sea su edad, los deseos son atemporales, cuando escuchamos el sueño de una persona no reconocemos la edad del soñante, porque uno sigue soñando y deseando toda su vida, lo que hay que hacer de la persona es alentarle sobre qué puede hacer con sus deseos para que pueda realizarlos.
La Entrevista: Graciela Zarebski
¿Cómo cree que los jóvenes puedan contribuir a la mejor calidad de vida con las personas de la tercera edad? En primer lugar, acercardose al tema, abriéndonos, entender el proceso de envejecimiento, sacándonos prejuicios de encima, pudiendo romper con las brechas intergeneracionales que hay, que es esto de suponer que el viejo no sirve, que ya no puede, que ya no funciona en ningún orden, ni sexual, ni productivo, ni intelectual, que no es para nada así; abrirse a poder incorporar todo lo que nos puede transmitir de experiencia, de sabiduría, de vida. Y al mismo tiempo también ofrecerse para la ayuda, la solidaridad intergeneracional, el diálogo, podemos dar una buena mano, sobre todo en el tema de tecnología y esto también abre un mundo nuevo a la gente mayor en el cual se enriquece la psique, es muy rica la idea del intercambio. Referencias de imágenes: Fotografías autoría del Departamento Audiovisual de la Facultad de Psicología, UANL. (2014).
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Dossier Ciencia vs. Disciplinas de Orientación Filosófica (Un conflicto que no debe ser) Por Alexander Strauffon (alexander.strauffon@gmail.com)
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ada cierto tiempo se reaviva una controversia, un debate que de pronto es convertido en pleito e involucra a dos elementos de gran presencia en la humanidad: la ciencia y el humanismo, es decir, la filosofía, y de paso hasta a las artes les llega a tocar. En ese pleito, el cual la mayoría hemos visto en algún lado, es común la polarización. Cada parte toma una postura en que defiende a capa y espada el que considera que es «su lado», y minimiza la importancia o veracidad del otro. Palabras se dicen aquí y allá, citando autores y enunciando aquello que consideran aplastará al lado contrario. Se reaviva el «fuego» aquí cada que alguna personalidad importante de alguna de las facciones hace una declaración pública en torno a la otra parte. Lo anterior se ve normalmente entre los contrarios comunes, como intelectuales ateos y religiosos, partidos políticos de derecha y los de izquierda, los pro y contra de los temas polémicos (aborto, derechos de la gente gay, etcétera) y otros. Lamentablemente sucede también entre aquellos que proclaman ser representantes del pensamiento y el conocimiento mismo. No se trata aquí de elaborar un tratado extenso, sino de hacer lo que — dicho sea de paso — esos antagonistas extremos rara vez hacen: ir al punto de forma breve, sin una carga excesiva de citas o tecnicismos, y buscando dar a cada lado su justo tiempo.
Estableciendo criterios La única forma de conocer y aprender de distintas corrientes, culturas, elementos presentes en la existencia; es no estar casado con la idea de prejuicio y filtraje que se nos haya impuesto por la facción con la que estamos. El verdadero científico es el que sigue dicha metodología de investigación, comprobación y constante renovación de evidencia para aportar 38
el conocimiento de primera mano a la humanidad, trasladándolo a las múltiples aplicaciones que puedan llegar a tener. El verdadero humanista en sus distintas ramificaciones de carrera o disciplina respeta lo que el pensamiento es y logra el flujo de las ideas y sus varias formas de manifestarse, el mundo le presenta una infinita oportunidad de aprendizaje y de reflexión en cuanto a qué se es, qué puede llegarse a ser y el valor intrínseco de los demás individuos, cosas y fenómenos. Definí los dos anteriores para que quede claro de una vez: aquí no es sobre los que son a medias, o pretenden ser de uno u otro lado. Los religiosos mutila—textos metafísicos, el motivador explotador de soluciones obvias, el magufo por excelencia, NO son humanistas, ni en modo alguno pertenecientes a la rama filosófico—social, aun teniendo un titulo de tal o cual universidad. De la misma manera que un médico realizando prácticas ilícitas y riesgosas vinculadas al crimen y además valiéndose del fraude y supersticiones de la gente no podría ser considerado una digna representación de su carrera, la medicina, y menos aún de la ciencia en general. ¿Qué quise decir con lo primero, cuando dije lo de prejuicio y filtraje? Ejemplificando: un individuo de formación enteramente científica de
Dossier: Ciencia vs. Disciplinas de Orientación Filosófica
carácter ortodoxo difícilmente apreciará al humanismo, si en el curso de su aprendizaje (no solo en la carrera, sino mucho antes) le han inculcado que «un filósofo es un desempleado flojo que solo quiere andar contemplando cosas, un psicólogo es de una mal llamada ciencia que es igual a ser brujo vendedor de hierbas y lector de tarot en un mercado», «un egresado de Letras será maestro mal pagado o futuro telefonista» y otras cosas.
existe el genuino y el charlatán desviado sin moral, entre hombres de ciencia hay quienes otorgan justo respeto al papel de todos y su entorno, y otros que basan su propia autoestima profesional en intentar atacar a los que estén fuera del estricto y cuadrado perfil que ellos han decidido apreciar, en su particular posición.
Para el otro lado aplica la misma regla. Visualizar al hombre de ciencia como un bastardo sin corazón ni sentimientos es generalizar demasiado. De la misma forma que entre humanistas
Puntos en cuanto a ciencia y filosofía Si el concepto de diálogo no se mantiene a un nivel civil y respetuoso en la mente de cada uno 39
Dossier: Ciencia vs. Disciplinas de Orientación Filosófica
de estos «bandos», es ir en contra de los mismos principios que dicen defender. Claro, una avalancha de citas de autores saldría de ellos para intentar echar por tierra lo que acabo de decir, acompañado de una que otra mentada de madre. Y aún así seguiría siendo la verdad. Den un vistazo a los pleitos que se hacen en la red. Muchos, que saben que la actitud madura debe conservarse, participan brevemente o se retiran cuando no se ha logrado suficiente cooperación de los otros participantes. Pero los otros, los que quieren sentirse en el universo de Star Wars y que andan peleándose con sables láser, si analizamos sus ataques y veremos que se alejan de la forma correcta de debatir, que es la siguiente: El salto a conclusiones por la impetuosidad que les domina se nota en estos que se ostentan como divulgadores de la ciencia, o de la filosofía. Y es algo que los precursores y figuras notables de las ramas que toman cual bandera no hicieron: • Albert Einstein estuvo expuesto a una educación de escuela católica. La fuerte influencia de la religión en la época temprana de su vida y buen tiempo después, los conceptos de Estado fuerte y engrandecimiento mediante depuración y estrictas normas que predicaba el Nazismo son dos cosas con las que tuvo que lidiar. Se dio la oportunidad de conocerles a fondo, explorar no solo la superficie de sus ideas, aportaciones, y proyección a futuro. Cuando se decidió a rechazar esas dos formas de creencia y autoridad, las conocía mucho mejor que los que se decían sus exponentes. Tuvo siempre presente la importancia de la psicología de las masas y la importancia del entorno y cultura donde uno esté asentado e intentando divulgar sus teorías científicas. Por ello supo a dónde mudarse y nacionalizarse y qué régimen era el menos recomendable (aun tratándose de un caso de «escojamos al menos malo»), y responder inteligentemente a sus detractores. • Aristóteles es reconocido por sus amplias aportaciones y postulados, pero enfoquémonos aquí en una cosa: el concepto del alma, que de sus predecesores venía ya la definición de ésta como lo que hace pensar, sentir, y moverse. El elemento condicionado y esencial para el sur40
gimiento de la Idea, explicado por Platón. Con Aristóteles quedaba definido que si un ojo fuera el ser vivo, la vista sería su alma. El Alma (Mente), Psique, condicionada a la materia, y viceversa. La MATERIA; ¿les suena? ¿Qué disciplina científica les viene a la mente cuando se menciona eso? Como aclaré, no se trata de inundar esto con menciones de autores. Pero siéntanse en libertad de verlo ustedes mismos, y esos nombres famosos tienen tras de sí vidas en que obtuvieron la justa medida de lo científico y lo del pensamiento y reflexión del ser. No faltará el que diga que eso fue por los modestos recursos del pasado, o que aún así no es tan importante. Pero está bien; el intelectualoide—facebookero suele hacer eso, justo como los fanáticos religiosos y de otra especie: minimizar los datos otorgados mediante falacias o con una respuesta emocionalmente cargada.
De las celebridades a favor de uno u otro lado
Neil DeGrasse Tyson es conocido mayormente en estos días, es penoso decir, por ese absurdo meme en el que sale levantando las manos y diciendo «Ay sí». Nunca he dado compartir a eso, y me rehúso a poner una imagen. De todos modos, no hace falta. Ya miles contribuyeron a hacer de esa simpleza algo conocido. Tal es la suerte que muchos grandes en ese ámbito deben correr: que se les reconozca ahí pero no en el mundo «de fuera», el cotidiano. Empezó a reconocérsele otra vez fuera del ambiente estrictamente científico y más a los ojos del individuo común, con el relanzamiento de Cosmos: un viaje personal, en marzo de
Dossier: Ciencia vs. Disciplinas de Orientación Filosófica
2014, y la nostalgia generada por la memoria de Carl Sagan. Una atinada decisión. El programa significa el suficiente impacto para reavivar el gusto por la astronomía y divulgación científica, contribuyendo a que se frene en cierto grado la proliferación de programas y documentales al estilo de Alienígenas Ancestrales, y otros. El escándalo ocurrido por las declaraciones de DeGrasse Tyson y la respuesta de Massimo Pigliucci fue la excusa perfecta para ver en todas partes renacer ese conocido pleito del que hemos hablado en el transcurso de esta entrada. El Sr. DeGrasse Tyson demeritó a la filosofía, llamándola algo inútil, y aconsejando a los estudiantes que la evitaran.
Por supuesto, los argumentos sobre la verdadera intención del comentario están ahí. Si en realidad quiso decir otra cosa o fue tal cual, se puede especular, mas no tener la certeza si no se es la persona misma. Lo innegable es que se trata del mismo hombre que antes declaró que eran dos filosofías las que le impulsaban: saber más del mundo de lo que sabía ayer, y aminorar el sufrimiento de otros. Tales palabras, salidas de su boca, enmarcaban perfectamente el saber— pensar—sentir. Como dije: la razón de haber dicho una cosa y después la otra, solo él la sabe. Aquí hago una pausa, porque probablemente alguien se quedó con la curiosidad de por qué tanto énfasis de mi parte en mencionar: Humanismo. Y si alguno de los peleoneros de las facciones radicales está leyéndolo también, de seguro se estaba preparando para usar eso para decir que estoy, en términos coloquiales: «pegándole a la mamada». El motivo es el siguiente: el Humanismo está presente aún tras bambalinas, y muchos siguen dicho valor pro—filosófico e intelectual, aún sin
saberlo o instalarse en la negación de éste. Otros lo aceptamos, felices de formar parte de dicho movimiento universal y no ser como otros que desesperadamente se pegan etiquetas de tal o cual corriente llamativa, posmoderna, o improvisada, justo como lo haría algún despistado de identidad sumergiéndose en el mar de sub— géneros de la música rock, por ejemplo. «¡Qué importa conocerles a fondo, el que en su exterior y por encimita me acomode, ese tiene que ser!» En la evolución del Humanismo durante la historia, la razón humana en conjunto con la actividad intelectual y analítica (la investigación) destacó como lo sumamente necesario de fomentar. Y se valieron de la intervención de los mecenas, aquellos simpáticos patrocinadores que pusieron no solo el dinero, sino la adecuada promoción, necesarios para la divulgación del saber y el fomento a la actividad intelectual que acabo de referenciar. El círculo humanista lo admitió, aceptando como norma que dentro de la búsqueda del saber y el ánimo hacia el mejoramiento continuo era benéfico y hasta necesario el contar con fama, prestigio, y difusión. ¿Será que en el presente tenemos un ejemplo de eso mismo mencionado en el anterior párrafo? Tal vez en unas imágenes, déjenme intentar: Neil DeGrasse Tyson y Stephen Hawking, participando como invitados en el conocido y popular programa de audiencia joven en su mayoría: The Big BangTheory. Muy filosófico—humanista, y por tanto: ¡Bien por ustedes, señores científicos! (y no es dicho con sarcasmo, ambos tienen mi más grande respeto). Concluyo haciendo mención de ambos «poderes», que muchos han convertido en su justificación para pelear: la ciencia busca y obtiene eficazmente el conocimiento nuevo y las actualizaciones del existente; los recursos filosóficos son los que facultan al hombre a estructurar, categorizar, y difundir dichos conocimientos obtenidos. Provocar un ácido conflicto entre ésto es, decididamente, contrario a lo científico y lo racional. Referencias de imágenes: Imágenes recuperadas de: http://alexanderstrauffon.blogspot. mx/2014/05/ciencia-vs-disciplinas-de-orientacion.html
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Dossier: No Future...
