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Diabetes y autosabotaje La diabetes exige un cambio de hábitos, al que muchos se resisten y a menudo sabotean.
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o que se necesita para tener controlada la diabetes no es algo que requiera visitas constantes al hospital, ni se trata de tratamientos con efectos secundarios. Pero sí requiere fuerza de voluntad y sacrificios, pues a fin de cuentas se trata de cambiar hábitos. Es ahí donde radica la verdadera dificultad en el control de la diabetes, pues para la mayoría de las personas es más fácil ceder a viejos hábitos, que apegarse al nuevo estilo de vida necesario. Cada persona reacciona de forma diferente a la noticia, la depresión y la negación son respuestas habituales, pero mientras que algunos entienden en algún punto que deben hacer el esfuerzo por cambiar de hábitos, otros parecen estar haciendo lo posible por empeorar las cosas. No es que quieran perjudicar su salud, no es consciente, pero una parte de ellos se resiste a aceptar la enfermedad y también hay cierta rebeldía que los lleva a desoír los consejos de especialistas y familia. Lo cual además de afectar su salud, provoca conflictos familiares. Así mismo, existe la posibilidad de que la persona sienta que su familia no le apoya, lo que afecta su motivación para apegarse al tratamiento. Las principales indicaciones de los especialistas son hacer ejercicio y alimentarse sanamente, cosas que toda persona que desee estar sana debería hacer; el uso de medicamentos será determinado por el control que se tenga de la enfermedad y en algunos casos puede no ser necesario, pero esto dependerá precisamente del cambio de hábitos.
El problema es que el autosabotaje suele interponerse en el camino. “Por una vez no pasa nada”, “mañana sí me cuido”; el autoengaño es recurrente y nos ciega ante el daño que nos hacemos. En ocasiones el paciente se confía porque sus niveles de glucosa eran estables la última vez que los midió, lo que le lleva a excederse y otras veces simplemente ignora su tratamiento, Una de las mayores dificultades es el cambio de alimentación. Lo que comemos, las cantidades en las que lo comemos, antojos y la idea de renunciar a cosas que nos gustan. No es fácil cambiar hábitos de toda la vida, especialmente cuando nos sentimos obligados por las circunstancias. El peso emocional de ser diagnosticado puede llevarnos a sabotear nuestra salud, es por ello que es necesario el apoyo de la familia y quizá, la orientación de un psicólogo. Lograr un cambio es más sencillo cuando lo hacemos por convicción, es por eso que si una persona tiene antecedentes familiares o factores de riesgo como obesidad, hipertensión o tabaquismo, conviene que se replantee su estilo de vida.
Dr. Edgar Fuentes Pintado Centro de Especialidades de Medicina Interna Camino Sta. Teresa 1055 Consultorio 304 Col. Héroes de Padierna Torre III Hospital Ángeles del Pedregal Tels. 56 52 22 22 / 56 52 22 00
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6 El temor al fracaso Los errores y la decepción son parte de la vida; si permitimos que el temor a fallar tome el control, no podremos vivir plenamente.
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arl Casper (Jon Favreau) lleva diez años trabajando en el restaurante Gauloise y el menú ha permanecido igual. Cuando se anuncia la visita del crítico Ramsey Michel, planea un nuevo menú; pero su jefe, Riva (Dustin Huffman), insiste en que debe servir los platillos regulares pues esos gustan a la gente y no implican riesgo. Pese a que Carl quiere mostrar su creatividad, Riva logra convencerlo de ir por lo seguro, pero el crítico señala precisamente su falta de atrevimiento y Carl termina frustrado en Chef a domicilio. El miedo al fracaso es uno de los más prevalentes que hay, está vinculado al temor al rechazo y es limitante; ante el temor de no lograr los objetivos, se evita hacer las cosas para no tener que enfrentar la posible decepción. Nos paraliza y nos impide avanzar, y mientras que estamos “evitando fracasar”, nos llenamos de frustración. La procrastinación, el perfeccionismo, la ansiedad excesiva, la resistencia a probar nuevas cosas y el autosabotaje son algunas de las formas en que se manifiesta este temor. Permitimos a nuestro cerebro convertirse en nuestro peor enemigo y nos estancamos. Tal vez hubo una experiencia traumática o quizá exista un antecedente de padres que no brindaban apoyo o juzgaban muy duramente. Sea cual sea el caso es importante entender que no podemos ir por la vida sin cometer errores, fallar es parte de
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la experiencia y podemos verlo como un obstáculo inquebrantable o una oportunidad. Para superar el miedo a fallar es necesario cambiar nuestra percepción sobre el fracaso, pues más allá de la desilusión, nos encontramos ante la posibilidad de aprender y crecer. Los errores nos pueden ayudar a descubrir cosas sobre nosotras, encontrar nuestra fortaleza o probar nuestra persistencia. No debemos tomarlo personal, el hecho de equivocarnos no disminuye nuestro valor. No debemos ser tan duras con nosotras; todo es cuestión de decidir de qué forma tomaremos nuestros errores. Thomas Alva Edison dijo una vez “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”. Es cuestión de perspectiva, debemos intentar cosas nuevas sin anticiparnos y sufrir por lo que aún no ha ocurrido; quizás ayude el pensar en el peor escenario posible para darnos cuenta de que probablemente no sea tan grave. Sin duda en algún momento fallaremos, pero no debemos dejar que eso nos detenga, siempre puede haber un Plan B o nuevos objetivos, lo importante es seguir intentando.
