Publicación Gratuita
ISSN: 2007-3119
Abril-Mayo-Junio 2015, Año 7 Número 34 www.SuigenerisFapsi.com
Revista oficial de la uanl a través de la Facultad de Psicología
Contenido 1 EDITORIALES: “Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas” Por Dr. Guillermo Vanegas Arrambide
Una publicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León Dr. Jesús Ancer Rodríguez Rector Ing. Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Dr. Juan Manuel Alcocer González Secretario Académico Lic. Rogelio Villarreal Elizondo Secretario de Extensión y Cultura Dr. Celso José Garza Acuña Director de Publicaciones Dr. José Armando Peña Moreno Director de la Facultad de Psicología Mtra. Magaly Cárdenas Rodríguez Subdirectora Académica Dr. Álvaro Antonio Ascary Aguillón Subdirector Administrativo Dra. Blanca Idalia Montoya Flores Subdirectora de Proyectos Educativos y Asistenciales Dr. José Cruz Rodríguez Alcalá Subdirector de Posgrado Dr. Manuel Guadalupe Muñiz García Subdirector de Investigación Omar Méndez Castillo Editor responsable
9 EDITORIALES: “La tumba no es un cajón” Por Lic. Claudia M. Uzarralde
14 TEMA CENTRAL: “¿En qué piensan los que no piensan? Apuntes para un proyecto de investigación sobre poder y subjetividad” Por José María Infante
18 TEMA CENTRAL: “Poder y subjetividad, una reflexión contemporánea” Por Dr. Ramón Chaverry Soto
22 LA ENTREVISTA: A Dr. Rolando Picos Bovio. Por José Vieyra Rodríguez
25 DOSSIER: “Carácter, personalidad y lenguaje” Por Raziel Tovar
28 DOSSIER: “Mindfulness: ciencia e ideología para reducir la percepción de estrés en el amiente académico” Por Kathia Arreola
34 MAKTUB: “Ruby Tuesday O, «Los suicidas no van al cielo»” Por Edén L. Sánchez
Iris Reyes Escobedo Co-editora
37 EN CONSTRUCCIÓN: “De los estados”
Christian Alanis Contreras Ivan Guerrero Vidales José Arturo Baruch Marínez T. José Vieyra Rodríguez Comité editorial
43 PSICOANALIZARTE: “La relación de poder entre un bebe y su madre”
César Tóvar Jefe de Redacción
44 QUID: “El punto débil del poder”
Monserrat Reyes Prestatarios de servicio social Equipo de Redacción
Por Baruch Martínez Treviño
Por Osvel Becerra
Por Iván Guerrero Vidales
48 PSIQUECINEMA: “Placer con dolor en 50 sombras de Grey”
Ramiro Ruiz Castillo Diseño
Por Karla Ivalisse Perales Herrera
Alfredo Rodríguez ''Larry'' Diseño de portada
54 ENTRE MEMORIAS Y LOCURAS: “Reflexionando sobre el lugar de maestro o supervisor” Por Linda Contreras y Guillermo Rocha
Lista de colaboradores en: www.suigenerisFaPsi.com SUIGENERIS SUI GENERIS, Año 7, Nº34 , Abril-Mayo-Junio 2015. Es una publicación trimestral, editada por la Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología. Domicilio de la publicación: Dr. Carlos Canseco y Mutualismo No. 110, Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Teléfono: +52 8183 33 7859 ext. 510. Fax. +52 81 83337859. Editor Responsable: Omar Méndez Castillo. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2010-030514053000-102. ISSN 2007-3119 ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud de Título y Contenido No. 14,927 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Registro de marca ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial: II83057. Impresa por: EDIREY, Narciso Mendoza 4024, Col. Niño Artillero, Monterrey, Nuevo León, México. Fecha de terminación de impresión: 7 de Julio de 2015, Tiraje: 1,000 ejemplares. Distribuido por: Universidad Autónoma de Nuevo León, a través de la Facultad de Psicología, Carlos Canseco y Mutualismo No. 110 Colonia Mitras Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P.64460. Las opiniones y contenidos expresados son responsabilidad exclusiva de los autores. Prohibida su reproducción total o parcial, en cualquier forma o medio, del contenido editorial de este número. Impreso en México Todos los derechos reservados © Copyright 2015 suigeneris.fapsi@uanl.mx
Editoriales Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
Por Dr. Guillermo Vanegas Arrambide | División de Postgrado, Facultad de Psicología de la U.A.N.L.
I. Introducción
E
l trabajo que a continuación presentaremos tiene la finalidad de dilucidar la manera en que los conceptos cultura, subjetividad y poder se interdeterminan y forman una sola unidad en el momento que toman materialidad en los actos de la vida cotidiana. Sería impensable referir o conceptualizar cualquiera de estos al margen de los otros. Por esta razón las reflexiones que expondremos a continuación implicarán el abordaje de estos conceptos de manera integrada.
II. Cultura Los temas de la inseguridad y la violencia se han tornado como problemáticas de primer orden en el ámbito nacional. La inseguridad y la delincuencia motivan a que la sociedad civil se organice y demande al Estado respuestas y acciones inmediatas a través de las cuales se logre recuperar la paz y la armonía con las que en otros momentos se contaron. Sin embargo, los casos de la violencia, llamémosle: de baja intensidad, no han contado en la actualidad con ésta misma sensibilidad por parte de la sociedad civil, y éstas manifestaciones de la violencia denominada de género, doméstica, familiar, de pare-
ja, etc., subsisten y se reproducen convirtiendo a muchos de los hogares de los mexicanos en campos de batalla donde impera la ley del más fuerte y donde los débiles se someten de manera incondicional a éste poder que se naturaliza y se vuelve transparente a fuerza del uso cotidiano. La naturalización de la violencia se hace manifiesta en la multiplicidad de relaciones sociales que definen nuestra sociedad, impregna las diferentes dimensiones socio—institucionales como el laboral, artístico—cultural, de comunicación y, evidentemente, el más significativo, que es el de las relaciones familiares. Y es en este espacio donde el fenómeno de la violencia cobra tintes preocupantes, pues es en la familia (estructurada de múltiples formas) en donde las relaciones de poder construyen un microcosmos en el cual se reproducen relaciones de dominio y de control en donde el poder masculino gestiona y legitima un modelo de sociedad que tiene como basamento la falta de equidad y la desigualdad entre los miembros que la componen. Decíamos que la violencia familiar ha tomado tintes preocupantes y dramáticos, podríamos decir sin ambages, pues la violencia intramuros se ha multiplicado en términos exponenciales; sus consecuencias se padecen en lo cotidiano de las relaciones familiares así como en el porvenir próximo, es decir, en lo inmediato, en los riesgos que corren las mujeres al ser víctimas de la violencia física o emocional por parte de su pareja y sobre todo en el futuro a mediano o largo plazo con la reproducción de este modelo masculino—agresivo por parte de los menores que se naturaliza y se establece como único destino en la estructuración de las relaciones familiares. Ante este estado de cosas, se vuelve fundamental enfocar nuestros afanes de investigación al estudio de la violencia de una manera integral, 1
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
que comprenda una visión panorámica del fenómeno que incluya el contexto sociocultural que sirve de crisol para la producción de la violencia, así como las motivaciones internas, tanto de víctimas como de agentes del acto agresivo, que nos permitan dar cuenta o describir la realidad de la manifestaciones de la violencia familiar. Sin embargo, aunque celebramos y nos congratulamos con estos esfuerzos, nuestro trabajo nos ha mostrado un camino paralelo y complementario; nuestro andar por el camino de la violencia familiar nos ha enseñado que la atención a las víctimas del maltrato es una actividad fundamental, central en el abordaje de esta problemática. Pero también ha señalado una ausencia que en su silencio se ha vuelto ensordecedora: ¿Quién atiende o trabaja con el otro polo de la violencia familiar? ¿Quién atiende a los hombres que son, por lo general, los agentes de la violencia? ¿Se aborda satisfactoriamente esta problemática con la atención a las víctimas? ¿Existe la misma sensibilidad por parte de las instituciones para trabajar con los hombres violentos que también son producto y víctimas del sistema social? Desde nuestra perspectiva, esta problemática no se reduce a evitar el control económico de la familia, golpes a la pareja o el sufrimiento emocional. Pensamos que el problema radica en el modelo patriarcal que define las posiciones y 2
los roles con los que la sociedad en la actualidad se gestiona. Las relaciones de poder que ejerce el club de los varones, las formas de desigualdad y la naturalización de la violencia en sus diferentes manifestaciones forma el caldo de cultivo que da como producto una sociedad donde la violencia y la agresión toman ciudadanía. Las consecuencias del fenómeno de la violencia familiar y de género son devastadoras para la estructura social. Sus efectos se ven y se sufren cotidianamente en las familias y en particular en el maltrato a las mujeres que son violentadas, vejadas y humilladas por parte de sus parejas. Diariamente aparecen en los medios de comunicación dramáticas noticias sobre el maltrato sufrido por mujeres, maltrato ejercido por parte de sus compañeros y hasta por sus propios hijos y familiares. El fenómeno de la violencia en nuestra sociedad se ha naturalizado a tal grado que colectivamente se ve como normal que un hombre controle y domine a su pareja y a las mujeres bajo su responsabilidad por el derecho que le otorga ser considerado el jefe de la familia; control y dominio que por los mismos efectos de esta naturalización se reproduce y se multiplica en todos los estratos de la sociedad, basta observar las distintas estructuras sociales y culturales en donde se difunde la preeminencia del hombre sobre la mujer.
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
Estructuras centrales para la construcción de la subjetividad de los futuros miembros de la sociedad. Podríamos exponer un gran listado de instituciones donde la discriminación a la mujer es evidente, pero señalaremos sólo dos que consideramos fundamentales en este momento: la familia y la escuela.
III. Subjetividad
La familia en nuestra sociedad se considera el grupo de socialización primaria por excelencia. En ésta, las mujeres y los hombres aprenden a ser y a jugar el rol social que su sexo biológico le tiene destinado. Los padres educan a sus hijos en la familia de acuerdo a su cosmovisión de la vida, que han aprendido en el transcurso de su existencia. Sus experiencias como seres sociales estarán marcadas por el contexto histórico que les ha tocado vivir; así, en un contexto con un marcado sesgo patriarcal, éstos reproducen inconscientemente las condiciones que mantienen éste sistema de supremacía masculina. Sus hijos varones y mujeres se acomodarán de acuerdo a lo que su género les tiene destinado, el niño aprenderá desde su infancia que su destino le exige ser fuerte y dominador, que su lugar en la sociedad será el de ganador de pan en un futuro próximo en donde los sentimientos y la debilidad no están dentro del repertorio de comportamiento deseable. La mujer por su parte habrá de aceptar como normal la discriminación por el hecho de haber nacido mujer, proceso que inicia en el seno de su propia familia y que
se extenderá a todo el entramado social donde tenga participación. Con este antecedente de socialización primaria, los infantes llegan a la escolarización, espacio externo que está diseñado para complementar la función de la familia. La escuela se convierte en el lugar privilegiado para el aprendizaje y la reproducción de las normas y actitudes deseadas por la sociedad. Es en el espacio escolar donde se consolidan los destinos que en la familia ya se habían perfilado, la escuela en la actualidad funciona con un marcado sesgo machista en donde se reproduce la discriminación de género y con ello la naturalización de la inequidad entre hombres y mujeres. Es en la escuela y a lo largo de la trayectoria académica donde se acentúan los diferentes destinos vocacionales y profesionales de hombres y mujeres; para los varones la cultura patriarcal designa los espacios públicos de reconocimiento económico y prestigio social; para las mujeres en cambio los espacios privados donde se privilegian las labores de contención y servicio, estas actividades marcadas con pronunciado matiz humanista y emocional; así, la elección profesional de las mujeres ha de inclinarse a carreras de apoyo y servicio y no a las de producción material y económica que son atribuidas a los varones. Con la masculinización y la feminización de las profesiones se cierra el círculo de diferenciación de género y con ello la construcción de identidades diferentes que, al tomar su lugar en la estructura social perpetúan la inequidad y la injusticia social, proceso que con el tiempo se convierte en el crisol donde se gesta el caldo de cultivo para la emergencia de la violencia y el maltrato familiar. En una sociedad dirigida por hombres, son los propios hombres quienes gestionan y administran el poder, poder que toma materialidad en distintas manifestaciones que pueden ir desde el dominio más arbitrario hasta las formas más sutiles y naturalizadas. Así, la estabilidad del sistema patriarcal se vale del ejercicio del poder entendiendo por éste una serie de relaciones donde los individuos se apropian de las leyes y las normas asumiéndolas como suyas, 3
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
de manera que el poder, mientras más invisible y silencioso sea, opera de manera más eficaz y rentable. La dominación y la violencia como manifestación extrema se instrumentan cuando los mecanismos de normalización son ineficaces y se requiere de medidas extraordinarias para mantener la estabilidad del sistema y su reproducción. Después de esta panorámica general del modelo, expondremos a continuación una mirada arqueológica tomando como referente conceptual las propuestas de Michel Foucault con respecto a la construcción de la subjetividad moderna. Así, iniciaremos con las incipientes reflexiones sobre el yo en la Grecia antigua, para pasar por la confesión y la penitencia de la pastoral cristiana, hasta llegar al Estado actual y a la nueva pastoral moderna y laica. Iniciaremos esta reflexión filosófica situándonos en el período histórico que consideramos marca el principio de la racionalidad moderna. Son las culturas griegas y romanas las que permiten la posibilidad de situar al hombre en el centro de la reflexión y el conocimiento. Son el logos y el conocimiento sobre uno mismo los que desencadenan las primeras reflexiones sobre la subjetividad y su construcción en las relaciones de alteridad, es decir, con relación a los otros y a uno mismo. «Conócete a ti mismo» se constituirá en el principio organizador de la vida cotidiana del sujeto cognoscente, define el lugar que ocupa en torno a la polis y las formas de actuar y de ser en relación a los otros, y lo que los otros esperan de nosotros mismos.Técnicas de subjetivación que se encuentran en la base de la racionalidad moderna, que implican al sujeto, pero también la identidad del mismo, nueva experiencia del yo que lleva a la introspección y al examen de conciencia. La evaluación de lo que se siente, de lo que se actúa y de lo que se es, se convierte en un acto de mirada interna permanente en donde se evalúan los sentimientos malos para separarlos de los buenos, metáforas del molinero o del cambista en donde estos separan los granos o los metales buenos y verdaderos de los malos o los falsos. 4
Decir la verdad sobre sí mismo y establecer una permanente hermenéutica del sujeto se convierten en potentes técnicas de producción de subjetividad a través de las cuales se construye el yo reflexivo que evalúa el comportamiento equívoco y lo censura con la finalidad de corregirlo y adaptarlo a «el bien que propone la ciudad» (Foucault, 1982 p. 66).
Dejaremos la cultura helénica y describiremos brevemente los principios rectores de esta nueva cosmovisión penitencial. Expondremos de principio que el cristianismo se arroga como una religión de salvación y a la vez como una religión confesional. La salvación cristiana ofrece al creyente el pasaje de una realidad material mundana a otra espiritual y paradisíaca. Tiene como base la promesa de un mundo espiritual de bienaventuranza al que se accederá si cumple con los preceptos que el propio cristianismo impone. Así, el cristiano «debe aceptar el conjunto de obligaciones, ciertos libros como verdad, aceptar las decisiones autoritarias así como condiciones y reglas de conducta que tienen como finalidad la transformación de su yo» (Foucault, 1982 p. 80). El cristianismo construye una subjetividad y un yo de acuerdo a sus preceptos religiosos. El penitente ha de cambiar su vida de pecado e ignominia por una de luz y sabiduría. En este proceso ha de renunciar a su vida anterior y
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
permitirse la revelación divina de su yo. De esta manera «La penitencia es una ruptura consigo mismo, con el pasado y con el mundo. Forma de mostrar que es capaz de renunciar a la vida y a sí mismo, de mostrar que es capaz de enfrentar a la muerte y aceptarla. Señala el rechazo al Yo, la renuncia a sí mismo. La revelación de sí es al mismo tiempo la destrucción de sí» (Foucault, 1982 p. 85). La pastoral cristiana recupera los fundamentos de la racionalidad griega y los principios del cristianismo primitivo para producir un nuevo modelo de reflexión interna que se convertirá en el dispositivo principal en la producción de la subjetividad moderna. Su principal aporte consiste en crear nuevas figuras y nuevas técnicas para imponer la moral cristiana y nuevos mecanismos para infundir los imperativos cristianos. Una nueva forma de poder que se representa en la figura particular del pastor, figura que, más allá del estatus individual del individuo, invoca un poder que trasciende a la persona y establece un lugar que, independientemente de quien lo ocupe, tendrá el poder y el control de los individuos del rebaño. El lugar y la figura del pastor se tornan, en el cristianismo moderno, como el punto de referencia en la construcción de la subjetividad de los individuos. Las características de este nuevo poder las podemos sintetizar en los siguientes principios: «el poder pastoral se opone al poder político tradicional habitual, en la medida en que no se ejerce sobre un territorio, el pastor no reina sobre territorio sino en una multiplicidad de individuos» (Foucault, 1978 p. 138); el pastor busca el bien de aquellos por quien vela, se preocupa por el grupo y los individuos; el pastor satisface las necesidades del rebaño; el poder pastoral individualiza, asegura la salvación del grupo, pero también de los individuos en lo particular. Su técnica principal consiste en la confesión, la pastoría se basa en el conocimiento interior y exterior del individuo, conocimiento que deberá ser meticuloso y detallado. Esta estrategia funciona como una moral que alerta a la conciencia sobre las tentaciones y las debilidades de la carne. El pastor conoce a su rebaño, sabe
sus necesidades, las orienta con base al principio cristiano, combate las tentaciones y aparta al creyente del camino del mal. La pastoral cristiana permanecerá vigente, viviendo de los réditos que le dejaron los siglos de ideologización y control, pues aunque pierde el control absoluto en los procesos de producción de la subjetividad, le queda una gran parte de la población creyente y un gran número de instituciones monásticas que se dedican al noble oficio de la educación. De esta forma el Estado moderno implementa «una nueva pastoral» en donde no se trata ya de la salvación en el más allá, sino que busca bienestar en este mundo a través del conocimiento y las disciplinas; el poder ya no lo ejerce el pastor, sino la institución pública por intermedio de la policía; el nuevo poder pastoral tiene su fundamento en la producción de conocimientos y las disciplinas científicas a las cuales se promete un mundo de igualdad, de bienestar material y de justicia social. El modelo de la pastoral lo retomará el Estado moderno, pero ahora los referentes no serán de orden religioso, éstos tendrán como fundamentos los conocimientos producidos por la ciencia y la tecnología. La subjetividad del hombre moderno se construye con base a la racionalidad instrumental, al pragmatismo utilitarista y al modelo preventivo de la medicina. El gran pastor en el Estado moderno será el gobierno emanado de él mismo, es el gobierno a través de sus instituciones quien velará por los intereses de la comunidad y quien se arrogará el derecho de imponer lo que le conviene.
IV. Poder El fenómeno de la violencia de género en la actualidad tiene lugar en el contexto de la cultura patriarcal, cultura que establece manifiesta o veladamente la supremacía de los hombres sobre las mujeres; relaciones de poder que se reproducen en los distintos estratos de la sociedad y que conllevan beneficio y confort para los hombres, y sometimiento y resignación para las mujeres. La naturalización de estas relaciones de poder llevan al Estado patriarcal a validar 5
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
legalmente la supremacía masculina siempre y cuando el ejercicio del poder no ponga en riesgo «los principios de equidad y de justicia» que sostienen el pacto social establecido por los individuos que componen la sociedad. La violencia en general, y la violencia masculina en lo particular, ponen en riesgo la estabilidad de este pacto social, convirtiendo al agresor en el enemigo público en tanto rompe con el contrato social. Así, el Estado patriarcal es consciente y es cómplice de las relaciones de poder que ejerce el club de los varones, pero no acepta que se pongan en duda los «principios de equidad y de justicia», la violencia ejercida contra las mujeres y sus hijos se convierten en el síntoma que evidencia la ruptura del pacto y la necesidad de establecer dispositivos de ajustes para evitar esta disfuncionalidad del sistema. De esta manera el Estado establecerá Leyes y preceptos legales contra la discriminación de género para la protección de la familia y contra el maltrato de las mujeres, etc.; leyes que la mayoría de las veces quedan en el papel, pues la burocracia o la misma cultura de la no denuncia naturaliza los actos del poder masculino volviéndolos normales y parte de nuestra cultura.