No Future… Por Israel Ladrón de Guevara C. (esladron@gmail.com)
Nací en un tiempo en que la mayoría de los jóvenes habían dejado de creer en Dios, por la misma razón que la mayoría había creído en Él —sin saber por qué—. Siendo así, y dado que el espíritu humano tiende naturalmente a criticar lo que siente y no porque piensa, la mayoría de esos jóvenes eligió la Humanidad como sucedáneo de Dios (…). Este culto de cultos antiguos, en que los animales eran como dioses, o los dioses tenían cabeza de animales» — Fernando Pessoa, Libro del Desasosiego, 1984.
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ué es el arte?, ¿cuál es su función?, ¿cómo se articula con lo «real»? Son preguntas que nos asaltan al meternos al vasto mundo de las obras artísticas, de sus representantes, las corrientes, los movimientos y sus fines. Las respuestas a estas cuestiones no son fijas, cambian de acuerdo al filtro con el que se analicen, a la epísteme desde la cual se interpreten y los métodos que intenten aproximarse en un ejercicio inferencial de los mismos.
• Por nuestra parte, en el presente escrito nos interesa el apartado comunicativo de la obra artística, es decir, aquel mensaje que logramos aprehender de la misma, la comunicación establecida y lo referente a aquella concepción del hombre que indica su desventura, su eterno sufrir, la tragedia de lo humano, la falta de esperanza, los impasses y las imposibilidades de romper con un destino, que al parecer nos tiene condenados al fracaso («destino» podríamos decir es la forma poética de quitarnos responsabilidad, en lo histórico—social y en lo individual). 42
Para tratar de recorrer tal línea tomaremos algunas obras que consideramos representativas o funcionales para este ejercicio pesimista. Intentaremos en tal sentido hablar con Brueghel «el viejo», Ensor, Munch, Dix y Bansky. La elección es completamente arbitraria (a voluntad nuestra). Veamos que sale de ello.
El hombre y el triunfo de la muerte, constituyente y fin La historia es un cruel relator que pocas veces logra hacer justicia a lo constituido, lo constituyente y a las posiciones enclavadas en los fenómenos acontecidos. Pero esta historia, a pesar de sus fallas, de sus constantes re—escrituras ficcionarias y posicionamientos de poder en sus redes, nos muestra casi siempre a un hombre que juega todo el tiempo a exterminarse, un hombre que como bien lo relataba Sartre: «es esclavo de su propia libertad»1, y a pesar de ello, de la
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sujeción que lo constituye y le posibilita jugar a ser, es un hombre que «necesita» ponerse límites, lo que implica que conoce los «demonios» que lleva consigo y su sed de sangre.
de hombres despojados de sus adornos, de sus disfraces, de las máscaras sociales (esa carne que juega en el campo de la pasión y que se pudre), hombres en su estado propio, de nada, de despojo, de peste, hombres acabados por otros hombres que perdieron la carne. Todo esto en tonos pardos rojizos. Brueghel nos invita a pensar que nadie está exento de la muerte, ésta nos llegará a todos, nos tomará. Pero aunque la sentencia es clara y concisa, todavía no parece mostrar ese estado inmanente en donde somos responsables de nuestro destino y de nuestro exterminio, más allá de una lógica de lo sagrado como moral imperante (de tintes cristianos), del inframundo y de las calaveras no reconocidas en el imaginario como espejo de sí mismo, sino en cambio pensadas como diferentes, ajenas, ominosas.
Es en este sentido que a finales del siglo XVIII se establece la cesión de las libertades individuales en pro de lo que denominarán el bienestar social a través de su respectivo contrato (social). Contrato que establece limites a los deseos del su—jeto, que establece diques y dicta normas, que reconoce un continente oscuro, incluso restos atávicos pasionales en los sujetos, más allá de que propugnara libertad, igualdad y fraternidad, es la cesión de libertades individuales en pro de lo que se denomina tan vaga y abarcativamente como «bien común». Un hombre que constantemente intenta encontrarse, se busca y al mismo tiempo que intenta lo imposible (el acto de reconocerse como Yo autónomo) se destruye, se desconstituye, se aniquila aniquilando al otro, jugando al desconocimiento, a la cosificación, incluso al desprecio, pareciendo que el único modo de salir airoso es destruyendo al otro para no destruirse a sí mismo. Empero, sea su Yo o aquél otro, el único ganador es el triunfo de la muerte.
El Humanismo, otra máscara más
El triunfo de la muerte de Brueghel, «El Viejo» (1562), nos invita a ver cómo la muerte al fin y al cabo triunfa sobre todas las cosas mundanas, como si estas mismas, en esa doble moral que se jugaba en el Medioevo y de la cual se intentaba poner distancia en el renacimiento con su «invento» humanista, invitarán a un ejército de calaveras,
Es con La Intriga de James Ensor (1911), que nos introducimos en una pintura que juega con elementos escatológicos que cual oxímoron se combina con colores vivos, chillantes, vibrantes. Nos habla de lo inhumano de la condición del ser. Las máscaras ahora se encuentran invertidas en relación a Brueghel, ahora, los hombres son calaveras o ellas hombres, uno y otro combinados. La muerte no viene por ellos a manera de juicio final, por su condición mundana, ni como castigo divino en su nivel de inframundo en la división tripartita a modo de axis mundi. Los sujetos ya se encuentran muertos en vida, vacíos, humanos que son incapaces de sentir y vivir al «otro» que los constituye. Ensor realiza una crítica directa a la burguesía de su época, los hipócritas, los mentirosos, los que tienen máscaras. Pero, ¿realmente hay algo debajo de la máscara?, ¿es posible quitarla? Tal vez son cuestiones que no le interesaron a Ensor, él plasma lo que vive (lo que siente, su obra es sentimiento crítico), lo cual es una manera de dar respuesta a qué es el arte. Son sentimientos, con ello refiriéndonos a componentes afectivos del artista, ya sea que pasen o no por la racionalización o intelectualización. Ensor, de este modo, retrata a una sociedad 43
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que intenta aparentar algo que no es, el falso interés por los otros, los discursos hipócritas de preocupación por sus iguales. Lo otro, la hipocresía, la mentira, el desprecio, eso no es la máscara, es parte del ser de aquellos sujetos. La máscara, podríamos decir, no es algo que cubre su rostro, es su rostro en sí. Un falso humanismo, un intento de tapar el hoyo, egocéntrico, narciso, pueril, ¡mejor adoremos a los hombre animales deificados! El rito se ha desplazado de lugar, pero estructuralmente sigue siendo el mismo, solo que se ha tratado de ungir con el discurso de evolución y progreso.
La guerra y sus polos, el su—jeto y su tragedia se muestran Con Otto Dix y su Tríptico de la guerra (circa 1931) ó sus Inválidos de guerra jugando a las cartas (circa 1920), la cara del humanismo queda desdibujada por completo (si es que quedaban dudas con Ensor). Hombres matando hombres, muchas veces sin saber por qué y siguiendo «órdenes», combinadas con tintes de placer y de goce, genocidios, violaciones, mutilaciones y vejaciones. Dix, que vive la pesadilla de «la gran guerra», observa cómo el humano tiene una capacidad tremenda para el exterminio de su especie, sobre esto y sobre la guerra él pinta y Ernst Jünger relata la experiencia que los marca, esa de la guerra de las trincheras: La trinchera tiene una profundidad de dos o tres hombres. Por tanto, los defensores se mueven por ella como por el fondo de un pozo, y, para poder observar el terreno que tienen delante o disparar contra el enemigo, tienen que subir por escalones hechos en la tierra o por escaleras de madera, al puesto de observación: una larga tarima o saliente practicado en el talud, de manera que quienes estén sobre él puedan asomar la cabeza y mirar. Sacos de tierra, pedruscos y planchas de acero constituyen el parapeto (…) Delante 44
mismo y a lo largo de las trincheras se extiende, casi siempre en varias líneas, redes de alambradas, enrejados de púas de alambre que detienen a los asaltantes y permiten a los defensores disparar con toda tranquilidad (…)2 Con Dix tenemos a un hombre sanguinario, que mata, que viola, que roba, que vive en «ello», que se deja ser, en el cual el Yo se desvanece y «algo surge», algo que no es él, cuando juega con los límites impuestos, que no le permite ser, pero que a la vez no deja de constituirlo, de hablarle, de incitarlo y recordarle que hay algo más. Algo que se encuentra encerrado, con trabas, deseoso de salir y que en eventos como este se da rienda suelta en lo físico, a algo que durante todo el devenir histórico del su—jeto, de las sociedades complejas, se muestra y repite, el exterminio del otro desconocido como igual y en ese aniquilamiento, la muerte de uno mismo, el suicidio indirecto, sin que sea una decisión consciente. Es como si nos invitara a «jugar» en el mundo con todo y los horrores que esto conlleva, ¿tenemos acaso otra salida? Al parecer, no.
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El hombre pesimista,
La Revolución… Cultura o Muerte
melancolía y ansiedad
A fines de los años ochenta, Banksy comienza su actividad en la ciudad inglesa de Bristol, como parte de un pequeño grupo conocido como «Dry Bread Z Crew». Pero es recién entre 1992 y 1994 que su obra comienza a adquirir personalidad propia, influenciado por el movimiento «Add Jammers», colectivo de agitación de esos años, que deformaba e intervenía imágenes de publicidades, cambiando los mensajes por otros políticos, creando así un discurso crítico en interacción dinámica con la ciudad. Llama la atención este intento de interacción comunicativa con la ciudad y a través de ella. Pero a estas alturas después del breve recorrido de corte pesimista por la arbitrariedad de las obras escogidas, tenemos que abrir el cuestionamiento sobre las posibilidades de acción (aunque parezca raro hacerlo con Banksy un «street art»). Es decir, nos tenemos que preguntar sobre lo que nos queda, sobre las posibilidades de acción (si es que las hay). Así, la propuesta de Bansky podríamos decir que surge por el reposicionamiento del su—jeto, a través de la afectación de su imaginario y su composición simbólica, esto a través del cambio de su medio circundante, la afectación de los espacios en lo público, atacando las lógicas privadas, las fascistas, e incluso los cotos de poder y haciéndolo por medio del juego de las mismas imágenes que hoy viven tan desgastadas. Bansky es capaz de demostrarnos el negocio antes que la atención, la primacía de la noticia
Edvar Münch pinta su Melancolía alrededor de 1894—95, jugando dentro del llamado «expresionismo» pictórico y en ese sentir de su Melancolía, o en la ansiedad de su Grito, ambas compuestas de una paleta rica en colores y de figuras ondulantes que nos invaden, nos invitan a pensar en la frase de Benedetti de «un pesimista, no es más que un optimista bien informado». ¿Acaso podríamos sentirnos de modo diferente cuando lo real nos impacta tan brutalmente, cuando vemos que la historia funciona cual compulsión a la repetición y no solo eso, sino repetición de «muerte»? Munch tenía sus propios fantasmas (la pérdida de su madre a temprana edad, la de su hermana Sophie, o la cuestión de su padre y la disciplina castrense) que lo llevan a sentir una carga muy particular. Sin embargo nos comparte un punto, el punto de Sorianes (el de Pessoa), el eterno grito por ese mundo que duele, la melancolía, el llanto de saber que no hay posibilidad de lo humano, el andén y destino que se vislumbra, las pérdidas, la tragedia de la autoaniquilación. Pero el melancólico de Munch reflexiona, se pierde en sus ideas, tal vez y sólo tal vez, más allá de los fantasmas, piensa en la posible convivencia con ellos en las posibilidades de romper los impasses, en el juego de la lógica del «ya lo sé… pero aún así».
