Eduardo Azuaje | Pariaguán, Anzoátegui, 1968
Rosa Canelón | Barquisimeto, Lara, 1982
Rosa Salazar | Barcelona, Anzoátegui, 1985
Egresado de la Escuela Artes Visuales “Cristóbal Rojas”, Caracas. Entre 1991 y 2001 ha realizado importantes exposiciones individuales en el que la naturaleza y las huellas primigenias de las culturas indígenas fueron temas predominantes. A partir de 2012 su obra se centra en la crítica política y social. Ha sido merecedor de importantes premios por su participación en muestras colectivas entre los cuales destacan: Premio Municipal Los Salias, San Antonio de Los Altos (1994); Premio Armando Reverón para Artista Joven, AVAP, Caracas (1995); Premio Salón Siete de Diciembre, Alcaldía de Maturín (2000); Premio España, Bienal Internacional de Bolivia Siart (2001); Premio Medalla de Oro, Salón de Arte Cerro Negro, Barcelona, edo. Anzoátegui (2002); Mención especial IX Bienal Nacional de Escultura Francisco Narváez (2007). Reside en Caracas.
Egresada de la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar de Barquisimeto (1999-2001). Realizó estudios en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón en Caracas, egresando como Licenciada en Artes de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE, 2014). Ha expuesto individualmente en diversas ocasiones y desde 1999 a la actualidad ha participado en muestras colectivas en varios estados del país. Ha recibido varias distinciones, tales como: Gran Premio en el XVII Salón de Arte Héctor Roja Meza, Barquisimeto, edo. Lara (2007); Premio Cirilo Mendoza en el XI Salón Edgar Jiménez Peraza, Museo Carmelo Fernández, edo. Yaracuy (2009); Premio Félix J. Mendi en el XX Salón de Arte Héctor Roja Meza, Barquisimeto (2010); Premio IARTES en la XVII Bienal de Arte Churruguara, Ateneo Casta J. Riera, edo. Falcón (2014). Reside en Barquisimeto, edo. Lara.
Participó en talleres de arte de la Fundación Cultural Clarines, edo. Anzoátegui, entre 1996 y 2004. Licenciada en Artes Plásticas, Mención Escultura de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE, 2010), Caracas. Ha expuesto en varias colectivas entre 2008 y 2016; dos muestras individuales (2007 y 2010) y ha recibido tempranamente varias distinciones tales como: Mención Honorífica, 1er Salón Nacional de Arte Yaracuy-Planeta Tierra, Museo Carmelo Fernández, edo. Yaracuy (2008); Mención Honorífica, 1er Salón Nacional de Jóvenes Artistas, edo. Anzoátegui, (2009); 2do Premio, Bienal de Artes Plásticas PDVSA Oriente, Cumaná, edo. Sucre (2013); Mención de Honorifica, 11vo Salón Nacional de Jóvenes Artistas, MACZUL, Maracaibo, edo. Zulia (2015-2016). Reside en Caracas.
La Asociación Venezolana de Conciertos y el Centro de Artes Integradas, rinden homenaje a un visionario, Salvador Itriago Sifontes, en el marco de la celebración de su centenario, en mayo de 2017.
Expresionismos - Inauguración 29
En vida, 1917 a 2004, se desempeñaría como abogado, diplomático, promotor y gerente cultural.
Dirección de Galería Trina Itriago de Vallenilla
Eduardo Bárcenas | Maracay, Aragua, 1954
Roberto Notarfrancesco | Maracay, Aragua, 1968
Julián Villafañe | Mérida, 1969
Estudió en la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios en Maracay. Ha realizado numerosas muestras individuales y ha participado en más de 90 colectivas. Ha expuesto en Bulgaria, Colombia, Puerto Rico, Cuba, España. Ha recibido numerosos premios entre los cuales destacan: Primer Premio. Salón Anual Castor Vásquez Turmero, edo. Aragua (1981); Primer Premio de Pintura. VIII Salón Tito Salas Maracay (1984); Primer Premio de Pintura Rápida al Aire Libre, La Victoria, edo. Aragua (1991); Premio Secretaria de Cultura del edo. Aragua en el XVIII Salón Aragua, Maracay (1993); Premio 1ra Bienal Nacional de Arte Fondene, edo. Nueva Esparta (1997); Premio Regional de Artes Visuales del edo. Aragua (1999, devuelto); Premio CONAC XXIX Salón de Arte Aragua (2004); Premio Municipal de Pintura en el XXV Salón de la Galería Municipal de Arte de Maracay (2005); Premio Andrés Pérez Mújica, 64 Bienal Arturo Michelena, Valencia, edo. Carabobo (2008); Premio Municipal de Pintura XXX Salón de la Galería Municipal de Arte de Maracay (2010). Reside en Maracay, edo. Aragua.
