S u SA n A c ARR ié
BOGOTO GRAFÍAS
S u SA n A c ARR ié
BOGOTO GRAFÍAS
© Bogotografías, 2016, Susana Carrié
Fotografías: © 2016 Susana Carrié
Diseño y concepto gráfico/editorial: Susana Carrié
Textos: Susana Carrié • Lalo Borja • María José Arjona
Foto de cubierta: “Vista a la Avenida 7A”. 2014
Supervisión editorial: José Antonio Carbonell
Corrección de pruebas y cuidado de texto:s Elkin Rivera
Edición y producción: Casa Propia editores
A mi mamá quien me enseño a ver
introducción
1. Las hordas
2. universos de asfalto los tapados
3. pasarela urbana desde mi ventana
4. somos fantasmas
5. extrafotográficas biografía características formales
la obra fotográfica de susana carrié
He descubierto que el trabajo de la fotógrafa Susana Carrié demuestra una profunda afinidad con Bogotá y nos enseña, a partir de imágenes de ensoñación, la belleza y el espanto de la soledad en la urbe. Desde luego que la ciudad que mis ojos niños vieron no existe ya más en la realidad. Lo que existe ahora y que podemos ver en el trabajo de esta fotógrafa excepcional es la megaurbe con sus torres rascando la panza de sus azules cielos y sus maravillosos atardeceres de carbones encendidos. Cada tanto, cuando concentra su mirada en el insignificante ser humano que pulula anónimo por entre sus calles, o reflejado temeroso en espejos de vitrinas relucientes se puede entrever la luz brillante del talento de esta artista.
Las imágenes que vemos tienen la capacidad de transportarnos a un sitio de ilusión –engañoso país presente en el reflejo de una imagen de la que poco sabemos–, sobrios retablos en que el desarraigo, la soledad o el ensueño nos hacen pensar que dentro de sus códigos restrictivos podremos hallar un poco de poesía y encanto.
Lo de Susana Carrié es la exploración de escenas metropolitanas que tendemos a asociar con lo que siempre hemos visto de Londres o Nueva York. Sin embargo, su gran mérito es que nunca pierde la orientación, su enfoque. Su olfato de artista visual nos demuestra fehaciente que aún podemos admirar la soledad contemporánea en la urbe sin alma y sentir aquel regocijo interno de admirar alguna imagen que creemos perfecta.
Lo suyo es poesía y se extiende desde lo que vemos en el cemento hecho espejo de sus calles, hasta las nubes de una ilusión que deja de ser personal cuando nos sentimos partícipes de ella.
Lalo Borja
Fotógrafo, Maestro docente en fotografía Canterbury Christ Church University
LAS HOR d A S i .
Una horda transeúnte se avalancha ante mis ojos, es el entramado humano que fluye como un río furioso. Frenéticos sus rostros, anónimas sus prisas, avanzan sin mirar el cielo, sobre las cicatrices grises de la urbe.
UNIVERSOS DE ASFALTO 2.
texto simulado
Texto simulado Universos de asfalto Por desarrollar. ren la mayoría de estos robos es semejante al plano frontal de un escenario y es similar al visor de la cámara. En esa simi-litud es en donde encuentro algo realmente único. No es una fotografía, no es capturar un evento que ocurre aleatoriamente en una calle de Bogotá. Cada imagen es estudiada meticulosamente por que ha sido preconcebida gracias años de experiencia en el teatro y las artes escénicas. La luz, la composición, la aparente soledad de sus personajes, etcétera, son realmente imágenes con las que Carrié pareciera haber jugado en su cabeza antes de “paralizarlas”. Esta parálisis del gesto urbano sucede gracias al obturador, arma letal con la que concluye exitosamente el robo.
Texto simulado Universos de asfalto. Por desarrollar. que la línea entre el teatro y la fotografía se desdibuja, instaurando un espacio intermedio, en el que la realidad funciona como reflejo de una dramaturgia personal. La imagen al final aparece tan solo como una suspensión mágica del momento en el que ocurre ese robo. El robo, el acto de apropiarse, es lo único real.