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morbosa, el desdibujamiento del ser, la cosificación de las personas y nos muestra directamente las máscaras de Ensor, como parte de las clases dominantes; pero, incluso aunque él no lo diga directamente, como estructuras de poder que gestan saber y saberes y que estos a su vez gestan poderes desde las lógicas foucaultianas. Nos enfrentamos a la violación, al ultraje de nuestros espacios privados, de los «públicos», de la política, de las escuelas, de los psiquiátricos, de las lógicas confesionales. ¿Ternura, inocencia? No, no es posible cuando se encuentra en la lógica de lo perdido, aunque no se pueda significar así de momento, tal vez solo posteriormente, como en el mural de la niña, violentada en su cuerpo por el toque del otro, de ese «otro» que forzosamente tiene que desconfiar de ella. No puede haber ternura e inocencia. ¡Hasta el oso es sospechoso!
¿Y el arte?, ¿qué sucede con él? Bansky cree que puede denunciar, sensibilizar y mostrar lo que está delante de nos—otros, aunque no seamos capaces de verlo se vuelve tan cotidianamente sentido, que se olvida, el arte de la privación por exposición sin importancia, el hábito. La palabra omnipotente que insulta hasta a los su—jetos menos sensibles, pero que sigue presente. ¿A qué orilla esto? Las tentativas posibles de cambio se vislumbran por dos caminos: revoluciones culturales con impactos en futuras generaciones, con cambio en las ópticas y sistemas dominantes, a través de rupturas epistemológicas; o el camino de la «Revolución» con todas sus implicaciones en el sentido de sublevación popular, el pase por la 46
violencia y la toma por la fuerza de lo que les ha sido despojado. Pero los impasses se muestran difíciles, Bansky nos muestra el desprecio del hombre actual por la coherencia (entendida aquí como la posibilidad de vislumbrar las lógicas de autoaniquilamiento), un hombre ignorante, aborregado, incapaz de pensar si no le dicen que es lo que tiene que pensar y con un profundo miedo de sublevarse cuando nota la situación, que ya es mucho decir, porque la mayoría de las veces no logra ver ni escuchar, entonces el arte para la sociedad se vuelve «manchas» que hay que lavar, o en su defecto jugar a la denuncia inactiva sin que se mueva uno de su esfera de comodidad. Como cuando en una de sus exposiciones en Los Ángeles, titulada «Barely Legal», Banksy convocó a una multitud de famosos, como Angelina Jolie, Brad Pitt, Keanu Reeves, entre otros y en la muestra, puso un elefante pintado del mismo color que el empapelado de la pared. La escena quería graficar la pobreza que estando tan a la vista, naturalizada, se prefiere no verla (¿o se deniega acaso?). Al ingresar, los invitados recibían un texto donde se leía: «Hay un elefante en la habitación», es decir, hay problemas sobre los cuales nunca hablamos. El hecho es que la vida no se está volviendo más justa y que 1.7 mil millones de personas no acceden al agua potable y 2 mil millones viven por debajo de la línea de pobreza. Para colmo, cada día, cientos de personas se enferman por artistas idiotas que muestran sus obras y dicen que el mundo anda muy mal pero no hacen nada al respecto. «¿Alguien desea una copa de vino gratis?»
¿Cerrando o dejando huecos? No future nos invita a pensar desde el malestar de la cultura, o más propiamente las culturas y los pueblos. ¿La solución posible? Como mencionamos, parece pasar por la gestación de cambios culturales, o la Revolución con la liquidación de los agentes alienantes, un quiebre total. Ambas soluciones se vislumbran difíciles e insuficientes. Por más que intentamos, acabamos no cerrando cosas, sino quedándonos
Dossier: No Future...
con huecos de significación (como aquellos que se gestan en el juego artístico). No creemos (como Günter Änders) en el hombre, mucho menos en ese invento plagado de mentiras llamado humanismo, tampoco somos sujetos religiosos o tocados por lo sacro (aunque el estudio de la historia de las religiones es fascinante), el panorama se nos torna áspero, la tragicomedia del su—jeto, empero, aunque nuestro sentir va en esta línea, igual que Änders no podemos doblar tan fácilmente las manos y dejar de gritar (¿como Munch acaso?) a modo del ejercicio de Bansky de la denuncia perpetua, esperando «inocente e idealísticamente» que encuentre receptores y geste movimientos. Plantear el «No future» para estar en posibilidades de gestarlo mediante el espejo diferenciado y la construcción a través de «ombligos» y «nadas»…
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Sobre el autor: Licenciado en Psicología y Criminología por la UANL. Cuenta con formación psicoanalítica con gente del CPM y ha realizado acercamientos a los estudios del arte y las religiones desde visiones histórico—antropológicas. Se ha desempeñado en áreas diversas como la docencia educativa, la clínica psicoanalítica y la elaboración de perfiles psicológico—criminológicos para el área de investigación criminal. Actualmente es conferencista activo y Maestro en Políticas Públicas por el Colegio de Veracruz. Referencias:
Mutaciones identitarias y restricciones corporales en Judith Butler
1. Sartre, Jean Paul. “La nausea”. 1938.
Por Ariel Martínez (amartinez@psico.unlp.edu.ar)
2. Jünger, Ernst. “Tempestades de Acero”. 1920. Referencias de imágenes: Brueghel, P. (1562). El triunfo de la muerte [Pintura]. Recuperado de de: http://3.bp.blogspot.com/-6aKlmQft2Ak/T5bae7_bKdI/ AAAAAAAACl8/PAa5oe3Iax8/s1600/demoniaco+20.jpg Ensor, J. (1911). La intriga [Pintura]. Recuperado de: http://www.
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a articulación entre psicoanálisis y filosofía posestructuralista ha delimitado un campo prolífico de estudios cuya producción alimenta el calor de los debates contemporáneos centrados en el sujeto, la identidad y el cuerpo. El pensamiento de Judith Butler 47
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constituye una de las principales referencias en la escena académica actual. Sus ideas apuntan a desmontar supuestos naturalizados, heredados del pensamiento moderno, e intentan redefinir el horizonte epistemológico que comanda la definición de lo humano. Tal es así que sus ideas exponen la irrupción de la multiplicidad, sobre todo a la hora de pensar las complejas vinculaciones entre el sujeto y las normas de sexo—género. La obra de la fotógrafa estadounidense Cindy Sherman se compone de múltiples y cambiantes auto—representaciones, tras las cuales la artista parece ocultarse tras disfraces y máscaras. En sus primeros trabajos habita una gran variedad de roles femeninos bajo el formato del auto— retrato. Sin embargo, estas fotografías no se proponen hacer lo que este género de la fotografía ha pretendido tradicionalmente: revelar aspectos del self «verdadero» de la artista. Es así que, afirma Margaret Meagher (2007), la mayor parte de los críticos sostiene que ninguno de los personajes de Sherman guarda relación alguna con ella misma. De aquí se desprende el carácter camaleónico con el que tradicionalmente se suele caracterizar su trabajo.
Sherman como alegoría de la crítica del voluntarismo en Butler No faltan quienes, desde un punto de vista posmoderno, afirman que la obra de Sherman expone cabalmente el carácter imaginario del Yo. Desde allí se afirma que sus fotografías cuestionan el discurso de la autenticidad del self convencionalmente anudado al autorretrato. Denuncia que no existe tal cosa como una verdadera Sherman a ser develada por una imagen más o menos fidedigna a la esencia que intenta capturar. Entonces queda claro: el Yo es una ficción. Coherencia, inmutabilidad, individualidad no son más que pretensiones con una fuerte marca de la modernidad, una de las tantas ficciones con las que nos puebla el lenguaje. La imagen totalizada bajo la esfera del Yo constituye, bajo algunas miradas, un papel impuesto socialmente, articulado en un 48
nivel discursivo que excede los límites biográficos de cualquier identidad individual. Tales consideraciones son compatibles con las críticas que apuntan a descentrar al Sujeto moderno, junto a sus falacias. Sin embargo, como Meagher detecta de forma aguda, posturas en apariencia posmodernas dejan deslizar un Yo en construcción constante en la que el individuo es capaz de embarcarse eligiendo voluntariamente papeles o libretos, también inventándolos. Este deslizamiento entreteje otro de los abordajes de la obra de Sherman, atribuyéndole a la artista la capacidad de reconfigurar su identidad de manera voluntaria. Auto—mutaciones posmodernas de la subjetividad que, como se mencionó, reinstalan al sujeto moderno, autónomo, que pretenden desechar. Las fotografías de Sherman articulan, en palabras de Abigail Solomon—Godeau (1991), las formulaciones más rigurosas de un posmo-
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dernismo deconstructivo y de oposición. Sea lo que fuere tal cosa, pensadores del campo del arte como Douglas Crimp y Craig Owens parecen acordar con tal aseveración al detectar en la estética de Sherman la irrupción de la sensibilidad posmoderna en el arte americano contemporáneo. A criterio de Owens, el arte postmoderno cuestiona la idea de representación mediante la producción de signos ambivalentes e ilegibles. Estos signos, nos dice, evocan significados incongruentes y contradictorios, con el fin de interrumpir el mensaje convencional y la supuesta coherencia de una imagen (Owens, 1992). A partir de aquí, para Owens, la fotografía de Sherman combate el supuesto de la representación y, entonces, revelan la inestabilidad del significado referencial. En la misma línea, Crimp sostiene que Sherman explora la representación no como una presentación de lo pre—existente, sino más bien como una «condición ineludible de la inteligibilidad» (Crimp, 1979). Tal es así que, desde su perspectiva, Sherman perturba los códigos de representación. Tanto Crimp como Owens sitúan a Sherman como una exponente clave de la vanguardia del arte posmoderno emergente en Norteamérica a finales de los setenta. A nivel fi-
losófico, teorías posmodernas como la de Judith Butler, irrumpen en escena académica atacando las fantasías modernistas de la autonomía, la identidad y la independencia, argumentando en cambio que las subjetividades contemporáneas se caracterizan por la fragmentación, la inestabilidad y la multiplicidad (Butler, 1999). La capacidad de Sherman para la auto—transformación llegó a presentarse como un ejemplo de lo que el filósofo feminista Susan Bordo (1993) ha llamado la imaginación posmoderna de la libertad humana respecto a la determinación del cuerpo. Esto es una fantasía, igualmente posmoderna, que desafía la historicidad, la mortalidad, y, de hecho, la propia materialidad del cuerpo. Desde una lectura apresurada, los primero planteos de Butler en Gender Trouble (1999) ofrecen una plataforma analítica privilegiada para capturar la obra de Sherman. Butler plantea que «el género es la estilización repetida del cuerpo, una sucesión de acciones repetidas –dentro de un marco regulador muy estricto– que se inmoviliza con el tiempo para crear la apariencia de sustancia, de una especie natural de ser» (Butler, 1999). En la misma línea, afirma que «hay que tener en consideración que el género, por ejemplo, es un
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estilo corporal, un ‘acto’, por así decirlo, que es al mismo tiempo intencional y performativo (donde performativo indica una construcción contingente y dramática del significado)» (Butler, 1999). Ese hacer corporalmente reiterado que se instala como sostén del género, se encuentra comandado, a criterio de Butler, por un «marco obligatorio de la heterosexualidad reproductiva» (Butler, 1999), idea antes desarrollada por Adrienne Rich bajo la categoría de heterosexualidad compulsiva y obligatoria (Rich, 1980). Es así que no existe identidad de género que anteceda a las expresiones de género, sino que son los actos corporales quienes fundan retrospectivamente la ficción de una identidad sustancial que determina nuestro ser varón o mujer. Las críticas a estos desarrollos apuntan a un voluntarismo subyacente. Si los actos determinan el género, si el hacer está antes que el ser, entonces es posible para el sujeto elegir a cada instante qué género performar y, como es sabido, la cuestión no es tan sencilla. Tales lecturas no son leales a la obra de Butler. Tal como aclara la autora, estos actos corporales no son puestos en marcha de manera voluntaria, a modo de una elección individual. Más bien emergen de una fuerte regulación disciplinaria del cuerpo. Tales actos son producidos y sostenidos a partir de signos corporales y otros medios discursivos. La idea que sigue su curso a partir de esta afirmación, refiere a que el cuerpo generizado no tiene estatus ontológico por fuera de los variados actos que componen su realidad. Los desarrollos teóricos de Judith Butler fueron interpretados en el mismo sentido expresado por Rochelle Steiner al referirse a la obra de Sherman. Sostiene que el trabajo de Sherman confirma nuestra libertad de elegir el modo en que nos presentamos ante el mundo, pues podemos adoptar cualquier papel que que50
ramos y podemos cambiarlo a cada instante. No llama la atención que Gender Trouble de Judith Butler nos habilite a interpretar la obra de Sherman como un continuo donde puede deslizarse, casi sin esfuerzo, dentro y fuera de todo un elenco de personajes. Una interpretación errónea de los planteos butlerianos nos conduce a reconocer en las fotografías de Sherman un sujeto que es libre de elegir los papeles que ocupa. La identidad es figurada en constante cambio, ocupando y desechando papeles a una velocidad caleidoscópica. Portando una identidad en clave posmoderna, Sherman ocupa roles bajo un modelo teatral. Se trata de un sujeto separado de, y controlando los roles sociales, que puede entrar y salir, identificarse y desidentificarse sin interrupciones de las identidades ordenadas normativamente bajo la esfera social.
