Revista SuperMujer COAPA-GRAN SUR-TAXQUEÑA-CHURUBUSCO-PORTALES mayo 2019

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4 ANSIEDAD; EXCESO DE FUTURO Las personas afectadas por este problema puede llegar a sentirse incapacitadas para llevar una vida normal debido a los sentimientos de angustia y estrés que les producen situaciones que para otros son completamente normales y manejables.

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unque es una enfermedad que hace sufrir mucho a quienes la padecen, habitualmente con terapia y si es necesario con la ayuda de algunos medicamentos, esas personas pueden conseguir llevar una vida normal y retomar el control de sus emociones. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Sentir nervios y ansiedad de vez en cuando es algo normal. Puede pasarnos antes de un examen, si tenemos un encargo importante en el trabajo o ante problemas personales que nos preocupen especialmente. Eso no es lo mismo que padecer un trastorno de ansiedad. Cómo puedes saber si sufres ansiedad

mandíbulas, tan interiorizados que la persona que la padece puede no darse cuenta de que lo está haciendo. Uno de los más habituales son los problemas digestivos: malestar, náuseas, gases, estreñimiento o diarrea son algunos síntomas comunes que pueden estar relacionados con la ansiedad. A la mayoría nos causa cierto nerviosismo hablar en público. Pero si en tu caso el nerviosismo ocupa tu cabeza varias horas al día durante semanas antes de tu intervención y lo hace de un modo que te hace sufrir y te impide llevar a cabo tu vida normal, quizá padezcas un trastorno de ansiedad social.

La diferencia entre la ansiedad, digamos, normal y la patológica no siempre es fácil de distinguir. Si se trata de algo subjetivo, ¿qué se considera normal? Aquí tienes algunos síntomas que pueden ayudarte a determinar si sufres un trastorno de ansiedad y te vendría bien pedir ayuda.

En un ataque de pánico el paciente experimenta un sentimiento repentino de terror acompañado por síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones, sudores, visión borrosa.

El principal síntoma de la ansiedad: un miedo y una preocupación excesivos. ¿Pero qué es excesivo? En este caso, se considera una preocupación excesiva si tienes pensamientos angustiosos la mayoría de los días de la semana durante más de seis meses. El tener problemas para quedarse dormido o para dormir del tirón es un problema a veces sin importancia, pero si te pasa a menudo que no puedes dormir porque te sientes nervioso puede que sea señal de que padeces ansiedad. Si sientes un miedo desproporcionado a una situación cotidiana, como tomar el ascensor, o esporádicas, como toparte con una serpiente, quizá padezcas una fobia, que es un tipo de ansiedad.

Consulta siempre con tu médico. Antes de empezar a tomar cualquier medicamento o producto de herbolario, consulta siempre con un especialista, porque algunos de ellos pueden tener componentes que empeoren los síntomas de la ansiedad. Hacer ejercicio es una buena forma de desahogar esa tensión y mantener los músculos bajo control. Algunas personas con ansiedad necesitan utilizar protectores dentales por las noches, porque una vez dormidos vuelven a apretar las mandíbulas sin darse cuenta.

A menudo los trastornos de ansiedad van acompañados de tics musculares como apretar los puños o las

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6 INSOMNIO ¿POR QUÉ DE REPENTE HAS DEJADO DE DORMIR POR LA NOCHES?

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s la hora de acostarse y el cuerpo te pide descanso. Los párpados se cierran y, bajo el edredón, el cuerpo se relaja... pero la sensación de desconexión solo dura un instante. Una vez más, el insomnio llama a la puerta y no puedes hacer nada para impedirle pasar. Sabes que pasará contigo toda la noche, que descansarás mal y que el cansancio no hará más que aumentar al día siguiente. No puedes dejar de preguntarte por qué. No hay una única respuesta a la pregunta. Gracias a los avances científicos de los últimos años, investigaciones revelan que hay varios tipos de insomnio, y conocer cuál de ellos te está impidiendo cerrar los párpados es fundamental porque no todos se tratan igual. Insomnio de inicio Los médicos lo definen como la incapacidad para conciliar el sueño en los primeros 30 minutos desde que uno se acuesta, y es una tipología que puede aparecer en cualquier momento de la vida. Pero es especialmente habitual durante la adolescencia. Si la situación no se aborda correctamente, al sufrimiento de la falta de sueño se suma una bajada de rendimiento académico, cuando muchas veces la solución es tan simple como un ajuste correcto mediante melatonina, acompañado de un cambio de hábitos y de rutinas para concentrar la mayor actividad durante las horas de luz del día. Cuando la menopausia En momentos más avanzados de la vida, la manera en la que el sueño se convierte en una misión imposible evoluciona al mismo ritmo que el cuerpo de las mujeres