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8 Las cosas que nos decimos Las frases que nos repetimos pueden impulsarnos o hacernos caer, depende de nosotros elegir el mensaje.
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ebido a un accidente cuando eran pequeñas, Elsa se alejó de su hermana, Anna; temerosa de lastimarla con su habilidad para crear hielo. Llega el día de su coronación y tras una discusión, Elsa revela su poder incontrolable debido al miedo y las ideas que se ha repetido una y otra vez huye y desata un invierno en el reino. Anna va en su búsqueda para convencerla de regresar y arreglar las cosas, pero no será tan fácil pues Elsa no cree que pueda hacerlo, en Frozen.
Solemos ser más duras con nosotras mismas de lo que seríamos con cualquier otra persona, nos juzgamos y decimos cosas que nos hacen daño e impiden que avancemos. Y el problema es que si permitimos a esa vocecita interna hacer eco en nuestras acciones, las más perjudicadas seremos nosotras. ¿Te has dicho alguna de estas frases? No soy capaz de hacerlo. Nosotras mismas nos ponemos límites y a veces no nos sentimos con el conocimiento o experiencia para hacer cosas. Pero eso no debe ser una limitante para intentarlo; siempre existe la posibilidad de aprender y si en este momento no sabemos, quizá podamos aprender. No tener el conocimiento no implica no tener la capacidad, lo importante es que esto no se convierta en un obstáculo. Es muy tarde para mí. Nos han dicho que hay un tiempo para todo, que debemos actuar conforme a nuestra edad y que si no hicimos algo en su momen-
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to, nunca podremos intentarlo. Si bien es cierto que hay cosas que tienen su tiempo y que la edad puede dificultar algunas otras; también es cierto que a menudo utilizamos esta frase como pretexto para no atrevernos. Nunca es demasiado tarde. Así soy, no puedo cambiar. Cuando afirmamos esto nos estamos negando la posibilidad de mejorar. Tenemos una idea de quienes somos y por más que nos haga daño, hemos decidido prevalecer con esa visión. Nos derrotamos antes de intentarlo y si no estamos dispuestas al cambio, será imposible lograrlo. No puedo equivocarme. El perfeccionismo es un problema recurrente en personas que se autosabotean. El error es parte de la vida y debemos entender que no es malo; dejar de aspirar a parámetros inalcanzables es preciso para dejar de hacernos daño. Si te encuentras diciéndote estas u otras frases destructivas, respira, toma un momento y mientras eres consciente de ese pensamiento, date cuenta de que es eso, solo un pensamiento al que tú puedes elegir si le das el poder de afectarte o alejarlo y liberarte de él.
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10 “Lo hago después” Dejar las cosas para más tarde –y no hacerlas– es un hábito entre quienes se sabotean. ¿Por qué lo hacemos?
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a procrastinación es una de las manifestaciones más comunes del miedo al fracaso. Encontramos justificaciones para no tener tiempo, nos decimos “lo haré luego” pero en el camino se interponen un montón de “pendientes” que tal vez no sean tan importantes o nos distraemos y no sabemos en qué; para cuando nos damos cuenta, hemos gastado mucho tiempo y no hicimos lo que dijimos que haríamos. La zona de confort es eso a lo que estamos acostumbrados, los límites que nos hemos establecido, en lo que nos sentimos confiados y seguros; es una especie de refugio, pero también estamos atrapados, dejando pasar oportunidades, ideas o relaciones que podrían cambiar nuestra vida. Una de las formas más simples para “evitar fracasar” es no hacer las cosas. No importa si el objetivo es bajar de peso, hacer remodelaciones en tu casa, iniciar un negocio o escribir una novela; encontrar pretextos para evitar hacerlo es sencillo y es que más allá de qué es lo que estamos postergando, hay una razón principal por la que procrastinamos: tomar acción implicará un sacrificio y el riesgo de sufrir. Quizá tengamos miedo a perder el control; las cosas no siempre salen de la forma en que deseamos y estas expectativas son más difíciles de cumplir cuando hay otros involucrados, por lo que este puede ser un factor para sentirnos dudosos ante lo que hay que hacer.
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Otra razón es no sentirnos a la altura de las circunstancias; especialmente cuando nos enfrentamos a proyectos que parecen muy grandes, de pronto nos sentimos abrumados y nos parece una carga muy pesada. Quizá no tengamos suficiente confianza en nosotros mismos y tememos no poder cumplir con el objetivo, por lo que decidimos postergar. También existe el miedo no a fracasar, sino a alcanzar el éxito. A veces se nos olvida que el éxito también puede ser aterrador, pues se trata de algo desconocido. Pero para algunas personas, este temor llega a ser paralizante; cuando se aproximan a la meta se comienzan a sabotear y dejan de lado aquellas cosas que saben que les ayudarán a lograr lo que desean. El temor a no saber cómo lidiar con el éxito o verse transformados, puede ser suficiente para retrasar el hacer las cosas. Sin embargo, no es igual para todos; hay para quienes la adrenalina de las fechas límite resulta una motivación y logran trabajar mejor bajo presión. Pero incluso en estos casos, es importante asegurarnos de que el estrés no nos consuma.