El cuerpo oculto de Sherman o Butler resituada Meagher señala que tales modelos posmodernos de pensar los flujos subjetivos, no logran establecer relaciones con aspectos corporales de la subjetividad. En la medida en que la obra de Sherman ha sido enmarcada por estos discursos, aquí representados bajo la perspectiva butleriana desplegada en Gender Trouble, la cuestión del cuerpo –en general, y el de Sherman en particular– no ha sido suficientemente abordado. Los pocos críticos que refieren al cuerpo de Sherman, tal como explicita Meagher, lo describen como una pizarra en blanco, como una base neutra en la que se inscriben los innumerables rostros de la muchacha en sus múltiples formas de realización. Sin embargo, es posible una nueva mirada de la obra de Sherman que enfatiza las similitudes
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y no la variabilidad entre los personajes que componen los múltiples auto—retratos. Desde aquí es posible notar que las imágenes sólo son ligeramente diferentes entre sí. Los personajes parecen representar menos la diversidad femenina que ligeras variaciones sobre un único tema. Sherman no está creando un elenco de personajes múltiples, más bien expone materializaciones corporales performativas de género. Por otra parte, no sorprende que la presencia del cuerpo de Sherman constituya una clave ineludible para el análisis de su obra. A pesar de que el cuerpo en cuestión suele ser descripto como capaz de transformaciones múltiples, cualquier observador atento puede advertir que éstas en Sherman son, en cierto modo, limitadas. Los personajes no son radicalmente diferentes entre sí –comparten características físicas, toman posturas similares, poseen actitudes similares hacia la cámara–, lo que nos permite instalar el problema de los límites de la performance de un sujeto voluntarista, ante sus infinitas posibilidades irrestrictas. En la escalada deconstructiva que integra la fantasía posmoderna de transformación sin límites, pasa por alto la materialidad del cuerpo de la artista. Más específicamente, pasa por alto la fuerte carga normativa que produce un arco de fuertes restricciones en el proceso de materialización de los cuerpos, donde el juego de identificaciones múltiples a la base posible de pensar identidades diversas más allá del incardinamiento en el dimorfismo sexual se torna muy dificultoso, sino imposible, y, por lo pronto, ausente en la obra de Sherman. En suma, como contrapartida de la idea de que el cuerpo de Sherman es una base neutra, es posible argumentar a favor de una mirada que localice el cuerpo en términos de procesos de materialización, proceso regulado en un campo entretejido por fuertes y apremiantes restricciones y demandas simbólicas que posibilitan pero al mismo tiempo limitan las actuaciones de la artista. Sea como fuere, aceptar la existencia de restricciones incardinadas implica reconocer las formas en que la sedimentación de las normas
de sexo/género ha moldeado una morfología imaginaria del cuerpo, proceso que restringe el tipo de personajes que emergen en las improvisaciones de Sherman. Este punto de mira aboga a favor de las aclaraciones de Judith Butler en Bodies That Matter (2002) frente a las fuertes críticas esgrimidas contra Gender Trouble (1999). La idea de Butler que refiere a los cuerpos como depositarios de la cultura en su materialidad misma resitúa, por un lado, las actuaciones desplegadas como «prácticas citacionales instituidas dentro de (…) un ámbito de restricciones constitutivas» (2002), pero, al mismo tiempo, acota la retórica posmoderna que se apropia de la obra de Sherman como rasgo ejemplar de la capacidad aparentemente ilimitada para la auto—recreación, decodificando la secuencia de personajes en términos de «improvisaciones posibilitadas por un campo de restricciones». En contraste con un modelo teatral en el que Sherman se concibe como un actor que simplemente elije expresar papeles libremente, emerge un modo diferente de entender dichas performance. El anclaje foucaultiano de las reflexiones de Butler nos invita a pensar sobre la imposibilidad de lograr localizaciones exteriores a las producciones culturales (Butler, 2002; Foucault, 2008). Debido al modo en que los procesos de constitución subjetiva se encuentran ligados desde el comienzo con las normas culturales, preexistentes, se torna difícil alimentar tal idea de libertad. Todas las identidades que pone en marcha Sherman se encuentran bajo el espectro de la producción cultural normativa. Ninguna de las formas en que estos papeles son producidos culturalmente posee tal grado de radicalidad como para liberar a Sherman de su propia identidad. Si tal cosa fuese posible, la artista sería arrojada fuera de sí misma, una suerte de sujeto ek—stático que anularía todo anclaje identificatorio estable que otorga permanencia a la mismidad de la artista. Ahora bien, la norma es constitutiva de la subjetividad incardinada. Los roles que promulga Sherman son guiados por un conjunto de normas sedimentadas en su propia materialidad corporal, especie de molde que restringe la pro51
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liferación paródica de múltiples formas ex nihilo de habitar el género. Si bien Butler desecha la lógica de las identidades en virtud de la identificaciones, múltiples e inestables, éstas no son comandadas por un sujeto preexistente, sino por un campo configurado a partir de valencias y juegos simbólicos de poder sedimentados en el propio cuerpo, el cual opera como un horizonte epistemológico que restringe la posibilidad de modelos identificatorios radicalmente nuevos y subversivos. Es, entonces, la instauración del dimorfismo sexual sustancializado que opera como obstáculo y restringe la posibilidad de configurar identidades que trasciendan la estructura binaria del género.
A modo de conclusión
perspectiva resulta valiosa a la hora de teorizar al sujeto articulado en función de las normas sociales sexi—genéricas, las que operan y constituyen el cuerpo como algo más que simplemente el suelo inerte sobre el cual se promulgan actuaciones. El sujeto se refigura, entonces, como la sedimentación normativa profundamente vinculada a disposiciones corporales. Es así que las múltiples miradas de la obra de Sherman nos convocan a continuar pensando el espacio de la agencia, descripto por Butler como profundamente paradójico, espacio donde libertad y restricción se anudan e implican mutuamente. Sobre el autor: Lic. y Prof. en Psicología (Universidad Nacional de La Plata). Docente en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, y en la Facultad de Psicología, UNLP. Becario Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Docente Investigador del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS) / Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género (CINIG. Universidad Nacional de La Plata. Referencias de imágenes: Martínez, A. (s.f.). Torsiones corporales [Fotografía personal]. Martínez, A. (s.f.). Identidades anónimas [Fotografía personal]. José, M. (s.f.). La malegría [Pintura]. [Fotografía de criatura híbrida]. (s.f.). Recuperado de: http://www. ufunk.net/wp-content/uploads/2010/07/Creatures-hybridesFrancesco-Sambo-3.jpg Bibliografía:
El pensamiento de Butler, entonces, guarda en sí la potencialidad de contribuir desde una potente reformulación queer de la abyección corporal. El contexto de la obra de Sherman ofrece una muestra del escenario de restricciones dentro del cual se producen las improvisaciones. El cuerpo como un locus en el que convergen marcas sociales que lo capturan, aunque no lo determinan. Al ver las disposiciones de género en los primeros trabajos de Sherman es posible apreciar las restricciones corporales que subyacen a las actuaciones. Entonces, la posibilidad de que su trabajo figure la potencial transformación sin límites de la identidad pierde sentido a la luz de las teorizaciones de Butler. Ante los enfoques posmodernos se impone la necesidad de la mirada butleriana sobre el cuerpo junto a un nuevo sentido de la materialidad. Esta 52
Bordo, S. (1993). Unbearable Weight: Feminism, Western Culture, and the Body. Berkeley: University of California Press. Butler J. (1999). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. (M. A. Muñoz trad.) Barcelona: Paidos. (Trabajo original publicado en 1990). Butler, J. (2002). Cuerpos que importan. Sobre los límites discursivos y materials del ‘sexo’. (A. Bixio trad.). Buenos Aires: Paidós. (Trabajo original publicado en 1993). Crimp, D. (1979). ‘Pictures’, October 8: 75–88. Foucault, M. (2008). La voluntad de saber. Historia de la sexualidad Vol. 1 (U. Guiñazú trad.). México: Siglo XXI. (Trabajo original publicado en 1976). Meagher, M. (2007). “Improvisation within a Scene of Constraint: Cindy Sherman’s Serial Self—Portraiture”, Body & Society, 13(4): 1—19. Owens, C. (1992). “The Allegorical Impulse: Toward a Theory of Postmodernism”. En Beyond Recognition: Representation, Power, and Culture (pp. 58–80). Berkeley: University of California Press. Rich, A. (1980). Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence. Signs, 5(4): 631—660. Solomon—Godeau, A. (1991). “Suitable for Framing: The Critical Recasting of Cindy Sherman”, Parkett 29: 112–15.
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Experiencia de una mañana triste de invierno
Por Yairelys Espinosa Ferro (ferro@princesa. pri.sld.cu) | Yolanda Díaz Castro (yolandadiaz@princesa.pri.sld.cu)
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ra un día como otro cualquiera de trabajo. Terreno, salir y escuchar a mis abuelos; pero al menos me acompañaba el sol caliente, las hojas verdes de los árboles embellecían el paisaje, los pajaritos con su trinar alegraban el día y todos los estudiantes viajaban para sus escuelas. Sin embargo, no sabía
verdaderamente que este día, mi día de trabajo conocería a alguien muy especial. Llegué como de costumbre a una casita pequeña, humilde, pero al parecer limpia. Toqué y se escuchó una tenue voz que me invitaba a pasar. Cuando entré, se encontraba una ancianita sentada en una silla que quedaba cerca de un aparador. Me identifiqué como psicóloga de la salud y le expresé que tenía una gran tarea: visitarla y ver cómo se encontraba. De decir esas palabras a aquella abuela se le acercaron lágrimas a sus ojos. De pronto me pidió que me sentara para que la pudiera atender. Durante la entrevista me percaté que para ella ese día
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Maktub
no era un día de verano que todos quieren o añoran, solamente era como una mañana triste de invierno, donde el sol calienta muy poco, no hay hojas verdes y las tardes son más cortas. En fin, era una abuela viuda de 69 años de edad con tres hijos, los cuales se encontraban viviendo uno en La Habana, otro fuera del país y el otro en el mismo pueblo. Mi pregunta era: ¿por qué estaba tan sola si tenía una familia tan extensa? Más adelante me sorprendió la respuesta, sin preguntárselo. Comentaba con su voz tenue que la vida era como un árbol, empezaba por una semilla, que eran su esposo y ella, crecieron juntos con amor, comprensión, y de esta unión nació un árbol fuerte y grande capaz de resistir los avatares de la vida como la rutina, los momentos tristes, en fin, sentimientos malos y situaciones negativas. Llegó el momento en que de este árbol comenzaron a salir grandes ramas que fueron muy bien cuidadas, esmerándose ellos para que cada una de estas pudiera formar sus propias familias. Y así sucedió. Cada hijo de esta pareja tomó su camino y construyeron sus propias familias. —Yo, —me dijo la abuela— ahora estoy sola, me visitan y me siento cuidada por mis hijos, pero deseo mucho que hagan sus vidas independientemente, así yo no sería un estorbo. Esas palabras me preocuparon, pues observé que la abuela tenía una creencia errónea sobre la situación. Así fui dejando que contara su propia historia que no conducía a un final feliz, pues ya sentía el peso de los años, sentía menos energía que antes, sentía que su vida estaba vacía por la pérdida de su pareja, y había pensado en atentar contra su vida, pero no se sentía con suficiente valor. ¡Qué interesante! Rápido vino a mi memoria mi profesora Diana cuando nos explicaba la importancia de prestar ayuda a ese anciano que quedaba solo por la muerte de su pareja. En ese momento le hice ver la importancia de estar feliz y lo que ella significaba para su familia y nuestra sociedad. Pero más allá, le pregunté: —¿Qué pasaría con sus hijos y nietos cuando quisieran visitarla, aconsejarse o solamente ser escuchados y usted no estuviera ahí?, ¿qué sería 54
del vecino aquel que todos los días se despertaba y le daba el saludo de buenos días e intercambiaban lo que actualmente en la sociedad sucedía o esperaba ese sorbito de café que solo ella sabía hacer? Ese vecino que espera verla cada día». Solo le aconsejé y le dejé ver estas simples situaciones y le recomendé si quería formar parte de los abuelos que compartían en la Casa de Abuelos «Alegre Juventud». Al pasar el tiempo y ver que fue aceptada para entrar a la Casa de Abuelos la visité, y en la consulta solamente me dijo: —Aquí me he dado cuenta que la vida tiene un precio vivirla y que no es uno quien decide qué fin le pone a ella, solo que estamos pasando por ella debiéndonos preocupar por vivirla mejor aunque quede poco tiempo. Aquí he visto muchos ancianos en peor situación que yo y las han enfrentado de una manera extraordinaria, con optimismo, y ese es el anciano que es bailador, risueño, cuentero y encantado de la vida. Cuando me fui, di la espalda y me enorgullecí de haber cambiado una mañana triste de invierno por un optimista verano. Referencias de imágenes: Imágenes originales del autor.
