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4 El valor de la constancia
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nicia el año y te sientes con la mayor disposición y motivación para lograr todo lo que te propongas, todo parece indicar que este será el mejor año, nada puede detenerte… excepto tal vez, tú misma. Durante dos semanas todo marcha sobre ruedas, pero poco a poco toda esa energía parece ir desapareciendo y sin darte cuenta tus objetivos quedan en el olvido ¿te suena familiar? Si es así, temo informarte que te está faltando un ingrediente importante para alcanzar el éxito: constancia.
Cada vez, vamos siendo más conscientes de en qué nos limitamos o autosaboteamos, por qué lo hacemos, cuándo y cómo. Una de esas limitaciones es la inconstancia: Deseamos hacer muchas cosas a la vez, como si el mundo fuese a acabar en una semana. Actuamos igual que pensamos –siempre estamos pensando, pero nunca tenemos un pensamiento constante y lo terminamos–, lo mismo hacemos con la vida. Siempre es igual: empezamos algo, llenos de pasión, hasta que ésta se enfría, y con ella nuestra premura por hacerlo; luego empezamos otra cosa y así constantemente. Al final, lo único que hacemos es agobiarnos y pensar “¿Qué he hecho? No he hecho nada”, no miramos todo lo que hemos hecho. Es mejor actuar poco a poco, dedicarnos en exclusiva a ello hasta acabarlo, disfrutar durante todo el proceso, estando presentes, sin fantasear.
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Cuando plantas una semilla, el árbol no crece al día siguiente, es necesario que lo riegues y le des los cuidados necesarios para que crezca. Del mismo modo ocurre con nuestras metas: si decides hacer ejercicio una semana, no lograrás alcanzar tu peso ideal, es necesario que tengas la constancia de convertir el ejercicio en un hábito; hacerlo parte de tu vida y no un sacrificio de algunos días. Las cosas toman tiempo y esfuerzo, por lo que la falta de paciencia se convierte en nuestro peor enemigo.Vemos los resultados muy lejanos y poco a poco dejamos de lado las cosas, hasta que finalmente nos damos por vencidos. No existe un camino fácil para lograr las metas, pero sea cual sea tu meta – bajar de peso, conseguir un acenso, aprender un nuevo idioma – es importante poner práctica la constancia y crear hábitos que te permitan alcanzarlas.
"Podemos hacer cualquier cosa que queramos mientras nos mantengamos firmes en lograrlas durante el tiempo suficiente. " Helen Keller
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El ejercicio no te hará bajar de peso Hacer ejercicio es una de las mejores cosas que podemos hacer por nuestra salud, de eso no hay duda, son muchos los beneficios que brinda. Pero ayudarnos a bajar no de peso, no es uno de ellos
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uena ilógico, va en contra de lo que hemos aceptado sin dudar como una de las máximas verdades para perder esos kilos de más, pero lo cierto es que diversos estudios señalan que la ayuda que puede aportar el ejercicio para perder peso es mínima. No sólo eso, incluso se ha visto que puede provocar un aumento de peso. El consejo de hacer ejercicio cada vez está más extendido, cada año más personas adquieren membresías para el gimnasio con la esperanza de eliminar aquella grasa acumulada. Sin embargo, a pesar de que cada vez más gente hace ejercicio, los índices de obesidad siguen en aumento. Cierto es que muchos se inscriben al gimnasio y lo abandonan tras un par de semanas. Pero entre aquellos que se apegan a una rutina de ejercicios, se ha visto no sólo no pierden peso, sino que pueden aumentarlo. En general, hacer ejercicio con el objetivo de bajar de peso, es bastante inútil. Así lo señala Eric Ravussin, profesor de diabetes y metabolismo en la Universidad del Estado de Luisiana. Para perder peso, el ejercicio no es tan importante como la creencia general lo señala. De hecho, se ha visto que a mayor actividad física el cuerpo necesita recuperar más energía, por lo que cuando hacemos más ejercicio tenemos más hambre y tendemos a comer más de lo habitual. Hacer ejercicio no sólo no nos ayudará a bajar de peso, sino que incluso puede hacerlo más difícil. Rafael Gutiérrez, médico del deporte, señala que cuando hacemos ejercicio, consumimos “la energía rápida” la de los carbohidratos y la proteína, pero las grasas se quedan almacenadas. El ejercicio lo que hace es convertir esa