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motivado por los cambios hormonales que experimentan las mujeres en este momento y que provocan una alteración de los ritmos circadianos".Poner fin a estos episodios precisa definir una estrategia para cada caso. Los nuevos hábitos y los horarios para dormir que se adquieren tras la jubilación pueden ser los causantes del trastorno, cuya solución empieza por evitar las microsiestas y concentrar la mayor cantidad de actividades en los momentos de luz del día. La percepción de haber pasado la noche en vela. Padecen insomnio paradójico, un trastorno caracterizado por una autopercepción errónea de las horas de sueño. Este tipo de pacientes manifiestan que se pasan las noches en vela pero que, cuando se analiza su sueño, se ve que duermen 7 horas, con buenas fases de sueño profundo. La sensación de haber dormido sin haber descansado es una cosa distinta, afecta frecuentemente a las personas que roncan y suele estar originada por microdespertares de los que el paciente puede no ser consciente. ¿Qué debo hacer si tengo insomnio? Tratar el problema requiere la visita a una clínica del sueño, donde se tratan trastornos de índole psiquiátrica, respiratoria y neurológica en todas las edades.Y cuanto antes se consulte al médico, mejor, ya que eso ayuda a evitar que el insomnio se cronifique.También es muy importante no automedicarse.

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Tratar la enfermedad desde un ángulo positivo Tratar de ver las cosas desde un ángulo más positivo, puede ser benéfico para el tratamiento de la diabetes.

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er diagnosticado con una enfermedad crónica no es fácil para nadie. Pero incluso en la adversidad, es posible ver el lado positivo. Cuesta creer que una enfermedad pueda tener un lado bueno, pero cualquier dificultad, es una prueba que puede fortalecernos y brindar enseñanzas. La diabetes puede convertirse en la oportunidad que necesitamos para cambiar nuestra vida. Una actitud proactiva será mucho más benéfica para lidiar con la enfermedad, que dejarse caer en la depresión. La diabetes es una enfermedad profundamente vinculada a los hábitos, es por eso que será necesario reaprender y cambiar el estilo de vida sedentario que tanto favorece la diabetes. Al tiempo que se cuida la enfermedad, será posible lograr cambios en la vida e incluso, sentirse mejor que antes de ser diagnosticado.

• Mejorar la salud de la familia. Generalmente, cuando es detectada la diabetes, la familia entera suele adquirir un estilo de vida más saludable, en solidaridad con la persona diagnosticada. • Revalorar las cosas. Como cualquier enfermedad o experiencia difícil, la diabetes puede impulsar a repensar la vida que se ha llevado y aprender a estar más agradecido por las pequeñas cosas. Por supuesto, no es necesario esperar a estar enferma para comenzar a cuidarse. Si existen antecedentes o factores de riesgo, es conveniente acudir al doctor para descartar la enfermedad, pues la diabetes es asintomática. Ante todo, es importante recordar que la actitud con la que enfrentemos las cosas puede hacer toda la diferencia.

• Bajar de peso. Dado que es necesario mantener un buen control de lo que comemos y hacer ejercicio para mantener la diabetes controlada, este es a menudo un efecto secundario del cambio de vida que conlleva el tratamiento de la diabetes. • Probar nuevas cosas. A veces estamos demasiado acostumbrados a comer lo mismo, que nos cuesta atrevernos a probar nuevas opciones. Pero dado que será necesario cambiar la forma de alimentarse, esta es una buena oportunidad para intentar nuevas recetas ricas y sanas. • Entrar en contacto con tu cuerpo. La necesidad de cuidarse hace que se preste una mayor atención a lo que el cuerpo tiene que decir. • Conocer gente. Una buena idea para lidiar con la enfermedad son los grupos de apoyo, en los cuales es posible compartir con personas en la misma situación experiencias, temores, dudas, recetas o impulsarse en la lucha contra la enfermedad. La diabetes puede ser una forma de entablar lazos con personas nuevas y abrir las perspectivas.

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ADOLESCENTES EN BUSCA DE SU PROPIA IDENTIDAD La adolescencia suele ser una etapa complicada para los jóvenes y para los padres.