6
Como podemos observar, el común denominador en los diferentes contextos históricos es el sistema ideológico que impregna la cultura. El sistema patriarcal no depende de un modo de producción económica en particular y se establece como referente de orientación para la subjetividad de los miembros de la comunidad. Pensar el sistema patriarcal sería ocioso para los hombres en tanto que ha estado en el pasado y en el presente como ese impensado que está de más abordar. En una cultura que los favorece, ellos mismos son incapaces de pensar que su comodidad y confort sea producto de la explotación y el sometimiento de las mujeres. Desde su perspectiva, la función histórica de la mujer es servir al hombre, procrear y educar a los hijos para que aprendan su rol natural según su sexo, los varones a ser hombres y las mujeres a servir a los otros. Pensar en misiones históricas de un género en particular exige un análisis del sistema en el que aparecen estas representaciones. En el transcurso del tiempo el sistema patriarcal ha gozado de cabal salud debido a los procesos de naturalización ideológica que la propia sociedad patriarcal ha construido. El patriarcado persiste porque tiene la capacidad para autoge-
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
nerarse, es decir, ha desarrollado la capacidad de mimetizarse con la naturaleza hasta volverse él mismo parte de la misma. De esta manera, ¿quién puede cuestionar al padre su función de ganador de pan, de preocuparse por la familia y por su seguridad?, evidentemente pocos objetarían tales acciones; sin embargo, cuando el ganador de pan ofrece el sustento a su familia, éste acto implica el establecimiento de una relación de dependencia que las mujeres y los hijos deben aceptar y tolerar, el padre se convierte desde este momento en la figura central de la casa a quién se debe obediencia pues de él depende y él mismo sabe lo que le conviene a los miembros de su familia. El poder del patriarca, o el poder de los hombres, impregna una multiplicidad de actos sociales. Toma materialidad en los ámbitos económicos, culturales, intelectuales, laborales, educativos, etcétera. El sistema tiene como basamento la supremacía de los hombres sobre las mujeres. Sostiene los conceptos ilustrados de igualdad, libertad y fraternidad, pero establece todas las condiciones para que éstos sólo sean viables para los hombres, las mujeres siguen las ataduras atávicas de la antigüedad y aunque se pregone la igualdad, ésta no es posible si no se encuentran hombres y mujeres en las mismas condiciones. Por ejemplo, en el ámbito laboral, hombres y mujeres gozan de las mismas condiciones para su crecimiento profesional, el hombre se convierte en ganador de pan y con ello en el puntal de la economía familiar. Para la mujer este proceso es distinto, por lo general trabaja para apoyar la economía domestica, pero su esposo sigue siendo el responsable y el único encargado de mantener a la familia. Sus posibilidades de ascenso dependerán no tanto de sus habilidades profesionales sino de su disposición para anteponer los intereses de la empresa a
los intereses familiares, así, ha de ir a trabajar aunque sus hijos estén enfermos, de lo contrario, «no trae bien puesta la camiseta de la empresa»; si quiere sobresalir ha de comportarse como todo varón, siempre dispuesto a pensar más en su desarrollo personal y profesional que en su esposa y sus hijos. Las mujeres encuentran en el mundo laboral el denominado techo de cristal que, invisible, impide que sus aspiraciones profesionales puedan cristalizarse. Discriminada y temida por ser mujer en un mundo de hombres, sortea escollos que el mundo laboral le impone y le exige superar; por otro lado, ha de negociar con los hombres que la esperan en casa, demandando atención y satisfacción de sus necesidades más elementales. Doble presión laboral y familiar que la impelen a tomar la decisión, abandonar el trabajo ante la falta de reconocimiento y la falta real del apoyo de la familia. Ahora ha de dedicarse, como mandan los cánones, a la atención de su esposo y de sus hijos, dejando los sueños de crecimiento personal en favor de su familia, que es lo más valioso que tiene en la vida. La cultura patriarcal no es exclusiva de la sociedad moderna ni del sistema capitalista en que vivimos, su existencia se remite a los albores de la cultura occidental; sin embargo, es ahora cuando este modo de opresión puede ser cuestionado en sus distintas manifestaciones y denunciado por los efectos que produce en la sociedad. Con el fin de tener presente este concepto definiremos el patriarcado apoyándonos en Maria Jesús Izquierdo, quien lo define de la siguiente manera: Entendería por patriarcado una estructura de relaciones sociales que se apoya en las diferencias físicas de edad y de sexo y al mismo tiempo dota de significado social, por lo que quedan 7
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
reificadas y producen subjetividad. Su fundamento son las relaciones de explotación sexual y económica que hayan su expresión política en el poder personal y/o social de los patriarcas. (Izquierdo, 1998 p. 223) De esta manera entendemos el patriarcado como una estructura cultural que impacta en los ámbitos sociales, económicos y culturales, produciendo un tipo de cultura y formas de subjetividad que condicionan el comportamiento de los individuos. Este sistema cultural se manifiesta en todos los ámbitos de la vida, basta mirar el entorno de la familia para ver las diferencias que hacen los padres en cuanto a la libertad y responsabilidades que adjudican a los hijos hombres y a las hijas mujeres; o preguntarnos la razón de que un hombre obtenga mayor salario que la mujer aún y cuando ésta desarrolle la misma actividad y con la misma o mejor eficiencia; y no se diga del trabajo que realiza el ama de casa cuyas múltiples actividades van desde atender a los hijos y al esposo, pasando por hacer la casa y preparar la comida, haciendo de maestra auxiliar y cuando se requiere de enfermera, para terminar proporcionando placer a su pareja que regresa cansado de su trabajo, actividades que son su responsabilidad y su obligación cumplir, aunque nunca sean reconocidas como trabajo. Vemos pues que en el patriarcado el lugar de la mujer se encuentra devaluado, su lugar puede ser múltiple pero siempre en planos secundarios y sujeto a la decisión del hombre que define su libertad y lo que mejor le conviene. Así, la mujer y los hijos tienen existencia a condición de los deseos de su patriarca. Podemos decir que éstos pierden su estatuto de seres humanos para convertirse en objetos que se pueden poseer, acumular e incluso intercambiar. Desde esta perspectiva la mujer y los hijos pasan a ser pertenencias u objetos del varón, al grado de considerarse dueño de su cuerpo, de su mente y de su vida. Los patriarcas justifican la opresión, la intimidación y la violencia en la familia, pues al fin y al cabo la familia es su propiedad y tiene derecho de hacer con ella lo que le apetezca. 8
De esta manera, pensamos que la estructura patriarcal funciona como un dispositivo creado por la ingeniería social con fin de perpetuar el dominio del hombre sobre las mujeres. Cuando este sistema es cuestionado por miembros de este colectivo ya sea grupal o individualmente, cuando la retórica argumentativa en que se finca este sistema deja de ser eficiente para el control de las mujeres, es que aparece el argumento más contundente y brutal que es el de la violencia. Así, cuando los mecanismos normativos y disciplinarios de control fallan, irrumpe la violencia como estrategia de dominio y control. Desde ésta perspectiva, podemos observar que la estructura patriarcal fabrica objetos sociales desde los que se genera un tipo de subjetividad que perpetúa la emergencia de la violencia familiar. Cabe aclarar que entendemos la violencia desde una visión ampliada, es decir, «sostenemos que la violencia es la manifestación extrema de las relaciones de poder y de dominio, sin embargo, consideramos que no toda relación de control y dominio se cristaliza necesariamente en la violencia» (Vanegas 2003 p.1).
Editoriales: Cultura, subjetividad y poder. Construcciones paralelas.
IV. Poder Después de reflexionar sobre los conceptos de cultura, subjetividad y poder, sólo nos queda rematar que tales conceptos que se construyen paralelamente se interdeterminan y producen formas de dominación cuya eficacia y eficiencia definen las características de nuestra sociedad. Es en estos espacios de debate y reflexión donde puede iniciar la dilucidación y la transformación de nuestra cultura, nuestra subjetividad y la posibilidad de establecer nuevas formas de relaciones de poder en donde su gestión y su administración sean democráticas, equitativas e inclusivas. Bienvenidos todos aquellos que quieran formar parte de este proyecto. Muchas gracias. Sobre el autor: Guillermo Vanegas Arrambide estudió su licenciatura en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Es doctor en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabaja como profesor de tiempo completo e investigador en la Facultad de Psicología, UANL donde también ha sido supervisor de la practica clínica con alumnos de licenciatura y posgrado. Actualmente se desempeña como Coordinador de la Maestría en Psicología con orientación en Clínica y Psicoanalítica de la misma institución. Cuenta con consulta privada desde 1983. Referencias de imágenes: [Fotografía mujer atemorizada]. (s.f.). Recuperada de http:// edomexinforma.com/2013/12/cuestionarioviolencia/ [Screenshot de documental sobre violencia]. (s.f.). Recuperada de https://www.youtube.com/watch?v=-YVyeIPLeUU [Fotografía de niños vestidos de profesiones]. (s.f.). Recuperada dehttp://360es.com/es/blog/ [Fotografía de Arzobispo saludando gente]. (s.f.). Recuperada de https://diocesisgranada.wordpress.com/tag/semana-santa/ Jan, F. (s.f.). [Fotografía de hombre confesándose con sacerdote] Recuperada de http://www.aleteia.org/es/religion/articulo/cuandose-puede-hacer-confesion-comunitaria-5871068262694912 ¡Marchando una de patriarcado! [Fotografía] (s.f.). Recuperada de https://deploreibol.wordpress.com/tag/patriarcado/ [Pintura cubista de mujer cayendo de un balcón]. (s.f.). Recuperada de http://oficinaprecaria.org/2014/03/12/techo-de-cristal-y-suelopegajoso-2/ Bibliografía: Foucault M. (1978) Sexualidad y poder en Estética, ética y hermenéutica. Ed. Paidós Buenos Aires Foucault M. (1982) Las tecnologías del yo. Ed. Paidós. Buenos Aires. Izquierdo M. (1990) El malestar en la desigualdad ed. Cátedra. España. Vanegas G. (2009) Dominio y control: el revés de la violencia. Universidad Autónoma de Nuevo León.
La tumba que no es cajón Por Lic. Claudia M. Uzarralde
//…en el cajón yacen los cadáveres; en la tumba se esconden los cuerpos: Recordatorios de lo que ha de ser excluido, marginado, aislado; en la tumba, vestigios del Otro».
E
l proceso de individuación del ser humano puede describirse, en términos generales, como un interjuego con otros semejantes y las pautas socioculturales que proporcionan determinados ordenamientos de la realidad; lo que hará de cada ser un sujeto único, particular e irrepetible. Las instituciones, mediadoras de la socialización, aportan un sentido al mundo, que ha de existir como condición previa a su aceptación, negación o transformación. Cada sujeto porta un sentido ordenador de la realidad, socialmente construida y de la cual es parte por sus intercambios y transformaciones mediante el lenguaje y los códigos de conducta. El resultado de dichos procesos puede guardar similitudes o diferencias con el discurso dominante. En los sujetos en conflicto con la ley se advierten particularidades no arbitrarias, sino producto de un condicionamiento, un discurso, una construcción ideológica, un funcionamiento determinado de las instituciones. El control, el aislamiento, el sostenimiento de rutinas preestablecidas y los programas de rehabilitación, dirigen la técnica penitenciaria, fundamentada en la criminología positivista, que busca imponer un modelo de ciudadano a través del diagnóstico y el pronóstico. La privación de libertad adquirió una concepción utilitaria, reforzada por la relación entre el castigo y el trabajo, como proceso transformador. El encierro fue el mejor dispositivo para su administración y su agente, el Estado. La teoría estructuralista, y fundamentalmente Michel Foucault, plantea otros supuestos en 9
Editoriales: La tumba que no es cajón
relación a esta temática e interroga y analiza las dinámicas del poder y su funcionamiento al interior de las instituciones modernas y los saberes producidos en ella. Esta teoría, concibe la realidad a partir de relaciones entre fenómenos y las posiciones de éstos en la estructura que los contiene; los elementos que la conforman están interrelacionados y funcionan en forma interdependiente. La estructura, su funcionamiento y su fundamento se ocultan en un entramado de saberes que legitiman su existencia y trasvasan las redes del tejido social, imbricándose en los modos de producción de la subjetividad. Foucault entiende al poder como una multiplicidad de relaciones de fuerza inherentes al ámbito en el que se ejercen, constitutivas de su ordenación. Éstas se encuentran en tensión permanente, se transforman, refuerzan e invierten, tomando forma en los aparatos del Estado (la ley, las hegemonías sociales). Las instituciones de encierro resultan para el autor, el ejemplo paradigmático de estos modos del poder. La cárcel es un modo particular de la institución disciplinar a la que Foucault se referirá especialmente como un instrumento de control que prexiste como tal a su condición jurídica: Se ha constituido en el exterior del aparato judicial, cuando se elaboraron, a través de todo el cuerpo social, los procedimientos para repartir a los individuos, fijarlos y distribuirlos espacialmente, clasificarlos, obtener de ellos el máximo de tiempo y el máximo de fuerzas, educar su cuerpo, codificar su comportamiento (Foucault, 2009:265). Encontraba en su mismo seno la justificación de su existencia y su permanencia en lo social; su función era aportar un saber acerca de la delincuencia, velando los mecanismos/tecnologías de poder que su funcionamiento engendraba. Foucault desnuda la racionalidad que hace de la prisión el mejor medio para castigar las infracciones en el terreno de lo social. El criminal/ delincuente pasa a ser así el enemigo interior de la sociedad, pues ha roto el pacto social. 10
Al preguntarse por qué el recurso de la prisión se impuso a otros modos de sanción, Foucault enumera las «ventajas» del encierro: interviene en la distribución espacial de los individuos, es un medio para intervenir en el flujo de población así como la disposición de un ámbito en el que se interviene sobre la conducta de los individuos en nombre del orden y la regularidad. Suplicio y castigo, sustituidos por corrección y moralización, con el consecuente desarrollo de las ciencias de las prisiones y el nuevo sujeto/ objeto del discurso «científico»: el delincuente. El siglo XIX engendra un sistema judicial que se ajusta a un mecanismo de vigilancia y control, integrado a un aparato del Estado que ha contribuido a la formación y desarrollo de numerosas instituciones que sirven de apoyo al sistema general de vigilancia—encierro que penetra el tejido social desde la superficie hacia lo más profundo de sí.
El modelo capitalista en lo económico y las reformas iluministas en lo sociopolítico ampliaron el conjunto de bienes amenazados; además de las riquezas acumuladas peligraban la propiedad privada, los medios de producción y el ejercicio del poder. De ahí proviene una legislación creadora de nuevos delitos y medidas que, sin ser deliberadamente coactivas, disciplinan el comportamiento; haciéndose necesarios los organismos de control: el cuerpo debe ser domesticado y corregido. Para Foucault son éstas las transformaciones que inauguran una nueva relación entre el poder
Editoriales: La tumba que no es cajón
político y los cuerpos. Se instala así la vigilancia generalizada y constante, el aislamiento y reagrupamiento de los individuos y la definición de normas, exclusión y rechazo de los comportamientos no adaptados: panoptismo, disciplina y normalización. En el texto Vigilar y Castigar (1974), se describen los modos de control frente a la peste de fines del siglo XVIII; su análisis revela su analogía de este sistema con el carcelario que, en el siglo XXI, mantiene plena vigencia: la cuarentena es la estimación de la pena, las puertas y llaves se sustituyen por rejas y candados, los canales de aprovisionamiento, el rancho y el pasa platos. No hay cuervos, pero sí ratas y cucarachas. El espacio recortado es una celda, actualmente superpoblada. La revista de los vivos y los muertos, el recuento. El registro, los legajos personales, técnico—criminológicos, las historias clínicas, los libros de novedades. El no aviso de una lesión es un motivo para la sanción: el cuerpo no es mío, es de todos, es de nadie. Los registros de quienes ingresaban y salían de las casas de los apestados, las requisas. El dispositivo disciplinario se constituye al localizar, examinar y distribuir constantemente a cada individuo.
Para el análisis institucional debe atenderse a ciertas variables; racionalidad: los objetivos que propone y los medios de que dispone para conseguirlos; la cárcel sería entonces un medio para reformar al individuo. Luego sus efectos, que no suelen corresponderse con la
racionalidad planteada previamente: la cárcel no reforma sino que ha llegado a reforzar los comportamientos que se esperaba corrigiera. Finalmente el uso de la institución: la cárcel ha servido como mecanismo de eliminación, segregación o exclusión de una cierta parte de los individuos. Este nuevo fin da lugar a nuevas conductas racionales que lo lleven adelante: las configuraciones estratégicas. Las racionalidades institucionales se corresponden con su programa y se manifiestan en sus estatutos, mientras que las configuraciones estratégicas circulan en un nivel inferior e imperceptible, y pueden volverse invisibles para sus mismos ejecutores. La disciplina, en esta teoría, remite a un «vínculo privado», que delimita infinitas y profundas relaciones de coacciones, imposiciones y mecanismos que implican una subordinación irreversible. La asimetría y el exceso de poder definen al vínculo disciplinario. Su efectividad se basa en que el sujeto se sepa vigilado; no importa por quién ni cómo, este poder se automatiza y desindividualiza; garantizando asimetría, desequilibrio y diferencia; la sujeción real nace de la sujeción ficticia, reproduciendo coacciones del poder e instalando el modelo de una sociedad atravesada y penetrada por mecanismos disciplinarios. Pasamos de la disciplina de excepción a la vigilancia generalizada; la tecnología correctiva de la prisión se ubica en el punto de torsión en que el poder codificado de castigar se transforma en poder disciplinario de vigilar: el castigo de la ley universal aplicado selectivamente a ciertos individuos, siempre los mismos (Foucault, 2009). Foucault, como Nietzsche,plantea: «en nuestras sociedades contemporáneas ya no se sabe con exactitud qué es lo que se hace cuando se castiga, ni tampoco qué puede en el fondo justificar la punición» (Foucault, 2006:150). El programa tecnológico de la prisión no será aplicado a la infracción, ni al infractor, sino al delincuente, producto del aparato carcelario mismo. Los saberes allí producidos harán existir al criminal incluso antes de su crimen. La penalidad incluye la dimensión de lo biográfico, inaugurando la esfera de lo criminológico; 11
Editoriales: La tumba que no es cajón
a diferencia del infractor, el delincuente está ligado a su acto y a sus impulsos. La delincuencia es una anomalía, una amenaza, un modo particular de existencia que es castigado por el mismo mecanismo que lo engendra, su existencia legitima la justicia criminal, revelando su utilidad económico—política. La disciplina es uno de los mecanismos que Foucault asocia al funcionamiento concreto de la anátomopolítica, y en su texto Las mallas del poder (1981), alude a la teoría psicoanalítica y su modo particular de analizar y dar lugar al poder en la génesis de la cultura. Desecha la tesis psicoanalítica y retoma su argumento sobre las tecnologías del poder y la sociedad disciplinar. Pareciera no haber acuerdos entre las teorías; sin embargo algo resuena. Con la segunda tópica y teoría de las pulsiones, Freud aporta nuevas herramientas para abordar, entre otras, temáticas ligadas a la cultura y la relación del hombre con la violencia. Se postula la existencia de la pulsión de muerte, contraparte del Eros, que busca, a lo largo de la vida de un sujeto, la cohesión psíquica y el mantenimiento del lazo social. La pulsión de muerte en cambio propende a un más allá de todo bienestar, armonía o equilibrio; su propósito será alcanzar el goce, placer que más allá de cierto límite es dolor, sufrimiento. Este goce ha de ser limitado para que el sujeto exista o de otro modo la pulsión de muerte se impone como retorno a lo inorgánico. El modo de regular ese goce es la cultura, como organización simbólica, que permite gozar lo menos posible en aras de permitir cierta prevalencia de Eros por sobre la pulsión de muerte. El malestar de la cultura, inherente a ella, es el precio que el sujeto paga para estar vivo y ser con otros. Pero los esfuerzos de Eros no son nunca suficientes, un resto siempre insiste bajo la forma de agresión y autoaniquilamiento, ecos de la acción disolvente y disgregadora de la pulsión de muerte. Este juego de oposiciones y antagonismos es el motor de la vida de los hombres y la historia: la ley y el crimen, las dos caras del mismo fenómeno. La ley, que ordena y cohesiona, es uno de los representantes culturales de Eros pero que, en 12
el mito de la horda primitiva, queda instaurada en tanto un crimen la ha precedido: el parricidio. Sin el padre de la horda todos los hermanos pueden gozar, sin embargo todos ellos son ahora potenciales víctimas de un nuevo crimen. Para evitarlo, la fratria acuerda una norma, un límite al goce: la ley.
