consuma o no (y dejado de lado también el hecho de que la hoja es la parte de la planta que menos interesa a los fumadores). Esta hoja, que no requiere alteración gráfica alguna, se interpreta como un símbolo de la contracultura y sirve de identificación a una gran parte de la población que la consume (5% dicen las encuestas oficiales en México, 167 millones en todo el mundo, dice la ONU), es decir, todas estas personas se identifican con el icono de la mariguana en esta época de la humanidad. Portar la hoja de mota en la vestimenta, o en cualquier otro accesorio, inmediatamente identifica al portador no sólo como simpatizante de esta planta, en el imaginario colectivo la cannabis también representa una oposición al conservadurismo oficial que todavía rechaza tajantemente cualquier política distinta a la prohibición. Es muy común que personas de todas las edades y prácticamente en todo México, porten gorras, camisas, playeras, hebillas y otras prendas de vestir con la característica hoja. También las podemos ver en calcomanías pegadas en autos, microbuses, carritos de tamales, bicicletas y en toda clase de vehículos; en cuadernos, mochilas y carteles.
P
Baste un solo ejemplo para mostrar el potencial cultural de la cannabis como fuente de nuevos códigos y representaciones: desde 2005 la AMECA ha documentado más de dos mil nombres de esta planta en diferentes idiomas, entre ellos alrededor de 200 en español, más los que se acumulen esta semana.
ara hablar de la cannabis y sus usuarios como fenómeno cultural hay que definir, en primer lugar, el concepto de cultura. Si por ello entendemos el “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”, enseguida es necesario mostrar cómo los usuarios de cannabis integran una cultura propia y específica.
¿Pero qué representa o a qué alude esta cultura? Sin duda hace referencia a un modo de vida menos comprometido con los valores oficiales, un modelo de sociedad donde cabe el consumo de cannabis. Evidentemente, hay grupos sociales que asumen este consumo más abiertamente que otros y esto se evidencia en la indumentaria, el cabello y en otras formas de comunicar esta adhesión a la cultura cannábica.
Es muy poca la gente que no identifica la característica hoja de esta planta, independientemente de que
¿Son los cannábicos un grupo social? Sí y no: por un lado comparten códigos, costumbres
y modos de vida. Crean y recrean prácticas, comportamientos y saberes; por otro, al estar presentes en prácticamente todos los grupos sociales (existen consumidores de cannabis en todos los estratos socioeconómicos, en todas las profesiones, en todas las zonas del país), es difícil una identificación más allá del consumo. Por supuesto que la cultura cannábica, al menos en lo que se refiere a los consumidores, es independiente del Estado, ya no se diga económicamente, también ideológica y moralmente, pues el consumo es perseguido a sangre y fuego, atropellando los derechos y garantías de miles de mexicanos. Moralmente también es perseguido el consumidor, una vez descubierto se le estigmatiza, se le aparta y se le aísla, de tal modo que la identificación muchas veces resulta contraproducente. Todos estos ciudadanos comparten los códigos cuasi secretos que les permiten existir en la clandestinidad pero salir de ella significaría un costo demasiado alto como para asumirlo individualmente. Y es aquí donde la cultura del cannabis resulta más contradictoria y la independencia de los individuos pertenecientes a ella es una desventaja: debido a la estigmatización social es imposible que, bajo las condiciones actuales, las y los cannábicos se unan en un grupo identificable y cohesionado, de modo que su omnipresencia y diversidad es su ruina.
Independiente ¿ser o no ser? Esta independencia que raya en el aislamiento no es una situación cómoda para los usuarios, pues en muchas ocasiones y debido a la prohibición, son confundidos con delincuentes y su salud se pone en riesgo cada vez que adquieren la sustancia, tanto por la posibilidad de adulteración, como por la relación con grupos criminales que la trafican y el riesgo de confusión ya mencionado. De modo tal que lo mejor para quienes viven la cultura cannábica como usuarios es que estas prácticas salgan de la clandestinidad y sean reconocidas como válidas socialmente, aunque a la mota se le quite el encanto tan atractivo de estar fuera del sistema.
contactopanoptico @gmail.com
¿Por qué todos somos Marihuanos? Por Cristina Hernández Mtz (Chikis)
H
ace algún par de años, cuando estudiaba la carrera de Biología, asistí a una plática del Dr. Oscar Próspero García, investigador del departamento de fisiología de la UNAM. Su ponencia me fue tan gratificante, no sólo porque tiene un gran sentido del humor sino porque mostró desde un punto de vista científico y fisiológico que todos los mamíferos gozamos de las bondades de los canabinoides de manera natural. Los “maihuanos” se hacen llamar así haciendo referencia principalmente a los consumidores de la planta (Cannabis), sin embargo en nuestra sociedad esta palabra se ha utilizado algunas veces de manera despectiva y discriminante, pero para bien o para mal de los lectores es una realidad al decir que TODOS aún en nuestro sano juicio somos marihuanos, ya que de manera interna nuestro cuerpo sintetiza compuestos conocidos como Anandamidas (ānanda, ‘alegría, felicidad suprema’) los cuales son endocanabinoides naturales que están en nuestro cuerpo y sus funciones se relacionan íntimamente con los efectos que son causados al consumir de manera exógena la planta, así mismo sus acciones se reflejan en la congresión de la memoria, sensaciones tales como la del hambre, los patrones de sueño y el alivio del dolor todo esto siendo parte del circuito de recompensa. Curiosamente la ananadamida endógena y el compuesto psicoactivo de la planta
de Cannabis conocido como Tetrahidrocanabinol (TCH) en el cerebro ambas producen los mismos efectos aunque estructuralmente son muy distintas y farmacológicamente similares. En nuestro cuerpo estos compuestos actúan a través de proteínas incrustadas en nuestras células conocidas como receptores. Específicamente los implicados a recibir estas señales se denominan CB1 y CB2 y se expresan en múltiples tejidos periféricos como pulmón, bazo testículo, sobre el sistema digestivo, en algunas células del sistema inmunológico y sobre el sistema nervioso central. En el cerebro, los endocannabinoides participan en la regulación de la actividad motora, del aprendizaje, la memoria, la nocicepción (dolor) y desarrollo cerebral. Cuando una persona fuma, el THC circula por todo el cerebro y se estimulan estos receptores canabinoideos y sentimos que nuestro cuerpo se encuentra mucho mejor. Pero cuando necesita anandamida no estimula todo el cerebro si no sólo zonas especificas a donde se dirige su acción. Así mismo la investigación científica ha llevado al descubrimiento de otros compuestos que pueden ser considerados como marihuanas endogenas, actualmente y se clasifican químicamente como el noladin-eter, la virodamina y el N-araquidonildopamina (NADA) entonces es sugerible que la próxima vez que llamemos a alguien Marihuano, lo pensemos antes dos veces y reconozcamos que todos somos marihuanos.