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En construcción El devenir grupal como proceso de subjetivación Ético—Político (Segunda parte) Por Baruch Martínez Treviño
«El totalitatismo moderno puede ser definido, en este sentido, como la instauración, a través del estado de excepción, de una guerra civil legal, que permite la eliminación física no sólo de los adversarios políticos sino de categorías enteras de ciudadanos que por cualquier razón resultan no integrables en el sistema político.» -Agamben
Marco teórico
«Contextualizaciones, Estado, sujeto, biopolítica.» La sociedad como un todo complejo, como lo que despliega sus propias líneas de anudamiento entre distintos espacios, objetos, procesos, discursos, prácticas, nudos que adquieren un nivel de autonomía propia erigiéndose como lo social; fragmentado pero unido: «el Estado no sólo se ejerce en los segmentos que mantiene o deja subsistir, sino que posee en sí mismo su propia segmentaridad, y la impone» (Deleuze, 1988); no como un todo orgánico. Claro que no hay que confundir Estado y sociedad, ésta rebasa a aquél, y aquél funge como garante de convivencia y administración. En estos múltiples anudamientos, tanto explícitos por su resultado buscado y construido, como por sus anudamientos implícitos que resultan en fenómenos menos esperados o incluso invisibilizados, podemos observar que las conceptualizaciones se descomponen en
tres momentos: universal «es el de la unidad positiva del concepto. Dentro de ese momento el concepto es plenamente verdadero, vale decir, verdadero de manera abstracta y general»; el momento de particularidad que se distingue por la «negación del momento universal», donde destacamos que «toda verdad general deja de serlo plenamente tan pronto como se encarne, se aplica en condiciones particulares, circunstanciales y determinadas»; y del tercer momento, el de singularidad es el de «la unidad negativa resultante de la acción de la negatividad sobre la unidad positiva de la norma universal» (Lourau, 1975). Así, quizá podamos postular que el concepto de la vida, de la justicia y del individuo (con todas sus garantías) en su momento de particularidad entraña su contradicción, deja de representar una verdad. Pensemos estos anudamientos como temáticas específicas donde convergen una plétora de líneas de fuerza que marcan el tema con cierta especificidad, pensemos un acontecer a nivel social y político de dimensiones macro, pensemos en este centro como el lugar donde las líneas de fuerza tocan a otros. En este punto podemos problematizar las conceptualizaciones operativas institucionales de sujeto, del despliegue del uso de una biopolítica que aunado al conflicto individuo—sociedad, se muestra como una posible guía para analizar la línea específica a nivel macro de lo que viene a verter sus efectos en los llamados «daños colaterales», específicamente en la desaparición de personas. ¿Qué clase de 55
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nivel macro podríamos pensar que no permite miliares y cómo se vierte esta conceptualización operativa institucional hacia la formación desaparecer los niveles micro de las relaciones de poder en una sociedad? Al respecto, Foucault grupal y sus procesos de subjetivación política? (2006) nos menciona en Defender la sociedad ¿Qué resulta de una práctica de poder sobre la que «entendida como asociación, grupo, con- vida, práctica instituida e instituyente, sino un junto de individuos reunidos por un estatuto; despliegue de fuerzas que vienen a formarse en una sociedad compuesta por cierta cantidad de la ruptura del discurso institucional, una prácindividuos, que tienen sus costumbres, sus usos tica contrainstitucional donde las posibilidades e incluso su ley particular», por lo que advierte de erigir la subjetividad como proceso ético y que habrá que pensar la sociedad como lo que político obtiene fuerza? le da fundamento a las guerras por las nacioPara proponer posible vía a las anteriores nes, previo a la conformación estatal. Rescato interrogantes, desde líneas finas que remitan algunas primeras formulaciones a partir de este al papel del Estado con relación al individuo y texto porque será uno de los primeros en men- viceversa, podemos recurrir a Herman Heller cionar la noción de biopoder y biopolítica. ¿Por (1998). Este autor, tras un análisis de la formaqué estos conceptos? Porque consideramos una ción normativa y el Derecho en el Estado, nos línea que tendrá su reflejo en el devenir grupal dice que «la estructura necesariamente antagóque se relaciona con los acontecimientos esta- nica de la relación entre el individuo y el Estado da lugar a que sin excepción, todo acto de autoritales. A lo dicho hay una cita que servirá para ilustrar esta relación de la guerra interna como dad de normación tenga que sopesar intereses y una forma médica en lo social, dice Foucault –tanto entre los grupos como dentro del mismo grupo dominante— que perjudicar a unos en «la idea de una guerra interna como defensa de la sociedad contra los peligros que nacen en beneficio de otros». También podemos recusu propio cuerpo y de su propio cuerpo; es, si rrir a Canto Chac (2010) en la introducción del me permiten decirlo así, el gran trastocamiento libro Participación ciudadana en las políticas histórico a lo biológico, de lo constituyente a lo públicas quien, a partir del concepto de ciudamédico en el pensamiento de la guerra social». danía, dice que «contemporáneamente hay tres notas constitutivas de ciudadanía, en torno de ¿Cómo se vierten postulados como estos en las cuales parece haber consenso: los derechos las prácticas internas al Estado con relación al individuales, la pertenencia a una comunidad cuerpo de víctimas en contraste con el cuerpo política y la participación en la vida pública». El estatal? ¿Cuál es la postura del Estado frente a los grupos de personas que buscan a sus fa- individuo, en su relación con el Estado, sigue y 56
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seguirá marcado por los discursos y normatividades que harán posibles determinadas formas de ser social. En el conjunto de ellas, la crítica de Onfray se dirige hacia la práctica lacerante, a la corporalidad de la persona donde «todas las teorías del contrato social se apoyan en ésta lógica: fin del ser indivisible, abandono del cuerpo propio y advenimiento del cuerpo social, único al que en adelante se permite reivindicar la indivisibilidad y la unidad que habitualmente se asocia al individuo», donde el núcleo duro de la persona, su cuerpo, o es olvidado y sobajado o, como consecuencia, usado como máquina para producir. Por esto es necesario analizar la guerra y la violencia como orden social psíquico y simbólico, y para tal hecho haremos uso del desarrollo de Foucault y Castoriadis. Éstas y otras más relaciones entre el Estado e individuo son las que nos interesa problematizar, siempre en la línea que va de las relaciones de poder sobre la vida, el papel de la ciudadanía hacia el Estado en reclamo de sus familiares desaparecidos y contextualizaciones de los acontecimientos donde se cruzan ambos discursos: los del Estado y los de los grupos específicos
para la tesis. Y de estas finas líneas de despliegue argumentativo daremos cuenta de las marcas que estos aconteceres en lo macro hacen en lo micro, marcas que a la vez separan y abren caminos y estrías por donde el ardor se representa con gritos comunes y que son el resultado de la práctica institucional de la desaparición forzada, marca que queda en las redes de subjetivación, separación del cuerpo de otro siempre en relación social, comunitaria, grupal y afectiva. ¿En qué terminan estos latigazos de lo social? Quizás aquí podemos discutir con Bauman al plantear que puede ser que individuos que se juntan por soledad y dolor sí logran ser grupo o comunidad. Y entonces el dolor y la ignominia empezaron a formar fuerzas emergentes de exigencia de la vida; se pone en marcha las discusiones ante las autoridades para la exigencia de presentación con vida de los desaparecidos. Hay una réplica ciudadana ante las formas estatales de discursivar a los desaparecidos. Las herramientas de análisis serían las discusiones de Bauman, Esposito, Onfray, Foucault por el lado del conflicto individuo—sociedad y por el lado de los
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desaparecidos desde Gonzales Villarreal, José Reveles y varias organizaciones de la sociedad civil con trabajo específico de personas en busca de sus familiares desaparecidos.
Subjetividad y grupo Y entonces se reúnen. Como proceso inacabado, la grupalidad enfrenta a otros en su dimensión compleja de sujetos. Si nuestras pretensiones de investigación están encaminadas a considerar conceptualizar una subjetividad política y ésta la pensamos en el devenir grupal es necesario, por consecuente, abrir la problemática sobre el grupo. Me gustaría empezar por una discusión previa de subjetividad y dispositivo. Esto porque es necesario plantearnos el grupo como un dispositivo, entendido éste como el cruce de varias líneas de saber—poder que configuran prácticas enmarcadas en discursos específicos sin necesidad de estar cerrados sobre sí mismo y que convergen y obtienen su materialidad en la relación que establece con los sujetos, el dispositivo por sí mismo no direcciona la relación del sujeto vía una reificación ni una subjetivación. A partir de la revisión a los procesos en lo micro, con estas líneas se buscará reconocer la subjetividad en estos enramados. Por ahora podemos pensar el proceso de subjetivación en los grupos de dos formas no excluyentes; una corresponde a la verdad del sujeto enunciada por él desde ejercicios y prácticas de sí mismo (Foucault) y el segundo como acontecimiento, ruptura, emergente. Del primero haré uso del trabajo que Foucault en el curso de 1981—1982 La hermenéutica del sujeto donde hace una clara diferenciación en las prácticas de sí mismo, esto en el marco amplio del «conócete a ti mismo». ¿Cuáles son estas diferencias que establece? La primer diferencia, previa al siglo II de nuestra era, previo al cristianismo, refiere a una plétora de prácticas que daban lugar a la verdad del sujeto, a su propia enunciación, en concreto a un proceso de subjetivación. La segunda, que marcó los siglos posteriores, es un proceso por completo distinto, un proceso no de verdad propia del sujeto sino de un renunciamiento de sí 58
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mismo para que la verdad ajena, en este caso de las escrituras sagradas, entrara en el sujeto. A esto Foucault lo nombra objetivización. Pero entonces vemos que en este mismo texto, en la clase del 6 de enero de 1982 una observación muy interesante con relación a las prácticas de sujeto y verdad, pues Foucault menciona que fue Lacan «el único desde Freud que quiso volver a centrar la cuestión del psicoanálisis en el problema, justamente, de las relaciones entre sujeto y verdad (…) Lacan intentó plantear la cuestión que es histórica y propiamente espiritual: la del precio que el sujeto debe pagar para decir la verdad, y la del efecto que tiene sobre él el hecho de que haya dicho, que pueda decir y haya dicho la verdad sobre sí mismo». ¿Por qué consideramos pertinente este desarrollo subjetividad y dispositivo? Porque en las prácticas de sí mismo, donde se pueda desplegar la verdad del sujeto, donde se dé lugar a la ruptura del sujeto mismo en su conceptualización misma que es un cuestionamiento a los discursos que lo atraviesan, de la posible visibilidad que permiten determinados dispositivos, para que en este inquirir surja, emerja y como acontecimiento se muestre la imprevisibilidad del sujeto, se materialice en una irrupción, acto éste
constitutivo y constituyente de la subjetividad. Es por eso que al principio habíamos mencionado que el proceso de subjetivación requiere, o mejor dicho, es posible con dos procesos, dos formas, la primera como práctica de sí mismo inquisidora de la verdad del sujeto, verdad que se fractaliza según lógicas propias de marcos teóricos metodológicos y la segunda a partir de la subjetividad como una irrupción, una ruptura, una emergencia. Pues no están separadas una de la otra pero sin tener una relación de causa efecto ni predictibilidad, ya que si ampliamos la vista podríamos intercambiar lugares, que sea «primero» la irrupción y luego las prácticas de sí o a la inversa. ¿Cómo pensar el surgimiento de la subjetividad en los dispositivos grupales? ¿Podremos hablar de una práctica de sí mismo subjetivizante si consideramos que la herencia de los dispositivos grupales tanto de los franceses como de los argentinos mantienen la impronta de los desarrollos del psicoanálisis? Lo que nos interesa plantear, como otro elemento a revisar es el concepto de dispositivo y de grupo. El uno y el otro porque corresponde a la misma línea teórica que buscamos ampliar. Por el lado de las conceptualizaciones de dispositivo desde Foucault, Agamben, y Deleuze y por el
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lado de grupo desde la corriente de la escuela francesa con impronta freudiana y lacaniana de Kaës y Anzieu y desde la psicología social de Enrique Pichon—Rivière, Gladys Adamson, Ana María Fernández, Ana María del Cueto, Ana Pampliega de Quiroga entre otros. ¿Por qué entonces plantear el devenir grupal como un proceso de subjetivación política? ¿Qué hace que consideremos el proceso de subjetivación relacionada con la política? ¿Cómo problematizaremos la noción de política para anudarla al proceso de subjetivación? ¿Es esto posible o no estaremos cruzando terrenos complicados de conciliar? Por lo pronto, solo mencionaremos la cuestión de la subjetividad política en contraste con el libro Hermenéutica, subjetividad y política en donde el capítulo de María Eugenia Borsani quien con referencia a Bauman (a quien le debemos la constante crítica a las sociedades desde su concepto de modernidad líquida, el enaltecimiento del individuo y sus circunstancias, sus «libertades» a costa de la «opresión» de la solidaridad y la comunidad) dice «normalidad normatizada, apolítica, desvitalizada, viviendo a costa de la renuncia del compromiso con el otro, con los otros, en un inconsciente estado de impávido aletargamiento político». Si bien los análisis y diagnósticos que Bauman nos muestra, con su crudeza y su prosa poética—filosófica, para acotar su pertinencia, él ha recogido el sentir de lo común en su (y también parte del nuestro) contexto occidental—europeo—norteamericano. Sin embargo, y recuperando mucho de sus diagnósticos mas no de sus metodologías, preferimos acercarnos a quienes sus trabajos van de la mano con dilucidaciones en lo micro, además que podemos contrastar lo propuesto de Bauman con el desarrollo que hace De Sousa Santos en su libro Epistemología del sur quien en el capítulo Hacia una epistemología de la ceguera en el apartado La epistemología de los conocimientos ausentes menciona que «para identificar lo que falta y por qué razón falta, tenemos que recurrir a una forma de conocimiento que no reduzca la realidad a aquello que existe». Y podemos complementar que aquello 60
que existe sería como lo que dice Foucault en El orden del discurso retomando las palabras de Canguilhem «se puede tener la verdad pero no se está en la verdad».
