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4 Cómo funciona el cerebro de una mamá Traer un bebé al mundo es una de las cosas más maravillosas y uno de los cambios más importantes en la vida de cualquier mujer.
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n bebé te brindará felicidad, pero también pondrá tu mundo de cabeza alterando tus horarios, tu estilo de vida, tu economía e incluso, tu cerebro.
Un estudio publicado en Behavioral Neuroscience encontró que cuando una madre tiene su primer hijo, su cerebro crece. El estudio hizo un seguimiento de 19 mamás antes y después de tener a sus bebés. Y se encontró un crecimiento en áreas del cerebro relacionadas al razonamiento, la planeación y el juicio, así como en la experimentación del placer. Se encontró que aquellas mamás que expresan mayor alegría en su nuevo rol, tuvieron un mayor crecimiento en las regiones vinculadas al procesamiento de emociones. Ser mamá es básicamente un proceso de aprendizaje, pero a diferencia de la mayoría de estos, los cambios que se generan no tienen que ver sólo con “grabar” el aprendizaje, sino que se generan cambios en áreas relacionadas al placer y la recompensa, activando una mayor producción de endorfinas. Esta hormona nos ayuda a sentir mejor, reduce el dolor y al relacionar a nuestros bebés con el bienestar que nos provoca, crea una cierta “adicción” por nuestros pequeños ¿Cómo soportaríamos esos primeros meses sin la ayuda de esta hormona?. Nuestras emociones alteran cada una de las decisiones que tomamos, es por eso que el cambio que ocurre en nuestro cerebro es tan importante. El amor cambia nuestros cerebros para ayudarnos a llevar la maternidad
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de mejor forma. Otro dato interesante, aunque aún no está comprobado, el crecimiento que presenta nuestro cerebro puede indicar que también nos hacemos más inteligentes al convertirnos en mamás.
Principales cambios en el cerebro de una mamá • Más inteligencia • Aumento de actividad en la zona de las emociones • Aumenta la materia gris en la zona donde se gestionan la ansiedad, y la reocupación • Aumenta la actividad en la zona cerebral que controla el amor y enamoramiento • Los sentidos se agudizan • Mejora la empatía • Se agudizan los sentidos • Más capacidad resolutiva • Aumenta la capacidad multitarea Y recuerda, en SuperMujer.com.mx encuentras respuesta a todas tus dudas.
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La auto-persuasión nos beneficia
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l otro día fui a visitar a mi madre, una doctora retirada que, a pesar de ya no ejercer, sigue dando consejos de salud a cualquiera que se pare enfrente – lo pida o no – así que después de saludarnos y la correspondiente charla sobre como ha ido mi vida, me empezó a cuestionar sobre mis terribles hábitos de alimentación y sobretodo, mi necesidad incontrolable de fumar. Es evidente que a nadie le gusta que le digan lo que tiene o no que hacer y cuando mi madre empieza a decirme que deje el cigarro, no puedo evitar ponerme a la defensiva y ensordecer ante sus argumentos. Una parte de mí sabe que mi mamá tiene razón y que debería dejar el cigarro, pero supongo que en parte es naturaleza humana. Nos resistimos a modificar nuestras actitudes y pensamientos sólo porque alguien más nos lo dice y por más que los argumentos sean válidos, no resultan relevantes para nosotros y los desechamos. En 1954, Irving Janis y Bert King, realizaron un experimento que puede plantear una alternativa ante esta situación. Si no permitimos que otros nos convenzan de aquello que debemos cambiar, tal vez deberíamos intentar convencer a otros de hacer lo que queremos lograr nosotros mismos. El estudio realizado por Janis y King encontró que cuando cambiamos de rol, y en lugar de recibir las explicaciones, las damos, es más fácil que cambiemos nuestro punto de vista. Al intentar convencer a otro, buscamos los argumentos que sean más relevantes para nosotros mismos, por lo que es más sencillo que cambiemos de parecer.
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Si queremos cambiar algo de nosotros mismos, tal vez esta sea una buena alternativa. ¿Quieres dejar el cigarro? ¿Quieres hacer ejercicio? ¿Sentirte más segura de ti misma? Plantea esto a un tercero, explícale porqué sería conveniente hacer cualquiera de estas cosas y de paso, convéncete a ti misma. Nadie sabe mejor que tú los argumentos que te convencerán de seguir ese cambio. Si no tienes a quien soltarle tu discurso, puedes intentar hablarlo frente al espejo. Otra opción es escribirlo. Inicia un blog o comparte un artículo entre tus amistades en para que expongas tu punto a otras personas. Lo importante es que busques los argumentos que utilizarías para convencer a otro, para que, en tu búsqueda, logres la auto-persuasión.