La ley engendra en sí misma una paradoja «que, al pretender limitar el goce para fundar los lazos sociales, tiene que nombrarlo como “prohibido” y, de este modo, promoverlo» (Gerber, 2006:195). Lo prohibido promovido es lo que debe ser señalado, marginado, segregado, depositario del mal. La violencia de esa exclusión, de eso que queda por fuera de la ley, de lo prohibido, es también una forma de lazo social. La violencia no logra ser erradicada por completo. Ahora bien, ¿en qué consiste esa forma de violencia? «En una exclusión: es preciso que haya Otro –identificado con el mal– que sea segregado. Esta segregación permite la constitución real del grupo social, el núcleo que le da consistencia» (Gerber 2006:195). La fraternidad es hija de la segregación. ¿No hay entonces aquí un punto de convergencia con la tesis de Foucault? El delincuente es el segregado, o lo segregado: justifica la existencia de los mecanismos de control y es a su vez, su producto. El segregado existe para mantener la cohesión del grupo: existe grupo porque hay un segregado. Ha sido absolutamente necesario constituir al pueblo en sujeto moral, separarlo pues de la delincuencia, separar claramente el grupo de los delincuentes, mostrarlos como peligrosos, no
Editoriales: La tumba que no es cajón
sólo para los ricos sino también para los pobres, mostrarlos cargados de todos los vicios y origen de los más grandes peligros (Foucault 1992:93). Como las tecnologías del poder, la segregación opera con la complicidad y el silencio del grupo, de eso no se habla, porque eso es lo prohibido, eso es propio del segregado, eso es desconocido en nosotros mismos. Pero como el ser humano es un ser situado, eso irá cambiando sus formas, apariencias y nombres en tanto seamos definidos por nuevas coordenadas, discursos y saberes: efectos de poder.
simultáneamente el residuo imposible de eliminar del campo simbólico (Gerber 2006:210—211). El desgranamiento del discurso dominante y el cuestionamiento del funcionamiento de la institución se tornan difíciles dada la legitimidad de las relaciones de poder al interior de la institución carcelaria y las políticas que la regulan; sin embargo, la posibilidad de una transformación está latente en su mismo centro, en la labor invisible de aquel que, advertido de la violencia represiva que ésta ejerce, incluso sobre sus propios componentes, intenta repensar su labor y transformar su práctica en una acción más preocupada por la subjetividad del individuo que de su adecuación a un régimen que atenta contra ella. Sobre el autora: Claudia Marcela Uzarralde (14-11-1983 Bahía Blanca, Argentina); licenciada en Psicología por la Universidad del Salvador (2008) y maestrando en Sociología por la Universidad Nacional del Sur (2014-actualidad). Empleada del Servicio Penitenciario Bonaerense (Unidad Penal 4, Bahía Blanca) desde 2003. Docente adjunta en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador sede Bahía Blanca desde 2012. Referencias de imágenes:
Colegimos entonces que la prisión y la delincuencia serían el modo en que el modelo capitalista y las ideas modernas han resuelto, aplicando la racionalidad, una forma de administrar y gestionar eso; el contenido que ha de ser segregado del todo para que un cierto grupo se constituya como tal y mantenga su cohesión mediante el lazo social. Pero, como puntualiza Foucault, las relaciones de poder no son esquemáticas ni estáticas; dentro y fuera del grupo estamos destinados a estar todos, mostrando un modo de funcionamiento del poder, la segregación y la violencia del que a todos, tarde o temprano, la historia nos hace víctimas y victimarios. Lo esencial es transformar la extrañeza que provoca la violencia en reconocimiento de que ella es manifestación de lo humano por excelencia; no con el propósito de exaltarla sino como expresión de una postura ética basada en la exigencia de no olvidar ese origen que es
Matzkin, M. (2011) [Fotografía aerea de Sierra Chica]. Recuparada de http://www.lanacion.com.ar/1361279-sierra-chica-las-huellas-delmotin-mas-sangriento-de-la-historia-argentina Matzkin, M. (2011) [Fotografía frontal de Sierra Chica Vigilancia y Tratamiento]. Recuparada de http://www.lanacion.com.ar/1361279sierra-chica-las-huellas-del-motin-mas-sangriento-de-la-historiaargentina Matzkin, M. (2011) [Fotografía desde adentro de una celda en Sierra Chica]. Recuparada de http://www.lanacion.com.ar/1361279-sierrachica-las-huellas-del-motin-mas-sangriento-de-la-historia-argentina [Fotografía de Puertas de Unidad 2 de Sierra Chica].(s.f.). Recuperada de http://agepeba.org/Lectura.asp?id=10558 Bibliografía: Foucault, M. (1992) Entrevista sobre la prisión: el libro y su método (pg 89 a 104) en Microfísica del poder. Madrid, España: ediciones de La Piqueta. (1999) Cap 14 Las mallas del poder (pg 236 a 254) en Estética, ética y hermenéutica, Barcelona, España: Paidós. (2006) La sociedad punitiva (pg 37 a 50) y¿A qué llamamos castigar? (pg 145 a 155) en La vida de los hombres infames, Lanús Oeste, Argentina: Altamira. (2009) Cap 7 El panoptismo (pg 227 a 261) y Cap 8 Unas instituciones completas y austeras (pg 265 a 296) en Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión, Buenos Aires, Argentina: Siglo veintiuno editores. —Gerber, D. (2006) Cap 11 El estúpido encanto de la violencia (pg 191 a 211) en El Psicoanálisis en el malestar en la cultura. Buenos Aires, Argentina: Editorial Lazos.
13
Temática central:
¿En qué piensan los que no piensan?
Apuntes para un proyecto de investigación sobre poder y subjetividad Por José María Infante
L
as estructuras que se forman entre las relaciones de poder y la subjetividad son una porción de la acción social, es decir, de lo que los seres humanos hacemos un día cualquiera en cualquier sociedad; pero es precisamente esto último, el tipo de sociedad donde se dan, lo que dará una estructura particular al sistema. No construiremos el mismo modelo si nos referimos a los baruya de Nueva Guinea que cuando hablemos de los fang de Camerún o los tarahumara de México. Para evitar malentendidos aclaro que trataré de referirme a las sociedades urbanas del capitalismo industrial de Occidente, aunque no pueda evitar algunas contradicciones. Estas últimas no poseen la misma dinámica histórica y para tomar una sola dimensión no se dan los mismos intercambios en las sociedades totalitarias (ejemplos, la Alemania nazi, la Argentina del llamado “proceso” o el Chile de Pinochet o la España franquista) que en las sociedades democráticas (la Suecia o Dinamarca actuales). La acción social se da siempre en una sociedad concreta; ningún ser humano nace en un vacío social, de manera que sus estructuras psicológicas están modeladas por la interacción que se establece desde el momento de su nacimiento (y antes) en un medio sociocultural, del cual forman parte integral los sistemas de intercambio simbólico. Y ningún intercambio simbólico es indiferente a las relaciones de poder. El poder puede estar distribuido o concentrado, puede ser asignado de manera justa o injusta (hablando de justicia distributiva), pero ninguna relación entre seres humanos puede prescindir de su ubicación con relación al poder. Según que las relaciones sean igualitarias o no, la subjetividad podrá coincidir más o menos
14
con las relaciones objetivas. La subjetividad en sí misma no puede explicar la acción, aunque en muchas ocasiones los sujetos racionalicen su acción. El sujeto se constituye como resultado del entrecruzamiento de las relaciones de intercambio simbólico y lo que algunos llaman conciencia es la representación subjetiva de esas relaciones, tal como el individuo las construye para sí mismo. Esto nos permite hablar de la polivalencia semántica de la acción social y entender por qué, sobre un asunto cualquiera (incluyendo los campos científicos), podemos tener más de una perspectiva o modelo teórico.
El conocimiento de un pensamiento (o toma de conciencia) es siempre una forma de representación de ese mismo pensamiento, aun cuando esa representación pueda permanecer oculta o reprimida sin acceder a la conciencia inmediata. Si existiera algo absolutamente incognoscible sería absolutamente inconcebible. No profundizaré aquí en la dialéctica entre sociedad e individuo por la cual se elaboran estos modelos.
Tema central
El poder (sin categorías éticas) es, entonces, una condición de toda relación social y se organiza según las condiciones de la sociedad en la que se intercambia y distribuye. Todas las sociedades urbanas del capitalismo (y otras de las que no hablamos) están insertas en estados—nación con un modo similar pero específico para cada caso de dominio y ejercicio del poder, legítimo o no. Y es la organización estatal en estas sociedades la que ejerce la hegemonía en la estructuración de las relaciones de poder; todas las ideologías políticas de destrucción del estado, cualquiera sea su formulación, son, en este momento histórico, deseos imaginarios sin ninguna viabilidad real. La construcción de los estados—nación también presenta complejos problemas de identidad que no abordaré aquí. Pero en toda sociedad el dominio sobre la subjetividad de un otro puede ser imposible. Al día siguiente de asumir su primer mandato, Barack Obama ordenó el cierre de esa aberración humana que se llama la cárcel de Guantána-
mo. Estamos a punto de concluir su segundo mandato y la cárcel sigue abierta. Sin duda hay personajes por debajo de él que tienen una construcción subjetiva diferente y han resistido la orden; todo ejercicio del poder requiere de una subjetividad compartida y coincidente. El ejercicio totalitario del poder ha pretendido siempre eliminar la subjetividad sin éxito alguno; la subjetividad puede escapar siempre a los controles. Hace pocos días se dio un acontecimiento ampliamente comentado en los medios: la acción de un piloto de un avión de una aerolínea subsidiaria de Lufthansa, quien se encerró en la cabina y condujo la aeronave hasta estrellarla contra la montaña en los Pirineos franceses. El incidente muestra hasta qué punto confiamos durante nuestras acciones cotidianas en la coincidencia de la subjetividad del otro con la nuestra, y al mismo tiempo agrega elementos sobre las limitaciones del poder en el control del comportamiento de los otros1. La psicología social clásica (de raíz gestáltica) elaboró hace más de cincuenta años el concepto de «ignorancia plural» para hablar de la forma en que imaginamos de manera equivocada la subjetividad del otro en una relación social (McCullough y Tabak, 2010), pero nunca se desarrolló a fondo —y también porque los fondos para investigación suelen escasear para los científicos sociales— de manera que hacen falta allí muchas precisiones conceptuales. El punto es que atribuimos al otro nuestra propia condición subjetiva y de allí la identificación falsa. Hay que tener en cuenta que en las sociedades totalitarias tenemos siempre un pequeño grupo (más o menos pequeño pero nunca una sola persona) que pretende controlar todos los aspectos de la vida en todos los niveles. En esas sociedades totalitarias las relaciones de poder son marcadamente desiguales y siempre tienen como fundamento jurídico filosófico una concepción distorsionada del ser humano. El nazismo pretendió encontrar en la superioridad de la raza aria (cualquier cosa que esto pueda significar) la justificación ideológica de su accionar político; los ricos justifican las cada vez mayores disparidades de los ingresos en las so15
Tema central
ciedades capitalistas en la supuesta incapacidad de los pobres para el trabajo y así sucesivamente, los ejemplos son casi infinitos. Es como si no pudiera aceptarse a nivel consciente que se pretende el dominio de la subjetividad del otro por el simple ejercicio del poder y se debe entonces encontrar una racionalización para ello. En muchas condiciones de la vida social regular la subjetividad es censurada o autocensurada. La censura es siempre el resultado de uno o varios modos de represión que provienen del exterior por los cuales el individuo no se atreve a expresar su subjetividad por miedo a alguna forma de represión; de allí que el psicótico, al expresar su subjetividad sin (aparentemente) tener miedo a la represión, nos coloque de frente a nuestras propias contradicciones. Cuando la censura se desarrolla a partir del mismo individuo, son las estructuras superyoicas las que adquieren un rol fundamental en la construcción de la subjetividad; el poder opera de manera indirecta a través de ellas; quedará para otra oportunidad la discusión sobre la función del padre en las sociedades modernas. El punto de constitución de la subjetividad es el pensar, esa capacidad específicamente humana cuyas contingencias y contradicciones son uno de los temas centrales de la película de Margarethe von Trotta (2012), Hannah Arendt. Desde una posición neoaristotélica, Hannah Arendt se cuestiona sobre las relaciones entre pasión y razón (Ebbecke—Noihlen y Nohlen, 2015a y 2015b). La película se concentra en las reflexiones que le suscitan a Hannah Arendt el juicio al criminal nazi Adolf Eichmann y lo que para ella era su incapacidad de pensar o su irreflexión, lo que en cierta manera lo exculpa de su acción criminal. ¿Es posible eliminar la subjetividad no pensando o, mejor dicho, renunciando a pensar? Es posible que esto sea la aspiración de los regímenes totalitarios: llevar a los individuos a la posición de no pensar, de manera que el poder ocupe así ese lugar. Siempre estará como trasfondo el tema de la autonomía, ya que si la subjetividad no pertenece al acto de construcción de la autoconciencia yoica, entonces el sujeto no puede constituirse 16
de manera diferenciada con los otros con los que se relaciona. Seyla Benhabib (1986) nos recuerda que los seres humanos somos sujetos constituidos por procesos históricos por los cuales nos convertimos en constituyentes de las transformaciones —a través de una fórmula muy amplia de lo que se considera trabajo— de la sociedad en la que vivimos. Una vez que los seres humanos nos podemos reconocer como agentes de la construcción histórica, podemos construir la autoconciencia de los objetivos o metas sobre los que pensamos puede gobernarse el curso futuro de los acontecimientos, es decir, empoderándonos como sujetos frente a las otras formas de poder.
Para Patrizia Violi (1992), la constitución fundamental del sujeto se efectúa a través de la diferencia, que es el principio existencial que concierne a los modos del ser humano, cuya diferencia básica es la de hombre/mujer. La diferencia es el fundamento de la subjetividad, dado que un sujeto neutral es impensable; el lenguaje, como mecanismo semiótico y cultural, afecta la construcción de la subjetividad de hombres y mujeres. El lenguaje masculino ha sido visto consistentemente como más preciso y por consiguiente superior al de las mujeres. Dado
Tema central
que el lenguaje no sólo reproduce la realidad externa, es necesario analizar los mecanismos por los cuales las mujeres pueden internalizar estas interpretaciones a partir de asumir el lenguaje de los hombres. Una discusión a fondo de estos procesos y sus referentes empíricos excede los límites de este trabajo y requiere de más investigación. El lenguaje replica los mecanismos de dominación y exclusión, mecanismos básicos para el ejercicio de toda forma de poder. En las sociedades democráticas predominan imaginariamente las relaciones más igualitarias con relación al poder; pero, estrictamente, no existe ninguna sociedad donde los intercambios sean absolutamente igualitarios. A lo más que podemos aspirar es que quienes ocupan una cierta posición de poder no la utilicen para beneficio personal sino que sirva para asegurar el bienestar de todos. Es una de las grandes contradicciones de la moderna sociedad capitalista, en las que simultáneamente han surgido las relaciones democráticas: mientras el sistema económico reivindica la diferencia, el sistema político reclama la igualdad en el valor que se atribuye a cada uno de los individuos, hombre o mujer. El supuesto básico que permite entender (o construir) una idea de democracia es el error epistemológico de creer en la existencia del individuo. Si bien es necesario sostener, por necesidad ética, la existencia de un ser autónomo, ningún ser humano de carne y hueso lo es. La negación de esto lleva a la justificación de todas las formas de autoritarismo que han existido y existen y que tiene una muestra deformada en muchos de nuestros pretendidos dirigentes
políticos actuales cuando, de diversas maneras, se asignan para sí la capacidad de pensar por los demás o niegan a sus enemigos la aceptación consciente y voluntaria por parte de los ciudadanos que los apoyan. Quizá paradójicamente sean las sociedades democráticas las que requieren de la formación de un superyó autónomo más coherentemente estructurado. Pero un superyó estructurado coherentemente es un imaginario imposible en las modernas sociedades (no hablo de otras, donde sencillamente no lo sé), porque los elementos que participan en la formación de las instancias superyoicas adquieren su poder de diferentes fuentes. El poder democrático debe renunciar al control del imaginario, pero el poder tiene como condición esencial de su propia existencia el adquirir cada vez un mayor dominio, lo que es otra contradicción sólo resoluble de manera pragmática. Las sociedades democráticas no sólo deben respetar el pensar autónomo, sino que deben promoverlo. De allí el miedo de los populismos a permitir que los ciudadanos puedan participar desde su posición individual y por lo tanto, la «naturalidad» de que sea el líder el que piense por los demás. El tema de fondo aquí es la polémica imaginaria de Adorno con Weber sobre la explicación de la conducta social (y política) que puede ser interpretada subjetivamente con sentido; porque toda conducta (política o no) tiene para el agente que la ejecuta o realiza un sentido, pero ese sentido social subjetivo no presupone una racionalidad social (Adorno, 1996). Esto nos permite entender el comportamiento de los individuos que se adhieren a los grupos 17
Tema central
políticos de ultraderecha, que subjetivamente suelen estar convencidos de que trabajan por una sociedad mejor. Al reivindicar la subjetividad, por último, debemos evitar los dos peligros epistemológicos que distorsionan el papel del individuo: el psicologismo, que pretende explicar las estructuras psíquicas a partir del individuo independiente o libre; y el individualismo metodológico, que pretende entender la sociedad a partir del comportamiento de los individuos. Las preguntas esenciales que deberíamos intentar responder son: ¿Cómo se concibe el ejercicio del poder en la sociedad regiomontana? Es decir, ¿de qué manera los individuos conocen su conocimiento del poder y actúan en correspondencia? ¿Cómo recogen y piensan las mujeres (como colectivo) su papel en la construcción de la sociedad? ¿Cómo asumen las mujeres su autonomía para constituirse como sujetos? ¿Cómo se construye el lenguaje subjetivo de hombres y mujeres en la sociedad regiomontana? ¿Qué rol o función juega la clase social en la construcción del conocimiento y la imagen del poder? Sobre el autor: Licenciatura en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, 1971; Maestría en Ciencias con la especialidad en Metodología de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Nuevo León, 1989; Doctorado en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, 1999. Referencias: Y hay que agregar que Andreas Lubitz (así se llamaba el copiloto) tenía conciencia de esos posibles controles, habiendo ocultado datos de sus dificultades de salud mental. 1
Referencias de imágenes: [Dibujo de personas atadas unas con otras]. (s.f.). Recuperada de http:// hikingartist.com/2013/05/01/relationship-strings/network-society/ [Mural de Guantamo Camp]. (s.f.). Recuperada de https://prezi. com/1amgjt4vwod2/guantanamo-bay/ [Poster de película Hanna Arendt]. (s.f.). Recuperada de http://www. presenciaadsis.org/hanna-arendt-de-margarethe-von-trotta/ [Dibujo de personas en papel amarillo]. (s.f.). Recuperada de http:// www.dialogosdelsur.org/transparencia-y-democracia-participativacontra-la-corrupcion/27122014/ Bibliografía: Adorno, T. (1996). Introducción a la sociología. Barcelona: Gedisa. Ebbecke—Nohlen, A. y Nohlen, D. (2015a). Hannah Arendt. Sus ideas cambian el mundo. Una película de Margarethe von Trotta. Desafíos 27(1), 209—227.
18
Ebbecke—Nohlen, A. y Nohlen, D. (2015b). Hannah Arendt. Ideas que cambian el mundo. Este País, cultura, 288, 8—15. Benhabib, S. (1986). Critique, norm, and utopia. A study of the foundations of Critical Theory. Columbia University Press. McCullough, M, y Tabak, B. (2010). Prosocial behavior.En R. Baumeister y E. Finkel (eds). Advanced Social Psychology. The state of the science(pp. 263—302).Oxford University Press. Violi, P. (1992). Gender, subjectivity and language. En G. Bock y S. James (eds). Beyond equality and difference. Citizenship, feminist politics and female subjectivity (pp. 164—176). Londres: Routledge.
Poder y subjetividad, una reflexión contemporánea Por Dr. Ramón Chaverry Soto
A
jeno a nuestra naturaleza espiritual, prescindible en condiciones ideales, exceso innecesario, lo que se sufre a regañadientes, escoyo a superar, solemos pensar el poder como un efecto colateral de nuestra vida en sociedad, olvidamos que éste ha cruzado nuestra historia, ha edificado imperios, conformado religiones. Negamos su presencia y le resistimos porque prudentemente pensamos «el poder enloquece». Por ello, la sociedad busca aminorar sus efectos, ponerle diques. Donde denunciarle es sólo el primer paso para liberarnos de él, donde empoderarnos es una necesidad. El poder experimentado como medio se nos presenta como objeto de deseo, como cara posesión. Estas miradas —llamémoslas amablemente inocentes—, son en muchos sentidos ignorantes a una reflexión seria del lugar del poder en la constitución de nuestra subjetividad. Frente a esta mirada ingenua, la filosofía afirma que somos poder, porque nuestra subjetividad está conformada por él, no es medio ni instrumento, sino elemento constituyente, formador. Los filósofos franceses del siglo pasado, de la mano de Nietzsche, ya habían apuntado el lugar constitutivo que tiene el poder en nuestra subjetividad. El poder asociado a la voluntad se reflexionó por primera vez en Nietzsche: «Este concepto victorioso de la fuerza, mediante el cual nuestros físicos han creado a Dios y al universo, requiere un complemento; hay que atribuirle un poder interno que yo llamaré la voluntad de
Tema central: Poder y subjetividad, una reflexión contemporánea
poder»2 . Con esta reflexión, el filósofo Röken iniciaba un camino en torno al poder que aún sigue dando frutos en diversos pensadores.