Continuando con el libro de Hermenéutica nos encontramos con el capítulo titulado Subjetivación y política: el sujeto maquilador de Laura Echavarría Canto. En este texto realiza un análisis de los procesos de subjetivación que se realizan en una maquila, sin embargo su recorrido es de prestar atención porque cuando conceptualiza la subjetividad la coloca en las antípodas de lo que estamos sosteniendo, dice la autora «se analiza la subjetivación del sujeto maquilador a través de la introyección del sometimiento del trabajador (…) reglas de conducta, modelos de sumisión que reducen al sujeto a subjetividades individualistas» más adelante, en un apartado titulado Subjetivación y sujeto maquilador vuelve a definir subjetivación como «el proceso de acto subordinación al poder, la subordinación del sí mismo que tiene su génesis en la introyección simbólica del poder (…) implica un proceso de interiorización de los dispositivos de poder». ¿Con qué contrasta la autora esta definición para recuperar o adjudicar alguna cualidad de política? Es a partir de la noción de sujeto de la decisión, noción de Laclau la que «deja un margen para que el sujeto emerja y decida entre dos o más alternativas». Y sin embargo el actuar del sujeto sigue en marcos específicos de decisión: «el concepto de decisión no debe asociarse con un acto ni en el libre albedrío, ni exclusivamente racional y deliberado, sino con la elección de una entre
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dos o más alternativas, como acto parcialmente racional y pasional que se despliega en diversas redes sociosimbólicas». Dejando pendiente un posible debate con sus conceptualizaciones me surge la cuestión si esta última cita tendrá ciertas similitudes con la propuesta de pensar la subjetividad como un acontecimiento. Por lo pronto, hemos de considerar estas diferencias en el tema de subjetivación política con estas dos autoras. Recurriremos ahora a lo que Gladys Adamson nos ofrece en su comparativo de grupo operativo con el espacio político, esto argumentado desde Hannah Arendt y la discusión sobre el Ágora como el espacio de libertad y trascendencia del individuo hacia los asuntos comunes donde el discernimiento y el uso de la palabra vendría a ser ese compromiso político por discutir la mejor manera de organizar la vida pública. De esta breve explicación podríamos recuperar el elemento de la forma como cuestión a considerar en el dispositivo grupal y sus hilos que dieran luz a subjetividades políticas. Reconociendo que aún estamos lejos de conceptualizar la temática de subjetividad política haremos uso del desarrollo que realiza Tassin en su artículo De la subjetividad política. Althusser/Rancière/ Foucault/Arendt/Deleuze donde conceptualiza el sujeto político como lo que «designa entonces no una entidad bien sea individual o colectiva, sino una operación de conteo que contradice el conteo de la sociedad al componerlo de otras fuerzas distintas a las que eran tenidas en cuenta. Un sujeto político es siempre ‘un grupo’, un conjunto comprometido en un proceso de emancipación, y del que se esperan tres cosas: 1) la capacidad de articular un problema (una dimensión entonces de disenso) con las lógicas generales de dominio; 2) la ruptura del conteo global de la sociedad llevado a cabo por la policía, gracias a la producción (al surgimiento, a la puesta en evidencia, a la visibilización) de un suplemento, de una parte que excede todo conteo global de la sociedad; 3) la afirmación de ‘la igual capacidad de cualquiera, de cualquier colectivo de manifestación y de enunciación, para formular los términos de cuestión política’».
Para la conceptualización de dispositivo podría resumir que dentro de la tradición foucaultiana, este concepto es trabajado por Agamben y Deleuze con ciertas diferencias y similitudes. Una diferencia es que Agamben hace un recorrido genealógico bastante esclarecedor del término dispositivo y Deleuze despliega un campo por donde las líneas se cruzan, convergen, fugan y se anudan. Una similitud es que ambos hacen una crítica para rescatar el funcionamiento de los dispositivos como posibles «subjetivizadores». En el texto de Ana María Fernández y Ana María del Cueto, titulado El dispositivo grupal, más que una conceptualización las autoras mencionan los elementos que conforman un dispositivo: dados un tiempo, un espacio, un número de personas y algún objetivo común, se crean las condiciones de posibilidad para que un agrupamiento se constituya en un grupo. Esta definición está en correspondencia directa con la acepción de grupo. Por el momento, es necesario destacar que las conceptualizaciones de dispositivo contienen el elemento del sujeto ya que es el lugar donde se materializan estas prácticas. Aquí la problemática radica en que un dispositivo puede o no permitir la irrupción discursiva del sujeto y su verdad, esto es, la emergencia de la subjetividad. Sin embargo, en el camino que nos espera es necesario estar puliendo y afilando las herramientas con las cuales desmembrar, desgraficar, hacer un ejercicio de investigación e interpretación de las formas en las cuales se nos presentan los conceptos, por ejemplo como obeliscos. Por lo tanto, nuestro desarrollo está en aproximarnos a esas tierras, revisar en el camino las señas y marcas por donde otros ya han transitado para encontrarnos con excavaciones ya realizadas, con señalamientos ya permitidos, con pozos y norias por donde algunos tropezaron. Pues el concepto de subjetividad deberá (y lo hará, queramos o no) cruzarnos, nos transversalizará desde el momento en que convertimos nuestras preguntas en el encadenamiento infinito de interpretación. El camino hacia la dilucidación tendrá estaciones de planteamiento, reestructuración, descanso, reposo. Tendrá una mesa, 61
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papel y bolígrafo donde plasmar el mapa del recorrido inquisitorio. Además del acercamiento conceptual desde Foucault, habremos de revisar también lo que nos dice Gladys Adamson desde su estudio a la obra de Pichon—Rivière; esta autora nos dice que la subjetividad es, desde una lógica inconsistente, concebida como un sistema abierto, inacabado, que no es un todo. Más adelante complementa Adamson que el sujeto de la psicología social del creador de los grupos operativos es uno descentrado, intersubjetivo, el que produce en el encuentro y desencuentro con otro. Continuando con la misma herencia pichoneana podemos complementar con lo que Pampliega de Quiroga menciona como la conceptualización del hombre del argentino. Dentro de una forma de análisis dialéctico entre mundo externo e interno como estructurante de lo subjetivo, Pampliega conceptualiza al sujeto como «actor, productor, protagonista, de su historia vincular y social. Jerarquiza el problema de la acción, y desde allí se plantea la temática de la cura, definiendo la salud como adaptación activa, aprendizaje, transformación de si y del medio». Pero para retomar desde el propio autor, donde los comentarios hacen la labor de la repetición y la novedad, o como dice Foucault «el comentario conjura el azar del discurso al tenerlo en cuenta: permite decir otra cosa aparte del texto mismo, pero con la condición de que sea ese mismo texto el que se diga y en cierta forma, el que se realice», habremos de remitir a la autoridad del autor (a sabiendas del discurso, de la voluntad de verdad que nos cruza). Al respecto, Enrique Pichon—Rivière conceptualiza al sujeto como aquel que «aprehende el objeto [su realidad externa] y lo transforma, se modifica a sí mismo, entrando en un interjuego dialéctico, en el que la síntesis que resuelve ante una situación dilemática se transforma en el punto inicial o tesis de otra antinomia, que deberá ser resuelta en este continuo proceso en espiral.» Es un sujeto que deviene a partir de una adaptación activa a la realidad, esto es, posible de accionar. 62
La conceptualización de subjetividad se puede complementar con el desarrollo que hace Butler en el recorrido teórico que va de Nietzsche a Lacan, pasando por Foucault y Freud. Como ese texto es de una enorme complejidad por los diversos temas que trata con tanta densidad, nos limitaremos a expresar con la siguiente sencillez su desarrollo de subjetividad en el sujeto como el sometimiento del sujeto al otro que nos enuncia y, a partir de este sometimiento que es uso de poder, se hace posible el devenir de la subjetividad. Por último, con relación a las conceptualizaciones de grupo nos fundamentaremos en algunas definiciones que en el momento de su próxima problematización se abrirán para dar cuenta de los finos hilos con los cuales se pueden distinguir procesos y formas en las cuales son posibles las irrupciones de las subjetividades, de los actos que involucran al otro en el vínculo con el hacer en conjunto para advenir palabra— acto—palabra política. Dice Bleger que un grupo es «un conjunto de individuos que interaccionan entre sí compartiendo ciertas normas en una tarea». Por otra parte, Pichon—Rivière define los grupos, en específico los grupos operativos como «grupos centrados en la tarea» mencionando que los tipos de clasificación y o definición de los grupos depende de los marcos teóricos, de las técnicas de abordaje. Por otro lado, Echevarrieta nos comenta en su tesis doctoral El grupo operativo de Enrique Pichon—Rivière: análisis y crítica que grupo es para quien lo enuncia, esto es, depende del observador—teórico, por lo
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tanto siempre habrá un sesgo en la construcción conceptual que remita a los límites y fronteras que enmarquen determinado saber (asunto que revisaremos en el transcurso del posgrado). Sin embargo, podemos continuar con algunas definiciones «guías» de qué es un grupo. Para Ana María Fernández y Ana María del Cueto los grupos son «los espacios tácticos donde se da la producción de efectos singulares e inéditos». Estas mismas autoras nos ofrecen una referencia a Guattari para quien grupo podría estar demarcado en grupo—objeto o grupo—sujeto, donde al primero lo cualifica como cerrados y ortodoxos, y del segundo dice que es «aquel con capacidad de enunciar algo» sobre esta capacidad de enunciación de los grupos—sujetos dice que «esto se hace posible desde el soporte de la transversalidad, en tanto dimensión permanente de la institución, en la que tal grupo se inscribe (…) pone al descubierto al sujeto de la institución». Por el lado de Kaës, en su libro titulado El grupo y el sujeto del grupo, dice que grupo designará «la forma y la estructura paradigmáticas de una organización de vínculos intersubjetivos, bajo el aspecto en que las relaciones entre varios sujetos del inconsciente producen formaciones y procesos psíquicos específicos». Kaës nos guiará por un desarrollo analítico de cómo concebir el grupo siempre en compañía con su marco teórico. Continuar con las dilucidaciones de grupo exceden el espacio de esta entrega, por lo tanto, como cada uno de los conceptos planteados en este anteproyecto, queda en la agenda para continuar su desarrollo dialógico, en correspondencia con las asignaturas del posgrado a concursar. Hemos de precisar que el propósito que nos convoca es cuestionar los aconteceres que irrumpen en lo social, que comprometen la vida cotidiana de las personas que las involucran y que son ellas quienes deciden tomar un papel activo en la sociedad, pero activo en el sentido crítico de problematizar las funciones del ciudadano, persona, sujeto, como del Estado y las instituciones.