Recientes investigaciones demuestran que cuando la gente se afirma a sí misma se vuelve más vulnerable a la persuasión. La explicación de este fenómeno consiste en que la afirmación de uno mismo, refuerza el auto-concepto disminuyendo la necesidad de defenderse y aumenta la apertura al cambio. Y recuerda, en SuperMujer.com.mx encuentras respuesta a todas tus dudas.
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10 Porqué nos cuesta decir “Gracias”
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a gratitud es una de las cosas más benéficas que existen. Una sola palabra puede ser la llave para mejorar tu salud, tus relaciones y reducir el estrés. Decir “gracias”, siempre y cuando sea a conciencia, fomenta nuestras emociones positivas al tiempo que nos pone en una relación más cordial con el mundo y nos da una mejor visión de nuestras oportunidades.Agradecer es sin duda beneficioso, pero no siempre es fácil. ¿Por qué en ocasiones cuesta trabajo hacerlo? He aquí cuatro posibles explicaciones: 1. No encontrar las palabras adecuadas. En un intento por proteger sus emociones y sentirse menos vulnerables muchas personas han contenido sus emociones y llegado el momento de expresarlas, no encuentran las palabras precisas para decir lo que sienten de la mejor manera, pues les cuesta trabajo discernir lo que sienten. Consejo: No es necesario buscar las mejores palabras, también se puede expresar agradecimiento a través del lenguaje no verbal. Una sonrisa o un apretón de manos sumado a un sencillo “gracias” pueden ser más efectivos que cualquier discurso. 2. Sentir vergüenza.Todos tenemos una visión de nosotros mismos y de lo que creemos o no merecer. Cuando llega
algo que supera las expectativas de una persona, ésta puede sentirse avergonzada, pues no se considera digna de tal beneficio. Consejo: Comparte con los demás lo que estás sintiendo, esa sensación de que no mereces lo que te han dado o han hecho por ti, puede disminuir una vez que comunicas lo que sientes. 3. Sentirse en deuda. Para algunas personas, recibir un favor es recibir una carga, pues sienten que la relación se ha desestabilizado. Alguien le ha hecho un favor y piensa que un simple gracias no será suficiente para que la relación recupere su equilibro, por lo que debe encontrar la forma de recompensar a quien ha brindado su ayuda. Consejo: Es necesario dejar de ver los favores como una relación de poder, algo que te puede ayudar es expresar por qué te hizo tan feliz el favor, así podrás empezar a ver los favores como algo más que un intercambio. 4. Nada es suficiente. Las personas que siempre han tenido más de lo que necesitaban, niños consentidos que apenas pedían algo lo obtenían, pueden convertirse en personas con dificultad para expresar gratitud. Han aprendido que lo merecen todo y más, no sólo no están agradecidos por lo que obtienen, sino que están convencidos de que es obligación de los demás darles todo lo que desean. Consejo: Es necesario aprender a agradecer, probablemente sea útil hacer una lista de las cosas por las que deberías estar agradecido. Empezar a darte cuenta que todo conlleva un esfuerzo y es necesario darle valor a lo que se tiene. En algunos casos, probablemente sea necesaria la terapia psicológica.
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La clave para aprender hábitos
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ace un par de días acompañé a una amiga al doctor, se había estado sintiendo muy cansada y desganada últimamente. El doctor le informó que tiene un alto sobrepeso. No eran noticias nuevas, llevamos meses diciéndole que tiene que cuidarse, pero lo que realmente nos puso en alerta fue que también llevaba niveles de azúcar muy elevados. El doctor le dijo que, si no quería hacerse diabética, era hora de cambiar hábitos. El problema con los hábitos es que siempre resulta más fácil tomar los negativos que los positivos. En general es más sencillo repetir aquello que nos causa un placer inmediato, como fumar o tomar en exceso. El placer de los hábitos positivos, tales como hacer ejercicio o comer saludablemente, puede tomar un poco más de tiempo en ser apreciado. Pero, en cualquier caso, la clave para aprender hábitos – sean positivos o negativos – es la repetición. Repetir diariamente la actividad que queremos convertir en hábito es el primer paso para lograrlo, pero ¿cuánto tiempo nos llevará adquirir este nuevo hábito? no existe una cifra exacta. Depende de la persona y el hábito en cuestión, hay conductas que son más fáciles de convertir en parte de nuestro estilo de vida. Un estudio publicado en el European Journal of Social Psychology señala un rango de entre 18 y 254 días, dependiendo el esfuerzo requerido. Entre más lo repitamos, más posible es adquirir el hábito y hacerlo de forma automática.