A
lo largo de mi vida, tanto universitaria, como cotidiana, la Marihuana ha sido un factor importante para la relajación, creatividad musical y de cierta forma, el escaparate del mundo actual, rodeado de malicia, poder y desigualdad social. Creo importante que la Ganja, Mota,
Marijuana, Macoña o simplemente María, en conjunto con la música reggae, ha enamorado a millones de personas en lo largo y ancho del mundo. Por consecuencia y por el amor a esta hermosa planta que la pachamama nos regalo, su servidor les recomienda dos discos imprescindibles para degustar de un buen gallo a la Bob Marley.
No n p a l i d e c e - El fuego con Nosotros
G
( A r ge n t i n a , 2 0 0 9 )
rupo de reggae roots argentino que nació en 1996, con la inquietud del boom de la música de Jamaica en el país latinoamericano, tocando tanto covers, como sus primeras canciones propias. Transcurrieron los años y el sonido que estaban realizando estos boludos sonó con mayor fuerza, tanto en Argentina como a nivel internacional. Un punto importante para la banda, fue en el 2001 cuando realizaron una gira por Costa Rica y lograron un gran éxito por esas tierras, al grado de grabar el concierto realizado por a JAH. El 2009 dio a luz este magnifica producción, con un sonido mucho más roots y con letras con mayor profundidad social, sin dejar de lado el reggae amour, nace “El fuego con nosotros”, donde incluyen once temas y entre mis cortes favoritos son: En el aire y Ciclo de la vida. Sin duda son un referente del reggae argentino y de toda Latinoamérica, así que a prender ese faso y a relajar el cuerpo (www.nonpaildece.com.ar).
A u g u s t u s Pa b l o - King Selassie I Calling Fotografía: Cesar López R.
EDITORIAL
L
a marihuana no es sólo una planta milenaria que tuvo sus orígenes en Asía y cuyo uso en Occidente fue documentado por primer vez por Heródoto en sus escritos históricos, es además, para Galeno, el célebre médico griego, una planta con numerosas aplicaciones en el tratamiento de diferentes enfermedades y padecimientos humanos que hoy en día se extienden al asma, la migraña, el glaucoma, la esclerosis, e incluso el cáncer. Su uso recurrente con motivos médicos, religiosos, recreativos o industriales a lo largo de la historia, contrasta con la reciente criminalización de su consumo ocurrida sobre todo en el siglo XX a partir del fenómeno del narcotráfico y el desarrollo de nuevas mafias que controlan la economía global. El punto clave de este proceso ocurrió en 1948 cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consideró a la planta como una “droga peligrosa” junto a otras drogas sintéticas como la cocaína, el éxtasis o las anfetaminas. Actualmente la marihuana es la droga ilegal más popular del mundo, según la ONU el 2.8% y el 4.3% de la población mundial entre 15 y 64 años la consume, México es el país donde más se decomisa marihuana, sin embargo el consumo de cannabis
O
Ja m a i c a , ( 1 9 9 6 )
riginario de St. Andrew, Jamaica, Horace Swaby o mejor conocido mundialmente como Augustus Pablo, fue un gran productor, tecladista y uno de los grandes interpretes de la melódica en la música reggae. El buen Pablo colaboro con grandes músicos de Jamaica como Lee Perry, Jacob Miller, King Tubby, entre otros, y logro dar a conocer la música de la isla, junto a gente como The Skatalites y Bob Marley a nivel internacional. Sin duda un ferviente admirador de la ideología rastafari y amante de la Marihuana o Kaya como se le conoce en Jamaica al porro. El disco que recomiendo del maestro, sin duda es King Selassie I Calling, nacido en 1995, recapitula grandes canciones del genio de la melódica. Mis preferidas de este disco tan viajado son: Way of the World, East Wind y el titulo que le da nombre al disco, así que JAH saben a disfrutar de estos dos grandes discos con una buena dosis de THC.
entre sus habitantes de 15 a 64 años no supera el 3% de su población. Hablar de la marihuana es hacer referencia a toda una cultura alrededor del uso y el consumo de esta planta que se extiende a diversos ámbitos de la vida humana como los rituales religiosos o las reuniones sociales, así como las aplicaciones médicas, textiles o alimenticias del cáñamo. Podríamos definir a la Cultura Cannábica como todo ese mundo que gira alrededor de esta planta, cuyas cualidades excepcionales están fuertemente vinculadas a la expansión de la conciencia mediante el uso de psicoactivos. Clasificada por primera vez en 1735, por el botánico sueco Carlos Linneo con el nombre de Cannabis Sativa, la marihuana tiene como ingrediente activo al Tetrahidrocannabinol (THC), una substancia psicoactiva que produce en el sistema nervioso una notoria intensificación de la capacidad de percepción de los sentidos así como otro efectos como la sed, el hambre y en algunas personas, estados de ansiedad o paranoia. Esta edición especial
de Suplemento Panóptico está dedicada a la Cultura Cannábica, un tópico muy presente en espacios universitarios pero también en muchas otras zonas de nuestra sociedad, que por lo regular es abordado a través de perspectivas de criminalización o de censura que propician una serie de prejuicios en torno a la marihuana, por ello esperamos esta edición pueda generar puntos comunes de reflexión e intercambio en torno a este tópico, a veces tan controversial. También recordamos a nuestros lectores/colaboradores que la Convocatoria por la libre producción editorial estudiantil cierra el 1° de Marzo y los invitamos a participar. Por lo pronto esperamos que disfruten esta edición especial cannábica, y recuerden: “tanque y roll”.
Epílogo
La Marihuana en la Brujería Medieval
D
esde la antigüedad se han empleado numerosos vegetales que contienen principios activos, especialmente alcaloides, que provocan efectos alucinógenos. Estos efectos se confundieron en épocas pasadas y por ello algunos vegetales eran considerados como mágicos o diabólicos. Fue durante la Edad Media cuando algunas personas conocedoras de las cualidades de estas plantas las utilizaron en reuniones de carácter “misterioso”.