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os adolescentes experimentan diversidad de cambios, buscan su propia identidad y necesitan su espacio. Desean ser independientes y autosuficientes, crecer sin la interferencia de sus padres. Y una de las armas más efectivas que utilizan para poner distancia es el silencio. No tienen problema para comunicarse con sus amigos, pero frente a sus padres adoptan el silencio. El celular y la computadora favorecen esta barrera que les permite distanciarse. No es que no deseen hablar o que no puedan apreciar los consejos. Pero hablar sería correr el riesgo de no poder callar, de no poder guardar sus cosas para sí, perder el poco terreno que se han ganado. Hablar les recuerda que aún dependen de sus padres y es necesario rebelarse ante esa dependencia. El lenguaje entra en el dominio de los padres, así lo señala el psiquiatra Xavier Pommereau, especialista en adolescentes, pues fueron ellos quienes enseñaron a hablar. Sin embargo, aunque el silencio es necesario para los adolescentes, no siempre es normal. Los jóvenes se enfrentan a muchas cosas en búsqueda de identidad y su silencio puede impedir que los padres noten que algo no anda bien. Los adolescentes quieren a sus padres lejos y difícilmente buscarán ayuda de forma directa. Es por eso que aunque no quieran hablar, debemos estar alerta para interpretar sus silencios y estar dispuestas a escuchar. Tal vez suena incoherente, qué vamos a escuchar si ellos no quieren hablar. Ciertamente los adolescentes no se abren fácilmente y buscan resolver sus cosas sin la intervención de mamá o papa. Sin embargo, en ocasiones necesitan comunicarse y encontrarán alternativas para acercarse sin perder la distancia que

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han establecido: pueden acercarse con un gesto que indique que están molestos o buscar atención con una actitud de indiferencia. Pueden buscar consejo “para un amigo” e incluso acercarse con enojo para culpar a los padres de sus problemas. El doctor Kenneth Ginsburg, co-autor del libro “Letting go with love and confidence” –Dejarlos ir con amor y confianza–, señala que sin importar la forma en que se acerque, será la forma de responder la que determine si el canal de comunicación permanece abierto o se cierra. Si se acercan no debemos poner trabas que impidan la comunicación. No juzgues, no intentes resolver, no minimices sus problemas o los niegues, simplemente escucha. Pregunta si hay algo en lo que puedas ayudarlo y sólo brinda consejo cuando lo solicite. La adolescencia es una etapa en la que los jóvenes deben aprender a resolver sus conflictos. Debemos dejar que aprendan de sus errores, darles su espacio y ser flexibles para cuando estén dispuestos a hablar. El silencio puede ocultar muchas cosas: problemas de depresión, deseos suicidas, drogas, anorexia. Si el silencio se da de forma abrupta, por tiempo extendido y genéricamente en todos los ambientes, los padres deben estar más alerta y consultar a un especialista. Acercarse al adolescente y ofrecer ayuda sin imponerla, darles espacio es importante; no culparlos del silencio, sino manejarlo como un problema que concierne a todos y preguntar si está de acuerdo en solicitar ayuda.

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14 Test: Silencio sumiso o agresivo

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n mayor o menor medida, todos hemos recurrido al silencio. Sea para atacar, evadir o ambas; callar es un arma que puede dañar nuestras relaciones. Averigua con este test si tiendes a un silencio sumiso o agresivo.

Marca las frases con las que te sientas más identificada.

Si la mayoría de las frases que elegiste están enlistadas con número non tiendes a un silencio sumiso. Si la mayoría son par, usas más el silencio agresivo como arma de ataque y manipulación.

• Silencio sumiso Tienes la idea de que negar las cosas las desaparece. Callas para no enfrentar los problemas y este callar no se refiere únicamente al silencio, sino a cambiar de tema, a no hablar de aquello que nos molesta. Tienes tanto miedo de la confrontación que prefieres pretender que nada sucede. Cuidado, guardar lo que sientes puede resultar más dañino a la larga; los problemas crecen cuando los almacenamos. Todo eso que hemos escondido buscará la forma de manifestarse. A veces puedes explotar y luego te cuestionas porque te molesto tanto una pequeñez, pero lo cierto es que estás sacando todo eso que habías ignorado. Es mejor hablar al momento, solo a través de la comunicación se pueden resolver los conflictos.

• Silencio agresivo Cuando alguien te hace enojar no explotas o gritas, no lo enfrentas directamente. El tono frío o sarcástico, hablar para lo estrictamente necesario o directamente “la ley del hielo”, suelen ser tus armas para hacer saber al otro que estás enojada. Consciente o inconscientemente buscas hacerlo sentir culpable, que entienda que estás molesta y que sea quien se acerque. Si te busca para hablar del asunto, es probable que lo dejes con la palabra en la boca. Solo estás dispuesta a escuchar que tú tenías razón y ellos no. Cuidado, recurrir al silencio para hacer valer tu postura puede hacer daño a los otros. Tal vez te den la razón por ahora, pero habrá un resentimiento latente y se desgastará la relación. Lo mejor es hablar clara y directamente sobre los conflictos para llegar a un acuerdo.

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