Referencias de imágenes: Imágenes originales del autor. Bibliografía: Álvarez—Gayou, J. (2009) Cómo hacer investigación cualitativa. Fundamentos y metodología. Paidos, México. Bauman, Z. (2006) En busca de la política. Fondo de Cultura Económica, Argentina. Canto Chac, M. (compilador, 2010) Participación ciudadana en las políticas públicas. Editorial Siglo XXI, México. De Brasi, J., Pavlovsky, E. (2000) Lo Grupal. Historias—Devenires. Buenos Aires. De Sousa Santos, B. (2009) Una Epistemología del sur: la reinvención del conocimiento y emancipación social. Siglo XXI, México. Deleuze, G., Guattari, F. (1988) Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Pre—Textos, Valencia. Esposito, R. (2009) Comunidad, inmunidad y biopolítica. Pensamiento Herder. Dirigida por Manuel Cruz, España. Foucault, M. (2006) Defender la sociedad. Fondo de Cultura Económica, México. Foucault, M. (2011) La hermenéutica del sujeto. Fondo de Cultura Económica, México. Gutierrez, J. (2009) Noche y niebla. Por los caminos de la impunidad en México. Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos A. C., Ediciones del Lunes, México. Heller, H. (1998) Teoría del Estado. Fondo de Cultura Económica, México. Jaidar, I. et al. (1998) Tras las huellas de la subjetividad. Cuadernos del Taller de Investigación de Psicología e Instituciones, Universidad Autónoma Metropolitana, México. Kaës, R. (1995) El grupo y el sujeto del grupo. Elementos para una teoría psicoanalítica del grupo. Amorrortu Editores, Buenos Aires. Kaës, R. et al. (1987) La institución y las instituciones. Paidos, Buenos Aires. Lourau, R. (1975) El análisis institucional. Amorrortu Editores, Buenos Aires. Morin, E. (2009) El método I. La naturaleza de la naturaleza. Cátedra, Madrid. Oliva Mendoza, C. Coord. (2009) Hermenéutica, subjetividad y política. Universidad Nacional Autónoma de México, México. Onfray, M. (2011) Política del rebelde. Tratado de resistencia e insumisión. Anagrama Colección Argumentos, Barcelona. Pichon—Rivière, E. (2009) El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Nueva Visión, Buenos Aires. Reveles, J. (2011) Levantones, narcofosas y falsos positivos. Grijalbo, México. Periódicos en línea Agencias. (2014). Débil aplicación de la ley propicia que proliferen autodefensas: HRW. La Jornada, ——. David Brooks. (2014). Reportan abusos homicidios, tortura y desapariciones en informe sobre México. La Jornada, ——. Lolita Bosch. (2014). Se abren 11 fosas comunes en México: 300 cuerpos. El Diario, ——.
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PsicoanalizARTE Susana y el viejo. Una obra del pintor argentino Antonio Berni interpretada en relación a la corrupción Por Carmen de Grado y Jacinta Keisman
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ada más decepcionante y doloroso en el adulto mayor que no tener a nadie que lo escuche, nadie a quien haberle transmitido algo significativo de la vida, alguien con quien compartir vivencias y sentimientos. La pulsión de transmisión es poderosa en el hombre, gracias a ella habitamos un mundo del que somos parte. Es así desde los primeros momentos de la vida, cuando el cuerpo materno ya ha logrado transmitir parte de la historia como especie y buena parte de nuestra historia familiar. A lo largo del curso de la vida las instituciones que habitamos, y que a su vez nos habitan, nos dan la posibilidad de crecimiento personal y desarrollo. Son ellas: la familia, la escuela, los ámbitos políticos, universitarios, de trabajo, etc. Parte del crecimiento son los movimientos involutivos, de crisis y nuevos descubrimientos. Cuando se detiene la transmisión, cuando no existe más ese intercambio necesario vital, conflictivo siempre, pero también alentador, de dar y recibir, lo que se instala es la corrupción. El dominio de unos sobre otros es de tal violencia que no existe en el violentado la posibilidad de resistir, tiene coartados los caminos para ello. Quien transmite lo hace para llenar sus arcas, sin contar el costo que ello supone para el otro. No hay tal transmisión cuando se trata de tirar agua al propio molino solamente. Queda alterado el natural fluir y las aguas se pudren. A tal punto se pudren que podemos afirmar que los involucrados sucumben, ya sean víctimas o victimarios. Si buscamos en un diccionario encontramos que corrupción es sinónimo de descomposición, podredumbre, putrefacción, deterioro, inmundicia. Antonio Berni en Susana y el viejo, hace referencia al tema bíblico representado por pin-
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tores de todos los tiempos y lo acerca a nuestra realidad latinoamericana.
Datos biográficos Antonio Berni, dibujante, grabador y pintor, nace en Rosario de Santa Fe, Argentina, en el año 1905 y muere en Buenos Aires en 1981. Al celebrarse en el 2005 el centenario de su natalicio, se organizaron innumerables actos y una exposición en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires. Desde muy chico, Antonio siente predilección por el dibujo y se inicia como aprendiz en un taller de vitrales en su ciudad natal. A los 20 años obtiene una beca para viajar a Europa. Se instala primero en Madrid y luego en París donde conoce al grupo surrealista, adhiriendo a sus propuestas liberadoras; la obra que analizaremos la pinta en París.
En la Ciudad Luz, se encuentra con otros pintores argentinos, entre ellos con Lino Enea Spilimbergo, entablando una profunda amistad que perdura en el tiempo. Cuando Antonio Berni regresa a la Argentina asume como artista su compromiso social.
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A partir de 1933, sus planteamientos están relacionados con el hombre y sus problemas, lo que define un nuevo planteo estético, el del realismo social. Comienza a trabajar con telas de grandes dimensiones, en especial arpilleras cosidas para mostrar la monumentalidad de las figuras. La influencia del muralista mexicano Siqueiros es ineludible. Con Spilimbergo realiza algunos murales, en el año 1939, el del Pabellón Argentino de la Feria de Nueva York y luego el de la cúpula del edificio de las Galerías Pacífico en Buenos Aires, que se inaugura en el año 1946. El tema convocante es la fuerza que mueve al hombre y a la naturaleza Berni, recibe innumerables premios a nivel nacional e internacional. Entre otros, en 1943 el Gran Premio de Honor del Salón Nacional y en 1962 el primer premio en dibujo y grabado en la Bienal de Venecia.
Susana y el viejo, 1931
La obra y otra serie de cuadros vinculados con el surrealismo, se expusieron en 1932 en la Asociación Amigos del Arte, Florida 659, Buenos Aires. En el texto bíblico de Daniel del Antiguo Testamento (traducción griega) éste aparece como un héroe legendario que salva a la Casta Susana de la muerte a la que había sido condenada por la asamblea del pueblo israelita. Se cuenta que Susana vivía con su esposo Joaquín,
un hombre muy reconocido en la comunidad de Babilonia. Dos ancianos habían sido nombrados jueces y frecuentaban la casa de Joaquín, donde recibían a gente que tenía pleitos. Durante sus estadías, observaron a Susana que iba siempre al jardín a reposar y sintieron por ella una pasión vehemente. Al encontrarse espiándola, tuvieron que comunicarse mutuamente su deseo. En una oportunidad en que ella estaba sola bañándose, se presentaron diciéndole: «Entrégate o daremos testimonio de que estabas con un joven». Susana no accedió a sus reclamos. Fue acusada y condenada a muerte. Todo el pueblo, creyente en la inocencia de la joven, estaba reunido para expresarse mientras ella era trasladada al lugar del castigo. El joven Daniel gritó entonces que ella era inocente y al pedírsele que explicara su actitud, propuso separar a los viejos jueces para preguntarles debajo de qué árbol encontraron a Susana cometiendo adulterio. Cada uno de los hombres mencionó un árbol distinto, poniendo al descubierto sus mentiras. El pueblo todo en asamblea condenó a los viejos, quienes recibieron la pena que pedían para Susana, la pena de muerte. Es la primera vez en la historia bíblica en que ancianos reconocidos por su comunidad cambian su lugar de personas venerables a seres merecedores del más severo castigo. Berni reinterpretó el texto a su manera, en este caso la escena se desarrolla en nuestro tiempo, en el interior de una habitación y el «voyeur» es una sola persona. En esta obra, Berni comienza a utilizar por primera vez en nuestro país un nuevo recurso plástico: el collage, pegando elementos de revistas. La calidad de las telas, el terciopelo de la cortina, el satén decorado de la sábana, la gasa transparente y los paños sinuosos acompañan la escena. Vemos en primer plano una mujer desnuda, recostada sobre una superficie que por su altura en relación al hombre ubicado detrás, más parece un alto mostrador o una mesa donde ella está en exposición. En segundo plano, separado por un cortinado azul, en el lado oscuro, abajo, a la izquierda, se ve el rostro del hombre, sin hombros ni brazos, sólo su cabeza recortada y 65
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su pecho angosto también cortado. Un lado de su rostro oculto detrás de algo que podría ser una puerta acentúa aún más la distancia con ella. Los planos en que están estas dos figuras dejan ver la inadecuación entre ellas, allí no hay relación afectuosa de vínculo amoroso alguno. Él no está ni siquiera espiándola con curiosidad y deseo, como se observa en otras obras sobre el tema. Vestido de negro, sus bigotes y su pelada son muy característicos de otros personajes de Berni que quedan asociados a lo burgués. Ahí aparece lo iconográfico, incluyendo el dibujo de la pared. Alude así a una burguesía acomodada que valora más las apariencias que los vínculos generosos entre las personas Considerando el fuerte contenido social de toda la obra del autor, podemos entender que denuncia el uso que se hace del cuerpo de la mujer por parte de una sociedad que ve a los seres humanos como objeto de consumo. La pintura es de 1931, unos 30 años después Berni creará a Ramona Montiel, otro ícono, del cual podríamos ver en este personaje una antecesora. Ramona Montiel es pobre y quiere acceder a cierto bienestar económico a través de un matrimonio que le convenga. Efectivamente lo consigue, y a partir de entonces la vemos con cierto glamour. Berni pone puntillas en sus ropas y sedas con brillos en muchas pinturas y collages. También aquí se observa esto en el cortinado azul y en algún detalle de las ropas sobre las que está recostada. La vida de Berni está estrechamente vinculada a lo que pinta. Después de vivir un tiempo en París, donde entra en contacto con los surrealistas, decide regresar a su tierra, a su cultura y a sus amigos. Se instala en Rosario, su ciudad natal, pero en esa época comienza lo que se dio en llamar la «Década Infame». Suceden cambios que lo impactan, relativos al auge de la mafia y la prostitución, particularmente en su ciudad. Él toma información sobre ello a través de su trabajo como fotógrafo. Aparece en esta obra una directa alusión a la prostitución y la trata de blancas, una versión de Susana en el siglo XX, que tentada por obtener beneficio económico entrega su cuerpo al me66
jor postor o, peor aún, que ha sido secuestrada contra su voluntad y es presa de quienes la someten. Sea como proxeneta o como marido de conveniencia, evidentemente el término «viejo» alude aquí a lo que no tiene vigor ni atractivo, en la figura de un pequeño, oscuro y recortado personaje, que no tiene con esta joven mujer relación alguna de cercanía amorosa.
Berni abre una acusación sobre este hombre. La obra está en la línea de denuncia de los viejos que guiados por sus pasiones no encuentran formas amorosas de expresión. Dice de hombres públicos, que ocupan cargos importantes, que mienten para satisfacer sus ambiciones y condenan inocentes con su accionar inescrupuloso.
Antecedentes pictóricos de Susana y el Viejo Este tema fue tratado por muchos otros pintores, especialmente clásicos: — Susana y los viejos. Guido Reni, pintor italiano (1600—1642). En esta obra vemos a Susana sorprendida por los dos ancianos quienes intentan chantajearla, uno de ellos le indica con una mano sobre su boca que se calle, con la otra intenta sacarle el paño que oculta su desnudez. Susana, con su bello cuerpo y rostro iluminados, lo desafía con su mirada, no les tiene miedo porque confía en su propia inocencia y en Dios.