Son muchos los estudiosos que afirman que las visiones mágicas individuales o colectivas de aquellas épocas que aseguraban haber tenido algunas personas sólo serían el producto de la ingestión o preparación de ungüentos y bebedizos compuestos por determinadas plantas, conocidas y guardadas celosamente por unos pocos. Actualmente conocemos que ciertas sustancias toxicas presentes en muchos de los vegetales utilizados durante la Edad Media en bajas proporciones pueden ser curativas o causar grandes alucinaciones. Así, la farmacopea diabólica recurría a las plantas adivinatorias, de las que hoy sabemos que sus principios activos son principalmente los alcaloides. Las plantas citadas con mayor frecuencia en los libros mágicos de hechicería son con diferencia las pertenecientes a la familia de las solanáceas con plantas tan conocidas como estramonio (Datura stramonium), belladona (Atropa belladonna), mandrágora (Mandragora autumnalis), tabaco (Nicotiana tabacum) y beleño (Hyoscyamus niger). Por otro lado, dichas plantas mágicas no eran utilizadas individualmente, eran preparadas con un sin fin de compuestos vegetales, animales o minerales; uno de ellos fue la Marihuana o científicamente conocida como Cannabis. A pesar que la Marihuana no fue una de las plantas con mayor importancia en la brujería medieval, fungió un papel muy importante como aditivo en un sin fin de brebajes, pociones, ungüentos y fumigaciones, llegándose a posicionar como una planta maldita para la sociedad que desconocía las propiedades de dichas plantas. La Marihuana fue a menudo empleada por hechiceras para conseguir cierta sensación de bienestar, sensibilidad y vigor, tras el consumo de otros vegetales, animales o minerales. Diversos autores nos revelan que los principios tóxicos de ciertos vegetales venenosos son los principales
Los tres viejos Leonardo Peñaloza, vf
culpables de que numerosas personas fueran acusadas de brujería y de pactar con el demonio, y de esta manera, los consumidores o conocedores de los principios activos de Marihuana fueron satanizados. Fue por este hecho que cerca de 500.000 personas llegaron a ser quemadas vivas durante los siglos XIII al XVII. De hecho en España, en tiempos de Felipe V, 1.600 personas son empaladas y quemadas, y en el año 1.782 se tiene constancia de que todavía se quemó a una bruja. Tengamos en cuenta que durante esa época existía en Europa una población aproximada de tres millones de habitantes lo que supone la quema desdeñable del 17 % de la población presuntamente culpable del delito de brujería. La Edad Media es la época más oscura para el cannabis, fue prohibida y maldecida. Desde esta época no volverá a verse igual. Será vista como una planta maligna. Estas plantas de haber sido encontradas en manos de una mujer se le habría considerado envenenadora o fabricante de pociones malignas, una multitud ignorante y cruel podía matarla a patadas, ahogarla o generalmente empalarlas y condenarla a la hoguera. Como conclusión de todo ello podemos afirmar que las famosas brujas y hechiceras, que supuestamente realizaban prácticas satánicas y actos de brujería, eran en realidad unas grandes conocedoras de los vegetales y sus principios activos. Es muy probable que estas hechiceras comenzaran como curanderas recetando diferentes plantas toxicas de benéficas propiedades en dosis menores, pasando poco a poco a dosis más fuertes descubriendo los efectos psicotrópicos que poseían. Sin duda estos personajes, principalmente femeninos, arriesgaban mucho, pues nadie creía entonces que aplicados exteriormente, o tomados en pequeñas dosis los venenos eran remedios eficaces. Y al parecer, la Marihuana jugó un papel muy importante en la brujería de la época medieval, sin embargo, su asociación con actos diabólicos y combinado con la religión llegó a ser motivo de asesinatos sólo con el hecho de que fueras portador, cultivador o promotor de estas plantas curativas.
Si te interesa conocer un poco más sobre dichas plantas de la brujería medieval que eran utilizadas en combinación con la Marihuana y sus formas de preparación, de invito a leer el libro Plantas en la Brujería medieval: Propiedades y Creencias, que podrás encontrar en la biblioteca de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ.
E
l viejo Constantino me preocupa, cada vez le pesa más la vejez. Antes iba a bodas, primeras comuniones y hasta le divertía el vals de las quinceañeras, ahora me lo encuentro sólo en velorios. Él los conoce a todos y sabe de los dolores que pesan sobre los muertos, aún cuando se encuentran en el féretro. Lo vi en la iglesia de Cristo Rey, despidiendo al poeta de la Otra Banda, “Chavita”, como él le decía. Y ahí me platicó que también fue al entierro de otro Chava, que también se ha ido hace poco, el padre Canchola, con quien mantuvo una reposada amistad de años desde sus días en Pátzcuaro. Lo noto melancólico pues de un tiempo acá me habla únicamente de muertos. A la lista también ha añadido a otro viejo conocido suyo: Rubén Bonifaz Nuño, el poeta de las moscas. “Enero mata poetas y deja intactos a los políticos, que rondan la caca y apestan desde lejos”. Dice que estos tres viejos no pasaron el invierno, aunque la sangre nunca se les heló, ni siquiera en la sepultura. Cuando pronunciaba esas palabras se levantó de su silla, se acercó –bastón en mano y espalda vencida por los años– al espejo. Se contempló por un momento, un largo y terrible momento, y luego dijo: “Ay, tiene razón el ministro de Japón, los viejos debemos darnos prisa y morir”. El viejo suele no exhibir sus sentimientos tan fácilmente, pero ahora parece frágil. ¡No tanto como Benedicto XVI!, dice sonriendo, en una sonrisa que parece más una concesión, como para recordar que tanto muerto no ha arrastrado con su humor decimonónico. En este estado de tristeza me empieza a platicar del poeta Alcocer –pocas veces habla de sus amigos y menos de sus familiares–; dice que lo conoció desde que el poeta vino a dar a Querétaro. Cuenta que llegó a estar en fiestas y tertulias con Francisco Cervantes, Florentino Chávez, Hugo Gutiérrez Vega, Paula de Allende… hasta con Nuria Boldó, una editora de libros a la que conocían como “La Pajarita de Papel”. Salvador era bohemio y decidió vivir vida de poeta, recuerda. “Si quería, era el alma de la fiesta… un día se plantó ante un espejo ripsteiniano y soltó tremenda trompetilla contra sí mismo, pero cuando estaba enojado, era su ira peor que la de Aquiles. Era muy teatral, muy dramático, siempre entrañable”. Y acabó en la Luz al Ocaso, qué ironía, qué ganas de ilusionar a los moribundos. En un mismo instante podía pasar del estallido del Vesubio (¡lava ardiente exhalaba su garganta dudante!) a la armonía de un vals vienés (¡oh, cuando se quedaba dormido, como angelito, como anhelante del vientre materno!). Algo iba a decir cuando el viejo Constantino cambió de tema de modo abrupto y empezó a recordar al otro Salvador, Canchola, y pude ver en sus ojos el aprecio que le guardaba. “Un amado pastor del perdón, que osó reconciliar la fe y la política, un hombre que creyó en el hombre, cosa rara en días de iracundia”. El viejo parecía desesperado, de mal humor, cosa rara en él. --Mira Leonardo, me dice encajando las agujas que anidan en sus ojos, en la vida hay cuatro enemigos: el Miedo, que si le haces caso lo único que podrás hacer es correr; la Claridad, que te puede hacer ver ilusiones de grandeza; el Poder, que es falso, y la Vejez, de la cual nadie escapa. ¡El más terrible enemigo, el enemigo crucial, el enemigo de todos! Carlitos lo oyó entre los yaquis y me lo llegó a decir sin tensar un solo músculo de la cara, como quien lee una sentencia milenaria… ¡Nadie me ha causado más dolores que los propios años y este cuerpo mutilado por las horas! Casi envidio a Bonifaz, que a sus 90 se le veía entero. Nos dejó los demonios y los días y pasó a retirarse a un lugar donde habitan, merecedores de su fortuna, los poetas y los sabios, al lugar donde están aquellos que han vencido a la Vejez. Sí, en realidad el viejo piensa en su vejez, en su muerte. Su paseo entre funerarias y velatorios le está permitiendo vivir su epílogo. Sí, en realidad yo también pienso en mi muerte. Todos mueren, hasta los suplementos.
