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4 Que no te dé miedo ser tu misma
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e miras en el espejo y ahí, frente a ti, está la verdadera tú. La imagen regresándote la mirada en el espejo. ¿Qué tan bien conoces realmente a la persona en el espejo? Puede que la imagen sólo sea un reflejo, pero es el primer indicio y el más visible de tu verdadero yo.Vivimos librando una batalla entre encontrar nuestro auténtico yo y ser lo que el mundo espera de nosotras. Exploramos el mundo y probamos distintas cosas para encontrar aquello que “va con nosotros”, hobbies, modas, gustos, todo con el objetivo distinguir quienes somos en verdad. Queremos encontrar nuestro verdadero yo, deseamos ser auténticos, y no sin razón. Ser auténtico tiene que ver con nuestra autoestima y bienestar, pero no sólo eso, Michael Kernis y Brian Goldman, psicólogos e investigadores, llegaron a la conclusión de que ser auténtico permite lidiar mejor con las dificultades, evitar los hábitos autodestructivos así como tener mayor confianza en sí mismo.
través de ellos que puedes comprender a tu verdadero yo. Ser auténtico es un trabajo constante que requiere de mucha reflexión. Kernis y Golman identificaron los componentes de la autenticidad: El primero y más fundamental es la autoconciencia, ser capaz de darnos cuentas de nuestras propias emociones, preferencias, motivaciones y habilidades. Además necesitamos claridad para evaluar nuestras fortalezas y debilidades, como son, sin culpas o negaciones. Y necesitamos ser congruentes con nosotros mismos, aun si nos critican o nos rechazan, debemos ser congruentes con nuestro verdadero yo. Tal vez no sea sencillo, pero atreverte a ser tu misma te puede librar de una gran carga. Es posible tener relaciones más satisfactorias, una mayor capacidad para seguir y alcanzar nuestras metas, pero sobre todo ser más felices. Sólo es cuestión de atreverte a despojarte de la máscara.
Y entonces, ¿Por qué si ser auténtico es tan bueno, nuestra sociedad parece dejarlo de lado? Nos empeñamos en mostrar una versión ideal de nosotros en las redes sociales, recurrimos a cirugías estéticas porque no estamos conformes con cómo lucimos y tenemos miedo de enfrentarnos a quienes realmente somos. Y es que descubrir el “auténtico yo” no es sencillo; no es un adjetivo que te define, es un conjunto de pensamientos, sentimientos, formas de actuar y demás, que incluso puede variar dependiendo del contexto. A menudo, no resulta sencillo ser quienes somos en verdad, el miedo al rechazo y a la vulnerabilidad nos impiden mostrarnos tal y como somos. Tenemos una necesidad de encajar en el grupo, es parte de nuestra habilidad de adaptación y nuestra evolución, sin embargo, podemos caer en el error de perdernos a nosotros mismos en nuestro afán de pertenecer. Nos autoengañamos y adoptamos la imagen de quien se supone que debemos ser, no nos detenemos a reflexionar, actuamos conforme a ese ideal creado en nuestra mente. Ser auténtico no se trata sólo de preguntarte quién eres o cuál es el sentido de tu vida. Es, y por eso resulta difícil, aceptar tus fallas, las cosas que te incomodan, todos los aspectos problemáticos de tu vida, pues es precisamente a
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Los regalos; más allá del materialismo y consumismo.
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l grinch creía erróneamente que la navidad sólo se trataba de los regalos; es por ello que se sorprendió al descubrir que al quitar a todos los habitantes de Villaquién sus obsequios, no había arruinado la navidad como planeó. Cómo el grinch robó la navidad, es una película animada ideal para compartir con los niños en esta época navideña.
Sin embargo, ante la presión de que “el tiempo se acaba” no es raro que se elijan regalos de forma apresurada, sin pensar demasiado en lo que le gustaría al destinatario. No es el tamaño o el precio lo que importa, sino el sentimiento detrás del regalo.Y es necesario recordar esto a los niños, cuya mayor preocupación en esta temporada suele ser qué recibirán.
Y es que no es lo mismo la navidad para los adultos que para los más pequeños. Parece que a medida que crecemos, parte de la magia de la temporada se diluye entre las prisas, el estrés y la planeación; mientras que para los niños, al tiempo en que las luces y árboles decorados se apoderan del paisaje, comienza la cuenta regresiva para abrir esos paquetes debajo del árbol especialmente destinados a ellos.
Los regalos, el árbol y todo lo vistoso de la navidad, son sólo la capa más externa. Por cursi que pueda sonar, esta es una temporada de unión familiar, de estar en armonía y fortalecer lazos, por lo que conviene involucrar a toda la familia en el proceso; que los niños cooperen con la decoración, que den su punto de vista en la elección del menú, que se unan a la aventura de buscar regalos.