Es así que en el siglo pasado el poder dejó de ser un elemento aledaño para ocupar un lugar privilegiado en la reflexión, ello marca una mirada crítica que reconoce en el poder el elemento fundamental en la conformación de diversas esferas de lo humano. El poder, nos muestran ahora sus teóricos, se encuentra en los lugares más íntimos, en lo más elemental. El poder se encuentra en las fibras más finas del tejido social, no sólo en lo más evidente (Estado, clases, naciones, religión), sino en los elementos menos cruentos y vistosos (opiniones, valores, tradiciones). El poder está ahí donde le consideramos ausente, en la paz, en la vida amorosa, en la familia. Si podemos rastrearlo en todos estos ámbitos es porque se encuentra como condición de posibilidad de toda organización, enquistado en nuestros a prioris. Roland Barthes señala al lenguaje como el nicho donde el poder se afianza. Dice Barthes: «aquel objeto en el que se inscribe el poder desde toda la eternidad humana es el lenguaje, o para ser más precisos, su expresión obligada: la lengua»3. La lengua para Barthes no es un
remanso o casa del ser, es un código, una legislación. La lengua es una clasificación, siguiendo a Jakobson, dirá Barthes que: «un idioma se define menos por lo que permite decir que por lo que obliga a decir»4. Su característica, por tanto, no es la prohibición sino la obligación. De esta manera, hablar no es comunicar, sino alienar, es sujetar. La lengua no impide decir, obliga a decir, y por ello es fascista «desde que es proferida, así fuere en la más profunda intimidad del sujeto, la lengua ingresa al servicio de un poder»5. Casi al mismo tiempo que Barthes, otro francés, Michel Foucault, reflexionaría profundamente el poder en relación con la conformación de la subjetividad. El filósofo francés llamó procesos de subjetivación a ese movimiento que hace del sujeto objeto. Sujeto del saber, sujeto del poder, sujeto de la verdad, esas serían las líneas que exploraría en su trabajo desde la década de los sesentas del siglo pasado. En su labor genealógica, Foucault nos mostrará la conformación de la subjetividad contemporánea a través de los diferentes dispositivos de poder. Para postular esto, el francés ha tenido que dar vuelta a las concepciones tradicionales del poder, esto es: 1) el poder no es propiedad de nadie, es estrategia; 2) el poder no es sufrido, se ejerce; 3) el poder no viene «de arriba» de forma vertical, de una instancia superior que lo detenta, es horizontal (cruza a todos); 4) el poder no es negativo (su función principal no es prohibir) el poder es positivo (produce discursos, verdades, saberes); 5) el poder no está localizado en una entidad (Estado, gobierno, etc.), se presenta relacionalmente (disperso en una red microfísica); 6) el poder no está subordinado a una superestructura, se encuentra desplegado en todo el espacio posible de manera efectiva y encarnada; 7) el poder no se expresa sólo en el ámbito jurídico sino que marca nuestra relaciones no discursivas, nuestras creencias, hábitos, etcétera. Si Foucault ha hecho este trabajo es para mostrarnos cómo los que él llama procesos de subjetivación se presentan intercalados en dispositivos de poder. Para Foucault los dispo19
Tema central: Poder y subjetividad, una reflexión contemporánea
sitivos son conjuntos heterogéneos comprendidos de discursos, instituciones, disposiciones arquitectónicas, reglamentos, leyes y medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones morales, filosóficas o filantrópicas, en otras palabras, lo dicho y lo no—dicho. Los dispositivos constituyen esa red en la cual todos estos elementos heterogéneos confluyen y pueden coexistir. En la lógica de los dispositivos puede ocurrir que los discursos muestren un cambio de función, pero esta combinatoria no tiene una racionalidad, una dirección específica. Por ejemplo, como lo muestra Foucault en Vigilar y castigar, un dispositivo de disciplina que originalmente operaba en la prisión, puede ser llevada a un ámbito escolar, de igual forma una formalidad burguesa, como un tribunal, puede ser luego tomada por el discurso del proletariado6. Complementa esta taxonomía del dispositivo una reflexión del mismo como una formación que en un momento histórico tuvo como función responder a una urgencia. Tiene una función estratégica dominante, podemos recordar como un ejemplo claro de esta función el lugar que el panóptico jugó en el desarrollo de la lógica penitenciaria. El dispositivo es una cierta manipulación de las relaciones de fuerza, esa es su naturaleza estratégica. Es una intervención racional de esas relaciones de fuerza para desarrollarlas en una dirección o para bloquearlas, estabilizarlas, utilizarlas7. El dispositivo está inscrito en un juego de poder, pero se encuentra a su vez ligado al saber, a sus «límites». Es así Foucault un filósofo dedicado intelectualmente a elaborar un detallado análisis del 20
poder, de ahí que haya bautizado a su trabajo como una analítica del poder. Este trabajo tendrá siempre en la mira el reconocimiento de la subjetividad. Por ello en una lectura posterior que el autor de Las palabras y las cosas hace de su trabajo, señala que la genealogía tiene tres ámbitos de interés, estos dan cuenta de esa mirada que permite reconocer las condiciones de posibilidad de la aparición de las nuevas subjetivaciones o sujetos, a saber: una ontología histórica de nosotros mismos en relación con la verdad, por medio de la cual nos constituimos en sujetos de conocimiento; una ontología histórica de nosotros mismos en relación al campo de poder a través del cual nos constituimos en sujetos que actúan sobre los otros; finalmente, una ontología histórica en relación a la ética a través de la cual nos constituimos en agentes morales8 . Foucault llama a estos ámbitos ontología histórica, desde la cual podemos entender los modos de subjetivación. En principio parecería estar hablando de tres momentos en su trabajo, sin embargo, si nos detenemos a observar estos ámbitos ontológicos notaremos que no son excluyentes, no se pueden tratar separados como si fuera posible hacer un análisis de lo uno sin lo otro. Nos hemos vuelto objeto del saber (nuestra subjetividad esta cruzada por ese saber) al mismo tiempo que este saber modela ciertas formas de relación con los otros (por ejemplo, un dispositivo burgués, apoyado por un saber como el psicoanálisis, refuerza una forma de relacionarse en la familia)9. Este acercamiento microfísico del poder deja claro que no es posible hacer un análisis simplis-
Tema central: Poder y subjetividad, una reflexión contemporánea
ta del mismo. Continuar la analítica del poder desarrollada por el autor de Vigilar y castigar requiere adentrarse en una mirada crítica a los ámbitos más íntimos de la subjetividad, tarea por venir que corresponderá a los profesionales aventurados que, menos que lugares comunes en donde habitar, busquen caminos inexplorados por donde avanzar. Los primeros frutos de estos análisis inusuales ya han madurado en autores como Roberto Esposito, Achille Mbembe, Tiqqun, entre otros. En un país como el nuestro, cruzado por la corrupción y el narcotráfico, anquilosado en su economía, retrogrado en sus prácticas, la analítica del poder no sólo puede ser calificada como una labor pertinente, sino en muchos sentidos, urgente. Sobre el autor: Licenciado en psicología, maestro en filosofía de la cultura y religión, Doctor en filosofía del programa de Doctorado en filosofía por la facultad de filosofía y letras de la UNAM. Profesor de la asignatura de textos filosóficos en la carrera de Letras modernas. Especialidad en filosofía francés y filosofía clásica. Miembro del grupo de investigación Reflexiones marginales, autor del libro “El sujeto como objeto de sí mismo” y de ensayos y artículos filosóficos.
Referencias: 2
Nietzsche F. Voluntad de Poder, Edaf, Buenos Aires, 2001, p. 309.
3
Barthes R. El placer del texto, siglo XXI, México, 2000, p. 118.
4
Ibíd.
5
Ibíd. P.120
Foucault señala esta contradicción del proletariado “Sobre la justicia popular” en Microfísica del poder,La piqueta, Madrid, 1992,pp. 49—53. 6
7 Foucault M. “Le jeu de Michel Foucault” en Dits et écrits II, Quarto Galimard, París, 2001. 8 Foucault, À propos de la généalogie de l’éthique: un apercu du travail en cours en Ibíd. 9 Foucault, Historia de la sexualidad, Siglo XXI, México, 2000, (Passim).
Referencias de imágenes: [Fotografía en blanco y negro de Friedrich Nietzsche]. (s.f.). Recuperada de http://co.tuhistory.com/hoy-en-la-historia/nace-elfilosofo-friedrich-nietzsche [Fotografía en blanco y negro de Michel Foucault]. (s.f.). Recuperada de http://bibliobs.nouvelobs.com/essais/20131220.OBS0394/ pourquoi-michel-foucault-est-partout.html [Fotografía de Michel Foucault hablando por megáfono]. (s.f.). Recuperada de http://www.periodicodelbiencomun.com/columnascomunitarias/la-maxima-aspiracion-del-poder-es-la-inmortalidadmichel-foucault/
21
La entrevista Al Dr. Rolando Picos Bovio Por José Vieyra Rodríguez
M
e encuentro con el Dr. Picos Bovio, a quien agradezco su tiempo para la realización de esta entrevista. Quisiera comenzar preguntando: ¿existe la posibilidad de distinguir el término «poder» Dr. Rolando Picos Bovio desde un punto de vista que no Licenciado en Filosofía y sea etológico, es decir, no el poMaestro en Metodología der como fuerza física? de la Ciencia (UANL), El poder es un concepto que Doctor en Humanidades puede trabajarse desde distintos y Artes (UAZ) y miembro ángulos. El poder es una categoría del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), de la filosofía política, que es en nivel 1, del CONACYT. donde normalmente lo asociamos. Profesor—investigador También tiene un tratamiento fidesde 1995 en los colegios losófico que puede tener una conde Filosofía y Sociolonotación negativa, así como puede gía de la Facultad de referirse a una particularidad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma una posibilidad del ser humano, de Nuevo León (UANL) y entonces hablamos del poder donde trabaja temáticas como posibilidad de transformarelativas a Filosofía de la ción. Por lo tanto, tiene que ver educación, Filosofía del mucho con la tradición desde la Lenguaje, epistemología que se esté hablando del término y sociolingüística, entre «poder» para describir la particuotros temas. Además es laridad del mismo, por ejemplo, profesor en el programa dice Foucault que el poder atraviede Maestría en Educación, campo: formación sa los cuerpos, y esto no es necedocente, de la Universi- sariamente negativo, sino es parte dad Pedagógica Nacio- de una circunstancia propiamente nal, unidad Guadalupe, humana. Nuevo León. Para el término «poder», de manera general, encontramos significados como «ser capaz», «tener fuerza para algo», «ser potente»; sin embargo, también existe la acepción de «dominación, sometimiento», ¿cuál sería la relación entre estas dos concepciones que parecen ser diferentes? 22
Insisto, por ejemplo Foucault, en Vigilar y castigar, habla del poder como esta parte de un dispositivo que ordena, selecciona, vigila, conforma... poder respecto a un cuerpo y una individualidad, a aquello que describe como lo anatomopolítico y lo biopolítico. Ahora bien, también está la connotación nietzscheana del poder, en donde se le entiende como una posibilidad transformadora, como una posibilidad emancipadora, como «voluntad de poder», que es como lo recupera Nietzsche, como posibilidad de transcendencia. El poder es algo que nos acompaña desde nuestra propia biología; por ejemplo, el poder con el que contamos para llevar a cabo actividades físicas, el poder con el que podemos trascender diversos espacios o hacer distintas actividades, como algo de la interacción y la intersubjetividad que está presente. Yo distinguiría, pues, el uso de los términos, pero al final el poder está presente en nuestra biología, hay una relación entre este poder y la racionalidad. Justamente esto que nos comenta, me da pie para la siguiente pregunta: antropológicamente hablando, parece que siempre han existido de manera clara las relaciones de poder, ¿ello implicaría que estas son una característica específica del ser humano? Creo que sí, la existencia del ser humano, primero como ente biológico, marca ciertas relaciones de poder, que están justamente en correlación con su propia naturaleza, pero también entendamos que el ser humano no es solamente biología, sino que es social, y las relaciones de poder están presentes dentro del ámbito de la comunidad, es decir, dentro del ámbito de la política, que es la posibilidad de realización del ser humano. Obviamente cuando hablamos de comunidad, política... estamos hablando de relaciones de poder que
La Entrevista: Dr. Rolando Picos Bovio
están mediadas por diferentes leyes, dependiendo del tipo de organización social. Ahora bien, recordando los argumento de Locke, Hobbes, el mismo Rousseau, que abordaban la «sociedad pre política» como un espacio que el poder biológico, es decir, la fuerza, se impone respecto a la voluntad de los demás seres humanos, es la lógica del más fuertes sobre el más débil, pero en la perspectiva rousseauniana, a partir del contrato social este poder se encuentra mediado a través de la ley, y así este poder no es de aniquilamiento o destrucción, por lo cual, hay dos espacios; el biológico y el social, y en el último en tanto espacio político, es el lugar de mediación de las posibilidades del poder biológico para garantizar en primer lugar su sobrevivencia, y segundo: la posibilidad de su trascendencia en esa sociedad.
Nos ha hablado antes que existe una relación entre poder y racionalidad, ¿habría una forma de sometimiento a través de la racionalidad o del saber? Debemos entender racionalidad en un sentido amplio, si uno lee a Maquiavelo y su obra El príncipe, hay una teoría del po-
der, ligada a la política que implica un uso de la racionalidad, no tendríamos que entender que la racionalidad necesariamente se encuentra orientado a “lo bueno”, puede ser utilizada para sometimiento o para el consenso, valdría la pena hacer la distinción que hace Habermas entre la «racionalidad instrumental», como un modo de configuración de esas relaciones políticas entre seres humanos, en donde obra necesariamente las características de la racionalidad del mundo tecnocientífico en el que vivimos que marca los criterios pragmáticos que orientan esta racionalidad hacia los fines instrumentales que configuran determinadas formas de poder de los seres humanos en todos los ámbitos. Y por otro lado la «racionalidad dialógica» como un modelo que permitiría el entendimiento y la construcción de acuerdos y de consenso, en donde se permite la construcción de la subjetividad, la ciudadanía y la democracia. Ahora bien, cuando hablamos de racionalidad también estamos hablando de su contraparte, la irracionalidad, ya que las dos tienen un juego, pues es una parte constructiva y una parte destructiva, Eros y Thánatos, en el poder siempre hay esta tensión entre estas pulsiones. Nos ha hablado de diferentes autores como Maquiavelo, Foucault o Nietzsche, considerando, como nos ha dicho, que la racionalidad es capaz de llevarnos a un sometimiento, ¿usted reivindicaría el término de «voluntad de poder» en Nietzsche, que se ha popularizado como algo negativo, que pareciera ser que habla de opresión a los débiles, de sometimiento, etcétera? Yo reivindicaría la verdadera lectura de Nietzsche, este asunto de la popularización de la filosofía tiene sus bemoles, podemos estudiar los filósofos pero no entendemos lo que quieren decirnos en un contexto determinado. Nietzsche es considerado un filósofo que rompe con los valores de la modernidad, es un representante de la «filosofía de la sospecha», la cual se caracteriza por poner en entredicho 23
La Entrevista: Dr. Rolando Picos Bovio
todos principios y los valores como directrices del pensamiento y de la acción humana. La «voluntad de poder» de la que nos habla, que está asociada a su idea de superhombre, tiene que ver con una análisis muy particular de las condiciones en que se ha construido y en las que se puede construir la autonomía del sujeto, es decir, la posibilidad de su emancipación y de su propia trascendencia. Nietzsche retoma este principio del poder como algo propio del ser humano, dice que hay que reorientar esto a los verdaderos fines trascendentes, es decir, una recuperación de la esfera de la autonomía y la construcción del sujeto por sí mismo, con una dimensión estética con posibilidad de configurarse. Ahora bien, una cosa es el deseo de poder y otra el deseo de dominación, habría que hacer esta distinción. Para terminar, ¿qué problemática identifica o le preocupa sobre el poder y sus relaciones actualmente en México? Es una pregunta compleja, asociado a la posibilidad de poder como emancipación, también está asociada la posibilidad de la educación y de la formación, no hay posibilidades de llevar esa voluntad de poder en la ignorancia, tampoco hay posibilidad de evidenciar el dominio en la ignorancia. Lo que estamos asistiendo en México es una de las formas más terriblemente opresoras, cuasidictatoriales de la forma de ejercer el poder, a partir del uso de la violencia ya sea legítimo o ilegítimo por parte de diferentes grupos. Creo que el poder se puede manifestar negativamente, y esta cultura y sociedad es una muestra evidente de ello, es decir, del poder asociado a la negatividad, destructividad y sometimiento, el poder que no encuentra ninguna regulación, el poder en tanto categoría debe ser un fenómeno regulado. A lo que asistimos en México es que ya no la hay, o simplemente no es operativa, el poder actúa de manera desmedida y parece no tener contrapeso en el marco de una cultura de la legalidad y la democracia. Tan es así, que asistimos a este patético escenario de las muertes, 24
abusos, secuestros y de las extorsiones, que son formas del uso negativo de las construcciones del poder. Y desde su punto de vista, ¿habría alternativas para reducir este ejercicio de poder que parece no tener límites?, ¿qué podemos hacer los ciudadanos? Creo que sí, estamos en un contexto de una crisis social, política y económica, pero tenemos vías para reconstruir el poder, entendiéndolo desde la perspectiva política como el poder asociado a una ciudadanía y a la noción de los derechos del mismo, a la posibilidad de construir una cultura de respeto a los derechos humanos como primer paso hacia una sociedad de justicia y de normas efectivas. Lo que estamos viendo es que el propio Estado, que sería la entidad encargada de garantizar esa regulación del poder, también se ha convertido en aquello que combate, es decir, en una entidad opresora que hace un abuso del poder legítimo que le ha sido confiado en un mandato teóricamente democrático. Lo que tenemos que hacer los ciudadanos es organizarnos, participar, exigir, construir desde los diversos espacios, primero nuevas formas de entender la intersubjetividad, construir una cultura de la legalidad que no tenemos, reconstruir el sentido verdadero de estas normas jurídicas que hoy no se aplican. Sí hay posibilidad de frenar esto que parece no tener límite. En todo esto, lo que está mediando ahí y no hemos hablado, es una cuestión ética, algunos plantean esta relación entre lo ético y lo político, podríamos hablar de cierta forma de una «ética del poder», que implicaría cómo conceptualizarlo, cómo utilizarlo... eso es lo que está en el trasfondo, una racionalidad del poder mediado por lo ético que tome en cuenta la individualidad y la colectividad. Le agradezco nuevamente Dr. Rolando Picos su tiempo para esta entrevista. Para servirles. Referencias de imágenes: Imágenes origianles del entrevistador
Dossier Carácter, personalidad y lenguaje Por Raziel Tovar (www.razieltovar.com)
El lenguaje es la casa del ser». —Heidegger
El habla de un pueblo es su espíritu, y su espíritu es su habla» —Wihelm von Humbolt
¿Q
Introducción
ué diferencias conceptuales existen entre el temperamento, el carácter y la personalidad? Definidos estos conceptos, ¿qué implicaciones lingüísticas tiene cada uno de ellos? Si el temperamento lo definimos como la parte de la conducta cuyo origen se asienta en la herencia genética, entonces podemos hablar de que se tiene un temperamento dado, que es inherente a la constitución biológica del ser humano. Si definimos el carácter como los aprendizajes culturales a lo largo de la vida que influyen en la conducta, hablamos de un proceso en constante cambio que, en oposición al temperamento, no se tiene objetivamente, sino que se vive desde lo subjetivo. Sin embargo, es común decir que uno tiene un determinado carácter o personalidad, lo cual supone un gran problema porque eso implicaría que tanto el carácter como la personalidad son objetos fijos inamovibles. Pero si aceptamos que no son objetos sino procesos que se experimentan desde el ser, ¿cómo podemos percibirlos?, o bien, ¿acaso el carácter y la personalidad son solo construcciones lingüísticas sin ninguna base sólida?
se caracteriza por expresarse de forma personal, responsabilizándose de la experiencia subjetiva de lo que se dice. En el lenguaje del ser el discurso y el orador son uno solo. Por otro lado, el lenguaje del tener es una invención relativamente moderna que surge con el desarrollo de la idea de la propiedad privada. Se caracteriza por ser un lenguaje impersonal y burocrático que evita la responsabilidad del hablante mediante la racionalización u objetivación de las palabras. Es un lenguaje donde el discurso y el orador son dos entes separados. En su libro ¿Tener o Ser? Fromm señala lo siguiente: A los que creen que tener constituye la categoría más natural de la existencia humana, puede sorprenderles enterarse de que en muchos idiomas no hay palabra que signifique «tener». Por ejemplo, en hebreo «tengo» debe expresarse en la forma indirecta jesh li («es para mí»).