QUEMANDO LA HIERBA Por Beatriz A. Velázquez (cualquier duda, comentario, insulto, halago, etc. bbettycconfetti@gmail.com)
L
o que escribiré a continuación podrá parecer para algunos falsas aseveraciones, recomiendo al lector que tome el siguiente relato como una narración contemporánea entre dos viejos amigos.
Doce kilos de equipaje sobre la espalda, con todo y arma, botas amarradas hasta casi las rodillas. El calor de la montaña se vuelve de insoportable a imperceptible. Cuatro kilómetros en plano no es nada, pero cuatro, cinco, seis, siete kilómetros subiendo la montaña hacen una gran diferencia. El GPS marcaba las coordenadas enviadas desde la avioneta que piloteaba esa montaña Michoacana, llena de verde, llena de vida; armadillos e iguanas paseándose en los caminos hechos por los soldados. “Soldados razos, soldados de 1a categoría son a los que mandan a hacer estas chambas”, me contaba Juan, mi viejo amigo de la adolescencia. Él se unió al Ejército hace como cuatro años, dejó la buena/mala vida de la ciudad, para aceptar una vida de sumisión y disciplina. Ahora que es miembro del ejército, ha visto la vida pasar entre sembradíos de mariguana y amapola. Tres meses lejos de casa, castigos de los sargentos como no dormir en dos o tres días, patrullar toda la noche el campamento, suena bien difícil, sin embargo hay algo que enorgullece a Juan hasta el alma. El objetivo principal del
Ejército Mexicano: proteger la seguridad de los habitantes y defender la soberanía nacional... claro muy a su manera. Y yo le dije “compa, ese no es el objetivo de EPN ni de sus compinches militares”. Me miró con cierta desilusión y estoy casi segura que pensando en desertar me dijo (yo parafraseo) que este año será el peor año para los que le chingan en el cerro cortando la yerba. La situación actual es peor que con Calderón, el chaparrito les había doblado el sueldo, de dos mil que ganaban a la quincena, ahora ganan cuatro mil, pero como a Peña no le importa la prole... la prole es la que corta la mota y se chinga los pies en el cerro, y al copetón no le agradará la idea de darle bienestar a la prole. Ya todos conocemos la historia de la corrupción e imaginamos vagamente el futuro del Ejército Mexicano... vagamente un futuro incierto y grisáceo. Cuando llegan por fin al punto marcado por el GPS, se establece el campamento y empieza el trabajo. Primero cortaron toda una hectárea sembrada con Cannabis sativa. Se observaban pequeños puntos morados dentro de toda la hectárea, estos correspondían a variedades distintas del cáñamo, atraído por el hermoso color púrpura de la planta, Juan escogía fervientemente esos puntos. Ahora estoy casi segura que el lector se pregunta si los soldados consumen o no la planta, a lo que Juan respondería “hay de todo en el ejército”. Después de machetear los grandes arbustos y pequeños frondosos llenos de flores de la planta prohibida, que corresponden a las plantas macho de gran tamaño y plantas hembras en floración respectivamente, se forma una gran cama con todo lo verde, se echa gasolina y que comience la fiesta. Para acelerar la combustión, los soldados colocan mangueras de riego (las mismas que a veces desinstalan de las plantaciones) entre la cama verde, y claro que una que otra vez, se sumergen en el humo blanco de María. Dormir con los pies cansados, las playeras mojadas en sudor, el sonido de mosquitos y demás insectos revoloteando en las casa de campaña, descansan para al día siguiente llegar a la casa de
¡Y qué jodidos!, en verdad disculpas, los ciegos-sordo-mudos que gestos y sonidos del discurso no pueden apreciar.
La poesía de mentes frías que se quemaron La poesía de mentes frías y pechos congelados, no fríos porque no han sentido, fríos porque se quemaron. Y no hablo de senos fríos, sino de los más calientes, tan calientes y hermosos que quemaron al otro, y lo quemaron tanto que le helaron el pecho. El calor ha migrado, espantado, del pecho y de la mente, y el frío ha escarchado cuerpos y gemidos que no escapan ni quieren hacerlo, e inmóviles, esperan al calor, lejos, tan lejos que no calienta ni un poquito. Y el frío es tanto que congela al sudor de los recuerdos de un cuerpo que ya no suda, ni gime; solo sólo escribe. Al discurso Que mueve masas y alborota pitorreos. Que pica muros y derrama sangre. Desde el paladar de un líder mentiroso o no. Desde el gutural exalto de un cualquiera ofendido. ¡Al discurso!, que detrás del papel nació de la pasión, y frente al papel lee un mal lector.
¡Y más jodidos!, sin disculpas, los ciegos-sordo-mudos que gestan, hablan, y en el estrado se atreven a discursar.
Los partidos los colores, qué contradicción El agua no puede subir y bajar al mismo tiempo, ¿o sí?, ¿por qué no? Si los partidos existen y no hacen lo que hacen para existir. Existen por la historia y la misma los va a moldear. No hacen por la nefasta e ignorante competencia que hacen compitiendo en competir quién gana más. El fin, el meollo, se ha movido y ya no radica en el medio. Los medios hoy son otros y llevan colores más vivos. El agua sube y baja pero no lo vemos, es la misma. Querido insomnio, tómate una copa de vino conmigo por favor Querido insomnio, hola de nuevo, hace unos días que no nos veíamos. En esta ocasión no es el trabajo ni el estrés moderno lo que nos hace encontrarnos, no es una derrota ni borrachera existencial lo que me hace no conciliar el sueño. Es ella, sí , una vez más es ella. ¿Sabes?, la extraño más de lo que te he contado antes, quiero verla, pienso en estar con ella y una especie de euforia nostálgica me hace encontrarme contigo.
la dueña de las hectáreas de mariguana. Juan jamás se olvidará de la cara de la mujer y sus hijas llorando al ver quemándose su patrimonio, la casa de curación y empaquetamiento de la hierba, la queman los soldados pues son sólo órdenes. Regresan a casa por fin felices por ver a sus familias, novias, amigos, los soldados como Juan sienten una gran satisfacción al haber hecho su parte en la llamada “guerra contra el narcotráfico”. El trabajo de Juan podría parecer extraordinariamente bello hasta cierto punto (como ver esos enormes plantíos con variedades de hermosas de Cannabis sativa), por fanáticos de la hierba, sin embargo, sólo pocos se atreven a aceptar arduas diligencias como esas y a ser tratados como perros entrenados sin sentimientos, claro está que no todos los soldados son iguales. FIN.