Texto simulado Universos de asfalto. Por desarrollar. efímeras como el objeto que se roba el ladrón y como el ladrón mismo. El objeto robado pasa a manos de otro en instantes y esto es lo que sucede también en el caso de Susana. La necesidad de compartir ese robo es tan vital que nos hace cómplices de cada entrega. La complicidad como estrategia anula el sentimiento de soledad y revela el espíritu detrás el trabajo de Carrié. No estamos solos desde que alguien nos observe con detenimiento, y “detenerse” podría ser, en el caso de esta artista, un acto de certero amor por su oficio y de empatía, creo yo, con sus múltiples “víctimas”. Es un acto en el que todo se refleja infinitamente para generar esa posibilidad de ficción, en la que todos sus personajes, de mil maneras, se roban la ciudad por un segundo para hacerse a una vida mas allá de Bogotá, suspendida en una fotografía.
Vendedor de saxofones. Avenida 7a. 2014.
Lo que yo hago son actos de apropiación constantes y casi febriles con la realidad. Recorridos e inmersiones en universos humanos, en universos simbólicos, en universos de asfalto.
La ciudad reinventada. Calle 90. 2014.
Conversación en el tejado. Calle 31. 2014.
LOS TA p A d OS
En el centro de Bogotá, durante cuatro largos años vivimos inmersos en el barro y el polvo, ensordecidos por el chillido de los taladros, humillados ante la faena insufrible de transitar por los senderos improvisados que nos iba trazando el contratista de turno.
Mientras tanto transcurría el “desarrollo” de un malogrado proyecto desprovisto de planeación, saqueado por la corrupción y el que hasta el momento no hemos visualizado ni entendido del todo.
Entre tanto, muchos de los monumentos históricos aledaños a las obras fueron recubiertos para protegerse de su posible deterioro. Amortajadas en polipropileno y cosidas a mano con prolija destreza, estas esculturas que habían estado inermes durante tanto tiempo, lograron una visibilidad deslumbrante e insólita.
Algunos alcanzamos a pensar que la alcaldía de entonces había decidido gastarse otras millonadas invitando a Cristo -el artista plástico- célebre por intervenir los colosales monumentos de la Europa lejana.
Como una paradoja reaparecieron el “Monumento a Washington” en la calle 26 con 7ª. Frente al consejo de Bogotá, Luis Carlos Galán enroscado en su increíble manto artificial señalando ese futuro impune que siempre está por venir. Así como los tristemente célebres “monstruos” de Galaor Carbonel, que por cierto adquirieron una suerte de belleza rara después de amortajadas.
Como una paradoja reaparecieron el “Monumento a Washington” en la calle 26 con 7ª, Frente al consejo de Bogotá Luis Carlos Galán enroscado en su increíble manto artificial señalando ese futuro impune que siempre está por venir. Así como los tristemente célebres “monstruos” de Galaor Carbonel, que por cierto adquirieron una suerte de belleza rara después de amortajadas.
Monumento a Washington. Avenida 26 con 7a. 2012.
DESDE MI VENTANA 3.
La pasarela urbana de Susana Carrié
Texto simulado. Por desarrollar. El “acto de apropiación”, como llama Susana Carrié a sus fotografías, es más bien un robo dramático a la realidad, en donde la luz y el tiempo hacen que un evento estético y también poético pueda ser percibido como imagen. La artista majestuosamente le roba a la realidad urbana sus más elaboradas escenas, en donde lo humano no necesariamente es lo cotidiano, y en donde el tiempo parece detenerse para darle paso a una narrativa más universal. Carrié hace una incisión en la “realidad” para producir con precisión “el teatro” de un cotidiano personal.
Texto simulado. Por desarrollarLa ventana desde la que ocurren la mayoría de estos robos es semejante al plano frontal de un escenario y es similar al visor de la cámara. En esa simi-litud es en donde encuentro algo realmente único. No es una fotografía, no es capturar un evento que ocurre aleatoriamente en una calle de Bogotá. Cada imagen es estudiada meticulosamente por que ha sido preconcebida gracias años de experiencia en el teatro y las artes escénicas. La luz, la composición, la aparente soledad de sus personajes, etcétera, son realmente imágenes con las que Carrié pareciera haber jugado en su cabeza antes de “paralizarlas”. Esta parálisis del gesto urbano sucede gracias al obturador, arma letal con la que concluye exitosamente el robo.