Egresado de la Escuela de Artes Visuales Rafael Monasterios en Maracay, donde estudió entre 1986 a 1990. Desde 1988 expone en colectivas e individuales dentro y fuera del país y ha sido merecedor de importantes premios y reconocimientos, entre los cuales destacan: Premio Dibujo, Cámara de Comercio Maracay (1990); IV Premio Salón Municipal de Arte Maracay (1992); Primer Premio en Dibujo, VI Salón de Artes Visuales, Francisco Marti, Calabozo (1996); Premio Galería Municipal de Arte Aragua, Maracay (2008) y Gran Premio 29 Salón Municipal de Pintura, Galería Municipal de arte, Maracay (2009). Reside en Maracay, edo. Aragua.
Desde 1993 a la actualidad ha realizado numerosas exposiciones individuales y ha recibido importantes distinciones por su participación en muestras colectivas, entre las cuales se destacan: Primer Premio, Salón Ciudad de Mérida, Galería La Otra Banda, Mérida (2002); Premio CONAC, XXIV Salón de Pintura Ateneo de Carúpano, edo. Sucre y Premio Salón Universitario de Arte, UCV, Caracas (2004); Premio Mario Abreu, Salón Municipal de Pintura, Galería Municipal de Arte de Aragua, Maracay y Primer Premio Salón Dycvensa Galería Los Espacios Cálidos, Ateneo de Caracas (ambos 2005); Primer Premio de la II Bienal Nacional de Barinas, Premio Universidad de Carabobo en el Salón Nacional de Arte Aragua, Maracay; Segundo Premio Salón Armando Reverón, edo. Mérida; Premio del Jurado y Premio del público, Salón Dycvensa, Caracas (2009 y 2010); Mención de honor en Bienal de Maracaibo (2011) y Distinción Almanaque, Salón Cabriales, Valencia, edo. Carabobo (2012). Reside en Mérida.
Como parte de su legado y precursor de la labor social empresarial se plantea la necesidad de crear un complejo educativo/cultural, en el cual se lograse integrar los cuatro pilares de las artes: la música, la danza, el teatro y las artes plásticas. Es así como nace el Centro de Artes Integradas en el año 1972, proyecto premiado por la UNESCO.
José Caldas | San Cristóbal, Táchira, 1953
Jorge Pizzani | Acarigua, Portuguesa, 1949
José Vívenes | Maturín, Monagas, 1977
Se inició en la pintura en los años setenta en el taller de Evelio Giusepe en Cagua. Profundiza sus estudios sobre color en los talleres de Alejandro Ríos y de Jorge Chacón. Estudia Historia del arte con Aquiles Ortiz. Se integra al grupo Sabaneta. Realiza diversas exposiciones individuales y participa en varias colectivas dentro y fuera del país. Recibe Premio al Reconocimiento a un Pintor Aragüeño en el XVII Salón Nacional de Arte Aragua, Maracay (1993); Premio Sala Municipal de Arte Aragua, Maracay (2004); Primer Premio en el Certamen Mayor de las Artes y las Letras (2005); Primer Premio en el Salón Municipal Juan Lovera, Caracas (2005) y Gran Premio del Salón Calabozo en Calabozo, edo. Guárico (2006). Ha sido merecedor de la distinción como Mejor Artista Consagrado por la Asociación Internacional de Críticos de Arte-Capítulo Venezuela. Reside en La Victoria, edo. Aragua.