Querido insomnio, tómate otra copa de vino conmigo por favor. La conoces, te he hablado de sus virtudes y defectos, de lo bella que es y lo mucho que me exita, tanto su cuerpo, como su olor, como su pensar. ¡Y qué clase de corajes me has visto hacer esas noches que te arrebato la botella y la empino entera!, ¡y te grito ebrio que no la entiendo, que no sé por qué se molestó esta vez! En fin, no quiero aburrirte y que empieces con tus regaños cursis de bohemio de la noche, espera unas copas más. Además, ¡tú ya la conoces!, y me cela decirlo pero sé pasas algunas noches con ella, en su cuarto consolándola cuando peleamos, te digo gracias sólo porque no tienes manos para tocarla. Querido insomnio, estas copas me hacen verte ya borroso, sé que estás a punto de partir y yo cabeceo. Antes, quiero pedirte un favor, supongo que en ti confío amistad después de tremendas borracheras que hemos compartido. La próxima vez que la veas, ya sea porque esté preocupada, estresada, extrañándome o enfadada conmigo, esa próxima vez, cuéntale que pienso en ella tanto cuanto estoy contigo, dile que la quiero, y dile ¡salud! Canú Enero 2013
L
a siguiente es una crónica sacada del periódico La noticia del día sobre la vida del magnate Ulises Hernández, fundador de la empresa, servicio de mensajería y establecimiento de entrega inmediata, Mcdillerking cuyo slogan es: “con papiroflexia se fuma mejor” Ulises Hernández se graduó en diseño de la universidad Estatal del Santo Canuto el 12 de mayo de 2012. Fue el mejor de su generación, tan bueno, que para la fiesta de graduación, diseñó el porro que se fumaron él y sus amigos –los escritores de la generación de los inútilesen el Teatro Casa inverso en la ciudad de Guadalajara Jalisco; dicho diseño fue un hermoso alacrán con cinco colas, cada una de las cuales sirvió como pipa mientras el centro del insecto, hecho de celulosa, se iba quemando lentamente; como si las tripas del alacrán hirvieran. Cuando sus amigos le dijeron que el diseño del porro había sido de un gusto exquisito y una maravilla astralUlises era el catador de la hierba que él envolvíaconsideró especializarse en el marketing del porro. En palabras de Eduardo Martínez: “fue como fumarse un cuadro surrealista, impregnado con la técnica de color de Van Gogh”. Ulises pensó en una inversión a largo plazo, en una compañía que diseñaría porros y los vendería al menor costo posible, en el menor tiempo. Un diseño similar al de Mcdonalds, sólo que con la idea de que en lugar de cajita feliz, habría porrito feliz. Ulises vio su futuro en la mercadotecnia, el consumismo y la industria. Imaginó a una serie de orcos detrás de mostrador: adolecentes granosos, de ojos rojos y labios resecos que forjarían ya sobre una canala diseñada, que guiaba cada uno de los trazos para hacer papiroflexia, “sería un homenaje a los japoneses y a su opio”, dijo Ulises en una entrevista cinco años después. Pudo imaginar a los hombres pasando en la ventanilla y solicitando un porro grande y grueso similar a un puro de Fidel Castro y que por unos pesos más, se les daría de regalo un hongo el cual podrían maquillar y vestir a su gusto-antes de consumirlo, claro-. El negocio se expandió hasta tener plantaciones en Sinaloa. A la larga, esto provocaría su primer escándalo cuando la marihuana que utilizaba dejó de ser orgánica -pues tenía que salir más rápida en el tiempo posibleUlises Hernández
se defendió en esa ocasión diciendo: “Era como en las caricaturas de los Looney Tunes, sólo unas gotitas sobre la hierba y esta crecía, era como ver al pato Lucas en el espacio consumiendo comida de astronauta”. Así es como fueron toneladas de marihuana a cada uno de los centros distribuidores de país. Toneladas enteras de hierba amarradas en camiones que tenían de logotipo de una hoja, con una sonrisa de esquina a esquina, con dos ojitos en forma de puntitos en la ramita del centro. La noche que forjó la industria que cambiaría el país, Ulises contempló en su mente cada una de las estructuras y colores que haría en sus canalas. Se fue de la fiesta. Corrió a su casa- cabe destacar que iba más lento de lo habitualdispuesto a plasmar sus ideas en su mejor “confidente”; una biblia deshojada. Esa noche se gastó las últimas 57 páginas haciendo un total de 15 diseños en papiroflexia mismos que se guardan en el museo de arte nacional en la ciudad de México. Los diseños más polémicos fueron los que guardaron a vista pública las citas de la biblia, estos eran: una serpiente que se enrollaba a sí misma sobre la cita: “He visto a Satanás caer del cielo a manera del relámpago”. (Lucas 10, 18.); Una pequeña ave que parecía un ruiseñor encima de la cita: “Felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual, puesto que a ellos pertenece el reino de los cielos” (Mateo 5:3); al final, un hermoso quetzal, de una cola tan larga y hermosa que sólo podría fumarse de su cuerpo mientras era consumido por el pico y por las plumas, como si volará y de tal manera que cuando uno fumará de su vientre, se escucharía como el quetzal cantaba. Un pájaro que cantaba mientras moría con la cita: “Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan” (Lucas 6:27-29). Terminada la noche Ulises Hernández durmió por horas, le esperaba la aventura de crear una microempresa que en sólo tres años, se convertiría en un distribuidor a nivel nacional. Así es como se iniciaría, lo que el especialista en sociología German Calixto llamó, el post-apocalipsis del cotidiano. Ulises Hernández no sólo fue un marihuano- como él argumentaba-sino que fue uno de los pilares que forjó una generación destinada a conocer el desastre humano: la generación de los inútiles. Este humilde reportero, sólo puede citar a modo de conclusión las palabras que dijo Ulises Hernández cuando ganó el premio nobel de economía: “Rólate un porro carnal”.