Del lenguaje del tener y el lenguaje del ser Erich Fromm realizó una enorme aportación al distinguir las diferencias entre el lenguaje del tener y el lenguaje del ser. El lenguaje del ser surgió mucho antes que el lenguaje del tener, y 25
Dossier: Carácter, personalidad y lenguaje
El espíritu de cada pueblo se manifiesta en lenguaje, señala Humboldt. No solo en cada una de sus palabras, sino también en su estructurara gramatical. Esta estructura lingüística será mutuamente influenciada y determinada por la historia, ideología y estructura caracterológica de un pueblo o cultura. Erich Fromm ejemplifica esto de la siguiente manera: Al decir «tengo un preocupación» en vez de «me siento preocupado» se elimina la experiencia subjetiva: el yo de la experiencia se ve reemplazado por la posesión. Lo mismo sucede cuando un psiquiatra o un psicólogo diagnostican. En el contexto académico, los padres dicen a los maestros: «mi hijo tiene este trastorno», justificando su conducta, diciendo indirectamente: «por eso mi hijo es así». El problema es que un trastorno no es una posesión que se puede tener o no tener, pues en realidad se trata de una serie de criterios establecidos que cambian con el tiempo, que si se cumplen, se pueden identificar como un trastorno. Es decir, un trastorno es una abstracción, una herramienta del lenguaje para referirse a una idea dentro de los límites de ese mismo lenguaje. Sin embargo, como en el ejemplo de Fromm, al decir «tengo un trastorno» se elimina la parte subjetiva y por tanto se deslinda de la responsabilidad que conlleva. De modo que quien es diagnosticado desea quitarse este objeto de la misma manera que se puede comprar o desechar 26
cualquier posesión, ingiriendo algún medicamento, por ejemplo. Si entendiéramos los diagnósticos y los trastornos como procesos, como verbos en vez de sustantivos, entonces no sería tan difícil reconocer la parte subjetiva, y el Yo se responsabilizaría de eso que siente y que le hacen sentir, en vez de tratarlo como un objeto que hay que quitar.
Lenguaje, carácter y personalidad El carácter está compuesto por todos esos aprendizajes que un individuo adquiere a lo largo de su vida por influencia social; es esa parte conductual, consciente o no, que se encarga de adaptar al individuo a diferentes contextos, como la familia, los amigos, el trabajo, etc. El carácter tiene principalmente una función pragmática que puede tratarse de empatía o de enajenamiento, dependiendo del desarrollo de la personalidad del individuo; por lo tanto, puede ser muy rígido o muy versátil. En el uso del lenguaje es fácil distinguir los diferentes tipos de carácter de un individuo entre un contexto y otro, ya que no usamos las mismas palabras cuando hablamos con nuestros amigos, nuestros padres o nuestros maestros. Utilizamos un conjunto de palabras específicas dependiendo de cada grupo social y contexto en el que estemos. La personalidad, a diferencia del carácter, no tiene como fin la adaptación sino la inserción y la intervención en nuestra realidad y la de los demás. La personalidad no se aprende, se educa.
Dossier: Carácter, personalidad y lenguaje
La personalidad no nos es dada, se construye a lo largo de toda la vida. La personalidad expresa la singularidad de cada individuo. Singularidad que, independientemente del contexto, se mantiene por periodos estables y prolongados. Aunque nuestra conducta se modifique en función de nuestro carácter, el desarrollo de la personalidad nos permite autorregular esa conducta y ese carácter. La personalidad nos permite ir más allá de la satisfacción de nuestros impulsos y necesidades, nos permite crear valores y un sentido de vida. La personalidad es la libertad para un propósito que está más allá de los límites de nuestro temperamento y carácter, de nuestra herencia biológica y nuestra cultura. Cuando se alcanza esa libertad es inevitable compartir y expresar nuestra singularidad para con los demás. Es la renuncia del dominio de nuestro carácter sobre la personalidad, es la renuncia a decir: «es que así soy», es desobedecer a la gran costumbre, para decir: «así elegí ser quien soy».
propias células que perciben la luz, no podría ver nada más que a sí mismo, obstruyendo el paso para ver todo lo que esta fuera de sí, que equivale a estar ciego. Lo mismo pasa con el ser humano, pero el ojo es la consciencia. Si fuéramos capaces de observar el origen de nuestra propia consciencia no podríamos ver nada fuera de ella. No siempre podemos percibir el origen de nuestras conductas, deseos y aspiraciones, no porque sean inconscientes, sino porque están por encima de la consciencia, en el plano de lo existencial. Por eso consideramos que lo más singular, lo más íntimo de nuestra personalidad, si es que ha alcanzado a desarrollarse plenamente, nos permite no solo autorregular nuestra conducta, sino que esa conducta a la vez nos lleva a la expresión completa de nuestro ser, en ocasiones mediante un lenguaje y un razonamiento que podríamos llamar suprarracional.
Inconsciente, consciente y supraconsciente La personalidad tiene un lenguaje propio y único, un lenguaje que no necesariamente pertenece a sistemas cerrados como puede ser la dicotomía entre lo objetivo y lo subjetivo, o el juego de un «a favor o en contra del sistema». La personalidad, a diferencia del carácter, se crea en un lenguaje que no respeta estructuras gramaticales ni sociales. No debe confundirse con el lenguaje inconsciente que pertenece al dinamismo psíquico. No hablamos de lapsus sino de momentos de inspiración, conocimientos que llegan a una persona de forma no consciente, pero que no provienen de lo inconsciente sino de la intuición. La singularidad del lenguaje de cada personalidad, que si bien puede tener elementos inconscientes, es principalmente producto de un proceso consciente y meta—cognitivo, que en todo caso es supraconsciente, no porque esté por encima de la consciencia, sino porque abarca una dimensión de la existencia más amplia. Tomemos una analogía propuesta por Viktor Frankl. Si el ojo fuera capaz de percibir sus
Educación y lenguaje Las palabras son representaciones de la realidad, los conceptos y abstracciones son herramientas lingüístico—cognitivas para comprender y modificar nuestra realidad. Un individuo con un desarrollo pobre del lenguaje presentará muchas limitaciones cognitivas para comprender e intervenir en su realidad. En el mejor de los casos se adaptará a su medio mas no logrará intervenir en él haciendo pleno uso de sus facultadas humanas. Las primeras universidades contemplaban siempre el estudio de diferentes disciplinas que desarrollaban el lenguaje y el pensamiento. Las llamadas artes liberales del trívium: gramática, dialéctica y retórica. El propósito de estos co27
Dossier: Carácter, personalidad y lenguaje
nocimientos no era solo el dominio del lenguaje, sino a través de éste comprender la realidad en todas sus perspectivas, crear un pensamiento complejo con un nivel de consciencia más amplia y con una mayor sensibilidad cultural. Desde hace ya varias décadas las universidades han perdido el interés en estas materias, puesto que han dejado de ser útiles para las empresas y la ideología utilitarista que imperan en la modernidad. Es necesario dar el giro lingüístico, dejar de ver el lenguaje como un instrumento que simplemente describe la realidad y comenzar a verlo como una de las facultades humanas más elevadas, capaces de crear y modificar nuestra realidad, aunque esa realidad no coincida con un pensamiento formal o de primer orden, porque la estructura gramatical de nuestro lenguaje y del verbo, por su misma naturaleza, da lugar a la posibilidad de paradojas, ironías, oxímoros y otros elementos que solo se pueden concebir desde lo suprarracional, desde lo existencial o desde un pensamiento de segundo orden. Sobre el autor: Raziel Tovar es Lic. en Psicología egresado de la UANL. Se especializó en Logoterapia y Análisis Existencial en la Universidad Iberoamérica. Actualmente cursa una maestría en psicopedagogía en la Universidad José Martí. Como escritor ha realizado distintas publicaciones para la revista Sui Generis con temas sobre música, arte, psicología y logoterapia. Trabaja en consulta privada como logoterapeuta y como músico independiente. Es también consultor web especialista en wordpress. Referencias de imágenes: [Fotografía de niño con letras].(s.f.).Recuperado de https:// espanolitablog.files.wordpress.com/2014/10/child_language.jpg [Dibujo lineal del DSM].(s.f.).Recuperado de http://silentoceans. files.wordpress.com/2013/05/06549-dsmcartoon.jpg [Modelo digital del ojo humano].(s.f.).Recuperado de http://reversetheblur.com/wp-content/uploads/2014/03/ dreamstime_m_37857570.jpg Bibliografía: Díez, Fernando (2013). Ciencia y consciencia. El paradigma cuántico y la búsqueda espiritual. Barcelona: Kairós Echeverría R. (2006). Ontología del Lenguaje. México: GRANICA Fromm, Erich (1978). ¿Tener o Ser?. México: Fondo de Cultura Económica Menze Clemens.Carácter nacional y lengua según Wilhelm von Humboldt. Recuperado de http://www.euskomedia.org/PDFAnlt/ riev/48/48033049.pdf
28
Mindfulness:
ciencia e ideología para reducir la percepción de estrés en el ambiente académico Por Kathia Arreola | kathiarreola@gmail.com
Los hombres se ven perturbados no por los hechos, sino por las opiniones que tienen sobre ellos»
L
—Epicteto, Fragmentos, XIX.
os estudiantes se enfrentan cada vez más a retos y exigencias del medio que demandan una gran cantidad de recursos físicos y psicológicos de diversa índole. Muchos de ellos dejan sus estudios o disminuyen de manera considerable su rendimiento académico sin encontrar explicación (Abello, Caballero & Palacios, 2007). Cuando una persona no se logra adaptar a los eventos, podría desencadenar sensaciones de no poder dar más de sí mismo (agotamiento) y responder con una actitud negativa de autocrítica, desvalorización y pérdida de interés de la trascendencia y valor frente al estudio, lo cual podría incrementar sus dudas acerca de la capacidad de realizarlo (Abello, Caballero & Palacios, 2007, pp. 99). Lo anterior se refiere a un fenómeno de estudio e interés constante para los profesionales de la salud y científicos sociales denominado: estrés. Al hacer una revisión sobre las definiciones conceptuales de estrés, nos encontramos con tres modelos explicativos en relación al mismo, identificándolo como: a) respuesta, b) estímulo o c) interacción entre el individuo y el entorno. Es sabido que cada uno de estos modelos tiene evidencia empírica y teórica que sustenta su fundamento; sin embargo, en este escrito, como modelo explicativo, me centraré en la interacción entre el individuo y el entorno. Para su mayor comprensión mencionaré algunos referentes conceptuales sobre el estrés.
Dossier: Mindfulness
El estrés como constructo teórico en el ambiente académico
El estrés es una reacción adaptativa del organismo ante las demandas de su medio (Chávez, Hidalgo, Pulido, Serrano, Valdés & Vera, 2011). Lazarus y Folkman (1986 en Piña, 2009) definen el estrés como la relación particular entre el individuo y el entorno que es evaluada como amenazante o que desborda los recursos que posee y pone en peligro su bienestar. Cuando éstas se originan en el contexto de un proceso educativo es frecuente identificar a los mecanismos de adaptación que posee el sujeto en términos de estrés académico (Chávez et al, 2011). Diversas investigaciones muestran que los problemas psicológicos que padecen los estudiantes están relacionados con trastornos de ansiedad (Fernández &Rusiñol, 2003), estado y rasgo, como también temor a la evaluación (Serrano, Caballero & Pedroza, 1998) y tensión asociada a situaciones en las que el estudiante requiere absorber una gran cantidad de información en un tiempo limitado (Abello, Caballero & Palacios, 2007, p. 99). De esta manera podemos decir que los estudiantes universitarios se enfrentan a responsabilidades mayores y, por consecuente, a exigencias en aumento, tales como exámenes, trabajos finales, lecturas extensas, etc.; cada una de estas actividades son tomadas como evaluaciones para acreditar el curso y el desarrollo favorable de su carrera profesional. Uno de los ambientes más estudiados como medio desencadenante de estrés lo constituye el ambiente escolar o académico. Los estudios
del estrés en el ámbito educativo son numerosos, entre ellos la comunidad científica ha identificado dos enfoques principales para el análisis de este fenómeno en el ámbito educativo (Hernández & Román, 2011): a) enfoque psicobiológico en sus vertientes unidimensional y bidimensional y b) enfoque personológico cognitivista en su vertiente transaccional. El enfoque psicobiológico agrupa a un conjunto de autores que conceptualizan el estrés académico como estímulo, respuesta o ambos. Los autores identifican al estrés académico teniendo en cuenta las situaciones o agentes generadores del estrés (estresores o estímulo) (Hernández & Román, 2011) y las manifestaciones psicobiológicas que se producen debido a su incidencia (respuesta) (Martín, et al, 2005; Román, Ortiz & Hernández, 2005; Hernández & Román, 2011). El primer grupo ha centrado los estudios en la búsqueda de eventos estresores típicos del proceso de enseñanza y aprendizaje, generalizando momentos como la falta de tiempo, la realización de exámenes y la obtención de resultados no satisfactorios, entre otros (Rocha et al, 2010; Román, Hernández & Ortiz, 2008, Hall, 2005; Polo & Poza, 1996; Hernández & Román, 2011). El segundo grupo ha trabajado en la identificación de manifestaciones fisiológicas, cognitivas y conductuales en estudiantes de diferentes niveles educativos. Algunas de las manifestaciones descritas corresponden con otros tipos de estrés como son los trastornos del sueño, digestivos, enfermedades psicosomáticas, aislamiento, pensamientos negativos, inmunodeficiencia, etc. (Barraza &
29
Dossier: Mindfulness
Silero, 2007; Román, Ortiz, & Hernández, 2005) (Hernández & Román, 2011, p. 6 – 7). El enfoque para el desarrollo de este trabajo es el psicológico personológico, el cual germina desde dos construcciones teóricas de la Teoría General de Sistemas y el Modelo Transaccional del estrés (Berraza, 2006). De la propuesta sistémica para la modelización teórica se plantea al ser humano como sistema abierto, se relaciona con el entorno en un continuo flujo de entrada (input) y salida (output) para alcanzar un equilibrio sistémico (Berraza, 2006). Esta definición enfatiza el aspecto estructural del sistema y necesariamente conduce a la identificación de los subsistemas que lo integran. Por otra parte, el modelo transaccional del estrés retoma el siguiente postulado: la relación de la persona con su entorno se ve mediatizada por un proceso cognoscitivo de valoración de las demandas del entorno (entrada), y de los recursos internos necesarios para enfrentar esas demandas, que conduce necesariamente a la definición de la forma de enfrentar esa demanda (salida) (Berraza, 2006, pp. 112); es decir, se encuentran los procesos de valoración de la situación, ya sea como amenazante, pérdida o reto, valoración cognitiva de la situación, valoración de los recursos propios, valoración del apoyo ambiental, y en función del estrés percibido se manifiestan las respuestas emocionales, respuestas conductuales y fisiológicas determinadas a su vez por variables sociodemográficas (González & Landero, 2006). Berraza y colaboradores elaboraron con base a la estructura teórica del modelo psicopersonologista, un modelo al que llamaron Modelo Sistémico Cognitivista del estrés académico, donde identifican como componentes estructurales a los estresores, la evaluación cognitiva, el afrontamiento, y las manifestaciones percibidas a través de una interacción dinámica entre ellos y con el entorno. El estudiante como sujeto del estrés académico se erige como centro del fenómeno (Barraza, 2007 en Hernández & Román, 2011). Mindfulness como estrategia de
intervención psicológica
La meditación es, casi con toda probabilidad, la técnica más eficaz para el manejo del estrés y 30
el crecimiento personal (Justo, 2009). Los intentos de incorporar la meditación a la psicoterapia ya se iniciaron en los años sesenta (Simón, 2006). El primer trabajo sobre mindfulness apareció en 1975, pero ha sido a partir del año 2002 cuando los investigadores y clínicos han mostrado un extraordinario interés por la conciencia plena y constatable en un incremento de publicaciones científicas. La palabra en inglés mindfulness originalmente proviene de Pali, una palabra sati, que significa conciencia, atención y recordar (Davis &Haynes, 2011). La aplicación de dicha técnica no se considera como una rígida estructura de orientación espiritual, sino como un equilibrio para los tres estados: palabra, mente y cuerpo. El surgimiento del mindfulness lleva consigo el sello de una filosofía y una historia occidental, así como fundamentos de carácter elemental para su práctica, tales como la actitud y el compromiso (Jon Kabat – Zinn, 1990 en Bartolomé et al, 2012). Mindfulness se trata de un estado plenamente consciente de los estímulos internos y externos que surgen en el momento presente, con aceptación, con ecuanimidad, sin juzgar, sin expectativas o creencias, con serenidad, bondad y autocompasión, abiertos, de este modo, a la experiencia del aquí y ahora (Parra, 2011). Bishop et al. (2004 citado por Faisey, Justo & Mañas, 2009) mencionan que la psicología contemporánea ha adoptado al mindfulness como una técnica para incrementar la consciencia y para responder de manera más hábil a los procesos mentales que contribuyen al desarrollo de trastornos psicopatológicos y a otro tipo de problemas del comportamiento. Los enfoques basados en mindfulness también prestan una atención especial a la importancia de los recursos y del potencial personal, y a la capacidad del «sistema» de un individuo para curarse a sí mismo (o curarse desde dentro). Una característica del programa Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR) por Jon KabatZinn (1975) es centrarse en el momento presente, la cual ha sido definitoria del análisis funcional de la conducta y en consecuencia de la terapia
Dossier: Mindfulness
de conducta. Sin embargo, el centrarse en el momento presente tiene en el mindfulness un sentido distinto. Se trata de centrarse y sentir las cosas tal y como suceden, sin buscar su control. No se centra en un pensamiento para cambiarlo por uno positivo, se centra en un pensamiento o actividad, la que se proponga, en sí misma, sin ánimo de control sobre ella (Vallejo, 2006). Brown y Ryan (2003) señalan que la conciencia (conciousness) tiene dos aspectos: la atención y la percepción o «darse cuenta» (awarness). La percepción se refiere en el modelo a la experiencia subjetiva, tanto de los fenómenos internos, como de los externos. La atención es la que dirige el foco de la percepción hacia los aspectos seleccionados de la realidad (Botella & Pérez, 2006). La conciencia plena fue planteada por un grupo liderado por Bishop, en el que participó, entre otros, ZindelSegal, co—creador de la Terapia Cognitiva Basada en la Conciencia Plena. El modelo que consensuaron tiene dos componentes: 1) la autorregulación de la atención de forma que se mantenga en la experiencia del
momento presente; 2) la orientación deliberada de la atención hacia la propia experiencia con una actitud de curiosidad, apertura y aceptación de las sensaciones corporales, los pensamientos y las emociones. En la conceptualización de estos autores, el método para elicitar la conciencia plena es la meditación (Bishopet al., 2004) (Botella & Pérez, 2006, pp. 79). Meditation Based Stress Reduction (MBSR) es el enfoque pionero en la integración de técnicas de meditación en la medicina y en la psicología occidentales. Fue desarrollado en 1982 por Jon Kabat – Zinn. Este autor es miembro del consejo del Mind & Life Institute de Washington, que tiene como objetivo investigar las aplicaciones clínicas de la meditación (Botella & Pérez, 2006). Es un enfoque psico—educativo, sistemático y bien definido, centrado en la persona, en el que cada participante toma un rol activo en el cuidado y/o restablecimiento de su salud. De acuerdo con las enseñanzas del Budismo, en el MBSR se considera que el sufrimiento humano es ubicuo y es consecuencia de los apegos (deseos y aversiones) que impiden aceptar la impermanencia y crean la ilusión de que se posee una identidad estática y separada del entorno. Para poder afrontar el sufrimiento y el estrés, el MBSR propone adoptar unas actitudes concretas durante la práctica de los ejercicios integrados en el programa. Todas ellas provienen del Zen, destacándose las siguientes: no juzgar, tener paciencia, adoptar una «mente de principiante», tener confianza en la propia bondad y sabidurías básicas, no esforzarse por conseguir ningún propósito, aceptar y dejar pasar (Botella & Pérez, 2006, pp. 91 — 92). El programa tiene una duración aproximada de ocho semanas, tiempo en el cual los participantes complementan con autorregistros y dan continuidad a la práctica de los ejercicios en casa de manera individual con la ayuda de videos y cintas, además de las reuniones semanales con una duración de dos horas y media para la práctica grupal. Los componentes del programa son cinco: la meditación estática, la atención en la vida cotidiana, la meditación caminando, la revisión atenta del cuerpo (Body Scan) y un 31
Dossier: Mindfulness
conjunto de estiramientos suaves procedentes del Hata Yoga (Botella & Pérez, 2006). Se han realizado investigaciones con el objetivo de dar a conocer el impacto de la aplicación de estos métodos como acercamiento o aproximación a la intervención terapéutica para reducir el nivel de estrés. (Davis & Hayes, 2011). También se ha demostrado que mindfulness tiene numerosos beneficios en la salud, incluyendo el incremento las defensas del sistema inmunológico (Davis & Hayes, 2011). Así también, investigaciones confirman la reducción de la depresión y reducción de la ansiedad tras la práctica de MBSR (Davis & Hayes, 2011). Estos son algunos de los resultados que reportan las personas que completan el programa MBSR: a) desarrollo de habilidades para manejar de manera más efectiva situaciones de estrés y ansiedad a corto y largo plazo, b) una mayor habilidad para relajarse, c) una disminución sostenida de síntomas físicos, psicológicos y una mayor habilidad para mantener el equilibrio bajo situaciones de estrés, d) una disminución en los niveles de dolor y una mayor habilidad para afrontar síntomas de dolor crónico o irreversible, e) un mayor nivel de entusiasmo y energía, f) mejoría en la respuesta inmunológica, g) mayor activación cerebral en el área pre frontal izquierda asociada a una respuesta más adaptativa frente al estrés (Anchorena & Cándarle, 2010). Como sabemos toda técnica o estrategia de intervención tiene sus alcances y limitaciones, y para esta técnica uno de ellos sería el nivel de acción en el que se encuentra mindfulness, vista como limitante la creencia de que su práctica es construida por monjes budistas y por ende la ejecución de la misma exige «el cambio» de religión o inclusive ser creyente y/o partícipe de una; si bien es una técnica con origen oriental y se configura con premisas teóricas del budismo, la práctica no implica la conversión en monje o está en oposición con las religiones mayormente practicadas en el Occidente; así también se debe reconocer la individualidad o particularidad de nuestras demandas y recursos, es decir, diferencias que nos llevan a vivir y experimentar de manera diversa la vida. 32
