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Los chantajes Ponen en duda eL amor de Los Padres Aprendizaje Puedesertentadorusar este‘recurso’,porquesuefectoesinmediato.Coneltiempo,producequelosniños
creanquesiempredebenserpremiados.
nerconsecuenciasqueno benefician al desarrollo emocional del pequeño.
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Claudia Mesa, ‘coach’ de padres, explica que educar a un niño con chantajes se refiera a querer que hagan lo que quieres a cambio de premios, que pueden ser materiales o que cubren necesidades de atención y de amor.
C Rculo Vicioso
De hecho, la gran mayoría de adultos, que son padres ahora, crecieron con estas premisas. El chantaje se esconde en frases aparentemente inocentes, como “si te portas bien, te doy un caramelo” o “solo si recoges tus juguetes, juego contigo”. El problema de usar este mal llamado ‘recurso’ es que con el tiempo puede jugar en contra de los adultos. Queda claro que la intención siempre es buena, yaquetodoslospadresquieren lo mejor para sus hijos y actúan en consecuencia. “Llegará un momento en que los premios se convertirán en hábitos que a la larga no les beneficiarán”, advierte la ‘coach’.
Otra cuestión que hay que considerar, según la ‘coach’ parental Mila Jarrín, es que el chantaje va de la mano con las amenazas. Estas últimas implican educar a partir del miedo.
Contradicciones
Al usarlos en el día a día y de forma recurrente, los hijos aprenden a comportarse, pero siempre a cambio de recibir algo. En cualquiera de los casos es contraproducente, por el mensaje contradictorio que enviamos: que los premian por hacer algo que es su responsabilidad (que sí o sí deben hacerlo) o que se les obliga a hacer algo que deberían hacer (aunque no quieran) desde la perspectiva adulta.
Dice Jarrín que es muy co-
AlTERNATIvAS
Amorincondicional. A los niños siempre debe quedarles claro que el amor de los padres no tiene condiciones Por esta razón, Mesa explica que no es adecuado amenazar o emplear la ausencia de afecto como castigo o como premio por realizar algo.
Consecuencias. Lo más recomendable es explicarles a los niños las causas lógicas y naturales de sus acciones, sugiere Jarrín. También es útil ofrecerles alternativas: si no quiere ponerse los zapatos, darle la opción de ponerse en el carro, camino a la escuela.
El chantaje es la salida fácil; y aunque puede parecer efectivo, deja de funcionar Una crianza alternativa, en positivo, es posible pero se necesita práctica y compromiso.
mún ver que se aplica el chantaje a la hora de comer. Por ejemplo, cuando se usa el postre como premio por acabarse todos los alimentos que están en el plato En este contexto, la consecuencia es que se fomenta que los niños se desconecten desucuerpoysusnecesidades.
“Ellos son muy sabios y saben bien cuánto deben comer”, explica la experta. El dejar de escuchar a sus cuerpos, sumado a la ansiedad, puede en un futuro desencadenar desórdenes alimenticios.
Tanto el chantaje como la amenaza van dejando secuelas en el interior del niño. Con el tiempo empiezan a cumplir las tareas para validar a sus cuidadores. “Ya no hacen lo que ellos quieren y sienten, sino lo que las otras personas quieren”, detalla Jarrín. Así, se desconectan de sus necesidades y adquieren una personalidad complaciente
En la edad adulta esto se refleja de diferentes formas. Mesa cree que por esa razón muchas personas al crecer son infelices, porque “piensan que para tener amor tienen que sacrificarse y aguantar situaciones que no desean”. F
En lugar de condicionar los buenos comportamientos a cambio de recibir cariños, dulces o premios, los padres deben reconocer los avances que hacen sus hijos sin dar nada a cambio.