Marcha
por la Legalización de la Marihuana en la Ciudad de México
Por Mr. Gallo
L
a fiesta sucedía debido al cumpleaños de un tal Carlos, que conocía a este tipo Julián de la Garza, un riquillo chilango que compartía gustos musicales en la radio pirata del D.F en los años 60’s y al cual yo conocía por que sus padres son muy amigos de los míos y nos visitaban con frecuencia en Querétaro. Este Julián de la Garza realmente escuchaba música, era un tipo muy clavado en el tema, tenia el dinero para comprar los vinilos importados y dos tornamesas con bocinas integradas en “estereo”, lo que hacían muy emocionantes las visitas a su casa. En uno de esos viajes a la Ciudad de México, Julián me invito a la fiesta de Carlos, este tipo que conocía a muchas bandas que tocarían para él en su cumpleaños numero 24 en el sótano de su casa. Al llegar a la casa donde seria la fiesta, dimos algunos 20 pasos desde el portón negro de la entrada hasta una pequeña puerta de madera que tenia una cartulina que decía “Tokin” escrito en ella. Bajamos nuestros pies en la escalera de concreto y al tercer escalón empezó a tocar la primera banda, unos chilangos que se llamaban “Abaco” y tocaban un rock bastante ruidoso y psicodélico. Bajamos los siguientes siete escalones restantes y nos colocamos en la barra de bebidas al fondo para pedir dos cervezas. “Abaco” dejo de tocar después de la quinta rola y bajaron del pequeño y mal acomodado escenario. Uno de los integrantes, Mario Benavides, cogió una cerveza de la hielera sin fin y se puso a platicar con Julián, este hizo la introducción y comenzamos a platicar los tres de la siguiente banda que eran los “Three Souls in my mind” banda que al parecer les gustaba tanto como a mi. Recién empezaron los “Three Souls in my mind” a tocar, el ambiente se intoxico de un humo ligero y veloz que avanzaba cauteloso por el aire del sótano No. 13 de la calle Bolívar en la enorme fiera del Distrito Federal. El humo según yo, olía a guayaba y salió de varios cigarrillos hechos a mano y en manos de algunos siete jóvenes en el sótano, incluyendo a Mario. Julián fumo de una forma desesperada y el cigarrillo resbalo 3 veces de sus dedos hasta la comisura de sus manos. Cuando llego a mi, no sabia como fumar este extraño cigarrillo forjado a mano y con olor a guayaba, así que hundí mi boca en la colilla y aspire tres veces seguidas, tosí como unas siete veces y volví a realizar el ritual, solo que ahora con cautro o cinco jaladas. Instantáneamente cerré mis ojos y según calculo, habían pasado siete minutos desde que aspire las cuatro o cinco jaladas finales y los “Three Souls in my Mind” iban en su tercera rola. Pero cuando abrí mis ojos la música se había ido y estaba junto a Julián en la calle, enfrente del portón de la entrada. Julián vestía una chaqueta de cuero muy extraña y no paraba de decir que estaba ansioso de ver a “Café Tacuba” una banda nueva de la ciudad que tocaría esa noche y de la cual nunca había escuchado. Entramos en la casa hasta la puerta de madera con el letrero de “Tokin”, bajamos los 10 escalones y nos dirigimos a la barra. Pedimos dos cervezas y “Café Tacuba” comenzó a tocar. Justo cuando el pequeño vocalista prendió un cigarrillo echo a mano antes de la cuarta rola y comenzó a fumarlo, una extraña sensación de deja-vu recorrió todo mi cuerpo, yo ya había estado ahí presenciando el interminable ritual de fumar aquellos cigarrillos. El ambiente era tan extraño, los jóvenes vestían extraño, la música era extraña y a mi todo esto me dio un miedo increíble, así que me acerque a Julián y le pregunte que era lo que
pasaba, donde estaban los “Three Souls in my Mind” y por que todos vestían tan raro. Julián contesto: -Jajaja, pues seguramente llorando por lo que es “El Tri” ahora, hubiera estado bien verlos en aquellos tiempos de los 60’s ¿no?Este comentario emitido por Julián congeló como a una paleta de hielo todo mi cuerpo, por algún extraño motivo, entendí lo que pasaba, entendí que ese no era mi tiempo, ni mi espacio. Yo vivía en la ciudad de San Juan del Rio, Querétaro y el año en curso era 1969, pero en aquel pequeño sótano del D.F nada parecía sacado de 1969, todo parecía tan decadente pero de una forma moderna, no lo se, nada familiar. -¿Qué año es?- Le pregunte a Julián con un tono tímido. -Jajajaja ¿Has fumado mucha mariguana pequeño Fermín? ¿Cómo esta eso de que que año es? Es 1991 bastardo.Contesto con su voz gentil y suave de locutor de radio. Fue donde el pánico creció en mí, este no era mi tiempo, sin embargo me sentía y me veía joven, tal cual como me fui después de esas cuatro o cinco jaladas del cigarrillo en 1969. El humo seguía ahí, pendiente de mis expresiones más escondidas, flotando en el ambiente del cuarto, ágil. Me dirigí asustado hacia el cantante de la banda y le pedí que me regalara una fumada de su cigarrillo, a lo que el contesto: -¿Quieres mota carnal?Sin más ni más y con la esperanza de dar cuatro o cinco jalones y regresar de manera mágica a mi época, tomé el cigarrillo y aspire tres veces, traté de toser al final y lo hice como unas dos veces de manera muy forzada, me preparé y di los cuatro o cinco jalones finales, cerrando mis ojos de una manera muy fuerte y esperanzadora. El vocalista soltó una pequeña risa, cogió el cigarrillo de mi mano y dijo: -Esto es la chica bandaA lo que le siguió una canción con ritmos nuevos para mi, muy agresivos y complacientes. La música no se iba y yo seguía ahí, atascado en 1991, pero escuchando a una buena banda. Así pasé toda la noche fumando esperanzado de aquellos cigarrillos que según me informaron después, eran de Mariguana. Pero nunca me fui, nunca regrese a mi tiempo ni a mi espacio. Era una paradoja perdida, no se si gracias a esta experiencia sucedió el temblor del 85, o si gracias a mi mataron a Lennon, no se nada ahora, menos en aquellos viejos tiempos de 1991. Se acabó el concierto, la gente se iba yendo a sus casas poco a poco de la fiesta en estados etílicos y algunos otros muy “mariguanos”. Al dar las 4 de la mañana, Julián me dijo que tenia que llegar a su casa, así que pasmados, pedos y mariguanos nos fuimos. Llegamos a su cuarto y escuché mi primer CD, un disco llamado “The Dark Side of the Moon” que fue elegido por mí. Platiqué con el de diversos sucesos que acontecieron la historia mientras yo estaba ausente. Le conté a Julián de
mi extraño viaje en el tiempo y que en verdad yo era un eternauta de la mota, esperando su regreso a la normalidad. Y que de igual manera quería saber que había sido de “El Eternauta” comic que acababa de comprar yo en aquel lejano 1969. Julián nunca creyó la historia, se volteo y se durmió con un largo bostezo de aburrición.Yo no pude dormir nada, Pink Floyd sonaba y yo estaba en otra época, con otros automóviles, con una maldita televisión gigante a color con mas de 40 canales, un repertorio increíble de Cd’s con música totalmente maravillosa, nueva y extraña hasta dimensiones imaginables para mi. Ahora es 2013, llevo asistiendo a conciertos desde 1962 hasta 1969 cortando el tiempo y el espacio por la yugular, viajando a través del humo más denso jamás imaginado y continuando mi pasión por las bandas en vivo en el año 1991. He asistido a una infinidad de lugares de un contraste inmenso entre unos y otros. He intentado comprender a la gente de tres épocas distintas, enojado, triste, a veces temeroso. He fumado porros de mariguana desde entonces, con las esperanza de volver atrás en el tiempo y vivir el rock una vez mas. Ahora vivo en un cuarto apestoso en la ciudad de Querétaro y soy un eternauta de la mota, viajero de los ojos rojos y la barba larga. Soñador del pasado y habitante de un futuro que nunca siento como mío. Soy el eternauta de la mota y este es el escrito que dejo para la gente que viva un futuro propio o para aquellos hermanos que al igual que yo, viajan entre el olor cannábico y las sabanas rotas, a ustedes les dejo mi legado. Mi viaje.