Por consecuente, mindfulnesses una propuesta más para el bienestar humano, en particular la reducción de la percepción del estrés. Sobre la autora: Licenciada en psicología egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, con colaboraciones en el área de investigación en la misma y en UNAM, así como experiencia laboral en el área de intervención clínica con acentuación cognitivo conductual. Referencias de imágenes: Neill, D. (2012) Mindfulness [Imagen] Recuperado de http://www. thegraphicrecorder.com/gallery/ Arreola, K. (2015). Elizabeth estresada [Fotografía]. Bibliografía: Abello, C, Caballero, R & Palacios, J. (2007) Relación del burnout y el rendimiento académico con los universitarios. Avances en Psicología Latinoamericana, 25 (2), pp. 98 – 111. Álvaro, C, Carrascal, J &Salguedo, M (2014). Escalas para estudiar percepción de estrés psicológico en el climaterio. Revista Ciencias Biomédicas, 4 (2), 318 – 326. Anchorena M, &Cándarle, J. (s.f.). Un cambio atento: el cultivo de Mindfulness en el manejo del estrés y la ansiedad. . [ONLINE] Available at: http:// http://www.mindfulness-salud.org/articulos/uncambio-atento-el-cultivo-de-mindfulness-en-el-manejo-del-estr-s-y-laansiedad/. [LastAccessed 10 de octubre de 2014]. Arreola, K. (2015). Elizabeth estresada. [Fotografía] Mindfulness: ciencia e ideología para reducir la percepción de estrés en el ambiente académic. Bartolomé, R, Montanés, J, Montañés, M, & Parra, M. (2012). Conociendo Mindfulness. ENSAYOS, Revista de la Facultad de Educación de Albacete,Vol 27 pp. 29 – 46. Berraza, A. (2006). Un modelo conceptual para el estudio del estrés académico.Revista Electrónica Iztacala, Vol. 9 (3), 110 — 129. Botella, L & Pérez, M., (2006). Conciencia Plena (Mindfulness) y Psicoterapia: concepto, evaluación y aplicaciones clínicas. Revista de Psicoterapia. XVII (2º/3er. trimestre),pp. 66 – 113. Chávez, M, Hidalgo, P, Pulido, M, Serrano, M, Valdés, E & Vera, F. (2011). Estrés Académico en estudiantes universitarios. Psicología y Salud, 21, pp.31 – 37. Davis , D & Haynes, J. (2010). What are the Benefits of Mindfulness? A Practice review of Pshychoterapy, 48 (2),pp. 198 — 208. González, M & Landero, R. (2006). Síntomas psicosomáticos y teoría transaccional del estrés. Ansiedad y Estrés, 12 (1), pp. 45 – 61. Hernández, Y & Román, C, (2011). El estrés académico: una revisión crítica del concepto desde las ciencias de la educación. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 14 (2),pp. 1 – 13. Justo, F (2009). Reducción de la percepción del estrés en estudiantes de Magisterio mediante la práctica de la meditación fluir. Apuntes de Psicología, 27, (1), pp. 99 – 109. Neill, D. 2012 Mindfulness [Imagen]Recuperado en: http://www. thegraphicrecorder.com/gallery/ Piña, J. (2009). Los pecados originales en la propuesta transaccional sobre estrés y afrontamiento de Lazarus y Folkman. Enseñanza e Investigación en Psicología, 14 (1),pp. 193 – 209. Simón, V. (2010). Mindfulness y psicología: presente futuro. Información psicológica. Información psicológica, 10 (100), pp. 162 – 170
33
t
Ruby Tuesday o, «Los suicidas no van al cielo» Por Edén L. Sánchez | www.algoquesignifiquealgo.wordpress.com
–¿C
uántas hojas necesito botar a la basura para narrar esta historia breve de mi locura? Me he consumido a mi misma por nombrarme escritora antes de tiempo; la gente cree que la amabilidad y los halagos nos hacen bien, pero no es así. ¿Cómo podría haberme convertido en escritora sin leer lo suficiente para entender cómo fue que «al día siguiente no murió nadie», o saber a qué se refiere Alardín cuando dice «siempre habrá una vez»? ¿Cuántas hojas necesito para renacer y en ellas volver a contarle al mundo de mí sin que sepan quién soy? Necesito una metáfora tan silenciosa que me oculte con su imagen, una laptop nueva y que el maldito internet no muera. Quisiera dejar de vacilar entre la prosa y la realidad que me hace rodear el camino para no llegar a lo que hay que decir. Pretextos, soy la reina de la postergación y la pereza, se siente bien dejarte todo, o al menos intentarlo, pretender que no me hago cargo de lo mío, que mis letras son sólo pasajes insulsos sin logro alguno de publicación exitosa. El rodeo me va bien, hablar de todo menos de lo que incumbe y a eso no darle más que dos párrafos de clímax en una historia. Es requisito para el escritor andarse por las ramas sin tocar jamás el tronco, en eso cumplo, con o sin escribir, vivo mi propia novela, una muy aburrida. ¿Qué voy a decirle al mundo? Pensándolo bien, mejor nada escribo y me sigo dedicando a la enseñanza, ¿para qué contar
34
la tragedia que a nadie le importa?, todos tenemos problemas, muchas tuvimos una infancia horrible, o ni si quiera la tuvimos. ¿Qué voy a narrarle al mundo? «Erase una vez un hombre machista y misógino que se casó con una maestra de rancho, tuvo 5 hijos y vendió a las mujeres». ¡Eso sería una vil estafa!, mi vida no ha sido tan poética para ser contada, sólo nací mujer habiendo mi padre querido un varón, mientras mi madre ni siquiera quiso tenerme, todo eso es tan simple que lo hace triste, mi vida es triste por su simpleza, desearía la tragedia rondándome como una mosca en la mierda. A mis 25 me siento una treintañera sin nada por hacer, tal vez por eso estoy enamorada de la muerte. Cuando tenía 7 años estaba dispuesta a huir con una compañera de la escuela, creía que usando gotas me cambiaría el color de los ojos y jamás me encontrarían, a los 11 tuve mi primer periodo, aunque yo estaba contenta, las mujeres de mi familia sólo me dieron sus condolencias. A los 12 mi padre estuvo hospitalizado y yo tuve que hacerme cargo de él, a la misma edad y en los mismos tiempos descubrí que mi hermano mayor metía prostitutas a la casa y les ponía mi ropa para después olerla, supuestamente un psicólogo le dijo que era normal. A los 15 mi padre me corrió por primera vez de la casa, a los 18 arruiné mi primera vez, a los 22 la segunda fue mejor y ahora no estoy más que perdidamente enamorada de mi jefe. Ese es el problema, mi problema: los hombres y yo, ellos porque los que han protagonizado capítulos en mi vida son unos cerdos, y yo… bueno, los cerdos no permanecen en un lugar sólo porque sí.
Maktub
Una vez mi madre me dijo que debía ser menos como soy porque luego no habría hombre que me quisiera, la muy bastarda me preparó desde joven para ser dependiente de ella y su esposo, le funcionó muy bien. He soportado patanes y romances imaginarios porque tal vez no exista quién quiera estar conmigo. Los padres están para muchas cosas menos para enseñarnos la mejor forma de ser hombre o mujer, sólo están ahí dando el ejemplo de cómo no debería ser y aún así nos quedamos con su imagen, repitiendo su misma puta historia. Es difícil decir desde cuándo deseo la muerte, jamás lo he intentado pero me he visto tentada al cruzar un puente, al cortar una manzana, cruzando la calle, fumando, al depilarme las piernas, cada pequeño instante es la oportunidad ideal para morir. Siempre he sido curiosa, me dio curiosidad coger con mi novio aún estando mi hermano en la otra habitación, me dio curiosidad el alcohol, me dio curiosidad tatuarme las cejas, me dio curiosidad ser maestra, me dio curiosidad mi jefe, me intriga la muerte, esa es la más miste-
riosa, ¿¡la vida qué!? Esa sólo la vives cegándola o muriéndote de tedio, basta con dejar de ser culo para vivir, en cambio la muerte… Realmente no hay quien pueda describirla, Chavela decía que una vez habló con ella pero no le creo, Dante escribió que hay un círculo del infierno esperándonos a todos, si tomara la decisión ahora de terminar toda esta porquería, seguramente terminaría en el séptimo círculo, gustosa me convertiría en árbol, dando a los demás, siendo útil casi un siglo con la única condición de estar ahí, aunque supongo que en el infierno eso no sería un premio Me ha parecido siempre injusto que los suicidas estemos condenados al infierno, no es que sea de esas personas religiosas que se preocupen por caminar de la mano de Dios, yo ni si quiera creo en ese sujeto, al menos no en el que describen las biblias y libros diversos que se han usado para conquistar pueblos. A la gente le molesta el libre albedrío y no importa la religión que profeses, si no eres de los mismos te vas a ir al infierno.
35
Maktub
Por eso no nos quieren, los creyentes están condenados a vivir su existencia guiada obligatoriamente por leyes creadas por el hombre mismo, se aferran a creer que fue la mano de Dios, yo creo que Jesús fue un psicótico y Buda un desobligado, yo creo que si no tuviera ganas de morir aceptaría una transfusión sanguínea si de ello dependiera mi vida. Yo creo que los suicidas incomodamos al mundo porque elegimos. Elegimos no ser esclavos, decidimos abandonar aquello que tanto nos perturba sin importar qué habrá después, nos arriesgamos o elegimos no hacerlo. Se necesita valor para cortarse las venas, para chingarte un frasco entero de pastillas, para ponerte un arma en la boca, hay tantas opciones y todas requieren testículos o en mi caso, ovarios. ¿Y qué si no quiero resolver mis traumas infantiles? De nada me servirá denunciar a mi hermano ante mi padre después de tantos años. ¡A la mierda el diván contigo en él!, ¡¿qué más da vivir o morir si los suicidas no vamos al cielo?! Soy dependiente, el amor es lo único que me ha mantenido viva, es como un suave pase de cocaína quemando la cabeza, al terminarse el efecto necesitas más, el cuerpo lo pide para sentirse vivo. A veces he sentido ganas de vomitar, nunca he probado las drogas pero algo me han contado y creo que el enamoramiento es lo más cercano a ese éxtasis artificial. Saúl me salvó de esa última relación y no lo sabe, se vive en cuerpo y alma por sus hijas, su esposa murió al nacer la segunda, tiene un encanto natural con los niños que lo hace muy atractivo. Mis compañeras lo ven como un padre tierno y yo… Yo sólo quisiera que me tomase ahí mismo en el escritorio de su oficina. Un día fuimos al cine, otro a cenar, luego al teatro y dos noches más a un hotel, de ahí resultó un obsequio que podría ver en 9 meses; imagínate, eso sí sería un romance apasionado, pero luce mejor en mi cabeza, donde nadie más podría hurgar en los detalles, donde puedo una y otra vez cambiar las posibilidades sin enfrentarme a su negativa. 36
Sí, además de dependiente soy cobarde, me van mejor los sueños y las fantasías, el amor real duele, siempre hay alguien que termina sufriendo, para qué esperar que cualquiera venga a despedazarnos el corazón cuando podemos infligirnos ese dolor por cuenta propia. Mira, el tiempo volvió a terminar, evidentemente yo no te llamé y está más que claro que no deseo continuar, además de Mía eres el único que ha permanecido, la diferencia es que ella es mi amiga y tú… bueno hoy no podré pagarte, no puedo si quiera ir al baño por mí misma, corté los tendones y no me quedó mucha movilidad, pero te prometo que la próxima vez no fallaré, no intentes convencerme de otra cosa porque empezaré a odiarte a ti también. Una vez me dijiste que escuchara «Ruby Tuesday», ahora yo te pido que la escuches, sé que entiendes por qué necesito ser libre y espero poder entenderlo yo en el transcurso a la siguiente vida, no te preocupes que otras vendrán, todos somos efímeros cual velas aromáticas, somos así, como dulces nombres que se apagan cuando termina la noche, y el mío se apagó hace varias lunas. Ahora vete que tengo insomnio, y no te quiero ver al despertar. Referencias de imágenes: [Fotografía de rosa y brazo]. (s.f). Recuperado de https://jackesha. wordpress.com/2010/07/02/spanish-version-%C2%A1alerta-coreapor-casos-de-suicidio%E2%80%A6que-esta-pasando/
¿Eres alumno de la FaPsi o de algún otra facultad de la UANL? ¿Te interesa formar parte del equipo de trabajo de la revista? ¡Escríbenos a suigeneris.fapsi@uanl.mx!
En construcción De los estados
10
Por Baruch Martínez Treviño
Este escrito está dedicado a todas las personas que dignamente están buscando a sus familiares que se encuentran en calidad de desaparecidos.
«Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos, porque vivos se los llevaron, vivos los queremos» «La percepción de inseguridad que se ha incrementado en años recientes, se ha alimentado de una mayor atención mediática a los hechos violentos que cruzan la realidad nacional cotidiana». «El sentimiento de inseguridad que genera esta práctica, no sólo entre familiares y allegados del desaparecido, se extiende a las comunidades o colectividades a las que la víctima pertenece y a la sociedad misma» «Al hablar aquí de falsos positivos mediáticos nos referimos a un comportamiento habitual de la PGR y otras instituciones comprometidas con el combate a la delincuencia, que hacen de la exposición de sospechosos y detenidos ante los medios un argumento a favor del éxito de sus labores» —CMDPDH
L
a política, el hacer político, no sólo está dirigido hacia las instituciones estatales, es un acto que remite a otros flujos que se despliegan en múltiples y diferentes formas y contenidos: performances, oratorias, stickers, canciones, bordados, mítines, marchas, medios digitales de información (Twitter, Facebook, YouTube). No obstante, estas formas generadoras de posibilidades se despliegan en un campo ya estriado, en un marco rígido, segmentado y sobrecodificado, signado desde las instituciones estatales y mediáticas, que trascienden las fronteras y que pueden ser encadenadas a
otros intereses; sin embargo persisten, y persisten porque en su fuente está la sensación que ellos nombran dolor, que los familiares con él emprenden la búsqueda y al buscar signan el espacio público para dar cuenta de las grietas que las instituciones han querido tapar con un cuasiprometeos, nihilistas que niegan todo lo que pueda ser vivo, lo niegan por la exposición a mínimas expresiones y posibilidades de ser vivo. En este cerco mediatizado por una noo—política que desarrolla Lazzarato, estamos ante la toma de palabra, la enunciación y visibilización de actos abiertos en su mismo sentido diverso y 37
En construcción
abierto a la inmanencia de la misma fuerza de la política de la vida. La noo—política la define Lazzarato como «las nuevas relaciones de poder que toman como objeto la memoria y su conatus (la atención)». Refiere a la memoria como la posibilidad de actualizar lo virtual, esto es, de dar lugar a los acontecimientos que generen aperturas a otros mundos posibles. Menciona más adelante que la «noo—política (el conjunto de las técnicas de control) se ejerce sobre el cerebro, implicando en principio la atención, para controlar la memoria y su potencia virtual. La modulación de la memoria sería entonces la función más importante de la noo—política». Hay que considerar que la modulación se realiza una vez que el espacio se ha abierto, una vez que la sociedad disciplinaria ha dado lugar a la posibilidad de acontecer en la exterioridad, como el referente que toma Lazzarato de Deleuze «lo que está encerrado es lo de afuera». Antonio Negri y Michel Hardt complementan este cuadro de las sociedades de control, dicen que el poder «se ejerce ahora a través de maquinarias que organizan directamente los cerebros (en los sistemas de comunicación, las redes de información, etcétera) y los cuerpos (en los sistemas de asistencia social, las actividades controladas, etcétera) con el propósito de llevarlos hacia un estado autónomo de alienación, de enajenación del sentido de la vida y del deseo de creatividad. En este sentido la sociedad de control podría caracterizarse por una intensificación y una generalización de los 38
aparatos normalizadores del poder disciplinario que animan internamente nuestras prácticas comunes y cotidianas, pero, a diferencia de la disciplina, este control se extiende mucho más allá de los lugares estructurados de las instituciones sociales, a través de redes flexibles y fluctuantes»11. Y aunque el uso que hacen del concepto poder se diluye en su amplitud, podemos situar la importancia que se hace de éste por su control tanto de la “conciencia” como del cuerpo y de las relaciones con los demás; mencionan que «el poder se expresa pues como un control que se hunde en las profundidades de las conciencias y los cuerpos de la población y, al mismo tiempo, penetra en la totalidad de las relaciones sociales»12 . ¿Qué poder en la actualidad se dirige desde la construcción de conocimiento cercado por los medios masivos de comunicación, por las representaciones previstas para pensar ciertas vidas como dignas de ser vividas, como dignas de ser buscadas, como dignas de ser encontradas? ¿Cómo podemos pensar entonces que el estado en el que nos encontramos es un espacio, una geometría sobrecodificada de segmentos y de signos que posibilitan un andar, un estar, un obrar, un hacer, un reconocer, dentro de ciertos parámetros geometrizados infinitesimalmente? De ciudad industrial, futbolera, de fiestas cada fin de semana con la familia nuclear y conservadora: padre, madre, hijos; automóvil y un trabajo estable. De ciudad de las montañas
En construcción
que daba una impresión de grandeza y fortaleza: los cerros están agrietados, algunos tienen perforaciones por la máquina de hacer casas, ¿para qué familias? El marco que permite un reconocimiento limitado ha sido resquebrajado por los sentires irrepresentables en algún espacio instituido; acontecen y llevan con ellos las marcas que abren el espacio a otras representaciones sin unidad, sin horizontes definidos; son inmanencias de ellas mismas a las fugas, a las líneas abiertas de otras dimensiones. Y muestran la contradicción que las instituciones tienen en su “origen”. Nihilismo político que siguiendo el análisis de Fusillo refiere a «todo lo que fuerza a la vida a contraponerse a sí misma, ya se trate de nihilismo de los valores supremos, de la verdad que se contrapone a la apariencia, o del nihilismo de la desvalorización de los valores, de la apariencia contra la verdad»13. Las cualidades que envuelven, sostienen, mantienen, contienen y enmarcan las conceptualizaciones para representar las “necesidades” humanas de vida, de protección, de procuración; las instituciones nacen en la plena contradicción. ¿Cómo se abre lugar las subjetivaciones políticas ante tales cercos? Retomaré algunas de las ideas de Butler en el texto Marcos de guerra para pensar estos cercos informativos. Dice la autora que «los “marcos” que operan para diferenciar las vidas que podemos aprehender de las que no podemos aprehender (o que producen vidas a través de todo un contínuum de vida) no sólo organizan una experiencia visual, sino que, también, generan ontologías específicas del sujeto»14. ¿Qué experiencia visual, auditiva, táctil, sensitiva se encuentra como posibilidad para reconocer una
vida como vida? ¿Qué clase de vida, con qué cualidades, referida a qué? Los estados en los cuales las signaturas que remiten a formas de hacer y de ser en el mundo están totalmente desterritorializados, si es posible aventurar, estaría hablando, con el tintero llenándose para sus argumentaciones, de la disputa por los sentidos que acontecen como posibilidades de signar el espacio para verter otros mundos posibles de reconocimiento. Desterritorializados en el sentido de que toman los afectos como su principal e indispensable direccionalidad, afectos entendidos aquí como esa capacidad de ser afectados por lo otro exterior a mí, en vista de un individuo que se asume como tal en este momento histórico de la humanidad, ha reconocido que existe él y lo demás. De lo demás los otros como posibilidades, los otros, siguiendo de Delueze y Guattari, como «esta existencia de un mundo posible», ¿posible en qué marcos? Desterritorializado y reterritorializado en cada acto que realizamos, en ese entre que hace relación, que permite ver, en su más fácil descripción de la sensación de percibir algo, ¿qué algo, cómo el algo? Somos reterritorializados por el flujo constante, modulado y geometrizado de nuestro hacer hacia afuera, ¿cómo está el otro? Y si Hardt y Negri encajan en estos caminos, puedo asumir, con sus próximas limitaciones, que «cuando el poder llega a ser completamente biopolítico, la maquinaria del poder invade el conjunto del cuerpo social que se desarrolla en su virtualidad. Esta relación es abierta, cualitativa y afectiva»15. El estado en el cual nos encontramos, el estado en el cual fluctuamos, en las redes de lo dispuesto por la producción del mismo sistema, 39
En construcción
de los caminos por donde marchar y los horarios permitidos, por la modulación de los deseos y creencias para hacer del espacio del afuera un lugar estriado, geometría de la vida y de los afectos. Sin embargo persiste esta multiplicidad referida a la más variada manifestación de la política en su sentido nietzscheano que retoma Esposito. Subjetivación política «¡Las palabras se cruzan en nuestro camino! Allí donde los antiguos colocaban una palabra, creían haber hecho un descubrimiento. ¡Cuán diferente era en realidad! — habían tocado un problema y al creer que lo habían resuelto habían creado un obstáculo a la solución.— Ahora para cada acto de conocimiento tropezamos en palabras eternizadas, duras como la piedra, y antes nos romperemos una pierna que se romperá una palabra». — Nietzsche. En el periodo ordinario de sesiones 154 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la señora Diana Iris García, madre de Daniel
40
Cantú, quien se encuentra desaparecido, empieza su participación con las siguientes palabras: «Los familiares que sufrimos la desaparición de un ser querido, vivimos de manera permanente en la incertidumbre, la intranquilidad y el dolor de no saber su paradero, desconocer en qué condiciones se encuentra. Pues las autoridades no han dado resultado alguno (…) a pesar de nuestro dolor, el amor de los que nos arrebataron injustamente nos ha hecho tener la fuerza para demandar la responsabilidad al estado mexicano y dignamente seguir la búsqueda de ellos»16 . Sensaciones nominadas, ¿tienen efecto de sentido en sí mismas? ¿Son puestas en práctica en la diferencia por su imposible universalidad de representación? Para este apartado, que quedará totalmente abierto por la falta de trabajo sistematizado de campo, tomaré algunos decires de Esposito relacionados a la gran política y a la política como hacer. Primeramente invito a considerar, siguiendo a Esposito, que las conceptualizaciones y los desarrollos filosóficos sobre el quehacer de la vida social y política están enmarcadas en el propio
En construcción
sentido de la filosofía, y por lo tanto ésta no da respuestas a la política porque se dejó de cuestionar fuera de su sentido. Dice en el libro Diez pensamientos acerca de la política: respuestas con las que sustituye las preguntas que no consigue plantear; o que plantea precisamente dentro de esos presupuestos, esto es, en el lenguaje del método, del medio y del objetivo: la plasmación del orden, del mejor régimen, de lo útil colectivo, según las necesidades de un criterio inhabilitado para pensar la política, porque está ya en el interior de una interpretación específica suya. ¿Qué otro hacer está ya en el interior de una interpretación específicamente suya? ¿Podemos pensar el trabajo de campo dentro de un interior que invisibilice respuestas porque ya se disponen de preguntas? Preguntas que serán recolocadas en su apartado pertinente. Lo que nos interese ahora es que la política, en palabras de Esposito, «el “hecho” de la política hace trizas la corteza de la representación filosófica, e irrefrenablemente la trasciende. Lo que es uno en la teoría se revela infinitamente múltiple en la realidad». Aquí el acompañamiento en la multiplicidad, en reconocer las objetivaciones e imposibilidades del reductio ad unum, las contradicciones al momento de tratar de representar. Nuevamente los universales se resquebrajan en su propia puesta en práctica, singularidades que dan cuenta de la vida que fluye y se descodifica y se muta en múltiples deseos y creencias. También concreta Esposito diciendo que «la política está fuera de la representación filosófica –está fuera de la filosofía política—, porque está fijada en su elemento intrascendible, que no es el orden, sino el conflicto que lo antecede, lo atraviesa e ineludiblemente lo sigue» y si está fuera de la representación filosófica y si su elemento es el conflicto ¿qué otra cosa no es conflicto que las afectaciones, qué otra cosa es imposible a la representación si no son las sensaciones? Para pensar la política de la vida usaré lo que menciona el mismo autor con relación a la gran política. Dos enunciaciones que me darán pie a continuar con el proceso de subjetivación política, primero el que refiere a la política del cuerpo, en el cuerpo y sobre el cuerpo y segundo la que refiere a una
política de la vida en el sentido de que la vida en sí misma es política «que la vida sea voluntad de poder no significa que la vida necesita poder; ni que el poder captura, intencionalizada y desarrolla una vida puramente biológica, sino que la vida no conoce modos de ser distintos al de una continua potenciación»17. Será posible entonces abrir líneas para pensar el proceso por el cual las personas con familiares desaparecidos dan cuenta del resquebrajamiento de la institución, despliegan formas múltiples y variadas de representar el irrepresentable pero intenso e infinito poder de la vida, la vida como potencia, como conflicto, como política pura engarzada e inseparable de la afectividad, de las sensaciones, de la puesta en práctica de un acontecer aconteciendo, de un ser siendo y de un conflicto que realce la política a su rango de dinamismo puro, de fuerza que reconoce en su actuar los gestos, los signos, las sonoridades de los afectos comunes o similares, cercanos y diversos por cada historia personal que atraviesa los decires de cada persona. En su filtro las palabras van signando el espacio público y privado, poética del espacio por las metáforas que realizan los familiares, por los actos de verdad en los que asumen su vida.