Realizó estudios en la Fundación Neumann de diseño gráfico entre 1969 y 1973. Entre 1973 y 2016 ha realizado numerosas exposiciones individuales en Venezuela y en el exterior, entre las cuales destacan: Galería de Arte Nacional (1985 y 1990); Stiftung Starke Foundation de Alemania (2011). Ha representado al país en la XVIII Bienal de Sao Paulo, (1985); ha participado en importantes colectivas en la UNESCO, París (1986); Halle K18 en la Universidad de Kassel en el marco de la Documenta 8, Kassel Alemania (1987); Exposición Universal de Sevilla 1992, Primera Bienal de Artes Visuales de Mercosur, Brasil (1997), etc. Ha recibido varios reconocimientos como el Primer Premio de Dibujo, Salón Studio-Fecha, Caracas (1997); Premio Rontarca en el Salón IV Premio Ernesto Avellán, MACC (1979); Premio de Adquisición en el Salón Nacional de Jóvenes Artistas, MACC (1981); Premio Picasso de la Villa de Niza en Francia (1986), Premio Salón de Mayo en el Espacio Pierre Cardin; Premio Omar Carreño a la Pintura, Colegio de Arquitectos, Caracas (2015). Reside en Turgua, edo. Miranda.
Comienza su formación artística en la Escuela de Artes Plásticas Eloy Palacios. Egresado en Mención Pintura del Instituto de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón, Caracas, en 2004. Ha asumido la pintura como medio de expresión y de comunicación con fuerte sentido crítico. Ha expuesto individualmente y ha participado en numerosas exposiciones colectivas, salones y bienales nacionales e internacionales recibiendo importantes premios y distinciones: Premio Mario Abreu en el XXVII Salón Nacional de Arte Aragua (2002); Gran Premio, IX Regional de Jóvenes Artistas, Escuela de Artes Plásticas Armando Reverón, Barcelona, edo. Anzoátegui (2003); Premio Eladio Aleman Sucre en el LXIII Salón Nacional de Arte Arturo Michelena, Ateneo de Valencia, edo. Carabobo (2006); Premio Braulio Salazar en el 66 Salón Arturo Michelena (2012) y Mención de Honor en la edición del Premio Eugenio Mendoza #12+1, Sala Mendoza, Caracas (2015). Reside en Caracas.
Luchó incansablemente por su país, Venezuela. Su trayectoria estuvo enmarcada por su constancia, dedicación y amor profundo por Venezuela. Fue un hombre honesto, que no se detuvo por la indiferencia, siempre tuvo un espíritu fuerte e incansable.
La Sala William Werner, la inaugura en el año 2004, con la exposición Lara al Pie del Ávila. Los dejo con un pensamiento de cómo visualizaba Salvador las artes, la cultura y al Centro de Artes Integradas “Esta obra debe ser coherente, una completa síntesis, una máxima expresión, en la que no haya inquietud sin su correspondiente respuesta, un lugar donde el hombre sea explorador incansable e insatisfecho del sentido y la forma. Esta obra es para espíritus fuertes, decididos, convencidos de su necesidad, de su importancia. Para hombres que no desalienten la indiferencia y el escepticismo. La concepción del plan general debe ser tan mutante como el signo del tiempo.”
de Mayo del 2016 / Exposición Nº 36 Catálogo Nº 34 A.C. Centro de Artes Integradas Dirección Ejecutiva y Secretaría Permanente Trina Itriago de Vallenilla
Junta Directiva Juan Ernesto Aguilera Vitto Ippólito Trina Itriago de Vallenilla Martha Aceituno Salvador Pedro Itriago Santaella Omer Lares Fernández Juan Maragall Velutini Eduardo Pérez Alfonso Tomás Polanco Fernández Enrique Zambrano Curaduría, concepción museográfica y texto Susana Benko Montaje Alberto Baptista, Henry Peñaloza, Billy Cuevas Fotografías Archivo Susana Benko (retrato de José Caldas)
Eduardo Bárcenas (fotografía de obra) Michelle Brito (retrato de Roberto Notarfrancesco)
Katherine Chacón (RETRATO de Julián Villafañe)
Antonio Contreras (fotografía de obra de Julián Villafañe)
Reinaldo Crespo (retrato de Eduardo Bárcenas)
Renato Donzelli (fotografías de obra y de retrato de Eduardo Azuaje)
Cristian Dumont (retrato de Jorge Pizzani)
Darwin García (retrato de Rosa Salazar) Juan Carlos Martínez (fotografías de obra y de retrato de Rosa Canelón)
Roberto Notarfrancesco (fotografía de obra)
Carlos Germán Rojas (fotografía de obra de Jorge Pizzani)
Trina Itriago Directora Ejecutiva y Secretaria Permanente del Centro de Artes Integradas Caracas, 29 de mayo de 2016
