¿Qué era Eloy Alfaro? No solo fue un combatiente, un conspirador, un valiente; fue, ante todo, un POLÍTICO. Organizó embajadas, trabajó propaganda, gestionó la compra-venta de armas, la recluta de ejército, el pago de tropa, etc. Es ahí cuando se hace trascendente, pues entregó su vida y sus medios para el cambio que se da en 1895, y su obra a nivel nacional e internacional lo convirtieron en un referente que existe hasta nuestros días. Alfaro es tan actual, tan parecido a nuestro tiempo, y al mismo tiempo tan distante, nos enseña nuevas formas de accionar político, de discurso, de propaganda, se hace tan heroico como tan humano, tan presente como tan mitológico, tan fuerte como tan frágil, tan impactante como tan triste.
¿Y su muerte? Una vez en el poder, Alfaro continúa la labor de García Moreno, había que desarrollar el mercado interno, el tren empezaría a industrializar a la Sierra y Guayaquil. Prácticamente quintuplica su desarrollo, se da un crecimiento financiero, y tecnológico (el teléfono, se masifica el telégrafo). Pero Alfaro, pese a detener a los elementos más radicales de la Revolución (Plutarco Bowen, Franco y Flavio Alfaro), tiene dificultad en cohesionar sus bases económicas, y este conflicto lo hace políticamente inaceptable, estaba entre los productores medios y la parte machetera, por un lado; y, por otro, la parte señorial, terrateniente y oligarca, que reclamaba el Estado para sí. Esta situación lo hace políticamente inaceptable, molesto, “maldito”…
Así llega el 28 de enero de 1912, el terrible asesinato de la Hoguera Bárbara, había que exorcizar, eliminar totalmente, de la manera más espantosa, que produzca escarmiento de esa parte machetera, plebeya, populachera, mediante el discurso más medioeval, recalcitrante, fanático, pero cuya organización se da desde el Estado y el brazo ejecutor de la masa. Fue el asesinato “perfecto” y políticamente “necesario”, un crimen de Estado, con un discurso fanáticamente confesional y la ejecución de una masa resentida, agotada.
LA REVOLUCIÓN DE ALFARO
Luego del asesinato se reprimiría a todos los radicales. Represión que iría hasta 1920 e incluso tomaría parte de la revolución juliana, en la que el Estado se reconfigura y se moderniza financieramente. No obstante, el ideario alfarista es un referente liberal, que se mantiene hasta ahora: el Estado Laico, la educación pública y gratuita, la incorporación de la mujer a la vida productiva, pero sobre todo la concentración de las rentas.
por JUAN DIEGO PÉREZ
¿Cuál es nuestro objetivo?
La época de Alfaro
Ver NUESTRA HISTORIA, interiorizarla, quererla, apasionarse,identificarse con ella, pero también mostrar una nueva forma de análisis histórico, no el ideológico, no el simple panegírico o como un mero fetiche, sino en su significación actual, y en su relación con otros personajes y entornos sociales. A los héroes hay que verlos como fuerzas actantesllenas de significados históricos, materiales y por tanto actuales.
Si bien Alfaro fue el protagonista, la “superficie” de toda la Revolución de 1895, al mismo tiempo fue una consecuencia, propia de todo un proceso que tuvo un origen en 1830. De hecho, Alfaro realiza su primer acto subversivo en el Gobierno de Gabriel García Moreno; pero para ese tiempo se leía a Juan Montalvo, que nació en 1832 y a Pedro Moncayo, los dos grandes mentores ideológicos del liberalismo.
Cuando estudiamos “la revolución de Alfaro” vemos el poder y la lucha de la Banca, la Clase Media, los Comerciantes, la necesidad política de la Montonera, la construcción de la propaganda política, la creación del ideal revolucionario y la concentración de las rentas feudales en una renta nacional liberal.
Fue un hombre de fortuna, su padre, Marcos Alfaro, fue ejecutivo de Luzarraga el famoso financista de origen español y que invertía en los “Gran Cacao” de Guayaquil. El éxito de Marcos Alfaro fue tal que decidió independizarse y trasladarse a Manabí, en cuya capital, Montecristi, nació Don Eloy. La producción más notable en aquel tiempo fue el cacao en la Costa Central y Sur, y en Manabí y Esmeraldas la producción de paja toquilla y tabaco; por otro lado, en la Sierra Sur, se daba la cascarilla y en la Sierra Centro-Norte el desarrollo de la hacienda refugio y la burocracia. Había varias formas de acumular en el Ecuador, pero recién con Gabriel García Moreno se articula la producción con el intento del tren y la construcción de carreteras. El “déspota ilustrado” comprendía que el desarrollo del mercado interno daría lugar a la industria.
¿Cómo entró Alfaro en la revolución? Se menciona el caso de la prisión de su hermano, pero las razones son materiales, Pérez Concha menciona que cayó la producción de paja toquilla, esto significaba perder el sustento, monopolios y áreas de influencia.
¿Por qué revolución? Porque este hecho tan capital cuestionó las bases sociales del entorno que formará a Alfaro. Se unieron otros que necesitaban la libertad de comercio y empresa y por tanto liberar mano de obra, situación que el Régimen Garciano no ofrecía, puesto que cuidaba intereses de los terratenientes cacaoteros y de los propietarios de la hacienda refugio. De esta manera Alfaro entró en la revolución, junto con los productores medios y los comerciantes. Pero al mismo tiempo, el pasado ligado a Luzarraga y, por tanto, a los Gran Cacao de Marcos (su padre), hacía que Don Eloy tenga ligada su labor a este sector.
¿Cuál sería el trabajo de Alfaro con la Revolución? Romper la colegiatura del Estado mediante el laicismo y así permitir el libre acceso a la Función Pública, la educación laica y gratuita, el libre acceso de la mujer a la educación y también el acceso femenino a la burocracia (oficina de telégrafos, correos, e instrucción pública). Vemos pues, que el laicismo no era un principio “ateo”, como se lo acusaba, sino un principio “no confesional”, que aseguraba la participación del Estado. Este rompimiento del Estado será la base de otra obra: la concentración de la renta pública en una renta nacional, y para eso era necesario centralizar el Estado en la concepción moderna, liberal del mismo.