Texto simulado. Por desarrollarLo que sucede entonces es que la línea entre el teatro y la fotografía se desdibuja, instaurando un espacio intermedio, en el que la realidad funciona como reflejo de una dramaturgia personal. La imagen al final aparece tan solo como una suspensión mágica del momento en el que ocurre ese robo. El robo, el acto de apropiarse, es lo único real.
Texto simulado. Por desarrollar. Pero las imágenes son tan efímeras como el objeto que se roba el ladrón y como el ladrón mismo. El objeto robado pasa a manos de otro en instantes y esto es lo que sucede también en el caso de Susana. La necesidad de compartir ese robo es tan vital que nos hace cómplices de cada entrega. La complicidad como estrategia anula el sentimiento de soledad y revela el espíritu detrás el trabajo de Carrié. No estamos solos desde que alguien nos observe con detenimiento, y “detenerse” podría ser, en el caso de esta artista, un acto de certero amor por su oficio y de empatía, creo yo, con sus múltiples “víctimas”. Es un acto en el que todo se refleja infinitamente para generar esa posibilidad . personajes, de mil maneras, se roban la ciudad por un segundo para hacerse a una vida mas allá de Bogotá, suspendida en una fotografía.
Las chicas extravagantes 2013.
Bodegón urbano o el drama del aguacatero, 2013.
SOMOS FANTASMAS 4.
Me gusta abordar la ciudad como un escenario, -de hecho la mayoría de mis encuadres son muy escenográficosy la presencia de lo humano en ella aparece como un elemento en solitario, minimizado en ese gran espectáculo que es la urbe, perdido en la inmensidad de esa soledad, en la paradoja de su extravío.
EXTRA FOTOGRÁFICOS 5.
texto simulado
Texto simulado
Extrafotográficos La ventana desde la que ocurren la mayoría de estos robos es semejante al plano frontal de un escenario y es similar al visor de la cámara. En esa simi-litud es en donde encuentro algo realmente único. No es una fotografía, no es capturar un evento que ocurre aleatoriamente en una calle de Bogotá. Cada imagen es estudiada meticulosamente por que ha sido preconcebida gracias años de experiencia en el teatro y las artes escénicas. La luz, la composición, la aparente soledad de sus personajes, etcétera, son realmente imágenes con las que Carrié pareciera haber jugado en su cabeza antes de “paralizarlas”. Esta parálisis del gesto urbano sucede gracias al obturador, arma letal con la que concluye exitosamente el robo.
Texto simulado
Extrafotográficos que la línea entre el teatro y la fotografía se desdibuja, instaurando un espacio intermedio, en el que la realidad funciona como reflejo de una dramaturgia personal. La imagen al final aparece tan solo como una suspensión mágica del momento en el que ocurre ese robo. El robo, el acto de apropiarse, es lo único real.
Texto simulado Extrafotográficos efímeras como el objeto que se roba el ladrón y como el ladrón mismo. El objeto robado pasa a manos de otro en instantes y esto es lo que sucede también en el caso de Susana. La necesidad de compartir ese robo es tan vital que nos hace cómplices de cada entrega. La complicidad como estrategia anula el sentimiento de soledad y revela el espíritu detrás el trabajo de Carrié. No estamos solos desde que alguien nos observe con detenimiento, y “detenerse” podría ser, en el caso de esta artista, un acto de certero amor por su oficio y de empatía, creo yo, con sus múltiples “víctimas”. Es un acto en el que todo se refleja infinitamente para generar esa posibilidad de ficción, en la que todos sus personajes, de mil maneras, se roban la ciudad por un segundo para hacerse a una vida mas allá de Bogotá, suspendida en una fotografía.
Señor Chapinero, carrera 13. 2014.