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12 Protegerte de ti mismo A veces, de forma inconsciente, nos ponemos"piedras en el camino"; darnos cuenta es clave para vencer el autosabotaje.
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om Cobb (Leonardo DiCaprio) utiliza una máquina para entrar a los sueños de otros con el objetivo de extraer secretos. Tras un trabajo fallido, acepta la misión de implantar una idea en la mente de Robert Fisher (Cillian Murphy), con la promesa de que podrá regresar con sus hijos a quienes no ha visto desde la muerte de su esposa, Mal (Marion Cotillard). Sin embargo, la misión se pone en riesgo debido a la presencia de Mal, surgida del subconsciente de Cobb, quien parece dispuesta a sabotear sus esfuerzos en El Origen. Dicen que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Y el principal problema en esta lucha es que se trata de algo inconsciente; antes de darnos cuenta las creencias negativas –no soy capaz, no merezco ser feliz– las dudas, o quizás aquella sensación de que las cosas no pueden ser tan buenas, nos llevan a hacer cosas que inadvertidamente cumplen lo que nos hemos dicho y no nos damos cuenta hasta que es tarde. Todos caemos de vez en cuando en el autosabotaje. No es algo que decidimos y la pregunta latente es ¿por qué me hago esto? El miedo, la creencia de que no somos suficientemente buenos, la baja autoestima, el temor a perder algo, el no saber qué pasará después. Estas emociones y pensamientos nos llevan a reaccionar de cierta forma, nos llevan a los hábitos destructivos y nos impiden avanzar.
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Para vencer a nuestro enemigo interno la principal herramienta será la autoconsciencia, pero no es tan sencillo. Y es que el autosabotaje parece tener sus recompensas, puede incluso sentirse bien ya que nos mantiene en aquello que es seguro y familiar. Siempre resulta más fácil regresar al hábito, pero es engañoso porque nos aparta de lo que realmente deseamos; es por ello que es necesario entender qué nos lleva al sabotaje pese a ser conscientes del daño. Es necesario cambiar nuestras creencias, sustituir los pensamientos que nos influyen de forma negativa por unos más asertivos. Tal vez ponernos a prueba: establecer objetivos y ser observadores de nuestro comportamiento para darnos cuenta del momento en el que estamos a punto de ceder al autosabotaje. Dejar de enfocarnos en lo negativo y ser flexibles ante las circunstancias. Tomar el control nosotras mismas, de nuestras emociones y pensamientos. Aprender a no sabotearnos es un hábito y será la repetición lo que nos ayudará a largo plazo. Es necesario acallar esa voz que nos dice “no” y por difícil que sea, atrevernos.
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15 Test: ¿Saboteas tus relaciones? Las relaciones no son sencillas, y las de pareja son una de las áreas en las que a menudo tenemos miedo de equivocarnos y resultar heridos. El fracaso en el amor es un miedo recurrente, pero ¿podría ser que justo lo que intentamos evitar sea lo que conseguimos? ¿Será posible que estés saboteando tus relaciones? Averígualo con este test. Marca SÍ o NO a las siguientes afirmaciones: SÍ
NO
Sin importar qué hagas, nunca vas a saber cómo resultarán las cosas, y eso puede ser muy desgastante. Suelo llegar tarde a nuestras reuniones y siempre encuentro pretextos para justificarme. Me siento más cómoda hablando de mi vida profesional que personal. Debido a mis experiencias previas, a veces no me dan ganas de conocer gente nueva. La verdad es que tengo mucho miedo de que me rechacen. A veces me cuesta trabajo decir lo que pienso. No sé qué es lo que sale mal en mis relaciones y no me atrevo a preguntar. Si empiezo a ver signos de queja en mi pareja, respecto a mí, me pongo a la defensiva. He terminado varias relaciones porque siento que no cumplen mis expectativas. A veces reclamo a mi pareja por comportamientos que yo misma tengo. Si respondiste que sí a la mayoría de las preguntas es probable que tengas tendencia a sabotear tus relaciones. Te cuesta trabajo entender a tu pareja y sientes que no importa cuánto te esfuerces por comprenderlo, simplemente es impredecible. Tienes miedo al rechazo y prefieres, de forma inconsciente, poner alto a la relación antes de salir herida. Es importante que observes tu comportamiento y estés al tanto de las conductas destructivas que podrían estar afectándote, la introspección es
clave para lograr mejores relaciones en todos los ámbitos. Una buena idea es ver a nuestro pasado, analizar relaciones previas y tratar de encontrar eso que pudo haber dañado la relación. No te quedes con dudas y si es posible, platica con tus exparejas y encuentra qué fue lo que pasó.
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