Sin embargo, una cuestión que valdría la pena recordar –tanto grandes como pequeños– es que la ocasión se trata mucho más que de los regalos; lo más importante no es lo que hay debajo del envoltorio, sino lo que implica. Pues a fin de cuentas no es el simple intercambio, sino una muestra de afecto y una ocasión para estrechar lazos. Los regalos son parte importante del ritual navideño, pues más allá del aspecto consumista o materialista que podamos discutir en torno a ellos, dar un regalo es una muestra de afecto que implica tener en cuenta a la otra persona, pensar en sus gustos y necesidades; es una acción que brinda mayor satisfacción a quien da el regalo, que a quien lo recibe.
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Compartir momentos en familia, tal vez hacer galletas o disfrutar de una película saboreando un chocolate caliente. De esto se trata la temporada navideña; disfrutar cada instante y no sólo estar a la expectativa de los regalos, pero sobre todo, tener presente que el espíritu navideño dura más que un día.
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8 Haz un balance de tu salud
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ivimos una vida desordenada, llena de estrés, con apenas tiempo para comer –por lo que no solemos cuidar nuestra alimentación- y sin tiempo para hacer ejercicio. Todo lo cual perjudica nuestra salud y puede ser causa de diabetes y otras enfermedades crónicas, o deteriorar aún más la salud de quienes ya padecen estas enfermedades. La diabetes es una enfermedad de hábitos y cuando los que tenemos no son los más saludables, las posibilidades de desarrollar la enfermedad aumentan. Resulta sumamente difícil cambiar nuestra forma de vida, pero para las personas que han sido diagnosticadas, la urgencia por una vida más sana se hace mayor. Nos hemos acostumbrado a una forma de vida y nos cuesta trabajo des-aprender todo lo que ahora ha resultado natural hacer; sin embargo, es posible lograrlo con un poco de constancia y organización. Lo que necesitamos para lograrlo es buscar siempre el balance. • Comer de forma consistente y equilibrada, con las porciones adecuadas y la búsqueda de los nutrientes necesarios. • Tener una adecuada organización de nuestro tiempo: dedicar tiempo al ejercicio, tener suficientes horas de sueño y no saturarnos de trabajo, para mantenernos libres de estrés –así tengamos que reorganizar nuestros horarios para poder hacerlo todo–
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• Tomar suficiente agua (2 litros al día, el exceso también puede ser malo) • Acudir con cierta regularidad al doctor para asegurarnos de que todo marcha bien. • Otro punto a balancear, especialmente para las personas con diabetes, es el control de la glucosa, pues no sólo se trata de evitar esos picos de azúcar en la sangre, sino de evitar también caer en el extremo de sufrir hipoglucemia. • No obsesionarte. Los extremos, incluso en el deseo de cuidarse, pueden ser sumamente perjudiciales. Una vida en equilibrio es la que nos permite estar bien física y mentalmente. Encontrar esa armonía puede sonar como muchas cosas que hacer, muchos hábitos que cambiar y en general, un trabajo difícil; sin embargo, no es necesario que los cambios sean drásticos, pequeños pasos pueden ayudarnos a lograr el equilibrio que le hace falta a nuestra vida y que seguro nos beneficiará estemos o no enfermos.
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LA ABUNDANCIA NO SE ADQUIERE, SE SINTONIZA
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a abundancia es un estado del ser. La abundancia es el estado en el cual sientes que tienes todo lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. La abundancia está en tu humor vibratorio, la abundancia está en tus emociones diarias. La abundancia es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La abundancia no es una cuenta en dólares o cosas materiales como mucha gente piensa. ¿Qué es la pobreza? La pobreza también es un estado del ser. Pobreza es el estado de carecer de lo que quieres. Pobreza es el estado de resistencia para tener lo que quieres. Es un sentimiento activo, una emoción. La pobreza está en tu humor vibratorio, la pobreza está en tus emociones diarias. La pobreza es parte de tu integridad y está en tu mente, cuerpo y espíritu. La pobreza no es la ausencia de dinero en tu cuenta bancaria o cosas materiales como mucha gente piensa. Si, la abundancia y la pobreza son estados del ser. Están en nuestras creencias, pensamientos y emociones. Por eso es que hay algunas personas que no tienen muchas cosas materiales y son felices, tienen abundancia en sus vidas porque ellos creen y sienten que tienen todo lo que ellos quieren; por otro lado, podemos ver algunas personas que tienen muchas cosas materiales y se rodean de lujos y están quejándose todo el tiempo porque no tienen suficiente. Este tipo de personas no tiene abundancia en sus vidas aun cuando ellos tienen todas las cosas materiales que quieren.