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El dinamismo de la obra está dado por la sinuosidad de la figura, los paños y los contrastes lumínicos. — Susana y los ancianos. JacopoRobusti, el Tintoretto, pintor italiano (1518—1594). Vemos a Susana en el medio del jardín frente a un espejo con un pie dentro de la fuente y el otro fuera envuelto en un paño. Distribuidos en el jardín observamos aves y algún animalito doméstico. En cada uno de los extremos del cerco de matas verdes y flores, los dos viejos ardientes de pasión la espían para acosarla sexualmente. Este cuadro es considerado como una de las obras más famosas de este pintor veneciano. En Tintoretto, la luz es la protagonista de sus fantasías visionarias. Hay una búsqueda de movimiento a través de las luces y sombras. Es notable la luminosidad del color de las rosas, de las joyas y del propio desnudo. — La casta Susana en el baño. Juan M. Blanes, pintor uruguayo (1830— 1901) Susana está vista junto a la fuente, rodeada de una frondosa vegetación. En actitud pudorosa y expectante, mira a su alrededor para asegurarse de que nadie la espía. Con los pies en la fuente, retiene aún con su mano el manto que recubre parcialmente su cuerpo. Los dos
ancianos descienden por la escalera esperando el momento de sorprenderla para concretar sus bajos deseos. Es el primer óleo que realiza Blanes en Florencia y es también el primer desnudo femenino uruguayo. Volviendo a la obra de Berni, él ha equiparado a estos jueces con la figura de este pequeño personaje calvo con bigotes. La escena que pinta describe la realidad social y política de su país. Podemos inferir que no sólo se refiere al atropello sexual sobre una mujer. Podemos hacerlo extensivo al hecho de obtener impunemente dineros, sin considerar si es a costa de las vidas de inocentes, condenando a la pobreza y a la extrema miseria a miles de personas. La pulsión de trasmisión ha fracasado, no se configura aquello a lo que toda trasmisión humana aspira. Se está lejos de toda posibilidad de fecunda trascendencia, de aprendizajes que van hacia actitudes altruistas. El hombre en la oscuridad y el cuerpo de la mujer allí expuesto, revelan un sentimiento frustrante de egoísmo narcisista, de separación afectiva y aislamiento, sin proyección fecunda hacia otros. Referencias de imágenes: Todas las imágenes fueron extraídas de: La Pinacoteca de los Genios. Editorial Codex, Buenos Aires, Argentina, 1964.
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El arte de trascender
Por Iván Guerrero Vidales (gv.ivan8@gmail.com)
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nvejecer es igual a trascender, y lograr este cometido ha de considerarse una obra de arte, aunque de una difícil producción. Frente a la desesperanza provocada por las diversas pérdidas que seguramente pasaremos acorde al avance de nuestra edad, como la partida de algunos miembros de la familia o los amigos, el deterioro de las propias aptitudes físicas como la memoria, o aquel empleo que sostuvimos por largos años; llegará el momento de cuestionarnos: ¿qué he dejado en mi paso por la vida? Sobre esto, Seligman (2012) expone que las personas dirigen su vida en función de la manera en que esperan ser felices, si es a través de la búsqueda de emociones (Vida Placentera) experimentando un gran compromiso por medio de actividades satisfacientes (Vida Comprometida) o experimentando una sensación de conexión hacia un todo mayor (Vida de Significado), a la cual todos deseamos aspirar pues nos ayuda a trascender nuestra individualidad. De lo anterior podemos suponer que una vida placentera resultaría egocéntrica, mientras que una vida comprometida pudiera reducirse a un impacto leve sobre las verdaderas posibilidades de acción que tenemos como persona, pero una vida de significado abre las puertas de la grandeza; no obstante, acceder a este último estado sucede en pocas ocasiones o solo para unos cuantos pues entran en función las necesidades que poco a poco vamos cubriendo por nuestro camino, y de las experiencias que nos van formando y dirigiendo al rumbo de la virtud. Por ejemplo, en nuestros primeros años buscamos el amor de nuestros padres y seres cercanos, la vivencia de nuevas experiencias, actividades en sí relacionadas con el placer; en
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seguida, nuestros años de la adultez joven se enfocan en compromisos como el matrimonio y formar una familia, la formalización de nuestra labor en un trabajo, o volvernos expertos en nuestra área de estudio;y en última instancia restan las actividades que dan un valor agregado a nuestra vida y a los que nos rodean, tomando como base lo construido en años previos.
Quid: El arte de trascender
población divididos por edades, y encontraron que además de estas tres fortalezas de carácter, en el grupo de 47 a 57 años, también prevalecía la gratitud y el deseo de aprender. Lo anterior sugiere que desarrollar actividades que faciliten la construcción de estas fortalezas no solamente incrementaría la satisfacción de la vida, sino también nos prepararía para años posteriores y podría orientarnos hacia un mayor significado, por consecuencia hacia el camino de la transcendencia. Por supuesto que esto no significa que todos debamos seguir estas características religiosamente, pues depende en gran medida de las fortalezas que cada uno desarrolle en su vida; sin embargo, ¿por qué no utilizar esta guía y aplicarla para ser más felices y darle un significado más profundo a nuestras acciones? Podemos enfocar nuestras fortalezas y utilizarlas para dar un mayor significado a nuestra vida si: • Orientamos el deseo de aprender para enseñar un tema en el que seamos expertos o compartimos nuestras experiencias con un grupo de jóvenes para orientarlos. • Guardamos nuestra esperanza recordando las buenas decisiones que hemos tomado, las cosas buenas que hemos realizado por los demás. Ahora bien, ¿cómo lograr que en estos últimos años nos enfoquemos en dejar una huella en el mundo? La psicología positiva ofrece una senda que permite caminar del posible sentimiento de desesperanza descrito en un principio y que por muchos años los teóricos de la psicología se han devanado los sesos por describir a uno en virtud a través de las fortalezas de carácter, mismas que fungen como guías para orientar nuestras preferencias de comportamiento para promover el bienestar. Por ejemplo, en un estudio realizado por Martínez Marti y Ruch (2014) se encontró que, en general, la esperanza, la vitalidad y el humor se asociaban positivamente con la satisfacción en la vida. En la misma investigación midieron estas variables en diversos grupos de
• Usamos el sentido del humor para alegrar la vida de la gente que nos rodea sonriéndoles, demostrando que toda acción tiene un lado positivo, aunque resulte difícil de encontrar. • Cultivamos la gratitud a través de expresar las gracias a todas las personas que hemos conocido en nuestra vida, mencionando el motivo de gratitud. • Nutrimos nuestro entusiasmo socializando con personas que rían con nosotros sinceramente, celebrar y reconocer logros propios y ajenos. Así, para triunfar en el arte de transcender en la vejez habrá de utilizarse la vida en rigor de encontrar un significado de nuestra existencia, de modo que nuestra vida sea un modelo de 69
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ejemplo para las personas, y a través de nuestras acciones dejaremos una huella imborrable en sus corazones, trascendiendo el tiempo y espacio, dejando un mundo mejor al que encontramos. ¿No es esta la finalidad de la vida? Referencias de imágenes: Viola, B. (1996) TheCrossing [Fotografía]. Viola, B. (1996) The Messenger [Fotografía]. Viola, B. (2001) FiveAngelsfortheMillenium [Fotografía]. Bibliografía: Martínez Martí, M.&Ruch, W. (2014). Characterstrengths and well—beingacrossthelifespan: Data from a representativesample of German—speakingadults living in Switzerland. Frontiers in Psychology. 5:1253. Recuperado desde http://journal.frontiersin.org/ Journal/10.3389/fpsyg.2014.01253/abstract Ruch, W., Proyer, R. T., & Weber, M. (2010). Humor as a characterstrengthamongtheelderly. ZeitschriftfürGerontologieundGeriatrie, 43(1), 13—18. Seligman, M. E. (2012). Flourish: A visionary new understanding of happiness and well—being. Simon and Schuster.
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Entre MEMOrias y locura Por Guillermo Rocha
Salario Emocional
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levo días pensando en el comentario que hizo un alumno en una de mis clases; hablábamos sobre la relevancia del trabajo del psicólogo en la actualidawd y los campos de acción para desempeñarnos. Su reflexión señalaba que si la gente en general se diera cuenta de la importancia de nuestro trabajo, tendríamos la profesión mejor pagada de todas. Estoy totalmente de acuerdo; además, todos queremos ganar siempre un poquito más. La idea me llevó un poco más allá de lo económico, a lo que tiene que ver con la satisfacción personal, la realización y la tranquilidad de estar haciendo las cosas bien, eso que hoy le llaman «salario emocional» y que en mi carrera puedo presumir con orgullo que he ganado mucho y me genera la motivación de seguir aprendiendo y trabajando más. Recuerdo a una paciente que me tocó acompañar en un proceso terapéutico después de que fue víctima de un secuestro. La conocí un sábado por la mañana cuando apenas habían transcurrido unas 12 horas de la liberación de uno de los eventos más lamentables que un ser humano podría afrontar. La primera impresión al conocerla fue la de una mujer visiblemente lastimada que, de una forma entendible, se mostraba ausente de lo que le rodeaba; ella describía sentirse como un trapo tirado o un fantasma. Ser testigo de cómo se sostenía a diario para no derrumbarse y cómo encontraba la fortaleza para recobrar su calidad de vida me dejó una de las satisfacciones más grandes que mi trabajo me ha traído. Meses después me acompañó a dar una conferencia dirigida a estudiantes de psicología, confieso que verla hablando con la
fortaleza que transmitía me llenó por completo los bolsillos de alegría y de orgullo hacia mi carrera. Y ejemplos como este me demuestran que el pago trasciende la economía, aunque me queda claro que uno no se sostiene de satisfacciones personales y profesionales solamente, éstas representan una buena base para empezar a buscar una estabilidad en general. Esto lo veo a diario con mi equipo de terapeutas en formación, que aún y cuando no reciben una retribución monetaria, van encontrado lo simpático de generar una parte del crecimiento y la recuperación de alguien que llegó con una queja y un sufrimiento. Les he visto cansados, enojados y algunas veces pateados emocionalmente, pero nunca rendidos. Esto da esperanza a mi profesión y para mí esta profesión le da esperanza a la búsqueda de un futuro optimista, que aunque tal vez no cambiemos todo el mundo, hay personas que se han encontrado con buenos psicólogos que le han sacudido su mundo haciéndolo un sitio mejor. Érase una vez…un escritor que vivía a orillas del mar, en una enorme playa, donde tenía una preciosa y acogedora casita. Allí pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para sus libros. Era un hombre inteligente y muy culto que, además, decía tener una gran sensibilidad sobre las cosas importantes de la vida… Una mañana, mientras paseaba por la playa, vio una figura que se movía de manera extraña, como si estuviera bailando. Al acercarse, vio que era un muchacho que se dedicaba a coger estrellas de mar de la orilla y lanzarlas otra vez al mar, donde pertenecían… 71
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—¿Qué haces, jovenzuelo? — preguntó el escritor. —Recojo las estrellas de mar que han quedado varadas y las devuelvo al mar. La marea ha bajado demasiado y si no lo hago, muchas morirán…— respondió el chico. —Ay alma cándida, esto que haces no tiene sentido… ¿No ves lo grande que es esta playa? Hay miles de estrellas y nunca tendrías tiempo para salvarlas a todas…Repito: no tiene sentido— replicó el escritor. El joven miró fijamente al escritor, cogió una estrella de mar de la arena, la lanzó con toda su fuerza por encima de las olas y exclamó: —Para ésta… sí tiene sentido. Entonces, el escritor, desconcertado y no sabiendo qué responder, se marchó ofendido y se encerró en su casa. Y allí estuvo el resto del día sin poder escribir una sola línea, pensando en lo sucedido por la mañana, primero desde el orgullo…después desde la comprensión. Por la noche apenas durmió y solo tenía en su cabeza al chico de las estrellas… Y entonces, entendió el porqué. A la mañana siguiente madrugó, corrió a la playa, buscó al joven y le ayudó. Con él, ya eran Dos Lanzadores de Estrellas. Referencias de imágenes: [Fotografía de playa con rocas y estrella de mar]. (s.f.). Recuperado de: http://widehdwalls.com/37987-amazing-sky/
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