Yo no fumo, pero respeto Por MCL2NMAN Por Lola Ancira
Rasta, no basta con qué fumes mariguana, para la revolución hace falta más que Juana Tema inédito de Los Atletas Campesinos.
www.letrasymaullidos.blogspot.mx
Jean Teulé La tienda de los suicidas (2007) Reseña personal: La tienda de los suicidas (Le magasin des suicides) de Jean Teulé (Guionista, caricaturista y escritor francés, 1953) es una novela publicada en 2007 y muy poco conocida, pero sin duda una maravilla del humor negro que debe ser leída por todo aquel atraído por el tema del suicidio y la gracia de la ironía, de la cual el mismo autor comentó en una entrevista: “Quería escribir un libro divertido sobre el tema menos divertido que existe”, finalidad que por supuesto logró. El estilo del autor es ágil y divertido, lo que involucra al lector en una atmósfera de humor desde el inicio y que sólo es suplanta por el asombro y el desconcierto en puntos decisivos de la historia. A pesar de ser una novela de 160 páginas, está construida a través de una narrativa que juega con una realidad alterna no muy distante a la nuestra, donde la sociedad cuenta con una tienda especializada en artículos para suicidas conocida como tal: “... llevando en la mano una bolsa de plástico en la que se puede leer, por un lado, «La Tienda de los Suicidas», y por el otro, «¿Su vida ha sido un fracaso? ¡Con nosotros, su muerte será un éxito!».” y que es el orgullo de los propietarios y su familia, estirpe dedicada desde décadas atrás a asistir a los suicidas necesitados e inducir a los dubitativos. Teulé nos introduce en el universo de la familia Tuvache, formada por los padres y tres hijos, el más pequeño de tan sólo unos meses, quienes con gran satisfacción llevan el negocio de la muerte. Es precisamente este nuevo integrante el que dará una vuelta de 360° a la vida de la familia, pues su personalidad es del todo diferente a la de los demás Tuvache y a quien la madre, tras escuchar disparatadas ideas sobre un cambio de costumbres, aconseja : “Vamos, duérmete y ten pesadillas, será más sensato.” Un guiño singular y estupendo es el que nos muestra Teulé a través de los nombres de sus personajes, quienes portan distintivos nombres de memorables suicidas: El padre es Mishima, por Yukio Mishima, uno de los escritores japoneses más afamados y que cometió sepukku (un suicidio ritual por desentrañamiento); La madre es Lucrèce, por Lucrecia, una noble de la antigua Roma, quien decide suicidarse para no vivir en el deshonor tras ser violada; La hermana mayo es Marilyn, por Marilyn Monroe, actriz y cantante estadounidense que murió debido a una sobredosis de barbitúricos; El siguiente hijo es Vincent, por Vincent van Gogh, perturbado pintor neerlandés que puso fin a sus días con un disparo en el pecho; y el hijo menor es Alan, por Alan Turing, matemático, científico y filósofo británico considerado uno de los padres de la computación e informática moderna, que murió al comer una manzana envenenada con cianuro. Cabe mencionar también que tres de estas muertes fueron consideradas asesinatos, pero es una cuestión en la que no entraremos ahora. Esta sátira sobre las anodinas prioridades del ser humano y una presunta ideología fatídica formada quizá por heredadas prácticas muestra como sólo hace falta tener un enfoque distinto para apreciar la existencia que se nos otorga y la dicha desapercibida. Es una novela única, donde las últimas tres últimas palabras son una clave contundente y emotiva que cierra la historia de forma brillante. No recuerdo cómo encontré este libro pero se que los libros nos encuentran en el momento justo, así que ahora cumplo con mi deber de reseñar para quien esté destinado a conocer esta obra a través de estas letras. Y por lo pronto yo “—... Voy a acostarme. Porque mañana habrá que seguir viviendo.”, siendo también que “Es la hora en que, en otra parte, el enjambre de las pesadillas hace retorcerse sobre las almohadas a las primeras personas dormidas.”.
E
scribo estas líneas, sin la sapiencia de los que disfrutan de la yerba santa; no sé por qué, nunca ha sido de mi apetencia, si hasta la música que amo (el reggae) canta loas a la bendita ganja. Quizá haya sido la íntegra formación qué aprendí del ejemplo de mi madre, disciplinada, intachable ética y moralmente y sobre todo, amorosa; de la que aprendí a disfrutar de lo bonito de la vida, sin necesidad de sustancias que alteren mi percepción. No me he puesto a contabilizar, ni a sacar estadísticas, pero estoy seguro que, de todas las personas que he conocido, en este tiempo, en esta vida, somos minoría los que no consumimos sustancias alter-conscientes, por lo que, esta es una mera opinión descalificada de alguien que no fuma (ni bebe, ni nada… de nada), pero que respeta el derecho de hacerlo, máxime que, muchísima gente cercana y estimada, disfruta de ello.