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grasa en músculo, pero no la elimina, por lo que si bien podemos ver una reducción de medidas, no bajaremos de peso. Si queremos eliminar esos kilos, la única forma de lograrlo será tener una alimentación balanceada que nos aporte justo la energía que necesitamos para todo el día, ni más ni menos. Entonces, ¿para qué hacer ejercicio? Debemos entender que el ejercicio es una cuestión de salud, no de peso. Con el ejercicio mejoraremos nuestra resistencia a la insulina, fortaleceremos nuestro sistema inmunológico, mejoraremos nuestro metabolismo, podemos prevenir múltiples enfermedades, nos sentiremos más felices e incluso retrasaremos el envejecimiento, aunque no eliminemos grasa. Esto no es necesariamente malo, pues si bien no eliminamos las grasas a través del ejercicio, sí las transformamos en musculatura. Por lo que aunque no bajemos de peso, sí estaremos mejorando nuestra salud. Es importante señalar que aunque el ejercicio no nos haga bajar de peso, un aumento se puede presentar básicamente por dos razones: el músculo pesa más que la grasa o estamos comiendo más de lo habitual. Es con el segundo caso con el que debemos tener cuidado, pues si queremos estar en forma, debemos tener una adecuada combinación de alimentación saludable y ejercicio. El ejercicio es clave para mejorar nuestra calidad de vida. 30 minutos de ejercicio de bajo impacto diarios pueden hacer maravillas por nuestra salud – aunque no nos ayude a bajar de peso –.
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10 ¿Con quién estás enojado realmente?
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ntwone Fisher (Derek Luke) es un joven marino con problemas de manejo de ira; tras una pelea es obligado a tomar sesiones con el psiquiatra Jerome Davenport (Denzel Washington). Mientras que al principio le cuesta trabajo abrirse, Antwone finalmente comienza a hablar y con la ayuda de Davenport se da cuenta de que tiene que cerrar las heridas de su pasado. Guardar resentimientos nos hace resistirnos al cambio, nos impide avanzar, afecta nuestras relaciones y es una forma de agresión que más que afectar a los demás, nos perjudica a nosotros. Aunque el resentimiento generalmente va dirigido a una persona, lo cierto es que la mayor parte de las veces, ese enojo tiene más que ver con nosotros mismos. Detrás del resentimiento suele haber una impotencia, por alguna razón nos hemos sentido en una posición de desventaja frente a la persona que nos hizo daño –de forma intencional o no–. A menudo va dirigido a personas que de alguna forma sentimos en una posición de poder o en relaciones donde pensamos que damos todo y no recibimos nada, también cuando sentimos que no somos reconocidos. Tiene que ver con aquello a lo que hemos renunciado y con cosas a las que al principio les restamos importancia. El resentimiento no es espontáneo, crece gradualmente dentro de nosotros, casi sin notarlo; ese enojo que hemos almacenado por mucho tiempo, que no nos hemos dado
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la oportunidad de afrontar o superar, se transforma en un veneno que nos consume. Y si en lugar de expresar asertivamente las molestias, decidimos suprimirlo o pretender que no pasa nada, solo alimentamos ese enojo latente que revivimos una y otra vez. Superar el resentimiento no es cosa sencilla, pues nos hace ver las cosas de cierta manera, nos hace racionalizar lo que sentimos y podemos encontrar justificaciones para quedarnos en el rencor. Por mucho que nos digamos dispuestos a perdonar, a veces no dejamos ir esos sentimientos de enojo y temor, pues es más fácil adoptar una actitud cínica. Pero a quién más daña nuestro resentimiento es a nosotros mismos, estamos atrapados en un ciclo de autodestrucción, temerosos del futuro, enojados con el presente y llenos de rencor hacia nuestro pasado. Dicen que guardar resentimiento es como tomar veneno y esperar que el otro muera, quien sufre las mayores consecuencias del rencor, somos nosotros mismos. La clave es entender que más allá de los agravios que hemos sufrido, perdonar nos ayudará más que guardar rencor.
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Claves para causar una buena primera impresión
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icen que la primera impresión es lo que cuenta. Hay personas que tienen la capacidad de presentarse siempre de manera memorable. Aunque el carisma y la personalidad tienen mucho que ver, hay algunas pautas que cualquiera de nosotros puede seguir para dejar una primera impresión positiva.