41
En construcción
Pensemos en el agenciamiento nuevamente, pensemos en que las afectaciones mediáticas, concretas, materiales, relacionales, sensitivas y representacionales son fuertes mecanismos de la sociedad de control. Que en ellas no deja de latir el ser viviente, el ser viviente ante el ocaso de las segmentaciones duras que encajonan y muestran las posibilidades soberanas del nihilismo de las instituciones (la soberanía como la posibilidad del vacío, antes de que la muerte, como el cuasihoyo negro: la luz apenas escapa en hologramas y ficciones que retoman la representación macropolítica, de discurso, de cosas dispuestas, instituciones, marcos de posibilidad de ser, noo—política, etc.). El fluir (Se vale llorar…) de la gran política, el fluir que se agencia con otros en la resonancia del eco del sentir. ¿En qué actos se transmutan los valores que representan la potencialidad política del acto por la vida? ¿Con qué dispositivos disponen sus propias subjetivaciones? De umbrales a umbrales, de vacíos de sentidos que palpitan al resonar de la fuerza desplegada en el torrencial de la indefinición del enemigo ¿el Estado, el capital, el patrón, las relaciones de explotación, el fascista que llevamos dentro, el vecino, mis fantasmas? Hoyos negros, ante la amplitud del marco de percepción, se abre a otras ondas de afectación: las sensaciones y sus imposibles universalizaciones. De umbral a umbral lo que resuena y se abre al sinsentido del aire son esporas que quiebran el concreto del artificio, de la técnica. De umbral a umbral, de vacío a vacío se enfrenta el azar en su única tirada. ¿Es la familia una parte constitutiva del Estado y si así fuese, su mismo vaciamiento sería un reflejo de una práctica que se coloca en el umbral en tanto el poder soberano de dar muerte se “desaparece” y el régimen biopolítico de hacer vivir se suspende? En las diversas vertientes para pensar la subjetividad política, por lo pronto me aproximo a pensarla como el acto sobre sí mismo—otros, cuerpo—afectos que indiferenciadamente se ejerce en el espacio de lo social, público o privado, existiendo dos vías posibles no excluyentes: como proceso reflexivo que conlleva una puesta 42
en práctica de un acto hacia la búsqueda de la transformación de la realidad social, en específico encontrado con los discursos institucionales del Estado y con las formas posibilitadas de reconocimiento del sujeto que siente y es afectado, conlleva una perspectiva, no necesariamente “sabida” acerca del otro, que no obstante sin él no sería posible, y segundo, como la decisión irruptora que resulta en una toma de postura práctica que circunstancialmente abre un espectro de posibilidad, un acontecer inmanente que despliega a su vez las posibles formas que después darán cuenta de él, esto es, que después se le adjudicará un sentido. Referencias: Hago referencia a estados con minúscula como la condición en la cual nos encontramos. 10
11
A. Negri, M. Hardt Imperio 44
12
Ibídem, 45
Nihilismo y soberanía. F. Fusillo en R. Esposito, C. Galli, V. Vitiello (coom) Nihilismo y política. 195 13
14
J. Butler. Marcos de guerra. 16—17
15
A. Negri, M. Hardt. Imperio 47 Cursivas mías
https://www.youtube.com/watch?v=a7—D97skKEU, minuto 7:30, consultado el 6 de abril de 2015 16
17
R. Esposito. Bios. Biopolítica y filosofía
Referencias de imágenes: (s.f.). Tu nombre no es una cifra [Fotografía en rojo con texto]. Recuperado de: http://www.elbarrioantiguo.com/la-senora-letty-buscasu-hijo-2/ (s.f.). Sigo vivo. Búscame[Cartel] Recuperado de: https://farm6.staticflickr.com/5213/5387321253_536a6b4ef9.jpg Qucho, M. (2014). Dejavu [Dibujo]. Recuperado de : http://zur.org.uy/ content/%C2%A1vivos-se-los-llevaron-vivos-los-queremos [Dibujo de televisión dirigiendo]. (s.f.). Recuperada de http://definicion.de/wp-content/uploads/2010/11/Mediatico.png Bibliografía: Lazzarato, M. (2006) Políticas del acontecimiento. Tinta limón, Buenos Aires. Hardt, M., Negri, A. (2000) Imperio. Paidos surcos 3: Barcelona Fusillo, F. (2008) Nihilismo y soberanía. En Esposito, R., Galli, C., Vitiello, V., (comp) Nihilismo y política (pp. 195—201). Buenos Aires: Manantial. Esposito, R. (2009) Comunidad, inmunidad y biopolítica. Pensamiento Herder. (1993) Diez pensamientos acerca de la política. FCE: México (2006) Bios. Biopolítica y filosofía. Amorrortu: Buenos Aires Deleuze, G., Guattari, F. (1988) Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Pre—Textos, Valencia. Butler, J (2010) Marcos de guerra. Las vidas lloradas. Paidos, Contextos Ideas, México.
PsicoanalizARTE La relación de poder entre un bebé y su madre Por Osvel Becerra
D
urante el siglo XIX la esclavitud fue abolida, y esa liberación desarrolló una interrogante para los afroamericanos: ¿Qué haré con mi libertad? Muchos de estos civiles que antes fueron esclavos murieron a la intemperie, a las afueras de las casas de grandes ciudades al afrontar la disyuntiva de la libertad. Este asunto legal, envestido de política, hace que recuerde el caso de la relación de poder entre un bebé y su madre que, al encontrarse
con la posibilidad de ya no andar en brazos, se desmantela ante la urgencia de cargarse a la madre mientras que la mamá libertadora plantea la posibilidad de emancipación. En el libro del Exodo y en las narraciones del antiguo testamento, las cuales Freud no ignoraba y de alguna manera dieron la pauta para construir conceptos como por ejemplo: «onanismo», hay también muestras de un pueblo liberado que no sabe qué hacer con su libertad, incluso Moisés se las ve negras al inculcar en su pueblo las nuevas leyes que los regirían. Hace tiempo SuiGeneris me dio la oportunidad de exponer brevemente un asunto sobre el psicoanálisis con bebés y prometí continuar con la investigación. Es solamente hasta hoy que puedo cumplir aquella promesa dando a conocer esta breve semblanza de la relación de poder entre un bebé y su madre. A partir de un año el bebé al que me refiero busca emanciparse de su madre. Habiendo consumido del abundante seno, el calcio que adquirió le ha dado la posibilidad para desarrollar los «dientes de leche» que le causan una molestia que solo puede ser inferida por los actos que le constriñen y emanan de las novedades bucales. Al segundo año el bebé curioso busca aventurarse en diferentes lugares fuera del seno de la madre y de sus brazos protectores, parece que ahora su interés no está en el seno ni en la mujer sino en sus ojos y lo que puede alcanzar a ver. El asunto que toma la atención del psicólogo, médico psiquiatra y psicoanalista, no es otra que la relación de poder. Pese a que el médico tiene intereses en escudriñar la biología de la relación o la bioquímica del poder, mientras que el psicólogo se atañe a una pedagogía del bien y del mal, y el psicoanalista mira inerte la novedosa creación de la madre. Esa nueva creación materna, cuando la madre le posibilita la separación, se encuentra con 43
PsicoanalizARTE
algo que ya es bien sabido en la historia y que de alguna manera sinteticé en los primeros párrafos de esta semblanza. El bebé al emanciparse del seno materno, de los brazos protectores y de la política de cuidados intensivos, emprende un viaje veloz que le permite vislumbrar y gozar de sus sentidos lejos de la madre. La madre ha cedido los derechos, y su relación de poder se ha vuelto una negociación entre ella y la curiosidad del bebé, en donde la madre ha extendido al bebé la posibilidad de conocer más allá de ella. Esto, para el caso narrado, es muy interesante; habrá madres que no puedan prestar derechos al niño y esta historia se cuente diferente. Mientras que el goce de la vista y otros sentidos llevan al niño a orinarse, defecarse en el pañal que la preventiva madre ha puesto sobre sus genitales, el pequeño se ve incómodo arrastrando aquel material en sus aventuras. No hace otra cosa más que llorar, cuando hace solamente unos instantes era todo un aventurero, un esclavo liberado, ahora clama a gritos la vuelta a su protección; como los hebreos que al verse en el desierto se desalentaban de su libertad, como los afroamericanos que al verse libres ya no tenían empleo, futuro, todo lo que habían aprendido a ser desde hace siglos se había abolido en un período. Estos breves datos que sintetizo para SuiGeneris tienen un valor intrínseco para los psicólogos más que para nadie. Pues la observación, transmisión y comunicación con madres y recién nacidos puede valer teórica y prácticamente para cualquier trayectoria, incluso a los médicos y a los psicólogos experimentales les debe parecer de importancia vital la relación de poder y el entendimiento de sus causas psíquicas, biológicas, químicas, sociales, culturales; pero sobre todo a los psicoanalistas les debe parecer importantísima la causa maternal. Referencias de imágenes: Bouguereau, W. A. (1883) A Young Girl Defending Herself against Eros (Pintura). Recuperada de: http://www.getty.edu/art/collection/ objects/548/william-adolphe-bouguereau-a-young-girl-defendingherself-against-eros-french-about-1880/
44
Estamos planeando los temas para el siguiente año editorial, nos interesa tu opinión sobre los siguientes temas a tratar en la revista, te invitamos a comentar en nuestras redes sociales o por suigeneris.fapsi@uanl.mx
Siguenos en las redes sociales
Twitter: @SuiGenerisUANL Facebook: SuiGenerisUANL
Los números de la revista SuiGeneris los puedes encontrar en https://issuu.com/suigenerisuanl
Quid
El punto débil del poder Por Iván Guerrero Vidales | gv.ivan8@gmail.com
E
n la actualidad, pensar en el poder es sinónimo de política, o lo que es igual a la forma en que las riquezas se encuentran distribuidas en un espacio determinado y a las estrategias aplicadas para dicha tarea. La explicación más viable sobre este tema tiene que ver con la tendencia que ha marcado la idiosincrasia social en cuanto a bienes materiales se refiere; y es que a lo largo de las últimas décadas, la sociedad ha otorgado mayor vitalidad a las posesiones y al poder de obtención de dichos bienes, relegando en un segundo término aquellas cuestiones, acaso más trascendentes, como el bienestar, la espiritualidad o la gratitud, por mencionar algunos. No les parecerá extraño coincidir en que es totalmente atípico escuchar a alguien decir que desea la honestidad o la amabilidad del prójimo, en comparación con su empleo o pareja; o dedicar más tiempo a la meditación y al auto—conocimiento que a la adquisición de aparatos que embrutecen la curiosidad y la creatividad. Fue hacía el siglo pasado cuando Bertrand Russell (1917) descifraría una sustancia de su época pero cuyo análisis se convierte en presagio para nosotros, un conflicto contemporáneo para el cual propone el siguiente antídoto: la mejor vida es aquella en que los impulsos creativos juegan una mayor parte y los impulsos posesivos una menor (ver Figura 1). Esta predilección se basa en que es a través de los impulsos creativos por los cuales las personas se pueden desarrollar
en libertad de sus deseos para convertirse en lo mejor que pueden ser, y debido a que sus deseos no son depositados en bienes materiales, el resultado de su impulso puede ser compartido solidariamente; en contraparte, los impulsos posesivos enajenan a los poseedores, que por su egoísmo son orillados a la búsqueda incesante de posesiones, pues éstas son las que le otorgan poder frente a los demás. En este aspecto, el impulso busca un equilibrio entre la falta y el objeto que la llega a cubrir, mientras el poder se convierte en posibilidad de éxito para tal encomienda. Una vez dicho lo anterior, para efectos del presente escrito, hagamos referencia a la fórmula clásica del poder propuesta por Dahl (1957), en donde establece que «A» tiene poder sobre «B» en la medida en que logre que «B» haga algo que no hubiere hecho sin la intervención de «A». En estudios más actuales se han incluido otras variables para comprender cómo surge el poder entre las personas y las situaciones, destacando el modelo de identidad del poder, cuyos autores extendieron la explicación de Dahl para incluir las acciones humanas (ambas partes participan en la dinámica de poder), la identidad compartida (o consenso), y el balance entre el consenso o conflicto implicado en la identificación o diferenciación de las identidades involucradas (Simon & Oakes, 2006 pg. 112). Sobre lo anterior podemos desprender las siguientes reflexiones: para que el poder se ejerza debe
45
Quid: El punto débil del poder
existir un compromiso entre las partes en donde ambas aceptan y otorgan importancia a lo que buscan obtener una de otra; se entiende también que el poder es una de las múltiples capacidades humanas, la cual se fundamenta en la facilidad de movilizar recursos para atender nuestras necesidades; como el poder recae en lo que hacemos, los deseos se erigen como velas de un navío al centro de una terrible tormenta, misma que es provocada por las exigencias ambientales, ya sean de una persona o de una situación. Merece la pena mencionar por separado la insaciabilidad de los deseos del ser humano, fenómeno también denominado como el «impulso de poder» por el mismo Russell (1938), en donde se habla del poder como un instinto natural que nos lleva a satisfacer nuestros deseos y necesidades en función de las relaciones establecidas con los otros; de esta manera, el poder es dinámico y se encuentra en todas partes, y si en un momento se encuentra favoreciendo una causa, no se puede esperar que se mantenga estático por mucho tiempo. En este aspecto, el poder exhibe múltiples riesgos al ser el mediador entre las personas y las situaciones, siendo uno de ellos altamente peligroso para el mantenimiento de las relaciones sociales: la envidia. Mucho se ha invertido en la explicación filosófica y psicológica de esta emoción, y sobre ello podemos extraer las siguientes aseveraciones. Teniendo su origen en el anhelo de poseer los bienes ajenos, se exalta cuando una persona quiere siempre más y desea poseerlo todo; y entre más codiciado es un bien, mayores son los deseos de poseerlo. La envidia surge del sentimiento de impotencia que se opone a la aspiración hacia un bien, por el hecho de que otro lo posee. Pero el conflicto entre esta aspiración y esta impotencia no conduce a la envidia, sino cuando se descarga en un acto o en una actitud de odio contra el poseedor de 46
aquel bien; cuando, por virtud de una ilusión, nos parece que el otro y su posesión son la causa de que nosotros no poseamos (dolosamente) el bien. (Scheler, citado en Rodríguez Nuñez 2012, pg. 175). Supone también su origen desde la situación natural de la superioridad del otro, que supuestamente le genera felicidad, y que el envidioso quiere hacer desaparecer. Para ello, todos los esfuerzos se consagran a rebajar al superior, exigiendo, por ello, la igualdad entre los inferiores y los superiores. (Gonzalo Fernández de la Mora, en 2012 pg. 175). De aquí surge la necesidad de favorecer el cese del poder, entendido como el ímpetu voraz de poseer ambiciosamente, a expensas de quien sea, todo aquello que nos rodea. Siempre he sido partidario de tratar de obtener los medios que permitan cierta sensación de bienestar personal y social, y también apoyo la moción de que la libertad debe experimentarse dentro de unos límites morales bien claros; pero también considero que el espíritu humano no está preparado para albergar tantas pasiones, como las que existen actualmente a su alrededor. Hay tantas formas de hacernos acreedores de poder que, al final del día, no tenemos claro de qué manera podemos ejercerlo: tenemos al alcance de las manos y a tiempo récord un sinfín de información por internet; podemos ordenar prácticamente cualquier bien o servicio
Quid: El punto débil del poder
moviendo unos cuantos dedos por unos pequeños segundos; puedo manipular la imagen que reflejo hacia los demás con tan solo publicar un pensamiento en un espacio virtual, no por las acciones que pueda llegar a demostrarles día a día en un espacio real. En este punto, el poder irrumpe en la tempo-
ralidad de la existencia y la corrompe al negarle un proceso de reflexión consciente y necesario para generarse una idea clara de quienes somos y quienes son los que conviven con nosotros; el ejemplo más claro lo podemos encontrar en el cómico pero real cortometraje iDiots, en donde demuestra la actitud consumista en la que nos encontramos inmersos. Habituar el alma humana a lo existente es equiparable a una sobreestimulación cuyo resultado solo podemos vislumbrar en el deseo de todo, pero en la obtención de la nada, como lo podemos ver en miles de casos en donde contamos con el poder de adquirir el objeto de nuestros sueños, solo para que al momento de poseerlo, fijemos nuestra mirada en otro que ha acaparado nuestra atención. El ansia de poder es peligrosa y su picadura provoca reacciones abyectas en quienes ha depositado el veneno de la indiferencia y la irreflexión. Es de vital importancia cambiar la noción que tenemos acerca de la forma de ejercer el poder en nuestras vidas y en nuestras relaciones. ¿Será posible mantener el ritmo de una sociedad jerarquizada en función de los impulsos de las
posesiones materiales a expensas de nuestros semejantes? Existirá la defensa, que considero aceptable, de que mientras no hagamos daño a los demás todo debiera estar permitido; o la posibilidad de que en la medida que una persona satisface sus deseos, se empodera a sí misma y escala hacia el pináculo de la trascendencia humana; pero el punto de referencia han de ser los medios por los cuáles logra lo anterior y las facilidades sociales existentes para subir. ¿Cuándo otorgaremos mayor importancia a los impulsos creativos y a las riquezas del espíritu? Cuando recordemos que lo valioso de la vida no es la cantidad de posesiones, sino la calidad de nuestra experiencia en el brillo fugaz de nuestra existencia.