Sin embargo, de lo que estoy completamente convencido y en pro, es en la pertinencia de la despenalización de la mariguana, al ser probadamente, de las sustancias alter-conscientes naturales que suele consumir el ser humano como verdadera medicina, no así las DROGAS legales que oferta el mercado. Ya que a Babilón (léase el sistema mundo que nos rige) le funciona el tener controlada y temerosa a las personas al grado de volverlas masas inopinadas e inofensivas, adictas, sumamente maleables e influenciables; y sabido es su oficio gendarme y corrupto de lucrar con todo; debieran ser proscritas sustancias verdaderamente dañinas, como los reality shows y la teve basura, el perverso entretenimiento electrónico y el culto al dinero. Debieran ser encarcelados y perseguidos los que han hecho de nuestro país colonizado, una ínsula indefensa que está perdiendo lo verdaderamente valioso: su identidad originaria ¡bombo clat!
C u an d o tod o acabe, en v í ame u n a p ostal 1
Me dijo que su nombre era Rocío, sí,
Como la brisa matutina. Un virus se comió sus células, cuando empezó a apestar, la volvieron ceniza. 2
Que tiempos amargos donde el agua lava inmundicias, La sangre riega el trigo, las nubes son negras.
Que tiempos aciagos donde los muertos posan mutilados en los diarios. Festines de moscas en una pila de cadáveres famélicos.
Templos con antenas parabólicas, hombre máquina, fin del mundo.
En Mayo del año pasado miles de personas marcharon por el centro de la capital de Antioquia, en Medellín, Colombia, con el objetivo común de pedir a las autoridades la legalización de la marihuana y de generar una
C
re o que a me did a quel t iemp o t rans c ur re es ne ces ar io dis olver cier t as cre enci as, y que l a incer t idumbre reb as a a l a razón a l menos p or dos c amp os de f útb ol. Cre o quel ego es una t ramp a dif íci l de s or te ar de l a que p or for tuna, nadie s a le con v id a, cre o p or t anto en l a v id a y cons e c uentemente cre o aún más en l a muer te.
conciencia entre la sociedad en torno al uso de esta planta, que pueda terminar con la criminalización y las ideas erróneas que se se han creado a partir de la guerra contra el narcotráfico y los intereses económicos.
Cre o que más que cre er va le l a p ena cre ar p orque como de cí a Mónic a Naranj o: ‘el amor colo c a y t ransfor ma lo que to c a’. Cre o en l a int ras cendenci a de ést as let ras, y quel univers o es p e queño (y así marav i l los o) c u ando tú est ás cerc a. Cre o que l a v id a es s enci l l a y amena p ara complic ar. Cre o que a l c ant ar el a lma renace y b ai l ando es como s e c u lt iva. Cre o que l a mar i hu ana, como l a lo c ura s on esp e cies incomprendid as y así est á bien, p orque más a l l á de est a plétora dimit iva de axones r ibu ls centes v id a y muer te como su ave humo lento desvane cen. Aqui l es Bae za Fotografía: Caléxico Ramírez - S/T
No te vayas por ahí, porque hay unos marihuanos…
C
ada que escucho a una persona decir esta frase o alguna similar, no puedo evitar sorprenderme por su increíble capacidad de distinguir a 50 metros a una persona consumidora asidua de marihuana, de alguna que no lo es. El estereotipo del fumador de marihuana en nuestra sociedad está a la par de un asaltante o un violador peligroso, cuando en mi experiencia personal, nunca he sido atacado por una persona intoxicada bajo los efectos del THC y que yo vincule directamente su actitud violenta y/o delictiva por el hecho de estar bajo los efectos de la hierba. Al paso que vamos lo más seguro es que tardemos siglos en dejar de tachar a la sociedad de esto o aquello por algo como fumar cannabis, diría un pacífico amigo cuando le reprochan su consumo excesivo de cocaína “pues cada quien sus drogas ¿no?” cuando científicamente es más probable que la cocaína te induzca a desarrollar una actitud violenta debido a la naturaleza de la sustancia. No vayamos tan lejos, cuánta gente muere por conducir ebria, familias destruidas por la perdida, o la vida y sueños de una persona
truncados por la imprudencia de ir alcoholizado y ahora se encuentra en una silla de ruedas cuando tal vez anhelaba con ser un deportista superstar algún día. No recuerdo haber leído en ningún periódico que el conductor se accidentó y murió por estar intoxicado con marihuana mientras conducía. Al parecer esa sensación de “panique” como vulgarmente en la jerga se le menciona, es mucho más segura que la estúpida valentía que adquiere la gente con unos tragos encima. Se habla mucho de la polémica propuesta de la legalización de la planta, pero, el primer paso que se debe tomar es el dejar de satanizar su consumo. Como cualquier droga socialmente aceptable, dígase alcohol o tabaco, su consumo trae consecuencia y repercusiones, pero sería más sencillo dar seguimiento y solución si todo esto se realizase con el conocimiento de la sociedad. Hablando de consecuencias más significativas, se reduciría la violencia que genera la pelea entre los carteles a cargo del trasiego de droga, generación de empleo, apertura cultural, globalización, intercambio de puntos de vista etc. etc. etc. Luchando con fervor en contra del pesimismo y con el mayor entusiasmo que intento tener al respecto, les puedo decir “algún día tal vez”…
Q
uizá el cannabis sea para la sociedad contemporánea más su forma y no su fondo. Comprendamos por forma la exterioridad que representa la planta y a partir de lo cual se originan otras tantas formas relacionadas a su cultivo, producción, distribución, comercialización y consumo. En otras palabras es una identidad multiforme presente en muchos lugares donde se acepta o rechaza con discrepancia. El fondo por su parte es siempre interno. Es lo que es: lo no idéntico así mismo, su verdadera identidad,
equivalente a la significación causada mediante la experiencia propia con la principal sustancia activa que le pertenece (THC). Es decir, mientras la planta se pueda oír, ver, tocar, oler y saborear; es posible conocerle en diversas formas, pero no es, si no hasta que se percibe su compuesto interno que se sabe lo qué es. A pesar de lo bueno o malo que parezca tener su materialidad y lo que de ello se puede decir, su fondo natural no se limita nunca y atestigua siempre lo que no se dice. Su forma va cambiando a través del tiempo y su verdadera identidad poco es sabida y considerada. Cabría reflexionar entonces ya no en
lo que se dice del cannabis, sino en lo que no se dice de él. Ya no pensar sobre sus límites, sino concientizar sobre sus posibilidades. Así se abriría una puerta al conocimiento real de la naturaleza misma, donde sólo probando su interior se puede reconocer el principio de su creación. ¿Será qué los que le prohíben, le conocen realmente? ¿Y los que le consumen, reconocen lo qué es? ¿Será esto parte del eufemismo descrito por Bourdieu, en donde el discurso predominante dice “trátame como forma y no como sustancia”? Referencia: Bourdieu, Pierre. Cosas dichas. Buenos Aires, Ed. Gedisa, 1987.