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Siendo que la abundancia y la pobreza son estados del ser, podemos crearlas a través de nuestro humor vibracional, de nuestras emociones o estados de ánimo. ¿Qué estas creando diariamente? Si te estás quejando de la falta de dinero y diciéndote a ti mismo y a los demás que es muy difícil tener dinero, o que el dinero es un problema, estos sentimientos están bloqueando la abundancia y estas creando más pobreza. Pero tú puedes crear lo que quieras. ¿Qué quieres crear, pobreza o abundancia? Somos creadores y creamos cosas de adentro hacia afuera. La abundancia es una emoción, la emoción de tener todo lo que quieres sin importar las circunstancias. Quizás estas pensando: Es fácil de decirlo, pero es muy difícil cuando tienes deudas y no tienes dinero para pagar las cuentas, y es correcto, es muy difícil, así que estás creando más pobreza cuando piensas de esa forma y empeoras tu situación. Si quieres crear abundancia en tu vida, la forma mas fácil es empezar con tus palabras. Las palabras crean pensamientos. La repetición de las palabras se convierte en creencias, y las creencias crean sentimientos; tú puedes activar esos sentimientos para convertirlos en emociones y tus emociones son tu humor vibracional. Empieza por saber que tú te mereces sólo cosas buenas, lo mejor. La abundancia te está esperando, sólo necesitas estar en el mismo humor vibracional.
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14 Test: ¿Qué tal eres para perdonar? 1.- Alguien te pisa en la calle, tú: a) Te alejas de la persona en cuestión. b) Le dices que te ha pisado. c) Fuerzas una sonrisa si te pide perdón. d) “Accidentalmente” lo pisas tú. 2.- Te encuentras con un amigo al que no has visto en mucho tiempo, que se alejó de ti, tú: a) Te entusiasmas y te alegras de volver a verlo. b) Le preguntas que por qué no había estado en contacto. c) “¿Ha pasado tanto tiempo? Ni cuenta me había dado.” d) Preferirías morir, que volver a entablar contacto con esa persona. 3.- Tu pareja abre una carta que iba dirigida a ti, ¿Qué le dices? a) “Lo mío es tuyo.” b) “Sé que es sólo una carta, pero de todas formas…” c) “¿No quieres de una vez sacar lo que hay en mis bolsillos” d) “No sé si puedo volver a confiar en ti.” 4.- Tu hermano, quien está desempleado, te critica por tu forma de gastar. a) Entiendes por qué puede estar celoso. b) Le dices firmemente y amablemente, que se preocupe por sus propios asuntos. c) Te sientes mal por él. d) Sientes que te hierve la sangre. 5.- Lo más difícil de perdonar a alguien es: a) Saber que tengo el destino de alguien en mis manos. b) Empezar de nuevo. c) Evitar mostrarle a esa persona que estaba enojado. d) Aceptar que no podré guardar mi rencor. 6.- Alguien que te lastimó en el pasado, regresa a pedirte perdón ¿cómo te sientes? a) Lo entiendo. b) Siento compasión hacia esa persona. c) Siento resentimiento. d) Siento enojo.
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Mayoría de A: Perdonas demasiado pronto No te cuesta trabajo perdonar, al contrario, tiendes a perdonar a las personas de forma casi automática, no guardas rencores. Sin embargo, utilizas el perdón como una forma de evadir el enojo o la decepción, que bien podrían estar justificados. No te decimos que no debas perdonar, el problema está en que no te das la oportunidad de explorar a fondo por qué las cosas te hicieron daño, simplemente ignoras lo que pasó y en ocasiones, incluso justificas sus actos o adoptas la culpa.
Mayoría de B: Con el tiempo adecuado Sabes perdonar a las personas sin perder tu auto respeto. Cuando alguien te ha herido, te das tiempo de lidiar con eso paso a paso: expresas lo que te enojo, incluso confrontando a la persona. Una vez que lo has sacado, te permites liberarte de eso. No tienes problemas para perdonar, pero sabes que no necesariamente se puede perdonar todo.
Mayoría de C: Dices que perdonas Aunque puedas afirmar que has perdonado, lo cierto es que cuando analizas a fondo te das cuenta de que existen resentimientos que no dejas ir. Te enseñaron que parte de ser una buena persona, es aprender a perdonar. Sin embargo, debajo de tu supuesta perdón, dejas que el enojo y el resentimiento se aniden porque no te atreves a confrontar a quien te hirió.
Mayoría de D: ¿Perdonar? ¿Qué es eso? Te cuesta muchísimo trabajo perdonar; no sabes cómo dejar ir la ira y el rencor. Tan pronto como un tema sensible surge, intentas controlarte para que no vean cómo te afecta. Temes que te vean débil o inferior si muestras tu dolor, por eso te aferras al enojo; sientes que te da cierto control. Sin embargo, es necesario que recuerdes que a quien daña más tu rencor, es a ti mismo. Si no dejas ir los resentimientos no podrás avanzar.
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