Rosa Salazar (fotografía de obra) José Vívenes (fotografía de obra y autorretrato)
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Eduardo Azuaje Eduardo Bárcenas José Caldas Rosa Canelón Roberto Notarfrancesco Jorge Pizzani Rosa Salazar Julián Villafañe José Vívenes
Existen muchas razones para explicar el origen de las diversas tendencias expresionistas que se han dado a lo largo de la historia del arte. Las motivaciones son diversas y pueden tener carácter colectivo –cuando nos referimos a determinadas tendencias o grupos– o individual. Cada artista expresa un cúmulo de emociones y sentimientos que denotan, en medio de su arrojo, su manera particular de enfocar, interpretar o reinventar imágenes tomadas de la realidad o de su imaginación. Los expresionismos son ‘el otro lado’ de la tradición plástica en Venezuela opuesta a la abstracción geométrica y al cinetismo, movimientos estos últimos que perduran desde los años cincuenta hasta hoy. Los artistas de tendencia expresionista han resistido a los embates del geometrismo e incluso del arte conceptual, defendiendo el oficio de la pintura, el gesto y la emoción. Luego del informalismo y del llamado realismo mágico, varios artistas asumieron en los años sesenta la libertad de acción en sus modos de pintar: gestualidad y espontaneidad en la pincelada, pinturas de superficies muy texturadas por la acumulación de pigmentos y, en el caso de la figuración, la representación de la figura humana deformada como una manera de expresar su inhumanidad en obras de tema político y social marcadamente críticas. La pintura, entonces, no tenía que ser bella pues lo importante era la denuncia o la expresión pura. En los años ochenta, el predominio de la expresión sobre la racionalidad se dio indistintamente en la figuración y en la abstracción. Se saturaba la tela, la imagen se tornaba vertiginosa, o, se exasperaba el color, la materia, e incluso los soportes. Los expresionismos siguen manifestándose con vigencia. Como en años anteriores, los contenidos que las imágenes suscitan tienen enorme importancia. Es lo que sucede en la presente exposición titulada Expresionismos, en la que nueve artistas venezolanos, pintores y escultores, con sus estilos y opciones temáticas particulares, operan en función de su emotividad y asumen la figuración como un modo de comunicar mediante la expresión aspectos esenciales de su humanidad. Ellos son: Eduardo Azuaje, Eduardo Bárcenas, José Caldas, Rosa Canelón, Roberto Notarfrancesco, Jorge Pizzani, Rosa Salazar, Julián Villafañe y José Vívenes. Sus obras demarcan dos grandes líneas conceptuales en la exposición. Por un lado, el arrebato armónico del color que la cotidianidad suscita; por el otro, la visión descarnada o ‘movediza’ de la condición humana. Uno y otro polo son maneras de interpretar la vida o, en ocasiones, de encarnar la muerte. Rosa Canelón y José Caldas representan la primera opción. Tienen en común pintar el entorno cotidiano y familiar, el hogar y los objetos de una manera vital y festiva. Ambos se expresan por medio del color. La primera nos muestra el alma de las cosas, visto a través de objetos y el entorno íntimo del hogar con armónicas combinaciones cromáticas, basadas en colores primarios y complementarios, vibrantes y de fuerte impacto visual. El segundo, por el contrario, desestabiliza el ordenamiento espacial de las escenas trabajando el color mediante fuertes contrastes de colores primarios. El resultado son obras dinámicas, explosivas, en las que Caldas funde figura y fondo en un estallido Susana Benko cromático incontrolable. Investigadora de arte, crítico y curadora Miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte-Capítulo Venezuela
La segunda línea conceptual de la exposición se vuelca en torno a la presencia de la figura humana. Para Jorge Pizzani ésta es la razón de ser de la pintura que él asume con arrojo, desparpajo y pasión. Del paisaje vertiginoso y voraz que pintara años atrás, ha pasado a representar determinados tipos