Estar en forma Con esto no digo que tengas que ser un atleta de nivel olímpico, sino simplemente eso, estar en forma, proyectar una imagen saludable y positiva. Si andamos siempre con cara de cansancio, la gente que conozcamos se llevará de primera impresión que emitimos “mala vibra”.
Aquí les dejo una compilación de 6 claves que te ayudarán a que la gente nueva que conozcas siempre se acuerde de ti.
Saludar apropiadamente Un saludo inicial está compuesto por 3 partes: la sonrisa, las palabras y el apretón de manos. Aquí es dónde es necesario estar siempre bien informado con respecto a las costumbres culturales. Por ejemplo, acá en México, todos nos saludamos con un beso en la mejilla, inclusive los hombres con otros hombres. Sin embargo, en otros lados esto sería prácticamente inconcebible. Tengo entendido que hay otras culturas en las que si uno sonríe mostrando los dientes al saludar al otro le está faltando el respeto. Es cuestión de investigar un poco para evitar metidas de pata .
Menos es más Cuánto más breve sea tu presentación, mejor. Durante el primer contacto, hay que tratar de decirle a la otra persona lo mínimo indispensable, pero no para ocultar información ni poner una distancia entre ambas, sino para dejar lugar a que el resto de los temas vayan surgiendo de manera natural a lo largo de la conversación. No pierdas de vista el contexto Siempre hay que ser conscientes del contexto en que nos estamos moviendo. Si conoces a alguien en una reunión de padres de la escuela de tus hijos, no les digas que eres el CEO de tal o cual empresa, deciles que eres el papá de Manuel, el resto se va dando solo. Ser humilde Salvo que te encuentres en una reunión de negocios o en un evento especializado, trata de mantener tu título profesional a un lado, salvo que te lo pregunten explícitamente. Caso contrario, si la otra persona no es profesional o su título es inferior al tuyo, probablemente se ponga a la defensiva.
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Poner el foco de atención en la otra persona Seguro que te ha pasado más de una vez, de conocer a alguien que solamente habla de si mismo. Esto te puede llegar a jugar en contra, pero si pruebas el camino inverso, concentrándote en lo que la otra persona tiene para decir, vas a ver cómo tu imagen se vuelve muchísimo más positiva, incluso sin que tengas que decir prácticamente nada de ti. ¿Han probado algunos de estos tips a la hora de conocer gente nueva? ¿Qué otros consejos se les ocurren para dejar una buena primera impresión?
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Test: ¿Tienes una estrategia
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para alcanzar tus metas? Dicen que una meta sin un plan es sólo un deseo. Cuando tenemos un objetivo no basta con desear alcanzarlo, debemos tener una estrategia que nos ayude a conseguir lo que deseamos. ¿Conoces las herramientas para cumplir con éxito tus propósitos? ¿Tienes lo que se necesita para cumplir tus metas? Califica qué tan ciertas son las siguientes frases con respecto a tu actitud ante los objetivos. Posteriormente suma tus puntos.
No utilizas ninguna estrategia para alcanzar tus metas, ni siquiera crees que tengas el potencial de lograr lo que deseas por lo que no te arriesgas a intentarlo. Es necesario que empieces a creer en ti y utilices las herramientas que te permitan explotar tu potencial. Algunas estrategias que te pueden ayudar son hacer listas, establecer tus objetivos de forma positiva o recompensarte tus logros. Pero sobre todo, tener la confianza de que tu futuro está en tus manos. Si bien utilizas algunas estrategias, lo cierto es que no las explotas al máximo. Es posible que tu entusiasmo te lleve a tomar algunos pasos pero en ocasiones te falta una estructura más sólida para lograr lo que deseas. Es posible que en ocasiones tus planes sean poco realistas o no estés bien preparada. Dividir tus metas en pequeños pasos, hacer revisiones periódicas y hacer modificaciones cuando sea necesario, así como prever posibles dificultades son algunas herramientas que te pueden ayudar a establecer de mejor forma tus objetivos y lograr tus metas. Conoces las herramientas y sabes cómo utilizarlas a tu favor. Sabes que lograr una meta requiere tiempo y que es necesario desarrollar un plan sólido y realista para cumplirlas. Si te propones algo lo consigues porque sabes que tu éxito está en tus manos y en las de nadie más. ¡Felicidades!
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