Referencias de imágenes: Russell (1917). [Tabla obtenido del libro Political Ideals]. [Ilustración sobre consumismo]. (s.f). Recuperado de https://www. pinterest.com/pin/23221754304081534/ Lo innecesario os es imprescindible [Ilustración]. (s.f.). Recuperado de http://mundoiphone4a.blogspot.mx/2012/02/lo-innecesario-os-esimprescindible.html (2013). iDiots [Imagen de cortometraje]. Recuperado de http:// www.milenio.com/tendencias/idiots-robots-Big_Lazy_Robot_0_197380558.html Bibliografía: Russell, Bertrand (1917). Political Ideals. New York: The Century Co. Russell, Bertrand (1938). Power: A New Social Analysis. New York: Routledge. Dahl, R. A. (1957). The concept of power. Behavioral science, 2(3), 201─215. Recuperado desde http://datateca.unad.edu.co/contenidos/332573/12._The_Concept_of_Power_Robert_Dahl_.pdf Rodríguez Núñez, A. (2012). Gonzalo Fernández de la Mora, (Pról. De P.C. González Cuevas). La envidia igualitaria. RIPS. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, . 175─176. Recuperado desde http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=38028440001# Simon, B., & Oakes, P. (2006). Beyond dependence: An identity approach to social power and domination. Human Relations, 59(1), 105─139. Recuperado desde http://hum.sagepub.com/cgi/content/ abstract/59/1/105
47
Placer con dolor en 50 sombras de Grey Director: Sam Taylor Wood Estados Unidos/2015 Jamie Dornan, Dakota Johnson Por Karla Ivalisse Perales Herrera | @IvalissePerales
L
a película basada en el best seller de la autora E. L. James indaga en los conflictos personales de Anastasia Steele y Christian Grey a partir de un encuentro casual en donde el sexo, el sadismo, la manipulación, la violencia y el amor se entremezclan haciendo aún más complicada la relación entre éstos personajes, lo que nos conduce a profundas y laberínticas reflexiones sobre las relaciones de pareja en la actualidad. 50 sombras de Grey ha sido, sin duda, uno de los libros más populares de los últimos años. En algunos portales de internet el libro se coloca como el número 30 de los 100 más vendidos con ventas de 31 millones alrededor del mundo. A pesar de que la obra cuenta con fans y detractores, quienes critican la baja calidad literaria de la obra, el pobre uso de elementos narrativos y el exceso de escenas repetitivas, hay quienes acusan abiertamente a su autora de fomentar la violencia de género así como el machismo; sin embargo, su popularidad se vio superada a raíz del lanzamiento del filme.
48
La novela erótica, una válvula de escape para las fantasías y deseos más reprimidos. La obra norteamericana se cataloga dentro del género de literatura erótica con contenido, aunque emula la clásica fórmula de las novelas románticas, presentando como protagonistas a un «príncipe y una princesa». Aunque su autora intenta darle un tratamiento más profundo a la trama construyendo de manera más elaborada los perfiles psicológicos de sus protagonistas, termina relatando la típica historia de amor que nos deja como conclusión que: «Gracias al amor de ella, él logra curarse» y entonces: «vivieron felices para siempre» fórmula utilizada en los cuentos de hadas y en las telenovelas, situación que cierto tipo de mujeres idealizan esperando que esto ocurra en la vida real en sus relaciones de pareja. En la novela, se manejan los clásicos estereotipos de género; él: un hombre guapo, millonario, encantador, con poder, sexualmente irresistible, todo un «príncipe azul»; ella: inocente, frágil, inexperta, servicial y sumisa. «Un cuento de hadas moderno» La trama se trata precisamente de la relación entre estos dos personajes, Anastasia Steele, estudiante de literatura inglesa, (actividad con la que se explica y justifica su carácter romántico y sensible, aunque no deja de ser estereotípico) y Christian Grey, el joven empresario, multimillonario, principal mecenas de la universidad a la que acuden Ana y su mejor amiga, estudiante de periodismo.
PsiqueCinema
La trama comienza a desarrollarse cuando Kate se siente indispuesta para realizar una entrevista al joven Grey y decide pedirle a Ana que sea ella quién se presente en su lugar a la cita pactada con el empresario en sus oficinas corporativas. Ana accede no muy convencida y desde el momento en que pisa el edificio comienzan a aflorar sus temores e inseguridades dejando ver los sentimientos de inadecuación que experimenta al encontrarse en un lugar en que ella solo es «una visitante», como lo señala su carnet… La muchacha se siente invadida por una serie de pensamientos contradictorios, en donde afloran angustias y ansiedades; sin embargo, logra llevar a cabo la entrevista quedando profundamente impactada por la personalidad contrastante de Grey; a quién se describe como un joven perfeccionista, metódico, calculador, intimidante, con una imperiosa necesidad de control. Luego del primer encuentro, Christian se da cuenta de la impresión que ha causado en la frágil personalidad de Anastasia, por lo que comienza a conquistarla con detalles, obsequios y atenciones con el único afán de seducirla hasta llevarla a consentir una relación meramente sexual en dónde el placer y no la intimidad emocional será la mayor prioridad.
A partir de ese momento «el mundo idílico» de Anastasia comienza a resquebrajarse, al darse cuenta que su idealizado príncipe azul no desea tener una relación amorosa, sino una de carácter puramente sexual. Ana es una muchacha totalmente inexperta respecto a las relaciones con el sexo opuesto por lo que comienza a tener un conflicto interno, pues al sentirse fuertemente atraída por Grey comenzará a experimentar una lucha respecto a sus propios deseos y límites tanto en el plano sexual como en el afectivo. La diferencia sustancial entre los intereses de uno y otro se vuelve aún más extrema cuando Anastasia confiese a Grey que ella aún es virgen y, al mismo tiempo, cuando luego de perder su virginidad con él, descubra el oscuro secreto que Christian esconde en una habitación de su mansión que llama «cuarto de juegos» refiriéndose a «sus juguetes sexuales»; mismos que utiliza en sus peculiares prácticas eróticas en donde el sadismo y masoquismo se combinan para facilitar lo único que desea; poder, control sexo y placer. Un punto que llama mucho la atención es la de la escena del desvirginamiento de Ana. Ella pide a Christian que le haga «el amor» pero éste contesta de forma abrupta y violenta que él «no hace el amor» sino que «coge» En este punto es 49
PsiqueCinema
dónde Ana, al entregarse a Grey, propicia una relación de abuso, control y manipulación pues él la toma como una posesión u objeto, pues cuando ella le dice que quiere realizar un viaje para visitar a su madre durante una cena en casa de los padres de él, éste la trata con violencia recordándole que “es suya” y que no puede hacer lo que quiera, situación en donde por primera vez ella protesta en su contra argumentando: «Me confundes, primero me tratas como una mujer más y luego me reclamas cómo si fuera tu novia» haciendo énfasis en el sentido de propiedad del otro en una relación de noviazgo, que es la forma más sutil de control sobre la pareja, que propicia el abuso, el control y la manipulación. La relación tormentosa entre Anastasia y Grey provocará en ella un conflicto personal pues por una parte siente amar a Christian, pero por otro, una parte de sí misma no aprueba el someterse a sus prácticas y deseos. En esta situación Ana tendrá numerosos episodios de confusión, culpabilidad, placer y desenfreno al no definirse así misma desde su propia sexualidad. Hasta aquí cabe preguntarse si el conflicto interno de Ana tendrá sus raíces más profundas en una personalidad e identidad frágil que se asocia con el goce de su sexualidad, pues parece ser que en lugar de que tome un papel activo y sea capaz de desear, se amolda a los deseos y necesidades del otro encontrando satisfacción en ser deseada y, en cierto momento, hasta sometida por Grey, siendo incapaz de comunicar y definir lo que realmente desea porque quizá no lo sepa en realidad. Por su parte, Christian sufrió carencias afectivas y maltratos en su infancia y adolescencia hechos que lo marcaron hasta provocarle una incapacidad para vincularse afectivamente de manera sana. Gran parte del libro trabaja en los temores de Ana respecto a este inicio en el mundo de la sexualidad, lo cual es un punto interesante en la novela. Los conflictos de Grey son tratados con mayor profundidad en la segunda entrega de la saga y en la película solo son tratados de manera superficial. 50
Al ser iniciada en la sexualidad por Grey, éste comienza a ejercer un tipo de violencia psicológica y sexual sobre Ana a la que ella se somete «por amor»; sin embargo, la relación va tornándose cada vez más oscura y peligrosa, cuando Christian propone a Ana introducirse en su mundo de sexo duro, mediante la firma de un documento que el mismo ha creado y en donde especifica las prácticas a las que Ana deberá someterse en caso de aceptar ser «su sumisa» firmando el exclusivo contrato bajo su consentimiento y responsabilidad que incluye todo tipo de prácticas bondage. Pareciera que Ana tiene la completa libertad para elegir de forma objetiva y premeditada; lógica que se torna flaqueante, ya que elige mal, pues una decisión que fomenta el abuso y la violencia solo podría conducir a su autodestrucción, esto sin tomar en cuenta que en varias ocasiones es inducida a tomar alcohol por Grey, hecho que influye de manera negativa en una toma de decisión consciente. Pero lo que es más importante aún, es el hecho de que Ana se vuelve sexualmente activa con Christian, lo que sugiere que estos encuentros íntimos pudieron haber desatado sus sentimientos de apego y confianza antes de que ella estuviese segura de que él los mereciera; pues estudios en neurociencia sugieren que el sexo es una arma poderosa, sobretodo la primera vez. Manejo de poder en las relaciones sexuales. La sexualidad es una dimensión bastante compleja que abarca distintos aspectos como
PsiqueCinema
las maneras de pensar, sentir y actuar respecto al género, al cuerpo e identidad así como a un conjunto de preferencias y elecciones que determinan distinto aspectos fisiológicos y psicológicos en la vida de cada individuo. La sexualidad por tanto es una fuerza primaria cambiante y dinámica, cuyo ejercicio se ha visto influido por distintos aspectos socioculturales entre los que se encuentran los prejuicios, la religión, el machismo y las creencias limitantes de cada género, por mencionar algunos. En este punto, el ejercicio de sexualidad como forma de poder también se retrata en 50 sombras. Hace muchos años, se tenía la idea equivocada de que lo que motivaba a una mujer a tener una relación sexual era el amor y el apego hacia su pareja, incluso existían artículos que difundían la inequidad y la incomprensión de géneros subrayando una diferencia sustancial entre ambos; «la mujer hace el amor», mientras que «el hombre tiene sexo». Debido al proceso de emancipación de la mujer durante el siglo XX, en el que paulatinamente han ido adquiriendo los mismos derechos que los hombres, se ha marcado una diferencia sustancial en su forma de pensar y sentir. En un reciente estudio realizado por el Departamento de Psicología de la Universidad de Texas se encontró una amplia diversidad de las razones por las que una mujer tiene relaciones sexuales, entre ellas destacan el conseguir un ascenso, venganza contra la pareja cuando ha sido infiel, sentirse mejor consigo misma, tratar de mantener a la persona a la que quieren a su lado o a quien las mantiene, agradar a la perso-
na, por deber o para hacer sentir celos; también se mencionaron otras respuestas en las que se refleja el uso del poder, tales como «tratar de mantenerlo a su disposición» o «para lograr que el hombre les compre algo que desean» Tanto hombres como mujeres pueden utilizar el poder en el ejercicio de las relaciones sexuales como formas de manipulación para ejercer control psicológico y emocional sobre sus parejas, creando relaciones enfermizas desde el inicio de sus noviazgos, que probablemente continúen ejerciendo hasta el matrimonio asumiendo que sus parejas les pertenecen y justificando que por eso pueden abusar, controlar y manipular distintos ámbitos de sus vidas; por el contrario, al negarse a hacer lo que el otro demanda aparece el miedo al ser abandonados por la pareja o a perder el amor del ser amado, que es el miedo más grande y primitivo que puede experimentar el ser humano. En 50 sombras, tanto Christian como Ana utilizan el sexo para diferentes fines y como forma de poder; como lo menciona Ann K. Blanc en su artículo Género y poder en las relaciones sexuales: El poder en una relación sexual puede referirse a la capacidad relativa de una persona para actuar autónomamente, dominar en la toma de decisiones, adoptar un comportamiento contrario a los deseos de su pareja, y en definitiva controlar sus actos. Lo importante no es el poder absoluto de uno u otro miembro de la pareja, sino la influencia comparativa que cada uno tiene en relación con el otro. «La violencia de género es posiblemente la manifestación más apremiante de desigualdad de poder en las relaciones sexuales, y tiene una multitud de efectos negativos sobre la salud de las mujeres» En este punto habría que analizar muy bien las ideas que transmite 50 sombras pues algunos psicólogos aseguran que promueve la violencia de género e incita a las mujeres a permanecer en relaciones enfermizas y tolerar abusos por «amor» Una creencia equivocada en torno a la que gira toda la trama de la historia es la que señala que los problemas y carencias emocionales de 51
PsiqueCinema
Christian Grey se resuelven con el amor puro de Anastasia, pero esto es engañoso porque solo fomenta la codependencia emocional en las mujeres que aman demasiado. Conclusiones Al final, dicen que el amor lo cura todo y es verdad… pero es el amor propio, y no el que fomenta 50 sombras, el que puede lograr que un ser humano pueda amar y ser amado en todos los sentidos y aunque suene a cliché, esa es la profunda reflexión que hice tanto del filme como del libro, pues como decían los Beatles: «All you need is love»
52
Referencias de imágenes: [Fotografía de Anastasia al entrar al edificio]. (2014) Recuperada de http://enterato.com/50-sombras-de-grey-el-estreno-mas-esperado-ysus-curiosidades/50-sombras-de-grey-5/ [Fotografía del cuarto rojo]. (2014) Recuperada de http://www.losperiodistas.com.mx/noticia/4774/Un-millon-de-espanoles-ven-l50-sombras-de-Greyr-el-fin-de-semana-de-su-estreno/ el 14 de abril del 2015. [Fotografía de mujer atada]. (s.f.).Recuperada de http://www.elmundo. es/elmundosalud/2013/08/12/noticias/1376307039.html
PsiqueCinema
53
Entre MEMOrias y locura Reflexionando sobre el lugar de maestro o supervisor Por Linda Contreras y Guillermo Rocha
R
eflexionando sobre el lugar de maestro o supervisor puedo decir que me transporté emocionalmente a tantos momentos y situaciones que hubiera preferido no vivir; que en su tiempo reclamé muchas veces el por qué nadie me había explicado que eso podría pasar o cómo fue que eso no me lo enseñaron en las escuela; aun así, de alguna manera me dejaron un aprendizaje personal y profesional que desde hace algunos años intento transmitir a mi equipo de supervisión. También llegaron recuerdos acompañados de consejos, indicaciones y recomendaciones de esos supervisores que tuve y conforman esos pedacitos que hoy me hacen escribir. Me queda claro y entiendo que compartir la pasión por la psicología no es algo tan sencillo como decirlo, no tengo palabras para explicar el alivio de ver a una persona «estable», cuando tiempo atrás su intención era atentar contra su vida, o cómo describir la recuperación de quien fue víctima de algún tipo de agresión o delito y que nos permite acompañarle en ese reencuentro con su calidad de vida, en la que incluso ha encontrado herramientas para salir más fuerte que nunca. Como ejercicio de reflexión invité a escribir a una de las terapeutas de mi equipo del programa de urgencias, después de leerle, no tengo más que estar de acuerdo con ella y con su forma de vivir su formación. Uno no aprecia realmente las cosas que te pueden dar satisfacción hasta que un día te detienes
54
a reflexionar en cada una de ellas, y es en este momento en el que te das cuenta que apenas es el inicio de un largo camino; cuando ha llegado a mis oídos, ya sea en alguna presentación en un grupo o con alguna persona que no conoces, la pregunta sobre qué cosas te han hecho feliz, mi primer pensamiento va dirigido a mis días como practicante, y es que en ellos encuentro un gozo difícil de describir, ahí va envuelta una serie de sucesos que le dan significado a mi labor, puede ser que el día se vea lleno de cansancio y estrés académico, pero cuando uno tiene enfrente a un ser que sufre, un ser que viene en busca de una luz que lo guíe por ese camino de oscuridad, en ese momento todo aquello desaparece y es cuando mi labor me hace ver que definitivamente haber elegido este camino siempre habrá de ser la mejor decisión que he tomado hasta ahora. Sin duda alguna las experiencias que han quedado en mi memoria ahora le dan un giro a mi propia historia, historia que sé que un día contaré con gran alegría como un logro más, como una meta que sé que estoy por alcanzar, y es preciso decir que es una tarea difícil. Los pacientes suelen llegar y cruzar por esa puerta en la recepción llenos de sentimientos encontrados, miedo, resentimiento, confusión, y uno detrás de esa puerta contempla todo este sufrimiento esperando que sea la hora indicada para poder abrirla y decir: «Buenas tardes, ¿pasamos?»
Entre MEMOrias y locura
Dando ese papelito verde (recibo) damos pie a nuestra sesión. Tengo muy presente cuando comenzó el tratamiento con la paciente «A», comenzando un nuevo capítulo de esta historia. La tensión está presente, es el momento de conocer su mundo interior, ese mismo que le trae por aquí y el que le permite jugar y comunicarse conmigo, cada paso en particular era de vital importancia, recordé entonces cómo fue que la necesidad por expresar su sentir se adaptaba a este proceso donde poco a poco aquel juego y aquellos fantasmas que le acompañaban se fueron haciendo partícipes de esta dinámica, una prueba difícil, sin duda alguna. La intensidad de sus juegos, aquellas miradas de angustia y aquel temor que la invadía desde el momento en que se daban las 6:00 de la tarde en aquel reloj de la recepción, mismo que poco a poco fue permitiéndome acompañarla en este proceso. Tras varias sesiones juntas se hace visible la posibilidad de controlar estas situaciones angustiantes, de poder acercarme a estos fantasmas que le impedían el conversar conmigo y que en muchas ocasiones se habían adueñado de sus palabras, por lo cual el juego se había convertido en su mejor amigo.Y en el momento menos oportuno la angustia regresaba a cobrar el tiempo que se había dejado pasar sin su presencia, una caída tras otra caída.
La supervisión era mi arma más fuerte ante esta situación, entre tantos intervalos de ausencia se aguardaba una tempestad, la misma que se hizo presente en la sesión y se logró abordar de la mejor manera; y es preciso decir que este trabajo sin duda alguna es un trabajo en equipo, es decir, parte de este aprendizaje se lo debo a mis supervisores, mismos que están dispuestos a contestar cada una de las preguntas que surgen ante el tema y que ha creado un clima de confianza permitiéndome, al mismo tiempo, confiar en mi trabajo como terapeuta. Y es así como esto se vuelve una cadena al descubrir mis pacientes que ellos pueden contar contigo en este viaje, donde la meta será el encuentro consigo mismo; es una de las satisfacciones más grandes en mi tiempo como practicante, porque en efecto, de esta manera es como realmente conocemos el mundo que está allá afuera aguardándonos con fervor. Entonces nos damos cuenta que todos buscamos la misma cima, sólo que unos empezamos el recorrido antes, que en momentos el camino es solitario, pero que indudablemente llegarán esos momentos en que la ruta sea la misma para todos y nos podremos acompañar compartiendo experiencias y un buen porvenir. Referencias de imágenes: [Fotografía de paisaje]. Recuperada de https://rosanacalvoscq.wordpress.com/tag/montana/
55
Entre MEMOrias y locura
SUI GENERIS ESTARÁ PRESENTA EN EL @FICMONTERREY POR CUARTO AÑO CONSECUTIVO. ESPEREN PRONTO LAS RESEÑAS Y CORTESÍAS PARA ASISTIR AL FESTIVAL. 56
Artículo
57
Artículo
58