¿Cómo lo logro? La formación psicológica de los hábitos es un proceso de aprendizaje que consta de: 1. Estímulo activador: Estímulo que promueve el inicio de una conducta. 2. Acción: La acción o actividad llevada a cabo. 3. Recompensas: El beneficio obtenido. Los 6 pasos: 1. Empieza poco a poco: establece metas específicas 2. Fuera excusas: define un plan 3. Ponte recordatorios y avisos 4. Crea rituales y aplica la atención plena 5. Controla y analiza el progreso 6. Celebra tus logros
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Test: ¿Qué tan buena eres para detectar oportunidades? A veces decimos que hay quienes nacen con suerte y todo les sale bien; que lograr el éxito depende –en parte– de estar en el lugar y momento correctos. Sin embargo, no se trata del azar, sino de saber aprovechar las oportunidades que se nos presentan. Decía el filósofo griego Séneca que “suerte es lo que ocurre cuando la preparación coincide con la oportunidad” y si somos capaces de actuar cuando las circunstancias están a nuestro favor, podemos lograr lo que queramos. Tú ¿sabes detectar las oportunidades? No lo tenías pensado, pero una persona se ofrece a comprar tu casa y por un precio mayor que el del mercado. ¿La vendes? a) No, es mi casa y no voy a renunciar a ella. b) Necesitaría reflexionarlo bien antes de llegar a un acuerdo. c) Claro que la vendo, con lo que me den puedo comprar otra. Vas a la tienda y encuentras algo que no tenías contemplado a muy buen precio ¿Lo compras? a) No, si no lo tenía contemplado es porque no lo necesito. b) A veces; depende de que en verdad lo necesite. c) Sí, antes de que sea tarde. Para ti un congreso o reunión de negocios, es una ocasión para: a) Hacer un buen trabajo. b) Dejar una buena impresión y quizá conocer gente. c) Hacer contactos y enterarme de nuevas oportunidades. ¿Qué opinas del refrán: “más vale pájaro en mano, que ciento volando”? a) Estoy de acuerdo. b) Depende de la situación, a veces conviene ser cauteloso. c) Yo creo que el que no arriesga no gana. Encuentras en internet una promoción para tu viaje soñado ¿la tomas? a) No lo tenía contemplado, así que no. b) Necesito hacer cuentas primero, pero intento reservar ese mismo día. c) Compro el viaje al momento antes de que pierda la promoción.
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Mayoría de A Tienes tanto miedo de que las cosas salgan mal, que cierras los ojos a las oportunidades que se presentan. Quieres tener la certeza de que las cosas saldrán bien, pero lo cierto es que no podemos saber el resultado de las cosas hasta que ya hemos tomado la decisión. El miedo no te deja avanzar y si no tomas decisiones, alguien más lo hará por ti. Es hora de atreverse.
Mayoría de B Para ti lo mejor es actuar con prudencia, no estás cerrado a las oportunidades, pero sabes que siempre existe el riesgo de fallar; así que te lo piensas dos veces antes de tomar una decisión. Si bien esto te evita muchos conflictos, también te puede evitar algunos logros – en ocasiones, las oportunidades no aguardan–. Depende mucho del tipo de oportunidad que se presente, pero a veces vale la pena preguntarte si no estás siendo demasiado precavido.
Mayoría de C Eres la primera persona en saltar cuando se presenta una oportunidad – con frecuencia de forma impulsiva –. En más de una ocasión las cosas no te han salido como esperabas, pero sabes que siempre hay riesgos y no dejas que eso te desanime. Sin embargo, quizá valdría la pena, de vez en cuando, tomarte una pausa para pensar si la “oportunidad” que estás a punto de tomar es en verdad una oportunidad.
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