humanos, rodeados de un hálito particular. Los muestra según sus roles performáticos, cuya interioridad se expresa mediante un gestualismo veloz. El proceso de Julián Villafañe, por otra parte, ha ido más bien a la inversa: de los heladeros que ocupaban casi la totalidad del espacio pictórico ahora representa personajes a menor escala integrados a un espacio segmentado en recuadros, diferenciados según colores, tramas y texturas. Villafañe ha hecho de la materia y el color su lenguaje expresivo y con ello inserta a sus personajes en determinados contextos trabajados mediante procedimientos próximos a la abstracción informal. En escultura, Rosa Salazar crea personajes espigados, delgados, que conforman grupos ‘familiares’, razón por la que cada uno varía de altura según la edad. Dos elementos exacerban la fuerte expresividad que tienen estas piezas: la sensación de precariedad debido a la extrema delgadez de los personajes como los materiales utilizados: papeles atados con pabilo y alambre, tratados con resina y pigmentos que acentúan esta sensación de pobreza. El resultado asombra por la desgarrada visión, casi fantasmal, de su condición humana. Las cabezas tienen interés particular en la iconografía expresionista tanto en las obras de Pizzani y Villafañe como en las de Bárcenas, Notarfrancesco, Vívenes y Azuaje. Si bien sus pinturas expresan fehacientemente aspectos relacionados con la condición humana, Roberto Notarfrancesco ha decido mostrar cabezas de los grises, los llamados Solipsi Rai, seres pertenecientes al grupo de Orión, de apariencia similar a la humana. Son cuatro cabezas guerreras, que sugieren la contextura física de los seres de esta raza extraterrestre. Eduardo Bárcenas, por otro lado, ha invisibilizado la angustia y el grito contenidos a través de un gestualismo de atmósferas blancas para realizar actualmente rostros macizos, sólidos, de cuya piel se delata una acumulación de palabras o ideas. Se trata de contenidos diversos, algunos en diferentes idiomas, que se integran bajo la piel pictóricamente. En todo este proceso, de carácter más psicológico y antropológico, el monocromatismo es uno de sus distintivos así como la fuerte expresividad de estos rostros. La tensión política predominante en el país agudiza el sentido crítico y cuestionador que caracteriza a la pintura de José Vívenes. La figura humana ha estado siempre en su iconografía sólo que ahora su gestualidad, las veladuras, los ocultamientos de rostros o exacerbación de sus rasgos fisionómicos aluden directamente a la representación del drama del venezolano, víctima del populismo y su falta de identidad. El mal social transforma al hombre en un individuo con carencias, aislado, torturado o destruido. Eduardo Azuaje tampoco se sustrae de esta percepción de la realidad. Sus pinturas aluden con furia a personajes responsables de la violencia, la injusticia y el descalabro al que está sumido el país. Las cabezas hechas con huesos de diversos animales sugieren, en medio de este tejido, a rostros humanos. Pero también hablan de muerte. Atrás quedó el arte como objeto de contemplación para ahora centrarse en una obra crítica y cuestionadora. Es la expresión de la rabia, el desgarramiento y las diversas caras del horror. Expresionismos resume las diversas posturas que este grupo de artistas asume con respecto a la naturaleza de su oficio. El arte es expresión y, en estos casos, es comunicación. La emocionalidad que impulsa a cada uno de estos artistas a crear es una experiencia personal que arropa en su vorágine también a los demás. Es una forma de develar verdades y, definitivamente, es también un acto de re-conocimiento.
Rosa Salazar Eduardo Azuaje Bestiario siglo XXI, 2016 Ensamblaje con materiales óseos de diferentes animales 48 x 28 x 40 cm
Eduardo Bárcenas El hombre de las palabras diluidas, 2016 Acrílico sobre tela 120 X 100 cm
Rosa Canelón
La espera, 2016 Modelado en papel Materiales: papel, hilo pabilo, alambre, madera, resina, pigmentos 39 x 11 x 39 cm
Serie Alma de las cosas, 2016 Acrílico sobre tela 100 x 150 cm
Roberto Notarfrancesco Cabeza de guerrero, Paa Tal, 2016 Óleo sobre tela 100 x 100 cm
Julián Villafañe Gente que trabaja 1, 2016 Óleo sobre tela 125 x 150 cm
José Caldas
Jorge Pizzani
José Vívenes
Asómate a mi nevera, 2015 Acrílico sobre tela 140 x 100 cm
Cambio de vestuario, 2016 Acrílico sobre tela. 150 x 150 cm
Afectado, 2015 Óleo sobre tela 47 x 37 cm